En este momento puedo decir sinceramente, que me siento muy feliz
de verlos a todos ustedes reunidos por nuestra boda. No es fácil para
mí el hecho de poder dedicar estas palabras a un público tan grande y afectuoso; pero hoy no puedo dejar de agradecer tanto a ustedes como a Dios, el hacer posible la realización de este momento tan importante en mi vida. María y yo unimos hoy nuestros corazones para apoyarnos mutuamente en la vida diaria y demostrarnos amor cada día. Somos uno en Dios y deseamos compartir una vida plena de amor y dicha para toda la vida. A todos ustedes debo decirles que siempre han sido y serán parte de nuestras vidas, y hoy que me siento realizado, y el hombre más feliz del mundo, solo me queda decir Gracias por todo.