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EL CONCEPTO DE DIALÉCTICA EN LUKÁCS

István Mészáros

«Der Zwiespalt vori Sein und Sollen ist nicht aufgehoben»


— Die Theorie des Romans

(«La división entre el "ser” y el "deber ser” no ha sido


superada» — Teoría de la Novela)

Los problemas de la dialéctica ocupan un lugar central en


el pensamiento de Lukács.1 Ofrecer una exposición detallada
de sus ideas sobre los diversos aspectos de la dialéctica sería
completamente imposible, dado que su obra —resultado de

1. Dos de sus principales obras filosóficas lo ponen en claro ya desde


la página del título: Geschichte und Klassenbewusstein (Historia y cons­
ciencia de clase) lleva como subtítulo Estudios sobre dialéctica marxista, y
Der Junge Hegel (El joven Hegel) se subtitula Sobre las relaciones entre
Dialéctica y Economía. Semejantemente, uno de sus más importantes ensa­
yos filosóficos lleva por título Moses Hess und die Probleme der idealistis-
chen Dialektik (Moses Hess y los problemas de la dialéctica idealista). Pero
el interés de Lukács por los problemas de la dialéctica alcanza a mucho
más que esas obras, por importantes que éstas sean. Así, su obra Über die
Besonderheit als Kategorie der Asthetik (Sobre la particularidad como cate­
goría de la estética) investiga, en sus más amplias conexiones, una cate­
goría central de la dialéctica; Die Zerstorung der Vernunft (El asalto a la
razón) explora sistemáticamente los contrastes entre «irracionalismo» —en
su más desarrollada versión alemana— y «racionalidad dialéctica», insis­
tiendo en la validez de ésta en oposición a todas las formas de «mistifica­
ciones irracionalistas»; Die Eigenart des Ästhetischen (La peculiaridad de
lo estético), la Estética monumental de Lukács, contiene varios capítulos
en los que predomina el estudio de algunos temas centrales de una
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siete décadas de febril actividad— discurre por muchos mi­ ve, en tono dramático, que el resultado de las fuerzas eco­
llares de páginas y abarca una enorme diversidad de temas. nómicas objetivas que chocan dialécticamente, está por ver,
Es, pues, necesario seleccionar unos pocos problemas centra­ y, por lo que respecta a la humanidad, todo depende de cuál
les, aunque ese método lleve en sí el riesgo de la excesiva sea la alternativa que el hombre mismo realice:
simplificación.
Como punto de partida podemos contrastar una con otra El que el resultado de esos determinantes objetivos sea el más
dos citas de las obras de Lukács. La primera2 pone de relie­ alto nivel de humanidad, o un máximo de inhumanidad, eso de­
pende de nosotros, depende de los seres humanos. El desarrollo
económico no puede producirlo por sí mismo.
dialéctica materialista; y su última gran obra sistemática, Zur Ontologie
des gesellschaftlichen Seins (Ontología del ser social), está centrada en los
problemas de la dialéctica (en realidad, es el primer intento de producir La segunda cita,3 por contraste, anticipa una solución posi­
una Ontología dialéctica marxista sistemática). Pero para abarcar plena­ tiva. Es como sigue:
mente la extraordinaria riqueza de sus ideas sobre la dialéctica en todos
sus detalles, habría que tener también en cuenta, además de las obras sis­
temáticas más amplias, las innumerables referencias a los múltiples aspec­ Todavía hoy subsisten muchos obstáculos. Desde el momento
tos de la dialéctica contenidas en sus ensayos y artículos sobre historia, de su nacimiento, el movimiento revolucionario de los trabajado­
política, economía, historia de la filosofía, historia de la estética, histo­ res ha tenido que evitar erróneos giros ideológicos de la más di­
ria de la literatura, epistemología, estética, ética, sociología, cuestiones del
Partido, política cultural, ideología, etc.
versa especie. Hasta ahora, siempre lo ha hecho con éxito, y es
Las principales razones que hay detrás de su constante preocupación mi profunda convicción que lo seguirá teniendo en el futuro. Per­
por los problemas de la dialéctica pueden caracterizarse brevemente así: mítaseme, pues, que concluya este escrito con un dicho, algo modi­
a) El uso corriente del «marxismo vulgar» en el movimiento organizado ficado, de Zola: «La vérité est lentement en marche, et à la fin
de la clase obrera; ataques dogmáticos a la dialéctica y glorificaciones de des fins rien ne l’arrétera.»
un materialismo mecanicista pedestre, en diversas versiones; tendencias
ideológicas y de organización política que expresan el mismo dogmatismo
mecanicista. (La rigurosa defensa de Hegel hecha por Lukács debe ser en­ La contradicción es llamativa; y, no obstante, es más apa­
tendida en ese contexto, como una defensa de la validez metodológica uni­
versal de la perspectiva dialéctica.) rente que real. Nos enfrentamos aquí con una característica
b) Problemas de dialéctica tienen asignado un lugar central en el central de la concepción lukácsiana de dialéctica. El intento
«testamento intelectual» de Marx: las tareas que éste formuló en el cam­ de elucidar y resolver esa contradicción, en la medida en que
po de la teoría y no pudo llegar a realizar, esto es, la elaboración sistemática
de los principios del marxismo en Historia, Lógica, Estética, Ontología, sea posible resolverla, es, pues, tarea de primera importancia
Epistemología, Ética, etc. (por ejemplo, el importantísimo tema de las re­ en este ensayo.
laciones entre «sistema» e «historia», es un problema de dialéctica par
excellence).
c) El carácter problemático de la dialéctica y de la «racionalidad dia­
léctica», en una época en que la humanidad está una y otra vez amenazada
de auto-destrucción. La hegeliana «astucia de la razón» (List der Vernunft) 1.
como ley dialéctica objetiva del desarrollo histórico, y su versión marxis­
ta como «astucia de la historia», parece ser inevitablemente problemática en
una época en que la historia humana está en peligro de «burlarse de sí Siempre es peligroso, si no arbitrario, parcelar a los filóso­
misma», oscureciendo las perspectivas de numerosas tendencias filosóficas y fos como «el X joven» y «el X maduro», para oponer una par­
artísticas. La incesante reafirmación por Lukács de la validez de la dialécti­
ca ha de ser considerada sobre ese fondo, aunque sus respuestas subrayen cela a la otra. Las principales líneas esquemáticas de una
muchas veces un solo lado de ese complejo de problemas, condenando ra­ idea sintetizadora fundamental, pueden estar presentes, más
dicalmente toda clase de «irracionalidad» y «decadentismo».
2. Gespräche mit Georg Lukács, Rowohlt, Hamburgo, 1967, p. 109. A aún, tienen que estarlo, en la mentalidad de un filósofo cuan-
menos que se haga mención en contrario, las traducciones del alemán en
este escrito son obra del editor, al que expreso mi agradecido reconocimiento. 3. «Postscriptum 1957 zu Mein Weg zu Marx», en G. Lukács; Schriften
Las traducciones al húngaro son mías (Mészáros). zur Ideologie und Politik. Lutcherhand, Neuwied y Berlín, 1967, p. 657.
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do éste desarrolla en un escrito particular algunas de sus im­ original que lo estructura dialécticamente, en todas sus modi­
plicaciones concretas en contextos particulares. Desde luego ficaciones sucesivas. (Eso es tanto más importante en casos
que una idea así puede experimentar cambios de importan­ como los de Hegel, Marx, Lukács, Sartre, etc., en los cuales,
cia; los mismos contextos particulares requieren constantes en un determinado momento, parece haber una ruptura ra­
reelaboraciones y modificaciones de acuerdo con las caracte­ dical con el pasado. Pero «ruptura radical» no es lo mismo
rísticas específicas de las situaciones concretas que hay que que «cambio cualitativo». Éste puede caracterizar la totali­
tomar en cuenta. Pero ni siquiera una conversión genuina del dad del desarrollo de alguien, mientras que la primera se li­
«idealismo» al «materialismo» implica necesariamente que se mita a ciertos aspectos del mismo, por importantes que pue­
rechace o reprima radicalmente la idea sintetizadora original. dan ser en algunos aspectos, por ejemplo, el sociológico. Una
Un notable ejemplo de ello en el siglo XX es el de Georg «conversión total», en la medida en que no esté limitada al
Lukács. Sus obras post-idealistas revelan en su enfrentamien­ contenido ideológico del pensamiento de uno, sino que preten­
to con todos los problemas importantes la misma estructu­ da abarcar la estructura general de pensamiento de esa per­
ra de pensamiento, a pesar del hecho de que el autor hubiese sona, es muy dudosa, incluso en el caso de «fanáticos reli­
superado genuinamente sus posiciones idealistas anteriores. giosos». No es, en modo alguno, accidental que comunistas
Pero aquellos que no saben distinguir entre la estructura ge­ religiosos decepcionados se conviertan en anticomunistas re­
neral del pensamiento de un filósofo y la articulación, idealis­ ligiosos. La «conversión total» es el privilegio de una segunda
ta o materialista, de la misma, han insistido en que no había infancia intelectual que puede seguir a una amnesia total.)
dejado «de ser un idealista hegeliano», y, según sus preferen­
La identificación de Lukács con el marxismo significó un
cias, le han alabado o censurado por ello. Al hacer tal cosa
cambio cualitativo en su desarrollo. Pero no tuvo lugar de
Ignoraban implícitamente el hecho de que el propio Marx
la noche a la mañana; no podría ser caracterizado con las ca­
fue un revolucionario bastante antes de convertirse en ma­
tegorías de «ruptura radical» y «radicalmente nuevo», contra
terialista, y no dejó de serlo más tarde.
las que Lukács ha librado, en defensa de la dialéctica, una bata­
No es necesario decir que la continuidad en cuestión es
lla permanente. Al contrario, las raíces de ese cambio tendrían
una continuidad dialéctica: «la unidad de continuidad y dis­
que buscarse mucho antes, en su síntesis dialéctica juvenil y
continuidad», es decir, la «superación-conservación» (Aufhe-
en sus tensiones internas. Este ensayo no puede proponer­
bung) de un estadio anterior en una complejidad creciente­
se elaborar una tipología de estructuras de pensamiento en
mente mayor. No obstante, hay que subrayar que no puede ha­
la que Lukács pudiera ser situado. (Los conceptos que habría
ber ninguna originalidad sin esa unidad de pensamiento —re­
que perseguir a ese propósito irían desde «formalismo», «mo­
lativa, dialéctica, en cuanto respecta a su estructura general.
nismo», «dualismo», «objetivismo», «subjetivismo», etc., has­
Porque la precondición de cualquier síntesis es alguna clase
ta «fanatismo», «fatalismo», «oportunismo», «oposicionalismo»,
de síntesis como principio activo de selección de la primera,
«rebeldía», etc.) Pero es necesario dejar bien en claro que
aun cuando la nueva síntesis no tenga aparentemente nada
aquí no estamos interesados por alguna entidad psicológica
que ver con la inicial. Como dijo Goethe: «para poder hacer
intemporal —una ficción metafísica— sino por una caracte­
algo hay que ser ya algo»;4 y eso tiene aplicación al filósofo
rística que solamente puede explicarse en términos concre­
no menos que al artista o a cualquier otro. Por eso no se pue­
tos socio-históricos. La formación de la estructura de pensa­
de entender adecuadamente el pensamiento de un filósofo
mientos de un filósofo tiene por base aquel compromiso on-
sin alcanzar, a través de sus muchos estratos, aquella síntesis
tológico —animado por un ímpetu moral— que es inseparable
de los temas de su situación particular. Las tendencias de de­
4. Citado por Thomas Mann en su Ensayo en autobiografía. sarrollo que él percibe tienen su propia «lógica interna» y su
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continuidad objetiva, aunque, desde luego, relativa. Esta úl­ llevó la cultura alemana, especialmente en los años de for­
tima puede corresponder o no al dinamismo del desarrollo mación intelectual de Lukács. Y, sin embargo, éste resultó
del filósofo. Cambios históricos rápidos requieren adaptacio­ ser el crítico más radical de las contradicciones internas de
nes mayores y más radicales por evaluaciones cualitativamen­ la literatura y el pensamiento alemán. Una vasta suma de su
te diferentes, que las transformaciones relativamente tranqui­ masiva producción está dedicada a los problemas de la his­
las y lentas, y no es ni mucho menos seguro que el individuo toria y la cultura alemana, pero hasta el más pequeño artícu­
pueda seguir el ritmo del dinamismo histórico. (El «conflicto lo está escrito con distanciamiento.5 El retraso de la filosofía
de generaciones» tiene muchas veces por base la incapaci­ húngara no dejó a Lukács alternativa para buscar orientación
dad de la generación más vieja para reajustar sus propias pers­ en otro sitio: el adscribirse a la corriente principal de la fi­
pectivas históricas de acuerdo con algunos cambios importan­ losofía alemana era, en sus circunstancias, lo que obviamente
tes ocurridos o a punto de ocurrir, y que sin embargo perciben había que hacer. La clase en la que había nacido —la burgue­
los representantes de la generación más joven, aunque sea de sía judeo-húngara— hacía frente, en los días de la formación
modo unilateral y con una no justificada impresión de cosa intelectual de Lukács, a una situación muy compleja. Por una
final). parte, gracias a su creciente poderío económico, estaba eman­
Pero, cualesquiera que puedan ser los límites de adaptabi­ cipándose rápidamente de su subordinación, en categoría so­
lidad del filósofo individual, el caso es que éste no aprende cial, a la llamada «clase histórica»; por otra parte, conseguía
en los libros los temas importantes de su tiempo, sino que también afirmar su independencia respecto de las clases go­
los vive, es decir, si él es un hombre significativo. Las influen­ bernantes austríacas. Pero, al mismo tiempo, tenía frente a
cias intelectuales deberían, pues, ser tratadas con el máximo ella una nueva fuerza social: el desafío del movimiento obre­
cuidado. Porque el filósofo significativo sigue el consejo de ro organizado. El atrasado desarrollo del capitalismo húngaro,
Moliere al tomar «son bien où il le trouve», y moldea todo la enorme inercia de los intereses feudales y burocrático-esta-
aquello que ha tomado —no simplemente encontrado— en tales, las contradicciones entre los dos principales asociados
un todo coherente propio. También es aquí obvio el carácter de la monarquía austro-húngara, las complicaciones especia­
dialéctico de esa relación: sería tonto negar que las influen­ les de la emancipación judía, la creciente resistencia de las mi­
cias asimiladas sean influencias, y tengan su efecto en la ul­ norías nacionales sometidas a la dominación húngara, cons­
terior orientación del filósofo, como elementos constitutivos tituían los factores de mayor importancia en la situación de
—aunque aufgehoben— de su principio de selección y síntesis. Lukács. Muchos de sus contemporáneos, mirando hacia occi­
No obstante, en esa relación la situación histórica tiene la pri­ dente, simplificaron la tarea con el programa, poco realista,
macía sobre las influencias intelectuales. Lo que separa al fi­ de «poner al día» la sociedad capitalista húngara. (Es signifi­
lósofo importante del ecléctico inteligente es la falta de opor­ cativo que los dos principales periódicos se llamasen Occiden­
tunidad histórica de la síntesis meramente académica del se­ te y Siglo Veinte). Lukács fue mucho más allá: puso de relie­
gundo, comparada con la última significación práctica del pri­ ve la crisis profunda de la burguesía y su cultura en general,
mero. y llevó así una constante polémica, aunque en forma indirecta,
Las influencias de mayor importancia en Lukács pueden
ser caracterizadas con los nombres siguientes: Georg Simmel,
5. Aunque muchas de las obras de Lukács tratan temas alemanes, y
Wilhelm Dilthey, Emil Lask, Ervin Szabó, Hermann Cohen aunque su apego a la cultura alemana —en particular a la herencia filo­
(y otros representantes de la escuela de neokantismo de Mar- sófica alemana— es realmente muy profundo, sus escritos son siempre los
burgo), Max Weber, Hegel, Marx, Rosa Luxemburg y Lenin. de un «extraño». Su obra no puede entenderse más que sobre el fondo his­
tórico y cultural húngaro, que afectó mucho a todas las etapas de su de­
Esa lista muestra por sí misma que la parte del león se la sarrollo.
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contra el carácter problemático e ilusorio de la «puesta al tral fue juzgado peligroso por los guardianes del anacrónico
día». Uno de sus primeros esfuerzos significativos fue la or­ status quo.) La rebelión contra aquella desesperante inercia e
ganización —a la edad de diecinueve años— de una compañía inmovilidad tenía que tomar la forma de denuncias patéticas,
teatral llamada «Thalía», cuyo propósito era llevar la cultura llenas de los tonos cósmicos que se encuentran en las «últimas
a la clase obrera, lo que hizo durante un período de casi advertencias» de los profetas del Juicio Final; tanto más así
cinco años, hasta que la mataron las interferencias del asusta­ cuanto que ni Ady ni Lukács oponían al inerte anacronismo
do gobierno húngaro. Lukács, aun reconociendo plenamente de su situación el ideal igualmente anacrónico (aunque de dife­
los grandes méritos cultural-intelectuales de Occidente y Si­ rente manera) de estabilidad burguesa, tan caro al corazón de
glo Veinte (a los que apoyó de una manera activa con su co­ los Don Quijotes anglofilos de la burguesía húngara occiden-
laboración regular), reconoció igualmente las limitaciones, talista.
tanto sociopolíticas como filosóficas, de las tendencias que en El sombrío mesianismo profético de Ady, con sus dramáti­
ellos se expresaban. Y no lo hizo únicamente cuando era muy cas apelaciones formuladas en términos de «o salvación, o de­
joven, sino también mucho antes que sus contemporáneos in­ sastre total», expresaba con la más alta intensidad lírica los
telectuales, cualquiera que fuera su edad, a excepción del teó­ dilemas de aquellos que, en sus esfuerzos por encontrar una
rico del sindicalismo Ervin Szabó, y del extraordinario poeta solución a sus problemas particulares a escala europea, tenían
Endre Ady. que percibir la crisis, crecientemente profunda, del orden so­
Tocamos aquí un punto de gran importancia: la relación cial a escala mundial. Fue relativamente más sencillo para Pe-
de Lukács con Ady. Sus contactos personales fueron casi ine­ töfi, cuando, en 1848-9, y antes, pudo apelar en su programa
xistentes, de modo que el impacto de Ady en el joven Lukács al ejemplo de Francia, con la meta puesta en la derrota radical
provino primordialmente de la lectura de sus poemas. Mien­ del feudalismo húngaro: el carácter claro y directo de la poe­
tras sus contemporáneos estaban de punta con el significado sía de Petöfi da testimonio inequívoco de ello. Pero para Ady
intrincadamente mediato de la poesía simbólica de Ady, sin re­ no había otra alternativa que cantar en este tono:
conocer en su autor más que al innovador lingüístico-formal,
el joven Lukács fue el primero en concentrar la atención Aquí son más saladas las lágrimas
en el núcleo organizador de aquella poesía: la pasión elemental y las penas duelen más.
de un revolucionario democrático.6 La afinidad objetiva de sus Los mesías magiares son mesías
respectivas búsquedas de una solución, puso a Lukács en la in­ mil veces, y más.
mediata vecindad de Ady, permitiéndole captar, ya en su for­ Mueren un millar de muertes,
ma embrionaria, la verdadera significación de una tendencia pero sus cruces no traen salvación,
que sólo se desarrollaría plenamente varios años más tarde. porque nada podrían hacer,
Él sentía tanto como Ady la devastadora inercia de la situa­ su condena sería no conseguir nada,
ción húngara, en la que la interacción de las heterogéneas
contradicciones antes mencionadas tendía a debilitar todas las ¿Qué podría oponerse a tal inercia de impotencia? Solamen­
fuerzas del dinamismo social y a mantener la presa sofocante te una apelación dramática a un «debe ser», brotando de la
de la inmovilidad conservadora. (Todavía estaba fresco en el sucesión de alternativas realizadas:
recuerdo de Lukács el hecho de que hasta su experimento tea­
Nuevas llamas, fés nuevas, nuevos hornos, nuevos santos,
6. «Új magyar lira» (Nueva poesía lírica húngara), en Huszadik Század o sois reales, u os desvanecéis de nuevo en niebla de nada.
(Siglo Veinte), vol. 2 (1909), pp. 286-92 y 419-24.
54 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 55

