You are on page 1of 5

METAMORFISMO:

El Metamorfismo se produce sobre una roca ígnea, metamórfica o


sedimentaria, bajo nuevas condiciones de temperatura, presión, gases y fluidos
químicamente activos. Es decir que consiste en cambios físicos y químicos de
las rocas en un ambiente de alta temperatura, alta presión de confinamiento o
intensa acción de cizallamiento o alguna combinación de ellas pero sin fusión.
Las rocas metamórficas son productos del metamorfismo, pero manteniendo el
estado sólido. La transformación es causada por un aumento de la temperatura
y/o por deformación, actuando a profundidades relativamente altas con
respecto a la superficie. El grado metamórfico se refiere a la intensidad del
metamorfismo, y se indica con una temperatura o presión máxima del
metamorfismo. Las zonas metamórficas y facies metamórficas se determinan a
través de la identificación de grupos de minerales que se forman
simultáneamente.

FACTORES QUE CONDICIONAN EL METAMORFISMO

Los principales factores son las variaciones en la temperatura y la presión, el


esfuerzo elástico y la migración de fluidos. Estos factores son externos y
pueden producir cambios en la mineralogía, en el quimismo de los minerales y
en el quimismo total de la roca.

La Temperatura: es el factor más importante en los procesos metamórficos.


Las variaciones en la temperatura hacen necesario un aporte calorífico a la
roca. El calor puede ser producido por fricción de dos masas de roca; por
intrusión de una masa magmática que entrega energía calorífica a los
sedimentos o rocas que la rodean, un arco magmático relacionado con la zona
de subducción o un aporte de zona profunda como el calor derivado del manto
y por descomposición radiactiva de elementos.

La Presión

puede ser:

a) de carga o litostática (1 Km. de roca = 250- 300 bares de presión) Es la


presión causada por las rocas suprayacentes y depende de la profundidad y
densidad de las rocas suprayacentes. En una cuenca, por el peso de las rocas,
los materiales del plano inferior se reacomodan a las nuevas condiciones, se
metamorfizan. Ejemplo: sedimento pelítico, pizarra o esquisto Arenisca silícea,
cuarcita

b) cortical dirigida: se debe y acompaña a los movimientos diastróficos. Este


esfuerzo elástico puede deformar la roca en la que actúa, alineando los
minerales, formando la foliación o la esquistosidad o causar rotaciones de
minerales. De esta manera, el esfuerzo elástico produce texturas dirigidas
(Fábricas) en una roca metamórfica como las observadas en esquistos, gneis o
milonita.

Ambiente químico: los fluidos y gases químicamente activos que se percolan a


través de la red intergranular de la roca, desempeñan un papel importante. El
agua es el principal fluido activo, ayudado por el dióxido de carbono, los ácidos
bóricos, ácido clorhídrico, ácido fluorhídrico y otras emanaciones de los
plutones que actúan como catalizadores o disolventes y facilitan la reacción
química y el ajuste mecánico. Las fuentes principales de agua que contribuyen
en el proceso son: - agua meteórica o congénita: se encuentra en los poros de
los sedimentos. - agua combinada en los compuestos hidratados. - agua juvenil
que se eleva de un cuerpo ígneo.

1.3.3. Presión de fluidos


Otra variable de presión muy importante en el metamorfismo es la presión de
los fluidos que ocupan los poros, los límites de grano y las fracturas de la roca
(presión de fluido,Cuando la roca está "seca", la presión de fluidos es cero y la
presión litostática actúa a través de los contactos entre los granos de la matriz
sólida de la roca, manteniéndolos unidos. Pero si en los poros existe un fluido,
la presión de fluidos actúa en la dirección opuesta, reduciendo la presión
efectiva (presión litostática menos presión de fluido) que soportan los contactos
entre granos, favoreciendo la deformación de la roca (frágil o dúctil) si existen
esfuerzos desviatorios.
Los procesos de compactación, junto con los de expansión térmica de los
granos y la liberación de fluidos en reacciones de deshidratación
(metamorfismo progrado) provocan la generación de presiones de fluido
próximas a la presión litostática (es decir, presiones efectivas muy bajas). Si la
presión de fluido se hace mayor que la presión litostática, la roca pasa de un
estado compresivo a un estado distensivo y si esta distensión supera la
resistencia de la roca a la tracción se produce su fractura por el mecanismo de
fracturación hidráulica. Durante el proceso, el fluido escapa a través de las
fracturas producidas, disminuyendo así el valor de la presión de fluidos y
retornando la roca a un estado compresivo. Conforme una roca metamórfica se
enfría (metamorfismo retrógrado), la presión de fluidos disminuye hasta valores
muy bajos, tanto por escape de los fluidos durante la fase prograda anterior,
como por la incorporación del poco fluido restante en minerales hidratados
(reacciones de hidratación).

