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La mayor parte de la superficie del planeta Tierra (70.8%: 362 millones de km2) está cubierta
por océanos y mares. Los sistemas marinos son altamente dinámicos y están interconectados
por una red de corrientes superficiales y profundas. La temperatura y salinidad del agua dan
lugar a la formación de capas estratificadas y corrientes; en muchas regiones las surgencias
rompen esta estratificación mezclando las capas y crean una heterogeneidad vertical y lateral
en el ambiente marino. Los océanos ocupan un enorme espacio favorable para el desarrollo de
la vida. A la vez determinan los climas y el tiempo, y son el motor que transporta el calor y el
agua dulce de la atmósfera. En suma, contribuyen enormemente a la biodiversidad del planeta.
El mar, en donde se originó la vida, posee una enorme y poco conocida diversidad de regiones,
ecosistemas, plantas, animales, microorganismos, genes y moléculas orgánicas. En apariencia
homogéneo, es muy heterogéneo.
Se entiende por ecosistemas acuáticos a todos aquellos ecosistemas que tienen por biotopo
algún cuerpo de agua, como pueden ser: mares, océanos, ríos, lagos, pantanos etc. Los dos
tipos más destacados son: los ecosistemas marinos y los ecosistemas de agua dulce.
Los ecosistemas, como conjuntos de seres vivos e inertes que se relacionan entre sí,
constituyen distintos modelos del desarrollo de la vida en el planeta. Los ecosistemas terrestres
se distribuyen por la superficie de la Tierra condicionados por el clima. Los acuáticos, por su
parte, dependen de aspectos como la profundidad o la cercanía a la costa para distinguirse
unos de otros.
Este trabajo tiene como finalidad dar a conocer los ecosistemas acuáticos que existe entre
ellos los de agua dulce y agua salada.
Los ecosistemas acuáticos se caracterizan porque los organismos viven y se relacionan con
otros seres vivos en el agua, y se clasifican en: continentales, litorales y oceánicos
En su mayoría son de agua dulce se clasifican en base a la velocidad de las corrientes que
son:
Lénticos (lenis = quieto) o de agua estancada o quieto como lagos, lagunas, presas, o
estanques
Loticos (lotus = lavado) o de corrientes fluviales que se caracterizan por ser de aguas en
movimiento como ríos, lago, arroyos y manantiales. y océanos
1. LAGOS (LÉNTICOS)
Los ecosistemas de las aguas inmóviles, llamados lénticos (los estanques y lagos de agua
dulce), comprenden una zona de aguas poco profundas a lo largo de la costa; una zona de
aguas abiertas superficiales que se extiende hasta la profundidad en la que la luz resulta
insuficiente para que pueda producirse la fotosíntesis; una zona de aguas profundas sobre las
que flota el agua más caliente y menos densa; y una zona de fondo compuesta de sedimentos
y fango, donde se produce la descomposición.
La zona de aguas poco profundas, las marismas, están dominadas por la vegetación
sumergida, flotante y emergente, entre la cual abunda la vida. Por ejemplo, bajo una verde
capa de lentejas de agua flotantes viven desmidiáceas, protozoos, diminutos crustáceos,
hidras, y caracoles. Las larvas de libélula, los coleópteros buceadores, los lucios y los peces
sol son algunos de los organismos que encuentran alimento y protección en los lechos
vegetales. En los carrizales y otras plantas emergentes anidan y se alimentan especies como
los mirlos, los chochines de pantano, las ratas almizcleras, y los topillos de agua.
En las aguas abiertas, el plancton vegetal y las algas verdes filamentosas aportan la mayor
parte de la energía usada por los ecosistemas lénticos. En esta capa rica en alimentos, el
plancton animal, rotíferos, copépodos y cladóceros, se alimenta del plancton vegetal.
En la zona de aguas profundas, la vida se ve afectada por la temperatura y la cantidad de
oxígeno disuelto. En los lagos fríos donde, el oxígeno es suficiente, las truchas y el plancton
pueden habitar en las profundidades. En la zona del fondo, el barro y el agua adyacentes
carecen a menudo de oxígeno debido a la descomposición de la materia orgánica. La vida del
fondo puede incluir efímeras cavadoras, larvas de quironómido y protozoos, que se alimentan
de la materia orgánica y son capaces de vivir con poco oxígeno.