O esta fe nuestra se convierte en realidad, cupación por el «deber ser» y la enunciación de alternativas
o, con razón o sin ella, estamos condenados. dramáticas no han sido abandonadas por Lukács. Su identifi­
cación con el marxismo ha dado, naturalmente, un marco nue­
Treinta años después de la publicación de su primer ensayo vo, cualitativamente nuevo, a aquella preocupación. El cam­
sobre Ady, Lukács citaba los versos: bio de estilo fue paralelo a la transferencia del «deber ser» a
un nivel diferente, y eso no se consiguió en modo alguno de
¿Durará más, aún más la noche a la mañana. (Historia y consciencia de clase es su
el viejo destino, la vieja maldición? más importante obra de transición, precedida por ensayos
Rojo Sol, inerte, lento, como El bolchevismo como problema moral, Táctica y ética, El
yo Te imploro. papel de la moralidad en la producción comunista, etc., que
muestran, tanto por lo que respecta al estilo como por lo
y comentaba: «para Ady, la revolución democrática existía, y que respecta a los temas, una notable afinidad con sus obras
solamente podía existir, como deseo, esperanza y sueño».7 anteriores. El libro sobre Lenin, escrito en 1924, es muy dife­
Ady podría haber escrito las mismas palabras acerca del jo­ rente en ese aspecto.) Los problemas relacionados con el «debe
ven Lukács. Sus perspectivas eran esencialmente iguales en ser» se han hecho en sus obras progresivamente mediatos
un aspecto fundamental: en que, en su horizonte, la solución —Lukács diría «concretizados»—, y han sido traídos al pri­
solamente podía aparecer en forma de un «deber ser» articu­ mer plano temas que, aparentemente, tenían muy poco que
lado en alternativas de la más dramática intensidad. Las cua­ ver con el «debe ser», salvo en la forma de la polémica ne­
lidades poéticas del estilo del joven Lukács —El alma y las gativa. No obstante, su primer enfrentamiento con el «Sollen»,
formas, Cultura estética, Teoría de la novela—, que desapare­ el «deber ser», ha seguido siendo una dimensión estructuran­
cerían más tarde, encuentran su explicación en esas perspecti­ te fundamental en el pensamiento entero de Lukács.
vas en ese horizonte. En el curso de los trastornos sociales de Nunca estará bastante subrayado esto: lo que nos intere­
1917-18 sus perspectivas cambiaron, y lo que anteriormente ha­ san no son las influencias del neokantismo, etc. El joven Lu­
bía sido «deseo, esperanza y sueño» se convirtió para él en una kács echó mano de ellas en el espíritu de su propia situación,
tarea práctica concreta, que representaba un «desafío científi­ y las asimiló a su propio modo, en una síntesis comprehensiva
co» directamente asociado con los temas tangibles de la organi­ que no puede reconocerse en la obra de ninguno de sus ami­
zación y programación económica y social. En ese punto, el vie­ gos o maestros. Max Weber, para nombrar solamente al más
jo estilo tenía que dejar paso al estilo realista, prosaico, de importante de ellos, tenía plena conciencia de la impresio­
orientación práctica, de una especie peculiar de razonamiento nante originalidad del joven filósofo húngaro, y le consideraba
económico-filosófico y político-histórico. más como un colega intelectual que como un discípulo. Como
hemos visto en la relación de Lukács con Ady, el factor do­

.
minante era la común situación objetiva, cuya percepción pro­
2 ducía una profunda afinidad de perspectivas.
Por paradójico que pueda parecer, el atraso histórico del
Y sin embargo, la substitución de las perspectivas juveni­ desarrollo húngaro resultó ser una ventaja para una síntesis
les no fue sino relativa. Como veremos más adelante, la preo­ profundamente original. No se trataba simplemente de que
Hungría estuviera socialmente atrasada. Rusia no estaba, en
7. «Ady, a magyar tragédia nagy énekese» («Ady, gran poeta de la tra­ conjunto, más avanzada, pero en su desarrollo se ponía al paso
gedia húngara») 1939, p. 28 del volumen Az Irástudók Felelsösége («La res­
ponsabilidad de los intelectuales»), Moscú, 1944. con los países más avanzados en dinamismo socio-político. En
56 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 57

una situación histórica compleja, no es nunca simplemente la poder que caracterizó al cristianismo primitivo».10 La medi­
madurez económica y social de un país dado lo que es causa da y magnitud de la expectación estaba puesta en esos térmi­
de cambios radicales, sino la configuración favorable de los nos, y cuando, en 1917-18, se identificó con perspectivas socia­
diversos factores causales en un patrón general dinámico.8 Tan­ listas, no abandonó ni una tilde del radicalismo y la totalidad
to Rusia como China han probado ampliamente ese punto. Hun­ de aquella medida. Por eso podemos ver claramente la conti­
gría, en cambio, estaba caracterizada por una configuración nuidad esencial de su desarrollo en un sentido dialéctico, esto
general muy diferente. En dicho país había muchas formas de es, la re-formulación de una concepción que todo lo penetra­
movimientos ideológicos y políticos, desde el conservaduris­ ba, en términos de una nueva instrumentalidad social.
mo reaccionario hasta el liberalismo, desde el populismo a un Desde luego, el cambio de perspectivas tuvo lugar en medio
sindicalismo de orientación marxista, y desde el nacionalismo de una grave crisis internacional —el final de la Primera Gue­
al radicalismo burgués. Pero sus interacciones, a causa del sub­ rra Mundial, y la Revolución de Octubre—, que Lukács observó
yacente punto muerto objetivo de las heterogéneas contradic­ desde un emplazamiento nacional bastante inerte. Incluso des­
ciones sociales, no podía sino subrayar el carácter masivo de la pués de los acontecimientos revolucionarios de Hungría, siguió
inmovilidad e impotencia social general. Los que se rebelaban siendo verdad que en el país no existían agentes sociales pode­
contra ésta tenían que proponerse —en términos ideológicos— rosos que pudieran haber materializado los cambios desea­
trascender todas las formas existentes de impotencia. Tal re­ dos y abogados por Lukács. Es, pues, comprensible que la fi­
belión tuvo lugar con diversos grados de conciencia socio-filo­ losofía social de éste lleve la marca del vacío socio-político
sófica y de radicalismo político. Pero parte integrante de la al que estaba referida, en acusado contraste con el tremendo
misma fue una preocupación por la universalidad. Produjo realismo que caracterizaba casi cada línea de los escritos de
no solamente algunas cumbres de la cultura europea del si­ Lenin. Lenin lee incluso la Lógica de Hegel —en el intervalo
glo veinte —como Ady, Lukács, Bartók, Kodály y Attila Józ­ entre dos revoluciones— para derivar estímulos concretos para
sef— sino también un número casi increíble de individuos so­ la solución de las urgentes tareas prácticas inmediatas con
bresalientes en todos los campos de la cultura, y a través de que se enfrenta en el planteamiento y organización con vistas
todo el espectro de la ideología.9 a la revolución de octubre. Lukács lee incluso a Lenin con la
Lukács, por su parte, concebía la posibilidad de transfor­ intención de concretizar, pero siempre en términos teóricos,
mación en términos de «o un cumplimiento completo, o nin­ su propia síntesis filosófica general. Lukács postula repetida­
gún cambio de importancia substancial». Cuando, en su juven­ mente la unidad de teoría y práctica; Lenin la vive de una
tud, se apartó de las perspectivas del socialismo, lo hizo con forma específica. Pero tales contrastes no pueden quedar sim­
la justificación de que aunque «la única esperanza podría es­ plemente explicados con referencia a diferencias, reales o su­
tar en el proletariado, en el socialismo... parece que el socia­ puestas, en los talentos intelectuales. Las referencias de ese tipo
lismo no posee el poder religioso capaz de llenar el alma: un son más bien peticiones de principio, que ignoran el hecho de
que el talento intelectual actualizado es un resultado de la
8. Ver más adelante, sobre la concepción lukácsiana de la causalidad interacción entre cualesquiera dotes que el individuo pueda
compleja en la estructura de totalidad (epígrafe 5). tener, y su situación. Los llamativos contrastes se deben bási­
9. Un grupo de intelectuales acostumbraba reunirse con regularidad camente al hecho de que mientras toda la situación de Lenin
los domingos, en un círculo privado, hasta que éste fue roto por los
trastornos del final de la guerra. La cabeza intelectual indiscutida de aquel está preñada de tareas prácticas concretas, las posibilidades
círculo era Lukács, y varios de sus miembros adquirieron más tarde fama prácticas de Lukács no pueden compararse más que a una at-
universal. Para citar solamente a algunos: Frigyes Antal, Béla Balázs, Béla
Bartók, Béla Fogarasi, Arnold Hauser, Zoltán Kodály, Karl Mannheim,
Wilhelm Szilasi, Charles de Tolnay, Eugene Varga, John Wilde. 10. «Esztétikai kultúra» (Cultura Estética), en Renaissance, 1910.
58 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 59

mósfera rarificada. Incluso en los días de la efímera revolu­ nal, son consecuencias directas de la disminución de la discipli­
ción húngara de 1919, el margen de posibilidades reales es na de trabajo y la baja en la producción. La creación de reme­
casi infinitésimo si se compara con la magnitud de las tareas dios para aquellos males, y la consiguiente mejora del nivel de
y problemas. La antigua inercia, ayudada por la situación in­ vida individual, sólo pueden lograrse cuando se hayan suprimido
ternacional después de la Revolución de Octubre, prevaleció las causas de dichos fenómenos. El remedio tiene dos caminos:
o los individuos que constituyen el proletariado reconocen que
una vez más, «condenando a no conseguir nada» a quienes sólo pueden ayudarse a sí mismos llevando a cabo una voluntaria
trataran de rebelarse contra ella. Y el movimiento político vigorización de la disciplina de trabajo, y, en consecuencia, un
de una emigración carente de un sólido respaldo en su propio ascenso de la producción; o, si son incapaces de tal cosa, crean
país de origen, no es, en términos prácticos, más que la atmós­ instituciones que puedan proporcionar ese estado de cosas. En
fera rarificada de antes, aún más rarificada. este último caso, crean un sistema legal mediante el cual el pro­
Esa situación ha dado un carácter ambivalente a las pers­ letariado obliga a sus propios miembros individuales, los proleta­
pectivas de Lukács. Si éste quería hacer más concreta su con­ rios, a obrar del modo que corresponde a sus intereses de clase:
cepción general en un esfuerzo de traducción de ésta a un pro­ el proletariado vuelve su dictadura contra sí mismo. Esa medida
grama práctico en el que él mismo pudiese confiar, no le que­ es necesaria para la auto-conservación del proletariado, cuando
no existe el correcto reconocimiento de los intereses de clase y
daba otra alternativa que asociarse con la Internacional Co­
la acción voluntaria en la dirección de esos intereses. Pero no
munista, cada vez más dominada por Stalin. (Aunque Lukács hay que ocultarse el hecho de que ese método contiene en sí mis­
permaneció siempre en una oposición interna, tanto en su Par­ mo grandes peligros para el futuro. Cuando el proletariado mis­
tido como en el Comintern, no pudo eludir, como veremos, mo es el creador de la disciplina de trabajo, cuando el sistema de
los efectos problemáticos de tal asociación, por necesaria que trabajo del estado proletario se construye sobre una base moral,
fuera). Por otra parte, la debilidad de la situación práctico- entonces la compulsión externa de la ley cesa automáticamente
política le proporcionó una ventaja. Le hizo posible abordar con la abolición de la división en clases —esto es, el Estado se
y elaborar algunas categorías filosóficas fundamentales que, desvanece— y esa liquidación de la división en clases produce el
en última instancia, son de la mayor importancia práctica, comienzo de la verdadera historia de la humanidad, que Marx
como, por ejemplo, las de «totalidad» y «mediación» (Vermit- profetizó y en la que esperó. Si, por el contrario, el proletariado
sigue otro camino, tiene que crear un sistema legal que no pue­
tlung), de las que trataremos más adelante. También le permi­
de ser abolido automáticamente por el desarrollo histórico. El
tió anticipar la lógica objetiva de la evolución estalinista, en desarrollo procedería entonces en una dirección que pone en peli­
época tan temprana como la primavera de 1919, en la estruc­ gro la aparición y realización de la meta final. Porque el siste­
tura de una consideración teórica general en la que él ha ma legal que el proletariado se ve forzado a crear de ese modo
«trans-substanciado» una tarea práctica inmediata, y, por lo tiene que ser derrocado; y ¿quién sabe qué convulsiones y que
que respecta a las circunstancias húngaras, no esperable. El daños serán causados por una transición que lleva del reino de la
tema es lo bastante importante como para justificar la larga necesidad al reino de la libertad mediante un tal rodeo?... De­
cita que hacemos a continuación:11 pende del proletariado el que comience o no la verdadera historia
de la humanidad, es decir, el poder de la moralidad sobre las ins­
«Está claro que los fenómenos más opresivos del poder prole­ tituciones y la economía».
tario, a saber, la escasez de bienes y los altos precios, de cuyas
consecuencias inmediatas todo proletario tiene experiencia perso­ Esa cita da clara expresión a la miseria práctica y política
de un postulado moral abstracto: la apelación moralizadora
11. «Az erköles szerepe a komunista termelésben» («El papel de la directa a la conciencia del proletariado.12 También pone de
moralidad en la producción comunista»). Reproducido en Georg Lukács:
Schriften zur Ideology und Politik. La cita es de pp. 79-80 del mismo. 12. Al comienzo de este ensayo citábamos un pasaje escrito en 1957,
60 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 61

