Professional Documents
Culture Documents
Noah Rosenblatt-Farrell
En una entrevista realizada por el diario The New York Times en 1945, Alexander Fleming,
quien obtuvo ese año un Premio Nobel por su descubrimiento de la penicilina, advirtió que
el abuso de dicho fármaco podría ocasionar que se seleccionen bacterias resistentes.
La cura es el catalizador
Los antibióticos combaten a las bacterias mediante diversos mecanismos. Las penicilinas,
las cefalosporinas, las carbapenemas y la vancomicina matan a las bacterias dañando o
inhibiendo la síntesis de las paredes celulares bacterianas. Otros antibióticos actúan
mediante efectos sobre el ADN o el ARN bacteriano (quinolonas y rifampina), las proteínas
(aminoglicoides, cloranfenicol, tetraciclinas y antibióticos macrólidos) o el metabolismo
(trimetoprima y sulfonamidas).
Se dice que las bacterias tienen una "resistencia intrínseca" a un antibiótico cuando sus
características normales las vuelven inmunes al mecanismo de efecto del antibiótico. La
resistencia intrínseca no se ve afectada por el abuso de los antibióticos. De hecho, es
valiosa para determinar cuál antibiótico será el más eficaz en contra de determinado
microbio. Por ejemplo, la membrana exterior de las bacterias Gram negativas las vuelve
relativamente impermeables a los compuestos hidrofóbicos tales como los antibióticos
macrólidos, confiriendo así una resistencia intrínseca a estos fármacos. Algunas bacterias
pueden también utilizar estrategias temporales en las que diferentes genes se expresan o
se suprimen para permitir la supervivencia en presencia de los antibióticos, y los patrones
de expresión regresan a la normalidad una vez que ha pasado la amenaza que representan
esos fármacos en particular.
Por el contrario, las bacterias pueden adquirir resistencia a un antibiótico, adoptando una
nueva característica a través de la mutación de genes o de la transferencia de material
genético entre las bacterias. Las características adquiridas que pueden volver a las
bacterias resistentes a un antibiótico incluyen cambios en la membrana bacteriana que
evitan que los antibióticos entren en la célula. Las bacterias también pueden utilizar enzimas
para descomponer los antibióticos, o pueden emplear "bombas de eflujo" para eliminar los
antibióticos por completo o reducir su concentración por debajo de los niveles de eficacia.
Si una bacteria es capaz de desempeñar más de una de estas funciones, puede ser
resistente a más de un tipo de antibióticos, lo que da como resultado una resistencia
multifármacos, según escribió P. M. Bennett en el número de marzo de 2008 del British
Journal of Pharmacology. Al mismo tiempo, la posesión de incluso una sola forma de bomba
de eflujo puede dar lugar a la exportación de -y protección contra- más de una forma de
antibióticos, lo cual también confiere una resistencia multifármacos, añade David McDowell,
profesor de ciencias alimentarias de la Universidad de Ulster.
Las mutaciones son relativamente raras; ocurren únicamente en 1 evento por cada 107-1010
bacterias, según una reseña de Michael R. Mulvey y Andrew E. Simor en el número del 17
de febrero de 2009 del Canadian Medical Association Journal. Como un ejemplo, Mulvey y
Simor señalaron la resistencia a la isoniazida en Mycobacterium tuberculosis. "Esta forma
de resistencia no es transferible a otros organismos", escribieron. "La posibilidad de que
ocurran múltiples mutaciones de resistencia en un solo organismo es igual al producto de
las probabilidades individuales de aquéllos. Estos son los motivos detrás del uso de la
terapia combinada para el manejo de la tuberculosis."
Un buen ejemplo
Es más, la colonización con MRSA puede persistir aun después de varios años. En un
estudio reportado en el número del 1 de abril de 2009 de Clinical Infectious Diseases, Ari
Robicsek y colaboradores examinaron a 1 564 pacientes después de que fueron
identificados como MRSA-positivos y después se les realizaron nuevas pruebas durante un
periodo de cuatro años. Después de un año, 48.8% de los pacientes todavía estaban
colonizados con MRSA. Después de cuatro años, 21.2% seguían estando colonizados. La
lección por aprender, según los autores, es que "incluso al cuarto año después de un
resultado positivo de un cultivo clínico, el riesgo de colonización de MRSA no decrece al
nivel del de la población general de pacientes."
Hallado en la fauna
Y existe evidencia de que las bacterias resistentes a los antibióticos están viajando a
grandes distancias. En el número de enero de 2008 de Emerging Infectious Diseases, Maria
Sjöland y colaboradores documentaron una presencia inesperadamente elevada de
Escherichia coli resistente a fármacos en la fauna del Ártico. En otro estudio reciente,
publicado en el número de marzo de 2009 de FEMS Microbiology Ecology, Julie M. Rose y
colaboradores tomaron 472 aislamientos bacterianos de vertebrados de las aguas costeras
del noreste de Estados Unidos, incluyendo mamíferos marinos, tiburones y aves, y
encontraron que 58% demostraron resistencia a por lo menos un antibiótico, mientras que
43% eran resistentes a múltiples fármacos.
Las propias fábricas farmacéuticas pueden ser otra fuente de antibióticos que entran en el
ambiente. Como lo señala Meghan Hessenauer, científica ambiental de la Agencia de
Protección Ambiental de EU, las directrices para los desechos de la manufactura
farmacéutica están dirigidas hacia la descarga de sustancias químicas utilizadas en el
proceso de manufactura más que a la de ingredientes farmacéuticos activos. Esto, dice,
significa que "no hay una regulación y no hay límites para los antibióticos en sí."
