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UNIDAD Numero 1

Tema 1
Historia
1) El conocimiento de la Historia: finalidad . concepto. teorías
 Historia estudia el pasado del hombre.
 Es una disciplina desde sus orígenes hasta el momento presente.
 Es trivalente. El metodólogo Jerzy Topolsky porque es trivalente

A) Los “hechos pasados


B) “las operaciones de investigación realizadas por el investigador”; Es trivalente
C) el resultado de dichas operaciones de investigación”1

La historia tiene carácter multivoco (porque será)

 La Historia como ciencia recrea los sistemas sociales propios de cada época y reconstruye los
procesos del pasado

 Historia es un término usado también para referirse a la obra histórica escrita (Libros históricos
etc)

Aclaramos nosotros estudiamos la historia de las Instituciones

- OBJETO, SUJETO Y VERDAD EN LA HISTORIA


El objeto histórico lo constituyen los hechos históricos, que aparecen como «restos» de la realidad pasada,
contenidos en documentos, monumentos, etc. No cualquier acontecimiento del pasado es histórico: deben ser
significativos, esto es, tener influencia en la posteridad.

El sujeto del proceso investigativo es el historiador, y también de él se postulan diferentes propuestas,


según sea la corriente epistemológica(Ciencia)
Existen dos posiciones del sujeto o el historiador

 En el siglo XIX, la corriente positivista: creía en la posibilidad del conocimiento "objetivo podía explicar
desapasionadamente un período o hecho, sin que su particular punto de vista o simpatía viciara tal explicación.
 En los siglos XIX y XX, las corrientes idealistas y vitalistas: negaron esa posibilidad, cayendo
algunas en el extremo de justificar como válidos todos los puntos de vista, con lo cual se anulaba la
posibilidad de un conocimiento científico.

La verdad de la Historia: supone la conformidad del intelecto con la realidad.

Los problemas que le plantea al historiador la búsqueda de la verdad son los siguientes

 Que la realidad es compleja: el investigador no tiene ni los elementos ni la capacidad como


para aprehenderla en plenitud.
 Que no todos los hechos del pasado quedan registrados en documentos: y que quien los
registra, los selecciona según sus intereses

 Que toda realidad humana supone comportamientos cuya evaluación -positiva o negativa-
depende de los juicios de valor del historiador

1 J. Topolsky. Cit. por J. Aróstegui (1995) La Investigación Histórica. Barcelona, Crítica; p. 23.
 Historia y Filosofía de la Historia
La Historia y la Filosofía de la Historia tienen ambas el mismo objeto de estudio

 El pasado humano

 El enfoque de cada una es diferente

El proceso de investigación supone una 1º etapa de recopilación de datos, llamada "heurística",


tarea que se concreta respetando técnicas estrictas.

La 2ª etapa es la "hermenéutica", o momento de reflexión crítica, de interpretación de los datos, de


establecimiento de las relaciones entre los fenómenos. En este momento se seleccionan los
hechos singulares significativos y se los interrelaciona, sea en sentido estructural,
correlacionando los distintos planos de la vida social. -lo político, económico, etc.-,

La Filosofía de la Historia va mucho más allá. Trata de elaborar


una interpretación general del pasado
Ello supone, según Raymond Aron, resolver 4 cuestiones interdependientes:
1)Cómo han vivido los actores: Es el hombre, que es un ser con características únicas e
irrepetibles, que provienen de su herencia psicosomática. Este hombre es además de
un ser individual, un miembro de una especie, y como tal comparte con los otros
hombres ciertos rasgos comunes. Y es, por último, un ser localizado espacio-
temporalmente
2) Cómo se han producido los sucesos: Cuál es el o los factores que determinan que sucedan
los procesos?
El motor causal de los procesos históricos ha sido caracterizado de diferentes modos
ha sido la conducta individual, especialmente la de los grandes hombres, ya que ellos, con su accionar y su
dirección, generaban y orientaban los acontecimientos.
un factor del hábitat, sea la geografía o la raza
un factor de la vida social, como los problemas sociales
Hay interpretaciones pluralistas o multicausales, propias de los autores que consideran que los
factores que impulsaron los procesos fueron siempre múltiples, y que según el tiempo y lugar, unos
tuvieron relevancia sobre los otros: lo socio-económico sobre lo político, o viceversa
Hay quienes ponen de relieve la libertad del hombre, esto es, consideran que el hombre actúa
buscando aumentar sus niveles de libertad y autonomía
3) Cómo pueden nuclearse esos procesos en unidades históricas
4) Cuál es el esquema de Cambio?, esto es, qué le da sentido a la Historia.

3- La Finalidad del Estudio Histórico


Se profundizan los problemas de Filosofía de la Historia
El Objeto histórico: constituyen los hechos históricos, que aparecen como "restos" de la
realidad pasada contenidos en documentos, monumentos, etc.
Hay distintas clasificaciones de esos hechos
A) Los acontecimientos, o sea los actos humanos concretados en un espacio de tiempo breve,
protagonizados por agentes individuales o colectivos, que tienen sus intenciones y que se articulan con las
intenciones de otros, asociados o en pugna
B) Las series, o conjuntos de acontecimientos vinculados entre sí, delimitados también en el
tiempo y en el espacio, en una "unidad estructural de civilización
C) Los seres sociales, integrados por individuos pero no reductibles a la suma de ellos. No forman
una unidad biológica, pero tampoco son una abstracción como un universal. Son entes reales, aunque
carecen de sustancia propia, porque la toman de los individuos que los integran.
D) Las instituciones sociales, políticas, económicas, religiosas, culturales. Son conjuntos de conductas
pautadas por reglamentos y normas, las cuales rigen esas conductas, estableciendo roles, jerarquías,
funciones, etc.

El sentido de la Historia
El problema histórico-filosófico y encontrar una respuesta a si la historia o el devenir
humano tiene un sentido o no, generó diversas posiciones que podemos enunciar:
A) La teoría fatalista: desde la antigua Helade surge la creencia del carácter cíclico de la
Historia los pueblos que nacen se desarrollan y desaparecen a semejanza de los ciclos de la
vida.

B) La posición agnóstica: El agnosticismo (que significa”sin conocimiento’, o imposibilidad


de conocer), es la corriente a la que adhieren historiadores contemporáneos, quienes
consideran que la Historia se reduce a un mero registro de hechos, a su interpretación y a lo
sumo a la formulación de proposiciones generales a cerca del surgimiento y declinación de cada
civilización en particular, sin aventurarse a establecer hipótesis de mayor alcance.

C) El Progreso indefinido: Los racionalistas del siglo XVIII, motivados por la ruptura entre razón
y fe, postulan que el hombre transita hacia un progreso intelectual y moral, lo que implica, según
sus seguidores que ese avance se dirija en tres direcciones: la igualdad creciente de las naciones,
la supresión de las diferencias de clases, y el perfeccionamiento intelectual y moral. El progreso de
la humanidad no tiene límites, sino que por su propia dinámica alcanzara un estado de
bienestar en todos los ámbitos de la vida del hombre

D) La dialéctica de Hegel y el Materialismo Histórico de Marx: tanto Hegel


como Marx utilizan el proceso dialéctico para explicar el sentido de la
Historia. Mientras que para Hegel la realidad debe ser explicada desde el
desenvolvimiento de la idea (todo lo racional es real y todo lo real es racional);
Marx toma el método dialéctico y sustituye la idea por la materia (todo lo real es
material y todo lo material es real). Para Hegel el proceso dialéctico (tesis-
.antitesis- síntesis) de la idea determina cada episodio de la Historia, en donde
el papel del Hombre es sólo un momento del desenvolvimiento de la Idea, un
instrumento, sin que su voluntad pueda modificar el curso de la Historia. El
sentido de la Historia para Hegel, es el desarrollo de los Estados, que encarnan
los espíritus de los pueblos. Para Marx la realidad es dinámica, se transforma,
sometida a las leyes de la dialéctica
La Unidad de Estudio Histórico
El planteo en este punto es: cuál es el marco espacial y temporal de estudio histórico
El estudio pues de cualquier país, europeo o americano, lleva a establecer vínculos con otros. Y ello
se debe a que en conjunto forman una Civilización, la Civilización Occidental, caracterizada por una serie de
ideas, valores, organizaciones institucionales, rasgos culturales, todos comunes: etnia y lengua indoeuropeas –
francés, inglés, español, etc.-, religión judeo-cristiana, tradición cultural clásica –o sea greco-latina-, régimen
político y económico semejante a través de los siglos, desde que se produjo el descubrimiento de América, y que
hoy implica la existencia de regímenes representativos en lo político y del sistema capitalista en lo económico. Las
Civilizaciones no constituyen sólo una unidad espacial, sino también temporal. Suponen un presente -la
civilización existente-, un origen -la civilización precedente-, y una herencia -las civilizaciones ya
extinguidas que se encuentran en el trasfondo de las vivas-. Así, la Civilización Occidental actual deriva de la
Civilización Helénica, pudiéndose establecer entre ambas un vínculo paterno filial. Y el mismo vínculo puede
establecerse entre las civilizaciones orientales y sus precedentes temporales
Civilizaciones y Sociedades Primitivas

El historiador inglés Toynbee señala las características de las Sociedades Civilizadas y las
Sociedades Primitivas, para dejar sentada la posibilidad de su comparabilidad
Tales diferencias son las siguientes.
a)- Las sociedades civilizadas.: El volumen poblacional de las civilizaciones es enorme, el de las
sociedades primitivas es muy reducido.

b)-- El grado de institucionalización es, en las sociedades primitivas, mucho menor que en las sociedades
civilizadas.

c)- La división del trabajo en las sociedades primitivas es rudimentaria, con una separación originaria
a nivel de sexos, por lo menos en toda la etapa de las culturas de caza primitiva, en las altas culturas de caza
y en el neolítico o etapa agrícola. Recién en la edad de los metales aparecen algunos artesanos
especializados, aunque hay pueblos en que en esa edad ya hay vida civilizada.

d) La "mímesis" o "imitación" que contribuye a la cohesión de las sociedades humanas, tiene diferente
orientación. En las sociedades primitivas se orienta hacia modelos pasados, establecidos por las
generaciones desaparecidas. En las sociedades civilizadas en cambio, se orienta a los modelos presentes,
a las personalidades creadoras de la generación viva, personalidades de las cuales se transforma en "prosélita".

- Génesis y Crecimiento de las Civilizaciones

En este punto se analizan el papel que le cupo al hombre como agente o motor de dos
tipos de procesos: a)- el que condujo desde las culturas primitivas a las civilizaciones,
o sea la génesis; b)- el de crecimiento de esas mismas civilizaciones.
a)- Llamamos Génesis de las Civilizaciones al paso de las sociedades primitivas a
las civilizadas. Ello ocurre cuando el problema de supervivencia biológica y de convivencia
social que enfrenta un pueblo, hace necesaria una transformación profunda de la sociedad ; la cual
se concreta con la creación de una estructura institucional definida: básicamente un sistema de poder fuerte y una
clara división socio-laboral. Ese proceso de tránsito se concreta cuando, ante el problema presentado por la
realidad, que actúa como "incitación", el grupo dirigente o "minoría creadora" elabora la solución adecuada, esto es,
la "respuesta"; y cuando, correlativamente, obtienen el apoyo de la comunidad a su proyecto.
b)- El crecimiento de las civilizaciones opera del mismo modo. Las civilizaciones crecen a
medida que, ante cada nuevo problema generado por la vida social, cada minoría creadora -
nueva por el necesario recambio generacional- sabe producir la respuesta adecuada.
Tanto la Génesis como el Crecimiento, suponen la existencia de un vínculo entre minoría y
mayoría, que hace posible la convergencia en pos de un proyecto común . Tal relación puede
asumir tres formas:
1.- La minoría logra impregnar a las mayorías de su espíritu, creándose una profunda identidad de
sentimientos, aspiraciones y creencias entre todos los miembros de la sociedad. Pero tal relación ideal es utópica, y
no se da en la realidad.

2.- La minoría recurre a la "mimesis", o sea a un proceso de "adiestramiento social", para lograr que las
mayorías se identifiquen en lo posible con su sistema de valores y creencias.

3.- La minoría domina a la mayoría por la violencia y le impone su proyecto, lo cual ocurre cuando la mimesis
falla, porque el proyecto propuesto por la minoría o, más aún, el sistema que representa, no satisface ya las
expectativas sociales.
El colapso de la Civilización

Este punto supone analizar, como en el caso anterior, dos cuestiones: la naturaleza y la causa del
colapso.

a)- La Naturaleza del Colapso. Se habla de "colapso de la civilización" cuando los problemas
que se presentan quedan sin resolver, porque los proyectos elaborados por la minoría fracasan.
Ello produce "la detención del crecimiento social" y el "ingreso a una etapa de desintegración".
Esta situación produce un doble proceso de crisis social:
- Por una parte, la mayoría toma consciencia de la opresión que sufre por parte de la minoría, y en un
acto de secesión espiritual se extraña del cuerpo social. Así constituye lo que Toynbee denomina "proletariado
interno" de la civilización, porque está físicamente en ella pero no identificado espiritualmente con ella; y porque
busca su liberación, sea por la violencia, sea adoptando una religión superior extraña al orden vigente.
- Por otra parte, la crisis provoca la presión de los pueblos externos, que constituyen el "proletariado
externo", que tienen la posibilidad de ingresar al ámbito de la civilización por su debilidad.

b)- Las causas del colapso. La Causa del colapso reside en el fracaso de la sociedad para
autodeterminarse, esto es, para encontrar las soluciones a los problemas que se le plantean. Ello
siempre supone algún tipo de desajuste entre la minoría y la mayoría, que puede asumir las siguientes
formas:
1.- La minoría pierde su condición de creadora. Eso se evidencia en el hecho de que la
minoría aplica proyectos que fracasan, y no logra la identificación de la mayoría a ellos porque
esos proyectos están desajustados con la realidad. Esa situación surge cuando la minoría pierde su
capacidad para crear y se transforma en mimética -ella imita, no crea-.

2.- La mayoría exige transformaciones, porque en su seno se han desarrollado fuerzas


sociales capaces de percibir la infertilidad de los proyectos de la minoría, y aspiran a la
concreción de cambios. A tales efectos actúa, sea presionando y exigiendo, sea estallando con
violencia, todo lo cual supone la ruptura del cuerpo social.

3.- La minoría vive un proceso de perversión moral, lo cual supone que, luego de alguna
acción creadora, cae en la "infatuación". A partir de entonces puede asumir dos actitudes, ambas
negativas: caer en la idolización, sea de sí o de su obra; o bien sentirse victorioso e imponer su
pervivencia por cualquier medio, para lo cual puede optar como solución por el militarismo.

Instituciones y Cambio Institucional


Este punto hace referencia a tres cuestiones: 1) qué significa institución, 2) cómo se produce
el cambio institucional, 3) y qué contiene una historia institucional.

a)- Las Instituciones "son formas sociales, destinadas a sistematizar las relaciones entre
los individuos y grupos que componen la sociedad" (Ponsati: 1974; 34). Son organizadas por los
hombres con el objeto de ordenar las actividades tendientes a dar satisfacción a sus necesidades
materiales, morales e intelectuales; esto es, a hacer posible la supervivencia y convivencia del grupo
todo. En el seno de estas instituciones las relaciones interindividuales se establecen en base a los
roles preestablecidos que cada uno de los miembros ocupa. Constituyen en consecuencia una
estructura vincular más o menos rígida, estable y permanente, porque se acomodan a los modelos
preexistentes y a la normativa que regula los derechos y obligaciones de cada rol, su estructura
piramidal, sus funciones y los tipos de vínculos a entablarse entre roles de igual o diferente jerarquía. En
eso se diferencian de otros tipos de relaciones no institucionales, que no responden a patrones
rígidos y no tienen estabilidad o permanencia
Pueden distinguirse dos tipos de instituciones:
1)- Las que constituyen sistemas simples de relaciones, como la propiedad privada;

2)- Las que configuran sistemas complejos de relaciones, porque suponen la existencia de un conjunto de
individuos vinculados por una regla de derecho, en torno a un fin común, dotados de una autoridad que diseña el
orden del grupo y lo conduce hacia su meta, haciendo cumplir las reglas que describen ese orden. Son las
organizaciones, como por ejemplo los sindicatos.

Las instituciones contemplan dos clases de elementos:


1)- los elementos objetivos que están ordenados y configuran la "estructura"; esto es, los roles, las normas,
las funciones;

2)- los elementos subjetivos, conformados por las creencias, valores y representaciones colectivas
que le dan sentido a la institución dentro del contexto global, y que le dan funcionalidad porque hacen que
sean aceptadas y obedecidas.
Las Instituciones son esenciales para la sociedad porque cumplen funciones, que apuntan a
solucionar algún problema esencial para la supervivencia del todo.
2) - El Cambio Institucional se produce cuando un sistema institucional o el sistema social en su
conjunto, son movilizados por la incorporación de nuevas fuerzas sociales -técnicas, ideas, creencias-.. Se
trata de un problema complejo, porque mientras algunos sectores -mayoritarios o minoritarios- presionan por la
transformación, siempre hay sectores interesados en la preservación del statu quo: siempre hay sectores
conservadores, que se benefician con el sistema viejo.

Ese proceso de cambio puede producirse de modos diferentes:


1.- El cambio por adaptación, que ocurre cuando frente a la presión generada en la mayoría
de la sociedad, la minoría dirigente cede y procede a la transformación del sistema vigente, sea
creando nuevas instituciones, sea reacomodando las antiguas. Ej: las reformas electorales
inglesas, que fueron ampliando progresivamente el derecho de sufragio haciéndolo extensivo a capas
cada vez más bajas, desde 1832 en que se dio la primera ampliación hasta 1918 en que se otorgó el
voto universal masculino. Otro ejemplo está constituido por la sanción de la Ley Sáenz Peña en la
Argentina de 1912, cuando la oligarquía gubernamental comprendió que su aceptación era la única
forma de evitar una revolución, y que al instaurar el voto universal hizo posible el ascenso del partido
radical al poder –o sea de las clases medias- y el desplazamiento del poder político -no así del
económico- de la oligarquía encuadrada en el partido conservador.

2. El cambio por revolución, que ocurre cuando la rigidez de las antiguas instituciones y
fuerzas sociales lleva a que la minoría dirigente, que monopoliza el poder, rechace las exigencias
del sector progresista. Entonces se produce el estallido revolucionario.
3. La tercera alternativa es la perversión social, que implica la preservación del statu quo por la
represión y la violencia. Hay perversión cuando la resistencia institucional por un lado y la
debilidad del acto mimético que está en la base de la revolución por el otro, hace que las
antiguas instituciones persistan, pero con un funcionamiento rígido y "un sentido totalmente
diferente" en relación al que tuvieron quienes impulsaron su creación. Tal el caso de la estructura del
ejecutivo porteño con la suma de poderes públicos, que fue concedida a Rosas para el mantenimiento
de la paz, y que terminó siendo un instrumento de opresión que impidió durante muchos años la
organización nacional mediante una constitución, que la población en general anhelaba. La gobernación
con poderes ampliados era usada así para unos fines distintos a aquellos que indujeron su creación.
c)- Los efectos del Cambio Institucional pueden ser de tres tipos, según Toynbee:

1. Si se da un cambio por adaptación, o sea pacífico y progresivo, el resultado es el bienestar de la


sociedad, cuyo crecimiento continuado se asegura, preservándola de las situaciones de violencia.

2. Si la violencia revolucionaria se impone, sus efectos pueden ser positivos cuando se salva la
sociedad; pero también negativos, si el estrago causado por la revolución supera los anacronismos y vicios
de la sociedad anterior.

3. Si se llega a la perversión institucional, entonces "la dislocación de la estructura social puede ser
tan grave, que resulte virtualmente imposible evitar el colapso”2. Por ejemplo, la estructura institucional de la
polis terminó llevando a las guerras del Peloponeso, perversión social que produjo el colapso de la civilización
helénica.

2 Toynbee, Estudio de la Historia. Cit. por Ponsati, op.cit., pág. 40.


Unidad Número 3
LOS ANTECEDENTES ANTIGUOS Y MEDIEVALES DEL PENSAMIENTO POLÍTICO
CONTEMPORÁNEO

PARTE A - GRECIA

Orígenes

Marco Geográfico

La Península Balcánica es una región surcada por cadenas montañosas, que encierran numerosos valles
parcialmente fértiles (algunos más que otros- pero de clima seco) Ello determinó que no pudieran producirse
suficientes cereales, sino sobre todo, vid y olivo. Impulso a los Helenos los impulsó a tomar contacto comercial con
otros países.
Debido a su carencia de cereales, se vio favorecida por las características y ubicación de su
territorio: costas recortadas y con excelentes puertos naturales sobre el Mediterráneo Oriental, en cuyas costas
se habían desarrollado importantes civilizaciones del Cercano Oriente: Egipto, Creta, Fenicia. La estructura
recortada de las costas por otro lado, les permitiría viajar sin perderlas de vista.
Cada polis (Estado) cuando instaló colonias sobre las costas del Mar Mediterráneo, mantuvo la misma
estructura estatal, pese a que no había valles recortados que lo justificaran. Esto se explica porque los helenos
trasladaron el tipo de organización política que ya tenían, en la replicaron allí donde se asentaron.

Poblamiento
Invasión Aquea. La Península Balcánica fue poblada hacia el 2000 AC por pueblos seminómadas de
pastores, que se hicieron sedentarios en ese suelo.
Fue la primera oleada de los Helenos, que pertenecían a la gran familia de los Indoeuropeos o Arios,
pueblos nómades que tenían por habitat natural las llanuras del sur de Rusia, desde donde migraron en
oleadas sucesivas. Llegaron divididos en tres grupos de tribus: aqueos, jonios y eolios, aunque a menudo se
los llama genéricamente aqueos.

¿Cómo se estructura en la esfera Domestica y como se denominaba el jefe de los


genos?
La estructura organizativa básica de los helenos era el clan patriarcal o «genos», regido por un jefe
llamado «basileus».

¿Cuál es la razón por la cual se consideraban parientes los miembros de los


genos?
Los miembros de los genos se consideraban parientes en grado diverso, porque decían descender
de un antepasado común, al que rendían culto. Cada genos por tanto, además de rendir culto a los dioses
comunes, tenía su propio culto familiar.
¿A Que se denomina Basileus?
El basileus era el jefe de cada genos y aquel que podía probar que descendía más directamente de
ese antepasado.

¿A que se denominaba Themis y quien era el encargado de aplicarla?


El encargado era Basileus de aplicar la «Themis», o sea las normas de justicia reveladas por la
divinidad, de cuyo conocimiento era el único poseedor.

¿Cómo se unían los Genos en cuestiones Bélicas o de Guerras y como se denominaba esa
unión?
Por motivos de índole guerrera los genos se unían en fraternidades o hermandades de
genos, las «fratrías», cuyo jefe recibía también el nombre de «basileus». Para incursiones mayores se
reunían en tribus o «filé», cuyo jefe era el «filobasileus».
¿Cómo se denominó la primera civilización de la primera oleada?
Esos primeros pobladores indoeuropeos –aqueos, jonios y eolios- crearon una civilización llamada
«micénica», porque Micenas fue la ciudad-estado más importante de ese período. Los historiadores la llaman a
menudo «civilización homérica»,
¿Cómo se la caracterizaba a esa civilización Micénica y que tipo de forma de gobierno regia?
La civilización micénica (aqueos-jonios y eolios) sentó las bases de la estructura política de la Hélade,
porque se organizó en varios estados independientes, las ciudades-estado o polis, que tenían como forma de
gobierno una monarquía, limitada por los ancianos jefes de los genos. Era una civilización «heroica», donde
primaba el héroe -por tanto el varón-; a diferencia de Creta que, por ser una sociedad básicamente comercial y
tener como deidad principal a la Diosa Madre -que representaba la fertilidad- concedía gran importancia a la mujer.

¿Del enfrentamiento entre Aqueos y Dorios quienes salieron triunfantes y cuál fue la
decisión de los Aqueos ante el predominio Dorio en que Año data?
2. Invasión Doria y expansión helena a Asia Menor. Hacia el 1200 AC llegó una nueva oleada de
pueblos seminómadas, los dorios, que lograron dominar a los aqueos casi en todas partes, pero no en
Atenas que siguió siendo una ciudad jonia. Pese a que traían armas de hierro -la civilización micénica no había
superado el estadio del bronce., el triunfo no fue inmediato. Se inició una etapa de anarquía de 4 siglos, de la
cual no han quedado documentos suficientes. En esa etapa se produjo la colonización de las costas del Asia
Menor, provocada por los pueblos derrotados que se negaron a someterse al dominio dorio y prefirieron
migrar.

El asentamiento de los helenos en Asia Menor fue muy importante para la gestación del mundo que
conocemos, por las consecuencias que tuvo. Cumplieron un importante papel en el desarrollo del comercio en
el Mediterráneo oriental; pero, sobre todo, en esas ciudades nació la filosofía y por tanto la cultura humanista
griega que está en la base de la civilización occidental, con Tales de Mileto, Parménide de Elea, etc. Se cree que
eso se debió a que allí tomaron contacto y pudieron combinarse los elementos culturales europeos y asiáticos, o
sea griegos y persas.
Hacia el año 800 AC se ubica la finalización de la etapa de anarquía. Los griegos consignaban ese
año como el del comienzo de su historia. Otra vez se fueron estructurando las ciudades-estado o polis.
Como en la etapa anterior, esa organización surgió de la fusión de dos zonas: la «polis» -lugar fortificado donde
habitaban el rey, los altos dignatarios, la nobleza-, y el «asty» -conjunto de aldeas ubicadas al pie de la
colina, donde vivían todos los servidores de la nobleza (campesinos y siervos) y también los comerciantes.
El poblado bajo era más dinámico y fue creciendo en número de habitantes e importancia a medida que se
desarrollaba el comercio; pero como la zona alta tenía más prestigio, su nombre se extendió al conjunto. La fusión
entre ambas zonas se concretó pacíficamente
En la evolución histórica de la Hélade tuvieron importancia esencial dos hechos, que ya
aparecen en los orígenes de la civilización helénica.
a) Por un lado el problema social, generado porque los miembros de la ciudad-estado tenían distintos
derechos, y porque como las leyes no estaban escritas, la arbitrariedad de los poderosos sobre la gente
común era permanente. Y este hecho produciría una serie de conflictos sociales que llevarían a la transformación
paulatina del régimen jurídico y político hasta llegarse en el siglo V AC a la república democrática;
b) El problema de política exterior, generado porque el territorio de la Hélade era un mosaico de
pequeños estados independientes y belicosos, que nunca llegaron a constituirse en un estado nacional, y
cuya lucha permanente los condujo a su debilitamiento hasta caer bajo el dominio extranjero.

2- Organización Social y Política de la Ciudad Arcaica

¿Qué tipo de sociedad constituía la Sociedad Arcaica y quienes eran los


terratenientes?
La ciudad arcaica constituía una célula muy reducida, por estar poblada por unos pocos miles de
ciudadanos -no más de diez mil-; pero en conjunto tenía muchos más habitantes, porque incluía individuos que
pese a ser hombres libres no eran ciudadanos -los extranjeros- y también esclavos.
Se trataba de una sociedad esencialmente rural, de tipo patriarcal, cuyo ideal era el de la
independencia moral. Ese ideal era alcanzado sólo por los grandes propietarios, que eran los que tenían el
poder. La clasificación social se fundaba en la riqueza y la fuerza, porque los terratenientes eran los
descendientes de quienes habían triunfado en las luchas del período anárquico y eso les había permitido
apropiarse de las mejores tierras.
¿Cómo estaba conformaba socialmente como se estructuraba?
Los sectores sociales eran 3 ó 4, según los autores. Ponsati señala 4: nobles, campesinos libres,
demiurgos y thetes.
A)La nobleza estaba formada por quienes decían descender de los dioses, semidioses y héroes -
filiación no comprobable. Se consideraban tales quienes dominaban el poder económico: los vencedores. Eran
los más ricos y llevaban una vida suntuosa: organizaban banquetes, adquirían objetos de lujo como vasos
decorados y telas que se importaban. Se entrenaban para el combate y la vida social y su ideal de hombre
se extendió luego a las demás capas sociales: «la armonía»
El poderío de la nobleza no residía sólo en su riqueza: eran los dueños del poder militar y político.
Monopolizaban el arte de la guerra, sea como miembros de la caballería o de la infantería
Dueños del poder económico, detentaban también el poder político: sólo ellos podían integrar las
instituciones, sea el Consejo o la Asamblea. Y ese privilegio nacía del hecho de que eran los únicos que
pertenecían a los genos.
B) Los demás miembros de la sociedad -campesinos, demiurgos y thetes- no pertenecían a ningún
genos, sea porque sus miembros se habían reducido hasta desaparecer, sea porque eran descendientes de los
pobladores derrotados o bien se habían incorporado tardíamente a la ciudad, como extranjeros
domiciliados. Los campesinos libres tenían pequeñas propiedades en las zonas escarpadas y vivían pobremente
por el escaso rendimiento de sus tierras. Los demiurgos eran habitantes urbanos con oficio -comerciantes,
artesanos, adivinos-, cuyo número era escaso. Los thetes eran habitantes sin propiedades ni oficio, que
trabajaban a sueldo: peones, mercenarios, criados.

¿Qué situación Vivian aquellos que no pertenecían a ningún genos?


La situación de quienes no pertenecían a ningún genos era insegura, porque estaban desprotegidos.
¿Qué tipo de Justicia se aplicaba en esa organización Arcaica?
La Justicia no era estatal, porque no había leyes dictadas y aplicadas por las instituciones del estado,
ya que no se concebía la ciudad como un conglomerado de individuos, sino como una asociación de genos, fratrías
y tribus. La justicia era familiar, porque las reglas de justicia existentes eran las contenidas en la Themis,
conjunto de disposiciones emanadas de los dioses y conocidas sólo por el jefe del genos. En
consecuencia, sólo tenían protección los miembros de los genos; y los que estaban fuera del marco de la
organización gentilicia carecían de protección porque la Themis no los alcanzaba. De entre los sectores
desprotegidos los que estaban en peor situación eran los thetes, que estaban ligados a su empleador por un
contrato que a éste no obligaba, porque podía ignorar los acuerdos establecidos una vez terminado el trabajo; y
además de no pagarle, podía amenazarlo con venderlo como esclavo. El que no tenía el apoyo de la Themis no
tenía ningún recurso contra la injusticia3. En caso de conflictos intergenos, la reparación surgía de la venganza, que
obligaba a todos los familiares.

Organización Política
¿Qué tipo de forma de gobierno regia y porque era de carácter limitado ?
La forma de gobierno era la Monarquía, pero no absoluta porque la institución de la Realeza, a cargo del
Basileus, estaba limitada por las instituciones integradas por miembros de los genos:

¿Cuáles son las Instituciones Políticas que se establecían y que función tenían
cada uno de ellas ?
El Senado constituido por los jefes de los genos, y la Asamblea integrada por el resto de los
varones adultos. El monarca era generalmente hereditario. A falta de hijo varón, la hija no podía asumir el
poder pero sí su descendiente varón, porque ella estaba facultada para procrear el heredero; aunque para
mantener la pureza de sangre debía unirse al pariente masculino más cercano de su padre.

La Realeza tenía básicamente un poder religioso. El rey portaba una insignia que
representaba la voluntad del dios antepasado de la dinastía a quien el rey representaba, el cual le
había conferido la sabiduría y una dignidad sobrehumanas. Tenía el máximo poder militar porque era
el gran caudillo. Reunía en su tienda al Consejo de Guerra formado por los reyes de los genos -que le estaban
subordinados- como lo hacía en su palacio.

Que privilegios económicos tenia la nobleza


Tenía ciertos privilegios económicos. Aparte de sus propios territorios poseía la «temenos» -que
consistía en una porción de la propiedad comunal- aunque en carácter de usufructo y no de propiedad
(mitad en campos de trigo y mitad en viñas). Percibía contribuciones en animales domésticos y derechos aduaneros
sobre las mercaderías importadas. En caso de guerra se quedaba con la parte del botín propia del caudillo.
El monarca de la ciudad arcaica era en realidad una autoridad débil. Carecía de ejército propio y para
reclutarlo requería del aporte de los jefes de los genos, que eran los intermediarios entre el rey y los individuos,
y eran los que movilizaban a sus respectivos miembros.

b) El Consejo o Bulé estaba formado por el conjunto de jefes de los genos de la ciudad. Eran los
«consejeros» del rey. Se reunían por iniciativa o invitación del rey, en su palacio, y se sesionaba luego de
una comida ritual en honor a los dioses. El edificio era el Pritaneo y la sala el Megarón. Los ancianos
aconsejaban y el rey decidía, en la plenitud de la soberanía; pero aunque el papel de esos jefes era
formalmente consultivo, lo común era que el rey siguiera su consejo en cuestiones importantes: visita de un
delegado extranjero, situación de guerra o de paz, reclutamiento de tropas o de naves, percepción de impuestos
comunes. En una campaña militar esos reyes de genos constituían el Consejo de Guerra.
Tenían además funciones judiciales que desempeñaban cada vez más, a medida que la ciudad se extendía.
Como el rey, ellos habían recibido el conocimiento de la Themis, normas que aplicaban cuando había conflictos

3 Glotz, G. La Ciudad Antigua. Méjico, UTHEA, 1958; pp. 30-31.


entre los miembros del genos; y también hacían uso de la Diké, conjunto de reglas consuetudinarias que constituía
el derecho interfamiliar oral, y que se aplicaba cuando los afectados pertenecían a genos distintos. En realidad no
había una jurisdicción estatal obligatoria. Cada individuo tenía el derecho de defender su persona y sus bienes con
la ayuda de sus parientes, actuando sobre el ofensor, y ninguna autoridad podía «violar ese derecho de acción
privada»

La Asamblea estaba formada por «el pueblo», pero se entendía por tal a los miembros de
c)
los genos. Especifica Ponsati que eran “una minoría”.

En la Asamblea se le daba a conocer al “pueblo político” las decisiones: se le presentaban


los huéspedes, se les informaba sobre las situaciones de paz o de guerra. No se trataba de consulta
formal ni de votación: el rey había decidido y se les informaba. El pueblo no tenía verdaderos derechos en
materia política ni en materia judicial. Como afirma Glotz: «en una época en que no existe nada que se
parezca a la separación de poderes, en los asuntos que llamaremos judiciales como en los otros, el pueblo no
tiene como medio de acción más que la expresión vana o la explosión revolucionaria del sentimiento colectivo» 4.

¿Qué cambio de Régimen se produjo a fines del siglo viii y principios del siglo vii?
El régimen político cambió hacia fines del siglo VIII y principios del VII A.C, desde la Monarquía a la
República Oligárquica. Como veremos, ese cambio político fue precedido por un gran cambio económico y social,
provocado por la colonización del mar Mediterráneo

3. El Crecimiento de la Sociedad Helénica

3.1. El Desafío de la Superpoblación

¿Porque se produjo una crisis social y debido porque razón?


A lo largo del siglo VIII AC, durante la primera época de la ciudad arcaica, cuando el sistema de
gobierno era aún monárquico, se fue produciendo un incremento de población que llevó a una
crisis social. existía una población superior a la que la sociedad podía alimentar en función del
sistema productivo existente. Pero hay que tener en cuenta que si la tierra hubiera estado mejor
distribuida el problema no hubiera tenido la misma magnitud. El problema de superpoblación por
tanto era un producto no sólo del aumento de población sino de la desigualdad de fortunas, que
los nobles incrementaban a expensas de los pobres, porque éstos carecían de protección civil.
¿Cuál fue la situación de los campesinos en el siglo viii y si no podía pagar que ocurría?
A medida que corría ese siglo VIII AC la situación de los campesinos se había ido deteriorando y vivían
con grandes privaciones. Como no había instituciones estatales, cuando necesitaba un préstamo se lo pedía
a su vecino noble; y si no podía pagarle perdía su tierra, y hasta su libertad y la de su familia, porque existía
como penalidad la esclavitud por deudas. La tierra así fue pasando a manos de los nobles y los campesinos
podían considerarse dichosos si se les permitía quedarse en sus antiguas propiedades en calidad de aparceros;
pero el arriendo alcanzaba las 5/6 partes de su producción5.

¿Porque razón se adopto a la colonización y adonde se le envio a los pobres?


Cuando el número de pobres fue insostenible y se preveía una crisis social, se recurrió a la
colonización como solución. Ello implicó el envío de los pobres «como emigrantes a colonias distantes,
donde la tierra fue inicialmente dividida en lotes iguales». Fue en realidad una solución transitoria, porque con
el tiempo las injusticias condujeron a la desigualdad también en las colonias; y en las ciudades madres se agudizó
el problema porque la colonización creó nuevas condiciones, que beneficiaron a unos pocos y perjudicaron a las
grandes mayorías.

4 Ibídem, p. 48
5 Ibídem, p. 88.
3.2. La Colonización

¿Que fue la colonización y en que consistió y como consecuencia de ellos que colonias
se fundaron?

