Professional Documents
Culture Documents
Reflexiones Preliminares
Universidad Cecilio Acosta
Maracaibo, 12 de abril de 2011
Resulta humanamente imposible reunir en una sola conversación la vasta problemática que
representan los desafíos ante los cuales se encuentra la Universidad en la actualidad. La
Universidad venezolana no vive su mejor momento. Las tensiones derivadas de la
transformación política vivida en los últimos veinte años han impactado a la Universidad en
muchos niveles, especialmente en lo que se refiere a la relación entre ellas y el gobierno
nacional.
Si la Universidad ha durado diez siglos, desde Bologna 1 en el siglo XI hasta nuestros días, es
porque ha sabido incorporar cambios continuamente, especialmente en los cambios de época
histórica, al mismo tiempo que ha sido fiel a sí misma porque tiene tradición y memoria tanto
de sí misma como de la humanidad. Ese es nuestro punto de partida en la reflexión sobre la
Universidad en este momento de Venezuela.
1
L'origine dell'Università di Bologna è attribuita all'anno 1088, data convenzionale fissata da un comitato di storici
guidato da Giosuè Carducci.
L'Istituzione che noi oggi chiamiamo Università inizia a configurarsi a Bologna alla fine del secolo XI quando maestri
di grammatica, di retorica e di logica iniziano ad applicarsi al diritto.
http://www.unibo.it/Portale/Ateneo/La+nostra+storia/default.htm (consulta el 11 de abril de 2011)
1
Ley de Educación Universitaria refleja claramente el divorcio entre el proceso de reflexión que
durante años se ha hecho en la Universidad y las exigencias coyunturales de la estrategia
política del gobierno en ejercicio. El texto de la LEU-2010 tiene las características del modo
como fue hecho: con una intención ideológico-política antes que de auténtica transformación
universitaria y a la carrera, por un grupo pequeño que ni siquiera lo llegó a contrastar con otros
aún de la misma orientación ideológica, menos aún de las instancias formales de discusión
política como la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional y sus subcomisiones.
En la LEU devuelta se encuentran dos corrientes muy difíciles de componer: una “centralista”
que se propone concentrar todo el poder en el Ministerio de Educación Universitaria, al que se
le conceden atribuciones amplias en todas las dimensiones que forman la vida de las
universidades, y otra “protagónica” que impone una supuesta participación igualitaria de todos
los sectores de la comunidad universitaria en todas las decisiones que debe tomar la
universidad. De un texto así, se deriva, por una parte, un Ministerio de Educación Universitaria
gigantesco, para poder atender todo lo que le exige la ley y con una injerencia en las
instituciones universitarias que las convierte en apéndices del gobierno. Y, por la otra, una
organización interna de las instituciones universitarias que es una mala copia de la división de
funciones y poderes existentes en la organización del Estado. El resultado es una ley imposible
de llevar a la práctica, y un modelo de universidad ingobernable, por consiguiente,
imposibilitada de cumplir con su importante misión en la vida del país.
2
En enero de 2011.
2
a base de presiones muy fuertes y presiones extremas3. A pesar de todo, no podemos cejar en
el esfuerzo de encontrar ese espacio y arribar a consensos básicos aunque se mantengan
posiciones divergentes.
Vivir esta ocasión como oportunidad de avanzar como sociedad y universidad hacia la
definición y puesta en práctica del Sistema Universitaria del futuro, exige que seamos capaces
de levantar la mirada más allá de los avatares cotidianos, importantes sin duda, salirnos
mentalmente de las relaciones polarizadas y con la dignidad propia de la academia aportar
desde lo que somos y desde lo que tenemos como tradición universitaria construida con
esfuerzo sostenido por décadas por varias generaciones de venezolanos y de universitarios
venidos de otros lares que han dado su generosa contribución a lo que ha llegado a ser la
Universidad venezolana a comienzos del siglo XXI.
3
Como la huelga de hambre sostenida por estudiantes y empleados universitarios en varias partes del país por más
de un mes.
3
relación con su entorno local y nacional al mismo tiempo que ayuda a la comprensión de la
problemática mundial y orienta sus soluciones con visión planetaria.
