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CIENCIAS
SOCIALES
El movimiento evangélico en la
vida pública argentina 1980-2001
CIENCIAS
SOCIALES
'MYHEHERSW
HIHSWQYRHSW
Colección: Ciencias Sociales
Director: Gerardo Aboy Carlés
Wynarczyk, Hilario
Ciudadanos de dos mundos: el movimiento evangélico en la vida pública
argentina 1980-2001. - 1a ed. - San Martín: UNSAM EDITA de Uni-
versidad Nacional de Gral. San Martín, 2009.
ISBN 978-987-1435-11-1
1. Sociología. I. Título
CDD 306
CIENCIAS
SOCIALES
'MYHEHERSW
HIHSWQYRHSW
El movimiento evangélico en la
vida pública argentina 1980-2001
Agradecimientos 13
CAPÍTULO 1 1. Propósito 15
Introducción 2. Enfoque 16
2.1. Principal unidad de análisis. El campo 16
evangélico considerado como un campo de
fuerzas
2.2. Teoría de los movimientos sociales y los 20
marcos interpretativos
2.3. La escala de posiciones dualistas negativas 28
y positivas
2.4. Conexión del encuadre conceptual con el 30
proceso estudiado
3. Procedimientos de investigación 31
3.1. Inmersión personal en el fenómeno 31
estudiado e investigación exploratoria
3.2. Procedimientos de la investigación 32
definitiva
CAPÍTULO 2 1. Introducción 39
El campo evangélico 2. Magnitudes demográficas 40
argentino hasta la década
3. Clasificación de las iglesias evangélicas 42
de 1970. Formación y
3.1. El sistema de “tres olas” 42
dinámica
4. Estratificación social interna del campo 53
evangélico
5. Difusión histórica de las iglesias del polo 55
histórico liberacionista
6. Difusión de las iglesias del polo conservador 60
bíblico
7. La primera gran movilización 63
7.1. Ingreso del tema peronista 63
7.2. Tommy Hicks 64
7.3. Resultados 66
8. Teoría de vinculaciones entre decadencia 67
peronista y movilización evangélica de 1954
8.1. Teoría de la sustitución de carismas 67
8.2. El carisma de Perón y Evita 67
8.3. Sustitución de carisma y teoría de los 72
movimientos sociales
CAPÍTULO 3 1. Introducción 93
El evangelio de poder 2. Mercado y crecimiento 95
2.1. Desregulación del mercado religioso 95
2.2. Eficacia mensurable 99
2.3. Teoría instrumental del crecimiento de la 101
iglesia
BIBLIOGRAFÍA 333
AGRADECIMIENTOS
13
Capítulo 1
INTRODUCCIÓN
1. Propósito
15
Ciudadanos de dos mundos
2. Enfoque
2 Un trabajo pionero (Edwards, 1919) sigue la transformación del Cristianismo primitivo desde un movi-
miento escatológico hacia un movimiento social (nota de Hannigan, 1991: 313).
3 El Diccionario de la Real Academia Española, 22ª edición, define ambos términos del siguiente modo
convergente con nuestro planteo. Protestante: perteneciente o relativo a alguna de las iglesias cristianas
formadas como consecuencia de la Reforma. Evangélico: perteneciente al protestantismo.
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Capítulo 1 Introducción
4 De esa manera es posible hablar del campo religioso, el campo económico, el campo de la educación.
Y dentro del campo religioso es posible hablar del campo evangélico.
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Ciudadanos de dos mundos
po, espacio y sistema, son en definitiva términos afines en una primera instancia de
análisis y evocan su empleo originario en Matemática, Física, y particularmente en
la Cibernética o Teoría del control de sistemas (Korshunov, 1975). La traspolación
al dominio de la Sociología (Ritzer, 1993) es un producto derivado a partir de la
existencia de un conjunto de características comunes o pattern. Pero no es el fruto
de una derivación mecánica. Sin embargo, en fases de elaboración teórica primitivas
pudo prestarse a un uso meramente imitativo reduccionista al encuadre de las cien-
cias físico-naturales. En el dominio de la Sociología el concepto de campo se reviste
de una amplitud especial al poner en un lugar de relevancia teórica y empírica la
capacidad dinámica de los elementos que lo componen (a) como agentes (b) en
tensión (c) por causa de sus intereses. Por este motivo el concepto de campo de fuer-
zas posee en el dominio de la Sociología un plexo específico que surge de su objeto.
El riesgo al fijar el uso de un concepto originario de las otras disciplinas men-
cionadas se encuentra en la posibilidad de ejercer un reduccionismo extremo, de lo
contrario legítimo en la medida en que muchas veces mediante cierta idealización
de los fenómenos reales logramos reducir la variedad de condiciones a un núme-
ro limitado de estados (Korchunov, 1975: 198). En el reduccionismo fisicalista la
alegoría se apodera de la comprensión de los hechos y la metáfora se vuelve estéril
como herramienta hermenéutica del fenómeno social. Ese es el riesgo del fisica-
lismo. La tendencia reduccionista queda claramente verificada en la historia de la
sociología por Petrim Sorokin al referirse a la aplicación del concepto de campo de
fuerzas (champ de force) a cualquier agregado social que funcione como un sistema,
en los trabajos de Haret (Mecánique sociale, 1910) y Barcelo (Essais de mécanique
sociale, 1925). La trasposición directa de las leyes de la mecánica física a la interpre-
tación de los fenómenos sociales concluía en falacias, y la intención de imitar a la
Física no producía nada verdaderamente científico en la Sociología (Sorokin, 1927,
edición de 1951: 16-38).
Posteriormente la aplicación del concepto de campo de fuerzas a los fenómenos
humanos encuentra nuevos intentos en la obra de Kurt Lewin con los sugestivos tí-
tulos, originalmente en alemán: A dynamic theory of personality (1935) y Principles of
topological psychology (1936). Lewin trabaja un modelo explicativo de la personalidad
como un campo de fuerzas y tensiones producidas por deseos y necesidades: tales fuer-
zas pondrían a los actores en movimiento (Martindale, 1960: 590-602). Pero los
deseos y las necesidades podrían ser inducidos socialmente por las formas culturales
del medio ambiente, con lo cual el encuadre teórico de Lewin colocaba en relación
la personalidad con el contexto social (de hecho las metas y las cosmovisiones serían
los aspectos más dependientes de la cultura). Lewin de este modo usó un concepto
originario de la Física pero separó su trabajo del fisicalismo.
El aporte de Bourdieu posteriormente se coloca en línea con la aplicación del
concepto de campo al dominio de la Sociología evitando el reduccionismo mecani-
18
Capítulo 1 Introducción
cista al cual Sorokin tempranamente se refirió. Sin embargo, debemos aclarar que
no utilizaremos la producción de Bourdieu sobre el concepto de campo porque ese
autor desarrolla una extensa teoría al respecto (Bourdieu, 1971, 1976, 2001) pero
el campo no es nuestro objeto de estudio, y no pretendemos hacer una teoría del
campo o los campos. Solamente nos interesa el concepto de campo en el sentido
de campo de fuerzas, como espacio de conflicto de intereses, que constituyen las
fuerzas del campo y como propiedades del campo le dan su carácter y dinamismo.
Nos interesa en forma pragmática el uso taxonómico del término como un medio
conceptual para la aprehensión de nuestro objeto empírico.5
5 De todas maneras este sentido básico, bien se encuentra presente en Bourdieu, de tal manera que
nuestro recorte pragmático del uso del término no presenta conflicto: “La estructura del campo es un
estado de la relación de fuerzas entre los agentes o las instituciones que intervienen en la lucha o, si
ustedes prefieren, de la distribución del capital específico que ha sido acumulado durante luchas ante-
riores y que orienta las estrategias ulteriores (…). Otra propiedad ya menos visible de un campo: toda la
gente comprometida con un campo tiene una cantidad de intereses fundamentales comunes, es decir,
todo aquello que está vinculado con la existencia misma del campo; de allí que surja una complicidad
objetiva que subyace en todos los antagonismos. Se olvida que la lucha presupone un acuerdo entre los
antagonistas sobre aquello por lo cual merece la pena luchar” (Bourdieu, 1990, original de 1976: 135,
resaltado nuestro).
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Ciudadanos de dos mundos
6 El punto de vista de los movimientos sociales es trabajado por otros autores en referencia al campo
religioso en la Argentina (Frigerio, 2002; Carozzi, 1998) pero el mayor y para nuestros fines más especí-
fico empleo de este marco teórico es el de Maróstica, tesista estadounidense (Universidad de California
Berkeley, Ph.D. 1997).
20
Capítulo 1 Introducción
7 Framing.
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Ciudadanos de dos mundos
22
Capítulo 1 Introducción
23
Ciudadanos de dos mundos
10 Este cúmulo de factores contextuales desfavorables para un colectivo podría ser estudiado en la
perspectiva de la deprivación relativa (relative deprivation). Usualmente traducido como privación relati-
va, podríamos denominar al concepto (según se desprende de los textos de Merton, 1965, e.o. 1949 y
Geschwender, 1968) privación comparada, y frustración relativa. Pero en otros contextos teóricos, espe-
cialmente el de los movimientos sociales, suelen discutir su empleo quienes se niegan a asociar mecáni-
camente (a) la privación objetiva, medible a través de indicadores públicos, (b) el sentimiento subjetivo de
privación comparada, y (c) la movilización social, como una cadena causal natural y necesaria del tipo: “si
a, b; y si b, c”. Estos consideran en cambio la importancia movilizadora de la percepción y construcción
de la injusticia en el imaginario compartido como un factor de movilización, trasmitido a través de los
marcos de acción colectiva. Adherimos al uso crítico del concepto. Creemos en la construcción social
del motivo de protesta de un grupo desfavorecido en el marco interpretativo de la injusticia. Preferimos
hacer un empleo restringido de ese término técnico (Wynarczyk et al., 2003: 33).
24
Capítulo 1 Introducción
épica de la conquista de almas antes del “fin de los tiempos”, y (2) la amenaza de
una opresión del Estado hacia los evangélicos mediante tácticas jurídicas, en el ciclo
de movilización social stricto sensu. El stock de creencias del conservadurismo bíblico
permite asociar ambas perspectivas.
Finalmente, las estructuras preexistentes de organización, comunicación, y pro-
visión de personal, edificios, capacidad de conseguir dinero y otros recursos mate-
riales pertenecientes a las iglesias (Zald y McCarthy, 1987: 68, 69) llegan a facilitar
en ciertos casos procesos de movilización posteriores que adquieren un carácter dife-
rente al religioso. Pero también el control de estos recursos puede obstaculizar dichos
procesos (como sucede cuando los pastores impiden a los líderes de partidos polí-
ticos confesionales reclutar adeptos en las congregaciones, fenómeno que veremos
en nuestro estudio).
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Ciudadanos de dos mundos
gún tipo sobre el campo de acción, hasta alcanzar una importancia que se constituye
en una importancia crítica en la percepción de sectores de la sociedad anfitriona.
En una segunda fase, sectores de la sociedad anfitriona activan mecanismos de re-
sistencia y control en forma de contra-movimientos. Estos movimientos de control
desarrollan sus propios marcos interpretativos (contramarcos), que articulan su pro-
pia percepción del peligro, su diagnóstico en términos de amigos y enemigos y sus
tácticas; el arsenal táctico puede incluir la cooptación mediante intercambios pre-
bendarios, la reorientación del movimiento, la coacción jurídica (Zald y McCarthy,
1979; Wuthnow, 1984; Gauss, 1993: 132, 133; para el contexto argentino Frigerio y
Wynarczyk, 2003). En estas dos fases, de crecimiento y contramovimiento, las condicio-
nes políticas y el Estado, juegan papeles importantes, ya sea dificultando o facilitando la
sobrevivencia y desarrollo de los nuevos movimientos (Marx, 1979; Gale, 1986).
En una tercera fase los movimientos sociales (en este caso grupos religiosos con-
servadores) desarrollan acciones colectivas de defensa de posiciones y avance sobre
nuevas esferas (jurídica, política) cuando se presentan las siguientes condiciones:
Amenaza: los líderes y constituyentes perciben la existencia de una amenaza, real o
imaginada, que pasa a formar parte del marco interpretativo del movimiento. Inmi-
nencia de hechos que cambiarán la realidad: en el movimiento se difunde la creencia
en hechos inminentes que podrán cambiar la situación en la que se encuentra el
movimiento en una forma dramática. En el caso de movimientos de origen reli-
gioso estos hechos pueden ser producidos por la entrada de fuerzas sobrenaturales.
Experiencia positiva del propio valor: el movimiento acumula experiencias previas de
movilización social con resultados exitosos. Constrastación entre logros, expectativas
y restricciones injustas: la experiencia de logros asociada con la emergencia de expec-
tativas es especialmente importante como condición para la emergencia de una
reacción de movilización social en stricto sensu cuando desde otro sistema ingresa
un factor restrictivo. Los colectivos generan un movimiento social de protesta por
los derechos conculcados, es decir un movimiento social en stricto sensu, cuando
(1) experimentan logros crecientes que les hacen incrementar sus expectativas de
obtención de todavía mayores logros (Davis, 1969), pero (2) las oportunidades para
concretar sus expectativas se encuentran limitadas por la existencia de una autori-
dad injusta (Hannigan, 1993: 12) que coloca restricciones a la continuación de la
obtención de logros. Esto impulsa el avance hacia la búsqueda de formas de repre-
sentación de los intereses del colectivo en las esferas jurídica y política.11
11 Existe una relación entre crecimiento de las expectativas basado en los propios logros y tendencia
al desencadenamiento de acciones colectivas de protesta. Esta idea elaborada por Davies (1969: 547-
548) en una forma teórica que denominó “modelo de la Curva-J” tiene sus antecedentes en insights de
los filósofos sociales y en especial de Tocqueville en su obra El antiguo régimen y la revolución francesa
(e.o. 1856). Las ideas básicas son las siguientes: las personas que colectivamente sufren determinada
injusticia, tienden a la apatía y la pérdida de las esperanzas si el nivel de aplastamiento que sufren es
26
Capítulo 1 Introducción
severo y las circunstancias no les permiten experimentar esperanzas. Pero si las condiciones mejoran,
porque se presentan posibilidades de progreso económico, acceso a los derechos políticos y civiles, las
expectativas de mejorar se incrementan. Es decir, que los logros empujan hacia arriba las expectativas.
Paradojalmente, cuando la curva de expectativas crece pero un factor contextual interviniente coloca una
restricción o amenaza al avance ascendente de la curva de logros, la distancia de la curva de logros con
la curva de expectativas se torna suficientemente intolerable como para desencadenar un proceso de
“unificación sinérgica de un público” (op. cit.: 548) y un movimiento de protesta. Traducido a otros térmi-
nos que aproximan el modelo a nuestro objeto de estudio, puede verificarse que grupos desfavorecidos
pueden tornarse más activos en la protesta cuanto comienzan a progresar y esto es algo que guarda ob-
vias relaciones con los evangélicos. En determinado momento, debido a la percepción de su crecimiento
demográfico en interacción con sus creencias sobre la unción del Espíritu Santo que les estaría dando
fuerzas especiales (empoderamiento), comienzan a experimentar aumentos en las expectativas y una
notable distancia entre sus expectativas y su estatus en la sociedad argentina, amenazado por la posible
sanción de una legislación restrictiva hacia los cultos no católicos y la contramovilización de los activistas
“antisectas”. En ese momento comienzan a movilizarse en una línea de protesta por sus derechos y en
contra de los privilegios ajenos.
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Ciudadanos de dos mundos
poder necesario para hacer el trabajo de evangelización destinado a llevar mejor las
almas al cielo. En definitiva, el campo de acción constituido por la sociedad anfi-
triona, es el que provee el clima para la acción colectiva. Para sostener sus nuevos
objetivos los movimientos necesitan crear nuevas ideas (extensiones de los marcos
interpretativos) que guardan relaciones con marcos dominantes pre-existentes pero
tienden a modificarlos (innovaciones de marcos). En nuestro caso las innovaciones
pueden convertirse en subversiones locales (Freston, 1993) de legados religiosos de
los misioneros (Maróstica, 1997).
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Capítulo 1 Introducción
El dualismo positivo puede tomar formas diferentes, según nos estemos refi-
riendo a las iglesias evangélicas liberacionistas preocupadas por la justicia social y
el cambio de los sistemas políticos de opresión (enfatizan la ubicación del pecado
en las estructuras sociales), las iglesias conservadoras-bíblicas preocupadas por el
pecado situado en cada individuo y sus efectos en la salvación personal de cada ser
humano. La cosmovisión ascética radical de las iglesias conservadoras bíblicas las
orienta a abstenerse de la política y concentrarse en el trabajo de santificación y
salvación individual, para arrancarle las almas al mundo (cuyo señor es el rey de los
ángeles malos) y llevarlas al cielo. Pero en un ciclo de movilización social en sentido
estricto, el corrimiento hacia el dualismo positivo de las iglesias del polo conser-
vador bíblico (que son nuestro objeto de análisis) se orienta mayormente a lograr
cambios en el sistema jurídico con la finalidad de ganar reconocimiento del Estado,
representación política y en definitiva una modificación de la distribución del poder
13 Troeltsch, 1992 (e.o., 1912) y 1983 (e.o., 1915); Weber, 1985 (e.o., 1919); Niebuhr, 1968 (e.o., 1951).
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Ciudadanos de dos mundos
Los nuevos movimientos (religiosos o de otro tipo) también usualmente colocan una
variedad de desafíos al sistema de control social de cualquier sociedad, especial-
30
Capítulo 1 Introducción
3. Procedimientos de investigación
31
Ciudadanos de dos mundos
a) Fuentes bibliográficas
Literatura de sociólogos sobre el campo evangélico. Hice una revisión exhaustiva y ela-
boración de reseñas de la literatura sociológica referente al campo evangélico en
países de América Latina, con énfasis en países del Cono Sur, especialmente Brasil,
Chile, Perú y Argentina, donde el movimiento evangélico constituyó un fenómeno
llamativo frente a los científicos sociales especializados desde la década de 1960.
Este corpus informativo incluyó literatura sobre los mismos temas en los Estados
Unidos, toda vez que (a) este país estuvo vinculado con la irradiación social del
campo evangélico hacia América Latina y (b) en este país se registraron fenómenos
parecidos que fueron objeto de estudios pioneros en la materia. El corpus abarca
piezas producidas hasta el año 2003 en español, portugués, inglés, francés y alemán
(accedí al material en alemán mediante una traductora que me produjo versiones en
español grabadas en tapes de audio).
Literatura de los evangélicos conservadores bíblicos (los “nativos”) sobre el campo
evangélico. Las principales líneas temáticas de la revisión abarcan crecimiento de
las iglesias (“iglecrecimiento”: estrategias y tácticas, estadísticas, estrategias y tác-
ticas relacionadas con “guerra espiritual”); vinculaciones de los evangélicos con la
sociedad y la política; posiciones frente al movimiento ecuménico. Una cantidad
considerable de artículos y libros que se ocupan del crecimiento evangélico en
América Latina (la misma unidad de análisis que toman los sociólogos) inscribe el
estudio en el supuesto de la acción del Espíritu Santo como la causa explicadora.
14 La misma fase me dejó concretar artículos y ponencias que posteriormente fueron publicados, al-
gunas veces en el marco de la revista de ciencias sociales de la UCA, y presentados en congresos de
sociología de la religión convocados por la ACSRMS, Asociación de Cientistas Sociales de la Religión
en el Mercosur (Wynarczyk, 1999a, 1999b, 2000a, 2000b, 2002; Wynarczyk y Semán, 1999; Frigerio y
Wynarczyk, 2003; Wynarczyk, 2003a, 2003b).
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Capítulo 1 Introducción
b) Fuentes primarias
Entrevistas extensas. Datos de primera mano de entrevistas extensas a 72 personas.
Entrevisté a las mismas personas más de una vez en ciertos casos; así el número
final de entrevistas es algo mayor. Además el corpus incluye algunas entrevistas an-
teriores al año 2000, a partir del año 1996, enfocadas ya sobre el mismo tipo de in-
formantes y la misma problemática (por ejemplo ya entrevisté al predicador Carlos
Annacondia para hablar de religión y política, en 1996). La selección de los entre-
vistados siguió un esquema de 380 grados, en el sentido de abarcar actores centrales
de acuerdo con los principales criterios de segmentación del campo evangélico y sus
federaciones. En el ámbito externo al campo evangélico realicé entrevistas a acto-
res relacionados con los fenómenos de crecimiento del campo evangélico, protesta
15 Muy importante: (A) Para autores externos al campo evangélico, utilizaremos el sistema de autor-
año abreviado (ejemplo: Frigerio, 1992). (B) Para productos de actores del campo en estudio (nativos)
incluiremos los títulos (ejemplo: Deiros y Mraida, 1994: Latinoamérica en llamas, historia y creencias del
movimiento religioso más impresionante de todos los tiempos). (C) Para llamar la atención sobre términos
provenientes del exterior del campo evangélico, usaremos negritas y cursivas combinadas (ejemplo: sis-
temas abiertos). (D) Usaremos comillas para aislar términos pertenecientes al estoc émico del colectivo
estudiado (ejemplo: “visitación del Espíritu”).
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Ciudadanos de dos mundos
16 Daniel Santoro pintor especializado en la iconografía peronista, me permitió entender mejor aspectos
simbólicos significativos para el trabajo en el capítulo 2.
17 Los entrevistados no objetaron que hiciese menciones de sus nombres.
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Capítulo 1 Introducción
18 Otras actividades de inmersión personal en el campo evangélico que han alimentado indirectamente
la comprensión del fenómeno en estudio, han incluido la visita en los Estados Unidos, entre los años
1993 y 2001, a iglesias y centros de formación de pastores hispanos de la corriente conservadora bíblica
en algunos Estados del Cinturón Bíblico o Bible Belt (Texas, Oklahoma, Tennessee, Florida), e institucio-
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Ciudadanos de dos mundos
c) Fuentes periodísticas
La información periodística, emitida por el campo evangélico desde el polo histó-
rico liberacionista y el polo conservador bíblico, y el periodismo secular, principal-
mente de columnistas especializados, ha sido objeto de atención sistemática como
detallo a continuación.
Despachos electrónicos de agencias de información protestante. Especialmente los
materiales procedentes de ALC, Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunica-
ción (con sede en la ciudad de Lima Perú durante el período de recolección de los
datos) han sido almacenados de acuerdo con criterios de clasificación específicos
para la investigación de tesis y consultados sistemáticamente en forma exhaustiva.
Esta agencia como fue dicho, pertenece al polo histórico liberacionista pero cubre
todo el espectro protestante de Argentina y otros países de nuestro Continente.
Los despachos de ALC constituyen la principal base de datos de tipo periodístico
junto con el periódico El Puente que luego mencionaremos. Otras fuentes digitales
de origen protestante consultadas han sido (a) del polo histórico liberacionista, los
despachos de Prensa Ecuménica y el CLAI (Consejo Latinoamericano de Iglesias,
con sede en Quito Ecuador), (b) del polo conservador bíblico, SIDECA, News
Magazine, Noti-Omega, Cristianet. Cuando no hay especificación en contrario, las
fuentes son argentinas.
Revistas y periódicos protestantes, principalmente El Puente, interdenomina-
nes de corte liberal afín a los histórico-liberacionistas (Nueva York, Chicago, Austin, Louisville-Kentucky).
En Miami participé de cultos pentecostales de la corriente Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús
(Solo Jesús) de creyentes mexicanos y centroamericanos, cultos pentecostales de las iglesias de Yolan-
da Edén y Miguel García, dos reconocidos líderes de la comunidad evangélica “hispana”, campañas de
Luis Palau y Yiye Avila, y una reunión del Consejo de Pastores Hispanos de Miami. Complementariamen-
te visité sedes de movimientos aquí considerados para-evangélicos. El templo central y la Brigham Young
University de los mormones en Utah, respectivamente en Salt Lake City y Provo. Asimismo participé
de congresos de cientistas sociales promovidos por la Iglesia de la Unificación (del Reverendo Moon)
en la Saint Johns University de Santa Fe-New México, y Montevideo. También visité el seminario y las
oficinas de la Unificación en Nueva York; estos contactos me permitieron conocer algo de su enfoque
y obtener bibliografía sobre cristianismo y sociedad. La editorial Parangon House (de los moonies) lleva
adelante una importante producción a la cual es necesario reconocerle la amplitud del criterio científico,
desconectado de sus doctrinas mesiánicas. Con criterios similares he participado de cultos de ramas
pentecostales muy heterodoxas en Buenos Aires, Asunción del Paraguay, Porto Alegre, Río de Janeiro y
San Pablo. Aunque todas estas experiencias no pertenecen al campo de estudio de esta investigación
de tesis, suman aportes en términos de “sinergia informativa” y sensibilizan para el análisis.
36
Capítulo 1 Introducción
cional con predominio del polo conservador bíblico. Secundariamente (a) del polo
conservador bíblico, La Corriente del Espíritu (pentecostal) y Tiempo Latino, inter-
denominacional con predominio del polo conservador bíblico; (b) del polo histó-
rico liberacionista El Estandarte Evangélico (metodista), Revista Parroquial (Iglesia
Evangélica del Río de la Plata, de tradición alemana) y Signos del CLAI, Consejo
Latinoamericano de Iglesias, editado en Quito, Ecuador. Excepto esta fuente, todas
las restantes son argentinas.
Despachos electrónicos de la agencia católica de noticias AICA (con sede en Bue-
nos Aires) y la Agencia Noticias Aliadas, católico-protestante (sede en Lima, Perú).
Diarios, principalmente Clarín y La Nación. Algunas informaciones importantes
para ítems específicos provienen de otras publicaciones: diario Página/12, diario
Crónica, diarios de las ciudades de Santa Fe y Rosario, revistas Gente, Noticias, Uno
Mismo, y semanario El Informador Público (perteneciente a la década de 1980, luego
dejó de publicarse). Clarín, La Nación y Página/ 12 cuentan con columnistas espe-
cializados en temas religiosos que reflejan un abanico de aproximaciones ideológi-
cas, especialmente en relación al campo católico.
19 En cuanto a la formación de partidos políticos evangélicos (no incluidos en la presente edición, véase
una versión en Wynarczyk, 2006), trabajé con datos estadísticos de la Justicia Electoral, documentación
de las organizaciones creadas por los evangélicos y otras con las que aquellos se relacionaron, especial-
mente la Democracia Cristiana y el Polo Social del Padre Luis Farinello, información periodística (de los
evangélicos y secular) y, como ya mencioné, entrevistas a los actores principales de todo el espectro del
fenómeno y sus contactos en otros partidos.
37
Capítulo 2
1. Introducción
1 Lo que llamamos denominador común es desde el punto de vista de la teoría de los sistemas cualquier
propiedad característica que tengan todos los elementos del conjunto (Korshunov, 1975: 28), aunque
existan diferencias específicas e intereses contrapuestos.
2 Para la segunda interpretación de la realidad, el mundo puede ser regenerado por la justicia aquí en la
tierra como parte del Reino de Dios.
39
Ciudadanos de dos mundos
2. Magnitudes demográficas
3 En general los estudios de las consultoras adolecen de fallas importantes en el manejo de la tipología
del campo evangélico y por momentos caen en un descripcionismo acrítico. Desde un punto de vista
metodológico la falla más importante es la formulación de preguntas que no cumplen con el principio
lógico de exclusión mutua de las clases de una escala de medición (Beardsley, 1950: 431; Galtung 1966,
volumen I: 5). Por ejemplo, dividen el campo evangélico en las categorías protestantes y pentecostales
(Gallup, 2002). Pero los pentecostales son parte de los protestantes. Seguramente a raíz de esa falla,
los pentecostales aparecen como el 10 % del campo evangélico mientras la información de los inves-
tigadores experimentados muestra que en toda América Latina, los pentecostales constituyen siempre
más del 50 % de los evangélicos (Freston, 2001). El sistema de categorías introduce un problema en la
recolección de datos de campo. Algunos pentecostales podrían clasificarse a sí mismos como “evangéli-
cos” y otros como “pentecostales”. Los pentecostales muchas veces ante los extraños rehuyen al rótulo
“pentecostal”, que suele ser asimilado al estigma de la secta y prefieren presentarse como evangélicos,
cristianos o miembros de la iglesia de Cristo. Por otra parte, los evangélicos conservadores bíblicos
insisten en que los cristianos forman una unidad, como reflejo del concepto teológico de que hay una
sola iglesia de Cristo. Luego, muchos de ellos (especialmente los hermanos libres más conservadores,
que son numerosos) rechazan públicamente las clasificaciones de sí mismos en términos de iglesias
40
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
Estado no se ocupa del tema. Dentro de los límites explicados, nuestros conoci-
mientos estadísticos se basan una estrategia de mosaicos de acuerdo con un criterio
metodológicamente aceptado de yuxtaposición de datos disponibles (Aaker y Day,
1989; González, 1996). Asumiendo el cálculo más conservador, estas informaciones
permiten suponer que el campo evangélico argentino se encuentra en el orden del
10 % de la población del país. Significa más de 3 millones y medio de personas (la
población argentina alcanza 36.223.947: INDEC, Censo Nacional de Población
y Vivienda, 2001). Para llegar al 10 % señalado partimos de una discusión sobre
varias fuentes, como lo veremos a continuación.
El informe 2001 del Alto Comisionado para los Derechos del Hombre de las
Naciones Unidas, sostiene que los protestantes en la Argentina alcanzan el 7 % de
la población (Amor, 2001: 4). El Departamento de Estado americano (Estados
Unidos, Bureau of Democracy, Human Rights and Labor, 2001) informa que son el 8
%. Pero ambos informes no indican sus fuentes y parecen basarse en informaciones
de segunda mano. Posteriormente Gallup de Argentina (2002) sostiene que los
evangélicos son el 10 % de la población adulta de más de 17 años. La información
surge de una encuesta encargada al estudio Gallup por la Conferencia Episcopal
Católica, CEA. Gallup trabajó con una muestra de 1251 casos tomados en diversos
puntos de la Argentina. Pero indica que el margen de error estaría en el orden del
4 % (exactamente 3,8 %) con un nivel de seguridad del 95 %. De ser así la cifra
podría oscilar entre el 6 y el 14 %. En el 2003, el CNCE (Consejo Nacional Cris-
tiano Evangélico), sobre la base de reportes estimativos de sus pastores, afirma que
los evangélicos son el 12,5 % de la población del país. Este dato (sostenido también
por FACIERA, Federación Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República
Argentina) guarda coherencia con los anteriores porque la muestra de Gallup se refiere a
la población de 18 años en adelante. Sin embargo en esta tesis manejaremos la posición
más conservadora, es decir: que la población evangélica de la Argentina puede representar
aproximadamente el 10 % de la población. Aceptamos que el 10 % es la cifra sobre la
cual existen mayores coincidencias y mejores datos basados en estudios de campo.4
(hermanos libres, bautistas, y así siguiendo), pero las reconocen en las conversaciones privadas. Los
estudios de Roemers, 1992 y Haimé, 1994, fuentes a las que nos vamos a referir en el capítulo 4, dividen
el campo en evangélicos y protestantes. Ignoran que ambos términos trabajan como sinónimos. En con-
secuencia, dos bautistas pueden clasificarse a sí mismos en formas diferentes: uno como evangélico y el
otro como protestante. Algunos análisis de consultoría alcanzan un tono ingenuo en la presentación de
los estímulos a los encuestados y en el propio análisis. Por ejemplo, en el contexto de la Argentina, cuyos
índices de corrupción son altísimos, leemos que “el 73 % de los encuestados manifestó observancia de
los Mandamientos (…) el Mandamiento que aparece mas imperativo es el 5º, la prohibición de matar”
(Carballo, 1987: 123). El 83 % se declara dispuesto a no matar. El análisis dice luego que los mandamien-
tos de menor cumplimiento son los “religiosos”: santificar las fiestas (59 %), amar a Dios sobre las cosas
(65 %) y no tomar su nombre en vano (68 %).
4 Lo que no dicen las magnitudes demográficas es que la minoría evangélica concurre asiduamente a los
cultos y “escuelas dominicales” u otras formas de estudios bíblicos. Entre los evangélicos de las iglesias
41
Ciudadanos de dos mundos
Estos porcentajes, como veremos más adelante en el presente capítulo, oscilan con
el nivel socioeconómico y pueden ascender marcadamente en sectores populares.
En segundo término, en el contexto regional, la Argentina tiene un porcentaje me-
nor, de acuerdo con los siguientes valores estimados: Guatemala, entre 19 y 30%.
Chile, 16 y 18. Brasil 12 y 15. Nicaragua 11 y 15. Argentina 10 y 13. Uruguay,
Venezuela: 2 y 3.5
herederas de la primera reforma protestante hay una proporción importante de constituyentes nominales,
en su mayoría de ascendencia germánica, dinamarquesa, británica. Su práctica los asimila demográfi-
camente a una pauta social del campo católico. Desde esta perspectiva la minoría evangélica, iguala o
supera la cantidad de católicos con asistencia regular a la iglesia. De acuerdo con datos provenientes de
la propia jerarquía del clero católico, el 87 % de los argentinos fue bautizado católico pero el 5 % participa
activamente en las misas (Fernando Giannetti, delegado de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la
Arquidiócesis de Buenos Aires, reportaje de Huaygua Delgado, 2004). El dato del padre Giannetti coin-
cide con una información del Proyecto Compartir, 1998, que habría registrado una práctica católica de
asistencia a misa del 4,9 % (Ver Seselovsky, 2005: 124). Sin embargo, la aparente paridad demográfica
opaca la percepción del peso de la jerarquía de la Iglesia Católica y la cultura irradiada desde su iglesia
sobre otros sistemas de la sociedad argentina (sistema jurídico, sindicatos, política peronista, escuelas,
Fuerzas Armadas, policía, gremio de abogados, poder judicial, empresarios católicos, sistema educati-
vo). Mientras tanto, la cultura de los evangélicos no sale de sus fronteras, y en el derecho argentino los
evangélicos son una minoría con obligaciones especiales en todo lo relacionado con la inscripción ante
el Estado representado por la Secretaría de Culto.
5 Fuente: Freston, 2001: 194, para todos los países, excepto Argentina. Para la Argentina trabajamos
sobre fuentes secundarias de acuerdo con la discusión establecida en los párrafos precedentes.
6 Para el caso de Argentina y Brasil, véase Wynarczyk, 1999.
7 Sobre la clasificación diacrónica de la irradiación del campo evangélico en los países del Cono Sur y
otros de América Latina, hay dos líneas de producción, una de autores evangélicos que provienen de
la teología y otra de sociólogos, con mutuas convergencias. (A) El uso pionero de la idea de “olas” se
encuentra en un autor evangélico, Wagner, 1973: Look out! the Pentecostals are coming., editado ese
mismo año en español: ¡Cuidado! Ahí vienen los pentecostales. En 1983 Wagner retoma la idea: A third
42
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
wave? Asimismo casi al final de la década (1987a): Avance del pentecostalismo en América Latina. (B)
Las tipologías sociológicas más importantes para la clasificación del campo evangélico en países del
Cono Sur (Freston, 1993a), son las de Lalive D’Epinay (1975), Gouvea Mendonça (1989) y el CEDI (Cen-
tro Ecuménico de Documentación e Información del Brasil, 1991). Debido a las semejanzas de los proce-
sos de irradiación de las iglesias en estos contextos, las tres tipologías resultan aptas para la Argentina,
Chile, Brasil y otros países de la región. La más eficaz como sistema clasificatorio, toda vez que resulta
simultáneamente la más económica y exhaustiva, es la del CEDI. Aquí trabajamos en coincidencia con
ese modelo. (C) En la década de 1990 se han producido confluencias de autores que arriban a formatos
similares desde la sociología y la teología (Wynarczyk y Semán, 1994; Míguez Bonino, 1995). El teólogo
Míguez Bonino además de establecer una tipología que resume metafóricamente con el título Rostros
del protestantismo latinoamericano, repasa las clasificaciones de teólogos evangélicos latinoamericanos
con fuerte aproximación a las ciencias sociales: Antonio Gouvea Mendonça (hemos incluido su trabajo
de 1989 entre los sociológicos), Manuel Gaxiola, Carmelo Álvarez. Cabría incluir en este mismo conjunto
el aporte que hizo el historiador y teólogo bautista Deiros (1992: Historia del Cristianismo en América
Latina, pp.: 783-790). Por último cabe incluir a los autores Berg y Pretiz (1994: Mensajeros de esperanza:
los evangélicos, pp. 45 – 51).
8 El uso de la palabra evangelical se reduce en nuestra investigación a un sector que junto con los
pentecostales forman el polo de los conservadores bíblicos. Existe otro empleo del término “evangelical”
con la misma extensión empírica que “polo conservador bíblico” (véase en Freston 2001: 2) basado en
la tipología “cuadrilateral” de Bebbington (1989). Pero los pentecostales presentan un plus de caracte-
rísticas propias irreductibles al evangelicalismo, construidas básicamente, como ya lo hemos explicado,
alrededor de la idea de recepción de carismas (sanidad, profecía, lenguas) y manifestación del poder
(autoridad sobre los demonios en el nombre de Jesús, poder de sanidad, liberación interior y otros). Por
este motivo al polo conservador bíblico lo hemos dividido en dos sectores: evangelical y pentecostal.
43
Ciudadanos de dos mundos
usado en la medida de lo posible una sola fuente, la de Platt y Holland (2002), que
tiene la virtud de ser la más exhaustiva. Pero mantuvimos la consulta comparada
con otros documentos.
Las iglesias que componen el polo histórico liberacionista, son coetáneas en sus
orígenes, en tanto vástagas de la Primera Reforma de donde surgieron las iglesias
luteranas y reformadas calvinistas. En la Argentina mantienen conexiones con na-
ciones europeas en cuyos contextos funcionan como “iglesias de la nación” o iglesias
territoriales del pueblo (Volkskirches). Hay excepciones. La más importante a marcar
es la de los metodistas, cuyo vértice de origen no está en la Iglesia Católica roma-
na sino en la anglicana. Pese a sus diferencias teológicas, estas iglesias mantienen
su educación pastoral estructurada en una institución principalmente (ISEDET,
Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos, actualmente Instituto Uni-
versitario). También convergen sus prácticas públicas alrededor de la común per-
tenencia a entidades de Derechos Humanos, asistencia social y comunicaciones.
El polo histórico liberacionista presenta la paradoja de contar con notable capital
de educación, prestigio y conexiones institucionales, pero un caudal demográfico
inferior al 10 % del campo evangélico. Debido al señalado nivel de asociatividad,9
tiene poco sentido entonces, desde el punto de vista del concepto de campo de fuer-
zas, la desagregación del polo histórico liberacionista en sectores y subsectores, como
lo haremos con los evangelicales y pentecostales que forman el polo conservador
bíblico. Habremos de establecer una diferencia en términos de tres grandes secto-
res, suficientes para nuestros objetivos de trabajo. Luego dividiremos estos sectores
solamente en iglesias.10
9 La única excepción que sale del polo histórico liberacionista aunque proviene de la Primera Reforma, es
la IELA, Iglesia Evangélica Luterana Argentina, conocida como Iglesia Luterana del Sínodo de Missouri,
aferrada a cierta ortodoxia luterana y notablemente inconexa al resto de los evangélicos en Argentina.
Cuando el rey de Prusia estableció en 1817 la unión entre luteranos y calvinistas (que daría origen a la
iglesia evangélica alemana, a la cual está asociada la IERP de la Argentina, Paraguay y Uruguay) muchos
luteranos disconformes emigraron a los EE.UU. a colonizar las márgenes del Río Missouri (Schäfer, 2006:
La paz y las religiones, p. 29). Posteriormente tomaron contacto con descendientes de inmigrantes en la
Argentina, y establecieron una extensión de su sínodo. Igual en Brasil.
10 A título de excepciones podríamos anotar la presencia de una minoritaria corriente pietista rural en
la iglesia evangélica de tradición alemana, IERP, en la provincia de Entre Ríos. Un comentario parecido
cabría acerca de núcleos simpatizantes con el sector evangelical del polo conservador bíblico, entre los
presbiterianos y los anglicanos. En ambos casos se trata de manifestaciones de escasa repercusión
demográfica y sobre la cultura de sus iglesias.
44
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
siglo XIX y todavía en el siglo XX. Desde el punto de vista teológico presenta una
conjunción entre luteranismo y calvinismo. Mantiene una fuerte comunión con la
Iglesia Evangélica de Alemania. En ciertos momentos de su historia en el siglo XX,
perdió contingentes que por diferentes motivos (algunos posiblemente ligados a
afinidades electivas conservadoras o pietistas) se incorporaron a la IELA, Iglesia
Evangélica Luterana Argentina del Sínodo de Missouri, y la Iglesia Congregacio-
nal (Wynarczyk 1988, 1989a). IELU, Iglesia Evangélica Luterana Unida. De fuerte
comunión con la Iglesia Luterana de los países nórdicos y parte del luteranismo
estadounidense (LCA, Lutheran Church in America, de cuyo trabajo misionero es
heredera). Esta iglesia se estableció en la Argentina a partir de 1920.11 A partir de
la Segunda Guerra Mundial incorporó congregaciones de estonianos, latvios, eslo-
vacos, húngaros, alemanes y judíos del imperio austrohúngaro conversos al protes-
tantismo (Hefty y Wynarczyk, 1983). Dentro de la IELU se encuentran asociadas,
con gran autonomía, las iglesias luteranas dinamarquesa y sueca.
Sector anglicano-metodista
Iglesia Anglicana. Establecida en la Argentina desde 1825, a rigor no constituye una
rama del protestantismo, pero en su historia incorporó elementos de la teología pro-
testante. Mantiene un estrecho vínculo asociativo y cultural con las otras iglesias del
polo. IEMA, Iglesia Evangélica Metodista Argentina. Esta iglesia es heredera de la
que anteriormente se denominó Metodista Episcopal.12 El metodismo surge en los
albores de la Modernidad como un movimiento social desde el seno anglicano. Al
igual que la IERP, se encuentra en la Argentina desde la primera mitad del siglo XIX
(1836). Sus cimientos espirituales comparten con las iglesias del polo conservador
bíblico el acento en los procesos internos del creyente en su relación con Dios y en
procura de la santificación. Pero con independencia de esa empatía cultural, el me-
todismo argentino se encuentra estrechamente asociado a las iglesias del polo libera-
cionista y es válido sostener que constituye su principal motor desde el punto de vista
del compromiso social, o al menos si no, su rostro más visible y empíricamente veri-
ficable a través de la participación de algunas de sus personalidades en la cuestión de
los Derechos Humanos y la vertiente evangélica de la teología de la liberación. Iglesia
Evangélica de los Discípulos de Cristo. Esta iglesia establecida en la Argentina en 1907
11 Como establece la nota anterior, no incluimos la IELA, Iglesia Evangélica Luterana Argentina. Aunque
registra antecedentes en el país desde 1905 (recordemos las divergencias acerca de los hitos históricos)
se instaló en Argentina a partir de 1918 en comunión con la iglesia luterana del Sínodo de Missouri (Mis-
souri Synod) de los Estados Unidos. Tiene su propio centro de formación teológica (Seminario Concordia)
en el Conurbano Bonaerense. No participa de las organizaciones colegiadas de acción social, Derechos
Humanos y relaciones ecuménicas con la Iglesia Católica que caracterizan como un denominador co-
mún a los liberacionistas. Su estructura demográfica se alimentó de afluentes de “alemanes del Volga”
de la provincia de Entre Ríos y localidades de la provincia de Buenos Aires.
12 En los Estados Unidos la iglesia anglicana se denomina “episcopal”.
45
Ciudadanos de dos mundos
como extensión misionera de la Christian Church de los Estados Unidos, desde sus
comienzos mantuvo una estrecha asociatividad con los metodistas; compartió con
ellos el desarrollo de dos obras educacionales pioneras (Garrison, 1950: 155), el Co-
legio Ward y la Facultad Evangélica de Teología, posteriormente ISEDET, Instituto
Superior Evangélico de Estudios Teológicos, de rango universitario oficial (2008).
Sector reformado-calvinista
Iglesia Presbiteriana Escocesa. Constituida en la Argentina desde 1829, se nutre de
la tradición calvinista procesada en el contexto cultural escocés. Mantiene sólidas
vinculaciones con los evangelicales del polo conservador bíblico. Iglesia Evangélica
Valdense. En la Argentina desde 1887 a partir de contingentes migracionales italia-
nos (presentes desde 1859). Los valdenses vivieron su propia epopeya. Confinados
en los Alpes, son herederos de una tradición, en tres siglos (1160) anterior a la Primera
Reforma. Después (1541) se asociaron al calvinismo. IRA, Iglesias Reformadas en
la Argentina. En el país existen iglesias reformadas de tradición holandesa (1908,
incluyó inmigrantes sudafricanos de 1903), francesa (1937) húngara (1938) y suiza
(1944). Los reformados holandeses mantuvieron un sólido compromiso con de-
rechos humanos y servicio comunitario junto con las otras iglesias del polo. Igle-
sia Evangélica Congregacional. Establecida desde 1922 a partir de contingentes de
evangélicos de tradición alemana que se conectaron a la iglesia congregacionalista
de los EE.UU., así como otros lo hicieron con la IELA.
13 Uso impreciso del término. Este polo suele aparecer en la literatura como “fundamentalista” (véase
por caso en América Latina el estudio de De Lella, 1984b, y en diversos contextos del Tercer Mundo,
Engels et al., 1993; Schäfer, 1993; para los Estados Unidos Garvey, 1993 y Geldbach, 1993). La pers-
pectiva del uso lato del término, ha sido también adoptada por instituciones católicas y aplicada (con
una amplificación de sus connotaciones) a las “sectas fundamentalistas”, cf. por ejemplo Secretariado
Episcopal de América Latina, 1995. Uso técnico: evitaremos el término porque a rigor es el nombre de un
segmento evangélico, muy específico en su historia, identidad y manejo émico de la palabra “fundamen-
tos”. El fundamentalismo protestante fue un movimiento de reacción frente a la Modernidad y el impacto
del relativismo científico sobre la hermenéutica bíblica en los Estados Unidos y Europa. Los “otros” en
esta muy específica arena de discusión, eran los “liberales”. Precedido por el trabajo de Sandeen (1968),
el de Marsden (1980) es, a mi entender, el más ilustrativo para entender el fundamentalismo y sus irradia-
ciones. Véase también Amuerman, 1991. Para una amplificación de la mirada desde varias perspectivas
de las ciencias sociales, véase la serie de trabajos editados por Martin y Appleby entre 1991 y 1996 con
46
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
posición ascética separa el mundo y el cielo de un modo tan realista que por mo-
mentos pierde por completo cualquier viso alegórico, en virtud del “literalismo” o
comprensión dura del texto de las Sagradas Escrituras como inspirado completa-
mente y sin error (“inspiración plenaria e inerrancia bíblica”). En este punto marcan
los conservadores bíblicos su diferencia central con la mirada que los históricos
liberacionistas aplican a la hermenéutica de la Biblia, históricamente situada en
paralelo a la empatía con la Modernidad y la razón ilustrada. La brecha entre el cielo
y la tierra a raíz de la rebelión contra Dios articula la economía religiosa del cosmos.
La ruptura de la unidad inicial es para el conservadurismo bíblico una condición
ontológica anterior a la creación de los seres humanos. Pero alcanza su punto más
alto cuando el antagonista de Dios expulsado del Cielo con sus acólitos, seduce las
conciencias de Adán y Eva (Génesis, capítulo 3). El pecado, origen de la “genera-
ción humana” deviene la simiente de un mundo controlado por el maligno, y en
definitiva, el origen de la civilización del hombre caído. Esta es de hecho el objeto
homologado al concepto de mundo. A rigor en esta cosmovisión el lugar de los
entes espirituales no depende de su naturaleza sino de su posición en el orden ético
del universo. A partir de entonces, el único poder que cierra la brecha y restablece
la unidad primigenia del hombre con Dios es el de Jesucristo.
El sacrificio vicario de Cristo (visto a través del prisma alegórico del Antiguo
Testamento como el primogénito y el cordero expiatorio de la tribu nómada que
redime a los hombres de sus pecados) vale para todos los hombres (“de todo linaje,
lengua y pueblo”, Apocalipsis capítulo 5, versículos 9-19) y en cualquier época. El
sacrificio no redime una nación tribal sino un género universal. La condición de
acceso a la redención es que los que deseen ser salvos acepten que Jesús es el reden-
tor que murió por sus pecados, se fusionen con Él en un encuentro personal, y “con
Él en su corazón caminen”. Dado que la fe depositada en el Cordero es el medio
que lleva a la salvación, no existe otro medio de gracia, y los sacramentos materiales
heredados del catolicismo quedan reducidos a símbolos. La fórmula bíblica básica
que subyace a esta creencia es la siguiente: “si confesares con tu boca que Jesús es
el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”
(Epístola del apóstol Pablo a los Romanos, capítulo 10, versículo 9). El poder so-
brenatural actuante sobre la criatura que acepta a Jesucristo en su corazón, produce
una transformación integral o segundo nacimiento. Los creyentes nacidos de nuevo,
pasan de la “generación humana” a la generación espiritual; ya no viven de acuerdo
con la naturaleza. Dejan de ser “hijos del mundo e hijos de la carne”.14
apoyo de la American Academy of Arts and Sciencies como The Fundamentalist Project, cuya lista se
encuentra en la bibliografía. Para América Latina, Deiros, 1991. Cf. asimismo Wynarczyk, 1996b para la
aclaración del concepto de fundamentalismo protestante.
14 Nuevo nacimiento y gnosis son importantes para comprender al polo conservador bíblico. El nuevo
nacimiento es un concepto esencial a la experiencia religiosa de los sectores evangelical y pentecostal.
47
Ciudadanos de dos mundos
Aquel movimiento del individuo entre dos planos ontológicos es el primer paso.
El siguiente es la adscripción a un colectivo. La conversión lleva consigo la entrada en
un corpus mysticum (familia y pueblo de Dios) sociológicamente indescriptible en su
plenitud porque no tiene una realidad empírica mensurable, debido a que solamente
Dios lo conoce. Resignificado en la hermenéutica de los conservadores bíblicos, el
concepto de pueblo presenta un cambio total con el concepto de la nación de Israel
que Jehová por medio de los patriarcas constituye como su pueblo (libro del Éxodo).
La idea evoluciona desde un pueblo territorializado en Palestina por el Antiguo Tes-
tamento, a otro desterritorializado por una fe al alcance de todos los hombres que
escuchen el mensaje. Finalmente, la salvación sobrenatural concluye su desarrollo
fuera de la historia humana y de la realidad material que será destruida, de acuerdo
con el metahistórico “plan de Dios”. La iglesia será trasladada a una “patria celestial”
que habitarán resucitados los hombres que por fe esperaron “la adopción, la reden-
ción de nuestro cuerpo” (Epístola de Pablo a los Romanos, capítulo 8, versículo 23).
En ese estadio del Plan Divino la creación alcanzará la final reconciliación con Dios.
Todo el proceso protestante es una cadena de valor. La búsqueda de la iglesia
fiel a la iglesia primitiva de Cristo según el libro de los Hechos de los apóstoles y
otros del Nuevo Testamento es el denominador común. Esta búsqueda produce los
saltos cualitativos del sistema. Los primeros reformadores instalaron el concepto
Sin dudas el encuentro con lo que Wagner, un indiscutible militante de sus filas, denomina un dios inma-
nente (Wagner, 2000a: Terremoto en la iglesia. La nueva reforma apostólica está sacudiendo la iglesia
que conocemos, p. 28), es, desde otra perspectiva de análisis, asimilable a la posición gnóstica de fusión
del yo con el espíritu divino (Bloom, 1994: 59; Bloom, 1996: 206) en un estado de conocimiento pleno
(gnosis). Deslindamos que no nos referimos aquí a la “herejía del gnosticismo” basado en la creencia en
que Dios se revelaba a los adeptos de ciertos rituales “ocultos”. Centrada en el encuentro personal con
Jesucristo y el nuevo nacimiento, la experiencia íntima constituyó el eje de la religiosidad norteamericana
(Bloom, 1994), que se irradió como la religiosidad evangelical hacia América Latina. William James (1902)
investigó la experiencia del segundo nacimiento con testimonios de primera mano. Su inquietud bastante
coetánea con los inicios del pentecostalismo (que encontraron su plasmación en 1906 pero comenzaron
antes) da cuenta de la importancia social del fenómeno (James, edición de 1986: conferencia IX, pp.
213 y ss.). Luego en medio del siglo XX el discurso más claro y constante en el mismo sentido sin dudas
es el de Billy Graham. En las argumentaciones conversionistas de Graham (que predicó en la Argentina
por primera vez en 1960), queda claro que el concepto de encuentro íntimo con Jesús es la causa de la
regeneración. El nuevo nacimiento es la consecuencia únicamente de la entrega a Jesús de quien acepta
por fe que “con su sangre lava nuestros pecados”. ¿Cómo lo hacemos? pregunta Graham, y luego lo
explica: “Primero, confesando a Dios que somos pecadores y que necesitamos su perdón: después,
arrepintiéndonos de nuestros pecados y, con la ayuda de Dios, regresando a él. Segundo, entregando
nuestras vidas a Jesucristo como Señor y Salvador (…). En su gracia, hoy Dios nos invita a recibir a su
Hijo en nuestras vidas (…). Cuando lo hagas, te convertirás en un hijo de Dios, adoptado en su familia
para siempre. Además, el vendrá a vivir en ti y comenzará a cambiarte por dentro. Ninguno que le en-
tregue de verdad su vida a él será el mismo porque la promesa de su Palabra es verdad: ‘por lo tanto,
si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¿lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo’. Todo esto
proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el testimonio de
la reconciliación” (Segunda Epístola de Pablo a los Corintios, capítulo 5: 17-18). Gram.: “Los Elegidos”,
censuario especial de El Puente, 2001, sin otros datos editoriales.
48
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
de sola gracia y sola Escritura (sola scriptura, sola gratia, sola fides, soli deo gloria),
como reacción ante el “magisterio de la iglesia” y los “sacramentos” que difundía.
Los evangelicales agregaron el énfasis en la conversión interior y redujeron los sa-
cramentos a poco más que símbolos. Los pentecostales agregarán el énfasis en que
los milagros y las visiones ocurren hoy (Samarin, 1976: 146). En la década de 1990
los neopentecostales llegarán a plantear que Dios está volviendo a instalar la iglesia
primitiva dirigida por hombres ungidos como apóstoles e iglesias ungidas como
iglesias apostólicas (movimiento de la Nueva Reforma Apostólica, NRA).