manifiesto la gran capacidad de penetración de Lukács en única instrumentalidad real a todo lo largo de un extenso
cuanto a la dialéctica objetiva de un cierto tipo de desarrollo. período histórico, cualesquiera que fueran sus contradiccio­
En comparación con él, Lenin estaba demasiado ocupado ex­ nes— y las perspectivas universales del socialismo en general.
primiendo hasta la última gota de las posibilidades socialistas Lukács intentó la imposible tarea de tender un puente entre
prácticas con el instrumental objetivo de su situación para aquélla y éstas, no por oportunismo egoísta —apenas es po­
permitirse anticipaciones teoréticas de esa especie en 1919. sible imaginar una persona menos egoísta que Lukács, como
Cuando empezó a concentrar su atención en el terrible peli­ han reconocido incluso sus adversarios políticos—,13 sino por
gro de la burocratización estaliniana y el predominio de las las limitaciones objetivas, externas e internas, de su posición
«instituciones de necesidad» sobre los ideales del socialismo, general. Las crecientes dificultades prácticas en que se en­
ya era demasiado tarde. Es patético ver a Lenin, un genio de contró en su propia situación política, y las limitaciones de
la estrategia realista, comportándose como un desesperado la instrumentalidad del «socialismo en un solo país», le for­
utopista desde 1923 hasta el momento de su muerte, propo­ zaron a concentrar la atención en las perspectivas a largo plazo
niendo insistentemente planes inviables —como la propues­ de un «socialismo que sacie el alma». Paradójicamente, eso le
ta de crear en el Comité Central una mayoría formada por permitió también identificar y elaborar algunos temas gene­
cuadros obreros, para neutralizar a los burócratas del Parti­ rales de la mayor y más definitiva importancia práctica, que
do— con la esperanza de dar marcha atrás a aquella peligrosa apenas habían sido advertidos, si es que lo habían sido, antes
tendencia, ya entonces demasiado avanzada. La gran tragedia de él. Al mismo tiempo, en el curso de sus esfuerzos por in­
de Lenin fue que su incomparable estrategia, instrumental­ dicar las concretas agencias sociales que podrían traducir
mente concreta, intensamente práctica, al final le derrotó. En sus perspectivas últimas en realidad práctica, la lógica interna
el último año de su vida no había ya salida para su casi total de su posición general le ha obligado más de una vez a tomar
aislamiento: la evolución que él mismo, mucho más que otro por solución algo que estaba lejos de serlo. (Sus referencias
cualquiera, había trabajado para poner en movimiento, le a la «forma asiática de socialismo» consistían simplemente
había convertido en históricamente superfluo. La forma es­ en apuntar los obstáculos de que la sociedad soviética tenía
pecífica en la que él vivió la unidad de teoría y práctica re­ que desembarazarse para seguir siendo el modelo del desa­
sultó ser el límite de su propia grandeza. rrollo socialista.) Así, los dos polos del pensamiento de Lu­
En ese tema podemos encontrar al descubierto el dilema kács, se condicionaban recíprocamente, produciendo a menu­
general de la relación entre política y filosofía. Más adelante do en sus síntesis una inmediatez abstracta por una parte
volveremos a esa cuestión. En este contexto, lo que nos im­
porta subrayar es que Lukács definió su propia posición en la
desgraciada correlación de la instrumentalidad práctica di­ 13. En 1919, cuando los hombres de Horthy presionaban al gobierno
austríaco para lograr la extradición de Lukács, un grupo de intelectuales
recta, tal como se manifiesta en la evolución soviética —la
hicieron pública una apelación para salvarle: «Había rechazado las seduc­
ciones de la vida mimada que le correspondía por herencia, en pro de un
pensamiento solitario, responsable. Cuando se dedicó a la política, sacri­
en el que Lukács expresaba su fe en la solución positiva de los problemas ficó lo que le era más querido, su libertad de pensamiento, a la obra de re­
del movimiento socialista. La misma fe está expresada, en términos casi formador que se proponía realizar... Salvar a Lukács no es un asunto del
idénticos, treinta y ocho años antes, cuando escribe, al final de «El papel Partido. Es el deber de todos cuantos tienen experiencia personal de su
de la moralidad en la producción comunista»: pureza humana, y de los muchos que admiran la categoría intelectual de sus
Es imposible que el proletariado, que hasta ahora se ha mantenido fiel obras filosóficas y estéticas, protestar contra la extradición.» En Berliner Ta-
a su vocación histórico-universal en condiciones mucho más difíciles, aban­ geblatt del 12 de noviembre de 1919. Firmaron Franz Ferdinand Baumgarten,
done tal vocación en el momento mismo en que finalmente está en posición Richard Beer-Hoffmann, Richard Dehmel, Paul Ernst, Bruno Frank, Maxi-
para ponerla en práctica. Obra citada, p. 81. milian Harden, Alfred Kerr, Heinrich Mann, Emil Praetorius, Karl Scheffler.
62 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 63

y una pseudo-concreción por otra, en cuanto que perspectivas pesar de sus implicaciones masivas para el desarrollo del
lejanas eran por él transferidas al presente o al próximo fu­ movimiento socialista como un todo, no hayan encontrado la
turo. (Especialmente en sus escritos sobre democracia del menor resonancia positiva15 en un hombre de la inteligencia
pueblo.) y la sensibilidad de Lukács. Sus unilaterales juicios sobre
No es que Lukács no tuviese conciencia de la brecha que Trostky encuentran su explicación en las mismas limitaciones.)
separa la instrumentalidad práctica dada y las perspectivas Es bastante obvio que la validez de las perspectivas de
generales. Empleó la parte, con mucho, mayor de sus ener­ Lukács en cuanto relativas a una estrecha instrumentalidad,
gías en el intento de elaboración de las «mediaciones» que pu­ está históricamente dejada de lado. Lo que necesita subrayar­
dieran tender un puente sobre dicha brecha. (Las numerosas se una y otra vez es que sus perspectivas están caracterizadas
obras que ha escrito en el curso de su interminable enfren­ por una bipolaridad dialéctica. Como hemos visto, no sola­
tamiento con el problema de la mediación [Vermittlung] sólo mente lo problemáticamente inmediato —es decir, lo ya su­
adquieren su pleno significado si se sitúan en ese contexto.) perado— condicionaba las «perspectivas a largo plazo», sino
Lukács no ha dejado nunca de hablar de la tarea de «supe­
ración» (Überwindung). Pero esa Überwindung no podría ser 15. La estimación de la situación china por Lukács es extremadamente
sino teorética, sobre la premisa de la aceptación teorética, problemática. Está basada en la premisa falsa de que el destino de la hu­
manidad será decidido por la mayor «fuerza de atracción» (Anziehungskraft)
no meramente táctica, de la validez instrumental del «socia­ de uno de los «dos sistemas». Ambos elementos de dicha premisa son irrea­
lismo en un solo país». Aunque más tarde Lukács mejoró listas. La idea de una «Anziehungskraft» ideológica minimiza el papel de
mucho su posición antes citada, nunca ha reconocido de una las contradicciones objetivas internas (problema que será discutido en la
última sección de este ensayo). Pero si se da por sentada la estructura
manera plena que la alternativa entre la «visión libre que pro­ institucional de uno de los «dos sistemas», no queda lugar para la crítica,
duzca actividad voluntaria» y «las instituciones de necesidad» salvo apelaciones referentes a la posible mejora de la «fuerza de atracción»
es una alternativa irremediablemente abstracta, y, en conse­ ideológica de tipo soviético. Por otra parte, es más importante el supuesto
de que hay «dos sistemas» implicados en la «lucha de clases internacional de
cuencia, una falsa alternativa; que una forma de instrumen­ coexistencia». En realidad, el punto muerto militar que obliga a la coexis­
talidad solamente puede recibir el enfrentamiento realista tencia de dos bloques de poder político-militar, deja paso al desarrollo de
de parte de otra forma de instrumentalidad y otras institu­ una multiplicidad de sistemas de transición con sus dinamismos —y con­
tradicciones— internos, así como con sus propios intereses objetivos. En
ciones. Lo que él intentó, en vez de eso, fue una Überwin­ consecuencia, es imposible reducir esa complejidad al esquema de «dos
dung en la forma de una síntesis entre la «libre visión» y la sistemas». La unidad artificial de «dos bloques de poder» (correspondien­
necesidad, en su teoría del «Partido Leninista» como «porta­ tes, en el pasado, a dos sistemas), considerada a nivel social, pertenece
irrevocablemente al pasado. Ninguna medida de «clarificación ideológica y
dor de la conciencia de clase proletaria»,14 y, así, en su solu­ persuasión» puede descartar las diferencias objetivas de intereses y dina­
ción teorético-abstracta «libre de “deber ser”», fue a parar mismo interno que suponen hasta las oposiciones más agudas entre la multi­
plicidad de sistemas de transición. Ese cambio histórico requiere una es­
a una idealización de una «institución de necesidad». Las po­ timación estratégica mucho más compleja de las tendencias de transfor­
sibles alternativas que implicaban objetivamente la revisión mación socialista, y excluye la aceptación del modelo lukácsiano de la «fuerza
de su premisa, tenían que permanecer completamente fuera de ideológica de atracción» del socialismo de tipo soviético. Al mismo tiempo
hay que subrayar que, independientemente de lo problemático que pueda
su horizonte. (Es muy significativo que las perspectivas ser su modo de abordar el problema chino, la dualidad de sus perspecti­
profundamente originales de Gramsci o de Mao Tse-tung, a vas le permite suscitar algunos temas teoréticos fundamentales en conexión
con la categoría dialéctica de «mediación». Con independencia de la estruc­
tura histórica concreta a la que aplica sus consideraciones teoréticas —la
14. Geschichte und Klassenbewusstsein, Malik Verlag, Berlín 1923, p. 54. situación china contemporánea— su reflexión sobre la relación entre «sec­
La «estrategia partisana» de Lukács, formulada más tarde, continúa estando tarismo» y «falta de mediaciones» tiene una validez metodológica general
bien dentro de los límites de la misma concepción de una estructura insti­ en sus aplicaciones a la esfera ideológica (Ver su ensayo «Zur Debatte
tucional. En contraste, la idea de Gramsci de la «hegemonía del proletariado» zwischen China und der Sovjet-Union», en G. Lukács: Schriften zur Ideologie
es un concepto cualitativamente diferente. und Politik, pp. 681-706).
64 G. H. R. Parkinson
Georg Lukács 65
que éstas determinaban la interpretación lukácsiana de las sentido de la objetividad, Lukács hace la observación general
situaciones concretas y de su significación. Eso quiere decir de que «la objetividad quizás nunca pueda existir sin una
no sólo que la apreciación crítica de sus obras, incluidas las cierta ironía. La atención más seria a las cosas es siempre
más polémicas, requiera la constante conciencia de las cir­ algo irónica, porque en un lugar u otro debe hacerse patente
cunstancias históricas y las interconexiones dialécticas, sino la gran distancia entre causa y efecto, entre la conjuración
también que hay que cuidar de aquellos aspectos de su obra del destino y el destino conjurado. Y cuanto más natural apa­
que, debido a la validez histórica de muchas de sus formula­ rezca el apacible fluir de las cosas, tanto más verdadera y pro­
ciones de perspectiva, representan un logro arraigado, con­ funda será esa ironía. Admito que solamente en los Budden-
creto, tópico y permanente. Porque esa compleja bipolaridad brooks se manifiesta eso con tanta claridad, y, por así decir­
de sus perspectivas le ha proporcionado un margen de acti­ lo, como saliendo de una sola fuente. En los escritos más
vidad que le ha permitido producir —primordialmente en el recientes esa ironía de Mann asume formas diferentes, pero
campo «mediado» de la Estética, y en las esferas más abs­ su raíz más profunda continúa siendo ese sentimiento de dis­
tractas de la filosofía— obras de valor ejemplar. locación que separa de la gran comunidad natural vegetativa,
y de anhelo de ésta».16 El filósofo siente la misma dislocación,
la misma separación y el mismo anhelo por una síntesis y una
unidad objetivas, en un mundo en el que la distancia entre
3. «causa y efecto», «intención y resultado», «valor y realidad»
(Wert und Wirklichkeit) parece ser siempre creciente; aunque,
En Lukács el concepto de «Sollen», o «deber ser», es mu­ desde luego, para él la «ironía» no puede ser una solución.
cho más complejo de lo que podría parecer a primera vista. Y cualquiera que pueda ser la solución particular considerada,
La nota dominante de sus formulaciones (Fragestellungen) es a lo largo de todas sus modificaciones en el curso del desa­
un «anhelo de objetividad», y, de acuerdo con el mismo, una rrollo de Lukács el reto programático original subyacente
interminable polémica explícita contra el «deber ser». Pero continúa siendo un importante factor estructurante de su pen­
Lukács tiene una intensa conciencia del carácter problemá­ samiento para el resto de su vida.
tico de todo culto de la objetividad en nuestro tiempo, y, en La obra entera de Lukács está caracterizada por intentos
consecuencia, matiza sus enunciaciones de un modo tal que los incesantes de encontrar un medio de apartar la trágica ame­
«armónicos» de sus análisis reafirman en cierta medida la va­ naza implícita en la situación de «o bien... o bien...» (la posi­
lidez del «deber ser» de una forma indirecta. Por eso su ac­ bilidad del dominio de «un máximo de inhumanidad»). Su
titud tiene que seguir siendo un «anhelo de objetividad», y nun­ «anhelo de objetividad» está en el espíritu de una lucha cons­
ca llega a ser una autoidentificación no problemática con tante contra la «mala objetividad». Se da cuenta desde el prin­
ésta, sea bajo la etiqueta de la categoría de «vida» (Lebensphi- cipio de que una apelación directa al «Sollen» (deber) sobre
losophie), o bajo las de «realidad económica», «fuerzas pro­ la línea de la Individualethik («ética individual») es irreme­
ductivas», «clase», «historia», etc. diablemente inadecuada, y, en consecuencia, opone a la misma
También es por eso por lo que ya el joven Lukács siente el imperativo de alguna fuerza objetiva. Pero la «unidad», la
la mayor simpatía por Thomas Mann, que sigue siendo, desde «superación de opuestos», se edifica sobre un fundamento
entonces, su héroe literario del siglo veinte. En un ensayo imperativo. Así, «der Zwiespalt von Sein und Sollen ist nicht
escrito en 1909, después de elogiar la capacidad dialéctica y
artística de Mann para ver «la conexión entre todas las cosas» 16. «Alteza Real», en Essays on Thomas Mann, traducción inglesa de
(den Zusammenhang von allem mit allem), así como su gran Stanley Mitchell, Merlin Press, Londres, 1964, pp. 135-7.
66 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 67

