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Capítulo de Ingeniería Civil del Consejo Departamental de Loreto del Colegio de Ingenieros del Perú
1. INTRODUCCIÓN
Bajo este enfoque podemos decir que en un proyecto se combinan recursos humanos y no
humanos para lograr objetivos muy específicos en términos de costo, plazo, alcance y calidad. Los
proyectos son las unidades esenciales del negocio de las empresas constructoras y es su desempeño
el que determina el éxito o fracaso de las mismas. Mantener una cartera sana de proyectos es
fundamental para ellas y se traduce en tres aspectos prácticos: conseguir proyectos atractivos
(aspecto comercial), diseñar para ellos estructuras de financiamiento que contribuyan a maximizar
el valor de la empresa (aspecto financiero) y gerenciar cada proyecto de modo que todo lo
planificado se pueda transformar en una realidad tangible (aspecto operativo).
Debido a esta naturaleza única de los proyectos de construcción, los agentes involucrados
hemos desarrollado una actitud de “vivir con ellos” respecto a los riesgos y los hemos asumido
como parte natural de nuestro quehacer (Kerzner, 2001), lo cual implicará consecuencias muy
negativas, si dichos riesgos son manejados informalmente. En este contexto y tomando en cuenta
que en la actualidad el grado de competencia en la industria de la construcción es muy fuerte, las
empresas constructoras buscan continuamente herramientas que les permitan mejorar el desempeño
de sus proyectos. Una de estas herramientas es la gestión de los riesgos. Sin embargo la pregunta es:
¿cómo llevar a la práctica ésto?, ¿cómo enfocar dicho análisis?
1
Gerente de Proyectos Cosapi S.A. Ingeniería y Construcción
2
Jefe de Proyectos Cosapi S.A. Ingeniería y Construcción
3
Jefe de Proyectos Cosapi S.A. Ingeniería y Construcción
4
Ingeniero de Planeamiento Cosapi S.A. Ingeniería y Construcción
rendimientos y productividad de los trabajadores, (ii) la calidad de los trabajos ejecutados, (iii) la
reducción de plazos y (iv) la reducción de costos.
Un gerente de proyecto efectivo debe contar con la habilidad necesaria para gestionar
adecuadamente las actividades de construcción (plazo), invertir en forma prudente los fondos
asignados al proyecto (costos) y entregar a sus clientes el proyecto encargado (alcance) conforme a
los requisitos especificados (calidad). Aquí se hace necesario poner énfasis en diferenciar entre un
gerente de proyecto reactivo; aquél que resuelve los problemas cuando éstos ocurren, y un gerente
de proyecto proactivo, quien tratará de resolver los problemas potenciales (riesgos) antes que ellos
ocurran (Mochal, 2001).
En los proyectos de construcción, más que en otro tipo de proyectos, los riesgos tienen una
diversidad de orígenes: tenemos problemas laborales, deficiencias en el diseño, inclemencia del
tiempo, problemas de control financiero, problemas de calidad e inclusive hasta los desastres
naturales constituyen riesgos potenciales. La lista de riesgos es virtualmente indefinida y asimismo
lo es la lista de estrategias desplegadas por los gerentes de proyectos para manejarlos.
Lamentablemente en la mayoría de los casos este despliegue es reactivo debido a que la gerencia de
riesgos no está adecuadamente engranada con las otra áreas de conocimiento de la gerencia de
proyectos (Matthews, 2002).
El PMI 2000 establece que uno de los inputs para el análisis de riesgos es el Work Breakdown
Structure (WBS) del proyecto. Valdez 2003, sugiere la utilización de un Risk Breakdown Structure
(RBS) como estructura para clasificar los riesgos de un proyecto. Más adelante, cuando estudiemos
los conceptos de planificación por flujo de actividades y lotes de producción, haremos una crítica
acerca del concepto del WBS y veremos cómo un RBS basado en el primero, podría heredar
algunos problemas de fondo. Por ahora sólo revisaremos los conceptos básicos relacionados con el
análisis de riesgos.
Graves 2000 señala que aunque sería preferible realizar un análisis cuantitativo de los riesgos,
en muchos casos esto no es práctico ni posible. En contraposición, la evaluación cualitativa de
riesgos siempre puede llevarse a cabo e implicará una menor inversión de tiempo y recursos que un
análisis cuantitativo. Esta por ende, constituye una excelente alternativa de análisis que puede ser
implementada en nuestro medio y será el punto en el que nos centraremos en el presente trabajo.
