You are on page 1of 35

UNIVESIDAD DE CHILE

FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO DE


DEPARTAMENTO DE URBANISMO

SERIE DOC. UR. Nº474


Serie creada en 1962

LOS CONCEPTOS DE UNIDAD VECINAL Y DE BARRIO EN LA TEORIA Y


PRACTICA URBANISTICA
Antigüedad, siglo XIX y siglo XX

Dr. Arqta. María Isabel Pávez R.

Monografía M.I.Pávez Reyes ©


3a edición, revisada, ampliada, para versión digital.
33 págs., incluida portada.
Abril de 2008, Documento de Apoyo Docente, sin fines de lucro.
CONTENIDO
1.- Partición de la ciudad y unidades de vida social
 La partición de la ciudad en unidades menores
 Comunidad y armonía social

2. Precisiones para diversas tentativas de organización de la vida social en el


espacio de la ciudad
 La “Unidad Vecinal” según Clarence A. Perry
 Escalones territoriales para la organización de la ciudad, según
Gaston Bardet
 El pabellón Marsella y la “vivienda prolongada”, en Le Corbusier
 Unidades vecinales en las comunas de Conchalí y Santiago en los
años 1950
 Derivaciones de la teoría de la Unidad Vecinal de C. A. Perry
 Los “Grandes conjuntos”, un legado universal entre 1945 y 1975
 La “Unidad Vecinal de C.A. Perry y su sistematización para
aplicaciones prácticas en España

3. La crítica a la teoría urbana de la ciudad socialmente nucleada


 Los años 1970 y el barrio como “cantidad humana y útil de
trabajo”
 Los años 1980 y el repudio al barrio en tanto “instrumento de
segregación”
 Los años 1990 y el barrio como “espacio de cautivos”
 Algunas políticas de desarrollo urbano en los años 1990, y su
impacto en el barrio

4. Nuevas y antiguas connotaciones de la noción de Barrio


 “Democracia local” y barrio
 Aura, neotribalismo y barrio en las metrópolis de fin de siglo XX
1.- Partición de la ciudad y unidades de vida social

La partición de la ciudad en unidades menores


Se aprecia ya en las ciudades antiguas de muy diversas culturas y épocas, que el
concepto de partición de la ciudad en unidades menores se hizo necesario para lograr
una mejor administración de ella, intentando controlar los comportamientos y, a la vez,
integrar a los habitantes. Esta raíz histórica muestra también que la tradición urbana
más antigua utilizó fórmulas de segmentación espacial que, para poder legitimarse, se
vincularon con la magia.
Cuando los antiguos romanos fundaban una ciudad −acto religioso y voluntario
dirigido por los augures, de acuerdo a la tradición etrusca de fundación de ciudades− se
trazaban dos vectores perpendiculares: el cardo (según el eje de la Tierra: trazado de
Sur a Norte), y el decumanus (trazado según el curso del Sol: de Este a Oeste) (Fig.1).
El espacio así orientado por los etruscos tenía una dinámica implícita, y el punto
de intersección de los vectores representaba el centro de la ciudad, y los cuatro sectores
así definidos, los "quartier", los cuatro barrios o “regiones” 1.

Fig.1. Trazado de fundación de ciudad según la tradición etrusca.


Fte.: PAUL-LÉVY, Françoise, La Ville en Croix: De la Révolution de 1848 à la rénovation haussmannienne.
Eléments pour une problématique générale, Sociologie des Formes, Librairie des Méridiens, Paris, 1984,
p.14.
En la Roma de los tiempos de Servio, cada una de las cuatro “regiones” en que aún
se subdividía la ciudad (Fig.2.-) tuvo un promedio de 67 hás., y, en el año 7 A. de C.,
cuando el emperador Augusto estimó necesario incorporar los arrabales a la ciudad, las
regiones aumentaron a catorce (Fig.3.- ). Esta cifra, que se conservará hasta el final del
Imperio totalizando 1.800 hás., contó con una superficie promedio por “región” de 128
hás. aproximadamente (26 hás. la más pequeña, y 400 hás. la más grande). Los jefes
de las “regiones”, tenían funciones administrativas y religiosas a la vez 2.

Fig.2.- Roma republicana. La ciudad Fig.3.-Roma imperial. La ciudad de las


de las cuatro “regiones”. catorce “regiones”.
Fte.: HOMO, Leon, La Roma Imperial y el Urbanismo Fte.: HOMO, León, 1956, op. Cit., p.69.
en la Antigüedad, Unión Tipográfica Editorial Hispano
Americana, México, 1956, 487 págs. ilustradas.,
p.45.

Más tarde, en la ciudad medieval, encontramos claramente los orígenes de la


“Unidad Vecinal”, a la que nos referiremos más adelante con mayor detalle, cuando se
delimitan claramente los barrios residenciales de los comerciales, y aquéllos se
organizan en unidades autosuficientes de muy reducida escala, teniendo como foco la
parroquia. Se ha reconocido aquí la aldea al interior de la ciudad, el campo nutrió a las
ciudades no sólo económicamente sino también a través de aportaciones “sociológicas” 3.
En el Reino de Chile, en 1780, se produjo una reforma administrativa relevante
para Santiago. La ciudad, que también iba configurando sus vecindarios en torno a las
parroquias, se dividió en cuatro “cuarteles”, mediante dos ejes rectos que se cortaban
perpendicularmente. El eje norte-sur, corría por las calles Arturo Prat, Ahumada, Puente
y Cañadilla, y el eje oriente-poniente, por las calles de la Merced y Compañía (un
“cuartel”, puede haber contado con una población teórica promedio del orden de unos
5.000 habitantes, si consideramos que el censo de 1802 registró para Santiago 30.000
habitantes).
Cada “cuartel” quedó a cargo de un oidor con jurisdicción para conocer todos los
juicios criminales y de las infracciones a los reglamentos u ordenanzas de policía. El
“Alcalde de Corte” debía designar los “Alcaldes de Barrio”, escogiéndolos entre los
vecinos de su “cuartel”, recomendables por su valer y su celo.
El auto que implantó lo señalado fue una verdadera ordenanza de 27 artículos, que
abarcaba el aseo de la ciudad, la reglamentación de las tabernas y casas de juego, el
socorro de los niños expósitos y de los enfermos y otras atenciones de esta naturaleza.
Prohibía a los “Alcaldes de Barrio” intervenir en la vida privada de las familias y en los
problemas domésticos, a menos que perturbaran la tranquilidad pública. Cada “Alcalde
de Barrio” debía llevar un registro de los vecinos de su distrito, con sus nombres, oficios
y clasificación según fueran nobles, mestizos o castas 4.

Comunidad y armonía social


En cuanto a la idea de la comunidad asociada al concepto de armonía, observamos
que esta impregna desde hace siglos el pensamiento de filósofos que han propuesto la
creación de ciudades ideales.
Platón descubre que en el origen de la polis se halla una tendencia innata del
hombre a vivir en sociedad, la cual, eventualmente, se manifiesta a través de sus
necesidades y satisfacciones de todo orden. Sin embargo, recomienda a sus gobernantes
regular el número de habitantes de modo de mantenerse lo más próximo a la cifra de
5.040 habitantes, calculada a partir de la operación:
1x2x3x4x5x6x7=5.040
en la cual el número 7 retiene ciertos poderes ocultos muy famosos en las culturas
orientales. La homogeneidad cultural es fundamental a la polis en Platón, de allí que
este tenga una actitud sospechosa frente a los extranjeros cuya presencia hace peligrar
la organización social. Y el orden de la ciudad está íntimamente vinculado al orden
social. En Platón el urbanismo se hace necesario precisamente a causa de la apertura de
las ciudades a elementos extraños al lugar; sólo un orden impuesto institucionalmente
es capaz de organizar la ciudad físicamente.
La misma razón de ser del urbanismo pareciera ser la heterogeneidad del
contenido, allí donde se hace necesario compatibilizar distintos comportamientos, se
hace preciso el ordenamiento deliberado y explícito de las estructuras materiales que
componen la ciudad5.
Aristóteles, quien también ve en las 5.040 personas la cifra ideal del
asentamiento humano, anhela el buen gobierno de la cosa pública, base de la paz social
sin la cual es imposible el perfeccionamiento de las personas. En la base de la sociedad
está la familia -Aristóteles defiende el matrimonio monogámico-, primera forma de
asociación, la que es seguida de la aldea, a la que llama “colonia de la familia”. Sólo en
tercer lugar aparece la polis. Y, “la justicia es el lazo que une a los hombres en las polis,
y la administración de la justicia, que es la determinación de lo que es justo, es el
principio del orden en toda sociedad política”. 6
Aristóteles destaca la amistad como base de una cohesión social
indispensable para la existencia de las polis, lo cual es un antecedente de la noción de
zuzamenhang, “cemento social”, de los sociólogos alemanes modernos. Sin duda
Aristóteles, aún cuando no lo experimentó en vida, advierte el peligro de la
secularización extrema, del cosmopolitismo atentatorio contra las bases de la vida social,
con la consecuencia de la destrucción de los fundamentos de un orden urbanístico y
arquitectónico 7.
En tiempos modernos fue la Revolución Industrial la que trajo la realización de
verdaderas "unidades de vida social", como “unidades controladas de modificación del
comportamiento y al mismo tiempo de manejo económico y tecnológico” 8.
El utopista francés Charles Fourier (1772-1835), señalaba en uno de sus escritos,
la siguiente hipótesis como punto inicial de toda su teoría de sociedad:
“Si existe unidad en el sistema del universo, debería existir también una teoría
de la Armonía Geométrica para el mundo social, así como para el mundo material, y
hemos de recurrir a una política social calculada sobre la teoría newtoniana del
universo”.9
Una teoría arquitectónica relativa a los procesos orgánicos ha intentado invocar,
una y otra vez, el principio de unidad. El valor de tal principio reside en su
correspondencia con las leyes de la Naturaleza y en su fuerza, en su poder para
construir las partes dentro del total, uno de los fines primarios de la estética
arquitectónica.
Con fuerte énfasis en las estructuras físicas, Fourier propuso en la primera mitad
del siglo XIX, su modelo dirigista de vida comunitaria, el que culminó materialmente en
un edificio “unitario” de carácter monumental, que no escapó a la influencia de los
modelos formales del Antiguo Régimen: el Falansterio (Fig.4.-). En él, la mayor parte de
los servicios serían colectivos.

