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venido a establecerse entre el río Quinto y el río Co- Pero que haya quien diga: —Me gustaría ser el alma-
lorado, al naciente del río Chalileo. cenero de enfrente, don Juan o don Pedro —un nom-
Últimamente celebré un tratado de paz con ellos, que bre de pila cualquiera, sin apellido notorio—, eso no.
el Presidente aprobó, con cargo de someterlo al con- Y comprendo que haya quien diga: —Yo quisiera ser
greso. limpiabotas o vendedor de billetes de lotería.
Yo creía que siendo un acto administrativo no era ne- Yo comprendo el amor de Julieta y Romeo, como
cesario. comprendo el odio de Silva por Hernani, y com-
¿Qué sabe un pobre coronel de trotes constituciona- prendo también la grandeza del perdón.
les? Pero no comprendo esos sentimientos que no respon-
Aprobado el tratado en esa forma, surgieron ciertas den a nada enérgico, ni fuerte, a nada terrible o tierno.
dificultades relativas a su ejecución inmediata. Yo comprendo que haya en esta tierra quien diga: —
Esta circunstancia por un lado, por otro cierta incli- Yo quisiera ser Mitre, el hijo mimado de la fortuna y
nación a las correrías azarosas y lejanas; el deseo de de la gloria, o sacristán de San Juan.
ver con mis propios ojos ese mundo que llaman Tie- Pero que haya quien diga: —Yo quisiera ser el coronel
rra Adentro, para estudiar sus usos y costumbres, sus Mansilla —eso no lo entiendo, porque al fin, ese
necesidades, sus ideas, su religión, su lengua, e ins- mozo ¿quién es?
peccionar yo mismo el terreno por donde alguna vez Al general Arredondo, mi jefe inmediato entonces, le
quizá tendrán que marchar las fuerzas que están bajo debo, querido Santiago, el placer inmenso de haber
mis órdenes, he ahí lo que me decidió no ha mucho y comido una tortilla de huevos de avestruz en Nagüel
contra el torrente de algunos hombres que se decían Mapo, de haber tocado los extremos una vez más. Si
conocedores de los indios, a penetrar hasta sus tolde- él me niega la licencia, me quedo con las ganas, y no
rías y a comer primero que tú en Nagüel Mapo una te gano la delantera.
tortilla de huevo de avestruz.
Siempre le agradeceré que haya tenido conmigo esa
Nuestro inolvidable amigo Emilio Quevedo solía de- deferencia, y que me manifestara que creía muy
cirme cuando vivíamos juntos en el Paraguay, vis- arriesgada mi empresa, probándome así que mi
tiendo el ligero traje de los criollos e imitándolos en suerte no le era indiferente. Solo los que no son ami-
cuanto nos lo permitían nuestra sencillez y facultades gos pueden conformarse con que otro muera estéril-
imitativas: —¡Lucio, después de París, la Asunción! mente... y en la oscuridad.
Yo digo: —Santiago, después de una tortilla de hue-
La nueva línea de fronteras de la provincia de Cór-
vos de gallina frescos, en el Club del Progreso, A una
doba no está ya donde tú la dejaste cuando pasaste
de avestruz en el toldo de mi compadre el cacique
para San Luis, en donde tuviste la fortuna de conocer
Baigorrita.
aquel tipo que te decía un día en el Morro: —¡Yo no
Digan lo que quieran, si la felicidad existe, si la po- deseo, señor don Santiago, visitar la Europa por co-
demos concretar y definir, ella está en los extremos. nocer el Cristal Palais, ni el Buckingham Palace, ni las
Yo comprendo las satisfacciones del rico y las del po- Tullerías, ni el London Tunnel, sino por ver ese Sep-
bre; las satisfacciones del amor y del odio; las satis- tentrión! ¡Ese Septentrión!
facciones de la oscuridad y las de la gloria. Pero
Está la nueva línea sobre el río Quinto, es decir, que
¿quién comprende las satisfacciones de los términos
ha avanzado veinticinco leguas, y que al fin se puede
medios; las satisfacciones de la indiferencia; las satis-
cruzar del Río Cuarto a Achiras sin hacer testamento
facciones de ser cualquier cosa?
y confesarse.
