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L ib ertad y O rd e n
MANUAL TÉCNICO
de pitaya amarilla
Selenicereus megalanthus
(K. Schum. ex Vaupel) Moran
L ib ertad y O rd e n
en Colombia
Comité editoral
Takumasa Kondo: I.A., M.Sc., Ph.D. - Corpoica Centro de Investigación Palmira.
Mauricio Martínez: I.A., M.Sc. - Corpoica Centro de Investigación Palmira.
Jorge Alberto Medina: I.A., M.Sc. - Corpoica Centro de Investigación Palmira.
Alexander Rebolledo Roa: I.A., Ph.D. - Corpoica Centro de Investigación Palmira.
Carolina Cardozo Burgos: I.A., M.Sc. - Corpoica Centro de Investigación Palmira.
Convenio
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural
Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - Corpoica
Asociación de productores y comercializadores de pitaya - Asoppitaya
Ingeniero Agrónomos Asociados Ltda.
Proyectos
Esta publicación es posible gracias a los recursos de cofinanciación de los programas de investigación “Generación
de tecnología en fisiología y manejo integrado del cultivo de la pitaya amarilla Selenicereus megalanthus (K.
Schum. ex Vaupel) Moran para aumentar la productividad de la cadena en Colombia” y “Opciones de manejo
integrado de plagas y enfermedades para fortalecer la cadena de la pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus
(K. Shum. ex Vaupel) Moran en Colombia” financiados por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, - MADR
entre los años 2008 y 2011.
ISBN: 978-958-740-147-9
CA: 7458
CUI: 1435
Primera edición: Junio de 2013
Tiraje: 1000 ejemplares
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
La presente publicación ha sido elaborada con la cofinanciación del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural,
MADR. El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de los investigadores y en ningún caso debe
considerarse que refleja los puntos de vista del MADR.
Agradecimientos
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 3
Tabla de contenido
1. NTRODUCCIÓN 6
9. COSECHA 88
9.1. Introducción 88
BIBLIOGRAFÍA 92
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 5
1. Introducción
La pitaya amarilla es sin lugar a dudas una de las mejores frutas tropicales, es
atractiva por la apariencia diferente y tropical, tiene gran aceptación por la exce-
lente sabor y textura, es saludable, fácil de comer en cualquier lugar y resistente
a la manipulación, transporte y resiste bastante tiempo en estante sin deterio-
rarse. En cuanto al productor se refiere es una fruta con mucho potencial, pues
todavía existe una demanda sostenida y los precios son muy atractivos.
6 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
mo. A esto debe sumarse la falta de políticas por parte de entidades privadas y
del estado que se hayan preocupado por promocionar el consumo tanto en los
mercados nacionales como en los extranjeros. Esto es un programa de apoyo
importante que debe hacerse para fomentar el consumo local y otros países.
Una limitante muy alta, es la falta de un soporte tecnológico que permita pro-
ducir los volúmenes necesarios con calidad exportable y que cumplan con los
requerimientos de los diferentes mercados de destino y de manera continua.
Problemas como Fusarium sp., mosca del botón floral Dasiops saltans, el desco-
nocimiento de los procesos fisiológicos en las diferentes etapas de desarrollo,
sistemas de soporte, requerimientos hídricos, así también el cómo, cuándo y
cuánto fertilizar, son algunas de las mayores incógnitas que tiene que resolver
la investigación para garantizar una producción competitiva.
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2. Generalidades del cultivo
“Hay silvestres en los montes las que llaman pitahayas, cuyo color rojo arrebata
la vista, no así el gusto al paladar, porque no es muy grato. De contrario, la
blanca cultivada, amarilla de color de caña, su corteza cubierta de espina rubia
que con facilidad se desprende cuando está en sazón, es de suavísimo, delicado
gusto, con la excelencia de que si sus pepitas, poco mayores que las del higo, se
mastican cuidadosamente, purgan con benignidad (Arboleda, 1928)”.
En otra referencia citada por Patiño (2002), “Holton (1857) vio en San Marcos,
arriba de Vijes, una cactácea semejante a la pitahaya amarilla, sobre la cual da
pocos datos”.
8 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
2.2. Generalidades de las cactáceas
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 9
rocas; con raíces numerosas y aéreas, tallos delgados con 5 metros o más de
longitud, costillas o lados de dos a doce; areolas con pelos cortos y espinas finas
(Anderson, 2001).
Estas son plantas hemiepífitas y absorben agua tanto por las raíces del suelo,
como de las raíces adventicias que desarrollan a lo largo del tallo y que utilizan
como soporte natural. Esta emisión de raíces adventicias es característica de las
cactáceas que tienen cladodios.
2.3. Etnobotánica
Patiño (2007) la reporta como cerco vivo en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y en
Colombia en regiones como el Huila.
Perea et al. (2010) refieren a García que los frutos poseen alcaloides como
la cactina (hordeina) y tiramina, y se les reconocen a ambos propiedades
antisépticas y la primera se referencia como cardiotónico. También referencian
a Becerra que dice que las semillas contienen un aceite de efecto laxante suave
y efectivo.
10 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
2.4. Clasificación taxonómica y descripción botánica
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Figura 1. Izquierda. Pitaya amarilla silvestre. Derecha. Pitaya amarilla sembrada al píe de un árbol.
Fotos por J.A. Medina S.
12 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
A B C
A B
Figura 3. Frutos de pitayas. A. Pitaya amarilla (Selenicereus). B. Pitaya roja (Hylocereus). Fotos por J.A.
Medina S.
Las diferencias entre las pitayas del género Selenicereus e Hylocereus fuera del
color de los frutos (amarillo y rojo respectivamente) es la forma y color de los
cladodios. En la pitaya amarilla es de color verde, opacas, los bordes de las
aristas entre las areólas es cóncavo; mientras la pitaya roja, los cladodios son
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 13
A B
verdes, más oscuros que los de pitaya amarilla, brillantes y el borde de las arista
entre las areolas es convexo, en algunos casos es más pronunciado hacia una de
las areolas, siendo un indicativo de la polaridad del esqueje. El borde tiene una
línea de color café oscuro, de dos a tres milímetros de ancho (Figura 5). Ambas
tienen espinas, pero las de Selenicerus son dos o tres y un poco más grandes. En B
Hylocereus el número es de tres a cinco y son más delgadas.
A B
Figura 5. A. Cladodio de pitaya amarilla. B. Cladodio de pitaya roja. Fotos por A). M. Martinez y B). J.A.
Medina S.
Los que hasta ahora tienen importancia comercial para consumo en fresco son
Selenicereus megalanthus e Hylocereus undatus (Haw.) Britton & Rose.
14 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
donde hay abundante material vegetal en descomposición, ella se desarrolla
entre la capa orgánica y el suelo (Figura 6 A y B), llegando a extenderse hasta
cuatro o más metros del tallo.
Figura 6. Desarrollo del sistema radical con capa orgánica sobre el suelo. Fotos por J.A. Medina S.
Cuando crece naturalmente sobre árboles, las raíces bajan sobre el tronco sin
desarrollar pelos absorbentes, hasta que llegan al suelo en donde se extienden
y ramifican con el aumento en cantidad de pelos absorbentes.
2.7. Tallos
Botánicamente se les denomina cladodios a los tallos que sustituyen las hojas
ya que realizan la fotosíntesis, casi siempre aplanados. La pitaya amarilla es una
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 15
B
16 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Figura 9. Desarrollo del sistema radical en suelos orgánicos. Izquierda. Calima-Darién. Centro y
Derecha. Corpoica, C.I. Palmira. Fotos por J.A. Medina S.
planta trepadora, el grosor de los tallos varía desde los cuatro hasta los diez
centímetros dependiendo del clima, desarrollo de la planta y exposición a la
luz. Tiene tres aristas o costillas, sobre las que se encuentran las areolas, que
son exclusivas de las cactáceas. Esta forma cóncava que tienen los tallos entre
arista y arista, parece ser una adaptación que tiene mucho que ver con el tipo
de desarrollo en los árboles, pues esta hace las veces de canal que hace que el
agua que cae en las selvas tropicales llegue a las raíces, aéreas o las del suelo.
Sobre la areola crecen las espinas, que pueden ser dos o tres, según Kiesling y
Ferrari (2005), las espinas en los cactus son tejidos muertos y mineralizados que
se originan de las areolas, o sea, de los tejidos interiores, no de la epidermis.
Cabe aclarar, que la única subfamilia de las cactáceas que tienen gloquidios,
además de las espinas es la Opuntioideae (Kiesling y Ferrari, 2007). Se dice que
las espinas son hojas modificadas, pero las funciones son discutidas, pueden ser
de protección contra herbívoros, sobre todo en ecosistemas xerofíticos o para
proteger el tallo de la fuerte radiación de los desiertos e incluso para proteger
a la planta de la deshidratación y condensar la poca humedad existente en los
desiertos por encima de los 2.000 metros sobre el nivel del mar. En el caso de las
cactáceas que viven en las selvas, las espinas son muy pequeñas o no tienen, el
primer caso corresponde a la pitaya amarilla.