Fig. 4.- El “falansterio”, según la proposición del utopista francés Fourier,


siglo XIX.
Fte.: VIDLER, Anthony, “La idea de unidad y la forma urbana de Le Corbusier”, en: LEWIS, D, La Ciudad:
problemas de diseño y estructura, Colección Ciencia Urbanística, Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1970,
p.p.225-238; en p.230.

Fourier no estuvo contra la propiedad privada, aún cuando quiso darle una nueva
organización; lo que propulsó fue un cooperativismo de producción y consumo, inscrito
en una cosmovisión de la cual no estaban ausentes las pasiones humanas: sostenía que
entre los hombres -así como entre los objetos- debía existir una fuerza de atracción, la
“atracción pasional” como fuente principal de armonía. Y esta “atracción pasional”
transformaría en algo agradable y placentero el trabajo de los asalariados.
El Falansterio, con capacidad para 1.620 personas de diversa posición social, se
implantaba en un terreno de 250 Hás. Esta cifra de habitantes permitiría lograr “La Gran
Armonía Doméstica”, siendo la falange la célula básica, y no la familia. Fourier creyó
haber encontrado las series numéricas que ordenan y distribuyen los fenómenos del
Universo:

“Las series de agrupaciones constituyen el orden adoptado por Dios para la


distribución de los reinos de la Naturaleza y de todas las cosas creadas... Si las Pasiones
Humanas y los caracteres no estuvieran sujetos a la distribución en series al igual que lo
están los reinos materiales y los sistemas planetarios, el Hombre se encontraría al
margen de la Unidad del Universo” 10.

Se confiaba que con tal precisión geométrica, no se llegaría a la uniformidad, por


el contrario, su interpretación crearía ineludiblemente vitalidad, riqueza y las estructuras
infinitamente variadas y provechosas de la armonía universal. Los orígenes platónicos y
humanísticos de la doctrina son evidentes 11.
Más tarde, cuando se comenzaba a sufrir con mayor rigor los excesos de la
Revolución Industrial, Ebenezer Howard propuso la “Ciudad Jardín” en 1898, en la que
se quería conseguir la comunión entre la ciudad y el campo, para que resurgieran
ambos, con una dimensión de tamaño medio y con todas las funciones de una
comunidad urbana. Una “ciudad en el jardín”, con todas las facilidades de empleo,
sociales y culturales, armonizaría a las personas, y a éstas con la naturaleza. Howard
deseaba que la “Ciudad Jardín” fuera social, económica y ecológicamente sostenible
(Howard quería, entre otros, que las aguas residuales se reciclaran y volvieran al
campo). Creía firmemente en la propiedad compartida de la tierra, cualquier futuro
aumento en su valor revertiría en favor de toda la comunidad.
Una cifra de habitantes, 32.000 -ni más ni menos- debía permitir desarrollar un
gran sentido comunitario para el funcionamiento adecuado de la “Ciudad Jardín”. Esta
ciudad estaría completamente equipada para ser autónoma en su vida cotidiana,
12
previéndose densidades no siempre tan bajas: de 180 a 250 Hab./Há. .
Su teoría (Fig.5.-)que tiene ribetes utópicos indudables, supone que es posible
controlar rígidamente el crecimiento del asentamiento como si fuera una creación
orgánica que, llegada a un punto, se convierte en un mecanismo. No obstante, Howard
no cayó en el esquematismo de dibujar ciudades, como otros utopistas más formalistas,
y tampoco se conformó con soñar con ciudades.

Ilustración 5.- esquema teórico de la “ciudad Jardín”, según la proposición


de Howard en 1898.
Fte.: RANDLE, P.H., El pensamiento urbanístico en los siglos XIX y XX, Ed. Oikos, Vol.3,Bs.Aires, 1984-85,
469 págs.p.338.

Se adquirió un lugar en Hertfordshire para la construcción de Letchworth (Fig.6.-)


la primera “Ciudad Jardín” de Gran Bretaña, seguida de Welwyn (1919) (Fig.7.-). Esta
última con 100.000 habitantes hoy, y que sólo lo es en su imagen, pero no en su
función, pues forma parte de la periferia londinense y su cinturón agrícola nunca se hizo
13
realidad .

Fig. 6.- Planta de la primera “ciudad Fig.7.-Planta de la segunda “ciudad


jardín”, Letchworth. jardín”, Welwyn, 1919.
Fte.: BENEVOLO, Leonardo, Diseño de la Ciudad Fte.: GIRARDET, Herbert, Ciudades: Alternativas
-5, El Arte y la ciudad contemporánea, Ed.G.Gili, para una vida sostenible, Celeste Ediciones, Atlas
S.A., México,D.F.,1978, 248 págs., p. 186. Gaia, Madrid, 1992, p.55.

Las ideas de Howard fueron aclamadas en todo el mundo. En Alemania, la


compañía de aceros Krupp, preocupada por la “baja moral” de los trabajadores alojados
en malas condiciones, construyó una población jardín, Margarethenhöle, en el borde de
Essen. En todo caso, se estima que otras realizaciones, como las de los EE.U.U.
(Sunniside Gardens, Chatham Village o Radburn, acabaron como “suburbios
convencionales frondosos” en lugar de auténticas “Ciudades Jardín”.
En Chile, en tanto, una experiencia de comienzos de siglo, donde se buscó
conformar una unidad de vida social ideal, fue la población Huemul (Arqto. R. Larraín
Bravo, 1911-18) (Fig.8.-) Presentó, al comienzo, una desproporción muy grande entre
el equipamiento construido y las viviendas servidas, que eran sólo 157 (unifamiliares, de
un piso), aunque pronto las áreas industriales que rodeaban este conjunto fueron
reemplazadas por áreas residenciales. Su densidad habitacional bruta era de 250
hab./Há.

Fig.8.- Población obrera “Huemul”, propuesta por R. Larraín Bravo, y


realizada en Santiago de Chile, en 1911-18.
Fte.:REVISTA C.A. Nº 33, “La población Huemul y su centro de equipamientos”, extracto de LARRAIN
BRAVO, Ricardo: Breve reseña sobre Población Huemul, 1918, material facilitado por el Arqto. Pedro
Murtinho, 1982, p.p. 6-9.

Con un terreno total de 3,82 hás., contaba con teatro, biblioteca, sala de
conferencias, escuela de niños, una iglesia y su curato, asilo maternal, “Gota de Leche”,
hospital de niños, asilo infantil con pabellón de lavandería, y conventillo modelo para
solteros, oficinas de la sucursal de la Caja de Ahorros, administración del conjunto y
14
dispensaría .
Algunos años más tarde, en 1924, el arquitecto francés Charles-Édouard
Jeanneret (1887-1965), más frecuentemente llamado por su pseudónimo, Le Corbusier,
se manifiesta como un cartesiano a ultranza, cuadriculando el espacio de la ciudad
rígidamente y luego distribuyendo los elementos que estima necesarios en ella.
Le Corbusier, el mayor portavoz del “modernismo”, elogió el totalitarismo en la
planificación urbana de Napoleón y Haussmann, y rechazó las formas tradicionales y
vernáculas. Su concepto era el de una ciudad descongestionada con grandes bloques de
viviendas que dominaban espacios arbolados abiertos (Fig.9.-).

Fig.9.-Sección de un edificio en la proposición de “ciudad radiante” de Le


Corbusier, 1924. Cada vivienda se asoma directamente al verde y al cielo;
las vías vehiculares son elevadas.
Fte.:BENEVOLO, Leonardo, 1978, op. cit., p. 124.

Basándose en notas y esquemas presentados en la Exposición Universal de París


de 1922, Le Corbusier propuso, una suerte de “comunidad vertical”, alojada en
superbloques o “Unidades de Habitación”, que formarían parte de una ciudad cuya
población debería tener un número ideal de unos tres millones de habitantes (Le
Corbusier pensaba en París). No se hacía referencia a la forma de crecimiento de esta
ciudad.
Cabe destacar que, una vez aceptados los principios de unidad social como
doctrina común, se ha observado una correlación precisa entre las deducciones
específicamente arquitectónicas de Fourier y sus seguidores, y el urbanismo de Le
Corbusier15. Tanto Fourier como Le Corbusier tienden a hacer realidad la consigna
Libertad-Igualdad-Fraternidad, aunque en el seno de un sistema autoritario 16.
Pero, si bien Le Corbusier aparece como un revolucionario entonces, se estima
que propuso, a fin de cuentas, una ciudad para clase media (petit-bourgeois), dotada de
un equipamiento conservador17.
En 1929, cuando está llegando a Chile el urbanista austríaco Arqto. Dr. Karl H.
Brunner, quien, además de las proposiciones globales para Santiago y otras ciudades del
país, desarrollará la escala del micro-urbanismo en la voluntad de generar plazuelas y
espacios públicos de interés local colaborantes con la conformación de la unidad
residencial (Fig.10.-), en el hemisferio norte, Clarence Arthur Perry se encuentra
imaginando la “Unidad Vecinal” (Fig.11.-), verdadero modelo para ser aplicado en el
desarrollo de los suburbios que en esa época comenzaban a surgir vertiginosamente en
los Estados Unidos 18.

