Introducción a los Estudios Literarios -Apunte Nº 2

Prof. Martha Bezunartea

La teoría del canon literario

El concepto “canon” surge vinculado a lo religioso. Era el conjunto de

libros que la Iglesia consideraba sagrados.
Para muchos críticos modernos, el canon es el elenco o relación de
obras, que en virtud de determinados criterios, se consideran
esenciales, en cuanto portadoras de valores estéticos y/o morales,
que merecen ser preservados y transmitidos de generación en
generación.
En la sociedad existe un criterio de selección de lo literario y obras
determinadas como “clásicas”, portadoras de valores trascendentes y
que se socializan a través de la escuela, el periodismo, la crítica, etc.
El llamado “canon occidental” es un catálogo de obras con valores
reconocidos de tradición indiscutible sobre los que se asienta el
desarrollo de la cultura occidental.
Fuera de él circula la literatura o alternativa o de los márgenes.
El canon ha variado en diferentes épocas. Depende del gusto, de la
moda, de factores ideológicos y culturales. Hoy aparece dentro del
canon las letras de rock, el graffitti, las historietas, los guiones
cinematográficos, las letras de tango, etc.
El canon se fija en los modelos educativos, desde la Edad Media.
Tradicionalmente se elaboran listados de obras relevantes para la
formación de un preciso gusto poético.
Si bien son relaciones dinámicas las que mueven la formación de un
canon, una vez construido ejerce presión como un peso de la
tradición. El canon es así, el conjunto orgánico o articulado de libros
que deben ser leídos por su valor. Pero también las características de
esos libros, abstraídas de las obras concretas, se convierten en una
serie de reglas o principios para escribir y de cómo leer. El canon se

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convierte en una fuente de autoridad y de los libros canónicos se

derivan principios canónicos de lectura y de escritura.
A medida que se modifica el canon, también lo hace lo canónico. El
proceso de modificación del canon se produce sobre todo por la
incorporación de nuevos autores al canon.
La teoría del canon ha sido desarrollada principalmente en Estados
Unidos, a partir de debates puntuales a fines del siglo XX. No
obstante, es una teoría que se ha discutido a nivel mundial.

Harold Bloom y el canon occidental

Hacia 1990, en Estados Unidos se da una crisis de oposición entre

conservadores (como H. Bloom) y otros multiculturales o
culturalistas, que reclaman su propia visión de mundo, pertenecen a
la escuela feminista (como Lilian Robinson); a la cultura
afroamericana (como Henry Louis Gates) y otros intermedios (como
Jonathan Culler).
En este contexto, Bloom publica “El canon occidental”, como una
manera de defender una lista de unos 26 autores en torno a la figura
central de W. Shakespeare, de los que sólo dos son mujeres (Jane
Austin y Emily Dickinson) y todos autores blancos.
Bloom identifica valores estéticos, se asegura de su transmisión, ante
lo que considera “las resentidas actitudes de los críticos minoritarios”.
Dice Bloom que “un escritor se confirma como canónico cuando en
cada nueva generación hay escritores fuertes que para hacerse un
lugar en el canon deciden que deben luchar con él y no con otros”.
Este crítico norteamericano quita el elemento ideológico y valora sólo
la cuestión estética e individual. Dice que ante esas lecturas no es el
ser social o colectivo el que se mejora, sino el yo individual.
Afirma que la literatura no debe intervenir en conflictos políticos.

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Lilian Robinson: la identidad femenina del canon

Ya en 1988, Lilian Robinson denunciaba que el canon literario fuera

construido por y para hombres. Proponía analizar el canon recibido de
modo crítico para leerlo de otro modo, identificando ideologías
sexistas, para humanizarlo. O, armar otro canon sólo de mujeres.
También propuso abrir el canon literario a otros estilos: cartas,
diarios, autobiografías, historias orales, poesía privada, que son
estilos típicamente femeninos.

