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PROGRAMA EVANGELÍSTICO DE TRES DÍAS: “SOY DEL EQUIPO DE DIOS”

Objetivo General: Que los niños y preadolescentes:

- Comprendan que Dios extiende la invitación a todo ser humano, de “sumarse a su equipo” (entrar al
Reino de Dios)
- Deseen resolver el problema del pecado, que los separó del “equipo de Dios”.
- Tomen la decisión de arrepentirse de sus pecados, creer en Jesús y recibirlo como Salvador y Señor.

PRIMER DIA:

CONOCIENDO AL GRAN DIRECTOR TÉCNICO DEL EQUIPO

Objetivos específicos: Que los niños y preadolescentes:

- Reconozcan a Dios como creador y dador de todo lo bueno.


- Comprendan que el pecado arruina nuestra relación con Dios y que Él envió a Jesucristo para
salvarnos.
- Decidan creer en Jesucristo y seguirlo para “ser del equipo de Dios”.

PROGRAMA:

1) JUEGOS: Se organizarán juegos utilizando la pelota del set, teniendo en cuenta el lugar disponible.
(Ver sugerencias aparte).

2) BÚSQUEDA DEL TESORO:


Encontrar letras escondidas previamente en el predio. Al encontrarlas, armar la frase:
“EQUIPO DE DIOS”.
Cuando se forma, se sientan y gritan todos: “¡Hay equipo!”

3) DIALOGO CON TÍTERE:


A- ¿Dónde, dónde hay equipo? ¡Yo quiero jugar, no me dejen afuera!

Maestro- Tranquilo, nadie va a quedar afuera. Hay lugar para todos. ¿Recién llegás? ¿Quién sos?
¿Cómo te llamás?
A- Soy el hincha de fútbol número uno: (canta) OLÉ, OLE´, OLÉ OLÉ…. ¡Ah! Y me llamo Ambrosio.
M. ¿Ambrosio?
A- Sí, es que me da hambre antes del partido, después del partido, mirando el partido, jugando un
partido…
M- O sea… ¡te da hambre siempre!
A- Y, sí… debe ser por la emoción, porque el fútbol es muy emocionante (puede comentar algo de
los resultados del mundial) Yo sueño con ganar un campeonato, por eso en cuanto escuché que
acá formaban un equipo, ¡me vine corriendo! Escuchá, ya tengo el cantito para la hinchada:
Somos la banda del ganador
Llegó la hinchada,
Vengan todos, comienza la fiesta
Canten con Ambrosio
Con el corazón.

M- ¡Cómo te viniste de preparado! Pero sabés, acá vamos a prepararnos para formar un equipo un poco
diferente. Es el EQUIPO DE DIOS.
A- ¡Guau! A ese equipo no lo vi en (nombrar algún campeonato). ¿En qué grupo estaba?
M - En ninguno. En realidad con este equipo no jugamos al fútbol… aunque nos divertimos, hacemos
cosas buenísimas e importantes… y tenemos el mejor entrenador.
A- Mirá vos… y ¿hay algún goleador famoso en ese equipo?
M- Claro, Jesús, que es también nuestro capitán, el que tiene las mayores victorias.
A- Entonces ya sé cómo podemos terminar el cantito de la hinchada: ole, ole olé olé, Jesús, Jesús!
M- Qué te parece si se lo vas enseñando a los chicos (lo cantan)
A- Buenísimo, me dieron muchas ganas de ser de este equipo. ¿Me vas a explicar cómo se puede
entrar?
M- Sí, hoy se la vamos a explicar a todos los chicos, así que te podés sentar y escuchar, ¿te parece?

(Se va Ambrosio)

4) ENSEÑANZA CANCIÓN:
Incentivación:
¿Vieron la pelota con la que estuvimos jugando? ¿Cuántos colores tiene? ¿Saben que, igual que un semáforo,
cada uno de estos colores tiene un significado? Existe una canción que, con la ayuda de los cinco dedos de
una mano, nos enseña el mensaje de estos cinco colores.
Presentación: (Cantar la canción a los niños, mostrando el visual.)
1, 2, 3, 4, 5 son los dedos de mi mano
Cada uno tiene un secreto, te lo diré a ti:
Dios me ama, He pecado, Cristo murió por mí, Le recibo y soy salvo.
Te lo diré otra vez.
/// Que bueno es saberlo bien. ///

Explicación: Estos colores hablan del gran amor que Dios tiene por ti.

Este primer dedo nos cuenta quién es Dios, el Creador del sol y todas las cosas hermosas que vemos.
¡Qué grande es Él! También su amor es muy grande, y así como el sol da su luz a todos, Dios ama a
todas las personas y quiere darnos cosas buenas.

El segundo dedo que está con este color oscuro representa al pecado. El pecado es algo real en la
vida de todas las personas, ¡incluso para vos! Así como la oscuridad está lejos de la luz, el pecado nos
hace estar lejos de Dios.
El tercer dedo nos recuerda que Jesús murió y resucitó para quitar el pecado de tu corazón.

EL cuarto dedo no hace recordar de una decisión que dejará limpia tu vida. Si creés en Jesús, Dios
podrá perdonar tu pecado y podrás ir a vivir, algún día, al cielo.

El color verde, como las plantas, nos habla de vida; cuando sos salvo de los pecados tenés una vida
nueva y diferente: la vida de hijo de Dios.

(Maestro: esta explicación de la canción debe ser corta y concisa, no es la lección. Luego se explicarán
con más detalle estos conceptos. No te extiendas demasiado para que no resulte cansador)

Aplicación: Si nunca antes creíste en Jesús, podés hacerlo hoy. Dios está siempre dispuesto a
perdonarte y limpiarte de tu pecado.

