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Universidad de Chile

Facultad de Derecho
Departamento de Ciencias del Derecho
Historia del Derecho I.
Profesor Doctor Eric Palma González

Cambio Climático
Un análisis de los avances

Integrantes:
Marcela Romero Valdebenito
Catalina Sánchez Monsalves
Golondrina Segura Lizama
Cristóbal Salinas Rodríguez
Daniel Salgado Pinto
Martín Sepúlveda

1
Índice

I. Introducción

II. Contexto

III. Intereses económicos

IV. Políticas medioambientales latinoamericanas

V. Efecto Social

VI. Conciencia individual

VII. Conclusión

VIII. Bibliografía

2
Introducción
Es necesario como individuos conscientes de nuestro contexto histórico en el que vivimos
que seamos capaces de conocer para así, luego analizar desde diversas perspectivas los
problemas que aquejan nuestra sociedad, los cuales son de todo ámbito y de toda índole,
algunos con solución y otros sin una aparente solución. Muchos de estos han sido agrupados
y reconocidos a comienzos del nuevo milenio por los líderes mundiales reunidos en la ONU
como “Objetivos de Desarrollo del Milenio” (ODM) y posteriormente como “Objetivos de
Desarrollo Sostenible” (ODS), visión amplia y representan un marco de desarrollo
predominante para el mundo en los últimos años.

Uno de estos problemas a los que nos referimos es el cambio climático, el cual es un
fenómeno natural que consiste en la variación global del clima en la Tierra. No es algo nuevo,
sino que han existido varios ejemplos de esto a lo largo de la vida del planeta y se puede
producir por factores tanto naturales como por la acción del hombre, en muy diversas escalas
de tiempo. Estamos viviendo en una época donde el calentamiento global ha ido al alza, ¿Qué
hacemos como sociedad para frenar esto?

Los glaciares se están derritiendo, el nivel del mar aumenta, las selvas se están secando y la
fauna y la flora lucha para sobrevivir, ¿Estamos como sociedad haciendo algo para frenar
esto?, ¿Logramos darnos cuenta de lo grave que es nuestro estilo de vida insostenible y como
estamos dañando al planeta de forma irreparable?, ¿En qué medida las leyes regulan nuestra
conducta, o más bien, nuestra conducta regula las leyes? Los destrozos han sido de tal
magnitud que los esfuerzos por aplacar el aumento de las consecuencias que este
calentamiento global conlleva se hace inminente y representa una de las mayores prioridades
mundiales.

En el presente informe se analizará desde un pluralismo político, dado que se tomarán en


cuenta los derechos consuetudinarios y además se hacen indispensable las fuentes formales
con las que se logra realizar un completo análisis crítico del tema en cuestión, así mismo se
hará necesario considerar tanto los discursos legitimadores como los deslegitimadores de las
políticas públicas implantadas para reconocer cómo ha sido el desarrollo de los diversos
esfuerzos para aplacar este fenómeno a lo largo de los últimos 50 años, relacionándolos con

3
las perspectivas de mayor influencia recíproca, como lo son el plano económico, social,
cultural y además, comprender cómo éstos contribuyen a alcanzar las metas de los Objetivos
del Milenio y cómo estos influyen actualmente a el cumplimiento de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, y así fomentar una cultura humanitaria.

Contexto

El cambio climático es uno de los problemas globales más amenazantes de nuestro tiempo,
y como sujetos históricos amorosos con conciencia crítica es necesario que seamos capaces
de analizar para que nos sirva de herramienta para promover un cambio y mejora en nuestra
realidad. Tan preocupante es que sus consecuencias de largo alcance han creado una
necesidad mundial de actuar en pos de contrarrestar sus devastadores efectos, tales como, el
derretimiento de glaciares, el advenimiento de sequías, la disminución de precipitaciones, la
desaparición de ecosistemas, la escasez de recursos tanto hídricos como forestales y la
continua intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos.

El artículo 1° de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático


(CMCC), que entró en vigencia en 1994 y tiene por objetivo estabilizar las concentraciones
de gases de efecto invernadero en la atmósfera, define cambio climático como: “un cambio
de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición
de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante
períodos de tiempo comparables”1. Esta alteración se manifiesta en un aumento de
temperatura que intensifica el efecto invernadero; fenómeno que nos permite mantener las
condiciones atmosféricas óptimas para el desarrollo humano, acumulando gases de efecto
invernadero (GEI) que atrapan el calor dentro de la atmósfera y dan origen a un calentamiento
adicional del planeta.

1
CONVENCION MARCO de las Naciones Unidas sobre el cambio climático: 9 de mayo de 1992. 1992.
Nueva York, Estados Unidos, ONU. 50 p.

4
Históricamente los países desarrollados han sido responsables de la mayor parte de las
emisiones de GEI, solo en 2012 el promedio de las emisiones en las regiones desarrolladas
fue de unas 10 toneladas de dióxido de carbono (gas responsable de más del 60 por ciento
del calentamiento global) per cápita por año, mientras que en las regiones en desarrollo el
promedio ascendió a 3 toneladas métricas. Aunque podamos pensar que las emisiones de
éstos últimos son relativamente bajas, hay que tener en cuenta que se encuentran en continuo
aumento dadas las inminentes necesidades de desarrollo de esas regiones. De hecho, desde
1990 las emisiones mundiales de dióxido de carbono han aumentado casi un 50 por ciento,
siendo la década entre 2000 y 2010 el momento de más rápido crecimiento. Este proceso no
ha estado ajeno de repercusiones, según cifras de la ONU2 entre 1880 y 2012 la temperatura
global promedio se elevó en 0,85 °C mientras que el nivel del mar alcanzó desde 1901 a 2010
un promedio mundial de 19 centímetros de incremento.