Los riesgos pueden ser ordenados de acuerdo a su severidad, concepto que puede definirse en
términos de dos parámetros (i) el impacto, es decir el efecto que el riesgo tendría en el proyecto si
ocurriera y (ii) la posibilidad de ocurrencia de dicho riesgo (PMI, 2000). Un tercer parámetro a
tomar en cuenta es la precisión, la cual es definida como la confianza que puede ser asignada a
nuestra información. La precisión representa el grado actual de conocimiento y entendimiento de
los riesgos materia de análisis (PMI, 2000). En el presente trabajo analizaremos como a través de la
planificación tomando en consideración el flujo de actividades y lotes de producción podemos
llevar a cabo un control más eficiente de los riesgos asociados a un proyecto de construcción.
2.4. Impacto
Cada uno de los riesgos puede afectar (tener un impacto) sobre el costo, plazo, alcance y
calidad de un proyecto. El análisis cualitativo propone el uso de escalas genéricas de impacto para
cada uno de ellos (Graves, 2000). La Tabla 01 muestra una escala genérica de impacto propuesta
por Graves. El estimado del impacto global de un riesgo es el mayor de estos cuatro efectos.
Graves 2000, sugiere que la posibilidad de ocurrencia en muchos casos no solo depende de una
probabilidad estadística ciega sino también de la intervención humana. Una manera intuitiva de
expresar lo anterior sería: “sé que este evento tiene una alta probabilidad de ocurrir si es que yo no
hago nada, pero yo no pienso quedarme sin hacer nada”. Visto lo anterior, es posible enfocar la
posibilidad de ocurrencia desde dos puntos de vista: (i) como la probabilidad de ocurrencia, es decir
la probabilidad que los eventos riesgosos ocurran si es que no se actúa, y (ii) como la dificultad de
intervención, es decir el nivel de dificultad que podría experimentarse al prevenir que ocurra el
riesgo en cuestión. Esto según Graves, nos lleva a una relación entre la posibilidad de ocurrencia, la
probabilidad de ocurrencia y la dificultad de intervención donde la primera resulta ser la menor de
los estimados hechos para los otros dos parámetros.
En la medida que nuestra capacidad de acción sea nula, es posible quedar a merced de la
probabilidad estadística, del azar. Más aún, si no contamos con información histórica al respecto,
dichas estimaciones estadísticas serán meras aproximaciones lo que finalmente nos obligaría a
recurrir a calificar dichos eventos con escalas de impacto elevadas cuando en realidad esto no
necesariamente podría ser así. Queda entonces sobre el tapete el cómo mejorar la precisión de
nuestras estimaciones acerca de la posibilidad de ocurrencia e impacto. Más adelante veremos cómo
la planificación por flujo de actividades y lotes de producción pueden ser aprovechados para dicho
fin.
2.6. Precisión
La precisión define el nivel de confianza puesto en los estimados de impacto y posibilidad de
ocurrencia. Es una medida de cuan podemos confiar en nuestros estimados acerca de la severidad de
los riesgos analizados. Un estimado de precisión bajo sirve como una alerta acerca de que un riesgo
determinado podría ser más serio de lo que pensamos o viceversa. Más adelante veremos que una
de las ventajas de la planificación por flujo de actividades y lotes de producción es que permite
mejorar la precisión de nuestros estimados al crear una base de información sobre los eventos
riesgosos que se va alimentando gracias a la repetitibilidad de las actividades. Graves sugiere
Baja Los estimados de efectos de los riesgos y las posibilidades de ocurrencia son meras
adivinanzas.
Media Se dispone de información suficiente para proveer estimados provisionales de
efectos y posibilidades de ocurrencia de riesgos.
Alta El conocimiento de efectos y posibilidades de ocurrencia de riesgos es el adecuado
para todo propósito práctico.
Fuente: Graves, 2000
Elaboración: Graves, 2000
Donde N es un valor numérico que darán como resultado diferentes fronteras de severidad. Así
la matriz de riesgos puede dividirse en zonas que representan riesgos mayores, moderados y
menores según se aprecia en la Tabla 04.
mayor severidad. Una matriz de riesgos se constituye para tal efecto en una herramienta muy
efectiva para decidir hacia donde encaminar nuestros esfuerzos.
