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Colección Ensayos Doctrinarios

S É N E T T O *

DUCACION
ANTONIO CAPONNETTO egresó como Maestro Normal
nal de la Escuela Normal de Profesores N? 2 "Ma-
iiuno Acosta", y posteriormente como Profesor en Historia
rja l i Facultad de Filosofía y Letras (U.N.B.A.).
I Ejerció la docencia sucesivamente en los niveles pri-
mario, secundario y terciario; siendo ya varias ias cama-
da* do alumnos que encuentran en sus enseñanzas una
gula («idarecedora y segura. Actualmente, se desempeña
en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Uni-
vocidad de Buenos Aires. Su relación con el magisterio y
oon la educación no se agota pues en el terreno de las
u-uil/.aciones —siempre importantes, sin d u d a — sino que
n vínculo vital no interrumpido y alimentado a diario
por una vocación firme.
Dictó numerosas conferencias en la Capital y en el
interior del país. Participó como expositor en simposios,
i ninarios y Congresos Nacionales e Internacionales,
dedicándose en los últimos años, por iniciativa del Insti-
tuto de Promoción Social Argentina (IPSA) y con el res-
i>.riiio de prestigiosos especialistas a la preparación de
Curaos de Perfeccionamiento docente, una tarea de cuyos
buenos frutos dan testimonio la calidad de las solicita-
I I formuladas por personas e instituciones represen-
i IIIVM tanto en el territorio nacional como en el exterior.
ANTONIO CAPONNETTO se desempeña también como
investigador en el Instituto de Ciencias Sociales (FADES-
CONICET) entregado al estudio de Los arquetipos sociales
y »u configuración axiológica y a la búsqueda del valor
• pli lemológlco de los arquetipos y las mentalidades en el
aron do la historia y las disciplinas humanísticas.
i leva publicado diversos trabajos, sobre temas histó-
ilturales, religiosos y educativos; tales como: Las
taliificnciones históricas, Aportes para una historia del
Motttunlumo en la Argentina, La ciudad y la Virgen, De-
finí»» y perdida de nuestra identidad escolar, Crisis y posi-
bilidad** en la enseñanza de la historia, La contaminación
de la cultura por lo pseudoespiritual, La subversión en la
(fMtAanza, Sobre Formación Moral y Cívica, etc. Además
i>iu'torios artículos periodísticos y de variadas recen-
bllográflcas. Tiene en preparación otros ensayos
• i <:-. por un lado con sus investigaciones especí-
II al l ONICET, y por otro, con sus inquietudes
nuni fi ibnndonadas por el pensamiento histórico hispano-
rtninrii'i\i">
l n f . i H ii >••< lual argentino se combinan armoniosa-
iniiiil» « i ilgoi científico, sometido a la más estricta me-
COLECCION ENSAYOS DOCTRINARIOS. 2
ANTONIO CAPONNETTO

PEDAGOGÍA
Y EDUCACIÓN
La crisis de la contemplación
en la Escuela Moderna

COLECCIÓN
ENSAYOS DOCTRINARIOS
COLECCIÓN ENSAYOS DOCTRINARIOS

1. Abelardo PITHOD / CURSO D E DOCTRINA SOCIAL


2. Antonio CAPONNETTO / PEDAGOGIA Y EDUCACIÓN

A JORDÁN BRUNO GENTA


Maestro de la Verdad.

© 1981 by C R U Z Y FIERRO EDITORES


Hecho el depósito que indica la ley 11.723
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina

Prohibida la reproducción total o parcial


sin permiso de los editores
P R Ó L O G O

" . . . Yendo de camino, entró en una aldea, y una


mujer, de nombre Marta, lo recibió en su casa. Te-
nía ésta una hermana llamada María, la cual, sen-
tada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta andaba afanosa en los muchos cuidados del
servicio, y acercándose dijo: Señor, ¿no te preocupa
que mi hermana me deje a mi sola en los quehace-
res? Dile, pues, que me ayude. Respondió el Señor
y le dijo: Marta, Marta, tú te inquietas y te preocu-
pas por muchas cosas, pero sólo es necesaria una.
María ha escogido la mejor parte, la que no le será
arrebatada."

LUCAS 10, 38-42.

Escuela, p a l a b r a t a n frecuente como tergiversada


<n el uso d i a r i o , significa o r i g i n a r i a y p r i n c i p a l -
mente ocio, es decir, el sitio reservado a l a con-
templación.
El o l v i d o de esta i d e a basal p o r las corrientes
pedagógicas p r e d o m i n a n t e s y p o r e l m i s m o ejer-
cicio de la a c t i v i d a d docente, ha p r o d u c i d o u n a
crisis educacional, cuyos alcances más hondos, pocas
veces —aunque m u y claramente— h a n sido adver-
tidos.
< íi ¡sis de la E d u c a c i ó n , y crisis d e l H o m b r e . D i -
I M I I panorama q u e se presenta ínsito d e n t r o de
m i contexto c o n f l i c t i v o m u c h o más a m p l i o y abar-
MÜor. Buscar sus causas, señalar las característi-
| Mi seguir paso a paso su desarrollo, es u n a f o r m a
d. c o n t r i b u i r a e n m e n d a r los desaciertos, ponién-
• l ' . l i i . cu evidencia, e i n d i c a n d o a la p a r los r u m -

I••>. a l i e n a d o s . Sin el c o n o c i m i e n t o de la enferme-


• i >.I raramente se r e c u p e r a l a salud y hasta e n e l
i " i MÍO padecer se h a l l a una v o l u n t a d de cura. " L o
Prólogo 11
10 Prólogo
creatura de Dios, hecho a su imagen y semejanza
misterioso es que el sufrimiento —dice E. Jünger— y convocado desde su origen a una misión eterna.
genera fuerzas superiores de restablecimiento." Consecuentemente, la educación debe abarcar a
Pero esta tarea, que exige una perspectiva filo- todo el hombre, pero dando prioridad a lo que es
sófico-pedagógica, y que es, en definitiva la que preeminente en su naturaleza creatural, esto es, el
hemos intentado, no puede hacerse sin actitud crí- alma, la vida del espíritu, el destino sobrenatural.
tica, en tanto, ella se incorpora naturalmente al Y aquí es donde cobra especial énfasis el ocio con-
análisis investigador. templativo, la primacía de la contemplación sobre
Crítica no significa aquí enjuiciamiento ilimitado la acción, del ser sobre el hacer y el tener.
de todo, n i constante ejercicio del subjetivismo; Esta tarea exige —y con urgencia— un cambio
sino simplemente, exégesis, visión explicativa de en la formación y en la disposición docente. Si el
los hechos. Mas esto supone rozar no sólo los pre- problema del hombre contemporáneo —y no cree-
juicios corrientes, sino los "juicios científicos" más mos que haya aquí discrepancia— es ante todo axio-
reiterados, y a veces, considerados así pese a su lógico, esto es, crisis de valores fundamentales, el
inconsistencia. De allí el tono polémico que acom- maestro que necesitamos debe definirse fundamen-
paña a muchas de nuestras páginas. Tono que, en lalmente por su visión metafísica y vocacional de
rigor, nos fue impuesto por los contenidos anali- la realidad. No por la habilidad didáctica, la pe-
zados y no por una razón metodológica. i iiia técnico-profesional, o la capacitación laboral,
Ocurre que los criterios científico-educacionales Irmas en los que tanto se insiste.
modernos, y los científicos en general, adolecen a Corresponde a la Escuela y al Magisterio acer-
nuestro entender de una visión reduccionista de lo tarse a la interioridad del hombre y de la cultura
humano, potenciando por norma su aspecto tem- ion el f i n de recuperar la serenidad, el equilibrio,
poral y terreno, y desestimando u omitiendo a ve- ln proporción en todo. Y es aquí donde se necesita
ces, todo lo que apunte a lo sobrenatural y tras- rl reencuentro con los verdaderos modelos, los ar-
cendente. Se cae, pues, en u n cientificismo que ([iietipos perennes que promueven la grandeza y
confunde toda ciencia con las ciencias positivas, y 11 adhesión a los valores superiores.
que deja fuera de consideración lo que no sea Rehabilitación de la vida contemplativa y prác-
cuantitativamente verificable y empíricamente de- Ht'd de la Pedagogía de los Arquetipos, en esto
mostrable. Lo grave es que eso que deja afuera, es unilrín sintetizarse nuestra propuesta.
lo que define sustancialmente al hombre. Sin con-
\i decir nuestra, en realidad abusamos de la
tar tampoco la insuficiencia de u n sistema que
. ipn sión, pues en definitiva no nos pertenece, por-
necesita acudir a la especulación para "demostrar"
hemos querido ser n i novedosos n i origina-
que lo único válido son los conocimientos no es-
¡. NIIIO rescatar del abandono aquellos principios
peculativos.
Mili forjaron la Identidad del Occidente Cristiano,
Nuestras reflexiones, por el contrario, parten de IMH ende de nuestra Nacionalidad.
la afirmación del hombre como ser creatural, como
PRIMERA PARTE
12 Prólogo

Se ha exagerado tanto con el afán del cambio y VIGENCIA Y PÉRDIDA D E L A I D E N T I D A D


las novedades, que todo intento por reivindicar el ESCOLAR. LAS ETAPAS HISTÓRICAS
Orden y la Jerarquía en los hechos, es casi siempre D E L A CRISIS
desautorizado por extemporáneo.
Sin embargo, creemos con Chesterton que en
medio del caos actual, hoy, "lo verdaderamente re-
volucionario es el Orden. Toda Revolución, como
todo arrepentimiento, es una vuelta".
Lo auténticamente valioso es la Verdad, que no
pasa n i cambia, que no depende de los usos y las
modas, que es preciso proclamar y servir aun a
riesgo de h. incomprensión y el vacío, o de tener
que escribirla —como quería Nietzsche— con la pro-
pia sangre.
INTRODUCCIÓN

No será novedad, sin duda, sostener el estado


crítico de la educación. Valga el lugar común, en
lanto permita iniciar un análisis de esta crisis, cuyas
causas resultan ser más profundas que las habitual-
mente consideradas.
Una excesiva preocupación por cuestiones circuns-
lanciales —planes, programas, contenidos, estructu-
ras— parece haber descuidado lo sustancial. No se
hala de reducir la importancia y la legitimidad de
nquellas cuestiones, sino de centrarlas en el con-
i i x i o que las haga significativas, y éste no puede
NIT otro más que el de la esencia y el fin de la
educación. Es decir, importa definir ante todo la
misión de la Escuela, su tarea inherente e identi-
11' .1 loria.
Esto supone una dirección metafísica, por la que
no se muestra proclive la actual pedagogía, volca-
' l i más bien a la eficacia de fórmulas y recursos.
I . n i embargo, a la hora de hacer definitivamente
• n i . ligible la crisis educativa, en espera de una so-
Ili Vl|{mioln v pérdida de ]a identidad escolar Introducción 17

luí lón Iguulmcnte definitiva, no se pueden soslayar descubre más allá del trajín diario la recóndita
IIIN reflexiones últimas, formales, en el sentido aris- armonía de la existencia, la a veces callada pero
totélico del término. siempre presente omnipotencia de Dios.
Es Pieper quien nos recuerda que "el nombre Quiere decir, entonces, que la Escuela posee por
con que denominamos los lugares en que se lleva naturaleza, un significado cultual, religioso y hasta
a cabo la educación e incluso, la educación superior, sacro. Es por eminencia el lugar reservado a la con-
significa ocio". Y es más, la fiesta —la celebracion- templación, al cuidado de la vida interior y a la
es el origen íntimo y fundamental del ocio, y am- elevación de la inteligencia. El sitio donde se cul-
bos hallan su sentido en el culto. tiva y preserva lo divino que habita en cada crea-
tura, la imagen y semejanza del Creador. En la
"El culto tiene con respecto al tiempo un Escuela es donde el hombre se religa con Dios
sentido semejante al que tiene el templo con buscando la Sabiduría, y halla en el Maestro, el
relación al espacio. Templo quiere decir que ejemplo de un lento y reposado ejercicio de las
una determinada superficie se separa, deslin- potencias del alma. 2

dándola del resto del suelo que se u t i l i z a . . . y


Así lo entendieron los antiguos y aun los pri-
que esta superficie cercada se transfiere, por
mitivos, para quienes la acción educativa estaba
decirlo así, a los dioses; se la sustrae al apro-
raigalmente asociada con el sacerdocio y la fe.
vechamiento. Mediante el culto y gracias a él
Basta recorrer históricamente los pueblos orientales
se separa también del tiempo un espacio de
v occidentales y aun las remotas comunidades pre-
tiempo limitado, y este tiempo no se «utiliza»,
ln'stóricas. Siempre es trascendente, sobrenatural, el
queda «sustraído» a la utilización. Es el espa-
lazo último y decisivo que congrega a los aprendi-
cio dedicado a la fiesta... y es en este perío-
c e s en torno de sus maestros.
do de tiempo dedicado a la fiesta donde úni-
camente puede desarrollarse y perfeccionarse La misma escritura —aprendizaje esencial de la
el o c i o . "
1
Kscuela— era considerada como cosa sagrada de
origen e inspiración divinos; conocerla era poseer
11 clave de lo mistagógico, estar en la huella del
Nuestra palabra Escuela —Sjolé en griego, schola donocimiento simbólico.
en latín— no significa sino ocio, y éste, como vimos,
!,:i notoria estimación en que se tenía a los es-
no hace referencia a las pausas laborales, a la hol-
I ribas está relacionada precisamente con esta idea.
ganza o a las horas libres entre tarea y tarea. Es
la actitud del alma por la que el alma ve, por la N H es el manejo de las prácticas contables o admi-
que asciende y se reencuentra con el Orden Crea- MI 11 .i i ivas lo que acredita su relevancia, ni el do-
do. L a actitud superior y personalísima que nos A l |uí <-l término Escuela —y en adelante cada vez que
i iic/.ca con mayúscula— está utilizado como sinónimo de
1 Ii dicado a la enseñanza, sin exclusión de n i n g ú n nivel.
1 P I E P E B , J . : El ocio y la vida intelectual. E d . Rialp. S . A . \< • como se verá, son varios los tópicos que se refieren
2* edición, 1970, pp. 12, 68, 70 y ss. •I lilvi'l m e d i o .
Introducción 19
18 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
vínculos agobiadores de la, m a t e r i a . . . Cosa
minio de los instrumentos de uso, sino el contacto divina, pasatiempo celestial, nobleza de alma,
directo con los saberes superiores, la tutela cons- la Paideia se revestía de una especie de lumi-
tante de la divinidad. E l prestigio de la clase ilus- nosidad que le confería una dignidad superior,
trada consistía, como dice Dawson, en ser de orden propiamente religioso." 4

"La Paideia —explica Jaeger en su magní-


"la guardadora de la tradición sagrada de la
fica obra homónima— se definía como el ca-
cual dependía la propia existencia de la civili-
mino hacia D i o s " . . . "Si hay u n camino de for-
zación".
mación espiritual del alma por el cual, me-
3

diante la tendencia hacia la sabiduría, se pue-


Este significado profundamente religioso de la de progresar hacia, u n ser más alto y por tanto,
iniciación cultural, adquiere en Grecia un sentido hacia una más alta perfección, este cambio es,
pleno, porque Grecia descifra ante todos los siglos, según las palabras de Platón en el Teeteto, el
el secreto de la sabiduría. Para aquella estirpe de de la «semejanza con Dios»." 3

Filósofos, Oradores y Poetas —estirpe de la que


procedemos en legítima herencia— ser sabio con- Basta pensar en Sócrates para tener un ejemplo
sistía en asomarse al mundo de las esencias por de maravillosa contundencia. Es Sócrates quien
encima de las contingencias terrenales. El hombre hace de su enseñanza u n servicio a los dioses y del
culto era el mousikos aner, esto es, el salvado y magisterio una fidelidad continua y renovada a sus
santificado por las musas; firme en la certeza y en principios inmutables.
la esperanza de que algún día, reposaría para siem-
Y a la hora de la muerte —suprema lección, se
pre en los Campos Elíseos junto a las almas de los
lia dicho con acierto— los discípulos escucharon
grandes.
reverentes su recomendación final a Critón para
"La vida cultural —notó acertadamente Ma- i|uc no olvidase el debido sacrificio al dios en acción
rrou— aparecía así en esta tierra como u n 'I' gracias. 0

pregusto de la vida bienaventurada de las al- Desde entonces la celda de Sócrates se ha con-
mas favorecidas por la inmortalidad. Más aún, v e r t i d o en el símbolo de la auténtica libertad, en

la vida cultural era el medio para obtener este 11 d i g n o ennoblecedor de la docencia —fiel en el

privilegio. La labor de la inteligencia, la prác- \ n n . i a la Verdad hasta la Muerte, fiel en el amor


tica de las ciencias y las artes, eran un seguro I lus alumnos sin concesiones a la vulgaridad n i al
instrumento de ascesis que, purificando el al-
ma de las máculas que dejan las pasiones te- ' M M i n o u , H . I . : Historia dé la educación en la Anti-
rrenas, la iban liberando poco a poco de los .... .I.i.l Kudeba. 3 » ed., 1976, pp. 120-121.
| w . i : i : n , W . : Paideia: los ideales de la cultura griega,
i m i l i i l c Cultura Económica. México, 3 * ed., 1978, pp.
"'. i 1077.
D A W S O N , C : La crisis de la educación
3 occidental. K<l. \ 'uno: 1'LATÓN: Fedón.
Rialp S. A. Madrid, 1962, p. 9.
20 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Introducción 21

miedo—. La palabra encendida de Sócrates en la la universalidad amplísima con que la Edad


cárcel es un magisterio arquetípico, sólo superado Media concibe y expresa en espíritu o en pie-
por el Magisterio Redentor de la Cruz. dra su visión del mundo así como su audaz
Había pues, entre aquellos hombres, u n vínculo y armoniosa concepción lógica y arquitecto-
más alto que la simple trasmisión de conocimien- nica. 7

tos y que, precisamente, dio perdurabilidad y pro-


yección a la obra. Es en ese vínculo donde halla su No se trata de idealizar un tiempo que, como
razón de ser y de existir toda empresa educativa. todo lo humano no estuvo exento de yerros, pero
E l Cristianismo conservó y perfeccionó esta idea. quien demore la mirada serenamente en él, adver-
Con él, la Escuela alcanza una dimensión honda- tirá esa preeminencia de la vida contemplativa que
mente teológica. La ecclesia será su expresión más mencionábamos, y lo que es más importante, adver-
exacta. Maestros y alumnos aprenderán allí, que el tirá cómo esa preeminencia no sólo no obstaculizó
modelo de toda acción educativa se centra en Cris- sino que posibilitó las grandes realizaciones exterio-
to. Imitarlo será la única garantía de santidad y res, pero las posibilitó armónicamente con ese afe-
salvación. rramiento de lo subalterno a lo principal, sin trans-
Entonces, el sentido cultual y contemplativo de formar en f i n lo que tiene carácter de medio; sin
la educación cobra un impulso ascendente, cuyos quitar la esencia a las cosas n i convertir en absoluto
mejores frutos recogerá el Medioevo. La Patrística lo relativo. En el orden educacional, fue la pedago-
y la Escolástica signan estos tiempos de una sus- gía del Humanismo Cristiano, tan distinta a los
tantiva grandeza. Las palabras del Eclesiástico —"la modernos humanismos, y que Walsh ha sintetizado
Sabiduría se adquiere en el ocio" (38, 24) — ad- expresivamente en estos términos:
quieren plena normatividad.
Ninguna época como ésta ha logrado tan acaba- "La inteligencia busca la felicidad por la
damente el ideal educativo, y a despecho de tantas Verdad, la Conciencia, la felicidad por lo que
visiones parcializantes, en ninguna época como en es recto, justo, bueno; el gusto, la felicidad
el Medioevo, se disiparon tanto las sombras y la por lo que es b e l l o . . . De ahí que el huma-
oscuridad. Ahí está el siglo x m para demostrarlo. nismo cristiano persiga la felicidad no sola-
Sanio Tomás Magister, San Luis Rey y Dante Poe- mente ordenando los sentidos hacia el alma,
ta, son testimonios irrecusables de un sistema cuyos sino también ordenando el alma hacia la glo-
beneficios no se limitaban a la vida intelectual, sino ria de Dios. Los varios caminos para buscar
que se extendían al ejercicio del poder, a las estruc- la felicidad se reconcilian mejor cuando se
turas sociales de las Civitas, a la Christianitas toda. corona la razón con la Revelación en la bús-
queda de la Verdad, la conciencia con los
"La imagen que mejor ilustra el efecto de
estos sistemas —dice Dempf— es la catedral • D E M P F , A L O I S : La concepción del mundo en la Edad
Miiliu. TBibl. Hispánica de Filosofía. E d . Gredos. Madrid,
gótica. En ésta y en la Escolástica se patenti/ii l'i'.H. p. 7.
22 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
Introducción 23
divinos mandamientos y consejos en la perse-
cución de la virtud y el gusto con la gracia Y sin embargo, como veremos, ésta parece ser la
sobrenatural en la persecución de la belleza." 8 dirección que ha tomado ía Escuela contemporánea
sujeta al influjo de una pedagogía equívoca.
Actualmente, como se deduce sin esfuerzos, se Pero llegado aquí, nuestro planteo necesariamente
está muy lejos de esta concepción. Las nuevas co- se amplía, porque esta caída de la Escuela, esta
rrientes pedagógicas han impuesto un sesgo marca- desorientación pedagógica, esta crisis educacional,
damente naturalista y secularizante, dando primacía en suma, no es u n fenómeno aislado y extemporá-
a lo útil, a lo empírico y a la practicidad. L a praxis neo; por el contrario, se inserta naturalmente den-
se ha acentuado a tal extremo que ya no se habla tro de una crisis más general y totalizante de la
de otíum, n i de interioridad contemplativa, n i de la que es al mismo tiempo causa y consecuencia, víc-
fecundidad del silencio, pero se plantean a diario tima y victimaría,.
"salidas laborales", contenidos técnicos, carreras "Crisis de nuestra civilización" la llamó Belloc,
breves de productividad inmediata. E l resultado es "crisis del mundo moderno" la denominó Guenon
una Escuela negada a sí misma, quebrada en su o sencillamente como crisis de nuestra era, la ana-
identidad. lizaron entre otros Spengler, Taynbee, Jaspers,
Manheim, Sorokin u Ortega, para citar a algunos
Consecuentemente, toda la trama educacional se
pensadores de diversas procedencias y orientacio-
ha visto alterada, al punto que no siempre es posi-
nes. 10
ble reconocer detrás de una acción pedagógica su
Si tuviéramos que sintetizarla, hallando un común
verdadera naturaleza educativa.
denominador de todos estos diagnósticos, diríamos
que la rriasificación y el inmaneniismo la definen.
"En el ocio contemplativo —dice García Ellos parecen ser los rasgos dominantes que, a su
Hoz— se halla la más noble dedicación hu- vez, incluyen otros muchos.
mana. Y justamente al servicio de tal dedica- Por la masificación, la visión de la realidad se
ción nació la escuela... ¿no se ha olvidado
actualmente de su primera raíz? E n este olvi- 1 0 Remitimos a ORTECA Y GASSET, J.: La Rebelión de
do está su pecado y halla también su castigo, las masas. C o l . Austral. Espasa Calpe Argentina. Madrid,
1964; G U E N O N R . : La crisis del Mundo moderno. L i b . Hue-
porque si sólo educara a los alumnos para ser mul. Bs. As., 1 9 6 6 ; M A N H E I M , K . : Hombre y Sociedad en
trabajadores útiles, estaría haciendo una tarea época de crisis. E d . Leviatán. 1 9 5 8 ; Diagnóstico de nuestro
negativa para la humanidad." 9
tiempo. F . C . E . 1 9 6 1 ; S O R O K I N , P . : La crisis de nuestra
era. Espasa Calpe Argentina. Bs. A s . , 1 9 4 8 ; J A S P E R S , K . :
El ambiente espiritual de nuestro tiempo. E d . Labor. Bar-
celona, 1 9 3 2 ; S P E N G L E R , O . : La Decadencia de Occidente.
Esposa Calpe, Bs. As.-México. 1 9 5 2 . Reiteramos que estos
8 W A L S H , G . S . J . : Humanismo Medioeval. L a espiga de •Olí sólo ejemplos representativos de l a larga nómina de
oro. Bs. A s . 1 9 4 3 , pp. 15-17. MI llores y de obras en los que puede analizarse el tema de
o G A R C Í A H O Z , V . : La tarea profunda de educar. E d . la crisis contemporánea. U n a cuestión cuyo tratamiento ex-
Rialp. 2 * ed. Madrid, 1 9 6 2 , p. 4 6 . tonsivo escapa obviamente a los alcances y posibilidades de
lito trabajo.
Introducción 25
21 Vigencia y perdida de la identidad escolar
Por l a masificación, en d e f i n i t i v a , los h o m b r e s
ha tornado igualitarista y niveladora, mensurable están dispuestos a c t u a l m e n t e a dar p r e e m i n e n c i a a
y u t i l i t a r i a . Más q u e e l O r d e n y l a Proporción lo más sobre lo mejor, a explicar lo principal por
—preocupaciones t a n clásicas— el h o m b r e m o d e r n o lo subardinado, m e d i a t i z a n d o así la A u t o r i d a d y a u n
busca garantizar l a eficacia y el éxito, valores q u e , la V i r t u d .
en el lenguaje corriente s i g n i f i c a n casi siempre
Consecuentemente, la desacralización y la secu-
obtener el b e n e p l á c i t o de l a mayoría, l a considera-
larización t o r n a r o n n a t u r a l i s t a , r í g i d a m e n t e i n m a -
ción d e l a opinión p ú b l i c a . Por eso, v a n desapare-
nente, el a m p l i o espacio d e las manifestaciones
ciendo los auténticos modelos, los p a r a d i g m a s , y los
humanas. Casi t o d o h a l l e g a d o a estar c o n f u n d i d o ,
nuevos q u e se presentan y p u b l i c i t a n , son esos líde-
d e s p r o p o r c i o n a d o , sin v e r d a d e r a u b i c a c i ó n jerárqui-
res ocasionales y fugaces q u e m u e v e n las pasiones
ca, s u b v e r t i d o . E l ámbito de lo sobrenatural ha
del v u l g o , l a adhesión m u l t i t u d i n a r i a y masiva.
s u f r i d o la o c u p a c i ó n de lo temporal; la dimensión
N i e t z s c h e h a d i c h o sobre estas f i g u r a s palabras t a n
vertical cede ante la presión de u n f u e r t e horizon-
duras c o m o c i e r t a s . "
talismo. Y t o d o esto ocurre c o n g r a n p e r j u i c i o p a r a
Por la masificación, e l n ú m e r o se h a sobrevalora-
el h o m b r e y p a r a la Escuela. ¿ Q u é p a p e l juega ésta
do sobre la c a l i d a d . Esto explica, t a l vez, la p r e -
dentro de l a crisis?; ¿es ella q u i e n l a ha suscitado,
p o n d e r a n c i a y el p r e s t i g i o cada vez m a y o r q u e
o q u i e n más ha r e c i b i d o los i m p a c t o s d e l conflicto?
ejerce la m a t e m á t i c a y no precisamente p o r l o q u e
ella t i e n e d e d i s c i p l i n a especulativa, sino en l a m e - Sin i n t e n t a r a q u í u n a explicación exhaustiva, nos
d i d a q u e p r o p o r c i o n e d o m i n i o y p o d e r ; p o r q u e es parece q u e la respuesta correcta i n t e g r a las dos
opinión generalizada q u e "los números m a n d a n " ; opciones. Por eso, decíamos antes q u e la educación
y esto fascina a los espíritus c o n t e m p o r á n e o s . es causa y consecuencia, víctima y victimaría de la
C o n razón, Sombart, q u e r í a h a b l a r de " l a era crisis.
del r é c o r d " para a l u d i r a esa reverencia p o r l a c i f r a V í c t i m a y consecuencia p o r q u e e n el g r a n proce-
q u e f r a n q u e a todos los límites y las marcas, p r o p i a so disociador de los f u n d a m e n t o s d e la sociedad
de quienes están d o m i n a d o s p o r la e x t e r i o r i d a d , de o c c i d e n t a l , ella h a r e c i b i d o —junto con la R e l i g i ó n -
ese h o m b r e que, c o m o d i c e Sciacca, Ios i m p a c t o s más fuertes. Pero causa y victimaría
porque se h a p l e g a d o a ese proceso, c r e y e n d o q u e
" e s t á l l e v a d o a v i v i r más e x t e r i o r m e n t e q u e su misión era responder a las exigencias de los c a m -
i n t e r i o r m e n t e , r e c u e r d a todas sus citas, menos liios sociales, satisfacer los apremios de l a sociedad
las q u e t i e n e consigo m i s m o . . . Pesar y m e d i r n i vez de c o n f o r m a r l a y encauzarla hacia el B i e n ;
es e l c r i t e r i o " .
12
iibordinarse a las veleidades de los t i e m p o s , pero

NIETZSCHE, F . : Del nuevo ídolo. E n : Así hablaba Zara-


1 1

tustra, pp. 61 y ss. E n : Ed. del Círculo de Lectores. Bs. As., Oresme, 1953; y SCIACCA, M. F . : Fenomenología del hom-
1973. bre contemporáneo. Cuadernos de la Dante N ' 11. Asocia-
« Véase SOMBAHT: El Burgués. Contribución a la historia ción Dante Alighieri. Bs. As., 1957, p. 6.
moral e intelectual del hombre económico moderno. Bs. As.,
•„ Vltfonoia v pérdida de la Identidad escolar
Introducción 27
(1c mi tiempo al (|iio todos percibimos como fuera
"El hombre de hoy ya no se define por su
de quicio, desordenado y caótico.
ser... sino principalmente por su hacer...
S e lia ¡do modelando así un nuevo tipo de hom-
Hoy el significado del homo f a b e r . . . define
bre. I .ejos de la vida contemplativa, inmerso en el
la inteligencia como la capacidad de fabricar
uso y la fabricación de las cosas, pagado de sus
objetos artificiales, y en particular, utensilios
propias realizaciones, que pocas veces incluyen las
que sirvan para hacer utensilios... E l homo
de índole espiritual. Algunos, no sin razón, lo han
faber de la era tecnológica, es pues, esencial-
denominado "hombre ptolemaico" el hombre "neo-
mente, un creador de artefactos... L o arti-
ptolemaico y neoprotagórico". 13
ficial ocupa una posición cada vez más vasta,
"Después del largo silencio que le fue i m - no sólo cuantitativamente en esta vida, sino
puesto desde Sócrates y desde Platón —dice cualitativamente más importante y decisiva.
S. Cotta—, Protágoras resurge victorioso Su extraordinaria proliferación tiende, en efec-
junto a Ptolomeo... Con imperturbable se-, to a transformar al hombre en u n agente de
guridad, el hombre se ha atribuido el dominio segundo grado que anima y dirige m á q u i -
sobre la naturaleza y ha ejercitado con prepo- nas . . . las cuales, por su mayor perfección y
tencia una soberanía provocadora que tiende a potencia, lo sustituyen con ventaja en activi-
negar la realidad de las cosas y someterlas a dades reservadas hasta ahora para él." 1 0

la propia y discrecional voluntad", él se "ha


encerrado en el círculo de una satisfecha con- La Escuela, si verdaderamente quisiera seguir
templación de sí m i s m o . . . Desde muchos siendo tal, o mejor dicho volver a ser tal, tendría
puntos de vista, el hombre ptolemaico se sien- que plantearse seriamente esta problemática. Todo
te pues asaltado por una antigua tentación: la indica que, contrariamente a lo debido, los actuales
voluntad de ser D i o s . . . " 1 4 sistemas y teorizaciones pedagógicas no hacen sino
promover y estimular la posición extraviada. Ya ve-
Pero no acaba aquí su fisonomía, pues en "la ideo- remos, por ejemplo, al comentar la tecnología educa-
logía neoptolemaica y neoprotagórica —continúa tiva, hasta q u é punto ella conspira contra la natura-
agudamente Cotta— la naturaleza universal del hom- leza contemplativa de la criatura, transformando al
bre queda reducida a su mero hacer"." hombre, efectivamente, en "un agente de segundo
ííiado". Y sin embargo la tecnologización de la ense-
ñanza, según se insiste a diario, se perfila cada vez
• " V é a s e C O T T A , S . : FJ hombre ptolemaico. E d . Rmlp más intensamente como la modalidad docente del
S A Madrid, 1977; El desafío tecnológico. E u d e b a , 1970. hituro.
Otro enfoque similar en: F O L L T E T , J . : Adviento de Prome-
teo. Ed. Criterio. Bs. As., 1934. j Conviene no engañarse al respecto, poique un
i* COTTA, S.: El hombre... Ob. cit., pp. 157, 164 y análisis superficial podría decirnos que ese reem-
176.
" Idem ant., p. 175.
1,1 C O T T A , S.: El desafío... Ob. cit., pp. 80-84.
28 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Introducción 29

plazo del hombre por la máquina es beneficioso, en L a solución, entonces, no estará dada por la pla-
tanto le deja mayor tiempo libre y por ende mayor nificación tecnológica, sino por la educación en el
posibilidad de ocio. Pero aquí subyace una forma ocio y para el ocio. Una educación que termine con
sutil del mismo error. ese "yerro aniquilador del utilitarismo", del que
En primer lugar, el ocio contemplativo no es hijo habla K. Lorenz, y que ha hecho del hombre un
del tiempo libre ni sinónimo del mismo. Porque el esclavo del tener, incapaz de reflexionar, incapaz
ocio contemplativo, no es "no tener nada que hacer" "para estar a solas con su propio yo", temeroso "de
u horas para holgar, sino, como vimos, una actitud encontrarse consigo mismo aunque sólo fuera por
del alma, un hábito espiritual que si no se cultiva un instante". 18

y fomenta será en vano cualquier organización cro- L a sociedad se halla en crisis; la Escuela partici-
nológica. En tal sentido, el aumento de tiempo libre pa de ella como objeto y sujeto, causa y efecto;
puede hasta resultar nocivo, pues aprovechando esa pero el problema no es de hoy, n i se ha gestado
insuficiencia contemplativa del hombre contempo- abruptamente. Reconoce pasos, graduaciones y ma-
ráneo, tices que lo hacen inteligible, y en su conjunto pue-
de decirse que constituye u n proceso revolucionario
"la creciente importancia del tiempo libre ha paralelo y análogo al ocurrido en otras áreas de la
conducido a la creación de toda una industria vida humana.
para estos fines. Los «consejeros para el tiem-
El actual panorama educativo, con sus graves ne-
po libre» —dice Bolte— se están convirtiendo
gaciones y omisiones, es pues, la resultante de un
en un importante grupo de nuestro mundo
largo desarrollo cuyos pasos fundamentales pasa-
profesional... Con este motivo se plantea la
remos a analizar con la convicción y la esperanza
cuestión de si este desarrollo acrecienta aún
de que pueda contribuir a un saneamiento decisivo.
más la conducción del hombre". "¿No le ro-
bará cada intento de programar para él su
tiempo libre el último resto de espontaneidad
e intimidad que aún pudiera conservar? Ob-
servadores críticos afirman hoy que las posibi-
lidades de un verdadero ocio, que ofrece el
mayor tiempo libre, simplemente no pueden
ser aprovechadas, porque el individuo, sea
por presión social o por falta de capacidad
para resistir, realiza también durante el tiem-
po libre su trabajo de consumidor, es decir,
que dejan que le organicen su tiempo l i b r e . "
17

1 8LORENZ, K . : LOS ocho pecados mortales de la huma-


BOLTE, K . M . : La sociedad en transformación. Fun-
1T nidad civilizada. Plaza Janes S. A. Barcelona, 1974, pp. 37,
dación Foessa. Euramérica S. A. Madrid, 1970, p. 66. II ss.
I. E L R E N A C I M I E N T O : SU A C T U A L I D A D
PEDAGÓGICA

Si bien toda periodización en lo que tiene de


esquemática comporta riesgos y dificultades —y la
tradicional periodización por edades tiene las su-
yas— podemos afirmar que es en el Renacimiento,
entendido en su acepción clásica, esto es, siglos xv
y x v i del desarrollo histórico europeo, cuando se
esbozan y atisban ligeramente los rasgos que, radi-
calizados y exagerados, configurarán posteriormen-
te las teorías pedagógicas más avanzadas.

"Con el Renacimiento empieza la educación


moderna. Los métodos pedagógicos que en-
tonces se entrevén no se desarrollarán y per-
feccionarán, sin duda, sino más tarde. Las doc-
trinas nuevas no pasarán a la práctica más
que poco a poco, pero desde el siglo xvi, la
pedagogía ya está en posesión de sus princi-
pios esenciales. A la educación de la Edad
M e d i a . . . va a sucederle otra q u e . . . sustitui-
rá con estudios reales las verbales sutilezas de
32 Vigencia y pérdida de la identidad escolar El Renacimiento: su actualidad pedagógica 33

la dialéctica, que dará a las cosas preferencia el Caballero Cristiano, el hombre esencial, "que no
sobre las palabras." 1
se sabe dependiente del mundo y del éxito, sino de
sí mismo y de Dios". L a educación renacentista,
3

Este juicio de Compayre nos muestra las pautas en cambio, se propondrá u n hombre crítico, relati-
fundamentales del cambio. Las Ciencias Naturales vista y cambiante. E l hombre de la duda y la
y luego las Físicas y Exactas pasan a ser los únicos discusión, de la razón sin fronteras; firmemente na-
estudios reales; es decir, válidos, verificables y con- turalista y terreno. U n hombre que sería la medida
venientes. Los saberes especulativos —teológicos y de todas las cosas, como se recordaba con insisten-
filosóficos, las humanidades en general— serán "su- cia, el "deus in terris" del que hablaba Ficino:
tilezas verbales"; mientras el mundo fáctico, men-
surable y cuantitativo tendrá "preferencia, sobre las "Tal vez la diferencia fundamental —dice
palabras". Ya veremos la vigencia de esta errónea Mannheim— entre u n hombre de la Alta Edad
valoración. Es que al margen de los matices dife- Media y el hombre del Renacimiento, puede
renciadores que pudieran establecerse, lo cierto es hallarse en la fuente de autoridad sobre la
que el Renacimiento que cada uno de ellos se basa para formar
sus juicios.
"inicia el proceso de desacralización... que
El hombre de la Edad Media tiene una
resulta del nuevo interés que ofrecen las expe-
Iglesia y una Jerarquía sacerdotal junto a un
riencias científico-naturales. Esa búsqueda de
orden social, relativamente establecido, que lo
la esencia del acontecer real en causas intrín-
g u í a . . . E l hombre del Renacimiento... de-
secas e inmanentes, expresa u n creciente pre-
sarrolló una forma de confianza en sí mis-
dominio de lo sensible-racional sobre lo idea-
mo . . . él es en cierto modo su propio juez." 4
tivo-trascendente, de lo que resulta una laici-
zación de la vida y el consiguiente relego de
En esta perspectiva, la enseñanza debía exaltar
las exigencias religiosas del plano histórico-
necesariamente el subjetivismo, la libertad y el jue-
social al de las conciencias individuales". 2

• GARCÍA VALDECASAS, A . : El Hidalgo y el Honor. Re-


Y este proceso, no sólo no ha concluido, sino que, vista de Occidente, 1948, r>. 63.
M A N N H E I M , K . : Introducción a la Sociología de la Edu-
y ateniéndonos ahora al campo exclusivamente edu- 4

cación. E d . Revista de Derecho Privado. Madrid, 1966,


cativo, no faltan razones para creer que está lle- p. 69.
gando a su punto culminante. M A N N H E I M se nos presenta aquí —en su obra postuma—
i i u n o un testigo imparcial. Serenidad argumenta! a la que
El Medioevo había buscado forjar un arquetipo: l i a llegado, tras largo, complejo y fecundo itinerario.
Resultan igualmente ilustrativas sobre este aspecto las pa-
I.iluas de A L F R E D W E B E R : E l humanismo "crea e l tipo de
1 C O M P A Y R E , G . : Historia de la Pedagogía. Librairie Clas-
hombre que si bien se halla ligado espiritualmente en muchas
sique Paul Delaphane. París, 1887, 5» ed., pp. 76-77.
direcciones, sin embargo, en cuanto a sus juicios, se halla
2 C A S T E L L Á N , A . A . : Filosofía de la historia e historio-
M i n a d o sólo ante sí mismo" ( W E B E R , A . : Historia de la
grafía. E d . Dédalo. B s . As., 1961, p p . 89-92.
Cultura, F . C . E . , 8 » ed., México-Bs. As., 1965, p. 2 3 1 ) .
.34 Vigencia y p é r d i d a de la i d e n t i d a d escolar El Renacimiento: su actualidad p e d a g ó g i c a 35

go por sobre la exigencia, el esfuerzo y la obedien- mientos pueda desarrollarse con toda liber-
cia. La indulgencia y la espontaneidad en desmedro tad." 7

de la disciplina, el contacto directo con las cosas,


desestimando la reflexión, las enseñanzas de la na- Esta visión —ajena al sosiego del alma, al ascetis-
turaleza antes que las del maestro. Un excesivo mo y las virtudes interiores— no podía sino fructifi-
optimismo lo recorría todo. La misma religión —que car y guiar a la mentalidad moderna volcada al
obviamente no se rechazaba— tenía un valor ins- hedonismo y al materialismo. Así lo reconoce ex-
trumental. Era útil para infundir normas y conduc- presamente Lucien Febvre en su obra La Religión
tas sociales; resultaba una eficaz salvaguarda de la de Rabelais; éste, dirá, es
convivencia. Todo esto ha sido explicitado directa-
mente por los principales educadores de la época. "un espíritu independiente... emancipado de
Rabelais es uno de los más representativos. Su muchos prejuicios que en su torno tenían en-
célebre Gargantea y Pantagruel tiene el alcance tonces curso forzoso... Pero conste que digo:
de un programa, en el cual la Tradición escolar, para su época, y esto implica con bastante cla-
centrada en el culto y por ende en el ocio contem- ridad que entre su libertad e independencia
plativo, es desechada por inservible, a la par que de espíritu y la nuestra no hay grandes dife-
se resalta la actividad productiva y lúdicra. Nin- 8
rencias". 8

guna hora del día debe perderse ni desaprovechar-


se. Todo está organizado sobre la base de activida- Es verdad que la pedagogía renacentista no se
des, y hasta los momentos de reposo adquieren agota en Rabelais, ni todas sus innovaciones han
sentido en función de nuevas y más variadas activi- lenido el mismo rumbo. Más aún, algunos de esos
dades. 6 educadores renacentistas tienen una bien ganada
Durkheim lo ha señalado con agudeza: celebridad —pensamos en el Cardenal Cisneros o
en Luis Vives— pero acierta Febvre cuando la colo-
"La idea que domina toda la obra de Rabe- ca como antecedente de nuestra modalidad actual;
lais es el horror por lo que es reglamentario, porque aquella corriente antropocentrista y prag-
disciplina, obstáculo puesto a la libre expan- mática entonces perfilada, no se ha detenido hasta
sión de la actividad. Todo lo que contiene los nuestros días; porque esos "prejuicios" que se cc-
deseos, las necesidades, las pasiones de los
hombres es un mal. Su ideal es una sociedad
donde la naturaleza liberada de constreñi- D U R K H E I M , E . : La evolución
7 pedagógica en Francia.
Torno I I , p . 1 2 .
" F E B V R E , L . : La Religión de Rabelais. El problema de
lu incredulidad en el siglo XVI. Biblioteca de Síntesis His-
6 VITTOBINO DA FELTRE (1378-1446) por ejemplo con-
tórica. M é x i c o . U T E H A , 1 9 5 9 , p . 3 9 7 .
c e b í a la e d u c a c i ó n como jocosidad y a su escuela de M a n -
Sobre R A B E L A I S v é a s e : H E R M A N S , F . : Histoire Doctrínale
tua la l l a m ó Casa Giocosa.
J¡- l'Humanisme Chretien. I I Casterman. T o u r n a i , P a r í s ,
0 R A B E L A I S : Gargantúa y Pantagruel. Centro E d i t o r dej 1048, cap. I I I .
A m é r i c a L a t i n a . Bs. As., 1 9 6 9 , tomo I , cap. X X I I I y gs.
36 Vigencia y pérdida de la identidad escolar II. R E F O R M A Y CARTESIANISMO

menzaban a abandonar y a denominar así, despec-


tivamente, son los mismos que el hombre de hoy
sigue marginando de su alma, pues, como diría
Thibon, ha desertado de la Eternidad.

La Reforma y el Cartesianismo aportaron lo suyo.


Tanto el libre examen como la duda metódica abri-
rán un resquicio en la noción de autoridad partien-
do desde la autosuficiencia de la razón, pero de
una razón que ocupa ahora todo el lugar de la
inteligencia y que además deja de ser contemplati-
va. En adelante, la verdad quedará diluida en un
racimo de pareceres y opiniones, el criterio objeti-
vo será la propia subjetividad y el hacer exitoso
v concreto el punto de referencia de toda certi-
dumbre.
El manifiesto rechazo de Lutero por la filosofía
"no era cristiano [afirmó] quien reclamase el
lílulo de filósofo"—, recuerda esa enfermedad del
1

espíritu que Sócrates llamó misólogía; es decir,


uiliar la sabiduría, aborrecer al logos, "el mayor de

1 Cit. por ZunETrr, J. C : Compendio de Historia de la


Educación General y Argentina. E d . Marcos Sastre. Bs. As.,
I. 176.
38 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Reforma y cartesianismo 39

todos los males". Por eso, "su influencia fue per-


3
rar sus sentimientos de duda y de impoten-
judicial y destructora de la enseñanza superior y c i a . . . E l hecho de tener éxito (en las acti-
secundaria. Sus declaraciones trajeron la decadencia vidades) constituía un signo más o menos
de las universidades. Nadie rebajó como él la distintivo de ser uno de los elegidos". 6

razón". Pero3

Paralelamente, el Racionalismo fue quebrando el


"no debemos olvidar —recuerda Caturelli— la nexo entre la razón y la Revelación, entre el cono-
formación occamista de Lutero, y así se com- cimiento racional y el mistagógico, produciendo ese
prende su combate contra la razón especu- "desencantamiento del mundo" que tan hondamen-
lativa, y porque el gran heresiarca. puso en te vislumbró Max Weber. 0

el centro de toda explicación del mundo al


propio yo. Aunque Cristo cargue con todos "La Racionalidad propia de nuestra mo-
los pecados del hombre, éste, en este mundo, derna cultura occidental tiene una caracte-
es autónomo, y por eso, si bien abre Lutero rística propia: está caracterizada por su d i -
el camino al irracionalismo voluntarista, por mensión é t i c a . . . Racionalidad significa o
eso mismo, aunque parezca paradójico, per- puede significar el rechazo de u n vínculo
mite el desarrollo del racionalismo. Como tradicional, de una adhesión o de una fe en
Lutero lo quería, lo importante no será ya la un canon v á l i d o . . . E l Renacimiento suplanta
contemplación (de la que se burló tantas la rectitud ética de las aspiraciones del co-
veces), sino la acción. La acción puesta co- nocimiento . . . por la rectitud objetiva del
mo acto primero supone una, razón autóno- conocimiento empírico.. .
ma que tiende, cada vez más, a colocarse a La creciente racionalización intelectualista
sí misma como único criterio de verdad". 1
que tiene lugar bajo el impulso de la ciencia
positiva y de la técnica científicamente orien-
tada, significa una creciente y determinada
Todo el espíritu reformista, principalmente el
toma de conciencia de "que siempre que se
Calvinismo, va a exaltar el papel de la acción, y
quisiera, podría el hombre experimentar, de
de la acción exitosa,
que, en principio, no habría poderes miste-
"la actividad en este caso —comenta Erich riosos y de los que no pudiera darse cuenta,
Fromm— asume u n carácter compulsivo: el
individuo debe estar activo para poder supe- 8 F R O M M , E.: El miedo a la libertad. Ed. Paidós. Bibl.
del hombre contemporáneo. Bs. As., 1966, p. 123.
WEBER se ocupa de este importante tema en varios
- PLATÓN, ob. c i t , p. 50. Ed. Espasa Calpe Argentina.
0

momentos de su obra: Gesammette Aufsatze zur Religionsso-


Col. Austral. Bs. As., 1966.
••¡ologie. Tübingen, Mohr, 1947, t. I , pp. 237 y ss. "Askese
ZUBETTI, J. C , ob. cit., p. 176.
3
Und Kapitalistischer Geist". En: ídem ant., T. I I , p. 163 y
* CATURELIJ, A.: "La contaminación del pensamiento f i - M. y en la clásica obra Die Protestantische Ethik und Geist
losófico en el inmanentismo moderno y contemporáneo". En: ilt'x Kapitalismus.
La Contaminación ambiental. Bs. As., Oikos, 1979, p. 304.
40 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Reforma y cartesianismo 41

sino más bien que, en principio, todas las co- pragmatismo, a ese afán "por encontrar una prác-
sas pueden ser dominadas por el cálculo. Esto tica" que permita usufructuar los bienes de este
significa el desencantamiento o demitologiza- mundo. Pero lo que no advirtió quizá, Descartes,
ción del mundo". 7 es que tales afirmaciones sentaban el precedente
de actitudes tan contemporáneas, propias incluso de
Con Descartes, el racionalismo llegará también, algunos representantes neomarxistas como Marcase
aunque por caminos distintos, a puntos semejantes. o Horkheimer, por las cuales se cifran las esperan-
Pese a la religiosidad personal que parece haberle zas en la técnica, en el dominio antropocéntrico de
sido característica, su parcialidad metafísica lo sus productos. Una esperanza secularizada y terre-
movió a proponer un ideal prosaico que reducía la na que hizo pensar a C. W. Mills —intelectual de la
educación a u n medio para asegurar el confort y Nueva Izquierda— que, en el futuro, el hombre
el bienestar. podrá convertirse en un Robot Alegre. 9

Si se medita la actualidad del proyecto pedagógi-


"En lugar de la filosofía, especulativa ense- co, ínsito en todas las modernas teorizaciones edu-
ñada en las escuelas —escribió— es posible en- cativas, se comprenderá tal vez la gravedad de sus
contrar una práctica, por medio de la c u a l . . . consecuencias. Estamos propiamente en el terreno
podríamos . . . hacernos dueños y poseedores de la disociación educativa. La inteligencia ya no
de la naturaleza, lo cual es muy de desear, se complace en la búsqueda de lo mejor para sí
pues nos permitiría gozar de los frutos de la ni reposa en el hallazgo de las esencias; por el
tierra y de todas las comodidades que hay en contrario, es el abandono de la especulación la que
ella". 8
nos brindará esa práctica materialmente reconfor-
tante y útil, dispensadora de compensaciones pla-
Está claro que la propuesta pedagógica de Des- centeras.
cartes apunta a conformar un animal satisfecho, un
Es fácil advertir que, se quiera o no, estamos
individuo de molicie y disfrutes, u n sujeto hábil y
en la antesala de la cosmovisión marxista, y que el
práctico, pero no una persona, n i u n ser óntica-
marxismo no necesita explicitarse como t a l para
mente pleno.
propagarse, pues constituye ya, como dice Sciacca,
Está claro igualmente cómo el Racionalismo
"una forma mentís difundida en el mundo". 10
conduce por un lado al solipsismo y por el otro al
La influencia cartesiana se ha dejado sentir no-

7 BRIE, R. J. y B E N C O C H E A , S. L . : Racionalización en la
Sociología de Max Weber. Santa F e . Imprenta de la U n i - 0 Sugerimos la lectura d e : DÍAZ ARAUJO, E . : Marcuse o
versidad Nacional del Litoral, 1967. ¡i Profeta de la Subversión. E d . Mikael, N ? 3 , Paraná, 1977;
Oeuvres de Descaries: Díscours de la Méthode & Essais.
8 S C A S E H B A , O . : " L a teoría crítica y Horkheimer". E n : Socio-
V. V I , pp. 61-62. Publiés par Charles Adam & Paul Tannery lógica mi. B s . As., 1978; y B B I E , R . J . " M a r c h Bloch o
:

Sous les auspices du Ministére de L'instruction publique. P a - la secularización de la Esperanza". E n : Veriio. Año X X ,
rís. Leopold Cerf. Imprimeur-Editeur; 12, Rué Saint Anne, N° 184, julio de 1978.
1902. 1(1 S C I A C C A , M . F . : Fenomenología . . . , ob. cit., p. 11.
42 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Reforma y cartesianismo 43

toriamente en el emplazamiento de la matemática El incremento de la psicometría, la injerencia de


como "recurso didáctico universal", como canon postulados conductistas y conexionistas en la deli-
centralizador de gran cantidad y variedad de ca- ncación del aprendizaje, el sustrato cuantitativo
12

tegorías educativas. Jordán Bruno Genta, lo señaló de gran parte de la psicopedagogía experimental,
con claridad: son muestras innegables de ese prevalecimiento de
lo mensurable, de lo técnico y lo mecánico, aun en
"Nuestro siglo ha instaurado, además, el cuestiones altamente espirituales.
monopolio pedadógico de las matemáticas. No Sorokin, que ha estudiado el tema con maestría,
solamente el estudio de las diversas cien- mostró los alcances y las consecuencias de lo que
cias . . . está vertebrado en las matemáticas, no dudó en llamar Quantofrenia y Testomanía.™
sino que el recurso didáctico universal para La manía por los tests, que en el fondo encierra el
enseñar cualesquiera saberes es el sistema del prurito incontrolado de medirlo, contarlo y nume-
cálculo numérico y de las ilustraciones geo- rarlo todo.
métricas; planos, mapas, esquemas, enumera-
ciones, catálogos, diagramas, estadísticas y "Vivimos en una época de testocracia, me-
gráficos de todas clases. Lo mismo para en- diante nuestros tests de inteligencia, estabili-
señar las partes de una casa que para en- dad emocional, carácter, aptitud, tendencias
señar las partes del alma, el movimiento de inconscientes y otras características de nuestra
un cuerpo que la historia de la ' P a t r i a . . . L a personalidad, los testócratas deciden en gran
concepción mecánica . . . que define nuestra parte nuestra vocación y ocupación. Desem-
mentalidad de modernos radica en la función peñan un papel importante en nuestros ascen-
rectora cada vez más exclusiva que vienen sos y descensos de categoría, y en nuestros
ejerciendo las matemáticas en todos los domi- éxitos y fracasos en posición social, reputa-
nios del saber humano, desde comienzos del ción e influencia. Determinan nuestra norma-
siglo x v n , a partir de Descartes y Galileo . . . lidad o anormalidad, nuestra inteligencia su-
El hábito de cálculo y experimentación se ha perior o estupidez definitiva, nuestra lealtad
generalizado tanto y ha llegado a ser tan o posibilidad de subversión... han sustituido
absorbente y abusivo que sólo se admiten los al Ángel de la Guarda, ya pasado de moda
resultados obtenidos por tales métodos, trátese que se suponía que guiaba la vida de cada
de un problema físico o de un problema p e r s o n a . . . Por todo esto, son responsables en
moral". 11

1 2 Véase por ej.: SÁNCHEZ HIDALCO, E.: Psicología edu-


cativa. Caps. X I I y X I I I . Río Piedras. Puerto Rico. Ed. Uni-
versitaria. 1965. 4* ed., y H I L E , W . F . : Teorías contempo-
ráneas del aprendizaje. Ed. Paidós. Bs. As., 1966.
GENTA, J. B.: El filósofo y los sofistas. Curso de intro-
1 1
3 3 SonoxrN, P. A.: Achaques y manías de la Sociología
ducción a Ja Filosofía. Diálogos socráticos de Platón. Bs. As., moderna y ciencias afines. Aguilar S. A. Ed. Madrid, 1957,
1949, pp. 18-19. caps. I V al V I I I .
44 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Reforma y cartesianismo 45

gran parte de nuestra felicidad o desgracia y de su obra maestra Novum Organum se hace
finalmente de nuestra larga vida o muerte explícito el propósito central de su vida: el rei-
prematura". 14 no del hombre —«regno hominis»—. No quie-
re el aumento del saber sino en cuanto sig-
Ocurre —continúa Sorokin— que esta preocupa- nifica aumento del poder". 16

ción metrofrénica ha progresado rápidamente en el


campo de los estudios psicosociales con detrimento Semejantes posturas debían desembocar obliga-
de ellos, y "amenaza ahora anegar en sus sombrías damente en el Iluminismo, con el cual se completa
aguas muchas investigaciones no cuantitativas, así y clausura la destrucción de la naturaleza educa-
como muchas que son realmente cuantitativas". 15 tiva. Todo lo que vendrá después —el Positivismo,
Volveremos más adelante sobre este aspecto. el Pragmatismo, la Escuela Activa, etc.— ya es-
"""En pleno siglo x v n junto al Reformismo y al Car- taba, en alguna medida dentro del Iluminismo. Así,
tesianismo, el influjo Baconiano hará notar su pre- la pedagogía moderna, pretendidamente opuesta a
sencia en el corazón mismo de la Escuela: la Di- la que llama, no sin error, tradicional, reconoce su
dáctica. inspiración en el espíritu de la Ilustración, y se
llega a la paradoja de obligar a aprender "tradi-
Comenio y Ratke —considerados sus primeros sis-
cionalmente", que no debe ser un pedagogo "tra-
tematizadores— darán u n giro utilitario a la prác-
dicional".
tica docente, la que deberá fundamentalmente pro-
porcionar "a todos" el conocimiento y el uso de las
cosas. Es cierto que Comenio no marginó la Fe y
la piedad de la tarea educativa; más aún, su cris-
tianismo —aunque sincrético y heterodoxo— deter-
mina los fines y los móviles. No obstante, el núcleo
de su pensamiento, como el de Locke en Inglate-
rra, expresa el ideal baconiano:

"Saber es poder.. . E n adelante el saber no


s e r á . . . una mera meditación ociosa, un diá-
logo como en los días de Platón o una me-
tafísica como era para Aristóteles. E l saber se-
rá un negocio, es decir una negación del ocio,
un nuevo p o d e r . . . Con Bacon muere el amor
por la ciencia desinteresada... En el subtítulo

« Idem ant., p. 88. ! ° MAEZTU, M . DE: Historia de la Cultura Europea. Ed.


