Hace unos meses la B( udgina literaria » de Unita.
órgano del Comité Central del
Partido Comunista Ztaíiano, publicó la crítica de un- libro de Robert Havemann titulado Dialéctica sin dogma. Esta crítica estaba firmada por Lucio Lombardo Radice. Poco después, un grupo de profesores de filosofía de las Universidades de Alemania Oriental y de dirigentes de instituciones científicas de la República Democrática Alemana dirigieron una carta a Unità para expresar su desacuerdo con la crítica de Lombardo Radice. El pasado 5 de abril, Unità publicó esa carta seguida de una respuesta de la dirección del periódico. El urofesor Robert Havemann nació en Munich en 1910. Estudió autmica (esvecial- mente’química física) en Munich y en el Kaiser-Wilhelm Znstitut *de Berlin, -donde obtuvo la licenciatura el año 1933. fecha de la subida de Hitler al voder. El año antes, Havemann había ingresado en el Partido Comunista y desde enfonces alternó su trabajo como profesor ayudante en la Universidad de Berlín con una intensa actividad política clandestina. En 1943 fue detenido y condenado a muerte por un tribunal nazi. La ejecución fue aplazada provisionalmente porque seguía siendo útil como científico, y le fue instalado un laboratorio en la cárcel para que pro- siguiese ciertas investigaciones. Después de la guerra, en 1949, fue elegido miembro del parlamento de la República Democrática Alemana y en 1950 fue nombrado director del Instituto de físico-química de la Universidad Humboldt, en Berlin- Este. A vartir de 1955. comenzó su combate contra el dogmatismo en el camvo de la filosofía de la ciencia que,-como en los otros países Socialistas, se encontraba completamente paralizada por la a filosofía oficial ». Su lucha contra el dogma- tismo culminó en las lecciones que desarrolló en la Universidad de Berlín durante el invierno 1963-1964. El 13 de marzo de 1964 fue expulsado del partido bajo la acusacidn de haber difamado a la RDA. Robert Havemann sigue-considerándose comunista y vive retirado en su instituto de fotoquímica, que sigue dirigiendo, rehusando el camino de la emigración que han elegido tantos otros intelectuales acusados de heterodoxia
Carta de los filósofos candidato del SED’ en 1950; es una leyenda