Esto lleva a concebirse como Sistema Universitario más que como un conjunto de instituciones
independientes, por numerosas, diversas y de calidad que estas sean, para poder responder al
mayor desafío de la época, a saber, la creación de conocimiento y la incorporación de los
saberes societales, a través de poner el acento en la investigación, sin descuidar la docencia ni el
intercambio fluido con la sociedad. Un Sistema Universitario con diversidad institucional
permite satisfacer una demanda igualmente variada y segmentada, al mismo tiempo que puede
ofrecer el ingreso abierto de estudiantes, con la debida selección, de acuerdo a las habilidades e
intereses personales y las necesidades de la sociedad. Permite, también, la selección y
acreditación de los profesores para garantizar la calidad de la educación y la dimensión
investigativa del quehacer universitario.
Una condición, sin la cual no será posible diseñar y consolidar un Sistema Universitario que
responda a los desafíos de la época emergente, es la libertad académica que permita pluralidad
de enfoques y diversidad de campos de estudio tan ricos como la complejidad del mundo al que
avanzamos. Nada de esto es posible sin universitarios apasionados por la excelencia, por ir más
allá de lo conocido buscando no sólo más o mayor conocimiento sino mejor saber.
Uno de los mayores desafíos es sostener los altísimos costos que supone un Sistema
Universitario de calidad, pertinente y socialmente inclusivo. No cabe duda que hay áreas de
investigación y docencia sólo sostenibles por el Estado. Por otra parte, a largo plazo no hay
Estado ni renta petrolera que pueda cargar solo con todos los costos de un Sistema
Universitario como el que, intuimos, se necesita para responder a las exigencias del desarrollo
sustentable en el concierto mundial. Encontrar el modo justo y equitativo de diversificar las
fuentes de financiamiento del Sistema Universitario es una tarea que requiere apertura de
mente, creatividad y capacidad de superar la cultura rentista en la que hemos vivido y crecido
como ciudadanos venezolanos y como Universidades de este país.
Resulta bastante claro que las elecciones de diciembre de 2012 representan un punto de
inflexión en el proceso sociopolítico venezolano. El período anterior a ellas, el propio proceso
electoral y lo que suceda a consecuencia de ellas constituyen un tiempo comprometedor para la
sociedad venezolana.
La sociedad venezolana no llega a este momento por casualidad. La pérdida de legitimidad del
Sistema de Partidos Políticos y conciliación de élites, nacido del Pacto de Punto Fijo en 1958,
cuyos límites e imposibilidad de transformación quedaron patentes a finales del siglo XX, abrió
las puertas a que el poder cambiara de manos y el proyecto del Socialismo del siglo XXI, bajo el
liderazgo personal de Hugo Chávez Frías, buscará construir su hegemonía política a partir del
triunfo electoral de 1998. Doce años más tarde la sociedad venezolana no ha logrado establecer
4
un sistema político con la legitimidad suficiente para garantizar la estabilidad normal en su
desenvolvimiento.
Más aún, las cifras electorales más recientes4 muestran una sociedad cuyas preferencias están
agrupadas en dos mitades de proporciones semejantes. El liderazgo político propicia la
polarización ideológica, al punto de pretender la presencia de dos modelos sociales, dos
proyectos políticos, incompatibles entre sí, que obligan a escoger entre el uno o el otro sin más
posibilidades.
Vivimos un momento en el que quienes detentan el gobierno del Estado harán todo lo posible
para mantenerse en él y quiénes se oponen están seguros de obtener la mayoría para sustituirlo
en el 2013. Hay una lucha encarnizada por mantener y aumentar la sintonía posible con los
sectores populares y ganar para la propia causa a los sectores medios profesionales.
Aunque se quiera presentar al país en dos mitades equivalentes la realidad política es muy
diferente. Es evidente la existencia de dos polos distintos y contrarios cada uno de los cuales
sostiene representar una de las mitades electorales. Sin embargo, removiendo esa capa político-
publicitaria encontramos otra realidad. La población comprometida con cada uno de los polos
ronda un veinte por ciento en cada caso. Por consiguiente, más de la mitad de la población
fluctúa entre la simpatía por alguna de las propuestas polares, la conveniencia de acercarse a
alguna de ellas, la indecisión, la perplejidad y la indiferencia.
El desafío político de cada polo es atraer a los que no están convencidos ni comprometidos.
Tarea compleja porque no se trata de un grupo homogéneo ni políticamente desinteresado o
ingenuo como muchos opinadores lo proponen englobándolos bajo la inexpresiva categoría de
ni-ni.