A pesar de estos datos desoladores, es pertinente señalar que la comunidad internacional ha


elaborado una serie de esfuerzos tanto para reconocer como posteriormente enfrentar este
dilema. En primer lugar, podemos identificar la Conferencia de Naciones Unidas sobre
Medio Humano o Cumbre de la Tierra llevada a cabo en Estocolmo el año 1972, como
precursora de la primera proclamación que sistematiza los lineamientos de acción en materia
medioambiental: la Declaración de Estocolmo3, la cual estableció recomendaciones
generales para la protección del medioambiente. No obstante, pareciera que dentro de sus
planteamientos se vislumbra como principal causante de los males ecológicos el
“subdesarrollo”, es decir en términos amplios, todos los países que no han alcanzado un
suficiente capital económico, tecnológico y social. Posterior a esto y con ánimos de obtener
mayor certeza científica sobre las causas del cambio climático el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial
(OMM) crearon recién en 1988 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático (IPCC) que tiene como propósito analizar y evaluar toda la información
bibliográfica disponible para comprender el cambio climático y sus múltiples consecuencias

2
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU): Objetivos de Desarrollo del Milenio
Informe de 2015 [en línea]. Nueva York, Estados Unidos: Editado por C. WAY. Junio de 2015 [fecha de
consulta: 16 de julio de 2018]. Disponible en: http://www.un.org/es/millenniumgoals/pdf/2015/mdg-report-
2015_spanish.pdf
3
CONFERENCIA DE las Naciones Unidas sobre el medio ambiente humano: Declaración de Estocolmo: 5 a
16 de junio de 1972. 1972. Estocolmo, Suecia, ONU. 4p.

5
en áreas medioambientales, socioeconómicas y culturales, es necesario recalcar que en
ningún caso cumple labores de constatación o supervisión de acuerdos.

Luego de 20 años de la realización de la primera Cumbre de la Tierra, la Asamblea General


de las Naciones Unidas decidió convocar un segundo encuentro que se efectúo en Río de
Janeiro, a partir del cual se redactó la Declaración de Río 4, cuya finalidad primordial fue
crear una nueva y equitativa alianza mundial; a través de la creación de nuevos niveles de
cooperación entre Estados y personas.

Además, en pos de proteger la integridad del sistema ambiental se enunciaron una serie de
principios que con posterioridad inspirarían varios de los Objetivos del Milenio (ODM), los
que finalmente vieron la luz y fueron adscritos por 191 jefes de Estado en el año 2000 cuando
se celebró la gran Cumbre del Milenio5.

Básicamente los ODM consistían en ocho propósitos generales que se relacionaban con el
combate de la pobreza extrema, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la
degradación del medioambiente, la discriminación contra la mujer y el fomento del desarrollo
mundial, y que a su vez poseían metas específicas a cumplir en un período de tiempo
determinado: el año 2015. El objetivo más directamente vinculado con el cambio climático
es el número siete, que anunciaba garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y pretendía
“incorporar los principios de desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales
e invertir en la pérdida de recursos del medio ambiente […] y reducir la pérdida de
biodiversidad alcanzando, para el año 2010, una reducción significativa de la tasa de
pérdida”6, metas que en el fondo se traducen en garantizar el derecho a la vida digna; el que
no solo consiste en la protección de la mera existencia, sino que supone el acceso a
condiciones de bienestar en diversas esferas de la vida humana, principalmente aquellas

4
CONFERENCIA DE las Naciones Unidas sobre el medioambiente y el desarrollo: Declaración de Río: 3 al
14 de junio de 1992. 1992. Río de Janeiro, Brasil, ONU. 6p.
5
CUMBRE DEL Milenio: La función de las Naciones Unidas en el siglo XXI: 6 al 8 de septiembre de 2000.
2000. Nueva York, Estados Unidos, ONU. 65p.
6
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Ob. cit., p. 52-56

6
relativas al goce de salud, satisfacción de necesidades alimentarias y de vivienda incluyendo
un medioambiente apto para la propia vida.7

Garantizar tales condiciones se vuelve particularmente difícil bajo los efectos del cambio
climático porque genera, ya sea por consecuencia directa de los fenómenos meteorológicos,
por ejemplo la falta de atención médica por daño a infraestructuras sanitarias, o de manera
indirecta a través de alteraciones en la distribución de los organismos transmisores de
enfermedades y/o en la producción agropecuaria, un incremento en tasas de mortalidad y
morbilidad. Mientras que en cuanto a escasez de recursos, el agua es uno de los que está en
mayor riesgo, pues la disminución de agua superficial y subterránea en regiones áridas
provoca mayor competencia, amenazando aún más el bienestar humano si consideramos que
actualmente 748 millones de personas no tienen acceso al agua.
Por último, el derecho más afectado es el del medioambiente sano, ya que cada uno de los
procesos naturales que mantienen la diversidad biológica, es decir, los océanos, los cuerpos
de agua dulce, los suelos y la atmósfera tienen que ver con el clima, por lo tanto su
continuidad se ve alterada si la temperatura o los regímenes pluviales varían, en términos
prácticos representa la pérdida gradual de los servicios ecológicos que nos otorga el
medioambiente.8 En este sentido, abogar por la sostenibilidad del medioambiente y combatir
el cambio climático es defender los Derechos Humanos.