Yo comprendo que haya quien diga: —Me gustaría
Muchos miles de leguas cuadradas se han conquis-
ser Leonardo Pereira, potentado del dinero.
tado.
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¡Qué hermosos campos para cría de ganados son los En la frontera internacional esto habría sido un error
que se hallan encerrados entre el río Cuarto y río militar, pues los obstáculos deben siempre dejarse a
Quinto! vanguardia para que el enemigo sea quien los supere
La cebadilla, el porotillo, el trébol, la gramilla, crecen primero.
frescos y frondosos entre el pasto fuerte; grandes ca- Pero en la guerra con los indios el problema cambia
ñadas como la del Gato, arroyos caudalosos y de de aspecto, lo que hay que aumentarle a este enemigo
largo curso como Santa Catalina y Sampacho, lagu- no son los obstáculos para entrar, sino los obstáculos
nas inagotables y profundas como Chemeco, Tara- para salir.
pendá y Santo Tomé constituyen una fuente de ri- El punto fuerte principal de la nueva línea de frontera
queza de inestimable valor. sobre el río Quinto se llama Sarmiento. De allí arranca
Tengo en borrador el croquis topográfico, levantado el camino que por Laguna del Cuero, famosa para los
por mí, de ese territorio inmenso, desierto, que con- cristianos, conduce a Leubucó, centro de las tolderías
vida a la labor, y no tardaré en publicarlo, ofrecién- ranquelinas.
doselo con una memoria a la industria rural.1 De allí emprendí mi marcha.
Más de seis mil leguas he galopado en año y medio Mañana continuaré.
para conocerlo y estudiarlo.
Hoy he perdido tiempo en ciertos detalles creyendo
No hay un arroyo, no hay un manantial, no hay una que para ti no carecerían de interés.
laguna, no hay un monte, no hay un médano donde
Si al público a quien le estoy mostrando mi carta le
no haya estado personalmente para determinar yo
sucediese lo mismo, me podría acostar a dormir tran-
mismo su posición aproximada y hacerme baqueano,
quilo y contento como un colegial que ha estudiado
comprendiendo que el primer deber de un soldado es
bien su lección y la sabe.
conocer palmo a palmo el terreno donde algún día ha
¿Cómo saberlo?
de tener necesidad de operar.
Tantas veces creemos hacer reír con un chiste y el au-
¿Puede haber papel más triste que el de un jefe con
ditorio no hace ni un gesto.
responsabilidad, librado a un pobre paisano, que lo
guiará bien, pero que no le sugerirá pensamiento es- Por eso toda la sabiduría humana está encerrada en
tratégico alguno? la inscripción del templo de Delfos.
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El sol no comenzaba aún a disipar el cristalino rocío, caciques menores, Epumer y Yanquetruz y sesenta
que una noche serena había depositado sobre la capitanejos, cuyos nombres son: Caniupán, Melideo,
agreste alfombra de la pampa y ya galopábamos Relmo, Manghin, Chuwailau, Caiunao, Ignal, Tripai-
aprovechando la fresca de una lindísima mañana de lao, Millalaf, Quintunao, Nillacaoe, Peñaloza, Anca-
abril. ñao, Millanao, Pancho, Carrinamón, Cristo, Naupai,
Era necesario hacerlo así para no pasar otra noche en Antengher, Nagüel, Lefín, Quentreú, Jacinto, Tuqui-
el camino. nao, Tropa, Wachulco, Tapaio, Caiomuta, Quinchao,
Epuequé, Yanque, Anteleu, Licán, Millaqueo, Painé,
Yo no tenía que contemplar tanto las cabalgaduras,
Mariqueo, Caiupán, José, Manqué, Manuel,
como los que habían seguido por el camino del Cuero.
Achauentrú, Güeral, Islaí, Mulatu, Lebín, Guinal,
El itinerario del Bagual está sembrado de hermosas
Chañilao, Estanislao, Wiliner, Palfuleo, Cainecal, Co-
lagunas de agua dulce y permanente; en sus bañados
ronel, Cuiqueo, Frangol, Yancaqueo, Yancaó, Gabriel,
vastísimos, hay siempre excelente pasto y en las pro-
Buta y Paulo.
fundas sinuosidades de un terreno quebrado y mon-
Cada uno de estos capitanejos acaudilla diez, quince,
tuoso, sombra y leña.
veinte, veinticinco y hasta treinta indios de pelea.