aufgehoben» («la división entre el “ser” y el “debe ser” no sultado positivo solamente puede considerarse como el impac­
ha sido superada»). Solamente se le da una estimación dialéc­ to de un «Sollen»: la elección autónoma de su humanidad
tica, y crecientemente concreta. potencial por los individuos (la «unauflösbare Minimaleinhei-
Podemos encontrar la razón de tal cosa en una cierta dua­ ten»), que adquieren conciencia, después de una ardua labor
lidad en la concepción lukácsiana de la Ontología. Incluso el de persuasión y demostración teorética, de que pueden y de­
Lukács más reciente —el autor de una maciza Ontología del ser ben cambiar su modo de vida:
social— insiste en una dualidad, en una causalidad dual, y en
una última autonomía de «decisiones entre alternativas» (Al- Una de nuestras tareas principales tiene que ser la de ofrecer
ternativentscheidungen). La substancia de su argumentación es una prueba teorética del hecho de que todas esas circunstancias
y reificaciones son solamente formas fenoménicas de procesos
la siguiente:
reales. Así haremos gradualmente que los hombres entiendan que
deben experimentar su propia vida como un proceso histórico.19
Hay conexiones causales que obran como causas espontáneas, Importa, pues, despertar la personalidad genuinamente inde­
y hay conexiones causales que son puestas en movimiento de una pendiente, la posibilidad de la cual ha sido producida previamente
manera específica por una iniciativa teleológica, por la cual con­ por el desarrollo económico.20
servan su necesidad causal... Paso ahora a otro problema onto-
lógico básico sobre el desarrollo social, que está vinculado con el
Y aquí llegamos a la cuestión de resolver, en la medida
hecho de que la sociedad es un extraordinariamente complicado
complejo de complejos, en el que hay dos polos opuestos. Por una en que ello es posible, la aparente contradicción a que hici­
parte está la totalidad de la sociedad, que da su determinación mos referencia al comienzo de este ensayo. Si el desarrollo
última a las interacciones de los complejos individuales; por objetivo produce alternativas «abiertas», está claro que no
otra parte está el hombre individual, que constituye una unidad puede haber otro poder de llevar a cabo la solución deseada
mínima irreducible dentro del proceso. Por su interacción, esos que la «labor de consciencia sobre consciencia». (Eso, a ojos
polos determinan el proceso. En éste, el hombre llega a ser final­ de Lukács, descubre un vasto campo de actividad para el
mente hombre; ...el aspecto de libertad adquiere una significa­ intelectual, a la vez que coloca una tremenda responsabilidad
ción que es siempre más grande, siempre más comprehensiva, y moral21 sobre sus hombros). Pero, si esa labor de ilumina­
que abarca al conjunto de la humanidad... Afirmo, pues, que, por ción y persuasión ha de tener éxito, no puede pasarse sin la
mucho que todos esos problemas hayan sido hecho posibles por
factores económicos, pueden ser llevados a la realidad sólo a afirmación de que «la vérité est lentement en marche et à la
través de decisiones humanas entre alternativas.17 fin des fins rien ne l’arrétera».
El desarrollo puramente objetivo del trabajo crea, es verdad,
un mínimo, siempre decreciente, de trabajo necesario; pero lo que
puede convertir el trabajo en una necesidad de la vida no es
parte de esta ontología. Es más bien que, en un determinado es­ 4.
tadio, los hombres tienen que hacer del trabajo una necesidad
de la vida.15 Hasta ahora el acento ha sido puesto principalmente en
la unidad del pensamiento de Lukács; ahora es necesario mos-
La cuestión no es si se está o no de acuerdo con Lukács.
Lo que importa es que, sobre la base de su Ontología, su re­ 19. Ibid., p. 94.
20. Ibid., p. 45
21. Un tema siempre presente en los escritos de Lukács es el de la
17. «Gespräche mit Georg Lukács», pp. 105-10. responsabilidad de los intelectuales, que predomina en varios de sus volú­
18. Ibid., p. 101. menes, por ejemplo, Az irástudók felelössége (La responsabilidad de los in­
68 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 69

trar, siquiera sea brevemente, la lógica interna de su desa­ de referencia objetivos. Paradójicamente, es la ausencia de
rrollo: las modificaciones de su posición, dentro de su unidad un tema central definido lo que une esos ensayos. Solamente
última, y las determinaciones que hay tras ellas. En los lí­ los temas parciales están bien iluminados y adecuadamente
mites de este ensayo no queda espacio para otra cosa que pa­ enfocados. Pero los contrastes dialécticos del tema nítidamen­
ra simples esbozos. Pero por sumario y esquemático que te enfocado producen un efecto general de claroscuro: el de
pueda ser el resultado, es necesario perseguir aquellas modifi­ una complejidad vagamente contorneada, y sin resolver. Po­
caciones y determinaciones para no distorsionar la imagen de dríamos decir que esos ensayos son «variaciones sobre un tema
conjunto.22 huidizo». El tema sintetizador —que sólo está originalmente
El alma y las formas —un volumen de ensayos escritos allí como una intuición vaga, como un «anhelo de objetivi­
entre 1908 y 1910— es el primer logro intelectual importante dad» no definido ni articulado— va naciendo ante nuestros
de Lukács. Es una obra de gran sensibilidad, llena de alusio­ ojos. Al tomar forma a través de sus aspectos parciales, tra­
nes y ambigüedades inagotables. No tiene un tema unificador, yendo a la vida al mismo tiempo el reto de la superación
y sin embargo la impresión general es la de que se ha leído de aquella parcialidad, presagia la necesaria destrucción de
una obra, no una colección ocasional de ensayos. (Las colec­ la forma de ensayo del joven Lukács.
ciones de Lukács posteriores a 1913 son en verdad muy dife­ El problema de la fragmentación aparece una y otra vez,
rentes en ese aspecto.) El principio de composición de esos bajo muchos de sus aspectos. «El conocimiento humano —es­
ensayos juveniles —incluyendo los que componen Cultura Es­ cribe Lukács— es un nihilismo psicológico. Vemos mil rela­
tética— se vence mucho del lado subjetivo. Los temas elegi­ ciones, pero nunca captamos una genuina conexión. Los pai­
dos son trampolines para el despegue, más bien que puntos sajes de nuestra alma no existen en parte alguna; no obstan­
te, en ella, cada árbol y cada flor son concretos».23 Y, más ade­
lante: «El hombre de la lírica de George es un hombre soli­
telectuales), Irodalom és demokrácia (Literatura y democracia), Új magyar
Kultúráért (Por una nueva cultura húngara), Schicksalswende, Existentialisme tario, liberado de todos los vínculos sociales».24 Y, aún en otro
ou marxisme, Fortschriff und Reaktion in der deutschen Literatur, Die Zers- lugar:
törung der Vernunft, etc. He aquí una cita característica de uno de sus
ensayos: «La intelligentsia se encuentra en la encrucijada. ¿Nosotros de­
beríamos —como los intelectuales de Francia en el siglo dieciocho, y los de
Kassner ve síntesis solamente, por así decirlo, con los ojos ce­
Rusia en el diecinueve— preparar el camino a una época, nueva y progre­ rrados; cuando mira a las cosas, ve tanto, tan delicados detalles,
siva, de la historia del mundo, y luchar por ella? ¿O deberíamos, como tantas cosas que nunca pueden ser repetidas, que cualquier sín­
los intelectuales alemanes de la primera mitad del siglo veinte, ser impo­ tesis tiene que aparecerle como una mentira, como una falsifica­
tentes sacrificados, ayudantes involuntarios de los ayudantes de una reac­
ción bárbara? No hay duda en cuánto a cuál de esas actitudes es digna y
ción deliberada. Si cede a su anhelo, si cierra los ojos para poder
cuál es indigna de la esencia, el conocimiento y la cultura de los intelec­ ver las cosas juntas —en el reino de los valores— su honradez
tuales». «Von der Verantwortung der Intellektuellen», en Schicksalswende, le obliga a volver inmediatamente a mirarlas, y una vez más las
Aufbau Verlag, Berlín, 1956, p. 245. encuentra separadas, aisladas, sin aire. La oscilación entre esos
Lukács pone un enorme énfasis en la exploración de los aspectos mora­
les de problemas de estética o de filosofía general. Es significativo que su
dos polos determina el estilo de Kassner.25
monumental Estética —llena, por todas partes, de referencias morales— al­
cance su climax en el capítulo sobre «Der Befreiungskampf der Kunst» (La Cuando, sobre un fondo semejante, dice de los poemas de
fuerza liberadora del arte). (Ver Die Eigenart des Ästhetischen, Luchter-
hand, Neuwied-Berlín, 1963, Vol. 2, pp. 675-872.) No es, pues, sorprendente George que «un día, quizás, incluso estos poemas pueden con­
que, para Lukács, una obra de arte desprovista de significación moral no
puede tener una importancia artística permanente.
22. He tratado algunos aspectos en «Die Philosophie des "tertium da- 23. Die Seele und die Formen. Egon Fleischel &Co., Berlín, 1911, p. 189.
tur” und des Koexistenzdialogs», Festschrift zum Achtzigsten Geburtstag 24. Ibid., p. 190.
von G. Lukács, Luehterhand, Neuwied-Berlín, 1965, pp. 188-207. 25. Ibid., p. 54.
70 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 71

vertirse en canciones populares»,26 eso no representa más que del complejo de problemas, cualitativamente más alto, que
una esperanza gratuita: el más débil «deber ser» posible. No se propone resolver, en comparación con los volúmenes an­
obstante, ello no altera en lo más mínimo el hecho de que teriores. Por otra parte, en el curso de su realización en ple­
el reto haya aparecido en el horizonte, llevando consigo el nitud, esa anterior forma de ensayo llega también a reven­
creciente reconocimiento de que no puede haber solución en tar, y, de ese modo, es permanentemente trascendida en la
términos de postulados de valor. Lukács se pone a buscar evolución de Lukács. El elemento de objetividad —en la Pro-
soluciones a problemas parciales. No encuentra ninguna, pero blematik de la «totalidad», heredada de El alma y las for­
sale victorioso de su derrota. Porque lo que consigue es la mas— la inunda y resulta demasiado abrumador para su frá­
metamorfosis de sus problemas originales en un complejo gil estructura. Lukács no volverá más a aquella forma de en­
cualitativamente más alto de cuestiones más concretas. Arma­ sayo, ni habría podido hacerlo; sólo habrá ya expresiones
do con la consciencia gráfica de que lo concreto de «los ár­ ocasionales de una nostalgia de cumplimiento formal, nece­
boles y flores desprovistos de paisaje» es un concreto falto saria y (en opinión de Lukács) debidamente perdido. El atrac­
de significado, está ahora en mejor posición para atacar el tivo peculiar de la Teoría de la Novela es inseparable de la
tema siempre importante de la «totalidad». El precio que resonancia histórica de un difundido sentimiento de nostal­
tiene que pagar por ese éxito no buscado es el abandono de­ gia de cumplimiento, que en ella se exhibe. La Teoría de la
finitivo de la anterior forma de ensayo, con todo el inmediato Novela no está ya dentro de los límites de una (disciplinada)
atractivo inherente a la misma. subjetividad, y no es todavía la aceptación consciente de la
La consumación de esa forma de ensayo tiene lugar en la impersonalidad metodológica que se sigue del reconocimiento
Teoría de la Novela, en 1914-15. Ésta fue proyectada como una del último poder determinante de la «totalidad objetiva». (Eso
introducción a una monumental obra sistemática que nunca significa también la subordinación consciente de las propias
ha llegado a completarse. (Existen cientos de páginas manus­ aspiraciones composicionales a la tarea de rastrear las caó­
critas, dejadas deliberadamente sin publicar: Lukács me des­ ticas intrincaciones y las complejidades «sin orden» del orden
cribió una vez ese intento suyo de sistematización como «un objetivo.) Es una obra única, caracterizada por la contradic­
monstruo de seis patas».)27 Lo que resultó en realidad fue ción entre la más alta intensidad de consciencia del poder de
un gran ensayo bien logrado malgré lui. La apariencia de sis­ objetividad y el radicalismo no comprometedor de su recha­
tematización en la Teoría de la Novela no debe engañamos: zamiento. Su atractivo único está en que en ella la contradic­
su verdadera estructura —su fundamental principio de com­ ción es «trascendida» —aunque sólo sea subjetivamente— a
posición— es ensayística, en el espíritu de la forma de ensayo través de su cumplimiento formal, rigor de composición, ima­
propia hasta entonces de Lukács. Las obras analizadas no con­ ginería poética y estilo apasionadamente realzado.28 Ideológi­
servan su propia fisonomía; están «sublimadas» y converti­
das en pilares de una construcción intelectual (geisteswissen­ 28. Una breve cita bastará para dar idea del estilo en cuestión:
chaftliche). Toda la virtualidad de la forma de ensayo del «¡Felices los tiempos para los cuales el cielo estrellado es el único mapa
Lukács anterior es llevada a su plena realización y culminada de los caminos transitables y que hay que recorrer, y la luz de las estrellas
la única claridad de los caminos! Todo es para ellos nuevo y, sin embargo,
hasta sus límites extremos en la Teoría de la Novela, a causa familiar; aventura y, sin embargo, posesión. El mundo es ancho y, sin em­
bargo, como la casa propia, pues el fuego que arde en las almas es de la
misma naturaleza que el de las estrellas; se separan claramente el mundo y
26. Ibid., p. 177. el yo, la luz y el fuego, pero a pesar de ello no se llegan a ser extraños;
27. En 1963, cuando le devolví unas trescientas páginas del manuscrito pues fuego es el alma de toda luz, y todo fuego se viste de luz.»
que sobrevivieron guardadas por Amold Hauser, aunque alegre por la su­
Die Theorie des Romans. Ein geschichtsphilosophischer Versuch über
pervivencia de un viejo documento, encontró que releerlo sería una pérdida
die Formen der grossen Epik. P. Cassirer, Berlín, 1920, p. 9.
de tiempo.
72 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 73