En el nivel doméstico, los estudios recientes han encontrado una correlación entre el
desecho de antibióticos y el surgimiento de la resistencia. En una investigación llevada a
cabo por Dean A. Seehusen y John Edwards y descrita en el número de noviembre-
diciembre del Journal of the American Board of Family Medicine, más de la mitad de los
pacientes encuestados habían desechado por el inodoro productos farmacéuticos
caducados o no utilizados. Sólo 22.9% reportaron haber devuelto a una farmacia los
medicamentos no utilizados, y aun menos de ellos habían recibido información de un
proveedor de atención médica sobre la manera adecuada de desechar los medicamentos.
En el número de diciembre de 2005 de EHP, Johnathan Bound y Nikolaos Oulvoulis
reportaron cifras similares tomadas de un estudio realizado en el Reino Unido en el que
sólo 21.8% de los encuestados devolvieron a la farmacia los medicamentos no utilizados.
Como ocurre con los animales de granja, los antibióticos pueden ser excretados por los
seres humanos en su forma activa original. Hasta 80% de la amoxicilina, por ejemplo, puede
ser excretado sin alteración a través de la orina. En el número de octubre de 2000 de
Antimicrobial Agents and Chemotherapy, por ejemplo, Niels Høiby y colaboradores
reportaron que la excreción de ceftriaxona y cef-tazidima en el sudor "puede haber
contribuido considerablemente a la actual selección y propagación del MRSA a nivel
mundial." Cuando los antibióticos excretados llegan a las plantas de tratamiento de aguas
negras, no necesariamente son eliminados del agua, como tampoco lo son las bacterias
resistentes a los antibióticos. En el número de diciembre de 2005 de The Journal of General
and Applied Microbiology, Xavier Violanova y Anicet R. Blanch reportaron haber hallado
bacterias resistentes a la vancomicina y a la eritromicina en el fango líquido y seco
proveniente de una planta de tratamiento.
Los investigadores aún están evaluando el impacto que pueden tener sobre la resistencia
a los antibióticos los desinfectantes y productos antibacterianos como el jabón para las
manos. En el número de abril de 2003 de Clinical Microbiology Reviews, Peter Gilbert y
Andrew J. McBain escribieron: "Mientras que se ha señalado que la aplicación y el uso
regulares de los productos antimicrobianos para lavarse las manos provocan un cambio en
la flora de la piel, esto no ha sido asociado con fluctuaciones en la resistencia." Al año
siguiente, el Consejo del Foro Científico Internacional sobre Higiene Doméstica emitió una
declaración de consenso: "no hay evidencia de que el uso de los biocidas haya sido hasta
la fecha un factor significativo para el desarrollo de la resistencia a los antibióticos en la
práctica clínica; el abuso de los antibióticos ha sido el factor causativo más significativo."
No obstante, el consejo señaló que "es importante asegurarse de que los biocidas se
utilicen responsablemente como parte de una buena rutina de higiene en el ambiente
doméstico a fin de evitar la posibilidad de cualquier impacto sobre la resistencia a los
antimicrobianos en el futuro." De hecho, lo mismo se aplica a la higiene a nivel de la
comunidad. En el número de junio de 2004 de Ecotoxicology and Environmental Safety,
Richa Shrivastava informó que al parecer la cloración subóptima del agua tomada del río
Gomti en la India provoca la selección de Pseudomonas aeruginosa (un organismo
patógeno oportunista) con resistencia multifármacos.
Mientras tanto, es más fácil hablar de frenar el uso antibiótico que hacerlo. Dado que se
está dando una resistencia a la cefalosporina a ritmos alarmantes, el 3 de julio de 2008 la
FDA propuso retirar los usos no descritos en el prospecto de esta clase de antibióticos en
los animales productores de alimentos, lo cual significa que los granjeros ya no podían dar
legalmente a estos fármacos ningún otro uso que los indicados en el prospecto como
aprobados por la FDA. Sin embargo, el 25 de noviembre de 2008 esta dependencia retiró
la propuesta "para que la FDA considerara plenamente los comentarios" recibidos de
grupos tales como la Asociación Americana de Veterinarios de Porcinos (en inglés, AASV),
que argumentó que la prohibición estaba basada en datos no confirmados. Una noticia
publicada en el número de enero/febrero de 2009 del Journal of Swine Health and
Production de la AASV señala que "Parece ser... que dado el hecho de que los
antimicrobianos afectan a todas las bacterias susceptibles en el animal que está siendo
tratado, independientemente de si esa bacteria está o no incluida en el prospecto aprobado,
el enfoque más racional sería utilizar un producto aprobado para la especie [animal] que se
está tratando y no un producto etiquetado para una especie [animal] diferente."
Aun así, algunos estudios sugieren que la reducción del uso de los antibióticos al nivel de
una práctica médica individual está asociada a la reducción de la resistencia local a los
antibióticos. Por ejemplo, en el número de The British Journal of General Practice del 1 de
octubre de 2007, Chris C. Butler y colaboradores demostraron que la resistencia a los
antibióticos podía ser reducida eficazmente dentro de un periodo observable.
Específicamente, observaron una reducción total de la resistencia a la ampicilina (1% por
año) y a la trimetoprima (0.6% por año) en las prácticas que redujeron sus prescripciones
de estos fármacos. Si bien estos hallazgos son modestos, sugieren la posibilidad de lograr
una reducción sostenida de la resistencia, escribieron Butler y sus colegas, "preservando
[así] la reserva internacional de susceptibilidad a los antibióticos.