Repetición: (Invitar a todos los niños a cantar. Luego, pedir a las niñas que canten la primera estrofa;
después pedir a los varones que canten la segunda estrofa y así alternativamente entre varones y
niñas, etc.)

5) ENSEÑANZA DEL VERSÍCULO BÍBLICO: JUAN 3:16ª

Incentivación:
(Vuelve a aparecer Ambrosio, cantando 1, 2, 3… trae algo nuevo: puede ser un gorro, un silbato, una
porra)
A-¡Qué buena que está esta canción! También va a servir para la hinchada. ¡Aguante la hinchada del
Equipo de Dios!
M-¡Qué lindo que está tu (gorro, silbato, porra)! Me gusta mucho.
A-¿Sabés qué? Si somos del mismo equipo tenemos que querernos, así que para mostrarte mi
aprecio, en un gesto de generosidad (lo dice aparatosamente) ¡TE REGALO MI………!)
M-¡Gracias, Ambrosio! ¡Qué lindo gesto! Yo también te quiero, ya voy a pensar qué te traigo para
demostrarlo. Porque cuando amamos a alguien, nos dan ganas de darle cosas lindas, de hacer cosas
buenas por él o ella. En la Biblia nos habla del más grande amor y el más grande regalo.

Presentación: (Explicar que la Biblia es la Palabra de Dios y que es 100% verdadera. Leer el versículo
de su Biblia. Explicar cómo lo encontró en la segunda mitad de la Biblia, el Nuevo Testamento, en el
cuarto libro. Invitar a los niños a leer el versículo del visual.)

Explicación: “Porque de tal manera amó Dios al mundo”. ¿Quiénes viven en el mundo? (Las
personas.) Dios amó mucho a todas las personas, sin importar de qué país son, si son grandes o chicos,
si son ricos o pobres, amables o gruñones.
“Que ha dado a su Hijo unigénito”. “Unigénito” quiere decir que era el único, él era muy especial y
vivía con el Padre en el cielo. Pero como nos amó tanto, Dios envió a su hijo, el Señor Jesucristo, al
mundo, para que muriese en la cruz, aunque él nunca hizo nada malo. Lo hizo para tomar sobre él, el
castigo que nos correspondía a nosotros.

Aplicación: ¿Sabías que Dios te dio este regalo porque te ama mucho? Él te conoce y quiere que
recibas su amor, que seas de su equipo.

Repetición: Después de leerlo varias veces, quitar una hoja, luego la otra, para lograr decirlo sin mirar.
Luego se jugará a “El Director dice…” (como “Simón dice…”). Los niños deben obedecer sólo cuando
se dice esta frase. Siempre se tratará de repetir el texto, pero haciendo diferentes cosas. Ej:
El Director dice que lo repitan saltando en un pie / El director dice que lo repitan rascándose la nariz /
El Director dice que lo repitan rascando la espalda al compañero / Zapateando en el suelo (en este
caso no se repite, por no decir toda la frase), etc.

6) LECCIÓN: El mensaje de los colores

Incentivación: (refiriéndose al juego anterior) ¿Qué debíamos hacer cuando el Director lo decía?
(obedecer) ¿En qué lugares podemos encontrar un director? (en la escuela, en una orquesta, en un
equipo de fútbol) Es muy importante obedecer al director. ¿Qué pasa en un equipo de fútbol si cada
jugador hace lo que quiere? (pierde) Pero si tienen un buen director y le obedecen, tienen más
posibilidades de que les vaya bien.

Frase unión: En este mundo también hay un GRAN DIRECTOR. ¿Adivinaste quién es?

Desarrollo:
(Mostrar la primera página: Adán y Eva.)

¡Sí, es Dios! En el principio Él creó el mundo y todas las cosas que existen. Él hizo el sol, la luna y las
estrellas. También las nubes, la lluvia, los ríos y los peces. Puso en la tierra árboles que dan frutos y
plantas con hermosas flores. Él también te creó a vos; a cada uno de nosotros. En el comienzo del
mundo, Dios colocó al primer hombre y a la primera mujer en un lugar llamado Jardín del Edén. Era
un lugar muy hermoso y perfecto, porque Dios es perfecto. En la Biblia leemos: “Santo es el Señor,
nuestro Dios” (Salmo 99.9). Eso quiere decir que todo lo que Dios creó es verdadero y perfecto. Él es
puro y perfecto; nunca se equivoca.

Dios quería que las personas viviesen siempre cerca de él y fueran felices. El primer hombre, que se
llamaba Adán, y la primera mujer, que se llamaba Eva, eran muy felices. La Biblia cuenta que Dios iba
a hablar con ellos al final de la tarde. ¡Dios era su amigo! Ellos no peleaban, vivían siempre juntos.
Andaban sin ropa, porque no tenían vergüenza de sus cuerpos. Dios les enseñaba las cosas que debían
aprender. De este modo no tenían miedo de nada; nunca estaban tristes ni enfermos.
¡Qué lindo, así era como Dios había planeado que fuéramos las personas! Como si fuéramos todos
de un gran equipo, el equipo de Dios.

En la Biblia también leemos que “Dios es amor” (1 Juan 4.16). Aún hoy quiere que las personas vivan
junto a él y sean felices para siempre, aquí en la tierra, y algún día en su casa, en el cielo.
(Mostrar la segunda página: el cielo.)