2.8. Flores
Las flores de la pitaya amarilla (Figura 10) son típicas del género Selenicereus
descrito por Britton y Rose en 1909, y referenciado por Anderson (2001); son
flores que realizan la antesis en horas de la noche y cierran en las primeras horas
de la mañana, no muy fragantes al principio pero con el correr de las horas sí;
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 17
Figura 10. Flor de pitaya amarilla. Izquierda. Vista lateral de flores. Derecha. Primer plano donde
se observan los pétalos, sépalos y estigma. Fotos: Izquierda por M. Martínez; derecha por C. Cardozo.
receptáculo en forma de tubo, con una longitud que puede variar entre los 30
y 40 centímetros con muchas protuberancias y brácteas en cuya base nacen
espinas largas, en el extremo nacen los sépalos de color amarillo y los pétalos
blancos; ovario ínfero. Posee gran cantidad de estambres (más de 300) y un
estigma con múltiples divisiones.
2.9. Fruto
Figura 11. Partes del fruto de pitaya amarilla (Cenicafé, ETIA, 2005).
18 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
morado y al ir madurando el fruto cambian el color a marrón. Tiene un gran
número de semillas de color negro o café, brillantes y cubiertas por un arilo.
Las semillas de color café no son viables (Creuci María Caetano, Universidad
Nacional de Colombia, sede Palmira, comunicación personal). El porcentaje
de germinación de la semilla está cerca del 100% y la viabilidad almacenada a
temperatura ambiente después de seis meses es por encima del 90% (Caetano
y Parra, 2010).
Agradecimientos
Muchos agradecimientos al Dr. Roberto Kiesling, Investigador de la
Unidad de Botánica del Centro Regional de Investigaciones Científicas
y Tecnológicas (CIRCYT), Instituto Argentino de Investigaciones de las
Zonas Áridas (IADIZA), Mendoza, Argentina por los valiosos comentarios
acerca de la taxonomía de la familia Cactaceae.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 19
3. Importancia económica de
la pitaya amarilla
20 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Según la Agenda Prospectiva de la pitaya amarilla (2010), en el mundo existen
1.083 hectáreas sembradas en esta fruta (cifras hasta 2009), de las cuales 827 se
encuentran en Colombia (76,4%), 100 ha en Israel (9,2%), Brasil participa con un
3,2% y Ecuador con el 1,9%, el resto de países participan con el 9,3%.
Como se aprecia comercialmente, Colombia tiene claras ventajas debido a que
es el mayor productor en área sembrada, o sea, que tiene mayor oferta del
producto y una buena productividad.
El país cuenta con la Norma Técnica de Icontec NTC 3554, incluida como norma
internacional dentro del Codex Alimentarius y que establece los requisitos
que debe cumplir la fruta para el consumo fresco o como materia prima para
la industria. Contiene definiciones, clasificación, calibre, empaque y rotulado.
Dentro de esta se incluye la “Tabla de color” en donde se describen los estados
de madurez de la fruta de acuerdo a una escala que va desde el 0 hasta el 6, en
donde 0 es el fruto bien desarrollado de color verde, hasta el 6 en donde este es
el fruto totalmente amarillo. Esta es una buena herramienta para productores
y comercializadores, ya que pueden negociar la compra del fruto con mucha
certeza debido a que se tiene una referencia para el punto de maduración al
consultar la tabla como referencia.
También se tiene la Norma Técnica Colombiana NTC 5165 sobre especificaciones
del empaque. El objeto de esta norma es establecer los requisitos que debe
cumplir el empaque utilizado para la recolección y la comercialización de la
pitaya amarilla, tanto en el mercado fresco (nacional o de exportación) como
en la agroindustria.
En el mercado internacional las barreras a la pitaya no son arancelarias sino
cuarentenarias. En las cuarentenarias los países más exigentes son Japón y
Estados Unidos. A Japón se exporta a través de la única planta para tratamiento
a vapor (VHT, por las siglas en ingles) de fabricación japonesa que funciona
en Bogotá y procesa 600 kilos al día y cada embarque es certificado por un
funcionario del Ministerio de Agricultura japonés, funcionarios de la DIAN y
Antinarcóticos por Colombia.
En Estados Unidos es una de las 19 frutas con acceso permitido a través de todos
los puertos de entrada pero requiere tratamiento a vapor que todavía no se ha
homologado como el modelo japonés.
Las disposiciones arancelarias para la importación de productos de países por
fuera de la Unión Europea está unificada y la pitaya de Colombia está exenta del
pago de arancel bajo el esquema de Preferencias Generalizado.
En el mercado europeo no existen restricciones fitosanitarias al ingreso de la
pitaya ni normas de calidad de aplicación forzosa. Sin embargo, se da por enten-
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 21
dido que el producto debe ser de calidad óptima, como requisito indispensable
para la aceptación.
Las cifras publicadas por Proexport muestran que históricamente los países
europeos han sido los mayores consumidores de pitaya amarilla con un 75%
del mercado, en diez países principalmente, siendo los principales mercados
Holanda, Alemania, Francia y España seguidos por los países asiáticos con un
20%, Japón hasta el 2005 tenía el 16% del mercado bajando sustancialmente la
participación hasta tener el 0,35% en el 2010.
2.500.000 900
2.000.000
700
600
Precio exportación FOB (US $)
1.500.000
500
400
1.000.000
300
200
500.000
100
0 0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Año
Exportaciones- US$ FOB Area cosechada - ha Tonelas - Ton
Figura 12. Exportaciones de pitaya amarilla entre 1999 y 2011 (Fuente: DANE, Agronet, Proexport
Cálculos por J.A. Medina S.)
22 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
reanudaron las exportaciones debido a tratamientos cuarentenarios que se
iniciaron con el apoyo del ICA y la Agencia de Cooperación Técnica del Japón.
El boletín semanal de SIPSA (Vol. 16, No. 18, 2011) en un análisis de precios en
los mercados europeos, toma como referencia al mercado Holandés que es
el mayor re-exportador de frutas exóticas en el viejo continente. En la Figura
14 se muestran los precios mensuales de la pitaya amarilla comparando las
provenientes de Colombia y Ecuador. El estudio nos muestra que entre 2006 y
2010 el precio por kilogramo de pitaya amarilla Colombiana osciló entre $7,0 y
$9,5 y el ecuatoriano entre $6,0 y $9,0.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 23
Figura 13. Países destinos de la pitaya amarilla colombiana 2000-2010 (Fuente: SIPSA).
10
8
EUR/Kg
Año
Colombia Ecuador
Figura 14. Precios internacionales de la pitaya amarilla de Colombia y Ecuador (Fuente: SIPSA).
De las 12.527 hectáreas que tiene el mundo con pitaya, 2.750 son rojas de pulpa
roja con 1.000 en Tailandia, 1.000 en Malasia, 700 en Nicaragua y 50 en Brasil;
24 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
9.145 hectáreas con pitayas rojas de pulpa blanca, 7.000 en Vietnam, 1.000 en
Tailandia, 1.000 en Malasia y 145 en México y de pitaya amarilla de pulpa blanca
632 con 482 en Colombia, 100 en Israel, 30 en Brasil y 20 en Ecuador.
Los países que no reportan área son Australia, China, Italia, Zimbabue y Kenia.
De esta manera Colombia representa el 4% del área total de pitaya en el mundo
pero el 76% de la amarilla que Colombia misma posicionó como la mejor.
En Estados Unidos es una de las 19 frutas con acceso permitido a través de todos
los puertos de entrada pero requiere tratamiento a vapor que todavía no se ha
homologado como el modelo japonés.
En Colombia la pitaya amarilla crece, se desarrolla y produce bien desde los 800
hasta los 1900 metros sobre el nivel del mar y la pitaya roja se adapta bien desde
el nivel del mar hasta los 1.200 metros de altitud (Tafur y Toro, 2006).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 25
En el estudio realizado para la Agenda Prospectiva de la Pitaya amarilla en cuanto
al área, producción, productividad y participación por departamento al 2009, se
determinó que Boyacá tiene sembradas 333 ha, lo que representa el 40,3% del
área sembrada en Colombia; sigue el Valle del Cauca con 236 ha que es el 28,5%;
el tercer departamento en importancia por el área sembrada es Bolívar con 75
ha (9,1%); los demás departamentos que tienen sembrada pitaya amarilla son
Huila, Santander, Cundinamarca, Quindío, Risaralda, Caldas y Tolima .