Idem ant., p. 88.
1 5 Juventud Argentina. Bs. As., 1941, p. 119.
III. E L ILUMINISMO

A tal extremo logró el Iluminismo imponer sus


transformaciones que ellas parecen hoy lo normal,
y todo intento por rehabilitar el sentido originario
de la educación, si no pasa inadvertido, es desauto-
rizado por impropio.
E l laicismo —instituido coercitivamente por el Es-
tado— cerró abruptamente ese significado cultual,
religioso y sacro de la Escuela. E l naturalismo, aca-
bó exaltando lo menos humano hasta negar lo So-
brenatural; el racionalismo anuló el conocimiento
de lo mistagógico; el "creer para entender" de
Isaías, se convirtió en un entender de espaldas a
la fe y el enciclopedismo sustituyó las verdades eter-
nas por una suma inacabable y absurda de cono-
cimientos. He aquí la síntesis de las transformacio-
nes iluministas, el programa de la secularización
contra el que en vano se combatirá, si no se tiene
en claro la raíz y la esencia del problema.
E l nombre de Rousseau cruza pedagógicamente
el siglo xvur. Sus errores son en gran parte los erro-
48 Vigencia y pérdida de la identidad escolar El Iluminismo 49

res del siglo, y el núcleo de su esfuerzo revolucio- Este enfrentamiento dialéctico palabras-cosas no
nario es sustancialmente el mismo del movimiento tiene nada que ver con la disputa medieval sobre
al que representa. el nominalismo y el conceptualismo. También la
El ideal rousseauniano, desechado por el sentido Escolástica bregaba contra quienes desgajaban la
común y la verdadera ciencia educativa, es el del realidad, reduciendo las entidades existentes a tér-
hombre rebelado contra Dios y contra el Orden minos en el lenguaje. La posición tomista es, al
Natural; y no obstante su condición utópica y no- respecto, integradora; n i empirista n i racionalista.
civa, algunas de sus consideraciones fundamentales "Cognitio intellectiis nostri tota derivantur a sen-
siguen teniendo adherentes y subyacen en las ac- su". Quiere decir, que el hombre conoce a partir
de los datos sensibles, de lo particular y concreto;
tuales teorías escolares.
mas no se acaba allí el conocer humano, pues, en
El constante hincapié en la autonomía del edu-
nuestra mente hay más de lo que los sentidos nos
cando, en sus derechos y prerrogativas; la exage-
revelan; hay contenidos distintos de los que pro-
rada creencia en las condiciones educativas de todos ceden por la experiencia. Y aquí es justamente,
sus intereses y apetencias; el recurso abusivo al donde llega la naturaleza eminentemente reflexiva,
juego y a las manualidades; la convicción optimista meditativa, del hombre. 2

en las bondades del niño para autorregular su dis-


El planteo rousseauniano, en cambio, es comple-
ciplina y su aprendizaje; el naturalismo como base
tamente desintegrador. Las cosas deben reemplazar
y eje de la vida; el enfrentamiento dialéctico entre
a las palabras; la depravación de la naturaleza con-
la madurez y la niñez hasta la idolatría de la i n -
siste en contemplar.
fancia, son algunos de los rasgos rousseaunianos que
Esta elocuente afirmación contiene en su totali-
están presentes —notoriamente presentes— en las
dad, la falacia y el daño de la pedagogía moderna.
modernas concepciones.
Menospreciar las palabras y erigir en su lugar las
Rousseau, empero, fue verdaderamente frontal
"lecciones de cosas", es conspirar contra la creatu-
en sus consideraciones.
ra, contra la más específica y peculiar condición
humana; y es alzarse contra el Autor de la Palabra;
"Aborrezco los libros —dijo—, hay que reem-
contra el mismo Verbo Encarnado.
plazarlos por las cosas. ]Las cosas, las cosas!
nunca me cansaré de repetir que damos de- Negar la primacía y el valor de la palabra es
masiada importancia a las palabras... M e renunciar a la dignidad de persona, al rango onto-
atrevo casi a asegurar que el estado de re-
flexión es un estado contra natura, y que el teca Científico-Filosófica. Madrid. Daniel Jorro. Ed. Calle
hombre que medita es un animal deprava- de la Paz 2.3, 1916. V. I . Véase igualmente: Discurso acer-
do."1
ca del origen y los fundamentos de la desigualdad entre los
hombres. Ed. Aguilar Madrid S. A. 1973.
- Véase al respecto: ROUSSELOT, P. S. J.: L'lntellectua-
lisme de Saint Thomas. Bibliothéque des Archives de Phi-
ROSSEAU desarrolla esta idea en el Libro I I de su Emi-
1 losopliie. Gabriel Beauchesae et ses fils éditeurs a Paris,
lio. Véase: ROUSSEAU, J. J.: Emilio o la Educación. Biblio- Rué de Rennes, 117, 1939.
El Iluminismo 51
50 Vigencia y pérdidja de la identidad escolar

lógico distintivo; y es impedir que el hombre rea- el principio es el Verbo y no el trabajo. Pri-
lice el único acto que lo análoga con Dios, porque mero es nombrar las cosas y después es ha-
la creación divina —esto lo ha enseñado Platón cerlas. La tarea perentoria que nos incumbe
para siempre— encuentra su semejanza más acaba- a nosotros occidentales, es precisamente la
da en el arte de la definición. 3
rehabilitación de la palabra restituyéndola a
su prestigio antiguo, a su nobleza original". 5

"El arte divino de la Creación tiene su ana-


logía más próxima en el acto de afirmar lo Si se piensa cuan lejos está la pedagogía moderna
que es o de intuir una forma bella, más bien de esta preocupación esencial, se advertirá la pro-
que en el acto de hacer o de producir. En porción y los alcances de la crisis educativa.
otros términos, se trata de aclarar que el acto Además el Iluminismo dejó su impronta en la
de crear se comprende mejor a través de la política educacional. Desde entonces, la mayoría
contemplación intelectual que de la práctica de las legislaciones ha aceptado —a veces sin sa-
manual o técnica". 4
berlo— aquellos principios de Mirabeau, Talleyrand,
"Si queremos buscar entre las actividades La Charoláis, Rolland, Turgot o Condorcet; que,
propias del hombre la que está más próxima en suma, no son otros que los de "la secularización
y es más semejante al Acto de Crear, la en- de la educación"; 6 una total laicización de la cul-
contraremos en la actividad intelectual más tura y el consiguiente afán utilitario. E l "único ob-
pura y más desprendida de lo m a t e r i a l . . . o jetivo —dirán— es hacerle gozar al hombre de todos
lo que es lo mismo, el acto de nombrar un sus derechos...". "En las escuelas, se enseña lo
ser, de llamarlo por su nombre, indicando que es necesario para cada individuo, lo que ne-
quién y es y haciéndolo venir a presencia. . . cesita para disfrutar de la plenitud de sus dere-
El «Hacer» divino tiene su analogía más- chos". Nos parece estar oyendo voces de actualí-
7

próxima en el arte de la p a l a b r a . . . Hablar sima vigencia.


con propiedad, llamar a las cosas por su nom- Tal vez, la herencia más notoria de la pedagogía
bre, saberlas distinguir y jerarquizar, esta ac- iluminista sea el fastidioso y denostado Enciclope-
tividad especulativa teórica cuya plenitud se dismo. En él parece alcanzar plena realización el
alcanzaría en la Contemplación pura, es la ideal de Comenio de enseñar todo a todos. Pero
que mejor y más adecuadamente nos permite este postulado implica por lo menos dos grandes
comprender el Acto de la C r e a c i ó n . . . . E n riesgos. E l primero —señalado oportunamente por
Maritain— consiste en creer que "es posible apren-
derlo todo", pero paradójicamente, en ese todo
3P L A T Ó N : El sofista. E n : P L A T Ó N , Obras Completas. E d .
Anaconda. Bs. As., 1946.
4G K N T A , J. B . : La Idea y las Ideologías. Diálogos me- 5 Idem ant., pp. 210-211.
MANCANIELLO, E. M. y BREGAZZI, V. E.: Historia de
tafísicos de Platón. L a teoría de las ideas en la demos- 0

tración de la inmaterialidad y de la libertad del alma. E d . la Educación. L i b . del Colegio. Bs. As., 1968, 19 ed., p. 185.
del Restaurador. Bs. As., 1949, p. 207. 7 Idem ant., p. 188.
52 Vigencia y pérdida de la identidad escolar El II unimismo 53

no se incluyen los saberes esenciales; n i la pru- de que arbitren los medios y las actividades
dencia, n i la experiencia, "que es u n fruto del su- adecuadas para este aprendizaje de domi-
frimiento y del recuerdo", n i "la intuición n i el nio . . . Plantearse el aprendizaje para el domi-
amor". nio es plantearse una estrategia, q u e . . . trate
de desarrollar los talentos de todos antes que
"Hay cursos de filosofía —sigue Maritain— invertir tiempo y dinero en predecir y selec-
mas no existen cursos de sabiduría... ni la cionar los talentos". 10

intuición n i el amor son materias de instruc-


ción. . . ambas son don y libertad. Más aún,
Sin dejar de reconocer la meritoria —aunque tal
siendo esto así, la educación debe preocupar-
vez utópica— aspiración de Bloom; ella encierra
se ante todo de esas dos cosas. L a educa-
ese horror que caracteriza al espíritu moderno, por
8

ción debería enseñarnos el modo de estar


todo lo que sea distinción y jerarquías naturales.
siempre enamorados y de qué nos deberíamos La enseñanza no supondrá rigor, n i selección de
enamorar. Los grandes acontecimientos de la talentos, porque decir que todos serán mejores, es
historia fueron obras de grandes amantes, de justamente negar lo mejor.
santos, de hombres de ciencia y de artistas,
Llama la atención no sólo en el caso de Bloom,
y el problema de la civilización es dar a cada
sino en el de muchos autores modernos, la faci-
hombre probabilidades de ser santo, sabio o
lidad con que garantizan el aprendizaje de todo a
artista". 9
lodos, el simplismo con el que suprimen las limi-
taciones y uniforman los dones personales. La de-
El otro gran riesgo del enciclopedismo es que en nominada tecnología educativa ha contribuido a
su afán de abarcar dos totalidades, la de los con- reforzar esta idea con un optimismo casi irrefle-
tenidos y la de los destinatarios de los mismos, xivo, pero lo cierto es que esa totalidad cognoscible
reduzca la educación a u n adiestramiento; a un —de objeto y sujeto— no es integradora, pues va
amaestrar más o menos breve o largo, pero inevi- dirigida exclusivamente al ámbito de lo temporal.
tablemente eficaz. Algo de esto hay en el concepto I ,o concerniente a la vida religiosa queda al margen
de Bloom sobre el "aprendizaje para el dominio". de las miras pedagógicas, como si lo sobrenatural
Para Bloom, no fuera propio de la tan mentada condición hu-
"debe partirse de la base de que la casi tota- mana.
lidad de los estudiantes son susceptibles de El sentido común de las madres, suele dar en
dominar lo que se les enseñe con la condición esto mucho más pruebas de idoneidad que los es-
pecialistas ad usum; pues, si se las interroga sobre
la educación de sus hijos, ligarán inmediatamente
MARITAIN, J.: La educación en este momento crucial.
8

Desclée de Brouwer. Bs. As., 1965, pp. 35-36.


CLUTTON-BROCK, A . : The ultímate belief. Nueva York,
9 1 0 BLOOM, B . J.: Evaluación del aprendizaje. Troquel.
1 9 1 6 , p, 123. Cit. por M A R I T A I N : Idem ant. pp. 3 6 - 3 7 . fía. As., 1 9 7 5 , cap. 3.
54 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
E l Iluminismo 55

esta tarea no tanto con la trasmisión inacabada e


primarios y secundarios como paradójico re-
indiscriminada de informaciones y datos, sino con
sultado de querer enseñarnos todo. No enci-
una determinada formación axiológica que incluye
clopedismo muerto, n i catálogo... no infor-
necesariamente valores ético-religiosos; concepción
mación sino formación, no pretender enseñar-
que está arraigada aun en los padres no creyentes,
lo t o d o . . . L a sabiduría es algo diferente,
como lo prueba el hecho paradójico —que nos cons- sirve para convivir m e j o r . . . para resistir en
ta personalmente— de tantos alumnos de colegios la desgracia y tener mesura en el triunfo,
religiosos cuyos padres o abuelos son conocidos ag- para saber qué hacer con el mundo cuando
nósticos o incrédulos. los sabihondos lo hayan conquistado, y en
La pedagogía moderna, creyendo superar el en- fin, para saber envejecer y aceptar la muerte
ciclopedismo, no ha hecho sino revitali2arlo con con grandeza. Para nada de eso sirven las iso-
una sola diferencia. E l enciclopedismo dieciochesco termas y l o g a r i t m o s . . . La verdadera educa-
era intelectualista; el de nuestros días, decidida- ción tendrá que hacerse no sólo para lograr
mente empirista. Cuando Dewey, y a partir de él la eficacia técnica indispensable sino también
tantos otros, hablan de "saturar el espíritu de ex- para formar hombres integrales". 11

periencia", no está sino reemplazando un reposito-


rio por otro, en el cual ya no se acumulan datos,
pero sí hechos.
L o decididamente criticable del enciclopedismo
entonces, no es como frecuentemente se dice que
obligue al ejercicio de la memoria o de cierta elo-
cuencia expositiva; tampoco su tantas veces alu-
dida inservibilidad. E l rigor, lo malo es que toda
esa vorágine informativa, todo ese fárrago de datos
o hechos no hacen sino esquematizar la inteligen-
cia, agobiarla de superficialidades y alejarla cada
vez más del hábito de los Principios. Es por eso que
el enciclopedismo —en el mejor de los casos— sólo
ha generado sabihondos enfatuados, ignorantes de
lo esencial, hábiles "mercaderes de conocimientos",
pero no sabios.

"No sé si me he convertido en un hombre


culto —comenta E. Sábato— pero puedo ga-
rantizar que ya olvidé en forma casi total lo
que me inyectaron a lo largo de mis estudios 11 S Á B A T O , E . : "Reflexiones sobre nuestra educación". E n
Clarín, 11-5-78.
I V . POSITIVISMO Y P R A G M A T I S M O

El siglo x i x verá el desarrollo del Positivismo y


el despuntar del Pragmatismo. Uno y otro alcan-
zarán concreción plena en todo el movimiento de
la Escuela Activa, que con sus distintas vertientes
llegará hasta nuestros días infundiendo su orienta-
ción directa o indirectamente.
Pestalozzi y Froebel anticiparon el camino. E l
primero hará de las "lecciones de cosas" el núcleo
de su método. Con él, la enseñanza se manualiza
aun en aquellas asignaturas de contenido más es-
peculativo. Esto contribuirá a la cosificación inte-
lectual que aún padecemos, pues la inteligencia
sustituye la abstracción por la corporización y las
herramientas y utensilios desplazan a las reflexiones
estrictamente teoréticas. Paralelamente se exalta, la
autonomía del educando, recalcando su actividad
espontánea y libre en desmedro de la presencia
magisterial.
l'roébél resaltará aún más estos atributos del
educando. La noción —que difusamente esbozaron
58 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
Positivismo y pragmatismo 59

algunos renacentistas— de la jocosidad y el juego


mente en la hasta hace poco aplicada tesis del
como elementos educativos, será aplicada por él
"ingreso irrestricto" a la Universidad, se compren-
en sus famosos Kindergarten hasta convertirla en
derá a dónde puede llegar una pedagogía centrada
sistema didáctico.
en lo lúdicro. La idea dominante es que todos re-
Este aspecto merece algún detenimiento; porque
sulten gratificados con el aprendizaje y la ense-
bien es cierto que el juego ocupa un papel primor- ñanza; propósito por cierto encomiable, pero la
dial en la vida infantil, y que ciertas posturas rigo- experiencia concreta ha demostrado —y esto es lo
ristas tendieron a ignorar toda su riqueza poten- objetable— que esa gratificación propuesta no es
cial, negando así la posibilidad de contar con un la natural delectación a la que llega la inteligencia
recurso valioso. San Agustín, por ejemplo, en pleno cuando aprehende e internaliza contenidos esencia-
siglo iv, reprochaba esta insuficiencia que llevaba les, sino el resultado del facilismo que rebaja el n i -
a los mayores a "castigar como delitos los juegos vel de exigencias y el grado de disciplina intelec-
infantiles sin reparar que ellos son para los peque- tual hasta hacerlo todo pedestre.
ños verdaderas ocupaciones". Pero reconocido esto,
No sólo los contenidos se abaratan y desjerar-
1

convengamos también que no hay aprendizaje sin


quizan, también la autoridad se resiente por el
sistematización y análisis y por lo tanto sin sacrifi-
prurito de "no hacerse notar", de "acortar distan-
cio y dolor. Y esto también lo vio San Agustín y lo cias", de volverse excesivamente accesible para
repetían continuamente los antiguos. "que nadie se sienta mal". Y en este camino, la
L a posición de Froebel al absolutizar el juego misma Escuela deberá cambiar de fisonomía, aban-
y la infancia, cosa que n i los mismos chicos hacen, donar su rostro tradicional —demasiado solemne,
cae en el error de convertir u n medio en f i n , mien- demasiado adusto— para parecerse cada vez más a
tras suprime del proceso enseñanza-aprendizaje to- un club, a un parque de diversiones. 3

do elemento sacrificial. Muchos de los actuales pe-


Per otra parte, en el caso concreto de nuestro
dagogos han exacerbado esta posición, al punto de
país, el juego y el deporte han experimentado en
considerar la acción del adulto y de la escuela
los últimos tiempos una sensible valoración, de inci-
como obstaculizantes de la libre naturaleza infan-
til. 5 Pudo verse, no hace mucho "el nihilismo educativo de
Si se piensa en esa proclividad a remarcar la ;ilgunas pedagogías liberadoras . . . una pedagogía del «no
sensación de triunfo, que encierran algunos pro- poder». . . «nadie educa a nadie», ha sido un lema bajo
cuya inspiración murieron de impotencia muchos proyectos
yectos de "escuelas sin grados"; si se piensa igual-
2
educativos. . . Desde las posiciones más mesuradas de la des-
escolarización hasta las proclamaciones de la muerte de la es-
1TIRADO BENEDÍ, D . : Antología pedagógica de San Agus- cuela, pasando por ciertas posiciones extremas en la idea
tín. Ed. Ensayos Pedagógicos de Fernández Ed. S.A. México, do autosugestión, la idea central parece ser la de «abatir
1966, p. 145. el principio de autoridad», con lo que no se logra definir
2Véase por ej. LAFOURCADE, P. D . : "Análisis crítico de de qué manera pueden sustentarse nuevas instituciones o
la estructura organizativa de la escuela graduada". En Re- por qué caminos sería factible estructurar en la realidad
vista del Instituto de Investigaciones Educativas (I. I. E.). una sociedad sin instituciones". BRUERA, B . P.: "La cues-
Año 4, marzo 1978, N? 15. lióu del Poder Educativo". En: Revista del 1.1. E. N« 1,
p. 7.
60 Vigencia y pérdida de la i d e n t i d a d escolar Positivismo y pragmatismo 61

dcncias no siempre positivas en la vida escolar. No Lo más alarmante es la intromisión de este en-
nos detendremos aquí en una explicación del fenó- foque en el ámbito que se define precisamente por
meno de cuya condición de objeto de análisis se la exigencia y la severa disciplina intelectual, esto
ha abusado hasta el absurdo. Notemos sencillamen- es, en la Universidad. También ella ha sido tentada
te que muchas clases y turnos de exámenes fueron por la moda de lo fácil y permisivo, una actitud
suspendidos por festejos en los que no siempre se que pese a innegables intenciones y medidas co-
conservó aquella virtud tan preciada por los clá- rrectivas, no se ha logrado disipar por completo.
sicos: la eutrapelia, esto es, la mesura y el equili- Subsiste aún la amenaza de aquella Universidad
brio en las diversiones. No nos referimos al aspecto de utopía que tan bien caracterizó Patricio Randle:
moral, sino a esa sensación de omnipotencia lúdicra
que no sólo se apoderó por contagio de la mayoría, " . . . se ataca la clase magistral, la enseñan-
sino que proyectó su estilo en todas las áreas de la za teórica y el examen... todo debe ser prag-
vida, entre ellas, y en buen grado, la educacional; mático práctico, a p l i c a d o . . . ya no hay lugar
con lo que hubo que soportar la propuesta de es- para el diálogo socrático n i para la especula-
tudiar ya no para saber, sino para ser campeo- ción p u r a . . . Todo es debate como en la tele-
nes. 1
visión . . . La Universidad de utopía; a ella se
Refiriéndose a la pedagogía del juego, Hegel se- a c u d e . . . no para aprender sino para ser com-
ñala: prendido porque en ella ya no existe ninguna
clase de r i g o r . . . Desaparece la vergüenza
" . . . Se esfuerza por representar a los niños, de no saber lo que debió ser estudiado, por-
en su ser que sienten incompleto, como si que lo primordial es vivir intensamente el mo-
fueran completos, haciéndolos pagados de sí mento . . . Ya nada es difícil, ni hay que pasar
mismos; turba y profana su verdadera, pro- por lo desagradable para llegar al goce inte-
pia y mejor necesidad, y produce, en parte,
lectual . . . La Nueva Universidad Feliz es
el desinterés para las relaciones sustanciales
una universidad extravertida, una universidad
del mundo del espíritu; y en parte, el despre-
divertida. Un manto de ligereza recubre todos
c o de los hombres porque a ellos como a n i -
los temas de contenido cultural o filosófico.
ños se han representado los hombres mismos
Todo se conversa y no es necesario acudir a
pueril y despreciablemente". 5

las fuentes. Sólo se leen fichas traducidas y


extractadas que además son interpretadas con
* Lejos de nuestra intención desconocer el valor del jue-
go y del deporte, pero e l criterio lúdicro, digamos concre- laxa elasticidad". 0

tamente el criterio futbolístico, no nos parece precisamente


el más f o r m a t i v o y jerarquizante, sobre todo cuando se pro-
yecta e n ámbitos no deportivos. Piénsese en el Congreso
Mariano celebrado en Mendoza, en 1980, llamado —y asu- im Gnmdrisse. Suhrkamp F r a n k f u r t A . M . 1970. I I I . 1. c ,
m i d o así aun por algunos clérigos— " e l m u n d i a l de la V i r g e n " . 174, p . 328.
5 J. W . F . H E G E L - W E R K E , v o l . V I I : Grudlinien der Philo- 0 R A N D L E , P. H . : La Universidad en ruinas. E d . Almena.
sophie des Rechtes oder Naturrecht und Staatswissenschaft Bs. As., 1974, p p . 6 9 - 7 1 .
Positivismo y pragmatismo 63
62 Vigencia y pérdida de la identidad escolar

El gran error de la Universidad fue avergonzar- mopolita y utilitaria, coactivamente laica y natura-
se de su misión y justificarse diciendo que ella ha lista. El inmanentismo la define y agota.
de preparar para la vida y para la utilidad social. Lo curioso es que hoy, la nueva pedagogía, de-
Sin duda, la Universidad debe prestar un servicio, nuncia como tradicional la de Herbart y Spencer,
el niás alto servicio, cual es el cuidado de la inte- mostrándose a sí misma como opuesta y contraria.
En algunos —como el conocido Alves de Mattos—
ligencia, pero no es su mérito subordinarse a los
esta contraposición llega al maniqueísmo. La edu-
apremios de un ritmo pragmáticamente enloquece-
cación "tradicional" resumiría todo lo malo; la nue-
dor, ni acomodarse a los cánones de una sociedad
va, en cambio, todo, absolutamente todo lo bueno.
en aguda crisis.
9

Habrá que aclarar, no obstante, que el Positivis-


"La Universidad no debe adaptarse sin más mo, ya de signo herbartiano o spenceriano, lejos de
a las exigencias de la sociedad... debe servir representar la educación tradicional, configura pro-
por cierto a la comunidad y a la Nación pero totípicamente la culminación de la Modernidad.
como institución que la forma y la modela. Más aún las actuales corrientes pedagógicas contie-
Más aún, es en parte responsable de la socie- nen sustancialmente los mismos fundamentos que
dad de la que forma parte, no es el furgón de la llamada "educación tradicional". L a superviven-
cola de un proceso, sino uno de sus principa- cia de este influjo lleva a visibles paradojas. Así, se
les motores." T
enseña con el método de Herbart, que Herbart
ha sido superado, se reprueba, expositivamente la
El Positivismo ha hecho con Herbart y Spencer modalidad expositiva, se obliga a memorizar que
sus aportes más duraderos. Ellos han tenido en es incorrecto aprender de memoria, o se dictan den-
nuestro país una indiscutida resonancia, al punto sos apuntes sobre la inconveniencia de dictar apun-
que no sería exagerado afirmar que el grueso de tes. En una palabra: se impone la modernidad,
los docentes se hallan —aun sin saberlo— fuerte- "tradicionalmente".
mente imbuidos de tales aportes. Es que el Positi- El alza en la Escuela del criterio antimetafísico
vismo llegó a ser normativo y canónico. Impuso su y antiteológico, el prurito de la eficacia y el éxito,
impronta al normalismo y los maestros egresaron el desdén por las artes liberales y la hipertrofia
uniformados* Otro tanto ocurría en el nivel ter- de lo técnico-industrial; la aceptación del evolucio-
ciario con los profesorados. El resultado fue una nismo, la extensión de las explicaciones sociológicas
escuela desarraigada de la Tradición 'Nacional, cos- en ámbitos reservados a otras explicaciones, la so-
breestimación de lo comercial y lucrativo, la pér-

7B R I E , R. J . : " L a esencia de la Universidad". E n : La


Nación, Bs. A s . , 29-8-76. Véase además: M O N T E J A N O ,
E l P A D R E C A S T E I X A N I ha satirizado genialmente a este
B. ( h . ) : La Universidad. Ghersi E d . Bs. As., 1979; y G E N T A ,
0

normalismo en varias ocasiones. Véase, por ejemplo: " E l


J. B . : Rehabilitación de la inteligencia. E d . d e l Restaurador.
Maestro", en El nuevo gobierno de Sancho, o " L a Bocación
Bs. As., 1950.
de maestra y la vocación de maestro", en Cabildo, junio
8Véase: D E M A T T O S , A . : Compendio de didáctica gene- de 1944.
ral. E d . Kapelusz, Bs. A s . , 1963, principalmente pp. 30-32.
64 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Positivismo y pragmatismo 65

dida del sentido misional del magisterio, la impor- Rotos definitivamente los vínculos con lo cul-
tancia atribuida a lo instintivo, y la reducción del tual, separada el alma de su rumbo más propio, y
papel del maestro recalcando la autoformación del malgastada la inteligencia en conocimientos de uso,
alumno, son todos postulados positivistas de com- ya no son los modelos —los Arquetipos— los que
probada vigencia. habrán de mover al hombre a la imitación, sino los
Cuando Spencer proclama que "el primer requi- animales y su sentido de la comodidad zoológica.
sito para el éxito en la vida es el de ser u n buen Ya no es el cultivo del logos la primerísima ocupa-
animal" y por lo tanto que "el ascetismo desaparece ción de la Escuela, sino, asegurar "la buena diges-
de la educación", no está describiendo una condi-
10 tión" y "el pulso fuerte". Y ya no es la Religión, la
ción humana de contingencia, sino elaborando un garantía de salvación espiritual, sino "el culto a la
programa que subvierte hasta la total negación la ciencia", que "reinará como cosa suprema" siendo
naturaleza misma de lo educacional. "lo verdaderamente irreligioso abandonarla". 14

Para Spencer El pragmatismo de Dewey cerrará pedagógica-


mente el siglo xix y abrirá el siglo xx. L o serio es
"la felicidad y prosperidad de una nación de- que a poco de concluir éste, no se advierte una
pende de la organización física de sus habi- rectificación que permita abrigar mejores especta-
tantes", 11
tivas. Los movimientos llamados de la Escuela Ac-
tiva, de la Educación Nueva, y otras manifestacio-
de ahí la enormidad de sostener que nes contemporáneas, convergen en un denominador
común cuyos caracteres más notorios pasamos a re-
"una buena digestión, u n pulso fuerte y u n señar críticamente. Se comprenderá entonces la
genio alegre son elementos de felicidad que extrema y sutil amenaza que representan, sobre to-
no se pueden suplir con ningún género de ven- do si se considera que estos ]yrincipios son los que
tajas exteriores". 12 nutren, casi invariablemente, todos los programas
de las carreras de Ciencias de la Educación de las
En cambio, que egresan los futuros docentes.

"el exceso de cultura es peligroso porque com-


promete la salud, y sin ninguna compensación
en la vida, y de este modo hace doblemente
amargas las desgracias". 13

K> S P E N C E R , H . : La Educación, intelectual, moral y física.


D . Appleton y Compañía. New York, 1913, 6 ed., pp. 184
y 191. S P E N C E R reitera constantemente estos conceptos. 1 4 Idem ant., p. 73-78. Para una visión sintética y glo-
Idem ant., p. 191.
1 1 bal del pensamiento spenceriano, véase: G A U P P , O . : Spen-
Idem ant., p. 241.
1 2
cer. Revista de Occidente. Madrid, 1930. Col. Los Filósofos
Idem ant., p. 242.
1 3
V, V I .
V. L A PEDAGOGIA CONTEMPORÁNEA:
NOTAS D I S T I N T I V A S

El pragmatismo se ha convertido en el rasgo


dominante y en la pauta de legitimidad de toda
acción educativa. Cualquier esbozo pedagógico que
no asegure la utilidad, es desechado. Hechos y co-
sas, experiencias y actividades, dinamismo y praxis,
son reclamos imperativos de la nueva educación. La
escuela ha llegado así a ser concebida como un
taller —se habla naturalmente de "taller pedagógi-
co"—, una fábrica, una industria y un laboratorio.
Ninguna de estas denominaciones es arbitraria; apa-
recen en las obras de los principales metodólogos
y tratadistas.
A la escuela se le pide que provea de trabajo y
quehaceres, que asegure todo tipo de realizaciones
concretas, que sea industriosa y técnica, valorando
monetariamente el tiempo, según la conocida fór-
mula, y otorgando salidas laborales de aplicación
inmediata. Ella deberá imitar las múltiples facetas
productivas de la vida social.
68 Vigencia y pérdida de la identidad escolar La Pedagogía contemporánea 69

"Nos toca vivir en una época tan disminui- "Esta expresión significa que las califica-
da, que marcha tan a contramano de los reales ciones otorgadas por la escuela secundaria-
caminos del hombre, que estas nobilísimas pa- universitaria superan a menudo ampliamente
labras: abstracción, abstracto, abstraer, resue- el ofrecimiento de lugares de trabajo corres-
nan en nuestros oídos demasiado prácticos, pondiente a tales calificaciones. Está entonces
como si fueran cosas huecas, vacías, sin valor alterada la tradicional correspondencia entre
ni vitalidad ningunas . . . Se ha apoderado de oferta y demanda".' 1

nosotros el frenesí de lo concreto, de lo tan-


gible, de lo manuable . . . Por esto es que Marx El problema educacional se resuelve así, para u n
ha conquistado el mundo con su repugnante representante de la moderna pedagogía, en función
sentencia pedagógica: «Los gérmenes de la de "la inserción laboral de los egresados", y del
educación en el futuro han de buscarse en "desequilibrio o desajuste entre los tipos de forma-
el sistema de las fábricas»". 1 ción y su abundancia en el mercado producción-
trabajo". 5

Veamos si no. Por otra parte, si se analizan los distintos mé-


todos, ensayos, proyectos, planes y teorizaciones
"El maestro ideal —dice C. Guillen de Rez- que se han dado en nuestra época, se comprobará
zano— es el que hace hacer, en forma tal esta dirección eminentemente pragmática, en don-
que el niño quiera hacer lo que hace. La pa- de el negotium —"hasta las ideas son negociables",
labra ha cedido en gran parte su lugar a la dice Devvey— ocupa el lugar del ocio y la calle
acción".- Hay que "sacar la escuela a la calle reemplaza al claustro. Se trata de un gravísimo
y meter la calle en la escuela." 3 desfasaje, pero de difusión tan generalizada que
no sorprende ni preocupa.
Hacer hacer, la praxis sobre el verbo y la calle Los nombres de Ellen Key, Ludwing Gurlitt,
en la escuela; no podía sintetizarse con más fuerza Gaudig, Kilpatrick, Wundt, Neumann, Claparéde,
la destrucción de la identidad escolar. Kerschensteiner, Demolins, son suficientemente re-
Para Giovanni Gozzer, la crisis educativa actual presentativos de esta realidad; como asimismo, los
se debe a que la escuela se ha convertido en "una métodos Montessori, Decroly, Dalton, Winnetka,
fábrica ele desocupados". Cousinet, Jena, Mackinder, Howard, y tantos otros. 6

4 GOZZER, G . : "La escuela y la economía". Reportaje


GENTA, J. B.: El Filósofo...
1 Oh. c i t , pp. 258-259. aparecido^ en Clarín, 28-9-79, p. 35.
Sobre el concepto educativo de Marx y sus alcances, puede Idem ant.
5

verse: OUSSET, J.: Marxismo-Leninismo. Ed. Speiro S. A. 0 Véase al respecto: LUZUMAGA, L . : La Pedagogía Con-
Madrid. temporánea. Bibl. del Maestro. Losada S. A. Bs. As., 1966,
2 G U I L L E N DE REZZANO, C : Didáctica General. Ed. Ka- cap. I I I . p. d.; LUZUBIACA, L . : La Educación Nueva, Bibl.
pelusz, Bs. As., 1965, 12 ed., p. 47. del Maestro. Losada S. A. Bs. As., 1969, 7? ed., cap. I I I ; y
ídem ant, p. 56.
8 REZZANO G U I L L E N DE, C : Ob. cit., cap. 7,
La Pedagogía contemporánea 71
70 Vigencia y pérdida de la identidad escolar

miento de sí mismo en los cuales la existencia


Más allá de algunos aciertos parciales nótase en
humana aspira a florecer, escapan al horizonte
todos ellos una absoluta materialización. L a herra-
del espíritu pragmático". 8
mienta y el instrumento; el utensilio, el mueble y
lodo lo manual, pasan a constituirse en elementos
de primera importancia para la acción eficaz, i n - No la verdad, sino la utilidad es el objetivo pri-
mediata y redituable. Está claro que estos princi- mordial de la enseñanza y de toda la ciencia mo-
pios se ajustan propiamente al ideal marxista del derna. Más todavía, la verdad para ser reconocida
homo faber; y a ellos responden los ensayos socia- como tal debe pasar la prueba de lo útil. Sólo lo
listas de Haenisch, Osterreich y Scharrelman, en útil es verdadero, de modo que ya no existirá la
Alemania, y los proyectos soviéticos de Blonsky y Verdad como hecho objetivo, sino la "aseverabili-
Penkievich. dad garantizada" de Dewey, o los "verificables" de
Piaget.
La Nueva Pedagogía, con su pragmatismo des-
medido e ilimitado, con su fiebre por los resulta- Ha desaparecido el valor de la Theoría; del co-
dos tangibles, desemboca naturalmente en la estra- nocimiento que se satisface a sí mismo; que se
tegia marxista; pues, en definitiva todo queda colma en la sola posesión de la certeza, sin buscar
relativizado y mediatizado por lo material. No hay la necesidad n i la practicidad.
Verdad, n i Sabiduría, n i Sacralidad, n i Religión. Y junto con esta desaparición, va la pérdida del
Importa el hacer y el usar, la eficacia y la funcio- recogimiento ante el saber, de la actitud interior
nalidad, la praxis exitosa y hábil; pero u n éxito trente a la sabiduría. Todo tiene que ser prove-
que no comprende lo espiritual y una habilidad choso, necesario, aplicable, exterior; garantizar la
neutra, sin ética. La inteligencia —comenta G. No- acción, servirla y encauzarla. Como bien expresa
sengo— "se concibe como un instrumento que sirve Nicol, la nueva fórmula parece reducirse a esto:
sólo para cumplir mejor la acción". De ahí que 7 "Ser es ser útil". 9

Maritain rechazara como Aristóteles nos dice en la Metafísica que

"inapropiada a la obra educativa, la sobre- "quien conoce el arte se considera más sabio
estimación pragmática de la acción", porque del que tiene solamente la experiencia. Y esto
"insistir sobre la importancia de la a c c i ó n . . . porque el primero conoce las causas y el se-
e s . . . excelente... mas la acción y la praxis gundo no las conoce... Por esta razón el que
tienden a un f i n , a un o b j e t i v o . . . sin el cual conoce el arte, debe ser considerado más sabio
pierden su dirección... Y la vida existe asi- que el empírico, el que cultiva las ciencias
mismo para, un f i n que la haga digna de ser
vivida. La contemplación y el perfecto acaba-
8 MARITAIN, J.: Ob. cit, pp. 23-24.
0 N I C O L , E . : El porvenir de la Filosofía. México, F . C . E .
N O S E N G O , G . : Persona humana y Educación.
7 Publica- 1972, p. 238.
ciones del I. P. S. A. Bs. As., 1979, p. 39.
72 Vigencia y pérdida de la identidad escolar La Pedagogía contemporánea 73

teóricas más sabio que el que cultiva las cien- No es discutible la afirmación de que el apren-
cias prácticas". 10
dizaje puede suscitar de por sí el cambio; pero t a l
como se expresa y se reitera en forma práctica-
La Nueva Pedagogía y su dirección eminente- mente unánime, parecería que el único valor del
mente antiaristotélica no ha hecho sino revivir el aprendizaje es ser factor de cambio permanente,
error de la sofística que "nunca pretendió compe- de reajuste constante, de huida de cualquier acti-
tir con la ciencia, sino desacreditarla por inútil". 11
tud inamovible y eterna. Es el mito dialéctico del
Pero con esto, ha hecho aún algo más grave, por- incesante devenir.
que negarle al hombre su peculiar vocación con-
Se confunde también la descripción de ciertos
templativa es cerrarle el auténtico camino hacia la
efectos del aprendizaje con el aprendizaje mismo,
sabiduría y hacia la real felicidad. Allí donde el
y su explicación queda reducida a lo fenoménico,
alma se extasía y reposa libre de las contingencias
a una variación "que el organismo realiza", mo-
de lo útil. Allí donde se hace plena y encuentra
vido por la "eficacia" para "la satisfacción de sus
en la visión de los Principios, la clave de todo lo
impulsos o necesidades". Dentro de esta óptica f i -
que existe. Allí donde, en definitiva, —bien l o sa-
siologista y utilitaria, cambio y experiencia, ajuste
bían los antiguos— el amor asciende y se realiza.
y desarrollo se combinan perfectamente en el acto
Dentro de esta predominante perspectiva empi-
educativo. E l f i n es el cambio y el desarrollo, los
rista, es lógico que el aprendizaje sea concebido
medios, las actividades y los continuos ajustes. D e
primordialmente como adiestramiento y adquisición
ahí, que algunos puedan concluir en que "la tarea
de destrezas, comparado con fenómenos mecánicos
del maestro es encauzar al educando en el proceso
y zoológicos. U n proceso modificatorio de disponi-
de experimentar", y que se considere u n anacro-
13
bilidades, como dice Gagne, o u n factor de cam-
nismo psicológico "el intento de restaurar la edu-
bios reactivos.
cación clásica en el nivel universitario". 11

"Aprender —concluye Sánchez Hidalgo— es Está visto —se afirma— que


fundamentalmente u n proceso de c a m b i o . . .
Después de cada aprendizaje la persona es "términos tales como memoria, atención e ima-
distinta de como era a n t e s . . . Aprender es u n ginación —facultades que según la pedagogía
cambio que el organismo realiza en la búsque- tradicional, las disciplinas clásicas contribuían
da de satisfacción para sus impulsos o necesi- a desarrollar— son arbitrarias y no se refieren
dades, ya que sus modos previos de conseguir- en forma alguna a sustancias o entidades rea-
la carecen de eficacia." 12
les en la vida mental del hombre. Son meras

ARISTÓTELES: Metafísica. Ed. Trilingüe. Ed. Gredos


1 0

S. A. Biblioteca Hispánica de Filosofía. Madrid, 1970. V. I . Piedras. Puerto Rico. Ed. Universitaria. 4* ed., 1965, pp.
L. I , pp. 7, 8 y ss. 462, 463.
" NICOL, E.: Ob. cit., p. 2 3 5 . 1 3 Idem a n t , p. 464.
!2 SÁNCHEZ HIDALGO, E. S.: Psicología Educativa. Río 1 1 Idem ant., p. 490.
La Pedagogía contemporánea 75
74 Vigencia y pérdida de la identidad escolar

ha llegado con esta nivelación. Todo es explicado


formas de expresión que se usan convencio-
en los alumnos de manera similar a las experien-
nalmente para referirse a los distintos aspec- cias de laboratorios con simios y cobayos; y en los
tos del proceso total de ajuste del organismo laboratorios todo se circunscribe a estímulos y res-
a las situaciones de la v i d a " . 15
puestas, ensayo y error, tanteo e incentivos, metas
y obstáculos.
Según este peculiar criterio, las únicas razones
Desde otro ángulo, Joñas Cohn, por ejemplo, no
por las cuales podría justificarse el aprendizaje de
tiene reparos para homologar la educación con "el
las materias clásicas, carecen ahora de valor, pues
instinto de cuidado" de los chimpancés, pero se
ni la memoria n i la atención o la imaginación tie-
inquieta por "la estructuración religiosa de la v i -
nen rango ontológico. Lo único que interesa es "el
da", en la que "el sacerdote so afirma a lo tradi-
proceso total de ajuste del organismo a las situa-
cional". 18
ciones de la vida". Entonces, la sabiduría esencial
de las humanidades clásicas debe ceder su lugar Así las cosas, G u i l l e n de Rezzano sostendrá que
a un manojo de actividades y experiencias.
"en el caso del niño el deseo de aprender tie-
Las influencias de la Gestalspsychologie de Wert-
ne su origen en una necesidad de orden bio-
heimer, Kóhler y Koffka; como asimismo las del
lógico más que espiritual", " . . . L a manera 19
Conductismo de Watson y el Conexionismo de
de aprender es siempre la misma para todos
Thorndike, han sido decisivas para toda esta equí-
pues no depende de una resolución humana
voca conceptualización del aprendizaje. E l uso 10
(sic) sino de una determinación biológica". 20
abusivo del experimento, las técnicas de ensayo y
error, las verificaciones orgánicas y cuantitativas,
Este grosero biologismo, a la par que desfigura
las tabulaciones, graficaciones, estadísticas y ejcr-
la naturaleza humana, subordina la Pedagogía a
citaciones, han desembocado en una analogía ina-
las Ciencias Biológicas; gravísimo error de cuyos
propiada entre el aprendizaje humano y el adies-
riesgos dan prueba los escritos de Demoor y Jonck-
tramiento animal. Basta conocer algunos esquemas
heere. 21
como los de W o o d r u f f para notar hasta dónde
17

La irrupción del Psicoanálisis, completó el des-


Idem ant.
1 6
cubrí jamiento. Con él, la propuesta de Spencer lle-
i« Véase: K O F F K A , K . : Principies of Gestalt Psychology. gaba a la cúspide, radicalizada; y el hombre ya
Harcourt, Brace and Company. New York, 1 9 3 5 .
The Growth of trie Mind. Harcourt, Brace and Company.
New York, 1 9 2 4 .
1 8 C O H N , J . : Pedagogía Fundamental. E d . Losada. Bs.
K Ó H L E R , W . : Gestalt Psychology. Liveright Publishing As., 1962. 4 » ed., pp. 15-17.
Company. New York, 1 9 5 1 .
G U I L L E N DE REZZANO, C : Ob. cit., p. 23.
T H O R N D I K E , E . L . : Human Learning. T h e Century C o m -
1 9

2 0 Idem ant., p. 3 7 .
pany. New York, 1 9 3 1 .
D E M O O R , J . y J O M C K H E E R E , T . : La ciencia de la Edu-
The Fundamentáis of Learning. Bureau of Publications.
2 1

cación. Madrid, 1 9 2 9 . Pedagogos belgas contemporáneos re-


Teachers College. Columbia University. New York, 1 9 3 2 .
presentantes de la escuela científico-experimental-biologista.
W O O D R U F F , A . D . : The Psichólogy of Tenching. L o n g -
1 7

mans, Green and Company. N . York.


