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Tema 1
Historia
1) El conocimiento de la Historia: finalidad . concepto. teorías
Historia estudia el pasado del hombre.
Es una disciplina desde sus orígenes hasta el momento presente.
Es trivalente. El metodólogo Jerzy Topolsky porque es trivalente
La Historia como ciencia recrea los sistemas sociales propios de cada época y reconstruye los
procesos del pasado
Historia es un término usado también para referirse a la obra histórica escrita (Libros históricos
etc)
En el siglo XIX, la corriente positivista: creía en la posibilidad del conocimiento "objetivo podía explicar
desapasionadamente un período o hecho, sin que su particular punto de vista o simpatía viciara tal explicación.
En los siglos XIX y XX, las corrientes idealistas y vitalistas: negaron esa posibilidad, cayendo
algunas en el extremo de justificar como válidos todos los puntos de vista, con lo cual se anulaba la
posibilidad de un conocimiento científico.
Los problemas que le plantea al historiador la búsqueda de la verdad son los siguientes
Que toda realidad humana supone comportamientos cuya evaluación -positiva o negativa-
depende de los juicios de valor del historiador
1 J. Topolsky. Cit. por J. Aróstegui (1995) La Investigación Histórica. Barcelona, Crítica; p. 23.
Historia y Filosofía de la Historia
La Historia y la Filosofía de la Historia tienen ambas el mismo objeto de estudio
El pasado humano
El sentido de la Historia
El problema histórico-filosófico y encontrar una respuesta a si la historia o el devenir
humano tiene un sentido o no, generó diversas posiciones que podemos enunciar:
A) La teoría fatalista: desde la antigua Helade surge la creencia del carácter cíclico de la
Historia los pueblos que nacen se desarrollan y desaparecen a semejanza de los ciclos de la
vida.
C) El Progreso indefinido: Los racionalistas del siglo XVIII, motivados por la ruptura entre razón
y fe, postulan que el hombre transita hacia un progreso intelectual y moral, lo que implica, según
sus seguidores que ese avance se dirija en tres direcciones: la igualdad creciente de las naciones,
la supresión de las diferencias de clases, y el perfeccionamiento intelectual y moral. El progreso de
la humanidad no tiene límites, sino que por su propia dinámica alcanzara un estado de
bienestar en todos los ámbitos de la vida del hombre
El historiador inglés Toynbee señala las características de las Sociedades Civilizadas y las
Sociedades Primitivas, para dejar sentada la posibilidad de su comparabilidad
Tales diferencias son las siguientes.
a)- Las sociedades civilizadas.: El volumen poblacional de las civilizaciones es enorme, el de las
sociedades primitivas es muy reducido.
b)-- El grado de institucionalización es, en las sociedades primitivas, mucho menor que en las sociedades
civilizadas.
c)- La división del trabajo en las sociedades primitivas es rudimentaria, con una separación originaria
a nivel de sexos, por lo menos en toda la etapa de las culturas de caza primitiva, en las altas culturas de caza
y en el neolítico o etapa agrícola. Recién en la edad de los metales aparecen algunos artesanos
especializados, aunque hay pueblos en que en esa edad ya hay vida civilizada.
d) La "mímesis" o "imitación" que contribuye a la cohesión de las sociedades humanas, tiene diferente
orientación. En las sociedades primitivas se orienta hacia modelos pasados, establecidos por las
generaciones desaparecidas. En las sociedades civilizadas en cambio, se orienta a los modelos presentes,
a las personalidades creadoras de la generación viva, personalidades de las cuales se transforma en "prosélita".
En este punto se analizan el papel que le cupo al hombre como agente o motor de dos
tipos de procesos: a)- el que condujo desde las culturas primitivas a las civilizaciones,
o sea la génesis; b)- el de crecimiento de esas mismas civilizaciones.
a)- Llamamos Génesis de las Civilizaciones al paso de las sociedades primitivas a
las civilizadas. Ello ocurre cuando el problema de supervivencia biológica y de convivencia
social que enfrenta un pueblo, hace necesaria una transformación profunda de la sociedad ; la cual
se concreta con la creación de una estructura institucional definida: básicamente un sistema de poder fuerte y una
clara división socio-laboral. Ese proceso de tránsito se concreta cuando, ante el problema presentado por la
realidad, que actúa como "incitación", el grupo dirigente o "minoría creadora" elabora la solución adecuada, esto es,
la "respuesta"; y cuando, correlativamente, obtienen el apoyo de la comunidad a su proyecto.
b)- El crecimiento de las civilizaciones opera del mismo modo. Las civilizaciones crecen a
medida que, ante cada nuevo problema generado por la vida social, cada minoría creadora -
nueva por el necesario recambio generacional- sabe producir la respuesta adecuada.
Tanto la Génesis como el Crecimiento, suponen la existencia de un vínculo entre minoría y
mayoría, que hace posible la convergencia en pos de un proyecto común . Tal relación puede
asumir tres formas:
1.- La minoría logra impregnar a las mayorías de su espíritu, creándose una profunda identidad de
sentimientos, aspiraciones y creencias entre todos los miembros de la sociedad. Pero tal relación ideal es utópica, y
no se da en la realidad.
2.- La minoría recurre a la "mimesis", o sea a un proceso de "adiestramiento social", para lograr que las
mayorías se identifiquen en lo posible con su sistema de valores y creencias.
3.- La minoría domina a la mayoría por la violencia y le impone su proyecto, lo cual ocurre cuando la mimesis
falla, porque el proyecto propuesto por la minoría o, más aún, el sistema que representa, no satisface ya las
expectativas sociales.
El colapso de la Civilización
Este punto supone analizar, como en el caso anterior, dos cuestiones: la naturaleza y la causa del
colapso.
a)- La Naturaleza del Colapso. Se habla de "colapso de la civilización" cuando los problemas
que se presentan quedan sin resolver, porque los proyectos elaborados por la minoría fracasan.
Ello produce "la detención del crecimiento social" y el "ingreso a una etapa de desintegración".
Esta situación produce un doble proceso de crisis social:
- Por una parte, la mayoría toma consciencia de la opresión que sufre por parte de la minoría, y en un
acto de secesión espiritual se extraña del cuerpo social. Así constituye lo que Toynbee denomina "proletariado
interno" de la civilización, porque está físicamente en ella pero no identificado espiritualmente con ella; y porque
busca su liberación, sea por la violencia, sea adoptando una religión superior extraña al orden vigente.
- Por otra parte, la crisis provoca la presión de los pueblos externos, que constituyen el "proletariado
externo", que tienen la posibilidad de ingresar al ámbito de la civilización por su debilidad.
b)- Las causas del colapso. La Causa del colapso reside en el fracaso de la sociedad para
autodeterminarse, esto es, para encontrar las soluciones a los problemas que se le plantean. Ello
siempre supone algún tipo de desajuste entre la minoría y la mayoría, que puede asumir las siguientes
formas:
1.- La minoría pierde su condición de creadora. Eso se evidencia en el hecho de que la
minoría aplica proyectos que fracasan, y no logra la identificación de la mayoría a ellos porque
esos proyectos están desajustados con la realidad. Esa situación surge cuando la minoría pierde su
capacidad para crear y se transforma en mimética -ella imita, no crea-.
3.- La minoría vive un proceso de perversión moral, lo cual supone que, luego de alguna
acción creadora, cae en la "infatuación". A partir de entonces puede asumir dos actitudes, ambas
negativas: caer en la idolización, sea de sí o de su obra; o bien sentirse victorioso e imponer su
pervivencia por cualquier medio, para lo cual puede optar como solución por el militarismo.
a)- Las Instituciones "son formas sociales, destinadas a sistematizar las relaciones entre
los individuos y grupos que componen la sociedad" (Ponsati: 1974; 34). Son organizadas por los
hombres con el objeto de ordenar las actividades tendientes a dar satisfacción a sus necesidades
materiales, morales e intelectuales; esto es, a hacer posible la supervivencia y convivencia del grupo
todo. En el seno de estas instituciones las relaciones interindividuales se establecen en base a los
roles preestablecidos que cada uno de los miembros ocupa. Constituyen en consecuencia una
estructura vincular más o menos rígida, estable y permanente, porque se acomodan a los modelos
preexistentes y a la normativa que regula los derechos y obligaciones de cada rol, su estructura
piramidal, sus funciones y los tipos de vínculos a entablarse entre roles de igual o diferente jerarquía. En
eso se diferencian de otros tipos de relaciones no institucionales, que no responden a patrones
rígidos y no tienen estabilidad o permanencia
Pueden distinguirse dos tipos de instituciones:
1)- Las que constituyen sistemas simples de relaciones, como la propiedad privada;
2)- Las que configuran sistemas complejos de relaciones, porque suponen la existencia de un conjunto de
individuos vinculados por una regla de derecho, en torno a un fin común, dotados de una autoridad que diseña el
orden del grupo y lo conduce hacia su meta, haciendo cumplir las reglas que describen ese orden. Son las
organizaciones, como por ejemplo los sindicatos.
2)- los elementos subjetivos, conformados por las creencias, valores y representaciones colectivas
que le dan sentido a la institución dentro del contexto global, y que le dan funcionalidad porque hacen que
sean aceptadas y obedecidas.
Las Instituciones son esenciales para la sociedad porque cumplen funciones, que apuntan a
solucionar algún problema esencial para la supervivencia del todo.
2) - El Cambio Institucional se produce cuando un sistema institucional o el sistema social en su
conjunto, son movilizados por la incorporación de nuevas fuerzas sociales -técnicas, ideas, creencias-.. Se
trata de un problema complejo, porque mientras algunos sectores -mayoritarios o minoritarios- presionan por la
transformación, siempre hay sectores interesados en la preservación del statu quo: siempre hay sectores
conservadores, que se benefician con el sistema viejo.
2. El cambio por revolución, que ocurre cuando la rigidez de las antiguas instituciones y
fuerzas sociales lleva a que la minoría dirigente, que monopoliza el poder, rechace las exigencias
del sector progresista. Entonces se produce el estallido revolucionario.
3. La tercera alternativa es la perversión social, que implica la preservación del statu quo por la
represión y la violencia. Hay perversión cuando la resistencia institucional por un lado y la
debilidad del acto mimético que está en la base de la revolución por el otro, hace que las
antiguas instituciones persistan, pero con un funcionamiento rígido y "un sentido totalmente
diferente" en relación al que tuvieron quienes impulsaron su creación. Tal el caso de la estructura del
ejecutivo porteño con la suma de poderes públicos, que fue concedida a Rosas para el mantenimiento
de la paz, y que terminó siendo un instrumento de opresión que impidió durante muchos años la
organización nacional mediante una constitución, que la población en general anhelaba. La gobernación
con poderes ampliados era usada así para unos fines distintos a aquellos que indujeron su creación.
c)- Los efectos del Cambio Institucional pueden ser de tres tipos, según Toynbee:
2. Si la violencia revolucionaria se impone, sus efectos pueden ser positivos cuando se salva la
sociedad; pero también negativos, si el estrago causado por la revolución supera los anacronismos y vicios
de la sociedad anterior.
3. Si se llega a la perversión institucional, entonces "la dislocación de la estructura social puede ser
tan grave, que resulte virtualmente imposible evitar el colapso”2. Por ejemplo, la estructura institucional de la
polis terminó llevando a las guerras del Peloponeso, perversión social que produjo el colapso de la civilización
helénica.
PARTE A - GRECIA
Orígenes
Marco Geográfico
La Península Balcánica es una región surcada por cadenas montañosas, que encierran numerosos valles
parcialmente fértiles (algunos más que otros- pero de clima seco) Ello determinó que no pudieran producirse
suficientes cereales, sino sobre todo, vid y olivo. Impulso a los Helenos los impulsó a tomar contacto comercial con
otros países.
Debido a su carencia de cereales, se vio favorecida por las características y ubicación de su
territorio: costas recortadas y con excelentes puertos naturales sobre el Mediterráneo Oriental, en cuyas costas
se habían desarrollado importantes civilizaciones del Cercano Oriente: Egipto, Creta, Fenicia. La estructura
recortada de las costas por otro lado, les permitiría viajar sin perderlas de vista.
Cada polis (Estado) cuando instaló colonias sobre las costas del Mar Mediterráneo, mantuvo la misma
estructura estatal, pese a que no había valles recortados que lo justificaran. Esto se explica porque los helenos
trasladaron el tipo de organización política que ya tenían, en la replicaron allí donde se asentaron.
Poblamiento
Invasión Aquea. La Península Balcánica fue poblada hacia el 2000 AC por pueblos seminómadas de
pastores, que se hicieron sedentarios en ese suelo.
Fue la primera oleada de los Helenos, que pertenecían a la gran familia de los Indoeuropeos o Arios,
pueblos nómades que tenían por habitat natural las llanuras del sur de Rusia, desde donde migraron en
oleadas sucesivas. Llegaron divididos en tres grupos de tribus: aqueos, jonios y eolios, aunque a menudo se
los llama genéricamente aqueos.
¿Cómo se unían los Genos en cuestiones Bélicas o de Guerras y como se denominaba esa
unión?
Por motivos de índole guerrera los genos se unían en fraternidades o hermandades de
genos, las «fratrías», cuyo jefe recibía también el nombre de «basileus». Para incursiones mayores se
reunían en tribus o «filé», cuyo jefe era el «filobasileus».
¿Cómo se denominó la primera civilización de la primera oleada?
Esos primeros pobladores indoeuropeos –aqueos, jonios y eolios- crearon una civilización llamada
«micénica», porque Micenas fue la ciudad-estado más importante de ese período. Los historiadores la llaman a
menudo «civilización homérica»,
¿Cómo se la caracterizaba a esa civilización Micénica y que tipo de forma de gobierno regia?
La civilización micénica (aqueos-jonios y eolios) sentó las bases de la estructura política de la Hélade,
porque se organizó en varios estados independientes, las ciudades-estado o polis, que tenían como forma de
gobierno una monarquía, limitada por los ancianos jefes de los genos. Era una civilización «heroica», donde
primaba el héroe -por tanto el varón-; a diferencia de Creta que, por ser una sociedad básicamente comercial y
tener como deidad principal a la Diosa Madre -que representaba la fertilidad- concedía gran importancia a la mujer.
¿Del enfrentamiento entre Aqueos y Dorios quienes salieron triunfantes y cuál fue la
decisión de los Aqueos ante el predominio Dorio en que Año data?
2. Invasión Doria y expansión helena a Asia Menor. Hacia el 1200 AC llegó una nueva oleada de
pueblos seminómadas, los dorios, que lograron dominar a los aqueos casi en todas partes, pero no en
Atenas que siguió siendo una ciudad jonia. Pese a que traían armas de hierro -la civilización micénica no había
superado el estadio del bronce., el triunfo no fue inmediato. Se inició una etapa de anarquía de 4 siglos, de la
cual no han quedado documentos suficientes. En esa etapa se produjo la colonización de las costas del Asia
Menor, provocada por los pueblos derrotados que se negaron a someterse al dominio dorio y prefirieron
migrar.
El asentamiento de los helenos en Asia Menor fue muy importante para la gestación del mundo que
conocemos, por las consecuencias que tuvo. Cumplieron un importante papel en el desarrollo del comercio en
el Mediterráneo oriental; pero, sobre todo, en esas ciudades nació la filosofía y por tanto la cultura humanista
griega que está en la base de la civilización occidental, con Tales de Mileto, Parménide de Elea, etc. Se cree que
eso se debió a que allí tomaron contacto y pudieron combinarse los elementos culturales europeos y asiáticos, o
sea griegos y persas.
Hacia el año 800 AC se ubica la finalización de la etapa de anarquía. Los griegos consignaban ese
año como el del comienzo de su historia. Otra vez se fueron estructurando las ciudades-estado o polis.
Como en la etapa anterior, esa organización surgió de la fusión de dos zonas: la «polis» -lugar fortificado donde
habitaban el rey, los altos dignatarios, la nobleza-, y el «asty» -conjunto de aldeas ubicadas al pie de la
colina, donde vivían todos los servidores de la nobleza (campesinos y siervos) y también los comerciantes.
El poblado bajo era más dinámico y fue creciendo en número de habitantes e importancia a medida que se
desarrollaba el comercio; pero como la zona alta tenía más prestigio, su nombre se extendió al conjunto. La fusión
entre ambas zonas se concretó pacíficamente
En la evolución histórica de la Hélade tuvieron importancia esencial dos hechos, que ya
aparecen en los orígenes de la civilización helénica.
a) Por un lado el problema social, generado porque los miembros de la ciudad-estado tenían distintos
derechos, y porque como las leyes no estaban escritas, la arbitrariedad de los poderosos sobre la gente
común era permanente. Y este hecho produciría una serie de conflictos sociales que llevarían a la transformación
paulatina del régimen jurídico y político hasta llegarse en el siglo V AC a la república democrática;
b) El problema de política exterior, generado porque el territorio de la Hélade era un mosaico de
pequeños estados independientes y belicosos, que nunca llegaron a constituirse en un estado nacional, y
cuya lucha permanente los condujo a su debilitamiento hasta caer bajo el dominio extranjero.
Organización Política
¿Qué tipo de forma de gobierno regia y porque era de carácter limitado ?
La forma de gobierno era la Monarquía, pero no absoluta porque la institución de la Realeza, a cargo del
Basileus, estaba limitada por las instituciones integradas por miembros de los genos:
¿Cuáles son las Instituciones Políticas que se establecían y que función tenían
cada uno de ellas ?
El Senado constituido por los jefes de los genos, y la Asamblea integrada por el resto de los
varones adultos. El monarca era generalmente hereditario. A falta de hijo varón, la hija no podía asumir el
poder pero sí su descendiente varón, porque ella estaba facultada para procrear el heredero; aunque para
mantener la pureza de sangre debía unirse al pariente masculino más cercano de su padre.
La Realeza tenía básicamente un poder religioso. El rey portaba una insignia que
representaba la voluntad del dios antepasado de la dinastía a quien el rey representaba, el cual le
había conferido la sabiduría y una dignidad sobrehumanas. Tenía el máximo poder militar porque era
el gran caudillo. Reunía en su tienda al Consejo de Guerra formado por los reyes de los genos -que le estaban
subordinados- como lo hacía en su palacio.
b) El Consejo o Bulé estaba formado por el conjunto de jefes de los genos de la ciudad. Eran los
«consejeros» del rey. Se reunían por iniciativa o invitación del rey, en su palacio, y se sesionaba luego de
una comida ritual en honor a los dioses. El edificio era el Pritaneo y la sala el Megarón. Los ancianos
aconsejaban y el rey decidía, en la plenitud de la soberanía; pero aunque el papel de esos jefes era
formalmente consultivo, lo común era que el rey siguiera su consejo en cuestiones importantes: visita de un
delegado extranjero, situación de guerra o de paz, reclutamiento de tropas o de naves, percepción de impuestos
comunes. En una campaña militar esos reyes de genos constituían el Consejo de Guerra.
Tenían además funciones judiciales que desempeñaban cada vez más, a medida que la ciudad se extendía.
Como el rey, ellos habían recibido el conocimiento de la Themis, normas que aplicaban cuando había conflictos
La Asamblea estaba formada por «el pueblo», pero se entendía por tal a los miembros de
c)
los genos. Especifica Ponsati que eran “una minoría”.
¿Qué cambio de Régimen se produjo a fines del siglo viii y principios del siglo vii?
El régimen político cambió hacia fines del siglo VIII y principios del VII A.C, desde la Monarquía a la
República Oligárquica. Como veremos, ese cambio político fue precedido por un gran cambio económico y social,
provocado por la colonización del mar Mediterráneo
4 Ibídem, p. 48
5 Ibídem, p. 88.
3.2. La Colonización
¿Que fue la colonización y en que consistió y como consecuencia de ellos que colonias
se fundaron?
6L. Paretti: El Mundo Antiguo. En Historia de la Humanidad. T. II publicada por Unesco. Buenos Aires, Editorial
Sudamericana, 1969; p. 53.
Este comercio, sin embargo, no significó el desarrollo del capitalismo ni de la concentración. La
producción quedó dispersada en pequeños talleres y el comercio no llegó a ser monopolizado por grandes firmas.
7 El hecho de que el cambio político se produzca como culminación de un proceso de cambio económico y social
constituye una recurrencia histórica. Lo veremos nuevamente en Roma, en la Baja Edad Media, en la Argentina
del siglo XIX.
8 G. Glotz, op.cit., p. 58.
últimos casos, podía ser determinado por un censo o por un número limitado de participantes” 9
La institución que reemplazó a la Realeza fue la Magistratura, que tomó distintos nombres, según las
ciudades. En Atenas fue el Arcontado. Las demás instituciones continuaron siendo las mismas, aunque
integradas de distinto modo, pues tanto la Bulé como la Asamblea estuvieron constituidas por miembros del
nuevo sector social, la oligarquía, integrada a los viejos genos de la nobleza..