La colonización fue la respuesta al problema social y consistió en alejar de la polis al


excedente de pobres, a los que se les ofreció la posibilidad de acceder a tierras en propiedad en
colonias lejanas. Los griegos se extendieron por el mar, hacia el este y el oeste. Por el
Mediterráneo Oriental fundaron colonias como Bizancio, y también en las costas del Mar Negro;
por el Mediterráneo Occidental se asentaron preferentemente en el sur de Italia, peninsular e
insular -región que llamaron Magna Grecia-, y en las costas de Libia -llamadas Tripolitania y Cirenaica.
A esas regiones transportaron sus ideas, prácticas económicas y estilos de vida; pero no
constituyeron un símil de sus madres patrias, porque las posibilidades económicas eran diferentes, y
porque recibieron el influjo de las poblaciones nativas con la que se mezclaron, dando vida a estilos
culturales que, si bien se insertaban en la civilización helénica general, tenían también rasgos propios.
“Como resultado, pueden distinguirse muchas culturas greco-indígenas específicas: en la Magna Grecia,
Sicilia, la comarca alrededor de Marsella...Ucrania, Crimea, Cirenaica, etc.”6
7h

Las colonias tuvieron en un comienzo un carácter esencialmente agrario, según las


características de la sociedad madre y del tipo de migrantes, todos campesinos desposeídos. Elegían
las zonas en función de la cantidad y calidad de las tierras, en tanto que prestaban poca atención a sus
posibilidades mercantiles, posición estratégica o profundidad adecuada para construir puertos. Cuando
creció el comercio en el Mediterráneo entre las ciudades de la Hélade y las colonias, cambió el carácter
de la colonización, y en la segunda etapa las ciudades coloniales se establecieron en zonas importantes
para el comercio. Así surgió un incipiente imperialismo comercial de las ciudades helenas principales,
especialmente de Atenas. Hubo estados que no participaron en este proceso, como el caso de Esparta,
la cual militarizó su sociedad para solucionar el problema de superpoblación expandiéndose sobre las
poblaciones vecinas de la Península del Peloponeso.

3.3. La revolución económica


La colonización produjo un gran cambio económico, que incidió en los planos social y político. Las
características del cambio fueron:
3.3.1. Consecuencias económicas.
a) En el aspecto agrícola se produjo un incremento de los cereales y las materias primas en general,
porque las colonias tenían un suelo y un clima especialmente apto para los cereales. Eso determinó el
aumento del comercio en el Mediterráneo, entre las ciudades madres y las colonias. Como ellas enviaban
cereales, en la Hélade se concretó un cambio en la agricultura, y aumentó la producción de vid y olivo, cultivos
adaptados al clima seco de la región e industrializables.
b) Se desarrolló la industria manufacturera, en principio relacionada con esos nuevos cultivos –se
produjo vino y aceite de muy buena calidad-, pero también de otras mercaderías que fueron exportadas y
muy apreciadas, como vasijas y vasos de cerámica decorados muy finos, tejidos, sandalias. De ese modo la
Hélade compensó su intensiva importación de cereales, y se ocupó de buscar nuevos mercados de consumo para
su producción.
c) Las actividades mercantiles, que fueron creciendo y se transformaron en el sector dinámico de la
economía helénica.

6L. Paretti: El Mundo Antiguo. En Historia de la Humanidad. T. II publicada por Unesco. Buenos Aires, Editorial
Sudamericana, 1969; p. 53.
Este comercio, sin embargo, no significó el desarrollo del capitalismo ni de la concentración. La
producción quedó dispersada en pequeños talleres y el comercio no llegó a ser monopolizado por grandes firmas.

3.3.2. Consecuencias Sociales


El cambio social fue importante, porque el comercio produjo el aumento de la riqueza mobiliaria, lo que
significó que la riqueza rústica dejó de ser la única posible. Aunque ésta siguió siendo la más «honorable»
porque daba mayor seguridad y garantizaba la realización del ideal heleno de autonomía, la riqueza mobiliaria
permitió el ascenso de sectores nuevos y una variación de la estructura social existente.
a) La Nobleza siguió existiendo, como propietaria de los latifundios. Algunos nobles supieron adaptarse
y participaron del cambio económico. Otros, en cambio, optaron por persistir en las actividades
tradicionales. Tanto unos como otros terminaron fusionándose con el sector más rico de la Burguesía,
constituyéndose así la Oligarquías
b) La Burguesía fue un sector social nuevo, conformado por los comerciantes y dueños de talleres
industriales más ricos. En principio, carecían de derechos civiles ni políticos, porque la sociedad continuó siendo
gentilicia. Cuando se unieron a través de los matrimonios con la Nobleza, dando vida a la Oligarquía,
entonces sí ingresaron a formar partes de los genos, tuvieron la protección de las leyes y gobernaron la ciudad,
desde las instituciones existentes.
b) La clase media se formó con los dueños de pequeños talleres y comercios. Sus miembros pudieron
procurarse una armadura completa en una época en que los progresos de la industria facilitaron la producción de
armas más livianas y a precios más bajos. Cuando la infantería –los hoplitas- superó a la caballería, formada por los
nobles, éstos perdieron el monopolio de la defensa de la ciudad. Y así la clase media, por prestar el servicio
militar, empezó a luchar por derechos. La relación entre prestación del servicio militar y exigencia de mayores
derechos, constituye una recurrencia en la historia.
c) El campesinado pobre empeoró su situación, pues debieron vender sus productos a precios muy
baratos para competir con los extranjeros. Así, se endeudaron. Quienes perdieron sus tierras pero se salvaron
de la prisión o la esclavitud por deudas, buscaron migrar a las colonias. Cuando esa posibilidad disminuyó, ocurrió
el estallido social.

3.3.3. Consecuencias políticas.


El régimen político cambió hacia fines del siglo VIII y principios del VII AC. La nueva oligarquía asaltó
el poder y depuso a la Realeza. Se produjo así la caducidad de la Monarquía y la instauración de un nuevo
régimen: la República Oligárquica7.
Las repúblicas oligárquicas –como las democráticas- implican regímenes representativos, pero existe una
diferencia sustancial entre unas y otras. En las repúblicas democráticas “todos los nacionales son ciudadanos de
pleno derecho”8. En las oligárquicas, en cambio, se establece una división de la población nacional -o sea de
los ciudadanos- en dos sectores, de los cuales sólo uno participa en el gobierno.
El privilegio podía depender del nacimiento, de la propiedad de bienes raíces calculada según los
ingresos, o de la fortuna, tanto mobiliaria como inmobiliaria, evaluada por el capital o por la renta; en los dos

7 El hecho de que el cambio político se produzca como culminación de un proceso de cambio económico y social
constituye una recurrencia histórica. Lo veremos nuevamente en Roma, en la Baja Edad Media, en la Argentina
del siglo XIX.
8 G. Glotz, op.cit., p. 58.
últimos casos, podía ser determinado por un censo o por un número limitado de participantes” 9
La institución que reemplazó a la Realeza fue la Magistratura, que tomó distintos nombres, según las
ciudades. En Atenas fue el Arcontado. Las demás instituciones continuaron siendo las mismas, aunque
integradas de distinto modo, pues tanto la Bulé como la Asamblea estuvieron constituidas por miembros del
nuevo sector social, la oligarquía, integrada a los viejos genos de la nobleza..
La República Oligárquica adoptó formas distintas en cada ciudad-estado, y también generó
reacciones dispares de los sectores excluidos del poder. Se tomarán a continuación dos casos modélicos:
Esparta y Atenas.

3.4. Esparta: Organización Interna


Esparta estaba ubicada en el valle de Laconia o Lacedemonia, bañado por el río Eurotas y separado
de los otros valles por las cumbres del Taigeto
Su población era de origen dorio, que se había asentado conquistando a la población aquea
precedente. La economía se centraba en la agricultura de su fértil valle. Imperaba la mediana propiedad, porque
el Estado se había apropiado las tierras y las había repartido en partes iguales entre los ciudadanos; y si bien ese
igualitarismo no se había mantenido en plenitud, no llegaron a configurarse grandes latifundios. Cuando su
población creció y no hubo más tierras para repartir, los espartanos buscaron una solución diferente de la
asumida por las otras polis. Así, en lugar de exportar los excedentes poblacionales hacia colonias en Asia
Menor o en Magna Grecia, como hicieran Atenas, Tebas y tantas otras, se lanzaron a la conquista de los
territorios vecinos localizados más allá del Taigeto: Mesenia y Argos, a fines del siglo VIII AC (736-720); pero
debieron emprender una segunda campaña en el siglo VII (650-620 AC) después de la primera gran
sublevación mesenia.

La Sociedad comprendía tres estamentos.


a) Los Espartanos (o «espartiatas», según el historiador Grimberg) que eran los ciudadanos y
gozaban de los derechos cívicos y políticos. Para alcanzar esta posición debían ser hijos de ciudadanos y
haber completado la etapa de educación e instrucción militar que duraba 13 años (de 7 a 20 años). A partir
de entonces ingresaban en un cuartel y recibían su porción de tierra, transformándose en ciudadanos-soldado
durante 40 años; pero sólo hasta los 30 años cumplidos llevaban la vida del soldado activo, y pasaban a la reserva
hasta los 60. Les estaba prohibido todo trabajo lucrativo y toda clase de ocupación que no fuera el entrenamiento
físico o militar. Estándoles vedado pues el comercio y la industria, tampoco se dedicaban a la agricultura por
considerar la actividad laboral degradante. Sus tierras eran cultivadas por los ilotas, que les pagaban en especie.
El rigor de la disciplina militar y social colocaba, por debajo de la categoría de los «iguales» -o sea
los «ciudadanos perfectos»-, a los «inferiores», que eran los ciudadanos degradados por no haber cumplido
las exigencias de la vida militar o los códigos sociales (por ej., por deshonor en el campo de batalla, que
condenaba a la atimia, o por no contribuir al mantenimiento del cuartel); y también los jóvenes que no se
consideraban aptos para la vida militar -y que por tanto no recibían la tierra cívica-, los bastardos y los libertos.
Todos ellos tenían como ideal el ingresar a la clase de los iguales, para lo que era necesaria una decisión de las
autoridades -que los aceptaban en la categoría de iguales cuando éstos disminuían por las guerras-, a condición de
que disfrutaran de una propiedad obtenida, sea por herencia o por matrimonio con una rica heredera, porque la
pobreza condenaba al trabajo y ésto era incompatible con la condición de espartano.

b) Los Periecos eran los primitivos habitantes de Lacedemonia -o sea los derrotados aqueos y sus
antecesores pelasgos-, que agrupados en pequeñas ciudades se dedicaban al comercio, la industria y la
agricultura. El comercio se limitaba casi exclusivamente a la región de Laconia y la esencia de la
transacción la constituía el intercambio de bienes por trueque, lo que hacía el dinero casi innecesario.
Existía una moneda pesada de hierro, pero sin curso legal fuera de las fronteras de Laconia. De ese modo se
limitaban las posibilidades de enriquecimiento
c) Los Ilotas eran los vencidos mesenios. Pertenecían al Estado, y más que esclavos eran siervos,
puestos a disposición de los particulares para trabajar la tierra. Les estaba prohibido abandonarla, pero
tampoco podían ser despedidos. Su suerte era mejor que la del esclavo, porque podían tener su casa y vivir

9 Ibídem.
con su familia en la parcela que se les daba a cultivar y a partir de la cual debían entregar al propietario -
anualmente- una determinada cantidad de trigo, vino y aceite. Eran en general bien tratados por razones
económicas, porque se los necesitaba para la agricultura; pero podían cometerse razzias contra ellos, que les
servía a los espartanos para entrenarse, pero también para disminuir el nº de pobladores y eliminar a aquellos
que podían actuar como jefes de una revuelta.

Las Instituciones Políticas se correspondían con esa organización socio-económica y con el ideal de vida
espartano. La forma de gobierno era una República Aristocrática (porque no había riqueza para ser oligárquica).
a) El Eforato o Colegio de Eforos estaba a cargo de las funciones ejecutivas, las que originariamente
habían sido ejercidas por dos reyes, posiblemente jefes de las dos tribus dorias que se establecieron en Laconia.
Los éforos tenían una serie de funciones: el manejo de las relaciones exteriores, la dirección de la guerra y
la convocatoria e iniciativa en la asamblea (Ponsati); también las de impedir cualquier cambio en la estructura
política del país, proteger los privilegios de los espartanos, velar por la educación de la juventud, el mantenimiento
del orden y el control del comportamiento de la población. Los éforos eran funcionarios poderosos, elegidos por
la Asamblea, cuyo máximo límite consistía en que su mandato era de sólo un año, a cuyo término rendían cuenta
de su administración10.

b) La Asamblea o Apella estaba integrada por todos los ciudadanos -perfectos e imperfectos-. Tenía
derecho de enmienda pero no de iniciativa. Declaraba la guerra, concertaba la paz y vigilaba la marcha de
las operaciones militares. Designaba a los gerontes y a los magistrados. Fue disminuyendo su poder real en
beneficio de la Gerusía y del Eforato.

c) La Gerusía era un consejo integrado por 28 miembros mayores de 60 años, elegidos por
aclamación en la Asamblea. De ella formaban parte los reyes. Fue transformándose en el organismo central del
gobierno espartano, porque aunque el eforato tenía mucho poder de mando, su permanencia era transitoria.
Podía reunirse en Consejo Ampliado o Pequeña Asamblea, que incluía además de los gerontes a los éforos y a los
ciudadanos más notables. Era convocado en situaciones extraordinarias.

El Estado no estaba al servicio del ciudadano, sino el ciudadano al servicio del Estado –hecho
característico de los regímenes que hoy llamamos totalitarios-. Si en todas las ciudades los Nomoi -las leyes y
costumbres- eran superiores a las voluntades individuales, tanto más ocurría eso en Esparta, donde no había
equilibrio entre los deberes del ciudadano y de la comunidad.

3.5. Atenas: Organización Interna

Atenas fue una polis marítima ubicada en la Península de Ática. Fue poblada por los jonios y pudo
resistir la invasión de los aqueos. Fue en la antigüedad un Estado modélico, tanto porque fue la cuna de la
República Democrática como por haber sido el centro de la cultura helénica, de gran trascendencia para la
civilización occidental.
La Etapa Arcaica fue semejante a las de las demás ciudades helénicas. Una monarquía limitada, de
base gentilicia11, que cae como consecuencia del cambio económico12 que lleva a la formación de la
burguesía y luego la oligarquía, la cual genera la República Oligárquica.

10 Grimberg, Grecia. Barcelona, Ediciones Daimon, 1980; p. 98.


11 Ver supra: monarquía arcaica.
12 Ver supra: colonización del Mediterráneo.
3.5.1. La República Oligárquica
Sustituyó a la Monarquía en Atenas, como en todas las ciudades marítimas, debido al cambio económico-
social. Las Instituciones Políticas fueron:
a) El Arcontado13, se constituyó con 9 miembros: a) El Arconte-Rey, cargo ocupado por la vieja familia
real, pues se consideraba que al rey podía despojárselo de sus funciones civiles y militares, pero que como
representante de la divinidad, debía persistir como magistrado religioso. b) El Arconte Epónimo, que heredó
del rey las funciones civiles; c) El Arconte Polemarca, encargado de las funciones militares; d) Los 6
Tesmothetes, con funciones judiciales. Los cargos de magistrados eran, en Atenas, periódicos y electivos.

b) El Consejo era la institución central del régimen oligárquico. Se reclutaban entre los ex –
magistrados14 en forma electiva. En las ciudades que tenían una Bulé numerosa –como Atenas- se
formaba en su seno una Comisión de «Probuloi», especie de consejo restringido integrado por los individuos
más ricos, a los cuales Aristóteles llamó «comisarios preparadores» pues se encargaban de preparar los
proyectos sobre los cuales el Consejo decidiría. Eso creó antagonismos entre los miembros de la oligarquía.

c) La Asamblea estaba integrada por los «ciudadanos activos», en quienes residía la soberanía-,
diferenciada de la masa no calificada, que estaba excluida. Recibía el nombre de Ecclesia o Halia. La Asamblea
discutía las proposiciones presentadas por los buleutas. Si bien en algunas ciudades su accionar era
consultivo, en Atenas era decisorio. Sin embargo, no podían introducir modificaciones a los proyectos,
debiendo aceptar o rechazar el proyecto en forma completa. Según los lugares y tiempos, se votaba levantando
las manos o en escrutinio secreto.

3.5.2. Tránsito de la República Oligárquica a la Democrática.


Fue debido a las presiones y luchas civiles de quienes, desde fines del siglo VII AC, buscaban un
cambio del orden social. Los factores fueron varios.
Los sectores medios exigían participación política y protección jurídica. Con la modificación de las
técnicas de la guerra, la nobleza había perdido el monopolio de la defensa de la ciudad, que había
pasado a depender de la clase media de hoplitas; y con ello esa nobleza había perdido el justificativo
para mantener el monopolio del poder político. No era muy numerosa, porque mientras unos pocos
ascendían, la mayor parte descendía en tiempos de crisis. Además, era un sector dinámico, y en épocas
de bonanza se acrecentaba rápidamente. Se alió con la plebe urbana -demiurgos y thetes- que eran muy
numerosos, y que a diferencia de los campesinos -que por estar aislados unos de otros y tener que laborar
muy duramente no tenían ni la cohesión ni el tiempo necesarios para hacer vida política-, vivían
concentrados en barrios, hecho que posibilitaba el desarrollo del sentimiento de solidaridad y la unión para la
lucha.
Todos los grupos excluidos del poder querían poner fin al monopolio que la aristocracia tenía de la
justicia, y sus sentencias parciales. La reivindicación principal era la publicación de leyes, escritas y
conocidas por todos, en reemplazo de esas disposiciones orales y secretas. Los pobres exigían también
reivindicaciones sociales: la cancelación de la prisión y de la esclavitud por deudas

a. Las Reformas Legislativas

Dracón, convocado en el 621 AC, proveyó a Atenas de las primeras leyes escritas. Sustituyó la Themis
por el Nomos, ley del Estado cuya asignación de derechos y deberes era conocida por todos. Además,
debilitó el genos al limitar el uso de la venganza como modo de solución de conflictos e impulsar la

13 En cada polis los magistrados recibieron un nombre particular. Se les llamaba «demiurgos», «timucos» o
«asymnetas». Eran en general eran electivos y periódicos, pero en algunas ciudades fueron vitalicios.
14 Hubo polis, como Esparta, en las que el cargo de consejero era vitalicio. Se entraba siendo anciano y se

permanecía hasta la muerte.


recurrencia a los jueces. Esta reforma, por establecer el principio de responsabilidad individual y trasladar
de los genos al Estado la función judicial, marcó una época en la Historia del Derecho.
Solón (594-93 AC), que actuó a continuación, introdujo reformas en todos los planos.
a) En el plano jurídico impuso la disolución del genos: la tierra y los hombres fueron liberados de
esta organización, con lo cual la sociedad pasó de ser gentilicia a ser individualista. Se legisló sobre el
derecho de sucesión y la libertad de testar. Se prohibió la esclavitud por deudas, obligándose a la ciudad a
comprar a los atenienses vendidos al extranjero.

b) En el plano económico se impulsó el comercio y la industria, se protegió a los metecos –


extranjeros domiciliados dedicados sobre todo a esas actividades-, se impulsó desde el estado la
ampliación del circuito comercial ateniense, y se ayudó a los deudores a liberarse de sus acreedores
mediante una reforma monetaria –la nueva moneda implicó una desvalorización.

c) En el plano social la obra soloniana consistió en la distribución de los ciudadanos en cuatro clases
censitarias, que tenían idénticos derechos civiles pero derechos políticos y deberes tributarios y militares
diferenciados en base a la riqueza. Las clases fueron: pentacosimedimnos, caballeros, zeugitas y tetes. En
principio, sólo la nobleza terrateniente constituía la 1º clase, pero con el tiempo se equiparó el medimno –o
medida de trigo- con la dracma –la moneda, símbolo de la riqueza mobiliaria-, de modo que todos los ricos
pudieron integrar este sector social, al cual le estaba reservado el acceso al Arcontado. Los caballeros podían
ocupar todos los cargos públicos menos del Arcontado. Los zeugitas, a diferencia de los tetes, podían
integrar la Bulé o Senado. Los tetes, como todos los demás sectores sociales, participaban de las dos
instituciones populares: el Tribunal de los Heliastas y la Asamblea. Ahora, por primera vez, se trataba de una
verdadera Asamblea del Pueblo, pues podían concurrir a ella todos los ciudadanos. (Ponsati: 1976). Por su parte,
las obligaciones tributarias y militares también variaban, siendo más altas cuanto mayor era el poder
adquisitivo. En cuanto al deber militar, los miembros de la 1º clase debían sostener la flota, los de la 2º
prestaban servicio a caballo, los de la 3º constituían la infantería liviana –hoplitas-, los de la 4º eran los
remeros de la flota.

d) En el plano político Solón introdujo las siguientes reformas:


1. Las facultades administrativas, militares y ejecutivas correspondieron en general al Colegio de los
Arcontes, de 9 miembros. Los tesmotetes conservaron las atribuciones judiciales.
2. Las funciones legislativas pasaron del Areópago a dos instituciones: la Bulé y la Asamblea15. La
Bulé, formada por Cuatrocientos miembros pertenecientes a las 3 primeras clases, preparaba las leyes y
tratados. La Asamblea o Ecclesia, , integrada por todos los ciudadanos, tenía a su cargo la aprobación o
rechazo de esas disposiciones o acuerdos.
3. Las funciones judiciales correspondieron también a dos instituciones: el Tribunal de los Heliastas -
cuya organización se atribuye a Solón- integrado por todos los ciudadanos, que atendía en las causas civiles;
y el Areópago, institución aristocrática constituida esencialmente por ex-arcontes.

Con esa reforma la oligarquía perdió el monopolio del poder, pues si bien tenía reservada las
magistraturas, requería de la participación del Senado y de la Asamblea, en la cual residía la soberanía. En
esta Asamblea la mayoría la conformaban las clases 3º y 4º, que eran quienes decidían porque el voto era

15 A. Ponsati: op.cit., 116.


por cabeza.
Con Solón terminó la vigencia de la Sociedad Gentilicia propia de la Ciudad Arcaica, y surgió la
Sociedad Individualista. No existirían en adelante en Grecia grupos que mediatizaban la relación del poder político
con el individuo. Ahora el gobierno tenía poder de mando directo sobre toda la población y sus instituciones
judiciales actuaban como factor de intermediación en los conflictos entre los individuos.

b. La Acción Revolucionaria
Se concretó a mediados del siglo V AC, luego de una lucha social que renació 30 años después de la
reforma soloniana. De los tres partidos existentes, de la llanura, la costa y el interior –que representaban los
intereses e cada uno de los sectores sociales: los terratenientes, la clase media comercial y el campesinado
pobre-, triunfó el partido del interior, cuyo jefe, Pisístrato, daría cumplimiento a las reivindicaciones campesinas.

Pisístrato, que asumió en 560 AC, «solucionó de manera definitiva la cuestión agraria», repartiendo
las tierras roturadas y los dominios confiscados a los nobles, con lo cual logró la formación de esa
importante clase media campesina, que será «el elemento más estable y más sano del cuerpo cívico hasta
el fin de la guerra del Peloponeso»16. Para hacer posible la afirmación del sector, el gobierno hizo
préstamos para favorecer el cultivo de la vid y el olivo, que si bien eran más redituables, requerían de un tiempo
mayor que el de cereales para la recuperación de la inversión. Para solucionar el problema de los pobres de las
ciudades, impulsó la construcción de obras públicas que embellecieron la ciudad.
El régimen cuidó de la educación popular. Organizó concursos musicales y recitales. Además, no
modificó la Constitución y permitió el funcionamiento de las instituciones populares. Pensaba que la
participación de los ciudadanos en los Tribunales y la Asamblea contribuiría a su socialización política, con
el consiguiente desarrollo del sentido de bien común y responsabilidad ciudadana.
Con Pisístrato se sentaron las bases socio-económicas de la Democracia. El planteo de los griegos en
este sentido se corresponde con el de Rousseau, John Mill y los politistas de la actualidad: el régimen
democrático sólo puede existir cuando hay equidad económica, pues esto favorece la independencia
intelectual y moral de la ciudadanía y la colaboración entre las clases. La Democracia es incompatible con la
existencia de un sector de desposeídos.

3.5.3. La República Democrática.


Las Reformas que permitieron la instauración de la Democracia se debieron a Clístenes, magistrado
que acabó la obra esbozada por Solón, y dio forma definitiva a la Constitución Democrática de Atenas, en el
508-507 AC. Con Clístenes se instauró una reforma administrativa que hizo posible la participación de todos
los sectores sociales –hablando siempre de los ciudadanos- en todas las instituciones del Estado. Aunque
se amplió el número de miembros de cada institución para acomodar su representación y funcionamiento al sistema
decimal –los 100 demos o barrios-, ellas siguieron siendo las mismas: Arcontado, Bulé o Consejo, Tribunal de los
Heliastas, Asamblea del Pueblo17. Pero ahora el campesino o el thete podían ocupar cualquier cargo político,
máxime que en la mayoría de los casos se usaba el sorteo como método de selección.

Las Reformas de Clístenes fueron profundizadas a lo largo del


siglo V AC. Así:

16 B. Knauss: La Polis. Individuo y Estado en la Grecia Antigua. Madrid, Aguilar, 1979; p. 40.
17 Ver supra las funciones, en República Oligárquica
a) Se estableció la «mistophoría» o retribución pecuniaria, para que los ciudadanos pudieran integrar
las instituciones. En caso de participación en la Asamblea, se les entregaba el equivalente a un día de trabajo.
b) Se extendió el sorteo a más tipos de designaciones. Hubo algunos cargos, como el de estratego, que
siempre fue electivo.
c) Se redujeron las funciones del Areópago. Ello se debió a que las iniciativas democráticas se estrellaban
en el Areópago que, como tenía el control constitucional, podía oponer su veto a las decisiones de la asamblea
popular aduciendo que eran incompatibles con el espíritu de las leyes. Los miembros de este tribunal eran
ancianos, elegidos por la misma Institución a perpetuidad. Los demócratas atacaron esta fortaleza
conservadora y dieron un golpe de estado, que la privó de sus atribuciones políticas, limitando su acción a
las causas que implicaban sentencias de muerte18.

El gobierno de Pericles (quien gobernó hasta su muerte, en 429 AC) coincidió con la 1º parte de la
Etapa de Hegemonía de Atenas en la Hélade (465-404 AC). Según Glotz, en la época de Pericles «la vida
política de Atenas muestra un equilibrio perfecto entre los derechos del individuo y el poder público» 19

3.5.4. La Democracia Ateniense: Principios e Ideales.


La democracia ateniense tuvo una serie de principios e ideales que la caracterizaron, cuya esencia ha
llegado hasta la actualidad, y que la constituyen en el antecedente más remoto de los regímenes democráticos
actuales. Sus principios e ideales fueron los siguientes.
a) La libertad individual, entendida desde el punto de vista de la noción de “libertad externa” era
“absoluta, porque ningún ciudadano, bajo ningún concepto, podía ser esclavizado”.
b) La igualdad era para los atenienses la condición de la libertad. Gozaban de isonomía o igualdad
ante la ley, y de isegoría o igual derecho de hablar. Este derecho era el más apreciado por los atenienses. Había
sí, desigualdad tributaria, pues persistía el esquema soloniano.
c) El Estado tenía deberes morales para con los ciudadanos, que algunos autores identifican con las
garantías modernas del Estado que se auto-limita. En beneficio de la libertad, se prohibieron los apremios
físicos, la esclavitud y, también, se vedó responsabilizar a los familiares de los actos de algún individuo –
lo cual se correspondía con el fin de la responsabilidad colectiva de los tiempos anteriores a Solón. En
consideración a la igualdad, se establecieron emolumentos para retribuir los servicios prestados al Estado,
pues sólo así todos los ciudadanos, de cualquier nivel social, podrían participar. No sólo los cargos públicos
eran rentados. Si fijó un óbolo al ciudadano, que equivalía a un día de trabajo, para que concurriera a la Asamblea.
El Estado encaró una serie de tareas para evitar la desigualdad social, de modo que asumió el papel de
protector de los sectores más débiles. Así: a) Para terminar con el flagelo de la desocupación, organizó el
«sistema de cleruquías» -colonias de campesinos asentadas en comarcas distantes-, impulsó –en beneficio
de los artesanos- la construcción de obras públicas, e incorporó a los más pobres como remeros en la
flota; b) Instituyó la asistencia pública: los huérfanos de guerra fueron educados por el Estado, y al llegar a
la mayoría de edad recibían armaduras de hoplitas; c) Buscó evitar los monopolios que encarecían los
productos, y se ocupó del precio del pan; d) Impuso a los ricos la organización de concursos dramáticos y
líricos, con el objetivo de satisfacer las necesidades culturales de los sectores más pobres.

d) El ciudadano tenía obligaciones correlativas para con el Estado, que eran celosamente controladas
por los mismos ciudadanos, quienes podían votar la expulsión o incluso la muerte de quien no fuera
merecedor de seguir gozando los beneficios de ser ciudadano ateniense. Ese control se debía a que los
helenos no concebían el Estado como algo abstracto, sino como la «comunidad de hombres libres», lo que
determinaba que se refirieran a sí mismos como “los atenienses» y no como «Atenas». Esa «comunidad» era
omnipotente y la individualidad estaba restringida, o, dicho de otro modo, el individualismo no existía.
Cuando ese individualismo aparezca en el siglo IV AC., será una causa de la decadencia de la civilización

18 Grimber, op.cit., p. 171.


19 Glotz, op.cit., p. 108.
helénica20.
Otros principios nucleares del pensamiento griego eran los de armonía y proporción. Percibían al
Estado como “la armonía de una vida compartida en común por todos sus miembros”. Solón encomiaba las
leyes hechas para Atenas, porque “producían una armonía o equilibrio entre ricos y pobres, en la cual cada una de
las partes recibía lo suyo”21. Esos ideales se relacionaban íntimamente con el de justicia. Cualquier exceso en
beneficio de un sector o individuo, significaba un reparto injusto en perjuicio de los demás.

La Hélade, y en particular Atenas, fue la cuna de la democracia. “La mayor parte de los ideales
políticos modernos –como, por ejemplo, la justicia la libertad, el régimen constitucional y el respeto al
derecho- o, al menos, sus definiciones, comenzaron con la reflexión de los pensadores griegos sobre las
instituciones de la ciudad-estado”22. Pero la realidad estadual y el estilo de vida griegos eran totalmente diferentes
a los modernos, como así también su concepción de la participación política y los principios éticos usados en
evaluarlos.

Las ciudades-estado eran muy pequeñas. El territorio del Ática –la base geográfica de Atenas- tenía unos
pocos kilómetros. La población era también pequeña; en el caso de Atenas de unos 300.000 habitantes, de
los cuales un tercio eran esclavos. La sociedad se dividía en tres estratos, política y jurídicamente distintos:
atenienses o ciudadanos, metecos o extranjeros, y esclavos. En su cosmovisión era impensable el desarrollo
económico sin la existencia de esclavos, porque sobre la institución de la esclavitud se asentaba el grueso del
trabajo en las economías de la antigüedad, como sustenta sobre los asalariados en las economías modernas. El
estilo de vida era frugal. La mayoría de la población libre –ciudadanos y extranjeros, éstos muy numerosos
en una ciudad comercial como Atenas- se componía de comerciantes, artesanos o agricultores que vivían de sus
ocupaciones.

Las instituciones, en la fase democrática, funcionaban del


siguiente modo:
a)- La Asamblea o Ecclesia, reunión a la que todo ciudadano tenía derecho a asistir desde que
llegaba a los veinte años, se reunía regularmente diez veces al año, aunque podía ser convocada por el
Consejo a sesiones extraordinarias. Tenía además funciones legislativas –promulgaba las leyes elaboradas
por el Consejo, las modificaba o las rechazaba- y electorales, pues designaba a magistrados y funcionarios.
Normalmente “todas las cuestiones importantes, tales como declaraciones de guerra, acuerdos de paz, formación
de alianzas, votación de los impuestos directos o medidas legislativas generales, iban a la asamblea para recibir su
aprobación”23. La Asamblea era la sede de la soberanía, y los magistrados y funcionarios eran responsables

20 Los politólogos debatieron y debaten aún sobre las connotaciones de esta relación entre individuo y Estado-
comunidad, con los derechos establecidos y sus mutuos deberes. Algunos autores –como John S. Mill-, ven en
ese vínculo de derechos y deberes en un marco democrático, la base de lo que debía constituir el liberalismo
radical al cual adhería. Esa relación puede ser hecha por Mill, porque él no adhería al iusnaturalismo, o sea que
no admitía la existencia de un “estado de naturaleza” ni de “derechos naturales”. Para él, como para los griegos,
la ley la libertad, la igualdad y los demás derechos provenían directamente de leyes humanas y eran, por tanto,
convencionales y mutables. El modelo griego no se corresponde con el iusnaturalismo del siglo XVIII porque, en
general, los filósofos no teorizaron sobre “derechos” que les correspondían a los hombres por el hecho de ser
hombres; aunque hay excepciones, como Demócrito. Sin embargo, tampoco puede identificarse ese modelo
heleno con el “totalitarismo”, porque si bien el influjo de la comunidad era fuerte y el individualismo al estilo del
siglo XVIII en adelante no existía, ellos no concebían un Estado como superior a los individuos: ellos, los
hombres, en conjunto, eran la comunidad de hombres libres. “La aplicación de principios del liberalismo a la
interpretación de la democracia clásica sigue. En este sentido, recientemente, Josiah Ober (2000) o Mogens
Hansen (1996) han argumentado sobre el carácter liberal o "casi liberal" de la democracia ateniense a pesar de
reconocer que nunca fueron formulados unos "derechos fundamentales" del individuo. Por el contrario, Peter
Rahe (1994) piensa que la polis antigua priorizaba el bien común, y que la παιδεία clásica inculcaba valores
como el honor y el coraje marcial, incompatibles con el pacifismo, el interés privado y el mercantilismo que
derivan del liberalismo moderno”. Sancho Rocher, Laura: “Comunidad e individuo en la democracia antigua.
Naturaleza, ley y sociedad”. Universidad de Saragoza. Grupo Hiberus. En Circe de clásicos y modernos
versión On-line ISSN 1851-1724.
21 G. Sabine: Historia de la Teoría Política. Méjico, FCE, 1982; p. 31
22 Ibídem, p. 15.
23 Ibídem, p. 19.
ante ella y estaban sometidos a su control. Por eso era una democracia directa y no representativa: eran los
ciudadanos, reunidos en Asamblea, quienes decidían soberanamente sobre los principales asuntos de la
ciudad.

La Asamblea funcionaba del siguiente modo: una vez hechos los procedimientos de iniciación de
práctica, los buleutas tomaban la palabra y presentaban los temas a tratar. A continuación exponían los
oradores: unos a favor, y otros en contra. La oratoria era una actividad importantísima en Grecia, y en
Atenas hubo personajes muy famosos, como Demóstenes. Hay piezas oratorias que aún hoy son estudiadas.
Politólogos posteriores, como el británico John Stuart Mill (s. XIX), consideraron que los oradores representaban
en su tiempo el papel de los diarios actuales, pues ofrecían a los ciudadanos diferentes versiones sobre un
suceso o situación determinada, para aclarar los temas presentados y contribuir a su decisión. Cuando
completaban su exposición, se pasaba a votación. Los miembros de la Asamblea no podían introducir
modificaciones al texto: votaban por SI o por NO, la totalidad de la propuesta. Por ello, de ahí derivan las consultas
populares y plebiscitos propios de algunos regímenes republicano - democráticos actuales.

b)- El Arcontado (diez Arcontes) y los demás funcionarios duraban un tiempo breve –generalmente
un año- y en la mayoría de los casos no estaba permitida la reelección. El objetivo era hacer posible la
participación de la mayoría de los ciudadanos, que se desempeñarían a nombre del pueblo, lo cual
implicaba una especie de representación aunque muy diferente de la concepción moderna de
representación. Los cargos no eran unipersonales sino colegiados: después de Clístenes el número era
siempre de diez, para hacer posible la representación de todas las tribus 24.

c)- La Bulé o Consejo de los Quinientos era una especie de “comité ejecutivo y directivo de la
asamblea”, y en él se centraba la tarea efectiva de gobierno. Como quinientos era un número demasiado
grande, los 50 que representaban a cada tribu ejercía las funciones la décima parte del año, acompañados
por un consejero de cada una de las restantes nueve tribus.
El Consejo tenía el deber de elaborar los proyectos de ley o medidas que consideraba oportunas, que
presentaba ante la asamblea de ciudadanos, que sólo actuaba en asuntos que le presentaba ese consejo.
“Además de estos deberes legislativos, el consejo era el órgano ejecutivo central del gobierno. Las embajadas
extranjeras sólo tenían acceso al pueblo por su intermedio”, y los magistrados estaban bajo su control.
“Tenían el control absoluto de la hacienda, la administración de la propiedad pública y los impuestos”, como
también la flota y sus arsenales; y los cuerpos de funcionarios eran ejecutores de sus órdenes. La decisión
sobre asuntos centrales sin embargo, dependían de la asamblea, que de ese modo limitaba al Consejo. Pero
sin embargo, “no se consideraba, al parecer, que el consejo fuese un mero órgano de redacción”, o sea que su
incidencia en las decisiones de la asamblea era significativa.

d)- El Tribunal de los Heliastas constituía el otro ámbito de control popular. “Los tribunales atenienses
eran, sin duda, la clave de todo el sistema democrático. Ocupaban una posición que no es comparable a la que
tienen los tribunales en ningún gobierno moderno. Era su deber, como el de cualquier otro tribunal, dar
decisiones judiciales en los casos particulares, tanto civiles como criminales”25. Los miembros de estos
tribunales, ciudadanos mayores de 30 años, eran designados en número de 6.000 por los demos, pero
actuaban en forma rotativa 600 por mes. Los ciudadanos eran jueces y jurados. Sus decisiones eran
inapelables
Los tribunales cumplían una importante función controladora en relación a los magistrados y a la ley.
Lo principal era el cuidado del bien común, y todo ciudadano tenía la obligación de velar por él.

