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antes, centrados en tu sierva y en su actitud piadosa madre a las puertas de Roma, donde nunca ha de volver.
frente a ti, a la vez que santamente blanda y
"£/ Evangelio -dice Dolores Aleixandre- enseña a aprender
moriqerada con nosotros, y de la cual me había visto
a renunciar, relativizar, despedirse, no agarrarse
privado de repente. Entonces sentí ganas de llorar en
desesperadamente al tiempo, a las cosas. Pero también a
tu presencia sobre ella y por ella, sobre mí y por mí. Y
abrirse a la vida, estrenar experiencia, no perderse la
di rienda suelta a mis lágrimas reprimidas para que
realidad que llama a la puerta."
corriesen a placer, poniéndolas como un lecho a
disposición del corazón. Éste halló descanso en las
lágrimas. Porque allí estabas tú para escuchar, no un
PARA EL DIÁLOGO
hombre cualquiera que habría interpretado
desconsideradamente mi llanto. ■> Influjo de las amistades y respetos humanos en las
propias opiniones.
Ahora, Señor, te confieso todo esto en estas páqinas.
Que las lea el que quiera y que las interprete como -» Desasosiego de Agustín ante la muerte antes de la
quiera. Y si estima pecado el que yo haya llorado conversión: espejo de una muerte sin esperanza.
durante una hora escasa a mi madre de cuerpo
presente, mientras ella me había llorado durante tantos -*¿Qué elementos de ejemplaridad se encuentran en la
muerte de santa Mónica, tanto en la madre como en el
años para que yo viviese ante tus ojos, que no se ría. hijo?
Al contrario, si tiene una gran caridad, que llore
( ACTITUD PASTORAL DE W
también él por mis pecados en presencia tuya, Padre
AGUSTÍN ANTE L.A MUERTE
de todos los hermanos de tu Cristo" (Confesiones, 9,
10,26 - 13,33).
E L misterio de la muerte adquiere nuevas dimensiones en hay forma de evadirse del último día" (Sermón 229 H,
el ministerio pastoral de Agustín. Su visión de la muerte 2).
está directamente inspirada en la Biblia, que habla de dos
"No hay modo de escapar de la muerte. Puesto que no
clases de muerte: la física y la espiritual. Todos los
es posible librarse [...] no queda más remedio que
hombres han de pasar por la muerte del cuerpo. Es su
refugiarse en aquel que ha muerto por nosotros y
destino, cuya fecha sólo Dios conoce. Muerte espiritual es
resucitando nos ha abierto la esperanza [...]
el alejamiento de Dios, que es Vida y fuente de vida.
refuqiémonos en aquel que nos ha prometido la vida
Acaba en ruptura y conduce al alma a una especie de
eterna" (Id.).
muerte, al privarse del principio vivificador, que es Dios.
Agustín presta más atención a la muerte del alma, en la Además de la muerte corporal, hay otra clase de muerte,
que está implicada la responsabilidad de cada hombre, que afecta al alma, a pesar de su condición espiritual e
que a la muerte física, que es un trámite biológico por el inmortal. "Muere el alma cuando es abandonada por
que todos pasaremos. Dios, y muere el cuerpo cuando es abandonado por el
alma" (La ciudad de Dios 13, 2).
Son muchos los textos en los que Agustín afirma que la
muerte se introdujo en la tierra a causa del pecado de El alma vive de Dios cuando vive bien. El cuerpo vive del
nuestros primeros padres. El destino del hombre era alma, aunque ésta no viva para Dios. La vida de los impíos
sereno, feliz e inmortal, pero su actitud desobediente en el cuerpo no es vida del alma, sino del cuerpo; y esa
cambió la suerte de la humanidad. A partir de ese vida se la puede dar el alma, aunque esté muerta, o sea,
momento, el hombre -todos los hombres- quedó sometido en pecado. En la condenación eterna hay como una
a la dura ley de la mortalidad. segunda muerte, pues tiene lugar después de la muerte
del cuerpo. "Por eso se puede decir que la primera
Se trata de una interpretación literal de la Biblia, que
muerte del cuerpo es buena para los buenos y mala
Agustín sigue con gran rigor y convicción. La muerte física
para los malos; pero la segunda [la del alma], como no
es consecuencia del pecado del hombre, como atestiguan,
es propia de ningún bueno, no puede ser buena para
por ejemplo, el relato del Génesis, el libro de la Sabiduría
nadie" (Id.).
