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La ideología de género tiene tantos defensores como detractores y no parece que se pongan de

acuerdo. ¿Qué es y cómo se define? ¿Es dañina por cuanto se fija más en cuestiones ideológicas
que biológicas? ¿Qué pesa más en la construcción sexual de un ser humano, lo biológico o lo
social? Dos expertos, María Martín-Vivar, psicóloga, doctora en psicología y especialista en
psicología infantil y Daniel Rama Víctor, psicólogo y especialista en psicología del adolescente,
valoran el complejo asunto.

El pasado 20 de noviembre fue el Día Internacional de los Derechos de los Niños. La Convención de
estos derechos, a lo largo de sus 54 artículos, reconoce que los niños son individuos con pleno
derecho al desarrollo físico, mental y social. Esto se contradice, sin embargo -sostienen- con la
base de la llamada ideología de género que ha estudiado la influencia cultural y social en la
población infantojuvenil. Sus detractores se centran más en la parte física-biológica. Y, ¿qué
ocurre con su desarrollo mental? ¿Nos estamos ocupando de su salud mental?

El sexo hace referencia a lo biológico, que se lee mediante los cromosomas sexuales, XX (niñas) y
XY (niños). Esta diferenciación se produce gracias al gen SRY del cromosoma Y (gen conmutador
del sexo); es este gen el que “escoge”. El sexo no se asigna, está determinado en los genes. Es, por
tanto, una variable biológica. Esto implica requerimientos, susceptibilidades y diferencias
anatómicas, fisiológicas y genéticas entre hombres y mujeres que implican situaciones, problemas
y condiciones exclusivas de uno de los sexos. Negar estas diferencias es dañino para el desarrollo
de la ciencia en favor de la persona.

¿Qué es la ideología de género y por qué levanta tanta polémica?

El término “género” aparece en el año 1995 en la IV Conferencia Mundial de la Mujer. Hace


referencia a la categorización social, a la toma de conciencia de valores, conductas y papeles que
se atribuyen a la persona según el sexo que tenga. Cambian entre países, regiones, grupos
sociales, etc. Negar estas diferencias, o perpetuarlas rígidamente, es dañino para el desarrollo de
las sociedades.

Así, vale la pena el esfuerzo de utilizar el término sexo para aspectos biológicos y el término
género para aspectos relativos a la identidad psicosocial, cultural y relacional, explican. Cuando te
hablan de ideología de género parece que tienes que posicionarte a favor o en contra. ¿Es la
ideología de género “buena o mala”? ¿Favorece o perjudica a los niños?: “Los profesionales
sanitarios estimamos que aunar posiciones y unir intereses es más sano para el desarrollo de niños
y adolescentes. Ellos son los que pueden sufrir los enfrentamientos de los adultos, las batallas
ideológicas y la discrepancia de opiniones. Por encima de los intereses ideológicos y políticos están
ellos, los niños”.
¿Qué es la ideología de género y por qué levanta tanta polémica?

Según el Barómetro 2017 del Proyecto Scopio realizado por el Centro Reina Sofía sobre
Adolescencia y Juventud, los adolescentes referían que el mayor factor percibido de
discriminación es la identidad y orientación sexual. También percibían que la mujer está
discriminada en áreas como la laboral, económica y familiar y, que ellas tienen las mismas
oportunidades que el hombre para ser feliz, para ser independiente o para separarse de su pareja.
La gran mayoría consideraba que la violencia de género es un problema muy grave.

“El sano afán en la búsqueda de la igualdad de derechos y dignidad de todas las personas nos
puede facilitar encontrar puntos comunes entre distintas posturas. Es necesario tener unas
premisas claras que transmitir a nuestros hijos”, defienden los psicólogos y “una cosa es promover
la igualdad de todas las personas y otra es negar la diferencia de sexos. Una cosa es defender la
diferencia de sexos y otra es negar las asimetrías sociales hombre-mujer en diversos ámbitos o las
brechas salariales o de distribución de poder fundamentadas en creencias y atribuciones de
género”.