La República Oligárquica adoptó formas distintas en cada ciudad-estado, y también generó
reacciones dispares de los sectores excluidos del poder. Se tomarán a continuación dos casos modélicos:
Esparta y Atenas.
b) Los Periecos eran los primitivos habitantes de Lacedemonia -o sea los derrotados aqueos y sus
antecesores pelasgos-, que agrupados en pequeñas ciudades se dedicaban al comercio, la industria y la
agricultura. El comercio se limitaba casi exclusivamente a la región de Laconia y la esencia de la
transacción la constituía el intercambio de bienes por trueque, lo que hacía el dinero casi innecesario.
Existía una moneda pesada de hierro, pero sin curso legal fuera de las fronteras de Laconia. De ese modo se
limitaban las posibilidades de enriquecimiento
c) Los Ilotas eran los vencidos mesenios. Pertenecían al Estado, y más que esclavos eran siervos,
puestos a disposición de los particulares para trabajar la tierra. Les estaba prohibido abandonarla, pero
tampoco podían ser despedidos. Su suerte era mejor que la del esclavo, porque podían tener su casa y vivir
9 Ibídem.
con su familia en la parcela que se les daba a cultivar y a partir de la cual debían entregar al propietario -
anualmente- una determinada cantidad de trigo, vino y aceite. Eran en general bien tratados por razones
económicas, porque se los necesitaba para la agricultura; pero podían cometerse razzias contra ellos, que les
servía a los espartanos para entrenarse, pero también para disminuir el nº de pobladores y eliminar a aquellos
que podían actuar como jefes de una revuelta.
Las Instituciones Políticas se correspondían con esa organización socio-económica y con el ideal de vida
espartano. La forma de gobierno era una República Aristocrática (porque no había riqueza para ser oligárquica).
a) El Eforato o Colegio de Eforos estaba a cargo de las funciones ejecutivas, las que originariamente
habían sido ejercidas por dos reyes, posiblemente jefes de las dos tribus dorias que se establecieron en Laconia.
Los éforos tenían una serie de funciones: el manejo de las relaciones exteriores, la dirección de la guerra y
la convocatoria e iniciativa en la asamblea (Ponsati); también las de impedir cualquier cambio en la estructura
política del país, proteger los privilegios de los espartanos, velar por la educación de la juventud, el mantenimiento
del orden y el control del comportamiento de la población. Los éforos eran funcionarios poderosos, elegidos por
la Asamblea, cuyo máximo límite consistía en que su mandato era de sólo un año, a cuyo término rendían cuenta
de su administración10.
b) La Asamblea o Apella estaba integrada por todos los ciudadanos -perfectos e imperfectos-. Tenía
derecho de enmienda pero no de iniciativa. Declaraba la guerra, concertaba la paz y vigilaba la marcha de
las operaciones militares. Designaba a los gerontes y a los magistrados. Fue disminuyendo su poder real en
beneficio de la Gerusía y del Eforato.
c) La Gerusía era un consejo integrado por 28 miembros mayores de 60 años, elegidos por
aclamación en la Asamblea. De ella formaban parte los reyes. Fue transformándose en el organismo central del
gobierno espartano, porque aunque el eforato tenía mucho poder de mando, su permanencia era transitoria.
Podía reunirse en Consejo Ampliado o Pequeña Asamblea, que incluía además de los gerontes a los éforos y a los
ciudadanos más notables. Era convocado en situaciones extraordinarias.
El Estado no estaba al servicio del ciudadano, sino el ciudadano al servicio del Estado –hecho
característico de los regímenes que hoy llamamos totalitarios-. Si en todas las ciudades los Nomoi -las leyes y
costumbres- eran superiores a las voluntades individuales, tanto más ocurría eso en Esparta, donde no había
equilibrio entre los deberes del ciudadano y de la comunidad.
Atenas fue una polis marítima ubicada en la Península de Ática. Fue poblada por los jonios y pudo
resistir la invasión de los aqueos. Fue en la antigüedad un Estado modélico, tanto porque fue la cuna de la
República Democrática como por haber sido el centro de la cultura helénica, de gran trascendencia para la
civilización occidental.
La Etapa Arcaica fue semejante a las de las demás ciudades helénicas. Una monarquía limitada, de
base gentilicia11, que cae como consecuencia del cambio económico12 que lleva a la formación de la
burguesía y luego la oligarquía, la cual genera la República Oligárquica.
b) El Consejo era la institución central del régimen oligárquico. Se reclutaban entre los ex –
magistrados14 en forma electiva. En las ciudades que tenían una Bulé numerosa –como Atenas- se
formaba en su seno una Comisión de «Probuloi», especie de consejo restringido integrado por los individuos
más ricos, a los cuales Aristóteles llamó «comisarios preparadores» pues se encargaban de preparar los
proyectos sobre los cuales el Consejo decidiría. Eso creó antagonismos entre los miembros de la oligarquía.
c) La Asamblea estaba integrada por los «ciudadanos activos», en quienes residía la soberanía-,
diferenciada de la masa no calificada, que estaba excluida. Recibía el nombre de Ecclesia o Halia. La Asamblea
discutía las proposiciones presentadas por los buleutas. Si bien en algunas ciudades su accionar era
consultivo, en Atenas era decisorio. Sin embargo, no podían introducir modificaciones a los proyectos,
debiendo aceptar o rechazar el proyecto en forma completa. Según los lugares y tiempos, se votaba levantando
las manos o en escrutinio secreto.
Dracón, convocado en el 621 AC, proveyó a Atenas de las primeras leyes escritas. Sustituyó la Themis
por el Nomos, ley del Estado cuya asignación de derechos y deberes era conocida por todos. Además,
debilitó el genos al limitar el uso de la venganza como modo de solución de conflictos e impulsar la
13 En cada polis los magistrados recibieron un nombre particular. Se les llamaba «demiurgos», «timucos» o
«asymnetas». Eran en general eran electivos y periódicos, pero en algunas ciudades fueron vitalicios.
14 Hubo polis, como Esparta, en las que el cargo de consejero era vitalicio. Se entraba siendo anciano y se
c) En el plano social la obra soloniana consistió en la distribución de los ciudadanos en cuatro clases
censitarias, que tenían idénticos derechos civiles pero derechos políticos y deberes tributarios y militares
diferenciados en base a la riqueza. Las clases fueron: pentacosimedimnos, caballeros, zeugitas y tetes. En
principio, sólo la nobleza terrateniente constituía la 1º clase, pero con el tiempo se equiparó el medimno –o
medida de trigo- con la dracma –la moneda, símbolo de la riqueza mobiliaria-, de modo que todos los ricos
pudieron integrar este sector social, al cual le estaba reservado el acceso al Arcontado. Los caballeros podían
ocupar todos los cargos públicos menos del Arcontado. Los zeugitas, a diferencia de los tetes, podían
integrar la Bulé o Senado. Los tetes, como todos los demás sectores sociales, participaban de las dos
instituciones populares: el Tribunal de los Heliastas y la Asamblea. Ahora, por primera vez, se trataba de una
verdadera Asamblea del Pueblo, pues podían concurrir a ella todos los ciudadanos. (Ponsati: 1976). Por su parte,
las obligaciones tributarias y militares también variaban, siendo más altas cuanto mayor era el poder
adquisitivo. En cuanto al deber militar, los miembros de la 1º clase debían sostener la flota, los de la 2º
prestaban servicio a caballo, los de la 3º constituían la infantería liviana –hoplitas-, los de la 4º eran los
remeros de la flota.
Con esa reforma la oligarquía perdió el monopolio del poder, pues si bien tenía reservada las
magistraturas, requería de la participación del Senado y de la Asamblea, en la cual residía la soberanía. En
esta Asamblea la mayoría la conformaban las clases 3º y 4º, que eran quienes decidían porque el voto era
b. La Acción Revolucionaria
Se concretó a mediados del siglo V AC, luego de una lucha social que renació 30 años después de la
reforma soloniana. De los tres partidos existentes, de la llanura, la costa y el interior –que representaban los
intereses e cada uno de los sectores sociales: los terratenientes, la clase media comercial y el campesinado
pobre-, triunfó el partido del interior, cuyo jefe, Pisístrato, daría cumplimiento a las reivindicaciones campesinas.
Pisístrato, que asumió en 560 AC, «solucionó de manera definitiva la cuestión agraria», repartiendo
las tierras roturadas y los dominios confiscados a los nobles, con lo cual logró la formación de esa
importante clase media campesina, que será «el elemento más estable y más sano del cuerpo cívico hasta
el fin de la guerra del Peloponeso»16. Para hacer posible la afirmación del sector, el gobierno hizo
préstamos para favorecer el cultivo de la vid y el olivo, que si bien eran más redituables, requerían de un tiempo
mayor que el de cereales para la recuperación de la inversión. Para solucionar el problema de los pobres de las
ciudades, impulsó la construcción de obras públicas que embellecieron la ciudad.
El régimen cuidó de la educación popular. Organizó concursos musicales y recitales. Además, no
modificó la Constitución y permitió el funcionamiento de las instituciones populares. Pensaba que la
participación de los ciudadanos en los Tribunales y la Asamblea contribuiría a su socialización política, con
el consiguiente desarrollo del sentido de bien común y responsabilidad ciudadana.
Con Pisístrato se sentaron las bases socio-económicas de la Democracia. El planteo de los griegos en
este sentido se corresponde con el de Rousseau, John Mill y los politistas de la actualidad: el régimen
democrático sólo puede existir cuando hay equidad económica, pues esto favorece la independencia
intelectual y moral de la ciudadanía y la colaboración entre las clases. La Democracia es incompatible con la
existencia de un sector de desposeídos.
16 B. Knauss: La Polis. Individuo y Estado en la Grecia Antigua. Madrid, Aguilar, 1979; p. 40.
17 Ver supra las funciones, en República Oligárquica
a) Se estableció la «mistophoría» o retribución pecuniaria, para que los ciudadanos pudieran integrar
las instituciones. En caso de participación en la Asamblea, se les entregaba el equivalente a un día de trabajo.
b) Se extendió el sorteo a más tipos de designaciones. Hubo algunos cargos, como el de estratego, que
siempre fue electivo.
c) Se redujeron las funciones del Areópago. Ello se debió a que las iniciativas democráticas se estrellaban
en el Areópago que, como tenía el control constitucional, podía oponer su veto a las decisiones de la asamblea
popular aduciendo que eran incompatibles con el espíritu de las leyes. Los miembros de este tribunal eran
ancianos, elegidos por la misma Institución a perpetuidad. Los demócratas atacaron esta fortaleza
conservadora y dieron un golpe de estado, que la privó de sus atribuciones políticas, limitando su acción a
las causas que implicaban sentencias de muerte18.
El gobierno de Pericles (quien gobernó hasta su muerte, en 429 AC) coincidió con la 1º parte de la
Etapa de Hegemonía de Atenas en la Hélade (465-404 AC). Según Glotz, en la época de Pericles «la vida
política de Atenas muestra un equilibrio perfecto entre los derechos del individuo y el poder público» 19
d) El ciudadano tenía obligaciones correlativas para con el Estado, que eran celosamente controladas
por los mismos ciudadanos, quienes podían votar la expulsión o incluso la muerte de quien no fuera
merecedor de seguir gozando los beneficios de ser ciudadano ateniense. Ese control se debía a que los
helenos no concebían el Estado como algo abstracto, sino como la «comunidad de hombres libres», lo que
determinaba que se refirieran a sí mismos como “los atenienses» y no como «Atenas». Esa «comunidad» era
omnipotente y la individualidad estaba restringida, o, dicho de otro modo, el individualismo no existía.
Cuando ese individualismo aparezca en el siglo IV AC., será una causa de la decadencia de la civilización
La Hélade, y en particular Atenas, fue la cuna de la democracia. “La mayor parte de los ideales
políticos modernos –como, por ejemplo, la justicia la libertad, el régimen constitucional y el respeto al
derecho- o, al menos, sus definiciones, comenzaron con la reflexión de los pensadores griegos sobre las
instituciones de la ciudad-estado”22. Pero la realidad estadual y el estilo de vida griegos eran totalmente diferentes
a los modernos, como así también su concepción de la participación política y los principios éticos usados en
evaluarlos.
Las ciudades-estado eran muy pequeñas. El territorio del Ática –la base geográfica de Atenas- tenía unos
pocos kilómetros. La población era también pequeña; en el caso de Atenas de unos 300.000 habitantes, de
los cuales un tercio eran esclavos. La sociedad se dividía en tres estratos, política y jurídicamente distintos:
atenienses o ciudadanos, metecos o extranjeros, y esclavos. En su cosmovisión era impensable el desarrollo
económico sin la existencia de esclavos, porque sobre la institución de la esclavitud se asentaba el grueso del
trabajo en las economías de la antigüedad, como sustenta sobre los asalariados en las economías modernas. El
estilo de vida era frugal. La mayoría de la población libre –ciudadanos y extranjeros, éstos muy numerosos
en una ciudad comercial como Atenas- se componía de comerciantes, artesanos o agricultores que vivían de sus
ocupaciones.
20 Los politólogos debatieron y debaten aún sobre las connotaciones de esta relación entre individuo y Estado-
comunidad, con los derechos establecidos y sus mutuos deberes. Algunos autores –como John S. Mill-, ven en
ese vínculo de derechos y deberes en un marco democrático, la base de lo que debía constituir el liberalismo
radical al cual adhería. Esa relación puede ser hecha por Mill, porque él no adhería al iusnaturalismo, o sea que
no admitía la existencia de un “estado de naturaleza” ni de “derechos naturales”. Para él, como para los griegos,
la ley la libertad, la igualdad y los demás derechos provenían directamente de leyes humanas y eran, por tanto,
convencionales y mutables. El modelo griego no se corresponde con el iusnaturalismo del siglo XVIII porque, en
general, los filósofos no teorizaron sobre “derechos” que les correspondían a los hombres por el hecho de ser
hombres; aunque hay excepciones, como Demócrito. Sin embargo, tampoco puede identificarse ese modelo
heleno con el “totalitarismo”, porque si bien el influjo de la comunidad era fuerte y el individualismo al estilo del
siglo XVIII en adelante no existía, ellos no concebían un Estado como superior a los individuos: ellos, los
hombres, en conjunto, eran la comunidad de hombres libres. “La aplicación de principios del liberalismo a la
interpretación de la democracia clásica sigue. En este sentido, recientemente, Josiah Ober (2000) o Mogens
Hansen (1996) han argumentado sobre el carácter liberal o "casi liberal" de la democracia ateniense a pesar de
reconocer que nunca fueron formulados unos "derechos fundamentales" del individuo. Por el contrario, Peter
Rahe (1994) piensa que la polis antigua priorizaba el bien común, y que la παιδεία clásica inculcaba valores
como el honor y el coraje marcial, incompatibles con el pacifismo, el interés privado y el mercantilismo que
derivan del liberalismo moderno”. Sancho Rocher, Laura: “Comunidad e individuo en la democracia antigua.
Naturaleza, ley y sociedad”. Universidad de Saragoza. Grupo Hiberus. En Circe de clásicos y modernos
versión On-line ISSN 1851-1724.
21 G. Sabine: Historia de la Teoría Política. Méjico, FCE, 1982; p. 31
22 Ibídem, p. 15.
23 Ibídem, p. 19.
ante ella y estaban sometidos a su control. Por eso era una democracia directa y no representativa: eran los
ciudadanos, reunidos en Asamblea, quienes decidían soberanamente sobre los principales asuntos de la
ciudad.
La Asamblea funcionaba del siguiente modo: una vez hechos los procedimientos de iniciación de
práctica, los buleutas tomaban la palabra y presentaban los temas a tratar. A continuación exponían los
oradores: unos a favor, y otros en contra. La oratoria era una actividad importantísima en Grecia, y en
Atenas hubo personajes muy famosos, como Demóstenes. Hay piezas oratorias que aún hoy son estudiadas.
Politólogos posteriores, como el británico John Stuart Mill (s. XIX), consideraron que los oradores representaban
en su tiempo el papel de los diarios actuales, pues ofrecían a los ciudadanos diferentes versiones sobre un
suceso o situación determinada, para aclarar los temas presentados y contribuir a su decisión. Cuando
completaban su exposición, se pasaba a votación. Los miembros de la Asamblea no podían introducir
modificaciones al texto: votaban por SI o por NO, la totalidad de la propuesta. Por ello, de ahí derivan las consultas
populares y plebiscitos propios de algunos regímenes republicano - democráticos actuales.
b)- El Arcontado (diez Arcontes) y los demás funcionarios duraban un tiempo breve –generalmente
un año- y en la mayoría de los casos no estaba permitida la reelección. El objetivo era hacer posible la
participación de la mayoría de los ciudadanos, que se desempeñarían a nombre del pueblo, lo cual
implicaba una especie de representación aunque muy diferente de la concepción moderna de
representación. Los cargos no eran unipersonales sino colegiados: después de Clístenes el número era
siempre de diez, para hacer posible la representación de todas las tribus 24.
c)- La Bulé o Consejo de los Quinientos era una especie de “comité ejecutivo y directivo de la
asamblea”, y en él se centraba la tarea efectiva de gobierno. Como quinientos era un número demasiado
grande, los 50 que representaban a cada tribu ejercía las funciones la décima parte del año, acompañados
por un consejero de cada una de las restantes nueve tribus.
El Consejo tenía el deber de elaborar los proyectos de ley o medidas que consideraba oportunas, que
presentaba ante la asamblea de ciudadanos, que sólo actuaba en asuntos que le presentaba ese consejo.
“Además de estos deberes legislativos, el consejo era el órgano ejecutivo central del gobierno. Las embajadas
extranjeras sólo tenían acceso al pueblo por su intermedio”, y los magistrados estaban bajo su control.
“Tenían el control absoluto de la hacienda, la administración de la propiedad pública y los impuestos”, como
también la flota y sus arsenales; y los cuerpos de funcionarios eran ejecutores de sus órdenes. La decisión
sobre asuntos centrales sin embargo, dependían de la asamblea, que de ese modo limitaba al Consejo. Pero
sin embargo, “no se consideraba, al parecer, que el consejo fuese un mero órgano de redacción”, o sea que su
incidencia en las decisiones de la asamblea era significativa.
d)- El Tribunal de los Heliastas constituía el otro ámbito de control popular. “Los tribunales atenienses
eran, sin duda, la clave de todo el sistema democrático. Ocupaban una posición que no es comparable a la que
tienen los tribunales en ningún gobierno moderno. Era su deber, como el de cualquier otro tribunal, dar
decisiones judiciales en los casos particulares, tanto civiles como criminales”25. Los miembros de estos
tribunales, ciudadanos mayores de 30 años, eran designados en número de 6.000 por los demos, pero
actuaban en forma rotativa 600 por mes. Los ciudadanos eran jueces y jurados. Sus decisiones eran
inapelables
Los tribunales cumplían una importante función controladora en relación a los magistrados y a la ley.
Lo principal era el cuidado del bien común, y todo ciudadano tenía la obligación de velar por él.
Durante el siglo V AC se produjeron las Guerras Médicas, que opusieron a griegos y persas. En tales
guerras se enfrentaron no sólo dos ejércitos, sino dos civilizaciones. Era impensable que un pequeño
número de helenos derrotara a un enemigo numéricamente mucho mayor; pero ello se dio. Se considera que
tal milagro se debió a la particular cosmovisión de cada pueblo. El ejército persa, integrado mayoritariamente
24 Las “tribus”, desde la reforma de Clístenes, eran zonas electorales que implicaban barrios distribuidos por las
tres regiones de Atenas: la costa, la llanura y la montaña (o sea la ciudad, donde se desarrollaban las actividades
comerciales, industriales y profesionales; la zona agrícola organizada en latifundios –en manos, por tanto, de los
más ricos; y la región montañosa donde vivían los sectores minifundistas). La idea ateniense era que ningún
sector social tuviera más poder que los demás, y por ello se constituían así los distritos electorales.
25 G. Sabine, op,cit., p. 19
por pueblos vencidos, que por tanto tenían su voluntad quebrada, luchaba sin ideales. Los helenos en
cambio estaban impulsados por un espíritu libertario, por un nacionalismo ligado a sus polis. Luchaban pues
por su libertad y su estilo de vida. Un diálogo ficticio entre el rey Jerjes y un viejo espartano radicado en Persia,
ejemplifica las dos mentalidades.
La unidad de la Hélade no pudo ser concretada por los mismos helenos debido a la primacía del
sentido particularista sobre el unitivo en la porción central; y porque los intentos concretados en las zonas
excéntricas fueron frustrados por obra de los Estados Hegemónicos. Ese separatismo por un lado y las
guerras civiles por el otro, debilitaron tanto a la Hélade, que fueron presa del Imperialismo Macedónico. La
unidad fue impuesta por los conquistadores. Terminó con ello la etapa de grandes construcciones y
producciones artísticas e intelectuales. La cultura griega trascendió porque más adelante fue adoptada y
universalizada por Roma.
