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Lingüística Chomskyana
Tesis de doctorado
Noviembre de 2004
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3.2 Locuciones con predicado liviano
En esta sección, retomamos el análisis de los núcleos complejos que hemos visto en la
sección anterior, esta vez aplicado a las locuciones encabezadas por predicados livianos
(verbos y preposiciones). Los verbos livianos o de apoyo son aquellos que carecen de
contenido semántico pleno; en otras palabras, se trata de “verbos no copulativos de
escasa entidad semántica” (Piera & Varela 1999: 4415).
Primero, se presentan los antecedentes más relevantes sobre el análisis de las
locuciones. Luego, discutimos si las dos propiedades señaladas por DiSciullo &
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Williams para las palabras sintácticas (forma y “atomicidad” sintáctica) pueden
aplicarse a las locuciones con predicado liviano y sin determinante. Como consideramos
que la evidencia presentada basta para demostrar que efectivamente se trata de palabras
sintácticas, las clasificamos dentro de los núcleos complejos del español, ya que,
además, se crean por medio de un patrón de formación productivo. Por lo tanto,
aplicamos el mismo análisis que hemos visto en 3.1, basado en la propuesta de fusión
directa de Kornfeld (2003), revisada a la luz de los nuevos desarrollos de la Morfología
Distribuida y, particularmente, de la propuesta de las “categorías chiquitas” de Marantz
(2001).
Dentro de las locuciones conformadas por verbos y preposiciones livianos analizadas en
esta sección se cuentan las siguientes:
(78)
a. Vliviano + nombre desnudo (Nº): dar lugar, dar asco, dar orden, dar risa, dar trabajo, dar
ternura, dar alcance, dar muerte, dar aliento, dar cabida, dar coraje, dar luz, dar sombra, dar
cumplimiento, dar empuje, dar fe, dar respuesta, dar testimonio, dar alegría, dar gracia, dar
temor, dar miedo, dar tristeza, dar rabia, dar envidia, dar fastidio, dar sueño, dar vuelta, dar
lástima, dar pena, dar comienzo, dar inicio, dar final, dar impulso, dar hambre, dar frío, dar
calor, dar calma, dar ánimo, dar clase, dar examen, dar importancia, dar validez, dar cátedra,
dar motivo, dar crédito, dar refugio, dar albergue, dar cuenta, dar resguardo, dar cobijo, dar
asueto, dar permiso, dar sentido, dar guerra, dar batalla, dar pelea, dar garantía, dar
respuesta, dar apoyo, dar leña, dar tregua, dar fiaca, dar pereza, dar fruto, tener miedo, tener
aprecio, tener admiración, tener alegría, tener ganas, tener celos, tener confianza, tener
tristeza, tener permiso, tener cariño, tener cuidado, tener razón, tener respeto, tener aspecto,
tener hambre, tener frío, tener lugar, tener valor, tener suerte, tener deseo, tener voluntad,
tener conciencia, tener calor, tener intención, tener influencia, tener constancia, hacer
silencio, hacer burla, hacer mención, hacer alusión, hacer referencia, hacer lío, hacer ruido,
hacer gracia, hacer agua, hacer crisis, hacer noche, hacer uso, hacer mella, hacer trampa,
hacer fuerza, hacer juego, hacer hincapié, hacer memoria, hacer presente, hacer huelga, hacer
irrupción, hacer alarde, hacer transbordo, hacer daño, hacer teatro, hacer fuego, hacer frente,
hacer efecto, hacer falta, hacer sitio, hacer caso, hacer calor, hacer frío, hacer presión, tomar
afecto, tomar cariño, tomar color, tomar contacto, tomar conciencia, tomar conocimiento,
tomar vuelo, tomar fuerza, tomar impulso, tomar lista, tomar examen, tomar partido
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b. Vliviano + nombre plural: dar vacaciones, dar frutos, dar hojas, dar arcadas, dar gracias, tener
dificultades, tener problemas, tener ilusiones, tener arcadas, tener pretensiones, tener
razones, hacer méritos, hacer favores, hacer declaraciones, tomar precauciones
c. Vliviano + SD/ SQ: dar un grito, dar un salto, dar una vuelta, dar un paso, dar un paseo, dar
un beso, dar las gracias, dar un golpe, dar un susto, dar la impresión, hacerse una idea, tener
una idea, tener la impresión, hacer el amor, hacer las paces, hacer la guerra, hacer la cama,
dar una mano, dar el raje, tomar el pelo, dar la cara