El Valle del Cauca es el que presenta los mejores promedios en rendimiento con
12,5 ton/ha, seguido por Cundinamarca (11,4 ton/ha) y Bolívar (11,1 ton/ha).
El país tiene la Norma Técnica de Icontec NTC 3554 que establece los requisitos
que debe cumplir la fruta para el consumo fresco o como materia prima para la
industria. Contiene definiciones, clasificación, calibre, empaque y rotulado.
26 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
similares con respecto a los precios de compra por parte de los proveedores de
frutas de los mercados de cadena. Es así como el precio al consumidor fue de
$7.480 por kilo cuando el precio al productor fue de 1.870 pesos (PFN, 2006).
Como solo se cuenta con una variedad, en caso que aparezca un problema
grave ésta podría desaparecer con consecuencias muy graves para la cadena de
la pitaya amarilla.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 27
4. Ecofisiología y comportamiento
productivo
4.1. Introducción
28 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
De acuerdo con la experiencia que en la práctica han adquirido los productores
de pitaya amarilla, las zonas adecuadas para el cultivo se encuentran entre
1.400 y 1.700 msnm, con temperaturas que fluctúan entre 14 y 26°C. También
se hace referencia al tipo de suelo de textura suelta con un pH entre 5,5 y 6,5,
con altos contenidos de materia orgánica y pendientes del 50%. Sin embargo,
estas condiciones pueden variar ligeramente entre las diferentes zonas
altitudinales (Anónimo, 2010).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 29
Figura 15. Comportamiento de la precipitación bajo condiciones de (arriba)
Palmira ubicado a 1.011 msnm y (abajo) Río Frío ubicado a 1.600 msnm.
30 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
A B C
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 31
A B
C D
Figura 18. Relación de parámetros ambientales con el inicio de la formación del brote
reproductivo para la localidad de Palmira. Calculos realizados por J.A. Medina S.
32 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Al igual que sucede con el desarrollo vegetativo, el desarrollo del brote repro-
A
ductivo se encuentra determinado por las condiciones ambientales propias de
cada región. A 1.011 msnm bajo condiciones de Palmira, transcurren 36 días
desde la formación del brote reproductivo hasta antesis, mientras que en Res-
trepo y Riofrío, con una altitud de 1.619 y 1.626 msnm respectivamente, los bro-
tes tardan 46 días para alcanzar el momento de la antesis (Figura 19 A, B y C). En
todas las localidades, el modelo que explica el aumento en peso fresco y seco es
una ecuación de tipo exponencial, que se ajusta a las fases I y II de crecimiento
del fruto (Figura 19).
300 20
y = 0,051e0,5534x
250 R² = 0,9652
16
Peso Fresco (g)
200
50 4
y = 0,2967e0,6023x
R² = 0,9689
0 0
0 5 8 12 15 19 22 26 29 33 36
Días después de formación del brote
A Peso Fresco Peso Seco
300 25
250 20
Peso Fresco (gr)
200 y = 0,9084e1,43x
15
Peso Seco (g)
R² = 0,9404
150
10
100
y = 0,1814e1,1874x 5
50
R² = 0,9181
0 0
0 22 37 43
Días después de formación del brote
B Peso Fresco Peso Seco
300 18
16
250
14
y = 0,2038e1,4452x
Peso Fresco (g)
200 R² = 0,9397 12
10
150
8
100 6
y = 1,3313e1,7089x 4
50
R² = 0,971 2
0 0
0 22 41
Días después de formación del brote
C Peso Fresco Peso Seco
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 33
El cuajado se define como la fase del desarrollo que marca la transición de una
flor (ovario) a un fruto que se desarrollará hasta la madurez. El potencial de cre-
cimiento del fruto puede estar determinado tempranamente en el desarrollo,
por el tamaño inicial del ovario en antesis; y puede manifestarse en un crec-
imiento temprano más acelerado del fruto y un aumento en el tamaño final.
Figura 20. Aumento en peso fresco y seco del fruto de pitaya amarilla bajo
condiciones de (A) Palmira (B) Río Frío y (C) Restrepo.
34 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
En Palmira, la antesis se presenta a los 36 días después de la formación del brote
con un diámetro de ovario de 2,7 cm. El fruto presenta un aumento en peso
fresco y seco, continúo a través del tiempo, alcanzado al momento de la cose-
cha un peso fresco de 107 g/fruto y seco de 15 g/fruto (Figura 20). Del total de
peso acumulado por fruto al momento de la cosecha, el peso fresco representa
el 86% y el peso seco el 14%. El porcentaje de humedad encontrado para la
pitaya amarilla bajo condiciones de Palmira, coincide con el reportado por Díaz
(2003), en un artículo de revisión sobre biología y manejo poscosecha de pitaya
roja y amarilla (Figura 20 A). En Riofrío, el momento de la antesis se presenta a
los 41 días después de la formación del brote floral. Al momento de la cosecha
el fruto alcanza una ganancia en peso fresco de 184 g/fruto y en peso seco de
23 g/fruto (Figura 20 B). En Restrepo, el momento de la antesis se presenta a los
43 días después de la formación del brote floral. Al momento de la cosecha el
fruto alcanza una ganancia en peso fresco de 210 g/fruto y en peso seco de 22
g/fruto (Figura 20 C).
MESES
SEPTIEMBRE
NOVIEMBRE
ETAPA DEL
DICIEMBRE
OCTUBRE
FEBRERO
AGOSTO
CULTIVO
MARZO
ENERO
JUNIO
MAYO
JULIO
ABRIL
Vegetativo
Botones
Floración - Antesis
Llenado de frutos
Cosecha
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 35
A B
Figura 21. A. Arquitectura de una planta de pitaya amarilla. B. Detalle de zonas de crecimiento
que generan brotes reproductivos en las aristas de cada cladodio. Fotos por A. Rebolledo
36 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
60
50
Materia seca (%)
40
30
20
10
0
Marzo 30 - Abril 30 - Junio 30 - Dic 22 - 2010 Enero 31 - Abril 13 - Junio 2 -
2010 2010 2010 2011 2011 2011
Fecha de muestreo
Raíz Rama 1 Ramas 2 Ramas 3 Ramas 4
Figura 23. Porcentaje de materia seca en raíz y tipos de ramas de plantas de pitaya amarilla
muestreadas en la localidad de Palmira.
Figura 24. Desarrollo del sistema de raíces de plantas de pitaya amarilla. Localidad de Palmira. Fotos
por J.A Medina.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 37
A
38 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
plantaciones que presentan ramas no productivas que demandan nutrientes,
representando un gasto metabólico y de energía adicional por parte de la
planta para el mantenimiento. Esto implica la evaluación de sistemas soporte
que permitan una mejor distribución de ramas en donde se mantengan 4 o 5
ramas secundarias.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 39
5. Practicas agrónomicas en
la produccion de pitaya amarilla
5.1. Introducción
40 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
fue de 366 plantas y en la pérgola fue de 414. El rendimiento fue de 6.131 kilos
para la parcela con soporte en T que equivale a 16,7 kilogramos por planta, 5.080
kilos para la espaldera sencilla que equivalen a 13,8 kilos por planta y 4.798 kilos
para la pérgola, que equivalen a 12 kilos por planta.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 41
permite que el manejo y cuidado de los esquejes sea más eficiente, sobre
todo en épocas secas, además, al momento del trasplante se llevan a campo
las plantas mejor desarrolladas y en óptimas condiciones fitosanitarias. La
siembra directa se utiliza en zonas con características topográficas difíciles o
áreas muy extensas, o donde se dificulta hacer un enraizador por distancias,
poca vigilancia o área muy grande.
El enraizador es un área para la inducción del sistema radicular de los esquejes
de pitaya colectados; esta primera fase puede ser denominada como etapa de
enraizamiento. Los esquejes seleccionados deben ser preferiblemente maduros,
es decir que fisiológicamente garanticen el desarrollo de una planta normal, o
sea, que ya no tengan crecimiento vegetativo en el ápice o punta, por lo tanto
está apto para producir brotes vegetativos o ramas.
Después de cortados, se dejan en un sitio cubierto por cuatro a seis días. Antes
de sembrarse se deben desinfectar, sumergiéndolos en agua con un producto
comercial recomendado para este propósito. Esto debe hacerse en un sitio seguro,
que tenga el piso pavimentado o al menos protegido, para que en caso de derrames
no se contamine el suelo y/o fuentes de agua cercanas. Además, debe contarse
con disponibilidad de agua que permita el lavado de los operarios y los utensilios
necesarios para recoger los productos que se puedan regar accidentalmente. Los
operarios también deben contar con todos los elementos de protección personal,
como guantes de PVC o látex, delantal, botas de caucho y careta.