Macedonia era una zona excéntrica, pobre y semibárbara, que no siguió a la Hélade en su evolución
hacia la República y conservó su Régimen Monárquico. No participó en la lucha contra los persas y por su
posición excéntrica pudo permanecer al margen de los conflictos interestatales que desgastaron a las polis
centrales. La apropiación de las minas de oro del Monte Pangeo solucionó su problemática económica y le
permitió sostener un gran ejército. Su rey Filipo -que supo aprender de los errores y aciertos de los estados
heládicos-, adoptó la lengua ática, las técnicas diplomáticas y bélicas, y la organización militar de éstos.
Centradas en sus problemas intestinos, las polis griegas no supieron ver la potencia que estaba
adquiriendo el Estado Macedonia hasta que fue tarde. Fueron derrotadas en 338 AC, en la batalla de
Queronea. Luego Filipo organizó a las ciudades vencidas en una Liga Panhelénica, llamada Liga de Corinto
o Confederación. de los Helenos.
Con Alejandro, que gobernó entre el 336 y el 324 AC, se inauguró la etapa de la Civilización
Helenística, que tuvo aspectos diferentes a la Helénica precedente, porque surgió de la combinación de
elementos helénicos, egipcios y persas. Desde el punto de vista político se formaron las Monarquías
Helenísticas, que tuvieron dos momentos diferentes: el del Imperio Alejandrino primero -336 y el 324 AC-, y
el de los Reinos Helenísticos después de su muerte.
Las características del Imperio Alejandrino fueron las siguientes.
a) El tipo de estado que se estructuró fue el Imperio Universal, según los modelos egipcio y persa.
Las diversas partes del Imperio se gobernaron de modo disímil, respondiendo a las tradiciones originarias de cada
región. Por tanto, mientras las porciones asiáticas y africanas eran manejadas por sátrapas -los clásicos
gobernantes persas-, en Grecia continuó el régimen de las polis, ligadas por la confederación.
b) La estructura confederal impuesta por Filipo sobre la Hélade persistió, o sea que las ciudades
tenían una autonomía formal. Las instituciones urbanas actuaban como meros instrumentos
administrativos, limitadas en su accionar por las disposiciones de los conquistadores. Los intentos de
liberación -como el de Tebas, a la muerte de Filipo- fueron duramente sofocados, y en particular esa ciudad fue
arrasada por orden de Alejandro.
Las formas externas de los regímenes eran en apariencia democráticos, aunque los factores que
garantizaban la igualdad ya habían desaparecido. Así, en Atenas la supresión de los «misthoi», impidió a los
ciudadanos pobres ocupar su tiempo en el servicio al Estado. Las razones para ello fueron, tanto la penuria
económica, como la tendencia a considerar esa retribución como la causa de la ruina de las instituciones, porque se
aducía que los pobres constituían un personal incompetente y que eran manejados demagógicamente. De hecho,
persistió bajo el régimen de Alejandro el ideario oligárquico instaurado desde los tiempos de Filipo, por lo
que el poder estuvo monopolizado por una burguesía acomodada y culta, hostil a cualquier reforma que
afectara sus intereses.
c) La Forma de Gobierno fue la Monarquía Absoluta. Conforme a los modelos persa y egipcio, el rey
era jefe del ejército, único legislador y juez supremo; pero como excepción -de herencia macedónica- se
reconoció al pueblo en armas -el ejército en tiempos de guerra- el privilegio de juzgar los casos de alta traición,
práctica que fue a menudo violada.
En cuanto al desempeño de las funciones reales, la influencia de la filosofía estoica es evidente. Se concebía
la realeza como un «deber», como una «servidumbre rodeada de honores», según expresión de uno de los
herederos de Alejandro -un Antigónida- a su hijo. Por ello, aunque el rey podía elegir libremente a sus
funcionarios -sin necesidad de tener en cuenta su preparación, jerarquía o años de servicio- la reputación
del monarca dependía en buena parte de la calidad y moralidad de ellos; siendo particularmente importante
la opinión de la guardia palatina. El absolutismo real tenía pues límites de hecho, producto del origen
helénico del grupo dominante, cuya cultura concedía importancia a las cualidades de los individuos y al
consenso de la comunidad.
d) Se difundió el ideal de la Cosmopolis -en reemplazo del de polis-, que equivalía a la idea del
Imperio Universal como «comunidad de vida», o sea de hombres ligados por costumbres, gustos y
creencias. El núcleo cultural fue el helénico, y para favorecer la unidad entre las partes europea y asiática
del imperio bajo aquella impronta, Alejandro empleó diversas técnicas. Así, propició la fundación de
ciudades en Oriente, a las que llevó población helénica, quienes gozaron de un «status jurídico» especial y
una organización institucional semejante a la de origen; y aunque el grueso de la población indígena tuvo una
situación jurídicamente inferior, él asoció a las burguesías ricas y helenizadas a aquellos beneficios jurídicos. El
objetivo era que con su presencia los helenos influyeran culturalmente sobre los asiáticos. También
propuso la fusión de razas por la vía matrimonial, y su ejemplo al desposar a la princesa persa Roxana parece
haber sido seguido por unos 10.000 soldados. Para favorecer más la integración incorporó al ejército tropas
asiáticas -a las vencidas-, a las que enseñó la disciplina macedonia y el uso de sus armas.
e) Se gestó la idea de Hombre, y por tanto de Humanidad, en correspondencia con las postulaciones
de la filosofía estoica.
La decadencia de las monarquías helenísticas se inició con la muerte misma de Alejandro, porque a
falta de hijos surgieron conflictos entre los herederos eventuales y los pretendientes. En el 301 AC se
produjo la división definitiva entre 3 de sus generales:
1. Macedonia y Grecia correspondió a Casandro, cuyos descendientes gobernarían hasta el siglo II
AC. Su opresión hizo que los helenos recibieran a los romanos como “liberadores”, en el 146 AC. Pero
Roma no llegó a liberar sino a conquistar la Hélade. A partir de entonces, y hasta el siglo XIX, Grecia estuvo
sometida a sucesivos imperios.
2. Siria y Persia quedaron para Seleuco y constituyeron el Imperio Seleucida, que luego se extendió
hacia Tracia. En el 64 AC pasó a ser provincia romana; y los romanos adoptaron de allí su cultura, y
después del siglo III DC la idea imperial. Cuando se dice que se produjo la «romanización» del Mediterráneo de
la mano de los conquistadores romanos, en realidad lo que se produjo fue la difusión de la cultura helenística,
matizada con elementos propios de Roma, particularmente la noción del Derecho.
3. Egipto, bajo Ptolomeo, hijo de Lago, quien fundó la Dinastía Láguida. Su centro cultural fue
Alejandría, ciudad nueva fundada por Alejandro con población helénica, que heredó la tradición de la Grecia
clásica. Hacia el año 30 aC pasó a ser provincia romana.
5.1. INTRODUCCIÓN
La filosofía de la antigüedad clásica anterior al siglo V AC consistió en especulaciones en relación al
mundo físico. Recién a mediados del siglo V AC se inició la gran revolución intelectual que fue el
Humanismo, motivada por el desarrollo en Atenas de la riqueza y la urbanización, la democracia y “la
necesidad de mejorar el nivel de la educación”, especialmente en aspectos como la oratoria, de tanta
importancia en la vida política griega y en el éxito personal de quienes pretendían ascendiente política 27.
Los impulsores del cambio fueron los sofistas, -o maestros-; pero sobre todo provino de la poderosa
influencia ejercida por Sócrates.
SÓCRATES
Sócrates se preocupaba por el descubrimiento de una norma de acción general y válida, esto es, de
conceptos éticos que sirvieran como patrón de medida para evaluar todos los fenómenos de la vida social –
las ideas, las leyes, los comportamientos-. Esos conceptos debían ser difundidos a través de la educación,
y servir además para aplicarla a casos particulares, de modo de producir y mantener una sociedad de excelencia
demostrable. Esta visión de una ciencia de la política racional y demostrable es lo que persiguió luego Platón
durante toda su vida, señala Prelot.
Sócrates no dejó obras escritas, pero se considera que sus ideas quedaron reflejadas en los textos
platónicos. “El gran interés de Sócrates, al menos en sus años maduros, lo constituyó la ética”,
Para Sócrates, como buen griego, la ley es la máxima autoridad a la cual hay que someterse porque
responde al dictado de la comunidad de hombres libres, y la mayor pena posible es el destierro, que le significa
la pérdida de la ciudadanía. Por ello argumenta que esa ley podría reprocharle
Los discípulos de Sócrates estuvieron unidos con su maestro no por una doctrina establecida Los grandes
filósofos de la antigüedad fueron Sócrates, Platón y el discípulo de éste, Aristóteles. Ellos representan el
pensamiento griego clásico. Platón simboliza lo ideal, Aristóteles encarna lo real; Platón representa la filosofía y
Aristóteles la ciencia. Aunque en realidad, no hay una ruptura total entre el idealismo platónico y el
experimentalismo aristotélico, hay un desplazamiento del centro de la perspectiva.
PLATÓN
1. INFLUENCIA SOCRÁTICA. VIDA Y OBRAS
Platón (427-347 a.C.) nació en el seno de una familia aristocrática, y algunos autores atribuyen a ello su
crítica respecto a los regímenes democráticos,
Tres son las obras principales que contiene la filosofía política de Platón: La República, El Político y
Las Leyes.
La República no tiene en realidad un ámbito de estudio definido sino que se ocupa de toda la vida
humana, está referido al hombre bueno y a la vida buena, lo cual era sinónimo de estado bueno. Así, La
República, buscará dar a conocer cuales son esas cosas buenas y los modos para alcanzarlas.
2. Concepción Antropológica
Para Platón los hombres son naturalmente desiguales, porque nacen con distintas aptitudes. En
realidad, la clasificación platónica de los hombres deriva de su enfoque sobre las necesidades de la
sociedad: la producción, la defensa y la conducción. En consecuencia, postula la existencia de tres tipos de
hombres, con almas compuestas de metales diferentes, e impulsados por diferentes capacidades y
apetencias.
Ellos son:
a)- los trabajadores, cuya aptitud radica en la capacidad para la producción, munidos de un alma de
hierro o de bronce en la que priman las facultades apetitivas y nutritivas, que supone que residen más abajo
del diafragma. Ellos, destinados a satisfacer las necesidades físicas de la sociedad, guiados por la virtud de
la templanza, serán los agricultores y artesanos;
b)- los guerreros, de temperamento irascible, cuyas almas de plata contienen facultades ejecutivas y
valerosas, que residen en el pecho. En la ciudad ideal que postula ellos serán los guardianes. Aptos para
gobernar bajo el control de otros, su virtud es el valor;
c)- los gobernantes, cuya alma racional –de oro- facultada para el conocimiento y el pensamiento
reside en la cabeza, y que serán los magistrados. Ellos, guiados por la virtud de la sabiduría, son los
encargados de fijar los fines últimos del conjunto social, y de velar por el bien común 28. Estas facultades no
son hereditarias, y aunque la mayor parte heredará el alma de sus padres, puede haber excepciones y compete a
los magistrados comprobarlo. De ahí que el régimen social que postula no es el de castas.
3. Educación
A los treinta años, los más notables –aquellos que se hayan manifestado como hombres de acción y
obtuvieren empleos y grados militares importantes, y que evidencien gran capacidad intelectual- serán
adiestrados en el arte de pensar, de hablar, de dialogar; y se los instruirá en filosofía, ciencia que eleva el
alma a la sabiduría pura y que es la fuente de toda verdad.
La educación también debe hacerse extensiva a las mujeres, porque Platón afirma la igualdad de
sexos. Considera que las mujeres tienen las mismas aptitudes que los hombres para la función pública y
también para la guerra, pudiendo formar parte de la infantería ligera. Toma en ese sentido el modelo de
Esparta29.
4. Teoría Social
Para Platón la sociedad es una entidad natural, porque las familias se asocian para dar satisfacción a
sus mutuas necesidades de supervivencia, desarrollo común y defensa. No se trata por tanto de la teoría del
pacto –que ya aparece esbozada en Antifón y Glaucón, y que será desarrollada en la modernidad-, porque esta
teoría supone un Estado interesado prioritariamente en la protección de los derechos de igualdad y libertad
de elección. En este contexto los hombres están destinados por naturaleza a servir a la Sociedad, que es
concebida como un sistema de servicios en el que todos dan y reciben algo, y a un Estado que es el ente
regulador de ese intercambio mutuo. De allí deriva su principio de la división del trabajo y la especialización de
funciones, según el cual la importancia social de los hombres depende del valor del trabajo que realiza –con lo cual
se conecta el platonismo con lo que será la teoría medieval-.
El Estado, que es un grupo cooperativo destinado a satisfacer las necesidades, y no un ente jurídico-,
debe ocuparse de los individuos desarrollen sus aptitudes naturales, que se profundizan con la
“preparación” y la “acción”, para ponerlas al servicio del conjunto social. Los magistrados deben velar por la
vigencia de las virtudes sociales, porque si bien el conocimiento de la virtud hace el hombre bueno, para ello debe
desarrollarse en una sociedad buena. “Hay un bien, tanto para los hombres como para los estados, y captar ese
bien, ver lo que es y por qué medios se puede conseguir y gozar, es un problema de conocimiento” 30.
Platón tiene una concepción totalitaria del poder político, que debe avanzar e inspeccionar todos los
aspectos de la vida, porque liberado a sí mismo el hombre no respeta las leyes que guardan el orden
público. Por tanto, Platón privilegia al Estado sobre el individuo, cuya plenitud deriva de su sujeción al Estado.
Los principios de “virtud” y “deber” deben orientar la vida de los ciudadanos, porque harían posible la
“estabilidad” y “la paz”31. En el platonismo por tanto todo es público, y no hay espacio para lo privado. En
cuanto a lo religioso, se debe imponer y velar por que los ciudadanos rindan culto a los dioses de la
ciudad, pero son permitidos los dioses particulares relacionados con las tradiciones de la multitud.
Platón diferencia las formas de gobierno de los Estados Jurídicos y no jurídicos. Son Estados
Jurídicos aquellos que tienen la Ley como máximo soberano y se cuida el bien común. Allí las formas de
gobierno –que dependen del número de miembros y del grado de participación de la ciudadanía- son: la
Monarquía, la Aristocracia y la Democracia. Ésta es la peor de estas formas gubernativas. En los Estados
No Jurídicos los regímenes gubernativos son: la tiranía, la oligarquía y la democracia extrema. Como en
ellas no hay una Ley soberana y se contemplan sólo los intereses del sector gobernante, es preferible la
democracia pues allí se contempla el bien de la mayoría.
El sistema de gobierno ideal que propone es el del Filósofo rey, que ostente todo el poder, que no
esté limitado por las leyes porque él conoce lo que es bueno y orienta a ese fin a su gobierno. Se diferencia
del tirano porque vela por el bien común, y porque gobierna con la persuasión y no con la fuerza. Sólo admite
En cuanto a la estructura del régimen propone una forma mixta, mezcla de monarquía-democracia o
de aristocracia-democracia, porque en ella se combinan el principio de la sabiduría y el principio de la
libertad. Aunque todos deben participar en las asambleas electorales, sólo los sabios deben gobernar, sea
elaborando las leyes –Consejo-, sea cuidando de su cumplimiento y velando por el bien común –
Magistratura o Realeza-. El Estado debe desarrollar en los individuos la templanza, que determina la sumisión a la
Ley. Ahora –en Las Leyes, obra de la senectud- critica a Esparta por haber priorizado las virtudes guerreras.
6. La Ética y la Política
Platón tiene un objetivo ético: presentar el Estado ideal que sirva como modelo a alcanzar, en
particular en su finalidad, su moralidad, su concepción, esto es, la idea de que el Estado tiene la finalidad de
producir el tipo moral más alto posible de ser humano, y un estilo de convivencia fundado en las virtudes y
el conocimiento.-
ARISTÓTELES
b) Combate las ideas de Platón sobre el comunismo de bienes y de mujeres, porque consideraba a la
familia como la célula del Estado;
c) Difiere en cuanto al método, que deja de ser deductivo para ser inductivo y caracterizarse por la
observación de casos particulares para arribar a una conclusión final general. Toma su método de las
ciencias naturales, de donde resulta su enfoque racionalista y empirista: observa la realidad concreta y compara los
elementos de esa realidad para establecer las semejanzas y las diferencias. Hace un análisis riguroso recurriendo
constantemente a la duda metódica “con el objeto de discutir y refutar los puntos de vista de sus adversarios”32.
En La Política -obra que sí ha llegado hasta nosotros-, Aristóteles analiza “los componentes de la
Ciudad: el territorio, la población, su organización familiar, la condición de los ciudadanos y, sobre todo, el
gobierno. “El poder es considerado en sus fines, en sus formas y en su vida. Los regímenes políticos son
estudiados en su estructura y en su rendimiento, en su evolución y en su desaparición” (ibídem, 57). Así, La
Política “constituye un verdadero tratado del Estado, en sus aspectos descriptivo y normativo”; y en ella,
además de analizar y criticar los diferentes sistemas existentes, establece el régimen que para él es el
mejor. Otra obra de Aristóteles es La Ética
32 Prelot: ibidem, p. 54
2. Concepción Antropológica
En su concepción antropológica Aristóteles plantea la desigualdad natural de los seres humanos.
Los hombres son desiguales por naturaleza, y están destinados, los superiores a mandar y los inferiores a
obedecer. Esta relación es conveniente tanto para unos como para otros, porque el superior necesita del trabajo
del inferior, y éste de la guía de aquél. Aristóteles, en consecuencia, justifica la esclavitud, así como justifica
también la dependencia de la mujer frente al varón. Así afirma:
Para Aristóteles esa división es favorable porque beneficia la eficiencia. “Así como cada órgano puede
cumplir su función de la mejor manera cuando no se le somete a varias actividades sino a una sola” 33, así también
cada ser humano debe cumplir con su función: la procreación, el trabajo, el gobierno.
Mandar y ser mandado no sólo son hechos, sino también convenientes, y pronto, desde su nacimiento,
algunos están dirigidos a ser mandados y otros a mandar.
3. Teoría Social
El hombre es para Aristóteles un “animal político” que encuentra su plenitud sólo en el seno de la
comunidad política o Estado. No concibe el “hombre aislado”, porque aquél que no necesita de sus
semejantes es “o un ser superior, dios o semidiós, o bien es un ser degradado El “estado de naturaleza” es
para Aristóteles –a diferencia del planteo iusnaturalista- el estado político.
El Estado es una entidad natural que se origina a partir de las familias, las cuales se forman por la
necesidad del hombre y de la mujer de formar pareja para la generación y por tanto conservación de la
especie. De la fusión de familias nacen las villas y aldeas, y de ellas el Estado.
Lo que queda claro en este planteo es que, también a diferencia de los teóricos iusnaturalistas de la
modernidad, tanto la Sociedad, como el Estado y el Poder son una construcción natural, y no artificial y
originada en un pacto. También se diferencian en esta concepción de desigualdad natural de los seres humanos.
5. Educación
El papel del Estado es formar a los individuos en la virtud, induciéndole a subordinar las necesidades
materiales deben subordinarse a las espirituales –del mismo modo que el hombre se subordina a la comunidad-.
El Estado en consecuencia no debe propender a la grandeza militar ni al enriquecimiento, porque ello
33 Aristóteles, ibidem.
34 Prelot, op.cit., p. 59.
induciría a los ciudadanos a orientar su vida en la búsqueda de honores militares o de riquezas. El Estado
debe contentarse con ser autárquico, y privilegiar la educación: debe orientar a los individuos a que actúen
rectamente. Los valores modélicos son: la moderación, la justicia, la equidad, la magnanimidad, el valor.
Sólo a partir de la obtención de hombres virtuosos se podrá construir la “virtud colectiva”, que es el fin de la política.
También es función del Estado impulsar a los hombres a cumplir con sus deberes para con la
comunidad. Así se construirá entre todos una vida “bella, buena y deseable”. No deben sentir tal cumplimiento
como una carga, porque el vivir intensamente los asuntos de la Ciudad honra la condición humana.
a)- Desde el punto de vista cuantitativo, el gobierno puede ser: de uno (monarquía y tiranía), de unos
pocos (aristocracia y oligarquía) o de todos (república y democracia).
b)- Desde el punto de vista cualitativo los gobiernos pueden ser “puros” o “impuros” (desviados o
corrompidos), según gobiernen en función “del interés general” y acomodados a las leyes, o bien cuando
predomina “el propio interés” de los gobernantes. En consecuencia, las formas de gobierno clasificadas en función
del número de miembros es combinada en base a la calidad de los bienes que los gobernantes cuidan. A partir de
ello deriva la clásica clasificación aristotélica:
Son formas puras de gobierno: la monarquía, la aristocracia y la república. Son formas impuras de
gobierno: la tiranía, la oligarquía y la democracia.