Bajo esta premisa resulta apropiado conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
creados para suplir a los ODM bajo el marco de Rio+209, convención que reunió a líderes
mundiales, ONG y diversos participantes del sector privado para conversar principalmente
sobre: cómo construir una economía ecológica para alcanzar un desarrollo sostenible y sacar
a la gente de la pobreza y cómo mejorar la coordinación internacional para lograr este
desarrollo sostenible. De esta manera los ODS constituyen 17 compromisos
interrelacionados que abordan los tópicos más urgentes que preocupan al mundo, entre ellos
lograr la igualdad de género, erradicar la pobreza (ya no solo pobreza extrema), fomentar la

7
VIVEROS, T. Cambio climático y derechos humanos [en línea]. Primera edición. Ciudad de México, México:
agosto de 2016 [fecha de consulta 14 de julio de 2018]. Disponible en:
http://appweb.cndh.org.mx/biblioteca/archivos/pdfs/folleto-Cambio-Climatico-DH.pdf
8
VIVEROS, T. Ob. cit., p. 20-25
9
CONFERENCIA DE las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible: Río +20 El futuro que queremos: 20
al 22 de junio de 2012. 2012. Río de Janeiro, Brasil, ONU. 59p.

7
paz y responder a la amenaza del cambio climático. Por esto último existen más objetivos
que se vinculan íntimamente con la adopción de medidas contra el calentamiento global,
incluso uno de ellos lo plantea explícitamente:

“Objetivo 13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus
efectos

13.1 Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos


relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países

13.2 Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias


y planes nacionales

13.3 Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e


institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él,
la reducción de sus efectos y la alerta temprana”10

Es preciso destacar que estos nuevos objetivos representan metas ambiciosas y complejas de
lograr, características que los convierte en grandes desafíos, teniendo en consideración que
si bien los ODM lograron avances significativos, en materia ambiental fue bastante menor
en relación a lo que se esperaba. Por ejemplo, en el Informe de la ONU sobre los ODM del
año 2015 se menciona que más del 98% de los gases fueron eliminados, sin embargo esto no
significa que las emisiones disminuyan considerablemente, más bien solo que se redujo la
variedad de gases, por lo que la contaminación continúa en niveles preocupantes.
Además de los ODS recientemente se aprobó por 195 países un acuerdo histórico en la
Conferencia sobre Cambio Climático (COP21) del año 2015, el Acuerdo de París. El objetivo
de este acuerdo es contener el aumento de temperatura por debajo de los 2°C respecto a la
era preindustrial y de esforzarse por limitar este aumento a 1,5°C. Sin embargo, expertos
dudan que esto se pueda lograr, ya que el convenio no especifica metas obligatorias para los

10
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. 2015. Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible. En: ASAMBLEA GENERAL 25 al 27 de septiembre de 2015. Nueva York,
Estados Unidos, ONU. 40p.

8
195 países, como sí lo hacía el Protocolo de Kioto11. Cada gobierno se fija a sí mismo sus
propios objetivos de reducción de emisiones para el 2025 o 2030.
“El presente Acuerdo, al mejorar la aplicación de la Convención, incluido el
logro de su objetivo, tiene por objeto reforzar la respuesta mundial a la amenaza
del cambio climático, en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos
por erradicar la pobreza, y para ello: a) Mantener el aumento de la temperatura
media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales,
y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C con
respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría
considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático; b) Aumentar
la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y
promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de
efecto invernadero, de un modo que no comprometa la producción de alimentos;
y c) Situar los flujos financieros en un nivel compatible con una trayectoria que
conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de
efecto invernadero.”12

Uno de los países pertenecientes a este acuerdo era Estados Unidos, bajo la presidencia de
Barack Obama, sin embargo, con el cambio de mando y la llegada del nuevo presidente
Donald Trump, este país se ha retirado, ya que él se ha mostrado incrédulo ante la existencia
del fenómeno del cambio climático, cayendo en un negacionismo que podemos catalogar
como un discurso deslegitimador, postulando incluso al cambio climático como “un invento
de los chinos” y que el Acuerdo de París es “un muy mal acuerdo”13, generando así
controversia mundial por la demostración de una nula preocupación y la minimización de
este fenómeno tan importante, explicitando así un ejemplo claro de una visión diferente a la
que se está tratando en el informe, ya que intenta menospreciar el desafío que significa el

11
CONFERENCIA DE LAS PARTES. 1998. Protocolo de Kioto. En: CONVENCIÓN MARCO de las
Naciones Unidas sobre el cambio climático: 11 de diciembre de 1997. 1997. Kioto, Japón, ONU. 25p.
12
CONFERENCIA DE LAS PARTES. 2015. Acuerdo de París. En: CONVENCIÓN MARCO de las
Naciones Unidas sobre el cambio climático: 12 de diciembre de 2015. 2015. París, Francia, ONU. 29p.
13
BBC MUNDO. 2017. Donald Trump anuncia que Estados Unidos abandonará el Acuerdo de París sobre
cambio climático. [en línea] BBC Mundo en Internet. 1 de junio de 2017.
<https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-40124921> [consulta: 15 de julio de 2018]