Durante el siglo V AC se produjeron las Guerras Médicas, que opusieron a griegos y persas. En tales
guerras se enfrentaron no sólo dos ejércitos, sino dos civilizaciones. Era impensable que un pequeño
número de helenos derrotara a un enemigo numéricamente mucho mayor; pero ello se dio. Se considera que
tal milagro se debió a la particular cosmovisión de cada pueblo. El ejército persa, integrado mayoritariamente

24 Las “tribus”, desde la reforma de Clístenes, eran zonas electorales que implicaban barrios distribuidos por las
tres regiones de Atenas: la costa, la llanura y la montaña (o sea la ciudad, donde se desarrollaban las actividades
comerciales, industriales y profesionales; la zona agrícola organizada en latifundios –en manos, por tanto, de los
más ricos; y la región montañosa donde vivían los sectores minifundistas). La idea ateniense era que ningún
sector social tuviera más poder que los demás, y por ello se constituían así los distritos electorales.
25 G. Sabine, op,cit., p. 19
por pueblos vencidos, que por tanto tenían su voluntad quebrada, luchaba sin ideales. Los helenos en
cambio estaban impulsados por un espíritu libertario, por un nacionalismo ligado a sus polis. Luchaban pues
por su libertad y su estilo de vida. Un diálogo ficticio entre el rey Jerjes y un viejo espartano radicado en Persia,
ejemplifica las dos mentalidades.

4. Las Monarquías Helenísticas

La unidad de la Hélade no pudo ser concretada por los mismos helenos debido a la primacía del
sentido particularista sobre el unitivo en la porción central; y porque los intentos concretados en las zonas
excéntricas fueron frustrados por obra de los Estados Hegemónicos. Ese separatismo por un lado y las
guerras civiles por el otro, debilitaron tanto a la Hélade, que fueron presa del Imperialismo Macedónico. La
unidad fue impuesta por los conquistadores. Terminó con ello la etapa de grandes construcciones y
producciones artísticas e intelectuales. La cultura griega trascendió porque más adelante fue adoptada y
universalizada por Roma.
Macedonia era una zona excéntrica, pobre y semibárbara, que no siguió a la Hélade en su evolución
hacia la República y conservó su Régimen Monárquico. No participó en la lucha contra los persas y por su
posición excéntrica pudo permanecer al margen de los conflictos interestatales que desgastaron a las polis
centrales. La apropiación de las minas de oro del Monte Pangeo solucionó su problemática económica y le
permitió sostener un gran ejército. Su rey Filipo -que supo aprender de los errores y aciertos de los estados
heládicos-, adoptó la lengua ática, las técnicas diplomáticas y bélicas, y la organización militar de éstos.
Centradas en sus problemas intestinos, las polis griegas no supieron ver la potencia que estaba
adquiriendo el Estado Macedonia hasta que fue tarde. Fueron derrotadas en 338 AC, en la batalla de
Queronea. Luego Filipo organizó a las ciudades vencidas en una Liga Panhelénica, llamada Liga de Corinto
o Confederación. de los Helenos.

La Confederación de los Helenos tuvo las siguientes características:


a) Estuvo formada sólo por las ciudades de la Hélade, pero aunque Macedonia no la conformaba, su
rey era el Jefe o Hegemón. Este hecho marca una diferencia significativa. Aunque formalmente la organización
recuerde a las Confederaciones anteriores, la realidad es profundamente distinta. Grecia ha perdido su
independencia.
b) Las Instituciones Confederales eran: El Consejo, integrado con representación igualitaria de las
ciudades, llamado «Sinedrión de los Aliados», que residía en Corinto. Se ocupaba de los asuntos federales, o sea
de las cuestiones de paz y de guerra, aunque de hecho ese Consejo no hacía sino avalar las decisiones del rey
macedonio. Existían además Magistrados encargados de arbitrar en caso de conflicto entre los aliados, y un
Tribunal Supremo que juzgaba toda violación al Pacto Federal. Se trataba sin embargo de formalidades. Era El Rey
quien tenía la última palabra.
c) Las ciudades eran formalmente autónomas, pero tal autonomía en realidad no existía. Por presión
de Filipo se impusieron en todas ellas regímenes oligárquicos, y se les prohibió a las ciudades: introducir
reformas democratizadoras, resolver sobre destierros, ejecuciones y confiscaciones, abolir las deudas o
liberar esclavos. El sistema benefició a partir de entonces a las oligarquías, y el Consejo intervenía
represivamente cuando los intereses de éstas se veían en peligro. El rey tenía poderes ilimitados, e intervenía en la
política interna de las ciudades según sus principios y conveniencia.
Filipo anhelaba extenderse a Persia, y logró que el Consejo procediera a la declaración de guerra;
pero murió antes de entrar en campaña, la que fue concretada por su hijo Alejandro. Éste se expandió por
Asia Menor, Egipto y Persia, llegando por el este hasta la zona del Penjab -en la India- en el 327 AC. Murió 3
años después, en el 324 AC.

Con Alejandro, que gobernó entre el 336 y el 324 AC, se inauguró la etapa de la Civilización
Helenística, que tuvo aspectos diferentes a la Helénica precedente, porque surgió de la combinación de
elementos helénicos, egipcios y persas. Desde el punto de vista político se formaron las Monarquías
Helenísticas, que tuvieron dos momentos diferentes: el del Imperio Alejandrino primero -336 y el 324 AC-, y
el de los Reinos Helenísticos después de su muerte.
Las características del Imperio Alejandrino fueron las siguientes.
a) El tipo de estado que se estructuró fue el Imperio Universal, según los modelos egipcio y persa.
Las diversas partes del Imperio se gobernaron de modo disímil, respondiendo a las tradiciones originarias de cada
región. Por tanto, mientras las porciones asiáticas y africanas eran manejadas por sátrapas -los clásicos
gobernantes persas-, en Grecia continuó el régimen de las polis, ligadas por la confederación.
b) La estructura confederal impuesta por Filipo sobre la Hélade persistió, o sea que las ciudades
tenían una autonomía formal. Las instituciones urbanas actuaban como meros instrumentos
administrativos, limitadas en su accionar por las disposiciones de los conquistadores. Los intentos de
liberación -como el de Tebas, a la muerte de Filipo- fueron duramente sofocados, y en particular esa ciudad fue
arrasada por orden de Alejandro.
Las formas externas de los regímenes eran en apariencia democráticos, aunque los factores que
garantizaban la igualdad ya habían desaparecido. Así, en Atenas la supresión de los «misthoi», impidió a los
ciudadanos pobres ocupar su tiempo en el servicio al Estado. Las razones para ello fueron, tanto la penuria
económica, como la tendencia a considerar esa retribución como la causa de la ruina de las instituciones, porque se
aducía que los pobres constituían un personal incompetente y que eran manejados demagógicamente. De hecho,
persistió bajo el régimen de Alejandro el ideario oligárquico instaurado desde los tiempos de Filipo, por lo
que el poder estuvo monopolizado por una burguesía acomodada y culta, hostil a cualquier reforma que
afectara sus intereses.
c) La Forma de Gobierno fue la Monarquía Absoluta. Conforme a los modelos persa y egipcio, el rey
era jefe del ejército, único legislador y juez supremo; pero como excepción -de herencia macedónica- se
reconoció al pueblo en armas -el ejército en tiempos de guerra- el privilegio de juzgar los casos de alta traición,
práctica que fue a menudo violada.
En cuanto al desempeño de las funciones reales, la influencia de la filosofía estoica es evidente. Se concebía
la realeza como un «deber», como una «servidumbre rodeada de honores», según expresión de uno de los
herederos de Alejandro -un Antigónida- a su hijo. Por ello, aunque el rey podía elegir libremente a sus
funcionarios -sin necesidad de tener en cuenta su preparación, jerarquía o años de servicio- la reputación
del monarca dependía en buena parte de la calidad y moralidad de ellos; siendo particularmente importante
la opinión de la guardia palatina. El absolutismo real tenía pues límites de hecho, producto del origen
helénico del grupo dominante, cuya cultura concedía importancia a las cualidades de los individuos y al
consenso de la comunidad.
d) Se difundió el ideal de la Cosmopolis -en reemplazo del de polis-, que equivalía a la idea del
Imperio Universal como «comunidad de vida», o sea de hombres ligados por costumbres, gustos y
creencias. El núcleo cultural fue el helénico, y para favorecer la unidad entre las partes europea y asiática
del imperio bajo aquella impronta, Alejandro empleó diversas técnicas. Así, propició la fundación de
ciudades en Oriente, a las que llevó población helénica, quienes gozaron de un «status jurídico» especial y
una organización institucional semejante a la de origen; y aunque el grueso de la población indígena tuvo una
situación jurídicamente inferior, él asoció a las burguesías ricas y helenizadas a aquellos beneficios jurídicos. El
objetivo era que con su presencia los helenos influyeran culturalmente sobre los asiáticos. También
propuso la fusión de razas por la vía matrimonial, y su ejemplo al desposar a la princesa persa Roxana parece
haber sido seguido por unos 10.000 soldados. Para favorecer más la integración incorporó al ejército tropas
asiáticas -a las vencidas-, a las que enseñó la disciplina macedonia y el uso de sus armas.
e) Se gestó la idea de Hombre, y por tanto de Humanidad, en correspondencia con las postulaciones
de la filosofía estoica.

Las condiciones de la vida económica y social también cambiaron en la etapa helenística. Lo


novedoso fue el gran ensanchamiento del espacio geográfico abierto ahora como inmenso mercado a las
empresas griegas. Frente a ese mercado los griegos tenían dos opciones: asociar a los asiáticos al
desarrollo, elevando su situación económica y potenciando a la larga el mercado de consumo, o bien
explotarlos, lo que implicaba beneficios mayores pero de corto alcance, pues las masas empobrecidas no
serían consumidores. Pese al ideal alejandrino optaron por la segunda vía, movidos por el afán de lucro y
por los atavismos culturales, que les impedía ver a los asiáticos como a iguales.
El comercio fue muy activo, no sólo en el mundo mediterráneo sino también con el Oriente Extremo.
Se intercambiaba trigo y cereales de Egipto y Babilonia, frutos de Fenicia, vid y olivo de Grecia, sedas,
perfumes diamantes y marfiles de Asia. También incidió en ello el restablecimiento de los medios de
comunicación, la incorporación de nuevas técnicas de producción y el establecimiento de la paz.
El sector social más favorecido fue la Burguesía, en particular la comercial, porque las disposiciones
la beneficiaban. Los trabajadores de las empresas eran esclavos, o bien indígenas que recibían una
retribución ínfima, y ello –como ocurre siempre- atentó contra la prosperidad a largo plazo, porque redujo el
mercado de consumo.
La política económica fue «estatista». El Estado intervenía en las actividades económicas para
beneficiarse con los impuestos. Se estructuraron empresas estatales, porque las más lucrativas –las de sal por
ejemplo- fueron monopolizadas por los soberanos.
La decadencia económica se inició a principios del siglo III AC -hacia el 280 AC-, cuando terminó la
expansión y se estabilizó el mundo helenístico. El mundo griego sufrió pues la producción oriental, más
lujosa y cara que la europea, hizo que la balanza de pagos de los helenos fuera siempre desfavorable, como
sería más tarde la de los romanos. Desde principios del siglo III AC decayeron los contactos comerciales, y la
vieja Grecia, sumida en nuevos conflictos civiles, inició su caída final.

La decadencia de las monarquías helenísticas se inició con la muerte misma de Alejandro, porque a
falta de hijos surgieron conflictos entre los herederos eventuales y los pretendientes. En el 301 AC se
produjo la división definitiva entre 3 de sus generales:
1. Macedonia y Grecia correspondió a Casandro, cuyos descendientes gobernarían hasta el siglo II
AC. Su opresión hizo que los helenos recibieran a los romanos como “liberadores”, en el 146 AC. Pero
Roma no llegó a liberar sino a conquistar la Hélade. A partir de entonces, y hasta el siglo XIX, Grecia estuvo
sometida a sucesivos imperios.
2. Siria y Persia quedaron para Seleuco y constituyeron el Imperio Seleucida, que luego se extendió
hacia Tracia. En el 64 AC pasó a ser provincia romana; y los romanos adoptaron de allí su cultura, y
después del siglo III DC la idea imperial. Cuando se dice que se produjo la «romanización» del Mediterráneo de
la mano de los conquistadores romanos, en realidad lo que se produjo fue la difusión de la cultura helenística,
matizada con elementos propios de Roma, particularmente la noción del Derecho.
3. Egipto, bajo Ptolomeo, hijo de Lago, quien fundó la Dinastía Láguida. Su centro cultural fue
Alejandría, ciudad nueva fundada por Alejandro con población helénica, que heredó la tradición de la Grecia
clásica. Hacia el año 30 aC pasó a ser provincia romana.

5. PENSAMIENTO POLÍTICO HELÉNICO26

5.1. INTRODUCCIÓN
La filosofía de la antigüedad clásica anterior al siglo V AC consistió en especulaciones en relación al
mundo físico. Recién a mediados del siglo V AC se inició la gran revolución intelectual que fue el
Humanismo, motivada por el desarrollo en Atenas de la riqueza y la urbanización, la democracia y “la
necesidad de mejorar el nivel de la educación”, especialmente en aspectos como la oratoria, de tanta
importancia en la vida política griega y en el éxito personal de quienes pretendían ascendiente política 27.
Los impulsores del cambio fueron los sofistas, -o maestros-; pero sobre todo provino de la poderosa
influencia ejercida por Sócrates.

SÓCRATES

26 Temas elaborados por la Mag. M.E. Darmanin y Dra. Elisa Villoria


27 Sabine, G.; op.cit., p. 32
Sócrates, apartándose de los Sofistas, abordó los estudios humanistas, desde la tradición racional
de la antigua filosofía física. Encaminó su enseñanza hacia la búsqueda de la verdad. Utilizó una sutil forma
de interrogación, denominada ironía procurando alcanzar los verdaderos conceptos desechando
conclusiones apresuradas. En esa búsqueda de conclusiones, se desembocaba finalmente en el
conocimiento de las esencias, momento al que denominaba Mayéutica (arte de la obstetricia o parto de las
ideas). Defendía esta manera de acceder a la verdad porque consideraba que la misma no puede ser impuesta sino
buscada y encontrada. Sócrates no enseña, señala Rodríguez Varela, “que el único fin de la actividad humana
es la virtud; que la sabiduría basta para todo, para la felicidad y para la virtud misma;...que por encima de la
inteligencia que razona está el sentido moral”.

Sócrates se preocupaba por el descubrimiento de una norma de acción general y válida, esto es, de
conceptos éticos que sirvieran como patrón de medida para evaluar todos los fenómenos de la vida social –
las ideas, las leyes, los comportamientos-. Esos conceptos debían ser difundidos a través de la educación,
y servir además para aplicarla a casos particulares, de modo de producir y mantener una sociedad de excelencia
demostrable. Esta visión de una ciencia de la política racional y demostrable es lo que persiguió luego Platón
durante toda su vida, señala Prelot.

Sócrates no dejó obras escritas, pero se considera que sus ideas quedaron reflejadas en los textos
platónicos. “El gran interés de Sócrates, al menos en sus años maduros, lo constituyó la ética”,

Para Sócrates, como buen griego, la ley es la máxima autoridad a la cual hay que someterse porque
responde al dictado de la comunidad de hombres libres, y la mayor pena posible es el destierro, que le significa
la pérdida de la ciudadanía. Por ello argumenta que esa ley podría reprocharle

Los discípulos de Sócrates estuvieron unidos con su maestro no por una doctrina establecida Los grandes
filósofos de la antigüedad fueron Sócrates, Platón y el discípulo de éste, Aristóteles. Ellos representan el
pensamiento griego clásico. Platón simboliza lo ideal, Aristóteles encarna lo real; Platón representa la filosofía y
Aristóteles la ciencia. Aunque en realidad, no hay una ruptura total entre el idealismo platónico y el
experimentalismo aristotélico, hay un desplazamiento del centro de la perspectiva.

PLATÓN
1. INFLUENCIA SOCRÁTICA. VIDA Y OBRAS

Platón (427-347 a.C.) nació en el seno de una familia aristocrática, y algunos autores atribuyen a ello su
crítica respecto a los regímenes democráticos,

Tres son las obras principales que contiene la filosofía política de Platón: La República, El Político y
Las Leyes.

La República no tiene en realidad un ámbito de estudio definido sino que se ocupa de toda la vida
humana, está referido al hombre bueno y a la vida buena, lo cual era sinónimo de estado bueno. Así, La
República, buscará dar a conocer cuales son esas cosas buenas y los modos para alcanzarlas.

La República de Platón pertenece al género utópico, lo cual supone la elaboración de una


construcción ideal pero con puntos de contacto con la realidad como para servir de modelo. En su origen, esta
obra fue un estudio crítico de la polis tal como existía en realidad, pero que luego Platón cambió exponiendo su
teoría en forma de polis ideal, forma que revelaba los principios eternos que las polis existentes trataban de
desafiar: ignorancia e incompetencia de los políticos, espíritu de facción y de egoísmo de partido; discrepancias de
intereses económicos, las dificultades para acceder al conocimiento del bien. Según Sabine:
[…] la idea fundamental de La República la encontró Platón en la doctrina de su maestro de que la
virtud es conocimiento...Pero la proposición de que la virtud es conocimiento implica la existencia de un
bien objetivo que es posible conocer y que puede en realidad ser conocido mediante la investigación
racional o lógica más bien que por la intuición...La teoría de Platón es divisible en dos partes o tesis principales:
primera, que el gobierno debe ser un arte basado en un conocimiento exacto; y segunda, que la sociedad es una
mutua satisfacción de necesidades por personas cuyas capacidades se complementan entre sí.

La Política es para Platón el arte de conducir a la a la sociedad humana, mediante el libre


consentimiento de sus miembros. Las formas de mando basadas en la violencia y la coerción no
constituyen formas “políticas”, pues no permiten el desarrollo de las virtudes individuales y sociales que
posibilitan una buena vida en común.

2. Concepción Antropológica
Para Platón los hombres son naturalmente desiguales, porque nacen con distintas aptitudes. En
realidad, la clasificación platónica de los hombres deriva de su enfoque sobre las necesidades de la
sociedad: la producción, la defensa y la conducción. En consecuencia, postula la existencia de tres tipos de
hombres, con almas compuestas de metales diferentes, e impulsados por diferentes capacidades y
apetencias.

Ellos son:

a)- los trabajadores, cuya aptitud radica en la capacidad para la producción, munidos de un alma de
hierro o de bronce en la que priman las facultades apetitivas y nutritivas, que supone que residen más abajo
del diafragma. Ellos, destinados a satisfacer las necesidades físicas de la sociedad, guiados por la virtud de
la templanza, serán los agricultores y artesanos;

b)- los guerreros, de temperamento irascible, cuyas almas de plata contienen facultades ejecutivas y
valerosas, que residen en el pecho. En la ciudad ideal que postula ellos serán los guardianes. Aptos para
gobernar bajo el control de otros, su virtud es el valor;

c)- los gobernantes, cuya alma racional –de oro- facultada para el conocimiento y el pensamiento
reside en la cabeza, y que serán los magistrados. Ellos, guiados por la virtud de la sabiduría, son los
encargados de fijar los fines últimos del conjunto social, y de velar por el bien común 28. Estas facultades no
son hereditarias, y aunque la mayor parte heredará el alma de sus padres, puede haber excepciones y compete a
los magistrados comprobarlo. De ahí que el régimen social que postula no es el de castas.

3. Educación

El enfoque de la educación entronca naturalmente con el planteo antropológico de Platón. Se debe


dar a cada niño la mejor educación posible conforme a sus aptitudes, y se debe hacer un control estricto de
su desarrollo para percibir a qué tipo pertenecen. Se debe observar su belleza y gracia –porque las
aptitudes del alma se reflejan en la belleza física-, y también las cualidades de su corazón y de su espíritu; y
se los debe someter a una serie de pruebas sobre el dolor, el temor y el placer. En función de ello se
determinará quiénes están aptos para continuar los estudios: gimnasia, arte militar, música, y también
aritmética, física y astronomía. Con este bagaje de conocimientos y capacidades se los destinará a la defensa de
la ciudad.

A los treinta años, los más notables –aquellos que se hayan manifestado como hombres de acción y
obtuvieren empleos y grados militares importantes, y que evidencien gran capacidad intelectual- serán
adiestrados en el arte de pensar, de hablar, de dialogar; y se los instruirá en filosofía, ciencia que eleva el
alma a la sabiduría pura y que es la fuente de toda verdad.

28 Sabine, op.cit., p. 50-


A los cincuenta años, los que hayan pasado con éxito por esa serie de pruebas y testimoniado un
alto grado de sabiduría y virtud, entrarán en el cuerpo supremo de los magistrados. Así, mediante la
educación y la selección progresiva, el poder será confiado a los “políticos”, o sea a los hombres probados en la
capacidad intelectual, la virtud y la experiencia práctica.

La educación también debe hacerse extensiva a las mujeres, porque Platón afirma la igualdad de
sexos. Considera que las mujeres tienen las mismas aptitudes que los hombres para la función pública y
también para la guerra, pudiendo formar parte de la infantería ligera. Toma en ese sentido el modelo de
Esparta29.

4. Teoría Social

Para Platón la sociedad es una entidad natural, porque las familias se asocian para dar satisfacción a
sus mutuas necesidades de supervivencia, desarrollo común y defensa. No se trata por tanto de la teoría del
pacto –que ya aparece esbozada en Antifón y Glaucón, y que será desarrollada en la modernidad-, porque esta
teoría supone un Estado interesado prioritariamente en la protección de los derechos de igualdad y libertad
de elección. En este contexto los hombres están destinados por naturaleza a servir a la Sociedad, que es
concebida como un sistema de servicios en el que todos dan y reciben algo, y a un Estado que es el ente
regulador de ese intercambio mutuo. De allí deriva su principio de la división del trabajo y la especialización de
funciones, según el cual la importancia social de los hombres depende del valor del trabajo que realiza –con lo cual
se conecta el platonismo con lo que será la teoría medieval-.

El Estado, que es un grupo cooperativo destinado a satisfacer las necesidades, y no un ente jurídico-,
debe ocuparse de los individuos desarrollen sus aptitudes naturales, que se profundizan con la
“preparación” y la “acción”, para ponerlas al servicio del conjunto social. Los magistrados deben velar por la
vigencia de las virtudes sociales, porque si bien el conocimiento de la virtud hace el hombre bueno, para ello debe
desarrollarse en una sociedad buena. “Hay un bien, tanto para los hombres como para los estados, y captar ese
bien, ver lo que es y por qué medios se puede conseguir y gozar, es un problema de conocimiento” 30.

Platón tiene una concepción totalitaria del poder político, que debe avanzar e inspeccionar todos los
aspectos de la vida, porque liberado a sí mismo el hombre no respeta las leyes que guardan el orden
público. Por tanto, Platón privilegia al Estado sobre el individuo, cuya plenitud deriva de su sujeción al Estado.
Los principios de “virtud” y “deber” deben orientar la vida de los ciudadanos, porque harían posible la
“estabilidad” y “la paz”31. En el platonismo por tanto todo es público, y no hay espacio para lo privado. En
cuanto a lo religioso, se debe imponer y velar por que los ciudadanos rindan culto a los dioses de la
ciudad, pero son permitidos los dioses particulares relacionados con las tradiciones de la multitud.

5. Las Formas de Gobierno

Platón diferencia las formas de gobierno de los Estados Jurídicos y no jurídicos. Son Estados
Jurídicos aquellos que tienen la Ley como máximo soberano y se cuida el bien común. Allí las formas de
gobierno –que dependen del número de miembros y del grado de participación de la ciudadanía- son: la
Monarquía, la Aristocracia y la Democracia. Ésta es la peor de estas formas gubernativas. En los Estados
No Jurídicos los regímenes gubernativos son: la tiranía, la oligarquía y la democracia extrema. Como en
ellas no hay una Ley soberana y se contemplan sólo los intereses del sector gobernante, es preferible la
democracia pues allí se contempla el bien de la mayoría.

El sistema de gobierno ideal que propone es el del Filósofo rey, que ostente todo el poder, que no
esté limitado por las leyes porque él conoce lo que es bueno y orienta a ese fin a su gobierno. Se diferencia
del tirano porque vela por el bien común, y porque gobierna con la persuasión y no con la fuerza. Sólo admite

29 Prelot, op.cit., pp. 47-48.


30 Sabine, op.cit., p. 45.
31 Ibídem, p. 44.
como válida la tiranía cuando tiene como asesor a un sabio –que es lo que intentó concretar en Siracusa. La
forma de gobierno y estado platónicos constituyen un tipo ideal.

En cuanto a la estructura del régimen propone una forma mixta, mezcla de monarquía-democracia o
de aristocracia-democracia, porque en ella se combinan el principio de la sabiduría y el principio de la
libertad. Aunque todos deben participar en las asambleas electorales, sólo los sabios deben gobernar, sea
elaborando las leyes –Consejo-, sea cuidando de su cumplimiento y velando por el bien común –
Magistratura o Realeza-. El Estado debe desarrollar en los individuos la templanza, que determina la sumisión a la
Ley. Ahora –en Las Leyes, obra de la senectud- critica a Esparta por haber priorizado las virtudes guerreras.

6. La Ética y la Política

Platón tiene un objetivo ético: presentar el Estado ideal que sirva como modelo a alcanzar, en
particular en su finalidad, su moralidad, su concepción, esto es, la idea de que el Estado tiene la finalidad de
producir el tipo moral más alto posible de ser humano, y un estilo de convivencia fundado en las virtudes y
el conocimiento.-

ARISTÓTELES

1. Vida y Obra Política de Aristóteles


Aristóteles (384-322 a.C.) fue un discípulo de Platón durante 20 años, pero después se independizó de
él y asumió una actitud crítica.
Posición frente a Platón: Aristóteles conserva ciertos enfoques propios de Platón, cual su
preocupación por la búsqueda de la verdad, el bien y la justicia. Como su maestro: a)- Reconoce la primacía
del derecho natural y del ideal moral sobre la realidad; b)- Esta convencido de la existencia de una
organización ideal –la Edad de Oro-, a partir de la cual las formas del presente constituyen una degradación. Pero
mientras para Platón ese ideal pertenece al reino de las ideas, a un nivel trascendente, Aristóteles lo ubica en el
plano de lo inmanente, pero pasado.

Las diferencias de Aristóteles con Platón son varias:


a) Rechaza la pretensión platónica de buscar las esencias fuera de las cosas. Leemos en Rodríguez
Varela: “a las esencias [...] la inteligencia humana las abstrae de las cosas en las que se encuentran en estado de
individualidad. El mundo suprasensible de los arquetipos queda así reducido a pura ficción. Las cosas individuales
[...] son realidades [...] no son objeto de simple opinión como lo proponía Platón, sino de conocimiento
científico”. Es pues, un teórico realista, en contraste con Platón que se considera un idealista.

b) Combate las ideas de Platón sobre el comunismo de bienes y de mujeres, porque consideraba a la
familia como la célula del Estado;

c) Difiere en cuanto al método, que deja de ser deductivo para ser inductivo y caracterizarse por la
observación de casos particulares para arribar a una conclusión final general. Toma su método de las
ciencias naturales, de donde resulta su enfoque racionalista y empirista: observa la realidad concreta y compara los
elementos de esa realidad para establecer las semejanzas y las diferencias. Hace un análisis riguroso recurriendo
constantemente a la duda metódica “con el objeto de discutir y refutar los puntos de vista de sus adversarios”32.

En La Política -obra que sí ha llegado hasta nosotros-, Aristóteles analiza “los componentes de la
Ciudad: el territorio, la población, su organización familiar, la condición de los ciudadanos y, sobre todo, el
gobierno. “El poder es considerado en sus fines, en sus formas y en su vida. Los regímenes políticos son
estudiados en su estructura y en su rendimiento, en su evolución y en su desaparición” (ibídem, 57). Así, La
Política “constituye un verdadero tratado del Estado, en sus aspectos descriptivo y normativo”; y en ella,
además de analizar y criticar los diferentes sistemas existentes, establece el régimen que para él es el
mejor. Otra obra de Aristóteles es La Ética

32 Prelot: ibidem, p. 54
2. Concepción Antropológica
En su concepción antropológica Aristóteles plantea la desigualdad natural de los seres humanos.
Los hombres son desiguales por naturaleza, y están destinados, los superiores a mandar y los inferiores a
obedecer. Esta relación es conveniente tanto para unos como para otros, porque el superior necesita del trabajo
del inferior, y éste de la guía de aquél. Aristóteles, en consecuencia, justifica la esclavitud, así como justifica
también la dependencia de la mujer frente al varón. Así afirma:

Para Aristóteles esa división es favorable porque beneficia la eficiencia. “Así como cada órgano puede
cumplir su función de la mejor manera cuando no se le somete a varias actividades sino a una sola” 33, así también
cada ser humano debe cumplir con su función: la procreación, el trabajo, el gobierno.
Mandar y ser mandado no sólo son hechos, sino también convenientes, y pronto, desde su nacimiento,
algunos están dirigidos a ser mandados y otros a mandar.

3. Teoría Social
El hombre es para Aristóteles un “animal político” que encuentra su plenitud sólo en el seno de la
comunidad política o Estado. No concibe el “hombre aislado”, porque aquél que no necesita de sus
semejantes es “o un ser superior, dios o semidiós, o bien es un ser degradado El “estado de naturaleza” es
para Aristóteles –a diferencia del planteo iusnaturalista- el estado político.

El Estado es una entidad natural que se origina a partir de las familias, las cuales se forman por la
necesidad del hombre y de la mujer de formar pareja para la generación y por tanto conservación de la
especie. De la fusión de familias nacen las villas y aldeas, y de ellas el Estado.

Lo que queda claro en este planteo es que, también a diferencia de los teóricos iusnaturalistas de la
modernidad, tanto la Sociedad, como el Estado y el Poder son una construcción natural, y no artificial y
originada en un pacto. También se diferencian en esta concepción de desigualdad natural de los seres humanos.

4. Relación entre Ética y Política


a)- La finalidad del gobierno es hacer a los hombres virtuosos. Pero para Aristóteles, la política no
está subordinada a la moral –como para sus predecesores-, sino que la política, “que es el arte o la ciencia de
la conducta colectiva, engloba a la moral, en la medida en que ésta es el arte o la ciencia de la conducta
individual”. Con este planteo Aristóteles es congruente con su tendencia a subsumir lo individual a lo general. La
política es más importante que la moral, pues ésta se orienta al gobierno de uno mismo, en tanto aquella
apunta al gobierno de una entidad superior: la Ciudad.
b)-. Esa correlación entre lo general y lo particular aparece también en relación a la finalidad de la
vida humana, que es la felicidad; pero el hombre no puede alcanzar esa felicidad desligado de lo general; o sea
que sólo en un estado virtuoso y ordenado, el hombre puede alcanzar esa finalidad. Es el Estado el que debe
proveer los medios para que los ciudadanos logren una “vida buena”. El planteo de la felicidad no se
asemeja por tanto al individualismo moderno, precisamente por esa conexión entre individuo y comunidad.
También a diferencia de los teóricos modernos, Aristóteles considera que “se necesitan buenos ciudadanos
para que la Ciudad sea buena, y no... una buena Ciudad para tener buenos ciudadanos” 34.

5. Educación
El papel del Estado es formar a los individuos en la virtud, induciéndole a subordinar las necesidades
materiales deben subordinarse a las espirituales –del mismo modo que el hombre se subordina a la comunidad-.
El Estado en consecuencia no debe propender a la grandeza militar ni al enriquecimiento, porque ello

33 Aristóteles, ibidem.
34 Prelot, op.cit., p. 59.
induciría a los ciudadanos a orientar su vida en la búsqueda de honores militares o de riquezas. El Estado
debe contentarse con ser autárquico, y privilegiar la educación: debe orientar a los individuos a que actúen
rectamente. Los valores modélicos son: la moderación, la justicia, la equidad, la magnanimidad, el valor.
Sólo a partir de la obtención de hombres virtuosos se podrá construir la “virtud colectiva”, que es el fin de la política.

También es función del Estado impulsar a los hombres a cumplir con sus deberes para con la
comunidad. Así se construirá entre todos una vida “bella, buena y deseable”. No deben sentir tal cumplimiento
como una carga, porque el vivir intensamente los asuntos de la Ciudad honra la condición humana.

6. El Poder Político: forma y extensión


En la concepción del poder difiere Aristóteles de sus predecesores. Para ellos –como el caso de
Jenofonte y de Platón- lo importante era el ascendiente personal del gobernante, y dentro de este planteo la
constitución o incluso las leyes tenía escasa significación. Aristóteles invierte esta cuestión: “retira al hombre
del poder para dárselo a la ley, porque según él, lo que es general resulta superior a lo que es particular. Por
otra parte, diferencia “la primera ley” o Constitución, de las demás leyes que le están subordinadas.

7. Las Formas de Gobierno


Aristóteles hace una doble calificación, que combina.

a)- Desde el punto de vista cuantitativo, el gobierno puede ser: de uno (monarquía y tiranía), de unos
pocos (aristocracia y oligarquía) o de todos (república y democracia).

b)- Desde el punto de vista cualitativo los gobiernos pueden ser “puros” o “impuros” (desviados o
corrompidos), según gobiernen en función “del interés general” y acomodados a las leyes, o bien cuando
predomina “el propio interés” de los gobernantes. En consecuencia, las formas de gobierno clasificadas en función
del número de miembros es combinada en base a la calidad de los bienes que los gobernantes cuidan. A partir de
ello deriva la clásica clasificación aristotélica:

Son formas puras de gobierno: la monarquía, la aristocracia y la república. Son formas impuras de
gobierno: la tiranía, la oligarquía y la democracia.

7.1.- Aristóteles señala varios tipos de regímenes monárquicos. Así por ejemplo: a)- la monarquía
absoluta, en la que el rey tiene todo el poder, que deriva de la realeza patriarcal, que fue la primera forma
históricamente hablando, que se impuso en los orígenes de los Estados, cuando éstos fueron como una familia
ampliada. b)- La monarquía heroica de los tiempos de los pueblos guerreros, en la cual la función esencial
es el mando de la guerra y el pontificado. c)- La tiranía es el régimen en el cual se gobierna en interés de
uno solo, por medio de la violencia y la rapiña, razón por la cual ningún hombre de bien puede tolerarlo.

UNIDAD 335.

Parte B- ROMA

La Historia de Roma abarca doce siglos, desde su fundación en el año 753 o 754 AC, hasta el 453 DC,
año de la caída en manos de los pueblos germanos.

Roma comenzó siendo una ciudad estado, ubicada en las orillas del río Tíber. Fue fundada por los
latinos, pueblo de origen indoeuropeo asentado en aldeas en el Lacio, que instalaron en las colinas un opidum,
para protegerse del avance etrusco. Esa fortaleza –que no impidió que fueran conquistados- constituye el origen de

35
Unidad elaborada por la Mag. M.E. Darmanin
la ciudad. Roma está en el centro de la península itálica, la cual fue poblada por grupos disímiles: al norte los
etruscos, en el centro y sur varias otras tribus de italiotas –sabinos por ejemplo- y en las costas del sur y de
Sicilia los griegos de la Magna Grecia.

La Historia de Roma se divide convencionalmente en tres etapas, en función de su forma de


gobierno: Monarquía, República e Imperio. Cada una de ellas, a su vez, es subdividida en etapas menores, en
base a la forma como el poder fue desempeñado y al grupo político-social que lo detentaba.

1. Poblamiento. La Ciudad Arcaica. La Monarquía Arcaica


La fase monárquica se extiende desde la fundación de Roma hasta la revolución del 509 AC, año en
que se instaura la República. Los tres últimos reyes, de origen etrusco, fueron quienes dieron forma a las
instituciones de la ciudad arcaica.

El Sistema Social comprendía 4 estamentos u órdenes: patricios, plebeyos, clientes y


esclavos.
Los Patricios eran los descendientes de los conquistadores latinos, y luego también de los etruscos.
Constituían la nobleza, poseedora del gran bien económico de la época: la tierra. Estaban organizados en
gens, el clan patriarcal que caracterizaba la sociedad arcaica y era la célula de la sociedad. Como en el caso de
Grecia, se trataba de una agrupación de familias que se consideraban descendientes de un antepasado
común, y tenían un culto familiar y un jefe: el «pater familiae», que ejercía sobre sus miembros un poder
superior al del basileus griego. En tanto miembros de las gens, sólo los patricios eran ciudadanos, y por
tanto disfrutaban de los derechos «civiles» -al matrimonio, la adopción, la propiedad, la participación en el
culto familiar e institucional de Roma-, y también de los derechos «políticos», porque podían participar en
las instituciones gubernativas: el Senado y la Asamblea por Curias.
b) Los plebeyos eran de origen diverso: extranjeros domiciliados, miembros de las poblaciones
conquistadas, clientes emancipados de las gens por extinción natural de éstas. Se ocupaban como
comerciantes, industriales, obreros, y su número fue creciendo a medida que la ciudad se desarrollaba.
Había dos tipos de plebeyos: ricos y pobres. Como no pertenecían a la ciudad –aunque hubieran nacido en ella-
por tener sus padres otro origen, carecían de la protección de los dioses y no podían aspirar a la protección de las
leyes. No disfrutaban por tanto de los derechos civiles –ni el derecho de matrimonio o «connubium» ni el
derecho de propiedad o «comercium»-, ni de los políticos. En forma correlativa, no tenían deberes, pues su
no pertenencia a la ciudad los eximía de las dos grandes cargas que pesaban sobre los ciudadanos: el
servicio militar y el impuesto. Tales carencias explican el desarrollo de la clientela.
c) Los clientes constituían una categoría social desconocida en Grecia. Se trataba de personas que se
integraban a las gens, pero su pertenencia a ellas no era natural sino adventicia. Procedían colocándose bajo la
protección del pater, al cual entregaban sus bienes –aunque conservaban el usufructo-, a los efectos de
conseguir derechos civiles. El régimen de la clientela tuvo gran significación en Roma, porque el poder de
las gens dependía del número de propiedades y de miembros –patricios y clientes- que tenía.
d) Los esclavos eran muy numerosos. Se trataba de quienes habían perdido su libertad por deudas o
habían sido comprados, y carecían de derechos.
El Sistema Político era Monárquico. Como en toda ciudad arcaica, la vigencia del régimen gentilicio
determinaba que la Monarquía fuera limitada.
Las instituciones eran tres: a) El Rey, que reunía en sus manos la plenitud de las funciones ejecutivas:
administrativas, militares, judiciales, religiosas. Se trataba de una realeza militar poderosa, y si, como afirma la
tradición necesitaba para ascender al trono la aprobación de la Asamblea, ésta debió haber sido meramente formal;
b) El Senado o Consejo de Ancianos, integrado por los jefes de las gens romanas y etruscas, representación
permanente junto al rey de los “pater familiae”, quienes asesoraban al rey en todas las cuestiones. Si bien su papel
era consultivo, debía -como en el caso de la Grecia- ser tenido en cuenta; c) La Asamblea por Curias, integrada
por los varones de las gens en edad de prestar el servicio militar, que tenía un papel esencialmente
consultivo y formal.
La economía era rural, y el régimen de tenencia de la tierra predominante fue el latifundio. La tierra
estuvo exclusivamente en manos patricias hasta la reforma del rey Servio Tulio, quien permitió a los
plebeyos ricos el acceso a la tierra. La existencia de propiedades rústicas en manos de extranjeros establece una
gran diferencia entre las ciudad arcaica helena y romana. La reforma buscó resolver problemas tributarios y
militares, pues desde entonces, como contrapartida del acceso a la propiedad rústica, los plebeyos pagaban
impuestos y servían en el ejército, organizado en centurias.
La etapa monárquica terminó a fines del siglo VI AC, cuando ocurrió la revolución que instauró otra forma
de gobierno: la República.