Qué hacer con los riesgos prioritarios se refiere a la determinación de las estrategias a
implementar para atacar dichos riesgos. El PMI 2000, agrupa las posibles estrategias en 4 tipos: (i)
estrategias que permiten evitar los riesgos, (ii) estrategias que permiten transferir los riesgos, (iii)
estrategias enfocadas a mitigar los riesgos y (iv) estrategias que involucran el aceptar los riesgos
materia de análisis. El gerente de proyecto y su equipo deberán decidir que estrategia implementar
en función de la severidad del riesgo.
Todo proyecto de construcción comienza con el desarrollo de un plan general, la definición del
alcance de los trabajos a ser ejecutados conforme a lo comprometido contractualmente y la
descomposición de este alcance en paquetes de entregables (deliverables) y eventualmente la
descomposición de éstos en actividades (Referirse a la Figura 02 de la sección 3.3.). Posteriormente
hacemos una estimación del tiempo y costo de cada actividad y desarrollamos un arreglo de las
actividades en una secuencia lógica usando el método de la ruta crítica o critical path method
(CPM). En este arreglo se especifican las fechas de inicio y fin de las actividades lo cual sirve como
base para monitorear el desempeño de las mismas en términos de costo y plazo así como el de la
ruta crítica del proyecto, con miras a determinar las acciones que permitan corregir las posibles
desviaciones. Bajo este esquema, mejorar el sistema significa ejecutar más rápido las actividades,
reducir su costo o cambiar la secuencia lógica de la red.
Si todo lo descrito hasta aquí le pareció familiar y se sintió conforme y cómodo, empiece a
preocuparse porque hay quienes ya se encuentran trabajando bajo un enfoque diferente y que se
adapta de mejor manera a proyectos más complejos, donde existe una mayor presión sobre los
plazos, costos y calidad y donde muchas cosas deben suceder de manera simultánea.
¿Qué sucede con el modelo anterior? En dicho modelo usted sólo se encuentra preocupado en
medir el desempeño de las actividades individualmente en contraste con su plan y no en el
desempeño de las actividades en sí mismas y las relaciones entre ellas. Bajo este esquema usted se
está enfocando en “el qué” y no en “el cómo” está gerenciando su proyecto de construcción,
mientras que la gestión de la producción no es una de sus preocupaciones principales (Howell &
Koskela 2000). Se está impulsando a que cada responsable de actividad, grupo de actividades,
paquete de entregables o deliverables, cuide sus ratios de producción, costo y tiempo, con una
visión estrecha o a veces incluso nula, acerca de cómo pueden afectar a los demás.
En esta sección veremos como la planificación por flujo de actividades y lotes de producción, sí
nos permiten un enfoque en la gestión de la producción, para lo cual seguidamente analizaremos las
bases conceptuales de esta tendencia de gestión de proyectos.
Así pues, la teoría del Lean Production implica una visión dual de la producción: conversiones
y flujos (Koskela, 1992), donde; mientras todas las actividades cuestan y consumen tiempo; sólo las
actividades de conversión agregan valor al producto final. De este modo, el mejoramiento del
sistema de producción se debe enfocar a la reducción o eliminación de las actividades de flujo y a la
búsqueda de una mayor eficiencia en las actividades de conversión (Koskela, 1992).
Por su parte, la teoría del Lean Construction se basa en la filosofía del Lean Production, es
decir en el diseño de un sistema de producción que permita la entrega oportuna del producto en un
esquema cliente-servidor manteniendo “cero” inventarios intermedios. Howell, 2001 señala que las
pérdidas en construcción y la industria manufacturera surgen de la concentración exclusiva en los
procesos de conversión: “mantener una intensa presión sobre la producción asociada a cada
actividad dado que la reducción del costo y la duración de cada una de ellas es la clave del
mejoramiento”.
Un adecuado enfoque a partir de esta teoría, permite reducir las pérdidas mediante el
mejoramiento de la confiabilidad de las asignaciones de trabajo a nivel de la producción misma. Los
sistemas de gestión tradicionales, al carecer de un sistema que permita predecir con cierta exactitud
el flujo de trabajo, por lo general diseñan cuadrillas que deben ser flexibles a fin de que puedan
mantenerse ocupadas, generando pérdidas debido a la no especialización e incertidumbre en el
trabajo de dichas cuadrillas (Ghio, 1999).
El drum se refiere a los cuellos de botella que son los recursos con capacidad restringida que
marcan el paso de toda la operación. El Buffer es un amortiguador de impactos basado en el tiempo
que protege el throughput (capacidad de procesamiento) de las interrupciones del día a día
(sobretodo de las atribuidas a la Ley de Murphi) y asegura que el drum nunca se quede sin material.