76 Vigencia y pérdida d e l a i d e n t i d a d escolar L a Pedagogía contemporánea 77

no discípulo n i escolar, alcanza en la Nueva Es- L o nacional, lo propio, la tradición, resulta ahora
cuela, la categoría de u n buen animal. Diestro y una parcialización obstaculizante de la nueva al-
práctico, indulgente, permeable y satisfecho. En- 22 borada mundialisla, internacional y cosmopolita.
señarle, será cuestión de arbitrar las actividades
necesarias para el amaestramiento de su personali- "En una sociedad en la cual los cambios
dad al cambio. Una personalidad vertebrada en la se suceden vertiginosamente —insiste T a b a -
praxis y el instinto, siempre atenta al dinamismo Ios individuos no pueden depender.. . de la
de los tiempos para mejor disfrutar de la vida. tradición para adoptar decisiones, ya sea en
el quehacer c o t i d i a n o . . . o en los valores mo-
L o esencial entonces aparece diluido en u n se-
rales. . . Existe u n interés natural en que los
gundo plano y lo accidental y accesorio es trans-
individuos sean capaces de pensar... inde-
formado en esencial. N i Dios n i la Patria cuentan
pendientemente".
para los teóricos de la Pedagogía Moderna. L a re-
21

ligiosidad y el patriotismo, como todos los valores


perennes tienden a ser desconocidos o minimiza- E l relativismo y la autonomía moral se perfilan
dos. Contrariamente, se exalta el devenir, el cambio como metas deseables. De ahí al nihilismo hay muy
y las mutaciones, como corresponde a la imagen pocos pasos, y muchos ya los han dado.
preponderantemente biológica que se tiene del Conforme con estos pensamientos, la Escuela será
hombre. tal, cuanto más y mejor se libre de todo compo-
Sugestionados y encandilados por el valor dialéc- nente Trascendental y Absoluto. L a inmanencia y
tico del cambio lo ha ensalzado sin medida, hasta la contingencia se enseñorean y lo permanente y so-
el desdén por todo aquello que es idéntico, inmó- brenatural, perturban.
vil, inmutable, fiel a sí mismo. Dewey exacerbó notoriamente estas apreciacio-
nes. E n su ideal escuela futurista se descarta cual-
"La actividad principal de la educación quier valor que suponga vínculos de eternidad y
—sostiene I I . Taba— es cambiar a los indivi- sobrenaturalidad. E l tipo de hombre a conseguir
duos, permitirles desempeñarse en habilida- es el self-made-man, el hombre hecho a su propia
des", formarles "una mente que pueda en- imagen y semejanza, libre para enjuiciarlo y pro-
frentar los problemas de la vida en un mundo barlo todo, libre aun para negar su origen y sus
rápidamente cambiante... nuevas habilidades filiaciones naturales, libre para rebelarse contra el
para el pensamiento colectivo y una sensibi- orden instituido, para experimentar y actuar según
lidad cosmopolita". 23
su provecho y conveniencia.
La Ley de Partidas supo acuñar un nombre para
Véase: FBEUD, ANNA, Eiführung in die psijchoanahjse
designar a todos aquellos que provenían de algo
2 2

für Padagogen. V e r l a g H u b e r , Berna. H a y traducción cas-


tellana: Introducción al Psicoanálisis para educadores. E d . —entendido como don y virtud—, para señalar y
Paidós. Biblioteca d e l hombre contemporáneo. Bs. As., 1 9 5 8 ,
3? e d .
23 T A B A , H . : Elaboración del curriculo. E d . T r o q u e l . Bs.
As., 1 9 7 6 , 2 ? ed., p . 2 5 7 . 2 4 I d e m ant., p . 2 8 4 .
'¡H Vigencia y pérdida de la identidad escolar
La Pedagogía contemporánea 79

distinguir a quienes vivían orgullosamente su he- derechos; de deudas espirituales que ha de saldar
rencia espiritual, su estirpe. Era el hidalgo; el hom- y agradecer, más allá de cualquier beneficio o pre-
bre libre en la fidelidad a sus raíces, en la obe- rrogativa. E l self-made-man ' l i b r e y dinámico" en
diencia al Creador, en la contemplación de los su carrera de éxitos y progresos, no es sino la crea-
Principios inmutables. tura desarraigada y aturdida en su soberbia que
Pero el tipo de hombre que nos propone Dewey signa trágicamente el rumbo de la crisis contem-
y toda la Pedagogía Moderna, es exactamente lo poránea. 20

opuesto del hidalgo; algo así como un bastardo por L a escuela de Dewey declara proponerse como
propia decisión, pues el self-made-man declara i n - tarea
servible y obstaculizante todas sus legítimas pro-
cedencias. Independizarse de ellas es la única ga- "contrapesar los diversos elementos del medio
rantía de libertad, igualdad y fraternidad. Es el social, y procurar que todo individuo logre
hombre que vemos agitarse en nuestros días, sujeto oportunidades para liberarse de las limitacio-
de derechos por los que clama y reclama, pues nes del grupo social en que ha nacido para
como se ha hecho a sí mismo, autónomamente, no ponerse en contacto vivo con u n ambiente
acepta, n i se reconoce deudor de nada n i de nadie. más a m p l i o " .
27

"En esta pedagogía de Dewey —explica


"Rechazamos el mundo —escribía Pierre
Genta— se agravan aún más todas las negacio-
Trotignon durante el mayo francés—. Ya n i
nes que hemos señalado anteriormente y en
siquiera somos 'traidores', porque eso implica-
ella, se atenta expresamente contra el principio
ría una afinidad con lo que estamos traicio-
nando. Somos los vietcongs del pensamiento...
La filosofía del mañana será terrorista, no una 2 0E n pocos como en S A R T R E queda tan patéticamente
filosofía del terrorismo, sino una filosofía te- demostrado este desarraigo, este preferir ser nadie, ridicu-
lizando incluso a los mismos padres, a tener que aceptar y
rrorista aliada a una política activa de térro- reverenciar los lazos absolutos. Así pudo escribir en Les
• » Ore
Mots-. " M i padre se llamaba Juan Bautista . . . E n 1904 . . .
rismo. ™ conoció a Ana María Schweitzer, se apoderó de esta m u -
chachota desamparada, se casó con ella, le hizo un hijo al
L a experiencia histórica ha conferido una cruda galope, a mí, y trató de refugiarse en la muerte . . . A los
vigencia a estas expresiones. Son las palabras del doce años, en un rato de espera, no supe qué inventar y
decidí inventar al Todopoderoso. Saltó en el azul en el
self-made-man, de un hijo del espíritu pedagógico acto y desapareció sin darme explicaciones: no existe, me
contemporáneo, de u n discípulo de la nueva escue- dije, y creí arreglado el asunto . . . ; desde entonces nunca
la edificada contra su identidad. he tenido la menor tentación de resucitarlo. Pero seguía el
otro, el Invisible, el Espíritu Santo. . . agarré al Espíritu
El hidalgo es u n sujeto de deberes antes que de Santo en la bodega y lo expulsé de allí. E l ateísmo es
una empresa cruel y de largo aliento, creo que la he lle-
vado hasta el fondo". ( S A R T R E , J . P . Las palabras. E d
:

*» T R O T I C N O N , P . : En Vare. París, No 3, 1966-1968. Cit. Losada. Bs. A s , 1965, 4? e d . ) .


por B R Z E Z I N S K I , Z . : La era tecnotrónica (Between two ages).
2 7 D E W E Y , J . : Democracia y Educación. Ed. Losada.
Paidós. Bs. A s , 2? ed., 1979, p. 159. Bibl. Pedagógica. Bs. A s , 4» ed,, 1962, p. 52.
Vigencia y pérdida de la identidad escolar La Pedagogía contemporánea 81

de la Soberanía Nacional, al mismo tiempo Este singular enfoque deweyano ha sido recogi-
que se acentúa el determinismo económico en do —como era obvio— por pensadores marxistas.
la vida del hombre y de la sociedad. U n inter- La "escuela vital", "escuela de producción" o "es-
nacionalismo cínicamente proclamado y el con- cuela elástica" de Osterreich, reunía las caracterís-
sabido humanitarismo pacifista de esencia ticas antedichas.
masónica, caracterizan la difundida doctrina Pero es la UNESCO quien más coordinada y sis-
de este pedagogo del pragmatismo. temáticamente se viene ocupando de favorecer un
El mundo que corresponde a las «escuelas internacionalismo absoluto, en el que ya no cuen-
del mañana» de Dewey, es todo el mundo. tan los propios valores culturales sino un sincre-
En las nuevas escuelas, la mezcla de niños de tismo secularizado de base tecnoeconómica; tema
todas las nacionalidades y de todas las cos- que por su importancia desarrollamos en el próxi-
tumbres existentes permitirá... «que todo in- mo capítulo.
dividuo logre libertarse de las limitaciones del Relativizada la Patria, la Democracia ocupa su
grupo social en que ha nacido (o sea, de su sitial y es poco menos que sacralizada. Educar en
patria), para ponerse en contacto vivo con y para la Democracia ha pasado a ser u n objetivo
un ambiente más amplio». E l medio escolar irrenunciable, de una intangibilidad religiosa que
sería pues tanto más educativo cuanto más se le niega paradójicamente a la Religión. Sobre
heterogéneo sea el alumnado, y según Dewey el particular, las obras de Dewey, son muy elo-
la verdad blanca resultante de la mezcla de cuentes, y como él, otros —la mayoría— sostienen
¡ verdades de color, lejos de sembrar la confu- la misma postura.
I sión y el escepticismo, promovería un equili- Así, Getzcls distingue dos tipos diferentes de va-
brio s u p e r io r... He aquí la escuela cosmopo- lores. Por un lado, aquellos "que orientan la con-
lita, sin dogmas ni prejuicios; la escuela que ducta cotidiana", a éstos los llama "valores secu-
neutraliza, concilia y acomoda el bien con el lares"; por otro, "los que representan al credo
mal hasta conseguir la unidad laica de la indi- democrático", a los cuales llama, "valores sagra-
ferencia, la indefinición absoluta, la elastici- dos"; ' y Kilpatrick, por otra parte, habla de " i n -
21

; dad normativa; el todo está permitido siem- culcar un fervor y fe moral en la Democracia". Se 30

pre que el buen éxito corone la empresa. Por- ha producido una visible traslación de valores, por
que para Dewey los principios y las ideas son la cual un sistema gubernativo, una modalidad po-
siempre negociables, en la misma forma que lítica, un "estilo de vida" —si se quiere— es con-
un comprador y un vendedor convienen u n
precio acomodado, cabe negociar las religio- '-» C E T Z E L S , J. W . : The Acquisition of Valves in School
nes, las nacionalidades y las filosofías encon- and Society. E n : F . S. Chace y H . A. Anderson eds. The
High School in the New Era. Univ. of Chicago Press. 1 9 5 8 ,
tradas". 28
p. 1 4 9 .
3 0 K i E P A T B i c K , W . H . : Group education for a democracy.
New York. Association Press. 1 9 4 0 . Cit. por L U Z U H I A G A , L . :
GENTA, J. B.: Acerca de.. . Ob. cit, p. 112. Ob. c i t , p. 9 5 ,
La Pedagogía contemporánea 83
82 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
chable militancia antidemocrática— lo han recono-
vertido en dogma, al que se adhiere sin reticencias cido.
ni paliativos.
Quiere decir entonces, que una enseñanza que "Decíamos «Democracia» como rezando, y
declara innecesarios los dogmas y que se desentien- poco después, la nación más grande de Europa
de del aspecto religioso, no titubea en sacralizar votó mediante métodos perfectamente demo-
un elemento político-jurídico, confundiendo su je- cráticos la entrega del poder a sus propios
rarquía con el de las negadas categorías teológico asesinos. Venerábamos la voluntad de las ma-
metafísicas. sas, y su voluntad resultó ser la muerte y la
Este gran mito insertado en la vida educativa propia destrucción.. . Nuestro liberalismo nos
nació y ha crecido, al amparo de circunstancias hizo cómplices de los tiranos y los opresores,
históricas conocidas: el horror por las experiencias nuestro amor a la paz invitaba a la agresión
totalitarias y el afán de preservarse de ellas. Sin y conducía a la guerra." 31

negar la buena voluntad de muchos, es difícil no


ver en esta posición un sesgo de ignorancia o de No creemos necesario recordar aquí las últimas
hipocresía; precisamente porque el acontecer histó- experiencias americanas de Chile y de Nicaragua
rico del presente siglo, demuestra que ha sido la —recientes ambas— para mostrar hasta qué punto
democracia la celestina de los totalitarismos. Fue existe una real insuficiencia de la Democracia para
el democrático plebiscito de 1933 el que llevó a frenar al Comunismo. Como tampoco parece opor-
Hitler al poder en Alemania, como ha sido la De- tuno recordar que el Marxismo y la guerrilla se ins-
mocracia la vía natural, inevitable, obligada que titucionalizaron en el poder, en nuestro país, al am-
condujo al terror bolchevique tanto en Europa, Asia paro del más genuino manto democrático, del más
o América. Y que ella es el puente lógico que ne- votado y aplaudido gobierno mayoritario.
cesita el Marxismo para cruzar e instalarse, lo han Cabe preguntarse si es lícito seguir nresentando
afirmado insistentemente Marx y Engels, Lenín y a esta democracia como fin de la educación; si ver-
Trotsky, Mao y Stalin, Castro y Allende, y cuanta daderamente es justo educar en y para una forma
internacional, congreso o partido Comunista se ha- de gobierno y un estilo de vida de cuyos buenos
ya reunido hasta hoy. Y así se ha cumplido con frutos hay más de un motivo para dudar. Duda
una precisión que no se quiere recordar. ¿O no que sacude aún a sus partidarios; pensadores como
fueron acaso los "grandes demócratas occidentales" Alfred Sauvy que la coloca entre 'los mitos de nues-
los que entregaron en Yalta y en Postdam la mitad tro tiempo", o Elton Mayo, que se niega a creer
32

del mundo a la barbarie roja?, ¿o no fue la Demo- que la Democracia actuará como "talismán mágico
cracia la que posibilitó en Rusia, Polonia, Hungría,
Eslovaquia, Vietnam o América el predominio des-
KOESTLER, A.: Flecha en el Azul. Bs. As., Emecé.
pótico de la hoz y el martillo?
3 1

1953, p. 268.
No es una apreciación subjetiva. Nada menos 3 2SAUVY, A.: Los mitos de nuestro tiempo. Nueva Co-
lección Labor S. A. Barcelona, 1 9 7 2 , cap. 2 2 , pp. 2 7 7 - 2 9 1 .
que personajes como Arthur Koestler —de insospe-
84 Vigencia y pérdida de la identidad escolar La Pedagogía contemporánea 85

ayudando a un pueblo a ordenar y resolver los neja, está llena de ambigüedades y equívocos y ya
problemas de la cooperación, sucesiva y sistemáti- vimos a qué conduce en la práctica.
camente". * 3

Educar es también u n acto de justicia. Darle al "La democracia, según estos autores, com-
educando lo que su condición de persona exige y prende la suma de las libertades individuales.
necesita. La educación orientada hacia la democracia
será una educación para el ejercicio de aque-
"La problemática científica en Política E d u - llas libertades individuales. Ahora bien: tales
cativa —dice García Vieyra— tiene que entrar libertades tendrán como finalidad, de suyo:
por ese camino. Ver lo que sea justo; otra la prosperidad, la riqueza, el confort de los
cosa es andar por caminos arbitrarios. . . lo individuos y de la sociedad. Promoción de l i -
primero es —no puede ser otra cosa— ver la bertades: actos humanos sin trabas morales
j u s t i c i a . . . Puede haber una injusticia con para el éxito y la r i q u e z a . . . En resumen, un
respecto a los educandos cuando el educador naturalismo social y pragmatista.. .
no les da todo lo que les debe." 34
En la educación para la democracia la ver-
dad no tiene ningún valor o tiene un valor de
La educación para la democracia tal como la con- medio para reorganizar las experiencias con
ciben sus propulsores no satisface este requerimien- vista a un mayor rendimiento. E n la educa-
to. En principio, porque el contexto inmanentista ción democrática se quiere interpretar el pro-
en que se inscribe no colma la totalidad del hom- greso económico y la evolución del mundo
bre, omitiendo justamente su aspecto más impor- moderno. Con un criterio historicista de la
tante y sustancial. moral, es el mundo moderno el que da la nor-
La preparación para la vida política, sin duda ma de la vida moral. Y si el mundo moderno
finalidad importante de la escuela, no es la prepa- se define como un mundo de placeres y de
ración para una forma de gobierno, ni puede des- riqueza, esto constituye la norma de vida en
ligarse de la ética, ni de la formación moral general. la vida moral de los h o m b r e s . . . Dar a la en-
La auténtica formación política exige un marco señanza una, orientación político-social con una
axiológico que no es el que reconoce y promueve finalidad bien definida de prosperidad econó-
la actual pedagogía. mica, no resulta pedagógico en el ambiente
Pero además, la idea de democracia que se ma- formativo de una escuela...
L a escuela que comentamos suscita las l i -
3:1 MAYO, E . : Problemas sociales de una civilización in- bertades individuales en orden a la riqueza y
dustrial. YA. Nueva Visión. Col. Teoría e Investigación en el progreso. E l alumno encuentra entonces que
las ciencias del hombre. Bs. As., 1977, p. 12.
8 1 GARCÍA VIEYRA, A. O . P.: Política Educativa. L i b .
tiene derecho a poner cualquier acción libre
Huemul, Bs. As., 1977, pp. 32, 37. (que es un derecho) en orden al progreso y
86 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
La Pedagogía contemporánea 87
la r i q u e z a personal. L u e g o es u n a enseñanza
q u e t i e n d e a e l i m i n a r todos los obstáculos q u e m á s , n o está capacitado. E l m i s m o G a r c í a H o z n o
p u d i e r a n interponerse en e l c a m i n o d e l éxito p u e d e e v i t a r esta excesiva confianza, t a n m o d e r n a ,
m u n d a n o , y si el p r ó j i m o se i n t e r p o n e sería e n las facultades d e l a l u m n a d o , y después de p r o p i -
e l i m i n a d o , a pesar de los consejos s o c i a l e s . " 35
ciar su a c c i ó n d i r e c t i v a y o r d e n a d o r a parece a d -
vertirnos sobre la v u l n e r a b i l i d a d de l a p r o p u e s t a
N o queremos con estas objeciones negar los v a - diciendo:
lores positivos q u e u n auténtico espíritu d e m o c r á -
tico p u e d e a p o r t a r a la e d u c a c i ó n ; pero ese a u t é n - " E v i d e n t e m e n t e h a y u n riesgo en la p o s i b i -
tico espíritu d e m o c r á t i c o , q u e el M a g i s t e r i o de la l i d a d de q u e los escolares t o m e n decisiones
Iglesia puso de r e l i e v e , nada t i e n e q u e ver con
30
q u e afecten a su p r o p i a a c t i v i d a d y a la de sus
la c o n c e p c i ó n l i b e r a l marxista, de suyo n a t u r a l i s t a c o m p a ñ e r o s . . . Pero t o d a e d u c a c i ó n es u n
y a n t r o p o c é n t r i c a , q u e se enfatiza a d i a r i o , n i es riesgo q u e n o se p u e d e e l u d i r sin q u e la e d u -
en aras de ella q u e se ha de organizar la Escuela, c a c i ó n m i s m a desaparezca. L a v i d a m i s m a es
l a c u l t u r a y la v i d a c i u d a d a n a . u n riesgo en l a m e d i d a e n q u e es h u m a n a . " "

T a l p r e e m i n e n c i a de la D e m o c r a c i a ha c o n d u c i -
d o a u n r e d i m e n s i o n a m i e n t o p e d a g ó g i c o de l a r e - E n r e a l i d a d , el a r g u m e n t o , tiene más f u e r z a l i -
lación a l u m n o - m a e s t r o , de alarmantes perspectivas, t e r a r i a q u e p e d a g ó g i c a . Si los alumnos p u d i e r a n
y de consecuencias nada saludables. Este r e d i m e n - ordenar, y o r d e n a r f r u c t í f e r a m e n t e las actividades
s i o n a m i e n t o c o n f i g u r a , t a l vez, u n o de los rasgos p l a n i f i c a d a s p o r e l maestro, serían más docentes
más discutibles de la nueva p e d a g o g í a , y n o obs- que discentes y de u n a m a d u r e z extemporánea. Pe-
tante es el más aceptado y p r a c t i c a d o . ro si la v e r d a d es q u e el o r d e n a m i e n t o y dirección
Se t r a t a de u n d e s p r o p o r c i o n a d o e n g r a n d e c i m i e n - no p u e d e n plantearse sin riesgos, n o nos parece
t o de la i m p o r t a n c i a d e l a l u m n o , de su c a p a c i d a d p r u d e n t e correrlos c u a n d o l o q u e está en juego es
a u t o e d u c a t i v a y de su disposición a la m a d u r e z . la f o r m a c i ó n de almas humanas. L a cuota d e es-
Paralelamente, se desdibuja l a a u t o r i d a d y la nece- fuerzo y a v e n t u r a q u e c i e r t a m e n t e nos ofrece l a
s i d a d d e l maestro. M a e s t r o y a l u m n o se n i v e l a n e v i d a , no p u e d e provocarse en cuestiones t a n tras-
i g u a l a n . A l p r i m e r o se le p i d e q u e d i l u y a y esfume cendentales, p o r l o menos, sin atenerse luego a l a -
su presencia, q u e c o m p a r t a su a u t o r i d a d y co-go- mentables consecuencias.
bierne. A l a l u m n o se l e c o n f i e r e n potestades y a t r i - L a raíz de t o d a esta situación debe buscarse en
butos q u e no le corresponden y p a r a las q u e , ade- esa "idolatría p e d a g ó g i c a d e l n i ñ o " de la q u e ha-
b l á b a m o s . M a r i t a i n l a l l a m a " a d o r a c i ó n psicológica
del s u j e t o " . 38 E l a l u m n o se ha c o n v e r t i d o p a r a m u -
3 0 GABCÍA VIEYHA, A. O. P.: Política . . . Ob. c i t , pp. 41,
42, 43, 46 y 47. s í GARCÍA HOZ, V.: Educación Personalizada. Ed. Miñón
Véase: L E Ó N X H I : Graves de communi (18-1-1901);
S. A. Valladolid. 3? ed., 1977, p. 67.
3 0

y Pío x n : Radiomensaje de Navidad (24-12-1944).


3 8 M A R I T A I N , J.: Ob. cit., p. 25.
88 Vigencia y pérdida de la identidad escolar La Pedagogía contemporánea 89

chos en el eje despótico de la enseñanza. La Nueva más alta y sólida valorización del maestro y
Pedagogía, al centrar su atención sobre el educan- de su obra, y al mismo tiempo una gran señal
do, creyó hacer una revolución, y así llamó a ese de responsabilidad. E l maestro es una verda-
"giro copernicano". Pero lo cierto es que la revo- dera causa. Si no se expresa por entero, es de-
lución no consistía en nuclear la educación en el cir en toda la medida en que fue llamado por
alumno, pues ésta es la idea que anima a los edu- Dios para expresarse, queda alguna cosa i n -
cadores desde siempre, sino en radicalizar esta cen- completa en los discípulos, en el mundo, en
tralidad al extremo de creer que el alumno es auto- la historia, y consiguientemente en el mismo
formable, autoevaluable y autogobernable. maestro." 39

Santo Tomás, en pleno siglo X I I I resumió la na-


turaleza de la relación educativa poniendo las cosas Bien distinta es la condición del maestro y del
en su justo lugar: alumno en las actuales concepciones.
Stocker propone una relación directa "entre el
"El docente causa la ciencia en el que niño y el objeto de instrucción".
aprende, haciéndolo pasar de la potencia al
acto de dos maneras, según se encuentren en "Lo que en la enseñanza tradicional se agre-
potencia, activa o en potencia pasiva.. . E l ga a estos dos factores, mejor dicho, lo que
discípulo se encuentra en potencia activa, por- se interpone como u n mediador entre el que
aprende y el material, es el maestro... E l pa-
que su actuación intelectual es el resultado
pel de mediador del maestro.. . hoy en día
de la acción de dos principios: uno intrínseco,
se restringe... La buena enseñanza escolar
interior, su potencialidad activa, y uno extrín-
aspira a lograr el encuentro directo entre el
seco, las cosas o la ciencia, del maestro... La
niño y la m a t e r i a . . . E l papel del maestro...
acción educativa será por lo tanto una acción
puede llegar a ser cada vez más limitado y
social dirigida del maestro al a l u m n o . . . La
finalmente convertirse «en cero» como lo afir-
relación entre ellos dos será, por lo tanto una ma Gaudig." 40

verdadera relación causal... E l maestro re-


presenta en la relación educativa la causa El extravío de esta hipótesis, aparece exacerba-
externa, mientras el discípulo es el germen ac-. do en Ellen Key quien considera que es " u n crimen
tivo, la causa interna de su saber... (pe- pedagógico", el accionar del maestro sobre la na-
r o . . . ) el principio exterior no obra como turaleza del alumno. " E n este s e n t i d o . . . la educa-
agente principal, sino como coadyuvante del ción consiste en no educar o educar lo menos po-
agente principal que es el principio interior".
El maestro, entonces, "es el agente subsidia-
»° NOSENCO, G . : Comentario a la doctrina tomística so-
rio. . . y el agente principal del aprendizaje es bre la relación educativa. En: Ob. c i t , pp. 114-118.
el a l u m n o . . . Esta afirmación constituye la *o STOCKEB, K . : Principios de Didáctica Moderna. Ed.
Kapelusz, Bs. As., 1960, pp. 20-22.
00 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
La Pedagogía contemporánea 91
sible". Con criterio parecido, la Dra. Montessori
41

escribió: estudio; pero el maestro, si verdaderamente es tal,


no debe abandonar su vigilancia.
"El maestro ha de ser sustituido por el ma- No le corresponde a él caminar por el alumno;
terial didáctico que corrige por sí mismo los por otra parte, hay un camino interior hacia la
errores y permite que el niño se eduque a sí verdad que inexorablemente se recorre en la inti-
mismo"," midad y el silencio personal. Pero el verdadero
maestro sigue imperceptiblemente, calladamente,
hipótesis que subyace en las actuales propuestas ese recóndito itinerario del discípulo, y es ésa su
tecnoeducativas. más grande prueba de amor y de sabiduría.
Hay además en todas estas afirmaciones una gran Son también muchos los que proclaman la auto-
contradicción, porque no es estrictamente objeta- educación activa del alumno, el aprendizaje autó-
ble proponer la actividad crítica del alumno y su nomo, y por lo tanto la igualación del maestro con
"encuentro directo con la materia", pero ¿cómo es los educandos; al punto que éstos podrán consti-
posible que no se advierta, que es justamente en tuirse en consejos, con injerencia en el gobierno
esas situaciones donde se hace más necesaria, más escolar, fijar los objetivos, enjuiciar, criticar y otras
importante, la presencia del maestro? tareas, que no sólo son inadecuadas para quienes
No se trata de aprobar cierta sobreprotección ma- deben aprender, sino que en condiciones normales,
gisterial, que al igual que la paterna, suele oca- los mismos alumnos no reclaman como propias. No
sionar más perjuicios que ventajas, sino de reafir- obstante, para algunos, como Lafourcade, la nueva
mar la misión de la figura docente, nunca tan función docente es la de "co-organizador", "en pa-
irreemplazable como en esas circunstancias, en que ridad de participación activa y crítica con los alum-
el alumno se lanza "solo" a la investigación y a nos". Nadie discute que el ejercicio de cierta
43

la crítica. Ahí debe estar el maestro, suscitando autoridad y mando deba promoverse entre el alum-
seguridad y confianza, estímulo y correctivos. No nado como una educación de la responsabilidad.
una presencia obnubilante y apabulladora, sino se- Lo mismo podría decirse con respecto a la auto-
rena y natural. imposición de normas disciplinarias y sanciones;
pero es de un utopismo o demagogia extremas
Puede ser que, en determinados momentos y n i -
homologar tales actividades entre los profesores y
veles, sea conveniente que el alumno crea que está
los alumnos, o entregar a éstos, per se, el gobierno
solo frente a la materia, solo frente al objeto de
de una institución o programa escolar.
Este afán paidocrático alcanza por momentos el
4 1 K E Y , H . : El siglo del niño. Bs. As. L a Lectura S. A. absurdo. Negado el Pecado Original, el hombre
Cit. por LUZURIACA, L.: La pedagogía. . . Ob. cit, pp.
18-19.
4 2MONTESSORI, M . : Manual práctico del método Mon-
tessori. Barcelona, 3» ed., 1939. Cit. por LUZURIAGA, L . : L O * LAFOURCADE, P. D . : Planeamiento, conducción tj eva-
3

educación. .. Ob. cit., p. 69. luación de la Enseñanza Superior. E d . Kapelusz. Bs. As.,
1977, p. 17,
92 Vigencia y pérdida de la identidad escolar La Pedagogía contemporánea 93

rousseauniano pasa a ser el niño bueno, pronto a exanimación que se haga de la relación enseñanza-
autoimponerse orden, disciplina, intereses, móviles aprendizaje y que proceda de los alumnos, debe
y aprendizajes. Quienes ejerzan o hayan ejercido conservar un estricto sentido de los límites, mar-
la docencia —sobre todo en ciertos ambientes con- cado por la subordinación y la obediencia. Y esto
flictivos— no podrían evitar la mordacidad ante no es autoritarismo, sino práctica educativa de la
ciertas consideraciones y presupuestos de métodos autoridad; porque el maestro que promueve la crí-
como el Montessori o el Dalton. La utopía se su- tica y luego pierde el control sobre quienes la emi-
pera a sí misma, llegando a límites de dudosa se- ten no está comportándose precisamente de manera
riedad. Las prescripciones disciplinarias de ciertas pedagógica.
técnicas grupales y procesos de interacción, se en- Pero la visión de Oeser y tantos otros, da la
cuadran en la misma modalidad. impresión de que el maestro debe ser colocado en
Así, Oeser, cree que la condición de eficacia para el banquillo de los acusados. Allí los alumnos lo
todo aprendizaje es "la discusión entre iguales", y criticarán "objetivamente", permitiendo de este mo-
eme en el curso de este proceso el mismo (el maes- do mejorar el aprendizaje. Todo será en u n clima
tro) debe aprender a tolerar la crítica y a examinar tolerante, permisivo, cordial, indulgente, democrá-
objetivamente sus propias virtudes y debilidades". 11
tico . . . inverosímil, agreguemos con realismo.
Toda actividad se ve beneficiada por la crítica Tal como alguna vez se propuso, la organización
y el examen objetivo; ejercicios que deberían tener de esta nueva escuela:
incluso cierta regularidad. 'Pero en el caso de la
actividad docente es preciso aceptarla bajo ciertas "Sólo puede hacerse en la forma de comu-
nidades libres en las eme participan por igual
condiciones.
maestros y alumnos, no habiendo separación
En primer lugar, mucho importa al maestro el
ni división entre ellos. Unos y otros se agru-
juicio de sus alumnos, hasta diríamos eme de él
pan espontáneamente, eligen sus representan-
depende en gran medida su propio perfecciona-
tes y deliberan sobre asuntos comunes".
miento, pero el juicio de los alumnos no debe
15

convertirse en "una discusión entre iguales", afir-


mación ésta que también esconde una actitud ¿A qué enreda reducido entonces el Maestro se-
demagógica, porque el maestro tiene en sus colegas gún la Nueva Pedagogía; qué es lo que se espera
a sus pares, y tiene a sus superiores y autoridades, de él? E n gran parte ha sido dicho. E l Maestro ya
cuyas críticas y observaciones ya n i siquiera se no podrá ser la Autoridad, n i el Modelo, n i la Je-
mencionan como importantes. rarquía; no podrá constituirse en hacedor de dis-
cípulos, ni. edificar una Cátedra al servicio de la
Y en segundo lugar, el maestro tendrá que ma-
Verdad. Habrá de renunciar al paternalismo y a la
nejar cuidadosamente la noción de límite. Toda

45 W Y N E K E N , G . : Escuela y cultura juvenil. Madrid. L a


4 1O E S E R , O . A . : Maestro, alumno y tarea. Bibl. del E d u - Lectura. Cit. por L U Z U R I A G A , L . : La Pedagogía . . . Ob. cit.,
cador Contemporáneo. Paidós. Bs. As., 1967, p. 74. p. 112.
La Pedagogía contemporánea 95
94 Vigencia y pérdida de la identidad escolar

dirección vertical del saber. Ahora tendrá que ser


46

un ocasional "consultor experto", un "estratega a — Masificación:


democrático", un "colaborador cordial", un "líder
republicano" entre el laisse faire y la discreta vigi- Para los autores, "es necesario abrir las puertas
lancia; un "co-organizador" pronto a desaparecer de la enseñanza secundaria y las posibilidades de
para no interferir en la naturaleza infantil. la superior a la totalidad de la población" ( p . 27).
Como buenos empiristas, observan que "la presen-
Consecuentemente con este renovador enfoque
cia del gran número en la educación.. . no es sim-
desaparece el sentido misional y apostólico de la
plemente un hecho verificable, es una tendencia"
docencia. "La comunidad deberá comprender —es-
cribe G. Rivero— que la docencia hace mucho que (p. 32), y eso basta para convertir al hecho en
dejó de ser u n apostolado". 17
valor absoluto, independientemente del bien que
represente. Se lo acepta entonces —determinismo
Zanotti y Cirigliano, en Ideas y antecedentes histórico mediante— como algo inalterable, y se
para una reforma de la Enseñanza Media lo han
propone "la necesidad social de esa masificación"
48

dicho sin subterfugios: "la pedagogía romántica


(p. 23). De este modo, "la organización escolar
debe ceder su lugar a una pedagogía técnica que
argentina resulta antidemocrática, pues sólo sirve
no necesite hablar de la vocación n i del aposto-
a los pocos que pueden llegar a ese punto superior
lado".
( L a Universidad)" ( p . 46).
19

La notoria difusión que otrora tuvo este libro No hace falta ser muy memorioso para advertir
en el ambiente docente, como asimismo la vigen- que éste era en sustancia el planteo del peronismo
cia de la que aún goza entre quienes estudian o en 1973, cuando junto con todas las gamas de la
enseñan carreras científico-educacionales, obliga a izquierda revolucionaria bregaba por un "ingreso
una consideración especial, sobre todo, dada la re- irrestricto", y "una Universidad llena de obreros y
lación con los temas que venimos tratando.
campesinos"; esto es, simplemente, llena, masifica-
Cuatro son los puntos fundamentales en que po- da, abierta a "la totalidad de la población". Tam-
dría sintetizarse: bién entonces, los argumentos se apoyaban en la
inevitabilidad de las tendencias sociales, siendo
Perón mismo un reiterativo cultor de la omnipo-
4 6Para un análisis de los efectos que estas característi- tencia de la evolución de los tiempos. Es innece-
cas modernas han causado en el nivel universitario, véase: sario comentar los resultados de esa política.
RANDLE, P. H . : ¿Hacia una Nueva Universidad? Eudeba.
Col. Ensayos, 1968. Las puertas de la enseñanza secundaria y las
GONZÁLEZ RIVERO, J . R.: "Formación docente en la
posibilidades de la superior deben abrirse, por su-
4 7

República Argentina". En Rvta. del 1.1. E. Año 4, N<? 16,


mayo de 1978, p. 67. puesto, pero no "a la totalidad de la población",
ZANOTTI, L . J . y CIIUCLIANO, G . : Ideas y antecedentes sino a los capaces, a los que cabalmente se sientan
para una reforma de la Enseñanza Media. Ed. Theoría.
Rs. As., 1965. con vocación, a los responsables no sólo de ingre-
4 0Idem an., p. 50.
06 Vigencia y pérdida de la identidad escolar La Pedagogía contemporánea 97

sar, sino de permanecer y egresar con dignidad


intelectual. Si éstos son la totalidad de la pobla- c —Dialéctica del cambio:
ción, en buena hora, pero el dato no puede pre-
suponerse por el simple afán mayoritarista. Se debe educar para "una sociedad cambiante"
(p. 37), "una sociedad diversificada. . . que pone
su eje en un intento de cambiar o reformular las
b — Economieismo: estructuras" ( p . 33). "Vivimos en una sociedad de
cambio acelerado. La educación, si desea responder
Esa "educación para todos", aparece como "una al desafío de los tiempos, ha de brindar, más que
exigencia del progreso económico" (p. 32); es de- contenidos inertes, habilidades para enfrentar la
cir, lo que se pide es una "educación para el de- situación cambiante" (p. 38).
sarrollo" ( p . 33), fuertemente economicista y prác- Está claro que ya no se tratará de inculcar al
tica ( p p . 33-39). No para ser mejores, sino para discípulo valores perennes por los cuales deberá
estar mejores, una educación para "el aumento del saber vivir y morir. Nada de eso. E l hombre nuevo
producto nacional por habitante", para el "mejora- —como vimos antes—, no se define por lo que es
miento del nivel de ingreso por habitante" (p. 39). —por su identidad sustancial— sino por su cambio,
Por eso, "una educación económica general es uno por su fluctuación incesante; por el devenir evolu-
de los aspectos que deben ser seriamente conside- tivo. De resultas, a ese hombre sin nada fijo e i n -
rados" (p. 34); su ausencia "es una falta inadmi- mutable que comprometa su lealtad, no hay que
sible para la preparación del ciudadano de una darle sabiduría, sino habilidades. La vieja lección
democracia" (pp. 35-36). de la sofística, revivida.
Esta hipertrofia económica de evidente inspira- Todo se concatena coherentemente. Se empieza
ción marxista, desnaturaliza a la educación, con- por proponer la masificación como propósito de-
virtiéndola en un instrumento de logros materiales, seable e inevitable; luego se imprime a esa edu-
en donde todo cuenta —el "producto bruto", el cación masificadora un fuerte tinte economicista,
"ingreso per cápita", la "industrialización", el "con- práctico. Después, la educación para el cambio es-
sumo" ( p p . 3 3 - 3 9 ) - todo, menos el alma humana, tructural con el hombre adecuado a ella; el dia-
el hombre interior portador de u n origen y un des- léctico. Finalmente, lo nacional es otro de los obs-
tino que están más allá del progreso económico y táculos que habrá que salvar. La educación tiene
del que no puede desentenderse la educación si que ser cosmopolita.
quiere ser verdaderamente tal. E n esta concepción
materialista, el papel del educando será aprender
a producir, a hacer, a entender "ese conjunto de d — Internacionalismo:
fenómenos económicos... sin los cuales nos resulta
imposible desenvolvernos" (p. 35). Hay que "brindar criterios o actitudes con res-
pecto a la dimensión internacional" (p. 38), siendo
98 Videncia y pérdida de la identidad escolar
La Pedagogía contemporánea 99
una traba para ello, "la educación para una socie-
dad local o nacional" ( p p . 38-39), con la cual "es estar lúcidamente cautivo a la Voluntad de Dios
obvio que fracasaremos en relaciones de tipo i n - y a las legítimas superioridades humanas. Nada
ternacional . . . no hemos sido preparados para ello" de eso, aprenderá
(p. 39).
"a pensar por sí mismo en forma c r í t i c a . . .
Se comprenderá ahora, mejor la cita que nos llevó
a, conducirse a sí mismo en forma indepen-
a estas consideraciones, pues para ejecutar semejan-
diente".52
te proyecto hace falta efectivamente "una pedago-
gía técnica, que no necesite hablar de la vocación
La moral kantiana desemboca así en el subje-
ni del apostolado" (p. 50).
tivismo relativista y en la absoluta autonomía i n -
El maestro que se propone, está muy lejos de la
dividual, y el hombre será el único dios para el
imagen socrática y más distante aún del modelo
hombre, en un mundo dialéctico, de fluctuaciones
cristiano. Simplemente u n técnico, capaz de peri-
incesantes y de revolución permanente. No esta-
tajes y reajustes. N i vocación, n i apostolado.
mos muy distantes de la cosmovisión marxista.
"El docente que necesitamos —se ha soste- Hace falta, nos dicen en definitiva, un maestro
nido desde una autorizada revista educativa dialoguista, aperturista, ecléctico, adaptable a todo,
argentina— es el que eduque para el cambio
"con una mente libre de prejuicios y abierta
para el cambio m i s m o . . . para el cambio per-
a todas las ideas". Los que cursan la, carre-
53
manente". 60
ra docente, por lo tanto, serán entrenados pa-
ra "la discusión socializada", en vista a "las
Y a este sujeto cambiante, sin nada inamovi- experiencias de campo" como los servicios
ble y fijo, como lo que hoy es bueno, mañana en fábricas donde podrán "desarrollar la sen-
puede resultarle malo, habrá que inculcarle sibilidad social" con el conocimiento de "los
problemas socioeconómicos de la comuni-
"capacidad de discriminación crítica en la
dad"."
tarea de integrar los nuevos valores que sur-
gen". 51

No hay por qué formar a los futuros maestros


en la frecuentación de la Teología y de la Meta-
Por eso, no aprenderá a obedecer, n i a mantener-
física, ya no hay razón para ejercitarlos en la con-
se fiel a la Verdad que no cambia; no aprenderá a
templación de la Verdad, el Bien y la Belleza, n i

HANSEN, J.: ::La formación del maestro en los sis-


5 0 5 2Idem ant.
temas educativos actuales". En: Rvta. del I. 1. E. Año 4, 53 Idem ant., p. 53.
No 17, julio 1978, pp. 40-41. 5 4 HANSEN, J.: "Hacia la formación del maestro que
Idem ant., p. 43.
5 1 necesitamos". En: Rota, del I. I. E. N<? 13, año 4, sep-
tiembre 78, pp. 22-25.
100 Vigencia y pérfida de la identidad escolar La Pedagogía contemporánea 101

asentarlo en convicciones filosóficas serias que le alumnos, sobrevaloración del niño, reducción del
permitan iluminar y resolver con grandeza hasta el papel del adulto, economieismo y tecnicismo.
más ínfimo de los problemas cotidianos. Por el con- E l espectro es amplio, pero el desenlace uno
trario, hay que inundarlo de praxis socioeconómica, solo; porque tales principios únicamente pueden
de actividad socializada, de acción utilitaria. E n la conducir, están conduciendo, a la quiebra comple-
nueva Escuela, "el trabajo en grupo y la discusión ta de la educación.
socializada tendrán vigencia efectiva", habrá "mo-
tivos permanentes de discusión crítica". " E l do- 55

cente destinado a educar a los niños que tendrán


que asumir importantes responsabilidades en el año
2000 —se insiste— no puede ser formado en un cli-
ma académico", n i "intelectualista, n i en una rela-
ción autoritaria con el profesor". " Como "solamen-
5

te aprendemos lo que vivimos y cómo lo vivimos",


habrá que crear "un plan de vida", " u n clima so-
cioeconómico" que permita desarrollar "la imagi-
nación creativa, las innovaciones y la originali-
dad", proporcionándoles "una clara comprensión
57

de Jas fuerzas biológicas, psicológicas y sociales". 53

A esta inferioridad ha llevado la Nueva Pedago-


gía la misión superior del Maestro. Alejada de su
naturaleza, la tarea docente se corrompe y degrada,
y con ella, la razón de la Escuela y de la educa-
ción toda.
Este gravísimo corolario impide eximir de res-
ponsabilidades al modernismo pedagógico en la
ruptura de la Identidad Educacional. Todo ha sido
concatenado cuidadosamente: pragmatismo, natu-
ralismo, adiestramiento, primacía de lo biológico,
secularización, mutación y devenir; internacionalis-
mo, sucedáneos dogmáticos, nivelación maestros-

5 5 Idem ant., pp. 24 y 30.


'"' ídem ant., pp. 29 y 53.
5 7 Idem ant., pp. 23-24 y 29.
5 3 Idem ant., p. 30.
VI. L A CONCEPCIÓN E D U C A T I V A
D E L A UNESCO

Desde su fundación en 1946, este organismo i n -


ternacional ha incrementado tanto su influencia, en
profundidad y en extensión, que resulta al mismo
tiempo caja de resonancia y fuente generadora de
prácticamente toda la pedagogía contemporánea,
Efectivamente; la Unesco recoge e imparte las mo-
dernas prescripciones educativas, difunde y reúne
a sus representantes; condiciona y promueve el
rumbo y el carácter de la enseñanza en todos los
niveles. De allí la importancia de analizar sus pre-
supuestos.
No han faltado las críticas; la no dismulada pos-
tura marxista de muchos de sus colaborados, d i -
rectores y programas ha preocupado a hombres
como M. Creuzet; M. Ewel; R. Gambra- E. Can-
1 2 3

1 CREUZET, M . : L O Unesco y las reformas de la enseñan-


za. Ed. Roma. Bs. As., 1973.
2 E W E L , M . : La O.N.U ¿Un gobierno mundial comunis-
ta? Ed. Nuevo Orden. Bs. As., 1964.
3 GAMBRA, R.: " L a amenaza de la Psicología". Verbo
de España. Números 105-106, mayo-julio de 1972.
104 Vigencia y pérdida de la i d e n t i d a d escolar L a concepción educativa de la U N E S C O 105

tero-; F. Bretona? P. W. Shafer y /. H. Snow,


1 e da denuncia de agentes marxistas infiltrados den-
quienes dieron fundadas voces de alarma, no siem- tro del organismo, prolijamente elaborado por el
pre escuchadas. Departamento Estadounidense de Publicaciones Es-
Abundan los motivos para esta clase de críticas. tatales; o piénsese si se quiere en los cálidos elogios
0

Piénsese —son sólo ejemplos— en el homenaje a "El con que la prensa comunista recomienda la lectura
Capital" en su centenario (1966), o en el asilo que de sus documentos. 10

se ofreció en su sede de París a los soviéticos expul-


Pero ocuparnos de esto —además de ser reitera-
sados de Londres en 1971 ; o en el apoyo a los 7

t i v o s - , nos alejaría tal vez de nuestro tema central.


movimientos guerrilleros africanos en la Conferen-
Ciñéndonos pues al aspecto estrictamente pedagó-
cia General de Nairobi (25 de octubre al 26 de
noviembre de 1976). Piénsese en Julián Huxley, uno gico, veremos que la UNESCO no hace sino confir-
de sus primeros directores generales, o en Amadou mar esa serie de notas distintivas de la pedagogía
Matar M'Bow, hace pocos años elegido para el mis- contemporánea, anteriormente reseñadas y que en
mo cargo. Ambos —marcando al parecer una cons- su conjunto constituyen una verdadera negación de
tante— dieron probado testimonio de su ideología la naturaleza y de la identidad escolar.
revolucionaria en escritos de pública circulación, 8
Ante todo, la UNESCO pretende desplazar a la
situación más que grave si se considera que la familia en sus prerrogativas naturales; el derecho
UNESCO es reconocida como la más alta autoridad de los padres a la educación de sus hijos es un obs-
educativa internacional.
táculo que hay que superar, hasta logar la mayor
Piénsese también —siguen siendo ejemplos— en los aceleración de la escolaridad sistemática estatal.
folletos de la institución editados en 1952 y que el "Liberar al niño cada vez más de la familia"; y a
Departamento de Guerra de los EE.UU. prohibió
por subversivos; como asimismo en la pormenoriza-

'» E n 1952 el Departamento de Guerra de los E E . U U .
prohibió la difusión de la serie de folletos de U N E S C O
C A N T E R O , E . : La Educación Permanente. E d . Roma.
publicada con el título d e : "La cuestión racial en la ciencia
1

Bs. A s , s/f.
moderna", bajo la dirección de Maxwell S. Stewart, y "Las
5B U E Z I N A , F . : La amenaza de la UNESCO. Veterans of razas de la Humanidad" de Welfish y Benedict. E n cuanto
Foreign Wars Enemistas, California, U . S . A , 1952. a los agentes marxistas, recogemos los nombres d e : A l p e n -
6 S H A F E R , P. W. y S N O W , J. I I . : El giro de las mareas. fels, Powdermaker, I I . Shapley, M . Starr, A . Rosenberg, etc.
L o n g House I n c . N e w York 17, 1953. Véase al respecto: W H E E L E R , J . M . : Los Estados Unidos,
7 V é a s e : Découvertes. N . 92. Año 1972, p . 75. Rvta. nación cristiana, U.S.A. 1955. State D e p a r t m e n t P u b l i c a t i o n ,
franco-portuguesa d i r i g i d a por J. H a u p t . 3931 (55c. Goverment P r i n t i n g O f f i c e ) , y : A m e r i c a n L e -
8 JULIÁN HUXLEY es autor de: UNESCO: su propósito gión. National Public Relations División. 1608. K . Street,
y su filosofía. Public A f f a i r s Press, W a s h i n g t o n , D . C . 1948, Washington, D . C .
y de ¿Qué me atrevo a pensar? Chaffo & W i n d u s , 1931;
obras a las que remitimos. Con respecto a M ' B o w y su 1 0Sirva de ejemplo, el periódico comunista: Guardián de
trabajo; Nuevo expediente, África, puede consultarse a: Melbourne, que recomendaba a sus "camaradas lectores" la
S O U S T E L L E , J.: Carta abierta al Tercer Mundo. Emecé, lectura de El Correo de la UNESCO "revista mensual digna
1973. de amplia difusión" (edición del 28-5-1959).
La concepción educativa de l a U N E S C O 107
106 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
Ninguna de estas ideas pedagógicas es original
las madres de "la esclavitud biológica", son nor- 11 de la UNESCO. Los conceptos que estamos citan-
mas que se repiten insistentemente en sus publica- do tomados directamente —conviene recordarlo— de
ciones oficiales; 'pues es "deplorable" que se trans- publicaciones oficiales, no hacen sino parafrasear
mita de padres a hijo " u n estrecho espíritu de las enseñanzas de Marx en el Manifiesto y en su
familia" que sólo contribuye a una "esclerosis men- Tesis sobre Feuerbaeh; de Engek en El origen de
tal". -' 1 la familia, la propiedad privada y el Estado, de
A tales efectos, se propone la obligatoriedad no Lenín en ¿Qué hacer?; de Blonski y Mákarenko 18

sólo de los jardines de infantes y preescolares, sino o más recientemente de autores marxistas como
de las llamadas escuelas maternales y guarderías Sufomlinski o Mendel y Vogt.-
10 a

"para casi recién nacidos", ya que se considera "más Tamaña destrucción del Orden Natural, vulne-
apropiado poseer un trabajo remunerado que dedi-
rando uno de sus pilares que es la integridad de
carse al cuidado de la prole". L a educación de los
33
la célula familiar, la patria potestad y el derecho
niños en edad preescolar es u n supuesto esencial
de toda política educativa y cultural". "Hasta las 14
a la libre educación de la prole, sólo podría lograr-
cercanías del siglo xx, la educación era dada prin- se mediante el adoctrinamiento coactivo de los pro-
cipalmente por las familias, institutos religiosos pios padres; por eso se dice sin escrúpulos que
"Hoy esas responsabilidades incumben esencialmen- hay que conseguir.
te a los poderes público, al Estado". 15

"que los padres admitan su equivocación"


Los ejemplos propuestos no podían ser más sig-
21

para lo cual se habilitará cuidadosamente "la


nificativos: la República Democrática de Vietnam,
La China Comunista con sus "muy acogedoras instrucción de las mismas familias por medio
guarderías", Cuba y la URSS, en donde se apunta
10
de escuelas de padres y otras instituciones
"a favorecer el armonioso desarrollo físico, intelec-
tual, moral y estético. 17

en uno de estos países tan ejemplarmente presentados por


la U N E S C O , puede verse e n : R E Y N O S O , P . L . : "Apuntes
UNESCO:
1 1 Hacia un entendimiento mundial. Volumen de una niña cubana". Centro de Formación de dirigentes
VI. Sec. I I . París, 1948-1949, 9. vs. democráticos. Bs. As. República Argentina. Sin fecha ni
Idem ant.
1 2 mención de editorial.
G I M E N O S A C R I S T Á N , J . : Una escuela para nuestro tiem-
1 3
1 8 Sobre las ideas educativas de B L O N S K I , véase D I E T R I C H ,
po, Fernando Torres. Valencia, 1976, p. 40. E l autor es T . : Pedagogía Socialista. E d . Sigúeme. Salamanca, 1976.
colaborador de la U N E S C O cuyo concepto de "Educación Sobre M A K A R E N K O , remitimos a su obra: La educación in-
Permanente" toma y desarrolla. fantil. E d . Nuestra Cultura. Madrid, 1978.
F A U K E , E . y otros: Apprendre
1 1 á étre. UNESCO- S U J O M L I N S K I , V . : Pensamiento
1 0 pedagógico. E d . Pro-
Fayard, París, 1972, p. 215. Esta es una de las obras clá-
greso, Moscú, 1975.
sicas de la U N E S C O , a la que remitiremos varias veces por
MENDEL, C . y VOCT, C : El Manifiesto de la educa-
ser documentación oficial del organismo. 2 0

Idem ant., p. 17.