El principal aporte del pentecostalismo a la cadena de valor, es la idea de bau-
tismo en el Espíritu Santo, con el agregado de la evidencia manifiesta de “hablar en
lenguas” o glosolalia (Hollenweger, 1976).15 El concepto de poder actuante marca
profundamente sus creencias y sus prácticas en lo que de particular poseen, y de-
limita un hábitus religioso propio. El trasfondo bíblico donde los pentecostales
anclan sus creencias se encuentra en el tramo del Libro de los Hechos de los Apóstoles
(capítulo 2, versículos 1-4) que describe el momento en el que los dirigentes de la
iglesia primitiva recibieron “poder” del Espíritu, con señales o evidencias públicas:
sobre ellos se posaron lenguas de fuego y hablaron en lenguas extrañas el día de la
fiesta judía de Pentecostés. Desde nuestra perspectiva nos interesa aquí identifi-
car algunas consecuencias prácticas de la creencia en la actuación del Espíritu Santo
“hoy”. Las creencias pentecostales marcan el comienzo de una diferente manera de
relacionarse con el texto sagrado y un modo de creciente subversión respecto del
modelo de iglesia y pastorado que fueron la herencia de los misioneros del polo con-
servador bíblico (modelo misionero, Maróstica, 1997). Para los pentecostales Dios
sigue actuando todo el tiempo, los milagros ocurren siempre, Dios sigue hablando al
hombre (“revelaciones extemporáneas”).16 Esta comprensión abre el camino a una
multiplicidad de ministerios pastorales y teologías no académicas que se especializan
en algún carisma: sanidad, profecía, prosperidad, fundamentales para comprender
más tarde el neopentecostalismo y la Nueva Reforma Apostólica (capítulo 3). Pero
diversas investigaciones dentro del propio polo conservador bíblico muestran que
el principal dinamizador de la expansión del pentecostalismo en América Latina
se encuentra en los “milagros de sanidad” (Deiros y Mraida, 1994: Latinoamérica
15 El trabajo de Hollenwager es considerado el tratado más importante sobre el pentecostalismo. Existe
al respecto una vasta producción sin embargo, dentro de la cual cabe destacar algunas obras. Para
comprender las ubicaciones del pentecostalismo en la herencia evangelical ver Dayton, 1976 y 1987;
Dayton y Johnston (editores), 1991; Woodbridge, Noll y Hatch, 1979, Blumhofer, Spittler y Wacker, 1999.
Para un relato de los comienzos del movimiento el testimonio de uno de sus participantes, Bartleman,
1996 (edición original, 1925).
16 La posición conservadora bíblica radicalmente opuesta a la de los pentecostales, es la del cesacio-
nismo fundamentalista. Dios habó a través de la Biblia y los milagros cesaron. Para los fundamentalistas
existe una división entre el mundo como fenómeno físico y el plano espiritual. La moral depende de este
último y en él imperan las leyes espirituales de Dios dictadas en la Biblia de una vez y para siempre.
49
Ciudadanos de dos mundos
en llamas – historia y creencias del movimiento religioso más impresionante de todos los
tiempos, pp. 214-216; Wagner, 1987a: Avance del pentecostalismo en América Latina),
milagros que nos remiten al concepto de “poder” y la etiología espiritual de la enfer-
medad; si es el resultado de la acción de las fuerzas del maligno, la sanidad lo es de
la intervención del poder del Espíritu Santo.
El sector evangelical se divide en los siguientes subsectores para los que marca-
remos fechas de establecimiento en la Argentina. Evangelicales clásicos (iglesias de
bautistas, 1878; hermanos libres, 1882; menonitas, 1917) que tratan de permanecer
fieles a la tradición misionera que trajo sus iglesias a la Argentina desde fines del
siglo XIX. Agrupaciones de renovación carismática surgidas a fines de la década de
1960 (circa, 1967) a partir del movimiento del pastor Juan Carlos Ortiz. Esta co-
rriente tuvo su origen en los Estados Unidos en 1960. Los adherentes al movimien-
to creían en el “Bautismo en el Espíritu Santo”, de un modo que los aproximaba a
los pentecostales en parte. La renovación fue un movimiento de clase media, por
17 A ellos Weber se refiere cuando dice: “Junto al calvinismo, el segundo gran representante del asce-
tismo protestante es el movimiento bautizante y las sectas de los baptistas, mennonitas y especialmente
los cuáqueros, nacidas en su seno durante los siglos XVI y XVII, ya directamente o por aceptación de
sus formas de pensamiento religioso, y que constituyen agrupaciones religiosas cuya ética entronca con
principios religiosos esencialmente heterogéneos de los de la doctrina reformada” (Weber, 2003, e.o.,
1905: 167-168). La figura emblemática y muy rica para la sociología fue la de Tomás Müntzer, sacerdote
católico convertido a la reforma, el “profeta guerrero” decapitado en mayo de 1525 por los protestantes
oficiales luego que la revuelta de los campesinos que lideró junto a seguidores del clero bajo, terminara
con el aplastamiento de 5000 personas (otros cálculos dicen 100.000). Lutero tomó posición contra esta
gente y escribió el panfleto Contra las hordas salteadoras y asesinas. Igual que aquellos campesinos,
lo siguieron a Müntzer en sus prédicas los obreros de la industria textil y las minas (Ronchi, 1984: 42-
44). Müntzer fue objeto de atención de historiadores y sociólogos eminentes a raíz del dinamismo que
la teología milenarista insuflaba a la acción colectiva. Tal es el caso de los análisis escritos por Friedrich
Engels, Karl Kausky, Ernst Bloch y Karl Mannheim siendo estos dos últimos posiblemente los autores
más importantes al respecto. Para una revisión de esta literatura, con acento en la producción de Bloch,
ver Löwy, 1993; para una ampliación acerca del uso de conceptos de análisis sociológico en referencia
a la Reforma Radical ver Abramson, 1999.
50
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
contraste con el carácter popular del pentecostalismo. Una parte de esta renovación
sigue como una corriente interna viva dentro de las iglesias de los hermanos libres
y bautistas. Otra parte formó la iglesia Comunidad Cristiana. Grupos de renovación
con rasgos neopentecostales surgidos a raíz de la influencia de Carlos Annacondia y
Evangelismo de Cosecha a partir de la década de 1980. Con fuerte presencia en-
tre los bautistas, produjo en su organización un cisma interno. Reformistas sociales
o neoevangélicos (Deiros, 1992), organizados en la FTL, Fraternidad Teológica
Latinoamericana (1970). No tienen iglesias propias pero sí una importante orga-
nización editorial, de capacitación y jornadas (Kairós), con sedes en el Conurbano
Bonaerense. La FTL comparte con los evangelicales el apego conservador a la Bi-
blia y el principio del íntimo encuentro personal de cada individuo con Jesucristo,
pero sostiene una particular hermenéutica de “contextualización” de la Biblia, así
llamada porque procura conectar la interpretación del texto con el espacio socio
cultural e histórico latinoamericano (“encarnar” la Palabra).
18 Para los orígenes de la Iglesia de Dios entre los italianos de Isla Maciel, cf. la biografía de Marcos
Mazzucco, escrita por Le Roy (1970).
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Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
conjunto, donde la entidad más importante es sin dudas la Iglesia Universal del
Reino de Dios (IURD). Si bien en mi criterio quedan asimiladas a la categoría de
isopentecostalismo (Campos, 1997: 28) parece más adecuado hablar de estas igle-
sias con la expresión parapentecostalismo, que suena más afín a los usos idiomáticos
del idioma español. Campos trabaja la categoría de neopentecostales en el Perú
pero agrupa en los isopentecostalismos los movimientos de cura divina que fun-
cionan “en sintonía con el pentecostalismo pero que parecen tener otra naturaleza”.
Los sociólogos de la religión en el Brasil incorporan estos movimientos eclesiales
al campo neopentecostal (cf. Mariano, 1999) a diferencia de lo que sucede entre los
investigadores de Argentina y Perú como Semán y Campos respectivamente.
Existe un amplio consenso afirmativo por parte de los investigadores sobre la es-
tratificación de las iglesias del campo evangélico de acuerdo con el nivel socioeco-
nómico de sus fieles, en el cual se incluyen autores del propio campo (Cf. Deiros y
Mraida, 1994: Latinoamérica en llamas. Historia y creencias del movimiento religioso
más impresionante de todos los tiempos, pp. 114-122). Ya los primeros estudios compa-
rativos sobre las iglesias evangélicas (producidos entre las décadas de 1920 y de 1950
en los Estados Unidos sobre fuertes fundamentos empíricos y técnicos) evidencian
que estas iglesias se distribuyen siguiendo una línea asociada con posiciones sociales
de clase. El pentecostalismo creció asociado a la pobreza y grupos étnicos situados
en la línea de base de la escala social. Los estudios de Pope (1942, 1948) y Boisen
(1955) sobre grupos evangélicos constatan que “en determinadas sectas pequeñas
(...) estos movimientos se inician entre los muy pobres” (véase también Argyle,
1966: 52, 173-174). Goldschmidt (1944) verifica en una región de California que
en un 84 % los pentecostales eran trabajadores no especializados, en contraste con
cifras que no superaban el 15 % para otras agrupaciones eclesiales (Argyle, 1966:
172). A partir de la misma constatación, décadas antes Niebuhr instaló el concepto
de iglesias de los desheredados (1929: 198-215).20 La fuerza del término ideado por
Niebuhr, queda patentizada por su aplicación posterior, especialmente en las inves-
tigaciones de Anderson sobre los pentecostales (Anderson, 1979); por otra parte
Lanternari (1960) habla de religiones de los pueblos oprimidos en un sentido próximo
al mencionado, en referencia a los movimientos mesiánicos de libertad y salvación
en general.21 En sus ramificaciones del Tercer Mundo y los países del Cono Sur el
20 Nos referimos a Helmut Richard Niebuhr. No a su hermano Reinhold, cuya producción suele ser
citada también en temas de convergencia entre religión, cultura y sociedad.
21 Las percepciones de nexos entre grupos sociales privados de recursos y esperanzas y las nuevas
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Ciudadanos de dos mundos
formaciones religiosas, marcadas por sus fuertes cargas utópicas, se remontan a estudios clásicos. En
especial, como ya mencionamos, los orientados a comprender la figura de Thomas Münzer y los suce-
sos que siguieron a la Reforma Oficial. En una pose antagónica con esta, se ubicaría (Mannheim, 1949)
el origen del milenarismo y la esperanza de los desposeídos campesinos en un mañana sobrenatural. El
sueño colectivo de redención por un Cristo que vuelve se constituiría en una herencia teológica vigente
hasta el día de hoy entre los conservadores bíblicos. La misma rebelión contra una realidad injusta estaría
marcando la tendencia al despego de las aspiraciones mundanas y el pensamiento en términos de una
ruptura con la existencia histórica del hombre, que marca como un signo conflictivo el protestantismo
contemporáneo (Tillich, 1965: La era protestante, p. 144).
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
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Ciudadanos de dos mundos
23 El 6 de noviembre de 1809, el Virrey Cisneros abrió el puerto de Buenos Aires a los productos británi-
cos que ingresaban de todos modos por medio del contrabando. En 1810, cuando tuvo lugar la primera
acción de la declaración de la independencia de España, completada en 1816, existía en Buenos Aires
una Comisión de Comerciantes de Londres que tenía buenas relaciones con los pobladores locales y su
elite política contraria a la continuación del dominio colonial ibérico.
24 Testimonio del carácter regional del fenómeno en el contexto de las naciones del Cono Sur, es la
existencia de un cementerio de disidentes en la ciudad de San Pablo, próximo al complejo universitario
de la Iglesia Presbiteriana. El cementerio de los disidentes paulista es análogo al de Buenos Aires en su
tipo, ubicación y vinculación los presbiterianos escoceses.
25 En 1825 surgió la Sociedad Evangélica Alemana, creada por Carlos Augusto Bunge y el Barón de
Holmberg. En esta sociedad había representantes de la fábrica de armas Krup y el Estado Prusiano
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
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Rosas tuvo conflictos con la iglesia por “haber expulsado a los jesuitas y degollado
cuatro sacerdotes respetables” (Sarmiento, 1967, e.o., 1845: 126) además de otros
hechos que herían a “las madres que ven con el corazón” (ídem: 20). Su relación con
la iglesia se basaba en el uso instrumental (Mecham, 1934: 184).29
29 Esta parte de la exposición se basa en el trabajo de Mecham (1934) considerado un clásico en la
materia y el más autorizado para comprender las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado argentino
hasta la primera mitad del siglo XX. En lo referente a Rosas, Mecham tiene en cuenta los trabajos de
autores que lo presentaron de un modo favorable, en especial Saldías.
30 Los procesos geopolíticos de la región guardan grandes semejanzas (Freston, 2001; Bastian, 2001).
A su vez los procesos de irradiación del campo evangélico son muy parecidos en Brasil y Argentina.
Solamente comienzan a diferenciarse localmente cuando los neopentecostales introducen un mayor
carácter idiosincrásico autóctono a partir de la década de 1980 (Wynarczyk, 1999).
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
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Ciudadanos de dos mundos
a) Evangelicales
La siguiente irradiación de iglesias evangélicas hacia Argentina da inicio entre 1880
y 1930 a la constitución del sector evangelical. Desde el punto de vista del sopor-
te organizacional, los procesos de expansión continental de las iglesias del sector
evangelical encontraron su motor en la constitución de “Sociedades Misioneras” de
los Estados Unidos y Europa. Junto con ellas adquirió relevancia la celebración de
grandes “conferencias de evangelización” pensadas para unificar conceptos y estra-
tegias a fin de alcanzar el espacio panamericano (Gutiérrez Sánchez, 1995; Míguez
Bonino, 1995; Deiros, 1992; González, 1994, vol. 2). El campo misionero y las na-
ciones componentes de la Unión Panamericana llenaban de contenido geográfico
un mismo imaginario conversionista para el cual las dos realidades eran las caras
de una moneda: la América educada por el catolicismo colonial ibérico. Sobre esta
base conceptual, las iglesias se expandieron con bastante agresividad proselitista y, a
sabiendas de que ingresaban en un continente supuestamente evangelizado, hacían
su trabajo sin los remordimientos de ocupar el espacio de otros hermanos en Cristo.
América Latina era católica y como tal cristiana pero esta condición no superaba un
nivel nominal, toda vez que su pueblo no había experimentado la conversión real y
la entrega del corazón a Jesús en un encuentro personal.31
Los dirigentes evangelicales abogaron en esa época por la separación de la igle-
sia y el Estado, un objetivo estratégico de fondo que contribuía a minar la influen-
cia del catolicismo romano sobre la sociedad y la cultura. El núcleo de su marco
interpretativo era la defensa de la libertad de conciencia (Canclini, 1957; Deiros,
2002a; Deiros, 2002b). El argumento tomaba un carácter teológico y no salía de
la arena de discusión que básicamente le concernía. De esta forma se alineaba con
ideas centrales al proceso de movilización colectiva de la Segunda Reforma (Cf.
Barreto, 1927 y 1959). Pero al nivel táctico los dirigentes orientaron sus críticas a las
consecuencias de ese vínculo en el terreno específico del manejo de los matrimonios y
cementerios, situados en la órbita de control de la Iglesia Católica. Sus ideas forma-
ron una plataforma para el establecimiento de afinidades electivas con la militancia
del laicismo que encontraba su espacio en las filas de la masonería, el liberalismo y
el socialismo, un fenómeno claramente verificable en la literatura y extensible por
esa época al resto de América Latina.32 Sin embargo el activismo público no admite
31 La articulación conceptual de esta perspectiva alcanza su nivel más alto sin dudas en la obra de Juan
A. Mackay. No por acaso su libro clásico El otro Cristo español (1988, edición original, 1933) fue firmado
“en el primer aniversario de la República Española”. Mackay, que trabajó en el Perú, era un admirador
de la obra de Unamuno. Para una comprensión ampliada de la personalidad de Mackay y el contexto
de ideas del campo evangélico misionero, una excelente fuente es la biografía escrita por Sinclair (1990).
32 (a) Desde la perspectiva de los propios actores, cf. Lappas 1966: 81; Besson, Manuscritos, citados
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
ser magnificado, puesto que se restringió a pastores de elite y en tal sentido el mejor
ejemplo es Pablo Besson (suizo de habla francesa, 1848-1932), pionero de la iglesia
bautista en la Argentina a partir de su pastorado en Buenos Aires desde fines de
1882 y figura magna de la posición evangélica frente al gobierno y la sociedad que
alcanzó cierta relevancia en el periodismo de ensayo.33
En el nuevo contexto político creado por la nación estado liberal el trabajo mi-
sionero de los evangelicales logró buenos frutos a lo largo de un siglo. Los datos
de 1991 (los únicos elaborados a partir de un trabajo de campo) indican que en la
Capital Federal poseen el 43 % de los templos del campo evangélico y el 30 % de la
asistencia dominical a los cultos protestantes.34
Las iglesias evangelicales se agrupan actualmente en la Federación Alianza
Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (FACIERA), creada
en 1983. Al nivel continental mantienen relaciones fraternales con la Confrater-
nidad Evangélica Latinoamericana (CONELA, 1982), que ha sido definida como
una organización cercana a la ideología capitalista y hasta subsidiaria del proyecto
capitalista (Campos, 1997: 6, y especialmente 89).35 Al nivel mundial participan del
foro llamado Comité de Evangelización de Lausana, y suscriben los objetivos del
Pacto de Lausana. Las iglesias de los hermanos libres más tradicionalistas tienen su
organización propia en la Federación de Iglesias e Instituciones Cristianas Evangé-
licas Argentinas, FICEA, y la Fundación Mayordomos Cristianos.
b) Pentecostales
De la mano de Luigi Francescon, quien por vez primera viajó al Río de la Plata
acompañado por sus hermanos en la fe, Giacomo Lombardi y Lucia Menna (Fran-
cescon, 1952: 11; Francescon, 1976: 3) el movimiento pentecostal llegó al puerto
por Deiros, 2002a y 2002b; Barreto, op. cit.; Canclini, 1957; Daniel Monti, 1966, 1969, 1976. La relación
entre masones y protestantes en Argentina y América Latina había surgido con los liberales tempranos
del siglo XIX: “se puede constatar que el liberalismo y la masonería fomentaron el protestantismo en al-
gunos países y que por lo menos crearon los fundamentos de la inmigración protestante y más tarde de
la misión protestante a través de la concesión de tolerancia religiosa y libertad de culto” (Prien, 1986: 14,
el resaltado es nuestro; en análogo sentido ver Barbieri, 1989). La relación entre liberalismo, masonería
y socialismo en la Argentina está enfocada especialmente en Rondanina, 1965. (b) Desde la perspectiva
de investigadores ajenos al campo de estudio, para la Argentina cf. Lynch, 2001, y para América Latina,
Bastian, 1990a. Por razones de espacio no cumplimos aquí con nuestra norma de colocar los títulos de
piezas de los autores en el texto.
33 Besson insistía en la implantación del Registro Civil en la Argentina y la libertad de cultos. Escribió en
los diarios La Prensa y La Nación de Buenos Aires, y La Capital de Rosario (Arnoldo Canclini, 1983: Igle-
sia Bautista del Centro; véase también Santiago Canclini, 1957: Pablo Besson). Antes de venir a Buenos
Aires, trabajó en Esperanza, Santa Fe.
34 Wynarczyk, Semán y De Majo, 1996. Análisis sobre datos de campo de Saracco (editor) 1992.
35 CONELA Surgió a instancias en gran medida de pastores conservadores bíblicos latinos radicados en
Estados Unidos, opuestos a la línea “progresista” del CLAI.
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Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
36 En este punto se destacan la UAD (Unión de las Asambleas de Dios, difusión desde EE.UU.) y las
Asambleas de Dios (desde Suecia). Entre las iglesias neoclásicas tiene especial importancia la ALIDD,
Asociación la Iglesia de Dios, generada en la Argentina.
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Ciudadanos de dos mundos
37 En los Estados Unidos el fenómeno tuvo su epicentro más importante en Oral Roberts, de origen
metodista pero que forjó su propio megaministerio autónomo y fue uno de los iniciadores por otra parte
del “evangelismo radial” (Hadden, 1988; Bruce, 1990).
38 Este es el lado “émico” del fenómeno o la manera en la que los protagonistas lo cuentan e interpretan.
La mejor fuente para conocerlo en tal sentido se encuentra sin dudas en las entrevistas de Saracco (1989)
y las reproducciones de fotografías de diarios de la ciudad de Buenos Aires (para las fotografías véase
“Tommy Hicks, elegido por Dios”, La Corriente del Espíritu, año 1, número 3, noviembre de 1996, pp. 4-7).
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
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Ciudadanos de dos mundos
7.3. Resultados
Luego de la campaña los organizadores reportaron que habían conseguido 300.000
“tarjetas de decisión personal por Cristo”40 y que vendieron 55.000 Nuevos Testamen-
tos y Biblias completas, un dato comprensible en toda su fuerza al tener en cuenta
que eso sucedió en un contexto donde la Biblia era poco usual entre los laicos. Para
los dirigentes evangélicos era especialmente importante mostrar el crecimiento del
movimiento religioso. Pero la presencia de Hicks y “los milagros de sanidad” no
contribuyeron al crecimiento del campo evangélico en aquel momento a partir del
público que se congregó en los estadios de fútbol. En primer término, las iglesias no
tenían estructura ni preparación para absorber el impacto. En segundo término, las
multitudes acudían a recibir milagros, pero no a convertirse a la iglesia evangélica.
A su vez al interior del polo conservador bíblico, la actividad de Hicks producía
rechazos teológicos. Los pastores de mayor gravitación en el campo evangélico sos-
tenían que Hicks priorizaba el evangelio de la sanidad y la liberación, y colocaba en
segundo lugar la doctrina del perdón de los pecados.
La campaña tuvo importantes resultados en la perspectiva de la acumulación
de experiencias favorables de un movimiento social, que lo impelen a “ir por más”:
(a) los evangélicos descubrieron que podían alcanzar a las multitudes y desarrollar
39 Algunos títulos en los diarios (extraídos de Hicks, 1956): Una multitud esperanzada invoca a Cristo
en una cancha de fútbol. Hablan varios enfermos tratados por el pastor Thomas Hicks. A propósito de
los milagros de Atlanta y Huracán. Ante millares de creyentes el pastor Hicks invoca el milagro en una
cancha de fútbol. Reina un contagioso clima de fascinación colectiva. Con gran afluencia de público
continúan las prédicas del pastor evangelista en Atlanta. Invocando a Dios los ciegos ven y los paralíticos
andan. Hicks solo cree en Dios y emplea la voz de la Biblia. La Iglesia Católica siguió la campaña evange-
lística de Hicks y le dirigió ataques a través del diario El Pueblo. Las asociaciones médicas calificaron los
actos de “sanidad divina” como variantes de la curandería (Saracco, 1992b: 44, 48, 49; Saracco, 1989:
265- 68, Read et al., 1970:16; Enns, 1971: 77; Canclini, 1972: 317, 318).
40 Tarjetas de decisión personal o tarjetas de decisión por Cristo. Llevan impresa una frase que afirma
“acepto a Jesucristo como mi salvador personal”.Los colaboradores voluntarios de campaña (“ujieres”)
las reparten luego que el predicador hizo su discurso principal. Las personas que sienten que han sido
tocadas por Jesucristo en su corazón, escriben varios datos básicos para que las iglesias puedan tomar
contacto con ellas y las devuelven a los ujieres. Los “ujieres” las entregan a otros “obreros” que las clasi-
fican por barrios y las derivan a iglesias asociadas con el evento. La actividad de juntar y distribuir tarjetas
es parte central de la industria del movimiento y el producto se llama “cosecha”. Las beneficiarias son las
congregaciones asociadas en el megaevento (véase Wynarczyk, 1989b, Wynarczyk, 1993a).
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
actitudes de avance sobre la sociedad (hecho verificado en las entrevistas que realizó
Saracco, 1989 y 1992b). (b) Los pentecostales vieron fortalecida su posición dentro
del campo evangélico, antes rechazados por sus primos evangelicales (demasiado
ortodoxos en su hermenéutica bíblica) y por los históricos liberacionistas (demasia-
do modernistas y secularizados). (c) Una ola de evangelismo se propagó por el país
con efectos que se hicieron sentir hasta los años 60 (Saracco, 1989 y 1992a). (d) Del
encuentro surgieron personalidades que más tarde ejercieron grandes liderazgos de
tipo carismático al interior de las iglesias del sector evangelical, especialmente las
de Juan Carlos Ortiz y su hermano Rubén Marcos (Cf. La partida de un siervo de
Dios, 1994) asociados al desarrollo de un “movimiento de renovación” (ver el título
Agrupaciones de renovación carismática, en anteriores páginas del capítulo).
(…) de las características personales que hacen que las expectativas de la masa
se proyecten en la persona del líder. Por consiguiente en cada situación crítica el
líder carismático necesita revalidad la vigencia de sus dotes. Al mismo tiempo, en la
crisis, la masa necesita de un líder en el cual poder depositar sus esperanzas. Hicks
cumplió, a nivel de conciencia social, un rol supletorio del liderazgo carismático en
crisis de Perón. (…) En abril de 1954, la masa necesitaba un Tommy Hicks (Saracco,
1992b: 45).
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Ciudadanos de dos mundos
Hoy, gracias a Perón, estamos de pie virilmente. Los hombres se sienten más hom-
bres, las mujeres nos sentimos más dignas, porque dentro de la debilidad de algu-
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Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
nos y de la fortaleza de otros está el espíritu y el corazón de los argentinos para servir
de escudo en defensa de la vida de Perón. (...) Lo necesitamos, mi general, como el
aire, como el sol, como la vida misma (ibídem).
El “pueblo” al que Evita se dirigía, tenía una condición moral asociada con la
clase. Los humildes destinatarios a los que Evita les hablaba comenzando con “mis
queridos descamisados”, “(...) son puros y por ser puros ven con los ojos del alma y
saben apreciar las cosas extraordinarias del general Perón” (ibídem). Pero a los trein-
ta y tres años, consumida por un cáncer, se aproximaba a su final en una secuencia
dolorosa con matices religiosos. Pesaba treinta y tres kilos.
Sus postreras palabras llevaron al punto más alto un proceso de construcción
de una figura paternalista y mesiánica alrededor del general que desciende hacia el
pueblo, y se identifica con este y con su amor, para edificarlo y ayudarle a alcanzar la
felicidad en un nuevo orden. Pero esa construcción comenzó con la carrera política
del propio Perón. El discurso fundacional del ciclo de poder presidencial de Juan
Domingo Perón, y del culto a la personalidad desplegado con la asignación de los
nombres de Perón y Eva a espacios territoriales y otros objetos, también dirigido
desde los balcones de la Casa de Gobierno hacia los trabajadores concentrados en
la Plaza de Mayo, el 17 de octubre de 1945, así lo presentaba:
Trabajadores: Hace casi dos años, desde estos mismos balcones, dije que tenía tres
honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer tra-
bajador argentino. Hoy a la tarde, el Poder Ejecutivo ha firmado mi solicitud de retiro
del servicio activo del ejército. Con ello he renunciado voluntariamente al más insigne
honor a que puede aspirar un soldado (...) porque quiero seguir siendo el coronel
Perón y ponerme con este nombre al servicio integral del auténtico pueblo argentino.
(...) Desde esta hora, que será histórica para la República, que sea el coronel Perón
el vínculo de unión que haga indestructible la hermandad entre el pueblo, el ejército
y la policía; que sea esta unión eterna e infinita para que este pueblo crezca en esa
unidad espiritual de las verdaderas y auténticas fuerzas de la nacionalidad y del
orden. (...) Por eso les dije hace un momento que los abrazaba como abrazaría a mi
madre, porque ustedes han tenido por mí los mismos pensamientos y los mismos
dolores que mi pobre vieja habrá sufrido en estos días (Cita textual con resaltados
míos, de la alocución incluida en Perón, 1973: El pueblo ya sabe de qué se trata, pp.
185-187, resaltado mío).
69
Ciudadanos de dos mundos
tema de protección del estado: la dimensión material del carisma del caudillo que al
pueblo lo constituía en sujeto. Esto significaba la “tercera posición”. Con la doctrina
de la comunidad organizada, considerada la piedra angular de la “tercera posición”
entre el comunismo soviético y el capitalismo angloamericano, el peronismo de-
sarrolló una “ideología secular” que enfatizaba la acción del Estado para reducir el
conflicto en la sociedad (Gill, 1998: 158-159; Crassweller, 1987: 227, citado por
Gill). La tercera posición de Juan Domingo Perón fue la solución pitagórica local
al dilema que desde la primera posguerra venían planteando los filósofos reacciona-
rios alemanes (Spengler en especial) entre el avance del capitalismo y la democracia
desde los Estados Unidos e Inglaterra y el “bolchevismo” y la utopía socialista desde
la Unión Soviética. El discurso de Perón titulado La tercera posición, escrito con la
colaboración del filósofo Carlos Astrada, formó parte posteriormente del libro La
comunidad organizada.
Pero el “justicialismo” cumplía varias funciones: constituía una herramienta para
encuadrar la acción política, asegurar el soporte popular y contar con una fuente de
legitimación propia. Desde que en el Congreso Nacional de Filosofía de abril de
1949 expusiera su ideario, Perón trabajó en la plasmación y difusión de un marco
para la acción colectiva fundado en conceptos cristianos de origen católico, orga-
nizó la movilización de los trabajadores articulada por los sindicatos justicialistas y
dio lugar a comienzos de los años 50 a incipientes gestos de canonización popular
de su compañera: “Santa Evita”. En realidad las acciones de Perón convergían sobre
el objetivo de controlar desde el Estado tanto los asuntos seculares como los asuntos
espirituales (Gill, op. cit.). El avance hegemónico que se dirigía en definitiva a toda
la sociedad civil esfumaba las distancias entre el campo político y el campo religioso
como sistemas de acción autónomos.
Pese a todo, la solución “pitagórica” de la tercera posición41 no pudo superar la
oposición binaria entre “peronistas y antiperonistas”.
41 La percepción del halo místico que impregnaba la cultura del peronismo y nutría sus dinámicas sobre-
sale en los cuadros del pintor Daniel Santero así como el concepto de refugio. En un cuadro del Manual
del niño peronista (Santero, 2002), Evita protege al niño peronista, de piel oscura, mientras la escritora
Victoria Ocampo, los observa a través de una ventana. Victoria aparece como la síntesis del antiperonis-
mo oligárquico conocido como “gorila”. En otra pintura, Evita castiga al niño gorila, piel blanca cubierta
de pelos. Santoro representa a dos mujeres, la Evita lunar (entidad bondadosa que cuida al pueblo como
el hada buena argentina) y la Evita solar (entidad severa, que fustiga a la oligarquía). Evita, dice Santoro,
equivaldría a Jano, la entidad romana que tiene dos caras, una buena y otra mala. Finalmente, el 3 de la
tercera posición de Perón, expresa la síntesis del 1 y el 2 que los completa como número perfecto. El 3
es la tercera posición entre el capitalismo y el comunismo. En la colección Leyenda del bosque justicia-
lista (Santero, 2004) la mamá de Juanito Laguna, originario de la pictórica de Antonio Berni (1905-1981),
sintetiza el pueblo. Santoro representa al monstruo capitalista como el puma negro que se abalanza
sobre la mamá. Pero el espíritu del bosque la rescata. El espíritu del bosque justicialista, aparece como
el último refugio de las masas, explica Santoro. El refugio es un fuerte insight sociológico, si recordamos
el concepto de refugio de las masas atribuido por Lalive D’Epinay (1968) al pentecostalismo investigado
por él en Chile, cuyos constituyentes eran de origen rural desplazados hacia la gran ciudad (como los
70
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
provincianos peronistas etiquetados de “cabecitas negras”). Peronismo para el pintor Santoro, y pen-
tecostalismo para el sociólogo suizo, habrían sido refugios de las masas. (Los análisis de sus cuadros
aportados por el propio Santoro proceden de una entrevista que le hice para la presente tesis; todavía en
el 2007, Santoro sacó otro libro, titulado El mundo peronista).
42 En la Unión Democrática convergían, los partidos Radical, Demócrata Progresista, Socialista y Co-
munista, con la simpatía de los conservadores. Líderes importantes de las iglesias evangélicas militaron
simultáneamente en ese período histórico de la Argentina en la Unión Democrática y la masonería, y
estuvieron del lado opuesto al de Perón. En vísperas de las elecciones en las que Perón ganó su primera
presidencia en febrero de 1946, según la propaganda peronista en el diario Democracia, en el bando
de la Unión Democrática militaban, el embajador Braden, el Jockey Club, el Círculo de Armas, la Unión
Industrial, la Bolsa de Comercio, la Sociedad Rural, los Latifundistas, el Gran Capitalismo, la Prensa
Subvencionada y Gustavo Durán, un colaborador del Embajador Braden. Este español tenía contactos
con Vitorio Codovilla, líder del partido comunista argentino. El contacto entre ambos habría surgido en el
bando republicano de la guerra civil española y Durán habría sido posiblemente comunista.
71
Ciudadanos de dos mundos
como los que en esos momentos marcados por la posguerra gobernaban en países
europeos (Di Marco, 2005: entrevista a Antonio Cafiero).
9.1. Introducción
Es insuficiente para comprender el fenómeno de grandes concentraciones religio-
sas para asistir a las predicaciones de Tommy Hicks, acompañadas por “milagros
de sanidad”, el recurso metodológico de circunscribir la perspectiva de análisis a
la influencia causal del entorno, en una hipótesis bivariada del tipo, (a) la crisis
anómica, (b) moviliza las personas. El fenómeno Hicks no fue posible sin la inter-
vención de Perón en un contexto de jugadas políticas que rompían una trayectoria
de monopolio en el campo religioso argentino. Pero la agencia política de Perón
en el campo religioso no fue unívoca. Incluyó aproximaciones a otras iglesias (De
Hoyos, 1970; Snack, 1976; Donini, 1983) y al espiritismo. Las orientaciones opor-
tunistas hacia las disidencias religiosas trabajaron sobre la base de procesos de
72
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
cooperación astuta43 entre actores de lideratos que sabían conceder y dejar ganar,
para obtener otras cosas a cambio. Así la perspectiva del análisis acota la influencia
estructural del sistema sobre los hechos, y le reconoce un grado de libertad impor-
tante, e influencia, a la acción personal de un líder que sobre la base de su carisma
y una estrategia de canjes consigue la cooptación de líderes y la división de grupos.
43 Rotulamos estas conductas oportunistas con la expresión cooperación astuta buscando traducir a un
lenguaje benigno del concepto de “cooperación taimada” desarrollado para trabajar en el sur de México
sobre los intercambios clientelares entre indígenas y no-indígenas, fuesen estos, políticos mexicanos
o misioneros. La clave de la supervivencia para algunos grupos indígenas en el estado de Chiapas se
encontraría en la cooperación taimada con una contraparte más poderosa pero que tiene la capacidad
de ceder ciertos recursos. En nuestro contexto de estudio la cooperación astuta podría ser equivalente a
la cooperación prebendaria, pero fijaremos el léxico en cooperación astuta. La apropiación del concepto
surge de una entrevista con el antropólogo mexicano creador de la expresión (véase Martínez García,
2000 y Monsiváis y Martínez García, 2000). Ya Nietzche en un sentido próximo al nuestro usó la palabra
“astuto” para los filósofos alemanes: decía que su filosofía era una “extensión astuta” de la teología.
44 Este nacionalismo tenía puntos de intersección con el autoritarismo y el fascismo (Di Tella, 1984: 360)
que se entrelazaban alrededor de conceptos de “hispanismo” y “defensa del Occidente cristiano” por
momentos una entidad política y por momentos una entidad mística.
45 Cf. su novela El Kahal/Oro, Buenos Aires, Thau, 1984. Edición original, 1935. Para una revisión am-
pliada del fenómeno del nacionalismo en la política argentina entre 1930 y 1946 con sus matices internos
(en los que no podemos entrar) véase Rock, 1993. En cuanto a la dimensión integrista véase también
Mallimaci, 1988 y 1992.
73
Ciudadanos de dos mundos
46 Un ejemplo concreto de qué es ese objeto jurídico se encuentra en el uso habitual en los membretes,
carteles y frontispicios de los templos evangélicos de frases como esta: Alianza Cristiana y Misionera
Argentina, “Fichero de Culto Nº 207” (ejemplo tomado de un modesto templo del barrio de Boedo).
47 Los manuales escolares editados durante la vigencia del peronismo habrán de presentar la conquista
de América como una alianza civilizadora de la Cruz y la Espada. Para una revisión de textos de uso
escolar durante el período peronista véase Corbiére, 1999 y Wainerman y Heredia, 1999.
48 En el desarrollo de las relaciones de los evangélicos con el peronismo introducimos dos términos que
requieren una explicación (A) La expresión entorno institucional (equivalente a ambiente institucional) es
una denominación aplicada al conjunto de regulaciones jurídicas que constituyen el entorno, ambiente o
contexto institucional de un mercado, en el cual intervienen agentes cuyas acciones de oferta y demanda
son afectadas por ese contexto. El término surge en la escuela de la Nueva Economía Institucional, o
Neoinstitucionalismo (Williamson, 1985, North, 1990). Está aplicado en este caso al campo religioso
como un mercado (con agentes que realizan acciones de oferta y demanda), de acuerdo con un empleo
del modelo de mercado como herramienta analítica en la sociología de la religión, que presentaremos
con más detalles en el capítulo 3. Lo importante en este momento del texto es señalar que el entorno
institucional tiene la capacidad de cumplir dos funciones en un mercado. Primero, puede vedar la entra-
da a determinados actores. Es en este sentido que nos referimos a las regulaciones de control de culto
ejercidas por el peronismo desde el Estado en la década de 1940; la legislación en este caso funciona
como una barrera contra la oferta de los cultos no católicos. Segundo, las barreras “tienen” la capaci-
dad de inducir –entre los agentes desbeneficiados– la tendencia a desarrollar conductas oportunistas
a fin de lograr beneficios saltando por encima de las barreras. (B) Así volvemos sobre el concepto de
cooperación astuta: la cooperación entre partes con poder asimétrico que ceden algo para obtener otra
74
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
cosa a cambio. En estos casos la parte con más poder pretende la cooptación de la contraparte. En la
década de 1940 las conductas oportunistas fueron desarrolladas por algunos pastores evangélicos que
aceptaron relaciones de cooperación con el gobierno peronista, especialmente cuando el gobierno se
encontraba en conflicto con la Iglesia Católica. Rotulamos estas conductas oportunistas con la expresión
cooperación astuta tratando de traducir a un lenguaje benigno el concepto de “cooperación taimada”,
aplicado a los intercambios clientelares entre indígenas y no-indígenas (políticos, misioneros evangélicos,
y otros) en el estado de Chiapas. La apropiación del concepto surge de un diálogo que sostuve con el
antropólogo mexicano creador de la expresión (véase Martínez García, 2000, y Monsiváis y Martínez
García, 2000). Tal cooperación sería en el caso de los indígenas “una estrategia de supervivencia”.
49 En un clima de escándalo, promovido por militantes de la Acción Católica que ingresaron al estadio,
los espiritistas sostenían el lema “Cristo no es Dios” y los católicos “Viva Cristo Rey”. Estos datos se
basan especialmente en comunicaciones personales del Dr. Ángel Miguel Centeno, testigo de la época.
50 Los hechos suscitaron la solidaridad de dirigentes radicales y conservadores hacia los católicos
víctimas de persecuciones, lo que contribuyó a galvanizar un frente de oposición hacia el peronismo,
Potash, op. cit.: 240.
51 Dentro del mismo contexto tuvieron lugar en 1953 otros acontecimientos de gran valor simbólico. La
policía allanó el domicilio de la escritora Victoria Ocampo y de la Revista Sur, que contribuyó a fundar y
promovía. Victoria Ocampo quedó detenida en la cárcel del Buen Pastor. A ella nos hemos referido al
hablar de las pinturas de Daniel Santoro: era el personaje ficcional que miraba por la ventana mientras
Evita protegía al moreno niño peronista.
52 Esta relación conflictiva y por momentos ambivalente de Perón con las iglesias incluyó todavía accio-
nes de fuerte carga simbólica en sentido contrario. El 15 de noviembre de 1953, Perón puso la nación
bajo la advocación de la Virgen de Luján.
75
Ciudadanos de dos mundos
(…) la verdad está en el Evangelio (les habría dicho), y los evangélicos predican la
verdad. Yo simpatizo con los pastores evangélicos porque son casados y porque se
ganan la vida. No hay más una iglesia oficial. Yo quiero ver una iglesia evangélica que
es verdaderamente argentina e independiente de toda ayuda externa. Si necesitan
dólares, el gobierno les va a dar toda la ayuda que necesiten (Saracco, 1989: 265-
266, interpolación mía).
53 Tras el derrocamiento de Perón en 1955, el gobierno de la Revolución Libertadora disolvió la UIECA
Para más informaciones sobre UIECA y los precedentes institucionales de la Federación de Iglesias
Evangélicas (FAIE) en la década de 1930, véase Saracco, 1989: 265-268 y Míguez, 1997a: 34-35.
76
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
tiene el culto católico apostólico romano) junto con otras normas de preeminencia
del culto católico. El fundamento de este objetivo político era “asegurar la efectiva
libertad e igualdad de cultos frente a la ley” (Padilla, 2003: 42, el resaltado es mío, véase
asimismo Potash, 1981, vol.1.: 245). Pero la convocatoria nunca tuvo lugar.
Pronto el conflicto con el campo católico alcanzó el punto álgido máximo. El
sábado 11 de junio de 1955, tuvo lugar la procesión de Corpus Christi convertida de
hecho en una manifestación masiva en la que participaron personas que eran católi-
cas poco practicantes pero se solidarizaban en una acción de repudio al gobierno de
Perón. Entonces tuvo lugar un episodio confuso de quema de una bandera, supues-
tamente de la Argentina, supuestamente del partido peronista. El 14 de junio de
1955 el gobierno removió de sus cargos eclesiásticos a los obispos Tato (vicario ge-
neral de la arquidiócesis de Buenos Aires) y Novoa, y dictó su expulsión del país.54
El 16 de junio, aviones de la Marina bombardearon la Casa Rosada. No consiguie-
ron matarlo a Perón pero dejaron una cantidad nunca bien determinada de muertos
civiles en la Plaza de Mayo. A continuación, bandas civiles quemaron y saquearon la
Curia Metropolitana e iglesias históricas (Santo Domingo y San Francisco). El 31
de agosto Perón amenazó: “por cada uno de los nuestros que caiga, caerán cinco de
los de ellos”. El 16 de septiembre las Fuerzas Armadas iniciaron una nueva suble-
vación, liderada por el general Eduardo Leonardi. El proceso (que logró su objetivo
de expulsar a Perón, y dio en llamarse Revolución Libertadora) contó con el apoyo
de fuerzas políticas antiperonistas, que incluían conservadores, radicales, socialistas,
comunistas, demócratas progresistas, y miembros del recientemente creado partido
demócrata cristiano. A través de la temporaria hospitalidad del mariscal paraguayo
Alfredo Stroessner, Perón pudo abandonar el país. Daniel Santoro, el pintor a quien
ya aludimos, representó este final como el ingreso del general en la isla de los muertos,
una figuración proveniente del romanticismo alemán (Santoro, 2004).55
54 De esta serie de acontecimientos surgió el confuso tema de “la excomunión del general”. La Sagrada
Congregación Consistorial de la Santa Sede expresó, en un documento que hace hincapié en la coac-
ción contra Monseñor Tato, que todos los que habían actuado en ese y otros delitos contra la iglesia,
habrían contraído excomunión en sentencia lata. El dictamen de latae sententiae del 16 de junio de 1955,
abarcaba a quienes habían ordenado acciones, participaron en ellas, las exhortaron o colaboraron, pero
no indicaba nombres de personas. Solamente cabía inferir que Perón estaría incluido en dicha exco-
munión. Su excomunión habría durado ocho años y en torno a ella se tejieron versiones diferentes. De
acuerdo con una versión, Perón negaba haber sido excomulgado. Pero con carácter precautorio sin em-
bargo, declarándose contrito, pidió su absolución. Según otro relato, Perón sostuvo que habría recibido
una absolución el 13 de febrero de 1963 en su domicilio de exiliado en Madrid, de manos de su confesor,
el padre Leopoldo, Patriarca de las Indias Occidentales, obispo de Madrid-Alcalá (Bosca, 2004).
55 Mientras tanto el elenco gobernante comenzó el ciclo político de la coalición cívico-militar de la, así
llamada, Revolución Libertadora, que habría de tener consecuencias sobre las relaciones entre el campo
religioso católico y el Estado. La creación de un nuevo entorno institucional habría de retirar el manejo
de las designaciones episcopales de la égida del Estado. La Libertadora inició un proceso que (luego
de varios gobiernos nacionales, constitucionales y de facto) concluiría en 1966 con la eliminación del
Patronato de Estado sobre la Iglesia y la firma de un Acuerdo entre la Nación Argentina y la Santa Sede
77
Ciudadanos de dos mundos
(Bosca, 2006). El Patronato Nacional abolido era una derivación del Patronato Real vigente durante la
colonia. Volveremos sobre el tema en el capítulo 4.
56 Este modo de avance caracteriza el concepto de constantinismo, una tendencia de los evangélicos a
imitar a la Iglesia Católica y pretender la obtención de los mismos privilegios de los que esta goza por su
carácter de iglesia oficial o semioficial en los países latinoamericanos. La inclinación constantinista apun-
ta a obtener un control hegemónico del mercado religioso como lo tiene la Iglesia Católica (monopolio),
o a constituirse en uno de los dos actores (duopolio) que detentan el poder hegemónico (Freston, 2001).
En contextos donde existe un monopolio católico los evangélicos constantinistas tienden hacia el esta-
blecimiento de un duopolio: católicos y evangélicos asociados al Estado. En última instancia se trata de
conductas oportunistas (en este caso la expresión es técnica) para acceder a los beneficios de un mer-
cado, en este caso un mercado religioso que fue total o parcialmente cerrado por medio de mecanismos
jurídicos que constituyen su ambiente institucional. En la Argentina de tiempos de Perón a mediados del
siglo XX, el mercado religioso estaba incompletamente cerrado, a través de la legislación discriminatoria
del Registro Nacional de Cultos de 1946 y otras normas de Estado. El entorno institucional les dejaba
espacios a los evangélicos para actuar como ciudadanos de una religión de segundo orden.
78
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
57 Principalmente Benito Bongarrá y Salvador Dellutri, de la iglesia de los hermanos libres, Emilio Monti,
metodista, Arnoldo Canclini, bautista.
58 Entendemos que el metodismo fue el protagonista principal de la oposición al peronismo, el autorita-
rismo y el Eje, durante el período previo a la asunción de Perón a la presidencia, y el mejor articulado con
la sociedad civil alrededor de esa actitud. Detrás lo secundaban algunos luteranos, bautistas y líderes de
otras iglesias. Nuestra comprensión se corrobora con informaciones provenientes de la tesis de licencia-
tura en teología de Mohr, 1993: Confederación de Iglesias Evangélicas del Río de la Plata (1939-1958).
Su actuación en cumplimiento de una finalidad primordial: la defensa de la libertad religiosa. Al computar
las revistas citadas por Mohr, publicadas en las décadas de 1940 y de 1950 (Mohr menciona 51 fechas
de publicación), observamos que El Estandarte Evangélico, órgano de la Iglesia Metodista, ocupa el 45%
de las menciones; Luz y Verdad, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, conectada con el luteranismo
escandinavo y estadounidense, el 37%. Ambas suman el 82%. El restante 18% se distribuye entre
publicaciones evangélicas cuyo rango de frecuencias va del 2 al 8%. El gobierno peronista clausuró El
Estandarte Evangélico en 1946 y 1952 (Roldán, 2003: 103). El pastor metodista Julio Sabanes (padre),
resumía en su personalidad y actuación la oposición de los evangélicos antiperonistas. La notoriedad de
su compromiso lo obligó a exiliarse. En Chile continuó trabajando como obispo (Lappas, 1958; Canclini,
1972: Los evangélicos en el tiempo de Perón. Memorias de un pastor bautista sobre la libertad religiosa
en la Argentina; Möhr, op. cit.). Aclaración bibliográfica: nos referimos a Santiago Canclini. En la biblio-
grafía incluimos piezas de su hijo, Arnoldo Canclini.
79
Ciudadanos de dos mundos
59 El megaevento tuvo lugar cuando la crisis de los misiles en Cuba estaba en su punto máximo (según
el propio Graham en Just as I am, the autobiography of Billy Graham, 1998: 440 - 447). Graham fue
invitado a reunirse con miembros del gabinete de ministros del gobierno argentino. El Ministro de Defensa
le pidió que le trasmitiese al presidente John Kennedy que la Argentina pondría aviones a su disposición
si Castro avanzaba más y la situación llegaba a una guerra. Invitado Graham por Kennedy y el Secretario
de Estado Dean Rusk para hablar de sus impresiones en la gira latinoamericana, les comunicó la oferta,
aunque nunca supo (sostiene en su libro) qué relevancia le dio su gobierno. Graham (Newsweek, agosto
29, 1977: Graham goes East) comenzaba a dejar de ser aquel que en los sermones decía que el comu-
nismo fue inspirado por Satanás. Luego predicó en Yugoslavia y reconoció que “cada país al que voy
tiene alguna forma de socialismo, inclusive los Estados Unidos” (Newsweek, op. cit.). En Yugoslavia urgió
a los cristianos a obedecer a las autoridades (1967).
60 En 1991 se fotografió con Boris Yeltsin y Mikhail Gorbachov en Moscú. Ese año volvió a la Argentina,
con el apoyo de 2200 iglesias: diez veces más que en 1962.
61 Trabajaremos más con los datos estadísticos en el capítulo 4.
80
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
Las Fuerzas Armadas, que en 1955 expulsaron a Perón, interrumpieron las pre-
sidencias de Arturo Frondizi (29 de marzo de 1962), Arturo Umberto Illia (28
de junio, 1966), María Estela Martínez de Perón, “Isabelita” (24 de marzo, 1976),
aunque sostuvieron enfrentamientos internos entre sectores liberales y tradicio-
nalistas: azules versus colorados. Sus gobiernos de facto levantaron restricciones
políticas a los sectores populares mediante proscripciones al partido peronista. La
primera en 1955, la segunda en 1962, la tercera a través de la prohibición de que
Perón fuese candidato en 1973, y, en cuarto término, a través del control de las ac-
tividades políticas en general y del movimiento sindical peronista, a partir de 1976.
Por otra parte, el ejercicio continuo de una presión sobre los sectores populares
integrados al peronismo, trajo especiales consecuencias sobre el aumento de la vio-
lencia política en el país. Durante las décadas de 1960 y de 1970, hubo conflictos
gremiales. La beligerancia política creciente alcanzó el paroxismo desde la mitad
de la década de 1970. El imperio sobre la sociedad incluyó la vigilancia de actividades
religiosas no católicas.
81
Ciudadanos de dos mundos
62 De acuerdo con las entrevistas de campo de nuestra investigación, muchos pastores que habían for-
mado parte de la masonería argentina en su juventud (o que tuvieron las puertas abiertas para ingresar en
sus filas), hicieron del distanciamiento con los francmasones un punto de compromiso ético. Suponemos
que debido a la adhesión al ecumenismo. La masonería, que había sido un punto de convergencia con
el frente liberal antifascista y antiperonista, incluyó en filas la presencia de líderes protestantes de primera
línea, confirmada en la bibliografía masónica (cf. Lappas, 1966). Más allá de tomas de posición frente al
liberalismo-capitalismo, los pastores podrían haber sentido que la pertenencia a la masonería los hubiera
inhibido subjetivamente de trabajar con católicos, habida cuenta de la aversión del magisterio de la iglesia
hacia la masonería (no he trabajado este supuesto con datos de campo).
82
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
63 Para una introducción a los aportes de dichos autores a la reflexión teológica consultar Roldán 1999.
Para profundizar en las posiciones de los históricos liberacionistas desde la posguerra y en la década de
83
Ciudadanos de dos mundos
1960, consultar Duff, 1956; De Vries, 1962; Albrecht, 1963; Maury, 1964; ISAL, 1964; Barreiro, 1983;
Quintero Pérez y Sintado, 2007. Una bibliografía más extensa se encuentra en López Rodríguez 2002.
Para el concepto de movimiento ecuménico desde la perspectiva protestante ver Goodall 1960. Final-
mente, el Dictionary of the Ecumenical Movement publicado por el Consejo Mundial de Iglesias (Lossky,
Míguez Bonino y otros autores, 2002) es la fuente de consulta general más completa y actual.
64 Sobre el propio testimonio del teólogo alemán, véase Bonhoeffer 1980 (edición original 1951).
65 De esa militancia (según las entrevistas de campo), surgió el antropólogo Néstor García Canclini, con
sede en México.
84
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
66 En el primer Consejo de Presidencia de la APDH participaban los metodistas Carlos Gattinoni (obispo)
y José Míguez Bonino (pastor y teólogo). Por la Iglesia Católica Jaime de Nevares (obispo de Neuquén).
Véase De Nevares, 1994: La verdad nos hará libres, Bs. As., Nueva Tierra, pp. 108-109.
67 En el MEDH actuaban las siguientes iglesias del polo histórico liberacionista: Iglesia Evangélica Me-
todista Argentina, Iglesia Evangélica del Río de la Plata (tradición alemana), Iglesia Evangélica de los
Discípulos de Cristo, Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata, Iglesia Reformada Argentina, Iglesia
Evangélica Luterana Unida y ALID, Asociación La Iglesia de Dios, iglesia del pentecostalismo neoclásico
(según nuestra taxonomía) fundada en la Argentina. Del campo católico participaban las diócesis de
Quilmes, Viedma, Neuquén y Puerto Iguazú.
68 El obispo metodista Carlos Tomás Gattinoni, a pedido del Presidente Alfonsín, se integró a la
CONADEP para investigar los delitos de la dictadura contra los Derechos Humanos, junto al obispo
católico Jaime de Nevares. Véase De Nevares, 1994: La verdad nos hará libres, pp. 131 –135. Para un
testimonio de primera mano sobre la participación de los evangélicos del polo histórico liberacionista
en la defensa de los Derechos Humanos en los años ochenta, véase las crónicas de los pastores Nelly
Ritchie (pastora metodista elevada al obispado), Rodolfo Roberto Reinich (IERP, evangélicos de tradición
alemana), Oscar Bolioli (metodismo del Uruguay), Federico Pagura (obispo metodista emérito), Daniel
Bruno (pastor metodista, historiador eclesiástico) y Claudio Pose (metodista). En: El Estandarte Evan-
gélico, órgano oficial de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, Año 124, número 3, julio-agosto del
2007, separata en las páginas centrales. El primer artículo, de Nelly Ritchie, se titula, casi como el libro
del obispo De Nevares: “La verdad nos hace libres”.
69 Otros frutos de la presencia de las iglesias del polo histórico liberacionista en Argentina trascienden
sus limitaciones demográficas: reconocidos colegios secundarios metodistas y luteranos, una facultad
teológica interdenominacional de excelencia (ISEDET, Instituto Superior de Estudios Teológicos, actual-
mente incorporada al rango de Instituto Universitario) con una biblioteca de teología y ciencias sociales
de primer nivel para los estándares de los países del Cono Sur (60.000 volúmenes), y en la ciudad de
Rosario una universidad metodista.
85
Ciudadanos de dos mundos
70 El retrato más vívido de estas oposiciones vigentes en todo el campo evangélico en los países de oc-
cidente, con especial referencia en numerosas páginas a la Argentina, se encuentra en el libro de investi-
gación testimonial y documental de Quintero Pérez Manuel Sintado Carlos, 2007: Pasión y compromiso
con el reino de Dios. El testimonio ecuménico de Emilio Castro. Con prólogo de José Míguez Bonino.