7.1.- Aristóteles señala varios tipos de regímenes monárquicos. Así por ejemplo: a)- la monarquía
absoluta, en la que el rey tiene todo el poder, que deriva de la realeza patriarcal, que fue la primera forma
históricamente hablando, que se impuso en los orígenes de los Estados, cuando éstos fueron como una familia
ampliada. b)- La monarquía heroica de los tiempos de los pueblos guerreros, en la cual la función esencial
es el mando de la guerra y el pontificado. c)- La tiranía es el régimen en el cual se gobierna en interés de
uno solo, por medio de la violencia y la rapiña, razón por la cual ningún hombre de bien puede tolerarlo.
UNIDAD 335.
Parte B- ROMA
La Historia de Roma abarca doce siglos, desde su fundación en el año 753 o 754 AC, hasta el 453 DC,
año de la caída en manos de los pueblos germanos.
Roma comenzó siendo una ciudad estado, ubicada en las orillas del río Tíber. Fue fundada por los
latinos, pueblo de origen indoeuropeo asentado en aldeas en el Lacio, que instalaron en las colinas un opidum,
para protegerse del avance etrusco. Esa fortaleza –que no impidió que fueran conquistados- constituye el origen de
35
Unidad elaborada por la Mag. M.E. Darmanin
la ciudad. Roma está en el centro de la península itálica, la cual fue poblada por grupos disímiles: al norte los
etruscos, en el centro y sur varias otras tribus de italiotas –sabinos por ejemplo- y en las costas del sur y de
Sicilia los griegos de la Magna Grecia.
2. La República
La República se extiende entre el 509 y el 27 AC. Comprendió varios momentos, que se designan en base
al sector dirigente y a las características de su mando. Esas fases fueron: República Patricia, República Patricio
Plebeya, República Oligárquica y Régimen de Poder Personal.
b) La Lucha de los Plebeyos contra los Patricios llena toda esta etapa republicana. Significó el
enfrentamiento de los plebeyos ricos y pobres contra el patriciado.
Los plebeyos tenían en común algunas reivindicaciones. Tanto los plebeyos ricos –propietarios rústicos
y clase media urbana- como los plebeyos pobres aspiraban al dictado de leyes escritas y a la igualdad de
derechos civiles y políticos. Pero los pobres tenían, además, expectativas de orden económico-social.
El arma que usaron para presionar al sector dirigente fue la resistencia civil, bajo la forma de
negativa a pagar impuestos y a integrarse al ejército. Esto tuvo gran peso por ser la época en la cual Roma
luchaba, primero por su supervivencia frente a la invasión extranjera, y luego iniciaba las guerras de
expansión imperialista con el sitio de la ciudad de Veyes, a fines del siglo V AC –que duró más de 10 años.
El Programa común de lucha fue el siguiente:
a) En el plano jurídico, redacción de un código escrito, común a todos, para terminar con la
arbitrariedad, y autorización de los matrimonios mixtos (entre patricios y plebeyos);
b) En el plano político, el acceso a todas las magistraturas, incluido el Consulado -que les permitía
ingresar al Senado-, y validez legal de los Plebiscitos;
c) En el plano social, reclamaron la suavización del régimen de deudas, la solución de la cuestión
agraria y la sanción de leyes frumentarias;
d) En el plano religioso, la participación en el sacerdocio, con paridad a los patricios. Usaron
diversas estrategias, que pueden resumirse a la resistencia a alistarse al ser convocados y a pagar
impuestos.
Se logró en esta etapa:
1) En el 451-449 a. C. se redactaron las 1º leyes escritas, la llamada «Legislación Decenviral» o Ley de
las Doce Tablas. Ellas prohibieron la esclavitud por deudas.
2) El acceso a ciertos actos de derecho civil: matrimonio, testamento y adopción, que debieron
adoptar formas nuevas, laicizadas, pues hasta entonces habían tenido naturaleza religiosa. Cuando en 445
AC se permitieron los matrimonios mixtos, los plebeyos alcanzaron la plenitud de los derechos civiles. Se
centraron a partir de entonces en la lucha por la igualdad política.
3) Los Derechos Políticos fueron conseguidos poco a poco, a partir del 449 AC: se establecieron las
Asambleas por Tribus como Comicios del Estado (en su origen, legislaba sólo para los plebeyos), se les fue
permitiendo el acceso a las distintas magistraturas –edilato, cuestura, pretura, etc. En el año 367AC, con las
Leyes Licinias lograron ingresar al Consulado, la máxima magistratura romana. La apertura del Senado fue la
consecuencia natural, porque se formaba con ex magistrados.
En conclusión. Los patricios hubieran podido conservar el monopolio del poder si no hubieran
necesitado de los plebeyos, y el problema militar fue determinante. A fines del siglo V a. C, a punto de iniciarse
la expansión imperialista, ya se había igualado a ambos sectores en el plano de los derechos civiles: todos eran
ciudadanos, pero unos activos y otros pasivos. La misma necesidad de soldados e impuestos permitió a los
plebeyos continuar la lucha hasta lograr, las mencionadas Leyes Licinias, que los transformó a todos en
ciudadanos activos.
En el 367 AC, lograda la igualdad civil y política entre patricios y plebeyos, se cierra una etapa
republicana –la Aristocrática- y se abre otra –la Patricia Plebeya-, porque cambia el sector dirigente. Ellos
deberán dar satisfacción a la cuestión social.
c) La Cuestión Agraria remitía al tema del reparto de tierras. A diferencia de la Hélade, no se pretendía
la confiscación de parte de los latifundios existentes. Las conquistas romanas generaban un permanente
incremento de la tierra pública –el ager publicus-, tierra que era usufructuada por los ricos –la nobilitas en
esta etapa republicana. Lo que se exigía, en consecuencia, era la división de ese ager publicus abundante en
medianas propiedades y su distribución entre los soldados que las habían conquistado, los cuales en su
mayoría eran campesinos empobrecidos.
Estas medidas tuvieron gran trascendencia en la Historia de Roma. La Nobilitas en el poder contó
desde entonces con un gran aliado: la clase media campesina.
36Los préstamos en esta etapa republicana, como en la Hélade, corría por cuenta de los terratenientes vecinos,
porque no había instituciones estatales que cumplieran esta función.
la población imperial.
La ciudadanía podía ser completa (plenitud de los derechos civiles y políticos) o incompleta, con distintas
variantes: sólo derechos civiles, o bien incluso el derecho político activo (participar en las Asambleas) pero no
pasivo (ser electo magistrado).
3.2. Estructura Constitucional. La Constitución del s. III a. C., respondía al ideal antiguo de constitución
«mixta», porque establecía un régimen que combinaba principios de tipo monárquico, aristocrático y
democrático, tal como lo postulara Aristóteles. Intentaba armonizar distintas instituciones, que expresaban
los intereses de sectores diferentes.
3.3. Carácter Abstracto del Estado Romano Mientras los helenos identificaban el Estado con la
comunidad de ciudadanos, en Roma el pueblo era sólo un elemento del Estado, como el territorio y el poder.
La Res Pública era la plasmación de la noción platónica y aristotélica del Bien Común, concebido como algo
distinto y superior de la suma de los intereses privados de los hombres, y en esa trascendencia residía su
perennidad. Por eso fueron menos celosos en la extensión del derecho de ciudadanía: «el exclusivismo
nacionalista, corolario de la idolización del poder colectivo de los hombres, fue una tentación a la cual nunca cedió
permanentemente el estado romano». (Ponsati; 260).
3.4. La Apariencia de Democracia. Roma Republicana, a diferencia de las ciudades griegas como Atenas,
jamás llegó a la implementación del régimen democrático. Es cierto que tuvo representación popular en dos
tipos de Asambleas: la Centuriada y la Tributa, pero esa representación no implicó la instauración de la
democracia sino de una «apariencia» de democracia por las siguientes razones:
a) En Roma hubo siempre desigualdad entre los magistrados y los ciudadanos. Tal desigualdad
surgía de la idea existente en Roma -y no en Grecia-, de que la ciudad-estado implicaba –según vimos- algo
más que la persona moral formada por el conjunto de ciudadanos, y de ese «algo más» participaban los
magistrados, que eran su encarnación. Como símbolo de esa diferencia, los magistrados permanecían sentados
en su estrado mientras los ciudadanos estaban de pie. Ello implicaba la existencia de un vínculo de
superioridad-inferioridad incompatible con la democracia, que difiere del vínculo de superioridad-
subordinación propio de cualquier régimen político o grupo social formal.
b) En Roma el voto no era individual sino colectivo. Ese hecho generaba una gran desigualdad entre los
ciudadanos romanos, porque el valor del voto era desigual. a) En el caso de las Centurias, porque las
superiores tenían un número de miembros mucho menor que las de las centurias inferiores; b) En cuanto a
las Tribus, las 31 circunscripciones rurales (por tanto, 31 votos) tenían un número menor de inscriptos que
las urbanas (4 votos) El voto individual o por cabeza, que es el auténticamente democrático, no se conoció
nunca en Roma.
c) Los ciudadanos tenían diferentes posibilidades reales de ejercer sus derechos políticos. Ello -y en
eso se diferenciaban también de los griegos- era una consecuencia de la expansión romana. En los hechos, sólo
los que vivían en la ciudad de Roma o las cercanías –o los que estaban transitoriamente en Roma- podían
ejercer su derecho político. Sólo el sistema representativo hubiera hecho posible que todos los ciudadanos
ejercieran sus derechos; pero esto no fue ni siquiera pensado. Se presentaron muchos proyectos de reforma, pero
ninguno contempla esta posibilidad. Sólo la representación hubiera permitido solucionar la crisis y evitado la
instalación del Poder Personal.
La Magistratura era, en teoría, la institución con mayor poder en la República Romana. Sus miembros
no eran considerados iguales a los ciudadanos ni ejecutores de las decisiones del pueblo; estaban por
encima de él, a los efectos de ejercer el mando y de exigir la obediencia correlativa. Según Cicerón, la República
requería de magistrados con poder para reprimir “al ciudadano rebelde y culpable”, para mandar “sin
apelación” en situaciones de guerra, pues su orden debía tener “fuerza de ley”; pero debían ejercen ese poder con
justicia. Las magistraturas ordenadas piramidalmente, eran presididas por el Consulado.
Periodicidad. Todas las magistraturas ordinarias duraban un año. Sólo la Censura se elegía
cada 5 años, pero duraba 18 meses, tiempo fijado para la elaboración del censo. Las magistraturas
extraordinarias -Dictadura y Magister Equitum-, se extendían sólo por 6 meses.
1.2. Clasificación de las Magistraturas. Fueron de dos tipos: Ordinarias y Extraordinarias. Las
conquistas exigieron con el correr del tiempo la creación de la Promagistratura.
1.2.1. Las Magistraturas Ordinarias. Surgieron al instaurarse la República, aunque no todas al mismo
tiempo.
Sus facultades fueron: a) La Potestas. Suma de facultades de que estaba investido el magistrado, que
lo transformaba en la encarnación de la Res Pública. Comprendía el poder de dictar bandos y decretos,
imponer multas y convocar a las otras instituciones (Comicios y Senado). Ésta atribución última no la tenían los
ediles ni los cuestores37; b) El Imperium. Atributo común a las magistraturas superiores, noción más amplia y
elevada que la potestas, que suponía el derecho de gobernar la vida cívica y militar, e incluía el poder de usar
la fuerza para dar ejecutoriedad a sus decisiones. No existía entre los griegos. Todos los magistrados tenían
potestas, no así imperium.
La Censura. Esta institución coronaba la carrera política, pues eran designados los
magistrados más destacados por su capacidad, patriotismo y probidad. Se elegían cada 5
años, y duraban 18 meses. Carecían de imperium. Empadronaban personas y bienes; repartían a
los ciudadanos por su riqueza en clases y centurias, para que cumplieran con sus dos deberes:
militar y financiero. Elaboraban listas de Senadores y Caballeros, pudiendo excluir a los que
consideraban criticables por su vida pública y/o privada –lo cual era excepcional. Celebraban
contratos para la ejecución de obras públicas, y vigilaban su ejecución. Arrendaban la
percepción impositiva al mejor postor.
La Cuestura. Los Cuestores fueron primero secretarios de los cónsules, elegidos por éstos.
Luego se transformaron en Magistratura del Estado. Llevaban la contabilidad del tesoro,
percibían los impuestos de los romanos y el tributo de los extranjeros. Distribuían los recursos
entre los magistrados, para la atención de los cargos públicos, según lo dispuesto por el Senado.
37 Contra el derecho de coerción los ciudadanos podían recurrir al Derecho de Provocatio (llamamiento al
pueblo), apelando personalmente a la Asamblea. Este derecho inspiraba gran orgullo a los romanos, que veían
en él el bastión de las libertades individuales.
Edilidad. Los Ediles tenían como facultades: atención del mercado, distribución de víveres,
conservación de calles y monumentos públicos, organización de los Juegos Públicos. Esto
les daba popularidad, y por tanto les daba pie para ser elegidos para otros cargos. Usaban
fondos públicos, y también sus fondos privados.
1.2.2. Magistratura Extraordinaria. El Dictador. Era un cargo unipersonal, elegido exclusivamente por
los Cónsules, con el consejo del Senado. Duraba hasta el vencimiento del período del Cónsul que lo designara,
pero caducaba cuando pasaban los 6 meses, que era el plazo máximo. Era designado en situaciones de
gran conflictividad. Era acompañado por el Magister Equitum, al mando directo de la caballería, ya que el dictador,
como jefe del ejército, debía ir a pie, estando prohibido andar a caballo.
1.2.3.- La Promagistratura. Eran magistrados que, luego de haber sido cónsules o pretores por un
año, desempeñaban las funciones militares al año siguiente. Resultaban de la extensión del mandato de una
magistratura ordinaria, una vez concluido el período de cumplimiento de sus funciones civiles en la ciudad.
Entonces, como procónsules o propretores, cumplían su función militar en los campos de batalla, dirigiendo
los ejércitos. Fue por tanto una institución creada cuando la extensión de los frentes militares y su lejanía de Roma
impidió el desempeño simultáneo de las funciones civiles y militares. Duraban en principio un año, y no podían
acumular más de una región, pero en el siglo I AC esos frenos constitucionales cayeron. Así, Pompeyo
acumuló designaciones en espacios distantes, y César fue procónsul de las Galias por 5 años.
1.2.4. El Cursus Honorum. Era el proceso que debían seguir los Magistrados, desde los cargos más
bajos a los más altos. Significa «Curso de Honor». «Curso», porque las Magistraturas estaban organizadas
jerárquicamente, y los magistrados debían ascender de una a otra, sin saltearse ninguna, y respetando los
plazos establecidos entre una y otra. «De Honor», porque ser designado en esos cargos para actuar al
servicio de Roma, era considerado un honor.
Facultades Electivas: a) seleccionaba las tareas civiles o militares a desempeñar por cada
«funcionarios», lo cual le significaba un mérito o demérito, que afectaba su carrera política; b) distribuía las
provincias y los frentes militares entre los pro-magistrados, lo cual incidía en sus posibilidades de reelección.
Esa dependencia de funcionarios y magistrados del Senado, explica su docilidad frente a quienes podían acelerar o
frustrar sus carreras.
Facultades financieras. Correspondía al Senado la administración del Tesoro, función que Polibio
consideraba la primera. Ese cuerpo tomada las decisiones financieras –planificación, distribución de
recursos-, que luego los cuestores ejecutaban
Facultades Judiciales. Atendía la justicia criminal, cuando se evidenció que las Asambleas no estaban
capacitadas para atender causas judiciales. Atendían causas de traición y conspiración para cometer
asesinado y, en las provincias conquistadas los litigios entre los particulares y los gobernadores y publicanos.
Como en general los acusados en las causas en las provincias eran los publicanos –los miembros de la burguesía
enriquecida que se ocupaban de la percepción impositiva y la explotación de los monopolios-, entraron en conflicto
con la nobleza senatorial, cuando ella empezó a ocuparse de esas cuestiones judiciales. Tal cuestión llevó a la
ruptura entre la nobleza senatorial y la burguesía capitalista en el siglo II AC.
A. Comicios Por Curias. Fue una institución patricia cuya importancia disminuyó en la República.
Sus facultades pasaron a los Comicios por Centurias y luego se repartieron entre éstas y las Tribus. Conservó
finalmente funciones de tipo formal y ritual, como: a) investir a los magistrados de imperium, sancionando la lex
curiata del imperio; b) consagrar a los sacerdotes; c) recibir el juramento de fidelidad y el homenaje al magistrado;
d) resolver en causas relativas a lo familiar, como el testamento y demás actos privados que no
correspondía fueran ventilados ante un grupo tan numeroso y heterogéneo como las Centurias.
B. Comicios por Centurias. Nacieron luego de la revolución republicana del 509 AC. Lo integraban
los soldados, organizados en sus clases (ecuestre, 1º, 2º, 3º, 4º, 5º) y sus cuadros (las centurias). Eran 193
centurias, de las cuales las caballería y las de 1º clase sumaban 98 (o sea 98 votos sobre 193). Si todas
acordaban ya constituían mayoría, por lo cual no votaban las demás. En caso de desacuerdo, lo cual era muy
raro según cuenta Polibio -el historiador de la época-, votaba la 2ª clase, en cuyo caso sumaban 118 centurias.
Las restantes 75 no votaban nunca, lo cual se debía a que el sufragio era sucesivo, no simultáneo. A mediados
del siglo III AC se produjo una modificación, que estatuyó un número igual de centurias por clases, y eso las
democratizó un poco, posibilitando que siempre votara la clase media campesina, integrada en la 3º clase (Sus 70
votos eran necesarios para llegar a 187, sobre un total de 393 centurias). Pero las últimas clases no votaban
nunca. Según los datos del historiador Homo, resulta que por no ser el voto individual, la mayoría se alcanzaba con
55.400 ciudadanos, y no votaban nunca los 171.600 restantes.
C. Comicios por Tribus. Su composición fue variando, a medida que se modificaba el número de
tribus, que eran circunscripciones territoriales y electorales. Llegaron a ser 35 tribus, 31 rústicas y 4
urbanas. Como la inscripción se acomodaba al domicilio, las tribus rurales tenían mayor peso electoral (31 votos)
pese a que las urbanas (4 votos) eran más numerosas, porque incluían a la masa proletaria. Se considera que el
voto de un ciudadano rústico -o sea alguien que tenía propiedades campesinas- pesaba 10 veces más que
el de un ciudadano urbano.
Sus Facultades. También fueron variando. En el siglo III fueron: a) Electorales: designar a los tribunos y ediles
plebeyos; y desde 287 a. C. también a cuestores, ediles curules y tribunos militares; b) Legislativas: votar los
plebiscitos, que debían ser ratificadas por la auctoritas patrum senatorial hasta el 287 AC, momento a partir del
cual se transformó temporalmente en la gran asamblea legislativa y electoral del Estado. c) Judiciales: Entender en
grado de apelación sobre las sentencias criminales pronunciadas por los tribunos; y desde 287 a. C. atendió
también casos de apelación de las multas máximas.
Características:
1. Fue una Asamblea dominada por la clase media hasta el siglo II AC, cuando el proletariado empezó a
tener hegemonía, por la desaparición de la clase media y la presencia de los clientes de los senadores, que
presionaban con el número y la violencia.
2. El voto en cada centuria y tribu era oral, hasta el año 193 AC. en que se estableció el voto en una
«tabella» individual. Se intentó así aumentar la libertad real de los votantes, liberándolos de sus patronos. Pero ya el
sistema estaba muy corrompido y no tuvo importancia.
3. El orden del día era impuesto por el magistrado que convocaba y presidía la asamblea. El pueblo no
podía reunirse por sí, ni tenía derecho de iniciativa ni de enmienda al proyecto que se le sometía. En caso de
elecciones, debían votar la nómina –preparada por el Senado- que el magistrado les presentaba; y los sufragios
vertidos fuera de tal nómina no contaban. El peso del magistrado era mayor que en el caso de los Comicios
Centuriados, pues podían disolver esta Asamblea o no convocarla cuando estaba previsto, aduciendo que los
«auspicios» no le eran favorables; y los magistrados usaban de ese pretexto religioso siempre que les convenía.
La Constitución del siglo III AC significó un momento de equilibrio entre los sectores sociales. La Nobilitas
gobernaba con el apoyo del los capitalistas o sector ecuestre, y el predominio en las Asambleas de la clase
media campesina, sector social éste consustanciado con el orden social imperante, y que actuaba con
sentido de bien común. Pero la vigencia de ese equilibrio constitucional duró sólo un tiempo. Los mismos factores
que llevaron a la constitución de la clase media campesina -la guerra, la situación económica- siguieron actuando,
llevando a su extinción y a la ruptura del equilibrio entre las clases. Este fue el momento en el cual la nobleza
senatorial empezó a gobernar en función de sus exclusivos intereses. Se inicia entonces la etapa siguiente: la
de la República Oligárquica.
