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NOTAS y DISCUSIONES

Sobre teología de la historia


ANDRÉS TORNOS

Se ha dicho muchas veces que el Dios ros cristianos realimentaban su fe y su


de la revelación judea-cristiana se ma- identidad social?
nifiesta en la historia más bien que en En mi opinión lo que ha ocurrido es
los fenómenos de la naturaleza o en que el comienzo de la teología de la
las profundidades del ánimo, y que historia debe plantearse dando al nom-
precisamente esto caracterizaría a las bre «historia» otro significado distinto
religiones bíblicas frente a otras reli- del que tiene cuando se la considera
giones. como trama unitaria y progresivamente
También se ha opinado que en la reli- adecuada para la realización del hom-
gión del Antiguo Testamento, al tratarse bre. Pero eso no querría decir que fuera
al pueblo elegido como a quien arriesga indiferente para los judíos y los prime-
su ser o su hundimiento en un proceso ros cristianos el esfuerzo por compren-
de siglos, se pusieron las bases para der los hechos del mundo y por rimar
concebir el movimiento de la historia con ellos el ejercicio y mantenimiento
como lugar y forma en que los hombres de la fe.
podemos acceder a nuestro ser más ple- En orden a buscar esta comprensión
no. El Nuevo Testamento habría sido y a explanar lo intentado en ella sí que
apertura de toda la humanidad, hasta el aparecen un vocabulario específico y
final de los tiempos, hacia esa realiza- unos conceptos compartidos, tanto en el
ción salvadora: así se habría planteado Antiguo como en el Nuevo Testamento.
el diseño de una historia universal desti- Con arreglo a éstos los sucesos del
nada a entenderse como trama y medio mundo y la participación que uno pue-
de la realización de lo humano. de tener en ellos se leen en relación con
Sobre esto se basaría el parecer según el plan salvador de Dios, no suponién-
el cual la comprensión filosófica de la dose nunca que lo exteriormente mun-
historia como proceso en que la huma- dano es indiferente para la fe, o que
nidad debe crecer y cumplirse hasta su ésta requiere únicamente el ser acogida
verdadera medida, no constituye en de- mediante actos internos de la concien-
finitiva sino una transposición al orden cia, o que llama a una salvación pura-
profano de aquella idea religiosa de sal- mente extramundana. La lectura de los
vación en la historia. hechos mundanos requerida para ejer-
Sin embargo tales ideas tropezarían cer esa clase de fe, o sea lo pretendido
con la constancia de un hecho: ni en el por la teología de la historia, aparece
Antiguo ni en el Nuevo Testamento desde este punto de vista como indiso-
existe una palabra cuyo sentido se co- ciable del judaísmo y el cristianismo.
rresponda con el que tiene en ellas Intentaré exponer cómo suele hacerse
nuestro término «hístoria».' Y si no esta lectura en la Biblia, las principales
existe esa palabra, ¿no debe pensarse formas de realizarla que han practicado
que el concepto o idea correspondientes después los creyentes y la" posiciones
desempeñaron una función de poco re- que hoy adoptamos con relación a di-
. cha lectura.
lieve en la lectura de los sucesos y expe-
riencias con que los judíos y los prime-