(1, 13-14), el Eclesiástico (41, 4), o san Pablo en las cartas
a los Romanos (5, 12-17) y en la primera a los Corintios El obispo Agustín se muestra más preocupado por la
(15, 21- 22. 56). Agustín acepta esta explicación de la muerte del alma, fruto del pecado personal, que por la
muerte física y así lo enseña repetidamente al pueblo. muerte del cuerpo, efecto del pecado original. Las
consecuencias de la primera son mucho más graves y
Además de la vinculación con el pecado, encontramos
duraderas que la pérdida de vida temporal. "No hay
también en Agustín una explicación de la muerte como
muerte más radical ni peor que aquella en que no
consecuencia de estar revestidos de materia que, por su
muere la muerte" (La ciudad de Dios, 6,12).
propia naturaleza, está llamada a desaparecer o
transformarse: Ta muerte es la pena de la carne, y en El pecado es, por tanto, el árbol maldito de donde surgen
ella se halla inherente la misma mortalidad" tanto la muerte espiritual como la corporal. Estos temas
(Comentarios a los Salmos 50,10). son recurrentes en su predicación y escritos, fruto de su
solicitud pastoral. Sólo la resurrección de Cristo, símbolo y
La muerte física, considerada en sí misma, es decir, la
victoria sobre el pecado, resuelve el enigma de la muerte,
separación del alma del cuerpo, a pesar de ser algo
abriendo a cada cristiano un horizonte de inmortalidad.
natural, es traumática. Si se soporta con piedad y con fe,
"Participando de nuestra pena, sin tener culpa,
aunque no elimina el significado de la pena, acrecienta el
deshizo la culpa y la pena" (Sermón 231,2).
mérito y se convierte en provecho para renacer. "Con
relación a los que han muerto, no es absurdo decir que Considerando la desproporción existente entre la muerte
es mala -la muerte- para los malos y buena para los espiritual y la temporal, es comprensible que
buenos" (La ciudad de Dios, 13,8).
Agustín elogie la actitud de los mártires, por ser capaces
En la partida que todo hombre entabla con la muerte, de afrontar la muerte física para no morir espiritualmente.
estamos de antemano condenados a perder: En el caso de los mártires, "la pena del pecado -la
muerte física- se ha trocado [...] en instrumento de
"Nadie quiere morir; y, aunque nadie quiere morir, se
justicia. Pues si entonces se dijo al hombre: Si pecas,
le impele a ello. Hace cuanto puede comiendo,
morirás, ahora se dice al mártir: 'Muere para no pecar'.
bebiendo, durmiendo, procurándose medios de vida,
Si entonces se le dijo al hombre: Si traspasas el
navegando, caminando, corriendo, tomando
mandamiento, morirás, ahora se le dice: 'Si rehüsas la
precauciones: quiere vivir. Con frecuencia sobrevive a
muerte, traspasas el mandamiento' [...] por la inefable
muchos peligros; pero detenga, si puede, su edad; no
misericordia de Dios, la pena de los vicios se
llegue a la vejez. Pasa un día de peligro y se dice el
transformo en arma de virtud, e incluso el suplicio del
hombre: "He evitado la muerte' ¿Cómo es que has
pecador se convierte en recompensa del justo. Se
evitado la muerte? Porque ha pasado el día de peligro.
adquirió la muerte pecando; ahora se completa la
Se te ha dado yo día más; has vivido un día más, y, si
justicia muriendo" (La ciudad de Dios, 13, 4).
hago cuentas, tienes uno menos. Si habías de vivir,
por ejemplo, treinta años, una vez transcurrido este La mayor atención a la muerte espiritual no significa que
día, se resta de Sa cantidad de guien ha de vivir y se Agustín se muestre insensible ante la realidad de la muerte
suma a la de quien ha de morir. Y, con todo, se dice física. Era demasiado humano para situarse al margen los
que le vienen los años al hombre; pero yo digo que se sentimientos. Por eso afirma: "es preferible que el
le van; yo me fijo en la cantidad que le queda, no en la corazón humano tenga necesidad de recibir consuelo,
que ya se fue [...] A medida que vas viviendo, va más bien que, por imposibilidad, se convierta en
menguando el caudal de donde vives, y con el pasar inhumano". Y para demostrar que la expresión de estos
de la vida mengua tanto que deja de existir, pues no sentimientos no es contraria al Evangelio, cita el ejemplo
de María y del Señor, llorando por Lázaro muerto. '¿Por
qué te maravillas del dolor de Haría si lloraba el mismo hermanos, buscáis quien os consuele; mas también yo
Señor?" (Sermón 173, 2). "Es inevitable entristecerse - necesito consuelo; pero ninqün hombre podrá
avisará más adelante- pero cuando te encuentres consolarme, sino sólo quien hizo al hombre, porque
afligido, que te consuele la esperanza" (Id. 3). Clave de quien hace rehace y quien creó recrea. A causa de
ese consuelo es la fe en la resurrección: "Tenga, pues, fin nuestra debilidad no podemos o o sentir tristeza, pero
la tristeza donde es tan grande la consolación; se debe consolarnos la esperanza" (Sermón 396,1). En
enjugue el llanto del alma, la fe aleje el dolor" (Id.). este bellísimo y breve sermón, Agustín habla con profunda
emoción, porque está recordando a un querido amigo,
Jesús nos ha revelado nuestro destino final, que pasa por
hermano en el episcopado. Si comienza anunciando que
el misterio de su resurrección. La resurrección de Cristo
también él necesita consuelo, concluye confesando su
nos libra del temor "La resurrección es la prueba de la
emoción, que apenas le permite hablar y le fuerza a ser
muerte, y la muerte de Cristo significa el fin del temor.