3. El Régimen Oligárquico
La formación del Régimen Oligárquico en el siglo II AC fue provocado por las transformaciones
económicas y sociales generadas por la expansión imperialista.
Las consecuencias sociales de las conquistas fueron: el fortalecimiento de los sectores de poder -los
capitalistas y la nobleza senatorial- pero también su ruptura, la desaparición de la clase media y el
incremento de los sectores sociales desposeídos y dependientes: el proletariado y la clase servil. Este
cambio tendría profundas consecuencias políticas.
1.- Las consecuencias sociales –relacionadas con lo económico- fueron:
1.1. El Fortalecimiento de la Clase Capitalista. Ello fue producto del dominio de Roma sobre la cuenca del
Mediterráneo, que abrió nuevos campos a la explotación económica. Los capitalistas formaron «sociedades
de publicanos», que eran «sociedades anónimas» destinadas a reunir cuantiosos capitales para afrontar
negocios importantes. Las actividades que monopolizaban fueron: el arrendamiento de los impuestos, la
contratación de obras públicas, el aprovisionamiento de los ejércitos y la banca.
El lugar cada vez más importante que el sector capitalista –llamada también “clase ecuestre” porque
prestaba servicio militar a caballo- produjo la elevación de sus pretensiones; pero el momento ya era inoportuno.
1.2. La Afirmación del «Orden Senatorial». Los senadores eran los hombres más ricos de Roma, y de
una riqueza estable porque se fundaba en los bienes rústicos. Ellos la necesitaban pues la carrera política que
era costosa: debían organizar fiestas, ceremonias, carreras, etc. para alegrar al pueblo y hacerse populares;
y, además, los cargos no eran remunerados. Como una vez en el poder era fácil resarcirse de los gastos
efectuados, se consideraba una buena inversión la carrera política.
La situación existente no podía durar. Sobrevinieron: a) Proyectos para reconstruir la clase media y
restablecer así la Constitución del siglo III AC (como el de los hermanos Graco); b) Proyectos para solucionar
el problema del dominio del mundo mediante la creación de un poder unipersonal permanente, asistido o no
por las demás instituciones.
Desde fines del siglo II AC y a lo largo del siglo I AC se instrumentó la Reforma de los hermanos
Graco, proyectos revolucionaron que terminaron en el fracaso. Se abrió entonces una etapa de guerras
civiles, que primero llevó a la dictadura militar de Sila en beneficio del sector oligárquico, y luego generó el
poder militar. Se sucedieron varios proyectos, de entre los cuales los más significativos fueron los de Pompeyo y
César. A la monarquía informal de César siguió la formal de Augusto, creador del Imperio.
Los Proyectos de los hermanos Graco tuvieron como objetivo la Reforma de la organización social.
Buscaban reinstaurar el orden social precedente, reconstituyendo la clase media campesina, para que esta
actuara limitando al proletariado y al orden senatorial. El propósito último era la recuperación del equilibrio
republicano de la Constitución del Siglo III AC. Los actores fueron Tiberio y Cayo Graco, plebeyos ricos que
integraban el Círculo de Escipión Emiliano. Por eso contaban con el apoyo de la aristocracia liberal que integraba
ese Círculo, que adhería a los principios moralizadores del helenismo y de la antigua cultura romana, y que también
aspiraba a la reconstitución de la clase media campesina como prerrequisito para el re-encauzamiento
político del régimen. De ahí que contaran con apoyo político para sus proyectos colonizadores.
El proyecto de Cayo no logró consolidarse. Cuando se trasladó a la colonia Juniona, situada cerca de
la destruida Cartago, se produjeron en Roma innovaciones políticas: el Partido Oligárquico logró romper la
coalición que sostenía a Cayo. Menos que la reforma socio-económica planteada, a esa oligarquía le
preocupaban los proyectos políticos: la pérdida de los tribunales judiciales y la merma de poder para
distribuir las provincias entre los promagistrados, con lo cual perdía su arma sobre los magistrados39.
El pueblo votó inesperadamente, contra Cayo Graco y a favor del proyecto de Livio Druso, que por
supuesto nunca se aplicaría. El día de la votación los oligarcas llevaron agitadores profesionales. Fueron
asesinados los jefes del partido y sus seguidores, y a continuación 3.000 demócratas fueron ejecutados en la
represión que siguió a este verdadero golpe de estado hegemonizado por el sector oligárquico. Cayo Graco se
hizo matar por un esclavo, para evitar caer en manos de sus enemigos.
Con el fracaso de los hermanos Graco quedaron dos fuerzas sociales en oposición. Por un lado el
Orden Senatorial, que por un tiempo logró reconstruir su poder, debilitado por el accionar de Cayo, quien había
construido sobre el Tribunado un régimen de poder personal al estilo de Pericles 40. Más que antes, ese sector
oligárquico actuará en su propio beneficio, totalmente olvidado de las viejas ideas romanas y helenísticas de
"patriotismo". Por otra parte el proletariado urbano, conjunto sin convicciones ni patriotismo, que sólo se movía
por apetencias de dinero. Este elemento, puesto al servicio de generales ambiciosos, constituirá el instrumento
39 Se dispuso que los gobiernos provinciales serían sorteados antes de que fueran electos los magistrados, para
que éstos no se vieran en la necesidad de contemporizar con los senadores para lograr los mandos anhelados
40 La concepción helenizante de poder personal de Cayo Graco, como situación excepcional que hiciera posible
la afirmación del régimen constitucional y que se orientara a introducir reformas que beneficiaran a los pobres -y
a costa de los ricos-, no se relaciona con las fórmulas de Poder Personal del siglo I a.C., apoyadas en el poder
militar.
físico que sostendrá poco después la dictadura militar.
Con la muerte de Cayo Graco se abrió la etapa final de decadencia de la República Romana (122-31
AC). Se produjo la decadencia final del régimen oligárquico y se iniciaron las guerras civiles que llevarían a
la entronización del Poder Militar, y finalmente a la organización del Imperio.
4.- La Contrarrevolución Oligárquica se dio a fines del siglo II AC, con el propósito de reconstituir el
poder senatorial, afectado por los avances del partido democrático en tiempos de los hermanos Graco. En
esa fase contrarrevolucionaria se violó ya totalmente la Constitución del Siglo III AC, pues se instauró una
dictadura militar, a cargo de Sila.
Este proceso, que llevó a la ruina de ambos partidos y de la República misma, porque condujo a la
instauración del Poder Personal, empezó como una etapa de guerras civiles, en vísperas del siglo I AC, entre los
dos partidos en pugna: el oligárquico y el democrático. Fueron dirigidas por generales al mando de tropas. El
primer binomio de contendientes fue el de Sila y Mario, quienes representaban respectivamente a aquellos
partidos.
La guerra pasó por una serie de etapas. Finalmente, cuando la Oligarquía percibió que su dominio
peligraba, apoyó a Sila para que diera un golpe de estado. Sila, que hizo uso del ejército reformado por Mario -
reforma que veremos en el tema siguiente-, marchó sobre la ciudad, penetró en ella armado, derrocó al
gobierno demócrata, e instauró una dictadura militar. Con eso salvó el poder oligárquico, pero la irrupción
de la tropa armada significó la violación del último principio de la Constitución del siglo III. Nunca antes se
había instalado una dictadura militar del tipo de la silana. Sila ocupó el poder en dos oportunidades, con un
interregno en el que el poder volvió al partido democrático, en este caso liderado por Mario, quien sometió a la
oligarquía a una sangrienta represión, que impactó a sus propios aliados.
Sila dictó una serie de disposiciones para reafirmar el poder de la oligarquía. Respecto a las
Instituciones:
a) Redujo el poder de los Comicios Tributos, a los cuales quitó atribuciones, pues allí era mayoría el
partido democrático en representación de la clase media campesina, y dispuso que toda moción sólo podía
presentarse ante los Comicios si primero había sido aprobada por el Senado. De ese modo aumentó el
predominio del Senado sobre los Comicios, y también sobre la Magistratura, pues a partir de entonces, los
magistrados y los generales serían elegidos por el pueblo reunido en Comicios, pero sólo de entre una nómina con
previo aval de los senadores; y ellos se lo daban a quienes pertenecían a su sector social y partido, pues
defenderían sus privilegios.
b) Actuó para domesticar a los Magistrados. En primer lugar operó contra los Tribunos: les prohibió
el acceso a las magistraturas superiores; y así, al desgajar esa institución de la carrera de los honores, hizo que
dejara de ser atractiva para los hombres capaces pero con aspiraciones a ocupar cargos superiores.
c) El Senado se transformó nuevamente en la institución nuclear del sistema, porque –como vimos-
recuperó la integridad de la auctoritas patrum, al prohibirse a los magistrados presentar proyectos ante las
Asambleas sin previa autorización senatorial.
d) Los tribunales judiciales volvieron a ser monopolizados por el sector senatorial, pues fueron
expulsados los miembros pertenecientes al sector ecuestre, y se prohibió su entrada. Este sector de los caballeros
perdió, además, los símbolos honoríficos.
Las reformas silanas fueron efímeras. No sería efímero, en cambio, el ejemplo de desprecio hacia la
normativa republicana que dio al ingresar a Roma con las tropas ni al introducir modificaciones que variaban el
orden institucional establecido por la Constitución.
Su ejemplo fue imitado más adelante por la oposición, que usó idénticos instrumentos para imponer su
propio proyecto. Se estaba ya a un paso de la instauración del Régimen Personal.-
Mario concibió una reforma que transformó el ejército ciudadano en ejército profesional. Convocó a
los proletarios, los incorporó a título de voluntarios y no en virtud del principio de obligación, y estableció
dos innovaciones: el Estado costearía el vestuario del soldado, y éste recibiría una retribución pecuniaria.
Con esta reforma: a) el servicio militar dejó de ser un deber cívico para convertirse en un oficio; b) el
ejército pasó a ser profesional.
La reforma militar tuvo importantes efectos políticos. Se produjo una división en la sociedad entre
«civiles» y «militares», categorías que antes no existían. Los soldados no conocían otra vida que la militar, no
tenían otros intereses que los del ejército y las ideas de «legalidad» y «constitución» nada les significaba.
.
El segundo enfrentamiento entre generales ocurrió entre Pompeyo y César, quienes representaban dos
modalidades distintas de poder personal, las cuales se implementaron de hecho en el siglo I AC. -en forma
sucesiva-, sin que se produjera una transformación del orden constitucional en correspondencia. O sea que se
aplicaron en forma extra-legal.
El Principado de Pompeyo
La idea del Principado estaba en el ambiente, y Pompeyo no hizo otra cosa que aprovechar la oportunidad
en su beneficio, cuando ella se presentó. El gran teórico del sistema fue Cicerón, antiguo defensor del régimen
republicano, que se propició esta fórmula mixta cuando fue consciente de la necesidad de transformar el régimen
vigente, sin que la Oligarquía Senatorial perdiera todo el poder. Cicerón, que representaba al sector más moderado
de la oligarquía, concretó su planteo en «De la República», escrito en el año 54 AC. Pompeyo aspiraba a ocupar
ese lugar, pero pretendía que la función de Princeps le fuera legalmente consentida. Se dispuso a usar para ello el
instrumento de que disponía: el ejército.
Las circunstancias fueron favorables para Pompeyo, quién empezó a buscar mandos extra-legales en el año
70 AC. Recibió un mando extraordinario, con extensión sobre todas las costas del Mediterráneo, -y 50
millas al interior- para terminar con la piratería que afectaba el comercio. Antes de terminar consiguió otro mando
extraordinario: la guerra contra Mitrídates, rey del Ponto, para subsanar las derrotas sufridas por el ejército de
Oriente. Ambas campañas fueron brillantes, y volvió exitoso. Pero no consiguió la anhelada designación de
Princeps. Y, peor aún, el Senado –que había temido su asalto del poder- lo humilló negándole honores,
designaciones, e incluso los premios para sus hombres.
Pompeyo logró otra designación como Cónsul con el apoyo del Partido Democrático, pero continuó
buscando alianzas con el Senado, y obtuvo logros parciales cuando la situación de anarquía imperante
requería de un poder militar importante y confiable. Así fue consiguiendo poderes extraordinarios. En el 52
AC recibió el cargo de «Cónsul Ünico», con poderes excepcionales para imponer el orden ante una
situación de total anarquía. Su situación legal era inconstitucional: el consulado era tradicionalmente una
institución colegiada, debía durar sólo un año, no incluía poderes excepcionales, no podía acumular el proconsulado
(y él era, además, procónsul en España). La situación de excepcionalidad llevó a que los contemporáneos de
Pompeyo empezaran a llamarlo Princeps. Pero nunca logró el título de Princeps Romanus. Fue un Princeps de
hecho, que nunca logró la transformación institucional buscada. Y como Julio César tenía también expectativas de
dominio unipersonal, terminaron enfrentándose militarmente en el 45.AC. Y Pompeyo perdió.
6. El IMPERIO ROMANO
El Imperio Romano se extendió desde el año 27 AC hasta el 476 DC. Durante esta larga etapa el
Imperio fue dividido en dos sectores: el Occidente con capital en Roma, y el Oriente con capital en
Constantinopla. En 476 DC el sector que se derrumbó al ser invadido por los pueblos germanos, fue el
imperio Occidental, y ese hecho fue tomado por los historiadores como separador de época. Ese año no sólo
marca la caída del Imperio Romano, sino también el fin de la Edad Antigua. El sector Oriental del Imperio
Romano, que adoptó el nombre de Imperio Bizantino, continuó vigente durante toda la Edad Media, y cayó en
1453. Ese hecho, considerado también como separador de época, marca para los historiadores el fin de la Edad
Media.
Durante su vigencia, el Imperio Romano vivió dos momentos: a) la fase del Alto Imperio o Principado,
desde el 27 AC, luego del triunfo de Augusto sobre Antonio y su aliada Cleopatra, reina de Egipto, en la
batalla de Actium, hasta la Crisis del siglo III; b) el Bajo Imperio o Dominado, desde esa Crisis hasta la caída
en 476, cuando la cocona imperial cayó en mayos de las tribus germanas.
Amos momentos son muy diferentes en cuanto al modelo teórico y a la organización interna del régimen. El
Principado institucionalizó lo que había sido el esquema de Pompeyo, en tanto que en el Dominado se impone una
Monarquía Absoluta, en correspondencia con el proyecto frustrado de Julio César.
I.- El Modelo. Augusto era, en el plano jurídico, un Princeps, un primer ciudadano -como Pompeyo
pretendiera serlo-, cuya designación era realizada por el Senado y ratificada por el pueblo, que poseía
“poderes plenarios concedidos por el pueblo, para el manejo de la política externa y de los asuntos
militares». En cuanto a política interna, poseía una parte importante de las atribuciones, pero compartía este
plano gubernativo con el Senado y las demás instituciones republicanas. Su ámbito preciso de gobierno era
el territorio extraitálico, con mayor poder en las provincias «imperiales» que en las «senatoriales». La ciudad
de roma, en cambio, seguía –al menos en teoría- en manos de las instituciones tradicionales, y por tanto del
Senado.
El Princeps era en realidad, casi un rey en el territorio imperial, por los poderes que fue acumulando.
En cuanto a su injerencia en la vida de la ciudad de Roma, dependió de su particular estilo. Hubo princeps
autoritarios, que prácticamente anularon al Senado -e incluso persiguieron a sus miembros-, y actuaron
como reyes de Roma; hubo en cambio otros que, más respetuosos, cedieron su cuota de poder a la
Oligarquía. En consecuencia, aunque en teoría el Senado era la institución hegemónica para el gobierno de
Roma, su grado de poder dependía del lugar que el Princeps le asignaba.
II.- El Poder Imperial se fundaba en tres atribuciones básicas: la potestad tribunicia, el imperio
proconsular y el sumo pontificado. Se añadían otras facultades, títulos y honores.
1) La potestad tribunicia -que recibía pese a su condición de patricio por el hecho de ser emperador-, era
concedida el Emperador en forma ampliada, porque carecía de límites espacio-temporales, y de ese otro importante
freno que implicaba la colegialidad. Esta potestad le significaba al Princeps: a) facultades propias del poder
tribunicio; b) prerrogativas frente al Senado y al pueblo. c) inmunidades.
2) El Imperium Proconsular, también ampliado espacio-temporalmente; por tanto, completo y universal,
porque no era compartido y se extendía a todo el Imperio. Suponía la totalidad de las funciones militares,
judiciales, gubernativas y administrativas en el territorio imperial, particularmente en las provincias
imperiales, en las que actuaba a través de su legado, el gobernador. En las provincias senatoriales tal poder no era
tan directo en principio, pero las limitaciones fueron decayendo.
3) El Pontificado Máximo lo hacía intermediario entre dioses y hombres, autoridad máxima de los
institutos culturales y depositario de la tradición religiosa de Roma.
4) Otras Facultades, Títulos y Honores. Recibía facultades provenientes de las magistraturas
romanas –la Censura en especial, cargo que desapareció-, el Senado y los Comicios, por una Ley de
Investidura que sancionaba el Senado y votaba el pueblo. Recibía además Títulos y honores: Príncipe del
Senado y de la República, Imperator - por ser el máximo jefe de los ejércitos, César -que se asociaba desde Julio
César con la reyecía-, Augustus -que aludía a la sacralidad de la condición imperial-, Padre de la Patria y Divus.
Recibía el juramento de obediencia de los pueblos de todo el imperio, producida su entronización.
5)- La laguna del sistema, resultante del hecho de ser una monarquía encubierta, era el Régimen
Sucesorio. El Princeps era un Primer Ciudadano, que tenía sus poderes por delegación popular. Por tanto,
no podía establecerse la sucesión hereditaria: se suponía que eran el Senado y el Pueblo quienes debían
designar a los sucesores. Para evitar riesgos, se procedió a la «adopción» y a la «asociación». Eso significaba
que cada Princeps, en algún momento de su mandato, adoptaba al ciudadano que elegía como sucesor y lo
asociaba a su poder, confiriéndole la Potestad Tribunicia y el Imperium Proconsular. Producido el deceso de cada
Princeps, el Senado le ofrecía el cargo a aquel que, por estar asociado, ya tenía mando militar y conocía de la
problemática gubernativa del imperio. Ese ofrecimiento era una formalidad: era la forma como se preservaba la idea
del régimen republicano. El sistema funcionó durante los siglos I y II dC -familias Julio-Claudia, Flavia, Antonina-. En
el siglo III entró en crisis, y luego de medio siglo de guerras civiles se hizo necesaria la implementación de un nuevo
sistema.
a) En Italia se preservó el ordenamiento municipal que ya existía, y que les significaba a las regiones
conservar una cierta autonomía, bajo la vigilancia de las Instituciones Romanas -el Senado y los
Magistrados-. Los italianos recibieron la ciudadanía plena, y fueron repartidos nominalmente entre las 31
tribus rústicas; pero la distancia les impedía ejercer los derechos políticos. Eso dejó de tener importancia en la
etapa imperial.
b) Las Provincias fueron repartidas en el 27 aC -año de la asunción de Augusto- entre el Senado y el
Emperador. (Aymard, op.cit.). Las «exteriores» o de las zonas fronterizas fueron las imperiales, y las «interiores»
las senatoriales (Ponsati: op.cit.). En un principio ambos lotes fueron aproximadamente iguales, pero las nuevas
anexiones por conquistas y las modificaciones rompieron ese equilibrio. Desde mediados del siglo II, 23
provincias dependían del emperador, y sólo 10 provincias lo hacían del Senado.
El Emperador tenía pleno dominio sobre los gobernadores de las provincias imperiales. Eran
propretores, porque sólo el emperador era procónsul en todo el territorio imperial. Ostentaban el título de
«legados de Augusto», expresión que expresaba su subordinación. Carecían de legiones a su mando, salvo
el caso de Egipto, explicable por la importancia de la provincia como proveedora de trigo. Escogidos y
nombrados por el Princeps, no estaban en funciones más que el tiempo que él quería, y eran responsables
sólo ante él o los jueces que elegía. La gran mayoría de los legados imperiales pertenecieron al orden de los
caballeros. Los gobernadores de las provincias senatoriales sólo nominalmente tenían más autonomía. Al
terminar su período gobernadores eran sometidos a juicio, y las condenas, en los casos de expoliación o
corrupción, fueron ejemplares
Las provincias fueron perdiendo las autonomías o franquicias concedidas cuando fueron creadas, y
se fue imponiendo la uniformidad. Implicó cierta lentitud, porque era necesario consultar todo al gobierno central.
Aún así, las provincias se beneficiaron con el régimen imperial: el desgobierno y las expoliaciones disminuyeron,
porque la pirámide de funcionarios se controlaba permanentemente, y por el temor a los castigos.