El sustrato para establecer este material, contiene una mezcla de tierra, carbonilla
y cascarilla de arroz en una proporción de 2:1:1, respectivamente, dependiendo
de las condiciones de la zona, la tierra puede mezclarse con compost o utilizarse
solo compost o solo lombricompuesto. En caso de no poderse conseguir estos
materiales, lo ideal es combinar la tierra o el compost con un producto que le
dé al sustrato porosidad y retención de humedad, evitando además, que el
medio se compacte. Este sustrato puede depositarse en bolsas de primer uso o
construirse eras de 1,20 m de ancho y 20 cm de profundidad, el largo de estas y
la cantidad de eras dependen del área disponible y de la cantidad de esquejes
que se dispongan. En ambos casos debe tenerse un tutor del material vegetal.
El sustrato debe ser sometido a prácticas de desinfección que sean amigables
con el medio ambiente. Una práctica importante es someter el sustrato a un
proceso de solarización, dejándolo cubierto por varios días con un plástico
negro a plena exposición solar. Para evitar la contaminación por parásitos del
suelo, especialmente nematodos a los cuales la pitaya amarilla presenta mucha
susceptibilidad (Castaño y Rincón, 1989). Araujo y Medina (2008) reportaron para
el Valle del Cauca, cuatro géneros de nematodos Helicotylenchus, Meloidogyne,
Pratylenchus y Rhabditidae ocasionando daño en raíces. Debe evitarse el contacto
directo del sustrato con el suelo, para esto debe utilizarse un medio físico, por
42 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
ejemplo plástico calibre 6. En Caso de utilizarse materia orgánica, esta debe ser
sometida al proceso de compostaje. El sitio en donde se elabora el compost debe
estar aislado del medio para evitar el ingreso de animales que lo contaminen.
El sustrato luego de la desinfección se debe inocular cinco días antes de la
siembra con microorganismos como Trichoderma, Paecilomyces o Beauveria y
mezclarle compost maduro. Lo anterior se puede complementar con la adición
de caldos trofobióticos; el tipo de caldo a utilizar depende del productor y/o del
asistente técnico o asesor. En el experimento se utilizaron bolsas de 5,0 kg con
la mezcla del sustrato anteriormente indicada.
Se realiza la siembra de las pencas en cada una de las bolsas, poniéndolas sobre
el sustrato sin enterrarlas más de cinco centímetros; simultáneamente se ubica
un soporte que consta de postes de guadua u otro material que se disponga.
En esta etapa debe mantenerse el contenido de humedad moderado para no
afectar el sistema radicular (Figura 26 A y B).
A B
Figura 26. A. Establecimiento de plantas en el enraizador bajo polisombra del 45%. B. Desarrollo de los
esquejes dos meses después plantas a libre exposición en proceso de aclimatación. Fotos por J. A. Medina S.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 43
A B
B
Figura 27. A. Desarrollo de brotes 40 días despues de sembrado. B. Desarrollo de raices 40 dias
despues de sembrado. Fotos por J.A. Medina S.
44 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Debido al sistema radicular de la pitaya amarilla se recomienda mover el suelo
en el sitio de siembra, dejándolo bien suelto en los diez primeros centímetros
y con un diámetro de 50 a 60 centímetros. Si es para siembra directa solo
se debe poner el esqueje con un tutor de guadua o madera y se agregan 2
kilogramos de materia orgánica compostada. Para las plantas de trasplante
se debe abrir el espacio para el bloque de sustrato y raíces, adicionando 2
kilogramos de materia orgánica compostada (Figura 28). Con el fin de
conservar la microfauna asociada a la rizósfera es conveniente utilizar caldos
trofobióticos o microorganismos que mantengan y aumenten la actividad
microbiológica del suelo.
Figura 28. Trasplante de plantas en campo. Izquierda. Planta enraizada en bolsas. Centro. Trasplante
en suelo con materia orgánica. Derecha. Tutorado de plantas. Fotos por J.A. Medina.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 45
fueron seleccionando algunas estructuras entre las que predominaron la
espaldera simple, la doble y en “A” o triángulo, en ese orden de importancia.
Figura 29. Izquierda. Cultivo de pitaya amarilla en floración y soporte de matarraton, Gliricidia
sepium. Derecha. Pencas de pitaya amarilla sobre matarraton. Finca Bella Aventura, Vereda Tres
Puertas, Municipio Restrepo (Valle del Cauca). Fotos por J.A. Medina S.
46 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Lo más recomendable es utilizar una combinación de materiales en la estructura
de soporte, lo que puede disminuir los costos. Es una buena opción utilizar
postes de concreto o árboles en los extremos y en puntos intermedios, y en el
resto guadua que es fácilmente reemplazable.
La altura de las estructuras es variable, se recomiendan como mínimo de 1,8
metros, pero depende de la topografía del terreno, en pendientes muy pronun-
ciadas pueden ser más bajas para facilitar las actividades de cosecha. Los siste-
mas de soporte deben facilitar la guía de ramas, la recolección de frutos, las
podas y el manejo fitosanitario.
A B
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 47
• Pérgola en triangulo: Es similar a la pérgola en cuadro. Tiene una altura de
1,8 m y un área de 0,44 m2 (Figura 31). Con este sistema se pueden establecer
teóricamente 1.100 plantas por hectárea a una distancia de 3,0 x 3,0 m.
A B
En ambos sistemas de pérgolas lo que se hace es guiar los cladodios hacia los
diferentes lados que tiene la estructura permitiendo una distribución uniforme
de estos y dejando una mejor penetración de la radiación solar.
48 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Figura 32. Tutorado en espaldera doble. Izquierda. Soporte en concreto en zona de ladera en
municipio de Riofrio. Foto por D. Muñoz. Derecha. Soporte en estructura metálica en zona plana en
municipio de Palmira. Foto por C. Cardozo.
de 2.200 plantas por hectárea a una distancia de 1,5 x 3,0 m, que es la más
común. En este caso los cladodios se guían poniéndolos a lado y lado sobre los
alambres. En la práctica y dependiendo de la topografía del terreno la densidad
de plantas por hectárea queda entre 2.000 y 2.100 plantas.
Figura 33. Tutorado en espaldera simple. Izquierda. Zona plana en Corpoica, Palmira. Derecha.
Zona de la ladera en Municipio de Restrepo, Valle del Cauca. Fotos: A por C. Cardozo y B por J.A.
Medina.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 49
A B C
Figura 34. Establecimiento de huerto de pitaya amarilla. A. Hoyado para poner las estructuras. B.
Estructuras instaladas, plantas amarradas y con materia orgánica en la zona de raíces. C. Planta con
tutor. Fotos por J.A. Medina S y M. Martínez.
50 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
un periodo de 24 meses, lo que indica que en la localidad de Palmira se pudo
obtener fruta cada 3 meses.
120
110
100
90
Producción (Kilogramos)
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Nov/2009 Feb - Jun - Jul /2010 Sep/2010 Nov/2010 Dic/2010 Feb/2011 Jul/2011
Mar/2010
Epoca de cosechas
Figura 36. Cosechas realizadas en las parcelas establecidas en el C.I. Palmira, entre los
meses de noviembre de 2009 a julio de 2011.
300
250
200
Producción (Kg)
150 A
AB
100
B B
50
0
Pérgola en Pérgola en Espaldera en Espaldera
cuadrado triangulo "T" Simple
Estructuras de soporte
Figura 37. Producción total en kilos obtenida por cada tipo de estructura (Prueba de
comparación de medias Tukey. Medias con la misma letra no difieren estadísticamente,
P≤ 0.05).
52 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
50
45
45 50
38 45
40 45
Número de Plantas
35 40 38
Número de Plantas
30 35 26
25 30 26
20
20 25
20
15 20 11
10 15 7 11
5
5 10 7 2 3 2
5 1
5 2 3 2
0 1
00 1 2-5 6-10 11-20 21-30 31-40 41-50 51-60 61-70 82
0 1 2-5 6-10 11-20 21-30 31-40 41-50 51-60 61-70 82
Número de Frutos
Número de Frutos
Figura 38. Número de frutos por número de plantas. Nótese la cantidad de plantas que tienen
entre 10 y 30 frutos.
40,0 40,0
28,928,9 28,8
28,8 27,4
35,0 35,0 26,6 26,6 27,4
30,0 30,0
17,4
17,4
25,0 25,0 16,5 16,5 16,716,7 16,9
16,9
Calibre (%)
Calibre (%)
15,2
15,2
13,213,2 13,6
13,6
12,8 12,8
20,0 20,0
15,0 15,0
10,0 10,0
5,0 5,0
0,0
0,0 Pérgola en tiangulo Pérgola en Cuadro Espaldera en "T" Espaldera Simple
Pérgola en tiangulo Pérgola en Cuadro Espaldera en "T" Espaldera Simple
Estructuras de soporte
Estructuras de soporte
Frutos entre 200 y 280 gramos Frutos entre 101 y 199 gramos Frutos entre 50 y 100 gramos
Frutos entre 200 y 280 gramos Frutos entre 101 y 199 gramos Frutos entre 50 y 100 gramos
Figura 39. Producción de pitaya amarilla por calibre de frutos de acuerdo con el sistema de
soporte utilizado.