Buenos Aires, Kairós. Emilio Castro, pastor metodista uruguayo formado en teología en la Argentina, ha
sido el más alto funcionario latinoamericano del Consejo Mundial de Iglesias.
71 Consideramos que este trabajo de Míguez Bonino es el aporte más diáfano y simple a la compren-
sión de lo que significó la posición liberacionista en su proceso de desarrollo como una elección radical
del cristianismo que descubría la prioridad de la política en clave tercermundista y la situaba dentro del
campo evangélico, en uno de sus polos.
86
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
72 En el plano práctico del antiecumenismo la personalidad más notoria fue (hasta la caída del Muro
de Berlín en 1989, luego moderó sus actitudes) el estadounidense Carl McIntyre, fundador del Consejo
Internacional de Iglesias Cristianas, que pretendía ser el opuesto conservador del Consejo Mundial de
Iglesias. McIntyre adquiere vigencia propia en nuestro estudio, en primer término porque hizo activismo
contra el CMI cuando tuvo su reunión en Buenos Aires en 1985, y en segundo término porque gran parte
87
Ciudadanos de dos mundos
Durante la dictadura instaurada en marzo del 1976, hubo sin embargo en las
filas de los liberacionistas actitudes ambiguas hacia el gobierno de los militares, a
partir del intento de recuperación bélica de la soberanía sobre las islas Malvinas
(Míguez Bonino, 1985b: Ausencia y presencia protestante en la Argentina del proceso
militar: 1976-1983; Techera Marset, 1995, tesis de licenciatura en teología: Entre
la resistencia y la sumisión. El discurso de las iglesias protestantes frente a la realidad
socio-política argentina, 1955-1982; Techera Marset, 1996: Las iglesias protestantes y
los años de plomo). Para algunos evangélicos del polo histórico liberacionista se trató
de un acto anticolonial. Pero sus opiniones no alcanzaron a empañar la imagen de la
que gozaba el conjunto de sus iglesias como un ámbito firme y consecuentemente
opuesto a los abusos perpretados por la dictadura militar contra la dignidad huma-
na, y crítico del imperio de los valores comerciales sobre los valores de justicia social.
La IERP (Iglesia Evangélica del Río de la Plata, de tradición alemana), integrante
del polo histórico liberacionista, incorporó la Declaración Universal de los Derechos
del Hombre al corpus de sus documentos institucionales.
a) Históricos liberacionistas
Entre 1949 y 1969, es decir en el lapso inicial de la Segunda Posguerra y el Concilio
Vaticano II (1962-1965), las iglesias del polo liberacionista realizan tres Congre-
sos Evangélicos Latinoamericanos: CELA I: El cristianismo evangélico en América
Latina (1949); CELA II: Cristo la esperanza para América Latina (1960); CELA
III: Deudores del mundo (1969).73 Estos encuentros revelaron un interés en la pro-
de su acción de contramovimiento se dirigió hacia la gestión de Emilio Castro, presidente por entonces
del Consejo Mundial de Iglesias. McIntyre hacía performances públicas con rasgos bizarros que llamaban
la atención. Para un conocimiento a partir de anécdotas vivas, remitimos otra vez al libro de Quintero
Pérez y Sintado (2007), especialmente páginas 277 y 278.
73 Míguez Bonino analiza la evolución del protestantismo entre los primeros CELA en su aporte de 1980:
88
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
b) Conservadores bíblicos
En el mismo lapso tuvieron lugar los congresos de evangelización mundial de
Lausana I (Suiza, 1974) y Lausana II (Manila, Filipinas, 1989). Lausana se hizo
sentir en las publicaciones periódicas del polo conservador bíblico en la Argentina.
Dos efectos son importantes aquí. (a) Las conferencias del “movimiento de Lausa-
na”, conocido también como “Foro de Lausana” y “Comité de Lausana” marcaron
definitivamente el énfasis en la evangelización mundial como meta de las iglesias
(artículo 6 del Pacto de Lausana), compatible con la acción social de “misericordia
y compasión”, pero siempre superior a esta (Wagner, 2000a: Terremoto en la iglesia.
La nueva reforma apostólica está sacudiendo la iglesia que conocemos, p. 26). El Pacto
de Lausana incluye un manifiesto de Responsabilidad social cristiana dedicado al
compromiso con la justicia y los derechos de la persona humana (López Rodrí-
guez, 2002: La asignatura pendiente: nuestra participación política, pp. 85-86), pero
marca la diferencia con la reconciliación con Dios, la evangelización y la salvación.
Estos últimos quedan en clave conservadora acentuados como los fines de la igle-
sia.74 (b) Las conferencias abrieron paso a una creciente gravitación de pentecosta-
les y neopentecostales dentro del polo conservador bíblico a escala internacional,
perceptible al comparar Lausana I y Lausana II. Junto a los renovados carismáticos
del sector evangelical, los pentecostales y neopentecostales alcanzaron una pre-
sencia significativa en los plenarios de Lausana II, mientras su participación en
Lausana I fue mayormente simbólica (Wagner, 1993: Oración de Guerra. ¿Cómo
buscar el poder y la protección de Dios en la batalla para construir su reino?, p. 50).
Grupos que colocaban un fuerte énfasis en temas que trabajaremos en el capítulo
3, de guerra espiritual, oración de intercesión, profecía, centrales en las lógicas
del neopentecostalismo como la fuerza más orientada hacia la intervención de los
poderes sobrenaturales en la vida de las personas, tuvieron actividades propias al
interior de Lausana II.
Hacia un protestantismo ecuménico. Notas para una evaluación histórica del protestantismo entre la I y
II CELA. Datos completos en la bibliografía.
74 Véase también www.lausanne.org.es.
89
Ciudadanos de dos mundos
En la década de 1950 tiene lugar el primer auge del movimiento evangélico como
un movimiento social de tipo religioso que produce un impacto mediático. La in-
fluencia del pentecostalismo en este proceso recorta en forma específica un pri-
mer auge público del sector. Este fenómeno fue interpretado desde la perspectiva
de una teoría de “sustitución de carismas” como un fenómeno posibilitado por las
condiciones de vacío que se produjo cuando la autoridad carismática de Perón co-
menzó a debilitarse. Esta hipótesis, que es plausible, requiere sin embargo tomar en
consideración también la agencia del propio Perón, ampliamente constatada como
una estrategia alternativamente a favor de la Iglesia Católica y otras organizaciones
religiosas. Por este motivo, en cierto momento los evangélicos entraron en la agenda
del peronismo. Pero el arsenal de estrategias de Perón tendió a establecer la supre-
75 Padilla, 1986: Misión integral; Costas 1986: Evangelización contextual: fundamentos teológicos y
pastorales; Costas, 1989: Liberating news: a theology of contextual evangelization. También Costas,
1972: La realidad de la iglesia evangélica latinoamericana; Costas, 1976: Theology of the crossroads in
contemporary Latin America.
90
Capítulo 2 El campo evangélico argentino hasta la década de 1970. Formación y dinámica
macía del Estado sobre los asuntos seculares y espirituales, y de ese modo sobre la
sociedad civil; en este arsenal cabe incluir el desarrollo de la “doctrina justicialista”,
una ideología secular con elementos adquiridos de los documentos papales (Gill,
1998: 158-159; Crasswelleer, 1987: 227).
El pentecostalismo en las décadas de 1940 y de 1950 pone de manifiesto líneas
de contacto de sectores populares del protestantismo con el peronismo. Estas líneas
de contacto fueron alimentadas por la agencia de Perón y el Estado. En relación
con el campo católico, sus intervenciones produjeron desde 1946 una relación de
intercambios con la iglesia que le garantizó a esta la vinculación con el Estado y el
ejercicio de un monopolio protegido por barreras jurídicas que cerraban el mercado
religioso a otros actores. Desde comienzos de los años 50 sin embargo, el peronismo
produjo tensiones del Estado con la Iglesia Católica. En el campo evangélico las
intervenciones de Perón y el Estado alimentaron una tensión interna. De un lado
quienes estaban a favor de la separación de la iglesia y el Estado (que por este mo-
tivo encontraban puntos de contacto con la agenda política del socialismo y el libe-
ralismo y eran antiperonistas); del otro lado los pentecostales que estaban a favor de
transacciones prebendarias con el Estado peronista y por este motivo desarrollaban
estrategias de oportunismo para saltar las barreras de un mercado religioso cerrado.
Esta fase del curso histórico de los acontecimientos, no tuvo otras consecuencias
relevantes en el campo evangélico porque el sector pentecostal no era demasiado
fuerte y solamente algunos pentecostales hicieron abiertas maniobras de coopera-
ción astuta con el Estado peronista.
A partir de los años 60 la división binaria del campo evangélico en dos polos
adquiere un carácter creciente que refleja la división binaria del campo político
internacional producida durante de la Guerra Fría y en su contexto. Nuevamente
la interacción de un sistema abierto (campo evangélico) con otro sistema (mayor
que aquel), produce tensiones y reacomodaciones de fuerzas al interior del primero.
En ese lapso a raíz de su magnitud demográfica en expansión, las iglesias del polo
conservador bíblico se ubicaron en la posición predominante dentro del campo. Las
iglesias del polo histórico liberacionista, perdieron progresivamente su capital demo-
gráfico, si bien, por su nivel académico y sus posiciones políticas frente a la injusticia
en la sociedad envolvente, gozaban de mayor capital de prestigio.
Durante las décadas de 1960 y de 1970 quedan establecidas en el polo conserva-
dor bíblico unas formas de trabajo propias de la organización racional de campañas
de evangelismo, marcadas profundamente por la venida de Billy Graham, figura
paradigmática del sector evangelical. Durante este período sin embargo, el campo
evangélico no produce una movilización significativa ni alcanza un auge como el
que habrá de experimentar a partir de los años 80. Existen restricciones ambienta-
les a las movilizaciones religiosas debido a la casi continua presencia de gobiernos
militares vinculados con elementos de la Iglesia Católica y una gran conflictividad
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Ciudadanos de dos mundos
92
Capítulo 3
EL EVANGELIO DE PODER
1. Introducción
La dinámica del crecimiento del campo evangélico se inscribirá a partir de los años
80 en un decurso desde el modelo denominacional al posdenominacional como
un proceso de subversión de los legados del modelo misionero dentro del polo
conservador bíblico. El origen del fenómeno se encuentra en las paradojas que las
denominaciones en por sí mismas generan. Los avivamientos evangélicos (desper-
tares) del siglo XIX, abrieron las puertas al proceso denominacionalista en el cual
las personas podían entrar a las iglesias que elegían. Así las iglesias evangélicas
se constituyeron en vehículos para la experiencia religiosa personal. Sin embargo
esta organización dio lugar al desarrollo de un sistema de rígidas fronteras, funda-
mental al modelo misionero (Maróstica, 1997) trasplantado al Río de la Plata. Los
sistemas denominacionales eran agregados de congregaciones, a su vez gestionadas
internamente con participación de los fieles en subgrupos o comisiones específi-
cas. Este modelo imitaba la administración del sistema republicano de “asambleas”,
presidentes, secretarios, mociones y votos. Las congregaciones podían “llamar” a un
pastor y ofrecerle el trabajo.
El principio denominacional (Casanova, 1997) creó sin embargo las condicio-
nes para el abandono de la tutela de la “iglesia nacional” (la Iglesia Católica) y la
entrada de nuestro país en el mercado religioso abierto (aunque no completamente
desregulado), a partir de la década de 1950. Desde la década de 1980 creció dentro
del lo conservador bíblico la tendencia al abandono de la denominación, o la per-
manencia formal. De esta manera, la difusión de nuevos marcos interpretativos
en forma transversal a las denominaciones hizo que las fronteras del modelo mi-
sionero se tornen porosas. Los nuevos marcos interpretativos de la acción colectiva
del movimiento religioso (forjados y difundidos desde el neopentecostalismo) se
basaban en el común denominador de la experiencia central de la “unción del Espí-
ritu Santo” con manifestaciones de poder (como empowerment espiritual, no como
poder político) a través de profecías y milagros. La difusión de la creencia en la “un-
ción del Espíritu Santo en los tiempos postreros” o “lluvia tardía”, fue interpretada
en nuestro contexto de estudio como un “derramamiento o visitación del Espíritu
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Ciudadanos de dos mundos
1 Recordamos al lector que las expresiones entre comillas son términos émicos.
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Capítulo 3 El evangelio de poder
2. Mercado y crecimiento
2 Pablo de Tarso estableció la primera jerarquía de los ministerios y la justificación de la separación entre
apóstoles y pueblo de acuerdo con el modelo del cuerpo humano, subordinados unos a otros (Debray,
1997: 52). En esta escala los primeros peldaños correspondían a los apóstoles y los profetas, que se-
rían levantados de nuevo en los años 80 (los profetas) y en los años 90 (los apóstoles), según el marco
primario de la NRA.
95
Ciudadanos de dos mundos
La tradición religiosa que antes podía ser impuesta de manera autoritaria, ahora debe
ser puesta en el mercado. Debe ser “vendida” a una clientela que ya no está obligada
a “comprarla”. La situación pluralista es, sobre todo, una “situación de mercado”
[abierto]. En ella, las instituciones religiosas se convierten en agencias comerciales
y las tradiciones religiosas en mercaderías para el consumidor. En todo caso, gran
parte de la actividad religiosa, en esta situación, es dominada por la lógica de la eco-
nomía de mercados (Berger, 1971: 169, el resaltado y la interpolación son nuestros). 3
3 A partir de los años 60 la literatura especializada refleja el fenómeno. Para el espacio estadounidense
principalmente, Berger y Luckmannn, 1963, 1966, 1967; Berger, 1971; Luckmannn, 1979; Greenfield,
1979; Wuthnow, 1988; Iannaccone, 1991; Finke y Stara, 1992. En el espacio latinoamericano, García
Canclini, 1989; Colonomos, 1995, 1996, 2000, 2001; Cortén, 1995; Cortén y Mary, 2000; Mary, 2001;
Saint-Blancart, 2001; Bastian, 2001b. En otro orden de análisis paralelo y análogo, el proceso político
de las naciones en el contexto de la globalización desde los años 90, es interpretado como un salto del
estatismo a la sociedad desrregulada (Naisbitt y Aburdene, 1990: 33-34; Thurow, 1992: 22-23, en Ar-
gentina Ferrer, 1996: 11-16). En la sociedad desrregulada el mercado es el moderador de las relaciones
sociales en proceso de cambio (Drucker, 1992: 11-19; Rifkin, 1997: 37-4; Forrester, 1996: 35, 52-53;
Chomsky y Dieterich, 2001: 31, 182-184).
4 Aunque Chomsky sostiene que el mercado libre es un mito del neoliberalismo, y que hay capitalismos
centrales y periféricos en conexiones de determinación de unos sobre otros, el texto firmado con el
teólogo Dieterich no deja de mostrar la simultánea copresencia de la globalización con la dispersión de
los centros de poder que trabajan en red. El texto (sobre todo la contribución de Dieterich) permite ver
la influencia de los cambios del sistema económico sobre otras esferas del sistema social total, incluida
la educación.
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Capítulo 3 El evangelio de poder
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Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 3 El evangelio de poder
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Ciudadanos de dos mundos
8 El concepto de eficacia es uno de los que recorrieron varios dominios intelectuales. Galbraith a través
de El nuevo estado industrial (1971) contribuyó a su traslado al análisis de la sociedad global. La efica-
cia se mide por los resultados y constituye una extensión de la “fe” moderna en la razón como criterio
pragmático (Lyotard, 1984; Rosenau, 1992: XIII). Un concepto conexo es el de eficiencia, cuyo origen
se encuentra en la termodinámica del siglo XIX como el rendimiento máximo a partir de los recursos
(tiempo, energía, trabajo y capital). Frederick Winslow Taylor en la edición de 1911 de sus Principios de
administración científica lo trasladó al manejo de las empresas (Chiavenato: 51-52). Un mismo grado de
eficacia (medida por los resultados) puede ser alcanzado con diferentes grados de eficiencia (relación
entre resultados y cantidad de recursos). En nuestro caso importa el concepto de eficacia como régimen
de los resultados o régimen de la cosecha de almas evangelizadas.
9 De acuerdo con el dispensacionalismo de origen evangelical (adoptado por los pentecostales con mo-
dificaciones propias) la relación de Dios con las criaturas humanas pasa por varias “eras” o dispensacio-
nes de la justicia de Dios. En Pentecostés, con la unción de poder sobre la iglesia comenzó la “era de la
gracia” que concluirá con la Segunda Venida, el fin del mundo y la retirada de la iglesia de la tierra al cielo.
Entonces la historia de la humanidad como hoy la conocemos habrá terminado. Los tiempos postreros
serán sucedidos por la Segunda Venida de Jesús que descenderá de los cielos con los ángeles de Dios,
“el rapto de la iglesia” (los justos serán levantados de la tierra y llevados al cielo) y el establecimiento del
Reino Celestial. Los justos luego de la resurrección pasarán a morar con Jesús en estancias celestiales
con cuerpos glorificados. Solamente Jesús sabe quiénes serán levantados y cuándo. Por eso, el rapto se
llama “rapto secreto” de la iglesia. Esta concepción general tiene modificaciones alrededor del momento
en el cual se sitúa el milenio del reinado de Jesús, tema en el que no entramos. Debemos resaltar que
el argumento dispensacionalista presenta numerosas variaciones correspondientes a diversos grupos,
pero tampoco podemos entrar en detalles. La idea básica es la de la Segunda Venida y la exaltación de
los justos en un plano sobrenatural, dentro de la cual se inscribe la “pulsión escatológica” o ansiedad
por la difusión del evangelio antes del fin de los tiempos. Esta pulsión es especialmente fuerte entre los
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Capítulo 3 El evangelio de poder
Congruente con el desarrollo de una actitud proactiva hacia los resultados apa-
rece en las iglesias del campo evangélico el énfasis en la búsqueda de los métodos
correctos para alcanzar los “frutos” propuestos como “misión”, de acuerdo con una
“visión”. El fenómeno tiene lugar dentro del polo conservador bíblico y se irradia
a partir de su origen en los Estados Unidos. Esta característica aparece temprana-
mente reflejada en la sociología que describió el fenómeno de la desregulación del
mercado religioso y la adaptación al mismo por parte de las organizaciones reli-
giosas mediante estrategias de racionalización, como vemos en esta cita de Berger:
La presión para lograr “resultados” en una situación competitiva entraña una racio-
nalización de las estructuras socio-religiosas. Sea cual fuere la manera en que los
teólogos legitimen a éstas, los hombres a cargo de la marcha terrenal de los diversos
grupos religiosos deben asegurar que las estructuras permitan la ejecución racional
de la “misión” de los grupos (Berger, 1971: 170, resaltado nuestro).10
pentecostales. Dentro de este sistema de creencias se supone también que el fin de los tiempos sobre-
vendrá cuando la Palabra haya sido divulgada a todos los rincones de la tierra: por ese motivo existe el
afán evangelizador podría estar contribuyendo al proceso escatológico.
10 La irrupción del énfasis en los métodos para medir los resultados también se pone de manifiesto en
los movimientos sociales (Zald y McCarthy, 1987: 81).
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Ciudadanos de dos mundos
b) Modernización estratégica
La raíz del iglecrecimiento se encuentra en 1955 en el naciente Movimiento de
Crecimiento de la Iglesia (versión hispanizada del “church growth”), que combina el
análisis sociológico segmentado por grupos étnicos y sociales con psicología social
y antropología cultural aplicada a la teoría de las misiones, conocida como “misio-
nología” y teoría de las “misiones transculturales”.11 La incorporación de las ciencias
11 El énfasis en el empleo de la antropología cultural aplicada en el trabajo misionero fue notorio a
partir de la década de 1960. Puede verificarse en el contexto argentino con los aportes de Eugene
Nida. Sus trabajos son de importante referencia para comprender el desarrollo de las congregaciones
pentecostales tobas de la provincia del Chaco hasta la década de 1960 (véase 1959: The role of cultural
anthropology in Christian missions, 1961a: The indigenous churches of Latin America, 1961b, Christo-
paganism; 1981 Understanding Latin Americans). Más específico todavía es el caso de William Reyburn,
evangélico estadounidense especializado en antropología y lingüística. Con el auspicio de las Socieda-
des Bíblicas Unidas, en 1954 Reyburn acompañado por su esposa, produjo una sistematización gráfica
del idioma toba. Con este insumo el pastor Albert S. Buckwalter, misionero menonita en la provincia
del Chaco, pudo escribir un diccionario toba-español y una traducción de la Biblia, con la colaboración
del pastor evangélico toba Orlando Sánchez (Buckwalter, 1989: Misión a las comunidades autóctonas,
pp. 212-213; Buckwalter entrevista de Hilario Wynarczyk, 1987; Orlando Sánchez, entrevista de Hilario
Wynarczyk, 1990). Reyburn escribió The toba indians of the Argentine Chaco: an interpretative report
(1954) publicado por el Mennonite Borrad of Missions and Charities. ����������������������������������
Sus conclusiones sobre el cristia-
nismo toba (Reyburn, op. cit.: 43-53) les permitieron a los misioneros menonitas comprender y respetar
el carácter idiosincrásico de la iglesia (Buckwalter, op.cit.: 215). Estos hechos realzan el papel de la
antropología cultural en el suministro de conocimientos básicos al trabajo misionero en el norte argenti-
no. De este modo en el polo conservador bíblico norteamericano, a partir del sector evangelical (no del
pentecostal), tuvieron un camino de entrada las ciencias sociales puestas al servicio de una racionalidad
instrumental y estratégica. Estas construcciones de estudio y estrategia estaban inscriptas al principio
en las características religiosas del sector evangelical, poco proclive a la religiosidad “entusiástica” del
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Capítulo 3 El evangelio de poder
sector pentecostal, y afín en cambio con la teología cesacionista: Dios habló en la Biblia y los milagros
ya cesaron. En este contexto se inscribe la trayectoria de Elmer S. Miller, cuya obra es fundamental para
entender el pentecostalismo toba (ver en la bibliografía) pero primero fue un misionero menonita (véase,
1995: Nurturing doubt. From Mennonite missionary to anthropologist in the Argentine Chaco).
12 Una fuente de primera calidad sobre las agencias basadas en los Estados Unidos en el período es-
tudiado, es la investigación de Pousson, 1990: Origins, aspects and missionary activities of independent
charismatic churches and ministries based in the U.S.A. A thesis presented to the School of World Mis-
sion and Institute of Church Growth. Pasadena: Fuller Theological Seminary. Ahora bien, aparece aquí el
siguiente contraste. En el polo histórico-liberacionista no hay agencias para el crecimiento de la iglesia,
pero sí agencias de cooperación con sectores sociales desfavorecidos en países del Tercer Mundo.
Estas agencias con sedes en países del Primer Mundo, trabajan en contacto con ONG manejadas por
pastores y técnicos de las iglesias del polo histórico-liberacionista. En la Argentina existen estas ONG
orientadas a los indígenas (Chaco, Salta, Formosa, Neuquén), sectores urbanos y de mujeres azotados
por la pobreza (Buenos Aires, Córdoba), campesinos minifundistas (Paraguay con central participación
de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, IERP, de tradición alemana, cuya presidencia regional se
encuentra en Buenos Aires). Pero algo en común puede percibirse entre ambas líneas de trabajo. Las
organizaciones del segundo tipo también comenzaron en la década de 1960, simultáneamente con el
incremento de la perspectiva liberacionista y la radicalización de la fractura del campo evangélico en dos
polos con intereses diferentes (capítulo 2). Las agencias de cooperación que prestan esta ayuda no son
exclusivamente protestantes, y suelen recibir fondos de Estados europeos con influencia protestante.
103
Ciudadanos de dos mundos
c) Textos de iglecrecimiento
Clásico del Movimiento del Crecimiento de la Iglesia, Donald Anderson McGa-
vran fundó en 1965 la School of World Misión y el Instituto de Crecimiento de
la Iglesia en el Fuller Theological Seminary de Pasadera. A partir de su libro How
churches growth (1959) McGavran inspiró el Movimiento del Crecimiento de la Igle-
sia. En el instituto de Pasadena y en otros, algunas personas se especializaron en
iglecrecimiento y pudieron obtener posgrados. Convergentemente, la creación del
banco de datos denominado Church Growth Research in Latin American Team Files
(CGRILA), en el Seminario Fuller, permitía contar con datos comparativos. El
iglecrecimiento incorporó revistas especializadas como Global Church Growth y The
International Bulletin of Missionary Research. De hecho fue un movimiento con su
propia industria.
104
Capítulo 3 El evangelio de poder
13 Bachiller en ciencias, summa cum laude, Rutgers University, en agricultura. En el Fuller Theological
Seminary obtuvo maestrías en teología y misionología. En el Princeton Theological Seminary otra más en
teología. En la Southern California University el Ph.D. en ética social, 1977: Culturally homogeneous chur-
ches and American social pluralism: some religious and ethical implications. Fue discípulo, colaborador y
sucesor académico de McGavran. Trabajó varios años como pastor en Sudamérica.
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Ciudadanos de dos mundos
14 Para un relato en la perspectiva de los autores, véase Palau, 1988: Cristo a las Naciones. La historia
de Luis Palau y su equipo, como fue relatada a L. Calçada. Este libro presenta un “Apéndice B – Esta-
dísticas – “Decisiones por Cristo”, muy interesante, en la perspectiva de nuestro concepto de “régimen
de la cosecha”. Muestra año por año desde 1964 hasta 1988, todas las campañas de evangelización
de Palau: dónde tuvieron lugar, cuántos días duraron, cuántas personas asistieron, cuántas personas
hicieron “decisiones por Cristo” (medidas mediante las “tarjetas de decisión”). También véase Garduño
Silva, 1993: Una historia desafiante. Pasión que consume. Vida y ministerio de Alberto Mottesi. Este libro
expone en numerosas ocasiones a lo largo del relato cifras de personas alcanzadas por el ministerio de
Mottesi, o que colaboraron con su trabajo.
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Capítulo 3 El evangelio de poder
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Ciudadanos de dos mundos
de la Argentina, en su libro (1994): That none should perish. How to reach entire cities
for Christ through Prayer Evangelism. (2) Como incubadora de proyectos financió
la vanguardia de la industria mediática del polo conservador bíblico argentino y de
hecho contribuyó a la formación de organizaciones del movimiento social evangé-
lico. En 1985 respaldó el surgimiento del periódico El Puente, y por varios años lo
sostuvo hasta que el periódico alcanzó la capacidad de autofinanciarse con anuncios
y otros recursos. También creó una escuela de televisión aplicada al campo evangé-
lico en la ciudad de San Nicolás y apoyó el funcionamiento de un estudio de TV
evangélica con sede en Buenos Aires. En marzo de 1987 Evangelismo de Cosecha
organizó la presencia de Yonggi Cho en el Estadio Luna Park como un pastor es-
trella y héroe ejemplificador del iglecrecimiento al frente de su “megaministerio” de
800.000 miembros en Yoido, Seúl, llamado: El Tabernáculo del Evangelio Completo
de Yoido, The Yoido Full Gospel Tabernacle.15
La investigación, mientras tanto, no fue una actividad muy difundida ni al al-
cance de los pastores de iglesias evangélicas populares, mayormente de signo pen-
tecostal, dotados de escasos recursos educativos en coherencia con su situación en la
escala social y el tipo de carreras que desarrollan (Saracco, 1977: The type of ministry
adopted by the Pentecostal churches in Latin America). Muchos comienzan desde las
“barricadas” del evangelismo, cursan institutos bíblicos anexos de iglesias, y trabajan
en posiciones ministeriales de tiempo parcial.16 La influencia del iglecrecimiento
funcionó mayormente en otro sentido, al contribuir a la instalación de conductas
proactivas, e ideas generales de estrategia y táctica con fuertes componentes reli-
giosos: pedir a Dios una visión o figura imaginaria de una meta, orar sobre la vi-
sión, organizar proyectos de evangelización con pastores de otras iglesias y barrios.
Posteriormente, se anexó también la idea de la batalla espiritual para destrabar las
ataduras demoníacas en las zonas-blanco de las campañas.
15 Para percibir el espíritu que rodeaba estas ideas en la década de 1980, es interesante la siguiente fra-
se, del afiche de Evangelismo de Cosecha promocionando la presencia de Cho (Estadio Luna Park, mar-
zo, 1987): “Su fe en el ilimitado poder de Dios lo llevó a convertir su modesta congregación, enclavada
en un barrio muy humilde, en la multitudinaria iglesia que hoy pastorea. Por millones se venden sus libros
(...)”. Por esa época los reportes indicaban que su congregación tenía 600.000 miembros. La cantidad de
800.000 surge de un informe de la agencia protestante ALC (Agencia de Noticias de América Latina y el
Caribe) sobre el viaje del presidente del Consejo Mundial de Iglesias a Corea del Sur. En esta oportunidad
el líder de la federación más grande de iglesias del polo histórico-liberacionista visitó a Yonggi Cho. Por
ser de este origen, la información resulta bastante fidedigna: toda vez que la fuente pertenece al polo
histórico liberacionista, difícilmente habría interés en aumentar las cifras, Para una contextualización del
fenómeno evangélico en Corea del Sur, véase Míguez Bonino, 1986c.
16 La mejor caracterización de campo a este respecto se encuentra sin dudas en la etnografía de Se-
mán, 2000a.
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Capítulo 3 El evangelio de poder
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Capítulo 3 El evangelio de poder
17 El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) les brindó apoyo a las Madres de plaza de Mayo, las Abuelas de
Plaza de Mayo, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y el Movimiento Ecuménico
por los Derechos Humanos (MEDH). Entre el 28 de julio y el 8 de agosto de 1985 el Comité Central del
Consejo Mundial de Iglesias hizo su reunión (multitudinaria, por contraste con lo que podría sugerir la
palabra “comité”) en la Ciudad de Buenos Aires. El culto de apertura tuvo lugar en el Aula Magna de la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Luego los encuentros prosi-
guieron en el salón plenario del Centro Cultural de Buenos Aires (más conocido como la sede del Teatro
General San Martín). El presidente Alfonsín visitó el salón plenario e impartió una conferencia, memorable
para los evangélicos. En junio de 1987, junto con algunos de los miembros de su gabinete, entre ellos
el canciller Dante Caputo, concurrió por varias horas a las oficinas del Consejo Mundial de Iglesias en
Ginebra. (Véase Manuel Quintero Pérez y Carlos Sintado, 2007: 338-343).
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Ciudadanos de dos mundos
18 La Junta Militar que concitó la adhesión del pueblo con su invasión a las Malvinas, ya en una fase crí-
tica de su gobierno, fue derrotada también en el frente político externo, con lo cual perdió todo sustento.
El gobierno de Ronald Reagan suspendió el 30 de abril las actividades del equipo mediador dirigido por
el general retirado Alexander Haig y emitió una Decisión de Seguridad Nacional que le impuso a la Junta
sanciones más severas que las que ya había recibido del gobierno de los EE.UU. por violaciones a los
Derechos Humanos, a través de la Enmienda Humphrey-Kennedy. Un año antes a mediados de 1981 la
Junta estuvo a punto de deflagrar un conflicto bélico con Chile, por reclamos territoriales; el Vaticano jugó
un rol para detener esa política. Finalmente lo hizo en 1982 con las Malvinas.
19 En 13 de diciembre de 1990 hubo una cuarta asonada militar, esta vez con fuerte participación de
suboficiales, durante la presidencia de Carlos Menem. Ese año su gobierno colaboró con la alianza que
atacó Irak liderada por los Estados Unidos. Los rebeldes bautizaron su levantamiento Operativo Virgen
de Luján. Seineldin, cuyo lema religioso hemos visto asumió (estando preso por su participación en una
revuelta de 1988) las responsabilidad por estos hechos. Los acontecimientos mezclaban aspectos biza-
rros con hechos dramáticos. Un tanque de los carapintadas chocó un ómnibus de la línea 60, famosa en
la cultura urbana argentina. Murieron cinco personas del público. Veinte quedaron heridas. Al comando
del tanque, el coronel Jorge Alberto Romero Mundini se mató de un tiro en la boca.
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Ciudadanos de dos mundos
misionera de las iglesias evangélicas del polo conservador bíblico a los países de
América Latina es el concepto de iglesia como un sistema de denominaciones
con fronteras rígidas: bautistas, hermanos libres, pentecostales de la Unión de las
Asambleas de Dios, pentecostales de la Iglesia de Dios, y otros. Las denominacio-
nes a su vez estaban divididas en congregaciones y el tipo de líder congregacional
en este modelo misionero era el pastor, que en el caso de los pentecostales podía
ser un individuo de poca instrucción formal y dedicación de tiempo parcial al mi-
nisterio. La rigidez en la interpretación teológica desempeñaba un papel central
en esta manera de entender la iglesia, alimentada por el inerrantismo bíblico (la
creencia en que la Biblia no contiene errores y sus palabras deben ser entendidas en
sentido literal). El inerrantismo facilitaba la adopción de posiciones dogmáticas. En
su formato más ortodoxo, el modelo misionero se basaba en la teología del “cesa-
sionismo”: Dios habló a través de la Biblia, y los milagros tuvieron lugar durante el
período bíblico. En todas sus variantes, un componente del modelo misionero era el
“rigorismo ético” dirigido a la moral sexual, la vestimenta austera, el rechazo de las
diversiones mundanas (incluido el baile, el cine, el teatro) y el consumo de alcohol.
Dentro de este modelo misionero que funcionaba como un marco dominante de la
movilización colectiva (Maróstica, 1979) tienen lugar los procesos de difusión del
campo evangélico hasta comienzos de la década de 1980. Pero luego sucede una
progresiva ruptura o subversión local (Freston, 2001: 291).
En todo el proceso por nosotros investigado, es paradójico sin embargo el papel
del modelo misionero. Es paradójico cuando consideramos que fue el motor de un
cambio cultural en el campo religioso argentino. El principio denominacional (Casa-
nova, 1997) que constituyó la fuerza organizativa del modelo misionero de las igle-
sias del polo conservador bíblico creó las condiciones para la entrada en el mercado
religioso abierto, a partir de la década del 50 en la Argentina, y el abandono de la tu-
tela de la “iglesia nacional” (la Iglesia Católica). Pero los procesos de crecimiento del
campo evangélico que tienen lugar en las décadas de 1950, 1960, y 1970, siguen ins-
criptos en ese modelo: la actividad religiosa evangélica está encauzada dentro de los
márgenes de las diferentes denominaciones eclesiales y dirigido por los pastores de
las congregaciones. La campaña de Tommy Hicks en la década de 1950 (capítulo 2)
trabajó sobre una base transdenominacional e hizo emerger frente al gran público de
Buenos Aires y frente a los propios evangélicos, varios elementos inusuales que más
tarde constituirían características del neopentecostalismo: la gran reunión masiva, el
uso de un estadio en vez de un templo, la presencia de un evangelizador empoderiza-
do por el Espíritu Santo en vez de un pastor circunspecto, la intervención milagrosa
del poder espiritual. Pero no quebró la vigencia del modelo misionero. Posteriormen-
te la presencia de Billy Graham no quebró tampoco el modelo misionero porque las
campañas de Billy Graham lo refuerzan. Las campañas de Graham están dirigidas a
mover personas a un proceso de conversión e inclusión en las iglesias y no presentan
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Capítulo 3 El evangelio de poder
21 Los analistas pertenecientes al sector pentecostal argentino conducen a las mismas conclusiones
aunque el léxico emplea los términos “posdenominacional” y “pospentecostal”. Cf. Saracco, 1999: The
Pentecostalisation of Latin America and the beginning of the Post-Pentecostal Era. Paper given at The
Oxford Consultation, julio 14-17. Currents in World Christianity Project (University of Cambridge).
115
Ciudadanos de dos mundos
22 A rigor el ministerio neopentecostal de Omar Cabrera era anterior al de Carlos Annacondia pero se
enlazó en un mismo proceso sinérgico con este y ganó fuerza. Cf. Wynarczyk, 1989b.
23 Recordemos que los agrupamientos operativos de pastores de una zona geográfica o una campaña
pueden llamarse consejos de pastores, asociaciones de pastores y eventualmente comités de campaña.
116
Capítulo 3 El evangelio de poder
llamado “mundo”: el espacio del cosmos donde impera el mal desde la entrada del
pecado original y la constitución de la generación humana. Pero Annacondia pro-
dujo una ruptura con el modelo misionero en otros órdenes de la vida religiosa del
campo evangélico y sentó un precedente. Otros intentarían más tarde una ruptura
en relación al involucramiento del cristiano en la vida cívica. Este argumento es en
sus aspectos básicos el que sostiene Maróstica (Annacondia produjo una ruptura
religiosa y abrió el camino para otras divergencias respecto del modelo misionero).
La investigación empírica que tuvo como resultado el presente texto (véase Wynarczyk,
2006), muestra que varios líderes evangélicos que se orientaron a la política y previamen-
te no tuvieron una vocación pastoral (pasaron por un proceso de conversión de adultos),
entraron en las iglesias evangélicas por influencia del proceso desatado por Annacondia.
Por otra parte, desde el punto de vista cuantitativo, las campañas de evangeli-
zación de Carlos Annacondia, y más tarde los templos neopentecostales como el
de Héctor Aníbal Giménez, actuaron como puntos de atracción y “grandes bocas
de entrada” al sistema evangélico; asimismo, el segmento pentecostal formado por
las iglesias autónomas de barrio (con una sola sede o un número exiguo de filiales,
investigadas por Semán en la pieza mencionada) debe su origen en buena medida a
los procesos de movilización catalizados por Carlos Annacondia en sus campañas de
predicación, liberación y milagros (Semán, 2000a).24 Este hecho es importante para la
creación de una masa crítica del campo evangélico capaz de producir contramovilizaciones
de control, y en respuesta, acciones colectivas evangélicas de defensa de los intereses propios.
A partir de ahora nos concentraremos en los marcos interpretativos de los evan-
gélicos a partir de la década de 1980. Estos marcos se disocian del modelo misio-
nero y le dan forma al movimiento social religioso y el auge de la segunda mitad
de la década.
24 La afirmación de Semán en el año 2000 resulta corroborada por la experiencia de un actor central
del fenómeno estudiado, el evangelista Omar Cabrera, quien decía en una entrevista extensa que le hice
en 1989: “el ministerio de Carlos Annacondia ha ayudado tremendamente a despertar el celo de obre-
ros, porque hay un montón que ha abierto iglesias por aquí y por allá y también el ministerio de Héctor
Giménez” (Wynarczyk, 1989b:37).
117
Ciudadanos de dos mundos
Carlos Annacondia comienza sus campañas) y 1983 (cuando recibe una profecía de
que Dios reclama Argentina para Cristo). En definitiva 1983 es el año clave para
la difusión de este marco interpretativo dominante en la acción colectiva de los
evangélicos. Trabajaremos este punto en perspectiva histórica.
Cada revolución dentro del mundo evangélico, constituyó un intento de retor-
nar la iglesia “a sus raíces teológicas en las Escrituras” (Deiros, 1997b: 24). En cada
cambio está presente la idea de traición al evangelio de Cristo (apostasía) por parte
de la iglesia que se acomoda a la historia comprendida en términos de la acción
de la “generación humana” corrompida por la marca del pecado original. El vér-
tice de la iglesia primitiva de acuerdo con el libro de los Hechos (que es el vector
teológico de los pentecostales y neopentecostales) se hallaba en la potencia de la
tercera persona de la Trinidad. Esta potencia se manifestó a través de milagros que
la confirmaban como el poder de un Dios real, vivo, en acción. De acuerdo con la
promesa que Jesucristo les hizo a los que con El hablaron inmediatamente luego
de su resurrección, la congregación cristiana primitiva nació cuando los apóstoles
(en ese momento once, porque Judas había cometido suicidio) recibieron la unción
del espíritu Santo. La infusión espiritual hizo que pasasen del orden natural al
sobrenatural. Ungidos por la potencia y dotados de carismas aquellos “varones de
Dios” levantados como mensajeros y jefes de la iglesia, dieron el día de Pentecostés
muestras públicas en Jerusalén de la fuerza que manaba por intermedio de ellos:
hablaron en lenguas y sobre sus cabezas se posaron llamas de fuego mientras en el
local donde estaban soplaba un fuerte viento (Hechos 2: 1-4). La iglesia primitiva
fue una iglesia de experiencia de fe “con potencia de señales y prodigios, en el Po-
der del Espíritu de Dios” (Romanos 15: 19). Esa es la comprensión neopentecostal
por excelencia y de ahí surge el énfasis literal en la expresión “señales y prodigios” y
en las manifestaciones de poder en la lucha contra espíritus malignos y la curación
de enfermedades.
Posteriormente, de acuerdo con esta comprensión de la historia de la iglesia, los
carismas de poder se habrían extinguido con la incorporación del cristianismo al
aparato secular del Imperio Romano, al que se avinieron teólogos que vieron en la
iglesia y el gobierno a dos hermanos gemelos (Deiros, 1992, 1997a y 1997b, 1999a).
En la fase decadente del imperio y naciente de la iglesia que repartía la redención
institucionalmente, el poder teológico al servicio de la subsistencia de la organiza-
ción enfatizó la identificación y eliminación de las herejías (Chorover, 1979: 32-35).
La idea de la subversión de la comunidad espiritual por la iglesia institucionalizada,
muerta y fría, impregnó de sentido y celo a la Primera Reforma (reforma “oficial”
luterano calvinista) y la Segunda Reforma (reforma “radical” de donde surgen las
iglesias del sector evangelical contemporáneo).25 En los mismos términos a partir
25 En ese mismo orden se inscribe el movimiento de santidad wesleyano, al interior de la iglesia angli-
118
Capítulo 3 El evangelio de poder
cana. De este último el pentecostalismo hereda algunos componentes que lo constituyen como una
búsqueda de perfección cristiana (Garrison, 1950); si la Primera Reforma fue una contestación a la iglesia
romana, el movimiento de santidad wesleyano fue en una respuesta a la iglesia anglicana, que a rigor era
una versión autocéfala de la Iglesia Católica.
119
Ciudadanos de dos mundos
campañas evangelísticas con milagros muestran el poder de Dios aquí y ahora. Este
hecho es fraseado con las expresiones “visitación del Espíritu Santo”, “visitación de
Dios”, “mover del Espíritu” y “mover de Dios sobre las naciones”. La instalación de
una innovación que pasa a funcionar como el marco interpretativo dominante del
evangelismo en auge, fue principalmente una obra del liderazgo (como lo especifica
Maróstica en su tesis de 1997) ejercido por el evangelista Carlos Annacondia a
través de sus campañas y el ejemplo que estas brindaban. Annacondia generó en
este punto un quiebre o salto cualitativo con relación al modelo misionero porque
apareció como algo más que un pastor ajustado a las prescripciones del modelo.
Carlos Annacondia dio comienzo a un ciclo de evangelismo en el que Dios de
acuerdo con las creencias de los neopentecostales, estaba restableciendo la iglesia
profética, asentada sobre líderes carismáticos, capaces de mover masas más allá de
las denominaciones y recibir comunicaciones directas del Espíritu para una nación.
Annacondia era un profeta, Dios profetizó por medio de él y su familia la unción a
la Argentina aproximadamente en 1983. La frase que constituía el ancla del marco
dominante de la unción para el movimiento social evangélico era este lema: Argen-
tina para Cristo.
Annacondia había pasado por un proceso de conversión él mismo a partir de una
vida que sentía carente de sentido aunque era un industrial exitoso en una PyMe fa-
miliar, dedicada a la comercialización de bulones con sede en la ciudad de Quilmes
en el Conurbano Bonaerense (Wynarczyk, 1989b, basado en una entrevista perso-
nal extensa y literatura de la organización de Annacondia, Mensaje de Salvación).
Luego de cierta formación autodidáctica comenzó a hacer actos de evangelismo
desde el año 1981 en el sur del Conurbano Bonaerense, todavía en plena dictadura
y antes del desastre de la guerra de Malvinas. En ese período tuvo escaso éxito,
de acuerdo con la contabilidad de tarjetas de decisiones personales, que veremos
en el capítulo 4. Pero en 1983 (fecha aproximada) uno de sus hijos recibió una
profecía de parte del Espíritu Santo y la expresó “en lenguas angelicales”. Nadie de
los presentes podía comprender la glosolalia. Annacondia le pidió “discernimiento”
a Dios. Todo lo que estaba pasando cabía dentro de las lógicas y prácticas de los
pentecostales. Y Dios brindó el “discernimiento” por medio de la esposa de Carlos
Annacondia, María. El mensaje era para la Argentina:
Hace dos años y medio [este hecho habría tenido lugar en 1983] recibimos un
mensaje de parte de Dios, según Hechos 2: 17. Percibí en mí espíritu que el mensaje
en lenguas [que le estaba comunicando uno de sus hijos] era para Argentina, pero
no entendía cuál era su significado [Annacondia recibía una profecía del Espíritu
Santo pero no podía “discernirla”]. En silencio pedí a Dios la interpretación y él me
guió a poner mi mano sobre mi esposa, pues ella recibiría la interpretación [“discer-
nimiento”]. Sin decir palabra alguna hice lo que había recibido de parte del Señor,
y sin saber ella los que me estaba aconteciendo, al minuto interpretó el mensaje de
120
Capítulo 3 El evangelio de poder
lenguas traído por uno de mis hijos. Este era muy claro y directo para la Argentina.
“Pronto. Pronto. Gran avivamiento para la Argentina, y Argentina será mía, dice El
Señor ” (Revista Campañas, del Ministerio Mensaje de Salvación, 4 de septiembre
de 1985, reproducido por Wynarczyk, 1989b: 131-132, interpolaciones mías).
Posteriormente, en 1985 y en 1987, cuando el movimiento evangelístico de An-
nacondia alcanzaba un punto de máximos resultados en términos de cantidades
de conversos a través de sus movilizaciones en una carpa que utilizaba como sitio
de campaña, los efectos de la promesa quedaron verificados desde la comprensión
espiritual (pneumatológica) como una promesa de un Dios viviente, que actúa sobre la
realidad con la potencia del Espíritu y se expresa por medio de la voz profética:
Hoy vemos cómo lentamente el todo poderoso va moviendo a nuestra querida patria
hacia el cumplimiento de esa profecía (ídem).
Se está cumpliendo en la Argentina una profecía dada por Cristo. El dijo: “...Pero
recibiréis poder cuando allá venido sobre vosotros el espíritu Santo y me seréis tes-
tigo en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos
1: 8). (...) El dijo que comenzaría en Jerusalén y terminaría en lo último de la tierra. Si
tomamos un globo terráqueo nos damos cuenta que lo último habitado de la tierra
es la zona de Argentina y Chile, la parte sur de América. Tomando esta profecía
Bíblica nos damos cuenta que el último gran avivamiento, la gloria postrera mayor
que la primera, como dijo Jesús, se cumpliría en la parte sur de América. Entonces
las señales se van cumpliendo una tras otra, la unción del Espíritu Santo que Dios
está derramamiento en Argentina a mí me muestra que se está cumpliendo lo que
Cristo dijo y que El viene muy pronto a buscar a los suyos. (Annacondia, Revista
Mensaje de Salvación, mayo 1987, reproducido en Wynarczyk, 1989b: 132, inter-
polaciones mías)
121
Ciudadanos de dos mundos
122
Capítulo 3 El evangelio de poder
84). Había logrado “todo lo bueno que puede aspirar un pastor. Pero Dios tenía
más para mí” (“Las 13 respuestas del pastor Freidzon”, El Puente, marzo de 1995,
p. 14). Un pastor amigo de Suiza lo visitó en Buenos Aires. Reuniéndose a cenar y
conversar le hizo comprender que no estaba en suficiente contacto con el Espíritu
Santo. Luego por influencia de un colega argentino Freidzon descubrió el libro
de Benny Hinn Buenos Días Espíritu Santo (1990) que habla de la comunión que
estaba buscando. Benny Hinn es el fundador y pastor del Centro Cristiano de Or-
lando, Florida, de tipo neopentecostal, de acuerdo con nuestra taxonomía.26 Luego
de conocer el libro Freidzon con su esposa y copastora Betty, fueron a visitarlo a
Benny Hinn. Dios lo guió en esa visita a Benny Hinn para orar por él en una forma
maravillosa (Freidzon op. cit.: 87). A partir de entonces la presencia de Dios comen-
zó a manifestarse con poder en su iglesia en una forma sorprendente (ídem: 88) y
“comenzaron tiempos de gloria” (ídem: 89).
El éxito del ministerio ungido de Freidzon comenzó a extenderse a partir de
mayo del año 1992 por medio de sus cultos de poder en el templo en pleno centro
del barrio de Belgrano y sucesivas campañas en el Estadio de Obras Sanitarias. El
siguiente dato cierra la hipérbole comenzada con relación a Carlos Annacondia.
El 31 de mayo de 1985 su iglesia Rey de Reyes celebró los diez años de trabajo en
el barrio de Belgrano con un “culto de poder” en el Estadio Obras Sanitarias. El
evangelista Carlos Annacondia participó en calidad de invitado especial (El Puente,
mayo de 1996, p. 9).
Freidzon incorporó a sus prácticas algunas similares en parte a las de Benny
Hinn. Estas prácticas consistían en determinados actos corporales de envío de la
unción (por ejemplo, soplar, decir “recibí” o arrojar el saco de su traje), sobre perso-
nas que a continuación se desplomaban en el piso. O marcar un círculo imaginario
en el piso de la plataforma. Las personas que pisaban el círculo a pedido del evan-
gelista, se desplomaban. Las caídas podían ser individuales, en pequeños grupos
26 Tourik Benedictus “Benny” Hinn nació el 3 de diciembre de 1952 en el municipio palestino de Jaffa
(Israel), donde su padre era alcalde. La familia de su padre había venido de Grecia a Egipto antes de
establecerse en Palestina. Su mamá era de origen armenio. Benny se crió hablando árabe, asistía a un
colegio católico de monjas pero en su hogar practicaban la cultura ortodoxa griega. En 1968 su familia
emigró a Toronto, Canadá. Posteriormente se instaló en los Estados Unidos. En 1983 fundó el Centro
Cristiano de Orlando (World Healing Center Church and Benny Hinn Ministries) (Freidzon su congregación
en 1985). Benny Hinn también experimentó una unción nueva como un incremento de la unción en 1990
con incidencia directa en su actividad de cruzadas de evangelismo (La unción, p. 96). Comenzó sus cru-
zadas a ciudades importantes de Estados Unidos y otros países en marzo de 1990 (Freidzon en 1993).
Benny Hinn trabaja un ministerio televisivo con una audiencia estimada en varios “millones de vidas”
semanalmente a través de su propio centro tecnológico. (Datos tomados de su artículo autobiográfico:
“El Espíritu Santo en mí”, revista Bendiciones, Buenos Aires, iglesia Catedral de la Fe, año 2, número 7,
1995, pp. 22–29). Otros libros de Benny Hinn presentes en las librerías evangélicas del circuito pente-
costal y conservador bíblico: La unción (1992); Señor, necesito un milagro (1993a); ¡Levántate y sé sano!
(1993); La sangre (1994). Datos editoriales completos en la bibliografía.
123
Ciudadanos de dos mundos
124
Capítulo 3 El evangelio de poder
27 Lo mismo sucedió con una iglesia de la Unión de las Asambleas de Dios con el evangelista Steve
Hill en Brownsville, bahía de Pensacola (estado de la Florida) a partir de 1997 (“Relatos de un mover de
Dios – algo importante está ocurriendo en Pensacola”, El Puente, junio de 1997, p. 12). Este último caso
es conocido como la “Bendición de Pensacola”, pero sin dudas la de Toronto es la historia emblemática
y ejemplarizante más fuerte, por eso nos vamos a referir solamente a ella.
125
Ciudadanos de dos mundos
el lejano Cono Sur, cuyos detalles brindamos en la nota al pie de la página.28 Varios
de estos reportes (especialmente Dew, 1999, Riss, 1995) presentaban la relación
del pastor Claudio Freidzon con John Arnott (titular de la iglesia de la Bendición
de Toronto) y Randy Clark (predicador durante cuya ministración tuvo lugar la
bendición), de tal manera que Freidzon podría haber tenido influencia sobre Arnott. La
Bendición de Toronto habría tenido lugar a partir de 1993, pero comenzó a partir
de julio de 1994 a ser registrada en artículos del circuito periodístico conservador
bíblico, y también en diarios seculares. Ofrecemos más detalles en la nota al pie.29
b) Segundo círculo, libros. La “unción fresca” del Espíritu Santo dio lugar a
libros de compilaciones de artículos de los propios actores y testigos directos (véase
Wagner y Deiros, 1998: Manantiales de avivamiento. Lo que el Espíritu dice a través
del avivamiento en Argentina, Caballeros y Winger, 1998: El poder transformador del
avivamiento. Estrategias proféticas para el siglo XXI). A través de ese medio circu-
28 Lo que sigue es una lista de esos reportes periodísticos. Datos editoriales completos en la bibliografía.
Wray, 1987; Strang, 1989; Silvoso, 1987 y 1989; Wagner, 1991a, 1994 y 1996b; Riss, 1996; Dew, 1999;
Speidel, 1994a y 1994b. Estos materiales presentan es la descripción de los fenómenos sobrenatura-
les que tenían lugar en la Argentina y la manera en que el país era sacudido por el mover del Espíritu.
Constituyen textos apologéticos a favor de la creencia en la “lluvia tardía” y la forma que esta adquiere
como “avivamiento a las naciones”. Algunos (en especial el trabajo de Wray, 1987) establecían conexio-
nes explicativas con el contexto sociopolítico, azotado según esta interpretación (que compartimos) por
una dictadura y desolado por la derrota de Malvinas. De especial interés es el breve reporte escrito por
Wagner (1999) con “datos de primera mano” en la página de Christian Word en internet. Sobre el papel
central de Annacondia en el proceso de avivamiento ver el reporte de MacHarg, 2000. Aunque el tema
central de su artículo es la cruzada de Billy Graham en Buenos Aires, Neff (1992) traza un panorama del
avivamiento y la centralidad de Annacondia con opiniones de diversos actores. El reporte de Earl (1998)
permite conocer opiniones de varios actores del fenómeno argentino, los pastores Silvoso, Lorenzo, Dei-
ros (este último es además un académico en teología e historia), vertidas en un congreso de evangelistas.
29 Los aportes más interesantes son los de Riss (de Drew University), activo participante de todo este
movimiento, colocados en la internet en 1995 y 1996. Riss ubica en secuencia narrativa la Bendición
de Toronto y la Bendición de Pensacola, a la vez que establece conexiones con el caso argentino. La
iglesia (de la zona del aeropuerto) de Toronto, Canadá, es una de las asociadas en la red denominada
iglesias Vineyard (Iglesias de la Viña). Riss afirma en uno de tales reportes (14 noviembre, 1996), que
el avivamiento que comenzó a finales de los años 80 en Resistencia (basa la afirmación en el libro de
Silvoso, 1994: That none should perish. How to reach entire cities for Christ through prayer evangelism)
continuó en la Iglesia Rey de Reyes presidida por el pastor Claudio Freidzon en Buenos Aires. Y desde
la iglesia Rey de Reyes se proyectó a Toronto de la siguiente manera: el pastor Arnott de la iglesia de la
zona del Aeropuerto de Toronto habría “recibido ministración” del pastor Claudio Freidzon en la ciudad de
Mar del Plata en una de las conferencias masivas promovidos por Evangelismo de Cosecha en 1993, y
el avivamiento de Toronto (Bendición de Toronto, BT) habría sucedido semanas después. Recuperamos
este relato como un indicador de la manera en la que fue construida la historia en este caso. La explica-
ción que circula mayormente sobre la TB sostiene que el avivamiento fue liderado por Randy Clarck cuyo
ministerio se llama Global Awakening, Amanecer Global (véase El Puente, Abril del 2005, p. 53). Para
un relato del TB desde la perspectiva del sector evangelical más resistente a creer en los milagros de
estas iglesias, ver Maxwell, 1994. De todos modos Maxwell relaciona al pastor Arnott de Toronto con el
pastor Claudio Freidzon de Argentina y fortalece la centralidad atribuida al caso argentino como un nodo
de difusión de bendiciones. Para reportes sobre los impactos de la BT en Inglaterra, véase Koop, 1994.