Comprender la dinámica política venezolana exige buscar más allá de las calificaciones que se
han hecho lugares comunes como puntofijismo, chavismo, escuálidos, revolucionarios, etc., los
auténticos dilemas ante los que la sociedad venezolana está obligada a tomar decisiones
políticas, es decir, opciones de mediano y largo plazo sobre el tipo de sociedad que se quiere
ser, las características del régimen político para regirla y el camino para alcanzar ese ideal
convertido en propósito socialmente compartido, son otros.
4
Elecciones legislativas del 26 de septiembre del 2010.
5
imposible, más aún si se hace al mismo tiempo que se gobierna respondiendo a coyunturas
internas y externas tan variables.
Por su parte, la oposición ha logrado consolidar una unidad política que le va permitiendo
enfrentar al chavismo tanto en el terreno electoral como en la lucha política coyuntural. Aunque
se arropa bajo el calificativo de democrática, en su seno conviven posiciones que no lo son del
todo. Además, carga con el peso de las frustraciones del pasado por las limitaciones y
debilidades del Sistema de Conciliación de Élites y Partidos Políticos. La pugna entre los partidos
y otras organizaciones sociales por el control político del espacio opositor, el surgimiento de
expresiones juveniles, estudiantiles, obreras y vecinales fuera del seno de los partidos, con
diferentes grados y modos de organización, complican una estrategia que logre incluirlos a
todos, sumar todo lo posible para constituir una mayoría electoral, y responder
organizadamente a las exigencias de un tiempo que se hace cada día más breve.
Más que entre modelos de país, el auténtico dilema de la política venezolana es entre modos
de concebirla y de hacer política. Es el dilema entre la vasta tradición personalista y autoritaria
existente en nuestra historia y la política como vinculación necesaria entre la libertad personal y
la cooperación entre todos en el logro de objetivos comunes que hace de la ciudadanía un
ingrediente constitutivo del pueblo organizado que se expresa democráticamente.
6
a la distribución estatal de la renta capaz de sostener una sociedad socialmente justa, fue una
de las preguntas que quedaron sin respuesta al final del siglo XX.
El socialismo del siglo XXI lejos de deprenderse del rentismo se ha hecho más dependiente de
la renta petrolera que el modelo anterior. El rentismo propio de la estructura económica
venezolana es incompatible con la organización y la ética socialista, en esencia productiva y
solidaria. Un socialismo rentista es una contradicción en sus términos a menos que se entienda
como mero juego de palabras. El proyecto del actual gobierno no puede ni quiere renunciar al
rentismo. Sin el ingreso rentista es económica y socialmente inviable. Sin la renta manejada
exclusivamente por el líder es políticamente imposible.
Del mismo modo, la aceptación internacional es un ingrediente cada vez más importante para
construir la legitimidad del régimen político interno así como su estabilidad en el mediano y
largo plazo. Al finalizar el 2010, China había superado a Japón como la segunda la economía más
grande del planeta, al mismo tiempo que comienza a experimentar en su seno las tensiones del
crecimiento desigual, el aumento de las diferencias sociales que se reflejarán inevitablemente
en su vida política interna y en sus relaciones con el resto del mundo. El aumento de la
presencia activa de la ciudadanía en la vida política en todas las regiones del mundo, facilitada
por el creciente acceso a la información y la rapidez de las comunicaciones que caracterizan los
comienzos de la época que emerge, es otro elemento a tener en cuenta en la comprensión de
los procesos políticos5.
5
Es evidente la relación de este comentario con los sucesos de las naciones del norte de África en los primeros
meses de 2011.
7
cualquier interés particular por legítimo que pueda ser. Pasar de la política a la guerra es, por
ejemplo, poner la revolución como objetivo principal de la acción pública, por tanto, mantener
el poder sin importar los medios para lograrlo6. También es pasar de la política a la guerra
valerse de cualquier medio interno o externo distinto a la expresión libre de la voluntad popular
para provocar un cambio de régimen, por incómodo que éste resulte.
Del modo como se lleve adelante el proceso previo a las elecciones será el comportamiento
ante sus resultados y las consecuencias posteriores a ellas. Puede ser la ocasión para
profundizar las actitudes y comportamientos políticos democráticos propiciando una
confrontación de ideas y la escogencia entre proyectos políticos consistentes, con estrategias
coherentes que permitan su puesta en práctica o puede convertirse en la confrontación agónica
entre aspirantes a la dominación de la sociedad. Transitar uno u otro camino nos llevará a un
2013 radicalmente distinto7.