5.5. Conclusiones
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 53
entre 11 a 20 frutos y el 22% produjeron entre 21 a 30 frutos, lo que indica que
las plantas de pitaya amarilla están en proceso de ajuste de la producción.
Para todos los sistemas de soporte evaluados, se obtuvo que el 52% de frutos
producidos se encontraron entre 100 y 200 gramos, lo que indica que la fruta
producida se encuentra entre los calibres 14 y 16, o sea que están dentro de los
rangos de exportación con base en la NTC 3554.
Agradecimientos
54 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
6. Podas en pitaya amarilla
Mauricio Martínez1,
Carolina Cardozo Burgos2, Jorge A. Medina3
6.1. Introducción
Entre las diferentes prácticas agronómicas que tiene el cultivo de pitaya amarilla,
las podas es una de las de mayor importancia; generalmente se realizan tres
tipos, poda de formación, poda sanitaria y poda de producción. La primera
permite dar forma a la arquitectura de la planta y quitar ramas improductivas;
la segunda, elimina las ramas enfermas o mal formadas; la tercera, elimina los
brotes apicales para madurar las ramas, lo que permite inducir nuevos brotes y
la formación de los frutos, esta es quizá la poda más importante en los cultivos
comerciales.
Lo más común en los cultivos de pitaya amarilla en Colombia es que del esqueje
que se siembra se permita el crecimiento de tres ramas, que se llamarán
secundarias o segundas, estas se dejan crecer hasta que lleguen al alambre y
se dejan descolgar hasta que cese el crecimiento apical, al tiempo de estas van
saliendo las ramas terceras.
En la fase de vivero las plantas empiezan a emitir brotes vegetativos (Figura 40),
coincidiendo con el desarrollo abundante de raíces. El trasplante debe hacerse
cuando los brotes alcanzan un máximo de 50 cm de longitud, para evitar el
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 55
Figura 40. Desarrollo de brotes vegetativos en plantas de pitaya amarilla en fase de
vivero. Nótese el desarrollo de 3 brotes, se debe eliminar los brotes laterales para manejar
la arquitectura de la planta, de acuerdo con el sistema de soporte. Foto por J.A. Medina S.
La poda de formación tiene como fin propiciar un ambiente favorable para que
la rama primaria se adapte al sistema de soporte, incrementar el área efectiva de
exposición a la luz solar, estimular el crecimiento de ramas secundarias y para
facilitar las labores de cultivo.
Luego de seleccionar los brotes que deben desarrollarse, se hacen amarres con
el propósito de guiarlos hasta que lleguen a la estructura de soporte y se van
distribuyendo sobre esta. Los brotes vegetativos o botones florales que vayan
apareciendo deben ser eliminados. Las ramas que crecen muy próximas al suelo
deben eliminarse para evitar que se contaminen por patógenos.
56 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
A B
Figura 41. Poda sanitaria. A. Pencas con síntomas de pudrición. B. Lote recién podado sin
síntomas de pudrición en penca. Fotos por J.A. Medina S.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 57
Figura 42. Eliminación de pencas y frutos (verdes y maduros) afectados por pudrición
basal de frutos. Foto por M. Martínez.
Las podas de producción se deben realizar después del primer año de haber
establecido el cultivo, ya que de acuerdo con la teoría, la estabilización en
la producción en pitaya amarilla se da a partir de este año, donde la planta
ha alcanzado el mayor vigor. El objetivo de esta poda es encontrar brotes
reproductivos fértiles y bien ubicados que permitan una mejor calidad con
rendimientos regulares. Las podas de producción se hacen en los cladodios
terciarios que tengan una longitud superior a los 70 cm de longitud, esta poda
que es la primera y consiste en despuntar el cladodio eliminando entre los 5 a
10 cm del extremo o ápice de crecimiento.
Para evaluar las podas hechas comúnmente por los productores se hicieron dos
experimentos de poda teniendo en cuenta el desarrollo vegetativo de la planta.
58 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Figura 43. Izquierda. Poda de una penca. Derecha. Poda corta de producción en plantas de pitaya
amarilla. Fotos por J.A. Medina S.
Los resultados de los experimentos en poda, indican que hay un efecto positivo
de la poda sobre la producción de fruta en pitaya amarilla (Figura 45).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 59
2000
Número de frutos
1500
1000
B A BBA
500 A
0
Poda Agricultor Poda Corta Poda Larga
Tratamientos
Figura 45. Producción de pitaya amarilla por cosecha y por tratamiento en la localidad Riofrio.
Figura 46. Ramas de pitaya amarilla sin podas. Nótese la longitud de las
pencas. Foto por M. Martínez.
60 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
En las evaluaciones realizadas se encontró que del total producido, el aporte de
las plantas con poda corta fue del 39%, seguido de plantas con poda larga el 35%
y finalmente el aporte de las plantas con el manejo del productor fue del 26%.
6.6. Fertilización
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 61
El cultivo de pitaya amarilla responde muy bien a las aplicaciones de materia
orgánica y en general a todo tipo de fertilizantes naturales como humus y
compost. La fertilización al suelo debe hacerse en forma de media luna para
las zonas en ladera (Figura 48 A), alrededor de la planta, a una distancia de 30
centímetros de la base de la rama primaria. En zonas planas, la fertilización se
hace en círculos alrededor de la base de la rama primaria (Figura 48 B).
A B
Figura 48. Fertilización en pitaya amarilla. A. Aplicación en media luna en la base de plantas
en zona de ladera. B. Aplicación en círculo en cultivos de zona plana. Fotos por M. Martínez.
62 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Es conveniente conocer las plantas con exactitud para saber cómo controlarlas
o saber que producto utilizar para ser eficientes en el control.
La zona que rodea la planta a unos sesenta centímetros del tallo, conocida
como zona de plateo se debe hacer la limpieza manualmente, debido a que
el uso de herramientas puede dañar el sistema de raíces, que como se explicó
anteriormente es muy superficial y es en esa zona en donde más concentración
hay de pelos absorbentes.
Debe tenerse en cuenta que para ejecutar las labores que son necesarias en el
control de arvenses, deben utilizarse las protecciones adecuadas y tomar todas
las medidas necesarias para evitar contaminación del fruto, así como del suelo,
del agua y del aire; además, debe preservarse la seguridad de los operarios
manteniendo abundante agua limpia disponible. También debe contarse
con los sitios adecuados para la preparación de la mezcla y los instrumentos
necesarios para utilizar las dosis indicadas.
6.8. Conclusiones
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 63
7. Insectos plagas
de importancia económica en
el cultivo de pitaya amarilla
7.1. Introducción
Muy pocos estudios se han realizado sobre las plagas de la pitaya amarilla.
Existen dos plagas claves, el chinche patón Leptoglossus zonatus (Dallas)
(Hemiptera: Coreidae) (Figura 49) y la mosca del botón floral de la pitaya Dasiops
saltans Townsend (Diptera: Lonchaeidae) (Figura 51). Además existen unas 27
plagas ocasionales (23 insectos, un ácaro, un ave y dos moluscos) (Medina y
Kondo, 2012).
Figura 49. Izquierda. Leptoglossus zonatus (Dallas) sobre pencas de pitaya. Derecha. Síntomas de
clorosis en cladodios de pitaya amarilla causado por L. zonatus. Nótense las hormigas atraídas a los
exudados de las heridas. Fotos por T. Kondo.
64 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Después de la etapa de enraizamiento, cuando se establece el cultivo en el
campo, se inicia el desarrollo vegetativo. En esta etapa de crecimiento, cuando
los brotes tienen una longitud mayor a 40 cm, se empiezan a ver daños de
los coleópteros Trachyderes interruptus Dupont (Coleoptera: Cerambycidae)
y Gymnetis spp. (Coleoptera: Scarabaeidae). La etapa de floración de la pitaya
amarilla dura en promedio 7 a 8 semanas de acuerdo con la altitud del cultivo.
El botón floral tiene un crecimiento exponencial, lento en las dos o tres primeras
semanas en cuya etapa mide entre 0,5 a 3,0 cm, seguido por un crecimiento
rápido que al momento de antesis mide entre 60 a 70 cm (Medina, 1990).
Las primeras cuatro semanas es la etapa cuando ataca el chinche patón
Leptoglossus zonatus. El daño de los botones florales es causado por los adultos
y las ninfas de L. zonatus en los diferentes instares. Entre la tercera y séptima
semana es atacada por la mosca del botón floral Dasiops saltans y ocasionalmente
por otras dos especies de loncheidos, identificados como Lonchaea longicornis
Willinston y Neosilba batesi Curran (Medina y Kondo, 2012). Unos días previos a
la antesis, la flor es atacada por la “abejita cortadora”, Trigona sp. (Hymenoptera:
Apidae: Meliponinae) (Medina y Kondo, 2012).