Pero, ¿vieron que en el mundo donde vivimos, las personas no siempre están felices y, en general, no
quieren escuchar de Dios? ¿Saben por qué? Por causa del pecado.
¿Qué es el pecado? Pecado es todo lo que la gente piensa, siente, habla y hace que no agrada a Dios.
El pecado es como una falta en un partido de fútbol; es un error o infracción que merece una
sanción o castigo.

(Mostrar la tercera página: Adán y Eva expulsados del Edén.)

El pecado entró al mundo cuando el primer hombre y la primera mujer decidieron desobedecer a
Dios, haciendo las cosas a su manera y no según Dios les había indicado. Adán y Eva desobedecieron
una regla que Dios había establecido. Y Dios, que es perfecto y justo, tuvo que echarlos del hermoso
jardín que les había dado para vivir. ¡Ellos recibieron una severa “tarjeta roja”!
El pecado nos separa de Dios. Por causa del pecado, las personas se vuelven enemigas de Dios, porque
todos los que viven en el pecado “son sus enemigos” (Colosenses 1.21). O sea, que hemos dejado de
pertenecer al Equipo de Dios.

(Mostrar la cuarta página: Ejemplos de pecado.)

Desde aquel momento, todas las personas del mundo nacen lejos de Dios y con deseos de hacer cosas
malas, como pelear, mentir, desobedecer a los padres y faltar el respeto a los mayores. Es por causa
del pecado que a veces sientes el deseo de hacer cosas equivocadas o a tu manera. ¿Sabes qué es lo
más triste del pecado? Que nos separa de quien más nos ama: ¡Dios! Aunque él sabe que somos
pecadores, Dios continúa amándonos y preparó un plan para perdonar nuestro pecado. Antes de
expulsar a Adán y a Eva del Jardín del Edén, Dios les preparó ropas hechas con pieles de animales y
los vistió para que no continuaran desnudos. También les prometió que enviaría un Salvador, para
perdonar y “quitar” el pecado del mundo (Juan 1.9). ¿Creés que Dios hizo esto?

Dios siempre cumple lo que promete. Ese Salvador del pecado es el Señor Jesucristo. En la Biblia
leemos: “Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo, para
que vivamos por medio de él” (1 Juan 4.9). Jesús es el perfecto Hijo de Dios. El nació como un bebé,
creció, se hizo adulto, pero nunca cometió nada malo o equivocado; nunca pecó. Cierto día, Jesús se
ofreció para morir por todos los pecadores y quitar el pecado del corazón de las personas. ¿Sabes
cómo hizo esto?

(Mostrar la quinta página: La cruz.)

El Señor Jesús se entregó en las manos de hombres que lo maltrataron, lo golpearon y lo clavaron en
una cruz. Jesús no merecía todo lo que le hicieron, pero él quiso ponerse en el lugar nuestro, el lugar
de los pecadores. El pecado merece la muerte (Romanos 6.23). Todos pecamos y merecemos la
muerte; pero Jesús nunca pecó. Entonces, ¿por qué lo hizo? Cuando entregó su vida a la muerte en
la cruz, Jesús cumplió con el castigo en nuestro lugar. De esta manera el pecado puede ser perdonado.
La Biblia dice que “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Corintios 15.3). Al morir en la cruz, la sangre
de Jesucristo también fue derramada y esa sangre “nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1.7). Una
prueba de que Dios aceptó lo que hizo Jesucristo es que él no quedó muerto.

(Mostrar la sexta página: La tumba vacía.)

Al tercer día, Jesús resucitó y hoy está vivo. Jesús venció a la muerte y al pecado. ¡Él es muy poderoso!
Gracias a que él tuvo esa victoria, vos y yo podemos recibir el perdón de nuestros pecados y así ser
salvos, transformándonos en amigos de Dios, como Adán y Eva eran antes de que el pecado entrara
al mundo. ¡Es como volver a ser de su equipo!

Dios quiere mucho ser tu amigo, y salvarte del pecado y de su castigo. Pero, él no te obligará a esto.
Dios te ama y desea que creas en su Hijo Jesús para que no continúes siendo enemigo suyo, ni estés
lejos de él, ni vayas a un lugar de sufrimiento eterno. Quiere que algún día vayas a vivir con él en el
cielo, donde Jesús está ahora, preparando un lugar para todos los que creen. Dios mismo, a través
del Señor Jesucristo, vino a la tierra y mostró la manera para que puedas llegar a él. Esa manera es
Jesús. Pero sos vos quien decide si quiere ser amigo de Dios o no, si quiere ser del equipo de Dios
o no.

(Mostrar la séptima página: Jesús.)

Para que tus pecados sean perdonados, necesitás reconocer que sos pecador y creer – esto significa
confiar con todo tu corazón– en lo que el Señor Jesús hizo por vos en la cruz.

(Mostrar la octava página: Niños orando.)

Si querés hacerlo ahora, podés cerrar tus ojos y hablar con Dios en oración. (Maestro: dar la
oportunidad de que el niño hable con Dios.)

¡Qué bueno saber que creíste y que has recibido a Jesús en tu vida! Mirá lo que Dios dice en Su
Palabra: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos
de Dios” (Juan 1.12).

¡Ahora sos un/a hijo/a de Dios! Tu corazón no es más esclavo del pecado; sos libre para ser amigo de
Dios. ¡Qué bueno! Ahora formas parte del Equipo de Dios.
Como todo equipo necesita buen entrenamiento, lo que le permite a un atleta del Equipo de Dios
apto para jugar en la vida es el conocimiento y la obediencia a la Palabra de Dios.