9
calentamiento global, representando a los distintos factores de poder que en este caso actúan
en pos de su conveniencia individual.
En parte es por este tipo de hechos que resulta verdaderamente complejo actuar frente al
cambio climático, sobre todo cuando los países se niegan a cumplir conjuntos de normas
comunes y metas viables para reducir sus emisiones de gases contaminantes, gestionar
riesgos y desastres, los que si bien en algunos lugares todavía no se manifiestan en otras
regiones ya lo están haciendo, por lo que no es una razón válida para restarle la importancia
que merece y postergar la aplicación de medidas efectivas. Por lo tanto será necesario poner
mucho más ímpetu a las medidas ya existentes y las que están en proceso para lograr sortear
con éxito este desafío, y para hacerlo es imprescindible comprender la respuesta a la siguiente
pregunta: ¿Qué nos detiene para lograr ser eficientes en la realización de acciones que
mitiguen el avance del cambio climático?

1. Intereses Económicos:
Rara vez los intereses propios de ciertos sectores de las sociedades no representan un
obstáculo al momento de tomar o declinar decisiones que plantean un cambio en los modelos
de desarrollo, producción y consumo, así pues hay ocasiones en donde estos intereses
intentan sobreponerse a tratados, leyes y/o decretos, principalmente porque el
reconocimiento y aplicación de tales normas ponen en riesgo un status quo favorable para
sus utilidades personales inmediatas, pero sumamente perjudicial para el bienestar de las
generaciones presentes y futuras. El caso del medioambiente no es la excepción, como
tampoco lo fue para los pueblos indígenas bajo la jurisdicción del Estado chileno a comienzos
de este año cuando vieron en peligro el único instrumento jurídicamente vinculante que trata
con precisión sus derechos sobre áreas como salud, educación, identidades culturales, tierras
y territorios, recursos naturales y defensa del medioambiente: el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT)14. Este acuerdo suscrito por Chile el 2008
explícitamente reconoce las aspiraciones de los pueblos indígenas de asumir sus propias
instituciones, formas de vida y desarrollo económico, además de exigir consultas obligatorias

14
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT). Convenio Núm. 169 de la OIT sobre
Pueblos Indígenas y Tribales: Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
[en línea] Edición conmemorativa. Perú. 2014 [consulta 18 de julio de 2018]. Disponible en:
http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_345065.pdf

10
e instancias de participación para que los pueblos indígenas sean considerados al momento
de crear políticas que les afectan en algún grado. Sin embargo, algunos sectores empresariales
ven en este mecanismo garante de derechos una gran limitación hacia sus potenciales
actividades económicas en lugares patrimoniales. Por lo que instan su denuncia
(procedimiento mediante el cual el Convenio puede volverse inválido) arguyendo razones
como que las consultas indígenas retrasan el desarrollo del país, específicamente en regiones
como la Araucanía. Vale decir que este asunto está íntimamente relacionado con el desarrollo
sostenible y el combate del cambio climático, de tal modo que la Declaración de Río15
contempla la participación de los pueblos indígenas como un elemento central:

“PRINCIPIO 22: Las poblaciones indígenas y sus comunidades, así como otras
comunidades locales, desempeñan un papel fundamental en la ordenación del
medio ambiente y en el desarrollo debido a sus conocimientos y prácticas
tradicionales. Los Estados deberían reconocer y apoyar debidamente su
identidad, cultura e intereses y hacer posible su participación efectiva en el logro
del desarrollo sostenible.”

Por consiguiente, la mera pretensión de desconocer el Convenio 169 por el actual gobierno
de Sebastián Piñera afecta directamente las políticas relacionadas con la mitigación del
cambio climático, en tanto deja un peligroso resquicio para que tanto derechos ancestrales
como el derecho constitucionalmente consagrado a vivir en un medioambiente limpio puedan
ser vulnerados. Es en este ejemplo se demuestra que el derecho sirve como un factor de poder
para los desposeídos, es decir los indígenas que han sido estigmatizados desde tiempos
remotos por diferentes cualidades que se les atribuye arbitrariamente y las cuales son
discriminadoras y dan cuenta de una mentalidad que normaliza la violencia, se valen del
derecho para poder garantizar sus intereses.

Entretanto es ineludible referirnos al concepto de rutas o vías de desarrollo, que lo


entendemos según el IPCC como “los caminos nacionales que surgen de decisiones
fragmentadas tomadas por numerosos actores privados y agencias públicas dentro de

15
Declaración Río. Ob. cit., p 6.

11
variados marcos institucionales del Estado, mercados y sociedad civil” 16, de lo cual podemos
inferir que no hablamos necesariamente de políticas integradas. Sin ir más lejos es posible
enunciar que las decisiones más importantes relacionadas con transporte, industria, energía
y uso del suelo, regularmente no satisfacen las necesidades de la contingencia climática, sino
que más bien son las acciones indirectas las de mayor contribución, lo cual sucede sin
distinción entre países. Pues si bien usualmente se tiende a pensar que los países desarrollados
gracias a sus industrias altamente contaminantes, valga mencionar naciones y comunidades
como China, Estados Unidos, India, Rusia y la Unión Europea, que en conjunto emitían el
73% de los gases de efecto invernadero, son quienes se enfrentan a la falsa disyuntiva de
optar por abandonar sus tradicionales modelos de desarrollo e invertir en pos de un desarrollo
sostenible o continuar de la misma manera sin importar las consecuencias a largo plazo sobre
el medio. Mientras que en el caso de los países en vías de desarrollo, se cree que están
prácticamente condenados a desarrollarse de la forma tradicional y “menos costosa” que
simultáneamente es la más contaminante.