3 5
ción. E d . Siglo X X I . 2? ed. Madrid, 1976.
Idem ant., p. 217.
1 0
« UNESCO: Hacia un entendimiento. .. O b . cit. V . V I .
Idem ant. U n elocuente testimonio de la coactiva
1 7
Secc. I I .
mentalización ideológica a la que se somete a los niños
Vigencia y pérdida de la identidad escolar La concepción educativa de la UNESCO 109

semejantes" . "Los padres —afirman sin am-


22 La UNESCO reconoce y acepta la paulatina in-
bigüedades— sienten inquietud por todas las vasión del Estado en cuestiones tradicionalmente
medidas con que progresivamente les reducen sujetas a la decisión del núcleo familiar; pero no
su libertad de elegir las autoridades escola- habla en nombre del Derecho Natural violado, ni
res.. . Es violado de este modo el último de la autoridad paterna vulnerada, sino de la i n -
párrafo del artículo 20 de la Declaración Uni- fracción al artículo 26 de la Declaración Universal
versal de los Derechos del Hombre que dice: de los Derechos del Hombre, y pese a este crudo
'los padres tienen con prioridad el derecho positivismo jurídico, se confiesa que tal reconoci-
de elegir la clase de educación que dar a sus miento —el del art. 26 que sin duda es correcto—
hijos'. No es dudoso que en numerosos paí- sólo fue una medida oportunista ante los totalita-
ses, el derecho de las familias haya mengua- rismos, sin incluir por supuesto al Comunismo. "Así
do, mientras que el poder del Estado se acre- pues —comenta con razón Creuzet— el famoso ar-
centó. tículo 26 no era más que una hipocresía de circuns-
Los redactores de la Declaración Universal tancias para combatir el nazismo. Pero la UNESCO
estaban obsesionados por el recuerdo de los no creía en é l " . Y es lógico, por eso se trasgre-
21

métodos totalitarios del nazismo y del facis- de impunemente el insoslayable atributo paterno,
mo, de que se adueñara el Estado del niño transfiriendo sus funciones a organismos especiali-
desde la edad de siete años, de la sumisión zados.
brutal impuesta a las familias.. . Pero desde Pero no es sólo un derecho inviolable c instrans-
entonces las cosas han cambiado m u c h o . . . A ferible el que se trasgrede, sino un deber, una exi-
medida que los deberes, las responsabilidades gencia, una obligación especialísima, pues para los
y los compromisos financieros del Estado se padres la educación de sus hijos es también un
desarrollan, su control y su política se impo- deber de estado, deuda y responsabilidad que de-
nen. ben saldar; acto de justicia fundamental, cuya eva-
. . . A menudo los padres están ciegos (en sión no puede fomentarse coercitivamente con la
cuanto a las aptitudes e inclinaciones de sus omnipresencia estatal.
h i j o s ) . . . por esto conviene informar plena- Junto con la familia, la idea de Patria, el senti-
mente a los padres acerca de las aptitudes de miento de nacionalidad es otro de los grandes obs-
sus hijos, de la orientación que parece más táculos que la concepción educativa de la UNES-
adecuada.. . " . 23 CO impone sortear. E l fin propuesto insistentemente
no es otro que el internacionalismo, un orden mun-
Nótense cuidadosamente los términos de este pa- dial esencialmente economicista, técnico y pragmá-
saje. tico.
La ya citada obra Hacia un entendimiento tnun-
2 - FAUHE, E.: Apprende . . . Ob. cit, p. 216.
2 3 En: Le Droit á L'Education. UNESCO. París, 1968,
pp. 88, 89. CREUZET, M.: La UNESCO... Ob. c i t , p. 22.
110 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
La concepción educativa de la UNESCO 111
dial previene sobre la actitud de los padres que
suelen trasmitir a sus hijos "el aire envenenado del ni a estimular la necesaria solidaridad entre los
nacionalismo... u n sentido exagerado de la i m - países; como tampoco, en relación a la familia se
portancia y belleza de su propio país". 20 limita a sugerir las conveniencias de abrirse a otras
instituciones, o de contrarrestar cierta proclividad
"Estamos al comienzo de un largo proceso a enquistarse; si así fuera, podrían aceptarse sus
para derribar los muros de la soberanía na- intenciones.
cional . . . E n ese proceso la UNESCO puede L o que queda en claro es que a la concepción
—y ciertamente debe— ser el adelantado". Se 20 educativa de la UNESCO le molesta tanto la filia-
requiere u n engranaje m u n d i a l . . . L a educa- ción carnal del hombre, como su filiación histórica.
ción, en resumen, tiene la obligación urgente Es la Patria y el Hogar lo que se ataca, lo que se
de preparar ciudadanos del mundo. Hay que 27 mediatiza y diluye, lo que parece estorbar a los
preparar a los hombres y a los pueblos para ideólogos de una "educación permanente", que se
"transferir la soberanía íntegra de las naciones llama así, pero no hace sino negar los reales y legí-
a una organización mundial". "Enseñad las
28 timos vínculos de permanencia, sin los cuales los
actitudes que finalmente darán por resultado hombres ya no existirían como tales.
la creación del Gobierno Mundial para el pue- Educar es precisamente afianzar aquellos valores
blo, del pueblo y por el pueblo". " E l con- 20
que hacen a la realización y a la plenitud de las
flicto central de nuestra época está entre el personas y éstas no se plenifican n i se realizan con-
nacionalismo y el internacionalismo, entre el virtiéndose en "ciudadanos del mundo", n i ahogan-
concepto de muchas soberanías nacionales y do el señorío sobre todo lo propio en una informe
una sola soberanía mundial". 30
y utópica "soberanía mundial".
Sin familia y sin Patria —y como ya veremos sin
Es evidente que la acción de la UNESCO no se Dios n i vida religiosa— comienzan a erigirse los
circunscribe a corregir los excesos del chauvinismo, sucedáneos con valor absoluto; entre ellos la De-
mocracia y la sociedad futurista adquieren especial
dimensión.
25 Hacia un entendimiento . . . Ob. c i t , vol. V, p. 57.
2 0 Discurso pronunciado por William Berton el 23-9-1946, "La Democratización de la educación no es
en la primera reunión de la Comisión Norteamericana para
la UNESCO. posible más que a condición de liberarse de
27 Hacia un entendimiento . .. Ob cit., vol. I V . Las Na- los dogmas y usos periclitados... explicacio-
ciones Unidas y la ciudadanía mundial. nes abstractas de principios pretendidos uni-
2 8 H U X L E Y , J . : UNESCO: Su propósito y su filosofía.
Public Affairs Press. Washington, D. C , 1948. Ob. cit., versales"." " E l futuro de nuestras sociedades
1

p. 13. es la democracia, el desarrollo, el cambio. E l


Palabras pronunciadas por Carr W. G. en el Seminario
hombre que nuestras sociedades han de for-
2 9

de UNESCO para Maestros (París, 1 9 4 7 ) . Véase: The Ta-


blet, Brooklyn, New York, 20-6-1959.
»o H U X L E Y , J . : Ob. cit., p. 6.
3 1 F A U R E , E-: Apprende... Ob. cit., pp. 1 3 , 7 4 .
L a concepción educativa de la U N E S C O 113
112 Vigencia y pérdida de la i d e n t i d a d escolar

utopía que contradice el sentido común y la rea-


mar es el hombre de la democracia, del de-
lidad misma.
sarrollo humanizado y del cambio". "Se trata 32
El mito del cambio por el cambio, del devenir
de reforzar la exigencia de la democracia". 33
constante y la evolución sin límites, los ha movido
Una democracia de inequívoco signo mar-
a concebir "por primera vez en la historia (una)
xista, "más activa y más socializante", una so-
educación (que) se emplea conscientemente en
ciedad nueva socializada", "una sociedad ideal
preparar a los hombres para tipos de sociedades
futurista", una "democracia internacional".
que aún no existen". Las sociedades necesitan una
31 35

"En una sociedad socialista.. . ninguna clase


educación que reflejando las transformaciones eco-
sufre explotación. Así se pueden curar heri-
nómicas y sociales les permitan adaptarse funcio-
das . . . La democracia comunista, que es sen- nalmente al movimiento de la historia". 39

cillamente la democracia social plenamente


He aquí, perfiladas, las bases de la "Educación
desarrollada también prohibe todo lo que esté
Permanente", cuyo destino, no es la perfección del
fundamentalmente en desacuerdo con los de-
hombre en miras a su destino sobrenatural, sino
rechos humanos". En concordancia con es-
colaborar con el movimiento de la historia hasta
30

tos principios, "los maestros realistas podrían


la construcción de la futura sociedad comunista.
beneficiarse con un mayor conocimiento de
Esto quiere decir que el educando no podrá ser
Marx", pues "la concepción humanista, en
37
afianzado en los valores perennes, n i ayudado a
el presente bien olvidada, es tal como se ex-
insertarse en la realidad, n i en nada que lo con-
presa en esta frase de Marx: «Las ciencias
voque a la trascendencia y al ser inamovible, pues
naturales englobarán un día la ciencia del
"ya nada está garantizado, ni ninguna posición ase-
hombre, lo mismo que la ciencia del hombre
gurada". 40
englobará un día las ciencias naturales, y ya
Preparar para "tipos de sociedades que aún no
no habrá más que una sola ciencia>".
existen", disponer todas las facultades hacia el de-
38

venir sin reparar en el ser que lo posibilita y lo


Esta expresa aceptación del modelo marxista, lle- hace inteligible, es educar en y desde la utopía.
va consigo —como no podía menos— la cuota de Pero es un imposible funesto y hasta demencial,
porque niega los fundamentos mismos de la exis-
tencia. E n esta empresa, tampoco nos sirven los
3 2 Idem ant, p. 1 1 6 . antiguos modelos. Aquellos paradigmas de Bien, de
I d e m ant., p. X X I X .
Verdad y de Belleza no eran más que quimeras
3 3

3 1 UNESCO: Tendances á íeducation. . . Ob. cit., p . 8 5 .


3 5 FnANcois, L . : Le droit á l'educatíon. . . O b . cit., desmontables con el inexorable ritmo de los cam-
p. 85. bios, construcciones de circunstancias, volátiles y
L E W I S , J. en: Simposio de la UNESCO: Derechos Hu-
perecederas. Ahora ha venido la UNESCO a mos-
3 0

manos. Comentarios e interpretación, p p . 6 2 , 6 3 y 7 0 . C i t .


por EM'EL, M.: La O.N.U Ob. cit., pp. 90-91.
? B U A M E L , T . (colaborador d e la U N E S C O ) . Texto p u -
3
3 9 I d e m ant., p p . 1 4 , 3 4 y 6 5 .
blicado por L o n g House Inc. N e w York 1 7 . 1953',
i 0 Le Droit. .. O b . cit., p . 2 3 ,
3 3 F A U R E , E.: Apprende. . . Ob. cit., p. 76,
11 I Vigüela y pérdida d e la identidad escolar
L a concepción educativa de la U N E S C O 115

Irar la necesidad " d e nuevos modelos h u m a n o s p a r a


p r o m u e v e esta utopía desenfrenada q u e n o deja na-
la sociedad y p a r a l a p e r s o n a " . M a s n a d i e se e n -
11

da p e r m a n e n t e , n i siquiera l a m i s m a u t o p í a . . . ? ;
tusiasme demasiado c o n ellos; su u t i l i d a d a r q u e -
¿cuál será entonces l a misión de l a Escuela y d e l
típica es t a n pasajera y h u i d i z a c o m o t o d o l o h u -
hombre?, ¿sobre q u é cimientos levantar l a v i d a si
m a n o , sometida a l f l u j o y a l r e p l a n t e o p e r m a -
n i n g u n o tiene más i m p o r t a n c i a q u e l a de d a r paso
nente. E n v e r d a d , n o sirve ningún m o d e l o , y ape-
a o t r o , y así i n i n t e r r u m p i d a m e n t e ?
nas h a l l a d o o p r o p u e s t o a l g u n o , su v a l o r desapa-
N o es s i m p l e m e n t e una c o n c e p c i ó n de l a escuela
rece p a r a d a r paso a o t r o , y así sucesivamente.
lo q u e d e r r i b a l a U N E S C O , n o es ú n i c a m e n t e u n
Y esta fluctuación incesante, esta carencia esen-
afán p e d a g ó g i c o ; es el m i s m o O r d e n N a t u r a l y e l
cial q u e hace d e l h o m b r e u n desarraigado, se con-
Sobrenatural l o q u e p i e r d e s i g n i f i c a d o y consisten-
v i e r t e en l a f i n a l i d a d y en e l deber ser de l a
cia. Y es lógico q u e , f r e n t e a este desierto m e t a f í -
educación. Es l a "revolución c u l t u r a l " , medio y
12

sico d o n d e n o h a y l u g a r p a r a l a contemplación, n i
o b j e t i v o de los planes previstos.
para l a a c t i t u d c u l t u a l , sea
" C a d a u n o d e b e r í a ser c o n d u c i d o a n o e r i -
" l a praxis l o q u e constituye l a f u e n t e más i m -
g i r s i s t e m á t i c a m e n t e sus creencias, sus con-
p o r t a n t e d e l proceso e d u c a t i v o " . 11
vicciones, su visión d e l m u n d o , sus costumbres
y usos en modelos o reglas válidas p a r a todos
U n a praxis q u e cada v e z más t e n d r á e l c a r á c t e r
los t i e m p o s , todos los tipos de civilización y
l é c n i c o - m e c á n i c o d e l a n u e v a e r a electrónica. D e
todos los modos de existencia". L o i d e a l es
ahí q u e
" l a investigación d e verdades nuevas, l a trans-
f o r m a c i ó n de los presupuestos f u n d a m e n t a l e s
" l a e d u c a c i ó n —prescribe l a U N E S C O — se
de l a suerte de los h o m b r e s " .
c o n v i e r t e e n u n sistema c i b e r n é t i c o c o m p l e j o ,
13

p i v o t a n d o sobre u n mecanismo sensible a las


Sin Patria n i H o g a r , s i n raíces n i destino r e l i g i o - respuestas", sobre "dispositivos de evaluación
so, l a i m a g e n r e a l d e l h o m b r e se d e s d i b u j a hasta y c o n t r o l " , sobre "registro d e l a retroacción
desaparecer. E l n i h i l i s m o avanza g r a d u a l m e n t e para y de los nuevos c o m p o r t a m i e n t o s engendrados
o c u p a r todos los sitiales. ¿ Q u é es l o q u e queda?; p o r esa r e t r o a c c i ó n " .
15

¿ Q u é es l o q u e p u e d e construir este r e l a t i v i s m o
m e t ó d i c o y sistemático?; ¿ Q u é es l o q u e e d i f i c a y Esta praxis u l t r a m o d e r n a no conoce fronteras. N o
la detiene l a i n t i m i d a d n i e l p u d o r , n o l a l i m i t a n
1 1 Tendances. .. O b . cit., p. 4 1 . los secretos d e l a l m a .
1 2 Esta idea aparece —bien mencionada o desarrollada—
en las principales publicaciones de la U N E S C O de los úl- " E l h o m b r e —comenta c o n razón E . C a n -
timos años. Para un análisis de su verdadera dimensión,
tero— pasa a ser u n m e r o i n s t r u m e n t o q u e
véase: P H I T O D , A . : La revolución cultural en la Argentina.
C r u z y Fierro ed. Bs. As., 1 9 7 7 , 2 * ed.
* 3 F A U R E , E . : Apprende. . . O b . cit., pp. 1 7 0 , 1 8 6 . 1 1 FAURE, E . : Apprende... O b . cit., p. 1 2 .
1 5 Idem ant., pp. 1 3 3 y 1 2 2 .
L a concepción educativa de la U N E S C O 117
J 16 Vigencia y pérdida de l a identidad escolar

páginas viriles de Solzhenitsin y los testimonios des-


puede ser manejado a placer por los plani-
garradores de tantas víctimas. 40
ficadores, pedagogos y expertos psicólogos del
El esquema pedagógico de la UNESCO, sustan-
Estado. La era de los robots de carne y hueso
cialmente el mismo que el marxista, contiene en
está, si esto se cumple, ciertamente cercana". 46
sí todas las negaciones de una cosmovisión grosera-
mente materialista y dialéctica. Cabría preguntarse
No hay exageración ninguna en estas reflexiones. en qué consiste ese "punto de vista universal" ese
Es la UNESCO quien garantiza que "hoy día es "replanteo internacional de la educación bajo u n
posible controlar el estado y el funcionamiento de] mismo espíritu"; cuál es el contenido de esa "uni-
cerebro por una acción eléctrica y actuar directa-
ficación de la mente mundial" con que tanto ilu-
mente sobre ciertos neuro-mecanismos por medio
sionan sus planificadores. Qué es, en suma, l o que
de sustancias químicas".
se le ofrece al hombre como alternativa, una vez
47

desligado de sus padres y de su heredad, una


"La teoría psicopedagógica a la que el sa-
vez alejado de Dios y controlado su cerebro.
bio soviético L . S. Uygotsld ha ligado su nom-
L a respuesta nos la dan —sin posibilidades de
bre, se basa en la idea de que el trabajo, la
actividad instrumental, crea en el individuo equívocos— sus planes y realizaciones. Se trata en
un tipo de comportamiento determinado por principio de asegurar "una vida feliz", pues 50

el carácter de esa a c t i v i d a d . . . A partir de "el concepto de felicidad ha jugado un gran


allí, los psicólogos soviéticos han elaborado papel en la corriente filosófica del siglo X V I I I ,
una estrategia de la formación activa de las que a su vez ha sido el fermento de las gran-
facultades cognoscitivas y de la personalidad. des ideas de la revolución de 1789". " L a B1

L a facultad de reflexión no es innata en el misión permanente de la educación sigue sien-


hombre; el individuo aprende a pensar, a do- do formar en todo ser humano la personalidad
minar las operaciones reflexivas. E l pedagogo que le permitirá marchar a la conquista de
debe aprender a dirigir ese proceso, a con- los bienes de este mundo". Para ello, obvia- 52

trolar no sólo los resultados de la actividad mente, hay que terminar con "el peso de dog-
mental, sino también su desarrollo". 48
mas y de usos superados". 63

Así, sin eufemismo alguno, la UNESCO plantea L a tarea importante que le incumbe a "la nueva
educación" es "aumentar y mejorar la productivi-
la necesidad del lavado de cerebro, y justifica la
utilización de los mismos recursos que emplean las
Véase el trabajo de C O R B I , G . D . : " L O S psiquiatras en
Spetsbolnitsij o clínicas psiquiátricas soviéticas, de
1 0

la U R S S . L a s «spetbolnitsy» y el control mental". E n : Verbo.


cuyos aberrantes resultados dan prolija cuenta las Año X X I . N . 194. Julio 1979, pp. 55-60.
so L e droit. . . Ob. cit., p. 19.
*' FAURE, E . : Apprende... O b . cit., p . 50.
C A N T E B O , E . : La educación . . . O b . cit., p. 2 6 .
Ȇ Le droit... O b . cit., p. 2 3 .
4 0

4 7 F A U R E , E . : Apprende. . . O b . cit., p. 1 2 5 .
F A U R E , E . : Apprende... O b . cit., p . 13,
4 8 Idem ant. 5 3
118 Vigencia y pérdida de la identidad escolar La concepción educativa de la U N E S C O 119

dad, hacer cambiar progresivamente la actitud, y Todo ha sido suficientemente explicitado como
acelerar el desarrollo". 54
para abrigar alguna duda. Ese hombre que n i si-
Es imperioso que quiera posee naturaleza de tal, que carece innata-
mente tanto de humanidad como de facultad re-
"la ciencia y la tecnología lleguen a ser los
flexiva, ese hombre sin filiación carnal, histórica
elementos omnipresentes y fundamentales de
ni divina, ese mero manojo de reacciones controla-
toda empresa educativa", hasta conformar un
bles y condicionables, ese instrumento del cambio,
"espíritu científico" que "es lo contrario del
es toda la fórmula que se le ocurre a la más alta
espíritu dogmático o metafísico"."
autoridad educativa mundial; el tipo humano pro-
puesto a las próximas generaciones. Y —tal vez sea
Vuelve a quedar clausurado así, abruptamente,
esto lo más trágico o lo más cínico— se pretende
todo resquicio cultual o contemplativo, toda aper-
hacerlo todo en nombre de los derechos del hom-
tura al mundo de lo sacro, en donde el hombre
bre, de su dignidad y prerrogativas.
alcanza la mejor expresión de su ser.
No habrá auténtica Educación Nacional, n i se
Un hedonismo llanamente propuesto es el f i n per-
podrá contar con ella para cimentar la grandeza
seguido. Considerada como "un bien de consumo
argentina, en tanto la Política Educativa en un acto
y de producción", " la educación, procurará el má-
6
de reparación y de preservación insoslayable, cor-
ximo disfrute de los bienes temporales, contribu-
te los vínculos ideológicos y estructurales con la
yendo al aumento de la producción y el desarrollo.
UNESCO y sus funestas orientaciones.
El tipo de hombre adecuado a ello es el antimeta-
físico, el espíritu "científico", dialéctico y antidog-
mático; el hombre subhumano y bestializado.
Por eso, no sorprende que se haya podido escri-
bir desde el Correo de la UNESCO que

"la creencia inmemorial en el carácter innato


de la naturaleza humana, ha sido la respon-
sable de muchas incomprensiones personales,
sociales y políticas.. . ningún organismo de
la especie denominada tan precariamente ho-
mo sapiens nace con naturaleza humana". 57

Tendances á. . . Ob. cit., p. 3 4 .


5 4

5 5 Tendances á . . ., p. X X X .
R>0F A U B E , E . : Apprende . . . O b . cit., p. 9 1 .
6 7A S H L E Y M O N T A C U , M . F . : Artículo publicado en El
Correo de la UNESCO, febrero de 1 9 5 3 . Cit. por E W E L , M . :
La ONU... O b . cit., p. 7 7 .
VIL PIAGET

Pocos como Piaget vienen ejerciendo en nuestra


época tantas y tan profundas influencias en diversos
campos científicos de probada importancia y com-
plejidad. Este influjo, que habla a las claras de la
magnitud y trascendencia de su pensamiento, se ha
dado con especial fuerza en el ámbito de las dis-
ciplinas educativas, particularmente en el de la
psicopedagogía; hecho algo paradójico si se piensa
(|ue fue suscitado por quien no quiso definirse pri-
meramente como pedagogo o psicólogo y que, en
rigor, fue ante todo un destacado epistemólogo.
No obstante, la incidencia piagetiana en el es-
pacio escolar ha llegado a ser normativa y domi-
nante, y se la ha aceptado con actitud reverencial
-casi dogmática— sin reparar en las falencias de
una cosmovisión que, más allá de sus innegables
méritos, resulta unilateral y a la postre engañosa.
Porque Piaget no se entiende sino es dentro —y
tal vez como culminación— del proceso de desna-
luralización educativa que hemos venido esbozan-
Piaget 123
122 Vigencia y pérdida, de la identidad escolar
listos reduccionismos hacen del ser humano u n ho-
do. U n proceso en el que la Escuela ha dejado de
múnculo al convertir esa parte potenciada en "la
ser —como su nombre y esencia lo piden— el lugar
explicación omnicomprensiva de la totalidad del
de la preeminencia de la vida contemplativa sobre
hombre". Así, en el sistema piagetiano, la totali-
2

la activa, un proceso en donde el hombre no es


dad hombre, parece quedar circunscripta —y tor-
considerado como creatura de Dios sino como ca-
narse inteligible— en y desde la evolución de de-
tegoría biológica; en donde el maestro se inquie-
terminadas estructuras genéticas. Piaget representa
ta, más por las operaciones intelectuales y los mé-
n la vez —lo cual no es menos importante— la apo-
todos que por el destino eterno de sus alumnos.
ría de casi toda la sistemática filosófica moderna.
Un proceso, en suma, signado por un criterio an-
Lógicamente construida, pero fatalmente idealista,
timetafísico que descuidando las jerarquías de las
en virtud ante todo de la herencia racionalista que
formalidades ontológicas, omite, mediatiza o pos-
proclama la auíomía de la razón y condiciona la
terga lo sobrenatural, acentuando en cambio el
existencia al pensamiento, y por lo tanto, disociada
mundo de las cosas y los hechos materiales, la
de la realidad y fundada en apriorismos. Ante la
dimensión inmanente de la vida.
alternativa realismo-idealismo en que se bate hoy
Como tampoco se entiende a Piaget fuera de !a inteligencia filosófica —esto lo ha visto Gil-son
ese estilo cientificista —que tantos observadores no- luminosamente— Piaget ha optado por el camino
tan como signo de la crisis contemporánea—, por del idealismo; un error que signará inevitablemente
el cual los saberes verificables, experimentales y i I curso general de sus teorías.
empiriométricos, se han hipertrofiado notoriamente
y pretenden convertirse en modelos de todo cono- Su itinerario cultural, reseñado por él mismo en
cimiento "serio y seguro", quedando minimizadas la Autobiografía, muestra lo que venimos afirman-
—cuando no desechadas— las apreciaciones estric- do. Desde el agnosticismo de su padre hasta su
tamente teóricas y las vías puramente especulativas. relación con Clap'aréde y Binet, pasando por lec-
Y digamos aún, que no se entiende a Piaget sino i uras de Spencer, Bergson y Comte, todos los pasos
se tiene en cuenta el fenómeno de los "icleologis- de su formación, tomando incluso sus primeros
mos reduccionistas", como acertadamente los llama ensayos juveniles, lo configuran y tipifican en la
Alberto Fariña Videla, y que "consisten básicamen- línea del "intelectual contemporáneo": divorcio en-
te en reducir la totalidad de la realidad a una parte tre la Fe y la razón, entre el conocimiento y la
de la misma, para luego intentar explicar esa to- realidad del ser, identificación del pensamiento con
talidad —es decir, la realidad concreta— desde la acción, subordinación del conocimiento y de la
aquella parcela a la que previamente se la redujo". 1
objetividad a la acción, predominio y sobrevalora-
i ion de la praxis, criticismo e inmanentismo, consi-
1 FARIÑA VIDELA, A.: "Modos y modas intelectuales: deración naturalista de la vida, evolucionismo,
¿les sirven a los educadores?" En: Rvta. Estrada. Año 1,
N<? 2, 2* época, mayo de 1980, p. 2. Sugerimos también
del mismo autor: "Ciencia, técnica y espíritu burgués". En:
Psychologica. Rvta. Argentina de Psicología Realista. Fun- ídem ant., p. 3.
dación Arche. Bs. As., N<? 3, jul/dic. 1979.
124 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
Piaget 125
pragmatismo, y todas las lógicas como extraviadas
derivaciones. "psicología (que) se ha liberado de las tute-
las filosóficas", que debía ser enseñada como
0
Basta seguir el recorrido de su mente —de asom-
en algunos países "en la Facultad de Cien-
brosa precocidad, sin duda—, para observar cómo,
cias en relación con la Biología" y le negaba7
partiendo de una aficción infantil hacia la malaco-
toda religación con la Filosofía a fin de "pro-
logía y la naturaleza en general, llega al escepti-
tegerse contra la especulación". 8
cismo religioso por

" . . Ja imposibilidad de conciliar un cierto Y decíamos que esa proyección es indebida porque
número de dogmas con la Biología".. . "des- no se puede homologar la plenitud óntica del or-
de ese momento (se refiere a sus conversa- den humano con el ámbito de las especies natu-
ciones con Samuel Cornut) me permitió ver rales, ni es posible convertir al cosmos físico con
en la Biología la explicación de todas las co- sus leyes y a los hábitos mentales que genera su
sas, incluso del propio espíritu.. . Eso me estudio en criterio epistemológico o metodológico.
hizo tomar la decisión de consagrar mi vida Este dominio de lo positivo constituye un impru-
a la explicación biológica del conocimiento".' dente desorden, pues no todo ha de ser manipulado
y analizado —menos aún psicoexperimentalmente—
Hay pues, un monismo gnoseológico que reduce como en el área de las Ciencias Naturales. Mari- 9

toda la realidad a la pequenez de la óptica bio- tain ha señalado con justeza los riesgos de este
zoológica y que proyecta indebidamente proceder. "La falla esencial... es etender a la uni-
versalidad del saber humano lo que sólo es válido
"los hábitos mentales que había adquirido con en un sector particular de é l . . . La magna lección
la zoología a la experimentación psicológi- de Santo Tomás de Aquino nos recuerda: es un
ca", pues el objetivo "era descubrir una es-
4

pecie de embriología de la inteligencia", 5

PIACET, J.: Psicología de la Inteligencia. E d . Psique.


inevitable punto de llegada de una psicología sin
0

Bs. As., 1977, p. 21.


alma que únicamente advierte en el hombre su en- 7 PIACET, J.: Psicología y Pedagogía. E d . Ariel. Barce-
tidad natural. Por eso, Piaget bregaba por una lona, Caracas, México, 7» ed., 1980, p. 68.
8 Idem ant., p. 69.
0 No han faltado voces de alerta con relación a este pru-
rito psico-experimental. "Es una medida de prudencia —ha
3 PIACET, J . : Autobiografía. Ed Caldén. Bs. As., 1976, escrito Emilio Planchard— el darse cuenta de los límites de
pp. 9-10. la psicología experimental... y recurrir eventualmente a
PIACET, J.: Autobiografía. E n : Autobiografía. El na-
oirás fuentes para estudiar la personalidad" (PLANCHARD,
I'!.: La pedagogía contemporánea. E d . Rialp, 6? ed. Madrid,
1

cimiento de la inteligencia. Psicología y Filosofía. E d . Cal-


1975, p. 120). Véase igualmente: GAMBRA, R.: "La ame-
dén. Col. E l hombre y svi mundo. Bs. As., 1976, p. 14. naza de la psicología". E n : Verbo de España. N ? 105-106, 1
5 Idem ant., p. 16. mayo-julio 1972.
Piaget 127
I :Jíi Vigencia y pérdida de la identidad escolar
dencia su polémico libro Sagesse et illusion de la
pecado contra la inteligencia querer actuar en for- )>liilosophie.12

ma idéntica en órdenes típicamente diferentes". 10

Concebir y explicar al hombre desde la biología "en el que busco demostrar —dice su autor—
es un lamentable error de hondas repercusiones, que el único «conocimiento» es aquel que pue-
principalmente si de educación se trata. Porque el de ser verificable". "La filosofía no llega a
13

hacer de los hombres sólo se comprende por el ser ser un saber propiamente dicho provisto de
del hombre, pero el ser del hombre —su condición las garantías y modos de control que carac-
de persona— sólo se comprende por el ser de Dios. terizan a eso que se llama el conocimiento". 14

De allí que los antiguos —pensamos por ejemplo "El sujeto mismo en tanto existe y cada uno
en la Paideia griega— ponían especial énfasis en de nosotros, somos los creadores de nuestra
remarcar los orígenes divinos. E l Principio, como propia totalidad. Entonces, ¿para qué necesi-
enseñaba Aristóteles en la Política, no era la mera tamos filosofía? En segundo lugar, las coordi-
iniciación en el tiempo, no era una cuestión cro- naciones entre las disciplinas, coordinación
nológica sino teológica. E l Principio era la Per- multidisciplinaria que cada vez es más rica
fección, el esplendor del ser acabado, modelo y y más espontánea, nos hace preguntar de nue-
modelador, cuya contemplación se proponía como vo: ¿para qué la filosofía? Ese sujeto existe
auténtico ejercicio educativo. y cuanto más informaciones objetivas sobre
Bien lejos de esta actitud, por cierto, Piaget re- sí mismo le damos, mayor es el favor que se
pite con Claparéde que le hace". 15

"a todos los futuros educadores, así como a No es que Piaget niegue los méritos de la Filo-
los padres de familia, se les debería dar una sofía dentro del espectro cultural. Más aún,
enseñanza de investigación y trabajos prácti-
cos en psicología animal". 11 "todo hombre que no haya pasado por la f i -

El aprendizaje es considerado de este modo co-


mo un proceso semejante al amaestramiento, y por PIAGET, J.: Sagesse et illusions de la philosophie.
I'. U . F. París, 1965, lí ed. Hay versión castellana: Sabi-
lo tanto se confía con optimismo en el poder for-
1

duría e ilusiones de la Filosofía. Península, Barcelona, 1970.


mativo de las experiencias naturales, mientras se 18 PIAGET, J.: Autobiografía. Ob. cit., p. 45.
guarda u n extremo recelo por todo lo que suponga 11 PIAGET, J.: Psicología y Filosofía, p. 72. En: Auto-
especulación o reflexión filosófica, tal como lo evi- biografía. .. Ób. cit. Bajo el título Psicología y Filosofía
reúnen en esta edición las exposiciones del debate sobre
«I libro de PIAGET, organizado el 5-5-1966 en el Anfiteatro
MARITAIN, J.: Para una filosofía de la persona huma-
1 0
Itlchelieu de La Sorbona por la Comisión de Filosofía de la
na. Cursos de Cultura Católica. Bs. As., 1937, pp. 33-34. Unión Racionalista.
PIAGET, J.: Autobiografía. Ob. cit., p. 10, y
1 1 Psicología " PIAGET, J.¡ Idem ant, pp. 11-112.
y Pedagogía. Ob. cit., p. 91.
128 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Piaget 129

losofía —dice— es incurablemente incomple- "Estoy absolutamente convencido de que


to";18 se necesita una formación filosófica para el
científico... pero también pienso que esta
pero desfigura su verdadero valor y empequeñece formación filosófica debe ser superada sin
su rango al concederle a lo sumo un carácter pro- cesar... la filosofía debe replantear constan-
pedéutico dentro de la dialéctica del conocimiento temente sus propios problemas en función
científico, cuya posesión sólo quedaría garantizada de los «conocimientos» adquiridos reciente-
por vías experimentales. La filosofía sería entonces mente . . . L a filosofía continuará siendo la ma-
una triz de muchas ciencias en la medida en que
no se encierre en sistemas n i crea ser u n co-
"sabiduría como actitud de vida y no como nocimiento". 10

saber", una "especie de fe razonada",


17 18

De ahí que para Piaget —y esto aclara aún más


a superar si es que se desea obtener un cabal co-
la orientación de sus ideas—
nocimiento y no una ilusión.
"el problema de las relaciones entre la filo-
sofía y el espíritu científico se ha atenuado
1 6 Idem ant, p. 115. P I A C E T , pese a estar enrolado en la
corriente de la escuela activa, no cae en los excesos de un en los países del Este por el hecho de que
K E R S C H E N S T E I N E R , por ejemplo, y aclara expresamente que la filosofía oficial es la dialéctica marxista
"una escuela activa no es necesariamente una escuela de
trabajos manuales" ( Psicología y Pedagogía, ob. cit., p. 8 1 ) , que se denomina científica. L a enseñanza f i -
pero llama la atención que después de tanto bregar por un losófica es por lo tanto una introducción a
conocimiento aplicable y útil, cuando se le interroga si " e l la dialéctica con diversas incursiones en las
objeto de la psicología (de las investigaciones psicológicas)
es convertir a los hombres en algo mejor", hace una en- aplicaciones científicas". 20

cendida defensa de! conocimiento puro. "Usted me inquieta


—responde P I A C E T — porque yo nunca me he propuesto ese
objetivo (convertir a los hombres en algo mejor). Yo con- Ivs el desenlace obligado del pragmatismo, el ine-
sidero la primacía de la investigación pura sobre toda clase vitable punto de llegada de una disyuntiva plan-
de aplicaciones". (Véase: El nacimiento de la inteligencia.
leuda en términos equívocos; la consecuencia de
Entrevista realizada por Jean Louis Ferrier y Christiane C o -
llange. E n ¡ Autobiografía . . . O b . cit., pp. 63-64). D a la Creer que "el mejor favor que se le puede hacer
impresión de que la idea de bien —entendido como perfec- a un hombre es darle informaciones objetivas sobre
cionamiento personal del prójimo— no entra, por lo menos
prima facie o conscientemente, dentro de los objetivos y si", esto es, como diría Dewey, "saturarle el espí-
de los "beneficios y productividades" que traería la inves- ritu de experiencia". No hay en sustancia más que
tigación pura.
d antiguo error pragmatista, reiterado bajo fórmu-
1 7 P I A C E T , J . : " L o s dos problemas principales de la epis- las nuevas pero con efectos siempre disgregadores
temología de las ciencias del hombre". E n : P I A C E T , J. y
otros:: Epistemología de las ciencias humanas. Colección
para la inteligencia.
Lógica y Conocimiento Científico dirigida por Jean Piaget.
E d . Proteo. Bs. As., 1972, p. 173. •» P I A C E T , ].: Psicología y Filosofía. Ob. cit., p. 116.
1 8 P I A C E T , J . : Psicología y Pedagogía. Ob. cit., p. 67, »o P I A C E T , J . : Psicología y Pedagogía. O b . cit., pp. 69-70.
IIC¡;I y ix'nilhki de la identidad escolar
Piaget 131
( l o m o b i e n d i c e B a t t r o d e s c r i b i e n d o sus teorías
filosóficas: no a d v e r t i r p o r esta c o n f l u e n c i a u n a c o n n a t u r a l ca-
rencia de u n i d a d substancial.
" S u p r i m e r a opción, p o r l o t a n t o , es p r a g - Transferidos a l t e r r e n o e d u c a t i v o , tales p r i n c i -
m á t i c a . E n u n segundo m o m e n t o , Piaget, c r i - pios, acaban p o r resolver l a e d u c a c i ó n c o m o u n
tica a los filósofos q u e se o c u p a n de analizar modo de a d a p t a c i ó n al a m b i e n t e c o m p a r a b l e a l
problemas científicos sin ser competentes en que r e a l i z a n las especies z o o l ó g i c a s . Piaget asu-
22

las ciencias, p e r o v a m u c h o m á s allá, p o r q u e me así t o d o el i d e a r i o de la escuela act i v a, c u y o


postula c o m o m o d e l o gnoseológico el p r o c e - influjo sistematizará c o n l a adscripción a l Instituto
d i m i e n t o r e s t r i n g i d o de las ciencias p a r t i c u - Ifnn Jacques Rousseau de Ginebra, dirigido por
lares . . . Su desconfianza p o r l a filosofía c o m o ( 'laparéde y B o v e t , dos conspicuos representantes
m e t a f í s i c a h a i d o creciendo c o n el correr de «le l a Arbeitsschule o "escuela del trabajo", c o r r i e n -
los años y l l e v a d o a sus últimas consecuen- le d e c i d i d a m e n t e a c t i v i s t a y f u n c i o n a l .
cias, suponemos q u e su sistema tendría c o m o Y es en razón de estos mismos presupuestos p r a g -
f i n a l i d a d reemplazar l a m e t a f í s i c a d e l cono- máticos, q u e a p o y a r á —aunque no s i n reservas— los
c i m i e n t o p o r u n a epistemología p o s i t i v a d e l planes tecnológicos de Skinner, con ar g u m en t os q u e
c o n o c i m i e n t o . Designamos a esta posición f i - lodo l o t i e n e n en cuenta —"el m e j o r r e n d i m i e n t o " ,
losófica c o n el título d e r e l a t i v i s m o p i a g e - VI a h o r r o de t i e m p o " , " e l a u m e n t o de horas p a r a
tiano". 21 <l trabajo a c t i v o " — t o d o , menos l a conspiración
2 3

DOntra l a v i d a c o n t e m p l a t i v a , y contra l a n a t u r a -
L o grave de este vacío metafísico es q u e l a a n - l i z a m i s m a d e l acto docente, q u e i m p l i c a el uso
tropología q u e se v a p e r f i l a n d o —heredera d i r e c t a de las m á q u i n a s de enseñar. V o l v e r e m o s más ade-
de la q u e e l a b o r a r o n Rousseau y Spencer— n o v e lante sobre este aspecto. 24

en el h o m b r e más q u e u n animalis homo, u n homo


faber entregado a l a praxis, a l a a c c i ó n concreta P I A G E T , J . : Psicología y Pedagogía. O b . cit., segunda
con elementos concretos, u n h o m b r e en el q u e hasta i'', cap. 2, pp. 174 y ss. " L a infancia —dice aquí P I A G E T —
11 una etapa biológicamente útil, cuya significación es la
su pensamiento es a cci ó n , pues pensar es hacer,
M una adaptación progresiva al medio físico y social"
como r e p i t e a x i o m á t i c a m e n t e l a fórmula p i a g e t i a - ( p 176); " E d u c a r es adaptar el individuo al medio social
na y ese pensamiento así c o n c e b i d o será l a clave mulliente" (p. 174). Toda esta visión preponderantemente
lilo/oológica es muy representativa del espíritu moderno.
del c o n o c i m i e n t o o b j e t i v o y de l a existencia d e las Hi'lrgada la génesis y la finalidad sobrenatural del hom-
cosas. R a c i o n a l i s m o , i d e a l i s m o y p r a g m a t i s m o se l ' i r su animalización o cosificación es inevitable, por muy
a u n a n en l a visión p i a g e t i a n a , siendo m u y difícil i'lt'vudos y "racionales" propósitos que se tengan. U n fe-
iM mu no desgarrador que no ha escapado a la mirada pe-
" ' i i m i e de algunos escritores contemporáneos como E .
I «co en su obra El Rinoceronte.
2 1 B A T T R O , A. M . : El pensamiento de Jean Piaget. Psi- t N PIAGET, J . : Psicología y Pedagogía. O b . c i t , pp. 90-93.
cología y Epistemología. E d . E m e c é . Bs. As., 1978, 4* ed., 1 ' E l tema de las máquinas de enseñar, de los funda-
p. 345. MH'iiliis filosóficos de la posición de Skinner y de la tecnolo-
i ' i í i ilc la enseñanza, son analizados en el capítulo I I de la
132 Vigencia y pérdida de la i d e n t i d a d escolar Piaget 133

H a y i g u a l m e n t e u n enfoque tecnicista y m e c a n i - todas las e s t r u c t u r a s . . . ¡ e q u i l i b r i o e s t r u c t u -


cista a p l i c a d o a l a caracterización d e los proce- r a l de l a c o n d u c t a , más f l e x i b l e y a l a vez
sos psíquicos y a l a explicación y definición d e d u r a b l e q u e ningún o t r o , l a i n t e l i g e n c i a es
l a i n t e l i g e n c i a . L a s ideas d e aparato m e n t a l , m e - esencialmente u n sistema de operaciones v i -
canismos psicológicos, operaciones, reacciones, aco- vientes y a c t u a n t e s " . 27

m o d a m i e n t o , adaptación, y hasta e l concepto d e


homeostasis, son trasladados i m p r o p i a m e n t e desde
Hemos p r o l o n g a d o las citas p a r a q u e se vea c o n
el área de las ciencias exactas y naturales a l a
nitidez esa transpolación d e l o r d e n técnico mecá-
i n t e r i o r i d a d de l a persona.
0 a l a interpretación de l a v i d a psíquica, y ese
reduccionismo r a d i c a l q u e l i m i t a l a i n t e l i g e n c i a h u -
" E l desarrollo m e n t a l —nos dice— es u n a
mana a u n a función a d a p t a t i v a c o n finalidades i n -
construcción c o n t i n u a , c o m p a r a b l e a l a e d i f i -
mediatas de conservación y e q u i l i b r a m i e n t o .
cación d e u n g r a n e d i f i c i o . . . o más b i e n a l
montaje d e u n s u t i l m e c a n i s m o , cuyas fases De espaldas a l a Filosofía Perenne, Piaget le nie-
graduales d e ajustamiento tendrían p o r r e s u l - I i a l a i n t e l i g e n c i a s u sitial nobilísimo, s u v i d a
t a d o u n a ligereza y u n a m o v i l i d a d m a y o r d e propia y c o n n a t u r a l q u e es l a c o n t e m p l a t i v a , y a l
las piezas, d e t a l m o d o q u e su e q u i l i b r i o se- hacerlo n o sólo d i l u y e el acto de aprehensión de
ría más estable". 25 " L a acción h u m a n a con- • esencia o quiddidad d e las cosas, sino su c u l -
siste e n este mecanismo c o n t i n u o y p e r p e t u o Hllimción y reposo q u e es l a visión de D i o s , pues
de reajuste y e q u i l i b r a m i e n t o " . " E l i n d i v i -
20
Diño dice Santo Tomás, " e l f i n último de l a crea-
d u o n o actúa sino c u a n d o e x p e r i m e n t a u n a n i ; i intelectual es v e r a D i o s p o r s u esencia". 28

necesidad, es decir, cuando el e q u i l i b r i o se I i m p o c o se a d v i e r t e q u e l a i n t e l i g e n c i a , a u n en


h a l l a momentáneamente r o t o entre el m e d i o iqucllas manifestaciones vitales q u e el h o m b r e t i e -
y el organismo; l a acción t i e n d e a restablecer |i i ' i i común c o n los animales, muestra su p e c u l i a r
ese e q u i l i b r i o , es decir, precisamente, a rea- IWliinilcza, superando e l m e r o carácter a d a p t a t i v o
d a p t a r e l o r g a n i s m o . . . L a i n t e l i g e n c i a . . . es M i a n d o — t a l vez en f o r m a i n c i p i e n t e o r u d i -
la f o r m a d e e q u i l i b r i o hacia l a c u a l t i e n d e n l i r n l a i i a — su p o t e n c i a l i d a d abstractiva y su capa-
" I M I para r e f e r i r l a m u l t i p l i c i d a d a l a u n i d a d . 2 9

segunda parte de esta misma obra. L o q u e se cuestiona a l h ,


en síntesis, no es e l uso de l a tecnología sino los f u n d a -
mentos antropológicos y psicopedagógicos q u e coadyuvan 1 P I A C E T , J. ¡ Psicología de la Inteligencia. Ob. oit.,
a l a desfiguración d e l hombre y d e su educación. Recomen- ,. I l 17.
damos igualmente l a lectura d e : B A L L E S T E R O S , J . C . P.: SANTO T O M Á S : S. Theol. I - I I , q . 3, a. 8 y S. Cont.
"Skinner: L a educación imposible". E n : Mikael N<? 24. T e r - "i' I I I , 50 y ss. Véase al respecto: D E R I S I , O . N . : La
cer cuatrimestre d e 1980, p p . 12-29. luí iilnii de la Inteligencia de Aristóteles a Santo Tomás.
2» P I A C E T , J . : Seis estudios de Psicología. E d . de B o l - Inli .le Lectores. Bs. As., 1980.
sillo. E d . Corregidor, Bs. As. Por autorización de B a n a l ' Sobre el particular, véase: G E N T A , J . B . : Curso de
E d . S. A., Barcelona, 1973, p . 12. »lii'/n/!w. L i b . H u e m u l . Bs. As., 1966, 3? ed., pte. caps.
2« I d e m ant., p. 16. I l l(>. Con respecto al comportamiento inteligente en
134 Vigencia y pérdida d e la i d e n t i d a d escolar Piaget 135

Pero es más, Piaget atribuye a la inteligencia 1 la evolución biozoológica. Por eso no tiene dificul-
que es propio de la voluntad, y desconoce que 1 liiilcs en concebir la inteligencia como
acción —producida por la voluntad aunque orde
"un músculo que a fuerza de utilizarlo se lle-
nada por la inteligencia— tiene carácter de medio
ga a perfeccionar", n i en analogarla con la
32

no de f i n , para el sujeto pensante. " E n el orde


"inteligencia animal". 33

de les fines, enseña Santo Tomás, es necesario q u


haya un último f i n y nada más que uno, del que to
man su fuerza final los fines intermedios, que ha Fue precisamente sobre la base de investigaciones
cen las veces de medio respecto a, aquél. Más aú Con moluscos que Piaget organizó sus teorías y 3 4

D o m o bien explica Longeot, para él


la voluntad en todas sus acciones busca necesari
mente ese último f i n que no es sino el bien en s
"la inteligencia, instrumento y fuente de los
sólo encontrable en Dios". 00
conocimientos, es adaptación, y la adaptación
E l resultado es siempre la desfiguración de es un p r o b k m a biológico". "' 3

dignidad del hombre, porque en definitiva éste s


define por la inteligencia, por ser lo principal e Este afán por subrayar lo común, por nivelar
él. Y el hombre piagetiano no es el hijo de D i I' niiquías distintas y explicarlo todo desde el mun-
y heredero del Cielo, cuya alma inteligente, com >!" natural, se observa también en la comprensión
quería Valery, "se inclina ante la hondura p i d i e n J
•I' I ronocimiento. Conocer y aprender entonces son
un dios al agua", sino que es un eslabón más e
31
I esos similares a la alimentación, y como la fun-
i II'MI alimenticia, sirven para el autorregulamiento,
i• M I mantener el equilibrio. Aprender es asimilar,
la infancia, las verificaciones de P I A C E T n o pueden gen
"incorporar objetos a los esquemas de acción
ralizarse sin riesgos, como suelen hacer muchos psico~
dagogos, forzando incluso las mismas reservas que él se f del sujeto. L a asimilación designa de este
20

mulara. Hemos observado circunstancialmente, en niños q


aún estaban cronológicamente lejos d e l "estadio operatori
"operaciones de conservación", juicios morales c u a l i l a t r PIAGET, J.: El nacimiento de la inteligencia. O b . cit.,
y d e intencionalidad, y referencias a la u n i d a d p o r l o •
tiple. Por supuesto, ninguna d e estas observaciones —si ' ' Véase en ídem a n t , p . 58, las respuestas d e P I A G E T
pre ocasionales y esporádicas— pretende f u n d a r una teorl iliii' el lema.
pero sí queremos señalar que n o todos los niños "se c o
1Véase la autorizada obra d e B A T T R O , A . M . ya citada;
portan como en los libros de P I A G E T " , t a l como pare
• • • i»- 2 y P I A G E T , J.: Biología y Conocimiento. México.
dogmatizar algunos grupos educacionales.
Il| I - \ \ 1969.
so D E H I S I , O . N . : La doctrina . . . O b . c i t , p . 222. V é
U W C E O T , F . : " L a gran obra d e Jean Piaget". E n
t a m b i é n : S A N T O T O M Á S : S. Theol. I - I I . q . 1 , a. 1-8 y
mu, lis. As., jueves 25-9-1980, p p . 1-2 (Secc. C u l t u r a l ) .
mentario al Libro del alma de Aristóteles ( H a y cuidad
I'IAGET, J.: La psychologie de Vintelligence. Armand
versión bilingüe: Fundación Arche. Bs. As., 1 9 7 9 ) .
1 luí l'iiiís, 1947, p . 13. C i t . por A E B L I , H . : Una didáctica
V A L E R Y , P . : Fragmento
3 1 de Narciso. Cit. por GE" iiifiii/n en la psicología de Jean Piaget. E d . Kapelusz. Bs.
í. B . : Rehabilitación de la inteligencia. E d . d e l Resta 11)7.1, p . 96.
dor. Bs. As., 1950, p . 8.
136 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
Piaget 137
modo la acción del sujeto sobre el objeto. U
mecanismo antagónico que lo complementa e I ,a misma objetividad en el conocimiento es fruto
la acomodación; ella designa la acción de sen le la máxima acción.
tido contrario, del objeto sobre el sujeto, 1
modificación que el sujeto experimenta e "La objetividad.. . coincidirá con el máxi-
virtud del objeto. Lo que llamamos adapta mo de actividad por parte del sujeto".' 10

ción es.. . un acto complejo que resulta de


interjuego de mecanismos de acomodació Inda la realidad y hasta la existencia misma de
con dosis variable de uno y de otro" 37
0 real está en dependencia de la acción.