En Suma. El régimen imperial surgió como una necesidad, y fue funcional porque llevó la eficiencia
administrativa y la paz que se requería, porque puso fin a las guerras civiles y a los conflictos sociales y
partidarios. Llevó también las conquistas a sus límites e inauguró un importante período de paz, bajo el
gobierno de emperadores extranjeros, como por ejemplo los ibéricos. Alcanzó su etapa de florecimiento en los
siglos I y II de nuestra era, llamados respectivamente «el siglo de Augusto» y «la pax romana»: épocas de gran
desarrollo cultural, artístico y jurídico. Los vicios en los que se fue cayendo lo debilitaron y generaron el
conflicto, a lo cual se sumó el problema externo.
6. Crisis Religiosa. El proceso seguido por Roma, fue semejante al experimentado por el mundo
helénico. Se caracterizó por: a) La decadencia del culto cívico porque a medida que la crisis se extendía,
empezó a ser insatisfactorio para los romanos ese culto sin suficiente contenido espiritual. De ahí la
adhesión a cultos orientales. b) La difusión del Cristianismo que ofrecía el contenido espiritual que el hombre
necesitaba y la promesa de una vida trascendente en relación a la vida terrena, con premios y castigos
futuros.
Los primeros cristianos sufrieron algunas persecuciones, por su negativa a adorar la figura del
Emperador, que daba unidad cultural y espiritual al Imperio; pero en general, durante los primeros siglos las
persecuciones fueron esporádicas y primó una tolerancia implícita. A partir del 250, y en especial en los años
257 y 258, los edictos inauguraron las persecuciones generales, movidos en buena parte por la crisis, quizás
porque se hacía necesario buscar un chivo expiatorio; y los cristianos, con su negativa a respetar los cultos
tradicionales, parecían afrentar a los dioses tradicionales. Se responsabilizaba de la miseria a los adeptos a
esta religión separatista, cuya existencia provocaba la ira de los dioses. Pero la violencia no fue suficiente
para extirpar una religión que tenía cada vez mayor cantidad de seguidores, y de calidad social más alta. A poco, su
importancia numérica haría que los emperadores comprendieran que debían contar con sus miembros, y los
buscarían como aliados.
5. El problema militar -fronterizo no pudo ser solucionado. Durante siglos Roma se había extendido a
expensas de otros pueblos, y había estructurado fronteras fuertes. A medida que la Crisis asoló el Imperio,
esas fronteras se fueron debilitando, y los pueblos que desde tiempo atrás presionaban por entrar, lograron
hacerlo.
La frontera del Danubio estalló a fines del siglo IV. Empujados por los hunos, los visigodos invadieron el
imperio, asolaron la Península Balcánica, y como fueron derrotados por el emperador Valente en la batalla de
Andrinópolis, torcieron al Oeste y atravesaron Iliria, con lo cual salieron del Imperio Romano Oriental. Ingresaron al
Imperio Occidental, invadieron Italia y amenazaron con ocupar Roma. La mediación del Papa hizo posible que se
retiraran, y que finalmente se instalaran, con autorización de los romanos, al S.O. de Francia y este de España,
formando el Reino Visigodo. La frontera del Rin estalló en el 406, cuando suevos, alanos y vándalos penetraron en
la Galia y se desparramaron por España; y luego los francos ocuparon Francia. Se formaron así en Francia dos
reinos, el Burgundio y el Franco, éste destinado a tener gran importancia en la Edad Media.
Las invasiones germanas continuaron. En el año 476 Odoacro, rey de los hérulos, ocupó Roma,
destronó al Emperador, y envió las insignias imperiales a Bizancio. Con ello se puso fin a la vigencia del
Imperio Romano Occidental, y ese hecho es considerado por los historiadores como un separador de
época: el 476 marca el fin de la Edad Antigua y el comienzo de la Edad Media. El Imperio Romano Oriental
subsistió durante 10 siglos más, y allí se preservó el régimen monárquico absoluto, la idea abstracta del
estado, el derecho romano -que fue recopilado por el Emperador Justiniano-; y todos esos elementos
políticos, que se perdieron en Occidente durante varios siglos, empezaron a ser recuperados a partir de los
siglos XI y XII. El Imperio Romano Oriental subsistió hasta 1453, fecha en que cayó por la invasión turca a
Europa, y se considera esa fecha también como de finalización de la Edad Media y nacimiento de la Edad
Moderna.
El Imperio Romano Oriental o Bizantino persistió durante 10 siglos, hasta 1453. Conservaron
tradiciones romanas, como la concepción abstracta del Estado y el principio de la monarquía absoluta, que
reflotaron en Europa Occidental durante la Baja Edad Media.
Ningún otro sistema griego era tan apropiado como el estoicismo para ensamblar con las virtudes
originarias de dominio de sí mismo, devoción al deber y espíritu público de que se enorgullecían los
romanos, y ninguna concepción política estaba tan bien cualificada como la doctrina estoica del estado
universal para introducir un cierto idealismo en...la conquista romana. El punto de contacto...en el tercer
cuarto del siglo ll, estribó en la relación de dos griegos, Panecio y Polibio, amigos personales, con el grupo de
aristócratas romanos que formaban el círculo de Escipión Emiliano.
Paulo Emilio, padre de Escipión, legó a su hijo de un amor y admiración por el saber griego, además de una
extraordinaria biblioteca del rey Perseo. Con este bagaje de conocimientos, durante su infancia Escipión entabla
amistad con Polibio, y mientras se inicia en la experiencia militar que pronto lo llevará a ser el vencedor de Cartago
y Numancia, se nutre en la cultura filosófica de su amigo. A esta relación, se une el filósofo Panecio de Rodas,
renovador del Estoicismo, y poco a poco parientes y amigos romanos que ocupan diversos escalones del cursus
honorum, se suman a las conversaciones de elevada y delicada cultura.
a) Reexpuso su doctrina de manera fácilmente asimilable para los aristócratas romanos ajenos al pensar
filosófico pero admiradores del saber griego
b) La doctrina se aproximó más bien a una especie de filosofía del humanitarismo: admitió la justificación
moral de las ambiciones y pasiones más nobles y humanitarias; no exigió al sabio cerrarse a los sentimientos y
acabó con la oposición entre comunidad de sabios y relaciones sociales cotidianas; reemplazo el anhelo de
autarquía por un ideal de servicio público, humanidad, simpatía y amabilidad. Reafirmó la idea de la unidad de la
especie humana, la igualdad de los hombres por encima de sexos, rangos, riquezas y dotes naturales; la igualdad
de derechos entre los hombres, derechos que deben ser reconocidos por la ley para que el hombre los goce y
disfrute.
La aceptación del Estoicismo entre los romanos estuvo influenciada no sólo por sus puntos de contacto
con los ideales de este pueblo, sino porque además les ofrecía la posibilidad de superar un esquema de
convivencia en crisis: en el siglo ll el mundo mediterráneo se había convertido en un espacio efectivamente
conocido, con efectiva comunicación entre sus partes y pueblos, un espacio de convivencia donde las diferencias
locales tenían cada vez menor importancia; por ende el particularismo de la ciudad estado al estilo griego, estaba
en absoluta decadencia. Para ese espacio común, surgido de la conquista romana, el Estoicismo planteaba un ideal
de fraternidad entre todos los hombres, unidos bajo una justicia que no hacía distinción alguna. En este estado
universal, la unión ética y moral de sus súbditos creaba los lazos de lealtad por encima de cualquier impuesta
obediencia.
El Estoicismo tuvo larga tradición en Roma. En la época imperial –afirman A. Aymard y J. Auboyer “pudo
proporcionar, en nombre de la virtud, el armazón moral de la protesta contra los malos emperadores del siglo l y, en
el siglo ll, actuar sobre todos los círculos cultos incluso antes de que el ejemplo de Marco Aurelio multiplicase sus
adeptos”.
El resultado de significación más duradera que tuvo la influencia del estoicismo en el Círculo de Escipión
consistió en el hecho de que afectó a los hombres que emprendieron los primeros estudios de jurisprudencia
romana. Para esos romanos de la clase gobernante, la reexposición del estoicismo hecha por Panecio parecía
ofrecer los medios de conservar lo mejor de los viejos ideales romanos ilustrados por el cultivo del arte y de las
letras y armonizados por una más amplia simpatía, buena voluntad y blandura. Los romanos denominaron a esto
humanitas... ese ideal ejerció una gran influencia sobre el estudio del derecho romano en el período crítico.
CICERÓN
Marco Tulio Cicerón (106 –43 AC) vivió en la época de descomposición de la República Romana, en el
siglo I AC. Participó activamente en política, ocupando distintas magistraturas: cuestor, edil, pretor, cónsul.
Antes se había destacado como brillante abogado y orador. Fue un hombre políticamente moderado, que
bregó por la permanencia de las instituciones republicanas.
La tradición acostumbra remarcar la influencia profunda que recibió de Polibio y de Platón. Como Polibio,
adhería al sistema “mixto” de gobierno, que combinaba elementos de monarquía, aristocracia y
democracia. Como Platón, tituló sus obras La República y Las Leyes, presentó el contenido en forma de
diálogos, ofreció el ideal del mejor gobierno y del mejor ciudadano, tomados simultáneamente en su relación
de conexión necesaria, y presentó la imagen del “político ideal de toda la literatura griega: el “Jefe” de
Jenofonte, el “Sabio, rey-filósofo o filósofo-rey de Platón, el “Buen ciudadano” de Aristóteles” (ibídem, 84).
1.- De las diversas formas de gobierno; donde luego de escribirlas al modo tradicional, deja clara su
preferencia, la mejor forma de gobierno es una cuarta compuesta por las tres primeras, que atempera las unas con
las otras. Coloco muy por encima de esas tres formas de gobierno aquellas que las reúne a todas, como cita
Rodríguez Varela.
2.- De las instituciones romanas; donde idealiza la república romana, haciendo alusión más a sus glorias
pasadas que a la época de decadencia que vivía. Desarrolla además la tesis de que la superioridad de la
organización política procede de que no es obra de un hombre solo, ni monumento de una sola generación, sino
fruto de la experiencia de muchos siglos y del genio de una larga serie de grandes hombres, resume Rodríguez
Varela.
6.- De las relaciones entre la religión y la felicidad de las sociedades, con el sueño de Escipión como
conclusión. Demuestra en este capítulo su visión espiritualista del hombre, tanto como Sócrates y Platón. Escipión
el africano, vencedor de Aníbal en las guerras púnicas, se aparece en sueños a su nieto Escipión Emiliano
invitándolo a contemplar la mano de Dios sobre el mundo.
En cuanto a su obra Las Leyes, complementa a La República en la exposición de su doctrina. Sus partes
son:
1.- El origen del Derecho; las leyes en general. Cicerón plantea la existencia de tres tipos de leyes: el
jus civile, o derecho común de los romanos; el jus gentium, o derecho intermedio, conformado por el derecho
consuetudinario de diversos pueblos; y el jus naturale, al que considera inmutable y necesario y está grabado
en la conciencia de los hombres. El derecho para Cicerón, no es...una simple técnica para preservar la convivencia
sino que debe reflejar acabadamente criterios objetivos de justicia, señala Rpdriguez Varela.
3.- La organización del poder, magistratura y reglas políticas y prácticas, en suma, las leyes políticas
de Roma
Ese hecho de la influencia griega ha llevado a algunos autores a desvalorizar a Cicerón considerándolo un
imitador de Platón, lo que implica obviar el hecho de que él tenía una formación clásica profunda. En contrapartida,
otros han tratado de presentarlo como el pensador original que ofreció en su obra el proyecto de lo que sería el
Principado, el régimen político que intentaría efectivizar Pompeyo, y que concretaría Augusto.
2. TEORÍA SOCIAL
La causa de la asociación en un Estado no es un pacto o contrato entre hombres aislados, producto de
la necesidad de protección, sino que es un hecho natural, porque “la naturaleza humana tiende a huir de la
soledad y está ávida de vida en común y de sociedad”. Así, como Aristóteles y después Santo Tomás, Cicerón
considera que los hombres son seres sociales por naturaleza, y que el origen del Estado debe rastrearse en
los hechos históricos: diversas familias eligieron una zona donde asentarse y “un hombre” los organiza y
reúne en una Ciudad, que luego se extiende sobre sus vecinos; y a partir de entonces se hacen necesarios
“una autoridad permanente y un gobierno constituido” (Prelot, 87)
Tanto la fundación como el desarrollo del Estado es para Cicerón una obra colectiva, porque por
sabio y virtuoso que sea el gobernante, “la grandeza de un Estado necesita la colaboración de toda la
colectividad, que trascienda del individuo tanto en el espacio como en el tiempo; y “se requiere el esfuerzo de
un pueblo durante generaciones para llevar el poder político a su grado de perfección”. (Prelot, 87).
El/los gobernantes que son los depositarios transitorios del poder, reciben del pueblo la “autoridad”
para mandar, autoridad que no deriva sólo de las condiciones personales del gobernante sino que es un
“hecho social”. La existencia de un “pueblo” reunido en una región determinada, que conforma el Estado -en este
caso, la Ciudad-, impone la existencia de una autoridad con poder de mando, para conducir a su pueblo a la virtud y
la felicidad. Cicerón entiende por pueblo: “un “grupo numeroso de hombres asociados unos con otros por su
adhesión a una misma ley y por una cierta comunidad de intereses”. (Prelot, 86).
3. ÉTICA Y POLÍTICA
a)- La Política es concebida por Cicerón como una actividad impregnada de un alto
contenido moral, porque el individuo cumple un deber consagrándose a ella. Para desempeñar el gobierno
de la ciudad deben desarrollarse las mayores potencias humanas: la sabiduría y la virtud, a las que debe
añadirse la experiencia cuando se trata de los cargos más altos; de allí la importancia de respetar el cursus
honorum. Sólo los hombres de bien pueden desempeñarse adecuadamente en los cargos políticos,
consagrándose al servicio de la Ciudad, que es el de los ciudadanos. Se trata de una actividad que tiene una serie
de inconvenientes –en los que Cicerón insiste en forma reiterada-: la incomprensión e injusticia de los ciudadanos,
la asociación con hombres de “poco recomendables”, el poner en juego la propia reputación. Pero en la medida en
que es un deber cívico, el individuo debe consagrarse a ella; y sólo cuando ya hubiera prestado ese servicio puede
dedicarse a su vida privada y a sus negocios particulares. Y es un deber cívico para los hombres de bien, porque lo
peor que puede a ellos pasarles es estar bajo la dirección de un mal hombre.
b)- El poder debe ser desempeñado por un hombre no sólo virtuoso, sino además munido de
suficientes conocimientos como para cumplir adecuadamente esa función; de ahí que debe instruirse en la
ciencia y el arte de la política. La ciencia moral y la ciencia política son así los dos instrumentos en los que todo
gobernante debe estar formado, pues ello le dará “competencia y autoridad”. Ese “mejor ciudadano” –que se
corresponde con el filósofo-rey de Platón-, debe ejercer una “autoridad benévola”. Debe ser una especie de “tutor”
del pueblo y de “moderador”, porque debe dirigir, controlar, ayudar y moderar los conflictos. El objetivo de todo
gobierno es favorecer “la perfección moral y la felicidad” de su pueblo, y debe estar impulsado por “el
desinterés y la humanidad”.
a)- “que la naturaleza humana y la recta razón emiten órdenes que deben ser respetadas por quien
las escucha;
b)- que esas órdenes de la recta razón no pueden ser modificadas por el derecho positivo y que los
poderes públicos son impotentes a su respecto;
c).- que las manifestaciones de esa recta razón tienen un carácter eterno y universal” (Prelot, 89)
En consecuencia, Cicerón desarrolla la idea de la existencia de una ley no escrita, la ley natural o ley
de razón, que precede a toda ley escrita (derecho positivo) a la cual ésta debe ajustarse para tener legitimidad.
El tema que no deja absolutamente claro es el de los derechos individuales. Para los romanos, como para
los griegos, el hombre sólo puede ser feliz si se desarrolla en la Ciudad y se acomoda a su normativa, o sea
si vive en función del bien común. Es por ello que en la Ciudad del mundo clásico “Todo se encontraba bajo la
vigilancia del Estado, incluso la religión, incluso la vida privada y todo le estaba subordinado, hasta la moral; el
hombre carecía de toda garantía en sus derechos individuales” (ibídem). “No obstante, el derecho romano aporta a
esta concepción totalitaria y autoritaria del Estado un correctivo jurídico capital: la distinción entre el derecho público
y el derecho privado” y con ello se ha producido un notable adelanto en relación a los griegos.
Cicerón plantea la existencia de derechos individuales, pero “no ha tenido la osadía intelectual suficiente
para ver en el derecho individual un derecho trascendental inherente a la personalidad. Los derechos del individuo
son, en la época en que él escribe, inmanentes a un ordenamiento jurídico procedente del Estado” (Prelot, 90).
UNIDAD 341.
Parte c- La caída del Imperio Romano. La Edad Media
41
Unidad elaborada por M.E. Darmanin, E. Villoria y R. Díaz Ricci
Introducción
La Edad Media abarca un vasto período que se extiende entre los siglos V y XV de nuestra era. Los hechos
fijados para marcar el comienzo y fin de esta Edad, se relacionan ambos con el Antiguo Imperio Romano:
la caída del Imperio Romano de Occidente (con capital generalmente en Roma) en el 476, por la
invasión de los pueblos germánicos (llamados por ellos “bárbaros”), con lo cual se considera que
empieza la Edad Media;
la caída del Imperio Romano de Oriente (con capital en Bizancio) en manos de los pueblos turcos de
religión musulmana, en 1453, con lo cual empieza la Edad Moderna.
La Edad Media se divide convencionalmente en tres períodos, sobre cuyas fechas los historiadores discrepan
relativamente. En general se consigna:
1-La Temprana Edad Media, entre los siglos V y VIII. En esta etapa se
pueden señalar dos cuestiones fundamentales:
la ruptura de la unidad política y cultural del Mediterráneo, que había sido la característica
del Imperio Romano;
la estructuración de un nuevo orden en Europa Occidental, con la formación de nuevos
Reinos.
2-La Alta Edad Media, entre los siglos VIII y XIII. Se caracterizó porque en su
transcurso se definieron los rasgos organizativos y culturales típicamente medievales, gestados en la etapa anterior.
Consolidación de los Reinos Bárbaros(con la imposición de unos sobre otros)
Consolidación del sistema de vasallaje propio del régimen feudal.
Redefinición de la Teoría de las Dos Espadas, lo que derivó en conflictos entre el Poder
Político y el Poder Religioso.
Progreso de las actividades económicas dentro del estilo «cerrado» o «sin mercados
exteriores», que hacia fines de la época empezó a debilitarse;
Afirmación del régimen social estamentario,
Desarrollo de la producción cultural, pero centrada en lo religioso,
Vida cotidiana regida por patrones de vida de fuerte contenido cristiano.
3-La Baja Edad Media, entre los siglos XIII y XV. Durante su transcurso se
sentaron las bases de lo que después sería el mundo moderno.
En lo político empezó a retroceder el sistema feudal. y a producirse paulatinamente la
concentración del poder en manos de los reyes, los cuales se apoyaron teóricamente en los
principios del renacido (en occidente) Derecho Romano.
En lo económico se afirmó la apertura del mundo mediterráneo, y al reimplantarse la
economía de cambio, renacieron todas las actividades económicas.
En lo demográfico y social se produjo el repoblamiento de las ciudades con un sector social
que hizo su aparición, y que desempeñaría en los siglos posteriores un importante papel: la
Burguesía.
En lo cultural, si bien lo religioso ocupó un papel destacado, empezó el lento proceso de
laicización que llevaría al Humanismo y el Renacimiento, en los siglos XV y XVI.
Las invasiones «bárbaras» fueron protagonizadas por los Germanos, conjunto de pueblos de origen
indoeuropeo o ario, proveniente de las estepas del sur de Rusia. Habían migrado hacia el oeste, y se habían
instalado en las fronteras del Imperio, sobre los ríos Rin y Danubio.
La situación que cada uno de ellos tenía frente a los romanos era particular: algunos estaban en pie
de guerra contra el Imperio; otros, como los Francos, se habían establecido con la anuencia de los
romanos dentro del territorio imperial al norte de la Galia, con el carácter de «pueblos federados».
En realidad, el Imperio estaba ya en decadencia, y usaba a los pueblos Germanos que consideraba
más civilizados instalándolos como soldados y campesinos en su frontera interna, como valla de
contención frente a los otros Germanos.
El estallido del «limes» o frontera romana se produjo en dos zonas, en diferente momento: en el Danubio
primero y en el Rin después.
El limes del Danubio se rompió a fines del siglo IV y penetró el pueblo Visigodo al territorio
del Imperio Romano de Oriente. Cuando el Emperador Valente los detuvo militarmente, recorrieron Iliria y
penetraron en Italia. Guiados por Alarico llegaron hasta las puertas de Roma, donde pactaron con el Emperador y el
Papa. Se retiraron con el derecho reconocido por los romanos de instalarse en el sudoeste de la Galia (Francia) y el
este de la península Ibérica.