d. Pliviana + Nº: de luto, de traje, de maravilla, de cuidado, de novia, de bautismo, de examen,
de juerga, de hecho, de velorio, de viaje, de visita, de acuerdo, de fiesta, de terror, de
mentira, de pesadilla, de horror, de juguete, de milagro, de memoria, de moda, en efecto, en
paz, en custodia, en contra, en alquiler, en pie, en peligro, en préstamo, en vela, en conjunto,
en silencio, en marcha, en clave, en funcionamiento, en tránsito, en vereda, en veda, en
virtud (de), en mora, en punto, en prensa, en busca, en falta, en medio (de), en resumen, en
síntesis, en conclusión, en desacuerdo, en barra, en suma, en principio, en tema, en rigor, en
realidad, en verdad, en fila, en marcha, a mano, a pulmón, a medida, a pila, a motor, a fuerza
(de), a pesar (de)
e. Pliviana+nombre plural: en llamas, de vacaciones, a ciegas, a tientas, a medias, en vísperas
f. Pliviana+SD/SQ: a la fuerza, a las claras, a la tremenda, de la cabeza, a la señal (de), en un
santiamén, a los tiros, a las disparadas, al principio, al final
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información acerca de la configuración sintáctica particular que corresponde a cada
locución debería estar almacenada en la entrada léxica y proyectarse en la estructura
profunda, sostienen DiSciullo & Williams. En cualquier caso, la existencia de
locuciones y otras frases listadas en una lengua obligaría a postular que el léxico puede
“mirar” los objetos resultantes de la sintaxis; en el diseño de la gramática, entonces, no
se limita a ser la lista inicial de la que se extraen los constituyentes de las oraciones,
sino que debería permitirse algún tipo de loop entre los productos de la sintaxis y el
léxico (cfr. Halle 1973 para una propuesta lexicalista por el estilo).
La falta de composicionalidad semántica de las locuciones es la propiedad que más
claramente las distingue de un objeto sintáctico “normal”. Piera & Varela (1999) hacen
especial hincapié en ese aspecto de las locuciones y reconocen como una clase aparte
las locuciones con “verbo de apoyo” o livianos, tales como dar un paseo, dar un salto,
dar ímpetu, hacer mención, etc. Se trata de “casos en que el nombre complemento lleva
prácticamente toda la carga semántica del predicado, mientras que el verbo apenas sirve
para otra cosa que para dar a este predicado su forma canónica de SV” (Piera & Varela
1999: 4415). Los verbos de apoyo, junto con el SN complemento –sostienen Piera &
Varela–, forman un sintagma equivalente a un verbo simple en la lengua (como en dar
un beso → besar), aunque hay ciertas excepciones (hacer ademán, por ejemplo, no
tiene equivalente simple).
En estas posturas, las locuciones son sintagmas (SSXX) listados en el léxico. Ninguna
distinción (más que las puramente descriptivas) se hace entre las locuciones con y sin
determinante. Un intento diferente de explicación es el de Masullo (1992, 1996), que,
desde una perspectiva incorporacionista, se propone dar cuenta de las locuciones en
español conformadas por una preposición o verbo liviano + SNSD (sintagma nominal
sin determinante), como en llamas, tener miedo, dar pena, de traje. Este autor parte, en
el marco de Principios y Parámetros, del supuesto de que sólo los sintagmas de
determinante pueden satisfacer la Condición de Visibilidad mediante el caso estructural.
Los sintagmas nominales desnudos, en cambio, dada su defectividad, deben cumplir con
este requisito mediante la incorporación en la Estructura Superficial o en la Forma
Lógica a un predicado que los marque temáticamente o a un predicado liviano,
siguiendo los lineamientos de Baker (1988) para la incorporación en lenguas
polisintéticas. Masullo (1996: 302) sostiene que los determinantes indefinidos
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funcionan básicamente igual que los nombres desnudos en construcciones como dar un
beso o dar un salto, ya que los indefinidos son no específicos, por lo que las frases que
encabezan (SSQQ) son defectivas y predicativas.
Ejemplificamos aquí el proceso incorporacionista sugerido por Masullo (1996: 178) con
una locución con preposición liviana, en oposición a:
(79)
SP
P’
P SN
P N N’
N’
N SP
en oposicioni hi a...