La hormiga arriera, Atta cephalotes ataca tanto las partes vegetativas de la planta,
así como los botones florales y el fruto. En general, durante el llenado de fruto no se
presentan ataques de insectos. Es también necesario podar las ramas muy largas
que permiten en épocas húmedas que las babosas y caracoles suban a los frutos
y los raspen con las rádulas, dañando la epidermis del fruto, y así disminuyendo la
presentación del fruto para el mercado (Medina y Kondo, 2012).
Cuando ya se está completando el llenado de fruto y el fruto tiene un color verde
amarillo, en algunas zonas se presentan los ataques de los loros o periquitos
verdes del género Forpus sp. (Medina y Kondo, 2012).
Permanentemente, las plantas de pitaya amarilla están expuestas a ataques en la
base o cuello de la planta por hormigas de fuego, Solenopsis sp. (Hymenoptera:
Formicidae) (Medina y Kondo, 2012).
Taxonomía
Nombre común: Chinche patón
Clase: Insecta
Orden: Hemiptera
Familia: Coreidae
Género: Leptoglossus Guérin-Méneville
Especie: Leptoglossus zonatus (Dallas)
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 65
El chinche patón Leptoglossus zonatus (Figura 49, Izquierda) ataca en las primeras
cuatro semanas desde que aparecen los botones florales. El daño a los botones
florales es causado por los adultos y las ninfas en sus diferentes instares. El
daño ocurre mediante la alimentación del insecto la cual realiza al succionar
la savia de la planta usando el aparato bucal chupador. La alimentación del
chinche patón, causa síntomas de clorosis en los cladodios (pencas) (Figura 49,
Derecha). Los puntos de alimentación sirven de entrada para hongos y bacterias,
y los exudados de las heridas atraen otros insectos como hormigas (Figura 49,
Derecha) y cucarrones.
Los botones afectados por L. zonatus toman un color rojizo (Figura 50, Arriba-
Izquierda) en comparación con botones sanos que son de un color verdoso
(Figura 50, Arriba-Centro). Los botones florales afectados por L. zonatus se
distinguen de aquellos afectados por la mosca del botón floral, hongos y
Figura 50. Arriba. Izquierda. Botón floral afectado por hongo, probablemente
Fusarium sp. Nótese micelio en la base del botón floral. Centro. Botón floral sano.
Derecha. Botón floral afectado por L. zonatus. Nótese la coloración oscura de las
anteras y pistilos. Fotos por T. Kondo.
66 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
problemas fisiológicos que también son de color rojizo, porque las anteras
y pistilos se tornan de un color oscuro. Los botones afectados por hongos
comúnmente muestran crecimiento de micelio en la base del botón floral
(Figura 50, Abajo-Izquierda). Los botones afectados por la mosca del botón
floral contienen larvas, muestran daño de alimentación u orificios de salida de
las larvas del tercer instar. Los botones florales afectados por daños fisiológicos
tienen anteras y pistilos sanos. Los daños causados por el chinche patón
frecuentemente pasan desapercibidos debido a que los chinches se desplazan
a otras plantas cuando se empiezan a manifestar los síntomas de daño. La pitaya
amarilla no es un hospedero preferido de L. zonatus, y los daños ocurren cuando
los lotes de pitaya amarilla están en la cercanía especialmente de cultivos de
maíz y cucurbitáceas donde habitan comúnmente.
7.3.1. Taxonomía
La mosca del botón floral, Dasiops saltans (Figura 51) es un problema fitosanitario
de gran importancia que ocasiona pérdidas en la floración que puede variar
entre un 40% y 80% (Vergara y Pérez, 1988). En el municipio de Fusagasugá
(Cundinamarca), los lotes con mayor floración presentaron el mayor porcentaje
de pérdidas de botón floral (Vergara y Pérez, 1988). En las zonas productoras
de pitaya amarilla en el Valle del Cauca, la mosca del botón floral se conoce
como una plaga limitante ocasionando daños hasta del 80% en los municipios
de Restrepo, Bolívar y Trujillo (Delgado et al., 2010a).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 67
Figura 51. Mosca del botón floral de la pitaya amarilla, D. saltans. Foto por T. Kondo.
Las denominadas moscas de las frutas son insectos que causan las mayores
pérdidas a las frutas cultivadas en el mundo. Comprende diez familias de
Tephritoidea (Colless & McAlpine, 1991), de las cuales solamente los Tephritidae
y los Lonchaeidae son referidos como plagas de frutos.
68 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
De los Lonchaeidae es muy poco lo que se conoce de los aspectos biológicos en
el neotrópico (Korytkowski y Ojeda, 1971). Recientemente, Delgado et al. (2010b)
encontraron a una especie de Lonchaeidae del género Neosilba (Figura 52, Centro
y Derecha) asociada con la pudrición basal del fruto de la pitaya amarilla (Figura
52, Izquierda), reportando que de 120 frutos con síntomas de pudrición basal, un
90% de los frutos contenían larvas de Neosilba sp. (Figura 52, Centro).
Figura 52. Izquierda. Fruto de pitaya amarilla con síntomas de pudrición basal. Centro. Larva
del tercer instar de Neosilba sp. dentro de tejidos afectados por pudrición basal. Derecha. Moscas
adultas. Fotos por A. Delgado.
Los botones florales sanos de la pitaya amarilla son de un color verde (Figura
53, Izquierda). Por otro lado, los botones florales afectados por Dasiops saltans
se reconocen en el campo por la coloración rojiza (Figura 53, Derecha) la cual
parece ser una respuesta fisiológica de la planta al estrés causado por diferentes
factores de tipo climático, plagas y/o enfermedades (Delgado et al., 2010a).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 69
Figura 53. Izquierda. Botones florales de pitaya amarilla sanos característicos por su tonalidad
verdosa. Derecha. Botones florales de pitaya amarilla afectados por D. saltans. Nótese la coloración
rojiza de los botones afectados. Fotos por T. Kondo.
7.3.2. Daños
En la zona productora de pitaya amarilla en el Valle del Cauca, la mosca del botón
floral de la pitaya se conoce como un problema limitante ocasionando daños en
la producción hasta del 80% en los municipios de Bolívar, Restrepo y Trujillo. Las
bases de manejo integrado de plagas son muy pocas y los agricultores dedican los
esfuerzos de control en el uso de productos de síntesis química con consecuencias
que resultan en resistencia por parte de las plagas y dificultad para la exportación
debido a las trazas de pesticidas en los frutos (Delgado et al., 2010a).
Figura 54. Izquierda. Botón floral afectado por D. saltans. Derecha. Larvas de D. saltans dentro del
estilo del botón floral (ver círculo). Fotos por T. Kondo.
70 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Mediante el conocimiento del comportamiento de la especie y la forma de
ataque sobre los botones florales, se pueden adoptar mejores estrategias de
manejos de la plaga, más económicos y amigables con el medio ambiente, lo
que permitiría superar las barreras cuarentenarias que regulan la exportación
de la fruta. Los síntomas ocasionados por la mosca del botón floral de la pitaya
amarilla se pueden confundir con aquellos causados por problemas fisiológicos
inducidos por cambios drásticos en las temperaturas, hongos, y otro insectos
como el chinche patón L. zonatus, por lo que es importante disectar los botones
florales para verificar la presencia de larvas de D. saltans (Figura 54, Derecha).
Huevos
Los huevos de D. saltans son puestos dentro del botón floral, a veces pueden ser
observados en grupos o individualmente. En promedio la duración del estado
de huevo fue de 3.74 (± 0.40) días (Tabla 3). Recién puestos, los huevos (Figura
55 A) de D. saltans son elongados, de color hialino, pero no traslucido, cambia a
blanco cremoso después de la eclosión. Su corion es liso y mide de 1 a 2 mm de
longitud (Delgado et al., 2010a).
Figura 55. Estados de vida de Dasiops saltans. A. Huevos; B. Larvas del primer instar; C. Larva del
segundo instar; D. Larva del tercer instar; E. Pupa; F. Adultos. Arriba, hembra; Nótese ovipositor en
forma de lanza (ver circulo y cuadro rojo). Abajo, macho. Fotos por A. Delgado.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 71
Tabla 3. Duración en días de los diferentes estados de desarrollo de
Dasiops saltans bajo condiciones de laboratorio (29.8 ± 2°C, 65 ± 2%
H.R y 12 horas de fotoperiodo). Tomado de Delgado et al. (2010a).