Lo cierto es que no es tan simple como se cree, en primer lugar cabe recordar los resultados
del Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono firmado en
el año 1987 por 197 países comprometidos a desarrollar políticas de gestión para controlar el
consumo y producción de las sustancias que reducen la capa de ozono y sus respectivos
sistemas de licencia, una acción fiscalizadora que no requiere de desmesuradas inversiones,
sino más bien de un marco institucional estable que permita concretar los objetivos. El éxito
del acuerdo fue tal que a la fecha se han eliminado gradualmente el 98% de las principales
sustancias que reducen la capa de ozono en todo el mundo, en comparación con los niveles
de 1990 y se espera que las sustancias remanentes sean eliminadas progresivamente en el
curso de los siguientes 15 años.17 Mientras que por otra parte, hay evidencia histórica que
comprueba la inexistencia de un vínculo causal entre emisiones más bajas y menor
crecimiento económico, uno de los mitos más influyentes en la aplicación de políticas
medioambientales. Tal es el caso de Brasil, país que en las últimas dos o tres décadas ha
emprendido programas y medidas para mitigar los problemas económicos y ambientales, los

16
INFORME IPCC: Grupo III. 2006. [consulta: 13 de julio de 2018]. Disponible en:
https://www.ipcc.ch/publications_and_data/ar4/wg3/en/ch12s12-3-1-1.html
17
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Ob. cit., p 54.

12
que incluyen mejoras en el suministro de energía, políticas de incentivos fiscales específicas,
como por ejemplo las que fomentan la producción de automóviles baratos de motor pequeño
para permitir que la industria aumente la producción (y además cree más empleos mientras
aumenta las ganancias) y lograr que los autos sean más accesibles para los sectores de la
población con menores ingresos. Estas políticas han provocado una disminución
considerable en las emisiones de dióxido de carbono, mostrando que solo en el año 2000,
alrededor del 11% de las emisiones de CO2 del uso de energía en Brasil se han reducido en
contraste con lo que se habría emitido si no se hubieran aplicado los programas mencionados.

No obstante, es indispensable entender que las vías de desarrollo no son una especie de
fórmula preexistente que debe seguirse al pie de la letra ni un conjunto de decisiones de los
gobernantes, por el contrario se trata de descubrimiento, innovación y evolución liderado por
todos los sectores claves de las sociedades, como sucedió con Brasil que sin buscar de manera
directa disminuir sus emisiones lo logró mediante la búsqueda de nuevas vías de desarrollo.

2. Políticas medioambientales latinoamericanas

América Latina y el Caribe, son particularmente vulnerables ante el cambio climático debido
a su ubicación geográfica y la dependencia de recursos naturales para actividades económicas
y medios de vida. Probables impactos claves en la región por alrededor del año 2050,
incluyen el colapso pronosticado de una porción significativa del bioma de los arrecifes de
coral en el Caribe, la desaparición de la mayoría de los glaciares por debajo de los 5000m en
los Andes, la probabilidad de cierto grado de sabanización en la cuenca del Amazonas,
reducción en rendimientos agrícolas de muchos cultivos básicos, aumento de inundaciones,
mayor exposición a enfermedades tropicales, desestabilización del ciclo hidrológico en
cuencas principales, y la intensificación de eventos climáticos extremos.

Sin embargo, América Latina y el Caribe es una región líder en conservación marina, ya que
varios países de la región están protegiendo millones de kilómetros cuadrados de mares en
algunas de las zonas más mega diversas del planeta, lo que se traduce en que se están tomando
medidas debido a la preocupación existente en la zona sobre el medio ambiente y
probablemente por caer en cuenta de que se encuentran en una situación de riesgo mayor en
comparación a otros lugares del mundo.

13
Las áreas marinas protegidas son una de las mejores herramientas para salvaguardar la salud
de nuestros océanos y detener la sobrepesca, la contaminación y la acidificación. Producen
beneficios ecológicos, pero también grandes ganancias socioeconómicas. Los estudios
demuestran que un solo tiburón martillo de los que se avistan en la Isla del Coco, en Costa
Rica, genera hasta 1,6 millones de dólares a lo largo de su vida gracias al turismo.

En el mundo existen más de 15.300 zonas marinas protegidas, que abarcan una extensión de
26,3 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a 7,2 % de la superficie oceánica total,
según los datos más recientes del informe Protected Planet.

La Meta 11 de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica establece que los países
deben proteger al menos 10 % de sus zonas marinas y costeras antes de 2020. Brasil, México,
Chile y Colombia son algunas de las naciones de la región que ya han superado esta meta.

Lamentablemente hoy en día, más de la mitad de los 300 millones de toneladas de plástico
producidos anualmente se destina a bienes desechables. La tercera parte es material de
empaque, es decir, bolsas plásticas o envoltorios, las cuales generalmente son desechadas
después de un solo uso. Bolsas de supermercado, pajillas y botellas de agua, entre muchos
otros artefactos, terminan en los rellenos sanitarios, donde no se degradan, o llegan hasta los
ríos y mares con consecuencias devastadoras. En el 2050, se predice por los científicos
expertos, el peso de los plásticos caídos en el mar superará el de los peces donde ya hay 663
especies de animales afectadas por la ingestión de plástico o por los efectos de enredarse en
artefactos hechos con ese material.