126
Capítulo 3 El evangelio de poder
30 Dedicaremos un punto específico más adelante en este capítulo al concepto de megaiglesias. Baste
con decir por ahora que son iglesias que celebran cultos con centenares o miles de personas. General-
mente (en el caso argentino) pertenecen al subsector neopentecostal, aunque formalmente estén aso-
ciadas en una red de pentecostalismo clásico. Utilizamos como sinónimos las expresiones megaiglesia
y megaministerio.
127
Ciudadanos de dos mundos
Lo importante de las campañas a las que Silvoso se refiere, se halla para noso-
tros en que fueron pensadas como “casos piloto” (la palabra “laboratorio” aparece
concretamente en la página 52) para medir el crecimiento de las iglesias evangélicas
locales luego de la aplicación de un enfoque de trabajo específico, en Resistencia y
en otras ciudades (Rosario, La Plata, ciudades de los Estados Unidos). El modelo
de trabajo seguía un diseño experimental de campo consistente en aplicar un estí-
mulo (oración de GE), medir el efecto de las campañas (crecimiento de las iglesias
locales) y construir casos paradigmáticos incorporados luego a la literatura del avi-
vamiento espiritual, con fines pedagógicos. El modelo de trabajo fue explicado bre-
vemente antes por Wagner (1987a: Avance del pentecostalismo en América Latina, p.
149). Peter Wagner, Silvoso y otras personas que con ellos, suponían que si primero
“ataban a los demonios” con gravitación en determinados lugares (el lenguaje émi-
co remite a términos como “principados”, “potestades”, “fortalezas” en un sistema
de jerarquías), luego era posible conseguir mejores resultados en las campañas. En
términos de Wagner, esto significaba hacer GE al nivel estratégico, contra espíritus
territoriales. El libro de Silvoso es un punto de convergencia de artículos anteriores
que ponen de manifiesto la constancia de la preocupación por el tema desde 1987.31
31 �������
1987: Prayer power: the turnaround in Argentina, Global Church Growth Bulletin, número 24 (julio–sep-
tiembre), pp. 4 y 5. 1989a: “Argentina: battleground of the Spirit”, World Christian, Octubre, pp., 14-19.
1989b: “Spiritual warfare in Argentina and the Plan Resistencia”, presentado en el Spiritual Warfare Track
Workshop, “Congreso sobre Evangelización Mundial Lausana II”, Manila, Filipinas, 11 al 20 de julio.1991:
“Prayer power in Argentina”, en Peter Wagner, comp., (1991b): Territorial Spirits, pp.: 110 y ss. Versión
castellana (1995a): “La potencia de oración en Argentina” en Wagner (ed.): Espíritus territoriales. Diecinue-
ve líderes cristianos aportan sus conocimientos acerca de la GE en el plano estratégico, pp., 133–140.
32 Wagner, cabe hacer notar, fue muy resistido por sus colegas en el propio Fuller debido a sus creencias
y prácticas vinculadas con avivamientos espirituales, GE y organizaciones paralelas a las denominaciones
128
Capítulo 3 El evangelio de poder
Hasta aquí, los tres círculos contribuyeron a consolidar el movimiento social de tipo
religioso con un marco interpretativo dominante espiritual (pneumatológico), una in-
dustria cultural del movimiento, y el fortalecimiento de liderazgos carismáticos cuyos pa-
peles y estatus pasaban a ser legitimados por el marco dominante. El marco de la unción.
La convergencia de los hechos fue registrada entre los evangélicos argentinos, sus
líderes y el pueblo, en un doble sentido. (1) Como una confirmación de la identi-
dad (surgida de la potencia espiritual y puesta de manifiesto y consolidada por los
efectos de la potencia sobre la realidad empírica). (2) como una confirmación de
que los evangélicos eran en la sociedad argentina una minoría creciente – además
de ungida o empoderada por el Espíritu. En esta perspectiva de construcción iden-
titaria, adquirió un valor especial la fundación del periódico El Puente (fundado el
15 de mayo de 1985), que se convirtió en un vocero interdenominacional de los
evangélicos, escrito sin embargo desde el marco interpretativo de los conservadores
bíblicos. El mensuario nació gracias al apoyo económico de Evangelismo de Cosecha
(véase Silvoso, That none should perish, p. 41). Evangelismo funcionaba en este punto
como una incubadora de proyectos de la industria del movimiento, y lo mismo hizo
en el rubro de la televisión. Pero El Puente constituye posiblemente la principal
industria del movimiento social evangélico (Maróstica, 1997). A lo largo de toda
su historia, ha sido un ámbito de publicidad de las cruzadas de evangelismo, visitas
de personalidades del polo conservador bíblico de otros países, anuncios de libros,
reuniones de formación organizadas por predicadores neopentecostales, enseñanza
teológica y bíblica, rock cristiano.
cristianas tradicionales. Pero actuó con mucha persistencia y fue cambiando las actitudes hacia su per-
sona. Posteriormente trasladó sus actividades a un centro en Denver, Estado del Colorado. En Colorado
se relocalizaron varias agencias paraeclesiásticas estadounidenses provenientes de otros sitios del país.
129
Ciudadanos de dos mundos
33 Los trabajos de Wink y McAlpine marcan los momentos básicos del proceso de la GE, sobre bases
bíblicas literalistas, a saber: distinguir los poderes diabólicos, desenmascararlos y sujetarlos (Wink, 1984:
Naming the powers: the language of power in the New Testament; 1986: Unmasking the powers: The
invisible forces that determine human existence; 1992: Engaging the powers: Discernment and resis-
tance in a world of domination. McAlpine, 1991: Facing the powers: what are the options?). Desde el
punto de vista de su alcance entre los pastores neopentecostales de la Argentina, consideramos más
importantes los trabajos de Wagner (completamente familiar para los neopentecostales en Argentina),
Silvoso, Dawson. En cuanto a los manuales de GE de la década de 1990 en venta en librerías del polo
conservador bíblico, sobre todo las relacionadas con el sector pentecostal, son notorios los de Sherman
y Payne, 1991 (e.o. 1990): Guerra Espiritual – las armas y la estrategia para triunfar en la lucha contra el
mal; Murphy (1994, edición original 1992): Manual de GE; Ness (1994): Transferencia de espíritus; Witght
(1996): La batalla espiritual y la evangelización. El de Murphy, 700 páginas, es el más documentado con
numerosas referencias bíblicas y un detallado índice analítico al final, todo lo cual le da un aire académico.
Existe un subgénero de literatura planteada como ficcional. La novela de Frank Peretti (1986) titulada Esta
patente oscuridad, muestra la entidad objetiva del mal en los acontecimientos humanos. Establece un
precedente cronológico del subgénero.
130
Capítulo 3 El evangelio de poder
34 Sobre la GE en las campañas de Annacondia, véase Wynarczyk, 1989bb y 1993a. Desde un autor
que comparte la perspectiva de Annacondia, véase Saint 1988 Guerra contra el infierno. El poder de Dios
manifestado en las campañas del industrial argentino Carlos Annacondia. Para una lista completa de la
producción del propio Annacondia, incluyendo sus audios, ver la bibliografía en los siguientes trabajos:
tesis doctoral de Gómez, 1998; Stamateas y Bravo, 1998. El trabajo de Annacondia, 1997 ¡Oíme bien,
Satanás! explica sus creencias y las vincula en secuencia histórica con su propia biografía de hombre
transformado y creyente.
131
Ciudadanos de dos mundos
35 “La oración dirigida por el Espíritu abre el camino para que las bendiciones del Reino de Dios vengan a
la Tierra con sanidades, liberaciones, salvación, santidad, compasión por los pobres y los oprimidos, y el
fruto del Espíritu. Sobre todo, Dios es glorificado, adorado y alabado” (Wagner, 1993: Oración de Guerra.
¿Cómo buscar el poder y la protección de Dios en la batalla para construir su reino?, p. 33).
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Capítulo 3 El evangelio de poder
36 Ver Dawson, 1991 (ed. Original, 1989): La reconquista de tu ciudad. Estrategias para derribar las
fortalezas espirituales del diablo. Wagner, 1995a (e.o., 1991): Espíritus territoriales. Diecinueve líderes
cristianos aportan sus conocimientos acerca de la GE en el plano estratégico. Torres, 1993: Derribemos
fortalezas: ¡es hora de levantarnos como ejército para triunfar contra las huestes malignas! Manual de
GE. Prólogo y prefacio por Alberto Mottesi y C. Peter Wagner. Cindy Jacobs, 1993 (e.o. 1991): Conquis-
temos las puertas del enemigo. Instrucciones para una intercesión militante. Prólogo de Peter Wagner.
Wagner, 1995b (e.o. 1993): La destrucción de fortalezas en su ciudad. Cómo utilizar la cartografía para
que sus oraciones sean más estratégicas, más efectivas y mejor enfocadas.
37 La gran urbe ya aparece estigmatizada en el pensamiento reaccionario alemán, especialmente en la
obra de Spengler titulada Años decisivos (1933, continuación de La decadencia de occidente, 1918).
La gran urbe es el sitio donde se encuentran la democracia, los políticos, la técnica, el comercio, los
movimientos obreros; y finalmente la degeneración que termina por afectar a la “raza blanca” y su buen
orden basado en la monarquía. Este segundo hecho revela el significado que tiene la gran urbe como
desafío y contradicción amenazante para el pensamiento conservador.
133
Ciudadanos de dos mundos
ciudad será alcanzada por las Buenas Nuevas (mediante campañas de evangeliza-
ción) solamente después que hayan sido identificadas (mediante mapeo espiritual)
y desatadas (mediante GE) las ataduras que ejercen los demonios. Estos espíritus
malignos ingresan a través de ciertas “puertas” que se encuentran en factores cultu-
rales y traumas psicológicos colectivos.
Los demonios que influyen sobre culturas y territorios son de una jerarquía más
alta. Contra ellos la lucha espiritual es de otro tipo. Existe en efecto una diferencia
entre la guerra contra espíritus de opresión individual (GE contra espíritus al ras del
suelo, en lenguaje de Wagner) y la GE contra potencias luciferarias que dominan
territorios y culturas (GE estratégica). (1) Los diablos menores, bastante parecidos
a las potencias del animismo, son el objeto de las técnicas de “liberación”. Aplicadas
por los evangelistas en las carpas de campaña y en las megaiglesias (muchas sedes
fueron cines), conducen a la sanidad y la prosperidad al nivel personal. Significa
beligerancia contra espíritus de umbanda, hechicería, brujería y otros, que producen
depresión, adicciones, enfermedades, desajustes familiares, deudas y pobreza. Esto
es la GE de Carlos Annacondia. (2) En cambio los espíritus capaces de sujetar un
barrio, una ciudad o una cultura, como San La Muerte en Resistencia, son objeto de
campañas de oración que antes de las reuniones masivas de evangelización. En este
proceso la realineación de marcos interpretativos tiene consecuencias cognitivas
porque permite demonizar entidades de la cultura religiosa popular “pagana” (San
la Muerte) e incorporarlas al sistema de creencias neopentecostales (GE). La reali-
neación de marcos permite incorporar al panteón evangélico la figura del diablo de
la religiosidad popular no cristiana (Semán y Moreira, 1998; Mariz, 1999).
Desde el punto de vista de la relación de la iglesia con el mundo, el marco
interpretativo de la GE asienta su eje en el dualismo negativo y lo rescata desde
las creencias populares no evangélicas. El ascetismo radical queda confirmado y
reforzado por este marco interpretativo. La generación humana es el mundo y el
mundo está bajo el poder del ángel rebelde, el adversario del Señor, a partir del
momento en que el hombre fue destituido de su posición en el huerto del Edén.
Solamente una acción basada en el uso de fuerzas prestadas por la potencia es-
piritual puede reconocer a los diablos, atarlos y expulsarlos.38 Estos mensajeros
38 La GE (Wynarczyk, 1995b, 2005a) propone una percepción metafísica de los acontecimientos huma-
nos mediatizada por el relato del ángel caído o “teoría de la brecha” (the gap), a partir de pocos textos
de la Biblia, principalmente de Isaías 14: 12 al 16. La brecha se inscribe en la plasmación ideacional del
cosmos como un sistema formado por tres planos ontológicos y axiológicos superpuestos, de acuerdo
con el Antiguo Testamento: el Cielo –la tierra y el agua– y el abismo. Entre esos espacios se establece la
“economía espiritual del cosmos” y el dualismo radical como ontología y axiología. Los grandes momen-
tos del relato son: la existencia de un cosmos integrado sin mal, la fractura del cosmos cuando un ángel
se subleva y otros ángeles lo siguen (todos son expulsados del cielo), la infiltración del mal en Adán y Eva,
el surgimiento de la generación humana marcada por el pecado original, el sacrificio expiatorio de Cristo
por todos los que tienen fe en que por su sangre serán lavados de sus pecados y nacidos de nuevo en
134
Capítulo 3 El evangelio de poder
un plano espiritual, la segunda venida de Jesús mesías, el fin del mundo, el rapto de la iglesia que será
levantada por Jesús al cielo y llevada consigo, el juicio, y la glorificación de los justos. Estos volverán a
tener cuerpos celestiales en un plano espiritual fuera de la tierra. La postrera reintegración del cosmos
sería parcial sin embargo, porque no dejaría de existir una dimensión destinada al castigo del mal como
un “infierno” con existencia real. La historia transcurre en tres escenarios, primero en un plano espiritual
(división del cosmos celeste entre el bien y el mal antes de la creación de la humanidad), luego en un
plano terrenal (donde el mal y el bien luchan en la vida de los hombres) y finalmente en un plano espiritual
(reintegración del cosmos celeste). Existe un subgénero de novelas de los “postreros días de la tierra”,
el arrebatamiento de la iglesia y el drama de las fuerzas del bien y el mal por las almas de los hombres y
mujeres en el planeta, escritas por Tim LaHaye, con la colaboración de Jerry B. Jenkins. El titulo principal
es Dejados atrás. Los siguientes: El comando tribulación, Nicolás, Cosecha de almas, Apolión, Asesinos,
El Poseído y La marca. De notable difusión en los Estados Unidos, todos estos títulos se encuentran en
venta en las librerías evangélicas del polo conservador bíblico de la Argentina editadas para el mercado
hispanohablante por Unilit de Miami y publicitadas por el periódico pentecostal La corriente del Espíritu
(véase número de diciembre del año 2000).
39 Del mismo modo en que los ángeles buenos están constituidos en jerarquías de querubines, sera-
fines, arcángeles, como huestes de Dios, los ángeles malos (demonios) se distribuyen jerárquicamente
como acólitos de Satanás (Efesios 6: 12). Satanás les asigna gobernadores a los territorios, las naciones,
subculturas y grupos. Para una explicación desde la perspectiva evangelical, véase Gram., 1989 (e.o.,
1976): Los ángeles, agentes secretos de Dios. La jerarquía satánica sería similar a la de los rangos mi-
litares distribuida entre principados, potestades, gobernadores y huestes de maldad (Campos, 1996).
Para un análisis académico desde afuera del campo evangélico en estudio, véase el excelente trabajo de
Debray, 1995 (El ángel cruel) sobre las jerarquías angelicales, sus interacciones y estructuras, basado a
su vez– como una pálida exégesis según aclara el autor –en La leyenda de los ángeles, de Michel Serres
y Las elegías de Duino de Rainer Maria Rilke. Serres parece la mejor fuente para profundizar en el tema.
40 De los pastores argentinos la mejor contribución es la de Stamateas y Bravo, 1998: El modelo de
las cuatro puertas. Stamateas además de pastor (iglesia Presencia de Dios) es psicólogo interesado en
clínica y sexología. Orienta el libro en una perspectiva aplicada hacia la terapéutica espiritual asistida por
la identificación de traumas que trabajan como puertas de entrada de influencias espirituales negativas.
En este sentido véase también ver el trabajo de Stamateas, 1996: Aconsejamiento pastoral.
135
Ciudadanos de dos mundos
Dios ausente, una madre que encarna el principio activo y un Cristo representado
como bebé, niño y adulto víctima.41
La oración es el arma principal de la GE tanto “a ras del suelo” como al
nivel estratégico (espíritus que trabajan sobre colectivos y culturas). Veremos
su funcionamiento.
• Espíritus de opresión personal. Las prácticas de expulsión de demonios que
se adueñan de individuos (Wynarczyk, 1989b; Wynarczyk, 2005a) son aplicadas
una vez que el predicador evangelista lanza su llamado a la conversión y algunas
personas reaccionan con muestras de que están poseídas por demonios que gri-
tan por su boca o las retuercen. Los individuos que presentan estos signos en las
campañas de Annacondia se llaman “manifestados”. A partir de ahí el evangelista
puede ministrar liberación o personas capacitadas lo hacen, en el mismo lugar o
en una “carpa de liberación”.42 Desde entonces los pasos pueden resumirse en dos
momentos bastante semejantes en su estructura a los del exorcismo sacerdotal ca-
tólico: Primero, hacerle al “manifestado” una serie de preguntas para identificar las
entidades que lo sujetan y los pecados y traumas que le abrieron paso (puertas) para
tomar dominio de su vida. Segundo, invocación de liberación sobrenatural con im-
posición de manos sobre la cabeza del manifestado (los curas católicos les muestran
a los endemoniados una cruz y los rocían con agua bendita). Este momento incluye
extensas oraciones de “reprensión” de los demonios con la autoridad del nombre de
Jesús y la repetición de la orden “¡fuera! yo te mando a salir en el nombre de Jesús”.43
41 Dawson pareciera basarse parcialmente en The other Spanish Christ. John MacKay, de amplia actua-
ción como líder protestante e intelectual en la ciudad de Lima, resalta en esta obra de 1933, el imaginario
del Jesucristo niño y el Jesucristo vencido como características del cristianismo implantado en las co-
lonias hispanoamericanas, en contraste con el Cristo victorioso y activo que predicarán los evangélicos.
Ambas perspectivas, la de Dawson y la de MacKay parecen verosímiles (aunque no se encuentren pro-
badas empíricamente) al contemplar los infinitamente numerosos altares coloniales de las ciudades de
Cuzco y Lima, ejes de la suplantación de una cultura por otra (incaica primero, colonial ibérica después),
centrados en la Virgen Dolorosa, el hijo destrozado de rodillas y acostado (quizás como un quechua que
trabaja en la mina) y el Dios representado escasamente, por medio de un triángulo, algunas veces como
el rostro de un anciano. En las procesiones de la Semana Santa en Lima (según mi registro personal de
campo, 2007), los que transportan la imagen de Jesús lo inclinan tres veces en señal de salutación hacia
la Virgen Dolorosa, la madre del Jesucristo roto que sufre consternada por su hijo, transportada por otra
agrupación de laicos. Luego ambas representaciones marchan en caravana. Tanto el ajuar de los y las
integrantes de las cofradías (las damas con peinetones y mantillas) como la música de las bandas de
bronces, reflejan la influencia colonial ibérica. Nada representa al indio, pero quizás lo hacen la quebran-
tada figura de Jesús y el dolor de su Madre.
42 Puede verse una fotografía de las carpas de campaña de Annacondia en las páginas centrales de
su trabajo de 1997: ¡Oíme bien Satanás! Tres carpas son levantadas en cada campaña al aire libre. La
mayor de ellas con capacidad para cinco mil personas es utilizada como auditorio central, donde An-
nacondia predica y llama a la conversión. La siguiente para librería y consejería espiritual, y una tercera
destinada al área de liberación de los “manifestados”.
43 La misma estructura se deja ver en el siguiente relato de un sacerdote católico. El diálogo tiene lugar
con un demonio infuso en una chica, soldado a su vez de un demonio de rango más alto. Es un diálogo
136
Capítulo 3 El evangelio de poder
• Espíritus con influencia territorial. Los pasos de GE son los siguientes. (1)
Estudiar un área, ciudad o barrio, desde la perspectiva de la historia, antropología
cultural y demografía, para identificar espíritus de religiones primitivas, pecados y
traumas colectivos del pasado. (2) Búsqueda de discernimiento, orar sobre la infor-
mación obtenida pidiendo a Dios discernir espiritualmente las puertas, “potestades
y fortalezas”. (3) Mapeo espiritual, trazar “mapas espirituales” de potestades y áreas
de influencia.44 (4) realizar campañas de oración de guerra por sectores sobre ba-
rrios, monumentos paganos y casas.45 Finalmente o al mismo tiempo, tienen lugar
las campañas de evangelización a partir de la creencia de que el espacio ha sido
liberado de las ataduras para la influencia de la evangelización.
El pionero en la difusión local de la GE como guerra contra espíritus de opre-
sión personal (guerra al ras del suelo según el lenguaje de Wagner) fue el evangelista
Carlos Annacondia a partir de los años 80 con sus campañas de evangelización,
la “carpa de liberación” y el entrenamiento de equipos de personas para conducir
“manifestados” a la carpa de liberación y hacerles la ministración. En las campañas
de Annacondia siempre el marco interpretativo de la acción colectiva tuvo como
meta del movimiento la conquista de la “Argentina para Cristo”. Pero las tácticas de
liberación se dirigían a los individuos. El lanzamiento o instalación de la GE como
una corriente de moda entre los conservadores bíblicos, que trascendió desde los
neopentecostales hacia congregaciones evangelicales, tuvo lugar (siguiendo en esto
el relato de Wagner) luego del segundo Congreso de Evangelización Mundial con-
vocado por el Comité Internacional de Lausana, en Manila, 1989. A partir de en-
de GE. Una chica (que de acuerdo con el léxico evangélico sería una manifestada) “me miraba con odio
y se retorcía como si estuviera descompuesta. Antes de comenzar el exorcismo le pregunté: ¿por qué
estás aquí?
-Porque me enviaron, contestó. Ella me fue consagrada a mí.
-¿Y quién te la consagró?
-¡Ah! ...Eso no te lo voy a decir.
Mostrándole la cruz, lo amenacé: Este te va a echar. Se rió: ja...ja...jaaaa..., y dijo: a ese ya lo vencí.
Le dije: eso lo vamos a ver. Entonces le arrojé agua bendita y comencé a rezar Luego de una hora de
plegarias, se escuchó una voz que dijo: ¡abandono!, y la chica recobró su conciencia.” (Relato del padre
Carlos Alberto Mancuso, párroco de la iglesia de San José, ciudad de la Plata, La Nación, 14 de febrero,
1999, p. 11, reportaje de Jorge Rouillón con la colaboración de Jesús A. Cornejo, original sin resaltados).
44 La cartografía espiritual (spiritual mapping) junto con el estudio de macrotendencias constituye un
capítulo importante de la GE y la industria cultural del movimiento. Se destaca el libro The Last of the
Giants (El último de los gigantes), de George Otis Jr, 1991 dedicado al estudio de los sistemas políticos
y religiones como el hinduismo a la luz de las fuerzas espirituales. Otis presta una especial atención a la
caída de la Unión Soviética. El tema del mapeo espiritual fue difundido en la Argentina en nuestro lapso
de estudio principalmente por el pastor Víctor Lorenzo. Véase Lorenzo, 1995: Cómo evangelizar una
ciudad dedicada a las tinieblas. También Silvoso, 1995: La potencia de oración en Argentina, y Silvoso
1994: That none should perish. How to reach entire cities for Christ through prayer evangelism.
45 Para amplificar la información sobre oración de guerra véase Wagner, 1993: Oración de Guerra.
¿Cómo buscar el poder y la protección de Dios en la batalla para construir su reino?; 1995c: Escudo de
oración, y 1998: Oremos con poder. Cómo orar con efectividad y oír claramente la voz de Dios.
137
Ciudadanos de dos mundos
tonces cobró fuerza la difusión de la GE “a nivel estratégico”, con las tácticas de oración
para liberar y “conquistar ciudades”. Esta difusión tuvo lugar en los Estados Unidos, la
Argentina y otros países. En la Argentina, esta difusión se integró en forma sinér-
gica dentro del marco de la GE ya existente desde las campañas de Annacondia.46
La fecha aportada por Wagner indica una época aproximada de énfasis en el
tema de la GE y de plasmación posiblemente de la importancia que esta asumiría
en el pensamiento de algunos neopentecostales. Pero ya desde 1987 Evangelismo
de Cosecha, con un liderazgo central en este sentido por parte de su fundador Ed-
gardo Silvoso, era en un canal de distribución de la corriente de la GE basada en
el sistema de oración de conquista de ciudades. Varias ciudades de la Argentina, y
Pasadena a una hora del centro de Los Angeles, donde Wagner trabajó de profesor
e investigador del Seminario Fuller durante muchos años, fueron un laboratorio de
las teorías de la GE para la evangelización. El conjunto más importante de hechos
en la Argentina tuvo lugar en Resistencia, capital de la provincia del Chaco, entre
1989 y 1992. El “Plan Resistencia” (Silvoso, 1994: That none should perish, pp. 42-
55), abarcó cursos, talleres y reuniones de oración de guerra en lugares públicos.
La Conferencia de Evangelismo de Cosecha de Resistencia, en Octubre de 1990, tuvo
como oradores centrales al evangelista Carlos Annacondia (una noche), el reveren-
do Omar Cabrera de Visión de Futuro (dos noches) y el pastor Edgardo Silvoso
(seis noches), siempre a partir de las 20 horas. Las reuniones al aire libre eran tras-
mitidas por Radio Chaco. Paralelamente Silvoso por las tardes hizo durante seis días
un programa de televisión titulado “Resistencia es tiempo de Dios” por el Canal 3
de San Fernando, localidad próxima a Resistencia, Canal 13 de Corrientes y ciu-
dad ubicada frente a Resistencia al otro lado del río Paraná. Este caso es un buen
ejemplo del despliegue de los recursos y la industria del movimiento social religioso.
46 Actor central del fenómeno, Wagner dice al respecto: “Hasta que no llegó el magnífico Congreso
de Lausana sobre la Evangelización Mundial en Manila, en el verano de 1989, no aprendí realmente en
cuanto a la verdadera batalla” (Wagner, 1993: Oración de Guerra. ¿Cómo buscar el poder y la protección
de Dios en la batalla para construir su reino? p. 48). Esta anécdota marca la entrada del concepto de GE
en los proyectos de evangelización y “crecimiento de la iglesia” llevados adelante por los conservadores
bíblicos. La GE pasa a ser la antesala de la evangelización e incluye la oración de liberación y conquista
de ciudades.
138
Capítulo 3 El evangelio de poder
como sucede con la unción y la GE. La TP permite reconocer en ella dos aspectos
a los que nos vamos a referir a continuación: (a) la persistencia de relaciones con las
raíces del ascetismo calvinista, en la medida en que éste asocia salvación y señales en
la prosperidad; (b) la manera en que las modifica o subvierte cambiando el método
ascético por el milagro inmediato para el hombre o la mujer que hace un pacto
con Dios. En este punto vamos a incorporar junto a las referencias de sociólogos,
los aportes de pastores y teólogos que formulan un análisis de tipo sociológico,
especialmente rico a partir de su experiencia de insideres: Alberto Roldán de la Ar-
gentina, Silveyra Campos y Gouvea Mendonça del Brasil, Martín Ocaña Flores del
Perú, Arturo Piedra, Heinrich von Schäfer y Franz Hinkelammert de Costa Rica.
El núcleo de la TP es que los creyentes son hijos del Rey, y tienen derecho a
recibir un tratamiento especial porque gozan de una relación especial con su Padre
celestial, que hizo todas las cosas y sigue siendo dueño del universo (Piedra, 2004).
En segundo término, los cristianos para prosperar deben brindar sus diezmos y
ofrendas a las iglesias (Oro, 1992; Mariano, 1996; Roldán, 1999) porque la prospe-
ridad está asociada a un quid pro quo entre el creyente y Dios que se basa en ideas
del Antiguo Testamento. En tercer término, la GE contra la influencia de Satanás
“desata prosperidad”. En cuarto término, el mundo como un mundo de bienes en
manos de los impíos debe ser conquistado por los cristianos.
La TP aduce que el pecado de Adán hizo perder la productividad al hombre
(Ocaña Flores, 2002, 2005) mientras que la pobreza no es la voluntad de Dios
(Silveyra Campos, 1999). Satanás es capaz de atar las personas, trabar los caminos
y someterlas a la pobreza, el fracaso y la depresión, como hizo con Adán y Eva. Los
victoriosos en Cristo no derrotan hombres ni mujeres sino malos espíritus. Por eso
la prosperidad está estrechamente ligada con la GE (Ocaña Flores, 2002) y con
el principio de “vivir como victoriosos, no como víctimas”. Así la prosperidad y la
GE terminan siendo marcos interrelacionados en la unción de Dios. Esta atribuye
poder, rompe las ataduras de Satanás y desata prosperidad. A través del inmediatis-
mo del milagro la TP revierte la tradición calvinista ortodoxa de postergación del
goce de los bienes materiales (Hinkelammert, 1970: 200-204) y la sustituye por la
creencia en el hijo del rey que debe reconocer sus derechos, aspirar adueñarse de los
bienes materiales y disfrutarlos. Debemos pensar en positivo como hijos del rey y
aspirar a la herencia celestial como hijos del rey. Este concepto de hijos del rey nos
remite a una tradición de cuño estadounidense del siglo XIX que pasó por el filtro
neopentecostal a partir de la década de 1980.
139
Ciudadanos de dos mundos
47 El primer autor de vasta difusión pública fue Bruce Barton. Exponía las destrezas de Jesús como or-
ganizador y publicista en su obra de mayor venta: The Man Nobody Knows (Allen, 1964: 214-216.). Pero
fue Ortison Sweet Marden, autor de El secreto del éxito, quien ubicó la palabra clave en el título de uno
de sus trabajos: Cada hombre un rey. Por otro lado la idea se desenvolvió en un enfoque desconectado
de la religión evangélica y así: “El simbolismo del hombre común que sube al estado de realeza econó-
mica (...) encontró quizás su expresión definitiva en las palabras de alguien que sabía de qué hablaba,
Andrew Carnegie: Sé un rey en tus sueños. Dite a ti mismo: Mi hogar está en la cumbre” (Merton 1965,
e.o. 1949: 147). Merton trabajó sobre materiales de dos tempranas tesis al respecto, The American Cult
of Success, de A.W. Griswold, 1933, Universidad de Yale, y Personality Schools: A Sociological Análisis,
de R.O. Carlson, Universidad de Columbia, 1948. Andrew Carnegie, a quien se refiere Merton, fue un
“pequeñuelo escocés empobrecido que comenzó a trabajar con una paga de dos centavos por hora
y finalmente donó trescientos sesenta y cinco millones de dólares (...). Fue a la escuela durante cuatro
años solamente, y sin embargo aprendió a tratar con los demás”. Así lo describe Dale Carnegie (How to
win friends and influence people, 2006: 62, e.o., 1936). Dale, que llevaba un idéntico apellido, también
comenzó de la nada.
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Además escribió The positive power of Jesus Christ. La personalidad de Peale fue compleja, hizo un
trabajo de fabricación de ideas muy ecléctico.
140
Capítulo 3 El evangelio de poder
Singapur, países con prósperas economías emergentes.49 A partir de los años 80, en
efecto, la transnacionalización de las ideas del polo conservador bíblico del campo
evangélico, en especial las del sector neopentecostal, funciona desde una multiplici-
dad de nodos (Colonomos, 1995, 1996, 2000, 2001; Bastian, 2001c).
Observada en una perspectiva histórica de mayor alcance, esta teología pone en
evidencia la persistencia de rasgos característicos del sector evangelical y su bús-
queda de comunión íntima con Dios. La TP enfoca la religión en los términos
sistematizados por William James en su análisis de los creyentes ascéticos de di-
cho período: como una extensión del concepto de relación intensamente privada y
práctica con Dios ( James, 1902, edición 1986: 516) y como una religión que presta
servicios (ídem: 504). Por consiguiente –anota James– Dios es un socio en los negocios,
de la misma manera que Jehová fue un socio para los hebreos del libro del Génesis, si cum-
plían su pacto. Y las virtudes ordenadas por Dios eran practicadas por la esperanza
de retribución (Weber, 1922, edición, 2004: 396). A seguir la utilidad de la religión
constituye el mejor argumento de la veracidad, “la prueba visible de que nuestro
Dios y Padre es el mismo padre leal que siempre ha sido” (testimonio del creyente
George Müiller, reproducido por James, op. cit.: 515).
Pero la TP de las décadas de 1980 y 1990 en el contexto neopentecostal, no
encaja en el molde del ascetismo calvinista que habría sido el núcleo cultural del
capitalismo y tenía una dimensión subjetiva en la disciplina de la vida del cristiano
que todo el tiempo se escudriña a sí mismo para saber si está en el camino del Se-
ñor. No representa una continuación del espíritu puritano y en cambio lo subvierte.
• Si el ascetismo piadoso dispone al ahorro ordenado para llegar a ser rico más
adelante, en esa conducta el ascetismo puritano encuentra la única fuente de la
certitudo saluti (Weber, 1922: 398, 426). De tal especie habría sido la lógica de
Franklin, el ascético emblemático de los estudios de Werber sobre las relaciones
entre protestantismo y capitalismo. Existe una diferencia en el neopentecostalismo.
La orientación ascética hacia lo económico como un orden y una disciplina, sufre
una modificación en la TP con la traslación de lo económico al plano del milagro
dependiente de la esfera sobrenatural que interviene en la vida cotidiana del creyen-
te mediante la infusión del poder. Exacerbada en el neopentecostalismo y conectada
al milagro de prosperidad, la idea del éxito busca la certificación del pacto en el
resultado inmediato. Esta distancia con la actitud del método ascético puritano
es corroborada por el análisis sociológico en la Argentina (Maróstica, 1997), en el
49 Las principales obras que difundía Tay, predicador de Singapur, eran Una ruta hacia la prosperidad
(tres volúmenes), Seminario de explosión en las finanzas (nueve casetes y cinco videos). Véase El Puente,
diciembre de 1994, p. 31. En la misma época Tay publicó un artículo titulado Ruta hacia la prosperidad en
El Predicador (diciembre, p.16) y allí expresó: “Principio 2: Sociedad del hombre con Dios. Cuando estés
en sociedad del hombre con Dios, no esperes que todos sean agradables contigo, alguien te tratará mal.
No es otro que el diablo. El odia cuando haces mucho dinero y financias el Evangelio”.
141
Ciudadanos de dos mundos
Brasil (Mariano, 1996, Gouvea Mendonça 1997 y 1989) y el Perú (Ocaña Flores,
1999). En esta perspectiva, la TP encaja perfectamente en el molde de la justicia
divina como una teodicea de la felicidad: toda religión que identifica la bendición
con el éxito terreno provee esta clase de explicación de la relación entre la justicia
divina y el mal (Berger, 1961: 110). Los que viven en la felicidad son los que reciben
favores de los dioses. Los miserables, no favorecidos por los dioses, son impuros.
Por el contrario, la teodicea del sufrimiento provee una explicación de otra clase (y
una legitimación simbólica) para la pena que debemos aceptar como parte del Plan
Divino que nos reserva cosas mejores que vendrán después del fin de la historia en
sentido humano.
• La TP subvierte el sentido negativo que el ascetismo radical le da al mundo y
lo resignifica como un mundo de bienes que el creyente debe destrabar y conquistar
por derecho propio (es hijo del Rey). La TP está asociada a una demonología que
lleva el problema del origen del mal a la sublevación del demonio en el reino angéli-
co antes de la aparición de Adán. A partir de ahí explica la desgracia, y la manera de
apartarse de la desgracia mediante tácticas de GE y espíritu de conquista y victoria
sobre el mundo como un mundo de bienes. El evangelio de poder, riqueza y salud
que ocupa el lugar del evangelio del sufrimiento y resignación parece el principal
aporte neopentecostal general a la cultura evangélica y el punto donde produce la
mayor subversión del modelo misionero. La ruptura con los estrechos marcos del
rigorismo misionero, depositado en los vicios, las diversiones, el aspecto personal
(siempre asociado al intimismo de la oración silenciosa, el sentimiento de pecado
y el examen continuo de “mi andar personal con Cristo” que en definitiva es un
continuo examen de la propia santidad) es acompañado y superado por el énfasis
en el poder que viene de lo alto y soluciona problemas aquí en la tierra. Una religión
de raíz popular, expansiva, de dominio sobre las circunstancias de la vida y reapro-
piación (simbólica) del mundo de vida (von Schäfer, 1993 y 1997: ¡Oh Señor de los
Cielos, danos poder en la tierra!).
142
Capítulo 3 El evangelio de poder
abundancia es que al conocer a Cristo Jesús recibimos el poder para cambiar y reem-
plazar la pobreza por la prosperidad.
Finalmente a la concepción de Dios socio del hombre por medio del pacto, la
TP le agrega consecuencias que no dejan de ser afines a las lógicas de los patriarcas
del Antiguo Testamento así como lo es la idea del pacto con El Señor: los creyentes
deben avanzar sobre el mundo, conquistar territorios y gozar de sus bienes. ¿Qué
bienes? Los mismos que usan los impíos: casas, autos, vacaciones. Héctor Aníbal
Giménez lo expresaba en sus predicaciones en el templo de la iglesia Ondas de
Amor y Paz: el dinero de los impíos tiene que ir a las manos de los cristianos. En la
misma época varios opúsculos escritos por el pastor Héctor Aníbal Giménez se
referían especialmente a la vida victoriosa en el sentido de la TP: Resiste en positivo,
Bendición de la cadena de los 7 días (cadena de oración por milagros, muchos de ellos
de prosperidad), Claves para una vida victoriosa, Victoria sobre Satanás, El poder de la
fe, El éxito de los vencedores. Annacondia mientras tanto, no había incorporado la TP.
Su discurso seguía anclado en ese aspecto en el modelo misionero:
Mira, yo puedo decirte algo esta noche, tu nombre, está escrito en el libro de la vida.
Mira, aunque tengas tu nombre escrito en cien escrituras aquí en la tierra, eso un
día lo dejas, lo vas a tener que dejar aquí. Pero si tu nombre está escrito allá arriba,
entonces te puede decir que tienes la propiedad mejor del mundo allí en el cielo. Y
si eres muy pobre aquí, tan pobre en la tierra, que ni tienes siquiera dónde recostar
tu cabeza, te quiero decir que eres el hombre más rico de la tierra porque allí en
el cielo te espera un tesoro (Cassette titulado El hombre más rico, cuyo contenido
constituyó la predicación de Carlos Annacondia en una campaña de evangelismo en
el Paraguay, Wynarczyk, 1989b: 137).
143
Ciudadanos de dos mundos
144
Capítulo 3 El evangelio de poder
50 Cf. especialmente en la tesis de Pousson, 1990, el capítulo 4, “From denominations to networking: a
charismatic megratrend”. Para una verificación concreta de este tipo de esta estrategia en acción, cf. Ca-
pítulo Seis: “Lo fundamental de las redes apostólicas” en Wagner 2000a: Terremoto en la iglesia. La nueva
reforma apostólica está sacudiendo la iglesia que conocemos. Nashville, Caribe – Betania, pp. 128–157.
51 Los consejos pastorales son redes locales de pastores de diferentes iglesias (del norte del Gran
Buenos Aires, de la Capital Federal, de la ciudad de Rosario) que se reúnen periódicamente y organizan
proyectos en común. Estos consejos tienen sus precedentes desde la década de 1960 en los consejos
de pastores que tomaban a su cargo la organización de una campaña de evangelización y que solían
llamarse “comité de campaña” o “comité de campaña unida”. Un balance de estos consejos en los años
90 muestra que su desarrollo es desparejo a lo largo de la Argentina (Saracco, 1994). Las evidencias
siguen siendo similares en la década del 2000. En el año 2005 dos mega-consejos provinciales reúnen a
todos los consejos de la provincia de Santa Fe y de Buenos Aires, respectivamente.
145
Ciudadanos de dos mundos
7.2. Megaiglesias
La difusión de megaiglesias es el dispositivo central del proceso de crecimiento del
campo evangélico basado en el marco dominante de la unción a partir de los años
80. Vanguardia del crecimiento evangélico, los megaministerios forman parte del
subsector neopentecostal (capítulo 2). Las megaiglesias funcionan como nodos de
redes independientes, aunque formalmente puedan pertenecer a alguna denomina-
ción del pentecostalismo clásico, como por caso la Unión de las Asambleas de Dios
(UAD). Sus cultos concentran multitudes en grandes iglesias o cines adaptados,
en cruzadas de evangelismo, estadios o carpas. En las cruzadas de evangelismo su
principal apoyo son las iglesias asociadas en “consejos pastorales”. Las megaiglesias
pueden tener anexos en otros barrios, localidades o provincias y organizaciones
internas de estudio y oración segmentadas con criterios de edad, sexo y otros. Tam-
bién promueven y organizan las visitas de evangelización de sus líderes a otros paí-
ses, reciben predicadores de otros países y establecen líneas de afinidad y eventuales
acciones asociadas con megaiglesias de otros países. Por ejemplo con el ministerio
de Benny Hinn, o Reinhard Bönnke (Alemania).52
El fenómeno de las megaiglesias está muy relacionado con grandes espacios
urbanos (Vaughan, 1987 Megachurches and America’s cities: How churches grow;
52 En la “cruzada de fuego” del 24 al 29 de noviembre de 1992 en Buenos Aires, Reihard Bönnke era
presentado como “uno de los hombres de Dios contemporáneos que más personas está llevando a los
pies de Cristo” (Apuntes Pastorales, v. IX, n. 5, abril-mayo, p. 13). Bönnke también hacía cruzadas en
Africa. Su megaministerio es tema de análisis en el trabajo de Engel et al., 1993, que compara fenóme-
nos análogos en África y América Latina.
146
Capítulo 3 El evangelio de poder
Wagner, 2000a: Terremoto en la iglesia. La NRA está sacudiendo la iglesia que cono-
cemos; Guiness, 2003: El fenómeno de las megaiglesias. Una perspectiva crítica). Si en
general las iglesias del polo conservador bíblico reflejan una actitud utilitarista ha-
cia los recursos tecnológicos del “mundo” (Horsfield, 1984: 7 y 8), especialmente
las megaiglesias emplean todos los medios tácticos que les permitan multiplicar la
propagación del mensaje. Paralelamente a los cultos y las cruzadas desarrollan una
industria de publicaciones impresas, grabación y difusión de audiotapes, programas
de radio y TV.
Desde el punto de vista de la organización eclesiástica se registra un contraste
importante. (1) Las megaiglesias funcionan centradas en el liderazgo originario
de un pastor o un matrimonio pastoral y en el carácter carismático del ministerio
religioso (Wagner, 2000a: Terremoto en la iglesia, pp.: 148-150; Guiness, 2003: El
fenómeno de las megaiglesias. Una perspectiva crítica, pp. 11-42). La autoridad se basa
en un dominio legitimado por el marco interpretativo de la unción. El manejo de
las relaciones internas tiende a ser básicamente vertical. (2) Las iglesias del modelo
misionero funcionan divididas en congregaciones gestionadas de acuerdo con las
reglas de la democracia moderna basada en la asamblea anual, comisiones de trabajo
con reuniones periódicas, nombramiento de tesoreros y elecciones.
Visión de Futuro del reverendo Omar Cabrera fue la primera megaiglesia de
la Argentina, con nodos centrales en las ciudades de Santa Fe y Buenos Aires.
Comenzó su desarrollo en 1972 como una iglesia pentecostal y alcanzó su auge
máximo como un megaministerio neopentecostal en 1985 con 145.000 asistentes a
los cultos estimados de acuerdo con las mediciones de la propia organización, para
luego descender al orden de los 80 o 90 mil (Wynarczyk, 1989b). Posteriormente
Carlos Annacondia comenzó sus campañas en 1981, organizó la agencia evange-
lística en 1984 (Mensaje de Salvación) y alcanzó su auge en 1986 (Wynarczyk, op.
cit. y 1993a). En tercer término Ondas de Amor y Paz del pastor Héctor Aníbal
Giménez comenzó en 1982 y en su momento de auge entre 1989 y 1991 llegó a
tener una circulación estimada de 14 mil personas diarias por el templo central y
una red de setenta sedes afiliadas (Wynarczyk, 1989b). Luego se añadieron al auge
del “evangelismo de poder” los megaministerios de otros líderes carismáticos: Rey
de Reyes (Claudio Freidzon), Catedral de la Fe (Osvaldo Carníval), Presencia de Dios
(Bernardo Stamateas), son los tres más notables. Otras figuras de la constelación de
notables evangelistas son los pastores Juan Crudo, Ricardo Cabrera (sin parentesco
con Omar), y Dante Gebel, cuyo ministerio consiste básicamente en la organiza-
ción de grandes eventos en el Luna Park y estadios de fútbol abiertos, orientados
hacia adolescentes y jóvenes, con un gran despliegue de recursos tecnológicos to-
mados de la industria del teatro y la cinematografía. Al interior de la Argentina
también se desarrollaron algunos megaministerios. En la ciudad de Rosario la filial
de Visión de Futuro, presidida por el pastor Charly Olá, y la Iglesia Misionera Argen-
147
Ciudadanos de dos mundos
tina, del pastor José María Silvestri. Esta última incluye el importante Canal Luz
TV. En Córdoba el Ministerio Evangelístico Dios es Amor, MEDEA, presidido por
el Apóstol Raúl Alberto Villareal. Este megaministerio posee el Atlético Medea Club
que juega en la liga de fútbol de Córdoba.
Pero sin dudas el que mayor impacto causó sobre el ciclo de movilización evan-
gélica en la Argentina fue el ministerio de Carlos Annacondia desde los inicios de
los años 80. Este impacto se hizo sentir como lo hemos indicado, en la ruptura con
el modelo misionero, el establecimiento de un nuevo marco interpretativo domi-
nante basado en la unción, y la apertura de espacio para la acción de otros pastores
que a su vez contribuyeron a la extensión del marco interpretativo con sus pro-
pias innovaciones (Maróstica, 1997) y al crecimiento cuantitativo del movimiento
evangélico. El ministerio de Annacondia también influyó en el manejo de técnicas
de micromovilización que fueron reproducidas e innovadas por los otros líderes.
La organización de las campañas de Annacondia puso de manifiesto la enorme
capacidad de generación y manejo de estructuras complejas por parte del liderazgo
evangélico, con numerosos roles de pastores y colaboradores situados en varios ni-
veles dentro de las campañas luego de recibir una capacitación (Wynarczyk, 1989b,
1993a; Maróstica, 1997; Gómez, 1998). Annacondia secundado por un staff de
operadores, Omar Cabrera en su iglesia Visión de Futuro con la co-dirección de
su esposa Marfa, y Héctor Aníbal Giménez, también rodeado por un staff y su
propia esposa, dotaron a sus organizaciones de complejos organigramas altamente
funcionales. Giménez reveló una gran capacidad de creación de roles sociales que
podían darle cabida a personas desocupadas o mal incluidas socialmente (Wynar-
czyk, 1989b). Luego hicieron lo mismo otros pastores como Freidzon, Carníval,
Stamateas, cuyas organizaciones llegaron a ser las más complejas.
Los megaministerios generaron otro efecto de innovación táctica: las parejas pastora-
les que desempeñaron un importante papel en la micromovilización a través de la
predicación y el manejo de áreas del mismo ministerio, especialmente en relación a
las mujeres. Los protestantes del polo histórico liberacionista ya tenían en la década
de 1980 mujeres graduadas en teología y ordenadas pastoras, pero la presencia de
los matrimonios pastorales fue una innovación de los conservadores bíblicos del
subsector neopentecostal que alcanzó su plenitud en las parejas pastorales con halo
estelar y mediático. Omar Cabrera y su esposa Marta de Cabrera presidente tem-
poraria del ministerio femenino Aglow. Héctor Aníbal Giménez y la hermana Irma
que predicaba en la televisión. Claudio y Betty Freidzon, copastora y codirectora del
Ministerio a las Naciones. Osvaldo Carníval y Alejandra Carníval que conduce cultos
y predicaciones. Bernardo Stamateas, y Alejandra Stamateas en el área de mujeres.
En cuanto a Carlos Annacondia, su esposa María Annacondia esporádicamente
actuó compartiendo el ministerio Mensaje de Salvación.
El trabajo de las megaiglesias es acompañado en ocasiones por agencias parae-
148
Capítulo 3 El evangelio de poder
53 La incorporación de funciones propias de otros subsistemas planteada en estos términos es llamada
técnicamente “pilarización” (“pillarization”, construcción de pilares de la sociedad, Dobbelaere, 1989;
Dobbeleare y Voy, 1990). La expresión suena extraña en español. Preferimos utilizar la frase “ampliación
de funciones”.
149
Ciudadanos de dos mundos
líderes más avezados o que se supone que han sido empoderados por la unción en
el ejercicio de la sanidad y la liberación.
La actividad musical, con estándares de calidad muy alto, incluye dos líneas de
trabajo. De un lado la presencia en calidad de invitados de solistas de música cristiana
pop como Marcos Witt, figura emblemática proveniente de México. Asimismo, el
desarrollo local de “rock cristiano latino” o rock blanco. Este desarrollo se orienta a
crear un espacio de rock separado de los valores seculares. Supuestamente el rock, es-
pecialmente el metal-pesado, estaría asociado al satanismo. El rock cristiano brinda
recitales, acompaña cruzadas evangelísticas y protege la frontera identitaria del mo-
vimiento al ofrecer un rock alternativo. En segundo lugar persigue el reconocimiento
de los medios seculares. El grupo más sobresaliente en la Argentina ha sido RESCA-
TE: Reyes en Servicio de Cristo Ante Tiempos Extremos. Su fe en el sacrifico vicario de
Cristo como único medio de salvación queda plasmada en la canción emblemática:
Quitamancha. La actividad de las bandas, es difundida en una sección dedicada a los
jóvenes en El Puente y el envío de newsletters electrónicos de excelente diseño gráfico.
En la misma línea roquera trabaja el movimiento Jesús Worriors (Guerreros de Jesús,
rama argentina), ligado con ideas del marco interpretativo de la unción y la GE.
De un modo análogo tienen su lugar los esfuerzos para formar capellanes para
las cárceles, hospitales y fuerzas de seguridad. Estas actividades canalizan la pulsión
evangelizadora pero al mismo tiempo procuran consolidar el prestigio de las iglesias
evangélicas frente a la sociedad civil y el Estado. En este punto debemos aclarar una
diferencia. Esta actividad forma parte del movimiento social evangélico pero –poco
conectada a los megaministerios neopentecostales y su énfasis en las multitudes
urbanas– en cambio depende de las congregaciones pentecostales y evangelicales
más tradicionales (las que menos se han apartado del modelo misionero) así como
de las federaciones de iglesias. En 1984 los evangélicos crearon una estructura espe-
cializada llamada SACDEM, Servicio Asistencial Cristiano al Detenido y al Enfermo
Mental (El Puente: Una tarea de misericordia. 21 años de servicio). La mayor parte del
trabajo con los servicios penitenciarios se ha basado en la formación de iglesias dentro
de las cárceles, concurridas y manejadas por los presos, con sólidos vínculos fraternales
en congregaciones extramuros. Estas pasaban a funcionar como nodos de redes
autónomas de poca extensión. En 1986 cuando el crecimiento del movimiento
evangélico ingresaba en su quinquenio de mayor auge, las cárceles eran reconocidas
en el periodismo evangélico como “tierra fértil para Dios” y la presencia de los evan-
gélicos comenzó a hacerse patente en las unidades penitenciarias de la provincia de
Buenos Aires. Durante los años 90 y el 2000 los evangélicos demostraron que su
cultura contenía la violencia entre los presos.54 Solamente en el ámbito de las cárce-
54 (1) Motines en el penal de Sierra Chica, provincia de Buenos Aires, 1996. Véase El Puente, 1996: “Qué
hicieron los presos evangélicos durante los motines en las cárceles. El análisis de Samuel Desimone”.
150
Capítulo 3 El evangelio de poder
les se han consolidado los evangélicos de una manera significativa frente a la mirada
de una agencia del Estado, en este caso el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB),
pese a que no gozan del mismo estatus jurídico que los capellanes católicos (Pablo Morosi,
2002: “Un penal de Olmos donde solamente se aloja a evangelistas”, La Nación, 27
de octubre, p. 20; Lucía Fernanda Volpe, 2003: “La palabra de Dios al detenido”,
El Puente, octubre, p. 20; El Puente, 2004: “Una tarea de misericordia. 21 años de
servicio”). ACIERA, principal representante de los intereses colectivos del polo
conservador bíblico, desde su área de Enseñanza, Evangelismo y Misiones, comenzó
en el 2000 a dictar cursos de capacitación de capellanes de cárceles y hospitales. En
el 2003 los evangélicos han iniciado un esfuerzo de preparación de capellanes con
estudios de nivel terciario por medio de la FIET, Facultad Internacional de Estudios
Teológicos, de orientación pentecostal neoclásico (de acuerdo con nuestra taxono-
mía, capítulo 2) presidida por los pastores Norberto Saracco y Alberto Roldán,
ambos con doctorados en teología.
Como el grado de autonomía de las nuevas organizaciones depende de recursos
financieros (Zald y McCarthy, 1987: 81; Corten y Mary, 2000) la consecución
de tales recursos por parte de iglesias que no cuentan con subsidios del Estado
constituye un problema y origen de críticas hacia los pastores evangélicos, es-
pecialmente los neopentecostales (Oro, 1992; Silveyra Campos, 1999). Toda vez
que los recursos vienen básicamente de los creyentes locales, la consecución de
dinero exacerba prácticas de “levantamiento de ofrendas” y el énfasis en la TP que
implica un quid pro quo del creyente con Dios por medio del pacto y la donación
de ofrendas dominicales, ofrendas especiales y diezmos. El problema del dinero
se acentúa en la vida cotidiana de las megaiglesias, debido a su profusa actividad
mediática. Las estructuras eclesiales necesitan dinero para radios, TV, publica-
ciones, viajes, alquiler de estadios, visitas de evangelistas y músicos que reciben el
dinero en concepto de gastos y honorarios, bajo el eufemismo “ofrenda de amor”.