(Mostrar la novena página: Biblia abierta.)

La Biblia es como nuestro manual de vida; dentro suyo están las reglas del juego. Leela todos los días
si querés crecer en la nueva vida que Dios te ha dado. ¡Ah! También hay otras cosas que podés hacer
para crecer en tu vida con Dios: hablar con Dios en oración, asistir a una iglesia cristiana donde se
enseñe su Palabra y hablar de Jesús a tus amigos. Ahora que creíste en Jesús, ya formas parte del
Equipo de Dios. Tenés una tarea muy importante para cumplir en este mundo. La meta del equipo
es, ¡hacer un gol!

(Mostrar la décima página: El crecimiento.)

Hacer un gol es ganar una persona para Jesucristo. Esto significa compartir con otro lo que hoy has
aprendido sobre el gran amor de Dios, que envió a Jesús a morir en una cruz para perdonar nuestros
pecados. ¡Comparte el mensaje de los colores con tus amigos!

Vamos a orar una vez más pidiendo a Dios que nos ayude a compartir el mensaje con otras personas.
Podés hacerlo invitando a un amigo/a a venir mañana. (Momento de oración.)

7) MOMENTO DE ACONSEJAMIENTO:
Mientras los maestros consejeros atienden a los niños interesados, los demás niños pueden repasar
el texto (se puede volver a jugar “El director dice…”) y la canción.

8) CLAUSURA:
Volver a reunir a todo el grupo para cantar el cantito de la hinchada.
Recordarles de “hacer goles para el equipo” invitando a más amigos para el día siguiente. Se les
reparte lo que se haya llevado para ellos y se los despide.
SEGUNDO DÍA : ¿QUIÉNES PUEDEN ENTRAR EN EL EQUIPO DE DIOS?”

Objetivos específicos: Que los niños y preadolescentes:

- Sepan que Jesús nos ama y nos acepta a todos tal como somos.
- Crean que Jesús murió para darles una nueva vida.
- Decidan acercarse a Jesús para disfrutar de su amistad y de su bendición.

PROGRAMA:

1) JUEGOS: Se organizarán juegos utilizando la pelota del set, teniendo en cuenta el lugar disponible.
(Ver sugerencias aparte).

2) REPASO CANCIONES:
Repaso de “El cantito de la hinchada” y “1, 2, 3…”

3) ORACIÓN
Enseñanza: “Orar es hablar con Dios”
Explicar con ayuda de visuales: ¿Qué está haciendo este niño? (rezando, orando: hablando con
Dios). ¿Le hace falta algún teléfono? (No, porque Dios puede escucharle en cualquier parte).
Nosotros podemos hablar de esta manera con Dios (nuestro Gran Director Técnico), usando
nuestras propias palabras, estando en cualquier lugar. Él promete que siempre nos escuchará.

El maestro hará una oración agradeciendo por la clase y pidiendo a Dios por los niños, y por lo
que van a aprender.

4) ENSEÑANZA CANCIÓN NUEVA: “Hoy yo te quiero contar”

Incentivación:
¿Tienen ustedes algún jugador de fútbol favorito? Cuando un jugador hace muchos goles y buenas
jugadas, y hace ganar a su equipo, todos lo quieren. Pero, ¿qué pasa cuando juegan mal y pierden?
(se pueden mencionar las reacciones de algunos hinchas ante alguna derrota reciente). ¿Te
gustaría estar en su lugar? Es muy feo que te silben o te desprecien.
Frase unión: Hay alguien que promete ser tu amigo, y aceptarte en su equipo, SIEMPRE.

Presentación: Se canta mostrando el visual.

Explicación:
Jesús nos mostró que nos ama al venir a este mundo y dar su vida por nosotros. Pero también
prometió estar con nosotros siempre, su amistad dura hasta hoy y es para vos y para mí.

Aplicación: Abrir el corazón a Jesús significa pedirle que sea nuestro Amigo y el que nos limpie de
nuestros pecados. ¿Ya lo hiciste vos?
5) ENSEÑANZA VERSÍCULO BÍBLICO: JUAN 3:16
Repaso de la primera parte.

Incentivación:
Dramatización: Un personaje (puede estar caracterizado como payaso o niño), viene haciendo
jueguitos con la pelota distraídamente. Del lado contrario viene un personaje serio cargando
cosas que se pueden romper (una pila de platos, botellas o algo así). El primer personaje patea la
pelota en dirección al que lleva las cosas, con peligro de pegarle. Un maestro rápidamente se pone
en el medio y evita el “desastre”, recibiendo el pelotazo. El personaje serio se enoja:
-¡Pero que irresponsable! Casi me pega! Si hubiera roto las cosas que traigo, hubiera tenido que
pagar. (Da media vuelta y se va)
El niño o payaso, aliviado, agradece al maestro:
-¡Gracias! ¡De la que me salvó! Pero usted se ligó el pelotazo. ¿Le dolió mucho?
-Un poco, pero está bien. Como te quiero mucho, no quería que tuvieras que pagar.
-¡Qué bueno que es usted! Por salvarme a mí sufrió un pelotazo.
VARIANTE: el que tiene la pelota rompe algo, y el maestro lo paga.

Frase unión: Hay alguien que quiso librarnos de un peligro mucho más grande.

Presentación:
El versículo que aprendimos ayer no termina allí. Veamos cómo sigue:
“para que todo aquél que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”

Explicación:
“Para que todo aquel que en él cree”: Creer significa aceptar con todo el corazón que Jesús murió en
tu lugar. (Es lo que dice la Palabra de Dios.)