Los lagos son de agua dulce o salada, embalsada (acumulada) en depresiones de tierra firme
permanecen desde pocas semanas o meses o varios cientos de años
Se forman por procesos tales como: la deformación o la fractura de rocas estratificadas (fallas
geológicas), por la represa natural en un río causada por la vegetación, por deslizamiento de
tierras, por los glaciares que excavan amplias cuencas.
Zona litoral: es la parte de orilla en al cual la luz llega hasta el fondo y esta formada por la
vegetación enraizada y animales grandes.
Zona limnética: Formada por aguas superficiales y abarca hasta la profundidad de donde
penetra la luz en la cual donde predominan el fito y zooplancton.
Zona Bentonita: Es común en la zona litoral y zona profunda pero en ella se realiza la
descomposición de materia orgánica precipitada.
Zona Profunda: Se inicia esta marca por los rayos solares no penetran, no hay vegetales,
puesto que a ella no llegan los rayos solares para realizar la fotosíntesis.
2. RÍOS (LOTICOS)
Los hábitats de las corrientes de agua o lóticos, incluyen todas las partes del curso de los ríos:
los arroyos y manantiales de su cabecera, la zona central del valle, con sus estanques y sus
rápidos, la zona de la llanura aluvial, y los estuarios en los que vierten sus aguas al mar.
El arroyo es la corriente superficial más elemental que forman los ríos y se forman del agua de
las precipitaciones que se infiltran en el terreno. Los ríos corren en zonas altas o superiores
(montañas) a las zonas bajas o inferiores (planicie o llanura), por lo que un nacimiento de un rió
es el punto mas alto, y la desembocadura, su punto mas bajo, que puede corresponder al nivel
del mar.
Los ríos han sido utilizados como sumideros para los desechos de la agricultura y de la
industria. Gracias a su corriente y naturaleza ecológica, los ríos son capaces de regenerarse
por sí mismos al admitir cantidades asombrosas de afluentes. Sin embargo, todos los ríos
tienen un límite de capacidad de asimilación de aguas residuales y fertilizantes provenientes de
las tierras de cultivo. Si se supera este límite, la proliferación de bacterias, algas y vida vegetal
consumirá todo el oxígeno disuelto en el agua (eutrofización) y ahogará a insectos y peces, lo
que destruye todo el ecosistema fluvial ya que se interrumpen las cadenas tróficas.
Las especies que viven en arroyos de corriente rápida muestran adaptaciones que les permiten
mantener su posición en el agua. Algunas, como la trucha común y ciertas ninfas de efímeras,
tienen formas hidrodinámicas, lo que reduce su resistencia a la corriente. Otros organismos,
como las ninfas de efímera y de los plecópteros, tienen cuerpos aplanados, lo que les permite
esconderse bajo las piedras y aferrarse a ellas. Hay otros, como las larvas de los simúlidos,
que se fijan a las rocas por medio de garfios y ventosas; ciertas larvas de frigánea se
construyen vainas con pequeños guijarros, que anclan sobre las rocas. Entre las plantas, las
variedades representativas incluyen el musgo de agua, que se aferra a las rocas y se alinea
con la corriente. Algunas algas crecen adheridas a las rocas y están cubiertas con una capa
gelatinosa para reducir la fricción del agua.
Donde se ensancha el cauce, permitiendo que las aguas de los márgenes fluyan más
despacio, este tipo de organismos son reemplazados por otros, como la perca, el pez luna, e
insectos acuáticos nadadores, adaptados a corrientes más lentas y a temperaturas más altas.
Puede desarrollarse plancton vegetal, y aparecer plantas acuáticas con raíz a lo largo de las
riberas.
La mayor parte de las corrientes de agua dependen de los ecosistemas terrestres adyacentes
como fuente primaria de energía. Las hojas y la madera de la vegetación de las orillas, una vez
reblandecidas por bacterias y hongos, son consumidas por un grupo de insectos acuáticos
llamados trituradores. Las partículas de materia orgánica, junto con fragmentos de algas
desprendidos de las rocas por otro grupo denominado raspadores, son extraídos de la corriente
por los recolectores. Uno de estos es la frigánea, que teje una red subacuática. De todos ellos
se alimentan los peces e insectos depredadores.