El cálculo de los recursos necesarios y la seguridad de contar con ellos para las
fechas de los compromisos completa luego la dirección racional a imitación de
las empresas (Engen, 1997). En este punto se deja ver la tangencia in paradox de
una movilización social religiosa basada en el marco interpretativo de la unción de
poder, que desde la racionalidad moderna podría ser descalificada como arcaizan-
te, y la aplicación de las técnicas de gestión del mejor resultado en relación con el
(2) Motín en el penal de Coronda, provincia de Santa Fe, 2005. Véase: Clarín.com, 14 de abril del 2005:
“Masacre en la prisión. Dramático testimonio de un preso que es pastor evangélico. “Era tremendo escu-
char los gritos, ahora no puedo dormir”. Asimismo: Clarín.com, 14 de abril del 2005; La Nación On Line,
16 de abril del 2005; Clarín.com, 17 de abril del 2005. Del periodismo de Coronda véase: El Ciudadano,
14 de abril del 2005, La Región, 17 de abril 2005. Informaciones del periodismo de Rosario, principal
ciudad de la provincia de Santa Fe, véase: La Capital, 17 Abril 2005. Todas estas fuentes exhiben el papel
de los evangélicos como una fuerza que no se plegaba a la violencia o detenía la violencia.
151
Ciudadanos de dos mundos
55 La siguiente es una lista de eventos con presencia de apóstoles y profetas de otros países, mayor-
mente hispanoamericanos y caribeños. El principal promotor de tales visitas en la segunda mitad de la
década de 1990 fue el Ministerio Cristo la Solución del pastor Juan Crudo. En Julio de 1996 organizó la
presencia de Carlos Annacondia y diversos evangelistas del exterior, entre los cuales se encontraban el
“apóstol de la palabra” Myles Munroe, de las Bahamas, John Avanzini, “apóstol de la prosperidad” de los
Estados Unidos y Dina Santamarina pastora visitante con unción profética proveniente de El Salvador. En
1997 otro similar con Raúl Vargas de Colombia, “apóstol en formar guerreros espirituales”. La agencia
paraeclesiástica Juventud con una Misión (JUCUM) organizó en 1997 conferencias en nueve ciudades
del interior de la Argentina con el pastor Alejandro Rodríguez, “que trae un mensaje profético para la
iglesia latinoamericana”. En 1998, Ganando Nuestra Ciudad para Jesús, con un equipo profético de los
Estados Unidos y Trinidad Tobago. En 1999 un evento organizado por pastores de la ciudad de Santa Fe
denominado Santa Fe 99, trajo a Víctor Fredes Rosas, de Santiago de Chile, reconocido como profeta.
En Buenos Aires, el ministerio Poderosa Visión liderado por el pastor José Meneguzzi, organizó en 1999
una campaña con la participación de su esposa Graciela Meneguzzi, reconocida como profeta, y Sergio
Alvarizares, apóstol, fundador de MIES, la iglesia hispana más grande de la región de Oregon, con sede
en Pórtland y ochenta filiales. Posteriormente otros eventos trajeron repetidamente la presencia de pas-
tores que llegaron a ser muy conocidos en el contexto de la NRA en la Argentina: profeta José Satirio
dos Santos, brasileño radicado en Bucaramanga, Colombia, y su hijo Satirio dos Santos Jr.; Cash Luna,
pastor de Casa de Dios en Guatemala, reconocido como apóstol; Rony Chaves, pastor del Centro Cris-
tiano de San José de Costa Rica, reconocido como apóstol, uno de los principales de América Latina.
152
Capítulo 3 El evangelio de poder
56 Principales apóstoles. BUENOS AIRES: Pablo Deiros, Iglesia del Centro. Juan Crudo, Ministerio Cristo
la Solución. Walter Berlo, Ministerio Apostólico Jesucristo es tu Esperanza. ROSARIO: Aníbal Ghione,
Ministerio Jesucristo Pan de Vida. Oscar Jesús Sensini, Ministerio Internacional Redil de Cristo. Norberto
Carlini, Iglesia Santuario de Fe. CÓRDOBA: Alberto Villarreal, MEDEA, Ministerio Evangelístico Dios es
Amor, Alberto Belart, Iglesia Cita con la Vida. MENDOZA: Julio César Morellato, Ministerio Cristiano Je-
sús la Luz del Mundo. NEUQUÉN: Hugo Márquez, Primera Iglesia Bautista de Neuquén. Daniel Chamo-
rro, Iglesia Bautista de la ciudad de Plotier. JUJUY: Juvenal García, Templo Bíblico Maranatha. Algunos
participantes de eventos del movimiento de la NRA que no ostentan título de apóstol, de reconocida
actuación en el campo evangélico argentino, con sede en Buenos Aires: Carlos Mraida, ministra pala-
bra profética en clínicas pastorales internacionales promovidas por la Iglesia del Centro junto al pastor
Pablo Deiros. Jorge Himitián, de la Iglesia Comunidad Cristiana, fue coordinador local de la International
Apostolic Fellowship.
153
Ciudadanos de dos mundos
57 San Pablo, además de instituir la escala construyó “la separación entre apóstoles y pueblo de acuer-
do con el modelo de los miembros del cuerpo humano subordinados unos a otros” y este modelo marcó
profundamente el funcionamiento de la iglesia cristiana a partir de Dionisio, un clásico de la teología
católica (Debray, 1997: 52).
154
Capítulo 3 El evangelio de poder
La forma del movimiento presente había llegado a ser clara para muchos observa-
dores. Algunos la vieron mucho antes que yo. Me llevó hasta 1993 percatarme de
que había un modelo inusitado de bendición en ciertas iglesias en nuestros días. Sin
embargo, el movimiento no tenía un nombre general. Yo había notado que cuando
les pedía a mis alumnos en el Seminario Fuller que se presentaran al principio de
cada curso, los bautistas, luteranos, presbiterianos, nazarenos y los miembros de las
Asambleas de Dios (pentecostales clásicos) expresaban sin reservas su identidad,
pero no así los estudiantes de los nuevos grupos. Típicamente vacilaban y titubea-
ban en ese punto, a veces intentado usar algo de humor para cubrir su inseguridad
en cuanto a su identidad” (Wagner 2000a, e.o. 1999 Terremoto en la iglesia - la NRA
está sacudiendo la iglesia que conocemos, p. 35, interpolaciones mías).
58 El uso del concepto de “nuevo paradigma” en este caso, es exactamente el mismo presente en las
ciencias sociales a partir de Thomas Kuhn (1962): La estructura de las revoluciones científicas.
155
Ciudadanos de dos mundos
59 Wagner publicó otros aportes significativos con frecuentes referencias al “mover del Espíritu” en las
iglesias de la Argentina”, que preceden a la pieza bibliográfica mencionada. Los datos editoriales com-
pletos de las piezas que expondremos ahora se encuentran en la bibliografía. Especialmente véase en la
revista Ministries Today, sus trabajos de 1994: “Those amazing post-denominational churches”; y 1996a:
“The new paradigms of today’s emerging churches”. Asimismo el Prólogo (2000b), y el artículo (2000c)
“Cómo enlazar los apóstoles a los profetas” incluidos en el libro de Torres: Apóstoles y profetas. La res-
tauración de su influencia en el nuevo siglo. Asimismo véase en dicho libro de Torres, las contribuciones
de Eckhardt: “Autoridad profética; Pioneros espirituales; La GE y el ministerio apostólico”. El cimiento de
estas formulaciones de la NRA en el inerrantismo bíblico se encuentra explicado en Cannistracci 1996:
Apostles and the emerging apostolic movement. A biblicall look at apostleship and how God is using it
to bless his church Today.
156
Capítulo 3 El evangelio de poder
60 Hong, 1999: Vino nuevo en odres nuevos: la búsqueda de las pautas misiológicas ante los desafíos
posmodernos.
157
Ciudadanos de dos mundos
61 Ambos líderes poseen un nivel de formación académica más alto que el de los pastores evangélicos
en general, con doctorados en teología y formación en historia y pedagogía. Este dato, en el contexto de
la IBC sigue una secuencia de pastores con sólida formación en teología y humanidades, dedicados a la
docencia y productores de libros y artículos, a partir del mismo Pablo Besson en 1883.
62 La iglesia se encuentra insertada en un barrio con fuerte presencia de pobres y migrantes de países
vecinos que habitan pensiones y casas tomadas. Pero en sus orígenes con la gestión del pastor Besson
el barrio que la rodea perteneció a los sectores medios altos de la Ciudad de Buenos Aires.
63 A principios de la década del 2000, los pastores produjeron cambios más radicales. Estos cambios
158
Capítulo 3 El evangelio de poder
caen fuera del encuadre cronológico de nuestra tesis pero los mencionaremos para completar la des-
cripción del fenómeno de la ruptura con el modelo misionero dentro del marco de la NRA. En marzo del
2001, la IBC decidió la unión con una congregación pentecostal liderada por el pastor Rubén Giménez.
Este pastor se había formado como bautista y fue pastor principal junto a Héctor Aníbal Giménez en el
megaministerio Ondas de Amor y Paz (Wynarczyk, 1989b), luego fundó su congregación pentecostal
Rey Jesús. Su feligresía pasaría luego de la fusión a congregarse en la sede de la IBC. Posteriormente la
IBC, Iglesia Evangélica Bautista del Centro, pasó a llamarse Iglesia Evangélica del Centro o simplemente
“Iglesia del Centro”. En noviembre del 2003 la Iglesia del Centro desarrollaba “un ministerio apostólico
desde Buenos Aires a las naciones (...) por medio de una red no estructural de pastores y misioneros
que reconocen autoridad espiritual y liderazgo en la visión de los pastores Carlos Mraida, Pablo Deiros y
Rubén Giménez” (El Puente: “Iglesia del Centro – 120 años de testimonio y servicio”, noviembre de 2003,
p. 36). También mantenía su propia escuela de ministerio evangelístico, pastoral y misionero, con semi-
narios intensivos y ocho filiales en la Argentina. Y no dejó de sostener una red de actividades integradas
en forma horizontal, orientadas al servicio hacia la comunidad vecinal, con apoyo de personal formado en
la carrera de servicio social y otras ramas universitarias. En definitiva, la Iglesia del Centro trabaja como el
nodo de una red basada en una megaiglesia apostólica, opera sobre conceptos de autoridad apostólica,
GE, liberación y sanidad (todos subordinados al marco dominante de la unción espiritual).
64 Páginas 14 - 24 de la colección de ponencias del Encuentro, datos editoriales completos en la biblio-
grafía. Ver las entradas: CEBA, 1997 y Guerrero, 1997.
159
Ciudadanos de dos mundos
“Debate sobre la profecía”, febrero de 1998, p. 12). Sin establecer una condena hacia
los considerados profetas, los consultados más bien señalaron sobre bases bíblicas
los cuidados necesarios para “discernir” las auténticas profecías (del Espíritu) y las
falsas profecías (de la carne). Estas polémicas no alcanzaron mayor trascendencia
en el periodismo evangélico, en la actividad de las congregaciones ni en la conti-
nuidad de las actividades de campañas basadas en el marco de la unción, la GE, la
prosperidad, la NRA.65
65 Algunos pastores académicos del polo conservador bíblico en la Argentina estudian el fenómeno de
la iglesia supradenominacional puesta en red apostólica, como uno de fragmentación posmoderna. El
enfoque que establecen se basa en el análisis desde las ciencias sociales a partir de ensayos sobre la
“posmodernidad”. Los autores se refieren al fenómeno con los términos: iglesia “posdenominacional”,
“posmoderna”, “pospentecostal” y atribuyen las causas de su origen al plano de la cultura (Véase Sarac-
co, 1999: The Pentecostalisation of Latin America and the beginning of the Post-Pentecostal Era; Hong
2001a: ¿Una iglesia posmoderna? En busca de un modelo de iglesia y misión en la era posmoderna;
también Hong 2001b: “Iglesia y posmodernidad”). Estos análisis toman como un punto de referencia los
aportes precedentes de dos católicos interesados en la comprensión de las mudanzas eclesiales: (1)
Mardones (1988, 1990, 1991, 1996) que vincula los procesos del cristianismo a la fragmentación de la
posmodernidad; (2) Hans Küng. Oficialmente inaceptado por su iglesia y crítico del Vaticano, Hans Küng
instala la noción de paradigma posmoderno con su trabajo “¿Un nuevo modelo fundamental de teolo-
gía? Lo discutido y lo no discutido” (1984). El texto (véase páginas 169-181) se basa en la teoría de los
paradigmas de Thomas Khun, 1962: La estructura de las revoluciones científicas. Sobre ese fundamento
sostiene Hans Küng: “en un mismo paradigma o modelo fundamental posilustrado-posmoderno son
posibles varias teologías (orientaciones, escuelas, lugares teológicos) que contribuyen a la conformación
del paradigma, de sus condiciones y consecuencias” (op. cit.: 148, resaltado mío). Por otra parte Hans
Küng identifica una correlación causal entre la emergencia de un policentrismo y el cambio de paradig-
mas a partir de la Segunda Guerra Mundial (ídem: 144, 145). Esta hipótesis converge con lo que vimos
sobre la desregulación del campo religioso, al comienzo del capítulo. Aparte de eso, debemos notar
que el uso del concepto de “nuevo paradigma” a partir de La estructura de las revoluciones científicas,
reaparece actualmente en la discusión teológica “no oficial”. Véase Capra, Steindl-Rast y Matus ,1991:
61-85. Finalmente, con el léxico de Küng, aunque no aparece mencionado, coincide la perspectiva de
los autores de la NRA cuando interpretan que desde los años 90 la iglesia evangélica entró en un nuevo
paradigma apostólico (cf. Wagner 2000a: Terremoto en la iglesia).
160
Capítulo 3 El evangelio de poder
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Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 3 El evangelio de poder
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Capítulo 4
CRECIMIENTO Y AMENAZA
1. Introducción
El presente capítulo está compuesto por dos partes cuyo común punto de origen y
vértice se halla en el crecimiento del campo evangélico y su dinámica interna. En la
primera parte vamos a describir ese crecimiento de una minoría que tomó caracte-
rísticas vertiginosas a partir de los 80 y alcanzó su auge entre 1985 y 1990. En este
momento del texto será importante exponer los siguientes efectos: el crecimiento del
campo evangélico, el aumento de la relevancia interna del polo conservador bíblico y
en especial del sector de los pentecostales, el aumento de la presencia de los evangéli-
cos en el Registro Nacional de Culto, la mayor gravitación relativa de los evangélicos
en la Provincia de Buenos Aires (incluyendo el Conurbano Bonaerense que rodea a
la Capital Federal o Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y la percepción que los mis-
mos evangélicos tenían de su auge en la esfera pública religiosa. En la segunda, vamos
a referirnos a la percepción conspirativa del crecimiento evangélico por parte de otros
actores en la sociedad argentina y las consecuencias de tal percepción en la forma
de un contramovimiento. La actividad de un movimiento social afecta el entorno
cultural y político, y entre las consecuencias de este efecto se incluye la activación de
mecanismos de control social, que pueden tomar formas de estrategias de asimilación
y reorientación (es lo que intentó aplicar con los evangélicos Juan Domingo Perón
en su primera presidencia, ver capítulo 2) o de contramovilización y construcción de
marcos interpretativos opuestos o contramarcos (McAdam, 1996; Benford y Snow,
2000: 625, 626), que es lo que sucederá en este caso a través del activismo antisectario.
La percepción conspirativa del crecimiento evangélico dio lugar al surgimiento
de un contramovimiento que produjo contramarcos y buscó influir sobre el Estado
para colocarle barreras al movimiento religioso evangélico en la sociedad argentina:
anfitriona del movimiento y su “campo de acción” (Melucci, 1988). La eventual
reacción del Estado a favor del contramovimiento resultaría en una forma de estre-
chamiento del entorno institucional del mercado religioso, para colocarles barreras
de acceso a los evangélicos.1 Los procesos de contramovilización tuvieron su van-
guardia en los activistas que en su orientación general se dirigían a una variedad
1 Los contramarcos tienen por finalidad encuadrar la acción dirigida a neutralizar el movimiento enfocado
como objetivo de las restricciones a su expansión (Hannigan, 1993: 10).
165
Ciudadanos de dos mundos
de movimientos religiosos pasibles de control por parte del Estado, pero colocaban
un énfasis en las iglesias evangélicas crecientes. Para este fin las estigmatizaban
como “sectas”. El término “sectas” era utilizado en forma equivalente en su conno-
tación negativa al estadounidense “cultos”, aplicado a diversos nuevos movimientos
religiosos también en Europa (Frigerio, 1996b: 1). Por este motivo, nosotros, en
vez de utilizar el tecnicismo “movimiento anticultos” proveniente de la sociología
estadounidense y europea (op.cit.: 4), utilizaremos las expresiones “antisectas”, “an-
tisectario” y “antisectarios”. Estos activistas desarrollaron la capacidad de influir en
la imagen de las organizaciones a cuya actividad se oponían, especialmente en las
interpretaciones difundidas en los medios acerca de su crecimiento, y evolucionaron
hasta llegar a ser expertos de referencia de organismos del Estado.
Los activistas construyeron un contramarco basado en la idea del avance impe-
rialista y posteriormente, la “metáfora del lavado de cerebros (brainwashing)” como
una forma de explicación para su éxito (Frigerio, op. cit.). La primera perspectiva,
rotulada “invasión de las sectas”, adoptaba la forma conspirativa que en esta inves-
tigación trabajamos con el nombre de modelo explicativo del Caballo de Troya: las
organizaciones sectarias eran el Caballo de Troya y a través de ellas –enmascarados
en ellas– venían procesos de cooptación de públicos de sectores de menos recursos
y menores niveles de instrucción, irradiados desde centrales neoconservadoras de
los Estados Unidos, preocupadas por la inclinación de la Iglesia Católica hacia la
teología de la liberación en el hemisferio americano (opción por los pobres) y el
avance del comunismo. Las finalidades de esta invasión sectaria eran, de acuerdo
con la interpretación del contramarco, producir efectos de desmovilización social
pero también obtener lucros económicos (Frigerio, 1996b y Frigerio, 1998a y b;
Maróstica, 1997). Este contramarco fue extensivamente aplicado a las iglesias evan-
gélicas. El segundo contramarco, del lavado de cerebros, fue aplicado a pequeñas
organizaciones que sin embargo resultaban funcionalmente útiles para el contra-
movimiento porque eran más desviantes y pasibles de acciones policiales y escánda-
los. Indirectamente afectaban a los evangélicos en la medida en que permitían crean
un clima de alarma alrededor del “problema de las sectas”, con potencial incidencia
sobre funcionarios del Estado.
Tanto en el caso del movimiento social evangélico como el del contramovimiento
de los activistas antisectas, las percepciones de los actores serán muy importantes. Por
consiguiente deberemos referirnos a la construcción que hacían de su propio creci-
miento los evangélicos como percepción de sí mismos en el contexto de la nación que
deseaban “conquistar para Cristo”, y la construcción que hacían del avance de las sec-
tas los activistas del contramovimiento que intentaron desprestigiarlas y contenerlas.
166
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
2 En 1914, los residentes del país nacidos en el exterior eran todavía el 30 %, en 1960 el 13 % y en el
91, solamente el 5 %.
3 Martin (1990: 51) indica que los evangélicos en 1991 serían solamente el 3 % de la población argentina.
Pero este autor, considerado una autoridad muy importante en materia de sociología del campo evan-
gélico en el hemisferio americano, no hizo estudios de campo sobre la Argentina y no indica la fuente de
sus datos. Sus estudios no tenían en cuenta a la Argentina como objeto central de análisis sino como
167
Ciudadanos de dos mundos
un ítem dentro de un panorama investigativo más amplio que relaciona procesos del campo religioso
con la cultura.
4 Las informaciones de Roemers y Haimé fueron tomadas de Míguez, 1997b: 43.
5 En el capítulo 2 el punto “Magnitudes demográficas del campo evangélico” expone un detallado análi-
sis estadístico y la explicación metodológica de su elaboración.
168
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
Luego, los mismos datos permiten corroborar dos efectos dinámicos en el inte-
rior del campo evangélico. En primer lugar, los datos muestran la capacidad expan-
siva de los evangélicos del polo conservador bíblico en desmedro del polo histórico
liberacionista. En segundo lugar, los datos confirman que dentro del polo conser-
vador bíblico se recorta con mayor pujanza el crecimiento del sector pentecostal.
Un análisis del total del polo conservador bíblico expuesto en el cuadro anterior,
muestra que dentro del polo conservador bíblico, los pentecostales representan el
68 % y los evangelicales el 32 % (valores redondeados). Las siguientes dos tablas
nos permiten enfocar mejor la dinámica expansiva del sector pentecostal, cuyos
templos pasan a ocupar dentro del total de templos del campo evangélico en la
Capital Federal, desde el 4 % hasta casi el 60 % entre 1920 y 1992. Esta última
fecha es importante porque se encuentra precisamente en la zona de generación de
un movimiento social stricto sensu por los evangélicos, en defensa de sus intereses en
la sociedad civil argentina, afectados desde la segunda mitad de los años 80 por el
estigma de la “secta” difundido por sus opositores (contramovimiento).
169
Ciudadanos de dos mundos
170
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
7 Posteriormente en el lapso de 1997 al 2000 hubo 779 bajas de inscripciones, respaldadas con diferen-
tes argumentos administrativos (capítulo 5).
171
Ciudadanos de dos mundos
172
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
% DE INSCRIPCIONES
PORCENTAJE DE
EN EL REGISTRO
ÁREAS GEOGRÁFICAS LA POBLACIÓN
NACIONAL DE CULTOS
ARGENTINA
NO CATÓLICOS
Área Metropolitana y
resto de la Provincia 70.98 % 46 %
de Buenos Aires
Resto del país 29.02 % 54 %
Fuente: elaboración propia con datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y
Culto, y del INDEC.
Nota: El Área Metropolitana está formada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (o Capital Federal) y
el Gran Buenos Aires (o Conurbano), perteneciente a la Provincia de Buenos Aires.
PORCENTAJE DE PORCENTAJE DE
ÁREA METROPOLITANA LAS INSCRIPCIONES LA POBLACIÓN
DE CULTOS NC ARGENTINA
CAPITAL FEDERAL 8% 18, 83 %
38 %
PROV. DE BUENOS AIRES Conurbano= 24 % 52,15 %
Resto PBA = 14 %
% DEL PAÍS 46 % 70, 98 %
Fuente: elaboración propia con datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y
Culto, y del INDEC.
173
Ciudadanos de dos mundos
Córdoba 5,98 %
Santa Fe 4,39 %
Chaco 2,32 %
Mendoza 2,15 %
Subtotal del segmento
14,84 %
geográfico
Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y
Culto, y del INDEC.
Hasta aquí las principales enseñanzas de los datos cuantitativos son las siguien-
tes. (a) El lapso 1985-1990 indica una gran explosión de inscripciones. (b) La mayor
cantidad de registros de cultos no católicos se encuentra en la Provincia de Buenos
Aires, que incluye el Conurbano Bonaerense. (c) La segunda mayor concentración
se encuentra en la Capital Federal o Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
174
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
11 Al hablar de estadísticas del campo religioso deberemos tomar en cuenta la manera de contar las
cantidades por parte de los evangélicos en las campañas de movilización desde la perspectiva de lo que
significaban para ellos. El recaudo metodológico que escucha el relato de los actores como un indicador
de estructuras de sentido reconoce la adhesión en este momento del texto a criterios de la epistemología
comúnmente aceptada como de origen fenomenológico (Muñoz, 1978; Alvira Martín, 1983) volcada a la
comprensión de “el modo como los actores aprecian la relevancia de lo que ellos definen como consti-
tutivo de su realidad” (García Ferrando y Sanmartín, 1996: 141).
175
Ciudadanos de dos mundos
176
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
juicios a los militares por crímenes aberrantes debido a la aceptación del concepto
de “obediencia debida”, una revuelta de extrema izquierda, y una cuarta asonada en
1990 con el nuevo presidente Carlos Saúl Menem en el gobierno. En total para el
lapso 1981 a 1985, la organización de Annacondia contabilizó 374. 280 tarjetas de
decisión personal.
177
Ciudadanos de dos mundos
debido a la cantidad de activistas que movilizaba y que luego en sus respectivas con-
gregaciones y barrios comunicaban la euforia del éxito. En la campaña de Rosario,
por ejemplo, colaboraron 77 iglesias y anexos (modestas extensiones barriales) de
distintas denominaciones evangélicas del área de Rosario y Gran Rosario. Para la
organización fueron asignadas 24 áreas de trabajo específicas (por ejemplo, ujieres
que atienden al público y reparten las tarjetas de decisión personal, colaboradores
de las acciones de atención específica a individuos mediante acciones de “liberación
espiritual”, encargados de mantenimiento de las instalaciones y seguridad del even-
to). Dentro de estas áreas fueron entrenados más de 1000 miembros activos de las
congregaciones asociadas a la producción del evento. Durante todo el evento tra-
bajaron 100 pastores de las iglesias asociadas.12 En segundo término, las actividades
de evangelismo fueron continuamente seguidas por la prensa evangélica del polo
conservador bíblico, especialmente del sector pentecostal. Pero también lograban
repercusiones en el periodismo secular. En la Campaña de Rosario, Annacondia
fue entrevistado por el diario La Capital (matutino decano en la prensa argentina)
y una emisora radial. La campaña fue ampliamente cubierta por el boletín Vínculo
de la Iglesia Asamblea de Dios (pentecostales clásicos) de Rosario y El Gran Avi-
vamiento, un periódico informativo interdenominacional de la ciudad de Rosario y
zona de influencia. Sin embargo el medio de difusión que continuamente difundió
las actividades del evangelista en el ámbito evangélico fue el periódico evangélico
El Puente (intereclesiástico pero ligado al polo conservador bíblico), confirmando
siempre la idea del avivamiento espiritual en la Argentina.
De ese modo a partir de la década de 1980, cuando los líderes carismáticos
neopentecostales emergen en la esfera pública religiosa en grandes carpas, cines,
teatros, radio y televisión, la sociedad argentina comenzó a percibir llamativamente
la presencia de estas iglesias. Los evangélicos comenzaron a ser más notorios para el
periodismo, la clase media, los científicos sociales y los políticos (Maróstica, 1997:
1). El éxito se reflejaba en libros escritos por evangélicos de la Argentina y otros,
como el argentino Edgardo (Ed) Silvoso radicado en los Estados Unidos, que ana-
lizaban el fenómeno en la perspectiva de la “unción de poder del Espíritu Santo” y
el “iglecrecimiento”.13
En 1991 todavía El puente testificaba que “Carlos Annacondia continúa su ta-
12 Según el propio Annacondia (en la entrevista que le hice en 1989) Dios le había indicado que no se
preocupase por la publicidad radial y los volantes porque Él iba a atraer la gente, al mostrar su poder
para sanar y liberar.
13 El avivamiento que en la perspectiva de estos creyentes tenía lugar en la Argentina había centrado en
este país la atención sobre el “crecimiento de la iglesia”. Véase Charles Stock, misionero en la provincia
de Santa Fe que participó de la campaña de Rosario: “Argentina, avivamiento y cosas por venir”, Revista
Campañas, 1985. Saint, 1988: Guerra contra el infierno. El poder de Dios manifestado en las campañas
del industrial argentino Carlos Annacondia. Silvoso, 1991: Prayer power in Argentina. Silvoso, 1995: La
potencia de oración en Argentina. Annacondia, 1997: ¡Oíme bien, Satanás!
178
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
179
Ciudadanos de dos mundos
lica Pentecostal, FECEP.14 Para colocar este dato en contexto, recordemos que la
FAIE, Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, del polo histórico liberacio-
nista, bien relacionadas con el Concilio Vaticano II y el movimiento ecuménico, fue
establecida en 1962, en un momento en que el subdesarrollo entró en la agenda de
los organismos internacionales (detalles más adelante).15
La creciente visibilidad y presencia de grupos religiosos y espiritualistas no ca-
tólicos en la Argentina, fue considerada un problema social (Frigerio y Wynarczyk,
2003; Frigerio, 1996b). El activismo antisectario los colocó a los evangélicos en un
mismo conjunto ominoso y los etiquetó bajo el nombre de “sectas”. Esa construc-
ción definió un enemigo. Quienes miraban a los evangélicos a través del prisma de
las sectas, los enfocaron desde la perspectiva de la conspiración. El modelo de la
invasión de las sectas financiadas desde el exterior tuvo un predominio en la Ar-
gentina entre los años 1985-1989; era la perspectiva desde la cual fue construida la
imagen de las sectas en los medios (Frigerio, 1993d, 1996b). Posteriormente pasó a
tener mayor influencia la imagen de las sectas como grupos que lavan el cerebro de
jóvenes descontentos con la sociedad o que tienen problemas personales y familia-
res (Frigerio, 1996b: 440). Las sectas eran parte de un diseño maligno del imperia-
lismo del gobierno estadounidense o de organizaciones anticomunistas (Maróstica,
1997), o una convergencia de ambos, pergeñado con la finalidad de cooptar a la
clase trabajadora, destruir sus raíces católicas y reemplazarlas por una ética protes-
tante liberal. Nos referimos a esa estrategia como la teoría del Caballo de Troya. La
metáfora analógica asimila cualquier organización a ese término, toda vez que sea
utilizada como una máscara para penetrar la estructura de una sociedad y desarmar-
la. Debido a esta capacidad de darle sustento a múltiples versiones específicas, como
lo veremos más adelante, la idea del Caballo de Troya trabaja como un paradigma,
y por su amplitud inherente, es capaz de constituirse en el marco dominante de
procesos de contramovilización con objetivos diversos y hasta opuestos.
Para explicar la expansión de las iglesias evangélicas en la Argentina y a lo lar-
go de una población definida como “el pueblo”, la metáfora del Caballo de Troya
funcionaba al mismo tiempo entre los progresistas y la militancia católica, pero de
varias maneras. (a) Progresistas. A partir de la premisa mayor del uso del opio de los
pueblos con la finalidad de instalar una falsa conciencia de sí en la clase trabajadora,
la expansión evangélica tendría por finalidad estratégica que los pobres se convir-
tiesen a una religión de escape que tendría sobre ellos - una vez convencidos de que
14 No entraremos aquí en detalles poco sustanciales para esta tesis acerca de los nombres originales
de FACIERA y FECEP, que al principio se llamaron ACIERA y CEP. Para mayores datos sobre los antece-
dentes de federaciones evangélicas de los cuales surgió la FAIE, ver Saracco, 1989: 265-268; Maróstica,
1997: 186-187 y Míguez, 1997a: 34-35.
15 Para los antecedentes de federaciones evangélicas desde las cuales surgió la FAIE, ver Saracco,
1989: 265-268; Maróstica, 1997: 186-187 y Míguez, 1997a: 34-35.
180
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
las injusticias de esta vida serán reparadas en una vida ulterior - un efecto de des-
movilización o huelga social. (b) Militancia católica. A partir de la premisa mayor
de que la iglesia, definida en forma esencialista, forma parte indisoluble (esencial)
del ser del pueblo, la estratagema tendría por objetivo atacarla a ésta con el fin de
dominar a la nación. Este contramarco era afín a los católicos tanto conservadores
como progresistas. (c) Católicos partidarios de la teología de la liberación. La des-
movilización de los sectores populares a través de la inculcación de una religiosidad
individualista era leída como la desmovilización del “Pueblo de Dios en Marcha”,
que no sería otra cosa que la misma iglesia. En este caso convergían las dos pers-
pectivas, la del progresismo y el opio de los pueblos y la de la consustancial unión
de iglesia y pueblo argentino.
En cualquiera de las variantes aquí revisadas, la estrategia se basa en tácticas
culturales y la eficacia de estas en una visión determinista del funcionamiento de la
sociedad. Esa visión lleva subyacente un proceso lógico que asimila una categoría
ideal (un agregado construido sobre la base de ciertas variables socioeconómicas) a
la figura de un colectivo real, sin voluntad propia, cuyos actos son marcados por la
agencia de otros que (a la inversa) saben moverse en el contexto de ciertas condi-
ciones socioeconómicas.16
Esa teoría de la difusión conspirativa tuvo un impacto en el campo evangélico.
En primer término, produjo tensiones entre los polos conservador bíblico e históri-
co liberacionista: en este último hubo un plegamiento a favor de la idea del “avance
de las sectas fundamentalistas”. En segundo término, produjo una tensión entre las
iglesias del campo evangélico y el Estado alrededor del tema de la discriminación
jurídica hacia las iglesias.
a) Raíces
Durante el primer período de expansión de las iglesias evangélicas del polo con-
servador bíblico desde agencias misioneras. El fenómeno común a todos los países
iberoamericanos incluyó a España en una forma ampliamente documentada en la
Historia de los heterodoxos españoles de Marcelino Menéndez y Pelayo (edición de
1945).17 Por consiguiente el halo de difusión cultural reflejó un momento en el
sistema geopolítico del hemisferio occidental.
16 Para una discusión sobre las conversiones evangélicas en sectores populares a la luz de la teoría de la
agencia, véase Míguez, 1997a. Esta tesis muestra por medio de la investigación etnográfica en un barrio
del Conurbano Bonaerense, que los conversos analizan la realidad de acuerdo con sus necesidades
y eligen como “agentes” determinadas opciones que son parte de sus estrategias en el mundo de la
estructura de la pobreza.
17 Cf. Menéndez y Pelayo, 1945 (E.O., 1917). Volumen 4, Libro VIII, capítulos 2 y 4, pp. 300-328, 383-440.
181
Ciudadanos de dos mundos
La llegada de las misiones con sus Biblias en lengua “vulgar”, sus predicadores
y templos, dio lugar al tejido de dos leyendas (Bruno, 2001). (a) Los historiadores
liberales, interpretaron el rol del protestantismo como la avant garde de la ilustra-
ción en el continente (ídem: 12).18 (b) Los historiadores católicos tempranamente
encuadraron los hechos en el modelo explicativo de la conjura contra la cristiandad
iberoamericana (en el hemisferio americano Planchet, 1928; Crivelli, 1931, 1933, y
en Europa, antes aun, el propio Menéndez y Pelayo, op. cit.). Esa visión hostil hacia
los intrusos fue compartida por los nacionalistas nutridos en la religión católica en
los países hispanoamericanos incluyendo la Argentina. Las sociedades protestantes,
suponían, eran parte de una conspiración del liberalismo y la francmasonería, que
favorecía además en las proximidades del patio trasero de los Estados Unidos la
anexión de territorios (Bastian, 1995). La idea del “destino manifiesto” construida
durante ese período, habría influenciado la dinámica de las iglesias evangélicas nor-
teamericanas para evangelizar el mundo como una manera de llevar luz hacia otras
naciones (Lores, 1970; Dussel, 1974; Zea, 1990; Bastian, 1990a y b; Bastian, 1995;
Míguez Bonino, 1995).
18 La tesis de Bruno, 2001 permite acceder a una comprensión de los marcos de ideas subyacentes a
los procesos, con un enfoque pormenorizado sobre los metodistas.
19 También dentro del propio Norte había un aumento de la conflictividad, específicamente dentro de los
Estados Unidos a partir de 1955 con la lucha de los negros por el derecho al voto. El proceso de libertad,
igualdad, justicia a escala mundial de los años 60 tuvo su propio impacto en ese país con el movimiento
social liderado por Martin Luther King que en 1964 recibió el Premio Nobel y en 1968 fue asesinado.
En este caso el sector evangelical del polo conservador bíblico tuvo un ala políticamente proactiva en
un sentido progresista. Del mismo movimiento emergieron versiones de extremistas radicales como los
Panteras Negras.
182
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
Naciones Unidas. En tercer término, los Estados Unidos los Unidos se convirtieron
en el principal inversionista en Canadá, en México y en el resto del hemisferio oc-
cidental (Weintraub, 2000: 435). A partir de entonces las asociaciones de comercio
entre partes asimétricas marcarían en forma siempre creciente las relaciones econó-
micas y políticas internacionales en la décadas siguientes y en particular afectarían
a la Argentina (Kloss, 2005).
En la medida en que las dos polaridades, Este/ Oeste y Norte/Sur, se super-
ponían en una, los países del Sur ahora podían ser “infiltrados” por la política del
Este para liberarlos de la hegemonía neocolonialista. Pero también por los Estados
Unidos. El sur, en este caso el sur del hemisferio americano, se constituía en un
espacio de conflictos, y uno de ellos podría darse “en las mentes de la gente”. Las
condiciones estaban eran propicias para teorías conspirativas. Este escenario inter-
nacional a partir de la posguerra alimentó surgimiento de organizaciones preocupa-
das por el subdesarrollo. Las Naciones Unidas convocaron en 1962 la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD). La segunda
UNCTAD que procuró establecer preferencias arancelarias para algunas exporta-
ciones de los países del Sur, tuvo lugar, en 1968, el mismo año de las revueltas del
“mayo francés”, y marca la búsqueda de un Nuevo Orden Mundial que habría de ser
más justo. La Iglesia Católica no fue ajena a este entramado internacional:
183
Ciudadanos de dos mundos
21 En la Argentina este argumento será citado por Alfredo Silletta, el principal activista antisectario de
ese momento (véase en especial Silletta, 1986a: 129, 143-144 y Silletta, 1988). La conversión religiosa
se constituiría en un arma de dominación política en el Hemisferio Americano dentro de la estrategia de
baja intensidad promovida por el gobierno de los Estados Unidos. La conversión religiosa promovida por
las iglesias evangélicas, los Testigos de Jehová y los pentecostales (Silletta, 1986a: 129) puede “modifi-
car la situación política de un país, lo que se convierte en algo tan peligroso como la gigantesca deuda
externa o la Doctrina de la seguridad Nacional que nos ‘legaron’ los norteamericanos” (ídem: 130). Ese
es el argumento clave.
184
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
22 Las contradicciones entre el Instituto y el Consejo Nacional de Iglesias mostraban en el contexto del
protestantismo norteamericano la misma partición binaria del campo entre componentes de un polo
conservador bíblico y otro histórico liberacionista. Para comprender las posiciones del Consejo, véase el
documento titulado “Resoluciones sobre América Central – Consejo Nacional de Iglesias en los Estados
Unidos”, Washington, 1983, en De Lella 1984a: 119 -122. Básicamente el documento estaba orientado
a que las iglesias de los Estados Unidos influyesen para cambiar la política de su Gobierno hacia América
Central, las prácticas intervensionistas y en contra de movimientos populares democráticos. La particu-
laridad de los conservadores bíblicos en los Estados Unidos, como veremos más adelante, reside en que
actuaban en una coalición “neocon”que incluía católicos.
23 Registrado en la bibliografía con la siguiente entrada: “Tercera Conferencia”.
185
Ciudadanos de dos mundos
d) La perspectiva de vigilancia
Establecido el diagnóstico de la realidad, con sus enemigos y amigos, una perspec-
tiva de vigilancia sociológica hacia los enemigos se difundió posteriormente. De
este modo, si algunos centros norteamericanos monitoreaban a la Iglesia Católica
en América Latina para evaluar su confiabilidad como aliada contra el avance del
186
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
24 Estamos utilizando aquí la palabra “cuestionario” para simplificar la comunicación con el lector. A
rigor la lista de ítems de investigación propuesta en el documento de Secretariado para la Unidad de
los Cristianos es una “guía de pautas” para juntar datos sociales y no está constituida por preguntas.
187
Ciudadanos de dos mundos
en español del mismo trabajo editada en 1997 con algunos agregados).25 En la Ar-
gentina la Editorial Claretiana publicó en 1984 Las sectas en América Latina (VV.
AA., 1984). En el prólogo, el cardenal argentino Antonio Quarracino, aclara que
la producción del texto es responsabilidad del Secretariado General del CELAM,
cuya titularidad ejercía por entonces. El origen del estudio data sin embargo del año
1981. Quarracino dice (op. cit.: 6, resaltado mío):
Los autores del trabajo (...) se reunieron en Bogotá durante una semana del mes de
agosto de 1981. Ninguno de ellos intenta ser polémico ni mucho menos agresivo.
Las presentaciones quieren ilustrar y ofrecer material de reflexión sobre un angus-
tiante desafío para nuestra pastoral latinoamericana.
25 El trabajo de mayor envergadura de este ciclo de producciones sobre la expansión de las sectas
fue el que editaron conjuntamente el Secretariado Episcopal de América Central y la Universidad Rafael
Landívar de Guatemala, en 1995. Se trata de una investigación empírica en Costa Rica (Sede del Centro
Coordinador de Evangelización y Realidad Social), El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Pana-
má, con muestras de 300 a 500 personas en localidades urbanas. La muestra total abarcó 2015 casos.
Las conclusiones no mencionan la actividad imperialista mediatizada por las sectas como causa de su
avance, pero extrae un resultado (que luego no sostiene empíricamente, como veremos) sobre el cambio
cultural negativo que se produce en la población conversa a las sectas, en el plano de la solidaridad
comunitaria y la política. Las sectas constituyen un sujeto egoísta, orientado a la fuga del mundo, per-
meable a la manipulación política autoritaria y antipopular. Estos cambios coinciden con las consecuen-
cias que señalan generalmente quienes mantienen la teoría del Caballo de Troya. “La Iglesia Católica se
enfrenta al desafío de encarar el problema de las sectas, que, en su crecimiento y desarrollo, han logrado
configurar a un cristiano protestante fundamentalista que ya no es tan marginal en la sociedad, y cuyas
características pueden resumirse de la siguiente maneta: es una persona individualista que concibe su
salvación de forma personal y no comunitaria, su aspiración es eminentemente espiritualista, alejado
de la realidad en que se encuentra inmerso, que busca una comunidad ideal de pureza y salvación,
que obvia los problemas económicos y es indiferente a participar de las organizaciones populares. Por
otro lado, su acendrado fanatismo religioso lo ha llevado a sacralizar las instituciones que reproducen el
orden social, aspecto que es bien administrado por dirigentes de sus grupos religiosos, quienes buscan
afianzar su dominio en las esferas de decisión política de la sociedad. A nivel religioso, se caracterizan por
mantener una asistencia continua y sistemática al culto, participando con un alto sentido de expresividad
y alegría, con los que refuerzan su identidad, sentido de pertenencia y lealtad a su confesionalidad” (pá-
gina 149). Sin embargo las conclusiones de este párrafo relacionadas con las actitudes de los conversos
a las sectas hacia la sociedad, la economía y la política, no se encuentran trabajadas durante el texto.
Ello induce a pensar que no fueron investigadas en el estudio del campo y que los resultados constituyen
generalizaciones a priori o en el mejor de los casos, no explicadas con datos empíricos.
188
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
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Ciudadanos de dos mundos
26 Buchman llevó a la práctica su enfoque a través de la creación del Grupo Oxford, orientado a la con-
versión de universitarios y la recuperación de drogadictos, que en el contexto de la estructura social de
ese entonces, se dirigía a la elite de la sociedad. Educado en un seminario teológico de la iglesia luterana,
Buchman tuvo contactos con los presidentes Harry Truman y Richard Nixon, como cristiano y patriota.
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Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
27 Siguiendo esta línea de análisis se puede entrar en un circuito en espiral de teorías del complot como
un modelo apto para varios usos. En la década de 1970 en la Argentina existía una creencia bastante
difundida sobre un plan llamado Andinia, en el cual se complotaban los capitalistas norteamericanos y
los judíos para desarticular la Argentina y establecer en la Patagonia un estado tapón. Los evangélicos
han dado muestras de suponer que existía un complot católico contra ellos que aparece como la causa
oculta de cualquier iniciativa o noticia crítica hacia ellos (Maróstica, 2000).
191
Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
4. El lavado de cerebros
30 De esta actividad se ocupaban las asociaciones pertenecientes a Cult Awareness Network (Red de
Alerta contra las Sectas), y entidades similares: American Family Foundation, The Boys Town Center,
Citizens Freedom Foundation y otras.
31 El concepto de movimientos totalitarios que tornan a las personas dependientes de un líder y utilizan
técnicas de control mental y persuasión coercitiva, también fue tomado en préstamo cultural del movi-
miento antisectario de los Estados Unidos. Cf. Baamonde, 1992c: 15.
193
Ciudadanos de dos mundos
4.2. Difusión
La sinergia de perspectivas antisectarias importadas y locales dio lugar en la Ar-
gentina a un ciclo de producción de artículos y libros sobre sectas invasoras y lavado
de cerebro33 que facilitó la instalación del tema de las sectas en los medios como
un problema (“el problema de las sectas”) y un tema de controversias (Frigerio,
1996b: 3). Entre ambas perspectivas existió una sinergia. La construcción social del
problema de las sectas pasó (Frigerio, 1998b: 440) por dos fases principales: una de
énfasis en el tema de “la invasión de las sectas” impulsada desde el exterior con fines
comerciales o de desmovilización política de sectores populares (1985-1989) y otro
de énfasis en tácticas de “lavado de cerebros” (brainwashing) dirigido a los jóvenes
con problemas personales o familiares o descontentos con la sociedad (1990-1995).
Cada énfasis quedó inscripto en un contramarco: el contramarco de la invasión de
las sectas y el contramarco del lavado de cerebro o brainwashing. A rigor no existe
una línea divisoria tajante entre ambas perspectivas, porque en el momento en que
se encontraba en auge el contramarco de la invasión de las sectas, ya estaba presente
el concepto del lavado de cerebros (véase Silletta, 1986a, Las sectas invaden la Ar-
gentina: 116-137).
El desarrollo del contramarco del lavado de cerebros produjo un nivel de alarma
que extendió el problema de las sectas al Poder Judicial, el Poder Legislativo y la Se-
cretaría de Culto dependiente del Poder Ejecutivo (Frigerio, 1996b; Frigerio, 2000;
194
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
195
Ciudadanos de dos mundos
participación en juicios contra las sectas para conseguir intervenciones del Estado
contra la invasión de las sectas. En el caso de Silletta, este contramarco convergía
con el contramarco sobre el cual trabajó desde el principio, el Caballo de Troya
(la invasión de las sectas). Por dos semanas Silletta, entonces un periodista de 27
años, participó de un campamento de los moonies (Iglesia de la Unificación) con la
finalidad de hacer investigación participativa y encubierta. Su conducta le generaba
culpas que lo indujeron a consultar al mismo tiempo con “mi analista y algunos psi-
cólogos amigos” (Silleta, 1985: 20). También a semejanza de los activistas antisectas
estadounidenses, creó una organización no gubernamental de contramovimiento, la
Fundación Argentina para el Estudio de las Sectas, FAPES (abril de 1991).
La investigación entre los moonies le permitió obtener cierta fama (Frigerio,
1996b: 38) a partir del 12 de septiembre de 1984, cuando la revista dominical del
diario Clarín le dedicó el título “Cómo funciona la secta moon en la Argentina”,
y radio Excelsior le hizo una extensa nota. En marzo de 1985 concluyó su primer
libro, publicado en julio. Se titulaba La Secta Moon: cómo destruir la democracia. En
este libro ya estaban presentes unos elementos que irían evolucionando a lo largo
del tiempo en el contramovimiento antisectario: (a) la perspectiva de la invasión y
el Caballo de Troya, que constituye un contramarco predominante en la segunda
mitad de la década de 1980; (b) todavía en ciernes, la perspectiva del lavado de ce-
rebros (véase Silleta, 1985: 8 y 20) que desde comienzos de los años 90 constituirá
el contramarco de mayor importancia; (c) la orientación a instalar un “problema
social de las sectas” capaz de generar un pánico moral en la sociedad argentina, que
efectivamente tendrá lugar a comienzos de los años 90, y de comprometer princi-
palmente al gobierno para crear barreras en el entorno institucional de organiza-
ciones imperialistas: “Creo que todos los argentinos tenemos que comprometernos
y, principalmente el gobierno, para enfrentar a los grupos políticos, religiosos o
financieros que desean dominarnos e inculcarnos ideas extranjerizantes” (op. cit.: 8).
Estos fueron los hitos primeros. La construcción de su carrera antisectaria evo-
lucionó hasta el desempeño del papel de experto de consulta de los medios y el
Estado. A mediados de los años 90 fue incorporado como asesor del Poder Le-
gislativo de la Provincia de Buenos Aires en la ciudad de La Plata, donde llegué a
entrevistarlo en 1995 (entrevista no grabada). En el desempeño de este papel en el
Estado, Silletta ganó un lugar de influencia en las actividades de una Comisión Par-
lamentaria de la Provincia de Buenos Aires creada a raíz de la alarma por la amena-
za de las sectas (Silletta, 1995: 25-30). La actividad de la Comisión Parlamentaria
será tema de referencia en el capítulo siguiente. En el transcurso de una década,
Silletta ejerció un liderazgo y creó recursos interpretativos y organizacionales para
un contramovimiento. También en su trabajo de construcción de contramarco de-
finió amigos y enemigos. Sostuvo que había “publicistas de sectas” (en referencia
implícita a ciertos investigadores del dominio de la sociología y la antropología)
196
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
que criticaban las actividades de FAPES y sus denuncias contra las sectas en los
estrados del Poder Judicial (Frigerio, 1996b: 28). A lo largo de toda su actividad,
Silleta tomó contacto con causas judiciales contra las sectas. Pero nunca trabajó en
vinculación con la Iglesia Católica ni otra.
El segundo autor más descollante en la materia, fue José Baamonde, psicólogo
“especializado en el abordaje psicológico del fenómeno de los Nuevos Movimientos
Religiosos (NMR) y el tratamiento psicoterapéutico de ex miembros” (Baamon-
de et al., 2005:5), católico de sólida formación teológica, que también incorporó a
los recursos del contramovimiento antisectas una organización no gubernamental,
el Servicio para el Esclarecimiento sobre Sectas (en adelante SPES). Aunque la vi-
sibilidad social de Silletta fue anterior a la de Baamonde y mayor que la de éste,
la creación de SPES fue anterior a la Fundación de Silletta. Sus primeros libros
fueron publicados por las editoriales católicas Paulinas (Los niños de Dios, 1991) y
Bonum (Sectas y lavado de cerebro, por los senderos de la ficción y la locura, 1992a; Cultos
afrobrasileños, 1992b; Sectas, en preguntas y respuestas, 1992c). La editorial secular
Planeta le publicó en 1993: La Familia. La verdadera historia de los Niños de Dios.
El currículum vitae (en Baamonde et al., 2001: 5) lo presentaba como “Asesor del
Secretariado para la Familia de la Conferencia Episcopal Argentina”. De acuerdo
con una taxonomía ya utilizada también por Silletta, aplicó la distinción entre los
conceptos de sectas destructivas y no destructivas, movimientos de riesgo y movi-
mientos de permeabilización o audiencia, algo así como antesalas que facilitan el
posterior ingreso a los nuevos movimientos religiosos (Baamonde, 2001: 23 - 24).
Esta distinción se basaba en la existencia empírica, de acuerdo con su perspectiva
teórica, de indicadores de coerción psicológica. Una buena síntesis de sus conceptos
se encuentra en Los nuevos movimientos religiosos (2001).
A partir de julio del 2001 Baamonde pasó dentro del SPES, a ser el Director del
Área de Investigaciones, mientras que la presidencia la ocupó Luis Esteban Roldán,
un abogado con formación en filosofía y sociología, acérrimo defensor del concepto
de “patria católica” (Roldán, L., 2001: 12) que asocia la nación con la iglesia. Igual
que Silletta, Baamonde evolucionó hasta convertir sus ideas en potenciales insumos
legislativos a través del libro Libertad religiosa, cultos y sectas en la Argentina: análisis
del anteproyecto de Ley de Libertad Religiosa de la Secretaría de Culto, editado por SPES
en el 2001. La autoría fue compartida con Luis E. Roldán y Ricardo Bach de Chazal.
Los siguientes datos indican el carácter propio de intelectuales orgánicos alcan-
zado por estos autores, en la medida en que se convirtieron en “expertos” del Estado
en gestiones políticas lideradas por el partido peronista, en dos oportunidades en
la extensión de solamente un lustro. Antes debemos establecer una información
de contexto: en agosto de 1998 –hacia el final del gobierno del presidente Carlos
Saúl Menem, del partido peronista– la Secretaría de Culto pasó del Ministerio
de Relaciones Exteriores (Cancillería) al Ministerio del Interior, en la órbita de la
197
Ciudadanos de dos mundos
Presidencia de la Nación (situación que tienen o han tenido otras Secretarías, como
la de Cultura); luego, en diciembre de 1999 volvió a la Cancillería. Entre octubre
de 1998 y diciembre de 1999, Luis E. Roldán fue asesor de la Secretaría de Culto y
luego Subsecretario de Culto de la Presidencia de la Nación. Bach de Chazal tam-
bién fue asesor y funcionario de Culto en ese período. Mientras tanto, un equipo
de orientación católica liberal que manejaba la Secretaría de Culto había sido des-
plazado de sus funciones. A continuación, durante el breve gobierno del presidente
Fernando de la Rúa, proveniente del partido Unión Cívica Radical (integrado a
su vez en una coalición de centroizquierda conocida como “la Alianza”, Alianza
para la Justicia el Trabajo y la Educación) la gestión de la Secretaría volvió a quedar
en manos de un equipo de orientación católica liberal. Tras la caída del gobierno
de Fernando de la Rúa, que tuvo lugar a fines del año 2001, otra vez los católicos
liberales fueron desplazados. Bach de Chazal volvió a cumplir funciones de asesor
de la Secretaría, de nuevo por un breve lapso. Baamonde asimismo, en este período
cumplió funciones de asesor.
198
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
199
Ciudadanos de dos mundos
34 El DEI constituía (y lo sigue siendo) la sede de Franz Hinkelammert. Este intelectual protestante, de
origen alemán, economista y teólogo de la liberación, escribió Dialéctica del desarrollo desigual (Buenos
Aires, Amorrortu, 1970) un libro bien conocido entre los partidarios de la teoría de la dependencia en la
Argentina. Se trata de un éxito fuera del contexto protestante. Véase también su aporte La globalidad de
la tierra y la estrategia de la globalización en la coletánea de Atilio A. Borón, Javier Amadeo y Sabrina Gon-
záles 2006: La teoría marxista hoy – problemas y perspectivas (Buenos Aires: CLACSO, pp., 365–378).
200
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
vitación al diálogo (en la bibliografía véase WACC, 1987). Este informe es el pro-
ducto de una reunión de comunicadores cristianos en Quito, Ecuador (4 al 11 de
febrero). El informe toma especialmente en cuenta Documento de Cuenca y el libro
de Assman. El trabajo de la WACC muestra semejanzas con los documentos de
los obispos católicos latinoamericanos de la CELAM en su modo de presentar el
problema como un desafío para las iglesias históricas que levanta la necesidad de
hacer estudios al respecto, y la caracterización de las iglesias competidoras como
“sectas” que de hecho constituyen un Caballo de Troya (de la ideología capitalista).
El informe de la WACC dice: “La Consulta de Obispos y Pastores de América
Latina y el Caribe reunida en Cuenca, Ecuador en noviembre de 1986, nos pro-
porcionó valiosas pistas acerca del desafío que representan para nuestras iglesias los
movimientos religiosos contemporáneos – más conocidos como “sectas religiosas”–
(WACC, 1987: 2). El documento presenta la novedad de llamar a las iglesias elec-
trónicas también “iglesias comerciales”.35 Estas iglesias comerciales desarrollan una
ideología que promueve el individualismo egoísta a través de un sistema económico
y sus predicadores no pertenecen al Pueblo de Dios:
Hablando claro y directo, una de las conclusiones a que hemos llegado es que tales
predicadores no son en rigor constructores de iglesias cristianas, entendidas éstas
como el Pueblo de Dios congregado. Por eso no deberíamos estrictamente utilizar
la denominación “Iglesia Electrónica”, con más propiedad las llamaríamos “religión
comercializada”. También concluimos que se trata de una religión puesta al servicio
de la legitimación del sistema capitalista y en especial de sus fuentes de dominación
y desigualdad social (WACC, 1987: 3).