Fig.10.- Proposiciones de Karl Fig.11.- La “unidad vecinal” de


Brunner para Santiago de Chile, en Clarence Perry, 1929.
la escala del microurbanismo: Fte.: RANDLE, P.H., 1984-85, op. cit., p.351.
diversos espacios públicos de
interés vecinal colaboran a la
conformación de la unidad
residencial, 1934.
Fte.: PAVEZ R.,M. Isabel, “Precursores de la
enseñanza del Urbanismo en Chile, Período 1928-
1953”, Revista De Arquitectura Nº3, F.A.U. de la
Universidad de Chile, Octubre de 1992, p.9., por
gentileza del Arqto.Alberto Gurovich W.

Perry parte del concepto básico del “zoning” (zonificación), todavía reciente,
articulándolo con el de los “centros sociales” o amenidades para la población. Esta
tendencia habría florecido como una forma de “urbanismo paternalista”, propiciado por
la clase media protestante y con espíritu misionero que, frente a la realidad de los
“slum” pensó sinceramente que otorgando algunas facilidades comunitarias a estos
arrabales de inmigrantes, ellos se sanearían moral y económicamente.
Por otra parte, Perry pensaba que, ante la influencia perniciosa y peligrosa del
tránsito automotor que perturba y resta identidad a las distintas partes de la ciudad, era
necesario resguardar los vecindarios, transformando gradualmente la ciudad existente
en un sistema de “unidades vecinales”. Estas debían tener una población oscilando
entre los 5.000 y 9.000 habitantes como máximo, que es lo que se requería para
tener una escuela elemental.
Esta utopía urbanística tiene, como otras, un elemento racional y otro tradicional,
pero también presenta un esquematismo rígido basado en una concepción de vida social
como si fuese un mecanismo. Los puntos más débiles señalados para ella indican que no
está prevista su evolución conforme evoluciona la población que contiene, y que están
concebidas para una sociedad demasiado homogénea, lo cual sólo se da en lugares muy
alejados de los grandes centros urbanos 19.
La Carta de Atenas (IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, Atenas,
Grecia,1933) propuso que la "célula de habitación" -apartamento- se agrupara en una
“Unidad de Habitación” de “tamaño eficaz”, tal como fue concebida por Le Corbusier, y
posteriormente realizada por él, en las condiciones que se detallará más adelante.
Estas experiencias de configuración de unidades de vida social organizadas en
torno al equipamiento, entre muchas otras que se podría citar, se consagraron a partir
de la definición de grillas de estándares de equipamientos en Francia, con su repercusión
en todo el mundo, hasta comenzar a ser cuestionadas en los años 70.

2. Precisiones para diversas tentativas de organización de la vida social en el


espacio de la ciudad
La teoría y práctica urbana vio entre los años 1920 y 1970, diversas tentativas
para organizar la vida social, estructurando el espacio en comunidades de vecinos en
torno al equipamiento colectivo.

La “Unidad Vecinal” según Clarence A. Perry


Clarence A. Perry empleó el término "Unidad Vecinal", por primera vez, en el Plan
Regional de Nueva York de 1929, donde señaló los principios que debían regirla. Su
extensión sería la que requieren las viviendas de un grupo de familias tan numeroso
como para necesitar una escuela elemental. Unos 1.000 a 2.000 alumnos, -según el
contexto de Perry- para los cuales su recorrido cotidiano a la escuela no debía superar
los 800 metros20.
El territorio de la "Unidad Vecinal" debía ser de 256 hectáreas, y sus límites
serían las vías de tránsito más fluído para su comunicación con el resto de la ciudad. En
cuanto a los espacios libres, estos debían integrarase en una especie de subsistema,
parte del sistema mayor de espacios libres de la ciudad, correspondiendo a un 10 % del
área total.
Por otra parte, los predios institucionales debían ubicarse en los espacios
centrales de la "Unidad Vecinal", y los comerciales (comercio local) en posición
tangencial a ella, de preferencia en cruces viales, de forma de poder servir a dos o más
unidades al mismo tiempo. La red vial interna debía desalentar el tráfico vehicular, y
cada vía debía ser diseñada según su uso local.
La vivienda unifamiliar aislada era predominante en la "Unidad Vecinal" de Perry,
según el ideal popular norteamericano. Sólo en los bordes, donde también está el
comercio, podría haber edificación residencial en altura. Cabe destacar que la
combinación de vivienda aislada y en altura era una idea revolucionaria para la época.
El volumen ideal de población de la unidad podía llegar a los 5.000-6.000
habitantes, lo que representaba una densidad habitacional bruta de 25 familias por
hectárea.
La "Unidad Vecinal" fue definida como un ambiente físico en el cual una madre
con su hijo no corren el riesgo de tener que atravesar una arteria de tránsito alto al
dirigirse a la Escuela, la cual, por su parte, está a una distancia fácil de cubrir a pié. El
ama de casa encontraría el comercio para sus necesidades cotidianas; el trabajador, el
transporte cerca y fácil para dirigirse a su trabajo; el niño, las áreas de juego seguras
donde sociabilizar con otros niños.
La "Unidad Vecinal" -que no tiene relación con el concepto de unidad vecinal
administrativa que reconocemos en Chile-, no resultó ser un invento genial de la teoría
urbana, sino que apareció en el urbanismo moderno como el reconocimiento de la Aldea
en la ciudad, se trataba de una comunidad doméstica. Las 5.000 personas de la "Unidad
Vecinal" de Perry, corresponden a la ciudad de tamaño ideal según Aristóteles, para
quien la cifra de habitantes indicada se basaba en la capacidad de las relaciones
personales. No obstante, las realizaciones concretas variaron esta cifra: en Chicago,
1942, con poblaciones entre 4.000 y 12.000 habitantes, y en el Plan del Gran Londres,
1944, entre 6.000 y 10.000 habitantes.
Puede decirse que la aportación de la "Unidad Vecinal" de Perry, fue el paso del
concepto de "Barrio" (Neighborhood) a la "Unidad de Barrio" (Neighborhood Unit),
despertando la conciencia de los urbanistas respecto de la invasión del automóvil en
todas las áreas urbanas, indiscriminadamente, así como la necesidad de poner el
urbanismo prioritariamente en función a las necesidades cotidianas de la familia, del
ama de casa y de los niños 21.
Esta cualidad, de la “Unidad Vecinal”, es recuperada hoy en los Estados Unidos
por algunas propuestas todavía puntuales (Fig.12.-), que señalan que, tal como se ha
ido configurando el suburbia norteamericano, donde ancianos y niños son verdaderos
cautivos dependientes en sus unidades residenciales pues no pueden conducir vehículos
para acceder a los equipamientos más mínimos, entre otros aspectos negativos, aquel
no satisface ya las aspiraciones de la población 22.

Fig.12.- Proyecto de Seaside, Florida, 1983, de Duany & Plater-Zyberk


Architects, a partir de la reconsideración de la teoría de la “Unidad vecinal”
de Perry, y de la ciudad tradicional más compacta.
Fte.: MAWROMATIS, Constantino, “La cultura del suburbio y las nuevas alternativas de Diseño Urbano en
EE-.UU.”, Revista De Arquitectura, N°6, F.A.U., Universidad de Chile, sep. 1995, pp. 8-9.

Escalones territoriales para la organización de la ciudad, según Gaston


Bardet
En 1947, el urbanista Gaston Bardet definió un conjunto de escalones
territoriales que debían contribuir a organizar la ciudad 23, con un grado de flexibilidad
en cuanto a población, dado que hay familias promedio entre 3 y 5 personas, según el
contexto que se estudie:
“Escalón patriarcal”: entre 15-45 y 25-75 habitantes; “Escalón doméstico”:
entre 150-450 y 250-750 habitantes; “Escalón parroquial”: entre 1.500-4.500 y
2.500-7.500 habitantes; “Ciudad humana”: entre 15.000-45.000 y 25.000-75.000
habitantes; “Metrópoli regional”: entre 150.000-450.000 y 250.000-750.000
habitantes, y, por último, “Metrópoli capital”: entre 1.500.000-4.500.000 y
2.500.000-7.500.000 habitantes.
En esta definición el “Escalón Parroquial” correspondería al tamaño de la
“Unidad Vecinal de C.A. Perry.
En Inglaterra, la ciudad nueva de Harlow, satélite de Londres (Arqto. F. Gibberd,
1947-48), contempla 60.000 habitantes; cada barrio de 10.000 habitantes está
formado por tres o cuatro unidades más pequeñas, cada una de ellas con escuela
elemental y un pequeño centro (Fig.13.-).

Fig.13.- Esquema de organización jerárquica de la “ciudad jardín” de Harlow,


1947-48, con un total de 60.000 habitantes y barrios de 10.000 habitantes.
Fte.: BENEVOLO, Leonardo, 1978, op. cit., p. 191.