“no se pierda”: Si crees esto, no vas a perecer. Perecer significa estar separado de Dios para siempre.
¡Qué triste!

“mas tenga vida eterna”. Quien elige creer en el Señor Jesucristo como su Salvador es perdonado de
sus pecados, se libra del castigo y recibe un hermoso regalo: ¡la vida eterna! Esto quiere decir, vivir
como hijo de Dios para siempre.

Aplicación: Para el niño no salvo: Tú puedes creer en Jesús como tu Salvador y recibir el regalo de la
vida eterna junto a tu creador, Dios. ¡Él te ama mucho! Vamos a hablar más acerca de creer en Jesús
durante la lección bíblica. Para el niño salvo: Si ya elegiste creer en Jesús como tu salvador, puedes
hablar sobre el gran amor de Dios a otras personas.

Repetición: Cada grupo repetirá una parte. (Dividir a los niños en grupos y guiarlos a repetir la parte
del versículo según la hoja que se les vaya mostrando. Primero, hacerlo de modo muy lento y, luego,
aumentar la velocidad para que sea más divertido. Repetir el versículo varias veces, de acuerdo al
tiempo disponible y apuntando a que los niños lo memoricen.)
Si alcanza el tiempo, puede realizarse el siguiente juego: se elige un niño que es llevado fuera del
grupo. Estando él ausente, el grupo elije una o dos palabras del texto; cuando el niño vuelve, el grupo
repite el texto haciendo silencio, o palmas, al llegar a la/s palabras elegidas. Sin mirar el visual, el niño
debe recordar cuál es la palabra que no se dijo.

6) LECCIÓN BÍBLICA: “JESÚS RECIBE A LOS NIÑOS”


(Se tratará de relacionar con la terminología del Equipo de Dios”. Por ejemplo: Ambrosio piensa que
si no lo conocen, los demás chicos no lo dejarán jugar en el equipo de ellos. Se puede también usar
como ilustración el hecho de que, cuando los chicos elijen jugadores para formar sus equipos, elijen
a los mejores deportistas, o a los que son más amigos, y algunos siempre quedan afuera. Con Jesús
no sucede esto: él da lugar a todos en el Equipo de Dios.)

Base Bíblica: Marcos 10: 13-16 / Mateo 18:14


Incentivación:
Aparece Ambrosio buscando a sus amigos (dialoga con el maestro)
A: ¿No han visto a mis amigos por aquí?
M: Bueno, no sé, aquí hay muchos chicos. ¿Cómo se llaman tus amigos?
A: Yo tengo muchos amigos… Corcho, Resorte, Dulce de Leche… y otros que no me acuerdo
M: ¡Pero que nombres raros tienen tus amigos! Aquí están (nombres de los chicos)… pero esos que
vos decís no los he escuchado.
A: Bueno, es que nosotros nos ponemos nombres por cómo somos. Por ejemplo, Corcho siempre te
tapa. Resorte tiene muchos rulos. La Dulce de leche es medio pegajosa… (el maestro lo para)
M: Nooo… ponerse apodos no es lindo, todos somos diferentes y todos tenemos un nombre para
identificarnos. ¿Sabés? Dios conoce nuestros nombres y nos aprecia tal como somos.
A: Está bien, pero yo vine aquí para estar con mis amigos. Si no están, me voy. Seguro que estos
chicos, si no me conocen, no querrán jugar conmigo. ¡No me gusta cuando me dejan afuera de los
equipos! (se pone triste)
M: Estás equivocado, aquí en la Hora Feliz vas a encontrar nuevos amigos ¿verdad chicos? Y además
hoy vamos a conocer a un AMIGO ESPECIAL que ¡nunca deja afuera a nadie! ¿Quieren saber quién
es?

Desarrollo:
Cuando Dios quiso mostrar su amor a la gente de esta tierra, e invitarnos a ser de su Equipo, envió a
alguien muy especial. Nada menos que a su Hijo. ¿Saben cómo se llamó? Sí, JESÚS. Nació y creció
como un chico igual que ustedes, pero con una diferencia importante: nunca hizo nada malo, no tenía
pecado, porque Él era Dios. Al crecer, la gente empezó a conocerlo por las cosas buenas que hacía y
porque les hablaba del amor de Su Padre Dios. Muchos querían estar cerca de él: algunos por interés,
para que los sanara o les diera algo; otros por curiosidad, para ver los milagros que hacía; pero otros
lo buscaban porque querían ser sus amigos. Entre éstos, Jesús eligió a doce para que fueran sus
amigos especiales, que siempre estaban con él, lo ayudaban y aprendían a su lado. Les decían sus
“discípulos”, y formaban algo así como su equipo. (Visual LII.1: Jesús con los disc)
Los discípulos eran todos diferentes: unos eran tranquilos, otros más atrevidos; unos eran gente
importante, otros sencillos pescadores; algunos parecían muy fuertes y otros más débiles… Pero Jesús
los eligió a cada uno y les dijo: “No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes” (Juan
15: 16ª)
¡Qué bueno es saber que hoy también Jesús nos dice que nos ama sin hacer diferencias! Quizás vos
sos chiquito, o tal vez un preadolescente… quizás tenés muchos amigos, o tal vez los demás te dejan
de lado y no te invitan a jugar… la buena noticia es que a Jesús no le importa si sos de una ciudad
importante o de un pueblo chiquito, si sos gordito o más flaquito, si jugás bien o mal a un deporte, si
tenés ropa nueva o viejita, si te sacás buenas notas o te cuesta la escuela… ¡Él te considera importante
y quiere que seas su amigo, quiere hacerte de Su equipo!