En la lucha contra los plásticos de un solo uso se destacan los avances de políticas nacionales
contra este material. Se consumen 5 billones de bolsas de plástico en el mundo cada año, lo
que equivale a casi 10 bolsas de plástico por minuto, de continuar esta tendencia se prevé que
para el 2030 el mundo produzca 619 millones de toneladas de plástico por año, mientras que
la contaminación por este material amenazan la biodiversidad marina, la seguridad
alimentaria y la salud humana. Para esto, las acciones de los gobiernos son cada vez más
audaces, creando impuestos y prohibiciones gubernamentales, las cuales planificados y
aplicados correctamente, son una de las estrategias más eficaces para limitar el uso excesivo
de productos plásticos desechables.
14
La ONU destacó en ese contexto las medidas tomadas en la región por Chile, Colombia,
Panamá, Costa Rica para restringir el uso de bolsas de plástico, además instó a tomar medidas
contra el uso de bolsas plásticas, como parte del desafío global por reducir y acabar con la
contaminación de los océanos que se incrementa cada año.

Como medidas en concreto llevadas a cabo en el Caribe y América Latina, Antigua y Barbuda
fue el primer país del hemisferio en prohibir las bolsas de plástico, en 2016. Colombia
prohibió también en 2016 la circulación de bolsas plásticas de pequeño tamaño y en 2017
aplicó un impuesto a bolsas de mayor tamaño. Ecuador se unió a la corriente contra el plástico
y dictó medidas para restringir el uso de sorbetes, bolsas y botellas desechables en las islas
Galápagos. Su objetivo: que el archipiélago sea una zona libre de plásticos, demostrando el
interés de la zona por proteger su ecosistema adoptando este tipo de medidas que, si bien son
nacionales, generan un impacto enorme no solo en cantidad de desechos de plástico, sino
también en la formación de una cultura más consciente de su responsabilidad con el medio
ambiente.

A nivel país, por otra parte, también se han desarrollado diversas medidas mitigadoras del
calentamiento global, las cuales representan un deber del Estado bajo el Artículo número 19
de la constitución.

“La Constitución asegura a todas las personas: … Nº 8.- El derecho a vivir en un


medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este
derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza.”

Para lo cual, Chile pertenece al Protocolo de Kioto:

“La firma de este documento responde a una inquietud surgida en la década de


los ochenta, cuando los científicos dan a conocer estudios que preveían un
posible cambio climático permanente e irreversible a escala mundial producto
del aumento de los llamados "Gases de Efecto Invernadero"”… “El objetivo de
esta Convención es estabilizar las concentraciones de los Gases de Efecto
Invernadero en la atmósfera a un nivel tal que ya no existan interferencias
antropógenas significativas en el sistema climático. Dicha estabilización deberá

15
realizarse con una gradualidad tal que permita a los ecosistemas adaptarse a los
cambios previstos, así como también evitar que el nivel del Cambio Climático
impida un desarrollo económico sustentable o comprometa la producción
alimenticia.”. 18

Comprometiéndose así a garantizar la promoción del desarrollo sustentable, y asumiendo la


responsabilidad internacional de estabilizar las concentraciones de gases de invernadero, para
lo cual ha debido implementar distintas medidas que aunque sean locales, significan una gran
diferencia a largo plazo. Este desarrollo sustentable depende de que el desarrollo económico
sea compatible con los ODS de la ONU, en especial de que estos esfuerzos concuerden con
la protección de los recursos naturales con la intención de garantizar el acceso de estos
recursos a las futuras generaciones.

En general, los índices de desarrollo sustentable muestran que Chile se encuentra mejor que
los otros países de la región y se encuentra avanzando hacia un estado más sostenible. Existe
un índice que mide el desempeño medioambiental de los países en dos áreas de políticas
importantes: la protección de la salud humana de los daños ambientales y la protección de
ecosistemas y según esto, Chile se encuentra en el puesto número 29, quedando así como uno
de los países mejores clasificados de Latinoamérica .

Sin embargo, en los últimos 30 años Chile ha aumentado considerablemente sus emisiones
de dióxido de carbono. En 1980 cada chileno producía en promedio 2.3t de CO2 mientras
que en 2011 esta cifra fue de 4.6t, cifra que lo ubica junto a Argentina como uno de los países
más contaminantes en Sur América. Si bien existen esfuerzos importantes para aumentar el
uso de energías renovables, estas no son masivas y su uso sigue siendo muy mínimo. Desde
el año 2005 el país pasó de poseer reservas ecológicas a encontrarse en una situación de
déficit ecológico, dejando en evidencia que a este ritmo es improbable que exista un
desarrollo sustentable en Chile. El desarrollo económico está manteniendo mayor poder que

18
CONFERENCIA DE LAS PARTES. Ob. cit., p. 3.

16
el derecho de los ciudadanos de vivir en un ambiente libre de contaminación y agotando
velozmente la riqueza ambiental del país.

Una iniciativa impulsada por el gobierno de Bachelet fue un proyecto que prohíbe bolsas
plásticas en comunas costeras, lo cual se pretende aplicar en 102 municipios y así acelerar la
lucha contra la contaminación oceánica. El Ministerio de Medio Ambiente establecerá un
estándar riguroso para certificar la biodegradabilidad.