Para construir una sociedad madura -sostienen- necesitamos que, desde ambas posiciones,
aceptemos que hay diferencias por el sexo, que hay diferencias de género aceptables relativas a la
cultura o costumbres, que hay otras diferencias de género no aceptables, y que estas diferencias
de sexo o de género no deberían implicar diferencia alguna en la dignidad, derechos, poder o
responsabilidades de cada ser humano.

¿Qué es la ideología de género y por qué levanta tanta polémica?

Así, ”imponer que no hay diferencias de género ni de sexo es negar precisamente una realidad de
mucho interés para el desarrollo de cada persona o para la solución de problemas, etc. Por
ejemplo, si queremos prevenir el tabaquismo en adolescentes que están empezando a fumar, la
intervención con chicos será distinta que con las chicas, y será distinta según el país o región,
porque las atribuciones sociales al hecho de que un varón fume o una mujer fume son distintas.
Negar esas diferencias de género nos llevaría al fracaso de la intervención. Pretender negar que
existen esas diferencias es negar la realidad”, explican los expertos.

La ideología de género establece una cuádruple disociación en el ser humano: el sexo biológico
(cuerpo con el que se nace), la identidad de género (identidad que siente la persona y que puede
coincidir o no con el sexo biológico), el rol de género (rol social de hombre o mujer, el cual viene
determinado por la sociedad) y la orientación sexual (hacia quién se siente atraída la persona).
“Entre toda esta información y debate es necesario acudir a las ciencias, biológicas, sociales,
antropológicas, e intentar ser lo más rigurosos posibles. Es importante escuchar y respetar a las
personas, cuando se defiende una u otra postura.
Al revisar la literatura científica comprobamos que no existen muchos estudios que verifiquen las
razones biológicas que determinan qué factores llevan a algunas personas a afirmar que no se
identifican con su sexo biológico. Según varios estudios, entre ellos los del Diagnostic and
Stadistical Manual of Mental Disorders (DSM-5) la mayoría de niños y niñas que se identifican con
un género opuesto al biológico, dejan de hacerlo al llegar a la edad adulta.

El determinismo biológico no es suficiente para entender la identidad de la persona. Es necesario


atender al factor familiar, vivencial, cultural, ambiental, etc., para encontrar los matices. Las
personas cuando nacen “no están hechas del todo”, necesitan “hacerse”: definirse, descubrirse,
conocerse, “saber quién son”.

¿Qué es la ideología de género y por qué levanta tanta polémica?

Es necesario que cuenten con el apoyo incondicional de sus padres -explican- quienes les
transmitan valores y creencias coherentes con su estilo de vida y les puedan demostrar, momento
a momento, que les enseñan, apoyan, acompañan, validan, refuerzan y guían. Que sean modelos y
proporcionen atención y seguridad constantes.

Los padres, sostienen, “también proporcionan autonomía y creen en sus capacidades y potencial
de desarrollo y observan y reconocen sus fortalezas. Les invitan a pensar y reflexionar sin cohibir ni
censurar sus opiniones. Les enseñan a relacionarse mediante habilidades sociales sanas que les
permiten tener un grupo de referencia. Les enseñan gratitud, entusiasmo, optimismo, empatía y
persistencia. Les apoyan personal, familiar, escolar y socialmente. Les enseñan a ser buenas
personas, sin condiciones ni etiquetas, garantizando su salud física y mental”.

Una actitud sencilla- concluyen- y que es sana para el desarrollo de las personas, es la de evitar los
estereotipos de género durante la infancia. Por ejemplo, “las niñas son dulces y los niños son
fuertes”. ¿Es que es menos masculino ser dulce o menos femenino ser fuerte? O en la elección de
los juegos y juguetes, sin obligarles a jugar por diferenciación ni obligándoles a jugar a lo que no
quieren para eliminar diferencias culturales, es sano potenciar que ellos elijan lo que les apetezca
más en cada momento.

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