La Universidades están llamadas a vivir este proceso desde lo que son, desde su propia
identidad institucional de creadoras de conocimientos, trasmisoras de esos conocimientos a la
sociedad a través de la formación integral de profesionales capaces y ciudadanos conscientes.
Esta es la única esfera en la que la puede afirmarse que la Universidad tiene algún poder y
alguna capacidad de incidir en las decisiones colectivas de la sociedad.
Por supuesto que la Universidad está en la obligación de rebelarse y defender con pasión su
razón de ser, su autonomía y libertad académica. En una situación en la que existen fuerzas
externas e internas que tratan de establecer mecanismos de control en la producción del
conocimiento y su trasmisión, la Universidad se siente inútil y su función debilitada, ante lo cual
no puede dejar de reaccionar sin perder su modo propio de hacerlo.
La reacción a una estrategia de radicalización del gobierno no puede ser ingenua, simplista o
suicida ni en lo social ni en lo político. Mucho menos en el ámbito universitario que se define
por ser un espacio plural, en el que tienen cabida las más diversas posiciones ideológicas y en el
6
Lo que estamos observando en Libia, hace reflexionar sobre este punto.
7
Aquí podría hacerse un excursus sobre el escenario “Costa de Marfil” en el que el Presidente optando a la
reelección y su principal opositor se proclaman ganadores en una elección con márgenes estrechos en la que
organismos estatales dan resultados diferentes favoreciendo al uno y al otro y que ha llevado a un confrontación
armada en la que todavía no se logra abrir el espacio a la negociación política.
8
Para algunos pensadores es inevitable que, a la larga, los gobiernos personalistas y dictatoriales terminen
sometiendo a su control a las universidades. Por ejemplo: ALBORNOZ, Orlando, Open letter to the international
academic community on the Venezuelan situation in higher education and in science and technology . 11 de enero
de 2011, p. 4
8
que el diálogo es la forma habitual de intercambiar ideas y opiniones en la permanente
confrontación que supone la búsqueda de la verdad cuya formulación la sabemos siempre
incompleta y perfectible.
El Profesor Humberto Ruiz (ULA) encontró este comentario del economista catalán Xavier Sala
i Martín a propósito de lo que se debe hacer ante la crisis española que me permito reproducir:
9
Sala I Martín, Xavier (2010): "La crisis española empeorará este año". En Marcos Ezquerra: Entrevista Profesor de
Economía De la Universidad de Columbia. Madrid - 19/01/2010. Ver en el link:
http://www.cincodias.com/articulo/economia/crisis-espanola-empeorara-ano/20100119cdscdieco_5/ (consultado
el 28 de marzo de 2011). Publicado en el blog de H. Ruiz, De todo como en botica el 8 de junio de 2011
9
Al preguntarnos por la situación de las Universidades venezolanas no debemos dejar de lado
asuntos de importancia como la evaluación del desempeño y la relación con los salarios de
profesores, empleados y autoridades, así como la eficiencia en la trasmisión de los
conocimientos, sin dejarnos llevar por criterios o formas que corresponden a otras instituciones
o ámbitos de la vida humana.
Siguiendo las tendencias actuales se pude afirmar que existe un consenso en cuanto al
carácter público de la Universidad y de la educación en general. En este aspecto podemos
sintonizar con la forma en que lo expresa la Asociación Venezolana de Educación Católica
(AVEC) en su documento La educación que Venezuela necesita, publicado en 2007 como aporte
al debate sobre la Ley Orgánica de Educación.
…La educación es un bien público prioritario para todos los que viven en la República. Lo
público supone el todo, el espacio común donde se construye ciudadanía civilizada, lo que
pertenece a la comunidad, lo que se tiene en común. Bienes públicos son aquellos que se
consideran imprescindibles para todos los integrantes de la república y que de alguna manera
el colectivo se compromete a facilitarles. Todos los miembros de la sociedad tienen el derecho
y el deber de contribuir a su formación y producción. La manera de producir esos bienes
públicos varía, pero ningún ciudadano (individuos y habitantes con responsabilidad y sentido
de la res-pública, de la polis y de la civis) es tal sin deberes y derechos públicos.
…El que sea público no significa que sea estatal, ni que los educadores se conviertan en
funcionarios de la administración pública….