camente está situada en una especie de «limbo», en los in­ Simmel, en su seminario «privadísimo», y lo dio por vá­
mediatos confines de la visión de un infierno capitalista. No lido, tanto subjetiva como objetivamente. Él no experimen­
es asombroso que los campeones de un romántico limbo de tó nunca una mayor intensidad de chispas que en ese
existencia intelectual hayan hecho de ella su mito. período de la síntesis inacabada, pero exploró plenamente en
La «nueva época del mundo» (neue Weltepoche) que apa­ todas direcciones los límites de adaptabilidad de las catego­
rece en el horizonte de la Teoría de la Novela no es más que rías hegelianas. Su manuscrito inédito exhibe de una manera
una vaga intuición. Incluso en las referencias finales a Dos­ gráfica la inadecuación de esas categorías para enfrentarse
toievski subsiste una misteriosa insinuación, un signo de in­ con las complejidades específicas de nuestra situación histó­
terrogación bajo la sombra del «deber ser». Lo introduce de rica, a pesar de los desapasionados esfuerzos de un gran inte­
manera obligada la dialéctica interna de su argumentación, lecto por «ponerlas al día». Por esa sola razón, si no hubiera
por el reconocimiento de que: otras, el manuscrito merece ser publicado.
La solución de la profunda crisis personal fue ayudada por
"El proceso, que es la forma interna de la novela, es el camino la dramática intensificación de los acontecimientos: la revolu­
del individuo problemático hasta sí mismo, el camino que va des­ ción de octubre, el derrumbamiento militar de la monarquía
de la oscura prisión en la realidad simplemente existente, hetero­ austro-húngara, y la erupción de una crisis general socio-eco­
génea en sí, sin sentido para el individuo, hasta el autoconocimien­
to claro. Tras la consecución de ese autoconocimiento el ideal ha­ nómica y política. Al ver cómo la «nueva época del mundo» de
llado penetra sin duda con su luz, como sentido de la vida, en la La teoría de la novela aparecía como una concreta fuerza ma­
inmanencia de ésta, pero con eso no se recupera la escisión de ser terial, Lukács la saludó con entusiasmo, y con grandes expec­
y deber-ser, ni se puede tampoco superar en la esfera en que esto tativas inmediatas. Sus primeros intentos de una radical re­
ocurre, en la esfera vital de la novela."29 estimación están marcados por una unificación impaciente,
La teoría de la Novela aparecía como una concreta fuerza ma­
No obstante, cuando en el inacabado manuscrito Lukács terial, y su principio de una síntesis práctica moralmente fun­
intenta concretar más ese problema de «Aufhebung» dentro damentada. El modo como saluda la unificación de los par­
de los confines de su visión de ese período, encuentra que nun­ tidos Comunista Húngaro y Social-Demócrata es sumamente
ca llega más allá de una obra cancerosamente creciente que característico de ese talante:
no conduce a parte alguna. El manuscrito está caracterizado
por subidas enormemente largas y saltos con aterrizajes justo “Hoy el partido (unificado) es la expresión de la voluntad unifi­
en el lugar de despegue. La significativa importancia de ese cada del proletariado unificado; es el órgano ejecutivo de la vo­
interminable manuscrito para la evolución de Lukács estuvo luntad que está formándose a partir de nuevas fuerzas en la nue­
en que intensificó su consciencia —que él sentía incluso a ese va sociedad. La crisis del socialismo, que se expresó por la opo­
sición dialéctica entre los dos tipos de partidos obreros, ha llega­
nivel de abstracción— de estar en mitad de un callejón sin
do por fin a su término. El movimiento proletario ha entrado
salida. Una de las máximas que Lukács acostumbraba reco­ finalmente en una nueva fase, la fase de su poder. La poderosa
mendar era: «no te detengas a mitad de camino, sigue infle­ hazaña del proletariado húngaro consiste en el hecho de que fi­
xiblemente la idea hasta su conclusión; las chispas produ­ nalmente ha conducido a la revolución mundial a esa nueva fase.
cidas por el choque de tu cabeza contra la pared te mostra­ La revolución rusa ha puesta de manifiesto que el proletariado
rán que has llegado al límite». Lukács aprendió eso de Georg es capaz de tomar el poder y organizar una sociedad nueva. La
revolución húngara ha mostrado que esa revolución es posible
sin luchas fratricidas entre proletarios. Con eso, la revolución
29. Ibid., p. 75. mundial alcanza una etapa de gran progreso. Redunda en honor
74 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 75

del proletariado húngaro el haber sido capaz de crear desde sí su posición no es en modo alguno feliz, pues recibe un ataque
mismo el poder necesario para ese papel directivo, para dirigir tras otro de funcionarios del Comintern y de dirigentes sec­
a sus líderes y a los proletariados de todos los países."30 tarios de su propio Partido. Y, después de la derrota de sus
«tesis Blum», se acaba hasta su actividad política periférica.
De la misma manera, como ya hemos visto en el epígrafe 2 A partir de entonces su actividad queda limitada al trabajo
ele este ensayo, la solución de un bien identificado dilema de teorético, y, durante un breve intervalo después de la guerra
poder socialista se ve en términos de «postulado moral-contra- en Hungría, a la política cultural. Los estudios filosóficos, en
instituciones». La temprana destrucción del experimento hún­ forma de reseñas críticas, continúan las investigaciones inte­
garo puso un comprensible final a aquel talante. Viene a con­ rrumpidas en Historia y consciencia de clase. (Los más impor­
tinuación una apasionada toma de consciencia de la mayor tantes son los artículos sobre Bujarin, Lassalle y Moses Hess.
intensidad intelectual, cuyo monumento, justamente famoso, El librito sobre Lenin es de una clase aparte, y está caracteriza­
aunque muchas veces mal entendido o mal interpretado, es do por una clara síntesis de algunos problemas centrales de
Historia y consciencia de clase. Dicha obra es no solamente dialéctica —elaborados en Historia y consciencia de clase—
un intento profundamente original y en gran medida logrado con un notable sentido de realidad política.) Puede advertirse
de substitución de Hegel por el marxismo (aparte de ciertos en ellos el impacto de una creciente asimilación de la economía
aspectos del espinoso tema de las relaciones «sujeto-objeto»), política, aunque el punto culminante en ese aspecto está repre­
sino que además suscita una legión de problemas concretos en sentado por una más importante obra sistemática escrita en
los campos institucional y de la organización, estrechamente la década siguiente, El joven Hegel, Sobre las relaciones entre
unidos a problemas filosóficos de la mayor generalidad. Por Dialéctica y Economía (Como programa, el tema central de
ejemplo: ese libro aparece por primera vez en Moses Hess y los pro­
blemas de la dialéctica idealista).
“El consejo obrero es la superación político-económica de la co-
La década de los treinta trae consigo una vez más los en­
sificación capitalista. Del mismo modo que en la fase posterior a
sayos literarios, aunque, desde luego, de una forma funda­
la dictadura ha de superar la división burguesa entre la legisla­
ción, la administración y la jurisprudencia, así también está llama­ mentalmente diferente. En cuanto a su estructura, están mu­
do, ya en la lucha por el poder, a superar la dispersión espacio- cho más próximos a la monografía sistemática que al ensayo
temporal del proletariado y a poner la economía y la política en la tradicional. Su composición viene dictada por las conexiones
unidad verdadera de la acción proletaria, contribuyendo de este objetivas de las obras en cuestión, vistas en la estructura ge­
modo a conciliar la escisión dialéctica entre el interés inmediato y neral de la concepción lukácsiana del mundo, por complejas y
el objetivo último.”31 «desviantes» que puedan ser. El autor de esos ensayos toma
sobre sí la tarea de abordar problemas que el Lukács joven
Así, aunque el elemento imperativo es todavía muy fuerte, habría excluido a priori del campo de sus intereses. La noción
el reconocimiento del potencial mediador de una institución central que guía esos ensayos y emerge de los mismos en una
históricamente concreta es un importante paso adelante desde forma cada vez más concreta, es el concepto de «específico».
la posición anterior. Su equivalente filosófico universal —mediación— había sido
En la década de 1920 las energías de Lukács se dividen en­ repetidamente abordado en el período precedente. Sin el bien
tre las tareas políticas y los estudios filosóficos. En política logrado abordaje de ese problema general, los nuevos ensayos
literarios habrían estado desprovistos de un principio de cohe­
30. «Taktika és etika» (Táctica y ética), en Georg Lukács: Schriften zur sión interna que pudiese prevalecer últimamente sobre sus
Ideologie und Politik, p. 40.
31. P. 93 de la edición alemana. (P. 87 de la trad. cast.) múltiples ramificaciones y complejidades implicadas. Sobre la
76 G. H. R. Parkinson 77
Georg Lukács

base de ese punto de referencia general, Lukács estaba capa­ za moral y el poder intelectual para hacer frente al desafío
citado no sólo para zambullirse en los aspectos más heterogé­ de un «nuevo comienzo», incluso después de cumplidos los
neos de las obras de arte discutidas —desde los políticos y so­ setenta.
ciológicos hasta los morales y epistemológicos— tal como los Hay aquí una semejanza no sólo superficial con la crisis
presentan en su individualidad concreta, sino también para del período siguiente a La teoría de la Novela, aunque tam­
sintetizarlos en un cuadro estético particular bien identifi­ bién diferencias esenciales. El primer resultado de su intento
cable. Al ensancharse el campo de su investigación concreta, de síntesis es el libro Sobre la particularidad corno categoría
también sus categorías estéticas generales ganaron en carácter de la Estética (Über die Besonderheit als Kategorie der Äs­
concreto y en complejidad. Así, las «monografías condensadas» thetik), pensado en principio como una Introducción a la
prepararon dialécticamente el terreno para una síntesis estéti­ obra sistemática de Estética, aunque resultó de modo que tuvo
ca general. que mantenerse separado de ésta. La diferencia esencial res­
Pero por el tiempo en que Lukács podía empezar a escribir pecto de los años de alrededor de 1915 está en que la nueva
esta última, cambios importantes en las perspectivas mundia­ crisis personal —una vez más, sobre el fondo de una crisis his­
les del socialismo —el programa de desestalinización, la ex­ tórica objetiva— fue atacada y resuelta, en la medida en que
plosión húngara, China y más tarde Cuba, etc.— aportaron era entonces posible para él, dentro de las perspectivas del
nuevas complicaciones. Pusieron al descubierto una contradic­ marxismo. Ese hecho le ha permitido completar la nueva
ción latente en los ensayos de Lukács. Porque el intenso «ca­ obra; los macizos volúmenes de Die Eigenart des Ästhetischen
rácter mediado» que les caracteriza no es simplemente, ni (Estética). Pero esta obra exhibe claramente las señales de una
mucho menos, una fusión adecuada con el carácter específico situación no resuelta: está mucho más cerca de ser un borrador
de las obras que discute, aunque también sea eso en una im­ tosco que una síntesis lograda. Revela estratos heterogéneos de
portante medida. Es también al mismo tiempo un «incognito» la evolución de su pensamiento, dejados unos junto a otros.
para la polémica político-filosófica a que se veía empujado Además, la nueva y extensa «cimentación» —hecha necesaria
como un resultado de su obligado retiro de la política y las por el reconocimiento de los defectos temporales de anterio­
difíciles condiciones de vida bajo Stalin, así como una resig­ res preparaciones, y por la aguda conciencia de las lagunas
nación al estrechamiento de perspectivas y a la inevitabilidad dejadas sin rellenar— se hace ante nuestros ojos, y es incorpo­
de lo que él llamaba un «détour históricamente necesario». rada, en su inmediatez, a la síntesis general. Esta última ca­
En la medida en que los desvíos en sus análisis literarios son racterística —y no el nivel de abstracción— separa tristemen­
debidos a ese «incógnito» y esa «resignación», su propio prin­ te esta obra fundamental del público lector.32 Otra obra impor­
cipio objetivo de composición de los ensayos es evidentemen­ tante de búsqueda de reexamen y síntesis es la recién comple­
te violado, cualquiera que sea la importancia que las excursio­ tada Ontología del ser social, conocida hasta ahora solamen­
nes mismas pudieran tener en otros aspectos. (Tanto más cuan­ te por las informaciones del propio Lukács. Por el testimonio
to que algunos importantes aspectos formales de las obras ana­ de éste cabe esperar, pero en modo alguno predecir, que la
lizadas son inevitablemente empujados hacia el fondo en el obra consiga superar el carácter, internamente determinado,
curso de tales incursiones y excursiones.) Pero es más impor­ de borrador tosco de la Estética.
tante el hecho de que el trabajo preparatorio de la síntesis pos­
terior resulta, incluso a la luz de la percepción del propio Lu­
kács de las perspectivas cambiantes, temporalmente condicio­
nado en una medida mayor de lo aceptable. Uno de los crite­
rios de la grandeza de Lukács es cómo sabe encontrar la fuer­ 32. Hay que esperar que algún día aparecerá una versión reelaborada y
substancialmente condensada de ese «tosco borrador».
78 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 79

ción abstracta, le permite elaborar la ontología social de Histo­


ria y consciencia de clase. Afirma que la «totalidad concreta es,
5. en consecuencia, la verdadera categoría de realidad»,35 y la con­
creta como «proceso socio-histórico» (gesellschaftlich.es Ges-
Las categorías centrales de la dialéctica de Lukács son los chehen),36 y formula la tarea de superar la fragmentación teoré-
conceptos estrechamente interrelacionados de «totalidad» y tico-intelectual-artística como una dimensión necesaria de la
«mediación». La discusión adecuada de los mismos requeriría unificación práctica de «Sujeto y Objeto». (Cuando, en la ya
un análisis muy detallado, que, desgraciadamente, está aquí citada obra reciente, define la totalidad social como un «com­
fuera de lugar. Hemos de contentarnos una vez más con seguir plejo de complejos», ofrece una mucho más concreta estructu­
los simples esbozos de las formulaciones de Lukács y sus so­ ra general de referencia, que promete una Ontología muy su­
luciones. perior a la de Historia y consciencia de clase.)
Como hemos visto, la apasionada rebelión del joven Lukács Pero «totalidad social» sin «mediación» es algo bastante
contra las formas imperantes de aislacionismo y fragmentación parecido a «libertad sin igualdad»: un postulado abstracto, y
capitalista había traído consigo la muy prematura expecta­ vacío. La «totalidad social» existe en y a través de aquellas múl­
ción de una solución posible, y postulados de un carácter in­ tiples mediaciones mediante las cuales los complejos especí­
transigentemente comprehensivo. Pero también hemos visto ficos —es decir, las «totalidades parciales»— se vinculan mu­
que, incluso en La teoría de la novela, el concepto de totalidad tuamente en un complejo general constantemente cambian­
seguía siendo un principio regulativo abstracto, a pesar de la te. El culto directo a la totalidad, el misticismo de la totali­
realizada conciencia de su importancia crucial. Fue en Historia dad como una inmediatez, la negación de las mediaciones e in­
y consciencia de clase donde Lukács logró por primera vez sus­ terconexiones complejas, solamente puede producir un mito, y,
citar al más alto nivel de generalización, el tema de la «to­ como ha probado el nazismo, un mito peligroso. El otro extre­
talidad concreta». mo de la separación no dialéctica: el culto a la inmediatez y la
Él subrayó que negación de la totalidad, de las interconexiones objetivas entre
los complejos individuales, es también peligroso, pues produ­
“Lo que diferencia decisivamente el marxismo de la ciencia ce desorientación, la defensa de la fragmentación, la psicolo­
burguesa no es la tesis de un predominio de los motivos econó­ gía de la falta de sentido de las propias acciones, el rechazar
micos en la explicación de la historia, sino el punto de vista de la cínicamente la actividad moralmente inspirada, y la aceptación
totalidad. La categoría de la totalidad, el dominio omnilateral y impotente de las propias condiciones, por inhumanas que pue­
determinante del todo sobre las partes, es la esencia del método dan ser. No es sorprendente que Lukács rechace ambos ex­
que Marx tomó de Hegel y transformó de manera original para
hacer de él el fundamento de una nueva ciencia.”33 tremos.
Su «tertium datur» es una concepción dialéctica, históri­
camente concreta, de totalidad. En 1947, escribe: «La concep­
Y añadió, después de su crítica del «punto de vista individual»
ción materialista-dialéctica de totalidad significa ante todo la
de la teoría burguesa: «La totalidad del objeto no puede po­
unidad concreta de contradicciones interactuantes...; en se­
nerse más que cuando el sujeto que lo pone es él mismo una
totalidad».34 Aunque la oposición del «punto de vista indivi­ gundo lugar la relatividad sistemática de toda totalidad, tanto
dual» y el «punto de vista de totalidad» es todavía una oposi­ hacia arriba como hacia abajo (lo que significa que toda tota­

33. Geschichte und Klassenbewusstsein, p. 39 (P. 29 de la trad. cast.) 35. Ibid., p. 23.
34. Ibid., p. 40. (P. 31 de la trad. cast.) 36. Ibid., p. 27.
80 Georg Lukács 81
G. H. R. Parkinson