Tipos de cursos
Curso superior o de gravedad alta: El curso Superior de un río es donde nacen los ríos.
Generalmente, coincide con las áreas montañosas de una cuenca determinada. Aquí, el
potencial erosivo es mucho mayor y los ríos suelen formar valles en forma de V al encajarse
en el relieve. Algunas veces, cuando esta parte de un río se encuentra en un clima seco
pueden denominarse barrancos, ramblas o torrentes.
Curso medio o de gravedad inestable: Generalmente, en el curso medio de un río suelen
alternarse las áreas o zonas donde el río erosiona y donde deposita parte de sus
sedimentos, lo cual se debe, principalmente, a las fluctuaciones de la pendiente y a la
influencia que reciben con respecto al caudal y sedimentos de sus afluentes. A lo largo del
curso medio, la sección transversal del río habitualmente se irá suavizando, tomando forma
de palangana seccionada en lugar de la forma de V que prevalece en el curso superior. A lo
largo del curso medio, el río sigue teniendo la suficiente energía como para mantener un
curso aproximadamente recto, excepto que haya obstáculos.
Curso inferior: Es la parte en donde el río fluye en áreas relativamente planas, donde suele
formar meandros: establece curvas regulares, pudiendo llegar a formar lagos en herradura.
Al fluir el río, acarrea grandes cantidades de sedimentos, los que pueden dar origen a islas
sedimentarias, llamadas deltas y también puede ocasionar la elevación del cauce por
encima del nivel de la llanura, por lo que muchos ríos suelen discurrir paralelos al mismo por
no poder desembocar por la mayor elevación del río principal: son los ríos tipo Yazoo. De
un río que termina en una boca muy ancha y profunda se denomina estuario.
La importancia de los ríos trasciende las fronteras nacionales y los intereses locales. De ahí
que para su conservación y manejo se necesite un acercamiento equilibrado entre los países
en desarrollo y los desarrollados, para dividir equitativamente entre ambos los costos de su
conservación gracias al reconocimiento de los ríos como un recurso natural mundial.
3. ESTUARIOS
Las aguas litorales son zonas de transición donde la tierra se une con el mar originando
ecosistemas muy característicos, como las lagunas costeras y los estuarios. Los estuarios son
extremadamente valiosos desde el punto de vista biológico, económico. Además estos
ecosistemas son esenciales como área de crianza de una gran variedad de peces marinos,
costeros y camarones.
En las aguas estuarinas se presentan condiciones muy especiales: cuando la marea sube
penetra el agua salada y cuando la marea baja sale el agua dulce hacia el mar. Los estuarios
son las entradas del mar en las desembocadura de los ríos, por tanto el factor salinidad es
intermedio entre el mar y el agua dulce de los ríos. Los estuarios presentan factores físicos
como la salinidad. temperatura, movimientos y flujos de las aguas marinas, los cuales son más
susceptibles de variación en las zonas cercanas a la costa que en altamar. Los organismos
vivos presentes en estos ecosistemas obtienen las sustancias alimenticias fácilmente, de modo
que éstos ecosistemas son muy fértiles y con sobreabundancia de individuos.
En los estuarios se pueden encontrar gran diversidad de organismos tales como: fitoplancton,
microflora béntica ( organismos que viven dentro o sobre el fango, la arena o roca), macroflora
(plantas grandes como el mangle), zooplancton (larvas y huevos de crustáceos, etc). Los
organismos característicos de los estuarios han desarrollado adaptaciones especiales para
hacer frente a las mareas y grandes variaciones de salinidad lo que les permite aprovechar los
grandes beneficios de éstas zonas fértiles y ricas en sustancias alimenticias. Los estuarios,
deltas y marismas son los ecosistemas acuáticos más fértiles, en los que es mayor la variedad
de seres vivos. Éstos se caracterizan por su gran adaptación a las mareas. En estos
ecosistemas depositan sus huevos muchas especies animales (moluscos, crustáceos y peces)
y son lugar de descanso de peces migradores (como el salmón y la anguila).
