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en general ha sido abordado desde las ciencias humanas apuntando a sus Discursos
cancillería y condenado al exilio lo cual significó la muerte civil para un personaje que
No he encontrado entre lo poco que poseo nada que me sea más caro o que tanto estime
como el conocimiento de las acciones de los hombres, adquirido gracias a una larga
experiencia de las cosas modernas y a un incesante estudio de las antiguas. Acciones
que luego de examinar y meditar durante mucho tiempo y con gran seriedad, he
encerrado en un corto volumen, que os dirijo. (El príncipe, Pág. 2)
estudio de las leyes que regulan la conducta de los hombres. Y aún en sus textos
Hemos elegido como corpus de análisis a La Mandrágora, una de las dos únicas
comedias escritas por el autor que fue puesta en escena en el año 1518. Se ha elegido
como eje de análisis la lectura política que se puede hacer de esta obra lo cual viene a
compromiso político de uno de los más brillantes pensadores del Renacimiento. Esta
lectura política está relacionada con la decadencia de la virtud clásica y la denuncia
implícita de que una nueva virtud se ha instaurado. Es por este último motivo que
metáfora de los silenos que eran en la antigüedad unas cajitas decoradas por fuera con
frívolas figuras, tales como arpías, sátiros, pajarillos embridados, liebres con cuernos y
cerdos coronados de rosas; hechas por gusto para incitar a la risa. Pero dentro
de aquellos silenos que tan poco valían por fuera se guardaban las drogas más finas,
tales como bálsamo, ámbar y piedras preciosas1. Esta comedia deberá leerse bajo la
metodología de leer más allá de la risa y más allá de lo superficial ya que en su interior
tiempo y nos aleja cada vez más de ese primer humanismo tan virtuoso y luminoso.
hemos basado en la investigación realizada por Mauricio Viroli que nos permitirá
dibujar un panorama que será el marco teórico para poder entender el trasfondo de La
Mandrágora. Para empezar a plantear esta cuestión es necesario explicitar que existe
como subversor e inescrupuloso corruptor de la más noble arte política y por otro lado
como restaurador de las ideas clásicas republicanas. En este punto es necesario aclarar
que si bien El príncipe ha sido interpretado como un tratado que define a la política
como el arte de gobernar repúblicas esto es falso ya que como lo ha dejado claro Viroli,
Maquiavelo nunca usa la palabra ‘política’ ni se plantea en ella una nueva forma de
1
Glosa realizada del ‘Prólogo’ de Gargantúa de Francois Rabelais quien dedica parte de este prólogo a
plantear la problemática de la interpretación por parte del lector.
interpretar la política. El príncipe es una obra que aborda el Arte de Estado tema que ya
había sido tratado por Giulano de Médici, Francesco Guicciardini y Ludovico Alamanni
por dar algunos ejemplos. El arte de Estado tiene que ver con estrategias que deben
arte de Estado aún más a fondo que los rétores humanistas que estaban en ese
La virtud y el vicio
donde Nicolás nos orienta hacia el tipo de lectura que debe hacerse de las comedias:
“[…] hay muchas cosas que no se pueden expresar correctamente por escrito sin conocer a
fondo las reglas y las características de la lengua más estimada, como lo es la florentina. De
este tipo son las comedias, pues aún si el fin de una comedia es el de proponer un espejo de
la vida privada. No obstante su modo de hacerlo requiere cierta urbanidad, con términos que
provoquen risa para que los hombres, dirigiéndose a esa diversión, aprovechen luego el útil
ejemplo que está por debajo. Y por eso las personas cómicas difícilmente pueden ser
personas serias, porque no puede existir seriedad en un siervo fraudulento, en un viejo
burlado, en un joven loco de amor, en una puta lisonjera, en un parásito goloso; pero bien
resulta de esta composición de hombres, efectos graves y útiles para nuestra vida.” (Burucúa
et al, 2003. Pág 348)
en el cual los personajes se acercan a una tipología humana, así Messer Nicias,