Dichas lagunas, saliendo de Agustinillo hasta llegar
Por indio de pelea se entiende el varón sano, robusto,
frente a la Villa de Mercedes, sobre el río Quinto son:
de dieciséis hasta cincuenta años.
Overamanca, el Chañar, Loncomatro, la Seña; aquí se
abren dos caminos, uno para el 3 de Febrero y otro Tomando por término medio, que cada caudillo, ca-
para las Totoritas, las Acollaradas, el Corralito, el Ma- cique, o capitanejo pueda poner en armas veinte in-
chomuerto, Santiago Pozo, la Hallada, el Tala, el Ba- dios resultarían mil trescientos.
johondo, el Guanaco, Sallape, Pozo de los Avestruces Efectivamente, esta cifra está en concordancia con lo
y Pozo Escondido. que parece fuera de duda, a saber: que Mariano Rosas
Todas ellas presentan más o menos la misma fisono- y Ramón tienen cerca de seiscientos indios de pelea y
mía. Baigorrita un poco más.
Aquellos campos desiertos e inhabitados tienen un Esas ocho o diez mil almas ocupan una zona de tierra
porvenir grandioso, y con la solemne majestad de su próximamente de dos mil leguas cuadradas, entre los
silencio, piden brazos y trabajo. 63º y 66º de latitud sur; y los 35º y 27º de longitud este,
cuyos límites naturales pueden determinarse así:
¿Cuándo brillará para ellas esa aurora color de rosa?
Al norte, la laguna del Cuero; al sur, la punta del río
¡Cuándo!
Salado; al oeste, este mismo río, y al este, la pampa.
¡Ay! Cuando los ranqueles hayan sido exterminados
En ese vasto perímetro se hallan diseminados unos
o reducidos, cristianizados y civilizados.
cuatrocientos o seiscientos toldos.
¿Y cuántos son los ranqueles, de cuya vida, usos y
Cada toldo constituye una familia, que no baja nunca
costumbres he procurado dar una ligera idea en el
de diez personas, y no hay toldo en el que no se en-
transcurso de las páginas antecedentes?
cuentre un cautivo o cautiva grande o chico.
De ocho o diez mil almas, inclusive unos seiscientos
Según este dato resultaría una población de cuatro a
u ochocientos cautivos cristianos de ambos sexos, ni-
seis mil almas.
ños, adultos, jóvenes y viejos.
Pero nótese que el cálculo se basa en el mínimum de
¿En qué me fundo para decirlo?
personas que forma la familia.
En ciertas observaciones oculares, en datos que he re-
De consiguiente, suponiendo que el punto de partida
cogido y en un cálculo estadístico muy sencillo.
de cuatrocientos o seiscientos toldos fuese exagerado,
Las tres tribus de Mariano Rosas, de Baigorrita y de
siempre resultaría una población más o menos de
Ramón, que constituyen la gran familia ranquelina,
cuatro a seis mil almas, desde que la cifra de diez per-
cuentan los tres caciques principales susodichos, dos
sonas por familia es reducida.
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Todos los toldos que yo he visto tenían de veinte per- ..........................................
sonas arriba. Los ranqueles derivan de los araucanos, con los que
Ahora siendo un principio estadístico, que cada diez mantienen relaciones de parentesco y amistad.
mil almas suministran, sin esfuerzo, mil útiles para el Tienen la frente algo estrecha, los juanetes salientes,
servicio de las armas, resulta que la cifra de mil tres- la nariz corta y achatada, la boca grande, los labios
cientos indios de pelea es una hipótesis racional para gruesos, los ojos sensiblemente deprimidos en el án-
determinar la población de los ranqueles. gulo externo, los cabellos abundantes y cerdosos, la
Sea de esto lo que fuere, la triste realidad es que los barba y el bigote ralo; los órganos del oído y de la
indios están ahí amenazando constantemente la pro- vista más desarrollados que los nuestros, la tez co-
piedad, el hogar y la vida de los cristianos. briza, a veces blancoamarillenta, la talla mediana, las
¿Y qué han hecho estos, qué han hecho los gobiernos, espaldas anchas, los miembros fornidos.
qué ha hecho la civilización en bien de una raza des- Pero estos caracteres físicos van desapareciendo a
heredada, que roba, mata y destruye, forzada a ello medida que se cruzan con nuestra raza, ganando en
por la dura ley de necesidad? estatura, en elegancia de formas, en blancura y hasta
¿Qué ha hecho? en sagacidad y actividad.