2. La República
La República se extiende entre el 509 y el 27 AC. Comprendió varios momentos, que se designan en base
al sector dirigente y a las características de su mando. Esas fases fueron: República Patricia, República Patricio
Plebeya, República Oligárquica y Régimen de Poder Personal.

2.1. La República Aristocrática (lucha patricios - plebeyos)


Abarca desde fines del siglo VI AC (509 AC) hasta mediados del siglo IVAC (367 AC). Presenta como
características: a) el monopolio político del patriciado; b) los comienzos de la expansión militar; c) la lucha
entre patricios y plebeyos.
a) El monopolio político del patriciado. La revolución del 509 AC, fue obra del patriciado y de una
pequeña porción de plebeyos ricos: los que revistaban en el ejército. En consecuencia, los patricios se
reservaron la mayoría de las instituciones se intentaron neutralizar aquella que estaba abierta a los plebeyos:
los Comicios por Centurias.
En el plano político el régimen cambió. Se crearon instituciones nuevas: la magistratura para
reemplazar a la realeza, y los Comicios por Centurias. Persistieron las otras dos instituciones: Senado y
Comicios por Curias.
La Magistratura heredó las atribuciones ejecutivas del rey. Comprendía varios tipos de magistrados, que
se fueron creando a lo largo del siglo, en función de las necesidades administrativas y del conflicto que
caracterizará la etapa: la lucha entre patricios y plebeyos. Aunque en un origen todos eran patricios, luego
fueron designándose magistrados plebeyos. Las normas que establecían cargos y funciones fueron
coordinadas en la etapa siguiente, en la Constitución del Siglo III AC.
El Senado, integrado en su origen por los pater familiae, en la etapa republicana pasó a conformarse
con los ex – magistrados. Era la ciudadela del patriciado y, aunque las leyes permitieron el acceso a la
magistratura de sectores nuevos, éstos fueron siempre una minoría. Fue la institución con más poder en
Roma. Entre otras funciones, preparaba la nómina de candidatos a cónsules que se presentaba ante los Comicios
Centuriados, para que así éstos votaran un candidato funcional al interés senatorial.
Los Comicios por Curias, eran una asamblea integrada sólo por patricios, los varones adultos de las
gens, inscriptos en función de su domicilio. Entre sus funciones más significativas se contó la de investir a
los cónsules de «imperium», esto es, del conjunto del poder civil, militar y judicial, mediante una ley
especial, la «lex curiata del imperio». Sin esa investidura, que completaba a la realizada por los Comicios por
Centurias, los cónsules no podían entrar en funciones
Los Comicios por Centurias eran la institución nueva, creada para satisfacer a los plebeyos ricos que
revistaban en el ejército. Estos Comicios reunían, pues, tanto a patricios como a plebeyos. Ellos designaban
a los cónsules y los investían de potestas, esto es, del derecho a entrar en contacto con el pueblo y ejercer
el poder civil. Esa elección, sin embargo, estaba condicionada al accionar de las dos instituciones patricias: el
Senado que ratificaba la elección, y las Curias que los investían de imperium.

b) La Lucha de los Plebeyos contra los Patricios llena toda esta etapa republicana. Significó el
enfrentamiento de los plebeyos ricos y pobres contra el patriciado.
Los plebeyos tenían en común algunas reivindicaciones. Tanto los plebeyos ricos –propietarios rústicos
y clase media urbana- como los plebeyos pobres aspiraban al dictado de leyes escritas y a la igualdad de
derechos civiles y políticos. Pero los pobres tenían, además, expectativas de orden económico-social.
El arma que usaron para presionar al sector dirigente fue la resistencia civil, bajo la forma de
negativa a pagar impuestos y a integrarse al ejército. Esto tuvo gran peso por ser la época en la cual Roma
luchaba, primero por su supervivencia frente a la invasión extranjera, y luego iniciaba las guerras de
expansión imperialista con el sitio de la ciudad de Veyes, a fines del siglo V AC –que duró más de 10 años.
El Programa común de lucha fue el siguiente:
a) En el plano jurídico, redacción de un código escrito, común a todos, para terminar con la
arbitrariedad, y autorización de los matrimonios mixtos (entre patricios y plebeyos);
b) En el plano político, el acceso a todas las magistraturas, incluido el Consulado -que les permitía
ingresar al Senado-, y validez legal de los Plebiscitos;
c) En el plano social, reclamaron la suavización del régimen de deudas, la solución de la cuestión
agraria y la sanción de leyes frumentarias;
d) En el plano religioso, la participación en el sacerdocio, con paridad a los patricios. Usaron
diversas estrategias, que pueden resumirse a la resistencia a alistarse al ser convocados y a pagar
impuestos.
Se logró en esta etapa:
1) En el 451-449 a. C. se redactaron las 1º leyes escritas, la llamada «Legislación Decenviral» o Ley de
las Doce Tablas. Ellas prohibieron la esclavitud por deudas.
2) El acceso a ciertos actos de derecho civil: matrimonio, testamento y adopción, que debieron
adoptar formas nuevas, laicizadas, pues hasta entonces habían tenido naturaleza religiosa. Cuando en 445
AC se permitieron los matrimonios mixtos, los plebeyos alcanzaron la plenitud de los derechos civiles. Se
centraron a partir de entonces en la lucha por la igualdad política.
3) Los Derechos Políticos fueron conseguidos poco a poco, a partir del 449 AC: se establecieron las
Asambleas por Tribus como Comicios del Estado (en su origen, legislaba sólo para los plebeyos), se les fue
permitiendo el acceso a las distintas magistraturas –edilato, cuestura, pretura, etc. En el año 367AC, con las
Leyes Licinias lograron ingresar al Consulado, la máxima magistratura romana. La apertura del Senado fue la
consecuencia natural, porque se formaba con ex magistrados.
En conclusión. Los patricios hubieran podido conservar el monopolio del poder si no hubieran
necesitado de los plebeyos, y el problema militar fue determinante. A fines del siglo V a. C, a punto de iniciarse
la expansión imperialista, ya se había igualado a ambos sectores en el plano de los derechos civiles: todos eran
ciudadanos, pero unos activos y otros pasivos. La misma necesidad de soldados e impuestos permitió a los
plebeyos continuar la lucha hasta lograr, las mencionadas Leyes Licinias, que los transformó a todos en
ciudadanos activos.
En el 367 AC, lograda la igualdad civil y política entre patricios y plebeyos, se cierra una etapa
republicana –la Aristocrática- y se abre otra –la Patricia Plebeya-, porque cambia el sector dirigente. Ellos
deberán dar satisfacción a la cuestión social.

2.2. La República Patricio-Plebeya


A partir del dictado de las Leyes Licinias (367 AC) se produjo una modificación de la élite
gubernamental. El Patriciado fue reemplazado por la Nobilitas, o Nobleza Patricio-Plebeya, conformada por
dos grupos: el patriciado progresista, que aceptada el hecho consumado, esto es, la igualdad civil y política
concedida a los plebeyos, y los plebeyos ricos que tenían sus expectativas satisfechas.
Los sectores no conformes con la nueva situación fueron: el patriciado conservador, que aspiraba a
la recuperación de su hegemonía; y los plebeyos pobres, que tenían reivindicaciones económicas y
sociales. Otro sector insatisfecho era la burguesía urbana, pues como no se habían equiparado las riquezas
inmueble (rústica) y mueble (urbana), ellos eran ciudadanos activos, pero ocupaban un lugar social inferior.
La «cuestión social» suponía tres problemas:
a) La Cuestión Frumentaria implicaba el pedido de subsidios a los campesinos, para que el grano
fuera vendido a precios más bajos. Esta cuestión interesaba a la plebe urbana, a diferencia de los otros 2 temas,
que eran reivindicaciones de la plebe rural.
En respuesta a estos pedidos se concretaron ventas masivas de trigo a bajo precio, auspiciadas por quienes
anhelaban contar con la simpatía popular. Más adelante, sobre todo luego de la conquista de Egipto –el granero del
mundo antiguo-, se llegaría al reparto de trigo gratis entre la plebe urbana.
b) La Cuestión de Deudas, se debía a que hasta la Ley de las Doce Tablas no existía un interés legalmente
establecido, sino que era discrecional; y los prestamistas –que eran particulares-36, imponían tasas muy elevadas.
Los pagos realizados por el deudor no llegaban ni a cubrir los intereses, por lo cual el monto de la deuda
iba siempre en aumento, hasta que el deudor insolvente terminaba respondiendo con su libertad y la de su familia.
Lo que se pretendía, en consecuencia, era la regulación de la tasa de interés y, además, que los intereses ya
pagados se imputaran al capital.
Para dar respuesta a esta cuestión, entre otras medidas se dictó en 326 AC la ley Poetelia Papiria que
suprimió la prisión por deudas y ordenó la liberación de los encarcelados por esa causa (Ponsati; 1976, 374).
Además, se prohibió la usura y se fijaron topes al cobro de interés. La persistencia de las exigencias y luchas
en distintos tiempos indica, no obstante, que las leyes se cumplían sólo durante un tiempo.

c) La Cuestión Agraria remitía al tema del reparto de tierras. A diferencia de la Hélade, no se pretendía
la confiscación de parte de los latifundios existentes. Las conquistas romanas generaban un permanente
incremento de la tierra pública –el ager publicus-, tierra que era usufructuada por los ricos –la nobilitas en
esta etapa republicana. Lo que se exigía, en consecuencia, era la división de ese ager publicus abundante en
medianas propiedades y su distribución entre los soldados que las habían conquistado, los cuales en su
mayoría eran campesinos empobrecidos.
Estas medidas tuvieron gran trascendencia en la Historia de Roma. La Nobilitas en el poder contó
desde entonces con un gran aliado: la clase media campesina.

La Burguesía Capitalista se transformó en el otro sostén de la Nobilitas. Era un sector emergente,


integrado por comerciantes, industriales y financistas, que habían crecido económicamente al amparo del
Estado Romano, como banqueros, arrendatarios de impuestos, concesionarios de obras públicas y fletes
marítimos. Aquellos burgueses que, además, eran latifundistas, disfrutaban de los privilegios clásicos de
los propietarios rurales, aunque la parte más lucrativa de su actividad fuera urbana. En cambio, los
capitalistas que eran sólo propietarios urbanos y carecían de propiedades rurales, no disfrutaban de los
mismos derechos. Esto consolidó la alianza de clases entre los sectores más ricos: Nobilitas y Burguesía urbana,
que duraría durante más de un siglo.

2.3. La Constitución Republicana del siglo III AC


Todo Estado supone la existencia de tres elementos: territorio, población y poder. Si falta alguno de
ellos, deja de existir el Estado.
El territorio fue extendiéndose. El Estado romano fue originariamente una ciudad-estado, constituido
por la ciudad de Roma y el campo circundante. Luego la República inició el proceso de conquistas, y se
extendió a lo largo de los siglos IV y III AC. a toda Italia, conquistando hacia el norte Etruria, y hacia el sur la
Magna Grecia. Adoptó entonces buena parte de la cultura de estos pueblos, que habían alcanzado un nivel
superior de civilización. Sobre todo, Roma se helenizó. Cuando a partir del siglo II AC se expandió por el
mundo mediterráneo, difundió una cultura que surgió de la combinación de lo romano, lo heleno y lo etrusco.
La población también fue creciendo. En principio fueron ciudadanos sólo los romanos. Luego fue
extendiendo la ciudadanía a los itálicos, y en la etapa imperial, por el decreto de Caracalla, la hizo extensible a toda

36Los préstamos en esta etapa republicana, como en la Hélade, corría por cuenta de los terratenientes vecinos,
porque no había instituciones estatales que cumplieran esta función.
la población imperial.
La ciudadanía podía ser completa (plenitud de los derechos civiles y políticos) o incompleta, con distintas
variantes: sólo derechos civiles, o bien incluso el derecho político activo (participar en las Asambleas) pero no
pasivo (ser electo magistrado).

El Poder en el estado romano tenía las siguientes características:


1. Era un régimen de Soberanía Directa. El ciudadano ejercía personal y directamente sus derechos,
sea en el Foro, sede de los Comicios por tribus, según el mandato constitucional; o en el Campo de Marte,
donde sesionaban los Comicios por Centurias. Los ciudadanos ausentes de Roma -los que vivían en el campo
y no se trasladaban a la ciudad ese día, o los aliados itálicos que recibían el derecho de ciudadanía- tenían
un derecho formal pero no real, porque no tenían posibilidades de ejercer sus derechos cívicos.
2. Los poderes no estaban separados al estilo actual. La noción de separación de los poderes fue tan
extraña a la Roma republicana como a las demás ciudades antiguas. Los Comicios eran Asambleas que
cumplían funciones electivas, legislativas y judiciales. Los magistrados por su parte acumulaban funciones
civiles, administrativas, judiciales y religiosas; e incluso, en virtud del «imperium», algunos de ellas -
dictadores, cónsules, pretores, o sean las superiores-, añadían atribuciones militares.

3. Se diferenciaba del régimen heleno en los siguientes aspectos:


3.1. Nº de Población. Roma constituyó una ciudad como jamás había conocido el mundo grecolatino,
pues las ciudades antiguas tenían hasta entonces dimensiones restringidas y escasos ciudadanos; lo cual
se debía a que, en general, eran muy celosas en cuanto a la concesión del derecho de ciudadanía, que
relacionaban con la tierra y con el culto cívico.

3.2. Estructura Constitucional. La Constitución del s. III a. C., respondía al ideal antiguo de constitución
«mixta», porque establecía un régimen que combinaba principios de tipo monárquico, aristocrático y
democrático, tal como lo postulara Aristóteles. Intentaba armonizar distintas instituciones, que expresaban
los intereses de sectores diferentes.
3.3. Carácter Abstracto del Estado Romano Mientras los helenos identificaban el Estado con la
comunidad de ciudadanos, en Roma el pueblo era sólo un elemento del Estado, como el territorio y el poder.
La Res Pública era la plasmación de la noción platónica y aristotélica del Bien Común, concebido como algo
distinto y superior de la suma de los intereses privados de los hombres, y en esa trascendencia residía su
perennidad. Por eso fueron menos celosos en la extensión del derecho de ciudadanía: «el exclusivismo
nacionalista, corolario de la idolización del poder colectivo de los hombres, fue una tentación a la cual nunca cedió
permanentemente el estado romano». (Ponsati; 260).

3.4. La Apariencia de Democracia. Roma Republicana, a diferencia de las ciudades griegas como Atenas,
jamás llegó a la implementación del régimen democrático. Es cierto que tuvo representación popular en dos
tipos de Asambleas: la Centuriada y la Tributa, pero esa representación no implicó la instauración de la
democracia sino de una «apariencia» de democracia por las siguientes razones:
a) En Roma hubo siempre desigualdad entre los magistrados y los ciudadanos. Tal desigualdad
surgía de la idea existente en Roma -y no en Grecia-, de que la ciudad-estado implicaba –según vimos- algo
más que la persona moral formada por el conjunto de ciudadanos, y de ese «algo más» participaban los
magistrados, que eran su encarnación. Como símbolo de esa diferencia, los magistrados permanecían sentados
en su estrado mientras los ciudadanos estaban de pie. Ello implicaba la existencia de un vínculo de
superioridad-inferioridad incompatible con la democracia, que difiere del vínculo de superioridad-
subordinación propio de cualquier régimen político o grupo social formal.

b) En Roma el voto no era individual sino colectivo. Ese hecho generaba una gran desigualdad entre los
ciudadanos romanos, porque el valor del voto era desigual. a) En el caso de las Centurias, porque las
superiores tenían un número de miembros mucho menor que las de las centurias inferiores; b) En cuanto a
las Tribus, las 31 circunscripciones rurales (por tanto, 31 votos) tenían un número menor de inscriptos que
las urbanas (4 votos) El voto individual o por cabeza, que es el auténticamente democrático, no se conoció
nunca en Roma.

c) Los ciudadanos tenían diferentes posibilidades reales de ejercer sus derechos políticos. Ello -y en
eso se diferenciaban también de los griegos- era una consecuencia de la expansión romana. En los hechos, sólo
los que vivían en la ciudad de Roma o las cercanías –o los que estaban transitoriamente en Roma- podían
ejercer su derecho político. Sólo el sistema representativo hubiera hecho posible que todos los ciudadanos
ejercieran sus derechos; pero esto no fue ni siquiera pensado. Se presentaron muchos proyectos de reforma, pero
ninguno contempla esta posibilidad. Sólo la representación hubiera permitido solucionar la crisis y evitado la
instalación del Poder Personal.

Las Instituciones del Poder Republicano Romano


La Constitución del siglo III AC era considerada por los romanos como un modelo de equilibrio. Era
una constitución mixta porque combinaba rasgos de monarquía, aristocracia y democracia. Sus
instituciones representaban a las 3 formas de gobierno: la Magistratura a la monarquía, el Senado a la
aristocracia y los Comicios a la democracia.

A. El elemento monocrático: La Magistratura

La Magistratura era, en teoría, la institución con mayor poder en la República Romana. Sus miembros
no eran considerados iguales a los ciudadanos ni ejecutores de las decisiones del pueblo; estaban por
encima de él, a los efectos de ejercer el mando y de exigir la obediencia correlativa. Según Cicerón, la República
requería de magistrados con poder para reprimir “al ciudadano rebelde y culpable”, para mandar “sin
apelación” en situaciones de guerra, pues su orden debía tener “fuerza de ley”; pero debían ejercen ese poder con
justicia. Las magistraturas ordenadas piramidalmente, eran presididas por el Consulado.

A.1.Las características jurídicas de la Magistratura fueron las


siguientes:
 Colegialidad. Suponía la existencia de varios titulares, salvo el caso de la dictadura, única
institución que escapaba al principio de la colegiación; pero su duración no podía exceder los 6
meses. Cada uno de ellos tenía cierta autonomía, pues disponían de la plenitud de la
potestas; pero esta no era absoluta, y su colega tenía ciertos derechos de freno (derecho de
intercessio) para evitar medidas nefastas para Roma.

 Periodicidad. Todas las magistraturas ordinarias duraban un año. Sólo la Censura se elegía
cada 5 años, pero duraba 18 meses, tiempo fijado para la elaboración del censo. Las magistraturas
extraordinarias -Dictadura y Magister Equitum-, se extendían sólo por 6 meses.

 Reelegibilidad restringida. Se prohibía la reelección inmediata, o demasiado rápida, y para


eso se establecieron períodos intermedios precisos, que variaron. En el caso del Consulado -
la magistratura más codiciada por su poder-, en el siglo IV AC se estableció un período de 10
años para la reelección, lo cual se cumplió poco. En eso se diferenció también de Grecia: Pericles
pudo ser elegido estratega durante 15 años seguidos, sin afectar la legalidad.

 Irresponsabilidad Teórica y Responsabilidad Práctica. En Teoría, por su condición de


encarnación del Estado, no podían ser juzgados ni destituidos. En la práctica eran juzgados
cuando completaban su período, y se transformaban en ciudadanos comunes.

 Indelegabilidad de las funciones civiles y delegabilidad de las militares. a) En lo civil,


como no podían proceder a la delegación, nombraban funcionarios que actuaban en su nombre en
procesos civiles y criminales; b) En lo militar había delegación en magistrados que se crearon:
procónsul y propretor. Éstos cargos surgieron debido a las conquistas, porque los magistrados ya
no pudieron desempeñar sus funciones en dos espacios distintos: las civiles en la ciudad, las
militares en el escenario de la guerra, fuera de Roma primero y de Italia después. De allí la
necesidad de autorizar la delegación total de esas funciones militares.
 Electividad e Inamovilidad. a) En teoría, el derecho de elegir a los magistrados pertenecía al
pueblo reunido en Asamblea; b) Sin embargo en la práctica el magistrado, en tanto heredero de la
prerrogativa monárquica, podía elegir sucesor, lo que se concretaba en su presentación del
candidato y en la posibilidad de rechazar al elegido por la asamblea.

1.2. Clasificación de las Magistraturas. Fueron de dos tipos: Ordinarias y Extraordinarias. Las
conquistas exigieron con el correr del tiempo la creación de la Promagistratura.

1.2.1. Las Magistraturas Ordinarias. Surgieron al instaurarse la República, aunque no todas al mismo
tiempo.
Sus facultades fueron: a) La Potestas. Suma de facultades de que estaba investido el magistrado, que
lo transformaba en la encarnación de la Res Pública. Comprendía el poder de dictar bandos y decretos,
imponer multas y convocar a las otras instituciones (Comicios y Senado). Ésta atribución última no la tenían los
ediles ni los cuestores37; b) El Imperium. Atributo común a las magistraturas superiores, noción más amplia y
elevada que la potestas, que suponía el derecho de gobernar la vida cívica y militar, e incluía el poder de usar
la fuerza para dar ejecutoriedad a sus decisiones. No existía entre los griegos. Todos los magistrados tenían
potestas, no así imperium.

Las Magistraturas Ordinarias fueron las siguientes:


 El Consulado. Los Cónsules, con funciones civiles y militares (imperium). Eran la máxima
autoridad, la cumbre de la carrera de magistrados.

 La Pretura. Los Pretores, magistrados con imperium, encargados de la jurisdicción civil.


Presidían los Tribunales permanentes (questiones perpetuae).

 La Censura. Esta institución coronaba la carrera política, pues eran designados los
magistrados más destacados por su capacidad, patriotismo y probidad. Se elegían cada 5
años, y duraban 18 meses. Carecían de imperium. Empadronaban personas y bienes; repartían a
los ciudadanos por su riqueza en clases y centurias, para que cumplieran con sus dos deberes:
militar y financiero. Elaboraban listas de Senadores y Caballeros, pudiendo excluir a los que
consideraban criticables por su vida pública y/o privada –lo cual era excepcional. Celebraban
contratos para la ejecución de obras públicas, y vigilaban su ejecución. Arrendaban la
percepción impositiva al mejor postor.

 La Cuestura. Los Cuestores fueron primero secretarios de los cónsules, elegidos por éstos.
Luego se transformaron en Magistratura del Estado. Llevaban la contabilidad del tesoro,
percibían los impuestos de los romanos y el tributo de los extranjeros. Distribuían los recursos
entre los magistrados, para la atención de los cargos públicos, según lo dispuesto por el Senado.

 El Tribunado. Los Tribunos no tenían una esfera particular de atribuciones. Estaban


instrumentados legalmente para defender a los plebeyos, individual o colectivamente, contra decisiones de
los magistrados patricios,

37 Contra el derecho de coerción los ciudadanos podían recurrir al Derecho de Provocatio (llamamiento al
pueblo), apelando personalmente a la Asamblea. Este derecho inspiraba gran orgullo a los romanos, que veían
en él el bastión de las libertades individuales.
 Edilidad. Los Ediles tenían como facultades: atención del mercado, distribución de víveres,
conservación de calles y monumentos públicos, organización de los Juegos Públicos. Esto
les daba popularidad, y por tanto les daba pie para ser elegidos para otros cargos. Usaban
fondos públicos, y también sus fondos privados.

1.2.2. Magistratura Extraordinaria. El Dictador. Era un cargo unipersonal, elegido exclusivamente por
los Cónsules, con el consejo del Senado. Duraba hasta el vencimiento del período del Cónsul que lo designara,
pero caducaba cuando pasaban los 6 meses, que era el plazo máximo. Era designado en situaciones de
gran conflictividad. Era acompañado por el Magister Equitum, al mando directo de la caballería, ya que el dictador,
como jefe del ejército, debía ir a pie, estando prohibido andar a caballo.

1.2.3.- La Promagistratura. Eran magistrados que, luego de haber sido cónsules o pretores por un
año, desempeñaban las funciones militares al año siguiente. Resultaban de la extensión del mandato de una
magistratura ordinaria, una vez concluido el período de cumplimiento de sus funciones civiles en la ciudad.
Entonces, como procónsules o propretores, cumplían su función militar en los campos de batalla, dirigiendo
los ejércitos. Fue por tanto una institución creada cuando la extensión de los frentes militares y su lejanía de Roma
impidió el desempeño simultáneo de las funciones civiles y militares. Duraban en principio un año, y no podían
acumular más de una región, pero en el siglo I AC esos frenos constitucionales cayeron. Así, Pompeyo
acumuló designaciones en espacios distantes, y César fue procónsul de las Galias por 5 años.

1.2.4. El Cursus Honorum. Era el proceso que debían seguir los Magistrados, desde los cargos más
bajos a los más altos. Significa «Curso de Honor». «Curso», porque las Magistraturas estaban organizadas
jerárquicamente, y los magistrados debían ascender de una a otra, sin saltearse ninguna, y respetando los
plazos establecidos entre una y otra. «De Honor», porque ser designado en esos cargos para actuar al
servicio de Roma, era considerado un honor.

2. El Elemento Aristocrático: El Senado


El Senado fue el órgano estable del régimen republicano, frente a la intermitencia de reunión de los
comicios, y la periodicidad y colegialidad de la magistratura. Ello convirtió a esta Institución en el centro real de la
estructura política romana. Estuvo dirigido siempre por una minoría de ex – magistrados, miembros del
patriciado primero, y de la nobleza patricio-plebeya después; minorías que actuaron al unísono en defensa
de sus intereses y principios, que ellos identificaban con el bienestar del Estado.
La magnitud de los poderes que ostentaba el Senado convirtió a la República Romana en Aristocrática, y al
Senado en la cabeza del sistema, la máxima institución del Estado Romano. Los censores tenían la facultad de
depurar el Senado cada 5 años, en caso de graves consideraciones éticas; pero como tal depuración era
excepcional, en los hechos la inscripción en la lista senatorial resultaba vitalicia.
Sus Facultades eran amplísimas:
Facultades Legislativas: a) completaba las decisiones de las Asambleas por la «auctoritas patrum»,
pudiendo convalidarlas, aplazarlas o vetarlas38; b) ejercía una potestad legislativa paralela a la de los Comicios,
pues sus «senado-consulto» constituyeron una fuente jurídica autónoma; c) podía impedir la aplicación de una
medida o el accionar de un magistrado, no proveyendo los medios económicos necesarios para su funcionamiento.

Facultades Electivas: a) seleccionaba las tareas civiles o militares a desempeñar por cada
«funcionarios», lo cual le significaba un mérito o demérito, que afectaba su carrera política; b) distribuía las
provincias y los frentes militares entre los pro-magistrados, lo cual incidía en sus posibilidades de reelección.
Esa dependencia de funcionarios y magistrados del Senado, explica su docilidad frente a quienes podían acelerar o
frustrar sus carreras.

38 Los intentos de limitación de esta facultad dieron resultados transitorios


Facultades Diplomáticas. Tenían a)- La iniciativa en las Declaraciones de Guerra, las cuales luego
pasaban como una formalidad a ser ratificadas por los Comicios Centuriados; b)- El veto en las Declaraciones de
Guerra realizadas en forma inconsulta por los Comicios; c)- La convalidación o rechazo de los Tratados de
Paz o armisticios iniciados por los jefes militares en operaciones; d)- La conclusión de Tratados de Alianza,
por los cuales los pueblos vencidos recibían el trato de «pueblos federados»; e)- La participación en las campaña
militar, pues seleccionaba los mandos militares, distribuía los presupuestos, decretaba las recompensas debidas a
soldados y generales (Ponsati: 326-27).

Facultades financieras. Correspondía al Senado la administración del Tesoro, función que Polibio
consideraba la primera. Ese cuerpo tomada las decisiones financieras –planificación, distribución de
recursos-, que luego los cuestores ejecutaban
Facultades Judiciales. Atendía la justicia criminal, cuando se evidenció que las Asambleas no estaban
capacitadas para atender causas judiciales. Atendían causas de traición y conspiración para cometer
asesinado y, en las provincias conquistadas los litigios entre los particulares y los gobernadores y publicanos.
Como en general los acusados en las causas en las provincias eran los publicanos –los miembros de la burguesía
enriquecida que se ocupaban de la percepción impositiva y la explotación de los monopolios-, entraron en conflicto
con la nobleza senatorial, cuando ella empezó a ocuparse de esas cuestiones judiciales. Tal cuestión llevó a la
ruptura entre la nobleza senatorial y la burguesía capitalista en el siglo II AC.

3. La Apariencia Democrática: Los Comicios


La Roma Republicana, a diferencia de las ciudades griegas como Atenas, jamás llegó a la
implementación del régimen democrático. Es cierto que tuvo representación popular en dos tipos de
Asambleas: la Centuriada y la Tributa, pero esa representación implicó sólo una «apariencia» de democracia
por las razones ya consignadas: por el voto colectivo los ciudadanos participaban en forma desigual en la
toma de las decisiones, pues el sistema privilegiaba a los ricos y daba cabida sólo a los asentados en
Roma, donde sesionaban los Comicios. Éstos fueron de 3 tipos: por Curias, Centurias y Tribus.

A. Comicios Por Curias. Fue una institución patricia cuya importancia disminuyó en la República.
Sus facultades pasaron a los Comicios por Centurias y luego se repartieron entre éstas y las Tribus. Conservó
finalmente funciones de tipo formal y ritual, como: a) investir a los magistrados de imperium, sancionando la lex
curiata del imperio; b) consagrar a los sacerdotes; c) recibir el juramento de fidelidad y el homenaje al magistrado;
d) resolver en causas relativas a lo familiar, como el testamento y demás actos privados que no
correspondía fueran ventilados ante un grupo tan numeroso y heterogéneo como las Centurias.
B. Comicios por Centurias. Nacieron luego de la revolución republicana del 509 AC. Lo integraban
los soldados, organizados en sus clases (ecuestre, 1º, 2º, 3º, 4º, 5º) y sus cuadros (las centurias). Eran 193
centurias, de las cuales las caballería y las de 1º clase sumaban 98 (o sea 98 votos sobre 193). Si todas
acordaban ya constituían mayoría, por lo cual no votaban las demás. En caso de desacuerdo, lo cual era muy
raro según cuenta Polibio -el historiador de la época-, votaba la 2ª clase, en cuyo caso sumaban 118 centurias.
Las restantes 75 no votaban nunca, lo cual se debía a que el sufragio era sucesivo, no simultáneo. A mediados
del siglo III AC se produjo una modificación, que estatuyó un número igual de centurias por clases, y eso las
democratizó un poco, posibilitando que siempre votara la clase media campesina, integrada en la 3º clase (Sus 70
votos eran necesarios para llegar a 187, sobre un total de 393 centurias). Pero las últimas clases no votaban
nunca. Según los datos del historiador Homo, resulta que por no ser el voto individual, la mayoría se alcanzaba con
55.400 ciudadanos, y no votaban nunca los 171.600 restantes.
C. Comicios por Tribus. Su composición fue variando, a medida que se modificaba el número de
tribus, que eran circunscripciones territoriales y electorales. Llegaron a ser 35 tribus, 31 rústicas y 4
urbanas. Como la inscripción se acomodaba al domicilio, las tribus rurales tenían mayor peso electoral (31 votos)
pese a que las urbanas (4 votos) eran más numerosas, porque incluían a la masa proletaria. Se considera que el
voto de un ciudadano rústico -o sea alguien que tenía propiedades campesinas- pesaba 10 veces más que
el de un ciudadano urbano.
Sus Facultades. También fueron variando. En el siglo III fueron: a) Electorales: designar a los tribunos y ediles
plebeyos; y desde 287 a. C. también a cuestores, ediles curules y tribunos militares; b) Legislativas: votar los
plebiscitos, que debían ser ratificadas por la auctoritas patrum senatorial hasta el 287 AC, momento a partir del
cual se transformó temporalmente en la gran asamblea legislativa y electoral del Estado. c) Judiciales: Entender en
grado de apelación sobre las sentencias criminales pronunciadas por los tribunos; y desde 287 a. C. atendió
también casos de apelación de las multas máximas.
Características:
1. Fue una Asamblea dominada por la clase media hasta el siglo II AC, cuando el proletariado empezó a
tener hegemonía, por la desaparición de la clase media y la presencia de los clientes de los senadores, que
presionaban con el número y la violencia.
2. El voto en cada centuria y tribu era oral, hasta el año 193 AC. en que se estableció el voto en una
«tabella» individual. Se intentó así aumentar la libertad real de los votantes, liberándolos de sus patronos. Pero ya el
sistema estaba muy corrompido y no tuvo importancia.
3. El orden del día era impuesto por el magistrado que convocaba y presidía la asamblea. El pueblo no
podía reunirse por sí, ni tenía derecho de iniciativa ni de enmienda al proyecto que se le sometía. En caso de
elecciones, debían votar la nómina –preparada por el Senado- que el magistrado les presentaba; y los sufragios
vertidos fuera de tal nómina no contaban. El peso del magistrado era mayor que en el caso de los Comicios
Centuriados, pues podían disolver esta Asamblea o no convocarla cuando estaba previsto, aduciendo que los
«auspicios» no le eran favorables; y los magistrados usaban de ese pretexto religioso siempre que les convenía.

La Constitución del siglo III AC significó un momento de equilibrio entre los sectores sociales. La Nobilitas
gobernaba con el apoyo del los capitalistas o sector ecuestre, y el predominio en las Asambleas de la clase
media campesina, sector social éste consustanciado con el orden social imperante, y que actuaba con
sentido de bien común. Pero la vigencia de ese equilibrio constitucional duró sólo un tiempo. Los mismos factores
que llevaron a la constitución de la clase media campesina -la guerra, la situación económica- siguieron actuando,
llevando a su extinción y a la ruptura del equilibrio entre las clases. Este fue el momento en el cual la nobleza
senatorial empezó a gobernar en función de sus exclusivos intereses. Se inicia entonces la etapa siguiente: la
de la República Oligárquica.

3. El Régimen Oligárquico

La formación del Régimen Oligárquico en el siglo II AC fue provocado por las transformaciones
económicas y sociales generadas por la expansión imperialista.
Las consecuencias sociales de las conquistas fueron: el fortalecimiento de los sectores de poder -los
capitalistas y la nobleza senatorial- pero también su ruptura, la desaparición de la clase media y el
incremento de los sectores sociales desposeídos y dependientes: el proletariado y la clase servil. Este
cambio tendría profundas consecuencias políticas.
1.- Las consecuencias sociales –relacionadas con lo económico- fueron:
1.1. El Fortalecimiento de la Clase Capitalista. Ello fue producto del dominio de Roma sobre la cuenca del
Mediterráneo, que abrió nuevos campos a la explotación económica. Los capitalistas formaron «sociedades
de publicanos», que eran «sociedades anónimas» destinadas a reunir cuantiosos capitales para afrontar
negocios importantes. Las actividades que monopolizaban fueron: el arrendamiento de los impuestos, la
contratación de obras públicas, el aprovisionamiento de los ejércitos y la banca.
El lugar cada vez más importante que el sector capitalista –llamada también “clase ecuestre” porque
prestaba servicio militar a caballo- produjo la elevación de sus pretensiones; pero el momento ya era inoportuno.
1.2. La Afirmación del «Orden Senatorial». Los senadores eran los hombres más ricos de Roma, y de
una riqueza estable porque se fundaba en los bienes rústicos. Ellos la necesitaban pues la carrera política que
era costosa: debían organizar fiestas, ceremonias, carreras, etc. para alegrar al pueblo y hacerse populares;
y, además, los cargos no eran remunerados. Como una vez en el poder era fácil resarcirse de los gastos
efectuados, se consideraba una buena inversión la carrera política.

1.3. La Ruina de la Clase Media. El gran fenómeno, que desde el punto de


vista social caracterizó al mundo romano de la primera mitad del siglo II AC fue la desaparición de la clase
media, apoyo secular de la Constitución Romana del siglo III (Homo: 1958; 83).