El pabellón Marsella y la “vivienda prolongada”, en Le Corbusier


La unidad habitacional, llamada “Pabellón de Marsella” (Arqto. Charles-Édouard
Jeanneret, 1948-1953) -en la que convergen veinte años de diversas experiencias no
sólo en materia de habitación sino también de urbanismo y de estética- se planteó
como una comunidad obrera, con marcado sentido social. El arquitecto no sólo proyecta
sino que ordena la vida de la comunidad, lo que fue motivo de duras críticas, pues se
estimaba que disminuía el grado de libertad humana 24.
La unidad tiene 337 de dichas células (apartamentos dúplex, con 23 variantes,
desde la habitación hotelera hasta el apartamento para familias de 4 a 8 niños),
organizadas en un edificio unitario para 1.600 habitantes, que contiene, además de las
vías interiores, gimnasio, café y solarium, restaurante, juegos de niños, centro
sanitario, guardería-nido, guardería infantil, club, laboratorios y salas de reunión para
los jóvenes, lavadero, entrada y garita del portero, y garages. La calle comercial se
encuentra a 25 metros sobre el nivel de suelo (Fig.14.-).
Fig.14.- La “unidad de habitación” propuesta por Le Corbusier y realizada en
Marsella, 1948-53.
Fte.: BENEVOLO, Leonardo, 1978, op. cit., p. 141.

Esta concepción que integraba vivienda y equipamientos, denominada vivienda


prolongada, que fue producto de la asociación de una “imaginación espacial” y de una
“imaginación social”, no es otra cosa que otra expresión de la “Unidad Vecinal” que C.
Perry preconizaba, con el reconocimiento de la Aldea en la ciudad 25.

Unidades vecinales en las comunas de Conchalí y Santiago en los años


1950
En nuestro contexto, en 1955, el Arqto. Rodulfo Oyarzún recibió un encargo de la
Rectoría de la Universidad de Chile, para realizar un proyecto de remodelación del
antiguo sector de la Chimba, entre las calles Recoleta e Independencia, incluyendo el
Cerro Blanco.
Oyarzún y su esposa, Elsa Fuentes, ampliaron el encargo, proponiendo la
erradicación de la Vega y su reemplazo por una “gran unidad vecinal, para cerca de
24.000 habitantes” 26. Esta solución urbanística permitiría abrir espacialmente la ciudad
hacia el norte, a partir de la Plaza de Armas, cubriendo un tramo del Río Mapocho. El
extenso plan consultó el emplazamiento en aquel sector de la Casa Central universitaria
y demás edificaciones propias de la administración y los servicios generales. Las
construcciones universitarias propiamente tales estarían precedidas por grandes
conjuntos de viviendas destinadas a funcionarios, docentes y estudiantes universitarios.
Estos bloques de edificios en altura quedarían situados en el centro urbano de la ciudad,
generando una gran densidad habitacional, con fáciles acceso a los lugares de estudio
trabajo y recreo. El equipamiento guardaría armonía con el resultado plástico a lograr en
la volumetría urbana y, de esta manera, la integración mediante amplias zonas verdes y
espacios deportivos y de recreación permitiría romper la cuadrícula urbana tradicional
(Fig.15.-).

Fig.15.- Una “gran unidad vecinal” para 24.000 habitantes, propuesta por
Rodolfo Oyarzún y Elsa Fuentes en Santiago, 1955.
Fte.: PAVEZ R., M. Isabel, op. cit., p. 6, a partir de Universidad del Bío Bío, F.A.C, 1987, op. cit.

Aunque este proyecto integral y de proporciones innovadoras, no pudo vencer los


obstáculos económicos y legales para su realización, hubo consenso en que fue un
importante aporte a la discusión sobre la ciudad de Santiago.
Poco tiempo después se verá la realización de la "Unidad Vecinal Portales"
(Arqtos. Bresciani, Valdés, Castillo y García Huidobro, 1957-58), también en Santiago
(Fig. 16.-), planificada para 11.000 habitantes, en una superficie de sólo 31 Hás.,
combinando departamentos en bloque (1.500 unidades) y casas de 1 y 2 pisos (360
unidades), definiendo 60 unidades de habitación por cada hectárea, y una densidad
habitacional bruta de 355 Hab./Há. 27.
Fig.16.- La “Unidad Vecinal Portales”, proyecto de Bresciani, Valdés, Castillo
y García Huidobro, realizada en Santiago de Chile, 1957-58.
Fte.: CORVI, Plan Habitacional Chile, 1963.

La escasez de recursos dispuestos para conservar los enormes espacios libres que
circundaron muchos conjuntos como este construidos por el sector público en diversas
partes del mundo, de acuerdo a la teoría de la “Unidad Vecinal” y la experiencia de
diseño urbano de los “Grandes Conjuntos” franceses, condujo a la formación de grandes
espacios intersticiales difícilmente habitables, peligrosos, y que entorpecieron la
sociabilidad entre los habitantes. Los bordes de estos espacios públicos, han sido
tomados en muchas ocasiones por los habitantes que los rodean, como una forma de
expansión de sus reducidos predios, en el caso de las viviendas de uno o dos pisos, con
las que suelen combinarse los bloques en este tipo de proyecto. Cabe destacar que en
los últimos años varios de estos conjuntos han sido demolidos en Francia, Inglaterra y
otros lugares.

Derivaciones de la teoría de la Unidad Vecinal de C. A. Perry


Como derivación de la “Unidad Vecinal” de Perry, la "Supermanzana" definió un
recinto edificado en el cual no debía penetrar el vehículo motorizado, y se desarrollarían
las funciones más elementales de la vida cotidiana 28. Su antecedente funcional fue el
"Super-Block", así llamado en la creación de Radburn (1928) primera Ciudad Jardín en
los Estados Unidos, de los Arqtos. Clarence Stein y Henry Wright, con control de la
circulación de automóviles y separación de vialidad, antes que el Le Corbusier insinuara
la idea de los grandes islotes peatonales donde los edificios se levantarían sobre
columnas.
Se diferencia de la "Unidad Vecinal" en que no pretende ser un modelo teórico
perfecto, sino más bien un sub-múltiplo de base del tejido urbano, más o menos
orgánico, y un múltiplo de la manzana convencional, la cual no se compatibilizaba ya con
el auge del automóvil, ni representaba unidad orgánica alguna desde el punto de vista
funcional.
El caso de las llamadas "Super-cuadras" en Brasilia (1957), (Fig.17.-), contienen
2.500 a 3.000 habitantes, un conjunto de cuatro de ellas, forman un todo dotado de
servicios comunes: escuela elemental, centro comercial y templo religioso, cine, parque,
guardería, escuela al aire libre, con una población entre 10.000 y 12.000 habitantes 29.

Fig.17.- la “supercuadra”, aplicada en la ciudad nueva de Brasilia, 1957.


Fte.: BENEVOLO, Leonardo, 1978, op. cit, p. 154.

En lo referido a la idea del "Sector", planteada por Le Corbusier, este la desarrolla


por primera vez en el Plan de Bogotá, Colombia (Arqtos.Charles-Édouard Jeanneret,
Wiener, Sert y Riller, 1950-53) determinando un módulo de 1.200 por 800 metros, con
una población entre 25.000 y 75.000 habitantes, con equipamiento vecinal 30.
Este módulo es conservado en la ciudad nueva de Chandigarh, India (Arqtos.
Charles-Édouard Jeanneret y Pierre Jeanneret, 1951-58) (Fig.18), donde la vida urbana
no se desarrolla al modo de una gran ciudad, sino al modo de un caserío pueblerino en
un ambiente rural. Por las costumbres indias no se podía plantear allí la “Unidad de
Habitación” vertical, de tal forma que el “Sector” aparece como una especie de ciudad-
jardín a la inglesa, tipo insólito en Le Corbusier 31.
Fig.18.- El “Sector” de viviendas, aplicado en la ciudad nueva de Chandigarh,
1951-58.
Fte.: VON MOOS, Stanislaus, Le Corbusier, Editorial Lumen, Barcelona, 1977, 416 págs. ilustradas. p. 252.

En Chandigarh un "Sector" comprende ante todo, las viviendas. La calle de


comercio cotidiano atraviesa todo el "Sector", dividiéndolo en dos. Perpendicular a esta
calle, siguiendo el eje longitudinal del "Sector", se establecen los espacios verdes, con la
escuela y el centro sanitario. Pero los sectores están jerarquizados de acuerdo a las
clases sociales, lo que se consideró un gran error del Plan, pues ellas eran una herencia
obsoleta de las castas en la India, y, más precisamente, una concesión a las costumbres
colonialistas 32.
En el contexto de la Unión Soviética, los denominados "Super-bloques",
contemplaron un total de 6.000 habitantes, con escuela, centro recreativo y comercial 33.

Los “Grandes conjuntos”, un legado universal entre 1945 y 1975


En Francia, la creación de los "Grandes Conjuntos" habitacionales, dio lugar a una
experiencia urbanística muy difundida en el medio internacional, siendo el primer
producto urbano de gran escala y una suerte de legado universal entre 1945 y 1975.
Este fenómeno único en el mundo, fue motivado por la necesidad de reconstruir
el país luego de la destrucción provocada por la Segunda Guerra Mundial. La
arquitectura de los “Grandes Conjuntos” fue especialmente el soporte de todo tipo de
equipamientos sociales definidos conforme a normas “estandarizadas” de respuestas a
las necesidades de un hombre "universal" (1958-1965). El ideal igualitario se volvió
imperativo en la época, imponiendo una racionalidad para la formación y consolidación
de un “territorio de Estado”, para ser habitado por ese “hombre universal”, generando
una arquitectura también universal que propagó los mismos equipamientos en todas
partes (Fig.19).