35 Aunque no lo explica, cabe inferir que el término fue tomado de Religión comercial: implicaciones para
América Latina, ponencia de William F. Fore (1983), ante la Conferencia Anual de la WACC, de la cual era
presidente. En primer lugar el sentido que le da Fore al término es el usual de actividades realizadas con
afán de lucro. Este aspecto en todo su enfoque es el más importante. Fore en vez de hablar de iglesia
electrónica, prefiere hablar de teledifusión de la religión comercial. Su ponencia establece una serie de
estadísticas sobre los productos de radiodifusión de esta religión comercial en los Estados Unidos, su
rating y audiencia promedio. De cualquier manera la ponencia de Fore no desplazó el empleo habitual
del término “iglesia electrónica”.
201
Ciudadanos de dos mundos
revisar, criticar, la propia experiencia de las iglesias. Por otra parte, el documento de
la región latinoamericana y del Caribe de la WACC, a diferencia de los que gene-
raban las reuniones de la CELAM, hacía una crítica de la cristianización colonial
hispana del continente como una forma de conquista y manipulación ideológica
(página 11).
En 1993, un aporte desde el mundo protestante europeo expandió el análisis
más allá de América Latina. La colección de ponencias de Engel et al. (1993)
analiza, junto a la influencia de los conservadores cristianos de la Nueva Derecha
estadounidense sobre América Latina, la de sus pares de Alemania en Sudáfri-
ca. La colección de textos de Engel y sus colegas alemanes, fue el resultado de la
conferencia Los desafíos de los movimientos fundamentalistas en nuestras iglesias de
ultramar36 convocada por la Academia Misionera de la Universidad de Hamburgo
en cooperación con la Misión Evangélica; la convocatoria permitió plasmar en la
discusión académica las experiencias de los protestantes europeos del polo histórico
liberacionista en las iglesias del Tercer Mundo latinoamericanas, africanas, asiáticas
y del Pacífico. El neopentecostalismo alemán había generado para entonces la per-
sonalidad de Reinhardt Bönke, predicador fuertemente conectado con las iglesias
de la Argentina y en especial con el ministerio de Visión de Futuro.
Impactos en la Argentina. En las iglesias del polo histórico liberacionista de la
Argentina, a la respetada circulación del trabajo de Assman, se le sumaron artículos
de pastores en revistas locales intereclesiales, de la Iglesia Evangélica Metodista y
de la Iglesia Evangélica Luterana Unida. Los luteranos habían tenido en 1989 un
encuentro regional específicamente para tratar el tema de las sectas y el fundamen-
talismo en el campo evangélico. 37
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Engel,
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Kamphausen, Linz y Lange (eds). 1993: Christlicher Fundamentalismus in Africa und Amerika.
Historische Wurzeln – Erfahrungen – Problemanzeigen – Texte, Fallstudien und Stellungnahem zu einem
Seminar in der Missionsakademie.
37 Véase por ejemplo el trabajo de Hugo Ortega, pastor y director de la Editorial La Autora, 1986: “Inva-
sión de sectas y corporaciones”. El artículo fue publicado simultáneamente en la revista SIR, Servicio de
Informaciones Religiosas (Buenos Aires, ISEDET, Instituto Superior Evangélicos de Estudios Teológicos,
año VIII, número 78, marzo), en El Estandarte Evangélico, revista de la Iglesia Metodista Argentina, mayo
de 1986, y en la revista católica ecuménica Actualidad Pastoral de junio. El mismo SIR editado por ISE-
DET, publicó en abril de 1988 un Suplemento titulado: El fenómeno del tele-evangelismo. Algunos datos
sobre la iglesia electrónica en los Estados Unidos. Este trabajo firmado por Andrea P. de Vita se basaba
en gran medida en informaciones del estudio de Assman 1987 (La iglesia electrónica y su impacto en
América Latina), que reseñaba al final. No obstante su valor informativo, el suplemento expone acerca
de Jerry Fallwell, creador del movimiento Mayoría Moral, la siguiente afirmación: “parece evidente que
detrás de Falwell se encuentran: Coca Cola, Procter & Gamble, el Vaticano y los francmasones” (p. 18).
A su vez el Comité Editorial de Luz y Verdad, órgano oficial de la IELU, Iglesia Evangélica Luterana Unida,
publicó una ponencia de Chacón Herrera, profesor de teología de Santiago de Chile, presentada en un
encuentro regional organizado por la Federación Luterana Mundial con el propósito de tratar en marzo
de 1989 el tema Sectas y fundamentalismo. La ponencia titulada Los factores generadores de las sectas
fundamentalistas apareció en tres entregas de Luz y Verdad en 1990, correspondientes a los meses de
202
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
julio (año 70, número 797) agosto (número 798) y septiembre (número 799). Este trabajo se refería a las
variables sociales que producían las condiciones para la adhesión de las personas a los “grupos religio-
sos sectarios” fundamentalistas. No trabajaba, a diferencia de todos los mencionados en la presente
nota, sobre la idea de un proceso geopolítico manipulado desde los Estados Unidos, es decir, la teoría
del Caballo de Troya.
203
Ciudadanos de dos mundos
38 En rigor la metáfora de las máscaras pareciera venir de Joseph Campbell, cuya clásica serie de libros
titulada Máscaras de Dios remite las religiones a un fondo común antropológico del cual emanan. El
estudio de Duarte muestra rasgos relativistas y pareciera (esto es una interpretación personal) que en las
últimas líneas del libro la posición cristocéntrica pudiera brindar una aclaración necesaria toda vez que el
autor es un pastor evangélico luterano.
204
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
205
Ciudadanos de dos mundos
mitad de la década de 1980, los evangélicos del polo conservador bíblico también
dispararon dardos contra las sectas. Pero ellos tenían otro concepto de quiénes eran
las sectas. Al mismo tiempo dejaban notar cierta preocupación ambigua por mos-
trar que había sectas: pero que ellos no eran sectas. A rigor, con la vara con la que
los evangélicos estaban siendo medidos, ellos midieron a los demás (cf. Frigerio,
1998b), según se tratase de organizaciones con puntos en común con el campo
evangélico (mormones, adventistas, testigos de Jehová, moonies, más tardíamente
las iglesias evangélicas provenientes del Brasil, especialmente la IURD, Igreja Uni-
versal do Reino de Deus), religiosidades populares vinculadas con la creencia en la ac-
tividad de los espíritus (umbandismo, espiritismo), creencias y prácticas provenien-
tes del Lejano Oriente (artes marciales, yoga, hinduismo Hare Krishna), la Nueva
Era y –en muchísimo menor proporción–, las devociones marianas (mariolatría).
Este frente enemigo del cristianismo incluía una multiplicidad de otras prácticas
consideradas como máscaras de Satanás: satanismo, ocultismo, y especialmente la
música rock heavy metal. Además de las entidades del panteón religioso popular,
tales como San La Muerte y el Pombero, a quienes nos hemos referido en el capí-
tulo 3 al hablar de la guerra espiritual en el “nivel estratégico”, contra espíritus ca-
paces de ejercer influencia sobre territorios y culturas, por contraste con los espíritus
de dominación sobre individuos por medio de enfermedades, hábitos compulsivos,
desgracias afectivas y económicas, objeto de “guerra espiritual al ras del suelo” en las
campañas de liberación y sanidad con impactos sobre públicos masivos. No deja de
ser llamativa la coincidencia de algunas de estas clasificaciones con las que apare-
cían en el reportaje a Silletta (1991) trabajado párrafos atrás.
En un primer halo de irradiación de estas posiciones en la Argentina aparecen
libros que tratan de identificar cristianismo correcto e incorrecto. En ese conjunto
los trabajos más amplios son los de Cabral (1980); Robleto (1986); Carro (editor),
1989).39 Este último merece una consideración aparte. El material de varios autores
compilado por Carro deja ver el problema que el sector evangelical del polo con-
servador bíblico, con predominio demográfico de los bautistas y hermanos libres,
enfrentaba para diferenciarse como una verdadera “iglesia” de las que debían ser
consideradas sectas. El libro presenta la preocupación y producción de la Sexta Con-
ferencia Bautista Latinoamericana celebrada en Santiago de Chile a del 11 al 17 de
octubre de 1989, dedicada específicamente al tema de las sectas. Los primeros artí-
culos, tienen por finalidad determinar qué son las sectas y en qué se diferencian la
39 Cabral, 1980: Religiones, sectas y herejías. 1986: Conozca quiénes son. Adventistas del séptimo día,
bautistas carismáticos, católicos romanos, luteranos, discípulos, episcopales, ciencia cristiana, metodis-
tas, moonies, mormones, pentecostales, presbiterianos, testigos de Jehová. Carro (Ed.), 1989: Sectas y
movimientos en América Latina. También hubo una importante producción de artículos. Véase por ejem-
plo Libert, 1989: “El movimiento de la Nueva Era. La falsificación de la esperanza. Un nuevo profetismo
místico que prepara el futuro advenimiento del Anticristo”.
206
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
40 Véase el trabajo del obispo metodista Federico Pagura, 1994: Movimiento Ecuménico por los Dere-
chos Humanos.
207
Ciudadanos de dos mundos
208
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
6.1. Introducción
Los análisis sociológicos de la validez del argumento del Caballo de Troya aplicado
a los evangélicos, llevan a la conclusión de que resulta difícil demostrar la existencia
de lazos entre un nodo de difusión imperialista situado en los Estados Unidos y
los movimientos evangélicos que servirían como Caballos de Troya para introducir
en América Latina la influencia imperial de la Nueva Derecha y la “revolución
conservadora” (Colonomos, 2001). En el presente título, siguiendo el modelo de
análisis aplicado sobre datos empíricos en el caso del Brasil por Freston (2001) y
Wilson (1993) trabajaremos alrededor de las siguientes dimensiones del argumento
del Caballo de Troya: (a) la dependencia económica e institucional de las iglesias
evangélicas; (b) la dependencia teológica y (c) la influencia política del movimiento
religioso sobre el campo de acción.
41 El testimonio de Paul Pretiz surge de un texto que este pastor escribe para la Latin American Mission,
y este hecho lo hace especialmente valioso garantizando su objetividad.
42 Wilson (1993), establece estos argumentos en el caso del Brasil sobre la base de un análisis de datos
estadísticos. Señala que la Unión de las Asambleas de Dios, iglesia pentecostal que en 1982 tenía la
mayor cantidad de miembros en el Brasil, 11.000.000 de personas, reportaba solamente 11 parejas
de misioneros, la mayoría involucrada en educación y publicaciones. Concluye: “Los datos existentes
indican muy claramente que los grupos que han experimentado el mayor, más impresionante crecimiento
son aquellos que han recibido la menor asistencia de las agencias subsidiantes norteamericanas” (Wil-
son, 1993: 188).
209
Ciudadanos de dos mundos
de los Estados Unidos y Europa, a través del Concejo Nacional de Iglesias de Cristo
(NCCC, Nueva York), el Consejo Mundial de Iglesias (Ginebra), la Federación
Luterana Mundial (Ginebra), las agencias de cooperación con sedes en países de
fuerte influencia protestante como ICCO de Holanda y Pan Para el Mundo de
Alemania, y las iglesias madre basadas en los Estados Unidos y países europeos
del norte. Los recursos de esa cooperación internacional sirven para pagar sueldos
de pastores, levantar edificios, equipar bibliotecas y oficinas, organizar congresos,
pagar viajes y becas. También las iglesias beneficiadas reciben pastores y profesores
que viven y trabajan en Buenos Aires pero reciben sueldos de sus iglesias madres
en el exterior u otras organizaciones de cooperación. Sin embargo, las que fueron
las primeras iglesias evangélicas en la Argentina, no logran nuevos adeptos y en
tal sentido funcionan como “los representantes del protestantismo numéricamente
inerte” (Freston, 1993b). Sus organizaciones, continúan no pasaron por procesos de
fragmentaciones locales y son las que más se atrasaron en su autonomía de las igle-
sias fundadoras (Freston, 1993a; Wynarczyk, 1999a), autonomía que nunca llegó a
ser verdaderamente total. A partir de la década de 1960 hubo un énfasis en cambiar
los nombres de las iglesias para darles un carácter local pero el resultado no fue más
allá en varios casos, del plano simbólico.
Mientras tanto las iglesias pentecostales crearon una segunda línea de iglesias
de pentecostalismo neoclásico, que como ya hemos visto en el capítulo 2, imitan las
estructuras del legado pentecostal original pero levantan administraciones autóno-
mas. El ejemplo paradigmático en la Argentina es el de la ALIDD, Asociación la
Iglesia de Dios. Posteriormente aun, generaron una tercera línea de iglesias inde-
pendientes siguiendo el impulso de los neopentecostales. En ese proceso además de
administraciones autónomas, inventaron nuevos roles y sistemas de gestión propios
muy eficaces y eficientes. Iglesias como Visión de Futuro, Ondas de Amor y Paz
crecieron en su cantidad de adeptos, sistemas de formación interna, obtención de
bienes materiales (Wynarczyk, 1989) y el mismo impulso alcanzó la cima sin dudas
en los desarrollos de la iglesia Rey de Reyes. Todas estas organizaciones por otra
parte presentaron una característica que explicaría tal vez el principal desafío a las
tendencias hacia la hegemonía en el campo religioso y cualquier forma de vertica-
lismo: la autogestión (Freston, 1993b: 38).
210
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
211
Ciudadanos de dos mundos
212
Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
(Wynarczyk, 2000a, 2003a, 2003b), y la apertura de sus templos a las reuniones del
movimiento durante la última dictadura (Klimovsky reportaje, 2005). Esta saliencia
del perfil público del polo histórico liberacionista, donde se situaría sin dudas lo que
constituye la intelligentzia del campo evangélico argentino, es también parte de un
legado cultural porque le da continuidad a la que ya obtuvieron con la participación
de líderes de sus congregaciones en las filas del liberalismo, el socialismo, la de-
mocracia progresista y la coalición Unión Democrática que se opuso al “autoritario”
Perón (capítulo 2).
A partir de las carencias señaladas como fruto de la falta de contacto con la
reflexión cristiana sobre la sociedad y el Estado (Freston, 2001) y las condiciones
sociales del público, hubo intentos de influir sobre los pastores del polo conserva-
dor bíblico de América Latina para brindarles recursos educativos y formar una
camada de líderes comprometidos con la política en una perspectiva afín con los
neo-conservatives cristianos de los Estados Unidos. El Leadership Institute presenta
los esfuerzos más notorios por la calidad de su planificación, realizada por acadé-
micos en política y gobierno de la Regent University, perteneciente (como el Club
700) a la vasta organización de Pat Robertson, basada en el estado de Virginia.
Estas iniciativas tuvieron lugar entre la segunda mitad de la década de 1990 y la
primera mitad de la del 2000, de manera que se encuentran en los márgenes finales
del rango temporal del estudio. No obstante vamos a referirnos a sus resultados. En
la gestión del programa del Leadership Institute tuvo especial incidencia un profesor
de la Regent University de origen rioplatense, que disponía de un conocimiento
personal de la cultura local. Sin embargo los seminarios internacionales del Lea-
dership Institute (a los que asistieron pastores argentinos en calidad de alumnos) no
muestran resultados llamativos. Por consiguiente nada indica que son instrumentos
capaces de favorecer los objetivos de la Nueva Derecha (estos datos confirman la
percepción de Freston, 2001).
En cuanto al comunismo, y suponiendo que su rechazo debería ser inducido
por la Nueva Derecha en el contexto de una política de Caballo de Troya, que-
da verificado entre los pentecostales que no le profesan simpatía (Saracco, 1989;
Wynarczyk, 1992; Cabrieres, 2005). Pero no hay mediciones empíricas de que tal
sentimiento tenga su origen en la conversión. En cambio parece coherente con el
alineamiento hacia las ideas del justicialismo y las marcas que dejó en la sensibili-
dad de muchos pentecostales esta doctrina generada por el primer peronismo en
la posguerra.
Hasta aquí, el crecimiento evangélico en la Argentina (y en general en América
Latina, Freston, 1993b: 29) no coloca en evidencia un destino político predetermi-
nado.43 Con respecto a la desmovilización de la violencia social, y suponiendo que
43 Esta afirmación podrá confirmarse más todavía al estudiar los intentos de los evangélicos del polo
213
Ciudadanos de dos mundos
en ella pudiera encontrarse otro de los objetivos de influencia sobre los sectores
populares buscados mediante el diseño maligno del Caballo de Troya, queda verifi-
cado en la Argentina que los conversos al pentecostalismo son renuentes a partici-
par en acciones colectivas violentas en las cárceles. Por el contrario los evangélicos
en prisión se comportan como los que encontraron un camino de resocialización a
partir de su teología, y como descubridores de una oportunidad de vivir la prisión
en otras condiciones. La conversión les da acceso a nuevos recursos organizativos
entre los cuales sin duda se encuentra la posibilidad de vivir en pabellones con otros
evangélicos. Solamente en este rubro de actividades cabe decir, que los evangélicos
fueron reconocidos y hasta promovidos por las fuerzas del Estado interesadas en
mantener el orden no violento, principalmente en la Provincia de Buenos Aires.44
En general el inactivismo político de los conservadores bíblicos, en línea con
la adopción de una visión del mundo de tipo dualista negativo que los orienta al
escape ascético radical, tiende a confirmar la hipótesis de la huelga social de los
pentecostales en América Latina establecida en pleno auge de la Teología de la Li-
beración en el continente por el estudio de Lalive D’Depinay (1968a) al cual ya nos
hemos referido. Pero no existen evidencias empíricas capaces de mostrar que los in-
dividuos que ingresan en las iglesias pentecostales, previamente eran políticamente
proactivos y después del “nuevo nacimiento” se volvieron renuentes. Por el contrario,
más bien habría indicios de que individuos cortados de la política ingresan en las
iglesias pentecostales, como se desprende del análisis sobre los orígenes sociales de
los pentecostales a partir del estudio de Lalive D’Epinay.
conservador bíblico por crear partidos políticos confesionales, un proyecto que se extendió entre 1990 y
el 2001, concluyendo en su cierre definitivo (véase Wynarczyk, 2006).
44 Sobre la actividad de los presos evangélicos en motines y guerras de presos, véase: “Qué hicieron
los presos evangélicos durante los motines en las cárceles. El análisis de Samuel Desimone”, Periódico
interdenominacional evangélico El Puente, Mayo de 1996: p. 6. Sobre el fenómeno de combates entre
presos en la cárcel de la ciudad de Coronda, Provincia de Santa Fe, en abril del 2005, y la participación
de los presos evangélicos que moderó el nivel de la violencia, cuyas dimensiones dantescas incluyeron
degollados e incinerados vivos, véase: “Si no estaban los pastores, la masacre hubiese sido mucho
peor”. Rosario, diario La Capital, 17 de abril del 2005. También véase: Clarin.com, 14 de abril del 2005;
La Nación On Line, 16 de abril del 2005; Clarín.com, 17 de abril del 2005. Sobre el trabajo de los evan-
gélicos en las prisiones, véase: “Una tarea de misericordia, 21 años de servicio”, en: Boletín SACDEM.
(Servicio Asistencial Cristiano al Detenido y al Enfermo Mental, organización evangélica), Número 14,
diciembre del 2004.
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Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
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Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 4 Crecimiento y amenaza
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Capítulo 5
1. Introducción
Como hemos visto en el capítulo anterior, el conjunto formado por las iglesias
del campo evangélico registraba un importante crecimiento demográfico en la fase
1985-1990. Ese acontecimiento, cuyo dinamismo se encontraba en el polo con-
servador bíblico, marca el proceso de diversificación del mercado religioso en la
Argentina. Pero la piedra angular (cornerstone) continuaba siendo la Iglesia Cató-
lica (Navarro Floria, 2002: 341). Tomados en consideración esos hechos, es de los
evangélicos de donde debía emanar el principal desafío al monopolio de la Iglesia
Católica y la casa de cristal en la que se encontraba guarnecida su influencia en la
sociedad argentina. Sin embargo las reacciones de control capaces de movilizar
fuerzas del Estado para limitar el crecimiento de cultos no católicos, se inspiraron
en una serie de escándalos protagonizados por grupos no-evangélicos a partir del
año 1989. Aunque eran muy pequeños estos grupos resultaban más aptos como
disparadores de procesos (tigger cases) de contramovilización. Eran más desviantes
que los evangélicos con respecto a las pautas culturales de la sociedad argentina,
sobre todo en cuestiones de moral sexual y familia. Los escándalos adquirieron
el carácter de problemas sociales bajo debate, gracias al incremento del estatus de
los principales activistas antisectas (Silleta y Baamonde), situados como expertos e
investigadores frente a los medios. Como referentes y asesores del Estado después,
alcanzaron alguna influencia en la Justicia, Legislatura y la Secretaría de Culto
(Poder Ejecutivo).
Los activistas usaron secuencialmente tres perspectivas de ingreso al tema, la in-
vasión imperialista articulada en un complot (el Caballo de Troya), el lavado de ce-
rebros como herramienta de coerción psicológica, y la conculcación de los Derechos
Humanos a consecuencia de la aplicación del lavado de cerebros (Frigerio, 1996b:
34, 35). La incorporación por parte de Silleta de un lenguaje a la vez científico y hu-
manista-progresista (políticamente correcto) permitía una buena resonancia con las
propiedades ambientales del debate público postdictatorial. Pero fue la perspectiva
del lavado de cerebros como un modelo presumidamente científico, el que les dio a
219
Ciudadanos de dos mundos
los activistas antisectas una estatura técnica confiable frente a su audiencia.1 Entre
1989 y 1993, el activismo antisectas constituyó la polea de trasmisión que facilitó
el traslado del “problema de las sectas” de la arena pública de debate en los medios
a la arena jurídica, con sus necesarias variaciones en las retóricas e instrumentos
de acción. Independientemente de que se lo propusiera en forma explícita o no, el
objetivo del contramovimiento consistía en levantar barreras en el entorno institu-
cional de los procesos de oferta y demanda de las religiones. Para eso era necesario
que el Estado actuase. De esta manera se desenvolvió un proceso de interacciones
en el que nos importa ver el rol de determinados agentes: los grupos considerados
como desviantes y protagonistas de situaciones presentadas en los medios como
escándalos, los activistas, los funcionarios del Estado y los evangélicos movilizados
para reclamar derechos.
El desarrollo de los argumentos a partir de ahora toma en consideración el aná-
lisis de las arenas de debate en las que tiene lugar la definición de los problemas,
las características de las definiciones y los actores que las ponen en circulación. La
arena más importante será la jurídica.
De acuerdo con este “modelo de las arenas públicas” (Hilgartner y Bosk, 1988;
Frigerio y Wynarczyk, 2003), la naturaleza de la arena de debate donde tiene lugar
un conflicto va a orientar también el carácter de la movilización en lo referente a
las tácticas y el tipo de discurso aplicado (Rucht, 1988), toda vez que las formas
de la confrontación están estrechamente asociadas con propiedades ambientales
(Tarrow, 1988) o del contexto del debate.
De esa manera una confrontación puede tomar formas jurídicas (Gamson y
Meyer, 1996; Appelrouth, 1999) cuando los movimientos sociales confrontan bu-
rocracias estatales para formar o modificar políticas gubernamentales y entran en la
más amplia esfera de poder del Estado: el sistema legal.
2. La arena jurídica
Para comprender los hechos de este capítulo y los actores que los protagonizan es
importante definir la arena jurídica en cuyo interior tienen lugar. El objetivo de este
punto es aclarar el entramado de regulaciones del Estado que le dan forma a dicha
arena y que la constituyen en un espacio de interacciones y disputas en el período
de investigación que nos ocupa, entre 1980 y 2001. Es importante notar que en el
proceso interactivo se encuentran involucrados también sectores que, afines a la
1 La construcción de este marco de análisis y su instalación en los medios de comunicación masivos fue
un objeto exhaustivamente estudiado en la sociología especializada en la Argentina. Cf. Frigerio, 1993d,
1996b, 1998b, 1998a y b, 2000a, b, c; Frigerio y Oro, 1998.
220
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
2 Esta perspectiva atraviesa la historia del análisis político hasta la actualidad. Cf. García Hamilton, 1998,
2006. En el ámbito protestante, son clásicos al respecto los trabajos de Mackay, en especial El otro
Cristo español: Un estudio de la historia espiritual de España e Hispanoamérica, primera edición 1933,
editado en Buenos Aires por La Aurora en 1952.
221
Ciudadanos de dos mundos
ordenado a asegurar un monopolio colonial con “las miras amplias y generosas del
nuevo régimen americano” y celebró la existencia del Tratado de Amistad, Comercio
y Navegación con Inglaterra del 2 de febrero de 1825, que concedía la libertad de
cultos en el Río de la Plata a los súbditos británicos (Alberdi 1984: 70-72, edi-
ción original revisada de 1858).3 Los sueldos del Estado para los obispos,4 curas
y seminaristas representan una suma poco representativa para las finanzas de la
nación y de la misma iglesia. Pero la iglesia cuenta sin embargo con una situación
privilegiada en otros aspectos para acceder a las capellanías en las fuerzas armadas y
de seguridad, la obtención de recursos para programas de acción social, la apertura
de radios de frecuencia modulada y la obtención por cuenta del Estado de pasajes
aéreos de clase ejecutiva para sus obispos, la instalación de monumentos a la Virgen
en oficinas gubernamentales y espacios públicos.
En segundo término, la ley 340 del Código Civil de la República Argentina,
promulgada en septiembre de 1869 y reformada parcialmente en abril de 1968 por
otra ley (17.711), establece, de acuerdo con principios universales del derecho, el
axioma que divide las personas jurídicas en dos tipos, de carácter público o privado.
Luego indica que tienen carácter público, el estado nacional, las provincias y los
municipios, las entidades autárquicas, y la Iglesia Católica (Argentina, Secretaría de
Culto 2001: 154). Esas dos regulaciones jurídicas, de la Constitución y del Código
Civil, constituyen la piedra angular (cornerstone) del sistema de relaciones entre el
Estado y la Iglesia Católica, que a su vez determina el origen de una asimetría de
estatus con los otros cultos. Esta asimetría se torna una fuente de tensiones cre-
cientes en la medida en que otros interlocutores religiosos paulatinamente ganan
gravitación en la sociedad argentina.
3 Nuestras referencias al siglo XIX serán las mínimas indispensables. Para una ampliación del tema con-
sideramos la fuente más autorizada el trabajo de Mecham 1934 (275-304).
4 4.200 pesos en el año 2005, equivalente a unos 1400 dólares aproximadamente. Los obispos se
jubilan con el 70 % de ese sueldo.
222
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
5 Con la reforma religiosa de Rivadavia a comienzos del siglo XIX el regalismo tuvo una expresión bas-
tante semejante a la que adquirió en España, con prácticas tales como la enajenación de bienes de la
iglesia. Cf. Carácano, 1973, tomo II: 937.
6 Para un análisis de los diferentes enfoques del problema, planteado desde una perspectiva católica
favorable sin embargo a una amplia protección de la libertad religiosa con sus consecuencias pluralistas,
cf. Bosca, 2003.
223
Ciudadanos de dos mundos
7 Acuerdo entre la Santa Sede y la República Argentina, suscripto el 10 de octubre de 1966, aprobado
por ley 17.032, promulgado el 23 de noviembre de 1966. El texto figura en el Boletín Oficial del 22 de
diciembre de 1966. Para una visión ampliada de este acuerdo y otros sobre jurisdicción castrense de
la iglesia y envíos de valijas diplomáticas, ver Argentina, Secretaría de Culto, 2001: 137 a 149. Para un
comprensión del sentido del acuerdo en la perspectiva del pensamiento católico posconciliar, a partir de
la encíclica Dignitatis Humanae, cf. Bosca, 2003: 101 y Busso, 2000: 249-250.
8 Ni el presidente Arturo Frondizi ni el Papa Juan XXIII, ambos protagonistas principales de las negocia-
ciones, gestadas a partir de noviembre de 1958 (Frías, 1975:21), pudieron intervenir en la culminación
de este proceso histórico de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en Argentina. En marzo de 1962,
cuando ya las negociaciones estaban llegando a buen término, un golpe militar derrocó al presidente
Frondizi con el consiguiente estancamiento del acuerdo. Luego cuando el presidente Arturo Illia reanudó
las negociaciones en 1965, durante el pontificado de Paulo VI, hacía más de dos años que el papa Juan
XXIII había muerto. Finalmente el concordato pudo ser firmado en 1966 durante la presidencia de otro
general, Juan Carlos Onganía, que a su vez derrocó el gobierno del presidente Illia (Zuretti, 1972: 458–
459, Centeno, 1977: 3-16; Donini, 1985: 56). Para un estudio del Concordato a partir del testimonio de
sus principales actores, cf. Centeno, 1964; Estrada, 1963; Frías, 1975. Para un análisis técnico jurídico
especializado, véase Padilla, 1996; Padilla y Floria, 2001. Importantes datos para esta investigación se
encuentran en los testimonios personales del Dr. Ángel Miguel Centeno vertidos en reuniones públicas y
reportajes, que permiten delinear los puntos básicos de la trama histórica.
224
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
9 La percepción de estas semejanzas aparece entre los evangélicos. Cf. Canclini, 1993: 30.
10 La creación del fichero de cultos en 1946, amerita una discusión específica (que no corresponde a los
límites propuestos para esta investigación), toda vez que en ese momento las minorías religiosas distintas
de la Iglesia Católica constituían un porcentaje posiblemente no superior al 5 % de la población. Para una
primera aproximación al tema en base a las opiniones de los evangélicos del polo conservador bíblico en
ese momento, cf. Bosca, 1997: 245 – 250.
225
Ciudadanos de dos mundos
iglesias distintas de la católica son personas de derecho civil (por contraste con las
personas de derecho público en cuyo ámbito se encuentra la Iglesia Católica por
artículo 33 del código civil). Pero no existe para ellas una personería jurídica espe-
cífica de tipo religioso. Las organizaciones religiosas distintas de la católica tienen
que brindar informaciones sobre sus creencias, prácticas, historia y los nombres de
sus autoridades e inscribirse, obligatoriamente, en calidad de organizaciones re-
ligiosas en el Registro Nacional de Cultos. Sin embargo dicha inscripción no les
otorga status de personas jurídicas. Por ese motivo las entidades deben ser inscriptas
también en la Inspección General de Justicia y organismos provinciales competen-
tes (Navarro Floria, 2003: 174).11 En virtud de ambos registros en las oficinas del
Estado, las organizaciones religiosas distintas de la católica son asociaciones civiles
como los clubes sociales y deportivos, pero cuentan en forma paralela con un núme-
ro llamado “Fichero de Culto”. El nombre “fichero”, que en realidad alude al hecho
de poseer un comprobante de inscripción en un Fichero del Estado, de acuerdo
con el decreto que lo creó durante la administración justicialista en 1946 (Bosca,
1997) resuena como un estigma en la cultura argentina, toda vez que en argot rio-
platense la palabra fichar equivale a “marcar” (también del argot) y a vigilar. No por
nada, fichar es una palabra muy usada por los delincuentes, policías y encargados
de seguridad. Tal vez por eso el término ha sido suplantado por el de “constancia
de inscripción”. Pero entre muchos de los evangélicos sigue la costumbre de usar la
expresión “fichero de culto”.
La inscripción en definitiva “obliga a las iglesias y comunidades a disfrazarse
civilmente para tener los beneficios de la libertad religiosa” (Do Campo, 2004:
164). Por otra parte tiene consecuencias de segundo orden en cuanto al formato
interno de sus organizaciones, porque las comunidades religiosas precisan adoptar
estructuras adecuadas a las leyes de asociaciones civiles, lo cual implica la existen-
cia de presidentes y otras figuras institucionales que algunas iglesias no tienen, ni
quieren tener, precisamente debido a su historia y sus creencias originarias (Wy-
narczyk, 2004: 150).
3. Activismo antisectas
3.1. Los escándalos como hilo conductor en la construcción del debate sobre
sectas
En el lapso de 1989-1991, los escándalos sobre corrupción de menores entre los
Niños de Dios, también conocidos como La Familia, así como los de una agrupación
11 El funcionamiento real de esta norma es bastante ineficaz debido a contradicciones operativas (y
constitucionales). Para un análisis al respecto ver Navarro Floria, 2003.
226
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
denominada Las Ocho Reinas, sirvieron para hacer trascender a los diarios, revistas
y la televisión, el tema de las sectas, ahora encuadrado en el contramarco del bra-
inwashing y las organizaciones autoritarias, donde las conductas y los pensamientos
de los adeptos quedan bajo control total. Recordemos sin embargo que el tema ya
había sido presentado antes de acuerdo con el contramarco de “la invasión de las
sectas” (Frigerio, 1993d). Estos escándalos a la vez que permitían colocar el tema
como un problema social en la arena de debate público, lograban otro efecto: lo
transportaban a la arena de la Justicia.12 Si bien envolvían pocas personas, los escán-
dalos presentaban todos los atributos tipificados por el contramarco del movimien-
to antisectario: coerción psicológica, lavado de cerebro, privación de libertad, vigi-
lancia continua de las acciones y los pensamientos, perversión de menores, tráfico
de niños, tráfico de órganos de los niños, promiscuidad sexual, dirigentes psicópa-
tas, creencias perversas, empleo de mujeres bonitas para captar adeptos, historietas
pedagógicas de sexo explícito. De acuerdo con la escala de clasificación manejada
por los activistas antisectas, todos los rasgos convergían sobre el tipo de agrupacio-
nes amenazantes para las personas y las familias. Para esa época el problema de las
sectas comenzó a pasar de la arena pública de los medios a la arena de la justicia, y
de hecho quedó instalado “transversalmente” en las dos (Frigerio, 1993d). De esta
manera alcanzó la esfera de acción del Estado.
En el decurso de 1986 a 1995, como parte del proceso de contramovilización el
estatus de los activistas alcanzó el nivel de expertos convertidos en los principales
intérpretes y referentes sobre el problema de las sectas, primero para los medios,
después para la justicia y finalmente para algunos legisladores. La obtención de
prestigio e influencia fue resultado de una cadena de agregación de valor por me-
12 Y también lo transportaban al interior de la Iglesia Católica. Dentro de esta existía un auge disruptivo
de carismáticos y un sector contramovimentista que quería “presentarles batalla”. Faustino Rosas (1989,
El Informador Público) presenta una de las más completas descripciones del panorama del campo reli-
gioso argentino y sus pujas internas activadas alrededor del problema de las sectas. Incluye a la Secreta-
ría de Culto entre los actores y muestra asimismo las tensiones al interior del campo católico relacionadas
con su propio movimiento carismático. La relevancia de esta fuente surge del hecho de que El Informador
Público, de notable circulación en Buenos Aires durante un período de existencia de una década con la
dirección de su fundador Jesús Iglesias Rouco, hizo a lo largo de varios artículos, firmados por Faustino
Rosas, Román de Angelis y Ramón Vázquez, un tratamiento exhaustivo de problemas del campo reli-
gioso, con foco en la Iglesia Católica y extensiones hacia el tema de las “sectas” y los evangélicos. En
segundo término, esta fuente era significativa para los propios evangélicos. Dos notas del 15 de junio de
1990, firmadas por Faustino Rosas en la página 20 de El Informador, dieron lugar a una respuesta del
pastor Samuel Líbert (véase El Puente: “¿Periodista cómico? Las delirantes notas de Rosas”, agosto de
1990, p. 11). Líbert pertenecía al sector evangelical. Cuando escribió la nota era presidente de la Comi-
sión de Teología de CONELA, Confraternidad Evangélica Latinoamericana, de orientación conservadora
y en cierta forma la antípoda del CLAI, Consejo Latinoamericano de Iglesias (históricos liberacionistas).
Líbert acusaba a Rosas de decir cosas inventadas (“de ciencia-ficción”). Una de las notas de Rosas se
titulaba: “El auge de las sectas: las iglesias libres y los grupos pentecostales preocupan al catolicismo y a
los protestantes”. Y la otra: “Extrañas prácticas religiosas crecen en toda América Latina”.
227
Ciudadanos de dos mundos
dio de una gama de recursos comunicacionales contra las sectas: libros, artículos,
reportajes, y con el tiempo páginas en internet. Los recursos organizativos se vieron
incrementados con la creación de dos fundaciones a las que ya nos hemos referido
en el capítulo 4. El Servicio para el Esclarecimiento en Sectas, dirigido por el psi-
cólogo católico José María Baamonde, surgió a fines del año 1990. La Fundación
Argentina para el Estudio de las Sectas, FAPES, dirigida por el periodista Alfre-
do Silleta, surgió en abril del 1991. Con mayor peso institucional, los activistas
antisectas comenzaron a involucrarse en causas jurídicas también como expertos.
Asociados a sus afinidades en cada caso (Silleta junto al peronismo, Baamonde con
algunos dirigentes de la Iglesia Católica) los recursos organizativos y la agregación
de valor obtenida con mucho trabajo enfocado siempre sobre el mismo tema, les
permitieron más tarde a los dos principales activistas, contar respectivamente, en el
Poder Legislativo de la provincia de Buenos Aires y la Secretaría de Culto de la Na-
ción, con el mismo reconocimiento que habían ganado en los medios y la Justicia.
228
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
13 También fui contactado en 1994 por una pareja de nativos de otros países hispanoamericanos que
se presentaron como evangelicales y luego me dijeron su filiación real.
229
Ciudadanos de dos mundos
14 Entre 1995 y 1999 aparecieron productos mediáticos sobre sectas. Algunos fueron muy agresivos
hacia los evangélicos. Sin embargo, no se produjeron repercusiones a partir de estos productos. En
1995 el trabajo de Jorge Alcalde y Cristina Di Pietro: “La amenaza de las sectas. ¿Quién las financia?
¿Cómo actúan? ¿Son realmente peligrosas?” (revista Muy Interesante, Número 122, diciembre, pp.,
12-17). Este artículo sigue los lineamientos de la literatura de los activistas antisectas, y de acuerdo con
las características del género presenta la “ficha técnica” de diversas organizaciones, entre las cuales no
falta, como es de rigor, “la secta Moon”. En 1996 el trabajo de la periodista Leila Guerriero: “Dios atiende
en el cine de la esquina. Pastor Giménez y Cía. Mesías electrónicos” (revista del diario La Nación domi-
230
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
nical, 8 de diciembre, pp. 30-41). Este artículo, extremadamente extenso para el medio que lo hospeda,
trabaja sobre la descalifación de los evangélicos a partir de los ministerios neopentecostales de Carlos
Annacondia, Omar Cabrera, Claudio Freidzon y Héctor Aníbal Giménez. Para esa época estos ministerios
habían sido estudiados con bastante precisión, desde 1989, por sociólogos de la religión nucleados en
la Asociación de Cientistas de la Religión en el Mercosur. Este dato induce a creer que la autora siguió la
misma ruta. Los líderes del Consejo de Pastores de la Ciudad de Buenos Aires enviaron una protesta al
director de La Nación, Bartolomé Mitre, el 13 de diciembre de 1996, firmada por los pastores Jorge Himi-
tián y Carlos Mraida. Consideraban que el artículo era el producto insultante de una persona que no sabía
de lo que estaba escribiendo, pero marcaron su distancia con el pastor Giménez, “que fuera expulsado
de toda entidad evangélica y oportunamente informado a la prensa, cosa que, como de costumbre, no
se publicó”. En 1999 el trabajo de Eduardo Blaustein y Ximena Sinay: “Los magnates de la fe. El poder
de la Iglesia Universal del Reino de Dios. Desembarco masivo de una poderosa iglesia brasileña” (Revista
Tres Puntos, 18 de junio, pp. 9-17). Esta nota, también extensa para esta clase de medios informativos,
se refiere a una iglesia que no se encuentra en comunión con todas las otras que componen el campo
evangélico aquí estudiado. Solo en forma tangencial puede hacer algún efecto de tipo desinformativo
sobre personas que no conocen a las iglesias evangélicas y han sabido algo de los “televangelistas”.
Pero los autores echaron mano al paradigma de la invasión y el complot.
231
Ciudadanos de dos mundos
que la Argentina es una nación católica (Roldán, 2001: 12), la Iglesia Católica tiene
una preeminencia histórica y sociológica, esta preeminencia se encuentra plasmada
en el artículo 2 de la Constitución (op. cit.: 48). De acuerdo con dichos argumentos,
en la Argentina no puede haber una ley de igualdad de cultos porque solamente hay
igualdad entre iguales, y la Iglesia Católica y los demás cultos no son iguales en el
contexto argentino, por sus características históricas y sociológicas (ídem: 47, 54).
Marchar contra la preeminencia de la Iglesia Católica es ir contra la patria, a favor
de la “descristianización de nuestro derecho público” (p. 77). La modificación de la
ley de facto 21745 propuesta por la Secretaría de Culto a partir de 1990 prepara una
futura supresión del artículo 2 de la Constitución (p. 159).15
En relación con el argumento del fundamento sociológico de la preeminencia
real y objetiva de la Iglesia, queda claro para nosotros que contiene una falla im-
portante. Los autores en nunca toman en cuenta la vasta literatura especializada
sobre el crecimiento de las agrupaciones evangélicas que alcanzan públicos popu-
lares en América Latina. Lo que esta literatura enseña, como ya hemos visto en el
capítulo 2, es precisamente que la expansión de los movimientos sociales religiosos
evangélicos de cuño popular por su inserción predominante, tienen precisamente una
fuerte conexión con las características sociológicas del contexto, cuyos atributos ambienta-
les reproduce. En el caso de los pentecostalismos, es notorio que surgen del terreno
sociológico de las capas inferiores y la exclusión, aunque no es posible asumir un
argumento estructuralista radical según el cual, dado A (posición social) sucederá
B (alguien se hará pentecostal). Es notorio también que estas agrupaciones se
expanden siguiendo líneas de continuidad con la herencia cultural de su ambiente,
incluida la católica (Semán, 2000a), a la vez que en ciertos contextos como el de
Chile en la década de 1960, quedó constatada (Lalive D’Epinay, 1986a) la relación
que presenta el crecimiento pentecostal con las estructuras rurales tradicionales
que expulsan población hacia centros urbanos. No volveremos en detalle sobre es-
tos asuntos trabajados en el capítulo 2. En fin, en todos los casos es notorio que la
expansión de nuevos movimientos religiosos logra impacto precisamente porque
puede apelar a las demandas y condiciones de los públicos a los que se dirige, es
decir, porque tiene raíces sociológicas en lo que constituye su campo de acción. Sin em-
bargo el tema no es tomado en consideración y discutido, porque aparentemente
la fundamentación sociológica significa una supuesta conexión entre el público ar-
gentino y la Iglesia Católica dada por sobre-entendida, casi como una entelequia.
Cabe hacer notar aquí el carácter orgánico que gradualmente obtuvieron es-
tos intelectuales, entendiendo por tal organicidad la capacidad de poner sus ideas
al servicio de acciones prácticas en las políticas públicas del Estado. Todos ellos,
15 La portada del libro precisamente tiene la figura de un mapa de la República Argentina dividido en
pedazos y una mano con una tijera que corta el mapa.
232
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
16 Con posterioridad al año 2001, límite cronológico de nuestra investigación, solamente merece des-
tacarse la aparición del libro ¡Cristo llame ya! (Seselovsky, 2005), dedicado sustancialmente a presentar
a los evangélicos del polo conservador bíblico, y en especial el sector de los pentecostales, en términos
del paradigma interpretativo del Caballo de Troya predominante en la década de l980: agrupaciones
de reaccionarios sexuales y políticos que penetran en la cultura, la sociedad y el estado a través de su
presencia en actos en el congreso y las capellanías en las cárceles (Wynarczyk, 2005b). De esta forma
el discurso antisectario dependentista (sectas aliadas del imperialismo) volvió a circular, pero ya no tuvo
efectos subsecuentes mayores en la arena del debate público en los medios. Los dirigentes de ACIERA y
CNCE, principales afectados por ¡Cristo llame ya!, no reaccionaron públicamente a la aparición del libro.
De esta manera la tendencia marcada previamente aquí continúa a ser confirmada.
233
Ciudadanos de dos mundos
17 Centeno, 2002. Ponencia sobre la gestión de la Secretaría de Culto en el Seminario sobre Libertad
Religiosa Organizado por el Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR). Universidad Nacional
de Córdoba, octubre, 2002, pp. 21-22.
18 Este trabajo de Alberto Padilla se encuentra también en formato digital en www.calir.org.ar.
19 Las figuras clave del quid pro quo eran, de parte del entorno del menemismo el embajador Esteban
Caselli, y de parte del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano Estos problemas han sido expuestos princi-
palmente en el ámbito del periodismo especializado en crónicas del campo católico. De hecho el con-
flicto entre los obispos alineados y no alineados con el menemismo constituye un tema que trasciende
ampliamente el período de gobierno de Menem y llega hasta la actualidad. Cf. Rubín, 2006: La iglesia en
un debate de rumbos y liderazgos. Gerschenson, 2005: La interna de los púlpitos. Citamos estas piezas
porque brindan amplia información del problema y los principales actores. Pero hay numerosas notas al
respecto en los diarios Clarín, La Nación, Página/12 y revistas semanarias.
234
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
235
Ciudadanos de dos mundos
plazar (de hecho: expulsar) a los católicos liberales. Como ya dijimos, durante los
finales del gobierno del presidente Carlos Saúl Menem el Poder Ejecutivo trasladó
la Secretaría de Culto a dependencias del Ministerio de Interior, presidido por el
abogado Carlos Corach –del corazón del menemismo–, y la dejó bajo la influencia
de tradicionalistas bien relacionados con los obispos más conservadores. La posibi-
lidad de ofrecer recursos financieros del Estado para trabajos de beneficencia social
eclesiástica podría haber jugado un papel instrumental en las relaciones del Estado
con la Iglesia al nivel doméstico. De cualquier manera y si esto, enunciado aquí como
una suposición plausible, fue así, implicaba de un lado, contrabalancear el poder de los
obispos críticos hacia la gestión del gobierno, y dejar en manos de los funcionarios
tradicionalistas la posibilidad de implementar una política más restrictiva hacia las
inscripciones en el Registro Nacional de Culto. La siguiente nota de análisis perio-
dístico, entre otras notas de carácter parecido, tiende a avalar esa hipótesis:
El año pasado (2005) Rey (Monseñor Rafael Rey, que renunció a la diócesis de Zá-
rate-Campana, que condujo por catorce años) denunció que a fines de los años 90
el ex ministro del Interior Carlos Corach le había ofrecido en nombre del gobierno de
Carlos Menem una ayuda de 300.000 pesos mensuales que el obispo rechazó por
no considerarlo un mecanismo “transparente”. En esa oportunidad, Rey recordó que
el episodio de la oferta de dinero “comenzó en 1998 con un llamado de Esteban Ca-
selli, que era embajador argentino ante el Vaticano. (...) A Caselli se lo suele vincular
con sectores eclesiásticos considerados conservadores desde el punto de vista de
su conducta política, los mismos a los que habría aludido ayer Rey al referirse a la
oposición que encontró dentro mismo de la Iglesia a su actividad pastoral en Cam-
pana (Premat, 2006: 20).
20 La inclinación hacia una política de mayor tolerancia hacia los cultos no católicos en el contexto de la
Unión Cívica Radical tiene un claro antecedente en la gestión presidencial de Raúl Alfonsín en la década
de 1980, precisamente cuando tuvo lugar la explosión de crecimiento evangélico. Esta tolerancia en
Alfonsín podría tener dos líneas de origen (Maróstica, 1997: 208). En primer lugar, el gobierno de Alfonsín
se caracterizó por la tolerancia hacia la desviación social que se expandió durante la resurrección de la
democracia y el gobierno civil. En segundo lugar, Alfonsín no cortejó a la jerarquía católica por medio de
políticas de quid pro quo en materia de temas de moral familiar. Por el contrario la campaña para legi-
timar el divorcio, que resultó exitosa en 1985, le ganó la activa oposición de una parte importante de la
jerarquía católica y de los nacionalistas católicos. Por otra parte, Alfonsín tuvo un papel central en el juicio
a las Juntas Militares, que a la inversa contaron con la simpatía o el silencio de parte de los prelados. El
gobierno de Menem en cambio, en diciembre de 1990, dictó la ley del perdón que benefició al general
Videla, al guerrillero Mario Firmenich y otras personalidades afines. Nuevamente aquí, la política hacia lo
no católicos parece haber sido un reflejo y epifenómeno de las relaciones con los católicos.
236
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
A lo largo de todo esto proceso, tanto a Centeno como a Padilla los acompañó
Juan Navarro Floria, un profesional altamente especializado en derecho eclesiástico
de Estado.21 Sin embargo desde fines del año 2001, Fernando de la Rúa abando-
nó la presidencia en una situación de muy grave conflicto institucional, el partido
justicialista volvió a la titularidad del Poder Ejecutivo Nacional y el equipo de los
profesionales mencionados debió retirarse de la Secretaría de Culto. Este equipo de
la Secretaría de Culto sostuvo durante su gestión una actitud de énfasis legalista en
la necesidad de encuadrar las relaciones del gobierno argentino con el Vaticano en
los canales institucionales establecidos por el sistema jurídico, establecer una políti-
ca de culto con carácter de política de estado, respetar la libertad religiosa, mejorar
las relaciones con los grupos no católicos y mantener la independencia del juicio
valorativo hacia las agrupaciones religiosas con respecto a las desviaciones en las
que algunos de sus líderes podían incurrir (Centeno, 1999). La posición se erguía en
contraste con el manejo personalizado de los vínculos entre el Poder Ejecutivo y el
Vaticano, y al mismo tiempo hacía poco y nada permeable el equipo a la influencia
de los activistas antisectas.
Como parte de esa visión estratégica, el equipo de la Secretaría de Culto trató
de producir, desde el comienzo de su gestión, una regulación jurídica que reempla-
zase la ley 21745. No obstante, es posible establecer cierto grado de relación, por
lo menos cronológica, entre algunas de sus iniciativas y los hechos que tenían lugar
en el contexto argentino a raíz de escándalos de grupos religiosos muy desviantes
(Frigerio y Wynarczyk, 2003). Por otra parte, en toda su gestión, el equipo de la
Secretaría de Culto debió actuar con gran prudencia política tratando de conseguir
consenso y diálogo de parte de actores del campo católico y del campo evangélico.
Los segundos, en la década de 1990 comenzaron a jugar un rol en el tema de la
formulación de una nueva ley de culto, como veremos en un punto específico más
adelante. La intención del equipo de la Secretaría de Culto fue llegar a terminar un
proyecto de ley y pasarlo al poder legislativo desde las oficinas correspondientes del
poder ejecutivo nacional. El equipo estuvo a un paso de conseguirlo, precisamente
en el año 2001, aciago para el gobierno del presidente de la Rúa.
Aunque los estudios para modificar la ley 21.745 comenzaron durante el gobier-
no de Raúl Alfonsín en la década de 1980 (Roldán L., 2001), fue en 1990 cuando
la Secretaría de Culto desarrolló una primera versión del anteproyecto, que pasó por
varios escalones de consulta y ajuste. En 1990 el primer texto producido fue discuti-
do con constitucionalistas destacados como Pedro Frías, que contaba con una trayec-
21 Navarro Floria, venían acumulando experiencia en este sector del Estado desde la gestión del presi-
dente Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical, que dio comienzo a un ciclo de gobiernos democráticos
a partir de 1983. Fue asesor del titular de Culto Juan Carlos Palmero, abogado de la ciudad de Córdoba
y profesor de derecho, así como de su sucesor, Ángel Miguel Centeno, y luego Jefe de Gabinete de la
gestión de Norberto Padilla.
237
Ciudadanos de dos mundos
toria en la materia desde que fue embajador en el Vaticano en la década del 1960, y
Germán Bidart Campos. Durante 1991 el documento fue tratado ampliamente con
el consejo de asuntos jurídicos de la Conferencia Episcopal Argentina. En septiem-
bre de 1991 el proyecto fue puesto a consideración de grupos no católicos. La Secre-
taría de Culto obtuvo reacciones de cuarenta organizaciones, entre ellas FACIERA
(predominio evangelical) y FECEP (predominio pentecostal), representativas del
polo conservador bíblico. En 1992 el proyecto fue vuelto a escribir tomando en cuen-
ta las reacciones y luego el equipo de la Secretaria de Culto lo presentó por segunda
vez a la Conferencia Episcopal Argentina para conocer su opinión. El presidente de
la CEA, Cardenal Quarracino, y el secretario general, Monseñor Arancibia, notifica-
ron por escrito su conformidad con el proyecto, que para entonces había pasado por
cuatro rondas de consulta.22 En el mismo año El Poder Ejecutivo envió el proyecto al
Senado de la Nación (octubre). Durante 1993 El Senado lo aprobó por unanimidad
(junio). Según el memorando (véase nota al pie de página inmediata anterior) el pro-
yecto de la Secretaría de Culto “con media sanción recibió numerosos comentarios
elogiosos de especialistas argentinos y extranjeros (…). También fue tomado como
base para la legislación en la materia en otros países (como Colombia)”. En 1994 El
proyecto no fue tratado en la Cámara de Diputados y perdió estado parlamentario.
Sin embargo, pasó a ser conocido como el Proyecto Centeno y resultó el punto de
referencia de las iniciativas de la Secretaría de Culto hasta el fin del año 2001.
El memorando de la Secretaría de Culto explica que la razón de que el proyecto
en 1993 no fuese tratado en la Cámara de Diputados fue una situación de empate
entre posiciones extremas de evangélicos y católicos. El memorando lo explica así
(Roldán L., 2001:69): “Fue la persistente acción de algunos grupos de cristianos
evangélicos, que se opusieron a la ley por considerarla demasiado favorable a la Igle-
sia Católica. Llamativamente, también hubo grupos católicos que, no oficialmente,
presentaron objeciones por creer que no respetaba suficientemente los privilegios
que consideraban debidos a la iglesia”.
Posiblemente el punto más débil del proyecto en esa fase de se desarrollo, se
encontraba en las condiciones que ponía para el registro de cultos en términos de
caudal demográfico y extensión de la presencia en el territorio nacional, imposibles
de alcanzar por agrupaciones religiosas menores (entre las cuales predominaban las
pentecostales). Los requisitos creaban una estratificación binaria (iglesias de prime-
ra y de segunda) en el campo religioso, pero sobre todo, y esto es lo que les impor-
taba a sus líderes, en el campo evangélico. Las repercusiones de tal estratificación
22 La construcción de este relato se basa en hechos establecidos en un memorando del 2 de marzo del
2001 girado por la Secretaría de Culto a la Conferencia Episcopal Argentina, con la finalidad de aclarar el
estado de la cuestión de una nueva ley. Dicho memorando fue reproducido y glosado por Luis Esteban
Roldán en el libro de Baamonde et.al., 2001. La misma fuente por otra parte fue trabajada previamente
en Frigerio y Wynarczyk, 2003.
238
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
podían ser especialmente fuertes al interior del campo evangélico, al suscitar fractu-
ras internas y relaciones de patronazgo de iglesias mayores que deberían prestar sus
ficheros de culto a las iglesias menores (una práctica común en el campo evangélico
desde la década de 1940 como lo pudimos ver al hablar de la iglesia evangélica toba
de Pedro Martínez, capítulo 2). En definitiva las barreras del entorno jurídico a las
posibilidades de acción de las iglesias evangélicas contribuían a producir estrategias
para saltar por encima de las normas jurídicas y aprovecharse de sus resquicios (ya
nos hemos referido a esta clase de fenómenos en el capítulo 2 al hablar de las estra-
tegias de algunos evangélicos en tiempos de Perón).