Hoy nadie cuestiona la responsabilidad indeclinable del Estado en materia educativa. Nadie
sueña con una sociedad en la que el Estado nada tenga que ver con la educación. La discusión
y preocupación sobre el tema está en que a través de la LOE, con una reinterpretación
ideologizada de la tesis del Estado Docente, el Gobierno estaría buscando el poder político y
control social absoluto en la educación.10
A grandes rasgos encontramos tres grandes conjuntos de instituciones universitarias: las
oficiales tradicionales, las oficiales promovidas en los últimos diez años y las privadas. El primer
conjunto incluye las llamadas Universidades Autónomas11 y las Universidades Experimentales,
así como los Institutos y Colegios Universitarios creados a partir de la década de los setenta del
siglo XX, como una manera de ampliar el sector universitario, garantizando un mayor control
por parte del Estado y una forma distinta de distribuir el presupuesto universitario, en
detrimento de las Universidades Autónomas.
El segundo conjunto está formado por las instituciones universitarias que han sintonizado con
la ideología del gobierno o han sido creadas desde 1999 en adelante bajo su control. Se trata de
un conjunto fuertemente ideologizado que cuenta con niveles elevados de recursos públicos y
acceso preferencial al empleo público de sus egresados. Es en él que se ha concentrado el
esfuerzo de crecimiento de la educación universitaria.
10
Números, 22, 23 y 38
11
Se utiliza esta expresión por la convicción de que la autonomía debe considerarse una característica de toda
institución universitaria y no sólo de unas pocas.
10
El conjunto de instituciones universitarias privadas representaba en 1992 el 32,7% de la
matrícula total y aportaba el 38% de los egresados del país. En 2004 aumentó al 37,8% de la
matricula y llegó a aportar el 52% de los egresos totales del sistema. Las políticas del gobierno
tuvieron como resultado la disminución del peso de las instituciones privadas que en 2007
suponía el 21% de la matrícula, aunque mantenía el 53% del total de egresados, duplicando la
proporción de egresado sobre número de estudiantes inscritos 12.
Un debate universitario que logre ubicarse más allá de la coyuntura, los prejuicios y visiones
ideológicas debe tomar en cuenta la variedad del conjunto de instituciones universitarias
existentes, aprovechar sus potencialidades y superar sus limitaciones para avanzar hacia un
Sistema Universitario que responda a las necesidades del país con la contribución de todos los
actores posibles.
Una de las grandes ventajas de la Universidad es que tiene historia, memoria consciente,
tradición que le permite su transformación sin partir de cero. Los cambios de época histórica no
son “borrón y cuenta nueva” para las sociedades humanas y menos aún para la universidad. Son
procesos complejos, prolongados y social e institucionalmente asincrónicos, es decir, que
marchan a ritmos distintos según las circunstancias personales, institucionales y ambientales.
Cuando definimos la época actual como sociedad del conocimiento, estamos reconociendo que
si bien la Universidad es una comunidad de conocimiento no es ella el único espacio ni el único
modo como se produce conocimiento en la sociedad. Esta es una buena noticia para la
Universidad, formar parte de una sociedad en la que la creación de conocimiento es parte de su
actividad normal, pues se convierte en exigencia para la comunidad universitaria en todos sus
niveles.
15
CRBV, art. 103. También se garantiza el derecho a la educación de las personas con discapacidad y privadas de
libertad. La gratuidad tiene como objetivo la igualdad de oportunidades y la inclusión de todos los sectores sociales
en las mismas condiciones.
16
AVEC, o.c., n. 34
17
La Educación que Venezuela necesita. Aportes para el diálogo. Manifiesto del Colectivo de Organizaciones
Católicas en Educación. Caracas, 17 de marzo de 2007, n° 10.
12
asociar la formulación de la verdad con una posición dogmática, cerrada a la innovación,
desvirtuando el significado profundo de esta expresión.
La búsqueda de la verdad es una dimensión irrenunciable del ser humano libre, capaz de elegir
el camino de su vida y, junto con los otros, el de la historia. Sin verdad no es posible la libertad.
Bien sabemos que la libertad humana siempre es situada y la verdad que se alcanza a formular
siempre es incompleta y provisional. Elegir es un acto de valor, es decir, que requiere la valentía
de tomar decisiones y actuar de acuerdo a los valores fundamentales del ser humano uno de los
cuales es, sin duda, la verdad. Buscar la verdad, formularla provisionalmente, está asociado a la
creación de conocimiento en su más variada forma. Que un grupo de seres humanos se
relacionen entre sí, unidos por el interés espiritual común de buscar la verdad, es una
consecuencia necesaria de la socialidad humana. Más aún, como lo expresa hermosamente San
Agustín, buscar la verdad, descubrirla y comunicarla, en todos los campos del saber es uno de
los mayores gozos del ser humano18.