A los discípulos, les gustaba ver los milagros que Jesús hacía, ayudarlo y aprender de Él; pero a veces
eso les hacía sentirse más especiales que los demás, y discutían para ver quién ocuparía el lugar más
importante. Mmm, esa no era la actitud que Jesús quería que tuvieran.
Un día en que, como tantos otros, una multitud de gente los rodeaba para escuchar lo que Jesús les
enseñaba, un grupo de personas muy especial empezó a tratar de llegar hasta Él.
–“Permiso, permiso – decían- tenemos que llegar hasta el Maestro…”.
Los discípulos los pararon y los miraron con desconfianza. Traían un montón de niños, chiquitos,
ruidosos y traviesos. Entonces les preguntaron: -“¿Qué quieren?”.
-“Queremos que Jesús bendiga a nuestros niños. Cuando él los alza y los toca, ellos son bendecidos”-
dijeron las madres y padres de los chicos.
-“¡No, cómo se les ocurre!”- respondieron los discípulos – “El maestro Jesús está muy ocupado,
¡saquen a estos niños de aquí! ¡Que no molesten!”. (Abrir visual y mostrar LII.2: niños tristes)
¡Cómo te hubieras sentido si hubieras estado allí? ¿Qué habrías pensado? Así como los discípulos
quisieron apartar a los niños de Jesús, también hoy hay muchas cosas que nos quieren separar de Él y
Su amor. A veces prestarle mucha atención a la tele, la compu, los deportes y otras cosas, nos hacen
olvidar de acercarnos a Dios. También puede suceder que haya otras personas, a veces grandes, que
nos hacen daño, y eso nos pone tristes y no nos deja disfrutar de Su alegría. Si esto te sucede, puedes
contárselo a una maestra/o que ame a Dios y te ayude. (Nota para los maestros: estar atentos en
este punto, puede dar pie para aconsejar en casos de abuso o maltrato, especialmente al hablar
personalmente con los niños. Nunca debemos dejar que el niño piense, en estos casos, que el pecado
es suyo; pero él/ella está siendo dañado/a por el pecado de otros. Pedir ayuda si se detecta algo
así). Pero lo más grave que nos aleja de Jesús, es el pecado. Las cosas malas que hacemos, pensamos
o sentimos (mentiras, peleas, desobediencia, envidia…) nos separan de Dios. Así dice la Biblia en Isaías
59:2.

Pero cuando los discípulos estaban diciendo esto, y echando a los niños, alguien más los escuchó.
¡Jesús! ¿Qué habrá pensado él?
La Biblia nos cuenta que Jesús se indignó. Dejó lo que estaba haciendo y les dijo: -“Dejen que los niños
vengan a mí, y no se lo impidan.”
¡Qué sorpresa se llevaron los discípulos y todos los que estaban escuchando! ¡Quién iba a pensar que
los niños eran tan importantes para Jesús! Pero es así, y aún hoy vos debés saber que Jesús se enoja
con aquellos que impiden que vos te puedas acercar a él (Mateo 18:6). Pero más que nada, se
preocupa por tu pecado y el mío, porque sabe que si no se soluciona este problema, quedaremos
separados de Dios para siempre. Por eso vino a este mundo, para pagar el castigo que merece nuestro
pecado, muriendo en una cruz. (Visual: levantar la cruz de cartulina sobre los niños tristes) La Biblia
dice que “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros” (Rom. 5:8). Pero él no quedó muerto, sino que mostró su gran poder resucitando al tercer
día. ¡Qué gran Amigo demostró ser!

Todavía Jesús tenía más cosas para decirle a los discípulos: “-¿Ustedes se creen más importantes que
los niños? Sin embargo, hay que ser como ellos para entrar al Reino de Dios.” Jesús estaba poniendo
a estos niños como ejemplo, porque conocía sus corazones. Sabía que ellos creían en él, y deseaban
de veras estar cerca de él. ¿Y vos? ¿Quisieras también acercarte a Jesús, permitir que él sea tu Salvador
y tu Amigo? Él conoce lo que hay dentro de vos. Si creés que él murió para salvarte, y le pedís con
sinceridad y humildad que perdone tus pecados, él te los limpiará, y te dará la VIDA ETERNA, que es
ser hijo de Dios para siempre. Jesús mismo dijo que él sería levantado en una cruz “para que todo
aquel que en él crea, tenga vida eterna” (Juan 3:15) ¿Querés decirle hoy: “Jesús, sé que mi pecado me
separa de vos y creo que moriste por mí en la cruz. Te pido hoy que seas mi Salvador y mi Amigo para
siempre”? (INVITACIÓN)

Me gusta mucho pensar con qué alegría Jesús escucha a cada chico y chica que le dice esto de corazón.
(Bajar la cruz, abrir LII.2 y mostrar el visual abierto). Como también habrá recibido con mucho gusto
a aquellos niños cuando los discípulos tuvieron que dejarlos pasar para estar con él. ¡Ellos habrán
corrido levantando sus bracitos! Y la Biblia cuenta que Jesús los alzó y los abrazó. Quizás los llamó por
sus nombres y les dijo cosas lindas para bendecirlos. Ellos estaban muy felices ahora, sabiendo que
Jesús los aceptaba y los recibía en el Reino de Dios: ¡se sentían de su mismo equipo!
Vos también sos ahora parte del Equipo de Dios si ya le pediste que sea tu Salvador. Él quiere que te
entrenes para hacer lo que hacen sus amigos (Juan 15:14) Él quiere que le cuentes tus cosas, le pidas
ayuda, converses con él orando. Que escuches todas sus recomendaciones para que te vaya bien,
leyendo la Biblia. Si le ofendes en alguna cosa, volviendo a pecar, pídele perdón. Ah! Y no te olvides
de seguir viniendo para aprender más de él y de contar a otros esta buena noticia, para que también
lo tengan como Su Salvador y Amigo.