En casos como (79), el proceso de incorporación tendría lugar en la Forma Lógica, dado
que no hay estrictamente incorporación morfológica, es decir, estaríamos ante un caso
de reanálisis de acuerdo con Baker (1988).
Masullo (1996: 175) observa, además, que los verbos y preposiciones livianos deberían
analizarse como categorías funcionales, en la medida en que no asignan roles temáticos
y que actúan como “functores” que convierten una categoría gramatical en otra (así, dar
pena es equivalente a apenar, de traje a trajeado, en verdad a verdaderamente). Por
otra parte, Masullo sostiene que los verbos livianos son vacuos semánticamente y
carecen de grilla temática y, por lo tanto, desencadenan el proceso de incorporación,
junto con la defectividad de la frase nominal sin determinante.
Como ya hemos indicado en la sección 3.1, una reformulación del análisis
incorporacionista de Masullo en términos minimalistas puede hallarse en Contreras &
Masullo (2000). Allí se consideran secuencias como hacer uso o poner en práctica, que
pueden recibir alternativamente un análisis frasal o uno nuclear. Según esta visión, una
misma numeración puede dar lugar a dos estructuras, de acuerdo con el orden de fusión
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de los elementos, orden que está motivado, en principio, por los requerimientos de los
rasgos fuertes o débiles de los ítems léxicos. Así, a partir de la numeración {Pablo, hizo,
uso, de, sus, herramientas} pueden derivarse las siguientes estructuras, como ya hemos
visto en (4), que repetimos aquí:
(4) a. [Pablo [hizo [uso de sus herramientas]]]
b. [Pablo [[hizo uso] [de sus herramientas]]
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las reglas de formación de las palabras pueden no diferir fundamentalmente de las
reglas sintácticas.
Marantz (2001), por su parte, desde una perspectiva algo diferente, propone la
existencia de las “categorías chiquitas” (a, n, v), que son morfemas abstractos extraídos
del repertorio de rasgos universales que determinan en la sintaxis las propiedades de las
raíces acategoriales (cfr. 1.2). En el caso particular de v (una categoría propuesta
anteriormente en Hale & Keyser 1993 y Chomsky 1995), Marantz supone que es una
etiqueta común a diversos tipos de verbos livianos (hacer [do], ir [go], causar [cause],
estar [be], etc.), que están asociados con distintos tipos de estructura argumental
(recuérdese que en esos modelos de la Morfología Distribuida la estructura argumental
no puede proyectarse desde los ítems de la numeración). La compatibilidad entre una
raíz léxica y un v con cierta estructura argumental asociada deberá chequearse
presumiblemente en la Enciclopedia; así, ciertas raíces léxicas serán incompatibles con
una v que requiera un agente (como en el caso morir, por ejemplo). La v puede tener
una realización morfofonológica como morfema libre (cfr. el caso de do o go,
analizados por Embick & Halle en prensa) o una expresión morfofonológica
diferenciada de la raíz léxica dentro de una única palabra (cfr. hospitalizar). Es
interesante recordar que, si bien Marantz las agrupa en el dominio funcional de la
oración, las “categorías chiquitas” se diferencian de los morfemas flexivos “verdaderos”
en que su significado es menos composicional y más “negociado”, supuestamente en
virtud de su particular relación con las raíces léxicas, una cuestión que discutiremos en
detalle en la sección 4.3.
3.2.2 Discusión
En forma paralela a la argumentación desarrollada en el apartado 3.1.2, intentaremos
ver en este apartado que las locuciones con predicado liviano presentan propiedades que
las asemejan a las palabras sintácticas según han sido descriptas por DiSciullo &
Williams, si bien exhiben ciertas particularidades que pueden atribuirse a la naturaleza
eventiva de su núcleo, o bien al hecho de que el núcleo involucrado es un xº “chiquito”,
no una raíz léxica.
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Como hemos visto en el estado de la cuestión, la bibliografía sobre locuciones con
preposición o verbo liviano + nombre suele no hacer una distinción tajante entre
aquellas que tienen determinante delante del nombre y aquellas que no lo tienen. Ello se
debe a que o bien se considera que en ambos casos hay una frase lexicalizada (Piera &
Varela 1999) o bien, si se advierte la existencia de un proceso particular de formación
de unidades, se pone el acento en la naturaleza defectiva del predicado (como en
algunos pasajes del análisis incorporacionista propuesto por Masullo 1996: 177, 193-4).