"La reducción de residuos plásticos arrojados al mar es una tarea que sólo sacaremos adelante
si todos cambiamos nuestros comportamientos y en toda la cadena: producción, consumo,
comercio, manejo de residuos, fiscalización y, por supuesto, educación", dijo Bachelet en su
discurso.

Al día de hoy son 55 municipios los que han aplicado algún tipo de regulación a este respecto.
No obstante, existe un impedimento para que las municipalidades puedan, a través de
ordenanzas, prohibir la entrega de bolsas plásticas: la Contraloría ha señalado que dicha
medida debe ser establecida por una norma de rango legal.

"Es una oportunidad para que todos los ciudadanos colaboremos para revertir el daño
ambiental, para que todos podamos ser parte de un cambio positivo"19 dijo Michelle Bachelet.

El primer Plan de Acción Nacional de Cambio Climático que planteaba acciones a tomar
entre los años 2008 y 2012 avanzó muy lentamente llegando a concretar aproximadamente
la mitad de las acciones, lo cual no deja de ser significativo. Dentro de los sectores con mayor
progreso destaca especialmente el sector silvoagropecuario con una mejora en el uso del agua
para el riego, además la información disponible para concientizar sobre el cambio climático
y sus consecuencias es mayor y de más fácil acceso que la que había antes del Plan.

19
COOPERATIVA.CL, 2017. Bachelet firmó proyecto que prohíbe bolsas plásticas en comunas costeras. [en
línea] Cooperativa en Internet. 25 de octubre de 2017.
<https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/medioambiente/institucionalidad/bachelet-firmo-proyecto-que-
prohibe-bolsas-plasticas-en-comunas-costeras/2017-10-25/134905.html> [consulta: 4 de julio de 2018]

17
El Plan de Acción Nacional de Cambio Climático20 para el periodo 2017-2022 considera
ejes de acción para la adaptación a través de una constante evaluación y monitoreo del
impacto del cambio ambiental a los sistemas humanos, un eje de mitigación que se verá
efectuado con la implementación de políticas públicas que buscan cumplir con los
compromisos tomados por el país para reducir la emisión de gases de efecto invernadero
actuando en un enfoque por sectores (Transporte, Energía, Residuos), fortalecer el marco
legal e institucional con respecto al cambio climático, el marco legal fortalecido buscará
asignar responsabilidades específicas a los actores del sector privado, público, sociedad civil.
También se configura una estrategia que permitirá el desarrollo y transferencia de
tecnologías, tanto en el sector público como en el privado y finalmente aplicar una gestión
de cambio climático a un nivel regional y comunal, la cual permitirá abordar el problema de
manera local. La especialización por sectores acompañados de una renovación (y en algunos
casos reestructuración) de las instituciones será la piedra angular de este plan de mitigación
que buscará garantizar el compromiso de Chile a afrontar el calentamiento global.

3. Efecto social

El calentamiento global afecta a la población, principalmente a quienes tienen menos


recursos, incrementando la pobreza extrema, debido a distintas circunstancias que los hacen
ser más vulnerables a estos fenómenos climáticos, como lo es lugar donde viven, su
condición de pobreza y la nula capacidad de recuperarse luego de sufrir los daños provocados
por desastres naturales, continuando este ciclo, a medida que los efectos del cambio climático
se agravan, más complejo se vuelve huir de la pobreza. Otro de estos efectos, se refleja en el
ámbito de la salud, indicando las proyecciones de la OMS que entre el 2030 y 2050 habrá
250.000 defunciones adicionales cada año debido a afecciones ocasionadas por el
calentamiento global; tales como malnutrición, paludismo, diarrea y estrés calórico. Por otro
lado, también se estima que los costos de los daños directos a la salud hasta el 2030 se sitúan
entre 2000 a 4000 millones de dólares.

20
http://portal.mma.gob.cl/wp-content/uploads/2017/07/plan_nacional_climatico_2017_2.pdf

18
Ante esto se han intentado aplicar diversas medidas, como el impuesto al carbono con el
propósito de obtener ingresos de las empresas contaminantes y desincentivarlas a seguir
produciendo grandes cantidades de carbono, por otro lado, crear acciones en pos del bienestar
de personas vulnerables ofreciéndoles créditos fiscales sobre acción climática o reducción de
tributos o también la eliminación gradual de subsidios de combustibles fósiles.

4. Conciencia individual

Como podemos notar, las medidas llevadas a cabo por las autoridades han sido, en general,
indicativas, prohibitivas, o sancionadoras hacia las empresas, estados u organismos de gran
tamaño, sin embargo, ¿Quiénes son, de forma concreta, los individuos que han generado el
incremento de este problema de carácter global?, la respuesta parece bastante obvia: todos
los seres humanos. Todos y cada uno de nosotros somos agentes contaminadores de forma
individual, ya sea directa o indirectamente le causamos daño al planeta, incrementando los
niveles de gases tóxicos por las acciones que realizamos cada día, por lo tanto, ¿Cómo sería
la forma más efectiva de frenar tanto daño que hemos hecho como sociedad al planeta en que
vivimos?, ¿Por qué no le tomamos el peso, de forma individual para luego actuar
colectivamente y así enfrentar el gran problema medioambiental?, la respuesta que
planteamos a tal interrogantes es la falta de educación y déficit de información por parte de
la gran mayoría de la población.