Las Causas de este fenómeno fueron: militares y económicas.


a) Causas militares: la muerte de miles de ciudadanos, el alejamiento durante años de los
campesinos de sus tierras por la extensión del servicio militar con el consiguiente abandono de sus
propiedades, y la permanencia de muchos de ellos en los países donde hubieran prestado el servicio, una vez que
eran desenganchados.
b) Causas económicas. Italia había sido siempre tierra de trigo. Cuando Roma conquistó el imperio,
las provincias –como Egipto- pagaron sus tributos con grano. Eso arruinó a los campesinos, que no
pudieron cambiar su producción –cultivando vid y olivo o criando ganado- por falta de capitales. Al no
poder afrontar esas inversiones los pequeños y medianos campesinos se fueron endeudando, y debieron
vender o entregar sus tierras. Así desapareció la mediana propiedad –y por tanto la clase media- y se difundió la
gran propiedad o latifundio.
1.4. La Expansión de la Clase Servil. Fue producto de la guerra, y precisamente la existencia de esa
mano de obra esclava impidió a los propietarios campesinos que perdieron sus tierras quedarse en el
campo como trabajadores rurales. Esclavos había existido siempre, pero ahora constituían muchedumbres,
y significaban una mano de obra más barata y manejable que los trabajadores libres.
Los esclavos se ocupaban de todo tipo de trabajo. a) Los esclavos de lujo servían para el placer y la
ostentación del amo. Eran sirvientes, pero también literatos, secretarios u hombres de confianza, preceptores de
los jóvenes, artistas. Eran de origen griego u oriental, de elevada formación y dedos ágiles. b) Los artesanos
trabajaban en pequeñas empresas; y cuando conocían bien su oficio y eran de confianza, se les permitía
vivir por su cuenta y pagar un censo a su propietario. c) Los obreros de empresas, sea de la construcción o
de explotación minera, que llevaban una vida dura por las penurias del trabajo en grandes equipos y las
condiciones miserables de alimentación y alojamiento. d) Los trabajadores rurales, sobre los cuales se sabe
poco, formaban el mayor número de los esclavos en Italia.
1.5. La Formación del Proletariado. Las grandes masas del proletariado urbano se formaron a partir
de los pequeños propietarios expulsados del campo, cuyo último recurso fue la migración a Roma. Las
posibilidades de supervivencia en Roma eran escasas: carecían de oficio, y los trabajos que podían realizar,
como los empleos domésticos y el pequeño comercio, estaban acaparados por esclavos y libertos. Les
quedaba un solo medio de vida: la dádiva, tanto las distribuciones alimenticias del Estado como las
limosnas de los particulares ricos, que tenían como contrapartida la entrega de su voto. La venta del voto
era el único recurso propio de estos ciudadanos pauperizados hasta la miseria, que llenaban su tiempo libre
en los espectáculos organizados para entretenerlos, de modo que no crearan conflictos. Se sabe que en el
siglo I AC, o sea en tiempos de Julio César, el número de proletarios en las listas de reparto de alimentos era de
300.000, lo cual indica las cabezas de familia y no el total de individuos.

El Estado se ocupó de la alimentación de los proletarios, subvencionando el trigo primero, y


repartiéndolo gratuitamente a partir del siglo I AC.

2. La consecuencia política fue la estructuración del régimen oligárquico. Desaparecida la clase


media y transformados los proletarios en “clientes” de los senadores, éstos carecieron de freno y usaron el
poder en su propio beneficio. Manipularon a los magistrados y a los Comicios, y fueron los verdaderos
dueños del poder en Roma.
Otro factor decisivo en la transformación del Senado en poder hegemónico fue la insuficiencia de la
estructura institucional imperante para proceder al gobierno del mundo. Los cónsules, por la anualidad de su
cargo, no podían manejar eficazmente el Imperio. Los comicios carecían de capacidad. La única institución con
capacidad y permanencia era el Senado. Usó ese poder en su beneficio, para afirmar sus privilegios. Usó
distintos resortes entre ellos la violación tanto del espíritu como de la letra de la Constitución. De ese modo fue
eliminando todos los frenos que se habían establecido para establecer un equilibrio entre las Instituciones, y se
transformó en una institución absolutamente hegemónica.

4. La Reforma: los hermanos Graco

La situación existente no podía durar. Sobrevinieron: a) Proyectos para reconstruir la clase media y
restablecer así la Constitución del siglo III AC (como el de los hermanos Graco); b) Proyectos para solucionar
el problema del dominio del mundo mediante la creación de un poder unipersonal permanente, asistido o no
por las demás instituciones.
Desde fines del siglo II AC y a lo largo del siglo I AC se instrumentó la Reforma de los hermanos
Graco, proyectos revolucionaron que terminaron en el fracaso. Se abrió entonces una etapa de guerras
civiles, que primero llevó a la dictadura militar de Sila en beneficio del sector oligárquico, y luego generó el
poder militar. Se sucedieron varios proyectos, de entre los cuales los más significativos fueron los de Pompeyo y
César. A la monarquía informal de César siguió la formal de Augusto, creador del Imperio.
Los Proyectos de los hermanos Graco tuvieron como objetivo la Reforma de la organización social.
Buscaban reinstaurar el orden social precedente, reconstituyendo la clase media campesina, para que esta
actuara limitando al proletariado y al orden senatorial. El propósito último era la recuperación del equilibrio
republicano de la Constitución del Siglo III AC. Los actores fueron Tiberio y Cayo Graco, plebeyos ricos que
integraban el Círculo de Escipión Emiliano. Por eso contaban con el apoyo de la aristocracia liberal que integraba
ese Círculo, que adhería a los principios moralizadores del helenismo y de la antigua cultura romana, y que también
aspiraba a la reconstitución de la clase media campesina como prerrequisito para el re-encauzamiento
político del régimen. De ahí que contaran con apoyo político para sus proyectos colonizadores.

El proyecto de Cayo no logró consolidarse. Cuando se trasladó a la colonia Juniona, situada cerca de
la destruida Cartago, se produjeron en Roma innovaciones políticas: el Partido Oligárquico logró romper la
coalición que sostenía a Cayo. Menos que la reforma socio-económica planteada, a esa oligarquía le
preocupaban los proyectos políticos: la pérdida de los tribunales judiciales y la merma de poder para
distribuir las provincias entre los promagistrados, con lo cual perdía su arma sobre los magistrados39.

El pueblo votó inesperadamente, contra Cayo Graco y a favor del proyecto de Livio Druso, que por
supuesto nunca se aplicaría. El día de la votación los oligarcas llevaron agitadores profesionales. Fueron
asesinados los jefes del partido y sus seguidores, y a continuación 3.000 demócratas fueron ejecutados en la
represión que siguió a este verdadero golpe de estado hegemonizado por el sector oligárquico. Cayo Graco se
hizo matar por un esclavo, para evitar caer en manos de sus enemigos.

Con el fracaso de los hermanos Graco quedaron dos fuerzas sociales en oposición. Por un lado el
Orden Senatorial, que por un tiempo logró reconstruir su poder, debilitado por el accionar de Cayo, quien había
construido sobre el Tribunado un régimen de poder personal al estilo de Pericles 40. Más que antes, ese sector
oligárquico actuará en su propio beneficio, totalmente olvidado de las viejas ideas romanas y helenísticas de
"patriotismo". Por otra parte el proletariado urbano, conjunto sin convicciones ni patriotismo, que sólo se movía
por apetencias de dinero. Este elemento, puesto al servicio de generales ambiciosos, constituirá el instrumento

39 Se dispuso que los gobiernos provinciales serían sorteados antes de que fueran electos los magistrados, para
que éstos no se vieran en la necesidad de contemporizar con los senadores para lograr los mandos anhelados
40 La concepción helenizante de poder personal de Cayo Graco, como situación excepcional que hiciera posible

la afirmación del régimen constitucional y que se orientara a introducir reformas que beneficiaran a los pobres -y
a costa de los ricos-, no se relaciona con las fórmulas de Poder Personal del siglo I a.C., apoyadas en el poder
militar.
físico que sostendrá poco después la dictadura militar.

Con la muerte de Cayo Graco se abrió la etapa final de decadencia de la República Romana (122-31
AC). Se produjo la decadencia final del régimen oligárquico y se iniciaron las guerras civiles que llevarían a
la entronización del Poder Militar, y finalmente a la organización del Imperio.

4.- La Contrarrevolución Oligárquica se dio a fines del siglo II AC, con el propósito de reconstituir el
poder senatorial, afectado por los avances del partido democrático en tiempos de los hermanos Graco. En
esa fase contrarrevolucionaria se violó ya totalmente la Constitución del Siglo III AC, pues se instauró una
dictadura militar, a cargo de Sila.

Este proceso, que llevó a la ruina de ambos partidos y de la República misma, porque condujo a la
instauración del Poder Personal, empezó como una etapa de guerras civiles, en vísperas del siglo I AC, entre los
dos partidos en pugna: el oligárquico y el democrático. Fueron dirigidas por generales al mando de tropas. El
primer binomio de contendientes fue el de Sila y Mario, quienes representaban respectivamente a aquellos
partidos.

La guerra pasó por una serie de etapas. Finalmente, cuando la Oligarquía percibió que su dominio
peligraba, apoyó a Sila para que diera un golpe de estado. Sila, que hizo uso del ejército reformado por Mario -
reforma que veremos en el tema siguiente-, marchó sobre la ciudad, penetró en ella armado, derrocó al
gobierno demócrata, e instauró una dictadura militar. Con eso salvó el poder oligárquico, pero la irrupción
de la tropa armada significó la violación del último principio de la Constitución del siglo III. Nunca antes se
había instalado una dictadura militar del tipo de la silana. Sila ocupó el poder en dos oportunidades, con un
interregno en el que el poder volvió al partido democrático, en este caso liderado por Mario, quien sometió a la
oligarquía a una sangrienta represión, que impactó a sus propios aliados.

Sila dictó una serie de disposiciones para reafirmar el poder de la oligarquía. Respecto a las
Instituciones:

a) Redujo el poder de los Comicios Tributos, a los cuales quitó atribuciones, pues allí era mayoría el
partido democrático en representación de la clase media campesina, y dispuso que toda moción sólo podía
presentarse ante los Comicios si primero había sido aprobada por el Senado. De ese modo aumentó el
predominio del Senado sobre los Comicios, y también sobre la Magistratura, pues a partir de entonces, los
magistrados y los generales serían elegidos por el pueblo reunido en Comicios, pero sólo de entre una nómina con
previo aval de los senadores; y ellos se lo daban a quienes pertenecían a su sector social y partido, pues
defenderían sus privilegios.

b) Actuó para domesticar a los Magistrados. En primer lugar operó contra los Tribunos: les prohibió
el acceso a las magistraturas superiores; y así, al desgajar esa institución de la carrera de los honores, hizo que
dejara de ser atractiva para los hombres capaces pero con aspiraciones a ocupar cargos superiores.
c) El Senado se transformó nuevamente en la institución nuclear del sistema, porque –como vimos-
recuperó la integridad de la auctoritas patrum, al prohibirse a los magistrados presentar proyectos ante las
Asambleas sin previa autorización senatorial.

d) Los tribunales judiciales volvieron a ser monopolizados por el sector senatorial, pues fueron
expulsados los miembros pertenecientes al sector ecuestre, y se prohibió su entrada. Este sector de los caballeros
perdió, además, los símbolos honoríficos.

Las reformas silanas fueron efímeras. No sería efímero, en cambio, el ejemplo de desprecio hacia la
normativa republicana que dio al ingresar a Roma con las tropas ni al introducir modificaciones que variaban el
orden institucional establecido por la Constitución.

Su ejemplo fue imitado más adelante por la oposición, que usó idénticos instrumentos para imponer su
propio proyecto. Se estaba ya a un paso de la instauración del Régimen Personal.-

5. El Poder Militar (siglo I AC)


El Poder Personal terminó imponiéndose en el siglo I AC, porque se necesitaba una institución
permanente que gobernara el imperio, y el Senado había demostrado su incapacidad para eso, pues no pudo
frenar el estallido de violencia entre los generales que buscaban imponer sus proyectos.
Los primeros generales que se enfrentaron, representando intereses distintos, fueron Mario y Sila.
Ellos aún no buscaban instaurar una monarquía –aparente o abierta. Mario pretendía afirmar el sistema
democrático, y Sila devolver al Senado el poder que las reformas de Tiberio Graco había debilitado. Para ello
contaron con un nuevo poder, el militar, surgido de la reforma militar de Mario.

5.1. Mario y la Formación del Poder Militar

Mario concibió una reforma que transformó el ejército ciudadano en ejército profesional. Convocó a
los proletarios, los incorporó a título de voluntarios y no en virtud del principio de obligación, y estableció
dos innovaciones: el Estado costearía el vestuario del soldado, y éste recibiría una retribución pecuniaria.
Con esta reforma: a) el servicio militar dejó de ser un deber cívico para convertirse en un oficio; b) el
ejército pasó a ser profesional.
La reforma militar tuvo importantes efectos políticos. Se produjo una división en la sociedad entre
«civiles» y «militares», categorías que antes no existían. Los soldados no conocían otra vida que la militar, no
tenían otros intereses que los del ejército y las ideas de «legalidad» y «constitución» nada les significaba.
.

5.2. El Principado de Pompeyo y la Monarquía de César

El segundo enfrentamiento entre generales ocurrió entre Pompeyo y César, quienes representaban dos
modalidades distintas de poder personal, las cuales se implementaron de hecho en el siglo I AC. -en forma
sucesiva-, sin que se produjera una transformación del orden constitucional en correspondencia. O sea que se
aplicaron en forma extra-legal.

Los Proyectos fueron: fueron: el Principado y el Dominado.


a) El Principado era un régimen transaccional, una fórmula mixta que suponía la persistencia de las
viejas instituciones y la creación de otras nuevas y, por tanto, requería para su existencia de la
colaboración leal entre los antiguos y los nuevos poderes. Las antiguas instituciones republicanas -
magistrados, senado, comicios- se ocuparían de la administración de la ciudad de Roma; y se crearía un nuevo
cargo, el de primer ciudadano o Princeps, virtual Imperator que se ocuparía del gobierno de los territorios extra-
itálicos y de la guerra. Fue postulado y aplicado por Pompeyo en el siglo I AC, aunque en forma siempre precaria
dada la resistencia del Senado. Recién se instaurará legalmente a partir del año 29 AC. por Augusto, el creador del
Alto Imperio.

b) El Dominado implicaba la organización de una Monarquía Absoluta y Hereditaria. Su


instrumentación suponía una reforma radical, que terminara con la organización institucional del pasado -la
república- y erigiera sobre sus ruinas un régimen nuevo, a semejanza de las monarquías helenísticas
tomadas como modelo. En este régimen habría un Rey que tendría todo el poder sobre la totalidad del
Imperio Romano, esto es, tanto la ciudad de Roma, como Italia y las Provincias. Esa fórmula fue personificada por
Julio César, quien impuso una monarquía de hecho. Su proyecto se aplicará siglos después, luego de la Crisis del
siglo III DC., en la etapa conocida como Dominado o Bajo Imperio.

El Principado de Pompeyo
La idea del Principado estaba en el ambiente, y Pompeyo no hizo otra cosa que aprovechar la oportunidad
en su beneficio, cuando ella se presentó. El gran teórico del sistema fue Cicerón, antiguo defensor del régimen
republicano, que se propició esta fórmula mixta cuando fue consciente de la necesidad de transformar el régimen
vigente, sin que la Oligarquía Senatorial perdiera todo el poder. Cicerón, que representaba al sector más moderado
de la oligarquía, concretó su planteo en «De la República», escrito en el año 54 AC. Pompeyo aspiraba a ocupar
ese lugar, pero pretendía que la función de Princeps le fuera legalmente consentida. Se dispuso a usar para ello el
instrumento de que disponía: el ejército.
Las circunstancias fueron favorables para Pompeyo, quién empezó a buscar mandos extra-legales en el año
70 AC. Recibió un mando extraordinario, con extensión sobre todas las costas del Mediterráneo, -y 50
millas al interior- para terminar con la piratería que afectaba el comercio. Antes de terminar consiguió otro mando
extraordinario: la guerra contra Mitrídates, rey del Ponto, para subsanar las derrotas sufridas por el ejército de
Oriente. Ambas campañas fueron brillantes, y volvió exitoso. Pero no consiguió la anhelada designación de
Princeps. Y, peor aún, el Senado –que había temido su asalto del poder- lo humilló negándole honores,
designaciones, e incluso los premios para sus hombres.
Pompeyo logró otra designación como Cónsul con el apoyo del Partido Democrático, pero continuó
buscando alianzas con el Senado, y obtuvo logros parciales cuando la situación de anarquía imperante
requería de un poder militar importante y confiable. Así fue consiguiendo poderes extraordinarios. En el 52
AC recibió el cargo de «Cónsul Ünico», con poderes excepcionales para imponer el orden ante una
situación de total anarquía. Su situación legal era inconstitucional: el consulado era tradicionalmente una
institución colegiada, debía durar sólo un año, no incluía poderes excepcionales, no podía acumular el proconsulado
(y él era, además, procónsul en España). La situación de excepcionalidad llevó a que los contemporáneos de
Pompeyo empezaran a llamarlo Princeps. Pero nunca logró el título de Princeps Romanus. Fue un Princeps de
hecho, que nunca logró la transformación institucional buscada. Y como Julio César tenía también expectativas de
dominio unipersonal, terminaron enfrentándose militarmente en el 45.AC. Y Pompeyo perdió.

La Monarquía Militar de César.


Julio César construyó su carrera como Pompeyo, al margen de la Constitución. Así consiguió
sucesivas magistraturas sin respetar los tiempos estipulados y también promagistraturas excepcionales. Pero,
además, obtuvo tierras para sus veteranos y leyes frumentarias, lo cual le dio gran popularidad, hasta ponerlo a la
cabeza del partido democrático. Siendo Cónsul, no sólo había ignorado a su cónsul asociado, sino que lo había
hecho tirar por las escaleras porque obstruía una ley popular; pero ya nada de eso se consideraba importante.
César buscaba innovar, dando al Estado la nueva armadura constitucional que necesitaba. Para él, el
Estado romano ya no podía acomodarse al régimen republicano, y necesitaba un jefe y un dueño. La
solución ideal era, a su juicio, una monarquía absoluta y hereditaria de tipo helenístico; y de entre ellas,
según algunos autores, tomaba como modelo egipcia, quizás por su experiencia junto a Cleopatra
Sabía que nunca sería apoyado por el Senado, y que no podía aspirar a asumir legalmente. La
experiencia de Pompeyo, a quien no se le había concedido el cargo de princeps, pese que su proyecto de compartir
el poder con el Senado, le indicó que nada debía esperar de esa Institución. Debía asaltar militarmente a Roma,
cosa que hizo cuando caducó su proconsulado en las Galias, mientras todavía tenía el mando de tropa. Así, cruzó
el río Rubicón con su ejército y ocupó Roma. El «cruce del Rubicón» es famoso porque significó la violación
flagrante de la constitución republicana. Quedó como símbolo de ruptura de un orden, y de imposibilidad de retorno.
Tal violación ya la había hecho Sila; pero no pareció tan escandalosa, porque había sido hecha para restaurar el
régimen senatorial. Como siempre pasa, cundo el gobierno viola la norma, cualquiera sea su objetivo, abre el
camino para que la misma violación sea cometida por la oposición, para poner fin al sistema.
Las guerras civiles entre César y Pompeyo duraron 5 años. Se combatió en Oriente, España, África,
Italia. A la muerte de Pompeyo en Farsalia, los generales pompeyanos continuaron la lucha. Finalmente, en la
batalla de Munda en el 45 aC, César alcanzó la victoria total y la paz fue restaurada.
El Poder de César se fue concretando lentamente por la acumulación de cargos: dictador, cónsul
con derecho a reelección por 5 años seguidos; dictadura por 10 años. Simultáneamente acumuló
facultades: derecho a declarar la guerra y la paz, sin intervención del pueblo ni del Senado; derecho a
distribuir las provincias entre los gobernadores sin recurrir al sorteo tradicional; derecho de indicar a los
Comicios los magistrados que debían elegir -con excepción del tribunado y la edilidad plebeya; concesión
vitalicia del poder tribunicio. Después de la batalla de Munda, el Senado le confirió en forma permanente el
título de Imperator. Simultáneamente, el pueblo le otorgó el derecho exclusivo a dirigir los ejércitos, a
reclutar tropas, a disponer de los recursos del tesoro; y se le reconoció la inviolabilidad tribunicia
ampliada, porque no se limitaba a Roma sino en toda la extensión del Estado Romano. Finalmente, se lo
nombró Dictador Vitalicio y Sumo Pontífice. Se le concedieron títulos honoríficos.
Para ser una monarquía absoluta legal, le faltaban dos atributos: la sucesión por herencia y el título
de rey. Ya tenía el título de Imperator y el ejército y el pueblo lo llamaban Rey. Pero ahora César aspiraba a
las designaciones formales. Nunca logró su objetivo. En el año 44 AC, apenas uno después de su victoria en
Munda, se produjeron los «Idus de marzo». César fue asesinado por los senadores, justo el día que se debatía
la transformación formal del régimen en monarquía. Los senadores se complotaron en nombre del sistema
republicano; pero además actuaron porque habían desarrollado un gran odio hacia César, cuyos actos se habían
caracterizado por graves torpezas de forma, las que menos perdonan los hombres (Homo: 1958). De algún modo,
con sus propias manos tejió la conjuración de la que sería víctima.
La guerra civil continuó. Del enfrentamiento entre Antonio y Augusto triunfó éste. Y éste transformó la
República Romana en Imperio, bajo la fórmula del Principado.

6. El IMPERIO ROMANO

El Imperio Romano se extendió desde el año 27 AC hasta el 476 DC. Durante esta larga etapa el
Imperio fue dividido en dos sectores: el Occidente con capital en Roma, y el Oriente con capital en
Constantinopla. En 476 DC el sector que se derrumbó al ser invadido por los pueblos germanos, fue el
imperio Occidental, y ese hecho fue tomado por los historiadores como separador de época. Ese año no sólo
marca la caída del Imperio Romano, sino también el fin de la Edad Antigua. El sector Oriental del Imperio
Romano, que adoptó el nombre de Imperio Bizantino, continuó vigente durante toda la Edad Media, y cayó en
1453. Ese hecho, considerado también como separador de época, marca para los historiadores el fin de la Edad
Media.
Durante su vigencia, el Imperio Romano vivió dos momentos: a) la fase del Alto Imperio o Principado,
desde el 27 AC, luego del triunfo de Augusto sobre Antonio y su aliada Cleopatra, reina de Egipto, en la
batalla de Actium, hasta la Crisis del siglo III; b) el Bajo Imperio o Dominado, desde esa Crisis hasta la caída
en 476, cuando la cocona imperial cayó en mayos de las tribus germanas.
Amos momentos son muy diferentes en cuanto al modelo teórico y a la organización interna del régimen. El
Principado institucionalizó lo que había sido el esquema de Pompeyo, en tanto que en el Dominado se impone una
Monarquía Absoluta, en correspondencia con el proyecto frustrado de Julio César.

El Alto Imperio o “Principado”

I.- El Modelo. Augusto era, en el plano jurídico, un Princeps, un primer ciudadano -como Pompeyo
pretendiera serlo-, cuya designación era realizada por el Senado y ratificada por el pueblo, que poseía
“poderes plenarios concedidos por el pueblo, para el manejo de la política externa y de los asuntos
militares». En cuanto a política interna, poseía una parte importante de las atribuciones, pero compartía este
plano gubernativo con el Senado y las demás instituciones republicanas. Su ámbito preciso de gobierno era
el territorio extraitálico, con mayor poder en las provincias «imperiales» que en las «senatoriales». La ciudad
de roma, en cambio, seguía –al menos en teoría- en manos de las instituciones tradicionales, y por tanto del
Senado.
El Princeps era en realidad, casi un rey en el territorio imperial, por los poderes que fue acumulando.
En cuanto a su injerencia en la vida de la ciudad de Roma, dependió de su particular estilo. Hubo princeps
autoritarios, que prácticamente anularon al Senado -e incluso persiguieron a sus miembros-, y actuaron
como reyes de Roma; hubo en cambio otros que, más respetuosos, cedieron su cuota de poder a la
Oligarquía. En consecuencia, aunque en teoría el Senado era la institución hegemónica para el gobierno de
Roma, su grado de poder dependía del lugar que el Princeps le asignaba.

II.- El Poder Imperial se fundaba en tres atribuciones básicas: la potestad tribunicia, el imperio
proconsular y el sumo pontificado. Se añadían otras facultades, títulos y honores.
1) La potestad tribunicia -que recibía pese a su condición de patricio por el hecho de ser emperador-, era
concedida el Emperador en forma ampliada, porque carecía de límites espacio-temporales, y de ese otro importante
freno que implicaba la colegialidad. Esta potestad le significaba al Princeps: a) facultades propias del poder
tribunicio; b) prerrogativas frente al Senado y al pueblo. c) inmunidades.
2) El Imperium Proconsular, también ampliado espacio-temporalmente; por tanto, completo y universal,
porque no era compartido y se extendía a todo el Imperio. Suponía la totalidad de las funciones militares,
judiciales, gubernativas y administrativas en el territorio imperial, particularmente en las provincias
imperiales, en las que actuaba a través de su legado, el gobernador. En las provincias senatoriales tal poder no era
tan directo en principio, pero las limitaciones fueron decayendo.
3) El Pontificado Máximo lo hacía intermediario entre dioses y hombres, autoridad máxima de los
institutos culturales y depositario de la tradición religiosa de Roma.
4) Otras Facultades, Títulos y Honores. Recibía facultades provenientes de las magistraturas
romanas –la Censura en especial, cargo que desapareció-, el Senado y los Comicios, por una Ley de
Investidura que sancionaba el Senado y votaba el pueblo. Recibía además Títulos y honores: Príncipe del
Senado y de la República, Imperator - por ser el máximo jefe de los ejércitos, César -que se asociaba desde Julio
César con la reyecía-, Augustus -que aludía a la sacralidad de la condición imperial-, Padre de la Patria y Divus.
Recibía el juramento de obediencia de los pueblos de todo el imperio, producida su entronización.
5)- La laguna del sistema, resultante del hecho de ser una monarquía encubierta, era el Régimen
Sucesorio. El Princeps era un Primer Ciudadano, que tenía sus poderes por delegación popular. Por tanto,
no podía establecerse la sucesión hereditaria: se suponía que eran el Senado y el Pueblo quienes debían
designar a los sucesores. Para evitar riesgos, se procedió a la «adopción» y a la «asociación». Eso significaba
que cada Princeps, en algún momento de su mandato, adoptaba al ciudadano que elegía como sucesor y lo
asociaba a su poder, confiriéndole la Potestad Tribunicia y el Imperium Proconsular. Producido el deceso de cada
Princeps, el Senado le ofrecía el cargo a aquel que, por estar asociado, ya tenía mando militar y conocía de la
problemática gubernativa del imperio. Ese ofrecimiento era una formalidad: era la forma como se preservaba la idea
del régimen republicano. El sistema funcionó durante los siglos I y II dC -familias Julio-Claudia, Flavia, Antonina-. En
el siglo III entró en crisis, y luego de medio siglo de guerras civiles se hizo necesaria la implementación de un nuevo
sistema.

III.- Las Instituciones del Alto Imperio.


Las instituciones propias de la etapa del Principado fueron de dos tipos: las antiguas instituciones
adaptadas al nuevo régimen, y las nuevas instituciones, creadas específicamente por el Emperador.
1). Las Antiguas Instituciones persistieron durante el Principado, aunque vaciadas en su
funcionamiento. El objetivo de tal permanencia era satisfacer sobre todo a la Oligarquía, y evitar reacciones
como las protagonizadas contra Julio César.
2). Las Nuevas Instituciones, de corte Imperial, se fueron consolidando paulatinamente mientras las
instituciones tradicionales decaían. Se trataba de cuerpos colegiados o de funcionarios individuales,
destinados a ayudar al Princeps en el cumplimiento de su tarea. El Imperio Romano dejó de ser un
conglomerado de territorios conquistados, unidos a Roma por tratados particulares, para convertirse en un Estado
Centralizado, con sus instituciones adecuadamente coordinadas. El modelo fue tomado de los Imperios
precedentes del Oriente Helenístico, aunque con una organización institucional acomodada a la nueva
realidad. Pero respondiendo al «ideal helenístico», los emperadores se esforzaron por crear una administración
eficaz y centralizada; y eficientizaron la burocracia para que el número de funcionarios y oficinas no excediera las
estrictas necesidades.
La concepción del régimen era personalista más que absolutista. Miles de cuestiones, que antes eran
despachadas por autoridades con cierta autonomía, eran ahora presentadas al emperador. Sin embargo, la
vastedad de tales funciones llevaba a que él debiera limitarse a dar las directivas generales, y a confiar en
que sus funcionarios resolvieran múltiples problemas y tomaran decisiones en su nombre.

Las instituciones principales eran:


a) El Consejo del Príncipe, de tipo consultivo, cuyos miembros eran designados por el Emperador,
pero no adquirió una organización oficial. Estaba integrado por altos funcionarios, senadores –para las
funciones diplomáticas en particular-, jurisconsultos de sólida experiencia jurídica –que evaluaban los
procesos apelados ante el emperador, y elaboraban -o completaban- las leyes imperiales. En el terreno del
Derecho, la grandiosa obra imperial fue, ante todo, la del Consilium Principis.
b) Funcionarios que cumplían tareas específicas, también designados por el Emperador, y que
actuaban como órganos de decisión y de transmisión en el mundo romano. Los senadores tuvieron poca
cabida, siendo los Caballeros los elegidos con preferencia. Los cargos fueron: 1) Legados: comandaban las
tropas y administraban las provincias imperiales. 2) Procuradores: Se ocupaban de cuestiones privadas del
Emperador, y luego también de las públicas. Eran funciones variadas, de tipo fiscal y de supervisión. 3)
Curadores: Cubrían funciones que otrora fueran de los censores: por ejemplo el control de las obras
públicas. Estaban organizados en comisiones, y cada una se ocupaba de un tipo de obras: caminos,
acueductos, cloacas, servicio de aguas, etc. Eran escogidos y retribuidos directamente por el Emperador,
quien los promovía a otros cargos, los mantenía o los despedía, según su criterio personal. En muchos casos, se
designaba senadores.
4) Prefectos: Que actuaban en nombre del Emperador, porque desempeñaban funciones ejecutivas
por él delegadas.
De entre los Prefectos, el más importante era el Prefecto del Pretorio. Ocupaba el 2º lugar en la
jerarquía imperial. Tenía funciones militares y judiciales. a) Era el jefe de todos los ejércitos, o sea de la
guardia pretoriana y del estado mayor -del cual dependían los cuerpos en campaña. Las “cohortes
pretorianas” o guardia imperial personal, eran seis, de 9.000 hombres cada una, repartidas en Italia en tiempos de
Augusto y concentradas en Roma desde los tiempos de Tiberio. b) Era además un órgano de apelación en
materia penal para las provincias y para toda Italia -con excepción de Roma y sus suburbios que correspondía
el Prefecto de la Ciudad; c) Integraba el Consejo del Príncipe. En algunas oportunidades el cargo se desdobló
(hubo 2), por el peligro que significaba para el emperador un funcionario tan poderoso, como dieran ejemplos
Seyano bajo Tiberio, y Perennis bajo Cómodo. Uno de los problemas más serios del Imperio fue la
turbulencia y falta de lealtad de esos soldados privilegiados que fueron los pretorianos.
Había otros Prefectos. Así: el Prefecto de la Ciudad que era una especie de jefe de policía. El Prefecto de la
Anona, que se ocupaba del abastecimiento de la ciudad. El Prefecto de Egipto, que era el virrey de esa provincia.
El Prefecto de las Comunicaciones, que se ocupaba del servicio de correos y comunicaciones imperiales.
En muchos de estos funcionarios se encuentran precedentes helenísticos. Incluso en la prefectura del
pretorio, que por muy ligado al derecho público de Roma que esté, se corresponde en gran medida al mando de la
guardia real en aquellas monarquías.

IV La Administración Regional y Local.

a) En Italia se preservó el ordenamiento municipal que ya existía, y que les significaba a las regiones
conservar una cierta autonomía, bajo la vigilancia de las Instituciones Romanas -el Senado y los
Magistrados-. Los italianos recibieron la ciudadanía plena, y fueron repartidos nominalmente entre las 31
tribus rústicas; pero la distancia les impedía ejercer los derechos políticos. Eso dejó de tener importancia en la
etapa imperial.
b) Las Provincias fueron repartidas en el 27 aC -año de la asunción de Augusto- entre el Senado y el
Emperador. (Aymard, op.cit.). Las «exteriores» o de las zonas fronterizas fueron las imperiales, y las «interiores»
las senatoriales (Ponsati: op.cit.). En un principio ambos lotes fueron aproximadamente iguales, pero las nuevas
anexiones por conquistas y las modificaciones rompieron ese equilibrio. Desde mediados del siglo II, 23
provincias dependían del emperador, y sólo 10 provincias lo hacían del Senado.
El Emperador tenía pleno dominio sobre los gobernadores de las provincias imperiales. Eran
propretores, porque sólo el emperador era procónsul en todo el territorio imperial. Ostentaban el título de
«legados de Augusto», expresión que expresaba su subordinación. Carecían de legiones a su mando, salvo
el caso de Egipto, explicable por la importancia de la provincia como proveedora de trigo. Escogidos y
nombrados por el Princeps, no estaban en funciones más que el tiempo que él quería, y eran responsables
sólo ante él o los jueces que elegía. La gran mayoría de los legados imperiales pertenecieron al orden de los
caballeros. Los gobernadores de las provincias senatoriales sólo nominalmente tenían más autonomía. Al
terminar su período gobernadores eran sometidos a juicio, y las condenas, en los casos de expoliación o
corrupción, fueron ejemplares
Las provincias fueron perdiendo las autonomías o franquicias concedidas cuando fueron creadas, y
se fue imponiendo la uniformidad. Implicó cierta lentitud, porque era necesario consultar todo al gobierno central.
Aún así, las provincias se beneficiaron con el régimen imperial: el desgobierno y las expoliaciones disminuyeron,
porque la pirámide de funcionarios se controlaba permanentemente, y por el temor a los castigos.

Las Instituciones provinciales más importantes fueron: el gobernador y los miembros de la


administración local.
El Gobernador. Cualquiera fuera su designación, era la máxima autoridad provincial, y supervisaba el
funcionamiento de las autoridades municipales, cuya libertad de acción sufrió restricciones crecientes. El
gobernador era el gran juez de su provincia: entendía en los procesos civiles más importantes, y debía
confirmar las sentencias a muerte; tal el caso del procurador de Judea, Poncio Pilatos, con la de Jesús. Es cierto
que los ciudadanos romanos tenían el derecho a ser juzgados en Roma, por el Senado o el Emperador -caso
de San Pablo-, pero ello se hizo difícil a medida que el número de ciudadanos fue aumentando. El Emperador podía
revocar el proceso o la sentencia. El Emperador se fue transformando así en la única fuente de interpretación del
Derecho, e hizo uso de ello para unificarlo. Con los gobernadores colaboraban los delegados de los
municipios de toda la provincia, que eran los encargados de recoger y expresar las quejas, reclamos y
opiniones.
La Administración Local conservaba cierta autonomía. Las libertades otorgadas no se inspiraban en
ningún sistema filosófico o jurídico sobre la libertad, la igualdad o los derechos naturales de los hombres. Sólo
consideraciones prácticas guiaron a los romanos. Como los griegos, los romanos veían en la ciudad no sólo el
marco ideal, sino también el único marco posible de la civilización. Salvo en Egipto, el Imperio se mostró favorable a
la vida municipal. El objetivo principal era liberar a la administración de los pequeños asuntos, tales como: el
mantenimiento del orden, el sostén de la justicia corriente, la construcción y cuidado de edificios públicos, la gestión
del presupuesto urbano y el cobro de los impuestos directos debidos al Estado.
Roma integraba con esto a la administración a la población nativa -aristócratas o gente de la clase media,
hombres de orden, identificados con los ideales romanos y dispuestos a reprimir turbulencias de cualquier clase. En
este plano de la administración local, también tomaron los romanos el ejemplo helenístico, en particular del Imperio
Seleucida. En la época de los Antoninos -o sea en el siglo II- este ideal de autonomía municipal se aplicó más
ampliamente que en los demás períodos.
Las instituciones que constituyeron el Municipio fueron: a)- una Asamblea o Curia, integrada por 100
propietarios urbanos -o sea por la Burguesía- que recibían el nombre de “decuriones”; b)- Los Magistrados,
designados por la Curia, organizados en colegios de dos miembros, anuales, que iban ascendiendo paso a
paso, siguiendo una «carrera de honores» municipales. La Curia se renovaba cada 5 años, a partir de un
«álbum» elaborado por el magistrado de más alto nivel, en el que se incluía a los ex-magistrados y a los ciudadanos
notables. Tenía como funciones, además de las electorales mencionadas, la de vigilar el comportamiento de los
magistrados y aconsejarlos en los asuntos de importancia.
El régimen funcionó mientras los sectores adinerados indígenas estuvieron dispuestos a invertir
parte de su tiempo y sus capitales, a cambio de los honores y el prestigio que les significaba participar de la
administración. Pero cuando ello dejó de interesarles, hacia el siglo III, el régimen municipal entró en decadencia.
Los municipios en consecuencia fueron desapareciendo, menos a impulsos del autoritarismo imperial, que
por la decadencia del espíritu cívico, que se produjo no sólo en las provincias sino también en la misma
Roma (Aymard: 1967; 340 ss).