Pese que las expresiones con predicado liviano suelen considerarse un único conjunto
más o menos homogéneo (cfr. Masullo 1992: 302 para las locuciones con determinante
indefinido), distinguimos aquí a priori dos grandes subconjuntos: aquellas
construcciones que tienen determinante (o cuantificador) y aquellas que carecen de él.
Intentaremos demostrar que esa división a priori se corresponde realmente con dos
mecanismos distintos de formación de unidades (i.e., frases más o menos lexicalizadas
vs. núcleos complejos), centrándonos, en 3.2.2.1, en las locuciones verbales y en
3.2.2.2, mencionando las propiedades más relevantes de las locuciones preposicionales.
Por último, en 3.2.2.3 enumeramos algunos ejemplos neológicos que, sumados a
nuestro corpus inicial en (78), permiten corroborar la productividad del patrón de
formación de locuciones con predicado liviano y nombre desnudo.
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Dentro de las secuencias verbo liviano +SD, no distinguimos entre las locuciones en sentido estricto,
que implicarían algún grado de significado metafórico, y las colocaciones, que suponen la coaparición
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i. Modificación del nombre: Una primera diferencia está dada por el hecho de que las
expresiones con determinante indefinido admiten modificación por un adjetivo, al
contrario de las locuciones con nombre desnudo:
(80) a. Dieron un paseo larguísimo.
b. Dio un salto brusco.
c. Le diste un beso muy dulce.
(81) a. *Tengo miedo bárbaro.
b. *Tiene razón clara.
c. *Hace juego lindo.
frecuente o la selección del verbo liviano por parte del SD. Así, por ejemplo, dar una clase sería,
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c. ¿Juan dio un paso/ un salto? Sí, lo dio.
iv. Preguntas: Como observa Masullo (1992: 311, 1996), las locuciones con predicado
liviano no admiten la pregunta sobre el nombre desnudo (cfr. 87), en lo cual contrastan
una vez más con las locuciones que tienen determinante indefinido (cfr. 86):
(86) a. ¿Qué te dio? Un beso.
b. ¿Qué le diste? Una señal de que lo quería.
c. ¿Qué tenés? Una idea.
(87) a. *¿Qué dio a los panqueques? Vuelta.
b. *¿Qué hizo en la pileta? Pie.
c. *¿Qué hizo? Mención de tus problemas.
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respecto de la posibilidad de extraer el nombre de una cláusula relativa (cfr. Masullo
1996: 191):
(88) a. El beso que me dio fue muy dulce.
b. El paseo que dimos fue extenuante.
c. El salto que dio superó las expectativas.
(89) a. *La vuelta que dio a los panqueques fue muy buena.
b. *El pie que hizo en la pileta bastó para salvarlo.
c. *La memoria que hizo me conmovió.
vi. Foco sobre el nombre: Otro rasgo distintivo es la posibilidad de poner en foco el
elemento nominal, propiedad que, en principio, solo exhiben las locuciones de
Vliviano+SD/SQ y no las de Vliviano + Nº2:
(90) a. UN BESO/ UN GOLPE le dio María a Pedro.
b. UN PASEO dio María con Pedro.
c. UNA FLOR dio ese árbol.
(91) a. *CABIDA le dio María a Pedro.
b. *MENCIÓN hizo María del asunto.
c. *HINCAPIÉ hizo María en el asunto.
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Sin embargo, la imposibilidad de foco en el nombre no se da en todas las locuciones con nombre
desnudo (cfr. la nota al pie 29).
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Estos datos se contradicen con los de Masullo (1992: 313), que considera agramatical la siguiente
oración, que es perfecta para nosotros:
Una compra de libros, Juan (no) va a hacer
Los juicios de los hablantes a los que hemos consultado nos dan la razón en este punto,
independientemente de la explicación que se ofrezca de los fenómenos.
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(93) a. *Uso, nunca hizo del nuevo sistema.
b. *Abuso, sin duda ha hecho del sistema.
c. *Mención, el profesor nunca hizo de tu participación.
viii. Elipsis del verbo: Por último, puede advertirse una diferencia clara en el grado de
normalidad de los dos tipos de locuciones respecto de la elipsis del verbo en entornos
negativos. Mientras que las locuciones con determinante admiten la elipsis sin
problemas, con las locuciones sin determinante esa operación no es satisfactoria:
(94) a. No dio un paso, sino un salto.
b. No me dio un abrazo, pero sí un beso.
c. El naranjo dio frutos, no flores.