Es sabido que el calentamiento global es uno de los grandes problemas del milenio, no
obstante gran cantidad de la población mundial desconoce los alcances significativos que
este tiene y lo graves problemas que está hoy en día está ocasionando, dado que la
información sobre esto no es entregada correctamente de forma igualitaria para todos, sino
que es una población reducida en comparación a la población total mundialmente hablando,
impidiendo así, como sociedad, lograr reconocer la magnitud de los efectos que este
fenómeno conlleva y actuar para generar un cambio.

Hoy en día no es un tema que preocupe al ciudadano común, no es un tema que movilice
masas como lo son otros movimientos sociales, ni tampoco tema de especial interés para las
autoridades, sino que por el contrario, la población preocupada sobre esto es extremadamente

19
reducida. No obstante, el pequeño avance a nivel personal que representa la “cultura el
reciclaje” puede significar grandes cambios.

Si se logra comprender que la única forma para generar un cambio es partiendo de lo


individual a la acción colectiva, debería dársele mayor relevancia al rol que cumple cada uno
de forma particular en esta sociedad, y la educación ambiental debería vincularse con la
legislación y políticas de gobierno. Sin embargo los individuos son dejados de lado y no es
el punto de enfoque de las autoridades el educar y concientizar a la población sobre el medio
ambiente; de las causas de sus actos poco amorosos a este, las posteriores consecuencias y
cómo prevenirlas. Es necesario concientizar a cada persona, porque cada uno es importante
para generar un cambio, así avanzar a una cultura del reciclaje que fomente una cultura más
humanitaria. Hay muchas políticas y opciones individuales que pueden reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero y reportar importantes beneficios colaterales para la salud.
Por ejemplo, el fomento del uso seguro del transporte público y de formas de desplazamiento
activas (a pie o en bicicleta como alternativa a los vehículos privados), podría reducir las
emisiones de dióxido de carbono y la carga que supone la contaminación del aire en las
viviendas y la contaminación atmosférica, que cada año provocan unos 4,3 millones y 3,7
millones de defunciones, respectivamente. La sugerencia está en convertir estos hábitos para
ciertas personas, las cuales se podrían considerar incluso como normas consuetudinarias, en
leyes, vale decir que luego de que una cultura del reciclaje se convirtió en hábitos para cierto
grupo de la población y en una forma de normas dadas por reglas de conducta que se basan
en la costumbre, esta costumbre sea tomada en cuenta y se convierta en costumbre jurídica
para luego, dado las circunstancias monopolísticas políticas en las que nos encontramos
donde la ley es el principal instrumento que es objeto de regulación, se conviertan en leyes
que nos regulen como sociedad.

El nuevo plan de trabajo aprobado por la Asamblea Mundial de la Salud aprobó uno de la
OMS en materia de cambio climático y salud. Dicho plan incluye la concienciación, es decir,
proporcionar y difundir información sobre las amenazas que plantea el cambio climático para
la salud humana y las oportunidades de fomentar la salud reduciendo las emisiones de
carbono. Las personas de todo el mundo deberían tener la oportunidad de desarrollar el
conocimiento y las habilidades que necesitan para construir un futuro sostenible. Sin

20
embargo, esto no ha producido grandes cambios sociales, por lo que no ha logrado ser
eficiente en su finalidad.

21
Conclusión

Se logra comprender que a pesar de que existen medidas tanto mundiales, como continentales
y locales, estas son ineficaces debido a la magnitud de los daños ya ocasionados en nuestro
planeta, para lo cual, se hace casi imposible la creación de normas, convenios, leyes o
cualquier tipo de medida formal que propicie el retroceso del daño que ya está hecho, sino
solamente es posible crear medidas para intentar no generar nuevos deterioros o disminuirlos
al máximo.

Se hace evidente que existen diversos factores de poder en la realización de estas medidas,
no obstante, la urgencia de estas es de igual manera para cada habitante del planeta, ya que,
sea de forma directa o indirecta, afecta. También se puede afirmar que el recorrido de estos
ODM ha sido una trayectoria de progresos y obstáculos que nos estancan, ya que se han
conseguido importantes éxitos, pero también ha habido otros puntos en los que claramente
se ha fracasado. Los nuevos desafíos en cambio, parecen actuar de forma más astuta y
adaptada a las condiciones de vida actuales, ya que son más específicos y establecen además
de las metas, mecanismos mediante los cuales estos intentarán cumplir los ambiciosos
objetivos que poseen.

Al considerar el derecho como producto social, el cual va mutando y cambiando gracias a las
reglas de conducta que presentan los individuos en una comunidad, se logra apreciar que las
diversas medidas tomadas por las autoridades se adaptan según las necesidades de la
sociedad, por lo tanto, es altamente probable que estas medidas actualmente existentes varíen
y puedan ser tanto derogadas como actualizadas.
Gracias a los diversos intereses económicos que obstaculizan las medidas o minimizan sus
impactos, la escasa educación medioambiental con un enfoque hacia el desarrollo sostenible,
el desinterés por apoyar a las personas más vulnerables y la implementación de medidas que
no van a la misma velocidad del cambio climático, podemos concluir que hacen falta
compromisos reales por parte de las naciones que garanticen mecanismos efectivos de
cumplimiento, como por ejemplo el establecimiento de sanciones significativas a la empresas
que incumplan las restricciones de emisión de gases contaminantes, por lo tanto es necesario
crear y/o aplicar marcos normativos estrictos en cuanto a políticas medioambientales, pues

22
mientras más lento es el avance contra el calentamiento global, más rápido percibimos sus
devastadores efectos.

23

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