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 Permanezca sentado cuando proceda estarlo.

 Espere su turno en la cola.


 Se mantenga tranquilo mientras alguien le está provocando o molestando.
 Obedezca una orden de inme2diato.
 Trabaje con cuidado y de forma aplicada.
 Mantenga su mesa bien ordenada y organizada.
 Juegue en silencio sin alterar a todo el mundo a su alrededor.

Crear un entorno positivo


Ser positivo
Aunque es importante expresar comentarios positivos inmediatamente después de
una actuación o comportamiento bueno, es muy recomendable adoptar una actitud
más positiva en general. Los niños están acostumbrados a recibir respuestas
negativas, quejas y reproches, por lo que necesitan más comentarios positivos que los
otros niños. Intentar ver las cosas buenas y hacérselas ver a él mejorará su autoestima
y su actitud hacia las cosas. Tendrá más ganas de intentar hacer las cosas bien.

Concentrarse en lo positivo
Esto implica tomar cierta distancia respecto a lo que sucede en cada momento
y centrarse en los avances generales que haga el niño. Darle más valor a las cosas
positivas que a las negativas y compartirlas con la familia le hará sentirse valorado y
apoyado por su entorno.

Prestar ayuda
Ante las dificultades que pueda tener el niño es importante estar a su lado para
echarle una mano y enseñarle a afrontar esas barreras que pueda tener. Poco a
poco él irá cogiendo confianza y conocimientos para hacerlo de forma autónoma.
Además, aprender a pedir ayuda es una capacidad importante en la vida.

Permitir que asuma responsabilidades


No perder la oportunidad de darle responsabilidades al niño en tareas
sencillas que después puedan además alabarse cuando las finalice satisfactoriamente.
A medida que aumente la confianza del niño y se muestre satisfecho por el éxito se
puede ir aumentando el grado de responsabilidad.

Recompensar
Considerar ofrecerle recompensas sencillas que estén relacionadas con un buen
comportamiento o una actividad que haya realizado con éxito, es una forma de
reconocer y recompensar el esfuerzo que haya hecho.
Es importante mantener el ritmo de las alabanzas. Se debe procurar que sean
sencillas y estén centradas en un aspecto concreto. La repetición y la oportunidad
de la ocasión son más importantes que las charlas prolongadas.

Las alabanzas deben estar relacionadas con acciones o


comportamientos específicos. Si los elogios son indiscriminados o aleatorios, el niño
no sabrá distinguir entre el comportamiento adecuado y el inadecuado. Hay que
procurar ser específico sobre aquello que se elogie.

A algunos niños les resulta difícil aceptar elogios y tal vez sea preciso hacerlo en un
ámbito más privado.

La alabanza puede mejorar la autoestima. Las alabanzas pueden mejorar diversas


características positivas, como la autosuficiencia, la autonomía, la realización y la
motivación.

Las alabanzas tendrán distintos efectos. Los efectos de los elogios variarán en
función del sexo, los antecedentes familiares, las capacidades y la personalidad del
niño.

La alabanza debe considerarse un estímulo y parte de un proceso continuo. Utilizar


el elogio sólo cuando es merecido, de lo contrario, puede reforzar las conductas
negativas.

Utilizar un calendario de recompensas. Será muy útil para representar


gráficamente los avances del niño con TDAH. Le facilitará el seguimiento de los
progresos de su comportamiento por su carácter gráfico (con pegatinas y dibujos), y
pueden analizarse periódicamente. El uso de este tipo de calendarios como
herramienta proporciona una buena base para una estrategia de recompensas. Es una
manera de anotar todo lo que sucede de modo que puedan solucionarse posibles
discrepancias.

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