(95) a. ??No hizo mención del problema, pero sí referencia a la economía.
b. ??Me dio refugio, pero no cabida en su empresa.
c. ??El naranjo dio fruto, no flores.
El contraste entre locuciones de verbo liviano con nombre desnudo y locuciones con
SD/ SQ queda bien establecido a partir de estas ocho propiedades.
Hasta aquí hemos tratado el conjunto de las locuciones sin determinante (Vliviano + Nº)
como un conjunto homogéneo. Sin embargo, algunas de estas locuciones tienen un
comportamiento diferenciado que se asemeja en algunos puntos al de las locuciones con
determinante.
En efecto, si bien es verdad que las locuciones con nombre desnudo (Nº) no pueden ser
modificadas por un adjetivo (como hemos visto en 81), no todas reaccionan del mismo
modo ante la intercalación de un determinante o de un cuantificador:
(96) a. Tiene varios miedos.
b. Me dio una (gran) alegría.
c. Hizo una mención (de su padre).
(97) a. *Hizo una memoria (impresionante).
b. *Hizo un pie.
c. *Me dio un alcance.
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Dentro de las locuciones sin determinante de (78.a), un buen número permite la
interpolación de un determinante o cuantificador: dar asco, dar orden, dar trabajo, dar
luz, dar sombra, dar respuesta, dar alegría, dar gracia, dar temor, dar miedo, dar
tristeza, dar rabia, dar envidia, dar fastidio, dar lástima, dar pena, dar clase, dar
examen, dar importancia, dar motivo, dar permiso, tener miedo, tener admiración,
tener confianza, tener tristeza, tener cariño, tener cuidado, tener razón, tener aspecto,
tener hambre, tener frío, tener lugar, tener conciencia, tener valor, tener suerte, tener
deseo, tener voluntad, tener conciencia, tener calor, tener intención, tener influencia,
hacer silencio, hacer burla, hacer mención, hacer alusión, hacer referencia, hacer lío,
hacer ruido, hacer gracia, hacer agua, hacer hincapié, hacer huelga, hacer irrupción,
hacer calor, hacer frío. Obsérvese, sin embargo, que en muchos casos la interpretación
semántica de la locución de Vliviano + Nº y de la locución Vliviano + SD/ SQ análoga no
es exactamente equivalente. Así, por ejemplo, mientras que Dio una clase de 5 a 7
supone que se trata de una sola clase, en Dio clase de 5 a 7 estamos ante un continuo
indiferenciado (de hecho, mientras que dar una clase es aspectualmente una realización,
dar clase es una actividad).
Como puede observarse en los ejemplos de (96), en los casos en que se intercala un
determinante o un cuantificador pueden aparecer sintagmas adjetivos o preposicionales
modificando al nombre. En ese sentido, los ejemplos de (98) contrastan notablemente
con los de (81):
(98) a. Juan tiene varios / muchos / horribles / persistentes miedos infantiles / pueriles.
Por otra parte, obsérvese que, cuando en la locución de verbo liviano aparece un
determinante, sí es posible intercalar otro argumento, al contrario de los ejemplos de
(83):
(99) a. Le tengo a Juan un miedo bárbaro/ mucho miedo (cfr. ??Le tengo a Juan miedo).
b. Ir al parque le da a Pedro mucha fiaca (cfr. ??Ir al parque le da a Pedro fiaca).
c. Le haré a María una mención explícita de su padre (cfr. ??Le haré a María mención
de su padre)
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También parece posible (o al menos bastante más aceptable que en los casos de Vliviano
+ Nº de 85) hacer reemplazos pronominales:
(100) a. Nos dio más de un motivo para desconfiar de él → Nos lo dio (cfr. con Nos dio
motivo para desconfiar. →?Nos lo dio)
b. Juan hizo una mención muy clara de su padre → Juan la hizo (cfr. con Juan hizo
mención de su padre. → ?Juan la hizo)
c. ¿Juan tiene algún miedo en especial? Sí, lo tiene. (cfr. con ¿Juan tiene miedo de la
situación? Sí, (?lo) tiene)
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Obsérvese que dentro del grupo de locuciones con verbo liviano que pueden o no llevar determinante
hay a su vez algunas diferencias más sutiles igualmente significativas. Así, por ejemplo, hacer mención
admite la intercalación de un determinante (hacer una mención), como en (98), y, en ese caso, también
admite la modificación (hacer una mención malintencionada), la intercalación de un argumento entre
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En cuanto a las locuciones que tienen un verbo liviano y un SD con determinante
definido (hacer las paces, la guerra, el amor, dar la razón, dar las gracias, dar la
impresión, tener la razón, tener la impresión), comparten la mayor parte de las
propiedades que hemos atribuido a las locuciones que tienen un determinante
indefinido:
(102) Modificación
a. *tener la razón verdadera
b. *hacer el amor sincero
(103) Separabilidad
a. Le dio a Juan la razón.
b. ¡Dale a María las gracias! (vs. * ¡Dale a María gracias!)
c. ?Le dio a Juan la impresión de que no quería hablar.
d. ??Hizo con María el amor.