Fig.19.- Un “gran conjunto” habitacional.


Fte.:RANDLE, P.H., 1984-85, op.cit., p.304.

El enunciado de un anonimato colectivo se asoció así al hombre moderno, para el


cual todas las libertades eran posibles en el contexto de un sistema que se quiso ver
situado a medio camino entre el liberalismo y la planificación.
La Grilla Dupont de Equipamientos 34 1958, definió los escalones territoriales:
"Grupo Residencial", con 200-500 células habitacionales; "Unidad Vecinal", con 800-
500; "Barrio", con 1.500-2.500; "Arrondisement", con 3.000-6.000; "Comuna o
Ciudad", con un mínimo de 8.000 viviendas.
Se observará que el “Pabellón Marsella” antes citado, con 337 departamentos
-unidad considerada de tamaño eficaz- corresponde al "Grupo Residencial".
La Grilla citada, fue modificada en 1962, en lo referido al escalón del "Barrio",
quedando este referido a un conjunto mayor, entre 2.500 y 4.000 unidades de
habitación 35. En Francia, en esa fecha, el tamaño familiar promedio era de 3,8 personas,
en consecuencia, la población del "Barrio" oscilaba entre 9.500 y 15.200 personas.
La Grilla de Equipamientos Dupont 1962, fue traducida en Chile por la oficina
Programa de Equipamiento Comunitario, (Departamento de Planes y Programas
Dirección de Arquitectura, M.O.P.-Chile, DOC.Nº2, 1966) con el nombre: "Un sistema de
standards de Equipamiento Comunitario para grandes conjuntos habitacionales: el
ejemplo francés", anticipándose a las funciones que le correspondería realizar dentro de
las Direcciones consultadas en el MINVU, ministerio recién creado, en especial la de
Planeamiento del Equipamiento Comunitario.
Posteriormente, en 1965, la Grilla Dupont 36, evolucionó en el sentido de
reconocer, por una parte, "Unidades de Habitación", comprendiendo: "Grupo Doméstico",
con 50-150 unidades residenciales, y "Grupo Residencial", con 250-350 unidades, y, por
otra, "Unidades de Organización Urbana", comprendiendo: "Unidad Vecinal", con 800-
1.200 unidades residenciales, y "Barrio", con 2.500-5.000 unidades.
Asumiendo que se mantiene la cifra de 3,8 personas por familia en Francia, pues
el cambio se produce sólo tres años después, el "Barrio" alcanzará la cifra de 19.000
personas.
En lo referido a la reducción de población en el "Grupo Residencial", y al aumento
de población en el "Barrio", ello respondió a la constatación en la realidad francesa, de
dos categorías principales de conjuntos residenciales. Por una parte, el azar de las
adquisiciones de suelo y la multiplicidad de los organismos de construcción provocaron el
nacimiento de pequeñas y medianas unidades de viviendas fragmentadas en grupos que
iban desde las 50 a las 500 viviendas. Muchas de ellas eran vecinas, y, por adición,
fueron constituyendo conjuntos mayores que, si bien nadie coordinaba, satisfacían la
necesidad de habitar en conjuntos de escala más humana, que los llamados "Grandes
Conjuntos".
Por otra parte, los progresos técnicos de la construcción y la necesidad creciente
de superficies cada vez mayores para áreas residenciales debido al crecimiento
demográfico y la tendencia a la concentración urbana de la población, además de la
necesidad de aprovechar mejor los equipamientos en el Barrio, significaron zonas de
habitación cada vez más grandes, sobrepasando muchas veces el escalón de comuna, o
las 8.000 viviendas.

La “Unidad Vecinal de C.A. Perry y su sistematización para aplicaciones


prácticas en España
En el caso de la experiencia española de los años sesenta, el Plan Nacional de
Vivienda (Ley de 23 de Diciembre de 1961) 37, estudió las dotaciones de equipamientos
en función de tres escalones urbanos: "Núcleo Residencial", con una población de 5.000
habitantes y una superficie de 10 hectáreas; "Unidad de Barrio", conformada por cuatro
Núcleos Residenciales, con 20.000 habitantes y 40 hectáreas; "Unidad de Distrito",
comprendiendo 5 Unidades de Barrio, con 100.000 habitantes y 250 hectáreas.
Por otra parte, en la misma década, Miguel Durán Loriga define las "Comunidades
de Habitantes" (1962-63), fundamentalmente por el número de habitantes (4,4
38
pers./fam. en la época, en España) y las necesidades que crean . Las normas de M.
Durán constituyen un típico y solitario intento de sistematización teórica de la "Unidad
Vecinal" (C. Perry), para su aplicación práctica en España 39:

"Comunidad 1", con 1.000 Hab. (1.500 Hab. Máx.) y 225 Fam. Jardín
Infantil - Guardería. Eventual cooperativa de propietarios, con cierta autonomía.
"Comunidad 2", con 5.000 Hab. y 1.125 Fam. Grupo Escolar Elemental (500
alumnos) - Sub-Centro Comercio Cotidiano. Comprende cinco Com.1."Comunidad 3", con
10.000 Hab. y 2.250 Fam. Centro Comercial (10.000 Habs. empiezan a justificarlo, pues
Com.3. no es una comunidad claramente definida) - Jardín Público - Parroquia
(corresponde a una feligresía). Comprende dos Com.2.
"Comunidad 4", con 20.000 Hab. y 2.250 Fam. Centro Comercial (20.000 Hab.
corresponden a lo óptimo para tener un centro comercial animado) - Centro de
Enseñanza Media (1.000 alumnos) - Jardín Público- 1-2 Parroquias - Comisaría -
Mercado Público - Sucursal de Correos y Telégrafos.Comprende cuatro Com.2.
Durán Loriga estimó que el polígono teórico ideal debía tener del orden de 59,4
Hás., alcanzándose una densidad urbana bruta -algo elevada- de 335 Hab. /Há.,
(incluye vialidad, pero no industria). Esta comunidad es la primera que adquiere dentro
del ámbito urbano posibilidades de autosuficiencia. Se observará que corresponde a un
"Barrio" de 4 "Unidades Vecinales" (C. Perry); y a un "Barrio", según Grilla Dupont-
1965 (19.000 Hab.). De igual forma, al "Barrio", definido por Alonso Velasco, (1969-71),
con 20.000 Hab. y 40 Hás.
"Comunidad 5", con 50.000 a 60.000 Hab. y 13.500 Fam. Centro Cívico
(incipiente, -por cuanto no es una comunidad fundamental-, a menos que esta
comunidad constituyese una ciudad autónoma)- Parque Público -Bomberos - Terminal
de Buses. Comprende tres Com.4., y, finalmente, "Comunidad 6", con 100.000 Hab. a
120.000 Hab. y 27.000 Fam. Gran Centro Cívico y Comercial - Parque Público.
Comprende seis comunidades Com.4.

También en España, hacia el final de la década de los sesenta, el Arqto. M. Alonso


Velasco, (1969-71), definió las "Unidades Urbanas de Vecindad" 40: "Bloque de
Habitación", contando hasta 200 unidades de habitación; un siguiente escalón -sin
denominación- entre 200 y 500 unidades de habitación; otro, comprendiendo hasta
1000 unidades de habitación, y, finalmente el "Barrio", sobre 1.000 unidades de
vivienda.
En Chile, a comienzos de la presente década, el grupo "Salvemos Santiago"
(1991), se refiere al "Barrio", indicando que su tamaño no sobrepasará las 35
hectáreas, con 15.000 habitantes (Densidad Habitacional Bruta: 428 Hab./Há.), siendo
su característica principal que su medida sea dada por el hombre: 10 minutos de
marcha a pie, como máximo. Debe tener equipamientos básicos, y su expresión
arquitectónico-urbana le debe otorgar “sentido al lugar”. El "Barrio" debe permitir usos
mixtos, con actividades compatibles a la actividad residencial 41.
Los 15.000 habitantes del "Barrio" en este caso, corresponden a la población del
"Barrio" en la Grilla Dupont -1962, y a tres "Unidades Vecinales", en C. Perry.