Los antibióticos son medicamentos utilizados para tratar padecimientos ocasionados por
diversas clases de bacterias, ya sea matándolas o deteniendo su reproducción. Neumonía
por neumococos, tuberculosis, sífilis, cólera, salmonelosis, gonorrea, entre muchas otras,
son enfermedades causadas por bacterias.
Las bacterias sensibles a un determinado antibiótico pueden volverse resistentes por una
mutación en sus genes o por la adquisición de genes de resistencia presentes en otro
microorganismo. Este es un proceso natural, que ha ido sucediendo desde hace mucho
tiempo. No obstante, el uso de los antibióticos –y sobre todo su uso indiscriminado– ha
acelerado este proceso.
Consulta más sobre el Día del Uso Responsable de los Antibióticos y sobre el trabajo que
realiza esta línea de investigación, dando click en este enlace.
Fuentes:
OMS, El primer informe mundial de la OMS sobre la resistencia a los antibióticos pone de
manifiesto una grave amenaza para la salud pública en todo el mundo, Comunicado de
prensa.
OMS, Aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
OMS, Resistencia a los antimicrobianos.
Entrevistas de Radio “Hacia un uso adecuado de los antibióticos”
En entrevista con Viva Salud Radio, la Dra. Anahí Dreser, investigadora del Centro de
Investigación en Sistemas de Salud (CISS), del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP),
habló sobre el “Uso y abuso de los antibióticos”.
Los antibióticos son medicamentos que se utilizan para tratar infecciones causadas por
bacterias. Son diferentes a otros medicamentos como los antivirales y antiparasitarios, que
también sirven para tratar infecciones, pero causadas por otros organismos como parásitos
y virus.
“La mayor parte de los síntomas a través de los cuales reconocemos tener una infección y
acudimos al médico, son causados por virus, de manera que el consumo de antibióticos no
traerá consigo efecto benéfico alguno; por el contrario, utilizar antibióticos para tratar
infecciones de tipo viral o parasitario se traduce en un gasto innecesario y en un riesgo para
la salud”, advirtió la investigadora.
De acuerdo con un estudio del Instituto Mexicano del Seguro Social elaborado por la Dra.
Hortensia Reyes en la década de los 90 del siglo pasado, el 11% del gasto en
medicamentos se desperdicia en antibióticos administrados innecesariamente. En materia
de riesgos para la salud, el uso indiscriminado de antibióticos puede generar reacciones
adversas: “en México, el 40% de todas las reacciones adversas a medicamentos que llegan
al hospital, incluidas medicinas para el corazón, el cáncer o la diabetes, son producidas por
antibióticos”, aseguró la especialista del INSP. Las reacciones adversas pueden ser graves
o leves: diarrea, entre 5 y 20%;, reacciones dermatológicas graves, en un 2%; 1 de cada
mil tendrá una reacción que le haga llegar al hospital, y uno de cada cinco mil podría tener
un shock anafiláctico y poner en riesgo su vida.
De acuerdo con la Dra. Dreser, existen medicamentos de venta libre (OTC), que se pueden
comprar sin receta y tienen un riesgo menor si son utilizados de forma correcta. No
obstante, el 80% de los medicamentos en México y el mundo corresponden al grupo de
medicamentos que son vendidos sólo con prescripción médica. Los antibióticos se
encuentran en este grupo, por lo que su uso conlleva un riesgo mayor y deben ser
administrados bajo supervisión médica.
Finalmente, la Dra. Dreser habló de la resistencia bacteriana, fenómeno por el que bacterias
desarrollan mecanismos de resistencia hacia los antibióticos como consecuencia del abuso
en el consumo de medicamentos; “su uso razonable, por tanto, es fundamental para la salud
pública”.
25/07/2013
Iñaki Comas Espadas
RESUMEN
Desde el punto de vista de las intervenciones en salud pública no hay mejor arma que
aquella que permite prevenir la transmisión o aparición de la enfermedad. Dentro del campo
de las enfermedades infecciosas las vacunas se han convertido en esa arma y han
permitido controlar muchas de ellas. Hoy en día hay un gran número de enfermedades
infecciosas emergentes para las que no existen vacunas o enfermedades olvidadas que
están reemergiendo. Nuevas vacunas se están desarrollando para atacar a los patógenos
que están relacionados con ellas. Sin embargo, y a pesar de la importancia del diseño de
una buena vacuna, la diversidad genética de los patógenos no se ha tenido siempre en
cuenta. El estudio de dicha diversidad puede darnos indicaciones de cómo el patógeno se
adapta a la presión del sistema inmune y qué parte de la respuesta inmune es beneficiosa
para el hospedador y qué parte para el patógeno. Entender dicha relación permitirá predecir
cuán eficaz y universal puede ser una vacuna y ayudará a diseñarlas mejor.
Las enfermedades infecciosas han sido una de las principales lacras de la humanidad.