El paso de un estadio intelectual a otro garantí "Solo conozco el objeto, —llega a decir Pia-
el proceso homeostático con la misma precisión d get— actuando sobre él, y no puedo afirmar
nada acerca de él (ni siquiera su existencia)
ámbito mecánico.
antes de esta acción". 41

"Todo esquema en funcionamiento ncccsi


ta del objeto asimilable para su propia con- Llegamos con esto a un punto central ya enuncia-
servación (en este sentido, los esquem * I •». y es el del idealismo, antiguo y renovado error
son concebidos en directa, prolongación d; • n la historia de la filosofía. "El realista —dice Gil-
los órganos, a nivel biológico). Un objet; " i i no pide jamás a su conocimiento que engen-
no inmediatamente asimilable constituye un 'IM un objeto... conocer no es aprehender la cosa
perturbación. Los mecanismos de regulado • >l r o m o ésta es en el pensamiento, sino en el pen-
actúan entonces tratando de compensar la pe i i i i i i n t o , aprehender la cosa tal como ella es...

turbación. El modo más efectivo de compenj l'"i ronsiguiente, el punto de partida debe ser lo
sación es precisamente aquel que logra hac • 111«• electivamente es para nosotros el comienzo del
asimilable el elemento inicialmente perturb iiiimcimiento: res sunt... res sunt, ergo cognosco,
dor"." 8 H " sum res cognoscens". 12

Piaget invierte los términos. Después de identi-


Se trata pues, de incorporar objetos, de actúa i i i a i el pensamiento con la acción, hace depender

operar, asimilar activamente 1 objetividad cognoscitiva y la existencia de lo


• 1111 11 v<> de ese pensamiento-acción. La inteligencia
"las cualidades de utilización de las cosas". i c entonces un camino impropio y en rigor,
Piposible, porque el ser precede al acto de pensar
3 7 F E R B E I R O , E . : Piaget. E n : Los hombres de la Histo
3 3 . Colección del Centro Editor de A mérica L a t !
'" F F J I R E I R O , E . : Ob. cit., p. 404.
Bs. As., 1 9 7 6 , pp. 4 0 3 - 4 0 4 . Véase también: P I A C E T , J.: P " respondió Piaget a un interrogante formulado por
cología, lógica y comunicación. Bs. As. Nueva Visión. 19 • M I I U V , e n la Academia de Ciencias de M o s c ú . Cit. por
3 8 Idem ant., p. 4 1 8 . I i m u m i ) , E . : Ob. cit., p. 4 2 0 .
3 0 Cit. por AEBLI, H.: Ob. cit-, p. 95. I I C u , S O N , E . : El realismo metódico. E d . Rialp S. A. Ma-
in.!. 11)74, 4 * ed., pp. 174-176.
140 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Piaget 141

la manera en que llegamos a ciertas conclu "La aplicación a la didáctica de la psicolo-


siones".49
gía de Piaget —enseña Hans Aebli— debe
arrancar de la tesis fundamental según la
Pero este extraño como inaceptable sincretism c u a l . . . pensar es actuar . . . Decir que el
no habla bien del sistema piagetiano, antes bie alumno debe conocer determinadas asignatu-
dificulta encontrar su identidad y su unidad y e ras es decir que debe aprender a ejecutar de-
el fondo, dificulta también encontrar su amor po terminadas operaciones... E l maestro debe
la verdad que es ante todo eso: identidad y unidad buscar pues q u é operaciones están en la base
Aplicados al terreno escolar todos estos princij de las nociones que se propone hacer adquirir
pios que hemos reseñado, obligan al docente l a sus a l u m n o s . . . Es preciso que le dejemos
plantearse el aprendizaje de las asignaturas com al niño una gran libertad para desarrollar su
la adquisición de una serie de operaciones necesa pensamiento. Este postulado se cumple cuan-
rias. Aprender será estar capacitado para ejercita' do se conduce al alumno a construir sus ope-
las operaciones adecuadas. Si no hay construcció raciones mediante la acción personal. La i n -
operatoria, no hay aprendizaje. Y como ello n vestigación es esa actividad del espíritu que
trata de construir una nueva r e a c c i ó n . . . Pue-
queda asegurado ni con la mediación del maestr
de suceder que el maestro deba intervenir
ni con el método mayéutico o heurístico, se impon
todavía durante la investigación, pero su in-
la investigación como técnica, y la cooperación c~
tervención adquirirá entonces otro significado
mo sustrato. Operatividad y cooperatividad se co
que el tradicional". 51
plementan recíprocamente.
El niño necesita cierta madurez operatoria pa "La educación social y moral puede resultar
trabajar grupalmente, pero al mismo tiempo 1 favorecida por el trabajo de los alumnos en
operaciones son consecuencia de la cooperad' equipo y por la discusión entre e l l o s . . . E l
grupal. De ahí deduce Piaget la importancia I valor del intercambio intelectual en un grupo,
equipo como recurso para que el alumnado adqui' se basa en que pone al individuo ante puntos
ra un pensamiento móvil, ecléctico, variable-, abanj de vista diferentes del suyo . , . Tal corres-
donando cualquier posición definitiva, cerrada, i; pondencia entre las diferentes ideas indivi-
transigente. Que sea capaz de reversibilidad
duales es posible cuando los conceptos de
flexibilidad en sus ideas, adoptando tantos punt<
cada participante no son rígidos, n i los do-
de vista como se le presenten. He aquí perfilad]
mina su propio punto de vista . . . pues la es-
el hombre nuevo, el "individuo superior" capaz 5
"cambiar indefinidamente de puntos de vista". Vq 50

yamos a los siguientes textos. 1,1 A E B L I , H . : Ob. cit., pp. 101-110. Conviene indicar aquí,
11 i i f Hans Aebli ha sido colaborador directo de Piaget, y que
*'•> PIACET, J . : Autobiografía. Ob. cit., p. 34. • «lii obra ha sido escrita, según declara el autor en el prólogo,
PIACET, J . : Psicología de la inteligencia. Ob. d i">i la sugerencia y bajo las indicaciones de Piaget, quien
i i i el Prefacio manifiesta expresamente su conformidad.
5 0

p. 173.
142 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
Piaget 143
tructuración del pensamiento en agolpamien-
tos y en grupos móviles, permite a cada la socialización, por y en la aceptación de "múlti-
individuo adoptar multitud de puntos de vis- ples puntos de vista" del cambio constante e inin-
terrumpido. 53
ta". Piaget denomina a esta capacidad indefi-
nida de cambio mutuo entre los miembros de El espíritu maduro que nos propone Piaget re-
un grupo, la "reciprocidad de su pensamien- cuerda al "término medio" o "media aritmética"
t o . . . Los niños deberán ser estimulados y del que hablaba Durkheim; esto es, el hombre
guiados hacia el trabajo de conjunto y hacia promedio, evitando siempre los extremos y las dis-
la discusión en c o m ú n . . . socializando el es- tancias absolutas, las posiciones irreversibles e in-
tudio".52 transigentes; pero recuerda también, irremediable-
mente, al hombre tibio para quien las Sagradas
Escrituras aseguran el vómito de Dios (Ap. 3, 15).
Aun aceptando las ventajas y la necesidad de
Por eso:
que el alumno adquiera disposiciones para el tra-
bajo en común, es evidente que la sobrevaloración
de lo social —"para pensar es necesario ser vario?", "La principal meta de la educación —sos-
escribió Piaget— y la búsqueda del eclecticismo co- tiene Piaget— es crear hombres que sean ca-
mo fin, confieren a su propuesta una finalidad que, paces de hacer cosas nuevas . . . La segunda
en verdad, atenta contra la plenitud humana. meta de la educación es formar mentes que
Porque la madurez será tal en la medida que el
hombre abandone toda adhesión permanente e 8 8 A tal punto esta posición contraría e l Orden Natural
inalterable, toda intransigencia que pueda llevarlo que, "curiosamente — escribe E m i l i a Ferrciro— quien dice:
a preferir la soledad en la Verdad, al error en com- il faut se mettre á plusieurs pour réfléchir» (para pensar
(<t necesario ser varios), es un gran solitario, E S un hom-
pañía. Queda descartado pues, el quijotismo, el he- l>re cuya capacidad de penetración en los dominios m á s
roico y empinado aislamiento, por no ceder a un diversos del saber, es motivo de admiración para los es-
prcialistas que han discutido con él. « S i e n t o una necesidad
mundo enfermo de opiniones y pareceres; antes ini|)eriosa de soledad —confiesa en su Autobiografía ( O b .
bien, por intentar redimirlo con el ejemplo de su Clt., p. 31)— es esta disociación entre m í mismo en tanto
distinción y superioridad, de su renuncia a ser •.'•r social . . . lo que me ha permitido superar un fondo
permanente de ansiedad, transformándolo en necesidad de
conciliador, acomodaticio y permeable. li.iUijar». Desde hace varios a ñ o s pasa sus vacaciones en
Un planteo de esta naturaleza no tiene cabida iin.i cabana alejado de todas las vías de c o m u n i c a c i ó n , a
s 1.000 metros de altura . . . Pocos conocen la manera
en la concepción de Piaget. No sólo porque no se lio llegar a ese reducto, y el secreto es guardado celosa-
habla de Verdades Eternas —se habla simplemente (nrnte, porque Piaget, el hombre que predica constante-
de verificables— sino porque aun a las verdades mente la necesidad del trabajo interdisciplinario, es tam-

minúsculas y corrientes sólo se llegaría por y en


liii'ii un gran solitario" ( O b . cit., pp. 410-412).
Kstá claro que Piaget es en esto la mejor prueba de la
in. (insistencia de sus teorías. Su magisterio tiene m á s bien
perfiles clásicos, y es su Autoridad y Sabiduría lo que
» Idem ant., pp. 79-82. •ii'icila discípulos, y no la m e d i a t i z a c i ó n por éstos de su
H . I I K I - , ni la socialización de su pensamiento.
144 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Piaget 145

estén en condiciones de criticar, de verificar funestas secuelas. A los jóvenes "instruidos cientí-
y no aceptar todo lo que se les propone... se ficamente" esto les induce a arrojar por la borda el
debe estar capacitado para resistir, para cri- inmenso tesoro de erudición y sabiduría que con-
ticar, para distinguir entre lo que es prueba licnen las tradiciones de civilizaciones antiguas y
de lo que no lo es. En consecuencia, es nece- las doctrinas de las grandes religiones universales.
sario formar alumnos que sean activos... "Y este neofilismo —apunta Lorenz— es tanto más
alumnos que aprendan tempranamente a dis- peligroso en la adolescencia, en que se vuelve prác-
ticamente fisiológico", y entonces "lo tradicional
tinguir entre lo que es verificable y aquello
iiburre y todo lo nuevo atrae". 65
que es simplemente la primera idea que se
les ocurre". 54
Junto con este afán de novedad, Piaget propone
verificarlo todo, someterlo todo a prueba y ensayo,
«orno única garantía de progreso y seriedad. Ser
He aquí resumida, aunque con toda su fuerza, la ICtivos, resistir, criticar. Su sentido de la crítica
falacia del ideal piagetiano. No es cuestión de des- es el mismo que expresaba Kant: "Nuestro siglo
cubrir la Verdad en la contemplación, ni de obe- rs el verdadero siglo de la crítica, nada debe es-
decer y acatar las voces imperativas de la legítima l'iipar. En vano la Religión a causa de su santidad,
Tradición; menos aún de deslindar el Bien del Mal, v la legislación a causa de su majestad, pretenden
la Belleza de la Fealdad, o el trigo de la cizaña. •.nslraerse". 50

Hay que hacer cosas nuevas; el espíritu de no-


Así termina de perfilarse el objetivo educacional
vedad es poderoso, ahoga lo que sea estable y he-
Dlic insta a la novedad y a la crítica, afianzando
redado; "mutantur non in melius, sed in aliud",
11 propio parecer por encima de la verdad objetiva
no buscan lo mejor sino la novedad, diría Séneca.
I .nin de la Verdad Revelada, y convirtiendo en
Es el prurito "neofilista", como lo llama Konrad "I ijcl ivas y reveladas las verdades que surgen de la
Lorenz, cuyas deplorables características y conse- verificación práctica.
cuencias describió con acierto: "La creencia errónea
< Mío aspecto donde la influencia de Kant se hace
de que el hombre puede crear como por encanto
W M M C es el de la moral. Aquí Piaget no sólo es
una nueva cultura a su albedrío y con racionalidad,
I I K uñadamente "autónomo" sino que juega dialéc-
lleva a la descabellada conclusión de que lo mejor lliuiiiente con la heteronomía hasta descalificarla
sería aniquilar la cultura paterna y exigir una nueva l»lei ilógica y sociológicamente.
con «espíritu creativo» . . . " La errónea creencia de
que sólo las cosas concebibles para la razón, e in-
cluso sólo las demostraciones científicas pertenecen " I J I K E N Z , K . : Los ocho pecados mortales de la huma-
al sólido caudal intelectivo de la Humanidad, tiene Mi/.i(/ linilizada. Plaza y Janes S. A. E d . Barcelona, 1974,
77 K2-84. E l autor, premio Nobel de Medicina en 1973,
M un científico de formación naturalista y práctica; de a h í
Importancia de sus juicios en relación a nuestro tema.
, K A N T , E . : Critique de la raison puré. París, Lagrange.
secc. 4». ¥ " I '845. V . I . Prefacio de la 1» ed. A ñ o 1781.
Piaget 147
146 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
otros aspectos, se notan coincidencias con los con-
La excesiva estimación del niño como tal —rasgo ceptos de alienación elaborados por Freud y Marx.
dominante según vimos en toda la moderno peda-
gogía— lo lleva a considerar riesgosa la influencia "La vida religiosa, afirma Piaget, empieza
adulta, bien per se, o a través del medio escolar. durante la primera infancia, confundiéndose
Las principales fallas en educación serían conse- con el sentimiento f i l i a l : el niño atribuye es-
cuencia del "exceso de autoridad", por lo que ha- pontáneamente a sus padres las diversas per-
bría "que poder reducirla al mínimo". Y llega a 57
fecciones de la divinidad, como por ejemplo
la enormidad de sostener que la omnipotencia, la omnisciencia y la perfec-
ción moral. Cuando el niño descubre poco a
"el respeto al adulto, conduce frecuentemente
poco las imperfecciones reales del adulto, en-
a consolidar el egocentrismo en lugar de co-
tonces sublima sus sentimientos filiales para
rregirlo".
58
transferirlos a los seres sobrenaturales que le
presenta la educación religiosa". 61

Con razón Piaget es visto por algunos como "el


defensor de u n proceso de desarrollo con respecto
al cual la escuela no tiene nada que hacer, e in- Estudiando los juegos infantiles, Piaget vuelve
cluso es mejor que no haga nada". 50
.i presentar este antagonismo dialéctico madurez-
niñez, con una clara connotación moral y religiosa.
Y así, hablará de
\r las reglas lúdicras de los pequeños,
"la coacción espiritual ( y a fortiori material observa que éstos, "dominados por el respeto uni-
ejercida por el adulto". 00 1 ilcral que sienten hacia sus mayores", no inventan
liis normas, sino que aceptan como auténticas "las
tema éste que tiene una importante derivación ex i|iic utilizaban ya los hijos de Adán y Eva", es decir,
traescolar, pues ese niño coaccionado por los ma« mis antepasados. "Es más, las auténticas reglas que
yores le adjudicará a éstos rasgos divinos, u n por lo tanto eternas, no emanan de los niños:
acabar por transferencia transponiendo esos rasg " i i los «papas» o los «primeros hombres», o Dios,
a otro sujeto, esta vez invisible que llamará D i linii'ncs las han impuesto". Contrariamente, a me-
Dios entonces, es un producto de la inteligenc"' iliiln que el niño crece —y como síntoma a la vez
una creación fantástica del hombre coaccionad ili ese crecimiento— se observa que las reglas son
que traslada los atributos del coactor a una S llili'nticas, cuando surgen de un consenso mayo-
perioridad intangible y lejana. En éste, como iMiuio, "de una decisión común o de u n acuerdo". 62

supuesto, Piaget ve en esta "moral de coopera-

PIAGET, J.: El nacimiento de la inteligencia. Ob.


57

pp. 60-61.
I Idem ant., p. 90.
PIACET, J.: Psicología y Pedagogía. Ob. c i t , p. 206.
I Idem ant., pp. 76-77.
5 8

™ FEHREIRO, K : Ob. cit., p. 397.


«o PIAGET, J.: Seis estudios... Ob. cit., p. 33.
148 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
Piaget 149

ción" una forma de "equilibrio superior a la de la La conclusión es doblemente errónea. Por u n


moral de simple sumisión". 63 lado, aflora la idea de que el deber y la obedien-
Y ya ha quedado planteada la división dialéctica cia se identifican necesariamente con el autorita-
definitiva. De un lado, todo lo que sea heteronomía, rismo y el derecho positivo, lo cual es histórica y
imposición vertical, obediencia, eternidad, Dios, co- filosóficamente insostenible. Pero tampoco es cierto
mo sinónimo de "moral de sumisión" con su regusto que "la noción de igualdad" sea constitutiva de la
nietzscheano. D e l otro lado, autonomía, horizon-
01 justicia distributiva, pues ésta —como ya enseñaba
talismo, contratos entre iguales, voluntad general, Aristóteles en el libro V de la Ética Nicomaquea— 06

como "formas de equilibrio superior". E l planteo, os hija de la proporción y de la jerarquía, y con-


aunque distinto en su formulación, no escapa al siguientemente supone la desigualdad, aunque no
esquema marxista; antes bien, lo convalida por dis- excluye la equidad, sino que la posibilita.
tinto camino.
La verdad es que Piaget radicalizando y gene-
El enfrcntamiento se suscita también con toda
ralizando sus observaciones, genera una ambivalen-
su cquivocidad en términos de justicia. En efecto:
cia artificiosa, únicamente solucionable al parecer
"En el dominio de la noción de justicia —ex* por la abolición o superación de uno de los extre-
plica Battro— se da una oposición entre dos mos. L o serio es que el "extremo" a superar incluye
tipos de respeto y por consiguiente entre dos la obediencia y el deber, la expiación, la jerarquía,
morales: la de obligación o heterónoma, y la la autoridad, y otras condiciones que hacen al Or-
de cooperación o autónoma. L a moral auto den Natural.
ritaria, que es la del deber y la obediencia Todo este esquema puede observarse muy elo-
conduce en el dominio de Ja justicia a la con* Ouentemente en su trabajo: "Los procedimientos de
fusión de aquello que es justo, con el conté» la Educación Moral", donde la polarización se
07

nido de la ley establecida y al reconocimien leentúa y justifica.


to de la sanción expiatoria. L a moral del r e * En la moral de sumisión, el respeto es unilateral
peto mutuo o de la cooperación, que es la dfl porque implica una desigualdad entre el que res-
bien y de la autonomía, lleva en cambio a l>< la y el respetado... una presión inevitable del
desarrollo de la noción de igualdad, que a lUperior sobre el inferior; es, pues, una relación de
constitutiva de la justicia distributiva y de I| presión". De hecho, conduce a un "predominio del
reciprocidad". 63
Sentimiento del deber" ante una regla que considera
'como intangible y sagrada". N i la personalidad se
Idem a n t , pp. 78-79.
0 3

0 4H a y también un regusto nietzscheano en ese inoculta


ble desdén de Piaget por los saberes filosóficos y las d f l
ciplinas especulativas, si se recuerda el capítulo " D e l c d "" A R I S T Ó T E L E S : Ética Nicomaquea. L . V , I I I .
nocimiento inmaculado" del Así hablaba Zaratustra (I "• P I A C E T , J . : " L o s procedimientos de la Educación Mo-
parte). ni" E n : La Nueva Educación Moral, de P I A G E T J . , PETER-
B A T T R O , A . M . : O b . cit., p. 36. Véase también PiAcaq
0 5 I i, I'., W O D E H O U S E , H . y SANTULLANO, L. Ed. Losada
J : . El juicio moral en el niño. Madrid, Beltrán, 1 9 3 5 . I A . Col. L a Escuela Activa. Bs. As., 1 9 6 7 .
150 Vigencia y pérdida de la identidad escolar Piaget 151

constituye verdaderamente, n i florecen l a responsa- mía insalvable que conduce —sea o no ese el pro-
bilidad y la justicia. Priman la autoridad y la obe- pósito— al enfrentamiento y a la lucha.
diencia. Es la moral "de las prescripciones y de las
E l mando y la obediencia quedan desautorizados
08

interdicciones rituales (tabúes), propias de las so-


por "primitivos" y opresores, el bien se identifica
ciedades llamadas «primitivas», en las cuales, el
con la autonomía y el igualitarismo entre subalter-
respeto a las costumbres encarnadas en los ancia-
nos y autoridades, digamos mejor con la desapari-
nos prevalece sobre toda manifestación de la perso-
ción de esas diferenciaciones. Porque decir que "la
nalidad". Su expresión pedagógica "es la disciplina
autoridad habría que poder reducirla al mínimo"
09

escolar tradicional".
es, prácticamente, abolir la noción de autoridad. N o
70

Por el contrario, la moral de cooperación, esen- es preciso ninguna intención especial para descu-
cialmente autónoma, supone una relación de res- brir la proyección revolucionaria de esta postura,
peto mutuo, "porque los individuos que están en nada novedosa por cierto. Si se piensa que es parte
contacto se consideran como i g u a l e s . . . y no i m - fundamental de la estrategia marxista suscitar y
plica ninguna coacción". Ya no es el deber, sino cultivar las contradicciones, oponerse a todo lo que
"el sentimiento del bien" lo que predomina. Y signifique arraigo, fidelidad, vinculación con lo su-
obviamente, "la cooperación conduce a la constitu- perior, lo eterno e indiscutible, se comprenderá
ción de la verdadera personalidad", la responsabili- mejor la insistencia de nuestras críticas y reser-
dad se ejercita, la justicia prevalece. L a autonomía vas.
y la solidaridad están por encima de la autoridad y
E l hombre de la moderna pedagogía, este self-
la obediencia. Es l a moral moderna, producida por
government, que también propuso Piaget, puede lle-
el progreso y la civilización, "la moral adulta civi-
gar a decir como aquel revolucionario ruso de fines
lizada" frente al "primitivismo" que significa la
del siglo x i x : "Nosotros somos tan independientes
heteronomía. A ella se arriba evolutivamente, co-
71
en el tiempo como en el espacio. No tenemos n i
mo a u n premio después de haber pasado por la
recuerdos que nos aten, n i herencia que imponga
expiación de la autoridad. Su conquista en el ám-
deberes... Nada romano, nada antiguo, nada ca-
bito escolar, es comparable a la que hizo la Huma-
lólico, nada feudal, nada caballeresco en nuestros
nidad al pasar "de la presión s o c i a l . . . a la libre
recuerdos. Así pues ningún remordimiento, ningún
cooperación"; por lo tanto "padres y maestros deben
respeto, ninguna reliquia puede frenarnos.
convertirse en colaboradores iguales del niño".
73
72

Nótese cómo se creó artificialmente una dicoto-, Piaget, fiel a su formación pragmática, subestima,
cuando no niega, el valor de la palabra y del cono-
n'miento especulativo en la enseñanza de la Moral.
Entonces,
0 8 Idem a n t , pp. 12-15.
8 9 Idem ant., p . 17.
7 0 Idem ant., p. 20.
7 1 Idem ant., pp. 12-22. 7 S Palabras de H E R Z E N , A . : C i t . por O U S S E T , J . : Marxis-
7 2 Idem ant., p. 25. mo y Revolución. E d . C r u z y Fierro. B s . As., 1977, p. 104.
Piaget 153
152 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
sino principalmente el aprendizaje normativo de los
"el espíritu más moralmente libre", no será principios del Orden Natural, el cultivo de la obe-
aquel "que haya oído hablar con entusiasmo diencia y del deber, el respeto por la autoridad y la
de las realidades espirituales", sino "quien jerarquía, la tutela constante del Maestro, el ejem-
haya vivido en una república escolar". 71
plo de su palabra y de su obra, la renovada fideli-
dad a valores perennes... Es decir, exactamente
Por elevadas y verdaderas que resulten las pala- lo que niega o desconoce Piaget.
bras, por más belleza formal y sustancial que po- E n la nueva modalidad escolar, la moral será una
sean, por más que sean emitidas por una gran auto- actividad más, fruto del
ridad y arrebaten a la inteligencia sacudiéndola de
su ceguera; "confiar a los mismos niños la organización de
la clase". 77

"nos preguntamos —dice Piaget— si su alcance


" . . . E s muy natural confiar a los mismos
no quedaría decuplicado en u n medio escolar
niños la organización de esta sociedad (es-
donde la misma práctica del «self-goverment»
colar). Laborando ellos mismos las leyes que
o de las obras colectivas, hayan planteado
han de reglamentar la disciplina escolar, eli-
concretamente al alma del niño, las m i l cues-
giendo ellos mismos el gobierno que haya de
tiones que dan su valor y su significación a
encargarse de ejecutar esas leyes y constitu-
toda la codificación de la moral adulta".
yendo ellos mismos el poder judicial que ha
75

de tener por función la represión de los deli-


La Ética pues, con su inagotable valor teórico tos..." .7 8

y especulativo, queda reducida a una serie de "ex-


periencias morales" entre los niños.
La palabra magisterial, con su irremplazable car-
No se trata de negar la importancia del ejerci- lía de afecto y sabiduría, se subordina a la praxis
cio de las virtudes y de la puesta en práctica de los interestudiantil, "a sus trabajos espontáneos", a ' l a
principios morales. Pero no es la simple interacción iliscusión general". 79

de autonomías en el hacer escolar, lo que asegurará


hombres éticos, n i "Pero estas discusiones que se entablan al
principio entre los niños —nótese bien el hilo
"la cooperación en el trabajo escolar", o 'los argumental de Piaget— llegan casi siempre al
procedimientos activos" comparables a los que adulto buscando su opinión. Entonces, y sólo
se requieren "para aprender la física"; - 76
entonces, está el maestro en situación de dar

"' Idem, ant., p. 27.


»« PIAGET, J.: Los procedimientos... Ob. cit., p. 23. n Idem ant., p. 36.
7 5Idem ant., p. 27. '" Idem ant., p. 32.
7 0Idem ant., p. 35.
154 Vigencia y pérdida de la identidad escolar
Piaget 155
una lección provechosa... interviene parque
E l planteo piagetiano —intérprete y exponente
se lo piden".* Ahora bien, "es seguro que sub-
del moderno espíritu pedagógico— llega aquí a tal
0

siste el riesgo de que el maestro se interponga grado de desajuste, que todo lo que le queda al
demasiado en el curso de la discusión y susti- maestro por hacer, es esperar calladamente en u n
tuya con su juicio el de los escolares. Pero . . . rincón a que sus alumnos lo soliciten, cuidando de
el pedagogo inteligente podrá siempre pasar "pasar inadvertido", pues está visto que
inadvertido y dejar a la clase suficiente auto-
nomía". 81 "los experimentos más instructivos son aque-
llos . . . en los q u e . . . puede el niño . . . estar
separado del adulto y dar de ese modo la
medida de su capacidad para el self-govern-
8 0 ídem ant.
Idem ant. No da la impresión de que Piaget haya
8 1
ment". 82

hecho demasiado caso a estas recomendaciones en su ejer-


cicio personal de la docencia. Decíamos antes —con toda
la carga elogiosa que ello supone— que su magisterio tenía Glosando este pensamiento, escribe Eilen M .
más bien perfiles clásicos. Y bien, Piaget, no "pasó inad- Churchill:
vertido" delante de sus discípulos, ni dejó de orientarlos
con su sabiduría. Fue precisamente esa guía solícita y cons-
tante, ese ejercicio de la autoridad con sobrados derechos, "¿Por qué querríamos disminuir la influen-
lo que más cálidamente recuerdan quienes lo tuvieron co- cia del maestro? ¿Tal vez porque tenemos con-
mo maestro. "Su amistad, su guía, su comprensión —es- ciencia de la facilidad con que podemos i m -
cribe Battro después de la muerte de Piaget— son ya parte
de nuestra vida . . . nos bastaba recibir de manos llenas los ponernos al niño . . ? Los maestros deben cui-
dones de su generosidad. . . Piaget. . . el «patrón* como lo darse de imponer el aprendizaje al n i ñ o . . .
llamábamos respetuosamente en el Centro Internacional de E l niño realiza su aprendizaje, algunas veces
Epistemología Genética . . . se interesaba íntimamente por
cada uno de nosotros, por nuestros trabajos, por nuestros por propia iniciativa y otras mediante una
pensamientos. Ese fue su mayor talento, penetrar en la experiencia compartida con el maestro". 83

mente ajena, asistir a su desarrollo, a su progreso. Y final-


mente, alentar con maestría ese crecimiento del espíritu en
lo que tiene de más personal y creativo" (BATTRO, A. M . :
"Jean Piaget, el maestro". E n : La Nación, 12-10-1980, 4» •O el artículo citado— si no lo conocían personalmente (al
seco, p. 2 ) . maestro), "soñaban con encontrarlo algún día". ¿Adonde
quedan los principios de la pedagogía piagetiana? Duda-
He aquí delineada —haciendo abstracción ahora del con- nos seriamente, de que alguien que se ajustara estricta-
tenido intelectual— la imagen tradicional de un auténtico mente a las teorizaciones de Piaget y a sus pedidos tec-
maestro; de esos a los cuales el mismo Piaget, sin com- nologizantes para el desempeñ de la docencia o de la
prenderlos demasiado y en nombre del "anticonservadoris- práctica educativa, pudiera ser recordado y evocado post
mo", zahería constantemente; esos capaces de suscitar esta niorten con tanta gratitud.
adhesión afectiva y respetuosa —de subordinado a autori-
PIAGET, J.: Los procedimientos... Ob. cit., p. 3 7 .
dad— que evidencia Battro; esos cuyo reemplazo por las K 2

máquinas traerá males mayores que la tristeza de "los es- H J CHURCHILL, E. M . : Los descubrimientos de Piaget y
píritus sentimentales y pesarosos" como se burlaba Piaget d maestro. Bibl. del Educador Contemporáneo. Paidós. Bs.
defendiendo los métodos de Skinner (Véase: Psicología y As., 1963, pp. 75-76. Esta obra —Piaget's Fidings and the
Pedagogía, Ob. cit., p. 90); esos, en suma, capaces de tcaclier— de Eilen M . Churchill es el desarrollo de una
engendrar discípulos que —como reflexiona el mismo Battro Conferencia auspiciada por la National Froebel Foundation,
ilc Londres, y realizada el 6 de febrero de 1960.
156 Vigencia y pérdida d e la identidad escolar
Piaget 157

Minimizada y desfigurada la misión del maestro, Se cierra así el círculo de u n sistema y de un


acaba en esta pobrísima condición de auxiliar pres- pensamiento que, por valiosas contribuciones que
cindible, más inteligente cuanto más sepa disimular pueda haber hecho, no podemos sino evaluar des-
su presencia y limitar su intervención. Como si la favorablemente, por lo menos en lo que hace a su
participación del maestro fuera optativa, como si su validez para reconstruir la identidad de la Escuela
intervención significara un atropello, como si no co- y los sacudidos cimientos de la Civilización Occi-
rrespondiera y de modo intransferible a todo do- dental.
cente intervenir en la tarea del aprendizaje para
darle al discípulo lo que en justicia merece y su
persona reclama.
Se hace evidente que esta posición pedagógica
no sólo causa la destrucción más completa de la
naturaleza educativa, sino que está en condiciones
de propiciar y nutrir los cánones básicos de la ideo-
logía marxiste. L a escuela será un soviet, donde
iguales productores aprenderán haciendo, vivirán
haciendo, se moralizarán haciendo, sin más normas
que las que impone la convivencia de autonomías,
definitivamente alejados de cualquier vínculo sa-
cral, trascendente y heterónomo. U n hormiguero
laborioso y eficaz donde los alumnos rigen y los
maestros pasan inadvertidos; donde los adultos
dejan de coaccionar con sus prescripciones y se
convierten en colaboradores iguales del niño. Para
que nada falte, se proveerá cuidadosamente a la
instrucción de un carácter internacionalista, resal-
tando "la historia del trabajo". 81

Piaget retoma aquel ideal cosmopolita de Dewey


y el historicismo economicista de Maurette —entre
otros— que reduce toda historia a las cuestiones
socio-económicas. 85

8 1 P I A G E T , J . : L O S procedimientos. . . O b . cit., pp. 5 2 - 5 . 3 .


D e la influencia de estos postulados en la enseñanza il, I.,
Historia Trabajo leído el 4-8-1980 en el Simposio:
8 5

de la Historia nos hemos ocupado en otro lugar: C A P O N - I . i (,


eograha la Historia y los valores nacionales", orga-
N E T T O , A N T O N I O : "Crisis y posibilidades en la enseñanza Hlfiiiln
por (Mos-Senoc-Instituto Zinny. E n prensa
SEGUNDA PAKTE

ALGUNAS PROYECCIONES DEL


PROBLEMA PEDAGÓGICO
I. L A ENSEÑANZA D E LAS ASIGNATURAS

Kl largo e inacabado proceso i n m a n e n t i s t a hasta


nqiii descripto, no podía sino reflejarse e n aspectos
iiiii vitales de l a educación como l a enseñanza de
l i . asignaturas, sus contenidos y programas de
• iludió.
Al p r o b l e m a ideológico y a u n a l epistemológico,
llrlx- agregarse otro de carácter estrictamente peda-
K"t',ico, q u e siendo de p o r sí grave, c o n t r i b u y e a
i i i i i n r n t a r los p r i m e r o s . Es decir, q u e no se t r a t a
tínicamente de u n a cuestión científica —teorías f a l -
IHS, erróneas o inadecuadas— sino también de u n a
u n c i ó n pedagógica, c u y a i m p o r t a n c i a resalta t o d a -
»iii más en los niveles p r i m a r i o y secundario.
\.í, más n e g a t i v a q u e las tesis evolucionistas,
r»tiu<turalistas, historicistas, esteticistas u otras
Hiiilt'squiera, es una, enseñanza a n t i c o n t e m p l a t i v a
l|in i o n d u c e a los a l u m n o s a l error, n o t a n t o p o r
lihii trasmisión de sus f u n d a m e n t o s teóricos — a u n -
hiii esto se da— sino p o r u n c o n d i c i o n a m i e n t o a
ihmliis mentales subvertidas.
La enseñanza de las asignaturas 163

eminente d e suscitar en los a l u m n o s la v i d a r e f l e -


xiva, la c a p a c i d a d d e pensar y descubrir las causas
162 Algunas proyecciones del problema pedagógi
primeras y últimas de t o d o l o existente; e l volverse
•obre sí m i s m o y sobre las cosas p a r a h a l l a r su
Pautas mentales en d o n d e l o concreto y l o
•ignificado, p a r a e n c o n t r a r l a i n t e l i g i b i l i d a d d e l a
j e t i v o está p o r encima de t o d o O r d e n O b j e t i v
creación o a d m i r a r s e ante sus misterios; ella está
i n m u t a b l e ; p o r q u e en l a m o d e r n a enseñanza, d
llamada a c u m p l i r el p a p e l unificador y universa-
q u e sea, e l h á b i t o m a t e m á t i c o h a i d o r e e m p l a z a
Uzador de t o d o e l saber escolar.
a l m e t a f í s i c o , y la c a p t a c i ó n u t i l i t a r i a de la r e a l i
Pero la r e a l i d a d i n d i c a algo m u y d i s a n t o . Q u i e -
a la valoración d e l ocio.
nes deben d i c t a r la asignatura e n la E n s e ñ a n z a .
E l niño q u e se i n i c i a e n u n preescolar d o n d
Media, t i e n e n q u e l u c h a r casi siempre c o n t r a la.
h a y q u i é n guíe su asombro —ese i r r e p e t i b l e d
mirada —entre exótica y despectiva— de n o pocos;
hacia l o eterno; el a l u m n o p r i m a r i o s o m e t i d Colegas, y la incomprensión de u n a l u m n a d o que^
c u m p l i m i e n t o de u n p r o g r a m a q u e p o t e n c i a l a Condicionado hasta la ceguera p o r e l p r u r i t o de lo>
p i r i a y l o f á c t i c o ; e l adolescente q u e se m u e v Útil, no llega a entender " p a r a q u é les sirve". M a l !
u n espectro d e asignaturas naturalistas y es Ubicada e n el c o n t e x t o c u r r i c u l a r y a veces hasta,
t i v a d o constantemente con el éxito y la eficaci n i i ' l h o r a r i o semanal la m a t e r i a y sus docentes r e -
el estudiante u n i v e r s i t a r i o q u e desconoce la ciben las embestidas de la i g n o r a n c i a y d e l t o t a -
sión de la U n i v e r s i t a s , y egresa p r o f e s i o n a l i lil.uismo de la praxis.
—digamos estandarizado— p r o n t o a comercia
Buena dosis de c u l p a b i l i d a d hay t a m b i é n en l o s
su título en algún t r a b a j o afín.
profesores. Ellos son responsables de a t r o f i a r e l
Es l a crisis de l a c o n t e m p l a c i ó n en l a Esc tibíelo formal de su d i s c i p l i n a , reduciéndola casi s i n
M o d e r n a . Maestros y a l u m n o s buscan en t o d I M vpciones a u n a m e r a h i s t o r i a d e l pensamiento
s e r v i b i l i d a d y l a i n m e d i a t e z . Y esta a c t i t u d p e d lilnsólico, a una crónica de las ideas de los p r i n c i -
gica t e r m i n a p o r i m p o n e r u n estilo q u e acere (niles Jilósofos de l a h u m a n i d a d .
h o m b r e a l h o m o f a b e r más q u e a l " p a u l a m
A n g e l i s " de q u e h a b l a el salmista. " E s t o n o q u i e r e decir —analiza Brie— q u e
Por u n l a d o , los saberes técnico-instrumen neguemos a la H i s t o r i a de la Filosofía e l ca-
a d q u i e r e n cada día relevancia m a y o r en la rácter de d i s c i p l i n a filosófica, p e r o con la c o n -
escolar; p e r o a d e m á s se observa u n a desnatur dición, c o m o hace n o t a r Ricoeur, de q u e «ella
ción de las humanidades y de aquellas discipí suponga i n i c i a l m e n t e u n a interrogación f i l o -
q u e siendo, e n sí mismas, aptas p a r a f o r t a l e c sófica v i v i e n t e en el m o m e n t o a c t u a l » . Hegel,,
v i d a i n t e r i o r , la especulación p u r a , t e r m i n a n en sus Disertaciones sobre l a h i s t o r i a de la-.
una p é s i m a enseñanza rechazadas p o r el a l u F i l o s o f í a . . . hace n o t a r q u e l a relación c o m
do y r e s u l t a n d o c o n t r a p r o d u c e n t e p a r a su fo su objeto es d i f e r e n t e d e l a q u e t i e n e l a h i s -
ción. Se h a d i c h o q u e T a Filosofía n o v a a las toria en otros c a m p o s : n o se t r a t a de u n a :
ses de filosofía", y esta seria p a r a d o j a podría
cerse extensiva a otros campos.
Es a k t Filosofía a q u i e n corresponde l a ^
164 Algunas proyecciones del problema pedagógico La enseñanza de las asignaturas 165

historia externa, sino de una historia interna, No se puede enseñar Filosofía sin actitud con-
es una historia de contenidos . . . Hegel fusti- ii'inplativa, esto es, sin espíritu filosófico.
ga a «las superficiales concepciones corrien-
tes» que la conciben como u n «mero acopio "El espíritu filosófico —continúa Brie— bus-
de opiniones», el cual no es más que «una ca, independientemente de l o que se ha filo-
galería de insensateces» y en el mejor de los sofado a través de la historia —o a partir de
casos responde a un «mero interés de erudi- esa reflexión— una interpretación del mundo,
ción», pero que deja el problema de la ver- del hombre, de la vida, de Dios; busca una
dad, como objeto formal de la reflexión filo- respuesta fundamental a la pregunta que el
sófica —de «la razón pensante» dice Hegel— hombre se hace acerca de las cosas y de los
sin r e s o l v e r . . . acontecimientos, pero en su incidencia última
y en su último significado, y se aproxima a
"Aquí radica el valor didáctico de toda
esa interpretación cautelosamente, pero al
exposición histórica de la Filosofía: el inducir
mismo tiempo con gran rigor de espíritu, sa-
en ese fundamental planteo de la búsqueda
biendo que en esa respuesta se juega nada
de la verdad. E n la medida en que se encare
menos que el sentido del mundo y de su pro-
la exposición de filósofos y sistemas de esta
pia existencia. Pero su cautela está acuciada
manera, se convierte la historia de la filosofía ¡
por aquella «admiración» que Aristóteles si-
en una disciplina filosófica; pero ya estaría-
tuaba en el inicio del filosofar y que Santo
mos, entonces, dentro del espíritu filosófico". !
Tomás colocaba también en el origen de la
1

r l poesía.
La generalidad de los casos conocidos no satisface "Aquí encuentra el docente de Filosofía la
estas condiciones. L a enseñanza y el aprendizaje primera gran dificultad: tiene que habérselas
se limitan al acopio de informaciones cronológicas con un mundo que parece haber perdido el
sobre los filósofos y sus sistemas; y a veces sin el sentido de lo «admirable», porque, en defi-
suficiente hincapié en los clásicos, como si el pen-l nitiva, ha perdido el sentido de la contempla-
Sarniento moderno naciera ex nihilo o importara] ción, del otium". 2

únicamente por su condición de moderno. Los tex«i


tos y manuales en circulación tampoco contribu» Y e n este proceso envolvente, el profesor es al
yen a un mejoramiento, dedicados como están a la] IIIIMIIO tiempo víctima y parte. Víctima de u n
simple exposición y descripción de doctrinas, tarea • M i n i a de enseñanza terciaria —del cual egresa—
que emprenden con tal abuso didáctico — gráficou i|in t i e n e en sí las mismas fallas que él luego en-
esquemas, dibujos— que alejan aún más a la intM i m i l i a i á y proyectará en su ámbito; víctima y parte
ligencia de la disponibilidad hacia lo abstracto. tli I I I I I I sociedad prosaica dispuesta a sobrecompen-

i BRIE R J ; " L a enseñanza de la Filosofía". E n : ñvti


del I. I. E. Año 3, N<? 12, julio de 1977, pp. 42-43. M i ' i n ant, p. 43.
sar monetariamente a quien hace un "oficio" de
almorzar en público, pero que obliga al docente a
tener ocupada todas sus horas para poder sobrevivir
con el comprobado riesgo de no poder disponer del
L a enseñanza de las asignaturas 167
tiempo y el sosiego necesario para el otium. E l
clásico "primun vivere, deinde philosophare", se ha
de la filosofía, mucho más que una materia de
convertido por fuerza de las circunstancias en un
eximición y de retención de datos, devolviéndole
primun et deinde vivere. L o urgente postergó a lo su alto rango especulativo.
importante. E l apremio por lo útil, la búsqueda de
Ella no debe dejarse invadir por la mentalidad
lo empírico, lesionó gravemente la enseñanza, en¡
tecnológica dominante, antes bien, pondrá en evi-
particular la enseñanza de la Filosofía.
dencia su radical aporía. Como la Poesía y la Ple-
Es imperioso que la política educativa remedie garia, está llamada a no abdicar de la vida con-
este desfasaje, combatiendo la orientación profesio- templativa y a reivindicar así la imagen real del
nalista. de la Universidad, el objetivo exclusivamen- hombre.
te pragmático de los títulos intermedios y las innu- Pensamos también en un área tan importante co-
merables carreras cortas; la psicosis de las salidas mo la del Lenguaje. Importancia cuya evidencia
laborales en los ciclos. liace innecesario insistir en ella. No obstante, bien
como causa o consecuencia de la crisis general que
"Es cierto que con esas políticas se preten- atravesamos el lenguaje se encuentra en situación
de responder a las exigencias de la sociedad Crítica. L o que pocos advierten es que, como dice
moderna, así se dice al menos, pero curiosa- Nicol:
mente se trata de las exigencias de una so-
ciedad que todos percibimos como radical- "La crisis de una forma verbal es la crisis
mente desquiciada, moralmente endémica y del ser mismo que existe en y por esa forma". 4

en situación límite. Se habrían invertido los


términos: la educación en lugar de formar y La palabra como rasgo sustancial y particularísi-
conformar a la sociedad, se somete a ella y a mo de lo humano ha caído en las degradaciones
sus exigencias". 3
propias de esta época inmanentista. Vaciada de
mrlafisidad —esa impronta que hacía del lenguaje.
Pero es justamente en medio de este panorama M nuestros antepasados un verdadero diálogo— se
que la enseñana y el enseñante de la filosofía deben luí convertido también ella en un valor de.uso, en
contribuir a poner quicio en las inteligencias, a un instrumento organizador de estímulos y . res-
ordenar lo que está subvertido, a hacer, en suma, puestas.
I(educir la palabra a un "instrumento de domi-
3 Idem ant., p. 45.
m i i ' es negar la misma posibilidad de una autén-
¡l

llcu civilización, porque no hay n i hubo civilización,


m l'alabra Verdadera y esencial, porque Dios crea

' NIOOL, E.: El porvenir... Ob. cit., p. 196.


168 Algunas proyecciones del problema pedagógico La enseñanza d e las asignaturas 169

las cosas n o m b r á n d o l a s y p o r q u e e l V e r b o se h i z lida u o l v i d a d a . E n s e ñ a r a h a b l a r c o n p r o p i e d a d , a


lefinir y a r e e n c o n t r a r los significados c o n las cosas,
carne p o r e l "sí de M a r í a " . " . . . F i a t m i h i secúndu
una misión i n h e r e n t e y d e c i d i d a m e n t e i m p o s t e r -
v e r b u m t u u m " ( L s . 1 , 3 8 ) ; h e a q u í el v a l o r d e 1
[ t b l e p a r a los educadores. M á x i m e si se tiene en
p a l a b r a q u e f u n d a y q u e rescata, q u e convoca
i lienta e l g r a d o d e d i f i c u l t a d , a veces a l a r m a n t e
la p l e n i t u d de l a existencia.
m i q u e se expresan los a l u m n o s , y a sea e n f o r m a
Pero
ii ¡il o escrita.
" e n u n a é p o c a como l a presente q u e h a peij No obstante, y aquí q u e r í a m o s llegar, c o n l a 11a-
d i d o e l sentido d e l ser, q u e n o t i e n e e n c u e - da GRAMATICA ESTRUCTURAL se h a o p e -
ta l a e t e r n i d a d p a r a resolver ningún p r o b l e m KMID y opera d e l i b e r a d a m e n t e u n a subordinación
d e c o n d u c t a , las palabras y a n o son las eos 'Ir lo semántico a l o sintáctico y morfológico, has-
mismas y h a n d e g r a d a d o e n m e r a expresión tit el desprecio p o r e l sentido y p o r l a r e a l i d a d e n
d e las necesidades y d e los apetitos m a t e r i HUÍS de u n m a n e j o m e r a m e n t e f u n c i o n a l d e l a leñ-
les d e los h o m b r e s y d e los grupos. L a s p( en i. N o queremos c o n esto c u l p a r a l a g r a m á t i c a
labras se h a n c o r r o m p i d o hasta e l p u n t o I • i i u c t u r a l d e ser l a causa eficiente de las crisis
no ser m á s q u e recursos prácticos, expedie • e s reseñada, p e r o es cierto q u e n o sólo n o o f r e -
tes ideológicos p a r a l a a c c i ó n . . . N a d a a • I condiciones p a r a su saneamiento sino q u e l a
palabras eternas q u e p r e t e n d a n signific
M ' i u v a seriamente; y l a agrava sobre t o d o e n e l
siempre l o m i s m o y p a r a l i z a r e l progreso. í
II concreta de l a enseñanza diaria,, generando
lenguaje tiene q u e ser p l e g a d i z o , a d a p t a b l
"un verdadero caos q u e algunos n o v a c i l a n e n 11a-
m a n u a b l e , ágil y d e fácil a d a p t a c i ó n co;
IMIII caos creador". 7

una m a n o e x p e r t a " . 6

" L a l e n g u a es f o r m a n o sustancia —dice


L a Escuela tendría q u e ser e l l u g a r i n d i c a Mabel M. de Rosetti— l o q u e i m p o r t a pues
para preservar, enriquecer y c u l t i v a r e l exacto val en e l análisis ele l a l e n g u a n o son los s i g n i f i -
d e l a p a l a b r a , p a r a d e v o l v e r l e esa m e t a f i s i d a d p cados, l a r e a l i d a d señalada, sino e l m o d o c ó -
mo ésta se c o n f o r m a d e n t r o de los distintos
o G E N T A , J . B . : La Idea. . . O b . c i t . , p . 2 1 7 , y El Filó moldes o signos q u e l e ofrece e l sistema". " A 8

jo... O b . cit., p . 186. Sobre e l tema d e l a distorsión


lenguaje, las consecuencias d e su u s o pervertido, l a influ
cia n o c i v a d e los m e d i o s d e c o m u n i c a c i ó n , l a instrumen
• CATTNELLI, A . : ¿ Q u é gramática debemos enseñar? E n :
l i z a c i ó n d e l m i s m o p o r l a s i d e o l o g í a s , y otras c o n s i d e r a
II > 11 Estrada. A ñ o 1, N » 5 , 2 * é p o c a , n o v . - d i c . 1 9 8 0 ,
nes d e gran importancia pedagógica, puede verse: Q IH' I '>. V é a s e también d e l mismo autor: " M á s allá d e l
SON, E . : Lingüística y Filosofía. E d . Gredos. Madrid, 1 Wtirtuialismo". E n R v t a . Estrada. A ñ o I I , N<? 6, 2 » é p o c a ,
COBBI, G . D . : " L e n g u a j e y L o g o m a q u i a " . E n : Mikael, |i|< I !>.
7, N « 1 9 , 1 e r . c u a t r i m e s t r e d e 1 9 7 9 , p p . 9 7 - 1 1 1 ; y F
MANACORDA D E ROSETTI, M.: La Gramática Estructu-
J. N . ¡ " L a c o n t a m i n a c i ó n d e l lenguaje por los medios
I H / . II / K Escuela Secundaria. Su vclor formativo. Ed. Ka-
sivos d e c o m u n i c a c i ó n " . E n : La Contaminación amble
M\m " s . A s , 1 9 6 5 , p . 7.
RANDLE, P . M . E d . Oikos, B s . A s , 1979, p p . 185-195,
la gramática le interesan las formas, las estruc-
turas, no la pura referencia a la realidad. . .
a la que se llama s u s t a n c i a . . . " " L a teoría
9

gramatical no se preocupa por la corrección


de la expresión oral o escrita, n i mucho me- L a enseñanza de las asignaturas 171

nos intenta favorecer la creación literaria de


tipo imaginativo. A la teoría gramatical le i n - miento del significado objetivo de las palabras; la
teresa el estudio sincrónico del funcionamiento (urdida del sentido unívoco y real de los nombres
de la lengua". 10
| la configuración de una gramática mecánica don-
de sólo importan los núcleos y los complementos, la
nliordinación y la coordinación. Se produce así un
Por eso Hjelmslev, uno de los representantes más
• li,encuentro entre el signo y el significado que
conspicuos de la gramática estructural sostiene que:
impide o por lo menos dificulta acercarse a la reali-
"Desdeñará no sólo la intervención de la • Ilid sustancial de las cosas. E l lenguaje se animali-
lógica sino también la de la psicología y la M ¡il convertirse en mera técnica funcional cargado
filosofía en los problemas de la lengua", y 11 tic locuciones intercambiables, según "los distintos
para José Roca Fons "la verdadera gramática ni' ildcs que ofrece el sistema".
consiste en la descripción del sistema morfo- ^ a l no verse la real significación de las cosas,
lógico y sintáctico, es decir de la estructura •i! no servir el lenguaje para afincarse en la reali-
fundamental de una lengua en una fase de- • i l , lampoco hay posibilidades de contemplar en
terminada de su evolución. Tiene pues un • I ' i al Creador. Por eso, en el fondo de esta per-
carácter estático y sincrónico, de ahí que pue- • i lón lingüística asoma una profunda cuestión
da llamársele estructural". 32 li'iilógica: la soberbia de Babel que comenzó rebe-
llín loso contra el Verbo Divino y acabó en la más
Las consecuencias de semejante distorsión, anali- li'inlile confusión de las lenguas.
zadas por Rafael Breide Obeid a quien seguimos en M oaso de la Historia y de la Geografía es igual-
estas precisiones, son alarmantes. Ante todo, una
13
iio muy significativo. La primera, reducida a
deformación intencional del lenguaje por el vacia- • i nica evolutiva de aconteceres, sin probabi-
•• de ascensión hacia vértices metahistóricos,
0 Idem ant., p. 8 9 . lio iinseripta al transcurrir, a la detallada diacroni-
1 0 Idem ant., p. 7 1 . •n de episodios, no ofrece al alumnado n i la
11

Cit. por ROSETTI, M. M. DE. E n : Ob. cit., p. 7.