En Suma. El régimen imperial surgió como una necesidad, y fue funcional porque llevó la eficiencia
administrativa y la paz que se requería, porque puso fin a las guerras civiles y a los conflictos sociales y
partidarios. Llevó también las conquistas a sus límites e inauguró un importante período de paz, bajo el
gobierno de emperadores extranjeros, como por ejemplo los ibéricos. Alcanzó su etapa de florecimiento en los
siglos I y II de nuestra era, llamados respectivamente «el siglo de Augusto» y «la pax romana»: épocas de gran
desarrollo cultural, artístico y jurídico. Los vicios en los que se fue cayendo lo debilitaron y generaron el
conflicto, a lo cual se sumó el problema externo.

7. El Bajo Imperio o “Dominado”


7.1. La Crisis del siglo III
El proceso de desintegración de la civilización romana fue detenido sólo transitoriamente con la
construcción del Alto Imperio. Su estructura institucional fue aparentemente sólida, y dio al mundo dos
siglos de paz y de desarrollo cultural: el siglo I, llamado «siglo de Augusto» y el siglo II o de la «Paz
Romana». Pero aunque espléndido, ese Orden Imperial encerró desde sus orígenes una serie de debilidades,
y generó otras, que finalmente llevaron a la crisis.
El período que media entre el año 193, en que el ejército de Panonia designó emperador a Septimio
Severo -quien abrió la última dinastía en la que hubo relativa paz interna-, y el año 284 -en que fue elegido
Diocleciano-, es conocido como el período de crisis del siglo III. Dentro de esa etapa hubo una de Anarquía
Militar, entre el 235 y el 284, o sea entre el final del gobierno de los Severos y la asunción de Diocleciano. Los
factores de la Crisis del siglo III fueron de diverso tipo.
1. Crisis Política. Fue un efecto del agotamiento del proyecto político del Principado. El problema
central fue el sucesorio. A menudo se habían generado conflictos cada vez que un emperador moría: por no
haber dejado asociado, por la oposición de quienes se consideraban con derecho, o por las expectativas de
quien tenía poder militar. Eso llevó en el siglo III a.C. a las guerras civiles entre los generales de los
Ejércitos.
2. Crisis Militar, que se produjo por factores externos e internos. 2.1.- El factor externo fue, en
particular, el problema en las fronteras del Rin y el Danubio, constituido por las «tribus bárbaras», los
germanos que presionaban para ingresar al Imperio. Algunos fueron instalados dentro de las fronteras,
como freno frente a los otros grupos –caso de los francos, en el 406 a.C, y muchos germanos fueron
transformados en legionarios. 2.2. El factor interno estuvo constituido por la militarización del Estado. Los
Ejércitos de las fronteras y la Guardia Pretoriana lucharon para imponer su jefe como emperador. Algunos
duraron unos pocos días, y había jefes militares que se resistían porque ser designado emperador
implicaba una condena a muerte: podían durar incluso días. Pocos estuvieron algunos años: caso de Aureliano
que gobernó 5 años, ya hacia fines de la Crisis. .
3. Crisis Económica Las actividades económicas se resintieron todas. La producción primaria
continuó el proceso de deterioro ya iniciado, por la falta de mano de obra y el paulatino abandono de los
campos por parte de la población, que se trasladaba a las ciudades. La inseguridad general limitó el
comercio y produjo la ruptura de la cadena comercial, lo cual condujo a una reducción de la producción
industrial. Hubo dificultad para abastecer las ciudades. Los problemas financieros se agudizaron, la presión
tributaria se incrementó, y ocurrió la primera Devaluación de la historia, porque se empezó a acuñar metal
de inferior calidad, con la consiguiente desaparición de las monedas de oro y plata. Reapareció el trueque, y
hubo una gran inflación, que se tradujo en un alza generalizada de precios.
4. Crisis Social, que fue una consecuencia natural de los problemas económicos y financieros, y que
como todo lo económico-social, produjo efectos políticos. Hubo graves estallidos sociales, protagonizados
por las masas rurales contra los sectores que constituían los pilares del régimen del principado:
terratenientes y burguesías urbanas. Estas decayeron ante la disminución del comercio y la producción
artesanal, y los conflictos en los campos. Y eso llevó en lo político a la decadencia del régimen municipal
5. Crisis Cultural. Fue también un emergente de la situación general. a) Se produjo una revalorización
de las culturas tradicionales en las masas populares, que adoptó la forma de rechazo al proceso de
romanización -o sea de transculturación- al que habían sido sometidos. Tuvo cierto matiz religioso, porque
los sectores tradicionalistas se unificaron en torno a la defensa de sus antiguos cultos. Este tipo de conflicto
aparecerá en sucesivas oportunidades; por ejemplo en América, después de la independencia, entre el campo
atado a los valores tradicionales, y la ciudad progresista y liberal; y es observable hoy en los países musulmanes
fundamentalistas, donde los sectores más perseguidos son los más occidentalizados culturalmente -en particular las
mujeres-.

6. Crisis Religiosa. El proceso seguido por Roma, fue semejante al experimentado por el mundo
helénico. Se caracterizó por: a) La decadencia del culto cívico porque a medida que la crisis se extendía,
empezó a ser insatisfactorio para los romanos ese culto sin suficiente contenido espiritual. De ahí la
adhesión a cultos orientales. b) La difusión del Cristianismo que ofrecía el contenido espiritual que el hombre
necesitaba y la promesa de una vida trascendente en relación a la vida terrena, con premios y castigos
futuros.
Los primeros cristianos sufrieron algunas persecuciones, por su negativa a adorar la figura del
Emperador, que daba unidad cultural y espiritual al Imperio; pero en general, durante los primeros siglos las
persecuciones fueron esporádicas y primó una tolerancia implícita. A partir del 250, y en especial en los años
257 y 258, los edictos inauguraron las persecuciones generales, movidos en buena parte por la crisis, quizás
porque se hacía necesario buscar un chivo expiatorio; y los cristianos, con su negativa a respetar los cultos
tradicionales, parecían afrentar a los dioses tradicionales. Se responsabilizaba de la miseria a los adeptos a
esta religión separatista, cuya existencia provocaba la ira de los dioses. Pero la violencia no fue suficiente
para extirpar una religión que tenía cada vez mayor cantidad de seguidores, y de calidad social más alta. A poco, su
importancia numérica haría que los emperadores comprendieran que debían contar con sus miembros, y los
buscarían como aliados.

7.2. Instituciones en el Bajo Imperio: La monarquía absoluta


La instalación del Bajo Imperio o Dominado se tradujo en una serie de cambios, en los aspectos
institucional, territorial y religioso. Se origina con Diocleciano (295-306)
El Principio Político que triunfó fue el Absolutismo. El emperador era la máxima autoridad en todo el
imperio, y caducaron los poderes de las instituciones republicanas romanas: el Senado era honorífico y las
magistraturas dependían del emperador. Éste era el jefe de los ejércitos, cabeza de la administración, fuente de
legislación, supremo juez y pontífice máximo, representante del dios, y dios viviente, principio éste que heredó de
las monarquías helenísticas. Este Monarca Absoluto no tenía, de hecho, limitaciones. Y la condición de
ciudadano desapareció de tal modo, que el término se perdió.
La solución al problema sucesorio fue concretado por Constantino, quien impuso el principio
hereditario, propio de las monarquías absolutas, lo que era una consecuencia natural de la identificación del
poder imperial con la divinidad.
La solución al problema administrativo-territorial fue obra de Teodosio, quien en 395 procederá a la
división -ahora definitiva- del Imperio en dos partes: el Imperio Romano Oriental, con capital en
Constantinopla, y el Imperio Romano Occidental, con capital variable: Roma, Tréveris o Milán -fue
cambiando-. En general existió una marcada tendencia a llevar la capital al norte, para acercarla a la zona de los
conflictos.

3. La solución del problema religioso tuvo dos momentos:


a) En el año 313, Constantino dictó el Edicto de Milán, que fue un Edicto de Tolerancia a partir del
cual fue posible la práctica de la religión cristiana, como la de los demás cultos. A partir de entonces el
Emperador empezó a buscar el apoyo de la Iglesia Cristiana, lo cual se debió a la decadencia de las clases
sociales en las que tradicionalmente se apoyaba el poder romano. Sin embargo, el culto romano oficial siguió
siendo el tradicional.
b) En el Año 395, Teodosio hizo del Cristianismo la religión oficial del Imperio y prohibió la práctica
de todos los cultos no católicos, los que empezaron a ser perseguidos. “En la actitud político-religiosa de
Teodosio y de sus sucesores es dable advertir que la Iglesia Cristiana, en el curso de las persecuciones que
soportó, había aprendido la lección de la intolerancia y pasó de ser víctima a constituirse en victimaria. No sólo la
persecución contra el paganismo, sino el uso de la autoridad política para el combate contra las disidencias
religiosas y las herejías, se hicieron moneda corriente” (Ponsati: 1976; 623).
4. Las soluciones al problema económico y social anticipan la Edad Media. En lo social continuó el
proceso de extinción de la clase media urbana, en correspondencia con el deterioro de las actividades
económicas, lo que llevaría a la decadencia de la vida urbana y a la ruralización de la planta demográfica
imperial. Este hecho implica la quiebra del sistema tradicional romano que tenía como núcleo las ciudades, y el
antecedente del estilo de vida medieval. El sostén de la estructura de poder dejó por tanto de ser ese sector
social, y su lugar fue ocupado por el ejército.
La transposición del eje económico y demográfico de la ciudad al campo determinó también la
modificación de la clase dirigente. El orden senatorial pasó a estar constituido por los grandes propietarios
agrarios, los latifundistas, que fueron en el Bajo Imperio los dueños del poder económico. Los estratos más
bajos del sector privilegiado estuvieron ocupados por los miembros de la burocracia imperial. En general
esos estamentos adquirieron carácter hereditario, lo cual preludia ya a la Edad Media.
La vida social y laboral se rigidizó, porque en un intento de frenar el proceso de deterioro económico
y de conservar ocupados los puestos de trabajo que se consideraban imprescindibles, los emperadores
determinaron “la permanencia forzosa en el oficio, profesión o actividad económica que cada individuo
desempeñaba” (Ponsati: 1976; 614), ocupación que adquirió carácter hereditaria; y se formaron los collegia o
corporaciones de oficio que controlaba a sus miembros, al velar por el cumplimiento de la normativa.
Esa política estatizante en lo económico y social alcanzó también al sector rural, porque los campos
se despoblaban o se cultivaban pobremente. Como la esclavitud se había hecho ruinosa, los propietarios
optaron por entregar parcelas a sus esclavos a cambio de la prestación laboral y tributaria en especie. Al
mismo tiempo se desarrolló el régimen del colonnato, que implicaba el establecimiento de un vínculo
personal entre el propietario de la tierra y sus arrendatarios, que pasaban a la categoría de clientes. Al
margen del hecho de que estos últimos tenían categoría de hombres libres, el régimen establecido les
impedía abandonar sus tierras. En los hechos por tanto, los antiguos esclavos y los nuevos arrendatarios,
obligados a permanecer en sus tierras y a pagar un impuesto en especie al propietario, constituyen un
antecedente de lo que será el siervo de la gleba medieval (Ponsati: 1976; 614-15).

5. El problema militar -fronterizo no pudo ser solucionado. Durante siglos Roma se había extendido a
expensas de otros pueblos, y había estructurado fronteras fuertes. A medida que la Crisis asoló el Imperio,
esas fronteras se fueron debilitando, y los pueblos que desde tiempo atrás presionaban por entrar, lograron
hacerlo.
La frontera del Danubio estalló a fines del siglo IV. Empujados por los hunos, los visigodos invadieron el
imperio, asolaron la Península Balcánica, y como fueron derrotados por el emperador Valente en la batalla de
Andrinópolis, torcieron al Oeste y atravesaron Iliria, con lo cual salieron del Imperio Romano Oriental. Ingresaron al
Imperio Occidental, invadieron Italia y amenazaron con ocupar Roma. La mediación del Papa hizo posible que se
retiraran, y que finalmente se instalaran, con autorización de los romanos, al S.O. de Francia y este de España,
formando el Reino Visigodo. La frontera del Rin estalló en el 406, cuando suevos, alanos y vándalos penetraron en
la Galia y se desparramaron por España; y luego los francos ocuparon Francia. Se formaron así en Francia dos
reinos, el Burgundio y el Franco, éste destinado a tener gran importancia en la Edad Media.
Las invasiones germanas continuaron. En el año 476 Odoacro, rey de los hérulos, ocupó Roma,
destronó al Emperador, y envió las insignias imperiales a Bizancio. Con ello se puso fin a la vigencia del
Imperio Romano Occidental, y ese hecho es considerado por los historiadores como un separador de
época: el 476 marca el fin de la Edad Antigua y el comienzo de la Edad Media. El Imperio Romano Oriental
subsistió durante 10 siglos más, y allí se preservó el régimen monárquico absoluto, la idea abstracta del
estado, el derecho romano -que fue recopilado por el Emperador Justiniano-; y todos esos elementos
políticos, que se perdieron en Occidente durante varios siglos, empezaron a ser recuperados a partir de los
siglos XI y XII. El Imperio Romano Oriental subsistió hasta 1453, fecha en que cayó por la invasión turca a
Europa, y se considera esa fecha también como de finalización de la Edad Media y nacimiento de la Edad
Moderna.
El Imperio Romano Oriental o Bizantino persistió durante 10 siglos, hasta 1453. Conservaron
tradiciones romanas, como la concepción abstracta del Estado y el principio de la monarquía absoluta, que
reflotaron en Europa Occidental durante la Baja Edad Media.

LA REVISIÓN DEL ESTOICISMO


El Estoicismo fue una corriente filosófica que no se cerró nunca en una estrecha ortodoxia como
otras escuelas contemporáneas. En el final de siglo lll con Crisipo, vivió una primera renovación de sus
postulados y en el siglo ll con Panecio repitió la experiencia renovadora, introduciendo en los romanos el
estoicismo. Uno de los fundamentos del Estoicismo que lo hacía compatible con la cultura romana fue el
hecho de no dificultar la participación en los asuntos políticos, al proclamar que el hombre estaba
comprometido con la armonía universal. Según Sabine

Ningún otro sistema griego era tan apropiado como el estoicismo para ensamblar con las virtudes
originarias de dominio de sí mismo, devoción al deber y espíritu público de que se enorgullecían los
romanos, y ninguna concepción política estaba tan bien cualificada como la doctrina estoica del estado
universal para introducir un cierto idealismo en...la conquista romana. El punto de contacto...en el tercer
cuarto del siglo ll, estribó en la relación de dos griegos, Panecio y Polibio, amigos personales, con el grupo de
aristócratas romanos que formaban el círculo de Escipión Emiliano.

Paulo Emilio, padre de Escipión, legó a su hijo de un amor y admiración por el saber griego, además de una
extraordinaria biblioteca del rey Perseo. Con este bagaje de conocimientos, durante su infancia Escipión entabla
amistad con Polibio, y mientras se inicia en la experiencia militar que pronto lo llevará a ser el vencedor de Cartago
y Numancia, se nutre en la cultura filosófica de su amigo. A esta relación, se une el filósofo Panecio de Rodas,
renovador del Estoicismo, y poco a poco parientes y amigos romanos que ocupan diversos escalones del cursus
honorum, se suman a las conversaciones de elevada y delicada cultura.

Entre las modificaciones aportadas por Panecio al Estoicismo se destacan:

a) Reexpuso su doctrina de manera fácilmente asimilable para los aristócratas romanos ajenos al pensar
filosófico pero admiradores del saber griego

b) La doctrina se aproximó más bien a una especie de filosofía del humanitarismo: admitió la justificación
moral de las ambiciones y pasiones más nobles y humanitarias; no exigió al sabio cerrarse a los sentimientos y
acabó con la oposición entre comunidad de sabios y relaciones sociales cotidianas; reemplazo el anhelo de
autarquía por un ideal de servicio público, humanidad, simpatía y amabilidad. Reafirmó la idea de la unidad de la
especie humana, la igualdad de los hombres por encima de sexos, rangos, riquezas y dotes naturales; la igualdad
de derechos entre los hombres, derechos que deben ser reconocidos por la ley para que el hombre los goce y
disfrute.

La aceptación del Estoicismo entre los romanos estuvo influenciada no sólo por sus puntos de contacto
con los ideales de este pueblo, sino porque además les ofrecía la posibilidad de superar un esquema de
convivencia en crisis: en el siglo ll el mundo mediterráneo se había convertido en un espacio efectivamente
conocido, con efectiva comunicación entre sus partes y pueblos, un espacio de convivencia donde las diferencias
locales tenían cada vez menor importancia; por ende el particularismo de la ciudad estado al estilo griego, estaba
en absoluta decadencia. Para ese espacio común, surgido de la conquista romana, el Estoicismo planteaba un ideal
de fraternidad entre todos los hombres, unidos bajo una justicia que no hacía distinción alguna. En este estado
universal, la unión ética y moral de sus súbditos creaba los lazos de lealtad por encima de cualquier impuesta
obediencia.

El Estoicismo tuvo larga tradición en Roma. En la época imperial –afirman A. Aymard y J. Auboyer “pudo
proporcionar, en nombre de la virtud, el armazón moral de la protesta contra los malos emperadores del siglo l y, en
el siglo ll, actuar sobre todos los círculos cultos incluso antes de que el ejemplo de Marco Aurelio multiplicase sus
adeptos”.

Respecto a la influencia del Estoicismo, sostiene Sabine:

El resultado de significación más duradera que tuvo la influencia del estoicismo en el Círculo de Escipión
consistió en el hecho de que afectó a los hombres que emprendieron los primeros estudios de jurisprudencia
romana. Para esos romanos de la clase gobernante, la reexposición del estoicismo hecha por Panecio parecía
ofrecer los medios de conservar lo mejor de los viejos ideales romanos ilustrados por el cultivo del arte y de las
letras y armonizados por una más amplia simpatía, buena voluntad y blandura. Los romanos denominaron a esto
humanitas... ese ideal ejerció una gran influencia sobre el estudio del derecho romano en el período crítico.

CICERÓN

1. LA INFLUENCIA GRIEGA EN CICERÓN

Marco Tulio Cicerón (106 –43 AC) vivió en la época de descomposición de la República Romana, en el
siglo I AC. Participó activamente en política, ocupando distintas magistraturas: cuestor, edil, pretor, cónsul.
Antes se había destacado como brillante abogado y orador. Fue un hombre políticamente moderado, que
bregó por la permanencia de las instituciones republicanas.

La tradición acostumbra remarcar la influencia profunda que recibió de Polibio y de Platón. Como Polibio,
adhería al sistema “mixto” de gobierno, que combinaba elementos de monarquía, aristocracia y
democracia. Como Platón, tituló sus obras La República y Las Leyes, presentó el contenido en forma de
diálogos, ofreció el ideal del mejor gobierno y del mejor ciudadano, tomados simultáneamente en su relación
de conexión necesaria, y presentó la imagen del “político ideal de toda la literatura griega: el “Jefe” de
Jenofonte, el “Sabio, rey-filósofo o filósofo-rey de Platón, el “Buen ciudadano” de Aristóteles” (ibídem, 84).

La República de Cicerón es muestra de su admiración por Platón, aunque su contenido


se diferencia de la obra de su maestro. No se explaya sobre un estado ideal: tampoco hace un análisis de las
diferentes formas de estado, aunque admira a Aristóteles, alude en su obra a un estado concreto: la
república romana. Los seis libros de La República tratan de:

1.- De las diversas formas de gobierno; donde luego de escribirlas al modo tradicional, deja clara su
preferencia, la mejor forma de gobierno es una cuarta compuesta por las tres primeras, que atempera las unas con
las otras. Coloco muy por encima de esas tres formas de gobierno aquellas que las reúne a todas, como cita
Rodríguez Varela.

2.- De las instituciones romanas; donde idealiza la república romana, haciendo alusión más a sus glorias
pasadas que a la época de decadencia que vivía. Desarrolla además la tesis de que la superioridad de la
organización política procede de que no es obra de un hombre solo, ni monumento de una sola generación, sino
fruto de la experiencia de muchos siglos y del genio de una larga serie de grandes hombres, resume Rodríguez
Varela.

3.- De la naturaleza humana y de la justicia en todo el gobierno;

4.- De la educación y de la vida de familia;

5.- De las costumbres austeras de los tiempos antiguos;

6.- De las relaciones entre la religión y la felicidad de las sociedades, con el sueño de Escipión como
conclusión. Demuestra en este capítulo su visión espiritualista del hombre, tanto como Sócrates y Platón. Escipión
el africano, vencedor de Aníbal en las guerras púnicas, se aparece en sueños a su nieto Escipión Emiliano
invitándolo a contemplar la mano de Dios sobre el mundo.

En cuanto a su obra Las Leyes, complementa a La República en la exposición de su doctrina. Sus partes
son:
1.- El origen del Derecho; las leyes en general. Cicerón plantea la existencia de tres tipos de leyes: el
jus civile, o derecho común de los romanos; el jus gentium, o derecho intermedio, conformado por el derecho
consuetudinario de diversos pueblos; y el jus naturale, al que considera inmutable y necesario y está grabado
en la conciencia de los hombres. El derecho para Cicerón, no es...una simple técnica para preservar la convivencia
sino que debe reflejar acabadamente criterios objetivos de justicia, señala Rpdriguez Varela.

2.- Las leyes religiosas;

3.- La organización del poder, magistratura y reglas políticas y prácticas, en suma, las leyes políticas
de Roma

Ese hecho de la influencia griega ha llevado a algunos autores a desvalorizar a Cicerón considerándolo un
imitador de Platón, lo que implica obviar el hecho de que él tenía una formación clásica profunda. En contrapartida,
otros han tratado de presentarlo como el pensador original que ofreció en su obra el proyecto de lo que sería el
Principado, el régimen político que intentaría efectivizar Pompeyo, y que concretaría Augusto.

2. TEORÍA SOCIAL
La causa de la asociación en un Estado no es un pacto o contrato entre hombres aislados, producto de
la necesidad de protección, sino que es un hecho natural, porque “la naturaleza humana tiende a huir de la
soledad y está ávida de vida en común y de sociedad”. Así, como Aristóteles y después Santo Tomás, Cicerón
considera que los hombres son seres sociales por naturaleza, y que el origen del Estado debe rastrearse en
los hechos históricos: diversas familias eligieron una zona donde asentarse y “un hombre” los organiza y
reúne en una Ciudad, que luego se extiende sobre sus vecinos; y a partir de entonces se hacen necesarios
“una autoridad permanente y un gobierno constituido” (Prelot, 87)

Tanto la fundación como el desarrollo del Estado es para Cicerón una obra colectiva, porque por
sabio y virtuoso que sea el gobernante, “la grandeza de un Estado necesita la colaboración de toda la
colectividad, que trascienda del individuo tanto en el espacio como en el tiempo; y “se requiere el esfuerzo de
un pueblo durante generaciones para llevar el poder político a su grado de perfección”. (Prelot, 87).
El/los gobernantes que son los depositarios transitorios del poder, reciben del pueblo la “autoridad”
para mandar, autoridad que no deriva sólo de las condiciones personales del gobernante sino que es un
“hecho social”. La existencia de un “pueblo” reunido en una región determinada, que conforma el Estado -en este
caso, la Ciudad-, impone la existencia de una autoridad con poder de mando, para conducir a su pueblo a la virtud y
la felicidad. Cicerón entiende por pueblo: “un “grupo numeroso de hombres asociados unos con otros por su
adhesión a una misma ley y por una cierta comunidad de intereses”. (Prelot, 86).

3. ÉTICA Y POLÍTICA

a)- La Política es concebida por Cicerón como una actividad impregnada de un alto
contenido moral, porque el individuo cumple un deber consagrándose a ella. Para desempeñar el gobierno
de la ciudad deben desarrollarse las mayores potencias humanas: la sabiduría y la virtud, a las que debe
añadirse la experiencia cuando se trata de los cargos más altos; de allí la importancia de respetar el cursus
honorum. Sólo los hombres de bien pueden desempeñarse adecuadamente en los cargos políticos,
consagrándose al servicio de la Ciudad, que es el de los ciudadanos. Se trata de una actividad que tiene una serie
de inconvenientes –en los que Cicerón insiste en forma reiterada-: la incomprensión e injusticia de los ciudadanos,
la asociación con hombres de “poco recomendables”, el poner en juego la propia reputación. Pero en la medida en
que es un deber cívico, el individuo debe consagrarse a ella; y sólo cuando ya hubiera prestado ese servicio puede
dedicarse a su vida privada y a sus negocios particulares. Y es un deber cívico para los hombres de bien, porque lo
peor que puede a ellos pasarles es estar bajo la dirección de un mal hombre.
b)- El poder debe ser desempeñado por un hombre no sólo virtuoso, sino además munido de
suficientes conocimientos como para cumplir adecuadamente esa función; de ahí que debe instruirse en la
ciencia y el arte de la política. La ciencia moral y la ciencia política son así los dos instrumentos en los que todo
gobernante debe estar formado, pues ello le dará “competencia y autoridad”. Ese “mejor ciudadano” –que se
corresponde con el filósofo-rey de Platón-, debe ejercer una “autoridad benévola”. Debe ser una especie de “tutor”
del pueblo y de “moderador”, porque debe dirigir, controlar, ayudar y moderar los conflictos. El objetivo de todo
gobierno es favorecer “la perfección moral y la felicidad” de su pueblo, y debe estar impulsado por “el
desinterés y la humanidad”.

4. LAS FORMAS DE GOBIERNO


Las formas de gobierno son para Cicerón -que en ello sigue la tradición-, tres: la monarquía o
gobierno de uno, la aristocracia o gobierno de unos pocos –los mejores-, y la democracia o gobierno de
todo el pueblo. Considera que históricamente la primera forma de gobierno ha sido la monarquía, derivada
del poder paterno; pero como ella deriva en despotismo, se produce la rebelión popular contra el déspota.
El régimen se torna entonces republicano-aristocrático, porque el pueblo carece de la preparación
suficiente para gobernar. Pero una vez que adquiere los derechos, el régimen deriva hacia la democracia.
Cicerón rechaza las tres formas puras. a)- La monarquía es el régimen que goza de las preferencias de
Cicerón, en relación a las otras dos; pero le teme a la transformación de la monarquía en despotismo y la
rechaza porque impide que los miembros de la ciudad “participen en las deliberaciones”, “se pronuncien
sobre las decisiones a tomar” e intervengan “en la confección de las leyes” (ibídem, 88). Por otra parte, según Prelot
“toda su terminología y su ideología son republicanas” (ibídem, 87). b)- Al régimen aristocrático lo cuestiona porque
durante su vigencia se profundizan las diverencias entre los sectores, porque los hombres del patriciado tienden a
gobernar en su beneficio. c)- Al régimen democrático lo considera el peor de los tres, porque impide “la equidad”,
entendiéndose por ello que no se hace justicia porque no se da a cada cual lo suyo. Esta concepción se relaciona
con la idea que en la época antigua se tenía de la sociedad: había diferentes tipos de hombres, ubicados en clases
con diferente tipo de jerarquía y dignidades, e intentar igualarlos y no reconocer esas diferencias jerárquicas rompía
con el orden tradicional, que era el mejor.
Cicerón adhería el régimen mixto, esto es, un régimen de gobierno que combinara los elemenentos
monárquico, aristocrático y democrático. En ese sentido avala la estructura tradicional romana, donde “la
magistratura” retiene ciertos elementos monárquicos, “la aristocracia” está representada en el Senado, y “la
democracia” se concreta en las Asambleas populares.

5. LA JUSTICIA NATURAL Y EL DERECHO POSITIVO


Cicerón pone el acento en el papel de la justicia dentro del Estado, porque afirma como Aristóteles
que es deber de éste propender a la vida feliz de la Ciudad; y como para que exista esa felicidad se debe dar
a cada uno lo suyo, esto es, debe haber equidad, la justicia es una de las funciones esenciales del Estado.
Cicerón desarrolla en relación a esta cuestión el principio de la ley natural, evidenciando la influencia
de los estoicos. Afirma así:

a)- “que la naturaleza humana y la recta razón emiten órdenes que deben ser respetadas por quien
las escucha;

b)- que esas órdenes de la recta razón no pueden ser modificadas por el derecho positivo y que los
poderes públicos son impotentes a su respecto;
c).- que las manifestaciones de esa recta razón tienen un carácter eterno y universal” (Prelot, 89)

En consecuencia, Cicerón desarrolla la idea de la existencia de una ley no escrita, la ley natural o ley
de razón, que precede a toda ley escrita (derecho positivo) a la cual ésta debe ajustarse para tener legitimidad.

El tema que no deja absolutamente claro es el de los derechos individuales. Para los romanos, como para
los griegos, el hombre sólo puede ser feliz si se desarrolla en la Ciudad y se acomoda a su normativa, o sea
si vive en función del bien común. Es por ello que en la Ciudad del mundo clásico “Todo se encontraba bajo la
vigilancia del Estado, incluso la religión, incluso la vida privada y todo le estaba subordinado, hasta la moral; el
hombre carecía de toda garantía en sus derechos individuales” (ibídem). “No obstante, el derecho romano aporta a
esta concepción totalitaria y autoritaria del Estado un correctivo jurídico capital: la distinción entre el derecho público
y el derecho privado” y con ello se ha producido un notable adelanto en relación a los griegos.
Cicerón plantea la existencia de derechos individuales, pero “no ha tenido la osadía intelectual suficiente
para ver en el derecho individual un derecho trascendental inherente a la personalidad. Los derechos del individuo
son, en la época en que él escribe, inmanentes a un ordenamiento jurídico procedente del Estado” (Prelot, 90).

Después de la muerte de Cicerón se da el tránsito de la República al Imperio, bajo la forma de


Principado, que según algunos autores se corresponde al planteo ciceroniano por el predomino de un primer
ciudadano. El régimen de monarquía absoluta posterior no tiene nada que ver con la teoría política o jurídica
romanas: se consideró una solución producto de la necesidad de supervivencia, y fue una idea importada de
Cercano Oriente, de las monarquías egipcia, persa y macedónica.

UNIDAD 341.
Parte c- La caída del Imperio Romano. La Edad Media

41
Unidad elaborada por M.E. Darmanin, E. Villoria y R. Díaz Ricci
Introducción
La Edad Media abarca un vasto período que se extiende entre los siglos V y XV de nuestra era. Los hechos
fijados para marcar el comienzo y fin de esta Edad, se relacionan ambos con el Antiguo Imperio Romano:

 la caída del Imperio Romano de Occidente (con capital generalmente en Roma) en el 476, por la
invasión de los pueblos germánicos (llamados por ellos “bárbaros”), con lo cual se considera que
empieza la Edad Media;
 la caída del Imperio Romano de Oriente (con capital en Bizancio) en manos de los pueblos turcos de
religión musulmana, en 1453, con lo cual empieza la Edad Moderna.

La Edad Media se divide convencionalmente en tres períodos, sobre cuyas fechas los historiadores discrepan
relativamente. En general se consigna:

1-La Temprana Edad Media, entre los siglos V y VIII. En esta etapa se
pueden señalar dos cuestiones fundamentales:
 la ruptura de la unidad política y cultural del Mediterráneo, que había sido la característica
del Imperio Romano;
 la estructuración de un nuevo orden en Europa Occidental, con la formación de nuevos
Reinos.

2-La Alta Edad Media, entre los siglos VIII y XIII. Se caracterizó porque en su
transcurso se definieron los rasgos organizativos y culturales típicamente medievales, gestados en la etapa anterior.
 Consolidación de los Reinos Bárbaros(con la imposición de unos sobre otros)
 Consolidación del sistema de vasallaje propio del régimen feudal.
 Redefinición de la Teoría de las Dos Espadas, lo que derivó en conflictos entre el Poder
Político y el Poder Religioso.
 Progreso de las actividades económicas dentro del estilo «cerrado» o «sin mercados
exteriores», que hacia fines de la época empezó a debilitarse;
 Afirmación del régimen social estamentario,
 Desarrollo de la producción cultural, pero centrada en lo religioso,
 Vida cotidiana regida por patrones de vida de fuerte contenido cristiano.

3-La Baja Edad Media, entre los siglos XIII y XV. Durante su transcurso se
sentaron las bases de lo que después sería el mundo moderno.
 En lo político empezó a retroceder el sistema feudal. y a producirse paulatinamente la
concentración del poder en manos de los reyes, los cuales se apoyaron teóricamente en los
principios del renacido (en occidente) Derecho Romano.
 En lo económico se afirmó la apertura del mundo mediterráneo, y al reimplantarse la
economía de cambio, renacieron todas las actividades económicas.
 En lo demográfico y social se produjo el repoblamiento de las ciudades con un sector social
que hizo su aparición, y que desempeñaría en los siglos posteriores un importante papel: la
Burguesía.
 En lo cultural, si bien lo religioso ocupó un papel destacado, empezó el lento proceso de
laicización que llevaría al Humanismo y el Renacimiento, en los siglos XV y XVI.

1-La ruina del Imperio Romano.

Las Invasiones germanas y el nuevo orden de la cuenca del Mar Mediterráneo

Las invasiones «bárbaras» fueron protagonizadas por los Germanos, conjunto de pueblos de origen
indoeuropeo o ario, proveniente de las estepas del sur de Rusia. Habían migrado hacia el oeste, y se habían
instalado en las fronteras del Imperio, sobre los ríos Rin y Danubio.
La situación que cada uno de ellos tenía frente a los romanos era particular: algunos estaban en pie
de guerra contra el Imperio; otros, como los Francos, se habían establecido con la anuencia de los
romanos dentro del territorio imperial al norte de la Galia, con el carácter de «pueblos federados».
En realidad, el Imperio estaba ya en decadencia, y usaba a los pueblos Germanos que consideraba
más civilizados instalándolos como soldados y campesinos en su frontera interna, como valla de
contención frente a los otros Germanos.

Invasiones Bárbaras siglo v

El estallido del «limes» o frontera romana se produjo en dos zonas, en diferente momento: en el Danubio
primero y en el Rin después.

 El limes del Danubio se rompió a fines del siglo IV y penetró el pueblo Visigodo al territorio
del Imperio Romano de Oriente. Cuando el Emperador Valente los detuvo militarmente, recorrieron Iliria y
penetraron en Italia. Guiados por Alarico llegaron hasta las puertas de Roma, donde pactaron con el Emperador y el
Papa. Se retiraron con el derecho reconocido por los romanos de instalarse en el sudoeste de la Galia (Francia) y el
este de la península Ibérica.
 El limes del Rin estalló a principios del siglo V (año 406). Ingresaron los Suevos, Alanos y Vándalos,
que se asentaron en la Península Ibérica (en Galicia, Portugal y Andalucía respectivamente). Posteriormente se
produjo el ingreso de otros pueblos, como los Burgundios que se asentaron en el sur de Galia (Francia), y los
Anglos y Sajones que cruzaron a Inglaterra.

Con la caída del Imperio Romano Occidental tres civilizaciones


se definieron en la cuenca del Mediterráneo:
1. La Civilización Europea Occidental, de base cristiano-romana. En esta región se asentaron
las tribus Germánicas durante la Temprana Edad Media, que fue un período de invasiones de pueblos y de
guerras sistemáticas. Así nacieron las nuevas entidades políticas: los Reinos Romano-Germánicos. Ellos fueron:
el reino Visigodo en Hispania (España), el reino Franco en Galia (Francia), los reinos Anglosajones en
Inglaterra, el reino Lombardo en el norte de Italia. Aunque cada uno de ellos tuvo características propias, en
todos nació una cultura que contenía elementos romanos y germánicos.

Reinos Bárbaro Germanos. Siglo V


Desde el punto de vista organizativo empezaron a estructurarse en esta etapa los vínculos societales y las
instituciones que caracterizarían la vida medieval. Así, se fue constituyendo el sistema feudal, con sus monarquías
débiles frente a aristocracias fortalecidas; se fueron concentrando las actividades económicas en el campo,
empezó a erigirse la Iglesia Católica como un poder que trascendía lo espiritual, empezó a darse la fusión entre las
poblaciones románica, céltica originarias y germánica (de la que nació la planta poblacional actual de las naciones
europeas) especialmente cuando los reyes germanos adoptaron el cristianismo católico y lo impusieron a su gente
2. La Civilización Europea Oriental o Bizantina. En el Oriente europeo persistió el Imperio Romano,
pero éste fue tomando ciertas características propias de la cultura de los pueblos Eslavos de la zona. Se mantuvo
la monarquía absoluta y el Derecho Romano, pero el latín se deformó; y aunque siguieron siendo
cristianos, dejaron de ser católicos, porque rechazaron la autoridad del Papa y adoptaron el estilo cristiano
ortodoxo. Su líder religioso fue desde entonces el Patriarca de Constantinopla. Esta región continuó su
evolución en forma bastante aislada de los conflictos de Occidente hasta la época de Las Cruzadas. Terminó su
vida en 1453, cuando los Turcos tomaron la ciudad de Bizancio, hecho elegido como separador de época entre
la Edad Media y la Edad Moderna. La península Balcánica pasará a formar parte del Imperio Turco hasta el siglo
XIX.
Imperio Romano de Oriente o Bizantino
La Civilización Árabe-musulmana. En el oeste de Asia y norte de África se
estableció a partir de la prédica de Mahoma y de la unificación de las tribus nómadas sobre la base
de la religión musulmana o Islámica, el Imperio Árabe, que heredó muchas características del antiguo
imperio romano.

Los árabes difundieron sus costumbres, su lengua y su religión por el Medio Oriente, Norte de África
y España. En España esos elementos no prendieron con la misma magnitud, porque los reyes cristianos lucharon
durante ocho siglos para expulsarlos, en un proceso que recibió el nombre de Reconquista Española. El último
paso lo dieron los Reyes Católicos, que conquistaron Granada en 1492, el mismo año en que Colón llegó a
América, ya en la Edad Moderna.