Viviendo en el siglo xxi es difícil darse cuenta del impacto económico, político y militar que
han tenido en la historia. A los casos conocidos de las epidemias de viruela en el Nuevo
Mundo que llevaron a la muerte a un 25% de la población azteca en un solo año o la muerte
de veinticuatro millones de europeos durante los años de la peste negra hay que añadir
otros muchos episodios. El proyecto para el canal de Panamá fue inicialmente acometido
por Francia, que lo tuvo que abandonar debido en parte a la alta incidencia de la fiebre
amarilla y la malaria. De hecho, mientras los Estados Unidos de América lo construían, el
85% de los trabajadores del canal de Panamá fueron hospitalizados en algún momento
debido a estas enfermedades. Y la construcción del canal solo fue posible gracias a las
medidas de prevención contra los respectivos vectores que acababan de ser identificados
en Cuba en los años posteriores a la guerra con España. La mal llamada gripe española
mató al 3% de la población mundial entre 1918 y 1920, cinco veces más muertes que las
causadas por la Gran Guerra que acababa de terminar. Muchos historiadores culpan a
diferentes plagas del deterioro de muchas urbes del Imperio Romano y afirman que ello
contribuyó a la caída de este. De hecho, la llamada plaga antoniana (165-185 dC), cuyo
agente causante se desconoce (se especula que era la viruela), se cree que mató a cinco
millones de habitantes del imperio, mientras que la llamada plaga justiniana azotó al Imperio
¬Bizantino (541-542 dC). El mismo Napoleón hizo vacunar a todo su ejército contra la
viruela y alabó públicamente a Edward Jenner por el desarrollo de la vacuna a pesar de ser
ciudadano de un país enemigo.
«Muchos de los agentes causantes de las mayores epidemias fueron descritos en el siglo
XIX o principios del XX y su identificación llevó a una época de innovación en la prevención,
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades infecciosas»
Agencia SINC
El virus de la gripe estacional es del tipo H3N2. Sin embargo esto es así solo desde 1968,
cuando H3N2 desplazó al subtipo anterior (H2N2). Además muchos otros tipos de menor
frecuencia siguen circulando hoy en día (H1N1, H1N2).
En la Inglaterra del siglo xviii la versión bovina de la enfermedad era tan importante
económicamente como mortal lo era la versión humana. El trabajo con ambas llevó a
Edward Jenner a desarrollar y probar exitosamente la primera vacuna contra la viruela y de
la historia a partir de la versión bovina de la enfermedad. La vacuna no solo representó un
hito científico que abrió el camino hacia otros muchos sino que además supuso el inicio de
actuaciones de salud pública a gran escala, lo que convierte a la viruela en el mayor ejemplo
de erradicación de una enfermedad a partir de planes coordinados de vacunación masiva.
Ali Maow Maalin, en 1977, a la edad de 23 años, residente en Merca (Somalia), se convirtió
en el último caso oficial de viruela en el mundo y el primer gran éxito de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) en la erradicación de las enfermedades infecciosas. El éxito con
la vacunación de la viruela y en mayor o menor medida de enfermedades como la polio,
rubeola, parotiditis o la difteria no ha impedido, sin embargo, que todavía hoy muchas
enfermedades infecciosas sigan siendo comunes o hayan resurgido y nuevas
aproximaciones al desarrollo de vacunas se hagan necesarias.
«La vacuna contra la tuberculosis se convirtió involuntariamente en un experimento
de evolución que duró décadas. Sin embargo, no es efectiva contra la forma más
contagiosa y común de la enfermedad»
Aki Hänninen
Una posible causa del fallo en el diseño de vacunas es que para muchas de ellas no se ha
tenido en cuenta la diversidad genética del patógeno y su capacidad de adaptarse a nuevas
presiones de selección como son las vacunaciones o el uso de antibióticos. Desde el punto
de vista genético, los patógenos, al igual que las poblaciones humanas, no son
homogéneos, han acumulado cambios a lo largo de su historia evolutiva. Hay patógenos
con una alta diversidad genética, que incluso presentan tipos patógenos y no-patógenos,
como es el caso de Escherichia coli, y patógenos muy especializados con muy baja
diversidad, como es el caso de los bacilos de la lepra y la tuberculosis o la bacteria de la
peste. Algunos presentan un alto nivel de recombinación, por ejemplo Neisseria meningitidis
y algunos virus, mientras que otros son genéticamente monomórficos. En el contexto de las
vacunas esta variación preexistente debe ser tenida en cuenta, así como la capacidad del
patógeno de mutar y encontrar variaciones de escape a la acción del sistema inmune o de
la protección conferida por las vacunas. Todos estos aspectos relacionados con la
evolución del patógeno pueden afectar al desarrollo y a la universalidad de nuevas vacunas.
Para ilustrar el impacto de la evolución en el diseño de vacunas, vamos a ver dos ejemplos
muy diferentes: el caso de la vacuna de la gripe y el de la vacuna de la tuberculosis.
«El virus de la gripe estacional es ligeramente diferente cada año como resultado de
acumular variaciones de escape al sistema inmune. Eso hace que la vacuna recomendada
contra la gripe no pueda ser la misma cada año»
Los virus en general y los basados en ARN en particular son los típicos ejemplos de
organismos que evolucionan a tal velocidad que son capaces de encontrar soluciones a
muchos de los desafíos que les ponemos para prevenirlos y tratarlos. Sin embargo no son
solo sus altas tasas de mutación o de recombinación el secreto de su éxito, sino también
los grandes tamaños poblacionales, que les permiten encontrar las soluciones evolutivas
más óptimas con mayor rapidez. Dicha alta variabilidad tiene consecuencias directas en el
diseño de fármacos y vacunas para tratar o prevenir la infección. Un caso paradigmático,
quizá el más estudiado, es el de la vacuna usada cada año para la gripe estacional.
El reservorio natural para todos los virus de la gripe, ya sea esta estacional o epidémica,
son las aves. Los virus de la gripe que afectan a humanos son conocidos como tipo A y
generalmente son diferenciados en base a la combinación de dos de sus proteínas, HA
(hemaglutinina) y NA (neuramidasa). Dichas proteínas son reconocidas por el sistema
inmune, en otras palabras, son antígenos. Cada evento importante de recombinación que
ha generado nuevas combinaciones de estas dos proteínas ha llevado aparejado un cambio
radical en su antigenicidad, dando lugar a episodios pandémicos más o menos relevantes.