Tiempo de desarrollo (días)
Estados de desarrollo
Medias* Rango
Huevo 3.74 (± 0.40) 3–4
L1 3.29 (± 0.98) 3–4
L2 2.47 (± 0.76) 2–4
L3 3.29 (± 0.98) 3–4
Pupa 8.06 (± 2.82) 5 – 13
Total (Huevo – adulto) 20.85 (± 5.94) 16 – 29
Larvas
Las larvas de D. saltans (Figuras. 55 B−D) presentan una apariencia típica de
moscas de la fruta. Son de tipo vermiforme, tienen forma ensanchada en la
parte caudal y se adelgazan gradualmente hacia la cabeza; son de color blanco
a blanco amarillento a medida que se va dando el crecimiento. Su cuerpo está
conformado por 11 segmentos, tres corresponden a la región torácica y ocho
al abdomen. La cabeza, no se encuentra esclerosada, es pequeña, retráctil y
en forma de cono. Poseen mandíbulas con forma de ganchos esclerosados
paralelos que se distinguen en el aparato bucal. Con la morfología y medida de
los ganchos bucales se pueden determinar los tres instares larvales (Delgado
et al., 2010a).
72 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Segundo instar larval
La duración promedio de las larvas del segundo instar (L2) (Figura 55 C) fue
de 2,47 (± 0,76) días (Tabla 3). Al igual que las larvas del primer instar (Figura
55 B), inicialmente son de color hialino y rápidamente se tornan amarillo
claro. Los ganchos bucales ya están completamente esclerotizados, pero no
son tan desarrollados como los de las larvas del tercer instar (Figura 55 D). Los
espiráculos caudales de las larvas del segundo instar comienzan a esclerotizarse
y se identifican como dos puntos oscuros (Figura 55 C) (Delgado et al., 2010a).
Pupa
Las larvas antes de pasar a prepupa se entierran a una distancia promedio de
un centímetro bajo la superficie del suelo para transformarse en pupa. La pupa
(Figura 55 E) es de forma cilíndrica tipo coartata, con 11 segmentos, el color varía
entre marrón claro y marrón oscuro y en los extremos se notan los espiráculos
anteriores y posteriores. La longitud tiene un promedio de 4,5 mm y pueden durar
entre 5 y 13 días hasta la emergencia del adulto (Tabla 3) (Delgado et al., 2010a).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 73
Adultos
Las moscas adultas (Figura 55 F) son pequeñas, de aproximadamente 5 mm
de longitud, de color azul metálico brillante y pueden durar aproximadamente
8 días. Las hembras adultas (Figura 55 F, arriba) poseen un ovipositor retráctil
y pronunciado con punta en forma de lanza y el macho adulto (Figura 55 F,
abajo) tiene el último segmento abdominal redondeado. De los 50 individuos
examinados se obtuvo una razón sexual hembra: macho de 1,5: 1 (Delgado et
al., 2010a).
7.3.4. Hábitos
Las hembras adultas de D. saltans usan su largo ovipositor (Figura 55 F, Arriba)
para depositar los huevos dentro de los botones florales cuando estos miden de
1,0 a 42,0 cm de longitud. Un botón floral puede presentar larvas de diferentes
instares ya que varias hembras pueden ovipositar en él. A la eclosión, la larva
rompe el corión y sale para alimentarse de las anteras y otros órganos internos
del botón floral. La alimentación de las larvas en las estructuras reproductivas
del botón floral causa una pudrición de adentro hacia fuera deteniendo así el
desarrollo (Figura 54). Los botones florales de la pitaya amarilla afectados por las
larvas de D. saltans se tornan rojizos (Figura 53, Derecha) y se desprenden con
facilidad. Los botones sanos de la pitaya amarilla son de un color verdoso (Figura
53, Izquierda). Al completar el desarrollo, la larva abre un orificio en el botón
(Figura 56) por el cual sale y cae al suelo en donde se entierran para empupar
y continuar con el ciclo hasta la emergencia del adulto (Delgado et al., 2010a).
74 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
de larvas del insecto se pueden realizar colectas de los botones que presenten
síntomas de daño y enterrarlos en una fosa cubriéndolos con una delgada capa
de cal, y posteriormente tapándolos con una capa de 30 cm de tierra como lo
sugieren Insuasty et al. (2007) para el control de moscas de la frutas en frutos de
guayaba. La capa de cal no es necesaria para el entierre pero se recomienda para
evitar la contaminación de hongos entomopatogenos que puedan estar en los
tejidos afectados por la mosca. Según Insuasty et al. (2007), esta medida sencilla,
puede disminuir significativamente una infestación endémica de una plantación
comercial evitando que las larvas completen el ciclo de vida. La recolecta constante
de botones florales con síntomas de daño (amarillos o rojizos) puede contribuir a
la disminución de las poblaciones de D. saltans en un cultivo.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 75
que la proteína hidrolizada de soya. Sin embargo las diferencias fueron mínimas y
las proteínas hidrolizadas estudiadas de maíz y soya, además de atraer a D. saltans,
atraen otras especies de moscas de la familia Lonchaeidae, las cuales son muy
similares a D. saltans. Por esta razón, Imbachi et al. (2012) no recomiendan las
proteínas hidrolizadas de maíz y soya ni para monitoreo ni para tomar decisiones
para realizar aplicaciones de pesticidas debido a la dificultad para diferenciar las
moscas adultas de D. saltans de otras especies de la familia Lonchaeidae que son
también atraídas a las trampas McPhail y no atacan la pitaya amarilla. Las moscas
capturadas en las trampas se deben examinar por una persona capacitada para
diferenciar a D. saltans de las otras especies que no son plagas. Se requiere de la
ayuda de lentes de magnificación o un estereoscopio para verificar la presencia de
D. saltans en los trampeos. Las hembras adultas de D. saltans se pueden identificar
por la presencia de un largo ovipositor con punta en forma de lanza en la zona
posterior del abdomen (Figura 55 F), el cual usan para poner los huevos dentro de
los botones florales cerca de las anteras.
7.5. Discusión
El tiempo del ciclo de vida de D. saltans desde huevo hasta adulto reportado por
López y Ramírez (1998) desde que se colectan los botones hasta la obtención
de los adultos fue de 31.5 días, 2.5 días más largo que el máximo rango
obtenido en el estudio por Delgado et al. (2010a). López y Ramírez (1998) no
dieron datos de los parámetros ambientales en que se criaron las pupas. Sin
embargo, la diferencia en el tiempo de desarrollo entre los dos estudios puede
estar relacionada con las condiciones ambientales como la temperatura y
humedad relativa ya que las observaciones de estos autores fueron realizadas
en las instalaciones de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional
de Colombia, sede Bogotá, donde las temperaturas probablemente son más
bajas y el insecto necesita mayor tiempo para el desarrollo. Se estableció que
la relación de sexos hembra: macho en el estudio por Delgado et al. (2010a)
corresponde a una proporción de 1,5: 1,0 a diferencia de la reportada por López
y Ramírez (1998) de 1,0 hembra: 1,0 macho.
76 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
otros hospederos, aunque existe la posibilidad de que todavía no hayan sido
descubiertos. También es posible que las pupas entren en un periodo de
estivación o latencia durante el periodo vegetativo mientras que aguardan la
siguiente floración. Sin embargo, se necesitan estudios adicionales para probar
estas hipótesis (Delgado et al., 2010a).
7.6. Conclusiones
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 77
8. Enfermedades limitantes
en el cultivo de pitaya amarilla
8.1. Introducción
78 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
suave de la penca y pudrición basal del fruto mediante la evaluación de prácticas
culturales, opciones químicas y biológicas; así como, determinar si la entomofauna
tiene incidencia en la diseminación de la Pudrición basal del fruto.
Esta enfermedad, se inicia con una lesión amarilla sobre la base del fruto, de
máximo cinco milímetros de diámetro en el sitio donde éste se une a la penca
(Figura 57).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 79
adaptada a la dispersión aérea y se encuentra comúnmente como colonizador
primario Fusarium oxysporum, por el contrario pertenece a los patógenos del
suelo. En este trabajo también se identificaron los hongos Cephalosporium
corda (12,80%), Gliocladium corda (7,68%), Fusarium sp., sección roseum
(5,19%), Fusarium chlamydosporum (0,79%), y Fusarium equiseti (0,23%).
La Pudrición basal de fruto (Figura 58) también se ha asociado al complejo
Fusarium oxysporum – Fusarium oxysporum f. sp. melonis (Rojas et al., 2008).
80 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Figura 59. Diagramas de severidad para la evaluación de Pudrición basal de los frutos de pitaya
amarilla. Diseño por A. Rojas-Triviño y M. L. Orozco, 2009.
La bacteria, que penetra por las heridas presentes en los tejidos, se puede
diseminar por medio de herramientas contaminadas e insectos y el desarrollo
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 81
Figura 60. Cladodios de pitaya amarilla afectadas Figura 61. Cladodios de pitaya amarilla afectadas
por Pudrición suave de la penca. Foto por: Alberto por pudrición suave de la penca. Foto por: J.A.
