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CRISIS ENERGÉTICA DE 1973

INFOGRAFIA
INTRODUCCION

Con la llegada de la revolución industrial y los cambios bruscos en los métodos


de producción nuevos los cuales empleaban maquinarias que necesitaban de
fuentes de energía para poder funcionar nacen nuevos mercados dispuestos a
satisfacer esta demanda por medio de fuentes de energía rápidos y baratos, uno
de los principales fue el petróleo, junto con el carbón entre otros, el crudo fue el
principal debido a su basto uso y a su efectiva utilización, este prometía ser en
principio un bien prácticamente inagotable y de fácil acceso por su precio y su
rápida explotación y bajos costos ya que los campos en principio se encontraban
muy fácil y en lugares donde era Fácil su extracción, con el pasar del tiempo este
bien fue tomando su connotación de bien limitado, a tal medida de que la
demanda del crudo crece a medida que lo hace una economía esto da denotar
mucho para las autoridades de cada país quienes a largo plazo tendrán que optar
por formas de fuentes de energía diferentes y sustentables en el tiempo, la crisis
energética de 1973 fue un grito de conciencia para la economía mundial sobre
el uso racional de las energías y de nuevas alternativas a futuro, de cómo este
puede afectar a un país en vías de desarrollo mas que a uno industrializado y
como puede ser creador de grandes y profundas crisis si se mantiene una
dependencia a largo plazo de este bien limitado. El mundo consume actualmente
218 millones de barriles equivalentes de petróleo diariamente de combustibles
de origen fósil, de los cuales un 40% corresponde a petróleo propiamente dicho,
24% a carbón y 23% a gas natural. Es de anotar que el 35% de la energía
mundial la consume el sector automotriz, el cual depende a su vez en un 96%
del petróleo y sus derivados.

ANÁLISIS DE DATOS
ORÍGENES DE LA CRISIS
Entre el final de la Segunda Guerra Mundial y bien entrados los años 70, Japón,
Estados Unidos y Europa consumían petróleo masivamente. Es decir, en
occidente existía una fuerte dependencia del petróleo. Mientras tanto, el valor
del dólar estadounidense caía de valor entre otras cosas como consecuencia de
la guerra de Vietnam. La economía norteamericana comenzaba a mostrar
síntomas preocupantes como una desaceleración en el crecimiento.

Por su parte, el presidente Nixon decidió desligar el dólar del patrón oro, dando
por finalizado el sistema pactado en los acuerdos de Bretton Woods. A todo esto,
hubo que añadir un gran detonante: la guerra del Yom Kippur. Los países árabes
de la OPEP decidieron establecer un embargo a los países occidentales que
apoyaron a Israel en aquel conflicto.

La guerra árabe-israelí de 1973, también conocida por el nombre de festividades


religiosas judía (Guerra del Yom Kippur) y musulmana (Guerra del Ramadán),
enfrentó a Israel contra Egipto y Siria. Fue la cuarta de las guerras que
enfrentaron al estado hebreo con los países árabes.

Dos factores principales explican su desencadenamiento. En primer lugar, el


fracaso en la resolución de los problemas surgidos de la guerra de 1967. La
negativa israelí a devolver los territorios arrebatados a Siria (los altos del Golán)
y a Egipto (la península del Sinaí) y el fracaso de las propuestas de paz de Anuar
el Sadat, el nuevo líder egipcio llevó la situación a un punto muerto. La resolución
242 del Consejo de Seguridad de la ONU pedía en términos vagos la retirada de
Israel de los territorios ocupados en 1967. Fue votada por 13 miembros, China
se abstuvo y EE.UU. la vetó. Egipto cada vez se hallaba más decidido a lanzar
una guerra limitada. En segundo lugar, Israel era consciente de su superioridad
militar. Esa confianza le llevó a negarse a cualquier cesión de territorios, pero
también hizo que el ataque árabe de 1973 cogiera por sorpresa a sus fuerzas
armadas.