En la Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas Ex corde Ecclessiae, Juan Pablo
II se refiere a la médula de este desafío:
Es un honor y una responsabilidad de la Universidad Católica consagrarse sin reservas a la
causa de la verdad. Es ésta su manera de servir, al mismo tiempo, a la dignidad del hombre y
a la causa de la Iglesia, que tiene «la íntima convicción de que la verdad es su verdadera
aliada... y que el saber y la razón son fieles servidores de la fe». Sin descuidar en modo alguno
la adquisición de conocimientos útiles, la Universidad Católica se distingue por su libre
búsqueda de toda la verdad acerca de la naturaleza, del hombre y de Dios. Nuestra época, en
efecto, tiene necesidad urgente de esta forma de servicio desinteresado que es el de
proclamar el sentido de la verdad, valor fundamental sin el cual desaparecen la libertad, la
justicia y la dignidad del hombre. Por una especie de humanismo universal la Universidad
Católica se dedica por entero a la búsqueda de todos los aspectos de la verdad en sus
relaciones esenciales con la Verdad suprema, que es Dios. 20
Buscar la verdad no es una limitación a la actividad universitaria, por el contrario, es un acicate
a la creatividad intelectual, pedagógica y social de su compromiso. En la búsqueda de la verdad
también pierde sentido el dilema entre conocimiento y saberes, así como cualquier intento de
exclusión epistemológica o gnoseológica. Más aún, es en esa función en la que encuentra
fundamento la autonomía universitaria que en la práctica, siguiendo al Dr. Angel Lombardi21, se
Caminar hacia un Sistema Universitario que ofrezca oportunidades a todos los ciudadanos
para desarrollar sus potencialidades de acuerdo a sus inclinaciones, vocación y aptitudes, con
una oferta integral y de calidad, requiere pensarlo dotado de instituciones diversas que pueda
responder en su conjunto a las necesidades de la sociedad y de la nueva época mundial.
Un Sistema Universitario con futuro debe contener instituciones de investigación de alto nivel
y capacidad de formar investigadores cualificados; preocuparse también por la formación
profesional de alto nivel y en todos los ámbitos o niveles en los que sean requeridos por el plan
de desarrollo sustentable del país, sin descuidar, simultáneamente, la capacitación técnica y
tecnológica. En todos sus niveles debe no sólo fomentar la creatividad y capacidad de
innovación sino formar en las actitudes y aptitudes propias de la tarea investigativa necesaria
tanto para la vida universitaria como para el ejercicio profesional en la sociedad del
conocimiento.
El Sistema Universitario que Venezuela necesita debe estar en capacidad de formar a los
educadores que hagan posible esa educación diseñada según las aspiraciones de los
venezolanos y las exigencias de los nuevos tiempos, incluyendo la formación de los profesores
universitarios. Es un área y una función extremadamente delicada e importante que no puede
ser exclusividad de nadie. Es un área y una función en la que su éxito depende de la
convergencia de voluntades y recursos de las personas, las familias, las organizaciones e
instituciones públicas o privadas y el Estado.
Hay otros aspectos de primera importancia a la hora de diseñar el Sistema Universitario que
queremos porque Venezuela lo necesita entre los que apenas me limito a señalar uno: la
estructura de gobierno y de administración eficiente de los recursos de la Universidad. ¿Cuáles
son las condiciones para una conducción eficiente de la Universidad? ¿Cómo se entiende la
participación en los distintos tipos de instituciones universitarias y cada uno de los
componentes de la comunidad universitaria en los procesos de toma de decisión al interior de
las instituciones y del Sistema Universitario?
Finalizo haciendo votos porque logremos encontrar el equilibrio entre los intereses políticos y
los universitarios que hagan posible diseñar un sistema eficiente que abra el país al futuro. Un
equilibrio por el cual la Universidad y los universitarios puedan participar en la política sin
subordinar los fines de la Universidad. Un equilibrio que estimule la formulación de políticas
públicas con visión de mediano y largo plazo que hagan posible la Universidad que queremos y
necesitamos.
Muchas Gracias,
Arturo Sosa A.
Universidad Católica del Táchira
14