En los estuarios y lagunas costeras existen 3 categorías ictiotróficas dentro de la trama trófica
general del ecosistema:
1. Consumidores Primarios: categoría en la que se incluyen peces planctófagos fito y/o zoo,
peces detritívoros y peces omnívoros (peces tipo 1) .
2. Consumidores de Segundo Orden: categoría en la que se incluyen los peces
predominantemente carnívoros, aun cuando pueden incorporar en su dieta algunos vegetales y
detritus, pero sin mucha significación cuantitativa (peces tipo 2).
3. Consumidores de Tercer Orden: categoría en la que se incluyen peces exclusivamente
carnívoros, donde los vegetales y el detritus es un alimento accidental (peces tipo 3).
Fig. 1. Composición de las comunidades ictiofaunísticas en los estuarios y lagunas costeras:
(1) peces dulceacuícolas, (2) peces migratorios en tránsito, (3) y (4) peces marinos eurihalinos,
(5) y (6) peces marinos estenohalinos. Explicación en el texto.
En los ecosistemas marinos se distinguen distintas zonas ocupadas por seres vivos diferentes.
La profundidad de las aguas es importante porque de ella dependen la luz y la temperatura y,
por tanto, el tipo de organismos que se encuentran en estos ecosistemas.
1. MARES
En el medio oceánico la luz solar penetra en el mar tan sólo unos 200 metros.
A mayor profundidad, las aguas se encuentran en oscuridad absoluta. A la zona iluminada del
mar se le denomina región fótica. A la zona oscura región afótica.
En la zona batial (entre 200 y 4.000 m) vive el necton, formado por peces, calamares, tortugas
marinas, focas y ballenas.
En la zona abisal (más de 4.000 m) vive el bentos, constituido por estrellas de mar, esponjas y
otros animales. A pesar de que la zona abisal es un ecosistema relativamente pequeño, sus
aportes a la biodiversidad son significativos en cuanto a la variedad de especies presentes en
ella, ya que muchos de los organismos que habitan estos abismos son únicos y no se
encuentran presentes en ninguna otra región geográfica de la Tierra.
Los componentes abióticos del ecosistema marino son una parte líquida, el agua, y otra sólida
que la contiene, las costas y fondos. Pueden vivir en dos ambientes muy diferentes. Las
comunidades que las pueblan conforman el sistema pelágico y sus comunidades forman
el sistema bentónico.
En este tipo de ecosistema los factores físicos determinan la vida . Desde el punto de vista
energético disponen de auxilios provenientes de las mareas, olas, corrientes frías o calientes,
salinidad, temperatura, intensidad luminosa .Estos aspectos influyen en la composición de las
sustancias alimenticias propias de estos ecosistemas, como también en el comportamiento,
desarrollo e interrelaciones de los organismos.
Las cadenas alimenticias marinas se inician con el fitoplancton y el zooplancton y terminan con
animales grandes como tiburones, calamares, y peces grandes, lógicamente con eslabones
intermedios como son los animales medianos.
Los océanos cubren casi tres cuartas partes de la superficie terrestre. La vida se extiende
hasta sus zonas más profundas, pero los organismos fotosintéticos se limitan a las zonas
superiores iluminadas. El mar tiene una profundidad media de 3 km y, excepto por una fracción
relativamente pequeña de la superficie, es oscuro y frío. Por consiguiente la mayor parte de su
volumen es habitado por bacterias, hongos y animales, y no por plantas.
El medio marino rebosa de formas de vida. Desde la región litoral hasta las grandes
profundidades avísales, el océano exhibe una riquísima diversidad biológica. De los Tipos
(filos) de organización que una mayoría de zoólogos admiten, quince son endémicos del
océano, diecisiete se reparten entre mares y tierras y solo un filum es endémico de la tierra
firme.
2. ZONA COSTERA
1. MANGLARES
El manglar es un ecosistema marino-costero ubicado en los trópicos y subtrópicos del planeta.