Iidad está hecha de totalidades subordinadas a la misma, y Los aspectos problemáticos de la concepción lukácsiana de
también que la totalidad en cuestión es, al mismo tiempo, su­ las «relaciones Sujeto-Objeto» característica de ese período de
pradeterminada por totalidades de más elevada compleji­ su evolución pueden ser detectados en ese pasaje. Pero tam­
dad...); y, en tercer lugar, la relatividad histórica de toda to­ bién puede verse claramente que ese concepto de totalidad
talidad, a saber, que el carácter-de-totalidad de toda totalidad es ya dinámicamente mediado, aunque, desde luego, no puede
es cambiante, se desintegra, está limitado a un período histó­ ir más allá de las limitaciones impuestas a Lukács por la
rico concreto, determinado».37 La significación y los límites falta de una mayor concreción en su concepto de «mediación»
de una acción, medida, realización, ley, etc., no pueden, pues, por aquel entonces.
ser estimados a no ser en relación a una captación dialéctica En la evolución de Lukács, el concepto de «mediación» ha
de la estructura de totalidad. Eso implica a su vez necesaria­ sido abordado y reabordado muchas veces. La lucha contra
mente la tarea de una captación dialéctica de las mediaciones la falta de sentido de la «inmediatez» (Unmittelbarkeit) es
complejas que constituyen la estructura de totalidad. desde el principio característica de Lukács: no puede por me­
El primer Lukács fue incapaz de formular el concepto de nos de verse así en El alma y las formas o en Cultura Estética,
«totalidad concreta» porque no estaba en posición de enca­ para no hablar ya de la Teoría de la Novela. «Esteticismo»,
rarse con aquellas mediaciones que podrían trascender los «naturalismo», «descripciones impresionistas», etc., son re­
«detalles, fragmentos, cosas aisladas» de lo «inmediatamente chazados por Lukács a causa de su carácter fragmentado, de
dado» en la unidad última de una totalidad dialéctica dinámi­ su ineptitud para producir la imagen de un todo coherente. Al
camente cambiante. El cuadro de un conglomerado no media­ mismo tiempo, el «simbolismo» es también rechazado porque
do, segmentado, no interconectado, estáticamente congelado, la imagen que produce es la de una totalidad artificial, falsa,
de cosas discretas no podía engendrar más que un concepto abstracto-subjetiva, ya que la inmediatez de detalle es elevada
igualmente estático de totalidad: un nostálgico «postulado- de una manera directa, y con arbitrariedad subjetiva, a la ca­
de valor» de unidad. Cuando escribió Historia y consciencia de tegoría de comprehensividad, significación universal. (El pa­
clase, el cuadro había cambiado cualitativamente. Discutiendo saje anteriormente citado referente a la ironía de Thomas Mann
el problema del «objetivo final» (Endziel) Lukács escribe: es también revelador en este aspecto). El denominador común
entre «naturalismo» y «simbolismo» es, desde luego, la falta
“Tampoco es un deber-ser, una idea coordinada regulativamente de mediación, y así queda entendida su íntima interrelación,
al proceso «real». El objetivo final es más bien la relación al todo a pesar de sus contrastes superficiales a distintos niveles
(al todo de la sociedad considerada como proceso) por la cual co­ —asunto, caracterización lingüística, forma externa, etc.—, si
bra sentido revolucionario cada momento de la lucha. Una rela­ bien, en la etapa de la que hablamos, sólo como una corazona­
ción interna a cada momento precisamente en su simple y sobria da, y no como una visión coherentemente desarrollada. El
cotidianidad, pero que sólo se hace real por su paso a conscien­ joven Lukács no posee el aparato conceptual que le permitiría
cia, dando así realidad también a cada momento de la lucha coti­ transformar esa corazonada en una visión teorética sistemáti­
diana por obra de la relación, ya manifiesta, al todo, o sea, levan­ ca. El carácter abstracto de su propio nivel general de investi­
tándolo de la mera factualidad, de la mera existencia, a la reali­
dad.”38 gación —las categorías de «el alma y las formas», «valor y
realidad» (Wert und Wirklichkeit), «la cima del ser» (Gipfel
des Seins), «apariencia y esencia» (Schein und Wesen), «vida
37. «A marxista filozófia feladatai az új demokráciában» («Las tareas
de la filosofía marxista en la nueva democracia», texto de una conferencia y obra de arte» (Leben und Kunstwerk), «puro constreñimien­
pronunciada en el Congreso de Filósofos Marxistas de Milán, el 20 de di­ to de la voluntad pura» (der reine Zwang auf den Reinen
ciembre de 1947) Budapest, 1948, pp. 11-12.
38. Geschichte und Klassenbewusstsein, pp. 36-7. (P. 26 de la trad. cast.)
Willen), «el punto culminante de la existencia» (der Hohepunkt
82 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 83

des Daseins) etc. etc.— le impide identificar aquellas mediacio­ ma forma directamente perceptible. Pero al final no hay un
nes concretas que podrían trascender la rechazada inmediatez criterio de juicio, ni para la inmediatez rechazada ni para
moviéndose hacia una totalidad concreta, y no hacia una cier­ la «romantificada». Por eso es por lo que el «proceso de juz­
ta «esencia metafísica» abstracta, como ocurre en sus obras gar» tiene que ser mistificado per se y opuesto al «juicio»
más juveniles. La contradicción entre la comprensión de la característico del «sistema». El papel del crítico como inter­
falta de significado de la inmediatez y la incapacidad de Lukács mediario entre las «formas» y el «sistema» es un papel iluso­
para resolver conceptualmente los complejos problemas impli­ rio, porque las entidades metafísicas del «sistema» se dan por
cados en la relación dialéctica entre mediación y totalidad tie­ supuestas, y se les asigna el «cociente de valor» metafísico de
ne por resultado una falsa concepción del papel del crítico: la «finalidad de perfección». El problema de la mediación, a
pesar del reconocimiento de la «mala inmediatez» del natura­
«El crítico es el hombre que ve lo que hay de fatal en las for­ lismo, el simbolismo, etc., sigue sin resolver. Y eso es lo que
mas, el hombre cuya experiencia más fuerte es el contenido espi­ finalmente derrota al joven Lukács, forzándole a buscar una
ritual que las formas ocultan dentro de sí mismas, indirectamen­ solución allí donde no puede encontrársela: en una oposición
te y de manera inconsciente.» «El ensayo es un tribunal, pero lo mística al «sistema».
que en él es esencial y determinante de valor no es el juicio (como
Pero aunque el joven Lukács no supiese dominar el proble­
en el caso del sistema), sino el proceso de juzgar».39
ma de la totalidad concreta mediante la captación de las me­
diaciones concretas que la constituyen, no debe minusvalorar-
Así, los elementos de verdad son empujados hasta el pun­
se el hecho de que el lado negativo del tema —en la forma
to del misticismo, para ocultar, por inconscientemente que
de la repetida polémica contra la inmediatez del esteticismo,
sea, la contradicción última de que lo que está siendo opuesto
naturalismo, simbolismo, impresionismo, etc.— es abordado
a la inmediatez fragmentada del «naturalismo», el «simbo­
con gran rigor y sensibilidad. Podemos reconocer aquí, en efec­
lismo, etc., (por medio del aparato categorial de El alma y las
to, un tema importante de los posteriores escritos estéticos de
formas, etc.) es una inmediatez mística de congeladas esen­
Lukács, el análisis de la profunda afinidad estructural entre na­
cias metafísicas. Si se comienza —como lo hace Lukács— por
turalismo y simbolismo en lo que respecta a su incapacidad
la premisa de que la filosofía puede ofrecer la «fría finalidad
para trascender adecuadamente el nivel de la cruda inmedia­
de perfección»40 el margen de la actividad del crítico es ilu­
tez. El fenómeno paradójico del naturalismo que propende al
sorio. El «proceso» que él opone a la «fría finalidad de perfec­
simbolismo, o incluso que se convierte en simbolismo, por una
ción» exhibida por la filosofía está predeterminado por aque­
parte, y el simbolismo que recae en posiciones naturalistas,
llos metafísicos «contenidos del alma» que se supone que el crí­
por la otra, encuentra su explicación en la afinidad estructural
tico «experimenta fuertemente», «vive directamente», y libra
de la pérdida de mediaciones. Definiciones claras a ese respec­
así de aquella «mediatez» y «ocultamiento inconsciente» que
to solamente pueden encontrarse en el Lukács posterior, pero
inevitablemente los caracterizan cuando asumen las formas de
ese complejo de problemas ha sido una herencia del autor de
la «inmediatez sensible» (sinnliche Unmittelbarkeit). Se asigna El alma y las formas.
al crítico la tarea de oponerse a la «inmediatez sin alma»
El camino hacia una mayor concreción, en lo que respecta
del naturalismo, etc., así como de iniciar aquellas formas de
a las mediaciones concretas de la totalidad concreta, pasa a
«inmediatez sensible» que están penetradas por «contenidos
través de la antes mencionada crisis de los años 1914-17. Lo
del alma», esto es, en las que una «inmediatez metafísica» to­
significativo en ese contexto es que en dicho período el «sis­
39. Die Seele und die Formen, pp. 17 y 38.
tema» antes no cuestionado es sometido a un examen inquisi­
40. Ibid., p. 4. tivo, que lo muestra desesperadamente defectuoso, hasta el
84 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 85

punto de tener que ser abandonado. Así, la «fría finalidad de solución de la inmediatez», que para Hegel no pasaría de ser
perfección», a una mirada más atenta, resultó ser la perfección un programa abstracto y no realizable, a causa de las limita­
sin vida de una dialéctica congelada: la transformación de las ciones socio-históricas de su punto de vista. Al mismo tiempo
categorías de una búsqueda originalmente dialéctica de la se subraya repetidamente que el punto crucial es la comple­
trascendencia de la inmediatez en las heladas esencias de una jidad de las «mediaciones concretas»: si éstas son suprimidas,
inmediatez metafísica. No es sorprendente que el «monstruo el resultado es inevitablemente algo negativo, e incluso peligro­
de seis piernas» no pudiese ser llevado a una conclusión orgá­ so, como «marxismo vulgar», «economismo», «utopismo éti­
nica; cualquier nuevo intento de remediar sus defectos podía co», «Proletkult», «sectarismo», «esquematismo», «naturalis­
únicamente añadir un nuevo miembro helado, subrayando así mo», «romanticismo revolucionario» (una versión de «simbo­
las contradicciones de la concepción como un todo. Y la ayuda lismo»), «voluntarismo» «subjetivismo», «estalinismo», etc.,
que Lukács pudiera recibir de la filosofía hegeliana no era aquí etc. Lo que, según Lukács, tienen en común todas esas tenden­
de utilidad alguna. Porque, como él mismo advirtió más tarde, cias y manifestaciones es el olvido o la supresión de las cate­
Hegel intentó abordar ese complejo de problemas: gorías de mediación.
Así, en la concepción lukácsiana, el papel de la economía,
“...como puramente teorético, como lógico... De resultas, las lejos de ser mecánico y unilateralmente determinista, es dia­
categorías mediantes alcanzan independencia como «esencias rea­ lécticamente activo: el papel que recibe es el de sistema de
les»; se liberan del proceso histórico real, desde la base de su coordinadas estructural y metodológicamente último. Eso no
genuina comprehensibilidad, y de ese modo se convierten en una significa, desde luego, que ahora hayamos adquirido una «va­
nueva inmediatez petrificada." 41 rita mágica» en la forma de un «denominador común» me­
cánico. Al contrario, la afirmación de la importancia de la
economía solamente adquiere su significado si uno es capaz
Un sistema de esa especie no podría servir de ayuda, excep­
de captar las múltiples mediaciones específicas en los más va­
to indirectamente, es decir, exhibiendo las contradicciones de
riados campos de la actividad humana, que no solamente es­
ese modo de abordar el problema. El propio Lukács tenía que
tán «construidos sobre» una «realidad económica», sino que
empezar por abandonar las premisas de su anterior sistema
también estructuran activamente esta última, a través de su
antes de encontrar una solución satisfactoria al problema de
propia estructura relativamente autónoma e inmensamente
inmediatez-mediaciones-totalidad. Su encuentro con el mar­
compleja. Sólo si se capta dialécticamente la multiplicidad de
xismo le hizo ver claramente el hecho de que el vínculo inter­
mediaciones específicas es posible entender la noción marxis­
mediario crucial de todos los fenómenos humanos es la «ac­
ta de economía. Porque si ésta es el «determinante último»,
tividad práctico-crítica» del hombre, con su referencia última
es también un «determinante determinado»: no existe fuera
—una referencia «en último análisis»— a la esfera de la eco­
del siempre concreto e históricamente cambiante complejo de
nomía. Su ajuste de cuentas con la filosofía hegeliana en
mediaciones concretas, incluidas las más «espirituales» de és­
Historia y consciencia de clase —especialmente en su parte
tas. Si la «desmitificación» de la sociedad capitalista, por el
central sobre La cosificación y la consciencia del proletariado—
carácter fetichista de su modo de producción e intercambio,
es inequívoco y concluyente en ese aspecto. Insiste eficazmen­
ha de partir del análisis de la economía, eso no significa, ni
te en que la crítica marxista de la economía política viene ba­
muchísimo menos, que los resultados de semejante análisis
sada metodológicamente en el programa hegeliano de la «di­
económico puedan ser simplemente transferidos a otros ni­
41. «Moses Hess und die Probleme der idealistischen Dialektik», en veles y a otras esferas. Aun en lo que respecta a la cultura,
Georg Lukács: Schriften zur Ideologie und Politik., p. 268. política, derecho, religión, arte, ética, etc., de la sociedad ca­
86 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 87

pitalista, hay todavía que buscar esas mediaciones complejas, que abarca toda la historia universal de las «formas de existen­
a diversos niveles de generalización histórico-filosófica, que cia» (las categorías) de la sociedad humana.”42
permitan obtener conclusiones fidedignas, tanto acerca de la
forma ideológica específica en cuestión como acerca de la for­ Esa concepción de la economía como la comprehensión dia­
ma dada, históricamente concreta, de la sociedad capitalista léctica de todas las categorías de la sociedad humana, a través
como un todo. Y eso es más evidente si se intenta transferir el de sus complejas transformaciones en la historia, no podría
análisis a un nivel más general, como resulta de hecho necesa­ estar más lejos de una visión mecanicista. Porque la variedad
rio en el curso del análisis estructural de cualquier forma par­ inmensa de las categorías solamente puede ser inter-relaciona-
ticular de sociedad, o de cualquier forma específica de activi­ da en un todo coherente si el «modelo» de apreciación general
dad humana. No se puede captar lo «específico» sin identi­ es el de las mediaciones y transiciones múltiples, cualificadas
ficar sus múltiples interconexiones con un sistema dado de histórica y sistemáticamente a la vez.
mediaciones complejas: en otras palabras, hay que poder ver Los aciertos filosóficos de Lukács llegan tan lejos como su
los elementos «atemporales» (sistemáticos) en la temporali­ concepción de la mediación (totalidad) le permite ir. Por
dad, y los elementos temporales en los factores sistemáticos. otra parte, huelga decir que su concepción ha sido profunda­
Es en relación con ese punto donde Lukács subraya las dife­ mente afectada por su difícil situación histórica como crítico,
rencias fundamentales entre Marx y Hegel, al mismo tiempo político y filósofo. El tema de la mediación no es simplemen­
que pone de relieve los grandes logros del segundo: te uno entre muchos, ni un problema filosófico abstracto, por
complejos y «abstractos» que puedan ser muchos de sus as­
pectos. Cuando Lukács critica con vigor el «utopismo ético»
"La tremenda contribución intelectual de Hegel consistió en el de Feuerbach,43 como resultado de una repulsa miope de la
hecho de que hizo a la teoría y la historia dialécticamente relativas
entre sí, las captó en una penetración recíproca, dialéctica. Pero, categoría hegeliana de «mediación», está combatiendo tam­
en una última instancia, su tentativa fue un fallo. Nunca pudo lle­ bién contra una tendencia utópica en el movimiento socialis­
gar hasta la unidad genuina de teoría y práctica: todo lo que po­ ta de su tiempo. Del mismo modo, su crítica del «marxismo
día hacer era o rellenar la secuencia lógica de las categorías con vulgar», el «economismo», «sectarismo», «naturalismo», «Pro-
riqueza de material histórico, o racionalizar la historia, como una letkult», «esquematismo», «romanticismo revolucionario»,
sucesión de formas, cambios estructurales, épocas, etc., que él ele­ «zhdanovismo», «voluntarismo», «subjetivismo», «estalinismo»,
vaba al nivel de categorías mediante su sublimación y su abstrac­ etcétera, lleva siempre el signo de una urgencia histórica, tan­
ción; Marx fue el primero que pudo ver con claridad a través de to como sus polémicas dirigidas contra el otro lado, contra el
ese falso dilema. Marx no derivó la Sucesión de categorías ni «irracionalismo», «decadentismo», «el mito de la inmediatez»,
de su secuencia lógica ni de su sucesión histórica, sino que reco­ etc., etc. Lukács vive y trabaja en un tiempo en que «las mitifi-
noció «su sucesión como determinada por la relación que tienen caciones de la inmediatez capitalista» han penetrado ya en el
unas con otras en la sociedad burguesa». De ese modo, no sola­
movimiento socialista organizado («economismo», «revisionis­
mente dio a la dialéctica la base real que Hegel buscó en vano, no
meramente la colocó sobre sus pies, sino que también elevó la mo», etc.), y cuando la sociedad surgida de la victoriosa revo­
crítica de la economía política (a la que había hecho base de la dia­ lución de octubre está siendo condicionada y afectada de
léctica) por encima de la rigidez fetichista y la estrechez abs­ múltiples maneras por los movimientos «irracionales» de ese
tractiva a que la economía estaba sometida, hasta en el caso de sistema de «inmediateces reificadas». La tarea teorética se ve
sus mayores representantes burgueses. La crítica de la economía
política ya no es una ciencia entre otras, ni está meramente ele­
42. Ibid., pp. 286-7.
vada por encima de éstas como una «ciencia fundamental», sino 43. Ver varios pasajes en su ensayo sobre Moses Hess.
88 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 89

