Es por ello que consideramos que el “interés para obrar” constituye un
presupuesto “material”, es decir visto este como el presupuesto indispensable
para el pronunciamiento del juez respecto de la relación material en discusión, independientemente del sentido de la decisión defi nitiva. Para algunos autores la función del interés para obrar es la de evitar que se descienda al examen del mérito, cuando el acogimiento de la demanda o de la defensa sería secundum ius, es decir, justo, pero inútil. En efecto, el juez, así estando las cosas, no se equivocaría si acoge la pretensión o la defensa, pero ello no serviría a nada. En consecuencia, veamos que el interés para obrar estaría estrechamente vinculada al principio de economía procesal, porque sirve para evitar una actividad procesal relativa a una demanda o a una defensa fundada, pero inútil. En resumen el interés para obrar tendría la función de “fi ltro procesal”. Nuestro Código Procesal Civil nos refi ere a este presupuesto en el artículo IV del título preliminar: “el proceso se promueve solo a iniciativa de parte, la que invocará interés y legitimidad para obrar. (…)”. El interés para obrar debe ser “subjetivo”, “concreto”, “serio” y “actual”: Es “subjetivo”, porque se trata de un interés privado, particular –tanto del demandado como del demandante– que buscan su propio 51 DEVIS ECHANDÍA, H. Nociones generales de Derecho Procesal Civil, pp. 290-291. 55 Las excepciones en el proceso civil benefi cio, y que puede faltar, a pesar de que el otro exista. Es “concreto”, pues cada pretensión, exige un particular interés que debe existir en cada caso en especial con respecto de una determinada relación jurídica material y se refi ere a las pretensiones propuestas. Es “serio”, en sentido de que el mismo obedece al llamado “juicio de utilidad” de Ugo Rocco, para analizar si de emitirse una sentencia favorable el demandante derivaría un benefi cio para el demandante y eventualmente un perjuicio para el demandado. Por último será “actual”, en la medida que el mismo debe de existir al momento de la interposición de la demanda, por cuanto no justifi caría que el órgano jurisdiccional cumpla con un análisis del fondo de la controversia si no existiera el derecho subjetivo referido. Las simples expectativas y futuros derechos o perjuicios, que puedan llegar a existir si sucede algún hecho incierto, no deben ser materia de declaración judicial puesto que no se hallan objetivamente tutelado (Ejemplo: la expectativa de heredar cuando el padre aún vive). Sin embargo resulta interesante –en este punto– lo expuesto por Devis Echandía, cuando refi ere que el perjuicio incierto, pero en todo caso posible, en razón de hechos actuales (como el daño que amenace a nuestra propiedad por el estado de inseguridad de la edifi cación vecina, o por el tránsito de la locomotoras en malas condiciones, que puede ocasionar incendios), otorga sufi ciente interés para la solicitud de que tomen las medidas conducentes a prevenirlo. Sigue comentando el recordado maestro que también lo será el benefi cio o perjuicio futuro que se reciba ciertamente, según se consiga o no lo pedido en la demanda y la tutela de un pretendido derecho sometido a condición suspensiva, pero cierta (no es el caso de la expectativa herencial, porque no es cosa cierta que el presunto causante muera antes que el pretendiente a heredarlo)52. En resumen, el derecho que se pretende debe ser cierto o no, debe ser actual, pero sus efectos o consecuencias pueden ser eventuales y futuros. Como ya hemos podido advertir, el interés para obrar, desde la óptica del demandante puede faltar con referencia al medio procesal o al resultado del proceso: En el primer caso el efecto solicitado resulta inútil por cuanto el demandante puede obtener (el resultado solicitado) por una vía distinta a la jurisdiccional. Ejemplo: el requisito de conciliación extrajudicial previa al proceso, en aquellos casos exigidos por ley o en el 52 Ibídem, pp. 298-299. 56 Sergio Casassa Casanova agotamiento previo de las vías administrativas antes de iniciar un proceso contencioso-administrativo. En el segundo caso, los efectos solicitados solo pueden ser obtenidos por la vía judicial, pero dichos efectos no sirven porque dejan a la parte que los pide y los obtiene en la misma situación que antes. Ejemplo: Exigir judicialmente la declaración de un derecho no contradicho, o cuando una pretensión propuesta es discutida o resuelta en defi - nitiva, sea por otro órgano jurisdiccional o por un mecanismo alternativo de solución de confl icto: litispendencia, cosa juzgada, transacción, conciliación, caducidad del derecho. Sin embargo, el interés para obrar del demandado, visto desde el punto de vista de la posibilidad de cuestionar la pretensión del demandante, siempre