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¿No tuvieron los conquistadores que casarse con mu- Si hay algo imposible de determinar, es el grado de
jeres indígenas, entroncando recién entre sí, pasada civilización a que llegará cada raza: y si hay alguna
la primera generación? teoría calculada para justificar el despotismo, es la
Y entonces, si es así, todos los americanos tenemos teoría de la fatalidad histórica.
sangre de indio en las venas, ¿por qué ese grito cons- Las calamidades que afligen a la humanidad nacen
tante de exterminio contra los bárbaros? de los odios de razas, de las preocupaciones invetera-
Los hechos que se han observado sobre la constitu- das, de la falta de benevolencia y de amor.
ción física y las facultades intelectuales y morales de Por eso el medio más eficaz de extinguir la antipatía
ciertas razas, son demasiado aislados para sacar de que suele observarse entre ciertas razas en los países
ellos consecuencias generales, cuando se trata de con- donde los privilegios han creado dos clases sociales,
denar poblaciones enteras a la muerte o la barbarie. una de opresores y otra de oprimidos, es la justicia.
¿Quién puede decir cuál es el punto donde se ha de Pero esta palabra seguirá siendo un nombre vano,
detener una raza por efecto de su propia naturaleza? mientras al lado de la declaración de que todos los
¿Cuál es el orden de verdades al alcance de ciertas ra- hombres son iguales, se produzca el hecho irritante
zas, vedadas para otras? de que los mismos servicios y las mismas virtudes no
merecen las mismas recompensas, que los mismos vi-
¿Cuál es la clase de operaciones practicables para los
cios y los mismos delitos no son igualmente castiga-
órganos de tal pueblo, que no conseguirá jamás prac-
dos.
ticar otro?
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¿Cuáles son las virtudes propias de tal o cual organi-
zación? Por más que galopé tuve que dormir otra noche en el
camino.
¿La frenología ha pronunciado acaso su última pala-
bra? Al día siguiente, temprano, llegaba a orillas del río
Quinto.
¿Entre las razas reputadas más perfectibles, no se ha-
llan naciones tan bárbaras, tan esclavas y viciosas Había andado doscientas cincuenta leguas, había
como en las demás? visto un mundo desconocido y había soñado...
Nos horrorizamos de que entre los ranqueles se ven- Las galas de abril embellecían el verde panorama de
dan las mujeres, y de que nos traigan terribles malo- la Villa de Mercedes, donde los esbeltos álamos y los
nes para cautivar y apropiarse las nuestras. melancólicos sauces llorones crecen frondosos a mi-
llares.
¿Y entre los hebreos, en tiempo de los patriarcas, el
esposo no le pagaba al padre el mohar o precio de la El día estaba en calma, mi alma alegre.
hija? Reímos sin inquietud cuando debiéramos estar taci-
¿Y entre los árabes la viuda no constituía parte de la turnos o gemir.
herencia o de los bienes que dejaba el difunto? ¡Somos unos insensatos!
¿Y en Roma, no existía el coemptio, es decir, la compra Y cuando tenemos un momento lúcido es para excla-
y el usus, o sea la posesión de la mujer? mar amargamente: ¡ay!...
¿Y en Germania, como lo muestra la ley sajona, no Yo amo, sin embargo, el dolor y hasta el remordi-
existían el mundium, y costumbres análogas? miento, porque me devuelve la conciencia de mí
¿Y los visigodos, no tenían las arras, especie de precio mismo.
nupcial, que reemplazaba la compra pura y simple,
recordando la vieja usanza? ***
¿Y los francos, no pagaban el valor de las esposas a
los padres, que estos dividían con aquellas?
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