El orden institucional y político medieval. Los reinos Bárbaros.

Evolución del reino Franco.


De los Reinos Bárbaros o Reinos Romano-Germánicos establecidos en Europa occidental, se toma
como modelo para su estudio al reino Franco.

 En el siglo V reino Franco se fundó en la Galia, en cuya zona N-NE se asentó originariamente
el pueblo germánico de los Francos como “federados” de los romanos. La caída del Imperio en 476 liberó a
los Francos del pacto acordado, ya que para los germanos el concepto de «estado» como objeto de
derecho público no existía, y las relaciones (aún entre gobernantes) eran personales, con lo que la
desaparición física de los firmantes determinaba la caducidad del pacto. Dirigidos por la Dinastía Merovingia
iniciaran una campaña de expansión que les permitió apoderarse de la mayor parte de la Galia, expulsando
a los Visigodos-42, y conquistando a los Burgundios en 532.
 A mediados del siglo VI el Reino Franco ya constituía un estado compacto, pero el reino se
debilitó debido a dos cuestiones:
1-La aplicación de la Ley Sálica, que consideraba al reino y al título del rey como objetos de derecho
privado, y determinaba que todos los hijos varones legítimos tenían iguales derechos en relación a reino y título. El
Estado Medieval, debido a esta concepción, fue un Estado Patrimonial: estado y corona eran patrimonio
personal del rey, y él los dejaba en herencia a sus hijos según su criterio, pudiendo dividirlo; y si no era así,
los hijos a menudo colisionaron entre sí porque se sentían con idénticos derechos.
2-El desarrollo de una fuerte aristocracia, que creció a expensas de los poderes públicos, y debilitó
la monarquía. La carencia de medios para sostener la administración interna –falta de moneda- llevó al rey a
encargar los grandes propietarios –la nobleza- la dirección del gobierno local. Así, delegó en ellos las funciones
propias del Estado: la percepción de los impuestos, la leva del ejército, la administración de justicia. Así se irá
constituyendo lentamente el sistema feudal como forma de organización interna, el cual dio gran poder a los
nobles, a expensas de los reyes.
 En el siglo VII los reyes aún reinaban, pero la nobleza gobernaban, sobre todo a través de un
funcionario que asistía al rey y terminó detentando realmente el poder: los Intendentes o Mayordomos de
Palacio. En Austrasia, una de las zonas en que se dividió el reino Franco y que presentaba menor tradición
romana por estar más al norte, el Intendente carecía de ataduras lo que le permitió imponerse a los reyes
Merovingios. Así, los Mayordomos o Intendentes de la familia Carolingia, terminaron por reemplazar a los
débiles reyes legítimos, los Merovingios.

42La expulsión de los Visigodos ocurrió en el 507, con la Batalla de Voillé. Los visigodos se concentraron en España, hasta
su derrota por los musulmanes, en el 711. Se refugiaron en la zona del Mar Cantábrico, y desde allí iniciaron la lucha de
Reconquista.
De la monarquía Merovingia a la Carolingia
Los Mayordomos que se sucedieron en Austrasia fueron: Pipino el Viejo, Pipino de Herstal, Carlos
Martel, Pipino el Breve.
Pipino el Breve mantuvo buenos vínculos con la Iglesia pues necesitaba su apoyo político. Intendente
de Palacio y rey de hecho, aspiraba a serlo de derecho. Pero para concretar un golpe de Estado contra el rey
legítimo necesitaba la aprobación pública del Papa, considerado la más alta autoridad moral del momento (Pirenne:
1992). El Papa, por su parte, buscaba terminar sus relaciones con el emperador de Oriente, del cual aún
dependía, pues a éste la distancia le impedía defenderlo militarmente, y el peligro que significaba el avance
de los Lombardos sobre Roma era inminente.
En el año 75l los delegados de Pipino sugirieron al Papa Zacarías «si no era más conveniente que el título
real perteneciese a quien ejercía la autoridad suprema que a quien sólo la poseía en apariencia» (Pirenne: 1992,
56). Con la aprobación papal, Pipino se hizo proclamar rey por una Asamblea de Nobles. En la ceremonia de
coronación, el Papa ungió la frente de Pipino con los Santos Óleos, sellando así la alianza entre el poder
temporal y el espiritual. El monarca adquirió una fuerza moral de la cual hasta entonces había carecido
porque ahora era sagrado. Desde entonces la idea de sacralidad del poder monárquico se impuso.
La alianza se consolidó cuando en 752 el Papa Esteban II pidió la devolución del favor: el auxilio frente a los
Lombardos. Convinieron que, derrotados los Lombardos, los territorios de Italia serían del Papa, disponiéndose así
arbitrariamente de «una comarca cuyo propietario legítimo era el Emperador» (Pirenne: 1992; 58). Concluida la
victoriosa campaña, el Papa consagró el linaje Carolingio, al hacer extensiva la consagración a los hijos de Pipino.
Los efectos de esa alianza fueron trascendentes en la historia europea:
1. El Papa recibió las tierras convenidas, fundándose así en 755 los Estados Pontificios, lo cual
transformó al Papa en soberano temporal. Como carecía de poder militar propio, el Papa otorgó a Pipino el título
de “Patricio de los Romanos”, por el cual establecía entre ellos un lazo personal, que obligaba a los Francos a darle
protección.
2. El poder de la realeza cambió de carácter. El poder laico de los Merovingios fue reemplazado por
otro con un componente religioso que lo afirmaba. La consagración hacía del soberano una especie de
personaje sacerdotal, un ser sagrado, que recibía su poder de Dios, razón por la cual Pipino colocó la cruz en sus
emblemas y se auto-tituló «rey por la Gracia de Dios». En lo sucesivo el rey no será un César que apoyará su
autoridad en recursos terrenos, sino que planteará como su misión esencial la de hacer reinar sobre la tierra los
preceptos de la moral cristiana. A partir de entonces se hizo de la religión un asunto de Estado. Sólo quienes
pertenecían a la sociedad cristiana podían convivir en la Sociedad Política, y la excomunión equivalía a poner a un
individuo fuera de la Ley. Estas características del poder real se preservaron a lo largo del medioevo.

Del reino Franco al Imperio Carolingio. De la monarquía patrimonial


a la sacral.
En el año 800 el rey franco Carlos el Grande o Carlomagno (hijo de Pipino), fue coronado Emperador
por el Papa. Recibió la corona de los emperadores romanos (resguardada por la Iglesia) lo que consolidó la
alianza entre el trono y el altar, profundizando de la noción de poder sacral43. Con la recreación imperial en el
800, como anteriormente con la creación de los Estados Pontificios, se estaba disponiendo ilegalmente de bienes y
atributos del emperador bizantino: las tierras eran sus posesiones, la dignidad imperial sólo él podía conferirla. Pero
estas decisiones hicieron posible la independencia de la Iglesia Latina, y la creación de una Unidad Política, reunión
del «pueblo cristiano». Aunque efímera, tal unidad proporcionó un cierto orden, posibilitó un renacimiento cultural, y
sentó las bases de lo que sería la civilización occidental en los próximos años. Bizancio reconoció al Imperio de
Occidente 12 años después.

Carlomagno continuó los principios rectores de la política de su padre:

1. Relaciones Estado-Iglesia desde el principio imperial. Carlomagno y sus sucesores encuadraban

43Los términos “sacral" y "sagrado" son correlativos. Es “sacral” aquello que la Iglesia consagró, porque con la
consagración le confirió el carácter de sagrado.
en el césaro-papismo, planteo según el cual como el emperador era el soberano de todo el territorio
imperial, todos sus habitantes –incluidos los de los Estados Pontificios- eran sus súbditos; pero además
implicaba que, como era ” Protector de la Iglesia” el Papa debía notificarle su elección y esperar la
convalidación de su designación.
2. Política de expansión y conversión de los paganos. Las guerras de conquista carolingias
asumieron un matiz marcadamente religioso, debido al ensanchamiento del ámbito de lo político provocado
por la sacralización de la monarquía. El rey no toleraba disidencias en cuestiones de fe entre sus súbditos.
Se consideraba que rehusar el bautismo o traicionar ese compromiso religioso, implicaba ponerse fuera de la ley.
La expansión del Imperio Carolingio comprendió la región de Europa central.
3. Política religiosa intervencionista. Carlomagno quiso gobernar la Iglesia como al Estado, llegando
a opinar en cuestiones de dogma. Así, convocó Concilios, persiguió a las herejías, nombraba a los obispos, a
quienes encargaba funciones civiles.
4. Política cultural muy activa. Reunió en su corte a los sabios de la época, impulsando un
movimiento intelectual y literario en la corte imperial, por lo cual se habla de «Renacimiento Carolingio». Como
lo que más le preocupaba era la formación de buenos administradores y obispos, organizó la escuela palatina. En
ella fueron transcriptas y luego re copiadas sus leyes (las «Capitulares de Carlomagno»). También se trabajó con
las obras del papa Gregorio el Grande y de los Padres de la Iglesia, y con decretos del Derecho Canónico. Los
eruditos de esa época no fueron grandes creadores, pero conservaron gran parte de la herencia de Roma y de los
primeros tiempos de la Iglesia.
5. Administración interna del Estado. La principal preocupación de Carlomagno fue controlar a sus
administradores locales, los grandes propietarios. Estos nobles (Barones, Condes y Marqueses)
detentaban los atributos de la soberanía (presidencia de los tribunales judiciales, recaudación impositiva,
jefatura de los ejércitos) y tenían poder directo sobre la población. El control era difícil por la falta de
moneda para pagar funcionarios que hicieran esa tarea, por la fragilidad de las nociones de Estado y de
deberes cívico, por la pérdida de la escritura que hacía que los convenios debieran confiarse a la palabra, los
contactos personales y la memoria. La sumisión era apenas pasajera. (Perroy; 141). Los reyes carolingios pudieron
imponerse a la aristocracia por diversos procedimientos:

Disolución del Imperio Carolingio.


Carlomagno fue sucedido por su hijo Ludovico (Luis) Pío y a su muerte sus tres hijos lucharon para
obtener la corona imperial.
Eso llevó al Tratado de Verdún (843), por el que el Imperio se dividió en 3 partes, según los principios
de la ley Sálica-: Galia Occidental (el occidente de la Francia actual), Galia Oriental (la mayor parte de la
Alemania actual), y una franja intermedia que, como tuvo por rey a Lotario, se llamó Lotaringia. Se extendía
entre el mar del norte y el sur de Italia, y comprendía los Países Bajos, las provincias alemanas de Renania
y las francesas de Alsacia y Lorena, además de Suiza e Italia (tuvo corta existencia y sus territorios
terminaron repartiéndose entre los otros dos reinos).
El Tratado de Verdún implicó la separación de dos regiones, cuyas poblaciones y culturas eran diferentes,
pues los Francos occidentales estaban más latinizados que los Sajones de la zona oriental, y tenían una larga
tradición de desarrollo cultural y adhesión a la Iglesia Católica.
Además, el hecho tuvo una doble consecuencia política: a) Afirmó el principio del estado patrimonial, según
el cual el reino era un bien perteneciente a los reyes, quienes podían repartirlo entre sus hijos; b) Estableció una
franja entre Alemania y Francia, que será en lo sucesivo teatro de guerras entre los dos países, que la consideraban
suya por contener tanto grupos humanos franceses como alemanes. Aún en el siglo XX, en ambas guerras
mundiales, tanto Alsacia-Lorena como la Renania fueron zonas de disputa.
La división debilitó al Imperio, cuya crisis dio pie a la presión e invasión de nuevos pueblos. Por eso
algunos autores consideran al siglo X como el del “sitio de Europa”.

El régimen Feudal
Recibe el nombre de Feudalismo el sistema institucional fundada en la concepción de soberanía
como objeto de Derecho Privado, ligada a la propiedad. Se caracteriza por la debilidad del poder real y el
fortalecimiento del poder de los propietarios -que asumen funciones gubernamentales-, la relación contractual
entre los factores de poder político -rey, señores feudales, vasallos- y su organización de modo
piramidalmente jerarquizada. El régimen estaba ya estructurado en el año 1000, «en todas partes las
magistraturas superiores, las realezas, sin desaparecer, habían sido despojadas de todo poder efectivo. Aunque por
su consagración el rey conservaba una preeminencia de carácter sobrenatural» […] en los hechos carecían de
poder real, salvo en sus territorios particulares (Perroy: 1969; 60).

El Feudalismo fue un fenómeno típicamente europeo, pero como ciertas características se dieron en
otros lugares y tiempos, puede hacerse extensivo el término «feudalismo» a aquellas situaciones en las que
la autoridad central es muy débil y, en cambio, los grandes propietarios locales son los que ejercen -
legítima o arbitrariamente- los atributos de la soberanía.

El Feudalismo fue una forma de organización interna de los


Estados. Hay autores –como Jellinek- que lo consideran un tipo de estado unitario altamente descentralizado.
Lo significativo es que el rey no tiene poder soberano –sobre todo, por carecer de poder militar para
imponer sus decisiones y por no tener relación directa con la población –la cual es mediatizada por sus
vasallos directos, los señores feudales. Otra característica –que se extiende a la modernidad, es la gran
desigualdad jurídica entre los miembros de la sociedad.

Particularidades del régimen


1- El vínculo existente entre el rey y los señores particulares nombrados gobernantes provinciales
era de tipo contractual. Entre el Rey y sus vasallos se establecían obligaciones recíprocas.
2- Las nociones abstractas de «súbdito» y de «ciudadano» se oscurecieron. Todos eran «vasallos»,
relacionados en forma personal con algún Señor. El Estado era una compleja red de relaciones vasalláticas,
piramidalmente organizadas, con deberes y derechos correlativos: la concesión de tierras –del rey a los
señores feudales, y de estos a sus vasallos- conllevaba obligaciones militares e impositivas. La ceremonia
de vasallaje u homenaje era precisa: el vasallo se arrodillaba y el Señor, al tocar sus dos hombros con la espada, lo
investía de tal condición; luego se besaban y se entregaban los símbolos de la alianza concertada. El juramento se
hacía sobre las Sagradas Escrituras o las reliquias de los Santos -si los había-.
3- El rey, que no era vasallo de nadie, recibía el homenaje de los grandes del reino, los Señores
Feudales: éstos recibían los atributos de la soberanía, pero tenían la obligación de asistir al rey militarmente
y serle fieles. Tanto los Señores en sus propiedades, como el rey en sus dominios hereditarios -o sea en sus
bienes familiares- tenían sus propios vasallos, con los cuales constituían sus ejércitos, en los cuales basaban su
poder
4- Las prerrogativas de gobierno eran ejercidas por los señores particulares o feudales sobre
personas que dependían de ellos económicamente. Los Señores detentaban los atributos de la soberanía en
la zona de su propiedad: percibían impuestos, reclutaban tropas para constituir sus ejércitos, dictaban
sentencia y hasta interpretaban la ley.
5- Los señores particulares o señores feudales tenían las funciones de ejecución y jurisdicción, pero
no de legislación, salvo el poder reglamentario. La legislación continuaba considerándose una atribución
real, aunque en general los estados feudales se regían por el «derecho consuetudinario», o sea lo
establecido por la costumbre.
6- Los Señores Feudales podían ser Laicos -duques, condes, marqueses- o Eclesiásticos -
arzobispos, obispos-. Cada uno de ellos tenía a su vez vasallos: barones y caballeros. Existía toda una
pirámide feudal que se fue precisando paulatinamente.
7- Las Funciones Judiciales fueron precisadas. Los nobles eran juzgados por Tribunales de Pares.
Los clérigos tenían autonomía y eran juzgados por Tribunales Eclesiásticos. Los Tribunales Condales –
presididos por el Sr. Feudal del lugar- juzgaban a los caballeros, los campesinos libres y los siervos. Frente
a una misma causa, las penas eran mayores cuanto más baja era la categoría del encausado. Esta
organización judicial alcanzaba a aquellos vasallos y rústicos sometidos a un mismo Señor. Cuando el daño
era producido entre individuos de círculos feudales diferentes, no había instituciones a las que
obligadamente debiera someterse el agresor; y ello dejaba al ofendido, como único camino, la «faida» o
venganza privada. Con la ayuda de parientes y amigos, la víctima se tomaba justicia por su mano, emprendiendo
una guerra contra el adversario y los suyos.

Fuentes o estructuras precedentes del Régimen Feudal.


1- El Colonato Romano. La decadencia económica y el desorden impositivo del Bajo Imperio Romano
había obligado al Estado a autorizar a los grandes terratenientes a “atar” a la tierra a los campesinos y
arrendatarios, bajo la figura jurídica de colonos o siervos. Se procuraba así evitar la disminución de la
producción por falta de brazos. Pero ese poder dado a los propietarios fue aumentando a medida que el
Imperio se debilitaba, hasta que se independizaron de hecho, dejando de pagar impuestos y asumiendo
funciones gubernativas y defensivas. (Mc Nall Burns: 1976).
2- El Régimen de la Clientela romana, según el cual algunos hombres se ponían bajo la protección de
los poderosos, para obtener algún tipo de beneficio: el amparo de las leyes en tiempos de la Monarquía
Arcaica, el sostén económico desde la República Oligárquica (ibídem).
3- El Régimen del Comitatus Germánico, por el cual se establecía un contrato entre el guerrero y su
príncipe o jefe: el guerrero se comprometía a serle fiel y a seguirlo en sus campañas y, en contrapartida, el
jefe se prometía recompensarlo con parte del botín (ibídem).
4- El Régimen del Beneficium, por el cual el rey o un noble concedía a un hombre fiel el uso de una
porción de tierra del reino, a cambio de un canon pagado en especie o en servicios personales. Este
régimen fue perfeccionado en Francia, en tiempos de, mayordomo Carlos Martel.

Causas o Factores que condicionaron la estructuración del


Régimen Feudal
1- La debilidad de los Estados Romano-Germánicos de la Edad Media, cuyos reyes se vieron
obligados a recurrir al régimen del beneficium, concediendo a sus hombres fieles, junto al usufructo de las
tierras y los títulos –condes, duques, marqueses- las funciones gubernativas, a cambio de las obligaciones ya
mencionadas: administración, defensa, percepción impositiva.
2- Las necesidades del régimen militar, cuya fuerza consistió en la caballería. A partir de entonces se
requirió de tierras en las cuales los caballeros criaran sus caballos y se entrenaran en el arte de la guerra,
que suponía el uso de armaduras pesadas y el manejo de lanzas largas. La fuerza militar estaba
descentralizada. Cada Señor Feudal tenía su propio ejército, caballeros que le prestaban juramento a él y hacían
uso de sus tierras. Esa falta de un ejército monárquico fue la causa central de la debilidad del rey y del poder
señorial.
3- El derrumbe del Imperio Carolingio en el 843, que marcó la desaparición de una administración
central. La debilidad de los reyes hizo más fuertes a los Señores Feudales, quienes exigieron –y fueron
logrando- un Régimen de Inmunidades, por el cual se les reconocía el derecho a no permitir el ingreso a sus
dominios de los funcionarios reales. O sea que al antiguo Beneficio se añadía ahora la Inmunidad, que ya era una
total cesión de poder, desde los reyes a los particulares.
4- La desprotección en la que se encontraron los pequeños y medianos propietarios libres desde el
derrumbe de las autoridades imperiales romanas, pues quedaron sometidos a la arbitrariedad de la
aristocracia rural. Ante tal indefensión, debieron entregar sus propiedades al terrateniente, a cambio de su
protección. Este acto por medio del cual un hombre libre cedía su tierra y se colocaba al servicio de un señor
recibió el nombre de «patrocinium». El señor le devolvía la tierra en usufructo, pero conservando su propiedad –
régimen llamado «precarium». Ese vínculo hombre-hombre, se fundaba en la clientela romana y el comitatus
germánico.
El sistema feudal no fue tan organizado en la realidad como aparece en el modelo: no había una pirámide
feudal tan estructurada, existía una multitud de vasallos que dependían de más de un Señor, cuya fidelidad era
poco segura, pues sus Señores podían entrar en colisión; el Señor tenía el derecho de privar del feudo al vasallo
felón (traidor), pero ello no era tan fácil; «el vasallo podía cometer los peores crímenes, pero si había prestado a sus
diferentes señores los servicios de ayuda y consejo nada podrán contra él» (Perroy: 1969; 269), las guerras fueron
endémicas hasta que el clero logró imponer los movimientos de La Tregua de Dios y La Paz de Dios, por los cuales
las partes se comprometían a abstenerse de luchar en las épocas de siembra y cosecha y en las festividades
religiosas (como en la Grecia arcaica).

El Sacro Imperio Romano-Germánico


El Sacro Imperio se gestó en el 911, abarcando originalmente el territorio de Germania y
extendiéndose luego a la Lotaringia. Germania estaba estructurada en ducados y condados que, a diferencia
de los de otros reinos europeos, respondían a un principio étnico. Así, los ducados de Franconia, Sajonia y Baviera
se correspondían con las tribus de Francones, Sajones y Bávaros.
Los grandes nobles crearon una monarquía germana de tipo electiva, y nombraron primeramente un
rey del ducado de Franconia, y luego de Sajonia. De esta dinastía se destacó Otón I, quien adoptó la política
expansiva de base religiosa de Carlomagno. Como éste, se presentó como el protector de la Cristiandad, y así
obtuvo la corona imperial de manos del papa Juan XII.
Los emperadores otónidas (Otón I; Otón II, m/983; Otón III, 996/1002) afrontaron una serie de guerras
en el exterior, emprendidas contra los Musulmanes y Griegos del sur de Italia, además de los Eslavos y
Húngaros. Toda Italia, así cristianizada, se integró al imperio. Germania apareció como una gran fuerza
política, en tanto cabeza de un Imperio sustentado en las tradiciones romanas y el legado carolingio. Sus
emperadores elaboraron la concepción política de un Imperio al cual las naciones autónomas le rindieran
vasallaje.
En el plano de las relaciones entre el Imperio y la Iglesia para el siglo X, Otón III adoptó una postura
claramente césaropapista. Así, afirmó la supremacía temporal sobre la Iglesia, eligió sucesivamente como
Papas a obispos alemanes –para reforzar el sometimiento de la Santa Sede, trató a los Papas como simples
administradores de los bienes de San Pedro, declaró a la Donación de Constantino -en base a la cual la Iglesia
reivindicaba su derecho a gobernar parte de Italia- como un documento «imaginario y engañoso»; y adoptó un
ceremonial romano-bizantino: la diadema de oro, los zapatos de cuero rojo, la capa púrpura.
La teoría otónida, elaborada a mediados del siglo X por Otón I, se sostuvo durante un siglo; pero chocaría
con el planteo de los renovadores eclesiales posteriores a Cluny. De ahí la Querella de las Investiduras.

3- La revolución cristiana. Iglesia, Papado y Órdenes Monásticas. Pensamiento político en San Agustín.

La Iglesia a comienzos de la Edad Media

A comienzos de la Edad Media, la Iglesia se barbarizó como el resto de la sociedad; el pensamiento se


agotó (recién desde fines del siglo VI con el papa Gregorio Magno (590-604) se reanimaron los estudios teológicos)
su escaso poder la privó de participar en la conversión de los bárbaros (obra de los reyes germánicos por razones
políticas), y se profundizó la mezcla de principios y creencias paganas y cristianas.
Pese a esos defectos, la Iglesia fue la única fuerza civilizadora de aquel tiempo. Ella perpetuó la
tradición romana impidiendo la total caída de Europa en la barbarie, pues como los laicos eran iletrados, el
poder civil delegó las tareas administrativas al clero. “El poder laico, abandonado a sus fuerzas, hubiera
sido incapaz de salvaguardar tan preciosa herencia» (Pirenne: 1992; 42).

Los factores que favorecieron ese posicionamiento de la Iglesia


fueron:
1. Su organización administrativa, implementada en tiempos del Imperio Romano. Semejante a la
civil con su estructura de sedes episcopales establecidas en cada provincia, persistió cuando fueron
desapareciendo las instituciones romanas. Conservaron los mismos cuadros, los principios, el derecho, la
lengua, la lectura y escritura (que se fue perdiendo en los demás ámbitos). Así preservaron parte de la cultura
y estructura romanas.
2. La disciplina, que pese a la relajación de las costumbres, persistía en parte. El clero se barbarizó, fue
negligente e inmoral como el resto de la sociedad; pero estuvieron más compelidos a cumplir con sus
funciones y deberes, y eso los protegió.
3. La preservación de la escritura y escritura en latín, necesarias para el cumplimiento de las
funciones clericales. Ello tuvo como consecuencias:
a) Que la Iglesia poseyera el monopolio de lo intelectual, porque sus escuelas fueron las únicas
instituciones de la época, y sus libros fueron también las únicas producciones intelectuales.
b) Que sus miembros se transformaran en los auxiliares indispensables de la Sociedad civil y del
Estado, el cual no pudo prescindir de sus servicios. Fueron, por su preparación intelectual, los jefes de
cancillería, los consejeros, los funcionarios. El Estado, pues, fue así invadido por estilos e ideas clericales44.
4. La situación económica particular de la Institución, que le permitió vivir de sus propios medios,
sin necesitar someterse al Estado. Esta relativa autarquía se debió al Edicto de Milán (313), por el cual el
emperador romano Constantino le otorgó: a) los bienes de los templos paganos, con lo cual logró una
inmensa fortuna territorial; b) el derecho de exención de los impuestos personales y las contribuciones
territoriales, lo cual convirtió a los clérigos en propietarios privilegiados.» Esto fue respetado por los reyes
bárbaros» (Pirenne, ibídem).

En suma, a comienzos del Medioevo la Iglesia mostraba una decadencia propia de la época, pero al mismo
tiempo aparecía llena de fuerza y de futuro. Y ello derivó del crecimiento de dos sectores internos: el Monaquismo
por un lado, el Papado por el otro.

Origen y evolución del Papado


A principios de la Edad Media y hasta el siglo VI, “Papa” era un título jerárquico que le correspondía
al obispo de Roma como heredero de San Pedro. No era aceptado como autoridad máxima de la cristiandad, no
intervenía en el nombramiento de los obispos, que eran designados por los reyes de sus respectivos países; no era
considerado un gobernante de Roma independiente, sino un funcionario sometido al Emperador.
El engrandecimiento del poder del Papado se debió a la acción de algunos papas, en particular San
Gregorio Magno, quien realizó una tarea de profunda trascendencia:
a) Se interesó por derivar de los dogmas las consecuencias morales necesarias para organizar la
vida cristiana. Colocó a lo religioso como centro de la vida cotidiana de los fieles, al condicionar la vida terrena a la
salvación eterna.
b) Administró Roma, donde centralizó las rentas y restauró el Patrimonio de San Pedro.
c) Se dispuso a aumentar el poder eclesial, para lo cual transformó al Papado en el Protector de los
Monasterios, a los cuales colocó bajo la autoridad de la Santa Sede, y les otorgó privilegios de «exención».
Ahora fue el Papado quien encomendó a los monjes la evangelización de los paganos, usando las rentas de
que disponían. Esa obra incrementó la autoridad papal, porque los conversos –como la Iglesia Inglesa y la
Germana- pasaron a depender directamente de Roma, y reivindicaron a los Papas como los vicarios de
Cristo, representantes de Dios en la Tierra.
Los Papas se dispusieron a terminar con esa dependencia. El proceso de distanciamiento con el
Imperio tuvo dos momentos. En la Temprana Edad Media dio comienzo el distanciamiento con Bizancio en
726, cuando el Emperador intentó imponerle la herejía iconoclasta. El lazo continuó, sin embargo, por las
necesidades de protección militar del Papado, hasta que éste encontró un nuevo Protector: la dinastía Carolingia.
Ese vínculo hizo posible la ruptura con Bizancio.
Desde entonces, el Papado trabajó para desligarse del poder del Emperador de Occidente. Como el
Imperio de Carlomagno terminó tempranamente, el conflicto entre autoridades se produjo entre el Papa y el
Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, surgido en 962 en el reino del Este o Germania.

Reforma Eclesiástica.
La decadencia del Imperio Carolingio en el siglo X, y la consecuente caducidad de una autoridad
fuerte que frenara la dispersión, trajo aparejado un proceso de intensa feudalización en las regiones de la
Francia Occidental y de Italia; y en forma correlativa, dada la estrecha ligazón entre los planos estatal y eclesial,
ocurrió un mayor deterioro del estilo de vida del clero, tanto secular como regular.

 El clero regular habitaba los monasterios que, instalados en la campiña, eran cada vez más
numerosos y ricos.
 En el año 910 se fundó el monasterio de Cluny, su planteo era sencillo: puesto que la vida
terrena era la antesala de la eternidad –la verdadera vida-, y la salvación del alma era lo más importante y
sólo podía conseguirse por la Iglesia, ésta debía estar absolutamente libre de injerencias temporales para poder
cumplir con su misión.
 El clero secular estaba conformado por los sacerdotes que ejercían su misión en las
parroquias urbanas. Para el siglo XI el clero secular estaba afectado por vicios graves: el nicolaísmo (desorden de
las costumbres, pues los clérigos no respetaban la regla del celibato y llevaban armas), y la simonía (comercio de
las cosas sagradas, como la venta al mejor postor de las funciones religiosas). Estos vicios tenían idéntica causa: la
intervención de los laicos en la distribución de cargos eclesiásticos. Los Señores designaban en las Iglesias de
sus dominios a quienes les serían fieles, sin tener en cuenta su espiritualidad. La Curia Pontificia tampoco se
acomodaba a la disciplina eclesiástica.

El proceso de purificación interna fue iniciado por el emperador germano Enrique III (1039), quien
integró la curia pontificia con clérigos de elevado nivel intelectual y moral y buscó liberar a la Iglesia de la influencia
del poder temporal. Fue llamada «reforma gregoriana» en memoria de uno de los principales pontífices
comprometidos con ella, el papa Gregorio VII (1073-1085). Simultáneamente ocurrió la ruptura entre la Iglesia
Católica y la Bizantina u Ortodoxa, en 1054.
1- El proceso de reforma interna logró instaurar el principio de la libre elección del Papa (1059),
independiente por tanto de toda presión laica. En adelante el Papa sería elegido por el Colegio de
Cardenales, integrado en principio por los obispos de la Campania romana, que actuaban como consejeros
del Papa. Desde entonces, en general se cuidó la dignidad moral de los elegidos, lo cual prestigió la Sede
Apostólica; y ello contribuyó a que clérigos y monjes se sometieran de mejor humor a la autoridad de Roma, no
sólo en materia de dogma -como ya se hacía - sino en cuestiones de disciplina.
2- Se estableció que el Papa, como autoridad suprema, no podía ser juzgado por nadie, y sus
sentencias no podían ser discutidas, que desde la Santa Sede se gobernaría la Iglesia Universal, a través de
legados frente a quienes debían someterse los prelados locales; que el Poder Pontificio tenía el derecho de
rectificar la geografía de las diócesis y desplazar o deponer a los pastores. (Perroy: 1969; 299-300; y Heers: 1979;
108).
3- Fue eliminada la injerencia de los señores laicos en la designación de los prelados. En 1075
Gregorio VII declaró que ningún clérigo debía ser investido de una iglesia por un laico; y dispuso inhabilitar a todos
los prelados que habían comprado sus cargos. Esas disposiciones fueron resistidas, tanto por los príncipes que
perdían sus prerrogativas, como por los eclesiásticos que se sintieron despojados. La consecuencia fue un largo
conflicto entre los poderes laico y eclesiástico, conocido como Querella de las Investiduras, que enfrentó a
varios emperadores y papas –empezando por el Papa Gregorio VII-, que de hecho fue la lucha por la dominación
del mundo occidental entre los más altos poderes.

El pensamiento político medieval: San Agustín


La distinción entre lo que es de Dios y lo que le concierne al César fue en el Medioevo una fuente
inagotable de libertad civil. Tal distinción exigió, desde los comienzos de la era cristiana, que no se confundieran
ambos planos. San Agustín desarrolló esta doctrina, que luego el Papa Gelasio I precisará a fines del siglo V.
Empero, la aplicación de esta misma resultará muy polémica andando la Edad Media.

Un nuevo Humanismo. La noción de persona humana con vocación de eternidad y fines propios que
trascienden el orden temporal fue desconocida por la antigüedad tanto oriental como occidental. Por
ejemplo, Grecia, a pesar de incorporar expresiones de libertad política traducidas en la posibilidad de participación
en el gobierno, no reconoció la dignidad connatural a todo hombre. Roma tampoco llegó a elaborar una
antropología que reflejara la jerarquía del hombre en el cosmos.
Recién el Judaísmo será el que elabore una cosmovisión ética y de sentido religioso, de profundas
consecuencias en la esfera política.
En un mundo donde prevalecía la voluntad despótica de los gobernantes o el interés supremo de la ciudad,
o bien la grandeza del Imperio, el pueblo Hebreo levantó el Decálogo como estandarte para marcar la necesaria
sujeción del hombre en todo su proceder, incluso en el ámbito político, a normas objetivas promulgadas por su Dios.
Toda transgresión ofendía a Dios y agraviaba al pueblo.
El Cristianismo prolongó y amplió el humanismo recibido de Israel además de los aportes culturales
desarrollados por Grecia y Roma. Lo amplió puesto que su visión humanista alcanza a todos los hombres,
sin exclusión alguna.
En un mundo en el que los hombres no valían sino en función de su condición jurídica o de sus privilegios, el
humanismo cristiano produjo una conmoción profunda: el nuevo humanismo se fundaba en el reconocimiento de un
único Dios y en el servicio de Dios en el prójimo.
El Cristianismo no es una doctrina política, pero sus principios morales produjeron, evolutivamente,
una modificación profunda de los ordenamientos jurídicos y políticos vigentes en su tiempo. Paulatinamente
se produjo una adecuación de las legislaciones positivas a la nueva concepción del hombre que brindo el
humanismo cristiano. Sobre todo, esa adecuación y transformación se notó en las relaciones que imperaban entre
hombre y Estado.
En el pensamiento político, oriental y clásico, hay un desconocimiento de la libertad civil por la cual los
hombres sin discriminación alguna, tienen derechos en el estado y frente al Estado, derivados de ordenamientos
suprapositivos, que gobernantes y gobernados deben observar. En la visión cristiana en cambio se afirma l carácter
natural de la comunidad política como expresión de la sociabilidad connatural del hombre. El Estado deja de existir
para servirse de los hombre y pasa a estar al servicio de ellos. Los gobernantes pasan a ser promotores del bien
común, sujetos a normas objetivas.
El humanismo cristiano terminó afirmando que el ejercicio del poder debe estar sujeto al gobierno
impersonal de la Ley, concebida como ordenamiento de razón para el bien común, sin privilegios ni
discriminaciones.
Contribuyó además a la distinción jurisdiccional entre lo temporal y lo espiritual, lo cual no significaba un
desdoblamiento de la autoridad, sino que la conciencia religiosa del hombre quedaba fuera de la jurisdicción política
y es inviolable.
San Agustín. Agustín, obispo de Hipona, escribió como máxima obra “La ciudad de Dios”,
ocupándose de las relaciones entre la Iglesia y el Imperio.
En su obra muestra que existen dos ciudades: la del bien y la del mal, ambas en constante lucha,
siendo la vida presente un combate diario mientras que la paz se alcanzará sólo en la vida futura.
Al hablar de la ciudad terrena, no identifica Agustín en ella al Estado ni identifica a la ciudad de Dios
con la Iglesia, sino que la ciudad de Dios es la comunidad cristiana, que implica también una organización
temporal del Estado conforme a las leyes del Evangelio. La confusión de términos ha dado lugar al
Agustinismo Político
De la lectura de las obras de Agustín, y en especial de “Civitate Dei” se desprenden conceptos tales como:
1- La ciudad.
El hombre puede vivir solo e independiente, pero la naturaleza le empuja a asociarse, buscando
aliarse entre sí para gozar de la paz y buscar seguridad. Así, los ciudadanos, son el germen de la ciudad; en
primer lugar se combinan para formar la familia, núcleo de la ciudad. A partir de allí, el pueblo será la asociación de
una multitud razonable que se une para gozar en común y el unísono de las cosas que ama. Esta “comunión de
naturaleza” engendra un “pacto de sociedad” con lo que deja sentado Agustín el concepto de compromiso
recíproco, derechos reconocidos, deberes consentidos.
2- El Estado
Considera Agustín al Estado como un producto natural que deriva, como lo enseñaba Aristóteles, de la
propia naturaleza humana. Su fin es la Justicia. Ausente esta virtud no hay propiamente Estado sino bandidaje.
3- La autoridad.
La autoridad política emana de la autoridad familiar, donde ésta recae en el elemento mejor, el padre.
Los primeros reyes nacieron de la estimación que se hizo de sus cualidades. Su autoridad deriva de Dios, que ha
delegado su poder en cada Nación. Nace así con Agustín la teoría del derecho divino providencial: Dios ha
creado al hombre de tal manera que la sociedad civil y el poder le son indispensables. Pero únicamente
determinados hechos humanos dan al poder, en cada sociedad, su forma concreta y legítima, así como a su titular.
El hombre por naturaleza necesita de la sociedad y de una sociedad que implique una autoridad. Es decir que la
autoridad es indispensable y trascendente pero la elección de su titular y de la forma concreta que tomará,
dependen de los hechos humanos.
Considerar al poder como propiedad personal es un error que lleva al rompimiento del pacto social.
La misión de la autoridad es hacer reinar la justicia, la cual es anterior al poder, es eterna, soberana,
se impone a todos los países, instituciones y conciencias. No es fuerza.
La autoridad comprende tres oficios: a) el servicio de gobierno u officium imperandi. El ejercicio del
poder no admite mediocridad ni desfallecimiento; b) la previsión u officio providendi, por el cual la autoridad
asegura tranquilidad y dicha a los ciudadanos, la autoridad ve y prevé lo que es bueno para sus subordinados; es
decir que discierne los verdaderos intereses del estado y los satisface. La degradación del estado es fruto de la
corrupción. Roma está corrompida después de las conquistas: Cicerón preveía la solución en la vuelta a las
costumbres de los antiguos romanos, mientras que Agustín la ve en el ascetismo cristiano. C) officium consulandi
o papel de consejero al servicio del pueblo. Gobernar es servir, la autoridad es un aspecto de la caridad y
los súbditos son hermanos.
4- El gobernante
Para Agustín, los Príncipes cumplen verdaderamente su misión cuando reinan justamente, cuando
no se dejan llevar por la soberbia fruto de los elogios y las sumisiones de quienes lo emiten, cuando ponen su
dignidad y poder al servicio de Dios, cuando lo aman y reverencian. Cuando son remisos en vengarse y en
cambio aplican la venganza sólo forzados por defender al Estado; cuando son fáciles en perdonar
esperando corrección.
5- Formas de gobierno
La elección de una forma de gobierno, es secundaria para Agustín, no ve ventajas ni desventajas en
los regímenes políticos, no importa cuál sea mientras que su depositario cumpla con los deberes propios
de la autoridad, no arrastre a los subordinados a cometer actos de inmoralidad, injusticia o impiedad. Por
eso hay que elegir como rey no al más anciano o más rico, sino al mejor.
Cualquiera sea el régimen, por un lado ha de estar el poder civil y por oto el eclesiástico, gozando de
una independencia soberana; cada uno proviene de Dios, pero Iglesia y estado se mueven en diferentes
planos. El de la Iglesia es superior, pero el estado no le debe servicios sino el de la protección contra sus
enemigos, con lo cual Agustín sienta el ppcio. De la intervención del estado en los conflictos de conciencia. A su
vez la Iglesia le aporta al estado la virtud de los ciudadanos, pues es escuela de civismo y fraternidad.
En cuanto a la evolución de los regímenes, habla de un plan de Dios, ignorado por los hombres. Los
regímenes se adaptan a las necesidades, tendencias de cada época, pero es Dios quien preside su
nacimiento y evolución.
Como ideal político de Agustín, figura la humanidad unida pero fraccionada en pequeños estados, lo que
haría más fáciles sus relaciones con la iglesia. Esta postura se debe a que considera que la ruina que vive el
imperio romano se debe a la extensión de sus conquistas y las

Concepción antropológica. La naturaleza doble del hombre.