Lucrecia, Calímaco, Fray Timoteo, Ligurio, se convierten en seres sobre los que el autor
El gran tema que explora esta comedia es la dicotomía del vicio y la virtud. Ya
desde el prólogo se nos indica que los personajes son un amante mezquino, un doctor
Por un lado podemos observar a Fray Timoteo y a Ligurio a quienes los mueve la
promesa del beneficio económico y por otro lado tenemos a Calímaco quien es capaz
de cualquier engaño con tal de obtener el beneficio sexual anhelado. Messer Nicias y
Sóstrata por otro lado, se encuentran guiados por la necesidad de obtener un heredero
que será el que perpetuará la fortuna de la familia y acceden incluso a permitir una
La única que queda libre de vicio en este prólogo es Lucrecia quien es presentada como
una joven sagaz pero engañada. A lo largo de toda la obra excepto al final, Lucrecia será
Desde el comienzo de la obra Lucrecia es descripta primero por Camilo Calfucci como
la más bella de todas las italianas. Estos elogios harán regresar a Calímaco a Italia quien
al verla será preso del furor amoroso. Reproduciremos un diálogo entre Calímaco y Siro
Vemos que aquí Lucrecia es presentada como la que gobierna, la que es temida, la que
es honrada. Alcanza aquí su virtud el punto más álgido, comienza aquí la conspiración
que torcerá y transformará esa virtud. Esta condición de Lucrecia la hará participe de
Por otro lado, es necesario destacar que el nombre de Lucrecia alude sin duda
Collatino elevar la virtud y belleza de su mujer por sobre la virtud de cualquier otra.
Otra alusión importante es la que se establece con el relato trágico que hace
Mandrágora.
circulan por el texto los conceptos del bien y del pecado. Sin él, los planes de Calímaco
y Ligurio habrían de fallar. Ane Paolucci caracteriza a Fray Timoteo indicándonos que:
“La iglesia se ha vuelto manejable para él sólo en tanto negocio y sus monjes están
entrenados para mantener la exhibición de las mercancías tan limpias y atractivas como sea
posible: todo debe estar perfecto; las estatuas atendidas; las velas votivas, encendidas; y así
sucesivamente. Él es, a su manera, un exitoso ejecutivo; y, cuando llega el momento crítico,
sabe dónde se encuentra la principal ventaja de su negocio.” (Lucrecia de Livio…, Pág. 12)
Calímaco:
“Muchas son las cuestiones que de lejos parecen terribles, insoportables, extrañas, y que,
cuando tú te acercas a ellas, resultan humanas, soportables, familiares, y sin embargo se dice
que son mayores los temores que los males: y ésta es una de ellas […]En cuanto al acto, que
sea pecado, es un cuento, porque la voluntad es la que peca, no el cuerpo; y la razón del
pecado es disgustar al marido y vos le complacéis; sentir placer, y vos sentís desagrado.
Además de esto, el fin ha de ser considerado en todas las cosas, vuestro fin es el de llenar
una silla en el paraíso y complacer a vuestro marido.” (La Mandrágora, Pág. 43)
fundamentadas en la doctrina. Hay también aquí una resonancia con las palabras de
prueba cabal de que la doctrina cristiana y sus funcionarios presentan una moral
ambivalente.
En el Capítulo II del Libro II de sus Discursos, Nicolás medita acerca de la razón por
la cual los pueblos antiguos fueran más amantes de la libertad que los pueblos
acusa el nefasto rol político que cumple la religión cristina al estar formando hombres
débiles de carácter:
"La fortaleza de alma que nuestra religión exige es para sufrir pacientemente los infortunios,
no para acometer grandes acciones. Esta nueva manera de vivir parece que ha hecho más
débiles a los pueblos y más fácil de convertirlos en presa de los malvados.” (Discursos sobre
la Primera Década de Tito Livio, Pág. 160)
Y así de esta manera, la doctrina religiosa vulnera la virtud de Lucrecia para hacerla
presa de los malvados. Tal como asevera Paolucci, Maquiavelo nos advierte que una
de cuentas es uno solo el fin que justifica los denominados ‘medios’ maquiavélicos, y
ese fin es el arte de gobernar para construir un orden social allí donde hubo desorden.