7) MOMENTO DE ACONSEJAMIENTO:
Mientras los maestros consejeros atienden a los niños interesados, los demás niños pueden repasar
el texto (se puede volver a jugar “El director dice…” o el juego de hoy) y las canciones.

8) CLAUSURA:
Volver a reunir a todo el grupo para cantar el cantito de la hinchada.
Recordarles de “hacer goles para el equipo” invitando a más amigos para el día siguiente. Se les
reparten los textos y se les indica que lo estudien para la próxima clase
TERCER DÍA: ¿CUAL ES LA GRAN COPA PARA LOS CAMPEONES DEL EQUIPO DE DIOS?

Objetivos:

Que los niños y los preadolescentes:


- Conozcan lo que nos cuenta la Biblia sobre el cielo.
- Comprendan que la vida eterna y la posibilidad de ir un día al cielo es un regalo que Dios nos
quiere dar a través de Jesucristo.
- Crean en Jesús como Salvador para gozar de estos privilegios.

PROGRAMA

1) JUEGOS: Se organizarán juegos utilizando la pelota del set, teniendo en cuenta el lugar disponible. (Ver
sugerencias aparte).

2) REPASO CANCIONES:
Repaso de “El cantito de la hinchada”, “1, 2, 3…” Y “Hoy yo te quiero contar”

3) ORACIÓN:
Puede usarse el cubo de oración para sugerir temas para agradecer o pedir. Si están dispuestos, dos
o tres chicos pueden pasar al frente a decir una frase y formar una oración entre todos. Cuidar de que
sea en un clima de respeto.

4) REPASO TEXTO:
Se tomará el texto a los alumnos que lo hayan estudiado. Se les puede premiar con un obsequio,
preferentemente no una golosina, ya que los demás la desearán.

Se puede dividir la clase en dos grupos que se sienten enfrentados. Un alumno de un grupo dirá el
texto (o una frase del mismo) y arrojará la pelota a alguien del grupo de enfrente para que lo diga (o
para que lo continúe con la frase que sigue).

Otra actividad posible es prepararlo en tiras de cartulina, como rompecabezas, para que cada grupo
lo arme.

El objetivo es que el mayor número posible de chicos recuerde Juan 3:16. Conviene, mientras se
hacen las actividades de repaso, intercalar preguntas de comprensión para asegurarse que no repitan
sin entender.

5) ENSEÑANZA CANCIÓN: “ALLA EN EL CIELO”


Incentivación
Diálogo con el títere: se saluda con el maestro, y al preguntarle éste cómo está, Ambrosio le cuenta
que fue a jugar un partido y le pasaron un montón de cosas terribles (tratar de que resulte cómico
por lo exagerado).
El maestro le dice:
-Yo no puedo hacer mucho para solucionar tantas cosas que te pasan, pero sí te puedo animarte a
que pienses en el premio que pueden tener al final del campeonato.
A- Sí, es verdad, la copa está buenísima; y si ganamos nos van a hacer un asado en le club.

Frase unión: También cuando, siendo del equipo de Dios, pasás por problemas aquí en este mundo,
podés pensar en el lugar hermoso que Dios nos tiene preparado. Te cuento con esta canción cómo
será:

Presentación: se canta

Explicación:
En el cielo no vas a quejarte por todas estas cosas, pero vas a estar muy feliz porque vamos a
encontrarnos con el Señor Jesús, ¡nuestro Gran Campeón! Por eso la canción dice que vamos a estar
“alabando al Salvador” (esto quiere decir que vamos a estar diciendo o cantando cosas lindas acerca
de él).

Aplicación:
A mí me gustaría mucho estar allí un día. ¿Y a vos?

6) LECCIÓN: “UN PREMIO FINAL PARA EL GRAN CAMPEÓN EN EL CIELO”

Pasaje Bíblico: Apocalipsis 21 y 22 – Juan 14:2

Incentivación: puede relacionarse con el diálogo con Ambrosio que se usó para la canción. O bien
puede mostrarse una copa o la figura de la copa del mundial, y hablar de lo que uno anhela al final
de un campeonato. Sin embargo, se debe tener cuidado de no dar a entender de que el cielo es un
premio a ganarse. El campeón es Jesús, y la victoria y el premio serán para él. Nosotros no “nos
ganamos” el cielo, sino que estaremos allí por gracia (de regalo) y disfrutaremos del triunfo del Señor
Jesús.