El hombre puede vivir solo e independiente, pero la naturaleza le empuja a asociarse, buscando
aliarse entre sí para gozar de la paz y buscar seguridad. Así, los ciudadanos, son el germen de la ciudad; en
primer lugar se combinan para formar la familia, núcleo de la ciudad. A partir de allí, el pueblo será la
asociación de una multitud razonable que se une para gozar en común y al unísono de las cosas que ama.
Pero la naturaleza humana es doble: el hombre es espíritu y cuerpo, y así es a la vez ciudadano de
este mundo y de la ciudad celestial.
El hecho fundamental de la vida humana es la distinción entre los intereses terrenos y los intereses
celestiales. Según Sabine, San Agustín hizo de la distinción la clave para comprender la historia humana, que está
y estará siempre dominada por la lucha entre las dos sociedades. De un lado se encuentra la ciudad terrena, la
sociedad fundada en los impulsos terrenos, apetitivos y posesivos de la naturaleza humana inferior; por otro, la
ciudad de Dios, sociedad fundada en la esperanza de la paz celestial y la salvación espiritual
Pero no se debe confundir la ciudad terrena con el Estado ni la ciudad de Dios con la iglesia.

c- La autoridad y los gobernantes.


Considera Agustín que la autoridad es la piedra angular de la sociedad. La sociedad civil y la
autoridad son indispensables al hombre.
El primer tipo de autoridad que reconoce es la familiar, donde recae en el mejor, el padre. La autoridad
política emana del mismo concepto de la autoridad familiar: los primeros reyes nacieron de la estimación que el
pueblo hizo de sus cualidades. Pero toda autoridad deriva de Dios, que delega su poder en cada Nación.
Considerar al poder como propiedad es un error que puede llevar al rompimiento del pacto social.
La misión de la autoridad es hacer reinar la justicia, la cual es anterior al poder, es eterna, soberana,
se impone a todos los países, instituciones y conciencias. No es fuerza. Citando a Agustín, afirma Prelot
diciendo que “la ausencia de justicia hace que el poder se extravíe y el poder extraviado es un poder que se pierde
[…] [y] la justicia consiste en cumplir su deber con la mayor exactitud, en dar a cada uno...lo que le es debido, sin
fraude y sin favoritismo”.
La autoridad, con Agustín, se ha transformado en el ejercicio de un ministerio y comprende tres
oficios:
1) el servicio de gobierno u officium imperandi. El ejercicio del poder no admite mediocridad ni
desfallecimiento;
2) la previsión u officio providendi, por el cual la autoridad asegura tranquilidad y dicha a los
ciudadanos, la autoridad ve y prevé lo que es bueno para sus subordinados; es decir que discierne los
verdaderos intereses del estado y los satisface. La degradación del estado es fruto de la corrupción. Roma
está corrompida después de las conquistas: Cicerón preveía la solución en la vuelta a las costumbres de los
antiguos romanos, mientras que Agustín la ve en el ascetismo cristiano.
3) officium consulandi o papel de consejero al servicio del pueblo. Gobernar es servir, la autoridad es
un aspecto de la caridad y los súbditos son hermanos.

Para Agustín, los gobernantes cumplen verdaderamente su misión cuando reinan justamente, cuando no se
dejan llevar por la soberbia fruto de los elogios y las sumisiones de quienes lo emiten, cuando ponen su dignidad y
poder al servicio de Dios, cuando lo aman y reverencian. Cuando son remisos en vengarse y en cambio aplican la
venganza sólo forzados por defender al Estado; cuando son fáciles en perdonar esperando corrección.

d) Las formas de gobierno. La elección de una forma de gobierno, es secundaria para Agustín, no ve
ventajas ni desventajas en los regímenes políticos, no importa cuál sea mientras que su depositario cumpla
con los deberes propios de la autoridad, no arrastre a los subordinados a cometer actos de inmoralidad,
injusticia o impiedad. Por eso hay que elegir como rey no al más anciano o más rico, sino al mejor.
Cualquiera sea el régimen, por un lado ha de estar el poder civil y por oto el eclesiástico, gozando de
una independencia soberana; cada uno proviene de Dios, pero iglesia y estado se mueven en diferentes
planos. El de la iglesia es superior, pero el estado no le debe servicios sino el de la protección contra sus
enemigos, con lo cual Agustín sienta el principio de la intervención del estado en los conflictos de conciencia. A su
vez la Iglesia le aporta al estado la virtud de los ciudadanos, pues es escuela de civismo y fraternidad.
Sabine sostiene que:

En cuanto a la evolución de los regímenes, habla de un plan de Dios, ignorado por los hombres. Los
regímenes se adaptan a las necesidades, tendencias de cada época, pero es Dios quien preside su nacimiento y
evolución.
Como ideal político de Agustín, figura la humanidad unida pero fraccionada en pequeños estados, lo
que haría más fáciles sus relaciones con la iglesia. Esta postura se debe a que considera que la ruina que vive el
imperio romano se debe a la extensión de sus conquistas y las debilidades de control y gobierno que ello le acarrea.

La cosmovisión medieval
Los pilares de la Cosmovisión Medieval o concepción medieval del mundo surgió –según el
historiador Toynbee- de la conjunción de tres tipos de herencias: la semítica, la greco-latina y la cristiana.
a) La tradición semítica aportó, fundamentalmente, su noción de la autoridad. Concebía la existencia
de un Dios único creador del Universo, del cual derivaba todo poder, y debido a lo cual los reyes eran
lugartenientes de Dios.
b) La tradición grecolatina aportó la organización burocrática heredada del imperio, las ideas
filosóficas platónicas, aristotélicas y estoicas, que fueron acomodadas a los preceptos cristianos, y las
ideas políticas -como la noción de un estado universal que englobara a todos los hombres y de una autoridad civil
cuya primera obligación fuera la justicia-, además de la expectativa de postular el mejor régimen sociopolítico
posible.
c) El Cristianismo compatibilizó ambos aportes con los propios. Así, desarrolló: a) la idea de la
«Humanitas», que implicaba la unidad orgánica del género humano, pues todos los hombres tenían la misma
naturaleza, por ser hijos de Dios y haber sido creados a su imagen y semejanza. A esta idea, heredada del
estoicismo, se añadió otra propiamente cristiana: todos participaban de la Redención prometida por Jesús y tenían
idéntico destino sobrenatural; b) la idea de «Universitas», sustentada también en la antigüedad pero con un
sentido diferente: el de conquista militar y creación de la unidad cultural por la difusión de la propia cultura.
Ahora la unidad devendría de la difusión de la religión y la cultura cristianas. Era el corolario necesario del principio
de Humanitas, pues a un género humano único, correspondía una Ley y un Gobierno únicos. De ahí la idea de
recreación del Imperio, como Universitas Cristiana.

En conclusión. La Cosmovisión Medieval estuvo impregnada de los principios cristianos, pero sobre todo en
el plano formal. Dominaba todos los aspectos rituales de la vida, pero los verdaderos valores cristianos -el amor
fraterno, la igualdad, la tolerancia-, estuvieron ausentes y la violencia y las persecuciones fueron la norma.
Constituyó un universo simbólico que explicó y orientó todos planos de la vida. Recién desde el siglo XIII
aproximadamente, nuevos elementos se fueron imponiendo. El resurgimiento del comercio y la burguesía, el
desarrollo de las universidades y la reinstauración del Derecho Romano a la Cultura Occidental, provocaron el
derrumbe de la Cosmovisión Medieval y la estructuración de un universo simbólico moderno.

La Baja Edad Media. Disolución orden medieval. Pensamiento


político con Santo Tomás de Aquino

En este período comienzan a germinar elementos que al


desarrollarse cerrarán la etapa medieval para dar paso a la
modernidad.
1- El germen de la idea moderna del Estado. El conflicto que el Concordato de Worms había
solucionado transitoriamente resurgió entre el emperador Federico I Barbarroja (1150-1190) y el Papa
Alejandro III (1159-81), porque no había resuelto el problema político de a quién correspondía el gobierno del
mundo.
Si bien se trató de una guerra perdida por el Imperio, que estaba muy debilitado por el incremento de
su feudalización interna45, y el mismo el carácter electivo de la corona imperial ( los príncipes electores
votaban según las promesas y concesiones de los candidatos), resultó interesante la modernidad del planteo de
Barbarroja. Aunque se presentó como heredero de Carlomagno, en realidad reivindicó la concepción política del
Antiguo Imperio Romano: el Emperador como poder absoluto y la Iglesia como institución subordinada.
Era una perspectiva opuesta a la Teoría de las Dos Autoridades, generada por el Renacimiento del Derecho
Romano, cuyo estudio había tomado considerable desarrollo en las universidades italianas, particularmente en la de
Bolonia. Juristas laicos, en base al Código de Justiniano, postularon la necesidad de instaurar un poder imperial de
tipo absoluto para mantener unida la sociedad temporal. La teoría del estado había dejado de ser monopolio de los
teólogos, y había pasado a ser estudiada por los juristas. La cultura empezaba su proceso de laicización.
Cambios en el sistema económico. El sistema económico medieval se caracterizó por ser cerrado,
autosuficiente o sin mercados exteriores. La economía era básicamente rural. Las propiedades del Señor –
que él distribuía entre sus caballeros- comprendía una o más aldeas, los bosques y dehesas comunes, las
tierras cultivadas de los campesinos -que eran siervos-, y los predios parroquiales y del señor, que

45 El feudalismo aumentaba en el oriente europeo a medida que se debilitaba en el occidente.


abarcaban la mejor tierra laborable. Los siervos carecían de libertad personal pero no eran esclavos:
estaban atados a la tierra y se compraban y vendían con ella. Las propiedades alodiales -de los campesinos
libres- eran escasas, y subsistieron sólo en zonas excéntricas.
La producción era escasa debido a la pobreza técnica. Como no había abono, se dejaba la mitad de la
tierra sin cultivar -se llamaba «cultivo en dos hojas»; y esa tierra en «barbecho» o «descanso» se iba rotando
anualmente. El arado era rudimentario y pesado. Se lo tiraba con bueyes, que eran muy lentos, sujetos con
sogas que se ataba al cuello de los animales porque no se conocía el arnés, lo que les impedía hacer fuerza con el
lomo. El pago de impuestos al Señor Feudal se hacía con productos de la tierra o sea «en especie», y en
consecuencia casi no quedaban «sobrantes» -o sea excedentes- para comerciar.
La producción artesanal era escasa y no especializada. Los productos de uso cotidiano –ropa,
vajilla- eran elaborados rudimentariamente por los propios campesinos. Había unos pocos artesanos
especializados: caso de los herreros que debían disponer de una fragua, y de los orfebres y ebanistas,
sector que trabajaban al servicio de los nobles, y particularmente del clero.
El comercio interior era escaso, y se usaba sobre todo el «trueque», pues la moneda metálica
escaseaba. El Pero a partir del año 950 ocurrió en Europa una renovación técnica que impulsó el cambio agrícola,
lo cual transformó las condiciones de vida y favoreció el crecimiento demográfico.

Los adelantes técnicos fueron varios:


a) Se perfeccionaron los molinos de agua, con lo cual se aprovecharon mejor las corrientes de agua,
generadoras de energía hidráulica
b) Se inventó el arnés, con lo cual mejoró la técnica de enganche del arado al animal, permitiéndole
hacer más fuerza con su lomo. Eso permitió la sustitución del buey por el caballo, cuya agilidad posibilitó arar los
campos en un tiempo menor;
c) Se difundió el arado pesado de reja y ruedas en sustitución del de palo, sobre todo en el norte y
noreste. Se inició la agricultura de campos abiertos, en sustitución del cultivo en parcelas individuales, pues se
requerían muchos caballos
d) Se sustituyó el cultivo de 2 hojas por el cultivo en 3 hojas, que implicaba un mayor
aprovechamiento del suelo, pues sólo 1/3 de la tierra se dejaba en barbecho;
e) Se usó el estiércol como abono. Para eso se empezó a usar la zona de barbecho como espacio común
para el apacentamiento del ganado, lo cual sirvió en particular en las zonas de campos abiertos.

3- Cambios demográficos. Los cambios tecnológicos y económicos influyeron en la demografía


donde se observó:
a. El incremento de las cosechas, con menor esfuerzo laboral y menos hombres, ocasionó que la
obligación de la prestación laboral en tierras del Señor fuera sustituida por el pago de un canon en especie. A partir
del siglo XIV, ya restablecido el uso de la moneda, los siervos pasarán a ser tratados como arrendatarios, dotados
de un terreno compacto que se retribuía con pago en metálico. La relación entre las partes cambió, y empezó a ser
menos personal y más formal. Los vínculos laborales se fueron despersonalizando, a medida que se acercaban los
nuevos tiempos.
b. El aumento de la producción, mejoró el sustento familiar. Por ello, desde el año 1000 las fases de
hambruna fueron cada vez más raras. Ese incremento productivo se debió también a la vigencia de los períodos de
paz impuestos por la Iglesia –por la Tregua de Dios y Paz de Dios; conflictos cada vez más escasos, a medida que
el control del Estado se fortaleció, en la baja edad media.
c. La extensión del cultivo de avena para alimentar el ganado no sólo con cebada, mejoró el número y
calidad de las reses y caballos, tan requeridos ahora por la agricultura.
d. Crecimiento de la población, por disminución de la mortalidad, en particular de la infantil. Según
estimaciones, en Inglaterra aumentó de 1.100.000 en 1086, a 3.700.000 en 1348.
e. Extensión de la frontera agropecuaria, para alimentar esa población acrecentada. Se pusieron en
producción nuevos campos, roturando zonas excéntricas, desmontando bosques y desecando pantanos. Hubo
migraciones hacia zonas despobladas, y como estaban lejos de las aldeas, se crearon estilos de hábitat disperso

4- Renacimiento de las ciudades. En renacimiento económico permitió la revalorización de la vida


urbana. Las ciudades para la Baja Edad Media fueron conglomerados esencialmente administrativos, cuyas
actividades funcionaron en torno al palacio, o la iglesia, o la abadía. Según J. Heers –en contraste con la tesis
de H. Pirenne-, no había una total oposición campo-ciudad o, dicho de otro modo, poder urbano y poder señorial,
porque hacia el año 1000 “en el campo quedaron pocos castillos: los señores feudales pasaron a residir en la
ciudad”46. Y según este autor, hubo una cierta persistencia de la ciudad romana en la edad media. Esta tesis apunta
a desvalorizar la idea de que fueron los mercaderes los que recrearon las ciudades.
Al margen de estas tesis entre especialistas, nadie discute que a partir del siglo XI, con la reactivación del
comercio, hubo también una reactivación de la vida urbana, que cobró gran significación en los siglos XII y XIII.

La reactivación del comercio exterior. En realidad, la actividad comercial nunca cesó por completo. A
menudo se dice que en la edad media el comercio desapareció porque lo que persistió fue tan escaso, que no
significó un ingreso significativo para los Estados: de allí esa falta de metálico que fue uno de los factores
conducentes a la instauración del sistema feudal. En las regiones muy feudalizadas, como el Imperio Carolingio y el
Sacro Imperio, era un reducido comercio de lujo: especias como la pimienta -condimento tan raro y caro, que a
veces se empleaba como moneda- telas ricamente bordadas y otros objetos preciosos, el incienso tan necesario
para la celebración de los oficios religiosos, los esmaltes y marfiles de fabricación oriental, que constituían el lujo de
la aristocracia. La clientela era, pues, muy reducida.
Fuera de la zona feudalizada había pequeñas porciones europeas que mantenían la actividad
comercial: Venecia y, en principio, al sur de Italia, zonas que siguieron perteneciendo durante un tiempo al
Imperio Bizantino y ligadas económicamente a él. Venecia, más los puertos meridionales de la península –de
Calabria, de Apulia, de Calabria y de Sicilia- tuvieron un activo comercio con Constantinopla.
En el siglo XII el comercio entre las ciudades italianas y el Mediterráneo Oriental ya estaba instalado.
Se trataba de un comercio concentrado en los artículos de lujo de Asia. Las caravanas llevaban desde China,
India o Bagdad, hasta las costas orientales –desde donde se embarcaban hacia Europa- artículos de lujo: especias,
seda, alfombras, tapices. El comercio exterior beneficiaba a grupos muy pequeños en Europa, porque los
productos eran muy caros. Ese comercio –como veremos- cambiaría de carácter a partir del siglo XIII.
Sí hubo, sobre todo en la época del florecimiento europeo de la alta edad media, cuando la mayor
estructuración de los vínculos feudales y el cese de las invasiones –en el siglo X- llevó cierta paz e hizo posible el
renacimiento agrícola, un mayor comercio interior y cierta producción artesanal de bienes de primera necesidad,
porque en realidad nunca desaparecieron del todo los oficios: hubo herreros, orfebres, constructores, sastres.

Estructuración de los Gremios. Cuando la población aumentó por el cambio económico del siglo X- y
los artesanos vieron crecer el número de posibles oficiales, lograron que se regulara la actividad
organizándose los gremios o corporaciones

Pensamiento político medieval: Santo Tomás de Aquino47


.

la ciudad.
Afirma Tomás la existencia y el valor de la ciudad en sí misma. La sociedad política es natural al hombre, ya que
éste es por naturaleza cívico. Hay otras sociedades que no son la política, como la doméstica, pero en lo que hace a
distinguir al hombre entre los seres vivos, la sociedad política le sirve de distintivo. Define a la sociedad diciendo que es una

46 J. Heers: Historia de la Edad Media. Barcelona, Labor, 1979; p. 139. Romano,


47
Tema desarrollado por la Dra. E. Villoria
multitud organizada bajo una ley de justicia consentida en interés común, siguiendo a Agustín, pero también Aristóteles y a
Cicerón.
El bien común no sólo es el orden material sino el espiritual; el bien común debe tener en cuenta el bien
particular de cada uno de los miembros de la ciudad.
La sociedad engloba a los ciudadanos pero no los absorbe. Su concepción de ciudad es orgánica no
mecánica: los integrantes de la sociedad política no son sus siervos sino que permanecen libres dentro de ella, cada
uno con una actividad y vida propia, constituyendo sociedades dentro de la sociedad mayor. No es mecánica porque
ello implicaría que la pieza de un mecanismo no tiene actividad propia sino que sufre el impulso sin resistencia para
moverse.

La autoridad
La ciudad necesita un poder político. Tiene a Dios en su origen, como creador de la naturaleza. Tomás elabora
un silogismo para llegar a esta afirmación: “ la sociedad es una exigencia de la naturaleza humana, ser moral,
razonable, religioso, social; para vivir ene sociedad se necesita una autoridad superior que ordene a cada miembro
con vistas al bien común; así, pues, la autoridad es una exigencia de la naturaleza, porque el fin no se puede alanzar
sin el medio. Pero las exigencias de la naturaleza proceden de Dios, su autor; la actividad es una exigencia de la
naturaleza; por lo tanto, la autoridad procede de Dios.
Esa autoridad divina, tiene a la comunidad como primer sujeto del poder, ella puede y debe transmitirlo a una
o unas personas por un período determinado. De este modo se diferencian las formas de gobierno, que Tomás
adopta siguiendo a Aristóteles: monarquía, oligarquía y democracia; y tres formas falseadas: tiranía, oligarquía y
demagogia.

forma ideal de gobierno


Hay una preferencia de Tomás por la monarquía como régimen ideal, aunque considera que el régimen mixto
es lo preferible. El mejor régimen será aquel en que un solo jefe mande conforme a la ley de la virtud, y según esta
ley, un determinado número de funcionarios colabore en la administración, donde todos los ciudadanos participando
de la soberanía por ser electores, sean elegibles para todas las magistraturas. Este modelo se acerca a la
democracia constitucional moderna
Su noción del bien común, su idea expresa de que el rey debe estar al servicio del reino y no a la inversa, su
condena a la tiranía, su inclinación por un régimen moderado, su concepción trascendente del hombre, su
fundamentación de los derechos inalienables de la persona humana, colocan a Tomás de Aquino en la mejor
tradición del espíritu de Occidente en la prosecución de una política humanista.

Recepción del Derecho Romano en Occidente.48

A- Características del pensamiento político medieval

La teoría política del Medioevo se caracterizó por la preeminencia de los teólogos sobre los autores
laicos, porque durante los primeros siglos la Iglesia tuvo el monopolio del campo intelectual. El movimiento
intelectual de la Patrística dominó la primera etapa, como la Escolástica constituyó la matriz del pensamiento
intelectual en la fase posterior.

Respecto a la incidencia del pensamiento cristiano en la vida europea afirma Sabine: “La aparición de la
Iglesia cristiana como institución distinta autorizada para gobernar los asuntos espirituales de la humanidad con
independencia del estado, puede considerarse, sin exageración, como el cambio más revolucionario de la historia
de la Europa occidental tanto en lo que respecta a la ciencia política como en lo relativo a la filosofía política” 49

48
Temas elaborados por el Dr. R. Díaz Ricci
49 Sabine: Historia de la Teoría Política.
Al momento de difusión del cristianismo, sus adeptos poseían ideas muy similares a las sostenidas por
los paganos contemporáneos en materia de filosofía y teoría política: creían en el derecho natural, en el
gobierno providencial del mundo, en la necesidad del derecho positivo, en la igualdad de loa hombres ante
Dios. “La novedad de la posición cristiana consistía en su supuesto de que hay en el hombre una naturaleza dual y
de la existencia de un control dual sobre la vida humana correspondiente al doble destino de aquél” (SABINE).

.
Por esto es que la distinción entre el plano espiritual y el plano temporal era un tema de amplio
tratamiento por los cristianos. Se diferenciarán de los paganos para quienes los deberes morales y religiosos
confluían en el estado, en el emperador para los romanos, mientras que para un cristiano, los deberes
religiosos constituyen una obligación suprema debidos directamente a Dios, y por otra parte están sus
deberes cívicos morales que lo relacionan al emperador en calidad de súbditos.

El cristianismo aportó sobre todo un nuevo sentido a las preocupaciones políticas. Como la existencia
temporal es sólo preparación para la verdadera vida, las preocupaciones inherentes a esta existencia pasan a ser
secundarias, no capitales como lo eran para el hombre antiguo pagano. Pero la novedad del cristianismo además
radica en la modificación del concepto de la divinidad: afirma la trascendencia divina; sitúa a Dios fuera de la
naturaleza visible y por encima de ella, mientras que para los paganos esta idea cristalizaba en un naturalismo.
Pero además, para los cristianos, esa divinidad se reviste de la naturaleza humana al encarnarse y con esto se
diferencia entonces del judaísmo, único pueblo con el que compartía el nuevo concepto de divinidad.

Por último, el cristianismo introdujo una modificación al concepto clásico de humanitas: desde Cicerón hacía
alusión a las virtudes de atención y benevolencia hacia todos los que participan de la naturaleza humana. A partir
del aporte cristiano, no contemplará solamente la naturaleza física del hombre, sino la común naturaleza surgida de
su nueva dignidad de hijo de Dios. Según Prelot: “La palabra humanidad designará una entidad propia, la
constituida por...todos los hombres de todos los tiempos y todos los países, de todas las condiciones, entre las
cuelas la presencia de Dios ha instituido una real solidaridad”.

Si bien el Cristianismo no constituyó una doctrina política, sus principios morales produjeron,
evolutivamente, una modificación profunda de los ordenamientos jurídicos y políticos vigentes en su
tiempo.

a) Contribuyó a que se produjera una adecuación de la legislación positiva a la nueva concepción del
hombre que brindo el humanismo cristiano. Sobre todo, esa adecuación y transformación se notó en las
relaciones que imperaban entre hombre y Estado.
b) Impulsó un estilo de pensamiento humanista -el humanismo cristiano- que afirmó que el ejercicio
del poder debe estar sujeto al gobierno impersonal de la Ley, concebida como ordenamiento de razón para
el bien común, sin privilegios ni discriminaciones.

c) Contribuyó, además, a la distinción jurisdiccional entre lo temporal y lo espiritual, lo cual no


significaba un desdoblamiento de la autoridad, sino que la conciencia religiosa del hombre quedaba fuera de la
jurisdicción política y es inviolable. Es por lo tanto, una doctrina antiabsolutista. Surgen, de esta postura, ámbitos de
reserva que servirán de base a un progresivo reconocimiento de facultades personales que el estado no debe
vulnerar.

d) Sirvió también para afianzar la convicción sobre la existencia de un ordenamiento suprapositivo, a


cuyos parámetros de justicia las leyes humanas deben ajustarse. El iusnaturalismo de los estoicos romanos,
por tanto, se renovó. La ley natural, concebida como participación de la ley eterna en el hombre, se transformó en el
sustento más sólido para el reconocimiento de los derechos personales en el estado y frente al Estado. En ella, se
encuentra además, el soporte del constitucionalismo moderno y de las declaraciones de derechos.

e) Finalmente “la dualidad de lo espiritual y lo temporal, reflejo de la doble naturaleza y del doble
destino del hombre, engendra como consecuencia la existencia de dos instituciones distintas, que
llamaremos a una política y a otra eclesiástica o también,...laica y sacerdotal...”, refiere Prelot, y es en este
punto donde centra su atención el desarrollo de la filosofía política medieval.

Sistema de creación del Derecho en la Edad Media


1- Creación y fijación del Derecho
En la temprana y alta edad media la creación del derecho se configura con características peculiares
derivadas del entrecruzamiento de las relaciones entre los diferentes miembros de la nueva comunidad socio-
política.
La sedentarización paulatina los pueblos germánicos nómades permitió consolidar un proceso de
creación y fijación del derecho en el que se mezclaron las costumbres germánicas con el derecho romano y
con las normas morales cristianas. En efecto, “la conversión cristiana de los pueblos germánicos demandó
para su consolidación definitiva la instauración de un ordenamiento jurídico que configurase cada vez con
mayor hondura la nueva realidad religiosa y social, según las normas y principios del evangelio”
(ORLANDIS José, La conversión de Europa al Cristianismo, RIALP. Madrid, 1988, p.119)
En consecuencia, puede afirmarse que las fuentes creadoras del derecho, a partir de la edad media
temprana, en los reinos romano-germanos son: a) derecho romano posclásico; b) el derecho
consuetudinario germánico; c) las leyes dictadas por los monarcas romano-germánicos; d) las sentencias
de los tribunales reales; e) las normas administrativas de potestades de los concilios de señores feudales
(concejos). Conviene analizar sucintamente cada uno de ellos.

Derecho Romano Posclásico


Los reinos romanos germánicos (ostrogodo en Italia, visigótico en España, franco en las Galias, anglo-
sajones en Inglaterra) mantuvieron vigente el derecho romano posclásico a través de las abundadísimas
leges y los iura, en sus relaciones jurídicas privadas y algunos procedimientos judiciales.
Las leges era el derecho promulgado por la legislación imperial reunida en compilaciones tales como el
Codex Gregorianus (S. III d.C.) el Codex Hermogenianus (S. III y IV d.C), el Codex Teodosianus (S. V. d. C). Por su
parte, los iura eran colecciones de jurisprudencia compilada del ius respondendi de los magistrados y funcionarios
imperiales. Los iura repetían y explicaban algunas obras de jurisprudencia clásica como las Regulae Ulpiani,
Sententiane de Paulo o las Insitutiones de Gayo).

Derecho consuetudinario germano


El concepto de costumbre como fuente de derecho no está claramente delimitado en la temprana edad
media pero adquiere vigor en la alta edad media. El derecho consuetudinario tiene su fuente en los usos y
costumbres de la comunidad romano germánica que plasmaban criterios jurídicos a los que se dio el
nombre de usus terrae. Esos criterios jurídicos no fueron generales ni coincidentes para todos los reinos romano-
germánicos, ni siquiera para un solo reino, sino que su regencia y vigencia se circunscribía a un territorio o una
localidad. La fijación de la costumbre jurídica era a través de leyes, sentencias y preceptos administrativos y
su transmisión se realizaba de modo oral o escrito.

Leyes
La concepción de la ley no era una creación arbitraria del rey sino la expresión de una comunidad
que consentía (statute o assisa) el mandato del rey que incorporaba los criterios jurídicos de la costumbre
germana (derecho consuetudinario) al derecho romano posclásico (SABINE, George H, Historia de la Teoría
Política, Fondo de Cultura Económica, México, 1945, p.200).

En el reino hispano-visigodo (España) se advierte una mayor vocación por el derecho romano para regular
las relaciones privadas y la organización de la sociedad y del gobierno, dentro de la cual los individuos adquieren
una personalidad amparada por la legislación. Allí aparecen desde muy temprano compilaciones o codificaciones
jurídicas como las Leyes teodocionanas (419-451 y 453-467), el Código de Eurico (467-485), la Ley de Teudis
(546), el Código de Leovigildo (582-586), el Código o Breviario de Alarico o Lex Romana Visigothorum (506), el
Liber Judiciorum (Fuero Juzgo) corregido y organizado (654) (TOMAS Y VALIENTE, Francisco, Manual de Historia
del Derecho Español, Tecnos, Madrid, 1990, pp. 101-105).
Todas esas compilaciones de leyes contienen fórmulas visigóticas para la redacción de documentos y
escrituras y preceptos de derecho privado. También puede encontrarse principios de derecho público, por ejemplo,
en el Fuero Juzgo se limita los alcances del poder real y contiene un cuadro de cualidades y ciencia que deber
reunir el legislador.

Sentencias.
Las decisiones judiciales o sentencias tienen como fuente de autoridad los tribunales de justicia
presididas por el rey o jueces designados por éste. Según los territorios las sentencias reciben el nombre de
iuditia o fazañas. En la época medieval las sentencias son elementos de vital importancia en la formación del
derecho.

Las iuditia nacen mediante el funcionamiento de una institución denominada “Juicio de Albedrío”, que es un
procedimiento judicial seguido por el juez para resolver un pleito según su neta voluntad o libre albedrío. La decisión
adoptada por el juez queda luego como precedente para dirimir cuestiones similares que puedan presentarse con
posterioridad.

El juicio de albedrío fue confiado según los distintos reinos, unas veces a los jueces, otras a los concejos
corporativamente (concilium) o por un delegado de la autoridad real. Esta institución generó todo tipo de normas,
tanto justas y adecuadas como arbitrarias (fazañas desaguisadas). Poco a poco los monarcas godos fueron
recabados para sí la facultad exclusiva de juzgar formándose una colección de sentencias reales que muchas veces
las recogen de la costumbre germana aplicada con anterioridad (PÉREZ PRENDES MUÑOZ-ARRACO, José
Manuel, Interpretación Histórica del Derecho. Notas. Esquemas. Practicas, Universidad Complutense de Madrid,
Madrid, 1996, pp. 494-497)

Common Law
En Inglaterra, la conquista normanda, llevada a cabo por Guillermo el Conquistador en 1066 inicia un
proceso de integración de tradiciones jurídicas entre los conquistadores normandos y los conquistados
anglo sajones.

Guillermo el Conquistador el evitó cuidadosamente confundir el elemento político y el elemento feudal


porque al distribuir los feudos a sus caballeros normandos les privó de prerrogativas financieras y judiciales porque
fueron simples tenencias militares para mantener el ejército de la corona. Así los nobles feudales ocupaban las
tierras como tenedores pero como príncipes de la corona. Esta situación motivó que los conquistadores normandos
paulatinamente fueran identificándose con los intereses, costumbres y tradiciones de los vencidos anglo-sajones a
tal punto que habían aprendido a decir: “No queremos que sean cambiadas las costumbres de la vieja Inglaterra”.
(PIRENNE, H. Histoire de l’Europe des invasions au XVI siecle, Alcán, Paris, 1936, p. 187).

Durante el reinado de Enrique II -el primero de los Plantagenet en el trono de Inglaterra- se inicia el proceso
unificación de las costumbres jurídicas normandas y anglo-sajonas que conduce a la formación del Common Law
inglés que extiende la jurisdicción de los tribunales reales a todo el país y aplica el sistema del jurado sustituyendo
los juicios de las ordalías y el juicio por duelo (MACAULAY, Trevelyan G. Historia Política de Inglaterra, Fondo de
Cultura Económica, México, 1943, p. 112).
El Common Law inglés es el derecho tradicional común a toda Inglaterra. Se distingue del derecho
romano, del derecho eclesiástico regido por el derecho romano, del derecho consuetudinario localista y del
derecho de estatutos y ordenanzas. Entre las notas más características sobresalen: a) era temporal y
consuetudinario formado gradualmente por innumerables casos resueltos mediante sentencias; b) se
adaptaba a las circunstancias y necesidades sociales variables; c) respondía a la cultura y temperamento
inglés; d) no contenía desarrollos teóricos sino que eran reglas prácticas; e) puso a la ley como árbitro
frente a la voluntad del príncipe; f) sirvió de resistencia al absolutismo real.

8. Carta Magna.
Durante el reinado de Juan Sin Tierra, la corona impuso nuevos impuestos a sus súbditos y confiscaron sus
tierras para financiar la guerra contra Francia. Esas medidas desencadenaron la revuelta de los estamentos de los
barones, del clero y de la burguesía inglesa que obtuvieron de rey Juan el reconocimiento de derechos y libertades
que quedaron plasmadas en la llamada Carta Magna el 15 de junio de 1215.
La Carta Magna es un estatuto jurídico político que establece un sistema de derechos políticos y
civiles a través del gobierno monárquico con sucesión hereditaria con poder real restringido con
limitaciones precisas, mediante normas jurídicas cuya observancia era obligatoria para el rey y sus
sucesores. Así comenzó en Inglaterra un cierto tipo de constitucionalismo y de estado de derecho consignado en la
forma contractual de las “cartas” que no es original ni exclusiva de Inglaterra en esa dirección. España fue
precursora en esa dirección a través de muchos Fueros de Albedrío.
Sin embargo, la Carta Magna tiene la originalidad de introducir una institución que no aparece en los
Fueron españoles y que es la palanca para transformar la monarquía absoluta en monarquía constitucional.
Esa institución es el Consejo de Barones cuya función jurídico-política es: a) exigir al rey el cumplimiento
de lo convenido en la Carta Magna; b) vigilar, controlar y anula los actos del rey; c) castigar al rey que
desconociere la Carta Magna. Esa atribución del Consejo de Barones significaba una transferencia de soberanía,
o por lo menos, una soberanía compartida entre el rey y la comunidad del país bajo dirección del Consejo de
Barones.
La Carta Magna contiene, entre otras, las siguientes disposiciones: a) concede libertad a la Iglesia
Católica y a elegir sus propios dignatarios sin intervención real; b) concede el derecho de que los impuestos
se impongan con consentimiento del Consejo del Reino; c) protege el comercio reconociendo la libertad de
comercio en Londres, las comunas y puertos de Inglaterra inclusive para extranjeros; d) establece un
sistema regulado de pesos y medidas; e) prohíbe el embargo de tierras o rentas por deudas siempre que
existieren muebles del deudor para satisfacer su pago y autoriza la fianza de los créditos con tierras y
rentas; f) fija normas para la administración de justicia constituyendo Tribunal de Justicia en Westminster,
simplificando los procesos judiciales y regulando penas por felonía; g) estableció el principio de legalidad
jurisdiccional al declarar que nadie puede ser arrestado, desposeído de sus derechos y bienes, proscriptos
o desterrados o destituido sino en virtud de un juicio legal de sus pares según la ley del país (Habeas
Corpus); h) prohíbe los juicios que se sustancien sin prueba de testigo fidedigno.

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