Esto es lo que ocurrió con el virus de 1918, que se estima mató a 50 millones de personas
globalmente y que comúnmente es conocido como el virus de la gripe española. Así, por
ejemplo, el virus de la gripe que nos afecta todos los años (también conocida como gripe
estacional) es del tipo H3N2. Sin embargo esto es así solo desde 1968, cuando H3N2
desplazó al subtipo anterior (H2N2). Además muchos otros tipos en menor frecuencia
siguen circulando hoy en día (H1N1, H1N2).
De lo expuesto anteriormente queda clara la gran capacidad del virus de la gripe para
generar diversidad antigénica. De hecho, atendiendo al mecanismo involucrado y sobre
todo a las consecuencias de la acumulación de dicha variación, se suele diferenciar entre
episodios de «deriva antigénica» y episodios de «desplazamiento antigénico» (Rambaut et
al., 2008). A los últimos me he referido ya y son los que generalmente llevan aparejados un
cambio radical en la composición antigénica del virus. Debido a que la población general
no ha sido expuesta anteriormente a dicha nueva combinación el resultado son pandemias
de mayor o menor gravedad. Históricamente se distinguen cinco grandes pandemias,
incluyendo la más reciente conocida como gripe A, producida por un virus tipo H1N1.
OMS/P. Virot
Como hemos visto en el caso de la gripe, la mayoría de patógenos de una manera u otra
acumula cambios en aquellas zonas o proteínas del genoma que son reconocidas por el
sistema inmune durante la infección. Dichas proteínas son conocidas como antígenos y los
cambios en ellos acumulados se asocian a la variación antigénica, que permite al patógeno
evadir las defensas humanas. Sin embargo, el caso de la tuberculosis es especial. Un
estudio basado en tecnologías de secuenciación masiva sobre un conjunto de cepas
representativas de la diversidad conocida del bacilo ha revelado que los antígenos, y
concretamente los fragmentos peptídicos reconocidos por el sistema inmune conocidos
como epítopos, están hiperconservados en Mycobacterium tuberculosis (Comas et al.,
2010). De hecho si se compara con los genes esenciales, genes que no se pueden eliminar
en el patógeno porque son necesarios para sobrevivir, los epítopos están igual o mejor
conservados y acumulan menos cambios aminoacídicos que los genes no-esenciales u
otras zonas no reconocidas por el sistema inmune. Sin embargo, por experimentos con
ratones sabemos que la respuesta inmune adaptativa y sobre todo la mediada por células
T CD4+ es esencial para contener la infección. ¿Por qué el bacilo de la tuberculosis no trata
de evadir dicha respuesta aprovechando cambios en la secuencia de sus epítopos? La
respuesta más sencilla es porque en el caso de la tuberculosis el patógeno necesita de la
respuesta inmune para transmitirse. La respuesta inmune permite al bacilo completar su
ciclo de infección, primero induciendo un estado de latencia y más tarde
sobrerreaccionando en el 5-10 % de los casos en los que la bacteria se reactiva. Es, de
hecho, la reacción inflamatoria parte de la causante del daño en los tejidos del pulmón que
son expulsados, junto con el patógeno, al estornudar, lo que les permite transmitirse. Este
ciclo vital indica que, si bien la respuesta inmune en parte beneficia al hospedador, también
parece que parte de esa reacción beneficia al patógeno. De hecho los pacientes VIH
positivos con bajos niveles de CD4+ presentan con más frecuencia formas
extrapulmonares, no transmisibles de la enfermedad, así como una menor carga bacilar en
el esputo. Esto indica que una correcta respuesta inmune es necesaria para contener la
infección en el pulmón en primer lugar y para la posterior transmisión en los casos en los
que la bacteria se reactiva de la infección latente.
Estos resultados permiten también entender por qué la eficacia de la vacuna BCG es tan
desigual, puesto que la forma bovina del bacilo a nivel genómico no es esencialmente muy
diferente del bacilo de la tuberculosis humana. De hecho es una bandera roja en el diseño
de vacunas que intenten usar algunos de estos epítopos hiperconservados, pues en parte
pueden favorecer al patógeno, no al hospedador. Por lo tanto, al contrario que otras
aproximaciones para el diseño de vacunas que buscan identificar las regiones más
conservadas del genoma (conocida como vacunología reversa), puede que, en el caso de
la tuberculosis y otras infecciones similares, deban ser buscados nuevos antígenos,
basados en regiones hipervariables del genoma, que reflejen una verdadera acumulación
de variación de escape en respuesta al sistema inmune. Estrategias similares a las usadas
por Mycobacterium tuberculosis para aprovechar parte de la respuesta inmune para
completar su ciclo vital han sido recientemente descritas para otros patógenos como el VIH
o Streptococcus pneumoniae.
Los dos casos analizados, así como otros muchos, llevan a una consideración esencial. En
un patógeno la variación existe y cuando se diseñan nuevas vacunas cabe preguntarse
varias cosas: ¿Cuál es la naturaleza de la variación preexistente? ¿Está dicha variación
unida a presiones selectivas inmunes o de vacunaciones? ¿Cuál es la capacidad del
patógeno de adaptarse ante nuevas presiones de selección? Respondiendo a estas
preguntas se podrán diseñar mejores vacunas a través de un mejor conocimiento de la
interacción del sistema inmune y el patógeno, lo que nos permitirá distinguir entre aquellos
elementos que forman parte de la respuesta inmune protectora frente a aquellas
interacciones que pueden beneficiar al patógeno.