El limes del Rin estalló a principios del siglo V (año 406). Ingresaron los Suevos, Alanos y Vándalos,
que se asentaron en la Península Ibérica (en Galicia, Portugal y Andalucía respectivamente). Posteriormente se
produjo el ingreso de otros pueblos, como los Burgundios que se asentaron en el sur de Galia (Francia), y los
Anglos y Sajones que cruzaron a Inglaterra.
Los árabes difundieron sus costumbres, su lengua y su religión por el Medio Oriente, Norte de África
y España. En España esos elementos no prendieron con la misma magnitud, porque los reyes cristianos lucharon
durante ocho siglos para expulsarlos, en un proceso que recibió el nombre de Reconquista Española. El último
paso lo dieron los Reyes Católicos, que conquistaron Granada en 1492, el mismo año en que Colón llegó a
América, ya en la Edad Moderna.
En el siglo V reino Franco se fundó en la Galia, en cuya zona N-NE se asentó originariamente
el pueblo germánico de los Francos como “federados” de los romanos. La caída del Imperio en 476 liberó a
los Francos del pacto acordado, ya que para los germanos el concepto de «estado» como objeto de
derecho público no existía, y las relaciones (aún entre gobernantes) eran personales, con lo que la
desaparición física de los firmantes determinaba la caducidad del pacto. Dirigidos por la Dinastía Merovingia
iniciaran una campaña de expansión que les permitió apoderarse de la mayor parte de la Galia, expulsando
a los Visigodos-42, y conquistando a los Burgundios en 532.
A mediados del siglo VI el Reino Franco ya constituía un estado compacto, pero el reino se
debilitó debido a dos cuestiones:
1-La aplicación de la Ley Sálica, que consideraba al reino y al título del rey como objetos de derecho
privado, y determinaba que todos los hijos varones legítimos tenían iguales derechos en relación a reino y título. El
Estado Medieval, debido a esta concepción, fue un Estado Patrimonial: estado y corona eran patrimonio
personal del rey, y él los dejaba en herencia a sus hijos según su criterio, pudiendo dividirlo; y si no era así,
los hijos a menudo colisionaron entre sí porque se sentían con idénticos derechos.
2-El desarrollo de una fuerte aristocracia, que creció a expensas de los poderes públicos, y debilitó
la monarquía. La carencia de medios para sostener la administración interna –falta de moneda- llevó al rey a
encargar los grandes propietarios –la nobleza- la dirección del gobierno local. Así, delegó en ellos las funciones
propias del Estado: la percepción de los impuestos, la leva del ejército, la administración de justicia. Así se irá
constituyendo lentamente el sistema feudal como forma de organización interna, el cual dio gran poder a los
nobles, a expensas de los reyes.
En el siglo VII los reyes aún reinaban, pero la nobleza gobernaban, sobre todo a través de un
funcionario que asistía al rey y terminó detentando realmente el poder: los Intendentes o Mayordomos de
Palacio. En Austrasia, una de las zonas en que se dividió el reino Franco y que presentaba menor tradición
romana por estar más al norte, el Intendente carecía de ataduras lo que le permitió imponerse a los reyes
Merovingios. Así, los Mayordomos o Intendentes de la familia Carolingia, terminaron por reemplazar a los
débiles reyes legítimos, los Merovingios.
42La expulsión de los Visigodos ocurrió en el 507, con la Batalla de Voillé. Los visigodos se concentraron en España, hasta
su derrota por los musulmanes, en el 711. Se refugiaron en la zona del Mar Cantábrico, y desde allí iniciaron la lucha de
Reconquista.
De la monarquía Merovingia a la Carolingia
Los Mayordomos que se sucedieron en Austrasia fueron: Pipino el Viejo, Pipino de Herstal, Carlos
Martel, Pipino el Breve.
Pipino el Breve mantuvo buenos vínculos con la Iglesia pues necesitaba su apoyo político. Intendente
de Palacio y rey de hecho, aspiraba a serlo de derecho. Pero para concretar un golpe de Estado contra el rey
legítimo necesitaba la aprobación pública del Papa, considerado la más alta autoridad moral del momento (Pirenne:
1992). El Papa, por su parte, buscaba terminar sus relaciones con el emperador de Oriente, del cual aún
dependía, pues a éste la distancia le impedía defenderlo militarmente, y el peligro que significaba el avance
de los Lombardos sobre Roma era inminente.
En el año 75l los delegados de Pipino sugirieron al Papa Zacarías «si no era más conveniente que el título
real perteneciese a quien ejercía la autoridad suprema que a quien sólo la poseía en apariencia» (Pirenne: 1992,
56). Con la aprobación papal, Pipino se hizo proclamar rey por una Asamblea de Nobles. En la ceremonia de
coronación, el Papa ungió la frente de Pipino con los Santos Óleos, sellando así la alianza entre el poder
temporal y el espiritual. El monarca adquirió una fuerza moral de la cual hasta entonces había carecido
porque ahora era sagrado. Desde entonces la idea de sacralidad del poder monárquico se impuso.
La alianza se consolidó cuando en 752 el Papa Esteban II pidió la devolución del favor: el auxilio frente a los
Lombardos. Convinieron que, derrotados los Lombardos, los territorios de Italia serían del Papa, disponiéndose así
arbitrariamente de «una comarca cuyo propietario legítimo era el Emperador» (Pirenne: 1992; 58). Concluida la
victoriosa campaña, el Papa consagró el linaje Carolingio, al hacer extensiva la consagración a los hijos de Pipino.
Los efectos de esa alianza fueron trascendentes en la historia europea:
1. El Papa recibió las tierras convenidas, fundándose así en 755 los Estados Pontificios, lo cual
transformó al Papa en soberano temporal. Como carecía de poder militar propio, el Papa otorgó a Pipino el título
de “Patricio de los Romanos”, por el cual establecía entre ellos un lazo personal, que obligaba a los Francos a darle
protección.
2. El poder de la realeza cambió de carácter. El poder laico de los Merovingios fue reemplazado por
otro con un componente religioso que lo afirmaba. La consagración hacía del soberano una especie de
personaje sacerdotal, un ser sagrado, que recibía su poder de Dios, razón por la cual Pipino colocó la cruz en sus
emblemas y se auto-tituló «rey por la Gracia de Dios». En lo sucesivo el rey no será un César que apoyará su
autoridad en recursos terrenos, sino que planteará como su misión esencial la de hacer reinar sobre la tierra los
preceptos de la moral cristiana. A partir de entonces se hizo de la religión un asunto de Estado. Sólo quienes
pertenecían a la sociedad cristiana podían convivir en la Sociedad Política, y la excomunión equivalía a poner a un
individuo fuera de la Ley. Estas características del poder real se preservaron a lo largo del medioevo.
43Los términos “sacral" y "sagrado" son correlativos. Es “sacral” aquello que la Iglesia consagró, porque con la
consagración le confirió el carácter de sagrado.
en el césaro-papismo, planteo según el cual como el emperador era el soberano de todo el territorio
imperial, todos sus habitantes –incluidos los de los Estados Pontificios- eran sus súbditos; pero además
implicaba que, como era ” Protector de la Iglesia” el Papa debía notificarle su elección y esperar la
convalidación de su designación.
2. Política de expansión y conversión de los paganos. Las guerras de conquista carolingias
asumieron un matiz marcadamente religioso, debido al ensanchamiento del ámbito de lo político provocado
por la sacralización de la monarquía. El rey no toleraba disidencias en cuestiones de fe entre sus súbditos.
Se consideraba que rehusar el bautismo o traicionar ese compromiso religioso, implicaba ponerse fuera de la ley.
La expansión del Imperio Carolingio comprendió la región de Europa central.
3. Política religiosa intervencionista. Carlomagno quiso gobernar la Iglesia como al Estado, llegando
a opinar en cuestiones de dogma. Así, convocó Concilios, persiguió a las herejías, nombraba a los obispos, a
quienes encargaba funciones civiles.
4. Política cultural muy activa. Reunió en su corte a los sabios de la época, impulsando un
movimiento intelectual y literario en la corte imperial, por lo cual se habla de «Renacimiento Carolingio». Como
lo que más le preocupaba era la formación de buenos administradores y obispos, organizó la escuela palatina. En
ella fueron transcriptas y luego re copiadas sus leyes (las «Capitulares de Carlomagno»). También se trabajó con
las obras del papa Gregorio el Grande y de los Padres de la Iglesia, y con decretos del Derecho Canónico. Los
eruditos de esa época no fueron grandes creadores, pero conservaron gran parte de la herencia de Roma y de los
primeros tiempos de la Iglesia.
5. Administración interna del Estado. La principal preocupación de Carlomagno fue controlar a sus
administradores locales, los grandes propietarios. Estos nobles (Barones, Condes y Marqueses)
detentaban los atributos de la soberanía (presidencia de los tribunales judiciales, recaudación impositiva,
jefatura de los ejércitos) y tenían poder directo sobre la población. El control era difícil por la falta de
moneda para pagar funcionarios que hicieran esa tarea, por la fragilidad de las nociones de Estado y de
deberes cívico, por la pérdida de la escritura que hacía que los convenios debieran confiarse a la palabra, los
contactos personales y la memoria. La sumisión era apenas pasajera. (Perroy; 141). Los reyes carolingios pudieron
imponerse a la aristocracia por diversos procedimientos:
El régimen Feudal
Recibe el nombre de Feudalismo el sistema institucional fundada en la concepción de soberanía
como objeto de Derecho Privado, ligada a la propiedad. Se caracteriza por la debilidad del poder real y el
fortalecimiento del poder de los propietarios -que asumen funciones gubernamentales-, la relación contractual
entre los factores de poder político -rey, señores feudales, vasallos- y su organización de modo
piramidalmente jerarquizada. El régimen estaba ya estructurado en el año 1000, «en todas partes las
magistraturas superiores, las realezas, sin desaparecer, habían sido despojadas de todo poder efectivo. Aunque por
su consagración el rey conservaba una preeminencia de carácter sobrenatural» […] en los hechos carecían de
poder real, salvo en sus territorios particulares (Perroy: 1969; 60).
El Feudalismo fue un fenómeno típicamente europeo, pero como ciertas características se dieron en
otros lugares y tiempos, puede hacerse extensivo el término «feudalismo» a aquellas situaciones en las que
la autoridad central es muy débil y, en cambio, los grandes propietarios locales son los que ejercen -
legítima o arbitrariamente- los atributos de la soberanía.
3- La revolución cristiana. Iglesia, Papado y Órdenes Monásticas. Pensamiento político en San Agustín.
En suma, a comienzos del Medioevo la Iglesia mostraba una decadencia propia de la época, pero al mismo
tiempo aparecía llena de fuerza y de futuro. Y ello derivó del crecimiento de dos sectores internos: el Monaquismo
por un lado, el Papado por el otro.
Reforma Eclesiástica.
La decadencia del Imperio Carolingio en el siglo X, y la consecuente caducidad de una autoridad
fuerte que frenara la dispersión, trajo aparejado un proceso de intensa feudalización en las regiones de la
Francia Occidental y de Italia; y en forma correlativa, dada la estrecha ligazón entre los planos estatal y eclesial,
ocurrió un mayor deterioro del estilo de vida del clero, tanto secular como regular.
El clero regular habitaba los monasterios que, instalados en la campiña, eran cada vez más
numerosos y ricos.
En el año 910 se fundó el monasterio de Cluny, su planteo era sencillo: puesto que la vida
terrena era la antesala de la eternidad –la verdadera vida-, y la salvación del alma era lo más importante y
sólo podía conseguirse por la Iglesia, ésta debía estar absolutamente libre de injerencias temporales para poder
cumplir con su misión.
El clero secular estaba conformado por los sacerdotes que ejercían su misión en las
parroquias urbanas. Para el siglo XI el clero secular estaba afectado por vicios graves: el nicolaísmo (desorden de
las costumbres, pues los clérigos no respetaban la regla del celibato y llevaban armas), y la simonía (comercio de
las cosas sagradas, como la venta al mejor postor de las funciones religiosas). Estos vicios tenían idéntica causa: la
intervención de los laicos en la distribución de cargos eclesiásticos. Los Señores designaban en las Iglesias de
sus dominios a quienes les serían fieles, sin tener en cuenta su espiritualidad. La Curia Pontificia tampoco se
acomodaba a la disciplina eclesiástica.
El proceso de purificación interna fue iniciado por el emperador germano Enrique III (1039), quien
integró la curia pontificia con clérigos de elevado nivel intelectual y moral y buscó liberar a la Iglesia de la influencia
del poder temporal. Fue llamada «reforma gregoriana» en memoria de uno de los principales pontífices
comprometidos con ella, el papa Gregorio VII (1073-1085). Simultáneamente ocurrió la ruptura entre la Iglesia
Católica y la Bizantina u Ortodoxa, en 1054.
1- El proceso de reforma interna logró instaurar el principio de la libre elección del Papa (1059),
independiente por tanto de toda presión laica. En adelante el Papa sería elegido por el Colegio de
Cardenales, integrado en principio por los obispos de la Campania romana, que actuaban como consejeros
del Papa. Desde entonces, en general se cuidó la dignidad moral de los elegidos, lo cual prestigió la Sede
Apostólica; y ello contribuyó a que clérigos y monjes se sometieran de mejor humor a la autoridad de Roma, no
sólo en materia de dogma -como ya se hacía - sino en cuestiones de disciplina.
2- Se estableció que el Papa, como autoridad suprema, no podía ser juzgado por nadie, y sus
sentencias no podían ser discutidas, que desde la Santa Sede se gobernaría la Iglesia Universal, a través de
legados frente a quienes debían someterse los prelados locales; que el Poder Pontificio tenía el derecho de
rectificar la geografía de las diócesis y desplazar o deponer a los pastores. (Perroy: 1969; 299-300; y Heers: 1979;
108).
3- Fue eliminada la injerencia de los señores laicos en la designación de los prelados. En 1075
Gregorio VII declaró que ningún clérigo debía ser investido de una iglesia por un laico; y dispuso inhabilitar a todos
los prelados que habían comprado sus cargos. Esas disposiciones fueron resistidas, tanto por los príncipes que
perdían sus prerrogativas, como por los eclesiásticos que se sintieron despojados. La consecuencia fue un largo
conflicto entre los poderes laico y eclesiástico, conocido como Querella de las Investiduras, que enfrentó a
varios emperadores y papas –empezando por el Papa Gregorio VII-, que de hecho fue la lucha por la dominación
del mundo occidental entre los más altos poderes.
Un nuevo Humanismo. La noción de persona humana con vocación de eternidad y fines propios que
trascienden el orden temporal fue desconocida por la antigüedad tanto oriental como occidental. Por
ejemplo, Grecia, a pesar de incorporar expresiones de libertad política traducidas en la posibilidad de participación
en el gobierno, no reconoció la dignidad connatural a todo hombre. Roma tampoco llegó a elaborar una
antropología que reflejara la jerarquía del hombre en el cosmos.
Recién el Judaísmo será el que elabore una cosmovisión ética y de sentido religioso, de profundas
consecuencias en la esfera política.
En un mundo donde prevalecía la voluntad despótica de los gobernantes o el interés supremo de la ciudad,
o bien la grandeza del Imperio, el pueblo Hebreo levantó el Decálogo como estandarte para marcar la necesaria
sujeción del hombre en todo su proceder, incluso en el ámbito político, a normas objetivas promulgadas por su Dios.
Toda transgresión ofendía a Dios y agraviaba al pueblo.
El Cristianismo prolongó y amplió el humanismo recibido de Israel además de los aportes culturales
desarrollados por Grecia y Roma. Lo amplió puesto que su visión humanista alcanza a todos los hombres,
sin exclusión alguna.
En un mundo en el que los hombres no valían sino en función de su condición jurídica o de sus privilegios, el
humanismo cristiano produjo una conmoción profunda: el nuevo humanismo se fundaba en el reconocimiento de un
único Dios y en el servicio de Dios en el prójimo.
El Cristianismo no es una doctrina política, pero sus principios morales produjeron, evolutivamente,
una modificación profunda de los ordenamientos jurídicos y políticos vigentes en su tiempo. Paulatinamente
se produjo una adecuación de las legislaciones positivas a la nueva concepción del hombre que brindo el
humanismo cristiano. Sobre todo, esa adecuación y transformación se notó en las relaciones que imperaban entre
hombre y Estado.
En el pensamiento político, oriental y clásico, hay un desconocimiento de la libertad civil por la cual los
hombres sin discriminación alguna, tienen derechos en el estado y frente al Estado, derivados de ordenamientos
suprapositivos, que gobernantes y gobernados deben observar. En la visión cristiana en cambio se afirma l carácter
natural de la comunidad política como expresión de la sociabilidad connatural del hombre. El Estado deja de existir
para servirse de los hombre y pasa a estar al servicio de ellos. Los gobernantes pasan a ser promotores del bien
común, sujetos a normas objetivas.
El humanismo cristiano terminó afirmando que el ejercicio del poder debe estar sujeto al gobierno
impersonal de la Ley, concebida como ordenamiento de razón para el bien común, sin privilegios ni
discriminaciones.
Contribuyó además a la distinción jurisdiccional entre lo temporal y lo espiritual, lo cual no significaba un
desdoblamiento de la autoridad, sino que la conciencia religiosa del hombre quedaba fuera de la jurisdicción política
y es inviolable.
San Agustín. Agustín, obispo de Hipona, escribió como máxima obra “La ciudad de Dios”,
ocupándose de las relaciones entre la Iglesia y el Imperio.
En su obra muestra que existen dos ciudades: la del bien y la del mal, ambas en constante lucha,
siendo la vida presente un combate diario mientras que la paz se alcanzará sólo en la vida futura.
Al hablar de la ciudad terrena, no identifica Agustín en ella al Estado ni identifica a la ciudad de Dios
con la Iglesia, sino que la ciudad de Dios es la comunidad cristiana, que implica también una organización
temporal del Estado conforme a las leyes del Evangelio. La confusión de términos ha dado lugar al
Agustinismo Político
De la lectura de las obras de Agustín, y en especial de “Civitate Dei” se desprenden conceptos tales como:
1- La ciudad.
El hombre puede vivir solo e independiente, pero la naturaleza le empuja a asociarse, buscando
aliarse entre sí para gozar de la paz y buscar seguridad. Así, los ciudadanos, son el germen de la ciudad; en
primer lugar se combinan para formar la familia, núcleo de la ciudad. A partir de allí, el pueblo será la asociación de
una multitud razonable que se une para gozar en común y el unísono de las cosas que ama. Esta “comunión de
naturaleza” engendra un “pacto de sociedad” con lo que deja sentado Agustín el concepto de compromiso
recíproco, derechos reconocidos, deberes consentidos.
2- El Estado
Considera Agustín al Estado como un producto natural que deriva, como lo enseñaba Aristóteles, de la
propia naturaleza humana. Su fin es la Justicia. Ausente esta virtud no hay propiamente Estado sino bandidaje.
3- La autoridad.
La autoridad política emana de la autoridad familiar, donde ésta recae en el elemento mejor, el padre.
Los primeros reyes nacieron de la estimación que se hizo de sus cualidades. Su autoridad deriva de Dios, que ha
delegado su poder en cada Nación. Nace así con Agustín la teoría del derecho divino providencial: Dios ha
creado al hombre de tal manera que la sociedad civil y el poder le son indispensables. Pero únicamente
determinados hechos humanos dan al poder, en cada sociedad, su forma concreta y legítima, así como a su titular.
El hombre por naturaleza necesita de la sociedad y de una sociedad que implique una autoridad. Es decir que la
autoridad es indispensable y trascendente pero la elección de su titular y de la forma concreta que tomará,
dependen de los hechos humanos.
Considerar al poder como propiedad personal es un error que lleva al rompimiento del pacto social.
La misión de la autoridad es hacer reinar la justicia, la cual es anterior al poder, es eterna, soberana,
se impone a todos los países, instituciones y conciencias. No es fuerza.
La autoridad comprende tres oficios: a) el servicio de gobierno u officium imperandi. El ejercicio del
poder no admite mediocridad ni desfallecimiento; b) la previsión u officio providendi, por el cual la autoridad
asegura tranquilidad y dicha a los ciudadanos, la autoridad ve y prevé lo que es bueno para sus subordinados; es
decir que discierne los verdaderos intereses del estado y los satisface. La degradación del estado es fruto de la
corrupción. Roma está corrompida después de las conquistas: Cicerón preveía la solución en la vuelta a las
costumbres de los antiguos romanos, mientras que Agustín la ve en el ascetismo cristiano. C) officium consulandi
o papel de consejero al servicio del pueblo. Gobernar es servir, la autoridad es un aspecto de la caridad y
los súbditos son hermanos.