Fluidos metamórficos

Los petrólogos metamórficos están de acuerdo en que la mayor parte de las


rocas metamórficas contienen una fase fluida intergranular cuando están en
profundidad (no, por supuesto, cuando nosotros las observamos en superficie).
Usamos el término “fluido” para evitar especificar la naturaleza física exacta de
esta fase. Como vamos a ver, a presiones bajas el fluido es un líquido o un gas,
pero a temperaturas por encima del punto crítico ya no hay diferencia entre
líquido y gas y entonces usamos en término de fluido supercrítico para hacer
referencia a la fase no sólida que forma parte de las rocas metamórficas. Los
fluidos desempeñan un papel fundamental durante los procesos metamórficos,
desde dos puntos de vista: (i) participando en reacciones metamórficas, y (ii)
sirviendo de medio de transporte para el movimiento de material en disolución.

Evidencias de fluidos metamórficos Existen evidencias de que la mayor


parte de los procesos metamórficos se realizan en presencia de una fase fluida
intergranular. Podemos resumir estas evidencias en dos principales, la primera
de ellas directa y la segunda indirecta:

(1) Las inclusiones fluidas conservadas en minerales metamórficos


proporcionan una muestra directa de los fluidos existentes en el momento de la
formación del mineral que las incluye. En las inclusiones fluidas en minerales
metamórficos se ha encontrado principalmente H2O, en menor proporción CO2
y CH4 y, mucho más raramente, N2 y H2S. Los experimentos de
homogeneización de inclusiones fluidas permiten estimar la temperatura a la
que dichas inclusiones fueron atrapadas y en la mayor parte de los casos se
trata de temperaturas cercanas a la máxima temperatura soportada por la roca
metamórfica (calculada ésta por técnicas geotermométricas independientes).

(2) Muchas rocas metamórficas contienen minerales hidratados como micas y


anfíboles, formados a temperaturas relativamente altas, lo que implica la
presencia de agua (intersticial, absorbida, adsorbida, etc.) en el momento de su
formación. Además, los volátiles (como H2O o CO2) desprendidos en las
reacciones de deshidratación y de descarbonatación permanecen en contacto
con la roca, aunque sea por breves periodos de tiempo, antes de ser expelidos,
lo que incrementa en inventario de fluidos potencialmente presentes. La
modelización termodinámica de los equilibrios de fase entre minerales
metamórficos y fluidos también apoya esta tesis y permite calcular la
composición de la fase fluida en equilibrio con los minerales de la roca
metamórfica. Virtualmente todos los fluidos intergranulares que estaban en
equilibrio con la asociación de minerales formada a alta presión y temperatura
escapan cuando la presión disminuye durante el ascenso de la roca hacia la
superficie. Es por eso que las evidencias directas de su presencia son muy
escasas. Dado que los fluidos son una parte fundamental del metamorfismo, es
esencial comprender su comportamiento a las presiones y temperaturas
propias de los procesos metamórficos (entre 100 y 1000 °C de temperatura y
entre 1 y 10 kbar de presión para las rocas metamórficas más habituales). Este
es el propósito de los dos apartados siguientes.