BIBLIOGRAFÍA
Comas, I. y S. Gagneux, 2009. «The Past and Future of Tuberculosis Research». PLoS
Pathogens, 5(10): e1000600. DOI: <10.1371/journal.ppat.1000600>.
Comas, I. et al., 2010. «Human T Cell Epitopes of Mycobacterium tuberculosis Are
Evolutionarily Hyperconserved». Nature Genetics, 42(6): 498-503. DOI: <10.1038/ng.590>.
De Kruif, P., 1926. Microbe Hunters. Harcourt, Brace and Co. Nova York.
Nabel, G. J., 2013. «Designing Tomorrow’s Vaccines». The New England Journal of
Medicine, 368(6): 551-560.
DOI: <10.1056/NEJMra1204186>.
Rambaut, A. et al., 2008. «The Genomic and Epidemiological Dynamics of Human Influenza
A Virus». Nature, 453(7195): 615-619. DOI: <10.1038/nature06945>.
Iñaki Comas Espadas. Investigador de la Unidad de Genómica y Salud, Centro Superior de
Inves¬tigación en Salud Pública (CSISP-FISABIO), Valencia.
© Mètode 78, Verano 2013.
© Mètode 2013 - 78. La luz de la evolución - Verano 2013
Toxoides: son preparaciones derivadas de las toxinas secretadas por ciertas especies de
bacterias, las cuales son tratadas con formalina que elimina su toxicidad, sin afectar su
acción inmunizante específica. Los toxoides son muy efectivos en la prevención de difteria
y tétanos, enfermedades de efectos graves debidos a la acción directa de las toxinas.
Vacunas de sub-unidades virales: al igual que en el caso anterior, las vacunas están
compuestas por los antígenos importantes para la protección. Dos ejemplos lo constituyen
la vacuna contra la gripe (virus de la influenza), en la cual los antígenos importantes son la
hemaglutinina y la neuraminidasa y la vacuna contra la hepatitis B, en la que el antígeno
utilizado es el de superficie (HbsAg).
2. Mejora de la bioeficacia por medio del desarrollo de nuevos adyuvantes como los
derivados del muramil-dipéptido, lípido A, liposomas o complejos
inmunoestimulantes (ISCOM).
Todos estos avances deberán estar acompañados de los procedimientos necesarios para
asegurar el control y vigilancia de la seguridad y eficacia de las vacunas.
Vínculos.
- Programa de Vacunación Universal y Semanas Nacionales de Salud. Lineamientos
Generales 2016. Secretaría de Salud, Subsecretaría de prevención y promoción de la salud.
Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia.
- Philip D. Minor. Live attenuated vaccines: Historical successes and current challenges.
Review. Virology, May 2015;479–480:379-392.
- For parents: Vaccines for your children. CDC, 2016. Esquemas de vacunación, de acuerdo
a las prácticas en E.E.U.U.
Este diagrama muestra cómo diferentes virus de gripe intercambian material genético en
un proceso conocido como cambio antigénico.
National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID)
La selección natural ha precedido la evolución de los humanos, plantas y todos los seres
vivientes del planeta, y los virus no son la excepción; aunque, técnicamente, los virus no
vivan por sí solos (necesitan un organismo huésped con el fin de reproducirse), están
sujetos a las presiones de la evolución.
Tome por ejemplo un virus que muta de manera mortal para el huésped humano, quien
muere en unas cuantas horas después de infectarse. El problema con dicha adaptación es
que el virus tal vez no tenga la resistencia suficiente para transmitirse al siguiente huésped,
necesita uno nuevo y sano para que sus descendientes sobrevivan. Si mata al huésped
antes de que éste infecte a otros, el linaje del virus muere con él.
Una manera en que los huéspedes se defienden de un virus es por medio del desarrollo de
anticuerpos, los cuales se adhieren a las proteínas de la superficie exterior del virus, y le
impiden entrar a las células del huésped. Un virus que aparenta ser diferente a otros que
han infectado al huésped tiene una ventaja, ya que el huésped no tiene una inmunidad
preexistente contra ese virus en forma de anticuerpos. Muchas adaptaciones virales
involucran cambios en la superficie exterior del virus.
Virus de la influenza
Los virus de la influenza son entidades simples que pertenecen a uno de tres tipos: A, B o
C, y constan de no más de siete u ocho segmentos de ARN encerrados dentro de una
cubierta de proteínas. Las mutaciones en el ARN viral, y las recombinaciones de ARN de
fuentes diferentes conducen a una evolución viral.
Tendencia antigénica
La tendencia antigénica es una razón por la que se necesitan crear nuevas vacunas contra
la influenza para cada temporada. Los científicos tratan de predecir los cambios que podrían
ocurrir a los virus de influenza que circulan actualmente, y crean una vacuna diseñada para
combatir al virus predicho. Algunas veces la predicción es precisa y la vacuna contra la
influenza es eficaz; otras veces la predicción falla, y la vacuna no prevendrá la enfermedad.
Cambio antigénico
El cambio antigénico es un proceso por el cual dos o más tipos diferentes de influenza A se
combinan para formar un virus radicalmente diferente a las cepas antecesoras, y el virus
resultante tiene un nuevo subtipo HA o NA. El cambio antigénico puede tener como
resultado una propagación mundial de la enfermedad, o pandemia, porque los humanos
tendrán pocos o ningún anticuerpo para bloquear la infección. Sin embargo, si el nuevo
subtipo de influenza A no se transmite fácilmente de una persona a otra, el brote de la
enfermedad será limitado.