En lugar de situar buffers de inventario en cada operación, lo cual aumenta innecesariamente los
tiempos de producción, TOC propone buffers de tiempo solo en ubicaciones estratégicas que se
relacionan con restricciones específicas dentro del sistema.
El tiempo de preparación y ejecución necesario para todas las operaciones anteriores al drum,
más el tiempo del Buffer, es llamado rope lenght o longitud de soga. La liberación de materias
primas y materiales a la planta, está entonces atada a la programación del drum, lográndose un flujo
de materiales rápido y uniforme a través de la red de procesos.
Para el caso de proyectos, Goldratt propone el uso de un buffer de tiempo al final del proyecto
en lugar de las holguras tradicionales para cada actividad (Ver Figura 1), basado en que:
“1. Estamos acostumbrados a creer que el único modo de proteger el todo es protegiendo la
fecha de terminación de cada paso.
2. Protegemos cada paso con gruesos colchones de tiempo.
Lo anterior, considerando la psicología humana y la naturaleza de la dependencia entre pasos,
nos conduce inevitablemente a
3. Padecer de tres mecanismos (síndrome del estudiante, tareas múltiples y el hecho de que
las demoras se acumulan y los adelantos no) que al combinarse hacen que la mayoría del
tiempo de protección se desperdicie
.............” (Tomado de Cadena Crítica por E. Goldratt).
Figura 1. Propuesta de Goldratt para el uso de un buffer al final del proyecto en lugar de holguras
para cada actividad
En la siguiente sección veremos cómo combinando este concepto con el de lotes pequeños,
podemos producir un importante impacto sobre los proyectos en términos de reducción de plazos.
Fuente: Propia
Elaboración: Autores del presente trabajo
Hemos visto que son varios los estudios acerca de que las operaciones de construcción
(Koskela, 1992; Howell, 1999; Guio, 1999 y Howell & Koskela, 2000) se vienen manejando con un
enfoque exclusivo en los procesos de conversión, es decir existe una preocupación en las
actividades en sí mismas y no en el flujo entre ellas. Bajo este enfoque, un proyecto puede ser
concebido como una secuencia de paquetes de trabajo cada uno de los cuales tiene un objetivo en
términos de presupuesto y plazo. Este enfoque contribuye a crear esfuerzos estancos, poco
integrados y donde la preocupación de los profesionales del proyecto está más orientada a “qué se
debe hacer” y no “cómo debe hacerse”. Sobre este punto Howell & Koskela 2000, señalan que entre
las deficiencias de la gerencia de proyectos actual está que “la gestión de la producción no es una
preocupación central de la gerencia de proyectos”.
En este sentido, debe señalarse en esta línea de pensamiento esquemas como el Work
Breakdown Structure (WBS), que demandan determinar una lista ordenada de los deliverables del
proyecto (entregables) para posteriormente ordenarlos bajo un esquema lógico y secuencial de
ejecución en el que las relaciones entre dichos elementos son bastante simples. Muchos programas
de obra inclusive, ni siquiera “verbalizan” sus actividades y presentan como nivel mínimo de
planificación, el deliverable de menor jerarquía en el proyecto (Ver Figura 2). Bajo este esquema,
como señalamos anteriormente, se establecen los controles necesarios para que estas estructuras o
actividades sean realizadas dentro de las fechas programadas y al costo presupuestado. La
característica de este tipo de programación es que existe una gran incertidumbre y por tanto cada
línea del programa debe contar con un “colchón” de protección en caso de que “algo falle”.
El esquema que proponemos no parte del WBS, como convencionalmente se hace. Lo que
proponemos es invertir el esquema o para no ser tan radicales proponemos hacer un trade off entre
el WBS y flujo de actividades necesarias para completar el entregable determinado a partir de la
modulación del mismo en lotes de producción. Aquí introducimos el concepto de lote de que nos
permite migrar desde el entendimiento de la construcción como un conjunto de flujos intermitentes
(tipo talleres de trabajo) hacia su concepción como un conjunto de flujos lineales en el que existen
tareas que se acoplan íntimamente y deben balancearse para que ninguna retrase a la siguiente,
logrando así una producción continua (Ver Figura 3). La Figura 4, muestra la potencia que puede
tener este concepto en términos reducción del plazo del proyecto con relación a la visión tradicional
de planificación. En esta visión, combinamos los efectos del concepto de lotes pequeños propuesto
por Ohno y el del buffer de protección al final del proyecto de Goldratt.