breve: "Quizá pudiera exhortaros con muchas palabras
Nosotros no debemos ya tener miedo de morir: Cristo
a la prudencia fiel si no fuera que el dolor humano
ha muerto por nosotros. Nosotros podemos morir
apenas me permite hablar. Por tanto, puesto que Dios
ahora con la esperanza de la vida eterna: Cristo ha
me concedió asistir momentáneamente al moribundo,
resucitado para que también nosotros resucitemos"
puesto que me concedió conducir su funeral,
(Sermón 375/B, 1).
conducción exigida pore! amor, pero que no añade
En la semana de Pascua predicará: "La resurrección de nada a su felicidad, y me concedió también el ver a
nuestro Señor Jesucristo marca la nueva vida de vuestra santidad y poder diriqiros la palabra para
cuantos creen en Cristo, y este misterio de su muerte y consolaros en Sa medida en que puedo consolar,
resurrección lo debéis conocer en profundidad y suplid con vuestro pensamiento lo que el dolor me
reproducirlo en la propia vida" (Sermón 231, 2). impide decir, y así nuestro ánimo, al recordar a tan
qran varón, aunque experimenta la tristeza humana, no
Invita, por consiguiente, a sus fieles a fijar la mirada en la es presa de la desesperación de quien no cree" (Id. 2).
resurrección: "Te ha enseñado las cosas a que debes
aspirar si deseas ser bienaventurado, dando por Entre estos dos párrafos autobiográficos, Agustín hace una
descontado que aquí abajo no puedes serlo. En la vida lectura pastoral de la temprana edad del finado y da un
presente, de hecho, no podrás conseguir la felicidad. precioso consejo a los fieles y familiares de este obispo
Tu buscas, ciertamente, una cosa buena, pero esta difunto.
tierra no es el lugar donde puedas encontrar lo que
Afirma, en primer lugar, que siempre quisiéramos tener a
buscas. ¿Qué buscas? La vida feliz.
los seres queridos más tiempo a nuestro lado; pero lo
Desgraciadamente, no es de aquí abajo" (Sermón
verdaderamente importante es cómo vivamos: "Todos
231,5).
queremos que los buenos vivan más tiempo con nosotros
La muerte ha muerto en Cristo por su resurrección y morirá y no queremos que los compañeros nos abandonen en
también en nosotros: "¿Dónde está la muerte? Si la esta vida tan áspera; mas, yendo delante quienes han
buscas en Cristo, ya no existe; existió. vivido santamente, nos exhortan con su ejemplo para que,
ya vivamos aquí por largo tiempo, ya salgamos pronto,
pero murió allí. ¡Oh vida, muerte de la muerte! Tened
vivamos de tal manera que lleguemos hasta donde están
buen ánimo, que morirá también en nosotros. Lo que
ellos" (Id A).
fue por delante en ia cabeza se repetirá en los
miembros; también en nosotros morirá la muerte'7 Hace luego una reflexión sobre el tiempo vivido por el
(Sermón 233.5). obispo, valorando la calidad e intensidad de su vida,
aunque cronológicamente haya podido ser breve: "Ni
En fin, un consejo de Agustín sobre esta doble dimensión debemos pensar que vuestro obispo, mi hermano,
de muerte de alma y cuerpo: "La muerte es la
salió de aquí pronto y vivió poco. En verdad no se vive
separación del alma del cuerpo. Esta separación del poco allí donde, por mucho que se diga, nunca se
alma es la que temen ¡os hombres; pero la muerte acaba. Pues aquí hasta lo que es mucho, una vez
verdadera, la cual no temen los hombres, es la concluido, se tiene por nada. Pero no vivió él poco
separación del alma de Dios. Con frecuencia, al temer tiempo aquí, si consideramos sus obras en lugar de
los hombres la muerte del cuerpo, caen en la muerte contar sus años. \ Cuántos no consiguieron en
dei alma. Y ésta es la verdadera muerte" (Comentarios a muchos años ni la mitad de lo que él logró en tan
los Salmos 48,2,2). pocos!" (Id.).