En 1992 y 1993, los evangélicos adoptaron dos posiciones diferentes alrededor
de este proyecto que reflejaron a su vez la dinámica de los sectores dentro del campo
de fuerzas. En 1992 FACIERA y FECEP expresaron que estaban de acuerdo con
el proyecto. Pero en 1993, los directivos de FECEP comenzaron a jugar un rol muy
importante entre los conservadores bíblicos en la protesta por la igualdad de cul-
tos, desarrollaron proyectos propios, se opusieron al proyecto del Poder Ejecutivo
argumentando que era discriminatorio en la medida en que preservaba un estatus
privilegiado para la Iglesia Católica e iniciaron una campaña de cabildeo para con-
seguir que los diputados no lo secunden (trabajaremos el tema en el ítem titulado
Choques jurídicos contra el proyecto de la Secretaría de Culto en el capítulo 6). Además
de las tensiones mencionadas, pudo haber influido en el abandono parlamentario
del proyecto, la posibilidad de una reforma constitucional inminente, que efectiva-
mente tuvo lugar en 1994. Esta situación colocada en el horizonte político cercano
suscitó opiniones favorables a la postergación del tema (Navarro Floria, 1997a).
239
Ciudadanos de dos mundos
240
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
241
Ciudadanos de dos mundos
Para recibir denuncias de la población hacia las sectas la Comisión habría or-
ganizado un dispositivo anterior a cualquier investigación científica, consistente en
invitar a la población a aportar datos, como informa el documento: “Finalmente se
convocó por los medios de prensa a la población en general para que quienes pu-
dieran aportar datos y/o denuncias las hiciesen llegar a la Comisión” (p. 2644). En
mayo de 1994, la presidenta de la Comisión, diputada provincial Diana Gutiérrez,
expresó a la prensa que el análisis de los movimientos objeto de consideración de la
Comisión, era tarea para los expertos in la materia, la FAPES del periodista Silleta,
o la Fundación SPES dirigida por el psicólogo Baamonde, quienes habían sido, en-
tre otros investigadores nacionales e internacionales, consultados por la Comisión.
24 El Informe es objeto de un estudio editado por Prensa Ecuménica (Wynarczyk, 1996a) y una ponencia
en la Universidad Nacional De Quilmes (Wynarczyk, 1997a).
242
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
(para simplificar digamos, entre 11 y 14 puntos). Este dato de por sí indica que el
valor científico de las informaciones es extremadamente bajo, más allá de otras fa-
llas que pudiera haber habido tanto en el tamaño de la muestra para cada localidad
como en la formulación de las preguntas o el análisis e interpretación. La principal
conclusión del informe es que en la Provincia de Buenos Aires hay una considera-
ble penetración del pensamiento mágico –sobre todo en la clase media– que hace
permeables a las personas a la influencia de las sectas:
Luego en base a los resultados del estudio de campo, y las denuncias recibidas
de familias angustiadas, la Comisión sostiene que para enfrentar los peligros del
fenómeno sectario “Consideramos que las leyes vigentes son suficientes pero debe
intensificarse la prevención y el control” (p. 2668). Y agrega: “En el sondeo a la
opinión pública encargado por esta Comisión, el 88 por ciento de los entrevistados
considera que el Estado debe intervenir para impedir abusos de estos grupos. Es
también ésta la posición de la Comisión” (p. 2668). Las organizaciones sectarias que
será necesario enfrentar, son descriptas por el informe como peligrosas y sofistica-
das (al nivel de los más complejos organismos de inteligencia mundial).
No ignoramos que por lo general los grupos más peligrosos poseen importantes
recursos económicos, que cuentan con contactos internacionales, que en algunos
allanamientos se constató la existencia de tecnología desconocida por su avanzada
y de claves y códigos secretos imposibles de descifrar y que sus integrantes están
perfectamente entrenados para responder a declaraciones judiciales (p. 2668, el
resaltado es mío).
243
Ciudadanos de dos mundos
Ante sucesos como los de Jim Jones en Guyana (1978), David Koresh en Waco
(1993), Luc Jouret en Suiza (1994) y Shoko Ashara en Japón (1995), por mencionar
sólo a los que mayor repercusión han tenido, no podemos permanecer indiferentes.
Por el contrario, debemos esforzarnos para que hechos como aquellos no ocurran
en nuestra provincia (p. 2688).
244
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
estudio nunca los menciona). Los tenidos en cuenta son: Escuela Científica Basilio.
Hare Krishna. Iglesias Pentecostales. Iglesia de la Unificación (Moon). Iglesia Rey de
Reyes. L.U.S. (V. de Andrade, Lineamiento Universal Superior). Meditación Trascen-
dental. Misión de la Luz Divina. Mormones. New Age. Niños de Dios. Escuela de
Yoga de Buenos Aires. Ondas de Amor y Paz. Partido Humanista. Partido Verde. Sai
Baba. Testigos de Jehová. Tradición Familia y Propiedad. Umbanda. (pp. 2663, 2664,
resaltado e interpolaciones míos. La Iglesia Rey de Reyes y Ondas de Amor y Paz son
congregaciones pentecostales, a rigor, neopentecostales, dirigidas en ese momento
por los pastores Claudio Freidzon y Héctor Aníbal Giménez, respectivamente).
Son quienes más creen que la religión es una institución importante para el buen fun-
cionamiento de la sociedad. Poseen altos niveles de participación en instituciones.
Así vemos que participan en: instituciones religiosas no tradicionales (39%), grupos
de reflexión no religiosos e instituciones comunitarias (instituciones benéficas, 12
%, sociedades de fomento, 13 %, asociaciones culturales, 14 %, cooperadoras
escolares, 10 %). Solo un 29 % no participa en ningún tipo de institución (p. 2669).
El informe sigue diciendo en las páginas 2669 y 2670 otras cosas en referencia
a los que participan en la actualidad, que resultan bastante impresionantes por las
cualidades humanas que aparentemente tienen estas personas. Y lo más notorio
además, es que estas personas en su mayoría pertenecen a iglesias evangélicas:
“Son quienes más admiran a próceres y políticos del pasado. Todos dicen creer en
Dios, se definen en su mayoría como Evangelistas, tienen altos índices de asis-
tencia a misa (sic), dos veces y más por semana, 41 %, una vez por semana, 33 %”.
Además: “Son quienes más creen que las sectas son uno de los principales peligros
para los jóvenes”.
Los autores no se detienen en la última contradicción. Sin embargo la expli-
cación de la misma se encuentra posiblemente, en que eso que aquí está clasifi-
cando como “sectarios” es en su mayoría un público que pertenece a movimientos
evangélicos de raíz pentecostal, dentro de los cuales (paradojalmente) existe una
ideología antisectas, enfocada hacia las religiosidades afroespiritistas y orientales,
como tuvimos oportunidad de ver en el capítulo 4, que nutre el marco primario de
la guerra espiritual (capítulo 3). Toda vez que en el documento no hay percepción
teórica de ese detalle, no exhibe un análisis de la contradicción. Y, por el contrario,
parece reflejar simplemente la limitada legitimación social alcanzada por las iglesias
evangélicas que siguen siendo, pese a todo, consideradas como “sectas” evangélicas.
Luego el informe continúa agregando observaciones de efecto antagónico al
245
Ciudadanos de dos mundos
propio soporte teórico. El texto presenta el pensamiento mágico como una carac-
terística predispositiva o variable independiente hacia la captación por las sectas
(permeabilidad). Pero los que participan en la actualidad serían sectarios sin “un
pensamiento mágico”. Dice el informe que los sectarios:
Son junto con los “no permeables” quienes menos creen que existe gente que pue-
da adivinar el futuro, que los astros tengan influencia en nuestras vidas, al igual que
en la reencarnación y los videntes (2670. (...) La creencia en la reencarnación (...)
disminuye entre los que hoy están vinculados a sectas y/o grupos de riesgo (2674).
(...) La relación entre la consulta a videntes y mentalistas (...) disminuye con la parti-
cipación en sectas y/o grupos de riesgo (2674).
Las afirmaciones que venimos haciendo hasta aquí se refuerzan con el siguiente
dato. En la página 2672, el Informe muestra los que participan en la actualidad
son los individuos con mayor permeabilidad, pero al mismo tiempo, todos creen en
Dios: “La creencia en Dios es más frecuente a medida que aumenta la permeabi-
lidad, siendo del cien por ciento (100%) entre quienes participan en actividades de
sectas y grupos de riesgo”.
Cabe preguntarnos ¿por qué los sectarios no tienen pensamiento mágico?. Segu-
ramente (y volvemos sobre un argumento ya expresado) porque quienes están clasi-
ficados en el informe como sectarios, son mayoritariamente evangélicos y del sector
pentecostal. Estos evangélicos rechazan precisamente algunas de las ideas tomadas
en el informe como indicadores empíricos de la existencia de un pensamiento mágico,
porque (reiteramos) ellos también tienen su propio pensamiento antisectario, como
hemos visto en el capítulo 4 y al hablar de guerra espiritual en el capítulo 3.
Otra de las variables cruciales del estudio es la peligrosidad o grado de peligro-
sidad de los grupos sectarios (ver por ejemplo 2668, 6º párrafo). Pero detendremos
aquí el análisis. En síntesis, el informe muestra una gran animosidad en su punto
de partida contra una cantidad de organizaciones consideradas sectas, mal defini-
das, los resultados son técnicamente muy débiles y por momentos sus afirmaciones
podrían ser consideradas desopilantes, solo creíbles dentro del contexto de pánico
anterior. Pero de todos modos, no tuvo consecuencias prácticas.
246
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
terísticas de estos grupos” (ibídem, sin resaltar en el original). Como hemos visto al
referirnos a las iniciativas de parlamentarios, la fundamentación del caso se encon-
traba en la producción de los activistas antisectas locales y la literatura antisectaria
de los Estados Unidos que estos a su vez reproducían. El impacto del pánico moral
acerca de las sectas, que había alcanzado su pico en el lapso 1992 -1993, es notorio
en el texto (Frigerio y Wynarczyk, op. cit.), cuando el documento hace referencias
a las masacres que en los años anteriores tuvieron lugar a partir de motivaciones
religiosas (el caso de Jonestown con el reverendo Jim Jones, a fines de los años 70,
y el caso de Waco, 1993). A partir de ahí el documento sostiene que la propuesta a
cometer suicidio debe ser un objeto especial de cargo penal agravado si muriesen
más de dos personas. En general este proyecto de modificaciones al Código Pe-
nal seguía una estructura que podríamos llamar “de género”, muy parecida a la de
las iniciativas de los parlamentarios de la Provincia de Buenos Aires y el discurso
antisectario, consistente en sostener la necesidad de defender la libertad religiosa
y luego identificar grupos religiosos que utilizan la religión para dominar a otras
personas y conducirlas al delito o la autoagresión.
De acuerdo con esa estructura, el documento también hacía referencia a los
tratados internacionales de Derechos Humanos a los cuales el Estado argentino
había adherido. La propuesta incluía castigos para ministros religiosos que forza-
sen otras personas a practicar determinada religión o abandonar sus creencias, que
incurriesen en prácticas ilegales de medicina o fraudes. De haber prosperado, estas
figuras delictivas hubieran podido ser utilizadas contra ministros religiosos en cuyas
iglesias hubiera “milagros de sanación”, por ejemplo. En este documento quedaba
plasmado un giro importante en la percepción de los grupos religiosos como peli-
grosos, al comparar la iniciativa con otra que tuvo lugar desde la Secretaría de Culto
en abril de 1989, durante la finalización de la presidencia de Raúl Alfonsín, de la
Unión Cívica Radical. Esta estaba orientada a crear modificaciones al Código Penal
que permitiesen penalizar acciones realizadas contra los clérigos, las ceremonias o
los objetos religiosos. Sus referencias a los fundamentos en los tratados internacio-
nales de Derechos Humanos, iban dirigidas a sostener la defensa de la libertad reli-
giosa contra posibles agresiones. En cambio ahora, en 1995, se trataba de “penalizar
ministros religiosos por involucrarse en prácticas usualmente atribuidas a líderes de
sectas” (Frigerio y Wynarczyk, 2003).
La propuesta de modificaciones del Código Penal en 1995 significó un contraste
con la línea de trabajo que caracterizó la mayor parte de la gestión en la Secretaría
de Culto durante la década de 1990, al tiempo que su correlación con el pánico
moral del 92-94 es explícita. Estos acontecimientos cierran casi definitivamente,
un ciclo de contramovilización dirigido a limitar la libertad de acción de las consi-
deradas sectas. El ciclo se inició en la segunda mitad de la década de 1980, alcanzó
su máximo desarrollo en la primera mitad de los años 90, y declinó al promediar
247
Ciudadanos de dos mundos
la década. Durante el desarrollo del ciclo el tema de las sectas alcanzó el estatus
de un problema social, y pasó de la arena de debate de los medios a la justicia y al
poder legislativo. En los medios el problema de las sectas permitió crear un estado
de pánico moral. En la justicia, no llegó a la formulación de condenas aunque sí
de investigaciones y allanamientos. En el poder legislativo, excepto en cuanto a la
creación de una Comisión Parlamentaria en la Provincia de Buenos Aires, nunca
condujo a la sanción de ninguna ley, pero sí a la presentación de varios proyectos.25
25 En el ínterin desde 1995 a 1999 hubo tres proyectos más de ley de culto originados en diputados
(Aceñolaza, 1995; Argüello, 1995; Vitar, 1996; Maurette, 1999), que no alcanzaron la trascendencia de
los que hemos tomado aquí en consideración. Por ese motivo nos limitamos solamente a mencionarlos
(Gentile, 2003: 64).
26 Los datos provienen del memorando de la Secretaría de Culto del 2 de marzo del 2001 citado en Rol-
dán 2001: 68-70, y de Bach de Chazal, 2001: 81. Esta última fuente expone los números de expedientes).
248
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
249
Ciudadanos de dos mundos
27 Debido a las propiedades ambientales de la arena de confrontación jurídica, la búsqueda de unidad
de las iglesias formaba parte de una estrategia de gran frente, análogo como estructura, a la monolítica
organización de la Iglesia Católica romana. Trabajaremos sobre este punto en los capítulos VI y VII. La
convergencia de las federaciones, FACIERA (predominio evangelical), FECEP (pentecostales), FAIE (his-
tóricos liberacionistas) había tomado forma como veremos, en la Comisión Tripartita durante la primera
mitad de la década de 1990 y por último el Concejo Nacional Cristiano Evangélico, CNCE.
250
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
28 Constitución detallada del cuerpo consultivo. Consejeros de origen católico, Ángel Miguel Centeno (ti-
tular emérito de la Secretaría de Culto), Pedro Frías (académico de derecho, ex embajador en el Vaticano,
residente en la ciudad de Córdoba), Jorge Gentile (también de Córdoba, profesor de derecho, dirigente
de la Democracia Cristiana y miembro por su provincia en la Asamblea Constituyente de 1994), Juan
Carlos Palmero (también de Córdoba, profesor de derecho, ex Secretario de Culto durante la presidencia
de Raúl Alfonsín, de la Unicón Cívica Radical, luego de la desaparición de la dictadura militar) y Roberto
Bosca (director del doctorado en derecho de la Universidad Austral, obra sostenida por el Opus Dei,
especialista en sociología política del catolicismo). Consejeros de origen protestante, Ricardo Docampo
(abogado, dirigente de la Federación de Iglesias Cristianas Evangélicas de la Argentina, perteneciente a la
tradición de los hermanos libres), Raúl Scialabba (abogado, vicepresidente de la Alianza Mundial Bautista
por América Latina) e Hilario Wynarczyk (sociólogo especializado en el movimiento evangélico, luterano).
De esta forma los dos primeros evangélicos estarían mayormente relacionados con el sector evangelical
del polo conservador bíblico y el tercero con el polo histórico liberacionista. Ninguno de los evangélicos
era de origen pentecostal pero el tercero de ellos estaba en buenas relaciones con este sector del polo
251
Ciudadanos de dos mundos
A lo largo del año 2000 y comienzos del año 2001, el Consejo Asesor escribió
una primera versión (anteproyecto) de ley de culto. El documento fue presentado el
27 de abril del 2001 por el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Dr. Adalber-
to Rodríguez Giavarini, a representantes de distintas confesiones religiosas en un
acto celebrado en el Palacio San Martín. A partir de ese momento el Consejo entre-
gó el anteproyecto en consulta a facultades de derecho de varias universidades pú-
blicas y privadas, academias de derecho, iglesias y confesiones religiosas y mantuvo
una ronda de encuentros con dirigentes de la Iglesia Católica y de las federaciones
evangélicas, para entonces asociadas en el Consejo Nacional Cristiano Evangélico
(CNCE), que oficiaba como vocero para estas discusiones. Los contactos con los
católicos y los evangélicos, principales actores del campo religioso argentino, en
la medida en que tenían la mayor capacidad de cabildeo, generaron una situación
espontánea de encuentro, por fuera de la Secretaría de Culto, entre dirigentes de
la CEA, Conferencia Episcopal Argentina, y de las federaciones evangélicas. Este
hecho no tenía precedentes en la historia argentina. El CNCE en el mismo tiempo
produjo su propia versión de proyecto de ley y se la entregó al Consejo Asesor. Al-
gunos dirigentes del alto clero católico le dirigieron sus opiniones por escrito y a tí-
tulo personal, en algunos casos con un fuerte tono de oposición. El Consejo Asesor
tomó en cuenta las reacciones de las contrapartes, las trabajó en forma comparada
y produjo la versión final del Proyecto de Ley de Libertad Religiosa para la República
Argentina (versión completa en www.calir.org.ar). 29
En diciembre del 2001, con la anuencia oficial del Ministro de Relaciones Exte-
riores y Culto, el proyecto estaba listo para ser elevado a la Presidencia de la Nación,
que debía despacharlo al Congreso de la Nación como proyecto del Poder Ejecuti-
vo. En ese momento se produjo la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, y la
propuesta quedó estancada. Los aspectos más importantes del Proyecto de Ley de
Libertad Religiosa para la República Argentina son los siguientes: (a) Creación de
la personería jurídica religiosa, que les permitiría a las entidades religiosas abreviar su
inscripción ante el Estado. Estas entidades religiosas no tendrían necesidad de crear
asociaciones civiles adicionales para manejar sus actividades. (b) La inscripción para
obtener la personería jurídica religiosa no sería obligatoria. Las entidades que no
quisieran inscribirse, podrían continuar funcionando dentro del régimen de socie-
dades civiles. (c) También podrían inscribirse las entidades religiosas de segundo
conservador bíblico. Consejeros de origen judío, Mario Feferbaum (abogado, vicepresidente de la DAIA)
y Mario Ringler (abogado, director del Seminario Rabínico Latinoamericano). Consejero de origen orto-
doxo, Elías Abramides (de la iglesia del patriarcado griego, miembro de la Comisión de Ecología del Con-
sejo Mundial de Iglesias con sede en Ginebra, químico de formación). Consejero de origen musulmán,
Susana El Kadri Hallar (del Centro Islámico, licenciada en ciencia política).
29 El equipo de la Secretaría de Culto recibió en ese período algunos ataques desde los medios (y pan-
fletos murales en la vía pública), basados en el argumento de ser permisivo “ante las sectas”.
252
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
253
Ciudadanos de dos mundos
5.4. Balance
Comparado con los precedentes, este proyecto de la Secretaría de Culto disminuye
los requisitos necesarios para la inscripción en el Registro Nacional, a los cuales ya
254
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
nos hemos referido párrafos atrás como duras condiciones restrictivas. En segundo
lugar, el proyecto no se dirige hacia las comunidades no católicas en términos del
contramarco interpretativo de la lucha contra la invasión de las sectas. Finalmente,
los reconocimientos de derechos a las entidades inscriptas, comenzando con la per-
sonería jurídica religiosa, coincidían marcadamente con los intereses principales
de la agenda de los evangélicos. Pero el Proyecto no removía (punto crítico para
los evangélicos más radicalizados) la piedra angular del sistema jurídico, referente
al estatus de la Iglesia Católica, establecido en su Artículo 32 del siguiente modo:
30 La cuestión de los dos modelos tiene que ver con criterios de valor, difíciles de sostener desde la cien-
cia empírica, aunque existen argumentos basados en indicadores de progreso social que conocemos
desde Alberti y Sarmiento (a menor vinculación iglesia/estado mayor progreso socioeconómico, Cf. Scia-
labba, 2003). Dado que esta parte es eminentemente valorativa, estimo adecuado brindar mi posición.
Coincido con la afirmación de que el proyecto de ley del 2001 “conjuga lo deseable y lo posible” (Frías,
2003b: 17). También coincido en que este proyecto encuadrado en el segundo modelo de relaciones
255
Ciudadanos de dos mundos
Iglesia/Estado, tendría mayores afinidades (en términos weberianos) con la historia y la idiosincrasia de la
Argentina (Wynarczyk, 2003a, y 2003b: 157-58). Mi posición personal implica una marcha jurídica gra-
dualista, tendiente hacia el primer modelo, en una marcha basada en el consenso de mutuos intereses, la
misma que he encontrado en el –a mi juicio visionario–, análisis de Mecham (1934) cuando supone cómo
será el futuro de las relaciones Iglesia Católica/estado en la Argentina (p. 304). Por ese motivo también
acepto la afirmación de Navarro Floria (2003: 180) de que: “de sancionarse la ley, el derecho eclesiástico
argentino dará un paso sustancial en su desarrollo”. Dentro del campo evangélico argentino existen
posiciones radicalmente opuestas a dicho gradualismo, basadas en el concepto de jugar a todo o nada
(es decir, a ganar/perder). Hablaremos de ello en otro momento del texto. Dice Mecham (1934: 304):
No one expects that the present legal status of the Catholic Church in Argentina will last forever. The
present arrangement will continue only until the Church and State come to feel that the most com-
plete religious liberty is best for both. When the responsibilities and obligations become onerous to
both parties, they will be glad to terminate the arrangement by mutual consent. The ideal status is, of
course, a free Church in a free State, but the establishment of such a regime for many years after the
winning of independence from Spain would have been a very unwise policy as unwise as embarking
immediately upon unrestrained democracy, after centuries of autocracy. The statesmen of Argentina
displayed great acumen in avoiding a sudden and radical break with the religious past. They adopted,
instead, the wise policy of disestablishing the Church gradually; of gradually releasing the bonds.
When complete separation comes, it will find the State, the Church, and the people prepared for and
willing to accept the change. Their mutual acquiescence will ensure the success of the new status.
256
Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
gistrado y no estar registrado. En caso de que una entidad sea investigada, el regis-
tro le provee cierto tipo de legalidad (Frigerio y Wynarczyk, 2003). La experiencia
de estar fuera del sistema ha sido especialmente dura para templos umbandandistas
o de La Familia (Niños de Dios) allanados por la policía que trascendieron a los
medios. Al no estar registrados, automáticamente fueron estigmatizados como ile-
gales (ídem). En segundo término, la autonomía operativa del Registro Nacional
de Culto se incrementó desde mediados de la década de 1990. Para explicar los
siguientes acontecimientos nos basaremos principalmente en el trabajo de Frigerio
y Wynarczyk, 2003. En 1994, el cargo de Director del Registro fue ofrecido por
concurso público. El director interino, abogado especialista en derecho penal, se
presentó al concurso y ganó la posición. A partir de entonces comenzó a ejercer la
autonomía de su oficina al máximo, y de esa forma elevó la importancia del Registro
frente a las entidades interesadas en inscribirse. Desde ese momento el legalismo
del Registro y los esfuerzos para incrementar su actividad, fueron criticados por
agrupaciones religiosas que temían que se pudiesen incrementar los rechazos de
inscripciones y, peor todavía, las bajas de inscripciones anteriormente aceptadas.31
Esta tendencia se incrementó cuando entre agosto de 1998 y diciembre de 1999, el
equipo de la Secretaría de Culto fue desplazado y la entidad, con nuevos titulares,
fue trasladada al Ministerio del Interior, un sector vital del Poder Ejecutivo, de cuya
órbita dependen directamente actividades políticas y la Policía Federal. Durante ese
período, a cuyo análisis hemos dedicado unos párrafos antes, el nuevo Secretario
incorporó como uno de sus asesores a José María Baamonde, activista antisectas.
La nueva gestión, que duró aproximadamente un año y medio, propició una política
de registros muy estricta, aunque esto como hemos visto pudo haber sido una con-
secuencia secundaria de una gestión cuyo objetivo primario estaba colocado en las
relaciones con la Iglesia Católica y la búsqueda posiblemente de influencia sobre un
sector de los prelados de más alto rango a través de una maniobra de quid pro quo.
A partir de ese estado de cosas, de acuerdo con informaciones provistas por el
Registro Nacional de Cultos en el año 2000, podemos observar que: (a) hasta el
año 1996 el Registro dio de baja 95 inscripciones de las 3105 existentes; (b) en el
lapso de tres años, desde 1997 hasta julio del año 2000, fueron dadas de baja 684
inscripciones; (c) de esa forma, para julio del año 2000 perdieron sus ficheros de
culto 779 entidades que anteriormente los habían obtenido; (d) a su vez, del total de
bajas, el 80 % ocurrió en el bienio 1998 y 1999, cuando tuvo lugar la alternancia de
la conducción de la Secretaría de Culto.
Las razones para las pérdidas de las inscripciones son variadas. En algunos casos
31 El titular del Registro, José Camilo Cardoso, de profesión abogado, en situaciones académicas rela-
cionadas con la diversidad religiosa en la Argentina y otros encuentros, sin embargo ha llevado adelante
una política de buenas relaciones hacia los cultos no católicos.
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Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 5 Del pánico moral a la arena jurídica
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260
Capítulo 6
1. Introducción
Con posterioridad al lapso de 1985 a 1990, durante el cual los evangélicos registra-
ron su período de mayor crecimiento, e impacto en las inscripciones del Registro
Nacional de Culto (movimiento social lato sensu, capítulos 3 y 4), tuvieron lugar los
mayores niveles de actividad de los activistas antisectas, especialmente de 1991 a
1995. El problema de las sectas constituido como un problema social llegó a crear
un estado de pánico moral. Los activistas ganaron status como expertos y pasaron
a ser intelectuales orgánicamente integrados en calidad de asesores a equipos de
legisladores. También participaron de oficio en causas judiciales, a partir de sus
propias organizaciones no gubernamentales. En el mismo lapso hubo iniciativas de
legisladores para controlar la actividad de las sectas. La Secretaría de Culto a su vez
comenzó a tratar de conseguir la aprobación de una nueva ley de culto. Aunque el
espíritu de su proyecto era netamente liberal no removía el status de preeminencia
de la Iglesia Católica (artículo 2 de la constitución, artículo 33 del código civil y
acuerdo con la Santa Sede), y no dejaba de incluir un abanico complejo de condi-
ciones para la inscripción en el Registro Nacional de Culto.
Las principales confederaciones del polo conservador bíblico (FACIERA de los
evangelicales, FECEP de los pentecostales) estuvieron entre los grupos distintos
de la Iglesia Católica consultados en 1991 por la Secretaria de Culto. En un primer
momento ambas federaciones estuvieron a favor del proyecto de la Secretaría de
Culto que se convertiría en el Proyecto Centeno, punto de referencia de todos los
proyectos hasta fines del año 2001, y pieza básica de las construcciones legales in-
tentadas por la Secretaría de Culto entre 1991 y 2001. A partir de entonces comenzó
a ponerse de manifiesto en el contexto de los actores del campo evangélico, la exis-
tencia de dos tendencias: (a) moderada con inclinación a una estrategia gradualista
y la aceptación por consiguiente del Proyecto Centeno; (b) radical. Esta última se
oponía al Proyecto Centeno de dos maneras: (b1) algunos líderes estaban a favor de
una ley de culto que igualase a todos los cultos con la previa eliminación del artículo
261
Ciudadanos de dos mundos
2. El concepto de “unidad”
En 1992 las federaciones del campo evangélico comenzaron a trabajar sobre una
estrategia de “unidad de la iglesia” (tal el término émico adoptado) cuya consecuencia
práctica inmediata y principal fue la constitución de un colegiado que representa-
se a todo el campo evangélico de la Argentina y se constituyese en el interlocutor
del Estado. Por consiguiente, lo sería llegado el caso, de la Conferencia Episcopal
Argentina, CEA. En otro plano de análisis y de organización, la “estrategia de uni-
dad” se sostenía en el desarrollo de los consejos pastorales (capítulo 3). El desarrollo
alcanzado por estos, sin embargo, era muy significativo solamente en el conurbano
de Buenos Aires, la ciudad de Rosario, la provincia de Santa Fe, y tardíamente la
provincia de San Luis, y más débil o inexistente en otros lugares. Por otra parte las
metas operativas de estos consejos estaban dirigidas sobre todo hacia la concreción
de proyectos ministeriales de alcance local, como la instalación de un programa de
radio en FM, por ejemplo. La unidad era una respuesta en el plano de la estrategia
a las condiciones ambientales del campo de acción del movimiento. La unidad, ajena
de por sí a la tradición protestantes, y en especial a la tradición de las iglesias del
polo conservador bíblico, tendía a compensar, precisamente, los resultados de esa
tradición. Mientras la influencia católica por lo general fluye a través de un solo
canal, las influencias protestantes fluyen a través de una serie de caminos, entre los
cuales puede haber (además) contradicciones mutuas. Como el grado de cohesión
de un grupo tiene un significado político potencial, el catolicismo romano resulta
por consiguiente el que se halla en mejor posición (Stedman, 1964: 17) en el campo
religioso como campo de fuerzas.
Ese déficit operativo de los protestantes frente a los católicos, constituía un ras-
go estructural inherente a su historia y a la teología de un importante segmento del
262
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
El hecho más importante que hubo al comienzo de la estrategia de unidad, fue el Encuen-
tro Nacional de Pastores Evangélicos con el lema “Nuestra Misión Hoy”, del 9 al 12
de octubre de 1992 en Carlos Paz, Córdoba.2 Aunque hallaba difícil hacer todavía
pronósticos, Míguez Bonino en su discurso académico central, sostenía que: “(...)
el re-encuentro de la familia evangélica comienza a manifestarse como una posi-
bilidad cierta. Sin duda el Espíritu Santo está obrando: se trata de que sepamos
escucharlo, discernir su dirección y obedecerlo” (Míguez Bonino, 1992b: 2).
El Encuentro contó con el auspicio de la FAIE, FACIERA y FECEP (El Puen-
te, septiembre de 1992, p. 11), o sea: las federaciones de los dos polos. Pero un
análisis cuantitativo muestra el predominio absoluto de los pastores conservadores
bíblicos. (a) Fuera de Míguez Bonino, proveniente del corazón del polo histórico
liberacionista, y la figura más notoria a nivel internacional de este polo del campo
evangélico argentino, los otros panelistas provenían del polo conservador bíblico.3
1 Véase por ejemplo el caso del Perú. El problema del contraste entre la homogeneidad del frente cató-
lico y la fragmentación protestante ha sido objeto de estudio para definir la visión estratégica de la pre-
sencia evangélica en la sociedad peruana, de un modo que confirma estas generalizaciones empíricas.
El escenario peruano planteaba la imprescindible tarea de crear un rostro público evangélico en el país.
Lo evangélico es una construcción sociológica muy relativa y ambigua en comparación con “lo católico”,
pero los evangélicos se resisten a verse absorbidos por una institucionalidad fuera de sus propias or-
ganizaciones y tradiciones particulares. Ponencia de Rafael Goto Silva en la 63a. Asamblea del Concilio
Nacional Evangélico del Perú (CONEP). Despacho de la agencia protestante ALC, Lima, Marzo 5, 2003.
2 Participé del mismo en calidad de colaborador sociológico de la Agencia de Noticias Prensa Ecuméni-
ca (entidad protestante), con apoyo económico de la iglesia Visión de Futuro y en particular de su pastor
presidente, Omar Cabrera Senior, hoy fallecido.
3 Del sector evangelical, Raúl Caballero Yaccou, hermano libre, Rogelio Nonini presidente de la Alianza
Cristiana y Misionera, y René Padilla, bautista, de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, una agrupa-
ción reformista del sector evangelical (ver capítulo 2). Del sector pentecostal, Milton Pope, del pentecos-
talismo neoclásico, y Juan José Churruarín, una figura paradigmática del pentecostalismo neoclásico de
fuertes rasgos argentinos, con sede en Goya, Provincia de Corrientes.
263
Ciudadanos de dos mundos
4 El libro más difundido de Caio Fabio en el ambiente de los conservadores bíblicos argentinos (1988:
El síndrome de Lucifer. ¿Qué es lo que transforma a un líder en un dictador? ¿A un modesto siervo del
Señor en vanidosa superestrella? ¿A un hombre de Dios en un aliado del diablo?) presenta característi-
cas comunes a los integrantes de dicho polo del campo evangélico. De hecho, Logos, que lo publicó,
es una editorial surgida de ese contexto, pese a que algunos de sus directivos sostienen críticas hacia el
conservadurismo evangelical y los desbordes neopentecostales.
264
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
5 “Discernimiento significa no dejarnos llevar por los criterios “del mundo” –el entusiasmo irreflexivo por
lo exitoso, lo espectacular, lo masivo–, hacia lo cual Jesús, precisamente porque “amó” a la multitud
sin pastor, no se dejó arrastrar por Satanás”. (...) Discernimiento significa también, por otro lado, no
atrincherarnos en una rigidez dogmática o institucional que termina endiosando la tradición a expensas
de la libertad de la Palabra y del Espíritu y negándose a reconocer lo “nuevo” y “distinto” que el Espíritu
obra en la iglesia y en el mundo (...). El discernimiento es un don del Espíritu”. Cita de la alocución de
Míguez Bonino.
265
Ciudadanos de dos mundos
6 Cáio Fabio sostuvo que nada corrompe tanto la justicia y la santidad como el poder. Aun el poder de
la unción es poder. Un poder en particular, el de la fama, que es tremendamente corruptor, desarrolla
en los pastores el “síndrome de Lucifer”. Pero “el síndrome de Lucifer se originó metafísicamente en la
dimensión de los ángeles” (D’Araujo Filho, 1988: 29). Todavía en 1997 Caio Fabio era impactante para
los evangélicos de la Argentina, y El Puente lo presentaba como “uno de los siervos de Dios más reco-
nocidos en América Latina por su sabiduría y discernimiento” (El Puente, septiembre de 1997: 9). En no-
viembre de 1998 Caio Fabio renunció a diversos cargos luego de confesar una relación extramatrimonial
y más tarde reveló que su matrimonio se enfrentaba a la separación (El Puente, marzo del 2000, p. 16).
7 Su discurso trató en forma muy radical el tema de la pobreza y la explotación en el contexto latino-
americano visto como campo de acción del movimiento, y las condiciones que genera para “el cristopa-
ganismo y la religiosidad popular” y hasta por “algunos llamados cristianos que sólo tienen un objetivo
estadístico y financiero” (Churruarín, 1992: 2, también p. 3). La primera referencia se dirige elípticamente
hacia el clero católico y la segunda hacia predicadores evangélicos exitistas. Presentar el tema de la
pobreza era, de cualquier modo, poco usual entre los pastores pentecostales, marcadamente centrados
en los problemas de la relación del hombre con el “más allá” (dualismo negativo). Churruarín como vimos,
tenía su eje de actuación en la provincia de Corrientes, profundamente marcada por las peregrinaciones
católicas y las entidades canonizadas por la cultura popular como San La Muerte y el Gauchito Gil (nos
referimos a este aspecto en el capítulo 3 al hablar de la “guerra espiritual”).
8 Un estudio de campo que realicé a solicitud de la Agencia de Noticias Prensa Ecuménica en 1993 (“Las
FM: una contribución al estudio del problema de la radiodifusión de baja y mediana potencia” – aportes
acerca de las radiodifusoras evangélicas y católicas en vista de una posible ley de radiodifusión – informe
de investigación, no publicado), indica que los pastores pentecostales conciben los programas radiales
como extensiones del púlpito con énfasis sobre testimonios de sanidad física y liberación espiritual dirigi-
dos a reclutar fieles para la congregación. A su vez suelen generar demandas entre los fieles del templo
para que contribuyan al mantenimiento de los programas radiales. Un público más o menos estable que
“gira en la periferia de la radio” produce un porcentaje importante de las llamadas a las radios de FM
solicitando que les oren por sanidad o liberación. En general estos programas enfrentaban al momento
del estudio de campo el problema de la imagen de bajo nivel cultural, objeto de atención para los evan-
gélicos preocupados por la forma en la que eran percibidos por la sociedad envolvente que constituía
su campo de acción (véase en El Puente de marzo de 1993, los trabajos de Marcelo Bellotta: “Informe
266
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
especial, programas evangélicos de radio – sintonía adversa por la forma de hacerlos”, p. 18; y Loida
Caldarelli de Batalla: Encuesta sobre los programas, pp. 18 y 19). Los pastores también se sintieron
discriminados por el Estado en la concesión de frecuencias radiales comunitarias con criterios más
permisivos hacia los obispados católicos, y esto dio lugar a un tipo de movilización específica, de menor
magnitud y relevancia, que no trabajaremos en esta tesis. El tema no adquirió ningún lugar significativo
en los procesos de movilización que estudiamos en la tesis. Por otra parte, los evangélicos lograron
efectivamente una entrada en los medios radiales y televisivos como parte de la industria del movimiento
social de tipo religioso (capítulos 2 y 3) si bien eran víctimas de abusos en los precios de las horas de aire
en las radios comerciales y en la televisión.
267
Ciudadanos de dos mundos
De acuerdo con lo que hemos trabajado hasta aquí, el ciclo de movilización social
en stricto sensu, estructurado alrededor del tema de la igualdad de cultos (marco
de la injusticia), constituía un escalón histórico, en un proceso de ruptura con las
tradiciones del polo conservador bíblico. Este ciclo se desenvolvió a partir de los
años 90. Pero el primer escalón en la ruptura con lo que Maróstica denominó “el
paradigma misionero” (idea que compartimos) fue el ciclo del movimiento social de
tipo religioso, cuyo auge tuvo lugar en desde mediados hasta fines de los años 80.
Aquel primer ciclo de movilización rompió con aspectos teológicos y prácticos de
la herencia conservadora bíblica tanto evangelical como pentecostal. Las frases em-
blemáticas que condensan el objetivo central del marco interpretativo, en cada caso,
fueron: “Argentina para Cristo”, en el ciclo de movilización social de tipo religioso
(movimiento social lato sensu), y “Argentina por todos y para todos - para mi país, yo
también quiero la igualdad religiosa”, en el ciclo de movilización social stricto sensu.
En este punto queremos discutir el tema de cuál fue el liderato que impulsó este
proceso. Antes establecemos estos conceptos: (a) el liderato del ciclo de moviliza-
ción social de tipo religioso (movimiento social en lato sensu) que dio lugar al creci-
miento del campo evangélico hasta alcanzar una masa crítica, fue mayormente del
tipo neopentecostal, y su figura emblemática como hemos visto, Carlos Annacondia.
Este liderato de la avanzada religiosa no fue el que propulsó el movimiento stricto
sensu. (b) El movimiento en stricto sensu fue impulsado por líderes provenientes del
pentecostalismo en sentido clásico y neoclásico, y del sector de los evangelicales.
La distinción aquí planteada torna más preciso el análisis que sostiene que el
9 Creemos que es necesario relativizar también la afirmación de Maróstica de que los evangélicos experi-
mentaron en este momento la cohesión en torno a un objetivo de defensa de intereses amenazados frente
a la sociedad civil y el Estado. Sostenemos esta idea porque los evangélicos habían hecho experiencias de
unidad frente al peronismo en la década de 1950, y tuvieron personalidades que galvanizaron tales senti-
mientos (Besson, Varetto, Canclini). Pero el fenómeno alcanzó una escala mucho menor. Véase capítulo 2.
268
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
10 El concepto de “líder emprendedor” califica precisamente personas con visión de nuevos negocios,
aceptación de riesgos, autonomía creativa, capacidad de comprender las características del entorno y
desarrollar innovadoras estrategias adaptativas y eficaces para el logro de metas. El concepto incluye
capacidades específicas de movilización para incluir a otras personas en un proyecto.
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
nas. Un tema del mundo entró así en la agenda de los pentecostales y mereció una hora
de discursos al comienzo mismo del evento en el mismo día que los argentinos celebran la
Revolución de Mayo de 1810. Los pentecostales no hablaron del cielo. Hablaron de
la polis. Y del lugar de las iglesias en la polis. Anteriormente hubiera sido imposible
en un ambiente de iglesias evangélicas el planteo o la discusión de temas políticos
(Maróstica, 1979: 225). Esta afirmación de Maróstica, absolutamente verificable,
debe ser relativizada pese a ello, para marcar sus límites. Tal imposibilidad vale
cuando hablamos del amplio espectro formado por el polo conservador bíblico,
y especialmente el sector pentecostal. En ese espacio, absolutamente mayoritario
dentro del campo evangélico, los fenómenos que venimos estudiando marcan sin
dudas un quiebre con el ascetismo radical, un avance sobre “el mundo” como cam-
po de acción y una intervención en la arena de debate jurídico como espacio de
confrontación de intereses en “el mundo”. Pero a la inversa, en el ámbito de los
históricos liberacionistas, las marcas del modelo misionero de iglesia no ejercían
una influencia restrictiva.11
Hasta aquí, el papel de los evangélicos en la arena jurídica, no había logrado
frenar el avance de las acciones de la Secretaría de Culto. El Senado de la Nación
dio en forma bastante unánime (junio 15, 1993) la media sanción que le permitía
al Proyecto Centeno su pase a la Cámara de Diputados. Para entonces la FECEP a
través de Juan Passuelo, reaccionó mediante otras tácticas y organizó una campaña
de lobby ante los diputados de la nación para expresar la disconformidad de los evangé-
licos por las discriminaciones que podía provocar el proyecto en caso de ser sancio-
nado como ley. Aunque el Proyecto Centeno tenía características más democráticas
que otras propuestas, generaba un escollo por las condiciones que colocaba para la
inscripción de las iglesias, difíciles de cumplir para las más pequeñas (en su mayoría
por cierto, pentecostales independientes). Finalmente la capacidad de lobby de los
pentecostales fue significativa toda vez que su oposición resultó uno de los motivos
registrados en su raconto ocho años más tarde, por el entonces Secretario de Culto
Norberto Padilla (memorando del año 2001, ver capítulo 4). El Proyecto Centeno
fracasó, según esta memoria, flanqueado en paralelo asimismo, por la resistencia de
los católicos tradicionalistas (suma cero). Por este camino, el problema de la ley de
culto trascendió desde la FECEP, que funcionó como un dínamo del movimiento
social en esta materia, hasta las otras federaciones. En el proceso se envolvieron
luego las iglesias del polo histórico liberacionista asociadas en la FAIE. Estas úl-
11 Los templos cristianos habían servido durante la dictadura, para reuniones de la APDH (Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos), a la que pertenecía como uno de sus fundadores Raúl Alfonsín
de la Unión Cívica Radical, en la que participaban los socialistas Alfredo Bravo y Simón Lázara (Gregorio
Klimovsky, entrevista en Moledo, 2005: 6). En la misma APDH había militado también como uno de sus
fundadores el teólogo José Míguez Bonino junto a otros metodistas argentinos, los obispos Juan Gatti-
noni y Federico Pagura. Para amplificar estos conceptos ver capítulo 2.
273
Ciudadanos de dos mundos
12 Signo de estos hechos, el 20 de junio de ese mismo año 1993, los metodistas inauguraron en la
ciudad de Rosario la UCEL, Universidad del Centro Educativo Latinoamericano, conocida como la “uni-
versidad metodista” (Urcola, 1993).
13 Registrado en nuestra bibliografía como FECEP, 1993. Recordamos al lector que hemos unificado las
referencias a esta federación con la palabra FECEP, pero en esa fase la organización se denominaba a sí
misma CEP. Lo mismo sucede con FACIERA, que en esa fase se denominaba todavía ACIERA.
14 Hemos trabajado sobre estos proyectos en el capítulo 4.
15 De hecho los textos de San Pablo muestran que desde entonces la palabra secta (en griego ahiresis)
274
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
admite dos significados. En una primera acepción de uso muy extenso significa lo mismo que facción o
partido. Cf. Hechos 5: 17; 15: 5; 25: 5; 24: 14; Gálatas 5: 20; Primera Corintios 11:19. La segunda acep-
ción estigmatizante, se refiere a las “herejías destructoras”, Cf. Segunda Epístola de Pedro 2:1. Pedro
se refiere a falsos profetas y falsos maestros que introducen subrepticiamente pensamientos desviantes
destructores entre el pueblo. Notemos la presencia del adjetivo “destructoras” afín al utilizado entre los
activistas antisectas y el mismo encuadre de la ahiresis destructora como acción dirigida a controlar las
mentes del pueblo en forma encubierta.
275
Ciudadanos de dos mundos
16 César Arias seguiría manteniendo buenas relaciones con los pentecostales hasta comienzos del
2000, por medio de empleados de la Cámara de Diputados de la Nación convertidos al Evangelio que
pasarían a ser protagonistas de intentos de creación de partidos (véase Wynarczyk, 2006).
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
efectiva para los intereses de los evangélicos. Ya habían conseguido que el Pro-
yecto Centeno, con media sanción en el Senado, quedase frenado en Diputados.
Ahora consiguieron una promesa del titular del Poder Ejecutivo Nacional de
demorar el avance del Proyecto Centeno (El Puente, agosto de 1993, p. 34). La
edición de agosto del periódico El Puente, le dio un lugar dominante al tema de
la ley de culto en la portada, que reflejaba la sensación de éxito experimentada.
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Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
(3) Forzar a las iglesias menores (iglesias de los perdedores del sistema) a solicitar
en préstamo el número de fichero de culto de las iglesias registradas. (4) La asime-
tría hubiera significado un patronazgo interno y un sistema de control indirecto del
Estado sobre el campo religioso no católico.
Otro de los puntos de la protesta se refería a la capacidad de ofrecer capellanías
en cárceles, hospitales, asilos, colegios, cuarteles. El tema incrementó su importan-
cia desde que los evangélicos percibieron su fuerza, a partir en este caso, del recono-
cimiento al trabajo en las cárceles (capítulo 4).
En el documento del 16 de septiembre de 1993, queda claro el reconocimiento
por parte de los evangélicos, de su identidad y su peso en el campo religioso de la
Argentina, y este era el hecho que respaldaba sus expectativas de mayores logros en
la sociedad civil. El primer párrafo, luego del encabezado de forma enunciando a
quiénes se dirigía el texto (Honorable Cámara de Diputados, y tros datos de forma),
dice: “En representación de millones de Cristianos Evangélicos de la República
Argentina en el ejercicio del derecho constitucional de peticionar a las autoridades
y en especial a los representantes del pueblo, venimos a solicitar (...)”. El siguiente
párrafo termina así: “insistiendo en nuestro deseo de presentar nuestra opinión a
los Señores Legisladores, ya que somos los más afectados por este Proyecto de Ley” (el
resaltado es mío). Sin embargo, los evangélicos mostraban una estrategia de ganar
y dejar ganar. No asumían las posiciones radicales (derogación de toda clase de ley
de culto o derogación del artículo 2 de la Constitución, referente a que el Estado
sostiene el culto católico). Aceptaban la posibilidad de que existiese una ley de culto,
eliminando puntos a favor del privilegio ajeno.
La cantidad de público que asistió a este encuentro (10.000 personas en la esti-
mación más optimista), constituye un dato con valiosa información latente. Es una
cantidad muy por debajo de las decenas de miles las campañas de sanidad podían
reunir en los estadios. Tal vez influyó el hecho de que se trataba de un día laborable
(Maróstica, 1997) y en horario de trabajo. Pero otra interpretación válida, es que el
paso gradual desde el dualismo radical hacia el dualismo positivo estaba teniendo
lugar principalmente entre los pastores. Para el público que asistía masivamente
a las reuniones evangélicas, todavía la conexión entre la religión y los problemas
políticos era difícil de establecer.
Entre los pastores dirigentes de las federaciones la actitud era otra y dejaba ver
los efectos de la estrategia de unidad y la transición gradual (y no siempre lineal)
desde la retórica particularista del movimiento social de tipo religioso y la defensa
de los intereses “de las iglesias” hacia la retórica universalista de un movimiento
social que se adaptaba a las condiciones ambientales y buscaba establecer sintonía
con el entorno. En noviembre de 1993, esta vez las tres federaciones, FACIERA,
FECEP y FAIE, escribieron un documento titulado Posición de las iglesias evangéli-
cas frente a la Reforma de la Constitución, que tendría lugar al año siguiente. Este do-
279
Ciudadanos de dos mundos
cumento no logró un impacto mediático pero planteaba las demandas más radicales
de igualdad religiosa, incluyendo desde luego la abolición del artículo 2, y asimismo
demandas de tipo social, en línea con la carta de los pentecostales de FECEP a
Menem, del 13 de Abril de 1993.
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
19 Posteriormente ACIERA devino FACIERA y CEP, FECEP. En esta tesis usamos solamente las deno-
minaciones actuales.
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Ciudadanos de dos mundos
20 Más allá de esta preocupación pragmática, las críticas a los excesos neopentecostales reflejaban
también un problema de tensiones internas independientes del cuidado de la imagen que “la iglesia
evangélica” estaba ofreciendo hacia el exterior. El balance de Saracco (1994) marca en otros párrafos
el desarrollo dentro de las iglesias evangélicas, de características del movimiento de la nueva era, en-
tendido como un movimiento de satisfacción de necesidades de bienestar sin compromiso, esfuerzo ni
sentido de pecado. La contraparte de ese fenómeno es, el movimiento, informal y mucho menos pode-
roso, de los “cristianos exiliados” de sus propias iglesias conservadoras bíblicas plegadas a la influencia
neopentecostal y de la Nueva Reforma Apostólica (capítulo 3). Estos exiliados producían migraciones
desde iglesias tales como la bautista (por ejemplo) hacia la presbiteriana San Andrés. Creemos que los
desplazamientos son de escaso valor demográfico pero afectan a personas muy significativas en otros
órdenes. Es un fenómeno para estudiar, que nos supera en esta etapa de trabajo.
21 La preocupación se refleja en los análisis publicados por El Puente. “Balance de la visita de Motessi:
se termina el tiempo de los caciques humanos. Es tiempo de trabajar como un cuerpo, hemos enferma-
do a la iglesia promoviendo “personalidades”” (febrero, 1994: 6). “El pastor y el poder” (tema central de la
revista El Puente Confidencial, Año 1, Número 10, julio, 1994). “El espíritu de Abasalón” (un espíritu que
trabaja en toda la iglesia: el espíritu de rebeldía y deslealtad que tantas divisiones ha producido: tema de
dos ediciones de El Puente Confidencial, Año 1, número 12, septiembre, y Número 13, Octubre, 1994).
Entrevista exclusiva de El Puente, “Jim Cymnbala: cuidado con los engaños” (en su última visita a la
Argentina, el pastor de una de las iglesias de mayor crecimiento en la Estados Unidos habló sobre los
282
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
de perfil alto cuando “disciplinó” al pastor Héctor Aníbal Giménez a causa de sus
escándalos matrimoniales, separándolo del cuerpo pastoral evangélico (Maróstica,
1997: 233-236). El líder de Ondas de Amor y Paz era por entonces la personalidad
de mayor exposición pública del campo evangélico y un blanco fácil para el ridículo,
a partir incluso de la estética personal. Además de sus actividades en el templo de
Ondas de Amor y Paz (un ex cine del barrio de Almagro) llenaba el teatro Astros
en la Avenida Corrientes. En buena sintonía con personalidades de la farándula
local, unió en matrimonio a la reconocida vedette Moria Casán y posteriormente
hizo la “presentación ante el Señor” de su recién nacida, Sofía Gala.22 A raíz de tales
vinculaciones era conocido como “el pastor de las estrellas” (Wynarczyk, 1989b).
Su caída posiblemente era esperada (me expresó un periodista evangélico en una
entrevista, antes que Giménez quedase descalificado ante sus pares) por quienes
querrían que arrastrase a todas las iglesias evangélicas. No obstante, HAG continuó
sus actividades pastorales. Tenía una base de sustentación propia muy fuerte entre
sus seguidores, era un notable organizador y orador que no había pasado de la es-
cuela primaria, y contaba con un par de colaboradores inteligentes, proveniente uno
de ellos del seminario bautista.23
riesgos de la exhibición espiritual (marzo, 2000: 4). El mismo número presenta el caso del televangelista
Caio Fabio al que nos hemos referido en una nota anterior. “Entrevista al pastor Adrián Júnior. Hay mu-
cha competitividad. El líder de una de las iglesias más grande del Gran Buenos Aires advierte sobre la
existencia de un “espíritu de competencia entre ministerios” (marzo, 2001: 26). La serie fue anticipada en
la revista Apuntes Pastorales, de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, en 1987 cuando reprodujo
la entrevista al predicador David Wilkerson, en la que “Habla de su retiro y de las estrellas religiosas de
la T.V.”. Wilkerson pertenecía al núcleo del conservadurismo bíblico estadounidense y había sido el autor
principal de La cruz y el puñal, un clásico entre los evangélicos del polo conservador bíblico, sobre la
conversión del pandillero Nicky Cruz.
22 Esta presentación al Señor era una práctica pentecostal ya que entre los conservadores bíblicos no
hay bautismo de párvulos.
23 Para la misma época, en El Puente y en Apuntes Pastorales aparecía el problema de los pastores
que tienen relaciones íntimas con mujeres que concurren a sus iglesias, colocado como un problema
de conducta social desviada en la perspectiva de la lucha de Satanás contra la iglesia (guerra espiritual).
El problema era extensivo a los pastorados latinos de los Estados Unidos, donde existían estudios de
campo que arrojaban que el 30 % de los pastores latinos reconocía haber tenido “sexo ilícito”. Luis Pa-
lau, el prestigioso predicador evangelical argentino-estadounidense, se ocupó del tema y sostuvo que
mayormente se trataba de relaciones con mujeres de la feligresía. La “caída” principal o más típica se
presenta cuando las mujeres concurren a pedir consejería porque los maridos (obviamente latinoameri-
canos machistas) son infieles, borrachos o abusadores, y ellas se sienten solas. (“Luis Palau habla sobre
el peligro del sexo ilícito”, El Puente Confidencial, Junio, 1993).
283
Ciudadanos de dos mundos
movimiento evangélico de la segunda mitad de los años 80 había sido sucedido por
el contramarco del braiwashing, victorioso en la producción del pánico moral de los
años 1992, 1993, pero la idea del avance de las sectas sobre la sociedad argentina de
todos modos mantenía su vigencia. Al mismo tiempo las sectas eran un problema
para los evangélicos del polo conservador bíblico porque ellos también usaban os-
tensiblemente la palabra “sectas” para denostar a las agrupaciones de la religiosidad
afroamericana, indígena, la parapsicología, las artes marciales y el yoga. De hecho,
la penetración de estas prácticas en la cultura, por debajo de las cuales había ver-
daderos espíritus territoriales (ver capítulos 3 y 4) constituía un objeto de “guerra
espiritual” para los pentecostales y neopentecostales. Esta ambigüedad, quedó clara
en las consultas basadas en una perspectiva mayormente hermenéutico-bíblica que
vimos al referirnos a las intervenciones de Míguez Bonino en 1992 y 1993 frente a
un auditorio numeroso de conservadores bíblicos.