Fuente: Propia
Elaboración: Autores del presente trabajo
Otra de las propuestas que consideramos en nuestra metodología; es que toda actividad o tarea
debe durar máximo una jornada de trabajo. Este criterio resulta ser muy práctico y permite un
adecuado control del trabajo que cada cuadrilla debe completar diariamente. Además permite un
feedback oportuno, establecer medidas correctivas efectivas y finalmente permite disponer de un
mecanismo repetitivo, lo cual como es fundamental para fines de controlar los riesgos de la
construcción. Finalmente es la clave para implementar esquemas de mejoramiento continuo de la
mano con un control estadístico adecuado.
Fuente: Propia
Elaboración: Autores del presente trabajo
Se define la secuencia de actividades por día en la cual se visualiza la ejecución del lote al
detalle, descomponiendo los procesos en las diferentes actividades que lo conforman. La Figura 5
ilustra la secuencia de construcción de una losa de techo de un proyecto de edificaciones cuya
planta y características generales se ilustran en la Figura 6. A continuación se define la secuencia de
actividades desde la etapa de colocación de fondo de viga hasta el vaciado de losa.
Si asignamos a cada actividad los recursos necesarios para la ejecución de la misma en una
jornada o turno de trabajo, estaremos creando una cuadrilla especializada para cada actividad la cual
realizará el mismo trabajo en diferentes lotes todos los días. Con esto se logra mantener personal
específico para cada tarea que se desarrolle y volúmenes constantes de trabajo diario, evitando
esperas y tiempos muertos así como contribuyendo al mantenimiento de una visión integrada del
proceso productivo.
Figura 5. Secuencia de actividades desde encofrado de fondo de vigas hasta vaciado de losa
donde:
EFV: Encofrado de fondo de vigas
AVN: Colocación de acero en vigas y nervios
ECV1: Encofrado del primer costado de vigas
ECV2: Encofrado del segundo costado de vigas
ELO1: Alzaprimado de losa
ELO2: Encofrado de fondo de losa
ALO: Colocación de acero en losa
INST: Instalaciones en losa
CLO: Vaciado de concreto en losas
Fuente: Propia
Elaboración: Autores del presente trabajo
• Requerimientos técnicos:
Para nuestro ejemplo de la construcción de una losa de techo, supongamos que a fin de evitar el
agrietamiento por contracción plástica del concreto, las especificaciones técnicas demandan que
la máxima longitud de vaciado de un paño de losa sea de 25 m, por lo que si consideramos un
paño de vaciado cuadrado y la longitud de 25 m la hipotenusa, tenemos que el lote debería tener
17.68 m por lado y un área de 312.5 m2. Suponiendo que conforme a planos la distancia entre
ejes del proyecto es 8.00m, tenemos que se debería tomar 2 ejes por lado para cada lote, por lo
tanto, de acuerdo a los requerimientos técnicos tenemos que nuestro tamaño de lote es de
256m2.
Fuente: Propia
Elaboración: Autores del presente trabajo
Figura 7.
Tiempo de ejecución
Fuente: Propia
Elaboración: Autores del presente trabajo
d=T–e
d = 76 – 11 = 65 días
Pd = Tamaño / Tiempo
Pd = 43,000 / 65 = 662 m2
Dado que el tamaño del lote es de 256m2, serán necesarios 3 lotes para poder cumplir con la
producción diaria, por lo que se dividirá la obra en tres zonas de producción independiente como se
muestra en la Figura 6. En este gráfico se observa que a nivel de cimentación del 4to sótano se
tiene 8 lotes de producción para cada zona, los cuales van aumentando de acuerdo a los distintos
niveles del proyecto, por lo que se tiene que el número de lotes de la zona A es de 60, para la zona
B de 51 lotes y 48 lotes para la zona C.
Los sectores representan el lote de avance diario para cada actividad, de esta manera se le
asignan las cuadrillas, equipos y materiales correspondientes de manera constante para cada zona.
La nomenclatura utilizada para definir los sectores se divide en 3 partes. La primera parte
conformada por las 2 primeras posiciones indican la ubicación vertical del sector, por ejemplo 4S
significa cuarto sótano y 1P significa primer piso; la segunda parte la conforma la tercera ubicación
e indica la zona en la que se encuentra el sector, esta puede ser A, B o C; y la tercera parte la
conforma la cuarta y quinta ubicación la cual indica el número de sector o lote dentro de la zona
indicada. Por lo tanto la nomenclatura 4SA01 significa cuarto sótano, zona A, sector 01.