M i m a parte de su profunda riqueza potencial. Y
1 1

1 2 R O C A P O N S , J . : Introducción a la Gramática. Barcelo-


na. Vergara E d . 1 9 6 0 . C i t . por S P E N C E R , R . A. P. D E y i i i i mliargo, pocas ciencias como la Historia poseen
G I Ú D I C E , M . C . M . D E : Nueva Didáctica especial. E d . K a - • pnvilegiado caudal espiritual capaz de cultivar
pelusz. Bs. A s . , 1 9 6 8 , p. 5 3 .
1 3 B R E I D E O B E I D , R . L . : L a enseñanza de las Letras.
U« m i ' , altas expresiones del alma.
Conferencia pronunciada el 7 - 4 - 1 9 7 9 en Bella Vista. Curso
de Perfeccionamiento Docente organizado por el I . P. S. A . "La Historia —escribió Cervantes en el Qui-
|oie ( I I - I I I ) — es como cosa sagrada porque
lia de ser verdadera, y donde está la verdad,
osla P4os» en guante- a verdad".
H4"1 S( a o f 0 ( !"! « \

I líl loma de la enseñanza de la Historia fue objeto de


172 Algunas proyecciones del problema pedagógico La enseñanza de las asignaturas 173

Tanto el ser como el acontecer de lo histórico, e A su vez, la Geografía, limitada a lo descriptivo,


transcurrir como el consistir, exigen un tratamient Se envuelve comúnmente en fatigosos listados, cro-
que sobrepasen lo meramente fáctico. Siempre exis quis, mapas, escalas, planos o esquemas. Comen-
tira la posibilidad, cualquiera sea el tema de 1 lando estas fallas, ha escrito Randle:
clase, de hacer remontar a los alumnos desde e
suceso particular y concreto hasta una universal' " . . . el enciclopedismo azota con particular
dad trascendente, pero esto exige que esa universa saña a la Geografía . . . Resulta particularmen-
lidad trascendente sea el contexto natural en qu te absurdo que se pretenda enseñar «toda» la
se presenten los hechos y los personajes. Geografía a los alumnos de la enseñanza me-
dia . . . E l resultado es que los profesores —en
" . . . Si la historia que se enseña y se aprert los profesorados, y hasta en las universidades
de resulta poco más que una lista arbitran con carrera de Geografía— enseñan «toda» la
de efemérides, eso se debe a que el tiemp tierra con un grado de superficialidad tan de-
fue despojado de su Dueño y Señor. Si 1 plorable que no merecen estar insertados en
Cruz no se clava «como ejes de los siglos» el nivel terciario de la educación instituciona-
los siglos y los hombres devienen oscuros, e lizada . . . No sólo se termina fatalmente en un
una absurda sucesión cronológica. Con razó largo repertorio de mera información erudita,
ha recordado F. íbarguren que «es imperios sino que además no hay lugar para otra cosa
encontrar otra vez humildemente a Dios e que los inventarios". 10

la historia para hallarnos por f i n a nosotr


mismos», pues como dice Werner en acertad No obstante, también la Geografía, si no media-
visión: «cuando el investigador histórico aba ran las limitaciones del grueso de los profesores,
dona en sus estudios la idea de lo Santo, • i punta a otra meta que la simple catalogación de
despeña de abismo en abismo y se pierde e i los y montañas.
una soledad sin Dios y sin consuelo»". 15

"La realidad geográfica debidamente ex-


puesta, y explicada, dice Daus, incide en todas
Simposio: La Geografía, la Historia y los valores nacional
las facultades del espíritu y por ello es una
organizado por Oikos, Asociación para la Promoción de 1 disciplina de enseñanza de incomparable va-
Estudios Territoriales y Ambientales, Instituto Bibliográfi l o r . . . La sensibilidad ante lo bello cuando
Antonio Zinny, Senoc, Asociación para la Promoción
los Sistemas Educativos no Convencionales. (Ver refer se representan ciertos cuadros de geografía
cia No 85. Cap. V I I . I . Parte.) También nos hemos s estética, la imaginación, cuando se evocan los
pado ya, especialmente en lo que hace a la orientación países lejanos y sus formas de vida, son facul-
la enseñanza universitaria: Véase CAPONNETTO, A.: "Las
sificaciones históricas". En.: Verbo. Año X X I , N<? 192, ma
de 1974, pp. 24-43.
1 5 CAPONNETTO, A.: "Las falsificaciones históricas". 1 " RANDLE, P. H . : El método de la Geografía. Cuestio-
Verbo. Año X X I , mayo 1979, N<? 192, pp. 24-25. III \ Oikos. Bs. As., 1978, p. 239.
L a enseñanza de las asignaturas 175

son las f o r m u l a c i o n e s científicas de l o q u e


Dios h a q u e r i d o sea el c o m p o r t a m i e n t o de
•Algunas proyecciones del problema pedagógico
Su creación. E n e l m u n d o de l o i n a n i m a d o o
biológico los seres se c o m p o r t a n inexorable-
tades intelectuales q u e l a o p o r t u n a descripción
mente de acuerdo a l o q u e r i d o p o r el Crea-
J g e o g r á f i c a despierta y e s t i m u l a " . 17

ilor p a r a sus criaturas. C u a l q u i e r l e y física,


como la de l a g r a v e d a d , expresa la f o r m a e n
A l g o s i m i l a r podría decirse de las Ciencias Na-
que D i o s dispuso q u e los cuerpos cayesen;
turales, área q u e suele prestarse p a r a d más c r u d o
las leyes biológicas d e la herencia s i g n i f i c a n
evolucionismo u organicismo.
el mecanismo l l e n o d e complicaciones c o n
Sin e m b a r g o , más allá d e los necesarios e x p e r i -
i|iie D i o s q u i e r e q u e los caracteres de los p a -
mentos y ensayos q u e estas disciplinas exigen, es
dres se t r a s m i t a n a los hijos, d e m o d o q u e e l
posible m a r a v i l l a r s e y asombrarse ante las perfec-
trabajo incesante y c o n t i n u a d o de los cientí-
ciones de los objetos naturales q u e e v i d e n c i a n la
flcos consiste f u n d a m e n t a l m e n t e en d e s c u b r i r
m a n o de u n Ser Perfecto, C r e a d o r y O r d e n a d o r .
la v o l u n t a d expresa d e D i o s respecto a los
" L o s objetos naturales - d i c e el Dr. Mon- M i e s creados. L o s animales, a u n los d e con-
tiel— desde los i n a n i m a d o s hasta los animados, ductas más complejas, como los insectos so-
se c o m p o r t a n según leyes inexorables, leyes ciales, se c o m p o r t a n según esquemas inexo-
q u e están ínsitas en l a p r o p i a n a t u r a l e z a y i a bles, rígidos y estereotipados que s i g n i f i c a n
q u e no p u e d e n ser m o d i f i c a d a s . ¿ Q u é s i g n i f i - la naturaleza p r o p i a d e cada u n o de ellos,
cado tiene este c o m p o r t a m i e n t o generalizado, naturaleza, q u e es el pensamiento d e D i o s
i n e x o r a b l e , preciso, y q u e se da a u n en p e q u e - respecto de la especie. Por l o c u a l , la con-
ños y complicados mecanismos d e l m u n d o ducta d e u n a n i m a l e n su m e d i o n a t u r a l
biológico? No hay detrás de esto, ni el azar • n i i i p r e es perfecta, siempre es acabada,
ni la casualidad, sino la Inteligencia Divina. Mrinpre conduce a u n m o d e l o p e r f e c t o q u e
Si hubiera en los científicos un mínimo de •liaba a D i o s p o r q u e son signos de su perfec-
asombro y admiración intelectual tendrían que c ion y sabiduría". 10

ver, que palpar, la Inteligencia Planificadora


de Dios detrás de estas perfecciones". 18 NM entonces, la asignatura en sí, q u e i n h a b i l i -
" N a t u r a l e z a es e l c o n j u n t o de las cosas ii ( i n d i s p o n e a l error, sino u n a insuficiencia es-
c r e a d a s . . . Esta creación es el r e s p l a n d o r Hilullin, q u e se q u e d a e n l a p e r i f e r i a de los he-
e m o c i o n a n t e de la p e r f e c c i ó n de D i o s , es la • \; los mismos hechos naturales San Fran-
expresión de Su o m n i p o t e n c i a y de Su sabi-
duría. Las leyes físicas, químicas o biológicas
I* M " n n i í L , J . C : "Proyecto Nacional y Educación".
I 'utilidad de la Doctrina Social de la Iglesia. Abele-
DAUS, F . A . : ¿Qué es la Geografía?
1 7 Oikos, Bs. As., Vten.l l i s . As., 1980, p. 272.
1978, 5» ed., p. 89.
M O N T I E L , J . C . ¡ L a enseñanza de las Ciencias Natu-
1 8

rales. Conferencia pronunciada e l 8-4-79, en Bella Vista


(Curso de perfeccionamiento docente organizado por el
176 Algunas proyecciones de] problema pedagógico La enseñanza de las asignaturas 177

cisco pudo componer su Cántico de las Creaturas, y nutren sus "actividades creativas", no es otra, que la
San Agustín nos confiesa haber llegado a conocer contemplación de la Belleza. Por ella el alma queda
y a amar mejor a Dios: suspensa y extasiada, y en el éxtasis conoce y dis-
tingue el significado profundo de las creaciones
" . . . el cielo, la tierra y todas las criaturas que lidias. Este es el gran valor pedagógico de la con-
en ellos se contienen, por todas partes me templación estética sobre el cual poco y nada se
están diciendo que os ame y no cesan de de- dice, porque el conocimiento que de ella se obtiene
círselo a todos los hombres, de modo que no DO es redituable prácticamente, pero es en cambio
pueden tener excusa si lo omiten, (pues) por 11 "splendor veri" de los antiguos, al que asciende
el conocimiento de estas criaturas visibles ' I "intelleto d'Amore" que decía Dante.
pueden subir a conocer las perfecciones invi-
sibles de Dios". 20
"Y el Amor es aquí nombrado, porque lo
bello nos convoca, y a la belleza, el alma
Independientemente si se quiere de estos casos se dirige según el movimiento amoroso, por
particulares, lo cierto es que la bibliografía habi- lo cual toda ciencia de la hermosura quiere
tualmente consultada sobre la didáctica de las dis- ser una ciencia del Amor". 22

tintas materias enfatiza lo empírico y lo práctico,


aunque se traten, como decíamos, de disciplinas que
exijan por su misma naturaleza un vuelo contem- I'in la contemplación estética entonces, se produ-
plativo. se "ascenso del alma" que finalmente notó Ma-
Se sostiene por ejemplo que la importancia de >' < 1 iíil, pues

'la educación estética... se mide por las ex- "por la belleza de las cosas creadas —son pa-
periencias estéticas", pues "sin experiencias no labras de Isidoro de Sevilla— nos da Dios a
hay creación" y, "las actividades creativas de entender su Belleza Increada, en modo tal
los individuos se nutren con experiencias". Por que, al que por amar la belleza de la criatu-
lo tanto, "hay que promover un aprendizaje ra se hubiese privado de la forma del Creador,
activo con el fin de extender el campo de las le sirva la misma belleza terrenal para ele-
experiencias personales". 21
varse otra vez a la hermosura divina". 23

Y se olvida que la mayor "experiencia estética" Una pedagogía que reconociera estas premisas,
a la que el hombre debe aspirar y de la cual se Volvería finalmente una y otra vez —por las vías

2 0 SAN AGUSTÍN: Confesiones. Col. Austral. Espasa Calpe P MAIIECHAL, L . : Descenso y ascenso del alma por la
Argentina S. A. 6» ed., 1968, pp. 203-205. M<••••>• VA. Citerea, Bs. As., 1965, pp. 8-9.
2 1 SPENCER-GIÚDICE: 'Nueva Didáctica . . . Ob. cit., pp, ' <M. por MAHECHAL, L . : Ob. cit., pp. 7-8.
237-240-242.
d e l a n a t u r a l e z a o e l a r t e — a c o n d u c i r las mentes
juveniles a l c e n t r o d i v i n o .
L a enseñanza de las asignaturas 179
C i e r t a m e n t e l a a c t i v i d a d artística t a m b i é n es u n
hacer, pero de naturaleza distinta y opuesta al " g o b i e r n o e s t u d i a n t i l , creación de clubes es-
hacer m e c á n i c o y t é c n i c o , p o r q u e es u n hacer i n - colares, f o r m a c i ó n de asambleas, e t c é t e r a " . 26

t e r i o r q u e no p e r c i b e otro hacer c o m o f i n , n i u n
efecto p r á c t i c o , n i u n a p r o v e c h a m i e n t o i n m e d i a t o . I -as mismas * manualidades, adquieren en esta
D e a h í q u e , si l a e d u c a c i ó n estética no q u i e r e ii'iu'ca d i d á c t i c a u n a sobreestimación q u e las v u e l -
estar desligada de l a naturaleza r e a l de quienes la 1 1 modeladoras de las d e m á s actividades.
r e c i b e n , debe p a r t i r d e l r e c o n o c i m i e n t o de q u e
"Sólo a través d e l trabajo m a n u a l —dice
"los valores estéticos p e r t e n e c e n a l á m b i t o de Kerschensteiner— se logrará c u l t i v a r satisfac-
la c o n t e m p l a c i ó n . C o r r e s p o n d e n a l ocio y n o t o r i a m e n t e las actividades e s p i r i t u a l e s " .
27

a l a v i d a p r á c t i c a , y siendo deseables en sí
mismos, los podemos querer de un modo Las ya n o m b r a d a s Spencer y Giudice, de q u i e n
desinteresado". 24 kilos t o m a d o la c i t a , e x p l i c a n así este t o r c i d o c r i -
liiio:

Si l o q u e h a y q u e enseñar es Moral y Civismo, "las actividades manuales j u e g a n u n p a p e l


i m p o r t a n t e p o r q u e se c o m p o r t a n c o m o v e r d a -
el error de l a praxis o m n i a b a r c a d o r a , se manifesta-
deros m é t o d o s de v i d a . Son medios de ex-
rá con modos semejantes. L o q u e se p e r s e g u i r á e n
presión q u e p e r m i t e n l i b e r a r e l espíritu de
este caso, es q u e l a escuela sea
las ataduras tradicionales y hacen p o s i b l e l a
creación. Por eso t i e n e n q u e integrarse con
"una o r g a n i z a c i ó n d e m o c r á t i c a q u e favorezca
lodos los contenidos educativos, si se q u i e r e
el l i b r e d e s e n v o l v i m i e n t o , l a a u t o n o m í a i n d i -
que l a escuela responda al p r i n c i p i o d e l 'lear-
vidual". 2 5

n i n g b y d o i n g ' , esto es, a p r e n d e r p o r l a ac-


ción". 28

Es d e c i r q u e e l m é t o d o , a q u í t a m b i é n a c t i v o y
p r á c t i c o , no p i d e e l c o n o c i m i e n t o d e l O r d e n N a -
No hay d u d a de q u e las actividades manuales
t u r a l y de los p r i n c i p i o s éticos rectores, sino expe-
M i M I i i de p o r sí u n a i m p o r t a n c i a considerable en
riencias tales c o m o :
Id vida escolar. E n el n i v e l p r i m a r i o sobre t o d o ,
' II i p o s i b i l i t a n u n a v a r i e d a d de aprendizajes. Pero
H ' i>cjtiivoca groseramente Kerschersteiner a l abso-
2 4 M I L L A N P U E L I . E S , A.: La función social de los saberes
'iberales. E d . R i a l p S. A. M a d r i d , 1961, p . 178. | | l l / i i i l a s como el ú n i c o m e d i o —"sólo a través d e l
2 5 S P E N C E R - G I Ú D I C E : Nueva didáctica. . . O b . c i t . , p , )htlmi<i m a n u a l " — p a r a c u l t i v a r las actividades es-
221.

| • lili'in a n t , p . 323.
,

• " l i l n i i a n t , p. 267.
1 * I*Uní a n t , p. 268.
180 Algunas proyecciones del problema pedagógico La enseñanza de las asignaturas 181

p i r i t u a l e s . Es v e r d a d , y y a insistiremos sobre esto una m a y o r p l e n i t u d d e l a l m a ; era l a v i d a d e l es-


m á s adelante, q u e e l t r a b a j o m a n u a l p e r m i t e e l píritu l o q u e m á s i m p o r t a b a , y e n m i r a a ella —y a
e j e r c i c i o d e ciertas v i r t u d e s , p e r o n o es, n o d e b e ser su p e r f e c c i o n a m i e n t o — se ejercitaba e l c u e r p o en
n u n c a , l o m a n u a l —y menos c o m o l o concibe e l .severas prácticas gimnásticas.
p r a g m a t i s m o p e d a g ó g i c o m o d e r n o — e l eje sobre e l
c u a l t i e n e n q u e "integrarse todos los contenidos "Los dioses —explica Platón— h a n hecho
educativos". a los h o m b r e s e l presente de l a g i m n á s t i c a ,
Por otra p a r t e , corresponde preguntarse cuáles no c o n e l objeto de c u l t i v a r e l a l m a y e l cuer-
son esas "ataduras t r a d i c i o n a l e s " ele las q u e nos po, pues si éste saca ventajas es sólo i n d i r e c -
liberaría el trabajo escolar, h a c i e n d o "posible la t a m e n t e , sino p a r a c u l t i v a r e l a l m a sola, y
c r e a c i ó n " ; y a q u e en r i g o r , este p a p e l l i b e r a d o r v p e r f e c c i o n a r e n ella l a sabiduría y e l v a l o r ,
transformador d e l trabajo es u n o d e los n ú c l e o concertándolos, y a dándoles expansión, y a
del pensamiento marxista. conteniéndolos e n sus justos l í m i t e s " . 32

"El t r a b a j o —dicen M a r x y Engels— es la Pensamiento s i m i l a r desarrolla Aristóteles en la


condición b á s i c a y f u n d a m e n t a l d e t o d a la l'olítica, e n s e ñ a n d o q u e n o se t r a t a p r i m o r d i a l m e n -
v i d a h u m a n a " : "° " t r a b a j a r es c u m p l i r e l act te de l a s a l u d , d e l v i g o r , de l a resistencia o l a des-
liberador del m u n d o " , 20 "toda la prctendid treza, sino d e l m e j o r estado físico p a r a l a mejor
h i s t o r i a d e l m u n d o n o es o t r a cosa q u e 1 disposición y expresión d e l a l m a . E l p r o b l e m a d e l
producción d e l h o m b r e m e d i a n t e e l t r a b a j o " . * hombre n o se d e f i n e n i se resuelve c o n e l l o g r o d e
la p o t e n c i a m u s c u l a r o de otras cualidades fisioló-
gicas. I m p o r t a ante t o d o e l e m p l e o q u e se haga
D e n t r o de l a m i s m a orientación d i d á c t i c a q u e v ilc esos a t r i b u t o s , l a m e t a a l servicio d e l a c u a l se
n i m o s observando, l a enseñanza de l a E d u c a d o I limen.
F í s i c a n o escapa a los efectos parcializantes, y e C o n t r a r i a m e n t e a este o r d e n a m i e n t o , las tenden-
un aspecto q u e n o corresponde desestimar dad Dias p r e d o m i n a n t e s o l v i d a n o descuidan con fre-
su gravitación p e d a g ó g i c a . cuencia l a f i n a l i d a d m e t a f í s i c a , e n f a t i z a n d o l o m e -
La c o n c e p c i ó n clásica tenía c o m o objeto de es? mínente biológico y orgánico. Es e l p r i m a d o de las
d i s c i p l i n a e l f o r t a l e c i m i e n t o d e l c u e r p o en vista i nulidades físicas p o r sí mismas.
Hené Suaudeau, describiendo s i n t é t i c a m e n t e la
lioría m o d e r n a a través de sus p r i n c i p a l e s r e p r e -
2 0 MARX, K. y ENGELS, F . : E l papel del trabajo en M i l i a n t e s , métodos y escuelas, coloca e n p r i m e r l u -
transformación del mono en el hombre. Aquí se desarro
||ur, entre los objetivos de l a E d u c a c i ó n F í s i c a ,
esta tesis. Véase: M A R X - E N G E L S : Obras Escogidas. E d . C i
cias del Hombre. Bs. As., 1973.
3 0 E N G E L S , F . : Anti-Dühring. C i t . por O U S S E T : Marxl
y Revolución. O b . cit., p. 1 1 5 . P L A T Ó N : La República o el Estado. L . I I I . E n Col.
1,3

3 1 M A R X , K . C i t . por O U S S E T . I d e m ant., p. 1 1 7 . Austral. Espasa Calpe Argentina. 2 » ed,, 1 9 4 3 , p. 1 4 1 .


¿..a enseñanza ae las asignaturas 183

•Urun un contexto que no es el apropiado para


I recta enseñanza de la Educación Física, pues
i • no puede agotarse o estructurarse sobre la pre-
I ncia de lo bio-fisiológico o la necesidad de
182 Algunas proyecciones dei problema pedagógico
H i " \1 nicnto.
"los efectos higiénicos... la forma corporal... '.'iii/.á hoy más que nunca, cuando en nuestro
los efectos utilitarios... Se trata de desarro- |MI, i Jertas expresiones deportivas han sido tan so-
llar al máximo el rendimiento de la máquina IMI imadas, se torne conveniente recordar que
humana; se quiere mejorar lo que se ha con-
"el deporte es una escuela de lealtad, de va-
venido en formar las cualidades físicas: velo-
lí ir, sufrimiento, de resolución; virtudes todas
cidad, destreza, resistencia". Igualmente, "la
ellas naturales pero que procuran a las vir-
aptitud para un oficio determinado... es lo il ules sobrenaturales un fundamento sólido y
que la Educación Física se encarga de desa- predisponen para soportar sin debilidad el
rrollar".
33
peso de las grandes responsabilidades". 38

Sólo en último término aparecen las consecuen-


I |lnv (|iie tener presente que no es la naturaleza
cias morales entre
M i l en sí, ni la habilidad corpórea, lo que más
"los efectos nerviosos". '
1 1
•|MI-.:I al destino del hombre, sino los valores su-
t en que dichos dones se integran. Con ra-
De este modo iicnerda Suaudeau la idea de Amorós sobre
I "inlliigro" del espíritu en su relación con el cuer-
"la Educación Física se organiza para servir i V...
a la necesidad de movimiento qíie el indivi-
duo experimenta, a fin de que el movimiento DOS mártires de todas las causas han sido
se convierta en una expresión viva de la per= •Unpeones de resistencia", por su voluntad
sonalidad. . . Tiene que ser pues, en sí misma, has que por desarrollo muscular, y "los de-
un obrar, un hacer, un movimiento". 35 dillos medievales cuyo resultado era recibido
rumo prueba de justicia, terminaban gene-
Las principales escuelas tipológicas que se han i <t 11 líente con la victoria del campeón de la
ocupado del tema —la de Giovanni, Viola, Pende musa justa, aunque fuera a menudo el más
y Barbara, las de Sigaud y Mac Auliffe, las de Lahy il.l.il".
37

y Laugier, o la rusa de Gorschakoff— se muestran


demasiado proclives a condicionar y a determinar
la personalidad por los rasgos antropométricos y JN» X I I . Cit. E n : TORRES TRAVERSO, Z : Apuntes de

endocrinológicos. Sin negar sus aportes reales, con- fkl.mFísica. Ed. Crespillo. Bs. As., 1968, 8» ed. p. 7.
por SUAUDEAU: Ob. cit., p. 95.

3 3 SUAUDEAU, R . : Los nuevos métodos de la Educación


Física. Paidós. Bibl. del Educador Contemporáneo. Bs. As.,
1972, 3» ed., p. 16. . ,«, * y,
s * Idem ant, p. 17. " ° ••' -'
1 1 ' < , ! s

SPENCER-GIÚPICE: Nueva Didáctica.. . Ob. cit, p.


8 5

275.
184 Algunas proyecciones del problema pedagógico La enseñanza de las asignaturas 185

Sólo una pedagogía materialista que ha perdido demostración del arraigo de los errores sobre
el sentido de lo arquetípieo, puede desperdiciar el ocio. Uno de los criterios pedagógicos fun-
—aun en la enseñanza de la Educación Físicai— damentales para juzgar la conveniencia de
estos altos ejemplos. Proponer a la contemplación una técnica educativa se basa en su laborio-
de la juventud el sojuzgamiento y la postergación sidad. Ese carácter de seriedad, esfuerzo, ra-
que de los placeres y de las comodidades corpora- cionalidad, que se considera una garantía de
les han hecho los grandes santos y héroes en aras la enseñanza ha llevado a deformaciones ab-
de una causa digna, es también, y en alto grado, surdas; tal es el caso de la música.
hacer Educación Física; porque en definitiva, ésta
En la Educación media se dan nociones de
solfeo, historia y teoría de ese arte, todo me-
"es en realidad una prolongación de la Edu-
nos inducir a gustarlo. L a delectación musical
cación M o r a l . . . En el fondo, más que la p u -
—que en definitiva es lo único que i m p o r t a -
ra formación del cuerpo, lo que importa es
se deja de lado porque sería otro entreteni-
el dominio que sobre el mismo puede tener
miento que malgastaría el horario de cla-
el espíritu". 38
ses... Aun materias que únicamente se jus-
tifican por la formación ética y estética, como
es el caso de la música —recuérdese las re-
Es evidente qu." cada una de las asignaturas es-
flexiones de Platón y Aristóteles— se las en-
1

colares padece su propia desvirtuación pedagógica.


cara racionalmente. Algo semejante ocurre
39
Pero el denominador común que se advierte es esa
con la enseñanza del dibujo; los estudiantes
negación o mediatización de la actitud contempla-
copian yesos, pero jamás se los invita a apre-
tiva.
ciar un c u a d r o . . . La enseñanza de la litera-
Una gran ausencia lo recorre todo y signa el
tura debería procurar fundamentalmente el
rumbo de la crisis: la desaparición del otium de la
hábito de la buena lectura. Poco o nada de
Schola, su lugar natural y propio. Lenguaje, His-
esto se hace todavía, pero en cambio se i m -
toria, Geografía, Moral y Civismo o Educación Fí-
parte bastante matemática. 40
sica, son sólo ejemplos representativos de un fenó-
meno deteriorante que se extiende con prisa, sin
Mannheim ha destacado la posibilidad creativa per-
que se observen señales de adecuada recuperación. 111

lonal que ofrecen ciertas formas y enseñanza musical mo-


llcrna. Véase: MANNHEIM, K.: Introducción a . . . Ob. cit.,
"La falta de conciencia de tantos educado- p p . X.
res sobre la profunda reforma que se impone "' E l juicio de Cárdenas sobre la enseñanza de la ma-
nirá y del dibujo nos parece algo genérico; imputación que
en la enseñanza, —dice Cárdenas— es otra iii parte se explica si se piensa que data de 1965. Durante
rulos quince años es de reconocer que se ha superado, aun-
Bue no en todos lados, el simplismo del yeso a copiar o
LAMAS, F . A.: Panorama de la Educación en la Ar«
3 8
IIIN notas a solfear. (Hemos visto a profesores de Pintura
gentina (Su crisis y bases para su reordenación). Ateneo v de Música hacer verdaderos milagros aun con alumnos
de Estudios Argentinos. Bs. As., 1976, p. 7 5 . no predispuestos.) No puede decirse lo mismo del hábito
18/

páginas, es l a pretensión d e colocar a las m a t e m á -


licas c o m o c r i t e r i o rector, c o m o "recurso didáctico
universal", c o m o d e t e r m i n a n t e de l o v e r d a d e r o y
i!e l o falso, c o m o eje de l o q u e es o n o es válido
186 Algunas proyecciones del problema pedagógico
Científicamente. E l cartesianismo —aunque n o es el
único r e s p o n s a b l e - rompió a r t i f i c i a l m e n t e e l clási-
E l p r i v i l e g i o de esta ciencia i n d i c a l a c
co y seguro esquema d e los tres grados de abstrac-
cepción filosófica q u e gestó nuestra e d u c a d
ción, introduciendo un hiato entre lo físico y lo me-
y q u e sigue v i g e n t e . . . Es a b s u r d o o t o r
luftsico, entre la ciencia positiva y la filosófica (cuya
t a l p r i m a c í a a las Ciencias Exactas cua c o n t i n u i d a d q u e d a b a asegurada p a r a los a n t i g u o s ) ,
sus métodos se a p l i c a n estrictamente a el] Rlás aún, entre la razón y la fe.
L a Filosofía es l a q u e o t o r g a ese saber
t i p o u n i v e r s a l . E l h a b é r s e l o dado en c a m
" D e s d e este m o m e n t o —dice Fuschini Me-
a u n a d i s c i p l i n a p a r t i c u l a r , demuestra l a
jía— será hacia esta l u z p a r t i c u l a r y r e l a t i v a -
n o r a n c i a s u p i n a q u e existe sobre l a episte
m e n t e i m p e r f e c t a de l a i n t e l i g i b i l i d a d m a t e -
logia".
m á t i c a , y n o m á s hacia l a l u z p u r a d e l a
41

i n t e l i g i b i l i d a d m e t a f í s i c a , q u e se atraerá a l a
E l d e b a t i d o tema de l a Matemática Moderna física e x p e r i m e n t a ] , y las ambiciones d e los
tualizó, si es q u e h a c í a f a l t a , e l núcleo d e sabios se orientarán a t r a d u c i r bajo l a f o r m a
última cuestión. de relaciones m a t e m á t i c a s los f e n ó m e n o s o b -
Estamos dispuestos a aceptar q u e l a l l a m a d a servados. L o s m a t e m á t i c o s n o consideran n i
temática M o d e r n a p u e d e a p o r t a r soluciones y el ser m i s m o . . . n i l a causalidad e f i c i e n t e . . .
tajas e n e l vasto c a m p o d e l quehacer técnico y p o r supuesto t a m p o c o l a c a u s a l i d a d f i n a l .
d u s t r i a l , o conveniencias i m p o r t a n t e s e n e l terr Aristóteles decía q u e n o h a y b o n d a d e n los
de las Ciencias Exactas. No es eso precisamente m a t e m á t i c o s ( ' E l número n o c o m u n i c a c o n
que está en discusión, ni lo que preocupa. De el b i e n ) ; ellos trabajan sobre espacios con-
q u e quienes se h a n apresurado a defender e l val¡ tinuos y discretos separados p o r l a abstrac-
p r á c t i c o de las disciplinas numéricas, o a desc ción d e l a r e a l i d a d c o r p o r a l y d e l o r d e n mis-
f i c a r p o r " r i d i c u l a s " las i m p u t a c i o n e s m á s v e l m o de l a existencia, y tratados c o m o formas
mentes, n o h a n c e n t r a d o b i e n l a cuestión, p o r q puras". 42

en v e r d a d , el problema no es matemático, ni i
derno —en el sentido de reciente— sino princi
T i r o desde l a época cartesiana hasta nuestros
mente filosófico y se expresa pedagógicamente;'
«lliis el p r o b l e m a se h a r a d i c a l i z a d o para llegar h o y
una enseñanza desintegradora.

E l m a l , y a lo hemos d i c h o varias veces e n es '" FUSCHINI METÍA, M. C : "La contaminación de la


••liiiiilcza por la acción modificadora del hombre". E n : La
l'imtiiminación . . . O b . c i t , pp. 105-106.

de la buena lectura, cuya ausencia ha sido recientera


reiterada por la titular de la Dirección Nacional de In
ligaciones y Planificación Educativas ( D I P E ) , proffl
Nelly Castillo de Hiriart (Véase: La Nación, sá
22-3-1980, p. 9 , col. 5 ) .
C Á R D E N A S , R . M . : Valoración
4 1 del Ocio. L i b . H u e
Bs. A s . , 1 9 6 5 , pp. 96-98,
188 Algunas proyecciones del problema pedagógico La enseñanza de las asignaturas 189

a este "culto a la numerología"'• a este p r e d o m i n i o o m n i p o t e n c i a d e l número prescinde así d e l " f a c t o r


quantofrénico del que habla Sorokin. I i i i m a n o " . N i el ave n i la f l o r , n i el color d e l l a d r i -
llo d a n la i d e a exacta —aun de la belleza— q u e
" L a m a t e m á t i c a ejerce sobre las Ciencias proporciona una c i f r a d e t e r m i n a d a .
Sociales u n a d o b l e i n f l u e n c i a , epistemológica
liste rasgo característico de la crisis c o n t e m p o -
y m e t o d o l ó g i c a m e n t e . Por la p r i m e r a p r e t e n -
ránea, y q u e f i g u r a en casi todos los diagnósticos
de erigirse en m o d e l o de ciencia a ser se-
•ocíales q u e de ella h a n hecho y hacen analistas
g u i d o . Por la segunda, supone válidos sólo
los p r o c e d i m i e n t o s provenientes de l a a l q u i - de procedencias diversas, dejó sentir su i n f l u e n c i a
mia matemática". 43
• n el p l a n o educacional. Y ésta es la p r i m e r a cues-
tión, a u n q u e no la única, q u e debe p r e o c u p a r en
Se ha c a í d o en " l a m a g i a de la c i f r a " , c o m o dice lodo t r a t a m i e n t o q u e se haga d e l "caso m a t e m á t i c a
Sauvy, la c i f r a ha sido "sacralizada", moderna". P o r q u e en p r i n c i p i o , l o q u e se ha sub-
vertido, es el p a p e l de la m a t e m á t i c a , la función q u e
"las fórmulas son m a t e m á t i c a m e n t e i m p e c a -
• le a t r i b u y e y d e s e m p e ñ a .
bles, pero h a y factores q u e n o f i g u r a n en ellas,
p o r q u e escapan a la m e d i d a ; con frecuencia Para Platón, ella era el centro esencial de la Pro-
lo q u e se e l i m i n a es el f a c t o r h u m a n o " . 4 4
l>niileia, es decir q u e poseía u n c a r á c t e r i n s t r u m e n -
Bastaría recordar a q u í el c o n o c i d o pasaje de Saint lul, u n v a l o r de m e d i o .
E x u p é r y en " L e Petit P r i n c e " , sobre la belleza de
una casa: "Las personas grandes a m a n las c i f r a s . . . "Son precisamente las m a t e m á t i c a s en el
Si les dices: 'he visto una, hermosa casa de l a d r i l l o s p e n s a m i e n t o platónico —nos recuerda M a r -
rojos, c o n geranios en las ventanas y palomas en r o u — las q u e servirán p a r a poner a p r u e b a
el techo', n o acertarán a i m a g i n a r la casa. Es ne- 'los espíritus b i e n d o t a d o s . . . los espíritus l l a -
cesario decirles: 'he visto u n a casa de cien m i l f r a n - mados a ser u n día dignos de la F i l o s o f í a ' . . .
cos'. Entonces e x c l a m a r á n : ¡ Q u é hermosa e s ! ' " . La 45 Las m a t e m á t i c a s son el i n s t r u m e n t o p r i n c i p a l
d e l a «conversión» d e l alma, de ese proceso
i n t e r i o r , p o r m e d i o d e l c u a l ésta se abre a la
R E G Ó , J . C.¡ " L a contaminación de las Ciencias So-
4 3 luz v e r d a d e r a y se t o r n a capaz de c o n t e m p l a r
ciales por la quantofrenia". E n : Idem ant., p. 197. Brau- no y a «las sombras de los objetos reales», sino
del, F . , nos proporciona un testimonio elocuente de los
alcances que ha tomado este indebido predominio mate- la p r o p i a r e a l i d a d . . . Platón n o desea q u e Ios-
mático. Para él, la matematización "es la coordenada bá- problemas elementales de cálculo se d e t e n g a n
sica para lograr la renovación deseable y urgente del con- e n las aplicaciones útiles. A l trascender pues
junto de las Ciencias Sociales". B R A U D E L , F . : La Historio
y las Ciencias Sociales. Alianza E d . S. A. Madrid, 1968, pp, las preocupaciones u t i l i t a r i a s , Platón c o n f í a
60 y 180. a las m a t e m á t i c a s u n p a p e l ante t o d o p r o -
« SAUVY, A.: Los mitos . . . Ob. cit, pp. 35, 38 y 40. 1
pedéutico. Las m a t e m á t i c a s no d e b e n a d o r n a r
1 5 SAINT EXUPÉRY, A.: El Principito. Emecé. 37» ed„¡
Bs. As., 1973, p. 20. la m e m o r i a con conocimientos útiles, si n o
190 Algunas proyecciones del problema pedagógico

conformar... u n espíritu capaz de recibir la


verdad intangible". 46

La enseñanza de las asignaturas 191

Podrá discutirse la posición platónica sobre la¡ falta de educación matemática todavía la so-
conveniencia o inconveniencia de la utilidad mate- ciedad lucha y embiste sin freno para con-
mática, pero es innegable que, de disciplina propul- quistar soluciones triviales tomadas como ban-
sora de la contemplación y del saber especulativo, dera ideológica. Muchos, en cambio, viven
ha pasado a entronizarse en rectora y fiscalizadora todavía gracias a los antibióticos y a los mar-
de lo legítimo e ilegítimo en el área científica y capasos que han sido soluciones no triviales
escolar. a grandes problemas". 49

Santaló, por ejemplo, insiste en recordar que

"debe hacerse todo lo posible para familiari- Alfredo Raúl Palacios, por su parte, en: Apun-
zar al alumno en esta variedad de aplicacio- taciones metodológicas sobre la enseñanza de las
nes de la matemática a otros campos", y "ana- matemáticas,™ dice que hay que superar
lizar si los contenidos que han de impartirse
"esta concepción dogmática actual, concor-
son realmente de utilidad, venciendo el pre-
dante con la concepción pedagógica clásica
juicio de la tradición de «enseñar esto porque
que asigna al alumno una función contem-
siempre se enseñó». Hay que educar para en-
plativa". E l nuevo docente "que reconoce en
tender el mundo exterior, y si éste cambia,
¡a alegría del descubrimiento al verdadero
también debe cambiar la enseñanza y sus con-
motor del aprendizaje matemático... se ma-
tenidos".
nifestará ante sus alumnos con una actitud
17

desprovista totalmente de dogmatismo... Ha-


La matemática parece poder resolverlo todo, has- brá desterrado la clase magisterial y en su
ta proveerá de u n medio de comunicación comple- lugar llevará a los niños y jóvenes hacia situa-
mentario, pues la palabra sola ya no basta.* 8
ciones que favorezcan la creación de ideas". 61

"Una buena educación matemática —prosi-


gue Santaló— hará desconfiar de las solucio- Para Giotxini Gozzer es una tendencia plausible
nes triviales que se oyen todos los d í a s . . . Por la de aplicar a

"las tradicionales materias histórico-humanis-


tas-literarias" los cánones matemáticos. " L a
MAHROU, H . L : Historia de la Educación... Oh. cit,
aplicación a la literatura y mañana a la his-
4A

pp. 88-91.
SANTALÓ, L . A.: "La enseñanza de la matemática: de
17

Platón a la Matemática Moderna". E n : Rvta. del I. I. E.


Año 3, N « 13, septiembre de 1977, pp. 19-20-26.
« SANTALÓ, L . A . : E n : La Prensa 15-8-1979. <° SANTALÓ, L . A.: "La educación matemática, hoy". En
¡hita, del I. 1. E. Año 1, N<>4, noviembre de 1975, p. 9 3 .
5 0 PALACIOS, A. R . : "Apuntaciones metodológicas sobre
la enseñanza de la matemática". En Rvta. del I. L E. Año
•I, No 16, mayo 1978, pp. 2 1 - 3 1 .
Idem ant., pp . 2 1 - 3 0 , .
r , i ;
L a enseñanza de las asignaturas 193
192 Algunas proyecciones del problema pedagógico
do que escapa a la estrecha visión numerológica y
toria o a la misma filosofía de modelos mate
que no se resuelve con ninguna "buena educación
máticos rigurosos y el tratamiento de disci
matemática", como que no se resuelven matemá-
plinas como la lingüística en términos d;
ticamente, las enfermedades del alma n i su encau-
investigación científico-matemática, antes sol
/.amiento en vistas a la Salvación eterna.
limitada a los fenómenos naturales, conmuev
Pero decíamos que parece mentira sostener se-
el cuadro tradicional del sistema escuela d
riamente tal hipótesis, cuando ha sido la tiranía del
cente..." ,52

uúnilero, el poder de la cantidad, él "abuso esta-


dístico" que dan en llamar democracia la que ha
Estos pensamientos que hemos transcripto, so
i (inducido a más de la mitad del mundo a la es-
de suyo muy ilustrativos de esa creciente actitu
clamtud comunista, y al resto a la esclavitud del
numerolátrica; en las antípodas de cualquier conj
consumismo, del "tener" antes que él "ser", de esta
sideración que denote un cuidado de la vida i n t " wciedad hedonista y prosaica, idolátrica de la So-
rior y contemplativa, en las antípodas de todo 1 beranía popular, una de las manifestaciones más
que pueda considerarse valores inmutables, y por Incestas de la mentalidad quantofrénica.
ende, en las antípodas de la esencia de la educaJ
El planteo de Santaló tiene por momentos un
ción. Lo que se propone es impartir conocimiento!
claro signo positivista spenceriano, que nos habla
útiles, que cambien con el cambio, entender el
do la conservación de la vida y la salud como la
mundo exterior, proyectar las aplicaciones y los e «
|IK'ocupación central del hombre. Todo lo demás
quemas matemáticos a otros campos, desterrar cuaM In salvación del alma, el destino eterno, la acti-
quier resabio dogmático. N i clase magisterial, ni tud ante la muerte, el cómo y él para qué se vive—
autoridad unívoca. Prepararse para suplir la pa- piiiece diluirse. "Lo importante es que muchos v i -
labra. M I I todavía gracias a los antibióticos y a los mar-
Parece mentira que pueda sostenerse abiertamen^ ni pasos"; es decir, gracias a la matemática.
te que el mundo anda mal por falta de "una buena Si a todo lo antedicho —y esta es la segunda
educación matemática". No acudiremos aquí al sen; Cuestión a tener en cuenta— se suma un expreso
timental planteo pacifista de las armas que des^ iilán revolucionario y dialéctico, manifestado abier-
fruyen y matan. Sin duda la matemática tiene uní liiiiicnte por los principales representantes de la
injerencia decisiva en la preparación de las mal "matemática moderna" —pensamos en Faure, Lic-
quinarias bélicas más poderosas que conoce el m hrrowicz, Warufsel, Lautman, etc.—, se aceptará
63

glo. Pero es obvio aclarar que no son las maquinal i|ii«' la praxis pedagógica que se siga de aplicar
ni las matemáticas en sí, las responsables de 1
destrucción sistemática; sino algo mucho más ho
" :i Sobre este punto tan importante, remitimos directa-
imiii<' a los siguientes trabajos especializados:
(ÍAIUUDO, J.: "Las matemáticas y la realidad". E n : Verbo.
5 2GOZZER, G . : " L a educación intelectual y las nuev N" 124, septiembre 1972, pp. 27-57; y en Verbo, N° 187,
tecnologías". E n : Educando. Rvta. del I. 1. E. Año 1, N» Ano XX, octubre 1978, pp. 43-67 (Hay edición en se-
octubre de 1974, p. 16.
194 Algunas proyecciones del problema pedagógico La enseñanza de las asignaturas 195

tales criterios no generará precisamente hombre y brutales, son producto de una necesidad
íntegros, capaces de "dirigir su conducta en función profunda de compensar los pálidos lazos que
de un destino trascendente", como establece el Fin lo unen al orden vivo del universo, que él
de la Educación Argentina (Consejo Federal de percibe como no siendo suficientemente ca-
Educación. Res. 6-9-76). Por el contrario, producirá paces para sostenerlo en la vida... Limitar
—está produciendo— mentalidades idealistas, divor-i el entendimiento humano al pensamiento, y
ciadas de la realidad, relativistas, subjetivistas, es-< limitar el pensamiento a las estructuras lógico-
cépticas y aun nihilistas. Mentes en las que se ha matemáticas, le impidió reconocer su aporía
obrado un divoixio entre Fe y Razón, entre mundo esencial: todo lo que queda fuera del alcance
natural y sobrenatural, y en donde sólo cuentan la» de la «ciencia objetiva y verificadora» y que
estructuras lógicas del pensamiento, se correspon- no es reducible a ella, es declarado ilusorio o
dan o no con la realidad. absolutamente injustificable. Pero esto impli-
Este apartamiento de la realidad tiene consecuen ca no sólo dejar de laclo la mayor parte de
cias mucho más graves de lo que podría pensarse la realidad, sino, lo que es peor, su sentido". * 5

" . . . El hombre sin contacto inteligible, vi


viente y operante con la realidad... El hom
bre como «unitas multiplex» en relación vi-
viente, inteligible v amorosa con el ser, de'
paso a un «homo dúplex», disociado tanto e
su relación consigo mismo cuanto en su r
lación con el mundo. Caracterizan a est;
«homo dúplex» tanto la hipertrofia de un e
píritu calculador, abstractivo, geométrico, f
cional que se alimenta cada vez más y m'
de sus propios esquemas a priori, como
incapacidad para sentir verdaderamente; y
que sus contactos con' el mundo, exterior

parata). V I A Ñ A SANTA CRUZ, J. A. J. J.: "¿Existe algu"


advocación mariana que sea particularmente propicia a l
matemáticos?" En • Mikael. Año 6. No 17. 2"? Cuatrimest
de 1 9 7 8 , pp. 9 5 - 1 1 2 . M A D I K A N , J . : Itineraires/Revue mfl(¡
suelle. N<? 156, septembre-octobre 1 9 7 1 . OUDIN, J . :
mathématiques modernes et leur enseignement (réflexi
d'ün ingénieur). La pensé catholique. N"? 133, 1 9 7 1 . M N FARIÑA VIDELA, A.: "Por qué somos realistas". En:
CEL CLEMENT: L'avenir de l'intelligence. Una Voce¡ M \\ldiologica. Rvta. Argentina de Psicología Realista. Año 1 ,
out. 1 9 7 1 , núms. 3 8 - 3 9 . 11, 1 9 7 8 , pp. 7-8-10.
II. LA TECNOLOGIA EDUCATIVA

Ya nos hemos r e f e r i d o e n estas páginas, a l a seria


iimenaza, q u e representa p a r a l a n a t u r a l e z a c o n t e m -
plativa d e l h o m b r e y de l a escuela e l p r e d o m i n i o
Ircnocrático q u e nos rodea. C u a l q u i e r a sea e l n o m -
Inr q u e se l e dé a esa "ideología n e o p t o l e m a i c a y
ni'oprotagórica", c o m o l a l l a m a m o s c o n palabras de
Col ta, l o c i e r t o es q u e ella v i e n e c o n f o r m a n d o m u -
llías situaciones vitales; y hasta creando u n n u e v o
Upo h u m a n o , q u e se define precisamente p o r l a
mi lotización, p o r l a artificialización y d e p e n d e n c i a
los i n s t r u m e n t o s .