Henry Louis Gates – el canon afroamericano

Gates lucha contra la “derecha cultural” norteamericana que pretende

vaciar la literatura de cualquier significado político. Él, como la
izquierda cultural, reclama la politización de la literatura para
defender sus principios, que consisten en incorporar las voces de
autores afroamericanos al canon.
La idea de canon como tradición, como recuperación de una identidad
sirve para el cambio social, la actuación. Para ello deben construirse
con todo el universo social y cultural.

Jonathan Culler: las nuevas humanidades

Culler mantiene una posición conciliadora, en 1988 pretende salvar el

sentido crítico de la teoría en su obra “El canon literario” y en el
capítulo “El futuro de las humanidades” dice que la cultura
norteamericana es multilingüística y multirracial por lo que no se
puede hablar de modelos unitarios de pensamiento occidental, sobre
todo en educación. Hay que aceptar las perspectivas de alteridad, la
visión multicultural.

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John Guillory: el mapa canónico

Este crítico vincula el canon a las instituciones escolares. Es un

recurso de transmisión de valores, no necesariamente estilísticos.
Dice que hay “complejos institucionales” que permiten la
perpetuación de juicios de valor y que unas determinadas obras
mantengan su vigencia inalterable y que construyen una suerte de
“mapa” en el que existen relaciones sociales y culturales.

Aportes europeos a la teoría del canon

En Europa aparece una idea de la literatura como organismo

jerarquizado de modelos que se relacionan y oponen entre sí. Los
cánones se forman porque hay obras que se apoyan en fuerzas
estéticas o doctrinales que resisten a nuevas creaciones situadas en
la periferia, que luchan por ocupar su lugar.
Desde la Escuela de Tartu, Lotman postula que los textos surgen
como consecuencia de los esquemas ideológicos de la cultura.
Por su parte, Bourdieu, en “Las reglas del arte. Génesis y estructura
del campo literario” (1992) intenta definir las claves del canon
estético de la cultura occidental actual. El autor habla de un elemento
unificador del canon: el gusto, relacionado con los hábitos de
consumo cultural. La institución escolar crea hábitos de
“enclasamiento”, de pautas de urbanidad, que determinan la fijación
y vigencia de los modelos culturales y la estratificación interna de los
objetos que los constituyen.
“El canon se forma cuando se verifica la capacidad de perdurar de las
obras que lo integran, proyectándose en una línea diacrónica al
intervenir, a su vez, en la construcción de esas pautas educativas.”
(Gómez Redondo, 2008:484)

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El canon literario escolar

Se denomina “canon escolar” a la selección de textos literarios para

desarrollar las clases.
El primer criterio para la constitución del canon escolar es el género,
otro criterio es el temporal: el seguimiento en etapas donde algunos
autores y obras serían precursores de dicho movimiento o período y
otros tardíos o aislados.
El canon está conformado por la producción literaria actual, la
literatura “juvenil”, los objetos culturales de códigos mixtos como la
historieta y el rock.
Bajo el rótulo de “contemporáneos” una serie de textos proponen la
ampliación del canon escolar.
Entonces, a veces la inclusión de una obra en un canon está dada
por la pertenencia de ciertos textos/autores a la tradición literaria y
por el otro lado también, por la adecuación a los intereses de
determinados lectores. En el caso de la escuela, con la intención de
lograr un éxito pedagógico.
Bibliografía:
Calvino, Ítalo (1994) Por qué leer los clásicos. México. Tusquets
(selección)
Gamerro, Carlos (2003) Harold y el canon literario. Madrid. Campo de
ideas.
Gómez Redondo, Fernando (2008) “23. Teoría del canon.” En Manual
de crítica literaria contemporánea. Madrid. Ed. Cantalia.

Actividades

1. Lee “Por qué leer los clásicos” de Italo Calvino y comentaremos

en la clase. (la lectura es una actividad previa)