3. La crítica a la teoría urbana de la ciudad socialmente nucleada

Los años 1970 y el barrio como “cantidad humana y útil de trabajo”


Hacia los años 60, se hacen frecuentes los estudios sobre el equipamiento urbano
basados en la teoría urbana de la ciudad socialmente nucleada. Si bien esta teoría había
tenido un corto desarrollo, pronto mereció severas críticas en su aspecto puramente
sociológico. Los alemanes Wolf Jobst Siedler y Elisabeth Niggemeyer, en Die gemordete
Stadt, y Alexander Mitscherlich, en una obra polémica, Die Unwirtlichkeit unserer
Stadte, así como la norteamericana Jane Jacobs en The Death and life of great
american cities, contribuyeron, entre otros, a crear el clima propicio para la
consideración crítica de las nuevas ciudades.
El urbanismo de comienzos de los años 70, tendió a considerar las comunidades
urbanas, las unidades vecinales, las unidades de barrio, más que como grupos sociales
primarios, como cantidades humanas y útiles de trabajo.
La lectura del territorio del vecindario/barrio como una especie de “área natural”,
núcleo de convivencia e interacción social “cara a cara” de un grupo de personas, cuya
conducta se modifica en función de los modelos que incorpora del colectivo transformado
en comunidad, provenía de la ecología urbana, suponiendo que en el vecindario/barrio
los habitantes encuentran a sus pares, entre los cuales hay cooperación.
Al origen estaban las preocupaciones de la clase social alta que intenta mejorar el
nivel cultural de los pobres, para lo cual se promueve el establecimiento de
equipamientos, la escuela por ejemplo, desde donde habrá una irradiación cultural. Hay
otros elementos de convergencia, como las áreas verdes y el comercio. Está implícita
también la idea de protección, en la medida que se desea, por ejemplo, que el auto no
irrumpa con toda su potencialidad en el ámbito del vecindario/barrio. Concurre también
la idea de una comunidad participante -en que cada uno está “en comunión” con sus
afines- que se “identificaría” con el vecindario/barrio.
Pero, la raíz crítica del concepto, indica que la idea de la cooperación,
especialmente en las sociedades capitalistas, está alterada o neutralizada por los
vínculos de competencia, que serían los dominantes.
Por otra parte, la organización de la actividad económica superaría los límites de
las unidades de vecindario y barrio en la medida en que los miembros de la familia no
necesariamente coinciden en espacios tiempos unificados. El desarrollo tecnológico de
los medios de transporte y comunicación (“auto al alcance de todos”, redes
computacionales, etc.), saca fácilmente a las personas -que pueden conducir, o estar
abonadas a las redes de comunicación- del ámbito del vecindario/barrio.

"El equipo urbano rigurosamente clasificado se sustituye por la multifuncionalidad


y la superposición de actividades, en la comprensión de que la complejidad urbana
difícilmente se deja sujetar en las mallas de tesis sociológicas de un racionalismo más o
menos simplificado. Si en los nuevos planeamientos las unidades persisten, es más bien
como números que como grupos socialmente cohesionados, y con fines exclusivamente
operativos a efectos de clasificación del equipamiento urbano" 42.

Los años 1980 y el repudio al barrio en tanto “instrumento de segregación”


Desde esta última óptica, se han reconocido ciertas constantes de interés en las
diversas tentativas antes citadas, sin embargo, en términos generales, a fines de los
años 80 se ha considerado que:

"El concepto aislacionista de la unidad de barrio como base sociológica de vida


urbana no responde a la trama - cada vez más compleja- de relaciones entre individuos
y funciones, ya que la vecindad geográfica ha sido sustituida por la vecindad
institucional, favorecida por la movilidad física y mental de los ciudadanos” 43.
En la realidad donde se ha aplicado el concepto la falta de dotaciones
(equipamientos) hace que su más elemental justificación quede incumplida, al no
garantizarse ese mínimo de autosuficiencia que satisfaga a la comunidad doméstica. La
falta de una segregación de tráfico externo, desaprovecha uno de los mejores recursos
para garantizar un buen nivel ambiental en las áreas residenciales. La falta de
integración en una estructura urbana, física, funcional y administrativa, convierte a los
nuevos barrios en hechos inconexos y acentúa una de las tendencias negativas del
propio principio: la segregación 44.
Se resume las posiciones críticas de los años 80 en que se repudia el concepto de
"unidad de barrio", por la falta de flexibilidad y adecuación a las diferentes posibilidades
sociológicas, ante el hecho de que actúa espontáneamente como instrumento para
impulsar la segregación.
Sin embargo, la polémica en torno a la validez de la "unidad de barrio" y el
concepto de ciudad nucleada es difícil de esclarecer, pues si bien desde un punto de
vista más o menos teórico, o simplemente descriptivo, es cierto que la ciudad no se
sujeta a moldes físicos, también es cierto que se hace muy difícil operar con la ciudad
como un todo, y que por razones metodológicas surge la necesidad de subdividirla, al
menos momentáneamente 45.

Los años 1990 y el barrio como “espacio de cautivos”


En los años 90, la relevancia de la idea de la accesibilidad como cualidad urbana
por excelencia -la “ciudad accesible” no sólo como un ideal hoy, sino como la idea
misma de ciudad- ha llevado a plantear la accesibilidad como un “objetivo cívico” y con
ello, el problema de la ambigüedad con que suelen ser tratadas, por ejemplo, la
movilidad cotidiana y residencial en el espacio: como un derecho (acercamiento del
domicilio al trabajo), pero también como una restricción (enraizamiento residencial como
condición de la sociabilidad urbana).
La concepción actual que reconoce el movimiento no como la consecuencia, sino
como la esencia de la urbanidad, propone en los hechos el desplazamiento contra la
cultura tradicional de la sedentarización. Y toda vez que asume la coexistencia como
condición de la accesibilidad, opone la civilidad a la exclusividad territorial.
Los miembros de la sociedad civil deben aprender a coexistir con individuos
diferentes, a partir de los espacios urbanos públicos 46. Este aprendizaje implica la
difusión y enseñanza de códigos de multiterritorialidad y reglas de desenvolvimiento en
todos los lugares.
Por cierto, esta capacidad está desigualmente distribuida hoy en la población. En
nuestro contexto, toda vez que parte de la población "excluida" se inclina por un
desenvolvimiento fuera del marco de la ley, aumenta el volumen de la delincuencia, las
viviendas van adoptando aspecto de fortaleza, (despliegue del condominio,
“feudalización de la ciudad”), y los espacios públicos se ven vacíos o eventualmente
invadidos por la policía 47.
En cuanto a los ciudadanos más integrados, estos circulan diariamente por un
amplio territorio, pues sus lugares de empleo, los colegios de sus hijos, y el comercio
que interesa a sus familias están más allá de la “zona”, barrio y comuna de residencia.
Sobrepasando la motivación de las necesidades en sentido estricto, ellos se imponen
objetivos de prestigio, distinción, enmarcamiento social, etc. Y, la residencia es el punto
de partida desde el cual los miembros de cada hogar definen su propia ciudad en
relación con una multitud de destinos que se alcanzan en forma creciente en
automóvil 48.
Estas categorías sociales tienen mayor experiencia en el uso estratégico de los
desplazamientos, desenvolviéndose muy bien en contextos variados y disfrutando una
diversidad creciente del consumo. La informática y la telecomunicación hacen posible su
conexión permanente con el mundo, su acceso ilimitado a la información y a un
intercambio a distancia de todo tipo y con todo tipo de pares.
En tanto, fracciones importantes de la población están aún sub-comprometidas
con la movilidad cotidiana, sea porque por su edad no pueden conducir - ancianos y
niños- siendo dependientes de otros para su acercamiento a los equipamientos, aún a
los cotidianos cuando se trata de urbanizaciones de baja densidad, sea porque ellas
participan mal o no participan en los mercados regionales de empleo, consumen pocos
bienes y servicios, y porque su vida cotidiana tiene lugar en un área limitada, donde la
"cotidianidad del barrio, especie de receptáculo natural de las espectativas de esta masa
de población, libera de alguna forma al individuo desarrollando una cultura de
supervivencia a partir de la solidaridad entre vecinos 49.
Cabe destacar, sin embargo, que la configuración del “vecindario” en este caso (y
no del barrio) -basada en la eventual simpatía mutua- incluye sólo la interacción entre
algunas de las familias cuyos domicilios están próximos. De ahí que no todo pasaje, calle
o cuadra, se identifique como el lugar propio de la interacción vecinal, sino sólo aquel
espacio donde este tipo de comunicación ocurre en los hechos con mayor frecuencia en
términos de conversaciones habituales, favores, encargos, y otros, basados en la
confianza recíproca50.
El sistema “vecinal” surge así como expresión de sociabilidad y sus límites varían
de un conjunto habitacional a otro, por lo que es inútil definirlo desde la planificación
urbana u otras instancias de definición externas. Si bien el carácter particularista e
íntimo del vecindario representa un poderoso factor que facilita el contacto entre
vecinos, para proponer contenidos externos a la comunicación por simpatía, es necesario
que haya una voluntad de constituir “comunidad” (la que puede ser espacialmente más
pequeña o mayor que la vecindad) requiriéndose una racionalidad instrumental para el
logro de los objetivos de mayor alcance 51.
Finalmente, no siempre el tiempo de permanencia prolongado de un conjunto
habitacional hace emerger el sistema vecinal. Cuando existen fuertes tensiones sociales
se reducen los sentimientos de identificación, de territorialidad, pertenencia y arraigo. La
hostilidad y agresividad de un entorno espacial y social llevará a las personas a
replegarse al estrecho marco de su espacio privado y al sistema familiar.