como un desafío de gran significación práctica. Así aprecia Lu­ ple inventario de los ingredientes socio-históricos en juego re­
kács, por ejemplo, la perspectiva sectaria: velaría mucho más que la estimación teorética forzada y com­
pletamente irrealista de Lukács de las presuntas nuevas ten­
“La visión del mundo sectaria, que menosprecia políticamente el dencias históricas. Citemos, como ejemplo, su examen de las
papel mediador de los intereses (incentivos) inmediatos en la reali­ características de la «nueva democracia», es decir, de la «de­
zación de tareas histórico universales, crea la misma especie de mocracia del pueblo»:
dogmatismo al nivel de la concepción individual del mundo: un
dogmatismo que descarta todos los factores mediadores.”44
"La verdadera democracia —la nueva democracia— produce en
todas partes transiciones reales, dialécticas, entre la vida públi­
Es bastante obvio que no estamos ante un tema académico, ca y privada. El punto crucial en la nueva democracia es que aho­
porque el olvido de «todos los factores mediadores» no está ra el hombre participa en las interacciones de la vida pública
lejos de la tragedia de los campos de concentración. En His­ y privada como un sujeto activo, y no como un objeto pasivo...
toria y consciencia de clase, Moses Hess, El joven Hegel, Ensa­ La nueva fase éticamente emergente demuestra sobre todo que
yos sobre el realismo, La categoría de la particularidad, La la libertad de un hombre no es un obstáculo para la libertad de
peculiaridad de lo estético, observamos la búsqueda teoréti­ otro, sino su precondición. El individuo no puede ser realmente
ca, por Lukács, de una más profunda comprensión de las com­ libre excepto en una sociedad libre... La ahora naciente autocon­
plejidades de la mediación en un mundo dominado por las ciencia de la humanidad anuncia como una perspectiva el final de
perspectivas peligrosamente estrechas que se alzan sobre los la «prehistoria» humana. Con eso, la auto-creación del hombre
adquiere un nuevo acento; ahora vemos como una tendencia la
cimientos de inmediateces reificantes. La búsqueda adquiere aparición de una unidad entre la auto-constitución humana del in­
su pathos práctico en este contexto: como la respuesta de un dividuo y la auto-creación de la humanidad. La ética es un vín­
filósofo a un desafío histórico. Y, sea lo que sea lo que pueda culo intermediario crucial en todo ese proceso.”45
pensarse de algunas partes de El asalto a la razón, los
capítulos verdaderamente finos e impresionantes de dicha obra Como podemos ver, ese análisis yerra inapelablemente el
adquieren su importancia significativa en el mismo contexto. blanco en tanto que apreciación concreta de una situación
Los logros de Lukács son más notables en aquellas de sus histórica particular: es, en efecto, una sucesión de postula­
obras en las que la investigación puede mantenerse legítima­ dos filosóficos generales presentados como tendencias socia­
mente a un nivel más abstracto. En tales obras explora siste­ les realmente existentes. En eso se parece mucho al pasaje
máticamente los intrincados problemas de la mediación, en sus antes citado, escrito a principios de 1919, con ocasión de la
múltiples aspectos, como ningún otro filósofo lo ha hecho. El unificación de los dos partidos obreros húngaros: la misma
resultado es no solamente la solución de numerosos temas manera de abordar la cuestión, el mismo intento de vincular
estéticos complejos, sino también la formulación de algunos directamente —sin las necesarias «mediaciones»— una situa­
problemas fundamentales y desafiantes en los campos de la ción histórica particular con lejanas «perspectivas histórico-
epistemología, la ética, la ontología y la filosofía de la his­ mundiales». Aquí estamos frente a anticipaciones filosófico­
toria. morales, frente a la re-afirmación de la validez de algunos
Por otra parte la naturaleza teorética general de su concep­ postulados morales fundamentales, frente a una invitación a
ción de la mediación resulta ser una auto-trampa en ciertas realizar algunos puntos básicos del programa marxista —en
situaciones, a saber, en circunstancias en las que hasta un sim­ una situación en la que las políticas «exigencias de poder» de
44. Új magyar kultúráert («Por una nueva cultura húngara»). Szikra, 45. «Las tareas de una filosofía marxista en la nueva democracia», 20
Budapest, 1948, p. 134. de diciembre de 1947.
90 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 91

llevar un programa a la realidad parecen ser satisfechas—; tados con una referencia a la atmósfera rarificada de la polí­
pero no frente a una captación realista de las específicas ca­ tica en una emigración débil (esto es, en una emigración polí­
racterísticas y contradicciones de una formación social. tica desprovista de un apoyo social de base amplia en el país
La falta de realidad del análisis de 1919 podría explicarse de origen), en la que Lukács trató de superar los handicaps de
como debida a la inexperiencia política de Lukács, aunque, co­ su primera formación. El factor dominante (el «übergreifendes
mo hemos visto ya entonces las cosas eran mucho más com­ Moment») fue el cambio fundamental en el movimiento socia­
plejas que eso. Pero treinta años más tarde, cuando Lukács lista universal organizado, que se realizó durante la década
escribe sobre la «nueva democracia», la hipótesis de la inexpe­ de 1920, como secuela de los cambios en la evolución inter­
riencia política definitivamente no funciona. Después de to­ na de la Unión Soviética de resultas de la victoria de Stalin. En
do, entre una y otra fecha, no solamente había vivido Lukács paralelismo con esos cambios, la tendencia política represen­
los dramáticos meses de la República Soviética Húngara, se­ tada por Lukács dentro del Partido húngaro, fue derrotada
guidos por los largos años de emigración política, en el oeste a finales de dicha década, y, con la derrota de sus llamadas
y en Moscú, sino que también había tenido experiencia perso­ «tesis Blum» —en 1928— el filósofo dejó de representar un
nal de las prisiones políticas del sistema estalinista. Si, a pesar papel político de alguna importancia. (Incluso durante los
de todo eso, Lukács alimenta las ilusiones que acabamos de años de postguerra de la «nueva democracia», antes de ser
ver, eso es algo que no podemos explicar mediante una refe­ atacado como «desviacionista» por Révai y otros, su papel
rencia tautológica a las ilusiones mismas. Lo que habría que estuvo estrictamente limitado al reino, políticamente subordi­
intentar sería una explicación en términos de su propia vida y nado, de la cultura. No se le admitió en el gran cuerpo del
de las interacciones de ésta con el sistema de sus ideas. Comité Central, para no hablar ya de un puesto en el órgano
Como ya se ha dicho, los logros filosóficos de Lukács en­ efectivo de dirección política, el Politburó.) Su Historia y
cuentran su límite en su concepción de mediación, o, para ser consciencia de clase recibió fuertes ataques de funcionarios
más preciso, en los defectos de esa concepción: en la injusti­ del Comintern y de otras personas, y, más adelante, ataques
ficada intrusión de la «inmediatez» en su «visión del mundo» e intrigas proseguidas para restringir su alcance, aun antes
general. Así puede verse con claridad, en nuestras citas de del golpe final de la derrota de sus «tesis Blum». Ésos son
los años 1919 y 1947, en la transferencia directa de un parti­ los aspectos personales de su no-evolución política; pero ma­
cular estado de cosas social a un nivel histórico-universal de yor importancia tuvieron las tendencias generales del acae­
la mayor generalidad. Por lo demás, eso no constituye por sí cer real, enteramente aparte de sus repercusiones personales,
mismo una explicación. La pregunta que requiere una respues­ que, en la mente del filósofo, podrían haber sido atribuidas
ta es la siguiente: por qué tiene lugar semejante transferen­ a excesos de funcionarios del partido intolerantes y de mi­
cia no dialéctica en ciertos contextos específicos del pensa­ ras estrechas. Podemos aquí señalar especialmente un solo
miento de Lukács, a pesar de la extremadamente clara cons­ aspecto de aquellos desarrollos: la práctica desintegración de
ciencia que en general tiene éste de la importancia crucial de todas las formas de mediación política efectiva, desde los
las mediaciones. Consejos de Obreros a los Sindicatos. Incluso el Partido, en
Para encontrar una respuesta a esa pregunta hay que tra­ el curso de su adaptación a las exigencias de la política esta­
tar de comprender el carácter abstracto de la dimensión polí­ linista, había perdido en gran medida su función mediadora y
tica de su concepto de mediación. Los principales determinan­ su potencial mediador. Si la idea lukácsiana del Partido, tal
tes a ese respecto no pueden ser reducidos a la ya mencionada como se formula en Historia y consciencia de clase, contenía
inmovilidad socio-política que dominó los años de formación mucho de idealización, en las nuevas circunstancias aquella
intelectual de Lukács en su patria. Y tampoco podrían ser ago­ idealización se había hecho abrumadora. Tanto más cuanto que
92 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 93

en Historia y consciencia de clase la institución de los Con­ de mediaciones deja su marca, aunque, desde luego, no del
sejos de Obreros aparecía todavía cómo una forma necesaria mismo modo ni en el mismo grado, en los diversos complejos
de mediación y su efectiva instrumentalidad. Pero ahora su lu­ de problemas, sea en la estética o en la ontología, en la episte­
gar había sido dejado vacío lo mismo que, a decir verdad, to­ mología o en la ética misma, a la que es asignada aquel pro­
das las formas de mediación política tenían que dejar un vacío blemático papel de «mediación». (No es difícil ver, para uti­
tras ellas. En ese aspecto, la década de los veinte no solamen­ lizar sólo un ejemplo que, si se quiere que la ética satisfaga su
te no aportó una evolución política, sino que marcó, sin lugar «función mediadora», necesita la ayuda de los mismos instru­
a dudas, una fase de involución en el realismo político. mentos y fuerzas efectivas de mediación a los que, en la con­
Ahí es donde podemos ver las contradicciones entre la li­ cepción de Lukács, se supone que reemplaza.)
mitada inmediatez de las perspectivas políticas y la universa­ De modo parecido, es bastante incoherente de parte de
lidad de un programa socialista en la concepción de Lukács. Lukács el que, mientras condena el zhdanovismo y su teoría
Al faltar los intermediarios políticos —y garantías instrumen­ «no-mediada» de «romanticismo revolucionario», acepte la ins­
tales—, la brecha entre la inmediatez de las realidades socio- trumentalidad estrecha y no mediada que necesariamente lo
políticas y el programa general del marxismo tiene que ser produce. Sus análisis de ese fenómeno cultural-ideológico no
rellenada asignando el papel de mediación a la ética, declaran­ dejan de ser inevitablemente abstractos, en el sentido de que
do que «la ética es un vínculo intermediario crucial en todo ese los concretos determinantes sociales del zhdanovismo no pue­
proceso». Así, la ausencia de fuerzas mediadoras efectivas es den ser revelados. El discurso se limita a la esfera ideológica,
«remediada» mediante una apelación directa a la «razón», a y a veces las relaciones causales reales son incluso invertidas:
la responsabilidad moral» del hombre, al «pathos moral de la parece como si las aberraciones y contradicciones del nivel
vida», a la «responsabilidad de los intelectuales», etc., etc. De ideológico fueran responsables de los males de la realidad so­
modo que, por paradójico que pueda parecer, Lukács se en­ cial, y, en consecuencia, los remedios tuvieran que ser bus­
cuentra en ese aspecto en la posición del «utopismo ético», a cados en aquel nivel, por medio de una intensa clarificación
pesar de su continua polémica contra éste, y a pesar de su cla­ ideológica. (Desde luego, eran también responsables de aque­
ro reconocimiento de que las raíces intelectuales del utopismo llos males; pero, básicamente estaban determinadas por és­
ético pueden localizarse en la falta de mediaciones. (La signi­ tos, eran manifestaciones específicas de los mismos.) El «sec­
ficativa exageración lukácsiana del papel de los intelectuales tarismo» es un tema similar. También aquí ocurre que el co­
en la sociedad contemporánea pertenece al mismo complejo rrecto reconocimiento y el penetrante análisis dialéctico de
de problemas.) la falta de mediaciones hecho por Lukács del planteamiento
La extrapolación directa, a partir de la forma dominante sectario no pueden alterar en lo más mínimo el hecho de que
de instrumentalidad no mediada, a las perspectivas universa­ el sectarismo, como forma ideológica, estaba determinado por
les del socialismo, y viceversa, comunica un cierto carácter la ausencia real de efectivas fuerzas e instituciones sociales
abstracto a más de uno de los análisis de Lukács. Y no hay que mediadoras: reflejaba ese estado de cosas, no lo causaba.
sorprenderse por ello. Porque las «mediaciones concretas» (Desde luego, también el planteamiento sectario contribuyó
que constituyen la «totalidad concreta» son totalidades parcia­ a. la solidificación y perpetuación de las estructuras sociales
les íntimamente inter-relacionadas y recíprocamente inter-pe- que necesariamente lo produjeron.) Buscar remedios simple­
netrantes; adquieren el carácter de una totalidad a partir de la mente mediante una clarificación ideológica, por rigurosa que
inter-penetración recíproca de las diversas modalidades y for­ fuera, sobre ese fondo de determinaciones sociales, nos re­
mas de mediación. Así, el carácter abstracto de la dimensión cuerda las tentativas dirigidas a acabar con la alienación re­
política en la concepción personal de ese sistema dialéctico ligiosa por medio de nobles sermones ateos.
94 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 95