El ataque árabe por sorpresa empezó el 6 de octubre de 1973 (el día del Yom
Kippur, la festividad religiosa judía más importante). Los avances egipcio y sirio
fueron fulgurantes. Los egipcios cruzaron el Canal de Suez y los sirios tomaron
los Altos del Golán. Sin embargo, a partir del 10 de octubre se inició el
contraataque israelí. En ese momento tanto la URSS como EE.UU. organizaron
puentes aéreos masivos llevando armas a sus aliados. Las tropas israelíes
reconquistaron los Altos del Golán y volvieron a cruzar Suez.

Las dificultades egipcias hicieron que Moscú advirtiera sobre la posibilidad de


enviar tropas a ayudar al régimen de Sadat. Henri Kissinger, Secretario de
Estado norteamericano, viajó a Moscú para negociar una solución. Finalmente,
las partes enfrentadas siguieron una resolución de la ONU que pedía el
inmediato alto el fuego. El 25 de octubre de 1973 callaron las armas.

Además de los casi 15.000 muertos del conflicto (8.500 árabes y en torno a 6.000
israelíes), la guerra de 1973 tuvo importantes repercusiones: el alineamiento de
los países árabes de la URSS se hizo más estrecho, la imagen de invencibilidad
del ejército israelí fue destruida, Israel se hizo más dependiente de EE.UU y,
sobre todo, la guerra propició que la OPEP, donde los estados árabes tenían un
peso decisivo, decidiera una brusca subida del precio del petróleo que
desencadenó una espiral inflacionista que llevaría a una gran crisis económica.

DESARROLLO Y CONSECUENCIAS DE LA CRISIS

Debido a la fuerte dependencia que existía del petróleo procedente de Oriente


Medio, los países occidentales se vieron sumidos en una grave crisis económica
mientras el precio del petróleo aumentaba. El precio del barril de petróleo
aumentó de los 2,90 dólares a los 11,90 dólares.

Ante un aumento desorbitado de los precios del petróleo y los problemas de


suministro, muchos países optaron por reducir su dependencia del crudo
apostando por otras fuentes de energía. Francia, por ejemplo, apostó por la
energía nuclear, mientras que Estados Unidos y Canadá optaron por la quema
de residuos de madera.

Mientras tanto, muchos países de la OPEP, que se hallaban en vías de


desarrollo, nacionalizaron las empresas petrolíferas y vieron cómo sus ingresos
públicos aumentaban notablemente. En otras palabras, los países árabes
exportadores de petróleo experimentaron un notable crecimiento económico a
corto plazo, sin embargo, no fue así a largo plazo.

Ante el embargo llevado a cabo por las naciones de Oriente Medio, se produjeron
importantes problemas de suministro energético y las consecuencias sobre los
países más desarrollados no tardaron en hacerse notar. Pese a que el embargo
duró seis meses (se levantó en marzo de 1974), se produjo un aumento de
la inflación y muchos países entraron en una etapa de bajo crecimiento
económico. Precisamente en este periodo económico, marcado por una
elevada inflación y una economía estancada se acuñó el término “estanflación”.

CONTROL DE PRECIOS Y RACIONAMIENTO.

Las gasolineras de Oregón desplegaron letreros explicando el sistema de


banderas en el invierno de 1973-1974.

La crisis se agravó aún más a causa del control de los precios en Estados
Unidos, que limitó el precio del "petróleo antiguo" (ya descubierto), mientras
permitía que el petróleo recién descubierto pudiera ser vendido a un precio más
elevado, lo que supuso una retirada del petróleo antiguo del mercado y una
escasez artificial. El objetivo era promover las prospecciones petrolíferas. Esta
escasez llevó al racionamiento de gasolina (que también se produjo en muchos
otros países). Los automovilistas se enfrentaron a largas colas en las
gasolineras.

En Estados Unidos, los conductores de vehículos cuyas matrículas acabaran en


número impar (o matrículas personalizadas) fueron autorizados a adquirir
carburante sólo en los días impares del mes, y la misma norma se aplicó a los
propietarios de vehículos con matrículas pares. Eso sí, a excepción del día 31
de los meses de 31 días, o el 29 de febrero en los años bisiestos, si bien este
último día nunca se aplicó la norma, ya que las restricciones habían sido
eliminadas en 1976.