Rojas-Triviño. Medina S.
82 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Las plantas afectadas por nem-
atodos se caracterizan por per-
der turgencia, haciendo que los
cladodios se tornen flácidos,
pierdan el color verde carac-
terístico y se tornen de un color
amarillento. Una característica
del daño causado por nemat-
odos, es que se presenta en
parches dentro del cultivo, los
cuales si no son controlados
rápidamente van aumentando
en área y puede generalizarse Figura 62. Raíces de pitaya amarilla exhibiendo agallas
ocasionadas por nematodos del género Meloidogyne.
en el cultivo (Figuras 63 y 64). Foto por J.A. Medina S.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 83
Figura 65. Raíces de pitaya amarilla afectadas por
Helicotylenchus sp. Foto por J.A. Medina S.
8.5. Antracnosis
Figura 66. Cladodios de pitaya amarilla, en los cuales se observan lesiones típicas de Antracnosis.
Foto por: Alberto Rojas-Triviño.
84 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
El principal agente diseminador de las estructuras del hongo (esporas o conidias)
es el viento, aunque muchos insectos pueden transportar en su cuerpo esporas
y conducir a la diseminación de la enfermedad.
Figura 67. Poda sanitaria en lote altamente afectado por Pudrición suave de la
penca en la localidad de Riofrio, Valle del Cauca. Foto por J.A. Medina S.
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 85
2. Realizar podas sanitarias. Estas se hacen con el propósito de eliminar las
partes de la planta que se encuentran afectadas por algún tipo de patógeno
o insecto. La eliminación de las partes enfermas de las plantas y el posterior
retiro del cultivo, reduce significativamente la presión de los agentes
causantes de enfermedades sobre las plantas. Es importante, el cambio o
desinfección de la herramienta de poda y la cicatrización de la herida que
queda en la planta.
3. Es importante mantener las distancias de siembra para evitar alta humedad
en el cultivo y el favorecimiento del desarrollo de fitopatógenos.
4. Se recomienda quitar a mano los residuos secos que quedan luego de la
apertura de la flor, para evitar que sean hospederos de hongos y/o insectos
potencialmente dañinos que pueden provocar lesiones en los frutos.
También, se evita que los frutos se manchen o desarrollen pudrición, con
lo cual baja la presentación y afecta la calidad para la comercialización. Esta
tarea se realiza entre 6 a 12 días después de la apertura de la flor, cuando ya
se ha iniciado el llenado del fruto.
5. Se deben retirar constantemente del lote los residuos vegetales generados
en el manejo del cultivo; se deben recolectar las partes afectadas y
preferiblemente deben depositarse en una fosa retirada del cultivo, la
cual debe irse cubriendo cada 20 centímetros con abundante cal hasta el
número de capas que sean necesarias; por último se tapa con suelo con un
espesor mínimo de 20 cm.
6. Algunos productores solarizan las frutas afectadas con pudrición en lugares
alejados del cultivo; otros productores solo colectan los residuos de las
podas y los sacan del cultivo pero no los entierran, lo cual no es lo más
indicado, ya que los agentes que causan las enfermedades, siguen haciendo
presencia dentro del cultivo y desarrollándose en las partes podadas que
quedaron en el suelo.
7. Desinfección de herramientas de corte y cosecha. Esta se puede realizar con
productos como (solución concentrada de yodo) en dosis de 1.5 a 3 ml/L o
i.a N-Aquil-dimel bencil amonio 40% y urea estabilizada tipo grasa 60%) en
dosis de 3,0 ml/L. Con la desinfección de las herramientas de poda, se evita
que dichas herramientas lleven de planta a planta un patógeno.
8. Aplicación de productos fungicidas preventivos desde el estado de botón.
Para este tipo de manejo utilizan productos como Ditiocarbamatos,
Bencimidazoles, Imidazoles. Las aplicaciones no se hacen con regularidad,
a la hora de la aplicación se deben tener presentes aspectos como: las
observaciones en campo, la aparición de síntomas, épocas de floración y
época de lluvia. Así como, tener en cuenta las formas correctas de formulación
y aplicación de cada uno de los productos y, la calidad del agua a utilizar
para la mezcla. No se debe olvidar, que el uso continuo e inapropiado de
86 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
un mismo ingrediente activo, acelera la aparición de patógenos resistentes
a estos mismos productos, por lo cual es ideal que los ingredientes activos
sean rotados regularmente.
9. El manejo de arvenses se puede realizar de forma química o mecánica. El
manejo mecánico se realiza con ayuda de la guadaña y se debe focalizar en
el manejo de las arvenses en las calles de las parcelas y los herbicidas a los
surcos y platos de cada planta. El principio básico en el manejo de arvenses
es crear condiciones del ambiente y del suelo que sean favorables al cultivo.
Comprende todos aquellos métodos encaminados a reducir al mínimo
la competencia que las arvenses ejerzan sobre el cultivo, así como otros
efectos en las labores agrícolas. Adicionalmente, la reducción de arvenses
evita la formación de microclimas favorables dentro del cultivo, para el
desarrollo de patógenos (aumento de la humedad relativa, láminas de agua
sobre las plantas, hospedantes alternos, etc.).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 87
10. Cosecha
9.1. Introducción
Previo a la cosecha, se procede a eliminar las espinas del fruto (Figura 68,
Izquierda) para facilitar el corte y evitar daño de la fruta con las espinas. El retiro
de las espinas debe hacerse con un cepillo de cerdas suaves y de fácil manejo. El
cepillado debe hacerse de la base del fruto hacia el extremo (Figura 68, Derecha).
Figura 68. Eliminación de las espinas del fruto antes del corte. Izquierda. Fruto listo para cosecha
en estado de madurez 4. Derecha. Sentido que debe llevar el cepillo para la eliminación de espinas.
Fotos por J.A. Medina S. y D. Muñoz.
88 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Los empaques de comercialización deben estar limpios, en buen estado, debe
permitirse una adecuada ventilación del producto. Los materiales utilizados
deben ser inertes, inocuos y que no afecten el medio ambiente. Si se utilizan
empaques de plástico o cartón deben tener el fondo y las superficies de
contacto lisas. Deben evitarse utilizar canastillas con perforaciones en forma de
malla, ya que pueden dañar la fruta.
La cosecha se hace de acuerdo con las demandas del mercado y para esto se
tiene en cuanta el grado de madurez de la fruta siguiendo la Norma Técnica
Colombiana NTC 3554 para frutos de pitaya amarilla, la cual presenta los
cambios en la coloración externa, que permite identificar siete (7) estados de
madurez, que van desde el color 0, que corresponde a la madurez fisiológica del
fruto, hasta el color 6 o madurez total (Figura 69).
0 1 2 3 4 5 6
Figura 69. Tabla de Color Norma Técnica Colombiana, NTC-3554 Icontec.
Para la cosecha de pitaya amarilla, se utilizan tijeras podadoras, las cuales deben
estar limpias, afiladas y desinfectándolas periódicamente con un producto que
sirva para este propósito. Se hace un corte diagonal para cortar el pedúnculo,
pero sin llegar a dañar los haces vasculares o parte central del cladodio (Figura 70
Izquierda), luego se hace otro corte en el otro lado de la fruta para desprenderla
totalmente. De acuerdo con la NTC 3554, el pedúnculo debe medir entre 15 a 20
mm (Figura 70, Derecha).
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 89
Figura 70. Izquierda. Recolección de pitaya amarilla en estado cuatro de madurez. Derecha. Pitaya
amarilla en estado seis de madurez con pedúnculo. Fotos por D. Muñoz.
La norma Técnica Colombiana NTC 5165, pone como requisitos para los recipientes
de cosecha, que antes de su uso deben estar lavados y desinfectados. Para esto se
recomienda lavar las canastillas periódicamente con cepillo, agua y jabón. Para la
desinfección de las canastillas se puede utilizar hipoclorito de sodio a concentración
de 5%, y debe ser obligatoria luego de recoger en ellas frutas enfermas.
Cuando la pitaya llega al punto de acopio (Figura 71, Izquierda), se debe pesar
(Figura 71, Derecha) y registrar la cantidad en el formato de cosecha, en este
punto se debe descontar el peso de la canastilla.
Figura 71. Izquierda. Recolección de pitaya amarilla en canastillas plásticas. Derecha. Pesaje de
frutos en sitio de acopio. Fotos por J.A Medina S.
90 Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia
Recomendaciones generales para la exportación de
Pitaya amarilla de acuerdo con la norma NTC 3553
Tecnología para el manejo de pitaya amarilla, Selenicereus megalanthus (K. Schum. ex Vaupel) Moran, en Colombia 91
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