El cambio antigénico ocurre de dos maneras. Primera, puede ocurrir a través de una
recombinación genética, o reagrupación, cuando dos o más virus diferentes de influenza A
infectan la misma célula huésped y combinan su material genético. Los virus de influenza
A pueden infectar aves, cerdos y humanos, y cuando se combinan estos tipos de virus
pueden ocurrir cambios antigénicos importantes; por ejemplo, el virus de influenza de un
cerdo y el de un humano se podrían combinar en un ave, con el resultado de un tipo de
influenza radicalmente diferente. Si el virus se infecta a humanos y se transmite
eficientemente entre ellos, podría producirse una pandemia.
En todos los casos, el cambio antigénico produce un virus con un subtipo nuevo HA o NA
para el cual los humanos no tienen anticuerpos existentes, o tienen muy pocos. Una vez
que los científicos pueden identificar al nuevo subtipo, puede crearse una vacuna en
general que proteja contra el virus.
¿Por qué ocurre el cambio antigénico sólo con la influenza A y no con la influenza B y C?
La influenza A es el único tipo de influenza que puede infectar a una amplia variedad de
seres: humanos, aves acuáticas, otras aves, cerdos, perros y caballos. Por lo tanto, las
posibilidades de recombinación son muy bajas o nulas con la influenza B y C.
En Asia, en el 2003, se vio la posibilidad de sufrir una pandemia con los brotes de influenza
de las aves. Un virus de influenza H5N1 tipo A se propagó de aves infectadas a humanos,
resultando en una enfermedad humana grave, pero el virus no evolucionó para transmitirse
fácilmente entre humanos, y no ocurrió una pandemia con el H5N1.
VIH
El virus que provoca el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) tiene una gran
variación genética, por varias razones. Primera, se reproduce mucho más rápido que la
mayoría de otras entidades; puede producir miles de millones de copias de sí mismo cada
día. A medida que se copia rápidamente a sí mismo, comúnmente comete errores, lo cual
se traduce en mutaciones de su código genético. Mientras más efectivas sean las
mutaciones para la supervivencia del virus, más probable será que el virus mutado se
reproduzca a sí mismo.
Otra causa de la variación en el VIH es resultado de la capacidad que tiene el virus para
recombinarse y formar nuevas variaciones dentro de la persona. Esto sucede cuando una
célula huésped es infectada con dos variaciones diferentes de VIH. Los elementos de los
dos virus se pueden combinar para producir un nuevo virus, que es una combinación única
de las dos fuentes.
Fuentes de infomación
University of California Museum of Paleontology. Evolution from a virus’s view. Dec. 2007.
Acesado el 10 enero 2018.
Desde la segunda guerra mundial, se han venido usando pesticidas para paliar los
desastrosos efectos de plagas sobre los terrenos cultivados. Pero algunos de estos
programas han cometido un error: consiguieron el efecto contrario al deseado, es decir,
confirieron resistencia al insecto. Esto ha ocurrido con más de 500 espcecies, algunas de
las cuales son resistentes a prácticamente todos los insecticidas conocidos.
Pero no nos salgamos del tema que nos ocupa. En circuntancias especiales, los
organismos "predispuestos" son capaces de ocupar inmediatamente nuevos biotopos: las
plantas más resistentes a la sal son utilizadas para colonizar nuevos territorios salinos; los
caballos que, además de comer follaje, consiguieron alimentarse de hierba fueron el
eslabón que condujo al caballo actual. En todo el patrimonio genético de una especie puede
haber genes que carecen de significado cuando surgen por una mutación, e incluso siguen
sin tener sentido mucho después: son lo que se llama mutaciones "neutras".
Estos genes constituyen, al menos en el caso de que sean recesivos, una reserva genética,
y los caracteres que determinan pueden adquirir de repente una importancia decisiva en
cuanto a la dirección que toma la evolución en el caso de que se produzcan alteraciones
en el medio ambiente o una nueva combinación genética. La lucha contra los insectos
mediante los pesticidas y la resistencia a los antibióticos de las bacterias son dos ejemplos
de este tipo.
Así, al pasar de DDT a DDE, se producen una serie de cambios conformacionales que
provocan que no pueda interaccionar con los receptores de membrana.
Las moscas resistentes tienen mayor cantidad de grasa, en la que se disuelve gran parte
del DDT, que queda así almacenado sin causar daños. Se demostró que el DDT
almacenado en la grasa de una sola mosca era capaz de acabar con otras diez.
Las moscas resistentes presentan un tamaño mayor, lo que les permite asimilar una dosis
mayor.
En los primeros ataques con DDT moría la mayoría de los insectos, pero unos pocos
sobrevivían y se aparearon entre sí. En siguientes fumigaciones, es fácil imaginar lo que
ocurría: cada vez se iban seleccionando con mayor eficacia los insectos resistentes. Los
genes resistentes, que podían situarse en miembros diferentes de la misma pareja de
cromosomas, por medio del entrecruzamiento en la meiosis llegaban a concentrarse en el
mismo cromosoma, e incluso, aparecer en homocigosis. De modo que en una mosca se
podían concentrar todos los caracteres que confieren resistencia; una mosca de este tipo
puede soportar una dosis de entre 300 y 1000 veces superior a la que puede soportar una
mosca normal.
¿Qué es la biotecnología?
¿Qué es el ADN?
Dentro del ADN hay diferentes funciones, algunas letras (secuencias) son responsables
que existan los genes. Por ejemplo la insulina es una proteína cuya información se
encuentra en el núcleo. Del total del ADN de un organismo, se cree que sólo un 20% es
funcional, es decir está involucrado en generar proteínas o cumplir una función en la célula.