Fluidos supercríticos y volumen molar

Es ampliamente conocido que el agua sufre un cambio de fase de líquido a


vapor (ebullición) cuando la temperatura alcanza 100 °C a una atmósfera de
presión y que este punto de ebullición aumenta al aumentar la presión. Esto se
muestra de forma gráfica en la Figura (línea negra gruesa), donde se observa
con claridad el incremento de la temperatura de ebullición al aumentar la
presión (este es el principio de las ollas a presión, donde los alimentos se
cuecen antes al estar sometidos a temperaturas mayores de 100 °C sin que el
agua hierva).

La naturaleza de los fluidos metamórficos

Del estudio de las inclusiones fluidas, los equilibrios de fase entre minerales
metamórficos y fluidos, y de otras evidencias indirectas, se ha llegado a tener
una idea aproximada de los tipos de fluidos que acompañan la formación de las
rocas metamórficas. Cuando un sedimento detrítico de grano fino (una arcilla,
por ejemplo) se deposita, su porosidad inicial es mayor del 50% y este espacio
poroso está ocupado por agua meteórica o por una agua de mar concentrada
(lo que se denomina una salmuera marina). La compactación, la cementación y
la recristalización disminuyen drásticamente esta porosidad inicial, hasta
dejarla en un 0.1% en las rocas metamórficas de alto grado. Los fluidos
intersticiales originales, por tanto, desaparecen durante la diagénesis profunda
y el metamorfismo incipiente y contribuyen poco o nada a la evolución
subsiguiente de las rocas metamórficas. Sin embargo, los componentes
volátiles unidos a los minerales hidratados (H2O) y a los carbonatos (CO2) son
liberados durante el metamorfismo, aumentando el contenido de fluidos
intersticiales. Una pizarra (típica roca de metamorfismo regional de grado bajo)
contiene en promedio un 4.5% de H2O y un 2.3% de CO2, mientras que un
esquisto de grado alto tiene un 2.4% de H2O y un 0.2% de CO2. La cantidad
de volátiles liberados (por reacciones de desvolatilización, como veremos en el
tema 4, apartado 4.3) entre el estado “pizarra” y el estado “esquisto” supone
aproximadamente 1.5 moles (sobre todo H2O y CO2) por kilogramo de roca. Si
estos volátiles se liberaran todos de golpe a 500 °C y 0.5 GPa, ocuparían
alrededor del 12% del volumen de la roca. Esta es una fuente importante de
fluidos durante el metamorfismo, pero no la única. temperaturas y presiones
típicas del metamorfismo la fase “líquida” libre es un fluido supercrítico, ya que
se sitúa por encima del punto crítico de las mezclas de agua y dióxido de
carbono. En estas condiciones no hay distinción entre líquido y gas y la
densidad es parecida a la del agua en superficie. Estos fluidos supercríticos
están formados por una serie de especies volátiles y no volátiles.

Los fluidos metamórficos están compuestos fundamentalmente por O, H y C,


con cantidades menores de S y N y trazas de muchos otros. La Figura 1.10
ilustra las especies volátiles que coexisten en fluidos con C-O-H-S a 1100 °C y
0.5 GPa. El diagrama de la figura ha sido “proyectado” desde el polo del S y
por eso sólo aparecen tres de las cuatro especies1: C, O e H. Aunque la
temperatura para la que está dibujado el diagrama es alta comparada con las
que se suelen alcanzar en el metamorfismo, sirve para ilustrar el
comportamiento general. El diagrama está dividido en regiones que tienen una
composición similar y en cada una de estas regiones se especifican las
especies más abundantes.

METAMORFISMO DE CONTACTO:

El metamorfismo de contacto es un conjunto de alteraciones mineralógicas y


estructurales inducidos en las rocas por la cercanía o contacto con cuerpos
intrusivos de rocas ígneas, produciéndose un aumento en el grado de
metamorfismo a medida que se aproxima al contacto.

Los cambios que se producen son por recristalización, que hacen que la textura
y los minerales pueden cambiar. La estructura original puede mantenerse muy
nítida o estar totalmente borrada, pero no se originan nuevas estructuras. Se
forma alrededor del intrusivo una aureola llamada aureola de contacto. Rocas
típicas producto de este metamorfismo son las rocas
corneanas, mármoles y cuarcita.

You might also like