Debido a esa preocupación por el estigma y su iluminación académica, desde la
FAIE (Federación Argentina de Iglesias Evangélicas) le abrieron las puertas a los
investigadores. Si bien la FAIE representaba a los históricos liberacionistas, hubo
en los eventos una importante presencia de conservadores bíblicos de FACIERA
y FECEP. El 27 de mayo de 1993, la FAIE organizó una rueda de ponencias de
sociólogos especializados en nuevos movimientos religiosos e impacto mediático
(Alejandro Frigerio), catolicismo popular (Fortunato Mallimacci y Floreal Forni),
movimiento evangélico (Hilario Wynarczyk, coordinador del evento) y pentecos-
talismo y mujeres (Mónica Tarducci, del movimiento feminista). Las exposiciones
versaron sobre la emergencia de los llamados nuevos movimientos religiosos, cato-
licismo y cambio social, alcances científicos del “lavado de cerebro”, construcción
social del problema de las sectas, tolerancia y necesidad, o no, de una ley especial
para ilícitos cometidos en el campo religioso. En relación a los evangélicos espe-
cíficamente los principales temas fueron el diálogo entre conservadores bíblicos e
históricos liberacionistas, el peso del campo evangélico en el escenario religioso to-
tal, “guerra espiritual” en la cultura de los sectores populares, estatus de las mujeres
pentecostales. Dos meses más tarde, la FAIE organizó una segunda mesa redonda
con los mismos invitados y publicó los productos en papel y video.24
24 Las transcripciones resumidas de las ponencias fueron publicadas en De Todos, revista bimestral
de la FAIE (Número 20, junio y julio de 1993 y número 21, agosto y septiembre). Asimismo la FAIE editó
un video en VHS con material de los encuentros, titulado “Nuevos movimientos religiosos”. En nuestra
bibliografía el material aparece con la siguiente entrada: Ciencias sociales y religión. Los históricos libe-
racionistas en la Argentina registraban antecedentes de contacto con cientistas sociales desde fines de
la década de 1980, enfocados sobre el problema de la evangelización entre los jóvenes y sus relaciones
con las iglesias. Un estudio de campo sobre los jóvenes de la iglesia evangélica de tradición alemana,
IERP, realizado en Argentina, Paraguay y Uruguay (editado en 1989), fue presentado por el sociólogo
Hilario Wynarczyk. En esta mesa participaron también un teólogo y dos pastores luteranos y varios laicos.
Estos contactos eran compartidos con el campo católico. En 1990 La Iglesia Evangélica Luterana Unida
284
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
Las reuniones significaron una incursión, por cierto tangencial, en la arena pú-
blica del debate científico sobre el problema de las sectas, desde donde los activistas
del contramovimiento sacaban sus argumentos contra las sectas. El próximo paso
fue dado por los conservadores bíblicos. En 1994 el Consejo de Pastores de la
Ciudad de Buenos Aires, donde los pastores del polo conservador bíblico gozaban
de un peso dominante, realizó un encuentro en la, con este nombre muy conoci-
da, “iglesia Comunidad Cristiana de la calle Condarco”. Para esta reunión fueron
invitados como disertantes sobre la estructura, magnitudes estadísticas y dinámica
demográfica y cultural del campo evangélico, los sociólogos Hilario Wynarczyk y
Pablo Semán, que trabajaban con el análisis de datos del censo evangélico de la
Capital Federal que en 1992 coordinó el pastor Norberto Saracco (Cf. Saracco
editor, 1992a).
285
Ciudadanos de dos mundos
25 El tratamiento de este punto toma especialmente en cuenta el análisis de Maróstica, 1997 (236-244),
pero relativiza la magnitud del significado. Los hechos fueron muy importantes para los evangélicos en
su relación con el Estado nacional, pero la pertenencia religiosa de Carrasco, a excepción del tratamiento
de la revista Viva, revista dominical del diario Clarín, no tuvo importancia en la sociedad argentina y no
adquirió mayor tratamiento mediático. El análisis de Maróstica, aunque el autor no se lo propone explí-
citamente, puede inducir en el lector la impresión contraria, de que el aspecto religioso tuvo una gran
importancia en la sociedad anfitriona del movimiento evangélico.
26 En el servicio militar obligatorio era usual que en los primeros días de instrucción un jefe reuniera a los
soldados en círculo y les preguntara la religión.
286
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
para agua: tenía una costilla rota que le perforó el pulmón, un magullón profundo
en un ojo que presumiblemente fue hecho con un instrumento de metal, tal vez una
pala. Finalmente habría muerto a causa de hemorragias internas, el 8 de marzo.27
A partir del descubrimiento del homicidio el caso entró en la esfera de la justi-
cia. El 10 de julio, el Diario Clarín en su revista dominical Viva le dio una amplia
cobertura al caso Carrasco e hizo notar que en el ejército existía discriminación
religiosa. Este hecho solía ser señalado en la Argentina con relación a los judíos,
usualmente discriminados para seguir carreras militares. Pero ahora aparecía clara-
mente colocado con relación a la principal minoría religiosa del país, que aspiraba
por otra parte a tener capellanes en las fuerzas armadas. Un juez permitió que el
manejo de la causa fuese distorsionado para favorecer a la parte actora del ejército,
pero el juicio terminó en una condena a los principales responsables directos, dos
años más tarde. Este juez de todos modos, tuvo problemas por causa de su actua-
ción, diez años más tarde.28
Mientras tanto los dirigentes del polo conservador bíblico acompañaron el caso
desde el periódico El Puente y FACIERA, la principal federación del sector evange-
lical. El periódico El Puente en su edición de Mayo de 1994 le dedicó al caso la por-
tada y una nota interna (página 31). Carrasco, según sostenía El Puente, fue muerto
por su fe. Carrasco tenía estándares morales más altos que los usuales en la cultura
que lo rodeaba: no robar, no mentir. Por ese motivo fue una víctima. De hecho la
narración de El Puente fue inscripta en el marco de interpretación de la realidad
del cristianismo ortodoxo, apegado a la teodicea del sufrimiento: Carrasco con su
muerte pagó el precio de ser un cristiano. En su edición de junio (portada y página
25) nuevamente el periódico colocó el tema pero esta vez apuntó especialmente al
problema de la discriminación religiosa en los cuarteles, con lo cual corrió el tema
hacia la arena de debate jurídico. Este dato es importante: los evangélicos protesta-
ban abiertamente por derechos conculcados en una de las más importantes estruc-
turas del Estado nacional, que durante el período 1976 – 1981 concentró la suma
del poder. En junio FACIERA tomó intervención en el asunto, y para los fines de
nuestro análisis, planteó una notable extensión de los alcances del movimiento so-
cial en stricto sensu. El Secretario General de FACIERA declaró en El Puente, que
27 También hace recordar la película La Pasión. Jesús habría muerto lentamente por un proceso de
asfixia y paro cardíaco.
28 El 31 de enero de 1996 el subteniente Ignacio Canevaro fue condenado por el Tribunal Oral de Neuquén
a 15 años de prisión, y los dos soldados –Cristian Suárez y Víctor Salazar– a 10 años. Al Sargento que
actuó como encubridor –Carlos Sánchez–, lo condenaron a tres años. Sin embargo los criminales obtuvie-
ron un beneficio de rebaja de años de prisión que favorece a los presos (sistema del 2 x 1) por el tiempo
que permanecen presos sin tener dictada una condena. Diez años más tarde, en marzo del 2006 el “caso
Carrasco” entró en una fase conocida como “Caso Carrasco II”. El Consejo de la Magistratura suspendió
a Rubén Caro, juez federal de Zapala que investigó el homicidio, a fin de someterlo a un juicio político por
presunto mal desempeño en la investigación (Clarín, 2 de marzo del 2006, p.17; Ídem, 3 de marzo, p. 6).
287
Ciudadanos de dos mundos
29 Solamente durante el año 2005, el vicariato castrense dio lugar (a causa de un conflicto que suscitó
el titular monseñor Antonio Baseotto, versus el ministro de salud de la nación, Ginés González García,
alrededor del uso de anticonceptivos) a notas extensas en 23 ediciones del diario Clarín, 6 del diario
La Nación, 6 del diario Página /12, otras en Infobae (diario dedicado mayormente a finanzas) y Buenos
Aires Herald. También en revistas, incluyendo el mensuario Criterio de orientación católica (Cf. en su
edición de abril, el trabajo de Navarro Floria: “El obispado castrense en cuestión”, pp. 136–137, y la
nota editorial). Es importante notar que en la República Argentina el vicario castrense tiene un sueldo y
rango de subsecretario de estado. Detrás del problema de este vicariato se encuentra siempre latente
el de las relaciones entre la dirección de la iglesia y los militares. Para otros análisis (críticos) sobre el
vicariato castrense y las relaciones entre la dirección de la iglesia y los militares desde la dictadura de las
Juntas de Comandantes, cf. Mignone, 1999: 19-41; Rosenberg, 1998: 66-67; Brienza, 2003: 116-118;
Verbitsky, 2005 y 2006. Estos materiales muestran también las diferenciaciones internas existentes entre
los prelados. Véase además Navarro Floria, op. cit. Para un estudio de las relaciones entre la religión y
la violencia durante la dictadura 1976-1983, que trata de identificar una influencia dual del catolicismo
en los sectores en pugna (represores del Estado versus grupos peronistas que asumían “el camino de
la lucha armada”) cf. Bosca, 1998. Para los documentos de la CEA dirigidos a la Junta en la dictadura
cf. Conferencia Episcopal Argentina 2006. Para una visión académica clásica sobre las relaciones entre
nacionalismo, catolicismo y Estado en la República Argentina, y sus fundamentos en la cultura del país,
véase Rock, 1993.
288
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
30 La Reforma de la Constitución es un tema en el cual buscaron protagonismo (sin éxito) los evangéli-
cos del polo conservador bíblico que hicieron la experiencia de crear un partido político “cristiano”; estos
evangélicos no pertenecían al liderazgo pastoral de perfil alto de las federaciones y cerraron su proyecto
en el 2001. En esta edición de la tesis no vamos a referiremos a esos acontecimientos. Remitimos al
lector al artículo ya mencionado: Wynarczyk, 2006.
289
Ciudadanos de dos mundos
290
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
en las formas del discurso propio de la arena de debate de las iglesias conservadoras
bíblicas, con sus continuas y centrales remisiones a pasajes de las Escrituras.
No es posible ignorar el ejemplo que nos dejó Jesús. Es cierto que El dijo: “Mi reino
no es de este mundo”, pero eso no significó que se desinteresara del mundo, amó
al mundo y en especial a los de peor condición social y moral: a los pobres, a los
necesitados, a los rechazados y postergados (...). Finalmente una consideración que
nos permita determinar si al intervenir en el debate de la reforma de la Constitución,
estamos obedeciendo al Señor o no, en Mateo 22:21 Jesús dijo: “Dada al César
lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, creemos que obedecemos a Dios
cuando apoyamos la reforma de la Constitución en aquellos aspectos en los que el
Estado [César] pretende tener facultades que pertenecen sólo a Dios, en las que de-
bería ser neutral, respetando la libertad con que Dios hizo al hombre y preservando
el derecho de cada hombre para elegir su fe y su propio destino eterno, en igualdad
de condiciones para todos, sin privilegiar un culto sobre otro [sostenimiento del culto
católico], sin control, ni intervención del gobierno en aspectos religiosos [patronato]
ni discriminación de los ciudadanos por razones religiosas [religión del presidente y
vice] que es lo que estamos reclamando hace un siglo (...). Honramos así también a
quienes nos precedieron en el evangelio [referencia implícita a personalidades como
la de Pablo Besson, bautista], aquellos pioneros de la obra del señor en Argentina
[...] Nuestros mayores consiguieron con esfuerzo, lo que nosotros hoy usufructua-
mos, ¿podrán las generaciones venideras decir lo mismo de nosotros? (Pasajes de
p. 2, interpolaciones mías).
Los siguientes tres documentos eran extensiones del primero. Uno estaba diri-
gido a la agencia Interdiarios, con la expectativa de que fuese derivado a los medios.
Pero de estos tres documentos, es llamativa la reproducción del trabajo de Arnol-
do Canclini titulado Expectativas de Reforma Constitucional (El expositor Bautista,
enero- febrero, 1994). Tanto el autor como la revista, eran emblemáticos dentro
del sector evangelical; Arnaldo, evocaba además la mención de su padre, Santiago,
autor clave para estudiar la posición de los evangélicos en el período peronista de
la posguerra.
Luego, el jueves 24 de marzo, la Comisión, que representaba a las tres grandes
federaciones del campo evangélico, organizó una Concentración Evangélica por la
Reforma, en la Plaza del Congreso de la Nación, a partir de las 17 horas. Nueva-
mente, el día laborable y la hora no fueron propicios para un gran éxito de público,
como aquellos a los que los evangélicos estaban acostumbrados con sus predicado-
res de estadios. FACIERA por su parte, difundió un material bastante similar,
de tipo mayormente técnico jurídico, titulado Las iglesias evangélicas ante la Re
forma Constitucional.
El eco mediático más importante de los pronunciamientos fue “Documento so-
bre la Reforma - se vienen los evangélicos” (Washington Uranga, diario Página/12,
mayo 18, véase en la bibliografía Uranga, 1994a). Le siguieron dos artículos más
291
Ciudadanos de dos mundos
del mismo periodista y en el mismo diario Página/12 (Uranga, 1994b: “Las iglesias
cristianas piden una reforma ampliada”, 24 de mayo; Uranga, 1994c: “Documento
ecuménico. Reclamo cristiano en la Convención”, junio 1). Washington Uranga,
especialista en campo católico, contribuía de hecho a la visibilidad del movimiento
stricto sensu toda vez que los títulos hacían ver la protesta, rasgo central de esta
clase de movimientos. Pero no percibía, o no ponía de manifiesto, la existencia de
corrientes evangélicas en el proceso de protesta, y la dinámica del campo de fuerzas
como un sistema con tensiones internas. No obstante, con independencia de ese
hecho, los aportes de Washington Uranga dejan ver que, en vísperas del comienzo
de las sesiones de la Constituyente, el movimiento social stricto sensu reafirmaba una
visibilidad en la arena de debate público de naturaleza jurídica, atributo que había
comenzado a manifestar en 1993. Este fenómeno tenía lugar para el movimiento
social evangélico, (I) al cierre de la curva de pánico moral provocado por los acti-
vistas antisectas, que había detonado una amenaza de levantamiento de barreras
legales, y (II) en vísperas de un cambio de la estructura del Estado que le abría al
movimiento una oportunidad para manifestar (marco de injusticia) la inequidad
que lo damnificaba y la protesta por la igualdad jurídica para las iglesias (alcanzar
otro estatus).
292
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
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Ciudadanos de dos mundos
294
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
295
Ciudadanos de dos mundos
hacían este trabajo del movimiento social stricto sensu, sino los dirigentes de líneas
tradicionales de los sectores pentecostal y evangelical.
Finalmente hasta aquí, hemos podido observar cómo el “primer motor” del pro-
ceso de movilización por la ley de culto estuvo situado entre los pentecostales de
FECEP, principalmente en 1993. Luego su dinamismo involucró a los evangeli-
cales de FACIERA, que pasaron a jugar un rol muy importante en 1994. Y por
último también a los históricos liberacionistas de la FAIE, que contribuyeron a sus
iniciativas, pero conservaron un margen de acción propia, en alianza con actores del
campo católico y la política: es decir, “del mundo”. Los históricos liberacionistas no
eran ascéticos radicales mientras que los otros, desde el ascetismo radical (negación
del mundo, dualismo negativo) se movían hacia el dualismo positivo (avance sobre
el mundo). Pero no abandonaban, conviene reiterarlo, su misión ultramundana: “id
y haced discípulos”.
Ese proceso tomará otras formas donde los acontecimientos emblemáticos serán
los “obeliscos”, grandes convocatorias, de dos o más centenares de miles de perso-
nas, en un eje simbólico del espacio urbano: el obelisco de la Ciudad de Buenos
Aires, Plaza de la República
32 Desde 2003 aproximadamente (en un período que cae fuera del espacio cronológico de nuestro
estudio, motivo por el cual no nos extenderemos en los siguientes datos), el CNCE comenzará a sufrir
tensiones a través de la línea demarcatoria entre los dos polos, conservador bíblico e histórico liberacio-
nista, que alcanzarán su clímax hacia el 2005, no por motivos políticos esta vez (socialismo versus capi-
296
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
talismo) sino a causa de posturas frente a la legislación sobre salud reproductiva (Wynarczyk, 2003d). Las
tensiones no llegarán al nivel de la división del campo evangélico entre las décadas de 1960 y de 1990,
signadas internacionalmente por la Guerra Fría. Pero otra vez el campo evangélico como un sistema
abierto, reflejará en los procesos de convergencias y tensiones entre las fuerzas que lo componen, el
impacto del sistema social envolvente, donde asuntos de bioética entraron en la agenda de la sociedad
y el Estado, especialmente en la órbita del Poder Legislativo.
297
Ciudadanos de dos mundos
de control de la frontera cultural, que inspiraba la norma. También hemos visto que
la circulación de equipos directivos en la Secretaría de Culto (y el traslado desde el
Ministerio de Relaciones Exteriores al Ministerio del Interior) no era un efecto de
las interacciones de los evangélicos con la Secretaría de Culto sino de los intercam-
bios entre la presidencia de la nación y el Vaticano. Estos intercambios eran favore-
cidos al nivel operativo por actores asociados en forma simultánea al menemismo y
el conservadurismo católico. En la medida en que hubo un quid pro quo en el plano
de las relaciones internacionales también hubo otro al interior de la Secretaría de
Culto, que benefició a los restriccionistas que asociaban la nación con la iglesia
(concepto de “nación católica”). El segundo canje era consecuencia del primero.
De esta manera, los conservadores restriccionistas desplazaron a los liberales en la
Secretaría de Culto y desde 1998 la percepción de amenaza entre los evangélicos,
nuevamente recrudeció (pese a que, en esta fase de las interacciones alrededor de la
ley de culto, el tema de “el peligro de las sectas” disminuye como un problema en la
arena de debate público).
Al mismo tiempo el panorama político de la Argentina presentaba zozobras re-
lacionadas con la economía, el desempleo y la corrupción, de gran impacto público
a través de los medios. Los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH,
INDEC, Instituto Nacional de Estadística y Censo) muestran que las condiciones
socioeconómicas de la población mejoraron durante el gobierno de Menem hasta
1994. Este año puede ser indicado como un punto de inflexión de las curvas es-
tadísticas. Los datos negativos volvieron a ascender a partir de 1995 (Wynarczyk
et al., 2003: 79-86; Ferrucci, 1997: 311; Conesa, 2005: 166). El análisis de la EPH
muestra que a partir de 1995 los indicadores de desocupación y pobreza comen-
zaron a subir dramáticamente, especialmente en el Conurbano Bonaerense, que
constituía un área muy importante del campo de acción del movimiento evangé-
lico. Finalmente, entre mayo de 1992 y mayo de 1999, de acuerdo con la EPH, la
desocupación pasó del 6,6 % al 15,6 % en la nación. En la Capital Federal el por-
centaje de personas por debajo de la línea de pobreza pasó del 8,1 % al 8,8%. Y en
los partidos del Conurbano, del 23,4 % al 33 %. Por consiguiente la brecha entre el
porcentaje de personas por debajo de la línea de pobreza en el Conurbano y en la
Capital Federal en mayo de 1999 es de 24,2 puntos (diferencia 33 - 8,8).
También el ambiente de escándalos políticos fue llevado a su punto más alto
con el asesinato de un periodista (“el caso José Luis Cabezas”) interpretado en clave
conspirativa como un crimen mafioso con ingredientes de política y narcotráfico.
El crimen de Cabezas fue asimismo el punto culminante de los conflictos internos
entre el menemismo y el artífice técnico de la política económica del menemismo
en ese momento: Domingo Cavallo.33 En contacto con la Embajada Americana,
33 El acontecimiento que llevó a su clímax el proceso de degradación pública de la segunda presidencia
298
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
de Menem fue sin dudas el asesinato de José Luis Cabezas, periodista del diario Página/12, el 22 de
enero de 1997. Los cruces telefónicos entre el empresario de comunicaciones Alfredo Yabrán y oficinas
estratégicas del Poder Ejecutivo Nacional, dejaron maltrecho al presidente Menem (Bonasso, 1999: 391).
Alfredo Enrique Nallib Yabrán, estaría “vinculado con el tráfico internacional de heroína y la producción y
elaboración de tal droga” en la República Arabe Siria (Bonasso, op. cit.: 383, basado en la denuncia del
diputado radical Raúl Vicchi de noviembre de 1994 e informes policiales que la reproducen). Estos hechos
terminaron de encuadrar aspectos enigmáticos del entorno del presidente que defendió las políticas Pro-
Vida en foros internacionales reproducción humana, en línea con las posiciones del Magisterio romano.
299
Ciudadanos de dos mundos
das.34 Desde el punto de vista tecnológico, el traslado del know how evangélico de
reuniones de masas en estadios con fines evangélísticos, al terreno de la protesta en
la sociedad civil y frente al Estado nacional, era el trasfondo de estas innovaciones.
34 La descripción se basa en trabajo de campo con técnica de observación participante, material perio-
dístico y comunicaciones de las federaciones evangélicas.
35 El diario Crónica (septiembre 12, 1999) calculó una cantidad muy superior a esa. “Casi 400 mil fieles
evangelistas inundaron ayer de fe la avenida 9 de Julio, colmándola desde el Obelisco hasta el cruce
con Belgrano, cumpliendo con la que habían vaticinado como ‘la mayor concentración religiosa de fin de
siglo en la Argentina’”. Este vespertino, orientado hacia un target popular, hizo la cobertura informativa
más completa del evento. El diario La Nación, calculó solamente “más de 100.000 personas asistieron
a la convocatoria”. Pero reprodujo ampliamente las dimensiones sociales del Mensaje a la nación. La
Policía Federal también calculó más de 100.000 personas reunidas “en perfecto orden” (Despacho de
la Agencia Reuters).
36 Diario Clarín, septiembre 12, 1999. Entre la música y los Mensajes de los Pastores Una multitud de
evangélicos llevó todo su fervor al Obelisco.
37 El diario Popular (también septiembre 12 de 1999) le dedicó bastante espacio a contar que durante el
acto se registró en la zona del Obelisco –como un “miniterremoto”– un extraño temblor.
38 Entre la música y los Mensajes de los Pastores. Una multitud de evangélicos llevó todo su fervor al
Obelisco, diario Clarín, septiembre 12: “La multitudinaria concentración evangélica de ayer –que nada
tiene que ver con los nuevos movimientos religiosos comandados por autodenominados pastores del
estilo de Héctor Giménez– entró en la historia grande de las confesiones cristianas no católicas en el
país”. “El boom religioso: los evangelistas mueven $ 360 millones por año. Son casi tres millones de fieles
que financian las 17 mil iglesias y templos que hay en el país”, Semanario Foco de la Semana, septiembre
17, pp. 10 y 11: “Son muchos, pero (...) al ver las imágenes de la reciente concentración de los fieles
evangélicos en el obelisco, quedó demostrado que son más que muchos los que integran las distintas
iglesias evangélicas en el país (...) Lo significativo de la concentración (...) es que fue la primera vez en la
Argentina que se reúnen todas las iglesias evangélicas”.
300
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
39 “Agradecer juntos a Dios, por sus bendiciones durante este siglo. Reclamar igualdad ante la ley.
¡Basta de ser discriminados! Proclamar a todos que con Jesucristo la Argentina puede cambiar”, fueron
las consignas de la convocatoria. (Información tomada del artículo “Multitudinario acto de fe evangélica
en el obelisco. La concentración obligó a desviar el transito por la avenida 9 de Julio”, diario La Prensa,
septiembre 12, 1999).
301
Ciudadanos de dos mundos
• Los operadores de los partidos políticos tenían claro que los evangélicos constituían un
target. Algunos punteros políticos también concurrieron al “Primer Obelisco”
para repartir propaganda: solamente seis semanas faltaban para las elecciones
del 24 de octubre.
(...) Podemos aseverar que existió un antes y un después del “Primer Obelisco”.
302
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
40 Para ordenar los datos políticos en el siguiente relato nuestra fuente principal es el dossier de El País,
diario de Madrid. //www.elpais.es/temas/dossiers/argentina/claves.html.
303
Ciudadanos de dos mundos
MEDICIÓN Crecimiento
mayo 1999 mayo 2000 mayo 2001 mayo 2002
ÁREA 1999 - 2002
Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Permanente de Hogares, EPH, INDEC.
41 Porcentaje calculado entre la población que no tiene ocupación pero busca activamente trabajo
(población desocupada) y la población económicamente activa (PEA).
304
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
42 Eparquías Armenia, Ucraniana y Maronita, iglesias Apostólica Armenia, Apostólica Ortodoxa de An-
tioquia, Ortodoxa del Patriarcado de Moscú, Ortodoxa del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
305
Ciudadanos de dos mundos
43 Dominus Iesus, firmada por el cardenal Joseph Ratzinger (Congregación para la Doctrina de la Fe),
hacía una “referencia a otras tradiciones Cristianas como ‘no verdaderas iglesias’” (Noticias de la Alianza
Bautista Mundial, noviembre 2000, edición digital). Dominus afirma que “existe una única Iglesia de Cristo
que subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión
con él”. El Sumo Pontífice Juan Pablo II, ordenó su publicación el 16 de junio de 2000. La edición tuvo
lugar el 6 de agosto (texto completo en Servicio de Informaciones de Entidades Cristianas Evangélicas,
edición digital, septiembre 18, 2006). En la Argentina dio lugar a expresiones de indignación de parte de
dirigentes de las iglesias del polo histórico liberacionista:
44 “Y entristecidos por la incómoda y desmerecida situación en la que se coloca a obispos, sacerdotes
y laicos católicos que han sido fieles y sinceros animadores de la unidad en Jesucristo. (...) CREEMOS
que es nuestro deber enfrentar con valentía y generosidad las consecuencias sociales y políticas de
este documento Vaticano, ya que sus afirmaciones avalan las posiciones totalitarias y sectarias de im-
portantes grupos, que a su vez influyen sobre toda la sociedad, en un momento de la historia cuando la
humanidad se esfuerza por defender y profundizar la democracia y el pluralismo. CREEMOS que nuestra
reprobación a algunas afirmaciones de este documento –en lealtad a Jesucristo, el único Señor de la
Iglesia– no nos exime de la obligación de continuar con el cumplimiento de su mandato: ‘así como yo los
amo a ustedes, así deben amarse los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo
se dará cuenta de que son discípulos míos’” (Evangelio de Juan, 13.34). (FAIE 2000, no mantuvimos la
separación de párrafos del original).
45 Valdense, Evangélica del Rio de la Plata (IERP, de tradición alemana), Luterana Unida y Presbiteriana
de San Andrés.
306
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
(...) con una sorprendentemente escasa asistencia de publico (...) las cinco cuadras
cortadas al transito en las tres principales avenidas que confluyen en la céntrica
Plaza de mayo quedaron vacías, como mudo testigo del fracaso, en términos de
publico, de una convocatoria que se esperaba fuera masiva (Juan Michel, vocero de
prensa de la IERP, Iglesia Evangélica del Río de la Plata, de tradición alemana, En-
cuentro Cristiano 2000, análisis publicado en un despacho digital de ALC, Agencia
Latinoamericana y del Caribe, octubre 31, 2000).
El Encuentro actualizó las tensiones bipolares del campo evangélico. Pero como
sucedió con las presentaciones ante la Reforma Constitucional en 1994, estos he-
chos no tuvieron la fuerza necesaria para llevar la fractura del campo a los niveles
de los años 60. La “estrategia de unidad” galvanizada en el discurso público de 1992
(reunión de Carlos Paz, Córdoba) seguía firme. En todo caso, un balance de ganan-
cias y pérdidas de la acción colectiva muestra en mi opinión, que los menos bene-
ficiados tal vez fueron los dirigentes moderados del campo católico con epicentro
en la Capital Federal. En este escenario los evangélicos convocaron el “Segundo
Obelisco”, para el 15 de septiembre del 2001. Paralelamente, venían desarrollando
su propio anteproyecto de ley.
307
Ciudadanos de dos mundos
46 En esa reunión (junio 2000) los dirigentes celebraron que el gobierno había convocado a tres evan-
gélicos y los mencionaron por el micrófono. El pastor Rubén Proietti, dirigente de FACIERA, indicó que
era muy positivo que estuviera colaborando en esto, “un académico” (refiriéndose a Hilario Wynarczyk).
47 Esta manifestación oficial (diciembre, 2000) entraba de hecho en contradicción con lo que hemos
indicado en la nota de pie de página inmediata anterior.
308
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
El 5 de abril del 2001, los dirigentes del CNCE escribieron otra nota al Secre-
tario de Culto de la Nación, Dr. Norberto Padilla, para solicitar por su intermedio
una audiencia al presidente de la Nación, Fernando de la Rúa (que no tuvo lugar).
La carta colocaba cuatro ejes centrales para el diálogo: (1) Informar al primer man-
datario sobre la segunda edición de la movilización que el Consejo Nacional estaba
preparando para el 15 de septiembre. (2) Entregarle una copia del Proyecto de Ley
de Culto de la CNCE. (3) Informarle sobre los dos atentados que sufrieron los
templos evangélicos en Neuquén. Los evangélicos decidieron preparar un portafo-
lios de informaciones para documentar que en la Argentina continuaban existiendo
actos de discriminación religiosa que posiblemente no eran visibles en la Capital
Federal. (4) Expresar el punto de vista de las iglesias sobre el momento social que
vivía el país. Esto le daba continuidad a una actitud de quiebre con el indiferentis-
mo social de los grupos conservadores bíblicos, que había tenido su inauguración en
el Primer Obelisco, el 11 de septiembre de 1999.
El 18 de abril del 2001, los representantes del CNCE (Raúl David Caballero,
Rodolfo Reinich, Rubén Proietti, a quienes ya nos hemos referido, y Vladimirio
Puceniecks) se reunieron con el Secretario de Culto Norberto Padilla y su principal
colaborador, Juan Navarro Floria, para entregarles su proyecto de ley. El pastor Rei-
nich pertenecía al polo histórico liberacionista, y los otros tres al conservador bíbli-
co (dos evangelicales, Caballero y Proietti, y un pentecostal, Puceniecks). Además
estuvieron presentes dos de los tres expertos del Consejo Asesor de la Secretaría
de Culto, provenientes de la tradición evangélica: Raúl Scialabba e Hilario Wy-
narczyk El tono dominante de parte de los evangélicos lo mantuvo el pastor Raúl
David Caballero, que hasta ese momento jugaba un papel central en las interaccio-
nes alrededor de la ley de culto por parte del CNCE. Este dirigente (según datos
presenciales de mi cuaderno de campo) se digirió por momentos en una forma
desacostumbradamente dura de “negociador agresivo” hacia el Secretario de Culto
de la Nación, Norberto Padilla, y hacia Raúl Scialabba, proveniente de la iglesia
bautista, a quien trataba (según mi personal percepción) como un defector que se
pasó al enemigo. Las ideas centrales de la protesta consistían en que los evangélicos
no querían seguir siendo tratados como minoría religiosa y ciudadanos de segunda.
Querían conseguir la igualdad religiosa, sabían que la igualdad religiosa requería un
cambio en la constitución (el artículo 2), y aspiraban a conseguir ese cambio con el
tiempo ya que en la democracia es posible tener esa aspiración. Por otra parte, se
sentían ofendidos porque no les pidieron que mandasen representantes al Consejo
Asesor: ellos hubieran querido seleccionar los expertos evangélicos del Consejo.48
48 Confronte las dos notas de pie de página inmediatamente anteriores acerca de la contradicción que
esto significaba de parte de los negociadores evangélicos. Antes, otro de sus voceros había considerado
auspicioso el nombramiento de estos consejeros.
309
Ciudadanos de dos mundos
En ese momento la acción del CNCE sobre el tema ley de culto había alcanzado
un grado muy alto de virulencia a través de documentos digitales producidos por su
director ejecutivo, el pastor Raúl David Caballero. El primero de ellos, difundido el
20 de abril a colores y con enormes letras, decía (reproducción textual completa, los
resaltados son del original):
Campaña
PARA MI PAÍS, QUIERO IGUALDAD RELIGIOSA
Consejo Nacional Cristiano Evangélico
Datos:
11.800 - Después de más de 150 años de presencia continua en el país,
un relevamiento reciente demuestra que el Consejo Nacional reúne a unas
11,800 iglesias en todo el país, Se calcula que el número de congregacio-
nes sobrepasa las 15,000.
4.000.000 - No hay un registro oficial de cuantas personas están identifi-
310
Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
311
Ciudadanos de dos mundos
tenía, y los pastores tendrían que interesarse en ver esa realidad, “tal como aparece
en los diarios Clarín, La Nación, Crónica” (sic). De esa forma, Caballero colocaba en
forma explícita, el contenido de otro modo latente, del proceso de desplazamiento
del marco maestro del movimiento social evangélico desde el dualismo negativo
(fuga mundis) hacia el dualismo positivo (orientación proactiva hacia el mundo)
como campo de acción no solamente evangelística.
El procedimiento de re-elaboración del marco interpretativo para la acción co-
lectiva, sobre el cual Caballero trabajaba delante de su audiencia, era imprescindible
para ajustar la dinámica del movimiento social evangélico a sus condiciones am-
bientales. Pero Caballero, con las herramientas retóricas de la arena teológica, en la
cual se encontraba situado el debate en ese momento, lo establecía a partir de una
herméutica de la Biblia centrada en la frase que históricamente justificó –preci-
samente– el aislamiento de los “negocios del mundo”: “Dad al César lo que es del
César y a Dios lo que es de Dios”. El problema para la construcción de un nuevo
marco, era volver a definir cuál era la porción del César.
Sin dejar de mantener su ancla en el núcleo duro del polo conservador bíblico
(conversión y salvación sobrenatural) el cambio del marco maestro fue parte de
una estrategia de creación de condiciones para actuar en pos de la representación
de los intereses de las iglesias evangélicas en la sociedad civil. No sería posible lo-
grarlo desde el interior de la “frontera sectaria” marcada por un gheto teológico de
“calumnia del mundo”. Concretamente habló Caballero, de “la realidad” y de “llevar
la teología hasta las últimas consecuencias” (textual). Luego hizo una reseña del
problema de la ley de culto y el proyecto del CNCE, revisado por el estudio jurídico
de Badeni, Gagliardo y Asociados, especialistas en derecho constitucional y libertad
de prensa.49 Nuevamente aquí, los evangélicos acudían a los expertos de la sociedad,
estos abogados eran católicos. Finalmente, “en la Argentina [argumento básico de la
protesta] hay gente a dos velocidades, primera y segunda clase, en el campo religio-
so”. El proyecto de la Secretaría de Culto seguía consagrando la discriminación. El
CNCE debía presentar su propio proyecto. Para entonces, los dirigentes del CNCE
habían logrado reunirse con representantes de la CEA, Conferencia Episcopal Ar-
gentina y consideraban que “fueron muy bien tratados”. Se encontraban en vísperas
de otra “reunión de trabajo”.
A partir de esa reunión del 3 de julio del 2001, los organizadores del Segundo
Obelisco, cambiaron el punto cardinal de la movilización colectiva desde la lucha
por la igualdad hacia la oración por el país. Por esos días la crisis económica y polí-
tica pasaba por un pico debido a los ajustes del Estado y la protesta de los “piquete-
49 El Dr. Segundo V. Quintana, suegro de Badini y eminente constitucionalista, pertenecía al mismo
estudio, que quizás en un primer momento llevaba su nombre. Quizás por este motivo, trascendidos
en el interior del ambiente evangélico, indicaban que originalmente este proyecto habría sido “escrito o
revisado por el estudio jurídico Linares Quintana”.
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
50 Recordemos estos datos. El CNCE era una federación de federaciones. Aglutinaba a FACIERA (pre-
dominio evangelical), FECEP (pentecostales) y FAIE (históricos liberacionistas). Las dos primeras mencio-
nadas, son las federaciones del polo conservador-bíblico, de acuerdo con nuestro sistema taxonómico.
51 Registrado en la bibliografía como FACIERA 2003.
52 Mi análisis se basa en informaciones del periódico El Puente, edición digital, agosto 29, 2001.
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
vador bíblico) que debía constituir la primera fase del evento (así como suele ser la
primera fase de determinadas reuniones en los templos), muestra que los organi-
zadores querían hacer un tremendo impacto con la máxima energía de que podían
disponer. Aunque no lograron todo lo que se proponían, sus intenciones constitu-
yen un dato muy elocuente. El responsable musical del “Segundo Obelisco”, Jorge
Randazzo, planificó un “ministerio de alabanza” con seis directores asociados. A las
14:30 (de acuerdo con su planificación) debía comenzar con una caravana mar-
chando ocho cuadras desde la Avenida Belgrano hasta el Obelisco, en medio de la
multitud ubicada sobre la Avenida Nueve de Julio, con doce bandas de bronce mar-
chando en medio de la misma. Randazzo formó con personas de Buenos Aires y
otros lugares del país un coro y orquesta con 28 instrumentos que desarrollarían el
papel musical central. Para “celebrar a Cristo en una sola voz” esperaba la presencia
de Marcos Witt, famoso cantante evangélico de México (véase Jorge Randazzo,
wwwmusicagospel.com.ar). Marcos no estuvo presente, pero la expectativa hacia
este invitado de honor para “la liturgia de adoración y alabanza” es muy significativa
a los fines de esta investigación, igual que toda la planificación de Randazzo.
Finalmente, en una tarde con lluvia, el mal tiempo les dio a los evangélicos
una oportunidad para mostrar otros aspectos de su espíritu, frente a la sociedad
constituida por una mayoría de no-evangélicos. La actitud del colectivo mostró
la capacidad de trabajo de las organizaciones del movimiento social y la fidelidad
del público evangélico. La policía federal calculó 250.000 asistentes y el CNCE
400.000 (Agencia ALC, Septiembre 17, 2001). En ambos cálculos la multitud duplicó
las cantidades del “Primer Obelisco”.
El Secretario de Culto de la Nación, Norberto Padilla, siguió el acto desde una
plataforma techada en uno de los costados del escenario principal. También estu-
vieron en la plataforma algunos sacerdotes de la Comisión de Ecumenismo, con
quienes los dirigentes del CNCE ya habían tenido encuentros facilitados por la
Secretaría de Culto. Entre otros invitados estaban, el Ministro de Salud de la Na-
ción, Héctor Lombardo, de raíces familiares y personales en la iglesia metodista del
barrio de La Boca, e integrantes del Consejo Asesor para la Libertad Religiosa de
la Secretaría de Culto.
La fase del evento organizada sobre la música, el canto y los aspectos espectacu-
lares, culminó con un “desfile de colectividades” –con trajes típicos de nacionalida-
des que emigraron a este país–. A partir de entonces se desarrolló la fase centrada en
la palabra: oraciones y discursos. En primer término, hubo una oración por el “van-
dálico ataque que ha causado tantas víctimas inocentes” en Estados Unidos: el 11-S.
Las acciones de este momento del evento ponían en sintonía al movimiento social
con sus condiciones ambientales marcadas por la existencia de “otras” aflicciones
colectivas. Varios objetivos del encuentro retomaban las aflicciones colectivas de la
sociedad argentina: “clamar juntos por nuestra Argentina; proclamar un mensaje de
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53 El sublema decía con mayúsculas en algunas pancartas: Para mi país, también quiero IGUALDAD
RELIGIOSA.
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
ción tiene un cambio radical desde que se pone en manos de Jesús (Rubén Proietti,
despacho de la Agencia Prensa Ecuménica, mayo 21, 2003, resaltado mío).
De este modo, el marco maestro del movimiento social stricto sensu (el marco de
injusticia) ensanchaba sus alcances con nuevas definiciones de la realidad, tocantes
al “mundo” y la arena jurídica; proponía nuevas metas; definía estrategias y tácti-
cas adecuadas a las propiedades ambientales de la arena pública donde los activis-
tas defendían los derechos de las iglesias que ellos representaban. La estrategia de
los Obeliscos fortalecía la identidad del pueblo evangélico. Sin embargo, el marco
maestro conservaba un anclaje en el núcleo duro del ciclo anterior de movilización
religiosa, marcado por los rasgos del dualismo negativo (ascetismo radical). Aquel
ciclo había alcanzado su auge a mediados de los años y estuvo dirigido exclusiva-
mente a la conversión y la liberación mediante la guerra espiritual contra “huestes
de maldad”, en el contexto interpretativo del marco maestro de la unción que em-
poderaba a la iglesia para la misión sobrenatural. Pero hizo posible alcanzar la masa
crítica que desató un contramovimiento y provocó (después) la respuesta evangélica en la
esfera cívica. Por eso hablamos de un desplazamiento del marco interpretativo de
la acción colectiva hacia el dualismo positivo, porque el movimiento produjo una
desclasificación parcial del mundo como zona del mal y desarrolló una orientación
proactiva, de avance hacia el mundo. Sin embargo, no debemos confundirnos. De-
bemos tener claro que la conversión seguía presente como la razón de ser de todo
lo demás. Ese “todo lo demás” (la lucha por la igualdad, las marchas cívicas, las
adaptaciones retóricas a la arena de debate jurídico) los ponía a los evangélicos en
una relación positiva con el mundo, sin abandonar la cosmología dualista que busca
la patria celestial.
Uno de los artículos publicados en los diarios luego del “Segundo Obelisco”
refuerza nuestras conclusiones. El día siguiente del segundo obelisco, domingo 16
de septiembre, 2001, el principal redactor de noticias acerca de la Iglesia Católica –y
otros sectores religiosos–, publicó Hacia un nuevo polo religioso en el país.
Dicho análisis de Sergio Rubín sirve para testear nuestras interpretaciones de
los datos. Los datos que aporta Rubín confirman que asistimos a la consolidación
de un movimiento social stricto sensu, la eficacia de la “estrategia de unidad” de un
campo altamente fragmentario frente a la monolítica estructura católica, y la evo-
lución del polo conservador bíblico desde las posiciones del ascetismo radical (llevar
la gente a que reciba a Cristo antes de la Segunda Venida) hacia una postura dua-
lista que establece una relación positiva con el “mundo” (sanar el mundo para que
sea más feliz), sin perder el tono marcado por el clima de fervor y celebración en
sentido religioso. El artículo muestra que los evangélicos están logrando un aglu-
tinamiento capaz de equipararse a –dice Rubín– la “férrea estructura vertical” de
la Iglesia Católica. A través de esa forma de organización compacta tienen mayor
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Ciudadanos de dos mundos
fuerza para ejercer su reclamo por la igualdad religiosa. De hecho, la expresión surge
un nuevo polo, indica que los evangélicos constituyen la principal minoría religiosa
de la Argentina y un contrapeso del poderío católico.
Un párrafo clave para sostener esta argumentación dice (cita textual con resal-
tados míos):
55 La crisis política de la nación incluiría pronto el lema “que se vayan todos”, esgrimido por buena parte
de la población. Dirigido ahora hacia los políticos en democracia, los argentinos lo usaron en la Plaza
de Mayo luego de la derrota de Malvinas (1982) contra la Junta de Comandantes de la dictadura. Tres
meses más tarde, el presidente Fernando de la Rúa renunció.
56 Posiblemente un legado de los activistas antisectas, o el resultado lamentable de la imagen crea-
da en una parte de su campo de acción, por los evangélicos de mayor llegada entre los postergados
y marginales.
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
La multitudinaria concentración evangélica de ayer –que nada tiene que ver con
los nuevos movimientos religiosos comandados por autodenominados pastores del
estilo de Héctor Giménez– entró en la historia grande de las confesiones cristianas
no católicas en el país. (Entre la música y los Mensajes de los Pastores. Una multitud
de evangélicos llevó todo su fervor al Obelisco).
57 En esta ocasión los alineamientos con relación al campo católico, hacia los cuales siempre se mos-
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Ciudadanos de dos mundos
el campo evangélico, se harán sentir las tensiones que producen los intercambios
con el sistema social mayor que lo envuelve. Luego de haber comenzado a defender
sus intereses en la arena pública, los conservadores bíblicos se constituirán en par-
tisanos y lobistas a favor de la entrada de principios morales de origen sobrenatural
en la arena de debate parlamentario. El dato, sin embargo, deja claro a la vez, que se
produce la definitiva incorporación de técnicas y recursos lingüísticos propios de las
arenas de debate público de tipo jurídico y político, en el seno del polo conservador
bíblico. La agregación de metas de un movimiento social en stricto sensu había que-
dado bien consolidada de ahora en más entre quienes constituían la mayor porción
demográfica del campo evangélico argentino.
La protesta por la igualdad de cultos continuó, de todos modos. Pero infruc-
tífera. Hasta el mes de septiembre del año 2008 (en el momento de cerrar estas
líneas para la publicación de la tesis), en la Argentina no hubo ningún cambio en la
legislación de cultos. Posiblemente el mayor fruto fue otro: la constitución del campo
evangélico como un sujeto de la sociedad civil.
En forma paralela a todo el proceso de constitución del movimiento social evan-
gélico, desde el mismo campo surgió otro proceso social, de creación de partidos
políticos evangélicos. Este proceso comenzó entre los evangelicales y logró llamar
la atención de algunos líderes de perfil alto de las federaciones evangélicas al co-
mienzo. Posteriormente se caracterizó por ser un fenómeno protagonizado por lí-
deres evangélicos de segunda línea, mayormente pentecostales, varios de ellos con
un pasado de vinculaciones con la política cuando “estaban en el mundo”. Entre
las organizaciones del movimiento social estructurado alrededor de la protesta por
la igualdad religiosa en defensa de los intereses de las iglesias, y las organizaciones
del movimiento social orientado a la participación política de los evangélicos, hubo
algunos puntos de intersección pero sus líneas de desarrollo fueron mayormente
separadas. Los dirigentes de las federaciones evangélicas se propusieron cambiar su
actitud hacia el mundo, pero en ningún momento aceptaron la posibilidad de mez-
traron proclives los evangélicos del polo histórico liberacionista y adversos los del conservador bíblico,
mostrarán una paradoja. Los conservadores bíblicos habrán de adoptar posiciones similares a las de
los católicos del movimiento Pro Vida, de un modo parecido a lo hicieron los conservadores bíblicos de
los Estados Unidos (Wynarczyk, 2005b; Seselovsky, 2005). De las filas de los históricos liberacionistas,
un pastor luterano con importantes antecedentes de trabajo alrededor del sufrimiento de las víctimas
del HIV, se pronunciará en la Cámara de Diputados a favor de la Ley de Salud Reproductiva. De todas
maneras, este hecho no precipitará una toma de contacto y asociación del polo conservador bíblico
con la dirigencia de la Iglesia Católica, y sí en cambio con legisladores de centro-derecha, opuestos a
las políticas propugnadas por el Poder Ejecutivo Nacional. Es importante notar, la afirmación del paso
de los conservadores bíblicos hacia el dualismo positivo, sin abandonar nunca su herencia amasada en
el dualismo radicalmente ascético: trabajar para el Reino comprendido como un hecho espiritual y de
naturaleza ultramundana, y si es necesario y propicio, hacerlo en edificios facilitados por el Senado de la
Nación. Tal es de hecho todo un marco de acción colectiva, en el cual ya no entraremos porque escapa
a los límites cronológicos que nos propusimos.
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Capítulo 6 El movimiento social stricto sensu
clar la iglesia con los partidos políticos, pese a que hubo episodios de “cooperación
astuta” entre líderes pastorales y políticos inspirados en posibles canjes de prebendas.
Los dirigentes creadores de partidos confesionales, en cambio, creían que era ne-
cesario avanzar mucho más hacia el mundo. De esta manera comenzaron por crear
agrupaciones estrechamente vinculadas a la herencia del conservadurismo bíblico
más radical y evolucionaron a posiciones de acercamiento al justicialismo “disiden-
te” ético, la Democracia Cristiana y el Polo Social del cura Luis Farinello. De hecho
ellos crearon otro marco interpretativo de la acción colectiva, aunque no dejaron de
estar conectados al núcleo duro del salvacionismo conservador bíblico. En determi-
nado momento pensaron también, que era necesario dejar en suspenso temporario
el reclamo por la igualdad religiosa, pese a que en todo momento buscaron reclutas
en el público de las iglesias. El fenómeno que protagonizaron los creadores de par-
tidos políticos evangélicos tuvo vigencia hasta el año 2001. Luego se extinguió. El
movimiento social gestado alrededor del tema de la igualdad religiosa, en cambio,
lo sobrevivió.58
58 El tema de los partidos políticos evangélicos fue retirado de la presente publicación de la tesis, por
razones de espacio. Será editado posteriormente en forma independiente. Un anticipo abreviado se
encuentra en el artículo clasificado en la bibliografía como Wynarczyk, 2006. Existe un acceso al mismo
en forma digital, en la bibliografía indicado.
325
Capítulo 7
CONCLUSIONES FINALES
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Ciudadanos de dos mundos
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Capítulo 7 Conclusiones finales
otra parte, tenía una experiencia de asociatividad con los evangélicos, si bien se
trataba de los pertenecientes al polo histórico liberacionista, alrededor de la defensa
de los Derechos Humanos.
En una segunda fase, sectores de la sociedad anfitriona activan mecanismos de
resistencia y control social. Esto es lo que sucedió con la aparición de un contramo-
vimiento antisectas que se proponía levantar restricciones, a partir, precisamente,
del período expansivo del movimiento evangélico entre 1986 y 1990. El contra-
marco tuvo su propia evolución, desde la perspectiva del “avance de las sectas” como
Caballo de Troya de los “neocons” estadounidenses (segunda mitad de los años 80)
hacia el “lavado de cerebros”. En auge en la primera mitad de los 90, el lavado tenía
mayor eficacia en términos de impacto sobre los medios y los poderes del Estado.
El contramovimiento logró instalar “el problema de las sectas” a nivel mediático y
coadyuvó a la génesis de una situación de “pánico moral” apta para detonar inter-
venciones del Estado. En este proceso se encadenan las acciones de la Justicia con
apoyo policial contra las “sectas” más desviantes, los proyectos de algunos legislado-
res especialmente entre 1990 y 1995, y las intervenciones de la Secretaría de Culto a
fin de generar una ley de culto, que debía reemplazar la sancionada por la dictadura
militar 1976–1983.1
En una tercera fase, los movimientos religiosos desarrollan acciones colectivas
de defensa de posiciones en la esfera cívica como movimientos sociales en stricto
sensu. La transición tiene lugar cuando se presentan las siguientes condiciones, que
requieren una explicación particular a continuación:
1 El arsenal de control puede incluir tácticas de cooptación, asimilación y reorientación (Zald y McCarthy,
1979; Wuthnow, 1984; Mauss, 1993: 132, 133; Frigerio y Wynarczyk, 2003). Es lo que Perón intentaba
con los evangélicos en la primera mitad de los años 50, con éxito entre algunos de ellos (véase cap. 2).
329
Ciudadanos de dos mundos
330
Capítulo 7 Conclusiones finales
Dentro de la tercera fase (véase párrafos atrás) las condiciones ambientales influyen
sobre el carácter del movimiento, sus formas de confrontación, agregaciones de me-
tas y posibilidades de éxito. La naturaleza de la arena donde tiene lugar el conflicto
orienta el tipo de discurso aplicado y el carácter de la movilización (Rucht, 1988),
ya que las tácticas de confrontación, están estrechamente asociadas con propieda-
des ambientales (Tarrow, 1988). De esta manera una confrontación puede tomar
formas jurídicas (Gamson y Meyer, 1996; Appelrouth, 1999) e incluir marchas de
reclamo de justicia. Por consiguiente un movimiento orientado a la fuga mundi
(dualismo negativo), cuyo indicador actitudinal más notorio sería, precisamente,
el evacionismo político y el encierro en ghetos religiosos, puede dirigirse hacia la
acción en la esfera pública de naturaleza jurídica y política y al debate en la arena
jurídica y política (dualismo positivo), con los recursos retóricos y las tácticas de
confrontación correspondientes.
En este punto, la teoría de procesos de transición de los movimientos sociales se
ve fortalecida por datos empíricos provistos por otros investigadores de fenómenos
de involucramiento de evangélicos conservadores bíblicos en cuestiones políticas.
En países del Cono Sur: en Chile y Brasil (Willems, 1967; D’Epinay, 1968a y 1968b;
Kliewer, 1975), en el Brasil específicamente (Freston, 2001); en el Perú (Amat y
León Pérez, 2001; Campos, 1997). En Estados Unidos (Wuthnow, 1983; McVeigh
y Sikkink, 2001; Appelrouth, 1999). Y esto es lo que observamos a través de nuestro
estudio en la Argentina cuando el movimiento evangélico transita, desde la re-
tórica particularista y bíblica de la arena de debate religioso constituida por sus
congregaciones, a la incorporación de retórica jurídica y política, y la producción de
manifestaciones frente al Congreso Nacional y el Obelisco (Plaza de la República).
En esta fase, los movimientos pueden agregarles otras metas a las originales, que
modificarán el marco de la movilización, para lograr mayor efectividad en su campo de
acción. Los evangélicos del polo conservador bíblico aquí estudiados, hicieron una
primera agregación de metas cuando incorporaron la defensa de sus intereses en el
entorno institucional constituido por el derecho positivo, una segunda agregación en
vísperas de la Reforma Constitucional cuando plantearon objetivos relacionados
con la justicia en la sociedad argentina. Hubo todavía otra agregación de metas –pa-
ralela a las anteriores– cuando un sector de activistas se propuso crear partidos po-
líticos evangélicos (véase Wynarczyk, 2006). El marco interpretativo transitó desde
una posición basada en el dualismo negativo (fuga mundi, evacionismo político,
abstencionismo en la participación cívica) a otro de tipo dualista positivo (avance
sobre el mundo). Esta acción en el plano del marco interpretativo de la acción co-
lectiva llevó implícita una operación de descalcificación parcial del “mundo” como
zona del mal. Pero los evangélicos no se desconectaron del afán conversionista, a
331
Ciudadanos de dos mundos
2 Los evangélicos que se orientaron a la creación de partidos políticos, paulatinamente tomaron distancia
de la pulsión escatológica que insuflaba el espíritu de predicación y conversión, en aras de objetivos
de justicia social compartidos con actores no religiosos (alianzas de centro izquierda) y expresamente
católicos (Democracia Cristiana, Polo Social de Luis Farinello). Los socios les podían permitir además,
supuestamente, alcanzar una proyección efectiva en el plano partidario de la sociedad argentina, al
cual no podían acceder mediante sus solas magnitudes demográficas. Pero su proyecto, cortado del
liderazgo propiamente eclesiástico de las iglesias y federaciones de iglesias, terminó desapareciendo por
completo en el año 2001. Podemos decir literalmente: sin dejar huellas de su paso (Wynarczyk, 2006).
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