" E l h o m b r e se encasilla cada v e z más e n


su caparazón. T e j e a su a l r e d e d o r u n a u r d i m -
b r e de auxiliares técnicos, y se s u b o r d i n a
a objetivos técnicamente f i j a d o s . . . Prefiere
g u i a r y encauzar l a r e a l i d a d p o r m e d i o de
aparatos y de máquinas, pero esa es justa-
m e n t e l a causa de q u e , en l a m i s m a m e d i d a
en q u e a u m e n t a n sus p o s i b i l i d a d e s d e acción
198 Algunas proyecciones del problema pedagógico La tecnología educativa 199

caiga el hombre en una dependencia cada antes, en medio de la secularización, ha buscado


vez más fatal respecto de los instrumentos luntos sucedáneos divinos: •
creados por él mismo". 1

"Ésta es la era de Frankestein, el héroe que


Estas palabras de Brinkman describen claramente creó u n monstruo mecánico y vio después
la paradoja. Olvidándose de su origen sobrenatural, que se había evadido de su dominio y ame-
y de las responsabilidades a que está obligado en nazaba su propia existencia. Frankestein re-
razón de sus vínculos, el hombre contemporáneo presenta nuestra época de u n modo más
buscó liberarse e independizarse. Creyó hallar en] característico de lo que Fausto representó la
el poderío técnico el aliado ideal. Las máquinas: época de Goethe y de los románticos. E l hom-
se convirtirían en sus auxiliares; y finalmente el bre occidental ha creado el orden tecnoló-
deseo cartesiano se realizaría con creces: disfrutar gico, pero no ha descubierto el modo de
los bienes de este mundo, lejos de las vanas abs- dominarlo. A l contrario, éste empieza a con-
tracciones contemplativas. trolarlo, y de ser así, no parece que haya
Hasta había algo de religiosidad subvertida e~ forma de evitar que le destruya". 8

estos propósitos, algo así como el viejo sueño redi


vivo de los alquimistas. Dice el mismo Brinkman; Por eso, y en el mismo sentido, dice López Ibor
I|IIC
"un anhelo de auto-redención impulsa al h
mo factivus a la transformación de la realida "el hombre creador de la técnica, es a su vez
por medio de la técnica y de la industri convertido en un objeto t é c n i c o . . . No se ocu-
. . . L a fe cristiana en la Salvación se transfo pa del ser de las cosas, sino del modo de
ma en el hombre técnico en u n anhelo d andar entre ellas y con e l l a s . . . U n mundo
propia salvación". 2
de luz racional lo ha cegado para la lumino-
sidad impalpable del misterio. Y eso es, pre-
Los verdaderos resultados están a la vista; trá cisamente, lo que ha de aprender. E l respeto
eos pero aleccionadores al mismo tiempo, como i por el silencio y la oscuridad, o sea, el res-
dieando la irreversibilidad y el desquite del Orde peto por el m i s t e r i o . . . E l sentido de la His-
Natural. Nunca como en estos días de 'liberada toria está en escuchar atentamente la voz de
el hombre es más esclavo, dependiente y subo Dios en nuestra conciencia. Sólo así sabremos
dinado de los instrumentos. Nunca como en est de dónde venimos y hacia adonde vamos". 4

días de las comunicaciones electrónicas sin fronte


ras ha estado más desarraigado y solo. Nunca comí
D A W S O N , C . : La crisis... O b . cit., p. 1 9 0 .
B R I N K M A Ñ N , D . : El hombre y la técnica.
1 E d . Galatf| I L Ó P E Z I B O R , J . J . : La aventura humana. Bibl. del pen-
Nueva Visión, 1955, p. 92. mmicnto actual. E d . Rialp S . A . Madrid, 1 9 6 5 , pp. 7 9 , 2 7 ,
aIdem ant., p. 1 2 0 y ss. y 9 2 . H y 44.
200 Algunas proyecciones del problema pedagógico L a tecnología educativa 201

Toda esta marea tecnocrática ha invadido la Es- II I igual que en tantos otros aspectos, la a n t i g ü e d a d
cuela. Está imponiendo su impronta a la educació nos proporciona su ejemplo.
y pretende también planificar su futuro. Las Ha
madas "máquinas de enseñar", los "sistemas de ins- "La pedagogía clásica —dice Marrou— se
trucción por computadora" y "tecnologías de 1 interesa, sobre todo, por el hombre en sí mis-
enseñanza", ya son un hecho en varios países. mo, no por el técnico equipado para una
tarea en p a r t i c u l a r . . . De ahí el acento sor-
Quisiéramos al respecto, guardar la debida obj
prendente que se pone en la noción de Pa-
tividad. No es necesario explicar que las tecnología
labra. . . E l ideal de la cultura clásica, en
no tienen por q u é desecharse n i desaprobarse. Sir
suma, es a la vez anterior y trascendente a
van en buena hora para apoyar y perfección
toda especificación t é c n i c a . . . E l ideal clásico
el proceso enseñanza-aprendizaje; pero es la fi
trasciende la técnica; humano en su punto de
softa del uso tecnológico y las razones psico-peda-
partida, el hombre culto aunque se convierta
gógicas que se invocan las que no siempre pueden
en un especialista altamente calificado, debe
aceptarse. Además, una cosa es auxiliarse con má-
preocuparse ante todo por continuar siendo
quinas o aparatos —indiscutiblemente lícito y con-
hombre. T a m b i é n en esto el diálogo con el
veniente— y otra cosa es centrar la enseñanza y el
espíritu antiguo se revela instructivo para el
aprendizaje en la relación máquina-persona. Porque
hombre moderno. Padecemos una evidente
aun cuando en estos últimos casos tal aplicación
sobreestimación metafísica de la técnica. Exis-
pueda resultar útil, el valor utilidad no basta para te un terrible imperialismo en el seno de toda
justificar o compensar carencias esenciales, com técnica. E n virtud de su lógica propia, tiende
la presencia del docente y el diálogo interpersonal. a desarrollarse según su línea particular y pa-
En principio, debe quedar en claro no sólo que ra sí misma, y concluye por esclavizar al hom-
la relación maestro-discípulo debe salvaguardarse bre que la ejerce... Los clásicos no cesan
de cualquier automatización o sustituto, sino que de recordarnos que ninguna institución, nin-
la tecnología y su uso no pueden despojarse de gún conocimiento, ninguna técnica, deben
eticidad. convertirse jamás en un f i n en sí". 0

Con frecuencia se alude a su condición de m


dio, como si este carácter volviera todo neutro I'ero tal como se presenta actualmente, la tecni-
aséptico. Pero la categoría de medio no puede vol» I¡«ación educativa desconoce estos presupuestos,
verse un amparo para convalidar cualquier exceso (
ininque algunos de sus representantes insisten en
que el papel de las máquinas es secundario y fun-
En segundo lugar no debe confundirse el fi
cional. Sin embargo todo indica que las novísimas
operis con el finis operantis. E l f i n del hombre
modalidades tecnológicas convierten al alumno en
anterior y superior al f i n de la obra. P o d r á n 1
obras en determinadas circunstancias ser lo prim
ro, pero no son nunca lo más importante. Aquí, MARBOU, H. I . : Historia . . . Oh. cit., pp. 271-275.
202 Algunas proyecciones d e l problema pedagógico L a tecnología educativa 203

un apéndice de los aparatos, y a estos en reempla, Nuevamente asoma el ideal baconiano, y junto
zantes del profesor; con los consiguientes riesgos n él, la utopía, la creencia casi religiosa en la omni-
para unos y otros, de automatización y desperso- potencia técnica. Máquinas que se manejan solas,
nalización. Las máquinas ya no se limitarán a exa- que crean y manejan a su vez nuevas máquinas, que
minar o registrar, sino que Ripien al hombre y lo manipulan experimentalmen-
te, máquinas tutoras, rectoras y hasta guías espiri-
"imitan al profesor y presumiblemente podrías l nales. Helmer llama a este singular proceso
sustituirlo". 6

"la segunda revolución de las computado-


Tampoco la palabra, seguirá siendo como para; ras . . . mucho más radicalizada que la pri-
los antiguos mera, de una índole muy diferente, más sutil
y potencialmente mucho más influyente". 0

"el instrumento privilegiado de toda cultura,


de toda civilización". 7 Resultan ilustrativos al respecto algunos informes
lie la Universidad de Belgrano:
En la "era tecnotrónica" —como la llama Brzezins-I
k i — será desplazada por "El alumno universitario que cursara en la
década del '80.. . se encontrará inmerso en
"las técnicas audiovisuales y de cálculo. Por el mundo de las calculadoras, microcomputa-
contraste con l o que sucedía en la Edad Me-> doras y computadoras de diferente porte. Es-
d i a . . . en la sociedad tecnotrónica las comu-, tas «condiciones ambientales»... serán sin
nicaciones audiovisuales estimulan imágenes, duda la característica básica y normativa de la
de la realidad más dinámicas, disímiles, que década del '80.. . Por ello, los alumnos uni-
no se pueden encasillar en sistemas formales,; versitarios deben estar preparados para no
al mismo tiempo que las exigencias de la sólo seguir los adelantos de la sociedad, sino
ciencia y las nuevas técnicas de computación para ser los diseminadores y encauzadores del
otorgan prioridad a la lógica matemática y al empleo de estos elementos. E l alumno debe
razonamiento sistemático. E l conocimiento se pues adquirir el hábito del uso corriente de
convierte en u n instrumento de poder, y la ellos, como si fueran las herramientas funda-
movilización eficaz del talento en u n medio mentales para el desarrollo de su tarea. Debe
importante para conquistar poder". 8 crear aptitudes y actitudes acordes con esta
nueva forma de vida". 13

8 S K I N N E B , B . F . : Tecnología de la Enseñanza. Nuev^ » H E L M E B , O . : " L a Ciencia". E n : Pronósticos del futu-


Colección Labor. Barcelona, 1 9 7 3 , 2 » ed., p . 7 4 . to. Alianza e d . S. A . M a d r i d , 1970, p . 40 y ss.
MAIUÍOU, H . I . : Historia... Ob. c i t , p. 2 7 2 . Universidad de Belgrano. Instituto de Investigaciones
s BBZEZINSKI, Z . : La Era Tecnotrónica (Between twflj 11.• Enseñanza no convencional de la Facultad, de Tecnolo-
ages). Paidós, Bs. As., 2 ? e d . , 1 9 7 9 , p p . 3 6 - 3 7 . K¡a. Nuevos enfoques de enseñanza para l a década d e l '80.
204 Algunas proyecciones de] problema pedagógico
L a tecnología educativa 205
Dejando de lado lo que podría considerarse lug
común, esto es, la crítica a tales costosas propues v virtudes que son exclusivas del hombre, pero que
tas por contraposición a la precariedad física co al parecer, ahora le serán prescindibles u optativas.
que se manejan tantos institutos educativos, y lo La verdad es que la tecnificación educativa lo-
mismos docentes, nótese la trama argumental de gra desfigurar a la larga el aprendizaje humano has-
enfoque. E l mundo de las complejas maquinaria ta la completa identificación con un acto animal,
impondrá sus características normativas, y el hom con un vulgar amaestramiento. Algo hemos dicho a l
bre, lejos de preservar su vida contemplativa, r~ respecto, con referencia al influjo del Conexionismo
chazando esa normatividad tecnológica, habrá d y del Conductismo; y es justamente en 'las má-
aceptarlas y promoverlas, creando "aptitudes y a Hiiinas de enseñar" donde tal influencia se concreta
titudes acordes" con lo que se reconoce y acep v ejecuta.
como "una nueva forma de vida". El punto de partida es el experimento con ani-
males. Sometidos a condiciones no naturales, estos
Mientras el profesor debe adecuarse a
demuestran tener una serie de respuestas acordes
"la nueva filosofía de instruir asistido p a "la recompensa y al castigo". Es la llamada "ley
computadora", 11 del efecto", de Thorndike. U n aparato, por ejem-
plo, hace depender la aparición de comida u otra
el computador actuará (•ratificación, de ciertos comportamientos. Finalmen-
te el sujeto se condiciona a ellos y los realiza auto-
"como un t u t o r . . . un consejero... y un orien máticamente. Para ayudarlos existen reforzadores,
tador vocacional... Los estudiantes —se ase- rslo es, estímulos que aceleran o deciden el con-
gura— interactuarán con el computador e dicionamiento.
forma individual, con el f i n de lograr sus o"
Y bien, las máquinas de enseñar —dicho por sus
jetivos de aprendizaje... E l computador
il¡senadores y propulsores— no hacen sino imitar
paciente, consistente, posee una excelente m
este esquema zoológico-experimental.
moria y está siempre listo". 12

"Una máquina de enseñar —define Skinner—


Hasta aquí llega este optimismo falaz en el pod no es otra cosa que un instrumento que sirve
educador de la técnica, transfiriéndosele categorí para disponer las contingencias de reforza-
miento. Hay tantos tipos de máquinas como
clases de contingencias... L a aplicación del
Instrucción asistida por computadora. Bs. As., agosto condicionamiento instrumental a la educación
1979, p. 1. es sencilla y directa. Enseñar es disponer de
Idem ant., p. 3.
cierto modo las condiciones o contingencias
1 1

1 2 GABZÓN, A.: Tecnología educativa y Diseño instru


cional. Universidad de Belgrano. Congreso Medios no C de reforzamiento en que los estudiantes apren-
vencionales de Enseñanza. Octubre de 1979. Bs. As., pp. den". 13
34 y 39. E l autor es especialista del Proyecto multinaci
de tecnología educativa de la O.E.A.
» SKINNER. Ob. cit, p. 78.
206 Algunas proyecciones del problema pedagógico L a tecnología educativa 207

Quiere decir entonces que el aprendizaje human inteligencias como objetos, las personas como ratas
queda reducido a un "condicionamiento instrumen n cobayos, el aprendizaje como amaestramiento y
tal". Colocado frente a una máquina, el estudiant habilidad.
puede aprender desde matemática hasta "un bue Con razón se ha hablado del
sentido del ritmo", o "razonamiento musical".
Si el niño es pequeño, un distribuidor especi "uso abusivo de ciertas tecnologías de la cien-
le entregará paulatinamente —a medida que aciert cia de la conducta", pues "para los automa-
los mecanismos— tismos y los condicionamientos de la conducta
existe un límite preciso, determinado por in-
"cromos, caramelos o monedas". 14 tegrantes básicos de la estructura de la per-
sonalidad, el de la libertad de elección y el
Por supuesto, los reforzadores varían según la eda de la responsabilidad de la propia existencia,
y como con los animales, no se excluyen ni "el con que no siempre respetan algunas técnicas que
tacto sexual", ni "la ocasión de actuar agresivamen van ganando lugar en la enseñanza". 18

te".
Ni es necesario comentar estos conceptos. Entr Otra prueba de esta radical destrucción educa-
otras cosas porque el sentido común suele capta tiva que operará la tecnologización de la enseñan-
las consecuencias de semejantes proposiciones sin |a, nos la proporciona el ya citado Gozzer. Para él,
acudir a demasiados planteos filosóficos. Lo que
nos preocupa, sin embargo, es que no se advie "la idea conexa al sentido etimológico del tér-
toda la dimensión del daño. mino Pedagogía (guiar teniendo de la mano),
o aquel de educación (sacar afuera, sacar a
Porque ya no se trata de compartir o no deter«<
la luz, aquello que está sepultado) resulta
minadas concepciones educativas, sino de preservar
incompatible con una situación tecnológica
la naturaleza humana de un trato humillante y des
avanzada". 16
perzonalizador. Gratificar a un ser humano con pía
ta o sensaciones sexuales mediante un aparato por-
que acertó con sus mecanismos, es reducirlo a la Ahora, ' • •
categoría de función, cosificarlo y automatizarlo; y
todo esto pasa curiosamente en la era de los dere» "el proceso formativo exige una asistencia téc-
chos y las dignidades del hombre. nica que acompañe al proceso de aprendizaje;
ella se expresa nj más ni menos que en el
Es aquí cuando se advierte la falacia y la hipo*
cresía de un sistema, y los males de una técnica término tecnemática, aprender las tecnologías
desprovista de límites y de ética. Se manipulan lat T

i" BHUEHA, R. P.: La cuestión.:. Ob. cit., p. 6.


1 1 Idem ant., p. 85. Hay fotos ilustrativas. GOZZEH, G.: La Educación... Ob. cit, p. 17.
208 Algunas proyecciones del problema pedagógico
L a tecnología educativa 209

y al mismo tiempo, aprender con las tecn


"Las evirtudes», las cualidades susceptibles
logias". 17
de ser educadas, pueden clasificarse en dos
grupos: las de ejecución y las de decisión".
Y para que no queden dudas que se trata propia- Las primeras, "son cualidades eminentemente
mente de la muerte de la contemplación, asegura apropiadas a la formación técnica". Pero no
Gozzer que basta con ellas, "el hombre tiene que apren-
der también a decidirse... tiene que hacer
"las tecnologías modernas no son sino las a r t e L
profesión de fe y tiene que cultivar y poner
liberales de la sociedad industrial, fundadas i en práctica los imperativos del alma, la ver-
sobre la utilización de los instrumentos de com dad, el sacrificio, el amor al prójimo, la jus-
municación electrónica". 18
ticia, el renunciamiento y el v a l o r . . . A la
fuerza de la decisión se dirige especialmente
Se ha operado así la sustitución total de la esen« una minuciosa educación cristiano-humanis-
cia educativa, por otra cosa que no tiene nada que ta".20

ver con la Universitas, n i con la misión de la Es-


cuela; porque el cultivo de las potencias especu«É
Dentro de este esquema, la educación técnica
lativas del alma cederá su lugar al Computer A s - 1
cumple evidentemente una misión; pero no es la
sisted Instrucción o cualquiera de estos novísimos |
más importante, n i es autónoma; es decir, está i n -
recursos diametralmente alejados de todo aquello 1
tegrada en relación de subordinación al conjunto
que tradicionalmente hace a una situación escolar.B
total de la enseñanza, que apunta principalmente
Y no obstante, la técnica puede tener su sitio e f l l ii otros valores, a las virtudes de decisión, como
la Escuela, porque no es posible ni sensato querer | las llama Dessauer.
prescindir de ella; pero su lugar está al servicio del |
hombre, humanizada y espiritualizada por un uso J " L o que importa, en definitiva, es la deci-
que tenga bien en claro la moralidad y la l e g i t l - j sión. A cada uno le llega la hora de su juicio,
midad de los fines, y que vuelva constantemente g en el que se encontrará solo frente a su con-
sobre la realidad de la persona, de la escuela y áf ciencia y a su Dios y no podrá decir: «yo sólo
la educación, para no envanecerse con utopías o cumplía órdenes y no soy el responsable»." 21

artificios más o menos deslumbradores.


Sobre tan importante tema Friedrich Dessautá
Y este es el gran peligro que se corre con la pura
ha hecho. profundas observaciones que merecen
Ircnologización, Formar generaciones de especialis-
destacarse. 18
lus, —Ortega hablaba de "la barbarie de la espe-
rlnlización"— siempre listos a ejecutar, a obrar, a
1 T Idem ant, p. 19.
1 8 Idem ant., p. 20.
1 9 DESSAUEB, F . : Discusión sobre la técnica. Ed. Ria "" Idem ant., p. 309.
S. A. Madrid, 1964.
'' Idem ant., p. 310.
210 Algunas proyecciones del problema pedagógico La tecnología educativa 211

hacer, aunque la ejecución suponga violar el Orden ella, siendo lo que es, un medio, no sea desprovista
en su utilización de carácter ético, n i deificada con
Natural; Engendrar
atributos humanos que no posee por sí misma; y
"una raza de subalternos que rehuye toda de- sobre todo a condición de que con ella no sólo se
cisión propia y que sólo quiere ejecutar. Y puedan resolver situaciones prácticas, sino mostrar
si realiza algo malo, su defensa es siempre la ni alumno la urgencia de ejercitar determinadas
siguiente: «sólo hemos hecho lo que nos han «ualidades.
ordenado». No han sido educados para deci- N i la esencia n i el f i n de la educación está en
dir y no son capaces de negarse a ejecutar lo la técnica, como n i la esencia n i el f i n del hombre
que se ha ordenado, aunque esto infrinja los está en la ejecución de una obra material, por i m -
mandatos de la ética, de la humanidad o de portante que resulte.
la religión".
"Por ello tenemos que esforzarnos en for-
22

mar hombres que posean las virtudes de


Es el gran peligro pofesional de la técnica. decisión... personas que, por decirlo así, se
Por eso, encuentran continuamente en presencia de
Dios . . . Los h o m b r e s . . . cada hombre —lo
"el técnico, como el juez y el médico tiene sepa o no— lleva un altar en su interior. Y
que aprender a oponerse al abuso de su pro- en éste, en el lugar más íntimo y sagrado,
fesión . . . no olvidar jamás el sentido, la dig- existe una imagen que puede ser algo subli-
nidad y la ética de la profesión técnica. ¡Ay me, un ideal, Dios, Cristo, un héroe, un
de la generación que atiende al poder ejecu- santo . . . "
2 4

tivo, pero que olvida el significado! E l sig-


nificado es lo grande, lo profundo, lo callado.
Dessauer desemboca así con sus planteos, en la
E l conocimiento requiere recogimiento, alejar-
necesidad de los modelos, en la importancia pe-
se de la multitud y de la agitación. Silencio,
dagógica de los Arquetipos, para colmar ese deseo
atención y ocultamiento. La feria del mundo
de grandeza que subyace en las almas, y para ocu-
es ruidosa pero carece de importancia. Los
par ese "altar interior" que lo hace imagen y se-
astros siguen calladamente las majestuosas ór-
mejanza del Creador.
bitas que les han trazado las leyes del Crea»
Altar y deseo que no pueden ser satisfechos ja-
dor".
más por ninguna computadora n i por ninguna
23

{ratificación instrumental, porque sólo la contem-


Este interesante planteo de Dessauer centra 1
plación —y la palabra humana— llena este íntimo
cosas en su punto vital. E l de aceptar la técni
y sustancial requerimiento del ser.
dentro de la vida escolar, pero a condición de qu

Idem ant., p. 316.


M Idem ant., pp. 315 y 310.
2 2

23 Idem ant., p. 317.


III. CONTENIDOS PROGRAMÁTICOS

Si analizamos ahora el otro aspecto señalado al


principio, el de los programas escolares, se descu-
brirán también antecedentes poco satisfactorios.
Los programas escolares han sido y son objeto
<le críticas diversas, tanto en lo formal como en lo
Conceptual; críticas que a veces están teñidas de
Dierto snobismo pedagógico y apuntan a promover
ensayos extravagantes. Han faltado, sin embargo,
objeciones de fondo sobre la naturaleza e identidad
educativa a la que debe servir y responder un pro-
nama para ser auténticamente escolar.
Últimamente, con la elaboración de los llamados
"Contenidos Mínimos del Ciclo Básico para el Ni-
vel Medio", se nota una intención rectificadora que
puede llegar a tener alcances más profundos; aun-
que es de lamentar que el problema se plantee
siempre en función de los contenidos —su actualiza-
ción o ampliación— más que en función de los fines
1/ de la naturaleza del acto educativo, sobre la que
Imito insistimos.
214 Algunas proyecciones del problema pedagógico
Contenidos programáticos 215

Se aclara allí primeramente que:


No ensayaremos aquí una exégesis de los Con-
tenidos mínimos programáticos, pero lamentable-
"La Educación Media tiene por finalidad la
mente no se ve la misma precisión en otras
formación humana g e n e r a l . . . aquella que no
lormulaciones, y éstas, si no se enmiendan, termi-
tiene en cuenta la actividad, oficio o profe-
narán finalmente por diluir los aciertos.
sión (sino que) se refiere al hombre", recono
Propósitos tan sensatos como los enunciados, no
ciendo que éste posee "una vocación trascen
pueden conciliarse con el descuido de la Forma-
dente para un destino eterno". 1

ción Docente, dejando los programas y las b i -


bliografías del Profesorado fuertemente imbuidos,
Tal vez no todos los objetivos formulados se ade- como están, del espíritu revolucionario de la Peda-
cúen exactamente a estos claros principios, pero gogía Moderna, n i con los programas universitarios
algunos casos diversos, más significativos precisa- de idéntica fundamentación teórica. N o pueden
mente por esa diversidad, tales como los de Edu- conciliarse con la siempre presente propuesta de
cación Práctica y Plástica, Historia, Biología y For- organizar el Ciclo Medio, y si fuera posible el Pri-
mación Moral y Cívica son de gran importancia, mario, en función de salidas laborales; n i pueden
en tanto que de cumplirse, quebrarían o disminui- conciliarse tampoco con tanta permisividad teórico-
rían esa primacía de la praxis apuntalando la visión
práctica para muchos sectores ideológicos, o con
espiritual.
b incesante creación de carreras nuevas (desde
Determinar por ejemplo que "la Educación Plás- l!)76, según cifras oficiales se crearon 668 en los
tica procurará la elevación de la persona a un pla- Memas estatales y privados de la enseñanza supe
no superior espiritual", y que "el objetivo de la
2
tior universitaria),* sin resolver los problemas de
Educación Práctica no es lograr la formación téc- lus ya existentes y con el riesgo de multiplicar i n -
nica industrial, sino desarrollar en los estudiantes cesantemente las situaciones críticas.
la capacidad de reflexión de los problemas técnicos Estas carencias se suman a otras de antigua data.
y científicos", tiene un mérito fundamental y su
3
Francisco Rinaldi en u n libro al que remitimos
real aplicación puede producir efectos muy posi- por su claridad, ha realizado sobre el particular
5

tivos. Interesantes observaciones. Reconoce el autor que


mire "los propósitos formativos" expresamente esta-
blecidos para la Escuela Primaria, figuran algunos
1 Ministerio de Cultura y Educación. Consejo Federal de corno:
Educación. Contenidos Mínimos del Ciclo Básico para el
Nivel Medio. V I I Asamblea Extraordinaria. Informe final. "Recuerda siempre que eres hijo de Dios";
Recomendación No 7. 18-19 de diciembre de 1978. C E N D I C ]
(Centro Nacional de Documentación e Información Edu- i que "Dios es fuente de toda razón y justicia",
cativa). Serie Legislación Educativa Argentina. N ? 18. Bi.
1 y otros similares, pero adelantándose a fal-
Aires., 1978, pp. 7-8.
2 Ministerio de Cultura y Educación . . . Ob. c!t., p. 81.
3 Idem ant., p. 173. * Véase La Nación 23-11-80, p. 17. Propaganda oficial.
I RINALDI, F . : Filosofía y Educación. Córdoba, 1979.
216 Algunas proyecciones del problema pedagógico Contenidos programáticos 217

sas conclusiones señala: "¿Cuál es el antece- ministrativo y contable; claro está, sin moral,
dente que hay dentro del Plan de Estudios ni Religión . . . Orienta al alumno dentro de
que permita sacar como consecuencia dichos un ámbito dado que no posibilita ninguna
propósitos formativos? Ninguno, porque no salida hacia lo trascendente y metafísico". 6

hay ninguna asignatura como Religión o M o -


ral cuyos contenidos me permitan inferir tales Con respecto a los planes de la Escuela Secun-
propósitos. En otras palabras, en este caso e* daria, advierte Rinaldi un desfasaje entre la For-
los propósitos formativos, lo que no existe es mación Científica y la Formación Humanística.
la causa que obra como antecedente para lle-
gar a tal f i n . "Los porcentajes de las asignaturas de For-
mación Científica llegan al 63,5 % , mientras
"Es más aún. Si nosotros releemos los pro-
que los de Formación Humanística ocupan el
gramas de Naturaleza y de Geografía obser-
varemos que de los contenidos que se disponen 36,4 % . . . Supone por lo tanto u n hombre
para la enseñanza en los distintos grados, no natural que debe ser preparado eficazmente
surge ninguna posibilidad que permita inferir para insertarse en la sociedad y que vive de
el principio metafísico de causalidad, que un modo utilitario con una finalidad econó-
conduzca a deducir un Ser Creador a quien mica y materialista: «defenderse en la vida».
se le debe el Orden y la armonía del universo Es para ellos el hombre u n ser natural y bio-
y que es el autor del hombre con alma inmor- lógico". 7

tal y un destino trascendente . . .


Si bien estos comentarios tienen como destinata-
" . . . E n consecuencia, este Dios que aparece
rio específico los programas de las Escuelas de
como sacado de la galera de un mago, emerge
(-'omercio; es un hecho que en los Bachilleratos y
sin u n verdadero antecedente del cual se pue-
n i otras orientaciones, los programas suelen enfa-
dan derivar las consecuencias. Estamos pues
t izar lo técnico-científico, dando una visión prepon-
en presencia de la concepción filosófica que
uVrantemente naturalista que la Universidad co-
llamamos deísmo, cuyo dios no tiene nada de
rroborará, salvo escasas excepciones particulares
sobrenatural n i de personal: naturalismo que
que confirman la regla.
supone también, un hombre natural y bioló-
gico . . . Parecería que lo que se busca y se promueve es
f l dominio sobre las áreas empíricas del conoci-
" . . . Invito al lector a que repase detenida-
miento. Los mismos alumnos se orientan cada vez
mente la asignatura Ahorro y Previsión, y po-
más hacia ellas reservando u n tácito o expreso
drá comprobar cómo la misma está impregna-
desdén por las carreras humanísticas, a las que, en
da de empirismo, que en educación contempla
sólo el lado práctico . . . L o que se persigue
RINALDI, F . : Filosofía y Educación. Córdoba, 1979,
con esta asignatura es la educación del per-
11

l.p. 91-93.
fecto ciudadano desde un punto de vista ad- 7 Idem ant., p. 4 3 .
218 Algunas proyecciones del problema pedagógico
Contenidos programáticos 219

el mejor de los casos, sólo se consideran aptas par


Los contenidos programáticos podrían ayudar á
el sector femenino.
i<'vertir o equilibrar esta situación, si ellos estuvie-
Una sociedad que avanza aceleradamente hacia
ran estructurados con otro criterio jerárquico, que
la negación del ser por el hacer los ha menta-
potenciara los valores de la vida contemplativa,
lizado de tal modo que en los momentos de deci-
i oviamente no es en primer lugar una cuestión de
sión vocacional, cuando se juega ante todo el futuro
contenidos, sino de Fines y Principios, pero aun en
personal y no el status social-económico, las opcio-
•1 p l a n o de los contenidos —de los que estamos ocu-
nes se vuelquen inexorablemente hacia lo práctico,
p á n d o n o s aquí— es posible un replanteo que garan-
hacia aquello que asegure —o crean que asegura-
tice el camino correcto.
rá— un buen pasar, un "futuro promisorio" en est
Juan E. Cassani analizando el papel "de los
hormiguero laborioso y prosaico, que se va constru-
contenidos de la Enseñanza Media como punto de
yendo.
apoyo de las realizaciones didácticas" recalca la im-
Recientemente el Servicio de Orientación Vo- portancia de aquellos contenidos que aseguren el
cacional dependiente del sector de Psiquiatría ejercicio del ocio, "a la manera griega" en "la for-
Preventiva (Unidad Centro de Salud Mental N ° 3 ) m a c i ó n juvenil". La ausencia de esta preocupación
del Hospital Ramos Mejía corroboró este panorama. "reduce la habilitación del alumno para vivir con-
sigo mismo y engrandecer su propio espíritu". 10
"Por lo general —se ha declarado oficial-
Pero la aplicación de estas normas supone un
mente— se puede apreciar que la duda en los
cambio en la concepción antropológica. Esto es,,
niños que están en el último tramo de la pri-
dejar de considerar al hombre como una parcela,
maria se plantea entre el ingreso en la escuela
para encararlo como ser íntegro, "ser religado" y
comercial o en la técnica.. Se desprende de
no "a'slado, sin vínculos, desacido" como terminan
esto que la mayoría de ellos descarta de en-
concibiéndolo las distintas visiones reduccionistas. 11
trada el bachillerato y trata de buscar una
Y dar luego el paso más decisivo, pues ese "nudo
aplicación práctica, a sus estudios". 8
<lr múltiples vínculos" que es el hombre posee uno
<|iie es
Otro tanto confirmaba, el Servicio de Orientación
Vocacional dependiente de Sanidad Escolar en re- "el más profundo, el fundamental porque
lación con los egresados del nivel secundario. funda o sostiene a los otros como el cimiento
a la casa. Estamos ónticamente vinculados a
"El mayor porcentaje de las inclinaciones Dios —reitera F. Ruiz Sánchez— en nuestro
se da hacia el cálculo. Por lo contrario apa-
recen en los últimos lugares las tendencias 1 0 CASSANI, J. L . : Didáctica General de la Enseñanza
hacia la actividad musical o literaria".9
Media. L i b . El Ateneo. Bs. As., 1965, cap. I V .
" Rurz SÁNCHEZ, F.: Fundamentos y Fines de la Edu-
8 Véase La Nación, lunes 24-3-1980, p. 5, col. 2 y 3. idc.ión. Inst. de Ciencias de la Educación. Facultad de Filo-
9 Idem ant, col. 4. sofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza,
11/78, p. 180.
220 Algunas proyecciones de] problema pedagógico
IV. PERSPECTIVAS
mismo s e r . . . a Dios que da sentido no sólo
a nuestro existir, no sólo a nuestra naturale-
z a . . . sino también a nuestro d i n a m i s m o . . .
en el cual, como ocurre con el bien alcan-
zado, se hallará —y sólo en Él— reposo acti-
vo, contemplativo y gozoso. Así lo sintetizaba
magníficamente San Agustín: "quia fecisti
nos ad Te, Domine, inquietum et cor nostrum
doñee requiescat i n Te". 12

Son muchos los interrogantes y las cuestiones que


se plantean con todo lo expuesto. Cabe pensar cuál
puede ser el desenlace inmediato de una situación
pedagógica tan generalizada como equívoca.
Por lo pronto no habrá que sorprenderse si el
Marxismo se instala y fortifica en las inteligencias
de muchos con sutil pero profundas raíces. La con-
secuencia principal de esta sistemática educación
anticontemplativa no puede ser otra, pues la prole-
tarización de la mente, el servilismo a la eficacia
productiva, el cautiverio del alma a lo útil y con-
creto, es la vía más segura de marxistización. Pre-
cisamente porque se va configurando esa mentali-
dad dialéctico-materialista de la que tanto habló
Mao como requisito para el triunfo revolucionario,^
y de cuya nocividad como instrumento pedagógico
dieron sobrada prueba los escritos de Freiré.

1 Véase: M A O - T S E - T U N G : Cuatro temas filosóficos. C o l .


de ensayos: L o s tiempos nuevos. E d . L a Rosa Blindada. B s
1 2 Idem ant., p. 187.
Aires, 1969, pp. 32 y ss.
Perspectivas 223
222 Algunas proyecciones del problema pedagógico

Muchos son marxistas sin saberlo y hasta en nom-


L a experiencia docente indica que u n porcentaje
bre del antimarxismo, precisamente porque en su
considerable de alumnos, y aun de quienes no lo
son, adhieren y suscriben a pensamientos, que si escala de valores, no pocos de ellos aparecen distor-
bien se repiten y enseñan como "frases hechas", sionados mientras ocupan el sitio preeminente
mecánicamente, esto es sin el debido fundamento, aquellos que deberían estar subordinados. Años de
son íntimamente marxistas o por lo menos no con- escolaridad mal encaminada han condicionado a
tradicen los esquemas revolucionarios. ello.
De esta acusación no se ven libres lamentable-
"No nos damos cuenta —escribe Ousset— mente las escuelas cristianas, elegidas más de una
hasta qué punto el espíritu de nuestros con- vez como agentes propicios del desorden. N i es
temporáneos está conformado hasta en sus más necesario aclarar hasta qué punto la catequesis y
simples pensamientos por la mentalidad revo- la teología fueron instrumentadas. De allí, las innu-
lucionaria . . . E l giro espiritual, la manera de merables advertencias pontificias y episcopales, no
pensar de un gran número, realiza esto que sólo para preservar la ortodoxia, sino para que la
el Marxismo se limita a explicar y sistemati- religión deje de ser una materia más y se convierta
zar . . . Falta, dirá un buen marxista, pasar de en el núcleo mismo de la escuela.
la inconsciencia a la conciencia explícitamen- Porque reducir la religión a un punto curricular
te dialéctica".
comparable a cualquier otra asignatura es algo tan
2

nocivo como la misma heterodoxia, pues en defini-


No es el terrorismo físico lo que más debe preocu- tiva la precede y alimenta creando u n clima secula-
par, n i tampoco es la conquista que interesa más rizante y antijerárquico.
al adversario; sino la disposición del espíritu para
aceptar o rechazar determinados valores; y la Nue- "Es menester que las verdades de Fe —en-
va Pedagogía —sean o no conscientes de ello sus señó oportunamente nuestro Episcopado— no
propulsores— constituye un auxiliar importantísimo figuren solamente como una materia más en
de la Revolución Marxista, porque logra gradual los planes de enseñanza, sino que efectiva-
pero concretamente el vuelco hacia valores de uso mente iluminen todos los ramos del saber,
y conveniencia que no son precisamente los que han presidan el comportamiento de todos los com-
cimentado la grandeza del Occidente Cristiano, ponentes de la comunidad educativa e inte-
pero si en cambio, los que han creado el sustrato gren a la luz de la sabiduría secular de la
materialista sobre el que se asientan las conviccio- Iglesia los distintos conocimientos, presididos
nes del Comunismo. por la Filosofía y la Teología, bases de un
Asistimos a una paradoja de alcances trágicos. humanismo cristiano perenne". 3

2 OUSSET, J . : Marxismo tj Revolución. Col. Clásicos Ca- Episcopado Argentino: Declaración sobre Educación.
tólicos Contrarrevolucionarios. Ed. Cruz y Fierro. Bs. As.,
3

1977, pp. 61-62.


San Miguel, abril 1969. E n : Varios: Iglesia y Educación.
224 Algunas proyecciones del problema pedagógico Perspectivas 225

"El mensaje de la salvación debe ser el dimensión cristiana no puede estar escindida de
centro de toda la acción pedagógica de la la visión amorosa de Cristo. Por eso, es de una
escuela católica . . . La pedagogía que toma en exactitud inspirada, definir la escuela como "el lu-
cuenta el movimiento de la Salvación no pue- gar donde están reunidos dos o más en mi nombre".
de satisfacerse con u n curso aislado de Catc-
Se objetará que tal definición sólo es válida para
quesis . . . La escuela ha de ser considerada
quienes profesan la Fe Católica. E n principio puede
como el lugar de la comunidad de gracia que
ser tomado así. Pero más de una vez hemos escrito
se encarna, es el lugar en que están «reunidos
dos o más en m i n o m b r e » . . . E l docente cris- que el Magisterio de Cristo no puede violentar n i
tiano se propondrá como meta principal de la incomodar a nadie que viva en armonía con el De-
actividad escolar, lo que constituye su núcleo recho Natural, justamente por aquello de que "el
más íntimo y profundo: el ingreso del educan- I lombre es naturalmente cristiano" como recordó el
do en la celebración efectiva del culto".* (Concilio Vaticano I I . Y ese Magisterio se hace tanto
más necesario ahora precisamente porque vivimos
rn una sociedad pluralista, de negativas consecuen-
Hay que lamentar que tan precisas declaraciones
cias para la claridad y el orden en la inteligencia
no pasaran por lo general el marco teórico de los
y en la cultura. N o estamos solos en estas consi-
destinatarios, y que no siempre los autores se hayan
empeñado enérgicamente en su cumplimiento, pues deraciones. Las voces más autorizadas lo han re-
su aplicación hubiera significado un saneamiento calcado.
profundo e inestimable. El Papa Paulo VI ha dicho:
En medio de tantas y disparatadas novedades,
estas palabras del Episcopado rehabilitan con hon- "Frente a la tentación que renace constan-
dura la sensatez y la verdad. E n el mundo educa- temente de un naturalismo pedagógico inspi-
cional, donde ya se ha perdido la noción primera rado por el noble pero engañoso pretexto de
e irrenunciable de la Escuela, afirmar la necesidad la libertad del niño, anima una convicción
de un ingreso del educando en lo cultual, es de- profunda: todo niño tiene derecho a que le
fender sustancialmente la naturaleza del hecho edu- sean propuestos claramente la verdad y el
cativo, pues éste no existe sin el ejercicio teológico b i e n . . . E l niño, el adolescente inexperto, ne-
y filosófico, sin la primacía del ocio y el cultivo cesita guías atentos y seguros, indicaciones
de la vida contemplativa. Contemplación que en la precisas y firmes . . . y esta necesidad se deja
sentir hoy más que nunca en u n mundo plu-
ralista, a menudo secularizado, que duda so-
Col. Maestros de la Fe. Ed. Don Bosco y Ed. Claretiana. bre sus razones de v i v i r . . . Proponer a Jesu-
Bs. As., 1977, p. 5. cristo no es imponer al joven una elección que
Comisión Episcopal de Educación: Mensaje a los co-
4

legios católicos. Bs. As., febrero de 1968. E n : Iglesia y constriñe su libertad, sino permitirle participar
Educación, ob. cit, pp. 9-12. ya, en la medida de su capacidad, en la pie-
226 Algunas proyecciones de] p r o b l e m a pedagógico
Perspectivas 227

nitud de alegría y de vida que son la misma


rarse cuando el Estado ha tomado conciencia
realidad de D i o s . . .
de su función. Nadie —y menos el cristiano-
"La referencia a Jesucristo enseña en efecto^
puede negarse a utilizar en beneficio de la
a discernir los valores que enriquecen al hom-
sociedad humana los valores de los que es
bre y los contravalores que lo degradan. El
depositario . . . En la medida que la educa-
mal de la juventud actual, en el caos cotidiano
ción no descubra al hombre la existencia de
de opiniones, ¿no es acaso el de no conocer
un mundo interior en que se encare a sí mis-
o el de no reconocer ya valores superiores?
mo, y en el que deba aprender a recogerse
Todas sus aspiraciones a la autenticidad, a la
interiormente, esa educación, no merece tal
libertad, la justicia, al amor, a la alegría, tie-
nombre". 6
nen necesidad de estar enraizadas en valores
superiores y permanentes, en el absoluto de
Dios". 6
La misma Sagrada Congregación en el difundido
documento sobre la Escuela Católica, insistió cui-
De ahí que Paulo VI, en su mensaje al I X Con- dadosamente sobre este tema: Constituye una res-
greso Interamericano de Educación Católica del 25 ponsabilidad estricta de la escuela, poner de relieve
de diciembre de 1966, llegó a la dimensión ética y religiosa de la cultura, pre-
cisamente con el f i n de activar el dinamismo es-
"reclamar la enseñanza religiosa en las escue- piritual del sujeto y ayudarle a alcanzar la libertad
las públicas allí donde todavía no se imparte J ética que presupone y perfecciona a la psicoló-
(pues), la cultura profana lejos de desmere- gica". 7

cer alcanza esplendor y alta expresión cuando Recientemente ha sido Juan Pablo II quien re-
es completada por la luz de la Fe . . . para 1*1 cordó a los docentes "su propia parte en la misión
configuración del mundo según los principios profética de Cristo, en su servicio a la Verdad
del Evangelio". D i v i n a . . . mientras educan a los otros en la verdad
v los enseñan a madurar en el amor y la justicia"; 8

Con parecidos conceptos, el Cardenal Garrone, i- instó como sus predecesores a que la Religión
Prefecto de la Sagrada Congregación para la Edu- , I n m b i é n llegara
cacián Católica, expresó:

"No es raro oír hoy, que la I g l e s i a . . . en ci


campo de la escuela no puede menos de retí» " C A R D E N A L G A M O N E : Mensaje ante la Conferencia inter-
iiiiirricana de Educación Católica en Panamá. Enero de
11)73. Publicado e n : El Observatorio Romano, 11-2-73. E n :
P A U L O V I : Mensaje al Congreso Nacional de las ÁM>
Ifjfsia y Educación,
5
ob. cit., p . 5 1 .
daciones de padres de los alumnos de la enseñanza l i b f t
francesa ( A P E L ) ; y P A U L O V I : Alocución al CongrcH ' Sagrada Congregación para la Educación Católica. Ro-
M u n d i a l de la C I E C , publicada e n : El Observatorio fítf ma 18-8-77. E d . D o n Bosco y E d . Claretiana. C o l . Maes-
mano el 21-7-1974. Ambos documentos e n : Iglesia y Ec/* lins de la Fe. L a Escuela Católica. Bs. As., p . 17.
catión: ob. c i t , p p . 33-34 y 50-58. 8 J U A N P A B L O I I : Redemptor Hominis. 19. E d . Paulinas.
I k As., 1979, p . 74.
228 Algunas proyecciones del problema pedagógico V. R E C T I F I C A C I O N E S POSIBLES

"a la escuela no confesional y a la estatal"


pues, "el respeto demostrado a la Fe Católica
de los jóvenes facilitando su educación, arrai-
go, consolidación, libre profesión y práctica
honraría ciertamente a todo gobierno, cual-
quiera que sea el sistema en que se basa o
ideología en que se inspira". 9

Hemos transcripto estas largas citas por la opor-


tuna vigencia que ellas tienen en nuestro país, don-
de la presencia de la Religión en los medios escola-
res, ha sido duramente cuestionada no sólo por
sectores contrarios a la Fe sino por ciertos católicos
que avergonzados de su condición y rechazando los
deberes que surgen tan nítidos de los mensajes
eclesiales, han preferido refugiarse en un mal en-
tendido ecumenismo pluralista. Está claro que quie-
A l cierre de estas reflexiones, se hace necesario
nes así se comportan coadyuvan a la inmanentiza-
ción de la educación, siendo el laicismo el medio precisar algunos conceptos previendo sobre todo las
más directo para la supresión de todo vestigio cul- críticas incomprensivas. Tales precisiones, como se
tual, sacro y contemplativo. verá, tienen u n carácter aclaratorio. N o obstante,
y aunque escuetamente, pues no haremos aquí un
Pero además, estas prolongadas citas eclesiales análisis i n extenso, pretenden servir de líneas rec-
trazan un programa con cimientos firmes, edifican tificadoras cuya profundización permitirá elaborar
sobre piedra, reúnen a la educación con su natura- un plan reconstructor:
leza. Y en medio de las perspectivas materialistas 1 — Esta reiterada e insistente reclamación del
que indicábamos al comienzo, nos muestran unn ocio contemplativo no significa ni intenta un des-
esperanza cierta y segura de rehabilitación. dén por las actividades prácticas. E l trabajo ma-
Devolverle la Escuela a Dios y Dios a la Escuela, nual con sus distintas manifestaciones, aun las más
He aquí, la gran tarea, el alto desafío al que están sencillas, no sólo es necesario dadas las contingen-
convocados todos aquellos que sepan y sientan la cias humanas sino que resulta expresión de digni-
verdadera dimensión del Magisterio. dad. E l Cristianismo rehabilitó definitivamente
este significado del trabajo.
No es pues la nuestra una posición angelista;
9 Catechesi Tradendae. Exhortación apostólica de su Sun. lampoco una actitud pseudo-romántica, de rechazo
tidad Juan Pablo I I al Episcopado, al clero y a los ficlri
de toda la Iglesia sobre la Catequesis en nuestro tieinuo
por la técnica y el instrumento. Es innecesario i n -
69. E d . Paulinas. Bs. As., 1979, pp. 93-94. sistir sobre los beneficios que aportan y las difi-
Rectificaciones posibles 231
230 Algunas proyecciones del problema pedagógico
e x p i a t o r i o , t a m b i é n , p o r l o m i s m o , reconforta, y
cultades q u e resuelven. Las avanzadas conquistas
r e d i m e . D e t r á s de la f a t i g a , está la entrega silen-
tecnológicas h a n m e j o r a d o s i n d u d a aspectos d e c i -
ciosa a D i o s y a l p r ó j i m o q u e se ama en É l . D e t r á s
sivos de la v i d a h u m a n a . D e b e aceptarse entonces
de los i n e v i t a b l e s dolores e i n c o m o d i d a d e s , l a m a n o
q u e t a n t o las actividades p r á c t i c a s , c o m o las labores
h u m a n a —que t a l l a o q u e revoca— descubre c o n
manuales y los conocimientos técnicos, o c u p e n u n
asombro la O t r a m a n o , la i n v i s i b l e y presente m a n o
;
l u g a r en el h o r i z o n t e e d u c a t i v o . N o es esto l o q u e
de D i o s .
está en discusión, sino el o r d e n a m i e n t o , la teleolo-
gía de la Escuela, y en v i r t u d de ella, c u á l h a de
" E s t o l o se y o ,
ser el correcto sentido de las m a n u a l i d a d e s y las
esto l o sabes tú, artesano;
técnicas.
l o q u e se c i e r r a en t u puño
E n el t r a b a j o físico se a c t u a l i z a n p o t e n c i a l i d a - lo q u e florece e n tus dedos
des q u e elevan el alma. E l esfuerzo f r e n t e a la n o es t u y o , h e r m a n o ,
aspereza de l a m a t e r i a , m o l d e a el espíritu con há- sino de D i o s .
bitos de sobriedad y austeridad. T u y a es l a i m p e r f e c c i ó n d e l j a r r o ,
L a h u m i l d a d y l a pobreza, la paciencia y la per- la i m p u r e z a d e l p o n c h o ,
severancia, la d i s c i p l i n a y ia resistencia, son v i r t u d e s la aspereza de la cuja y de la mesa,
q u e crecen con el d i a r i o ejercicio d e l trabajo. E n la r e b e l d í a d e l lazo
esto t a l vez r a d i q u e el secreto de su íntima capa- y la r u d a i m a g e n d e l santo.
c i d a d ennoblecedora. Siempre q u e estás delante
E l h o m b r e q u e l a b o r a está c u m p l i e n d o de algún D i o s está detrás.
m o d o a q u e l l a misión q u e se le confió a l P r i n c i p i o : Q u e tus manos sean
"Someted y d o m i n a d la t i e r r a " ( G e n . 1 , 2 8 ) ; está c o m o las flores, artesano,
r e a f i r m a n d o su p r e d o m i n i o sobre las cosas, su se- c o m o l a azucena
ñorío "sobre los peces d e l m a r , sobre las aves del q u e floreció e n l a v a r a de San J o s é
cielo, sobre los animales y sobre t o d a la t i e r r a " por l a h u m i l d a d p o r el a m o r . 2

( G e n . 1 , 2 6 ) . Pero "se puede decir que el hombre


«somete» a sí la tierra, cuando él mismo, con su Pensar en el m o d o y las f o r m a s con q u e se le-
comportamiento, se hace señor de ella, no esclavo, v a n t a r o n las catedrales en e l M e d i o e v o es a d v e r t i r
y también señor y no esclavo del trabajo". 1
ese profundísimo sentido d e l t r a b a j o , en d o n d e
Así l o entendió el M o n a s t i c i s m o q u e incluyó co- cada i n s t r u m e n t o artesanal y hasta cada acto de
m o u n a constante entre entre sus reglas, el callado la l a b o r d i a r i a estaba p o b l a d o de significaciones
ejercicio de las labores manuales. Si el trabajo es sacras.