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NOTASY DISCUSIONES

1. Revision de los términos Dios «compasivo y misericordioso» (Ex


y conceptos bíblicos 34, 6): quiere en todo el bien de los su-
yos, también en lo terreno y no sólo en
lo espiritual; además se vincula con los
Según el Nuevo Testamento nada de lo hombres mediante promesas y debe ser
que ocurre puede dejar de contribuir a reconocido en el mundo. Consiguiente-
que últimamente se manifieste aquella mente no puede menos de guiar «con-
bondad y generosidad de Dios que Él li- forme a su gran sabiduría» lo que en el
bremente, mediante el Evangelio, quiere
mundo ocurre y un creyente necesita
dispensar a los que ama (ver por ejem-
orientar su vida teniéndolo en cuenta.
plo R 8,28; Ef 1, 3-11). Esa bondad en
Pero todo esto, si no hubiera algo
un tiempo habría estado dirigida prima-
más, sería demasiado sencillo v la tarea
riamente a los judíos pero ahora por Je-
sús se ha abierto a todos (ver Ef 2,4-7). de entender los sucesos terrenos no ne-
Pablo cree estarle encomendado, por cesitaría inculcarse mucho, ni tendría
llamamiento divino, el anuncio de este demasiado valor el glorificar a Dios
cambio de la situación del mundo (Ef cuando se los comprende bien. Este
3,2-10) Y en la Carta a los Gálatas lo «algo» de lo cual no hemos hablado
reivindica remitiéndose a la buena lec- hasta ahora es el mal del mundo. Él no
tura de la repercusión pública de su procedería de Dios y sin embargo se ha-
predicación, hecha por las Iglesias de ría presente por todas partes, tanto en-
Judea (una apelación a «hechos de his- tre los elegidos como entre los ajenos a
toría»), la promesa. Su presencia y dinámica os-
Precisamente aquella bondad de Dios, curecería constantemente el curso de
generosa y libre, es lo llamado en el los hechos, el cual, conforme a la bon-
Nuevo Testamento gracia y, en el Anti- dad y sabiduría de Dios, deberla trans-
guo, «Jesed»,» Tener «jesed» es, vista la parentar siempre bondad. Y ese oscure-
cosa desde los creyentes judíos y cristia- cimiento habría de ocurrir porque la
nos hacia el interior de Dios, el rasgo gran paciencia y longanimidad de Dios
más importante del ser divino: empapa (R 2,4; 9,22), queriendo dar tiempo a to-
todo el Antiguo Testamento, desde dos y no perjudicar a los inocentes,"
Abraham- y Moisés' hasta la época de permite constantemente que los hom-
los salmos.' y en el Nuevo Testamento, bres y las naciones sigan sus caminos
fuera de las innumerables alusiones de (Act 14, 16-17).
Pablo, resultaría central para Jesús mis- Esta es la creencia constante de los
mo,s Por lo demás esa misma bondad judíos y de los primeros cristianos, que
de Dios, al mirar uno con fe hacia los se ha mantenido por lo demás hasta
hechos del mundo, aparecería como hoy, como sobradamente sabemos, en
volcándose en la creación de todo lo los creyentes tradicionales. Según ella lo
bueno que existe? y dirigiendo con sabi- que hace dificultad para leer los hechos
duría los acontecimientos hacia el bien con fe, creando la necesidad de una teo-
y el mantenimiento de sus promesas," logía de la historia, son aquellos desa-
Con esto tenemos casi todos los ele- rrollos de las cosas que sobrevienen por
mentos principales de la teología bíblica repercusión de iniciativas torcidas de
de la historia, o sea de la necesidad ins- los hombres, Y éstas crean dificultad
crita en la religión judeo-crístíana, de porque, siendo Dios quien es, no pue-
<deer» los hechos del mundo con arreglo . den dejar de integrarse, a pesar de sí
a la fe. El Dios de esa religión es lID mismas, en posibilidades de hacer sentí-

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do que les vienen de través; en líneas naciones»), designios escandalosos de