Observamos en la obra que no es este el fin que persigue ninguno de los personajes de
la obra.
A pesar de ser Lucrecia el personaje sobre el cual se nuclean los demás, ella
aparece en sólo cuatro escenas de toda la obra. A saber la Escena X y XI del Acto III, y la
Escena V y VI del Acto IV. No habrá espectadores para la caída final de la virtud que
“Después de algún suspiro dijo: Dado que tu astucia, la estupidez de mi marido, la simpleza
de mi madre, y la maldad de mi confesor me han llevado a hacer aquello que jamás habría
hecho por mí misma, quiero juzgar que esto viene de una disposición celeste, que así lo ha
querido, y no soy capaz de rechazar lo que el Cielo quiere que yo acepte. Por ello, yo te tomo
por señor, protector y guía: tú, mi padre; tú, mi defensor, y quiero que seas todo mi bien; y
aquello que mi marido ha querido para una noche deseo que sea para siempre. Él te hará,
por lo tanto, su compadre e irás esta mañana a la iglesia y de allí vendrás a comer con
nosotros; y el ir y el quedarte dependerá de ti, y podremos estar juntos en todo momento y
sin sospechas.” (La Mandrágora, Pág. 65)
Allí donde se puso a prueba a la honestidad de esta mujer que se nos mostraba
inaccesible nos encontramos con que frente a la situación adversa, Lucrecia observa,
su vida desde esa ley. Esta conducta es claramente la que Nicolás le aconseja al
príncipe:
“[…]hay tanta diferencia entre cómo se vive y cómo se debería vivir, que aquel que deja lo
que se hace por lo que debería hacerse marcha a su ruina en vez de beneficiarse., pues un
hombre que en todas partes quiera hacer profesión de bueno es inevitable que se pierda
entre tantos que no lo son. Por lo cual es necesario que todo príncipe que quiera mantenerse
aprenda a no ser bueno, y a practicarlo o no de acuerdo con la necesidad […] hallaremos que,
a veces, lo que parece virtud es causa de ruina, y lo que parece vicio sólo acaba por traer el
bienestar y la seguridad.” (El Príncipe, Capítulo XV. Pág. 28)
Entonces el personaje de Lucrecia que es la heroína de esta historia, opta entonces por
poner en uso una inteligencia práctica a favor del bien común y acepta vivir el adulterio
porque le traerá beneficios a ella, a Nicias ya que ella finalmente quedará embarazada 2
y él criará a ese hijo como suyo. Ligurio y a Fray Timoteo también serán beneficiados
Si bien es necesario continuar con una investigación más exhaustiva sobre este
del autor los personajes femeninos por un lado sean el motor narrativo de la acción
dramática y al mismo tiempo sean personajes tan silentes y tan poco visibles.
llama Honesta y jamás se le da la palabra. El relato que hace Belfagor de ella nos habla
de una mujer que también es temida por sus súbditos como Lucrecia. Haciendo caso
omiso de su nombre que hace resonar a un valor moral como la honestidad, Honesta
escrita por Nicolás, cuya acción dramática gira nuevamente en torno a una mujer que
jamás aparecerá en escena. En el prólogo el autor nos dirá que ella no aparecerá por
2
Tendremos noticias acerca del embarazo de Lucrecia en la lectura de Clizia, en donde se referirá al
milagro que ha obrado Fray Timoteo que a raiz de su rezo a traido la fertilidad a una mujer.
Consideramos que más allá de la posible lectura de la misoginia que caracteriza a todo
simbólico. Hemos comprobado que este tipo de operaciones ya han sido realizadas por
quiebre del único personaje que representa los valores clásicos que en la antigüedad se
obra asistimos a la exposición de una realidad descarnada que nos da a entender que
la antigua virtud romana ya no está en vigor y que incluso el latín culto tan resguardado
para fines elevados no es usado sino más que para mofas y artificios llevadas a cabo
Al finalizar la obra todos han engañado, incluso nosotros como lectores hemos sido
engañados porque las expectativas elevadas se han visto canalizadas por otro camino.