Algunas políticas de desarrollo urbano en los años 1990, y su impacto en el


barrio
Frente a los casos extremos de muy alta movilidad de los habitantes por una parte,
gracias en parte al vehículo privado, y de baja movilidad, por otra, dada la escasez de
todo tipo de recursos, nuevas razones de buen manejo del crecimiento y desarrollo de la
ciudad, inducen a políticas en diversos contextos, tendientes a reducir los vehículos
privados, aduciendo razones ambientales que no sólo tienen que ver con la congestión
en las vías y la contaminación del aire, sino también con la necesidad de utilizar más
eficientemente el reducido espacio con que se cuenta para nuevas y urgentes
necesidades de vivienda, conservando las áreas agrícolas y verdes existentes.
Es el caso de la ciudad de Viena (2,5 millones de habitantes) la que, luego de la
caída del Muro de Berlín, ha dejado de ser un apéndice de Europa Occidental, para
convertirse en un lugar de intercambios al centro mismo de las relaciones Este-Oeste, y
en punto de destino de parte del flujo de inmigrantes del Este. La planificación de la
ciudad privilegia los terrenos posibles de construir más próximos a los medios de
transporte público masivo(se contempla la extensión de varias líneas de Metro)
acercando el empleo, la vivienda y los equipamientos de recreación. Con ello se intenta
reducir a un mínimo la utilización del vehículo privado en la ciudad.
Los barrios, tendrán alta densidad, para ameritar el medio de transporte público,
Metro, y demás equipamientos.
Al interior de los barrios se privilegia la construcción de ciclovías, más que de vías
vehiculares, disminuyéndose así los accidentes y utilizándose en edificación el espacio
que no ocuparán nuevas vías vehiculares. Se mantiene además la superficie de valiosas
áreas verdes existentes.
Se busca la diversidad e intensidad de los espacios públicos en los barrios, y
también una mayor seguridad para los habitantes.
Cada barrio de habitación será dotado, por otra parte, de una zona de desarrollo
industrial servido también por los transportes públicos. Se intenta crear una ciudad de
"pequeñas distancias", donde el vehículo no sea una necesidad absoluta. Se trata de que
los habitantes de Viena del siglo XXI se sientan en sus barrios "como en su casa".
En los ejes de desarrollo se crearán pequeños y grandes polos de urbanización
dando así ciertos acentos a cada barrio (comercio, cultura, recreación). Está prevista
una línea de gestión y animación en la primera fase de la vida de cada nuevo barrio, y
también la participación de los habitantes en la fase de proyectación.
Observamos que el fortalecimiento del concepto de barrio, no soslaya en este
caso, la necesaria mayor movilidad de los habitantes, posible gracias a la evolución
tecnológica de los transportes públicos, especialmente los “transportes rápidos
masivos”, Metros, fundamentales a la dinámica de las áreas metropolitanas hoy 52.

4. Nuevas y antiguas connotaciones de la noción de Barrio

“Democracia local” y barrio


Aún cuando, frente a la concepción territorial de la zonificación funcionalista
(áreas) - “territorialidad de límites y fronteras naturales o institucionales, de la
propiedad individual o colectiva, pública o privada, desde donde se ejercen múltiples
poderes, pequeños o grandes”-53, diversos especialistas contemporáneos están
reconsiderando en prioridad el análisis de la territorialidad reticular (relativa a las
redes), en rápida difusión, ello no significa negar la territorialidad de las áreas legítimas
que conocemos como la Comuna y otras, ni los poderes que se ejercen en ellas.
Al respecto, el ejercicio del poder de los habitantes, como conjunto, en el
territorio del Barrio, es una realidad que emerge recientemente en materia de gestión de
la ciudad. Una experiencia francesa "modesta pero audaz", vio la primera elección de
representantes a un "Consejo del Barrio", con los objetivos de crear una "democracia
local" y una "ciudadanía" de periferia. Los habitantes del barrio de los "Peintres et
Médicins", en la ciudad de Mantes-la Jolies, realizada en Octubre de 1993, contempló el
sufragio universal para mayores de 16 años, habitantes o trabajadores en el barrio, de
toda nacionalidad. Este “Consejo del Barrio” tiene autonomía ilimitada en lo referido a
reflexión y proposiciones, pero en materia de gestión cotidiana, y de comprometer
créditos municipales, las decisiones son responsabilidad de la municipalidad. El apoyo
del alcalde a esta iniciativa estuvo motivado por la idea de crear una dinámica de
participación más efectiva de los habitantes, en este caso de periferia 54.

Aura, neotribalismo y barrio en las metrópolis de fin de siglo XX


En lo referido a la connotación afectiva de la noción espacial de barrio, el filósofo
francés Michel Maffesoli señala en 1990 55, que este es un término obsoleto, pero que
resurge insistentemente en la actualidad en los escritos de numerosos observadores
sociales.
El "barrio", puede adoptar modulaciones muy diferentes, pudiendo estar
delimitado por un conjunto de calles, designar una zona libidinalmente investida ("barrio
rojo", "barrio del vicio", etc.), hacer referencia a un conjunto comercial o a un punto
nodal de transportes públicos. Y, se estima que poco importa en concreto, en todos los
casos se trata de “un espacio público que conjuga una cierta funcionalidad con una
carga simbólica innegable”.
"Profundamente inscrito en el imaginario colectivo, no está empero constituído
más que por una encrucijada de situaciones, momentos, espacios y hombres sin
atributos, y por cierto, las más de las veces aparece bajo la forma de los estereotipos
más banales"56.
La plazoleta, la calle, el quiosco de diarios, las agencias de apuestas, etc., son
centros de interés o de necesidad, otras tantas "puntuaciones triviales de la socialidad".
Esta puntuación, no obstante, es la que suscita el aura específica de tal o cual barrio.
Maffesoli emplea aquí el término aura para indicar que, si bien el "barrio" es una
atmósfera segregada por lugares y actividades, hay sin embargo, una coloración
particular. Sea que se llame emoción, sentimiento, mitología o ideología, la sensibilidad
colectiva, al superar la atomización individual, crea las condiciones que hacen posible se
constituya el aura que va a representar ese glutinum mundi que hace que, pese a la
diversidad, tome cuerpo un conjunto 57.
Respecto a los media, Maffesoli es radical, no son más que un simple pretexto
para la comunicación, como pudieron serlo, la diatriba filosófica en la Antigüedad, el
sermón religioso en la Edad Media o el discurso político en la Era Moderna.
Los barrios o los inmuebles "con cable" vivirán a la postre unos valores poco
alejados de los que animaron a las tribus o clanes que constituían las sociedades
tradicionales. Una cierta indiferenciación, consecutiva a la mundialización y a la
uniformización de los modos de vida, y a veces también del pensamiento, puede ir
paralela a la acentuación de los valores particulares. El avance de la tecnología no
consigue neutralizar la potencia de la ligazón referida más arriba, ("religión"; re-ligare)58.
Y, el desarrollo vertiginoso de las grandes metrópolis y megalópolis sólo puede
favorecer la creación de "aldeas en la ciudad".
Las grandes ciudades se han convertido en campos en los que los "barrios", los
ghettos, las parroquias, los territorios y las diversas "tribus" (grupos afines) que los
habitan, han sustituido a los pueblos, aldeas, y municipios de antaño... "pero, como es
necesario reunirse alrededor de una figura tutelar, el santo varón que se venera y
festeja es sustituido por el gurú, la celebridad local, el equipo de fútbol o la secta de
dimensiones modestas" 59.
Se sostiene en síntesis que, paradojalmente son, a la vez, los valores "arcaicos",
como el localismo y la religiosidad, y el desarrollo tecnológico de punta, los que son
constitutivos de ese neo-tribalismo -”confluencias efervescentes y efímeras en el seno
de la sociedad de masas”- particularmente destacable en las metrópolis modernas.