1 JUAN PABLO I I : Homilía a los obreros de la Alta Si- 2 JIJENA SÁNCHEZ, R.: Mensaje a un artesano. Córdoba,
lesia en el Santuario de Jasa Gora el 6-6-79. E n : El lebrero de 1973.
Observatorio Romano. 17-6-79.
232 Algunas proyecciones del problema pedagógico Rectificaciones posibles 233

Pero el mundo moderno, lejos de advertir esta 2 — La contemplación no niega el obrar, más aún,
dimensión trascendente del trabajo, la ha negado lo supone. Pero no es un obrar físico, exterior, me-
a sabiendas, exaltando la finalidad productiva y cánico, sino precisamente íntimo, interior.
materialmente redituable. La doctrina y la práctica
"No se trata de u n obrar dirigido hacia
del stajanovismo son el testimonio más desgarrador
afuera, a la consecución de un resultado en
de esa pérdida del sentido metafísico del trabajo,
el mundo objetivo que es lo que sólo suele
hasta sumir al hombre con la pretensión de poten-
considerarse cómo obrar, según la acepción
ciarlo en una servidumbre que lo destruye ontoló-
usual restringida a c t i v i s t a . . . Y no es cierto
gicamente.
que sólo en la actividad dirigida hacia el mun-
La Escuela no ha escapado al influjo stajano-
do exterior resulte algo. También el obrar
vista. Las corrientes pedagógicas predominantes, no
inmanente * sabe de resultado y rendimiento
hacen sino promoverla y organizaría en esa direc-
aunque ciertamente no aparezcan hacia afue-
ción. Y esto es lo inaceptable. Que lo útil y empíri-
ra. Es un fruto que se desarrolla hacia aden-
co, que lo manual y productivo, que lo técnico-
t r o . . . el obrar en el cual se nos da la debida
instrumental, sean los ejes sobre los cuales se quiera
felicidad es de la especie del obrar inmanente.
valorar todo conocimiento y toda conducta educa-
No puede ser otra cosa, porque solamente en
tiva. Y que se pretenda medir la bondad de una
él se realiza el propio operante. 5
carrera por el grado de habilitación a un oficio,
por la prosperidad de una "salida laboral".
Pero, además, y contrariamente a lo que suele
Aristóteles había enseñado en la Ética que "es-
creerse, este obrar interior no aleja al hombre de
tamos no ociosos para tener ocio", indicando así el
la realidad, n i lo inhibe para las acciones exteriores.
único camino posible del transcurrir humano. Tra-
Precisamente es en esa "processio ad intra", en ese
bajamos, sí, practicamos y hacemos; pero no está
volverse sobre sí, donde se encuentra el cabal sen-
allí —en la praxis y en el hacer— nuestra plenitud
tido de las cosas exteriores, de la actividad diaria
óntica, n i nuestra real satisfacción, sino en la vida i/ de la relación con el prójimo.
contemplativa, a la que todo hombre —aun sin
El contemplativo no es, como el común de la
saberlo— tiende; porque sólo en la contemplación
gente suele mostrarlo y descalificarlo, aquel que
alcanza su auténtica existencia, su felicidad real.
huye de la realidad sumido en vagas abstracciones.
"Ultima hominis felicitas in contemplatione verita-
No es el que se desentiende de lo cotidiano y de
tis est", dice Santo Tomás; y esa felicidad, aclara,
3
sus semejantes aislado en la ya clásica "torre de
significa perfección y la perfección supone realiza- marfil". En rigor, es justamente lo contrario. Sólo
ción, obrar, porque el hombre se realiza cuando i'l posee el exacto sentido de la realidad, porque
obra. Llegamos con esto a la segunda aclaración.
* Obviamente, aquí el término está utilizado como sinó-
3 SANTO TOMÁS. C. G. 3,37. Cit. por PIEPEB: Ob. cil., nimo de interior y no como negación de lo trascendente.
p. 232. « PIEPEB, J.: Ob. cit., pp. 281-282.
Rectificaciones posibles 235
234 Algunas proyecciones del problema pedagógico

necesita y exige la dirección de la theoría, y sin


conoce los principios fijos e inmutables que la hacen
ella es un mero hacer ininteligible.
inteligible por encima de la oscuridad circunstan-
cial. Sólo él podrá entregarse sabiamente a las cosas "La vida contemplativa no agota su sentido
y a los hombres porque no tiene un alma ganada en dirigir y orientar las actividades humanas.
por la vacuidad del mundo sino por la sabiduría La capacidad que de ello tiene o, si se quiere,
esencial. recíprocamente, la necesidad a que la vida ac-
El contemplativo es paradójicamente quien está tiva está sujeta de que la guíe la contempla-
en mejores condiciones para la acción, pues lejos ción, no convierte a ésta en un simple instru-
del activismo y del afán pragmático, pondrá en mento. La verdadera situación es esta otra: La
sus acciones el sello de la eficiencia antes que él vida activa no sólo se ordena por la contem-
de la eficacia. plación sino que, en último término, y esen-
Hegel puso de manifiesto con agudeza este valor cialmente hablando, está ordenada a ella . . .
de la vida contemplativa.. Verdadera índole de f i n sólo tiene la vida con-
templativa. La vida activa únicamente puede
"Es notorio —dice— lo que fue el alumno
ser medio . . . Pero una vez que esto queda
de Aristóteles: la grandeza de espíritu y las
establecido, no hay inconveniente en afir-
grandes empresas de Alejandro son el más
mar . . . que la vida activa se determina y
elevado testimonio del óptimo resultado y del
perfecciona por e l l a . . . No es pues que espe-
espíritu de tal educación, si Aristóteles tuvie-
culemos sólo para mejor llevar la vida activa,
ra necesidad de tales testimonios.
sino que ésta debe dirigirse y ordenarse por
"El solo hecho de haber formado a Alejan-
las verdades captadas en la especulación...
dro basta para disipar todas las charlas acerca
esto no significa que la teoría surja únicamen-
de la inutilidad de la filosofía especulativa".'
te en función de la práctica. Es la vida activa
la que resulla de la contemplación y no al
Se engañaría empero quien pretendiese valorizar revés. Invertir el sentido de estas relaciones
la contemplación por esta innegable disponibilidad no es otra cosa que u n último y definitivo
a la ejecución y al obrar inteligente; sería otorgarle pragmatismo que, si no desfigura el rostro de
valor de medio a un f i n , negar el sentido autónomo la verdad, la humilla, sin embargo, hasta tal
de la theoría, y en el fondo, sostener una de las punto, que la hace sierva de lo que natural-
formas más sutiles y peligrosas de pragmatismo. mente es inferior a ella". 7

La contemplación no precisa justificarse con re-


sultados prácticos, n i está al servicio de éstos en
carácter de instrumento, pero la praxis en cambio 7 MIIXÁN PUELLES, A . : La función social de los Sa-
beres Liberales. Ed. Rialp S. A . Madrid, 1961, pp. 140-141.
Sobre estas distinciones entre vida activa y contemplativa,
8 H E C E L , F . : Lecciones sobre Historia de la Filosofía. véase: SAN AGUSTÍN: De Trinitate. Lib. X I I , cap. 3, y SAN-
V I I . Cap. I I I , pp. 297-280. Werke 18. Suhrqamp Verlag TO TOMÁS: Suma Teológica. I . q. 7 9 y 11. q. 1 8 2 a. 4.
Frankfurt am Main 1971.
236 Algunas proyecciones del problema pedagógico Rectificaciones posibles 237

Desde su celda trapense Thomas Merton nos ilus- El descuido de la interioridad es uno de los re-
tra aún más estas claras palabras de Millán Puelles proches más serios a los que tendrá que responder
recién transcriptas. La reciprocidad de la vida acti- la Escuela contemporánea. Ella, no ha sabido es-
va y la contemplativa es una relación jerárquica en capar a ese "temporalismo dispersivo y exterioris-
donde la primera está subordinada para su bien a t a " por el cual el hombre quedó reducido a una
0

la segunda. función más.


Y pese a que este giro educacional se ha hecho
"No vamos al desierto —comenta T. Mer-
en nombre del realismo y la reiterada meta de una
ton— para huir de los hombres, sino para
"preparación para la vida", muy distintos son los
aprender a encontrarlos; no los dejamos para
frutos obtenidos. Precisamente porque a nadie se lo
no tener ya nada que ver con ellos, sino para
prepara para la vida, n i se lo dota de realismo
descubrir el modo de hacerles el máximo
desatendiendo aquello que lo afinca y sostiene que
b i e n . . . Es (en la contemplación) donde co-
es su propia interioridad.
mienzan las más hondas actividades . . . Labor
No se ha entendido que el ocio no es inercia,
que es profundo reposo, logros cuyos límites
sino una actividad superior y distinta en la que el
se extienden a lo infinito . . . Pero la actividad
hombre se recobra a sí mismo y recobra la clave
de un contemplativo debe nacer de su con-
de las cosas. No se ha entendido n i valorado que
templación y pareccrsele. Todo lo que haga
la contemplación es la condición sine qua non de
fuera de la contemplación debería reflejar la
cualquier acción inteligente, de todo comporta-
luminosa tranquilidad de la vida interior". 8
miento realista.
No se ha entendido que sólo desde su interiori-
La moderna pedagogía inclinada hacia lo prác-
dad el hombre comprende y juzga, reflexiona so-
tico y lo empírico, se ha despreocupado sensible-
bre el medio que lo rodea y en el que habita;
mente del cultivo de la interioridad, sin advertir
analiza las realidades mediatas e inmediatas, asu-
que entonces no sólo priva al hombre de su cabal
me la vida, se ubica en ella y frente a ella con su
realización y tergiversa la naturaleza educativa,
propia personalidad.
sino que, además, no prepara personas auténtica-
mente capacitadas para la acción, porque no puede
"Cada uno de nosotros —dice Ruiz Sán-
considerarse así, a esos espíritus activistas que so
chez— tiene una dimensión i n t e r i o r . . . un
obtienen, dominados por el hacer exitoso y útil, ro-
«espacio» i n t e r i o r . . . Cada uno de nosotros
botizados para el movimiento, pero ineptos para
es testigo de que podemos «mirar» . . . que
ser verdaderos señores de sus actos y de todos los
podemos edificar un mundo interior . . . Por
actos.
otro lado, en y desde la misma interioridad el

8 MEHTON, T . : Semillas de contemplación. Ed. Sudame- 0 CATUHELLI, A.: La Iglesia Católica y las catacumbas
ricana. Bs. As., 1952, pp. 63-64-80-128. de hoy. Ed. Almena. Bs. As., 1974, cap. IV.
238 Algunas proyecciones del problema pedagógico
Rectificaciones posibles 239

hombre e s . . . En su interioridad el hombre


todo, proponerse una educación contemplativa, sig-
juzga las cosas que son y como s o n . . . un jui-
nifica abandonar las vías fáciles del estar mejor
cio que se limita a afirmar o negar lo que
para elegir el camino estrecho del mejor ser.
es en virtud de la contemplación de un or-
den dado que no lo establece la inteligencia Sólo entonces el sacrificio de la contemplación se
sino sólo se limita a conocerlo. Se trata de satisface y compensa, cuando tras lo mudable y
un juicio especulativo que versa sobre un fenoménico hallamos en nuestra capacidad de per-
«ordo quem ratio non facit sed solum consi- fección, en nuestra armonía interior y en la del uni-
derat», esto es, sobre un orden objetivo que verso que nos rodea el rostro de Dios, que es la
la razón no establece, sino solamente contem- Suma Perfección y la Armonía plena.
pla".
3 — Tal vez no falten quienes pregunten cómo es
10

posible educar contemplativamente en estos mo-


Esta es la gran importancia del cultivo de la in- mentos desbordantes de activismo. Tal vez otros,
terioridad en toda tarea docente que aspire a un piensen directamente que semejante propuesta es
realismo auténtico, sin confundir realismo con ma- inconveniente o utópica.
terialismo o entrega ininterrumpida a la acción exi- Ocurre que se tiene de la contemplación un con-
tosa; n i preparación para la vida con abocarse al cepto esotérico equivalente al de alguna actividad
temporalismo exteriorista. para iniciados; y suele reservarse el uso de la pa-
Es claro que así vistas las cosas, n i la educación labra para los santos o los genios.
contemplativa, n i el contemplativo se asemejan al Sin negar que en éstos pueda darse de un modo
"idealismo" holgazán, o a la cómoda evasión de la especialísimo, no es posible olvidar o desconocer
molicie; imágenes tan difundidas como falsas. que la inteligencia humana es naturalmente con-
L a contemplación —máxime en nuestros d í a s - templativa, que el hombre lleva ínsita en su natura-
supone una sostenida actitud, que no dudamos en leza la disposición contemplante.
calificar de heroica, en tanto exige el esfuerzo y De tal modo que la Escuela y el docente que se
la valentía de remontar la corriente cada vez más propongan recuperar su misión, no estarán persi-
acelerada del materialismo. Volver sobre los pasos guiendo una meta inhallable, sino transitando un
de la propia contemporaneidad y hallar tiempo y camino que es connatural al educando. Pero mien-
espacio para lo que está más allá de lo temporo- tras casi nadie objeta que una computadora pueda
espacial. Proponerse una educación contemplativa ser propuesta como consejera u orientadora voca-
implica el coraje y el sacrificio de desafiar a una cional, no faltarán quienes juzguen inverosímil un
civilización que margina y desdeña todo lo que no planteo como el que presentamos. E n el fondo hay
se ajuste a su infatuada pequenez. Pero por sobro un profundo desconocimiento del hombre. De ahí
que si la Escuela no fija sus Fines a partir de una
1 0Ruiz SÁNCHEZ, F . : Fundamentos y Fines de la Edu- antropología realista, estará cometiendo cualquier
cación. Ob. cit., pp. 59-60. empresa menos la educativa.
Rectificaciones posibles 241
240 Algunas proyecciones d e l p r o b l e m a pedagógico

La contemplación es posible. Posible y necesaria hoy se asegura indefectiblemente el dominio de u n


como que, ya dijimos, ella otorga sentido y direc- saber, que todos puedan llegar a la vida contem-
ción a los hechos, por ella se alcanza la verdadera plativa, pero sus frutos bien merecen el esfuerzo
felicidad y la existencia adquiere su rumbo propio. y ese esfuerzo debe ser la principal preocupación
de Ja Escuela.
La contemplación es posible, y su factibilidad
no está reñida con la preparación para desempeñar "La contemplación de la verdad, en esta
ocupaciones vitales de corte técnico-instrumental. vida, con todo, es un deleite al que muy pocos
Precisamente en medio de esta vorágine tecnicista arriban, porque para que ello ocurra, y hasta
y manual, urge recuperar, retrotraer al hombre dondf es posible en el estado actual de unión
hasta su quicio. del alma con el cuerpo, se necesita una funda-
mental predisposición vocacional, un hábito
"La naturaleza contemplativa de la inteli- arraigado en la permanente actitud especula-
gencia que respeta el orden del ser trascen- tiva y hasta la consagración al ocio teorético
dente a los entes, ba sido «tocada» por aque- que permita abordar este camino hacia tan
llo que ha pervertido, contaminado, su propia amable fin. Una verdadera terapia psicológica,
naturaleza metafísica. Y esto tiene algo de y en última instancia todo el esfuerzo de la
antisacro, una suerte de profanación; porque pedagogía y de la paideia humana, deben
contemplar se compone de cum y templum, fundarse en la aspiración a comunicar al indi-
indicando algo así como el acto de penetrar viduo y a la sociedad este fermento de salud
en el sacro templo de la verdad, que es lo término analógicamente predicable de la sa-
que se «mira» o contempla. Por eso, el inma- lud o salvación melahistórica, como de la sa-
nentismo secularizante . . . constituye una suer- lud espiritual y anímico-coipórea que se pue-
te de violación, de profanación de la natura- da obtener en este mundo". 12

leza de la inteligencia". 11

Si las palabras no estuvieran tan envilecidas, d i -


La contemplación es posible. Y éste es —no
ríamos sin más que este esfuerzo pedagógico exige
otro— el gran cambio que la educación necesita. Si
un gran Amor, porque es sustancialmente un acto
decíamos con Chesterton, "toda revolución como
de Amor.
todo arrepentimiento es una vuelta"; la verdadera
También Pieper nos ha alertado sobre "la falsa
revolución pedagógica será volver a considerar la
interpretación activista del querer", por lo que 13
Schola como el lugar del Otium.
Por supuesto no es tarea de u n día n i realización
fácil; tampoco creemos —con esta facilidad con que Í 2S A C C H I , M . E . : " L a Terapéutica d e l dolor y la tristeza
según Santo T o m á s " . E n Psychologica. Revista Argentina
de Psicología Realista N? 2, Jun. 1979, p p . 100-101.
C A T U R E L L I , A . : " L a contaminación d e l pensamiento
« P I E P E R , J.: El Amor. E d . R i a l p S. A . Patmos. M a d r i d ,
1 1

filosófico en el inmanentismo m o d e r n o " . E n : La contami-


1972, cap. I I .
nación ambiental. O b . cit., p . 309.
242 Algunas proyecciones de! p r o b l e m a pedagógico Rectificaciones posibles 243

conviene explicar que el a m o r e x i g i d o para i n i c i a r d e s c u b r e el secreto de las cosas creadas, de su


el saneamiento de la e d u c a c i ó n n o es c u a l q u i e r sen- íntima y maravillosa coherencia; p o r q u e —salvando
t i m i e n t o o sensación, sino " t o m a r p a r t i d o p o r l a las distancias— q u i e n c o n t e m p l a no hace sino re-
existencia d e l a m a d o " , ese "sacar de t i t u m e j o r
11
crear la a c t i t u d amorosa de D i o s .
t u ' q u e describió Salinas con b e l l e z a .
L a m e n t a b l e m e n t e , este t i p o de consideraciones
15

n o ocupa ningún l u g a r en las habituales directivas


" F u e D i o s q u i e n en el acto de la c r e a c i ó n ,
p e d a g ó g i c a s . N o obstante es la más i n q u i e t a n t e y
anticipándose a t o d o a m o r h u m a n o i m a g i n a -
lícita a v e n t u r a q u e se abre al espíritu docente.
. . ] d i j o ; « Y o q u i e r o q u e seas, es b u e n o , m u y
D e

| bueno q u e existas» ( G e n . 1 , 3 1 ) . Es D i o s 4 — L a Escuela, si v e r d a d e r a m e n t e desea ser f i e l


—j £ I q u i e n lia i n t r o d u c i r l o en t o d o lo que los h o m - a su i d e n t i d a d , debe comenzar p o r r e h a b i l i t a r el
bres p u e d e n amar o a f i r m a r , juntamente con o l v i d a d o concepto de naturaleza humana. E n la
el ser, el ser b u e n o ; q u i e n regaló t o d o lo q u e m e d i d a q u e se p a r t a de él, se h a b r á resuelto t a m -
' i puede ser d i g n o de a m o r y de aprobación. P o r bién el p r o b l e m a de los fines, pues la f i n a l i d a d de
t a n t o , en v i r t u d de su misma naturaleza y de la educación depende d i r e c t a m e n t e de la visión q u e
', una f o r m a i r r e v e r s i b l e , el a m o r h u m a n o n o se tenga del e d u c a n d o , esto es, del h o m b r e m i s m o .
il! - puede ser más q u e reproducción, una especie L a c u l t u r a m o d e r n a —fuertemente i m b u i d a de
a í'M c de repetición de ese a m o r de D i o s , creador u n a a c t i t u d n o m i n a l i s t a — lia disociado al h o m b r e ,
de la más perfecta m a n e r a y en su p r o p i o sen- -su p r o p i a r e a l i d a d y la r e a l i d a d m i s m a , a t a l p u n t o ,
tido".' li
q u e la aceptación de un O r d e n O b j e t i v o d e n t r o del
c u a l existe una naturaleza humana, se hace cada
N o es o t r o el a m o r al q u e parece referirse l a v e z más reticente, c u a n d o no se parcializa.
expresión de Montagne: "sans l ' a m o u r la c o n t e n » E n efecto, suele aceptarse sin más, en v i r t u d de
p l a t i o n n'existerait p a s " ; precisamente p o r q u e la
17
las clásicas fórmulas, q u e el h o m b r e es u n a n i m a l
contemplación no es otra cosa que "un conocer en- r a c i o n a l y social. Pocos en c a m b i o están dispuestos
cendido por el arriar, una visión amante" q u e nos a reconocer q u e d e n t r o de esa fisonomía p e c u l i a r
d e l ser h o m b r e , o c u p a n u n l u g a r relevante, la es-
I d e m ant., p . 46.
1 4
p i r i t u a l i d a d , l a trascendencia y el destino eterno,
S A L I N A S , P . : Perdóname p o r i r así b u s c á n d o l e . . . E n :
1 5
q u e hacen —como decía San Agustín— q u e " l a con-
La voz a ti debida. B i b l . Clásica y Contemporánea. E d . t e m p l a c i ó n se nos p r o m e t a c o m o el f i n de todas
Losada S. A . Bs. As., 1971, 5» ed., p . 5 6 :
nuestras acciones y como eterna perfección de nues-
"Perdóname p o r i r así buscándote
tros gozos" ( D e T r i n i t . 18: P L . X L l l 8 3 1 ) . T a m -
tan torpemente, dentro
de t i . p o c o es c u e s t i ó n de q u e este último r e c o n o c i m i e n t o
Perdóname el dolor, alguna vez, se agote en Jas declaraciones teóricas.
Es que quiero sacar de ti
tu mejor tú . . ." La Educación no puede desentenderse ni violen-
1 G P I E P E H , J.: El Amor. Ob. cit., p. 51. tar la naturaleza humana. Por el contrario, debe
" Cit. por PIEPER, J.: El ocio... Ob. Cit., p. 299. rescatarla y encauzarla. N o h a y en esta a f i r m a c i ó n

1
244 Algunas proyecciones d e l problema pedagógico Rectificaciones posibles 245

novedad alguna; Jo "nuevo" consiste precisamente descuido se siguen no pocas falacias en el sistema
en recordar con énfasis una verdad antigua. Si el disciplinario. L o curioso es que mientras se sobre-
21

hombre es un alma encarnada, una unidad jerár- estiman las capacidades autorreguladoras del alum-
quicamente compuesta que está convocado desde no, y en general aquellas que hacen al uso de la
su Origen a lo Sobrenatural, la educación para ser
tal no podrá desentenderse de esta realidad, n i en- Algunas prescripciones para mantener la disciplina que;
2 1

nos proporciona la pedagogía moderna, revelan —además


cararla como hasta ahora, bajo el laicismo, unila-
de una excesiva teorización— u n desconocimiento sustancial
teralmente. de la naturaleza h u m a n a . B L A I B , G . M . y JONES, R. S. e n
su l i b r o : Cómo es el adolescente y cómo educarlo (Ed. Pai-
"La educación también es un «ais coopera- dós. B i b l . d e l Educador Contemporáneo. Bs. A s . , 1965,
p p . 135-36), nos presentan ciertos casos m u y ilustrativos.
tiva naturae»: «Sicut medicus dicitur causare E n u n o de ellos p o r ejemplo, se pretende contraponer l a
sanitatem i n infirmo natura operante, ita etiam f o r m a " t r a d i c i o n a l " con la moderna para demostrar los i n d u -
homo dicitur causare scientiam i n alio opera- dables beneficios de la segunda sobre l a primera. L a seño-
rita Henderson —educadora " t r a d i c i o n a l " — trataba de con-
tionis naturalis illius: et hoc est docere» (S. T , trolar su revoltosa clase, localizando a los culpables y expul-
De Veritate, q. X L , art. 1 ) . E l educador cum- sándolos. L o cierto es que los alumnos continuaban con sus
ple una tarea «ministerial»: su titular es la na- excesos q u e a juzgar p o r la narración eran verdaderamente
terribles, hasta q u e los mismos provocaron " u n colapso n e r -
turaleza". 18
vioso" de l a profesora q u e la obligó a abandonar el estable-
cimiento.

Corresponde pues a.l educador ser "minister na- Entonces llega la señorita R a y m o n d —pedagoga m o d e r -
na— y lo p r i m e r o q u e les dice a sus alumnos es q u e "no,
turae", justamente porque en su elevada tarea rige tenía ideas formadas acerca de cómo debía funcionar u n a
el principio de que ara imitatur naturam. 19 sala de estudios. Manifestó que quería q u e el tipo de atmós-
fera y las condiciones reinantes en la sala de estudios fueran'
Pero este reconocimiento de la naturaleza huma- en rigor los deseados p o r los propios alumnos".
na, con tales IJ cuales características, debe implicar Por supuesto les pidió q u e formaran libremente una c o -
un acatamiento práctico en la vida, educacional^ misión q u e redactara las normas y asegurara su c u m p l i m i e n -
to, como asimismo todo l o pertinente a l orden y a las
única manera de resolver ciertas incongruencias que diversas reglas d e convivencia. Automáticamente, los mis-
suelen registrarse. - mos alumnos q u e le lanzaban ratones, bombas de olor y
diatribas a l a desdichada Miss Henderson se convierten e n
Así, por ejemplo, se olvida con frecuencia la i n -
bonachones y severos custodios d e las buenas costumbres,
clinación al mal que todos padecemos y de ese 2 0 a t a l p i n i t o q u e "colocaron floreros c o n plantas en lugares
adecuados" ( s i c ) .
Gracias a Dios en la práctica diaria nuestros docentes n o
3 8MÉNDEZ, J . R . : " L a incidencia de l o cognoscitivo e n son como Miss R a y m o n d — n i tampoco tienen q u e ser como
la Educación actual". E n Vnioersilas, No 37, a b r i l - j u n i o , la Henderson— y conservan u n atinado sentido común e
1975, p . 44. instinto de conservación q u e los hace desdeñar de estas
1 9 Véase N O S E N G O , G . : O b . c i t . , p p . 116 y ss. fábulas, las cuales si n o mediara l a subversión radical d e
2 0 Por eso escribió con razón P í o X I en la Divini Illius valores q u e representa, movería a u n a descontrolada son-
Magistri: ". . . es erróneo todo método de educación que se risa.
fundé total o parcialmente en l a negación o e n e l olvido Más ejemplos pueden verse en e l mismo l i b r o . Asimismo
d e l Pecado O r i g i n a l " , N ? 45. E n : Doctrina
1 Pontificia, Do- recomendamos: L U C I E N MOHÍN: LOS charlatanes de la nue-
cumentos Políticos. I I . B A C . M a d r i d , 1953, p . 554. va pedagogía. Barcelona. Herder. 1975. ' ••' .'.
i
Rectificaciones posibles 247
246 Algunas proyecciones del problema pedagógico

aun en los primeros años de la escuela. Allí donde


libertad, se nota una inmunización del potencial
hoy casi todo es mediocridad, es posible Shakespea-
contemplativo de su inteligencia, cuando no de su
re y Cervantes. Son posibles los modelos reales —El
inteligencia a secas.
Caballero o el Héroe— frente a los nocivos sucedá-
Quizá sea en el Nivel Primario donde esto su- neos que inundan la cultura. 22

ceda más visiblemente. Basta acercarse a los textos Jaspers puso de manifiesto la disposición filosó-
habituales, sobre todo, los históricos literarios. La fica —la admiración— del pensamiento infantil. " N o
vulgaridad parece ser la norma de aceptación, junto es nada raro oír de la boca infantil algo que por
con una pobreza conceptual alarmante. La imagen su sentido penetra inmediatamente en las profun-
fácil —lo audiovisual en general— está tan hipertro- didades del filosofar". . Otro tanto ha hecho Gar-
23

fiada, que la palabra se torna cada vez más esqui- cía Morente explicando a Platón y Saint Exupéry24

va y menos rica. Todo es, salvo excepciones, sen- en muchas de sus páginas más logradas. Pero la
siblería y lugares comunes.-"'' 8
enseñanza primaria se empeña en subestimar la
Subsiste la creencia, alentada por los programas real capacidad especulativa mientras confía para
televisivos infantiles, de que el niño es un necio a todo en las facultades práctico-motoras o en las
quien conviene educar con baratijas intelectuales. "bondades innatas".
No se ha reparado aún en el poder arrebatador que El terreno lingüístico al que aludíamos es u n
ejercen los Arquetipos, y la belleza de las formas ejemplo claro. No hay como la palabra apasionada
más allá del grado de inteligibilidad, que por su- y poética de] maestro para embelesar las almas i n -
puesto aumenta con la madurez. N o se ha repara- fantiles. Una palabra y un verso que no sean pre-
do, porque se ignoran, que hay en los clásicos un cisamente las palabras y los versos de la calle o
inagotable caudal educativo, que con las necesarias el mercado, sino que distingan y asombren, que
adaptaciones son capaces de cultivar y entusiasmar vinculen con las fuentes más puras del idioma per-
mitiendo enriquecer el vocabulario; que susciten la
idea de lo mejor y más pulido frente a la horizon-
ai Mu \jn buen libro para 5 ? grado ha venido a re-
talidad cotidiana, que arranquen aunque sólo sea
forzar nuestra convicción de que es posible concretar una
enseñanza que apunte a la contemplación y al rescate de fugazmente del plebeyismo imperante.
los verdaderos modelos. Se trata de El Heraldo de E L E N A Sin embargo, recientes instrucciones sobre el par-
IANANTUONT DIÍ O R L A N D O (Ed. Estrada, Bs. As., 1980). La
autora declara expresamente entre los fines perseguidos el
"reencontrarnos con esa sabiduría que los griegos y me- 2 2 E l tenia de los sucedáneos y su negativa influencia
dioevales cultivaron con esquisitez incomparable: el arte de cultural lo he encarado en: otro Jugar: C A P O N N E T T O , A . :
la contemplación, no sólo de la forma o la figura, sino del "La contaminación de la cultura por lo sendoespivitiial".
fondo y del interior de las seres". Y en el "primer diálogo" E n : La contaminación..., pp. 2 7 7 - 3 0 1 .
con los alumnos les plantea con claridad: " S i te lo propo- - J A S P E R S , K . : La Filosofía.
:1 Breviarios. F C E . Méjico,
nes, puedes ser sabio, puedes ser héroe, puedes ser santo" 1 9 6 8 , 5 ? ed., p. 9 .
(p. 1 ) . Recomendamos reparar particularmente no sólo en M GAnctA M O R E N T E , M . ¡ Lecciones preliminares de Fi-
el contenido sino en el criterio con que están presentadas losofía. Bibl. Filosófica. Losada, Bs. As., 1 9 6 3 , 9 * ed.,
lecturas como: El caballero y su escudo, El alma de la pa- cap. I I .
tria, Cristóbal Colón, y Soberanía.
248 Algunas proyecciones del p r o b l e m a pedagógico
Rectificaciones posibles 249
ticular —a través del Programa de Capacitación y
Apoyo al Docente ( P R O C A D ) — insisten en que "el Todo el equipo de especialistas y de peritajes téc-
"lenguaje de las poesías sea el mismo del n i ñ o . . . nico-didácticos que respaldan estas directivas, no
que respondan al mundo circundante". Y en nom- logran disimular el desconocimiento sustancial de
bre de estas "pautas selectivas" se presentan como la naturaleza humana, n i la pobreza de una visión
paradigmáticas, construcciones "poéticas" de este empequeñecida de la tarea docente.
vuelo:
"La vulgaridad es antipedagógica. E l Maes-
"Patas para arriba tro debe ser testigo de la Verdad y de la
lomo para abajo, Grandeza... E l lenguaje docente, formativo,
quiere darse vuelta cnnoblecedor, es el de las palabras esenciales
un escarabajo", 28
que dicen el ser ele las cosas; las palabras que
oran, celebran, agradecen, sugieren y expresan
"Cocodrilo
la belleza del Creador a través de su reflejo
come coco
en las creatinas . . . El lenguaje que forma la
muy tranquilo
personalidad del niño y del adolescente, es
poco a poco".'' 0
el de las palabras poéticas que colma el alma
de esencias y armonías sugeridas en el esplen-
dor de la forma sensible".-' 7

- M u n i c i p a l i d a d de la C i u d a d de Buenos Aires. Secre-


5

taria de Educación. Programa de Capacitación y A p o y o al


Docente ( P R O C A D ) . Didáctica Lengua. Ciclo I n f e r i o r Bien sabemos la importancia que tiene en la
N v 2 , 1979, p . 13. infancia la dramatización, como asimismo la expre-
Es de destacar algo que nos ha llamado la atención
sión gráfica o corporal de un texto. Justamente es
por estar m u y relacionado con nuestro tema. E n la pág. 20,
indicando las nautas para elegir una poesía adecuada al en esas ocasiones —representando, dibujando o mo-
nivel inferior, se rechaza el siguiente poema de Teodoro viéndose— cuando la inteligencia infantil queda
Palacios:
atrapada, inmersa, en el contenido que se le pre-
"Sobre u n duro pedernal
un muchacho golpeó,
senta. Y lo contempla desde adentro, como acto»
y a los golpes de m a r t i l l o más que como espectador si cabe; internalizándolo,
luz de la piedra saltó. haciéndolo suyo. De ahí el cuidado que debe ob-
E l cerebro de los niños
es un d u r o pedernal servarse en la selección de los textos, mucho más
y el m a r t i l l o es el trabajo si son de índole poética.
¡niños pues, a trabajar!
Nótese que estos versos trasuntan —todo lo r u d i m e n t a -
riamente que se quiera— u n claro planteo anticontemplativo
"A los niños —dice M . Lilia Losada de Gen-
y stajanovista. N o obstante, la no recomendación no es por ta— sólo hay que hacerles conocer auténtica
nada de eso, sino por tener u n vocabulario " p o c o usual
para los niños".
2<!I d e m ant., N ? l , p . 4. 2 7 G E N T A , J. B . : Curso de Psicología. O b . c i t , pp. 321-
2(23. .
Rectificaciones posibles 251
250 Algunas proyecciones del problema pedagógico
léctica que predomina, casi dogmáticamente, en
p o e s í a . . . No importa que no siempre «en- todos los centros destinados a la carrera del Ma-
tienda» del todo el significado intelectual de gisterio. Mentalidad que en nuestro país, se ha
los versos, es más importante que lo deslum- impuesto con la fuerza de un dictamen obligatorio
bre la belleza y se sienta atraído hacia sus contrariando una tradición legítimamente asentada.
alturas. Hay muchas cosas que el niño repite
Lo primero será criticar y desmontar las enormes
sin comprender del todo pero sintiendo oscu-
falacias de la Pedagogía Contemporánea; pero pa-
ramente, acatando, que se trata de algo cuyo
ralelamente deberá presentarse otra alternativa. Una
significado profundo tiene una validez deci-
opción válida por lo constructora, afirmativa pol-
siva".-' 8
lo realista; esto es, que sea capaz de colocar al.
Maestro en la actitud ética, intelectual y profesio-
Esto que hemos dicho de la escuela primaria nal acorde con su misión.
sirve tan sólo como ejemplo representativo del des-
Una formación docente que asegure en el plano
cuido y la parcialización de la naturaleza humana
de la teoría y en el desempeño diario, la primacía
en la acción escolar concreta. Falencia que con
del ser sobre el hacer, el cuidado de la interiori-
matices diferentes se manifiesta también en los
dad, el respeto por la naturaleza de la persona, que
ciclos medio y superior, y que se impone superar
incluye la aceptación de su inclinación al mal como
como requisito imprescindible para iniciar una ver-
consecuencia de la Caída, el ordenamiento del
dadera rectificación.
obrar con el ejercicio de la virtud de la Prudencia;
Apuntemos de paso, que el hogar no puede de-
el reconocimiento de un Orden Natural y la su-
sentenderse de un aspecto tan importante; antes jeción al mismo en vistas a alcanzar la plenitud
bien, a él corresponde preservar y plenificar la en el Orden Sobrenatural; la elevación de los con-
naturaleza humana; exigencia tanto más urgente en tenidos en armonía con la disposición especulativa
ésta época en que la familia, como bien lo notó del intelecto; el ejercicio de la vida contemplati-
Sorokin, ha atrofiado sus funciones sacrificando y va,
10 el afianzamiento de la conciencia nacional por
reduciendo su ineludible misión educativa. 28

5 — Ningún paso será posible dar si no se logra


un cambio sustancial en la formación docente. Esto
:!0 E s de resaltar al respecto como signo positivo, una
es básico y necesario dada la importancia del edu- <le las recomendaciones finales del Primer Congreso Nacio-
cador en la relación enseñanza-aprendizaje y en nal de Formación y Perfeccionamiento Docente ( 1 - 5 octu-
bre 1 9 7 9 . Córdoba-Villa Giardino), que expresa: "Aparece
la orientación del proceso escolar. como necesario un cambio de mentalidad orientada tutela
Urge superar esa mentalidad inmanentista y dia- la consecución del hombre contemplativo y creador" (2.1.2.
Subtensa; L a formación del Docente de Enseñanza Media,
b ) Gobierno de Córdoba. Ministerio de Bienestar Social.
2 8 GENTA, M A R Í A L I L I A L O S A D A D E : "Transfiguración es- Secretaría de Estado de Cultura y Educación. Centro E d u -
tética de la Enseñanza". E n : G E N T A , J. B.:" Curso de Psi- cacional de Córdoba. Primer Congreso Nacional de F o r m a -
cología. O b . cit., p. 3 2 5 . ción y Perfeccionamiento Docente. Informe final y reco-
2 9 S O R O K I N , P.: La crisis de nuestra era. Espasa Calpe mendaciones, p. 9.
Argentina S . A. Bs. As., 1 9 4 8 , p. 1 5 0 .
252 Algunas proyecciones del problema pedagógico Rectificaciones posibles 253

encima de falsos universalismos; y la exacta ubi- que no son elegibles y. por los cuales es preciso
cación del alumno en su papel discente sin sobre- estar dispuesto a dar la vida. Que antes que los
estimaciones demagógicas, n i estrechas subestima- hombres está Dios,
ciones. U n hombre sabio con la suficiente valentía como
Una formación, en suma, que posibilite devol- para indicar la preeminencia del Ser frente al de-
verle a la Escuela su identidad, al discípulo y al venir, de lo esencial frente a lo accidental, de lo
Profesor sus jerarquías, y a la educación auténtica absoluto frente a lo relativo, sin mediatizar .la Ver-
• SU configuración axiológica. dad por la. novedad n i la certeza por la pluralidad,
E l Maestro debe volver a ser el hombre sabio. n i la libertad por el subjetivismo, n i la obediencia
N o el erudito, el técnico o el "consultor experto".
! 31 por el placer.
Tampoco el líder democrático, el "coorganizador" El "hombre esencial" del que habló Ortega, aquel
que diluye su autoridad para no perturbar la auto- "que se exige mucho a si mismo" y para quien la
nomía juvenil, o cualquiera de esas variantes pre- vida es distinción, nobleza, disciplina. 22

sentadas con desatino como ejemplares.


OréentOS que Un aporte muy estimable para cap-
El-Maestro debe volver a ser el hombre sabio. tar esta formulación nos lo proporciona la olvidada
Siempre igual a sí mismo; capaz de edificar una doctrina platónica de los Arquetipos. Dicha" • doc-
Cátedra al servicio de la Verdad, de poner a los trina no está exenta de errores —fundamentalmente
discípulos en contacto con los saberes esenciales en su aspecto noseológico—, n i se pretende tomarla
y de comprometer sus voluntades en la fidelidad literalmente. Pero contiene un núcleo de importan-
a los Valores Perennes que se mantienen incorrup- cia, decisiva y sobre todo, de alcances pedagógicos
t i b l e s frente a todos los cambios. fundaméntales: la religación trascendente, sobre-
Un hombre sabio que sin despreciar los conoci- natural que suscitan los Arquetipos y la identifica-
mientos empiriométricos, ni desconocer o rechazar ción —en las últimas instancias— de la Idea Arque-
las modernas conquistas tecnológicas, sepa y enseñe típica con la. D i v i n i d a d . 33

que lo primero y fundamental es el cuidado del


Platón no describe la realidad sino que la explica
alma. Que antes está el sacrificio que el beneficio;
valiéndose de una comparación metafórica, de una
el testimonio que el éxito, la Ciencia que la habi-
proporción, más exactamente de una analogía. Se
lidad, los deberes que los derechos; que hay bienes
trata en definitiva de convocar a las almas a des-
cubrir el"Modelo, abandonando las quimeras; dra-
•i Se ha abusado con ignorancia del término "experto"
3 1

• para designar al docente, sin reparar que justamente es e l


experto el que no puede enseñar porque sus conocimientos
no sobrepasan el plano de lo empírico. Por eso distingue ORTEGA Y GASSET, J.: La rebelión de las masas.' Col.
Santo Tomás al artífice del experto ( S . T . I . , q. 1,6) seña- Austral. Espasa Calpe Argentina. 16» ed. Madrid, 1964, pp.
lando que sólo el primero está en condiciones de enseñar 72-73.
porque conoce las causas, porque no se limita a ejecutar s sEsta idea platónica aparece prácticamente como una
y a hacer sino que puede demostrar: "Signum scientis est constante en todas sus obras, pero se desarrolla particular-
possu docere". mente en La República. L. VI y VII.
254 Algunas proyecciones del problema pedagógico Rectificaciones posibles 255

ma rea) del hombre, cautivo en Ja oscuridad tras marico, se restituye a su plenitud en tanto conoce
Ja Caída, en un mundo dominado por las aparien- y se acerca a la Perfección de la Creación.
cias, las opiniones y lo fenoménico, pero que n o La imagen de Maritain es de lograda finura y
obstante, conserva intacta la potencia intuitiva, Ja precisión. E l alma plenificada por la visión del Ar-
nostalgia por la eternidad que perdió, la huella de quetipo, asciende hacia su meta connatural del
inmortalidad con la que fue creado. mismo modo que un ala enferma curada, pronta
Así en pleno tiempo pagano, Platón parece aso- para emprender su viaje.
marse al misterio del Pecado Original en la teolo- Ha sido Genta quien desarrolló profundamente
gía cristiana, con toda su tremenda repercusión. No esta posibilidad pedagógica de los Arquetipos.
podemos dejar de arrastrar por la tierra nuestras
contingencias, no podemos evitar las sombras de la "La inteligencia juvenil —escribió— perci-
Caverna, pero tampoco podemos olvidar nuestra be la idea en la imagen viva y concien-
Creación cuando un destello de esa Belleza i n - te, más bien que en la pura abstracción
creada de ese Bien Generador, nos sacude el alma del concepto. Esto significa que el corazón
y nos arrebata. de la juventud sólo puede ser arrebatado por
l i e aquí Ja fuerza cautivante de Jos Arquetipos, el entusiasmo en presencia de los varones
su poder de reunir al hombre con la Ejemplaridad ejemplares: el Santo y el Héroe, el Filósofo
y Ja Superioridad alguna vez conocidas; y es en el y el Artista. Sólo Ja idea encarnada, realizada
conocimiento y en Ja contemplación del mejor ser en una vida egregia, tiene fuerza operativa
de Jas cosas cuando el alma capta la Plenitud O r i - e irradia una atracción irresistible. De ahí la
ginal, la Belleza del Principio y no puede sino i n - necesidad de los Arquetipos, de los modelos
tentar imitarla, parecérsele, acercársele. fijos y definitivos, que deben ser propuestos
En esto radica la virtud regeneradora del Arque- a la juventud como norma y estímulo de su
tipo, su poder normativo y restaurador. Frente a vocación de grandeza... E l auténtico modelo
él, el alma está como frente a su Modelo y ante él, que debe proponerse a la juventud, es aquel
se eleva y promueve, asciende empinadamente. En- que se ha exigido y ha logrado mantenerse
tonces cobra sentido aquello de Maritain: "¿Bra- en la altura conquistada... L o normal es
zos?; Alas atrofiadas que es cosa muy distinta. pues la excelencia y no el término medio.
Esas alas volverían a crecer, si tuvierais coraje, si Los grandes maestros del pensamiento y los
comprendierais que no nos apoyamos en la tierra, varones más esforzados, en cuanto son las
si recordarais que el aire no es el vacío"." 4
imitaciones más felices o más acabadamente
E l alma que conoce y contempla el mejor ser logradas de Dios, constituyen el canon y la
de. las cosas, que se acerca silenciosa a lo paradig- medida de lo que debe exigirse constantemen-
te a la juventud de un pueblo para que sea
M A R I T A I N , ]•: Los grados- del saber. C l u b de Lectores. digna de sus fundadores... E l cumplimiento
Bs. As., 1975, p. 24. de este ideal educativo, cálidamente estable-
256 Algunas proyecciones de! problema pedagógico Rectificaciones posibles 257

eido, dará como resultado la aparición de ciu- vicio; una enseñanza sostenida en los más altos v a -
dadanos ejemplares en quienes se integrará lores especulativos y en las más lícitas preocupa-
un alma serena y firme con un espíritu vivo ciones concretas.
y brillante; alianza rara y preciosa que Pla- Pedagogía del hombre esencial, portador de u n
tón describe en el hombre que se ha formado destino trascendente; Pedagogía de la virtud y del
un carácter y que se manifiesta como una Patriotismo; del Orden Natural y el realismo; Pe-
libertad".*
1 dagogía de la Cruz y no de la hoz y el martillo,
porque una Nación no se salva ni se engrandece
Frente a la Pedagogía de la mediocridad y del con las salidas laborales y los adelantos técnicos r

eclecticismo, frente a la propuesta de un self-made sino —como decía Marechal—


man sin más compromisos que deshacerse de ellos,
i rente a la moral autónoma y la prescindencia ma- "cuando traza la cruz en su esfera durable; la
gisterial, frente a los pensamientos móviles y a la Cruz tiene dos líneas: ¿cómo las traza un pue-
anormalidad homologada con lo normal, frente a blo? con la marcha fogosa de sus héroes abajo
todas las formas de inmanentismo, reduccionismo (tal es la horizontal) y la levitación de sus
y masticación, frente a la destrucción de la vida Santos arriba ( t a l es la vertical de una Cruz;
contemplativa con las máquinas de enseñar y los bien lograda)"." 0

programas por control remoto, frente —en suma— a


la Pedagogía Moderna, es necesario, urgente, i m - Esta Pedagogía verdadera devolverá al Magiste-
postergable, reconquistar la Pedagogía tic los A r - rio y a la Escuela Argentina los ciudadanos que
quetipos. se necesitan para superar la crisis contemporánea,
una crisis que no se define prioritariamente por l o
Se ha probado ya todo; queda por probar la económico o lo estructural sino metaíísícamente.
Verdad.
L a respuesta adecuada debe partir pues de una
Una enseñanza fundada en el señorío sobre sí actitud metafísica. No basta con resolver problemas
mismo, —que no es otra cosa que la verdadera coyunturales por importantes que parezcan.
libertad—, en el renunciamiento y en la obediencia, Pero además —y esto es lo decisivo—, ese movi-
en la concepción de Ja vida como un acto de ser- miento del alma hacia lo Ejemplar que suscitan
los Arquetipos, no sólo incide en el propio perfec-
cionamiento personal y social sino que tiene su
• C I N T A , J. B.: El Magisterio de los Arquetipos de ía
!5
desenlace obligado, su coronación, diríamos, en el
Nacionalidad. En: Acerca de la Libertad, ob. c i t , cap. V I .
Véase también Curso de Psicología, ob. cit., cap. XX. conocimiento e imitación del Arquetipo por anto-
El tema de Jos Arquetipos, su valor pedagógico, histó- nomasia, la Causa Ejemplar, Modelo y Modelador,
rico y epistemológico, como así también su aplicación a la guía y matriz de todo lo existente: Dios.
historia hispanoargentina, es actualmente, objeto de nuestra
investigación en el I . C. I . S. (Instituto de Ciencias Socia-
les) dependfente del CONíCET, bajo Ja dirección del doc- '• M A R E C H A L , L . : La Patria. E n : Cuadernos
6 del Mitiigo.
tor Roberto J. Brie. fís. As., 1960, p. 10.
258 Algunas proyecciones d e l problema pedagógico Rectificaciones posibles 259

D i o s es la causa E j e m p l a r , y las cosas y los m a g i s t e r i o d i a r i o , " I m i t a c i ó n de C r i s t o , P e d a g o g í a


h o m b r e s e n c u e n t r a n en É l su realización; son en l a del V e r b o " , " * tal c o m o l o ha expresado G e n t a e n
m e d i d a q u e a É l se a p r o x i m a n . L a m i r a d a h u m a n a s i g n i f i c a t i v a síntesis; p r o f u n d a l e c c i ó n q u e supo se-
—dirá San Agustín— v e las cosas q u e existen, p e r o l l a r c o n el m a r t i r i o .
las cosas existen p o r q u e D i o s las v e ; q u i e r e d e c i r Nos m u e v e u n c o n v e n c i m i e n t o p r o f u n d o de q u e
q u e D i o s —Causa E j e m p l a r — sostiene y f u n d a a ésta y n o o t r a , es, en sustancia, l a solución r a i g a l
las creaturas y éstas h a l l a n e n É l n o sólo a l M o - al p r o b l e m a e d u c a t i v o ; a f i r m a r l o en estos t i e m p o s ,
d e l a d o r sino a l M o d e l o , el f u n d a m e n t o m i s m o d e e q u i v a l e a la desconsideración a u t o m á t i c a en casi
t o d o lo i m i t a b l e y la m á x i m a aspiración i m i t a t i v a . todos los círculos " c i e n t í f i c o - e d u c a c i o n a l e s " , p o r q u e
Por eso h a escrito b i e n L . B. A r c h i d e o : la f a t u i d a d c o n t e m p o r á n e a —pronta a aceptar los
m a y o r e s dislates en n o m b r e de l a n o v e d a d y e l
" E l h o m b r e , ser m a t e r i o - c s p i r i t u a l , r e q u i e r e c a m b i o — sólo confiere r a n g o científico a l o q u e
u n m o d e l o como I d e a l , c o m o valor s u p r e m o pase p o r sus p r o p i o s ejes cuántico-utilitarios. p e r o
q u e responda a su r e a l i d a d existencial p a r a se ciega ante c u a l q u i e r propósito q u e o b l i g u e a
q u e el o r d e n ( d e la n a t u r a l e z a ) sea satisfe- desandar los errores o conduzca al h o m b r e hasta
cho existencialmcnte. su Creador.
C o m o la h i s t o r i a nos lo muestra, la respuesta
a esa exigencia existencial se d i o . Ese D i o s Bs. As., diciembre 31 de 1980.
Personal se encarnó en Jesucristo: el m o d e l o Quincuagésimo primer aniversario de ta
valioso, único, absoluto. S e r á su r e a l i d a d d i - Divini lllius Magistri, de S. S. Pío XI.
v i n o - h u m a n a e l V a l o r A b s o l u t o p a r a el h o m -
bre, y los valores relativos l o serán en la m e -
d i d a en q u e p a r t i c i p a n de ese V a l o r S u p r e m o
y e m a n a n de E l o a E l se d i r i g e n .
Es la respuesta a la exigencia d e l deber ser
h u m a n o q u e i m p l i c a t o d a e d u c a c i ó n . . . Ese
deber ser d e l actuar h u m a n o debe presentarse
como I d e a l , y la J e r a r q u í a de valores como
lo q u e debe ser a s u m i d o p o r el educando"." 7

Por eso, digámoslo f i n a l m e n t e y a m o d o de con-


clusión, el M a e s t r o q u e necesitamos es el q u e sea
capaz de hacer de su v i d a y de su m u e r t e , de su

A R C H I D E O , L . B . : " L a n o r m a t i v i d a d del valor en edu-


3 7

cación". E n : Mikael, año V I , 17, segundo cuatrimestn-,


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|| K M i

TRIMERA PARTE

Prólogo . . .. B

Vigencia tj pérdida de la Identidad Escolar.


Las etapas históricas de la crisis.

Introducción 15-
I . E l Renacimiento: Su a c t u a l i d a d pedagógica . . . 31
I I . Reforma y cartesianismo 37
I I I . E l ilumjnismo 47
I V . Positivismo y pragmatismo 57
V . L a Pedagogía contemporánea. Notas distintivas . 67
V I . L a concepción educativa de la U N E S C O . . . . 1 0 3
V I I . Piaget 121

SEGUNDA PARTE

Algunas proyecciones del problema pedagógico

I. L a enseñanza de las asignaturas 161


II. L a tecnología educativa 199
III. Contenidos programáticos 215
IV. Perspectivas 223=
V. Rectificaciones posibles 233
Hibliografía 261
L a composición mecánica y armado de esta edición
se realizó en la ciudad ele la Santísima Trinidad todología de la investigación y el compromiso apasionado
y Puerto de Santa María de los Buenos Aires, en con el Bien, la Verdad y la Belleza.
Linotipia Bello, Carlos Calvo 2908, y la impresión
E L LIBRO. El pensamiento moderno es un "puro Intento
estuvo a cargo de Talleres Gráficos Yunque, Com- matemático tormulistico por apoderarse e instrumental la
bate de los Pozos 968. realidad". Consecuentemente, el hombre moderno ha peí
dido la posibilidad de develar y desentrañar los misterios
del ser. Atrapado en las redes del utilitarismo ya no poi
la capacidad de contemplar libremente la realidad.
Se terminó de imprimir el 7 de marzo de 1981, Este libro trata precisamente de la muerte de la con-
Festividad de SANTO TOMÁS DE AQUINO (1224-1274), templación en la Escuela moderna; verdadera deshuma-
nización de uno de los ámbitos más profundamente hu-
"el más santo entre los doctos v el más docto entre mano. El problema se plantea — y se resuelve— entóneos,
los santos" (León X I I I ) , "Maestro insustituible de desde sus raices más hondas. La crisis educacional que
hoy muchos reconocen no es una mera cuestión de mé-
sabiduría humana y divina" (Pablo V I ) , que "pre-
todos, textos o programas, sino de pérdida y desdibuja-
dicaba con los ojos cerrados, comtemplativos y diri- miento de la auténtica naturaleza de la escolaridad.
gidos al cielo" (Juan de Blas), y que por recom- Es ésta una obra especulativa y polémica. El tema en
pensa a su entera consagración al estudio y la si mismo entabla polémica con todos aquellos que de una
manera conciente o inconciente intentan destruir el ser
.enseñanza, no pidió otro cosa más que la Cruz de
intimo, recóndito del hombre, negándole su posibilidad
Cristo. de trascendencia; y que han proyectado esa desintegra-
ción a la Escuela, quebrando su verdadera identidad y
su misión especialísima que es el cuidado y el cultivo
del alma.
A la luz de esta idea central, se analizan las distintas
corrientes pedagógicas a través de la historia, con espe-
cial dedicación a aquellas que dominan el panorama
contemporáneo. Y es aquí, cuando se pone en descu-
bierto los errores y riesgos de ciertas posturas predomi-
nantes como las de Piaget, Btoom o Skinner. En tal sen-
tido, PEDAGOGIA Y EDUCACION desmonta antiguas y
nuevas falacias que han convertido a la educación en un
campo propicio para la siembra de pensamientos y prác-
ticas revolucionarias.
Pero el libro nos propone además, una theoria educa-
Uva; una alternativa válida y posible que, sin desconoció
lo positivo que puedan tener los actuales aporte?
funda principalmente en el marco y en el orden del pen
Sarniento clasico, que, en tanto clásico, es intempi
respetuoso y reverente de la realidad del hombre.
"Rehabilitación de la vida contemplativa y práctica de
la Pedagogía de los Arquetipos; en esto podria sintetizarse
nuestra propuesta", escribe A. CAPONNETTO. El leí loi
podrá comprobar la urgencia y la conveniencia da con
cretar esta propuesta.

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