En algunos estados de Estados Unidos se utilizaron carteles y banderas de tres


colores diferentes para indicar la disponibilidad de gasolina en las estaciones de
servicio. Una bandera verde indicaba venta ilimitada de gasolina. Una bandera
amarilla denotaba restricciones y racionamiento. Una bandera roja indicaba que
no se disponía de gasolina, pero la estación de servicio estaba abierta para otros
servicios. Los cupones de racionamiento de gasolina fueron encargados
en 1974 y 1975 para la Administración Federal de Energía, pero nunca fueron
realmente utilizados durante esta crisis o la de 1979.

Muchas competiciones automovilísticas se paralizaron o se retrasaron debido al


racionamiento. El Rally de Córcega de 1973 se retrasó un mes, y el de Rally de
Montecarlo y Suecia de 1974 no se realizaron.2

MANTENIMIENTO Y REDUCCIÓN DE LA DEMANDA

En 1973, Nixon nombró a William E. Simón como el primer director de la Oficina


Federal de Energía. Para intentar reducir el consumo, en 1974 se estableció un
límite máximo de velocidad de 55 mph (unos 90 km/h) mediante la Ley de
Emergencia de Ahorro de Energía en Autovías. Por otro lado, en 1975 se
constituyó la Reserva Estratégica de Petróleo de EEUU, y en 1977 se creó el
Departamento de Energía, además de la Ley Nacional de Energía de 1978.

Se impuso el horario de verano entre el 6 de enero de 1974 y el 23 de


febrero de 1975. Esta medida generó importantes críticas, ya que obligó a
muchos niños a ir a la escuela antes del amanecer. La norma tradicional, que
adelantaba los relojes una hora el último domingo de abril, fue restaurada en
1976.

La crisis también concienció a las empresas y los particulares sobre el ahorro


energético. Muchos periódicos llevaban anuncios a página completa.

Después de que los estándares de la CAFE fueran aprobados por el Congreso


en 1975, los "Tres Grandes" fabricantes de automóviles de EEUU pusieron en
marcha la reducción de los tamaños de los automóviles para que tuvieran un
consumo máximo de 9 litros a los 100 km. En 1980 ya no había automóviles de
lujo con 3,3 m de distancia entre ejes y peso bruto promedio de 2000 kg. Los
fabricantes de automóviles comenzaron a imitar a los fabricantes europeos
eliminando gradualmente la tradicional tracción trasera, menos eficiente que
la tracción delantera.

Aunque no estaban regulados por la nueva legislación, los grupos de


automovilismo de carreras introdujeron voluntariamente políticas de ahorro. En
1974 se cancelaron las 24 horas de Daytona y la NASCAR redujo las distancias
de las carreras en un 10%. La ronda de clasificación de 500 millas de
Indianápolis se redujo de cuatro días a dos, y se eliminaron varios días de
entrenamientos.

DETERMINACIÓN DEL ÁRBOL DE PROBLEMAS.

Racionamiento
Embargo Incremento en la energético y
consecuencias petrolero inflación. reducción de
producción
problema

problema Crisis energética de los 70


problema

Devaluación
El presidente
del dólar
Conflicto de Nixon decidió
causas como
Yom Kippur desligar el dólar
consecuencia
problema del patrón oro
de la guerra
de Vietnam
POLÍTICAS ECONÓMICAS EMPLEADAS

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la crisis que vivía el mundo


era tal que en el Reino Unido la fuerza laboral sólo podía trabajar tres días a la
semana con el fin de ahorrar energía. Las tiendas de bicicletas de Europa no
dieron abasto debido a la creciente demanda por la reducción del uso de los
automóviles. En Estados Unidos el Gobierno limitó los días de circulación de los
vehículos según el número de sus placas, el equivalente colombiano del Pico y
Placa. Y las largas filas en las estaciones de gasolina fueron una imagen que se
vio en varios países.