A medida que se vaya descifrando un mayor número de genomas será posible conocer la
función de las diferentes partes del genoma.
ADN: es la base química de la herencia, constituido por una molécula con estructura de
doble hélice formada por cuatro bases nitrogenadas (Adenina, Timina, Guanina y Citosina),
grupos fosfato y azúcares. Generalmente se encuentra en el núcleo celular, pero puede
hallarse también en algunos orgánulos citoplasmáticos como mitocondrias y cloroplastos.
Bacteria: microorganismo compuesto de una sola célula que se caracteriza por no poseer
núcleo. Este tipo de organismo primitivo se clasifica dentro del grupo de los procariotas.
Célula: es la unidad más pequeña que contiene todas las propiedades de un ser vivo.
Consta de un núcleo donde se halla el material hereditario (ADN) y u citoplasma que
contiene diferentes orgánulos, los cuales cumplen variadas funciones (producción de
energía o proteínas, almacenamiento de sustancias, etc.)
Enzima: proteína que promueve o activa un proceso químico sin alterarse o destruirse. Un
tipo muy especial lo constituyen las enzimas de restricción, las cuales son sintetizadas por
algunas bacterias como reacción ante la invasión de un ADN extraño (por ejemplo de
algunos virus que atacan bacterias). Estas enzimas los seccionan en pequeños fragmentos,
rechazando así la infección.
Especia: sustancia aromática usada como condimento (ejemplo: canela, pimienta, vainilla,
etc.).
Fermentación: proceso por el cual las enzimas de ciertas bacterias y levaduras convierten
sustancias orgánicas complejas en otras más simples como alcohol, ácido láctico y gases.
Gen: unidad estructural y funcional de la herencia, transmitida de los padres a los hijos a
través de los gametos (óvulo y espermatozoide, en el caso de los humanos y otros
animales). Es un fragmento de ADN que lleva las instrucciones precisas para fabricar una
determinada proteína.
El Banco Mundial advirtió que debido al aumento de la resistencia de los patógenos a los
medicamentos, para 2050 los gastos por tratamiento se elevarían, lo cual implicaría un alto costo
para los países, Foto Cuartoscuro.
Reuters, Afp y Pl
Periódico La Jornada
Martes 20 de septiembre de 2016, p. 30
Roma.
La pérdida en el PIB podría llegar hasta 3.8 por ciento, el equivalente a la crisis financiera
de 2008, cuantificó el banco en un reporte divulgado antes de una reunión de alto nivel
sobre el tema, que se realizará esta semana en la sede de la Organización de las Naciones
Unidas en Nueva York.
No podemos darnos el lujo de perder los avances logrados en el pasado siglo en la era de
los antibióticos, advirtió Tim Evans, director del Banco Mundial para salud, nutrición y
población a la Fundación Thomson Reuters. Bajo cualquier medida, el costo de la inacción
frente a la resistencia microbiana es demasiado grande. Necesita ser abordado con
urgencia y firmeza, agregó.
Los agricultores también se verían afectados. El banco estima que para 2050 la producción
global de animales de cría podría caer entre 2.6 y 7.5 por ciento anual si el problema de las
superbacterias resistentes no se soluciona. El BM dice que se necesitan 9 mil millones de
dólares anuales en salud veterinaria y humana para abordar el tema.
En líneas generales, el mundo muestra una tendencia a reducir la pobreza extrema para
2030, acercándose a la meta de menos de 3 por ciento de la población en esa situación.
Pero la resistencia a los antibióticos pone en riesgo que pueda alcanzarse ese objetivo,
añadió.
Además, los países con menores ingresos pueden perder más de 5 por ciento de su PIB
para 2050, y el volumen de exportaciones en el mundo puede reducirse en 3.8 por ciento
para ese mismo año, según las proyecciones. En 2050, el incremento global en los costos
de la atención en salud puede ser de entre 300 mil millones de dólares y un billón de dólares,
refiere el estudio. La producción de víveres puede también caer entre 2.6 por ciento y 7.5
por ciento anualmente.
La resistencia a los antimicrobianos
Noviembre de 2017 -- Los antibióticos son un recurso sumamente valioso, de modo que es
importante asesorarse adecuadamente antes de tomarlos. Por este motivo, la Semana
Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos de 2017, que se celebra del 13
al 19 de noviembre, tiene por lema «pida asesoramiento a un profesional sanitario
cualificado antes de tomar antibióticos». Mediante el uso responsable de antibióticos usted
y su familia no solo obtendrán el mejor tratamiento, sino que también contribuirán a reducir
la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos.
OMS
Comunicado de prensa
Informe de la OMS acerca del desarollo clínico de nuevos antibióticos
El aumento de la gonorrea resistente a los antibióticos hace necesarios nuevos
fármacos
OMS
La OMS publica nuevas directrices terapéuticas para la clamidiasis, la gonorrea y la
sífilis
Academia Mexicana de Ciencias A.C. Es una asociación civil independiente y sin fines de
lucro. Su objetivo es enlazar a científicos de muy diversas áreas del conocimiento bajo el
principio de que la ciencia, la tecnología y la educación son herramientas fundamentales
para construir una cultura que permita el desarrollo de las naciones. Cuenta con un comité
especial para biotecnología.
AgroBIO México Es una asociación civil que agrupa a las principales empresas
desarrolladoras de la biotecnología agrícola con presencia en México, las cuales se dedican
al desarrollo, producción y comercialización de productos innovadores para la agricultura
basados en la mejora genética de semillas.