(104) Pronominalización
(105) Preguntas
verbo y SD (cfr. 99), la pronominalización (cfr. 100.b) y la extracción del nombre (cfr. 101.b), pero no
preguntas (cfr. 87.c) ni foco (cfr. 91.b) ni topicalización (cfr. 93.c) ni la elisión del verbo (cfr. 95.a)
cuando no lleva determinante, como ya hemos visto. En cambio, en otros casos (sobre todo, en el
paradigma de dar o tener + nombre de ‘sentimiento’ –pena, alegría, asco, miedo, tristeza, ternura), las
cuatro últimas operaciones sí son posibles:
Preguntas
a. ¿Qué te dio? Miedo.
Foco en el nombre:
b. Miedo me da (Bosque 1996)
c.-¿Te da bronca? –No, asco/ pena/ tristeza me da.
Topicalización:
d. Miedo/ Pena/ Alegría, es lo que tiene María.
Elisión del verbo:
e. Le da miedo, no alegría.
f. No tiene tristeza, sino rabia.
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a. ¿Qué le dio a Juan? La razón.
b. ¿Qué le diste a María? Las gracias.
c. ¿Qué hizo con María? El amor.
d. ?? ¿Qué le dio a Juan? La impresión de que no quería hablar.
(106) Extracción de cláusulas relativas
a. La guerra que le hizo a Juan no dio resultado.
b. Las gracias que le dio a Pedro fueron sinceras.
c. *El amor que hizo con María.
(107) Foco
a. LAS GRACIAS le dio a Juan.
b. LA RAZÓN tiene Juan.
c. ?LA GUERRA le hizo a Juan.
d. ??EL AMOR hicieron esa noche.
e. ??LA IMPRESIÓN tengo de que no quiere.
(108) Topicalización
a. Las gracias, fue lo que le dio a Juan.
b. La razón, dijiste que la tiene Juan.
c. ?La guerra, nunca le hizo a Juan.
d. ??El amor, fue lo que hicieron esa noche.
e. *La impresión, la tengo de que no quiere.
(109) Elipsis
a. Haga el amor, no la guerra.
b. Te doy la razón, no las gracias.
c. Tengo la impresión, no la certeza.
Desde el punto de vista semántico, las locuciones con determinante definido analizadas
en (102-109) se distinguen de las locuciones con determinante indefinido que hemos
visto en los ejemplos pares de (80)-(97) en que su significado tiende a ser metafórico.
Esta distinción explica la mayor rigidez de las primeras en relación con la modificación
adjetival del nombre (como hemos visto en 102, en contraste con 80), o con la variación
del determinante (confróntese *hizo un amor, *le dio varias gracias con dio varios
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paseos o le dio un montón de besos). Sin embargo, los resultados de las otras pruebas
(102-109) llevan a concluir que las frases listadas idiomáticas no solo tienen la forma
“típica” del sintagma verbal (V+ SD), sino que además están abiertas a diversas
operaciones sintácticas, lo cual es un resultado esperable desde la observación de
Marantz (1997) de que las frases listadas idiomáticas son frases “normales” con un
significado idionsincrásico puramente enciclopédico.
En síntesis, hemos establecido dos grupos bien definidos de expresiones: con y sin
determinante. Mientras que en el primer caso estamos ante frases idiomáticas listadas
(tener la impresión, hacer el amor) o ante colocaciones (dar un beso, dar un paseo), en
el caso de las locuciones sin determinante (dar refugio, hacer memoria) se trata de
núcleos complejos.
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El foco y la topicalización sobre el elemento nominal tal como los hemos visto en los ejemplos de (91)
y (93) para las locuciones verbales es imposible tanto si el complemento de la preposición es un SD como
si se trata de un nombre desnudo:
a. *Traje de es como se vino.
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