Asimismo, “en Estados Unidos se emitió una ley federal que prohibía que los
conductores superaran las 55 millas por hora. Lo que empezó como una
estrategia para ahorrar combustible resultó en una alta reducción en la
accidentalidad. Un experimento que dio luz al límite de velocidad como ley de
tránsito”.

En el Reino Unido, los laboristas volvieron al poder precisamente entre 1974 y


1979, en los años más difíciles de la recesión, poniendo en marcha un “contrato
social” con los sindicatos, consistente en ciertas garantías contra los despidos y
la realización de algunas nacionalizaciones, a cambio de una política estricta de
limitación de salarios. La continua reducción del poder adquisitivo y el aumento
del paro exasperaron a los trabajadores, acabando con el contrato social y dando
lugar a una oleada de huelgas sin precedentes en el invierno de 1978-1979, que
a su vez originó un fuerte malestar entre las clases medias. Los laboristas se
encontraron en una situación difícil, con su credibilidad dañada ante la clase
obrera y los sectores medios, al tiempo que con una débil mayoría parlamentaria
que dependía de los diputados nacionalistas galeses y escoceses. Finalmente el
gobierno laborista fue derribado en 1979 por una moción de censura y los
electores británicos optaron por votar masivamente a favor de la experiencia
liberal que les propuso Margaret Thatcher, la líder del partido conservador.
En Alemania, la socialdemocracia, en el poder desde 1969, encajó mal el golpe
de la crisis: hundimiento de la producción industrial, fuerte caída de las
inversiones, brusco aumento del paro. Aun así, el gobierno de Helmut
Schmidt logró enderezar la situación a partir de 1975-1976, sin renunciar a su
política de gasto social e intervención estatal. Sin embargo, no pudo resistir la
embestida de la segunda crisis petrolera de 1979, que deterioró la balanza
comercial y causó un nuevo retroceso de la actividad económica. Hacia 1982, en
la RFA había 2 millones de parados y la economía estaba estancada. En esta
situación los liberales, coaligados en el gobierno con el SPD, pero por tradición
contrarios al intervencionismo estatal, reclamaron la congelación de las reformas
y el recorte de los gastos sociales. Ante la negativa del SPD, el Partido Liberal
abandonó el gabinete y estableció una alianza con los cristianodemócratas,
derribando al gobierno socialista en octubre de 1982 a través de una moción de
censura que llevó al poder a una coalición entre cristianodemócratas y liberales.

En Francia, el inicio de la crisis coincidió con el inicio de la presidencia de la


República partidario de un “liberalismo avanzado”. Sus dos primeros años de
presidencia fueron de continuidad del intervencionismo y del Estado provisor,
pero la persistencia de las dificultades económicas llevó al gobierno de
centroderecha a un retorno acentuado a la economía de mercado y a las
prácticas liberales (liberalización de precios, suspensión de ayudas a las
empresas no rentables, disminución de cargas sociales a las empresas). El
descontento social ante el paro y el reforzamiento de la izquierda francesa
permitió la llegada al poder de los socialistas en 1981, poniendo en marcha una
política inversa. Anticipándose a una recuperación económica mundial esperada,
que no llegó a producirse, el gobierno contó con el “tratamiento social del paro”
y con el despegue del consumo para aportar una solución a la crisis. Los
resultados de la política socialista (bajada de los salarios, aumento del número
de empleados públicos, descenso de los tipos de interés, contratos de trabajo
con ventajas fiscales, reducción de la jornada semanal) fueron decepcionantes:
apenas lograron mantener el paro alrededor de 2 millones, pero provocaron un
aumento del déficit presupuestario, un desequilibrio de la balanza comercial y un
aumento de la deuda nacional. La vía socialista se había visto incapaz de atajar
la crisis, por lo que desde 1983 se abrió la vía de las soluciones liberales.
Bibliografía

https://www.usfq.edu.ec/publicaciones/polemika/Documents/polemika001/
polemika001_007_articulo003.pdf

http://xivrem.ujaen.es/wp-content/uploads/2011/11/24-R-106M706.pdf

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