1
PAUL-LÉVY, Françoise, La Ville en Croix: De la Révolution de 1848 à la rénovation haussmannienne. Eléments
pour une problématique générale, Sociologie des Formes, Librairie des Méridiens, Paris, 1984, p.14.
2
HOMO, Leon, La Roma Imperial y el Urbanismo en la Antigüedad, Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana,
México, 1956, 487 págs. ilustradas.
3
RANDLE, P.H., El pensamiento urbanístico en los siglos XIX y XX, Ed. Oikos, Vol.3,Bs.Aires, 1984-85, 469 págs.
4
ENCINA, Francisco, Historia de Chile, Editorial Nascimiento, Santiago de Chile, 1953.
5
RANDLE, P.H., 1984-85, op. cit.
6
ARISTOTELES, Política, Libro I, Capítulo 2, citado por RANDLE, P.H., 1984-85, op.cit.
7
RANDLE, P.H., 1984-85, op.cit.
8
GUROVICH, Alberto, Asignatura Urbanismo II 1995, F.A.U. U. de Chile.
9
VIDLER, Anthony, “La idea de unidad y la forma urbana de Le Corbusier”, en: LEWIS, D, La Ciudad: problemas de
diseño y estructura, Colección Ciencia Urbanística, Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1970, p.p.225-238.
10
VIDLER,Anthony, 1970, op.cit
11
Ibid.
12
RANDLE, P.H., 1984-85, op.cit.
13
GIRARDET, Herbert, Ciudades: Alternativas para una vida sostenible, Celeste Ediciones, Atlas Gaia, Madrid, 1992,
p.55.
14
REVISTA C.A. Nº 33, “La población Huemul y su centro de equipamientos”, extracto de LARRAIN BRAVO, Ricardo: Breve
reseña sobre Población Huemul, 1918, material facilitado por el Arqto. Pedro Murtinho, 1982, p.p. 6-9.
15
VIDLER, Anthony, 1970, op.cit.
16
VON MOOS, Stanislaus, Le Corbusier, Editorial Lumen, Barcelona, 1977, 416 págs. ilustradas.
17
RANDLE, P.H., op.cit., 1984-85.
18
RANDLE, P.H., op. cit., 1984-85.
19
Ibid.
20
Ibid.
21
Ibid.
22
DUANY, Andrés, “Nuevas alternativas de Diseño Urbano en U.S.A.”, conferencia en X Bienal de Arquitectura de Santiago:
Hacia el año 2.000 ¿Cuál ciudad queremos?, Colegio de Arquitectos de Chile A.G. Centro Cultural Estación Mapocho,
Santiago, 1-10 de Septiembre de 1995.
23
BENEVOLO, Leonardo, Diseño de la Ciudad 5: El arte y la ciudad contemporánea, Ediciones Gustavo Gili, S.A., México,
D.F., 1978, 248 págs. ilustradas. p. 191.
24
FRANCASTEL, Pierre, El Arte y la Civilización Moderna, Milán, 1959, citado por CHUECA GOITIA, Fernando, Historia
de la Arquitectura Occidental, Tomo V: “El siglo XX: De la revolución industrial al racionalismo”, Dossat Bolsillo, Madrid ,
1979.
25
VIDLER, Anthony, 1970, op. cit.
26
UNIVERSIDAD DEL BIO-BIO, Facultad de Arquitectura y Construcción, Rodulfo Oyarzún Ph. Arquitecto, Concepción,
Chile, 1987, 93 págs. ilustradas, p.p.60-61, y
Carta de Rodulfo Oyarzún, fechada en El Monte - Chile, el 9 de Mayo de 1955, dirigida a Karl H. Brunner, en Viena,
Austria. En: Archivo K.H.Brunner - Magda Hoyos, Viena, 1995, por gentileza del Arqto. Jonás Figueroa S., 1995.
27
MUNIZAGA V., Gustavo, Diseño Urbano: Teoría y Método, Ediciones Universidad Católica de Chile, Vicerrectoría
Académica, Santiago de Chile, 1992, 336 págs. ilustradas., y CORVI, Plan Habitacional - Chile, 1963.
28
RANDLE, P.H.,1984-85, op.cit.
29
BENEVOLO, Leonardo, 1978, Op. Cit.
30
MUNIZAGA V., Gustavo, 1992, op.cit.
31
VON MOOS, Stanislaus, 1977, op.cit.
32
Ibid.
33
RANDLE, P.H., 1984-85, op.cit.
34
URBANISME, Revue Française: Equipements des Grands Ensembles, Nº 62-63, 1959.
Cabe destacar que la unidad llamada “GRUPO RESIDENCIAL” en la Grilla citada, con 250 a 500 unidades de habitación,
corresponde aproximadamente a lo que hoy se recomienda como tamaño máximo conveniente para una agrupación
residencial en Chile, en el contexto de la aplicación de la Vivienda Progresiva: máximo 400 familias. Estos conjuntos
tendrán idealmente una estructura espacial medianamente jerarquizada y límites claros que faciliten el proceso de
“lugarización” de los habitantes. Al respecto véase SEPULVEDA, R.; DE LA PUENTE P.; MUÑOZ P. ; TORRES E.,
Progresividad Residencial: Un estudio sociofísico del Programa de Mejoramiento de Barrios, F.A.U. - INVI - F.C.S., de la U.
de Chile, FONDECYT P.R. 1114-1992, Septiembre de 1994, 211 págs. ilustradas.
35
URBANISME, Revue Française: Equipement pour l'Home, Nº 75-76, 1962.
Notas: a) Los Nº75-76,1962, corresponden al documento traducido por la oficina Programa de Equipamiento Comunitario,
(Departamento de Planes y Programas Dirección de Arquitectura, M.O.P.-Chile, DOC.Nº2) en 1966, con el nombre: Un
sistema de standards de Equipamiento Comunitario para grandes conjuntos habitacionales: el ejemplo francés,
anticipándose a las funciones que le correspodería realizar dentro de las Direcciones consultadas en el MINVU, ministerio
recién creado, en especial la de Planeamiento del Equipamiento Comunitario.
b)En los Nº75-76, 1962, la "Comisión de la Vida en los Grandes Conjuntos"- Francia, revisa los conceptos
emitidos en 1959 en URBANISME Nº62-63, advirtiendo que, sólo en lo referido a espacios verdes y deportes, no se
encontrará ninguna modificación respecto a la anterior edición.
36
URBANISME, Revue Française: Equipement, Nº 90-91,1965.
Notas: Se expresa el deseo de "sugerir" más que de "normalizar", pues se ha caído en una reglamentación excesiva. La
concepción de sistema -limitada en la época, por cuanto se asocia a ella la idea de rigidez y producción en serie,
confundiendo objetivos con medios- es rechazada. La nueva síntesis renueva las normas aparecidas en Nº 62-63-75-76 de
URBANISME, Revue Française. En lo referido a "espacios exteriores", se abordan como conjunto: concepción del paisaje
urbano, necesidades de equipamiento, unidades de vida social, repartición de superficies, organización de estudios de
ordenamiento, problemas económicos, financieros y jurídicos, creación de estacionamientos subterráneos. En cuanto a las
superficies construídas concernientes a los equipamientos colectivos, se ha sugerido modificaciones a las normas ya
publicadas. Constituye un compendio excepcional por su riqueza y voluntad de integración de los diversos aspectos
tratados, aún cuando todavía se inscribe en la idea del “estándar”, fuertemente criticada en los años siguientes.
37
Citado por ALONSO VELASCO, Juan Manuel, "El Equipo Urbano en el Plan Parcial de Ordenación", en: Revista Ciudad y
Territorio, Nº1, Ed. Centro de Estudios Urbanos del Instituto de Estudios de Administración Local, España,
Mayo,Junio,Julio,Agosto, 1969.
38
DURAN LORIGA,Miguel, "Urbanismo: Planeamiento de nuevos núcleos urbanos" (Planes Parciales), en Revista Temas
Arquitectura, Nº 53-59, año 1963-64, España.
39
MINISTERIO DE OBRAS PUBLICAS Y URBANISMO - ESPAÑA, Instituto del Territorio y Urbanismo, Las Nuevas Areas
Residenciales en la Formación de la Ciudad, Materiales de Reflexión para su definición por el Planeamiento,
1986, 174 págs. ilustradas.
40
ALONSO VELASCO, Juan Manuel, Ciudad y Espacios Verdes, Monografías de Vivienda, Arquitectura y Urbanismo,
Ministerio de la Vivienda-España, Servicio Central de Publicaciones, Madrid, 1971.( Primer Premio en concurso convocado
por el Ministerio de la Vivienda-España; sus resultados fueron incorporados a la nueva Ley de Suelo española en la época).
41
BOZA, Cristián,"Para reordenar Santiago: el barrio, punto de inicio", en: El Mercurio, 4 de Agosto de 1991, Cuerpo E,
pág.4.
42
ALONSO VELASCO, 1969,op.cit.
43
MOPU - ESPAÑA, op. cit.,1986.
44
Ibid.
45
Ibid.
46
HAUMONT, Antoine, "La Mobilité intra-urbaine:rétrospective et prospective", en: Les Annales de la Recherche
Urbaine: Mobilité, Nº59-60, Juin-Septembre 1993, Paris, p. p. 108-117.
47
HOPENHAYN, Martín, Ni apocalípticos ni integrados. Aventuras de la modernidad en América Latina, Fondo de Cultura
Económica, Santiago de Chile,1994, 281 págs.
48
FISHMAN, R., "The Post-War American Suburb: a New Form,a New City", en: SCHAFFER D. (Ed.), Two Centuries of
American Planning, Londres, Mansell,1988, cit. por Dupuy, 1991, op.cit. ref.37.
49
HOPENHAYN, 1994, op.cit.
50
SEPULVEDA, R.; ARDITI, C.; DE LA PUENTE P.; MUÑOZ P. ; TORRES E., Aplicación del Programa de Mejoramiento
de Barrios: Análisis físico-espacial en cuatro regiones del país, INVI, F.A.U. U. de Chile, FONDECYT 1114-1992,
Agosto de 1993, 152 págs. ilustradas.
51
La “comunidad”, se concibe como un “híbrido comunicacional” que comparte elementos formales e informales porque
necesita tanto de la integración emotiva propia del grupo primario, como de la eficacia organizativa de los grupos
secundarios. La “comunidad puede reemplazar la falta de recompensa material para sus miembros ,a la vez que adaptarse
a una contingencia más elevada que deriva de una incorporación de personas no siempre conocidas, y de la necesaria
vinculación que debe establecer con sistemas externos (Municipalidad y otros servicios públicos centralizados o
descentralizados. En: SEPULVEDA, R., et als., op.cit. 1993, p.131.
52
(MUNICIPALIDAD DE VIENA, AUSTRIA, Ed.), Vienna Vienne, on the way to the 21st century, vers le 21e siècle. Urban
Planning for the Welfare of the People and Environment, Planification urbaine pour une époque des fondateurs écologique
et sociale, (Municipalidad de Viena, Planificación de la Municipalidad, 1994; 72 págs. ilustradas).
53
DUPUY, Gabriel, L’Urbanisme des Réseaux, Théories et Méthodes, Armand Colin Éditeur , Paris, 1991.
54
RUEFF, Judith, "Le Val-Fourré vote pour une citoyenneté urbaine", en: Urbanisme Nº267-268, Oct.-Nov. 1993.
55
MAFFESOLI, Michel, El tiempo de las Tribus: El declive del individualismo en las sociedades de masas, ICARIA Editorial,
S.A., Barcelona, 1990, 284 págs.
56
Ibid., p.p.56.
57
Ibid., p.p.40-41.
58
Ibid., p.p.64-86.
59
Ibid, p. 88.

Reproducción de imágenes, a partir de las fuentes citadas, con fines culturales.

You might also like