Desarrollo:
Cuando escuchamos la palabra CIELO, miramos hacia arriba y sólo podemos ver una inmensidad
celeste que no tiene fin. Pero también podemos pensar en otro lugar que llamamos CIELO. La Biblia
nos habla de un lugar muy especial, emocionante y alegre, porque allí está Dios, es su hogar, y su
presencia lo ilumina todo.
Juan, uno de los discípulos de Jesús, cuando ya era muy viejito tuvo una maravillosa visión, o sea que
Dios le permitió ver cómo es el cielo. Luego le dijo que escribiera todo lo que había visto, para que
nosotros también lo sepamos. Lo que él escribió lo podemos encontrar en el último libro de la Biblia,
llamado Apocalipsis. Allí nos cuenta que vio calles de oro, un río de aguas claras como el cristal, un
árbol que da una nueva cosecha cada mes del año, y que tiene hojas que sanan, y muchas otras cosas
extraordinarias. En otro de sus escritos, también nos cuenta que Jesús dijo: “En la casa de mi Padre
hay muchos lugares para vivir… voy a prepararles un lugar… para que donde yo estoy ustedes también
estén” (Juan 14:2) ¡Qué emocionante es saber que Jesús nos invita a vivir un día en ese lugar tan
hermoso! Él quiere que disfrutemos de ese lugar con él, porque nos ama.
Pero también Juan nos cuenta de algunas cosas que no estarán en el cielo. ¿Quieren que descubramos
qué habrá y qué no habrá allí? Vamos a hacerlo con esta lámina en la que un dibujante imaginó un
bello lugar para vivir en el cielo. (Presentar visual, enfatizando en que es sólo una representación.
Al mostrar las figuras, las cosas que no estarán en el cielo no se pegarán, pues no tienen abrojo;
mientras que las correctas sí se pegarán. Se recomienda probarlo antes)
¿Habrá lámparas en el cielo? ¿No? ¿Y cómo nos iluminaremos entonces? La Biblia nos dice que no
harán falta, ni siquiera el sol, porque la luz de Dios es tan brillante que ilumina todo.
También nos dice que no habrá gente triste, y como nadie se va a enfermar, no harán falta remedios.
Imaginen qué hermosa noticia es ésta para aquellos niños que no pueden caminar, ver o jugar a causa
de alguna enfermedad, o para los que sufren dolores. Dios hasta se va a ocupar de secarles las
lágrimas que lloraron aquí. Y por supuesto, no habrá cementerios, ¡porque nadie se va a morir! Es
que todas estas cosas desagradables entraron a este mundo a causa del pecado. Todo lo que Dios
creó era muy bueno, pero se arruinó cuando entró el pecado. Mas ahora Él promete que hará nuevas
todas las cosas, y cambiará la tristeza en alegría.
Hay algo más que nunca entrará en el cielo. ¡Dios no deja que haya en su hogar nada que tenga que
ver con el PECADO! (Apoc. 21:27) Claro, si allí entrara una mentira, un enojo, un maltrato… ¡arruinaría
todo! La Biblia dice que todos pecamos, y que por eso estamos destituidos, echados fuera de la gloria
de Dios. (Romanos 3:23). Él es santo, no puede tener cerca el pecado. ¡Qué mala noticia! ¿No
podremos entonces disfrutar del cielo? Veamos si la Biblia nos aclara algo más sobre el cielo…

¿Pueden ustedes pensar en algo más que habrá en el cielo? (ya pusimos el árbol de vida). ¡Claro,
todos sabemos que allí están los ángeles! Son servidores de Dios y allí podremos verlos.
Pero Juan no sólo vio cómo es el cielo, también escuchó cantar a una inmensa multitud: “Todos alaben
al que está sentado en el trono”. El sonido era tan fuerte como el de una enorme catarata, o como
potentes truenos. Piensen en cómo festeja la gente cuando su equipo gana un partido importante;
¡esto será muchísimo más fuerte! ¿A quién le cantan? ¿Quién está sentado en el trono? Él es JESÚS,
quien murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día. Él, que nunca había hecho pecado, sufrió
por los pecadores, para llevarnos a Dios. (1º Pedro 3: 18) ¡Ahora está en el cielo como un gran
campeón, porque venció al pecado y a la muerte!

Éste será un gran festejo eterno en el cielo. El principal agasajado será Jesús, y todos nosotros
podemos ser vencedores junto con Él, y vivir por siempre disfrutando del cielo junto a Dios. (Apoc.
21:7). Pero como en toda fiesta importante, será controlada la entrada. En el cielo hay un gran libro,
el Libro de la Vida, donde están anotados los nombres de quienes podrán entrar. Son los nombres de
los que han sido lavados con la sangre de Cristo. Esto quiere decir, que un día creyeron que Jesús
murió por ellos, y le pidieron que les perdone y les quite sus pecados (Hechos 3:19). Para mostrar
cuán puros los ha hecho Dios, dice que estarán en el cielo con unas ropas blanquísimas, que no se
manchan.
Ya hay muchos nombres escritos en ese Libro. Yo sé que el mío está allí. ¿Está escrito el tuyo? ¿Le has
pedido al Señor Jesús que limpie tu vida, para estar preparado para entrar un día al cielo?
(INVITACIÓN)
Hay una buena noticia más: si tu nombre está escrito en el Libro de la Vida porque pediste a Jesús que
te limpie los pecados, Dios no lo borrará jamás (Apoc. 3:5). Podemos estar seguros de que somos de
su Equipo Vencedor para siempre. ¡Yo quiero poner contento a mi Gran Campeón, cuidando mi vida
limpia, obedeciendo lo que Él me enseña como buen entrenador, con ganas de estar un día
cantándole en el cielo! ¿Y vos? ¿Qué les parece si volvemos a cantar ahora esa canción tan linda que
aprendimos hoy sobre ese maravillosos lugar?

7) MOMENTO DE ACONSEJAMIENTO:
Mientras los maestros consejeros atienden a los niños interesados, los demás niños pueden repasar
el texto (se puede volver a jugar “El director dice…” o el juego de hoy) y las canciones.

8) CLAUSURA:
Volver a reunir a todo el grupo para cantar el cantito de la hinchada.
Recordarles de “hacer goles para el equipo” invitando a más amigos para el festival.

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