Las costas de América Latina, desde México hasta el Perú se benefician de la presencia de
este ecosistema. En algunas regiones del continente americano, a los manglares se los
denomina bosques salados. Esto se debe a que el ecosistema está compuesto principalmente
por especies halófitas, es decir, especies vegetales tolerantes y sujetas a inundaciones de
agua salada.
Los mangles son especies leñosas de gran productividad biótica, que crecen y se desarrollan
en las zonas intermareales y terrenos anegados de los deltas y estuarios litorales, y se
localizan sobre suelos salinos, arenosos, fangosos, arcillosos, con poco oxígeno y a veces
ácidos. Los manglares constituyen un ecosistema irremplazable y único, que alberga a una
increíble biodiversidad por lo que se los considera como una de las cinco unidades ecológicas
más productivas del mundo. Las raíces áereas del manglar surgen de las aguas saladas en
costas, estuarios y deltas. Es muy característico el entretejido que forman estas enormes
raíces, solamente visibles durante la bajamar, en donde viven y se desarrollan gran variedad
de especies de peces, moluscos y crustáceos.
Control de inundaciones
Estabilización de la línea costera/ control de erosión
Retención de sedimentos y sustancias tóxicas purificando el agua que llega al mar
Desalinización del agua que ingresa a tierra firme
Fuente de materia orgánica, producción de hojarasca y exportación de biomasa
Protección contra tormentas / cortina rompevientos
Estabilización de microclimas
Los manglares del Caribe están formados por cuatro especies de mangles que tienen
distribuciones características en el ecosistema:
El mangle rojo, Rhizophora mangle, es el árbol más típico; tiene raíces de zanco que lo
sostienen dentro del agua.
El mangle salado, Avicennia germinans, tiene raíces aéreas para respirar en fangos
anóxicos y glándulas que excretan el exceso de sal. Crece detrás del anterior, en zonas
parcialmente inundables.
El mangle blanco, Laguncularia racemosa y el botoncillo, Conocarpus erecta, ocupa zonas
emergidas.
Clima cálido.
Alta humedad atmosférica, que no es característica del Caribe.
Mareas fuertes, que tampoco se registran en el Caribe.
Cierto grado de salinidad que elimina la competencia de otras especies.
2. ARRECIFES
Un arrecife de coral es un tipo de arrecife biótico que se desarrolla en aguas tropicales. Son
estructuras formadas por esqueletos de corales que van creciendo por el deposito de los
nuevos esqueletos a razón de 2 o 5cm por año. Son propios de los mares tropicales como los
océano pacifico e indico el Caribe.
Son estructuras sólidas del relieve del fondo marino formadas predominantemente por el
desarrollo acumulado de corales pétreos, no obstante también se pueden encontrar en la Zona
nerítica debido al oleaje y las corrientes marinas, estas zonas reciben un flujo continuo de
nutrientes, lo que las convierte en hábitats ideales para una gran diversidad de especies
acuáticas.
Por su situación estratégica entre la costa y el mar abierto. Los arrecifes sirven de barreras que
protegen a los manglares y praderas de yerbas marinas de los embates del oleaje; los
manglares y praderas de yerbas, a su vez, protegen al arrecife de la sedimentación y sirven de
áreas de reproducción y crianza para muchas de las especies que forman parte del ecosistema
del arrecife.
Para garantizar el crecimiento del arrecife de coral se requiere una temperatura del agua de
entre 20 y 28 °C. Los arrecifes de coral se encuentran en los océanos, generalmente entre el
trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio, debido a que los corales constructores de
arrecifes viven en estas aguas. Estos corales se encuentran principalmente en la zona fótica
(menos de 50 metros de profundidad), donde la luz solar alcanza el suelo y ofrece a los corales
suficiente energía. Debido a esto, los arrecifes de coral crecen a mayor velocidad en aguas
cristalinas, donde la luz solar es menos absorbida por el agua oceánica.
Existen diferentes tipos de corales: los corales blandos o ahermatípicos y los corales duros,
mejor conocidos como pétreos o hermatípicos. En los arrecifes del Indo-Pacífico se han
identificado hasta 700 especies, mientras que en el Atlántico hay alrededor de 145 especies y
en el Caribe se han descrito 60 especies de corales pétreos. En ellos han evolucionado
increíbles interacciones biológicas.