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Instalación : UN INSTANTE EN LA MEMORIA

Artista : MIGUEL PONCE

Lugar : CENTRO CULTURAL HUAYQUILONKO – MONTE PATRIA

Fecha :

La memoria y su explosión:
una apreciación de UN INSTANTE EN LA MEMORIA.

Todo comenzó en una singularidad. En el misterio de la singularidad inicial de la materia que


explotó, en el vacío. Explotó y vibró. Desde ahí el universo se expande, interna y externamente. La
explosión de la singularidad impulsó a la vida en un entramado que la une en la medida que crece
y se retrae, algo así como pequeñas gotas de lluvia en una telaraña que reflejan la teleraña entera
y cada una de sus gotas y sus reflejos. Una realidad entrecruzada, interconectada,
asombrosamente unida al todo y cada parte; así es el universo. Fractal.

Esta comprensión asombrosa llevó al poeta William Blake (Inglaterra, 1757 – 1827) a decir lo
siguiente:

“Para ver un mundo dentro de un grano de arena


y el cielo dentro de una flor silvestre,
sostén el infinito en la palma de tu mano
y la eternidad en una hora”.

Al apreciar la instalación UN INSTANTE EN LA MEMORIA, del artista Tulahuenino Miguel Ponce,


pienso inmediatamente en este universo fractal, concretado en la autosemejanza de sus partes
con el todo, como un patrón; pues la mente busca patrones y si esa expresión se conecta
prontamente con la idea de la mente y la memoria, la imagen de un patrón fractal es perfecta para
detenerse y apreciar esta instalación.

Eso es lo primero que se ve en la obra de Miguel, la imagen de un universo conectado fusionado


con la imagen de una red neuronal que apela a recuerdos que cuelgan como cuelgan las estrellas
de la nada; o como cuelga la vida en la naturaleza. Quizás así como un árbol bebe del sol, un
recuerdo bebe de un decir, de un dibujo o de una frase escrita en un papel. La obra de UN
INSTANTE EN LA MEMORIA apela a esa mirada total mirando sólo un fragmento, la obra mira la
memoria posible en la imagen de una neurona que se estira para hacer sinapsis. El recuerdo, la
memoria en la vida moderna es un esfuerzo, es una intención; nos dice Miguel.
La instalación utilizó 2 kilometros 400 metros de lana para crear una red, un árbol fractal que
representa la conexión neuronal que sostiene memorias. Alrededor de 1.000 cartas fueron
recogidas por el artista; en ellas niños, jóvenes, adultos y ancianos; mujeres y hombres; expresan
sus sueños, pensamientos, deseos, recuerdos; en ellas y desde el anonimato se expresa la verdad
liberada de personas comunes. El juego entonces de mirar un espacio de la instalación es similar a
quien mira el cosmos; un mundo se revela.

De la misma manera el hombre al buscarse, al mirarse a sí mismo; comprenderá que su corazón


oculta un universo, y que sus pensamientos son más amplios que la suma de sus partes.

Recomiendo apreciar la instalación libremente, sin rumbo y sin buscar un inicio; pues no los tiene.
Desde cualquier nodo se puede comenzar. Lo que siempre nos hace pensar en esa hermosa idea
que dice que en un universo infinito puede permitirse a todo Ser verse a sí mismo como el centro
del universo.

Creo sinceramente que una gran victoria de la instalación es abrirse como un espacio generoso
para mostrar la obra de otros artistas; pues si es bien que la instalación de la red de lana y sus
cartas y recuerdos es el centro de la instalación; las obras pictóricas de XXXX completar la
instalación abriendo en lo concreto los espacios para salir del ego y llegar al grupo, al nosotros, a la
patota que tanto gusta a los artistas; pues no hay posibilidad de arte en lo solitario y en lo
individual. Quizás esa gracia de unir voluntades, unir obras, hace más grande la instalación.

Por supuesto, la apertura no es azarosa, sino que se rige del criterio más subjetivo y por lo tanto
más humano: la belleza. La instalación UN INSTANTE EN LA MEMORIA promueve la belleza y su
apreciación, tiene un compromiso popular al buscar ser ajena a las galerías tradicionales y
constituirse en un espacio abierto para otros artistas, y para todo público.

Felicito a Miguel Ponce por brindar a la comunidad montepatrina la posibilidad de acercarse a su


obra; esta no es la primera instalación del artista; pero si la primera dentro de la lógica de la
institución oficial. Este paso de reconocerse como obra y como artista libera a las personas que
visitan y se sumergen UN INSTANTE EN LA MEMORIA.

David Santos Arrieta


Poeta
Monte Patria, julio de 2017
SENSACIONES – NICANOR PARRA

I. ENSUEÑO

Los ojos rebosan de plumas cansadas


y yo voy dilatándome
cual la niebla olorosa se dilata en la sombra.
Los caminos se están diluyendo en los parques
y una acequia está quieta.
Yo no sé si es que parto o que llego
si es que hablo o que callo.
En las puertas distantes y opacas
los amigos de antaño
se están envolviendo en la tenue penumbra
de las plumas que llueven.
Hay paisajes de bronce en los charcos
y en los acantilados
suenan rondas de niños de palo
y de niñas de mármol.
Caminando por las avenidas y llanos
yo dejé mis recuerdos guardados
en los charcos de bronce.
Me quedé con la risa brincando
en la lágrima helada
mientras cruzan la tenue penumbra
los amigos de antaño.
Entretanto le busco el manubrio
a mi bicicleta
que da volteretas de cien pejerreyes
sobre un cometa torcido.
He llegado cargado de plumas risueñas
al portón de mi casa.
Y no sé si volver o quedarme
si quedarme o seguir.
Yo me siento bajo un eucaliptus
mientras pasa a mi lado
equilibrando un remolino en la cabeza
una gallina de cristal.
Mi madre me trae en tres ampolletas de plumas
un puñado de pepas menudas.
Yo me vuelvo hacia atrás.
REMOLINO INTERIOR

Me gusta que no me entiendan


y que tampoco me entiendan,
camisa de seda tengo,
pero también tengo espuelas.

Si digo que yo te quiero


no es cierto lo que dijera,
y acaso no te saludo
no es cierto que te aborrezca.

Cuando recorro la plaza


me gusta que no me entiendan,
pastillas de menta compro
para corretear la pena.

Voy a sentarme a la plaza


de pena, de pena, pena,
y acaso a la plaza llego
la plaza, plaza me alegra.

Si digo que por las piedras


circula una voz de seda,
quiero decir que en el río
me bebo la luna llena.

Y como quiero que nadie


sepa lo que me interesa
me pongo a amansar potrancas
celestes sobre la arena.

Y como Chile es mi fundo


me gusta seguir la cueca,
con una chaqueta corta
y un pañuelito de menta.

Al viento lo voy siguiendo


con un chicote de abejas,
el viento, viento se esconde
detrás, detrás de las puertas.

Si vendo a mi negra vendo


todo lo que a mí me queda,
pero la vendo y la vendo
para que nadie me entienda.

Y acaso quiero que nadie


me pida mi yegua yegua,
le digo que si es de noche
se asusta de las estrellas.

Y acaso es de día claro


se asusta de las espuelas,
yo quiero que nadie entonces
me entienda ni que me entienda.

Cuando me subo a los árboles


es luna mi calavera,
me gusta, me gusta, gusta,
me gusta que no me entiendan.

Pero hablando en serio serio


que nadie me niega niega
que cuando subo a caballo
me pongo mis dos espuelas.

Estos poemas de Parra quiero leerlos durante la inauguración de la instalación

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