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ALCOHOL

1. Definición de Alcohol:

El proceso por el que se obtiene el alcohol, componente básico de las bebidas alcohólicas, es la
fermentación anaeróbica de los hidratos de carbono, proceso conocido como «fermentación
alcohólica». Este proceso se lleva a cabo por la transformación del azúcar en etanol mediante la
actuación de unas levaduras sobre ciertos frutos o granos, como la uva, la manzana, la cebada o el
arroz.

2. Trastornos por abuso y dependencia del alcohol

El abuso o consumo perjudicial del alcohol, según la clasificación que se utilice, indica que el
consumo del alcohol está causando un daño para la salud, tanto mental como física, ya sea porque
el sujeto abandona sus obligaciones personales, o bien porque consume en situaciones de riesgo,
o se asocia a problemas legales, o porque continúa consumiendo a pesar de las consecuencias
negativas que le está ocasionando.

3. Dependencia de alcohol

Es un conjunto de síntomas y comportamientos que indican que el alcohol tiene un papel central
en la vida de la persona, que será difícil de cambiar y que se ha producido una neuroadaptación.
Se manifiesta por la presencia de conductas que demuestran la necesidad y pérdida de libertad
frente al alcohol, con dificultad para controlar su consumo, así como por la existencia de tolerancia
y síndrome de abstinencia. La dificultad para controlar el consumo de alcohol incluye tanto la
dificultad de controlar el ansia de beber (craving) como la incapacidad de parar de beber una vez
se ha empezado. Los problemas sociales, laborales, familiares, se deben fundamentalmente a que
el sujeto pasa cada vez más tiempo en actividades relacionadas con el consumo de alcohol.

4. Farmacocinética del alcohol:

4.1 Absorción:

El alcohol por vía oral se absorbe mayoritariamente en el tramo proximal del intestino delgado
(más del 80%) y menos en el estómago (hasta un 20%).

La velocidad de absorción del alcohol determina la magnitud de sus concentraciones plasmáticas


así como la intensidad y duración de sus efectos farmacológicos. Esta velocidad depende de
muchos factores. Así, es más rápida si se administra en ayunas o con el estómago vacío
(concentración máxima a los 30-60 minutos) y más lenta en presencia de alimentos.

Las bebidas alcohólicas que contienen gas carbónico (por ejemplo el cava) o mezcladas con
bebidas carbónicas (soda) presentan una absorción más rápida. Los alimentos retrasan la
absorción, produciendo concentraciones mucho menores de etanol en sangre que cuando se toma
en ayunas.
4. 2 Distribución:

El alcohol es una molécula muy hidrosoluble y por ello se distribuye por todo el agua corporal,
siendo las concentraciones similares a las de la sangre en la mayoría de tejidos y órganos bien
irrigados. Atraviesa las barreras hematoencefálica y placentaria y se excreta en la leche materna.
Debido a su pobre liposolubilidad no difunde bien en la grasa.

5. Efectos agudos del alcohol:

El consumo agudo de alcohol produce una gran variedad de efectos. Es un depresor del sistema
nervioso central. En las fases iniciales de la intoxicación aguda actúa sobre sistemas inhibidores de
la formación reticular resultando en un efecto estimulante, con la aparición de un menor
autocontrol, mayor fluidez verbal, sensación de bienestar, risa fácil y desinhibición. Después
aparecen los efectos típicamente sedantes con una reducción de la capacidad de rendimiento y
asociativa, torpeza motora, dificultad al andar (ataxia) y desequilibrio, pérdida de reflejos,
sedación, disminución del rendimiento psicomotor y de la habilidad de conducir vehículos o
manejar maquinaria.

Otros efectos son una vasodilatación cutánea que produce pérdida de calor, aumento de la
secreción salivar y gástrica e incremento de la diuresis (al inhibir la hormona antidiurética). Los
casos más graves de intoxicación determinan pérdida de conciencia, coma e incluso, muerte por
depresión cardiorrespiratoria.

Las características clínicas del cuadro de embriaguez dependen de muchos factores. Destacan
entre éstos la existencia de tolerancia (bebedores crónicos), el tipo y la cantidad de bebida
ingerida, la rapidez del consumo, toma simultánea o no de alimentos, o el uso de otros sedantes.
Aunque las concentraciones en sangre en no bebedores se correlacionan con los síntomas clínicos,
en los bebedores crónicos se requieren alcoholemias mayores para alcanzar estados similares de
intoxicación.

6. Alcohol y otras drogas de abuso:

El alcohol también puede interaccionar con otras drogas de abuso. A continuación se describen
las interacciones más relevantes

 Alcohol y opioides. La administración conjunta de alcohol y un opioide produce un


aumento de los efectos sedantes de ambas sustancias y la afectación del rendimiento
psicomotor. Puede aumentar la depresión respiratoria del opioide.
 Alcohol y cannabis: La administración de alcohol y cannabis (hachís, marihuana) también
produce una mayor sedación y empeoramiento del rendimiento psicomotor con mayor
riesgo de accidentes. Aumenta la sensación de «colocado» y los efectos cardiovasculares
del cannabis.
 Alcohol y otros sedantes: La combinación con benzodiazepinas aumenta los efectos
sedantes de ambas sustancias y el deterioro del rendimiento psicomotor. Se incrementa la
gravedad de la intoxicación por benzodiazepinas.

 Alcohol y cocaína: La administración de cocaína durante la intoxicación alcohólica produce


una falsa sensación de sobriedad y de mejoría del rendimiento psicomotor. Los afectados
creen que están mucho menos borrachos pero a la hora de la verdad su rendimiento está
aún alterado. Esta falsa sensación de seguridad puede llevar a conductas de riesgo.
Además, la combinación aumenta los efectos euforizantes y cardiovasculares (presión
arterial, frecuencia cardiaca, gasto cardíaco) de la cocaína. Como consecuencia, la
combinación tiene un mayor potencial de abuso y un incremento del riesgo de patología
cardiovascular. Además, produce mayor agresividad y conductas violentas. El alcohol
provoca un incremento de las concentraciones de cocaína y la formación de un metabolito
específico, la cocaetilena, que presenta actividad similar a la cocaína. Las concentraciones
máximas de alcohol pueden reducirse levemente.

EL PROCESO DE LA ADICCIÓN AL ALCOHOL

Alrededor del 10% de los bebedores de alcohol desarrollan una adicción al alcohol, y de
ellos el 4%, lo harán a los 5 años del inicio del consumo. La adicción al alcohol aparece tras
el consumo crónico de cantidades abusivas de alcohol y, al igual que el resto de las
adicciones a drogas, es el resultado de la interacción entre las características
farmacológicas de la sustancia (en este caso el alcohol), el individuo que la consume
(variables individuales, como por ejemplo características genéticas) y la sociedad (hábitos
de consumo de alcohol, disponibilidad y accesibilidad a las bebidas alcohólicas, etc.)

A continuación se revisan los conocimientos actuales sobre las bases neurobiológicas y los
factores genéticos implicados en la adicción al alcohol.

1. Neurobiología de la adicción al alcohol:

Aunque en el tejido cerebral no se han aislado receptores específicos para el alcohol,


parece ser que el alcohol, como todas las sustancias capaces de desarrollar adicción,
produce euforia por su acción sobre el centro del placer y la recompensa. Además con su
consumo continuado se desarrollan tolerancia y dependencia farmacológicas.

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