La ausencia real de fuerzas e instituciones socio-políticas filosóficamente postulada necesitaría, para convertirse en rea­
mediadoras en la evolución soviética afectó en gran medida lidad, fuerzas e instrumentos mediadores reales, efectivos. Un
las perspectivas de Lukács, socavando la posibilidad de una postulado moral anticipado, como mediador entre los postu­
crítica práctico-política. Desde finales de la década de 1920, lados últimos de las perspectivas universales del socialismo
la crítica estuvo condenada a hacerse abstracto-teórica y gené- y la inmediatez de una situación dada, es, y no puede por me­
rico-ideológica. (Su lado práctico estaba estrechamente circuns­ nos de ser, un pseudomediador, un postulado ideológico, en
crito por la única instrumentalidad viable: el partido estali- definitiva, un «deber ser». Y mediar entre el «ser» y el «deber
nista, como árbitro final del destino de las posiciones ideoló­ ser» con otro deber ser equivale a no mediar en absoluto. Por­
gicas en competencia.) Para empeorar las cosas, la sociedad que la «Zwiespalt von Sein und Sollen» no puede ser supera­
soviética estaba internacionalmente aislada, y enfrentada con da mediante la postulación de otro Sollen que es entonces pro­
la extrema hostilidad del incomparablemente más poderoso yectado y superpuesto a la inmediata realidad de la «nueva de­
mundo capitalista. En tales circunstancias se hacía todavía mocracia», por ejemplo. Las numerosas anticipaciones opti­
más difícil considerar fuerzas materiales concretas de media­ mistas no cumplidas de los escritos de Lukács —reconocidas
ción socio-política como forma eficaz de crítica práctica de más tarde como no cumplidas por el propio filósofo— en­
la dominante tendencia estalinista. La evolución soviética ad­ cuentran su explicación en esa contradicción inherente a su
quirió así crecientemente el carácter de un «modelo» de socia­ posición y pensamiento.
lismo, a pesar de las evidentes violaciones de algunos princi­ No es necesario decir que el carácter ético-postulativo de
pios socialistas elementales, por paradójico que eso pueda las soluciones de Lukács no es simplemente la manifestación de
parecer. El completo aislamiento internacional de la Unión So­ limitaciones personales. Los determinantes básicos son los
viética —que, de hecho, contribuyó en gran medida al debili­ de la concreta situación histórica que pone los límites últimos
tamiento y desintegración última de las fuerzas internas de me­ a toda realización personal. La importancia de Lukács está
diación, y, de ese modo, a las violaciones burocráticas de en su capacidad para explorar el campo de acción objetivamen­
principios socialistas— restringía el margen de acción de todos te dado hasta sus límites extremos, creando así una obra sim­
aquellos que en un mundo cada vez más polarizado (no hay plemente inconmensurable con los logros filosóficos produci­
que olvidar el dramático auge del fascismo europeo) se nega­ dos dentro del mundo soviético.
ban a volverse contra el único sistema social existente que Paradójicamente el mismo Sollen que circunscribía los
profesaba principios socialistas, y, de facto, era el «modelo», límites en que podía moverse, resultó ser su mayor ventaja.
aunque paradójico y problemático, de socialismo. En ese res­ Porque él no aceptó nunca lo inmediatamente dado en su cru­
tringido campo de acción, el discurso de dichos hombres —en da inmediatez, es decir, nunca abandonó ni por un momento
ausencia de fuerzas condicionantes y mediadoras, tanto inter­ las perspectivas últimas del socialismo. Como antes se dijo,
nas como externas, de carácter socialista— quedaba limitado sus perspectivas estaban caracterizadas por una dualidad, en
a la esfera ideológica. Como la estrecha instrumentalidad his­ la forma de vincular los temas cotidianos con los más amplios
tóricamente condicionada de la evolución soviética tenía que fines generales de una humanidad socialista. En esa dualidad
ser directamente vinculada a las perspectivas universales de de perspectivas, el factor dominante siguió siendo siempre la
socialismo en la idea de «socialismo en un solo país», la pers­ abogación incesante (por maculada de «deber ser» que estu­
pectiva moral tenía que convertirse en una fuerza mediadora. viera) en favor de las últimas metas y valores del socialismo.
Huelga decir que eso no podía hacerse sino al nivel de la abs­ Aunque eso haya dado un carácter abstracto a tantos de sus
tracción teorética. Por eso, al final, «der Zwiespalt von Sein análisis, le ha permitido también mantener vivos, con el ma­
und Sollen ist nicht aufgehoben», porque la fuerza mediadora yor rigor intelectual, ideales socialistas, y utilizarlos como una
96 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 97

estructura general para la crítica de lo inmediatamente da­ do agudamente con su defensa de la «razón» y la «clarifica­
do. Cierto que esa crítica se ha mantenido siempre limitada ción ideológica» como solución a los problemas existentes.
a la esfera ideológica, incluso después del programa oficial­ Por otra parte, Lukács parece demasiado dispuesto a acep­
mente anunciado de «desestalinización». Pero en ésta Lukács tar las expectativas de «muchas décadas» de inmovilidad y
logró más que cualquier otro, gracias a la validez de sus pers­ estancamiento social en los países capitalistas desarrollados,
pectivas y postulados últimos, aunque maculados por el «deber esperando ingenuamente un «giro hacia el socialismo» en di­
ser». chos países, como un resultado de la «fuerza de atracción»
Si las contradicciones de la posición de Lukács aparecen del socialismo de tipo soviético liberado con éxito de los «res­
ahora obvias, ello se debe a que las perspectivas históricas tos de estalinismo». Así, las soluciones son confinadas, una
mismas han cambiado de manera significativa. En qué medida vez más, a la esfera ideológica.
pueda Lukács avanzar al mismo paso que esos cambios, es al­ La total irrealidad de la posición de Lukács se exhibe grá­
go que queda por ver. (Que ha hecho grandes esfuerzos por ficamente en un contexto en el que alaba el «Trust de Cere­
lograrlo tanto en su Estética como en su Ontología del ser so­ bros como forma de organización», tipo Kennedy, como váli­
cial, es cosa bastante clara, por problemáticos que puedan ser da también para el socialismo. Éstas son sus palabras:
los resultados de tales esfuerzos.) Lo que importa en este con­
texto es que sus antiguas perspectivas, personal e históricamen­ "Kennedy tenía por cierto que él no era un teórico ni un hom­
te válidas en el sentido que hemos mostrado, pertenecen ahora bre de ciencia, pero (en contraste con lo que ocurre en Europa,
irrevocablemente al pasado. Aquí no hay lugar para tratar ade­ y, en especial, en Alemania) no identificaba al experto con el buró­
cuadamente de esos problemas, pero hay que subrayar que la crata de alto nivel. Sabía que por ese experto no podría descubrir
cuestión de la «mediación del socialismo con el socialismo» nada de importancia, y que lo que necesitaba era un equipo de
ha dejado de ser un postulado moral abstracto y se ha conver­ intelectuales y teóricos. (El que Kennedy escogiese bien o no, es
una cuestión que aquí no nos importa.) Aquellos teóricos no ten­
tido en una realidad a menudo bastante confusa, desconcer­
drían que hacer otra cosa que consagrar su saber y su pensamien­
tante e incluso desorientadora. Nos enfrentamos hoy a contra­ to a la exposición de problemas generales, de modo que el político
dicciones y tensiones objetivas dentro del mundo socialista. pudiese derivar de ese material los gritos de combate para su mo­
Los temas que así han surgido no pueden ser abordados, no vimiento. Ahora bien, yo creo que la posición específica de Marx
digamos resueltos, con etiquetas ideológicas como «sectaris­ y de Lenin en los países socialistas ha llevado a una fantástica
mo», que Lukács ha tratado de pegar, en uno de sus ensayos sobreestimación del valor teórico del Primer Secretario del Par­
recientes, sobre la actual realidad china. En la presente situa­ tido.
ción se requerirían algunas reapreciaciones fundamentales; y Con el Trust de Cerebros «ha aparecido un nuevo principio
tanto más cuanto que un nuevo factor histórico, quizás el organizacional, a saber, una dualidad y una co-actividad de teoría
más importante, a saber, la profunda crisis estructural de los y práctica política que ya no está unificada en una persona —y
que, de hecho, sólo estuvo unificada, si acaso, en otro tiempo—,
países capitalistas más avanzados, y el nuevo dinamismo social
sino que, por la extraordinaria ampliación de las tareas, sólo pue­
potencial íntimamente conectado con aquélla, plantea la cues­ de lograrse hoy en una forma dual semejante».”46
tión del socialismo de una manera radicalmente distinta. Pa­
rece, sin embargo, que Lukács no es capaz de reformular la Es patético ver a ese gran desmitificador de nuestro siglo
cuestión de la mediación como una necesidad interna institu­ cayendo en una pura mitificación. Apenas hay un solo elemen­
cionalmente salvaguardada del socialismo, porque eso impli­ to simple de esa estimación que no esté desesperadamente des-
caría la presencia de contradicciones objetivas dentro de sis­
temas socialistas, o entre éstos, lo cual contrastaría demasia­ 46. «Gespräche mit Georg Lukács», pp. 78-9.
98 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 99

conectado de la realidad. George Kennan, quizás el mejor ce­ («Verbreitung der Aufgaben»), La anterior resignación se con­
rebro del «Trust de Cerebros» de Kennedy, tiene una opinión vierte ahora en una virtud mitificada, mediante la afirmación
mucho menos optimista de aquella «forma organizacional». Él de su supuesta necesidad. Parece ser meramente «Der Zwies-
sabe que el verdadero principio activo de la misma es «dejad palt von Sein und Sollen» que «ist nicht aufgehoben». Porque
tras de vosotros vuestros cerebros y vuestros ideales al en­ la «forma organizacional» por la que se aboga como síntesis
trar en este “Trust de Cerebros"», es decir, si ocurre que vues­ entre teoría y práctica, sólo aparece como una realidad prácti­
tros ideales difieren de los de los «burócratas de alto nivel» ca; de hecho es un mero postulado utópico. No pasa de ser
(«hohen Bürokraten»). (Kennan ha escrito, después de dimitir una piadosa esperanza la expectación de que los frustrados bu­
del equipo Kennedy, que la única ocasión en que aquellos bu­ rócratas de Kennan den paso a las inteligentes propuestas de
rócratas no pudieron prevalecer sobre él fue cuando dio su éste, lo mismo que es una mera ilusión optimista esperar que
sangre después del terremoto de Skopje: no pudieron evitar la solución de los grandes problemas estructurales del so­
que eso ocurriese.) Por otra parte, la cuestión no está en si cialismo internacional vengan del consciente y gustoso reco­
abundan o no los hombres de la talla de Marx o Lenin (aun­ nocimiento por parte de los Primeros Secretarios del Partido
que también ahora es significativo que se omitan los nombres de que ellos no son unos Marx ni unos Lenin. Si es verdad, co­
de Gramsci y Mao Tse-Tung). La rareza del talento político in­ mo es posible que lo sea, que hoy nos enfrentamos con una «ex­
telectualmente creador no es una «causa original», sino más traordinaria ampliación de las tareas» «(ausserordentliche Ver­
bien el efecto de un cierto tipo de desarrollo social, que no breitung der Aufgaben»), eso hace tanto más urgente y vital la
solamente impide la aparición de un nuevo talento, sino que insistencia en la inter-penetración recíproca de teoría y polí­
destruye los talentos disponibles por medio de procesos po­ tica, teoría y práctica, más que presentar una justificación
líticos (cf. los numerosos intelectuales y políticos rusos liqui­ de su alienación y «necesaria dualidad» mediante la idealiza­
dados en los años treinta), por medio de la expulsión de hom­ ción de una forma de organización, un inexistente o impracti­
bres de talento del campo de la política (Lukács, por ejemplo), cable «Trust de los Cerebros». Nada podría ser más ilusorio
o haciéndoles inclinarse a aceptar las estrechas perspectivas que esperar la solución de nuestros problemas de un «Trust
prácticas de la situación dada (por ejemplo, el gran talento, de Cerebros» de intelectuales abstractos y políticos estrecha­
para los más altos criterios, de un József Révai.) El propio Lu­ mente pragmáticos. La supuesta «Verbreitung der Aufgaben»
kács fue denunciado como un «profesor» cuando trató de in­ necesita para su solución la inter-penetración recíproca de teo­
tegrar política y teoría,47 y tuvo que abandonar el campo de ría y práctica en todas las esferas de actividad humana y a to­
la política como resultado de sucesivos ataques. Él aceptó dos los niveles, desde el más bajo hasta el más elevado, y
ese giro de los acontecimientos con resignación. Pero ahora no la estéril estancación de académicos y políticos en la cima.
inventa una teoría para justificar la permanente «dualidad» y En otras palabras, la tarea es una radical democratización y
separación de teoría y política: la «ampliación de las tareas» reestructuración de todas las estructuras sociales, y no el re-
agrupamiento utópico de las jerarquías existentes.
47. Cuando Lukács, en 1924, fue atacado por Zinoviev —que más tarde Como hemos visto, el hilo de una dualidad no resuelta re­
cayó como víctima del estalinismo— en compañía de Antonio Graziadei y corre, de una forma u otra, todo el desarrollo intelectual de
Karl Korsch, se alegó contra ellos que eran «profesores» (realmente Lukács
no tuvo su cátedra universitaria hasta 1945). El ataque rezaba así: Lukács. También hemos visto la íntima conexión entre la es­
«Si otros cuantos profesores como ésos vienen a lavar los platos de sus tructura de sus ideas y algunas fundamentales tendencias de
teorías marxistas, entonces la causa se verá en mal estado. No podemos la evolución de una época de la que Lukács es uno de los prin­
permitir, en nuestra Internacional Comunista, que quede impune un re­
visionismo teórico de esa especie.» (Ver pp. 720-21 de Georg Lukács: Schriften cipales representantes. Si hoy nos resistimos a aceptar algu­
zur Ideologie und Politik.) no de los artículos básicos de su ontología social no es por
100 G. H. R. Parkinson Georg Lukács 101

una súbita inspiración conceptual, sino porque sentimos su tendencias ideológicas conservan su validez metodológica ge­
inadecuación en cuanto a la posibilidad de que den respuesta neral y a veces incluso su urgencia tópica, en la pertinente es­
a nuestros problemas prácticos. Al no querer aceptar las «mu­ fera ideológica. Tampoco habría que olvidar que los dilemas
chas décadas» de inmovilidad social que profetiza, nos vemos a que tenía que hacer frente Lukács en sus esfuerzos para de­
forzados a cuestionar los elementos de dualismo que apare­ finir su posición en relación con el postulado de Marx de la
cen en su ontología social. Es algo que tenemos que hacer con unidad de filosofía y política, teoría y práctica, no eran sim­
mucha precaución; no solamente porque su obra sistemática plemente dilemas personales, sino que eran representativos
sobre Ontología del ser social espere aún su publicación y las de una época difícil en la que las perspectivas problemáticas
muestras de la misma contenidas en sus Gespräche son inevita­ dadas parecieron prevalecer durante mucho tiempo sobre la
blemente sumarias y esquemáticas, sino también porque el ele­ orientación histórica del movimiento socialista. Puede haber
mento animador de nuestro propio cuestionar es una esperan­ distintas opiniones en cuanto a la validez práctica de algunas
za, y no una certidumbre. Las nuevas perspectivas históricas conclusiones de Lukács. Pero nadie podría dejar de ver la
que asoman parecen sostener esa esperanza, pero no garantizan monumentalidad representativa de su empresa.48
su transformación en una certeza tranquilizadora. La noción lu-
kácsiana en un «rein objektive Entwicklung der Arbeit» (desa­
rrollo puramente objetivo del trabajo) que necesariamente pro­
duce un «immer kleineres Minimum der Arbeit» (mínimo siem­
pre decreciente de trabajo necesario), nos parece bastante pro­
blemática. En primer lugar, no plantea la cuestión de los lími­
tes de tal «rein objektive Entwicklung», aun concedida esa no­
ción como un elemento de discusión ontológica. (La cuestión
de los límites es de vital importancia; su ausencia produce una
vasta laguna que sólo la confianza puede rellenar. Por ejem­
plo, «La vérité est en marché», etc.) En segundo lugar, al pos­
tular «rein objektive Entwicklung» dentro de una causalidad
dual, estamos empujando las cosas hacia sus polos extremos,
para encontrar un «lugar ontológico» para la recomendada
función mediadora de la Ética. En realidad, una respuesta a la
cuestión de los límites podría producir un unificado e integra­
do sistema de causalidad que rellenaría la «laguna ontológica»
reservada por Lukács para su Sollen («deber ser»), para las
instancias morales siempre incesantes de su pensamiento.
Al mismo tiempo debería subrayarse que aunque las pers­
pectivas históricas generales han cambiado, las tendencias so­
cio-políticas que forman la base de muchas de las formulacio­
nes de Lukács están todavía muy vivas hoy, y están siendo
transformadas sólo en el sentido dialéctico de la «continui­
dad en la discontinuidad». Así, el razonamiento de Lukács 48. Este ensayo formará parte de mi próximo libro Life and Work of Lu­
concerniente a las «inmediateces» no dialécticas de diversas kács (Vida y obra de Georg Lukács), a publicar en 1970.

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