4- El gobernante
Para Agustín, los Príncipes cumplen verdaderamente su misión cuando reinan justamente, cuando
no se dejan llevar por la soberbia fruto de los elogios y las sumisiones de quienes lo emiten, cuando ponen su
dignidad y poder al servicio de Dios, cuando lo aman y reverencian. Cuando son remisos en vengarse y en
cambio aplican la venganza sólo forzados por defender al Estado; cuando son fáciles en perdonar
esperando corrección.
5- Formas de gobierno
La elección de una forma de gobierno, es secundaria para Agustín, no ve ventajas ni desventajas en
los regímenes políticos, no importa cuál sea mientras que su depositario cumpla con los deberes propios
de la autoridad, no arrastre a los subordinados a cometer actos de inmoralidad, injusticia o impiedad. Por
eso hay que elegir como rey no al más anciano o más rico, sino al mejor.
Cualquiera sea el régimen, por un lado ha de estar el poder civil y por oto el eclesiástico, gozando de
una independencia soberana; cada uno proviene de Dios, pero Iglesia y estado se mueven en diferentes
planos. El de la Iglesia es superior, pero el estado no le debe servicios sino el de la protección contra sus
enemigos, con lo cual Agustín sienta el ppcio. De la intervención del estado en los conflictos de conciencia. A su
vez la Iglesia le aporta al estado la virtud de los ciudadanos, pues es escuela de civismo y fraternidad.
En cuanto a la evolución de los regímenes, habla de un plan de Dios, ignorado por los hombres. Los
regímenes se adaptan a las necesidades, tendencias de cada época, pero es Dios quien preside su
nacimiento y evolución.
Como ideal político de Agustín, figura la humanidad unida pero fraccionada en pequeños estados, lo que
haría más fáciles sus relaciones con la iglesia. Esta postura se debe a que considera que la ruina que vive el
imperio romano se debe a la extensión de sus conquistas y las
Para Agustín, los gobernantes cumplen verdaderamente su misión cuando reinan justamente, cuando no se
dejan llevar por la soberbia fruto de los elogios y las sumisiones de quienes lo emiten, cuando ponen su dignidad y
poder al servicio de Dios, cuando lo aman y reverencian. Cuando son remisos en vengarse y en cambio aplican la
venganza sólo forzados por defender al Estado; cuando son fáciles en perdonar esperando corrección.
d) Las formas de gobierno. La elección de una forma de gobierno, es secundaria para Agustín, no ve
ventajas ni desventajas en los regímenes políticos, no importa cuál sea mientras que su depositario cumpla
con los deberes propios de la autoridad, no arrastre a los subordinados a cometer actos de inmoralidad,
injusticia o impiedad. Por eso hay que elegir como rey no al más anciano o más rico, sino al mejor.
Cualquiera sea el régimen, por un lado ha de estar el poder civil y por oto el eclesiástico, gozando de
una independencia soberana; cada uno proviene de Dios, pero iglesia y estado se mueven en diferentes
planos. El de la iglesia es superior, pero el estado no le debe servicios sino el de la protección contra sus
enemigos, con lo cual Agustín sienta el principio de la intervención del estado en los conflictos de conciencia. A su
vez la Iglesia le aporta al estado la virtud de los ciudadanos, pues es escuela de civismo y fraternidad.
Sabine sostiene que:
En cuanto a la evolución de los regímenes, habla de un plan de Dios, ignorado por los hombres. Los
regímenes se adaptan a las necesidades, tendencias de cada época, pero es Dios quien preside su nacimiento y
evolución.
Como ideal político de Agustín, figura la humanidad unida pero fraccionada en pequeños estados, lo
que haría más fáciles sus relaciones con la iglesia. Esta postura se debe a que considera que la ruina que vive el
imperio romano se debe a la extensión de sus conquistas y las debilidades de control y gobierno que ello le acarrea.
La cosmovisión medieval
Los pilares de la Cosmovisión Medieval o concepción medieval del mundo surgió –según el
historiador Toynbee- de la conjunción de tres tipos de herencias: la semítica, la greco-latina y la cristiana.
a) La tradición semítica aportó, fundamentalmente, su noción de la autoridad. Concebía la existencia
de un Dios único creador del Universo, del cual derivaba todo poder, y debido a lo cual los reyes eran
lugartenientes de Dios.
b) La tradición grecolatina aportó la organización burocrática heredada del imperio, las ideas
filosóficas platónicas, aristotélicas y estoicas, que fueron acomodadas a los preceptos cristianos, y las
ideas políticas -como la noción de un estado universal que englobara a todos los hombres y de una autoridad civil
cuya primera obligación fuera la justicia-, además de la expectativa de postular el mejor régimen sociopolítico
posible.
c) El Cristianismo compatibilizó ambos aportes con los propios. Así, desarrolló: a) la idea de la
«Humanitas», que implicaba la unidad orgánica del género humano, pues todos los hombres tenían la misma
naturaleza, por ser hijos de Dios y haber sido creados a su imagen y semejanza. A esta idea, heredada del
estoicismo, se añadió otra propiamente cristiana: todos participaban de la Redención prometida por Jesús y tenían
idéntico destino sobrenatural; b) la idea de «Universitas», sustentada también en la antigüedad pero con un
sentido diferente: el de conquista militar y creación de la unidad cultural por la difusión de la propia cultura.
Ahora la unidad devendría de la difusión de la religión y la cultura cristianas. Era el corolario necesario del principio
de Humanitas, pues a un género humano único, correspondía una Ley y un Gobierno únicos. De ahí la idea de
recreación del Imperio, como Universitas Cristiana.
En conclusión. La Cosmovisión Medieval estuvo impregnada de los principios cristianos, pero sobre todo en
el plano formal. Dominaba todos los aspectos rituales de la vida, pero los verdaderos valores cristianos -el amor
fraterno, la igualdad, la tolerancia-, estuvieron ausentes y la violencia y las persecuciones fueron la norma.
Constituyó un universo simbólico que explicó y orientó todos planos de la vida. Recién desde el siglo XIII
aproximadamente, nuevos elementos se fueron imponiendo. El resurgimiento del comercio y la burguesía, el
desarrollo de las universidades y la reinstauración del Derecho Romano a la Cultura Occidental, provocaron el
derrumbe de la Cosmovisión Medieval y la estructuración de un universo simbólico moderno.
La reactivación del comercio exterior. En realidad, la actividad comercial nunca cesó por completo. A
menudo se dice que en la edad media el comercio desapareció porque lo que persistió fue tan escaso, que no
significó un ingreso significativo para los Estados: de allí esa falta de metálico que fue uno de los factores
conducentes a la instauración del sistema feudal. En las regiones muy feudalizadas, como el Imperio Carolingio y el
Sacro Imperio, era un reducido comercio de lujo: especias como la pimienta -condimento tan raro y caro, que a
veces se empleaba como moneda- telas ricamente bordadas y otros objetos preciosos, el incienso tan necesario
para la celebración de los oficios religiosos, los esmaltes y marfiles de fabricación oriental, que constituían el lujo de
la aristocracia. La clientela era, pues, muy reducida.
Fuera de la zona feudalizada había pequeñas porciones europeas que mantenían la actividad
comercial: Venecia y, en principio, al sur de Italia, zonas que siguieron perteneciendo durante un tiempo al
Imperio Bizantino y ligadas económicamente a él. Venecia, más los puertos meridionales de la península –de
Calabria, de Apulia, de Calabria y de Sicilia- tuvieron un activo comercio con Constantinopla.
En el siglo XII el comercio entre las ciudades italianas y el Mediterráneo Oriental ya estaba instalado.
Se trataba de un comercio concentrado en los artículos de lujo de Asia. Las caravanas llevaban desde China,
India o Bagdad, hasta las costas orientales –desde donde se embarcaban hacia Europa- artículos de lujo: especias,
seda, alfombras, tapices. El comercio exterior beneficiaba a grupos muy pequeños en Europa, porque los
productos eran muy caros. Ese comercio –como veremos- cambiaría de carácter a partir del siglo XIII.
Sí hubo, sobre todo en la época del florecimiento europeo de la alta edad media, cuando la mayor
estructuración de los vínculos feudales y el cese de las invasiones –en el siglo X- llevó cierta paz e hizo posible el
renacimiento agrícola, un mayor comercio interior y cierta producción artesanal de bienes de primera necesidad,
porque en realidad nunca desaparecieron del todo los oficios: hubo herreros, orfebres, constructores, sastres.
Estructuración de los Gremios. Cuando la población aumentó por el cambio económico del siglo X- y
los artesanos vieron crecer el número de posibles oficiales, lograron que se regulara la actividad
organizándose los gremios o corporaciones
la ciudad.
Afirma Tomás la existencia y el valor de la ciudad en sí misma. La sociedad política es natural al hombre, ya que
éste es por naturaleza cívico. Hay otras sociedades que no son la política, como la doméstica, pero en lo que hace a
distinguir al hombre entre los seres vivos, la sociedad política le sirve de distintivo. Define a la sociedad diciendo que es una
La autoridad
La ciudad necesita un poder político. Tiene a Dios en su origen, como creador de la naturaleza. Tomás elabora
un silogismo para llegar a esta afirmación: “ la sociedad es una exigencia de la naturaleza humana, ser moral,
razonable, religioso, social; para vivir ene sociedad se necesita una autoridad superior que ordene a cada miembro
con vistas al bien común; así, pues, la autoridad es una exigencia de la naturaleza, porque el fin no se puede alanzar
sin el medio. Pero las exigencias de la naturaleza proceden de Dios, su autor; la actividad es una exigencia de la
naturaleza; por lo tanto, la autoridad procede de Dios.
Esa autoridad divina, tiene a la comunidad como primer sujeto del poder, ella puede y debe transmitirlo a una
o unas personas por un período determinado. De este modo se diferencian las formas de gobierno, que Tomás
adopta siguiendo a Aristóteles: monarquía, oligarquía y democracia; y tres formas falseadas: tiranía, oligarquía y
demagogia.
La teoría política del Medioevo se caracterizó por la preeminencia de los teólogos sobre los autores
laicos, porque durante los primeros siglos la Iglesia tuvo el monopolio del campo intelectual. El movimiento
intelectual de la Patrística dominó la primera etapa, como la Escolástica constituyó la matriz del pensamiento
intelectual en la fase posterior.
Respecto a la incidencia del pensamiento cristiano en la vida europea afirma Sabine: “La aparición de la
Iglesia cristiana como institución distinta autorizada para gobernar los asuntos espirituales de la humanidad con
independencia del estado, puede considerarse, sin exageración, como el cambio más revolucionario de la historia
de la Europa occidental tanto en lo que respecta a la ciencia política como en lo relativo a la filosofía política” 49
48
Temas elaborados por el Dr. R. Díaz Ricci
49 Sabine: Historia de la Teoría Política.
Al momento de difusión del cristianismo, sus adeptos poseían ideas muy similares a las sostenidas por
los paganos contemporáneos en materia de filosofía y teoría política: creían en el derecho natural, en el
gobierno providencial del mundo, en la necesidad del derecho positivo, en la igualdad de loa hombres ante
Dios. “La novedad de la posición cristiana consistía en su supuesto de que hay en el hombre una naturaleza dual y
de la existencia de un control dual sobre la vida humana correspondiente al doble destino de aquél” (SABINE).
.
Por esto es que la distinción entre el plano espiritual y el plano temporal era un tema de amplio
tratamiento por los cristianos. Se diferenciarán de los paganos para quienes los deberes morales y religiosos
confluían en el estado, en el emperador para los romanos, mientras que para un cristiano, los deberes
religiosos constituyen una obligación suprema debidos directamente a Dios, y por otra parte están sus
deberes cívicos morales que lo relacionan al emperador en calidad de súbditos.
El cristianismo aportó sobre todo un nuevo sentido a las preocupaciones políticas. Como la existencia
temporal es sólo preparación para la verdadera vida, las preocupaciones inherentes a esta existencia pasan a ser
secundarias, no capitales como lo eran para el hombre antiguo pagano. Pero la novedad del cristianismo además
radica en la modificación del concepto de la divinidad: afirma la trascendencia divina; sitúa a Dios fuera de la
naturaleza visible y por encima de ella, mientras que para los paganos esta idea cristalizaba en un naturalismo.
Pero además, para los cristianos, esa divinidad se reviste de la naturaleza humana al encarnarse y con esto se
diferencia entonces del judaísmo, único pueblo con el que compartía el nuevo concepto de divinidad.
Por último, el cristianismo introdujo una modificación al concepto clásico de humanitas: desde Cicerón hacía
alusión a las virtudes de atención y benevolencia hacia todos los que participan de la naturaleza humana. A partir
del aporte cristiano, no contemplará solamente la naturaleza física del hombre, sino la común naturaleza surgida de
su nueva dignidad de hijo de Dios. Según Prelot: “La palabra humanidad designará una entidad propia, la
constituida por...todos los hombres de todos los tiempos y todos los países, de todas las condiciones, entre las
cuelas la presencia de Dios ha instituido una real solidaridad”.
Si bien el Cristianismo no constituyó una doctrina política, sus principios morales produjeron,
evolutivamente, una modificación profunda de los ordenamientos jurídicos y políticos vigentes en su
tiempo.
a) Contribuyó a que se produjera una adecuación de la legislación positiva a la nueva concepción del
hombre que brindo el humanismo cristiano. Sobre todo, esa adecuación y transformación se notó en las
relaciones que imperaban entre hombre y Estado.
b) Impulsó un estilo de pensamiento humanista -el humanismo cristiano- que afirmó que el ejercicio
del poder debe estar sujeto al gobierno impersonal de la Ley, concebida como ordenamiento de razón para
el bien común, sin privilegios ni discriminaciones.
e) Finalmente “la dualidad de lo espiritual y lo temporal, reflejo de la doble naturaleza y del doble
destino del hombre, engendra como consecuencia la existencia de dos instituciones distintas, que
llamaremos a una política y a otra eclesiástica o también,...laica y sacerdotal...”, refiere Prelot, y es en este
punto donde centra su atención el desarrollo de la filosofía política medieval.
Leyes
La concepción de la ley no era una creación arbitraria del rey sino la expresión de una comunidad
que consentía (statute o assisa) el mandato del rey que incorporaba los criterios jurídicos de la costumbre
germana (derecho consuetudinario) al derecho romano posclásico (SABINE, George H, Historia de la Teoría
Política, Fondo de Cultura Económica, México, 1945, p.200).
En el reino hispano-visigodo (España) se advierte una mayor vocación por el derecho romano para regular
las relaciones privadas y la organización de la sociedad y del gobierno, dentro de la cual los individuos adquieren
una personalidad amparada por la legislación. Allí aparecen desde muy temprano compilaciones o codificaciones
jurídicas como las Leyes teodocionanas (419-451 y 453-467), el Código de Eurico (467-485), la Ley de Teudis
(546), el Código de Leovigildo (582-586), el Código o Breviario de Alarico o Lex Romana Visigothorum (506), el
Liber Judiciorum (Fuero Juzgo) corregido y organizado (654) (TOMAS Y VALIENTE, Francisco, Manual de Historia
del Derecho Español, Tecnos, Madrid, 1990, pp. 101-105).
Todas esas compilaciones de leyes contienen fórmulas visigóticas para la redacción de documentos y
escrituras y preceptos de derecho privado. También puede encontrarse principios de derecho público, por ejemplo,
en el Fuero Juzgo se limita los alcances del poder real y contiene un cuadro de cualidades y ciencia que deber
reunir el legislador.
Sentencias.
Las decisiones judiciales o sentencias tienen como fuente de autoridad los tribunales de justicia
presididas por el rey o jueces designados por éste. Según los territorios las sentencias reciben el nombre de
iuditia o fazañas. En la época medieval las sentencias son elementos de vital importancia en la formación del
derecho.
Las iuditia nacen mediante el funcionamiento de una institución denominada “Juicio de Albedrío”, que es un
procedimiento judicial seguido por el juez para resolver un pleito según su neta voluntad o libre albedrío. La decisión
adoptada por el juez queda luego como precedente para dirimir cuestiones similares que puedan presentarse con
posterioridad.
El juicio de albedrío fue confiado según los distintos reinos, unas veces a los jueces, otras a los concejos
corporativamente (concilium) o por un delegado de la autoridad real. Esta institución generó todo tipo de normas,
tanto justas y adecuadas como arbitrarias (fazañas desaguisadas). Poco a poco los monarcas godos fueron
recabados para sí la facultad exclusiva de juzgar formándose una colección de sentencias reales que muchas veces
las recogen de la costumbre germana aplicada con anterioridad (PÉREZ PRENDES MUÑOZ-ARRACO, José
Manuel, Interpretación Histórica del Derecho. Notas. Esquemas. Practicas, Universidad Complutense de Madrid,
Madrid, 1996, pp. 494-497)
Common Law
En Inglaterra, la conquista normanda, llevada a cabo por Guillermo el Conquistador en 1066 inicia un
proceso de integración de tradiciones jurídicas entre los conquistadores normandos y los conquistados
anglo sajones.
Durante el reinado de Enrique II -el primero de los Plantagenet en el trono de Inglaterra- se inicia el proceso
unificación de las costumbres jurídicas normandas y anglo-sajonas que conduce a la formación del Common Law
inglés que extiende la jurisdicción de los tribunales reales a todo el país y aplica el sistema del jurado sustituyendo
los juicios de las ordalías y el juicio por duelo (MACAULAY, Trevelyan G. Historia Política de Inglaterra, Fondo de
Cultura Económica, México, 1943, p. 112).
El Common Law inglés es el derecho tradicional común a toda Inglaterra. Se distingue del derecho
romano, del derecho eclesiástico regido por el derecho romano, del derecho consuetudinario localista y del
derecho de estatutos y ordenanzas. Entre las notas más características sobresalen: a) era temporal y
consuetudinario formado gradualmente por innumerables casos resueltos mediante sentencias; b) se
adaptaba a las circunstancias y necesidades sociales variables; c) respondía a la cultura y temperamento
inglés; d) no contenía desarrollos teóricos sino que eran reglas prácticas; e) puso a la ley como árbitro
frente a la voluntad del príncipe; f) sirvió de resistencia al absolutismo real.
8. Carta Magna.
Durante el reinado de Juan Sin Tierra, la corona impuso nuevos impuestos a sus súbditos y confiscaron sus
tierras para financiar la guerra contra Francia. Esas medidas desencadenaron la revuelta de los estamentos de los
barones, del clero y de la burguesía inglesa que obtuvieron de rey Juan el reconocimiento de derechos y libertades
que quedaron plasmadas en la llamada Carta Magna el 15 de junio de 1215.
La Carta Magna es un estatuto jurídico político que establece un sistema de derechos políticos y
civiles a través del gobierno monárquico con sucesión hereditaria con poder real restringido con
limitaciones precisas, mediante normas jurídicas cuya observancia era obligatoria para el rey y sus
sucesores. Así comenzó en Inglaterra un cierto tipo de constitucionalismo y de estado de derecho consignado en la
forma contractual de las “cartas” que no es original ni exclusiva de Inglaterra en esa dirección. España fue
precursora en esa dirección a través de muchos Fueros de Albedrío.
Sin embargo, la Carta Magna tiene la originalidad de introducir una institución que no aparece en los
Fueron españoles y que es la palanca para transformar la monarquía absoluta en monarquía constitucional.
Esa institución es el Consejo de Barones cuya función jurídico-política es: a) exigir al rey el cumplimiento
de lo convenido en la Carta Magna; b) vigilar, controlar y anula los actos del rey; c) castigar al rey que
desconociere la Carta Magna. Esa atribución del Consejo de Barones significaba una transferencia de soberanía,
o por lo menos, una soberanía compartida entre el rey y la comunidad del país bajo dirección del Consejo de
Barones.
La Carta Magna contiene, entre otras, las siguientes disposiciones: a) concede libertad a la Iglesia
Católica y a elegir sus propios dignatarios sin intervención real; b) concede el derecho de que los impuestos
se impongan con consentimiento del Consejo del Reino; c) protege el comercio reconociendo la libertad de
comercio en Londres, las comunas y puertos de Inglaterra inclusive para extranjeros; d) establece un
sistema regulado de pesos y medidas; e) prohíbe el embargo de tierras o rentas por deudas siempre que
existieren muebles del deudor para satisfacer su pago y autoriza la fianza de los créditos con tierras y
rentas; f) fija normas para la administración de justicia constituyendo Tribunal de Justicia en Westminster,
simplificando los procesos judiciales y regulando penas por felonía; g) estableció el principio de legalidad
jurisdiccional al declarar que nadie puede ser arrestado, desposeído de sus derechos y bienes, proscriptos
o desterrados o destituido sino en virtud de un juicio legal de sus pares según la ley del país (Habeas
Corpus); h) prohíbe los juicios que se sustancien sin prueba de testigo fidedigno.