Adicionalmente se usa este formato para el control de asistencia de personal por cuadrillas a
obra, control de avance y rendimientos con el objetivo de hacer las correcciones necesarias en
tiempo real y evitar retrasos de obra.
Se propone una nueva perspectiva para el análisis de riesgos basado en los conceptos de flujo de
actividades y lotes de producción. Bajo este enfoque, el gerente de proyecto debe determinar el(los)
flujo(s) principal(es) que determinan el proyecto y concentrarse en aquellos problemas que pueden
interrumpir dicho(s) flujo(s). Se propone también que la determinación de la prioridad de los
riesgos se haga a partir de métodos cualitativos conforme al enfoque del PMI.
Un análisis de riesgo que parte de un WBS no permite integrar en el tiempo los procesos de
ingeniería, logística y construcción. En contraposición un análisis basado en el flujo de actividades
sí otorga una visión integral de los riesgos asociados al proyecto.
Por otro lado el concepto de lotes de producción nos permite mejorar nuestra capacidad de
acción, de manera cada que vez dependamos menos de la probabilidad estadística. En resumen, la
metodología propuesta contribuye a la disminución progresiva de:
Curva de aprendizaje
Esfuerzo
Repeticiones
Como organización del trabajo, la planificación por flujo de actividades y lotes de producción
mejora la secuencia de operaciones al dimensionarse cuadrillas que realizan la misma actividad
cada día en diferentes lotes de producción, aumentando el número de repeticiones de la
actividad.
Al poder medirse con facilidad el cumplimiento diario de las actividades realizadas por las
cuadrillas en los diferentes lotes de producción, se mejora el nivel de confiabilidad de los
entregables a nivel de actividades, produciéndose una producción constante, evitando la pérdida
de productividad por interrupciones y reinicio de los trabajos de las cuadrillas.
Se evita la necesidad de contar con cuadrillas multi-tareas, con las pérdidas que estas significan.
El aseguramiento y reducción de los plazos genera también la reducción de los gastos generales
como supervisión, alquiler de equipos y obras provisionales. En este sentido el riesgo de
impacto sobre costo y plazo de los esquemas tradicionales, pueden ser vistos como una
oportunidad bajo el esquema propuesto.
Comportamiento Comportamiento
de la curva del de la curva del
"Sindrome del "Correcaminos"
estudiante"
Esfuerzo
Esfuerzo
Tiempo Tiempo
Fuente: Peterson C., 2001
Elaboración: Peterson C. 2001
Finalmente, otro problema es que normalmente con el método CPM se producen cambios en la
ruta crítica al convertirse las actividades no críticas en críticas por descuido en la asignación de
recurso a las mismas. Esto causa el cambio de enfoque en las prioridades y secuencia
operacional del proyecto, generándose desconcierto a nivel del personal de obra.
5. Reflexiones finales
Los conceptos de flujo de actividades y lotes de producción asociados a una gestión formal de
los riesgos pueden contribuir eficientemente a garantizar la continuidad y uniformidad de las
actividades del proyecto conllevando a las siguientes ventajas:
• El asignar una cuadrilla para que ejecute una actividad permanentemente, capacita la mano de
obra haciéndola especialista en su labor, lo que eleva los rendimientos y asegura la calidad en la
ejecución de las actividades.
• Para los jefes de grupo y operarios es más fácil comprender la programación y las labores que
tienen que realizar diariamente, inclusive sin una orden directa de su supervisor con lo que se
evita tiempos muertos por esperas de órdenes de trabajo.
• Se pueden evaluar fácilmente los rendimientos de mano de obra de las diferentes cuadrillas al
verificar la ejecución de los trabajos diarios programados por cuadrilla.
• Permite visualizar mejor el avance de obra, al mismo tiempo que esta se puede comparar con el
costo de obra al poder aplicarse técnicas de control como “valor ganado”.
• Al darle continuidad operacional al proyecto, se eliminan las holguras dando como resultado la
reducción del plazo.
• La reducción del plazo trae consigo ahorro de alquiler de equipos y gastos generales, además
aumenta la rentabilidad del proyecto al entrar en funcionamiento la obra en un tiempo más
corto.
• Permite fácilmente identificar potenciales problemas y tomar las medidas correctivas del caso
con suficiente anticipación.
• En general al elevar la calidad y disminuir los plazos y costos del proyecto permite a la empresa
ser competitiva y avanzar en un medio tan competitivo como es la construcción.
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