abiertas a un desenlace donde se sobre- los hombres, etc.
ponga la bondad de Dios.
Por eso en los planteamientos bíbli- 2. Formas posteriores de realizacion
cos el ejercicio de la comprensión del de la teología de la historia
devenir se dirige ante todo a interpretar
aquellos hechos, sucesos y desarrollos
sueltos que tenderían a escandalizar, y En la época de Jesús había alcanzado
los interpreta integrándolos en procesos gran popularidad entre los judíos una
limitados. Ni busca otras totalizacíones manera creyente de «leer» los aconteci-
mientos que no databa de mucho tiem-
que las del plan de Dios, ni en ningún
po atrás: la apocalíptica. Ésta por una
caso cuenta con que «el buen entende-
parte retenía los conceptos y convenci-
dor» descubrirá en la sustancia interna
mientos básicos de la tradición judía so-
de los hechos los significados que debe
bre la conducción por Dios de los he-
buscar. Así, siendo esta búsqueda la que
chos del mundo, pero por otra parte les
determina la forma de elaborarse el
daba un giro particular y los instrumen-
«constructo» mediante el cual se sinteti-
taba al servicio de otros intereses.
za en la Biblia el devenir de los sucesos
Por ejemplo entendían (la bondad de
del mundo, ese constructo no será
Dios para con sus elegidos» como poder
como el elaborado por la filosofía mo-
que trazaba entre buenos y malos una
derna de la historia en función de lo
línea tajante. Concebía a los designios
que ella por su parte busca. El construc-
de Dios de una manera rígida, articu-
to conceptual del discurso bíblico deno- lándolos en sucesivos pasos o momen-
tará el conjunto de los hechos sueltos. tos que habrían de cumplirse, por su-
abiertos a un constante integrarse en la puesto, a costa de los no elegidos, para
línea del plan de Dios por obra de Dios, los cuales no se tenía ninguna contem-
no por lo que los hechos son en sí. En plación. y finalmente instrumentalíza-
cambio el constructo con el que la men- ban ideológicamente la lectura de los
talidad moderna sintetiza el conjunto de hechos para legitimarse con ella siem-
los hechos del devenir, toma a éstos pre a sí mismos, en vez de preguntarse
como lo quiere la búsqueda propia del qué debían hacer. Por eso miraban en
actual historiador, el cual se esfuerza todo caso al futuro con curiosidad, pero
por comprender ese devenir tal como no por empeño de orientar sus vidas:
ocurre en Virtud de lo que son interna- las tenían por bien orientadas.
mente los hechos mismos. Según los evangelios parece que mu-
Esto último es 10 actualmente llama- chos contemporáneos de Jesús vieron
do historia y desde úñ 'punto de vista en Él y en lo que Él hacía signos apoca-
religioso no interesaba especialmente a lípticos, y tal vez el mismo Jesús no era
los judíos y a los primeros cristianos. del todo ajeno a esa manera de enten-
En cambio eran muy importantes para der su propio llamamiento y actividad.
su buen análisis creyente de la realidad, En todo caso chocó con los más apoca-
según hemos ido viendo, los conceptos lípticos de sus conocidos por tres moti-
de «plan de Dios» (oíkonornía), «jesed» vos al menos: porque Él no aceptaba la
o bondad creativa, sabiduría, designios división del mundo entre buenos y ma-
y juicios de Dios, grandes hechos de los, porque su interés por los designios
Dios (<<magnalia Dei»), tribulaciones de . de Dios buscaba la realización de esos
los elegidos, pecados odiosos (sabomi- designios y no complacer curiosidades

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de autosatísfechos, y porque no tenía ni desde Pablo (ver 1 Cor lO, 8.11) hasta co-
admitía la pretensión de querer inter- munidades inspiradas en la teología de la
pretar los planes de Dios hasta el detalle liberación.
de adivinar en qué paso o momento de A partir de aquí me parece que em-
ellos ocurrirían determinadas cosas. piezan a aparecer los problemas que
Entre los primeros cristianos estuvo hoy podríamos reconocer como más
muy extendida esta clase de apocalípti- nuestros. Tal como yo los veo se referí-
ca, como 10 testimonian los textos de rían a la articulación estructural de la
Marcos 13, Mateo 24 y Lucas 21, 5-36, comprensión teológica de la historia, a
además del Apocalipsis de Juan. Se la clase de teleología universal que le es
comparte una fe sin fisuras en que las propia, a la autoría de la historia que
imágenes apocalípticas revelan un plan esa comprensión puede reconocer y a la
de Dios para el bien de todos los que unidad y continuidad del devenir total
acogen a Jesús, plan gracias al cual se de los hechos del mundo con que ella
acercan los creyentes por sus pasos acepta contar para sus indagaciones. De
cumplidos a un vivir esplendorosamen- un modo especial se me hacen presen-
te bendecido -por cierto que imagina- tes estos problemas respectivamente en
do muy terrenalmente." Agustín. Bossuet, la historiografía del si-
Ello ha legado para la reflexión cristia- glo XIX, la de los católicos progresistas
na más o menos rigurosa de siglos poste- del xx. Hoy estaríamos asistiendo al na-
riores una orientación que algunos píen- cimiento de nuevos enfoques.
san que pertenece esencialmente a la teo- De Agustín suelen recordarse sobre
logía de la historia, como paso previo a todo, con relación a las relaciones fe-
la construcción de los intentos interpreta- historia, los libros sobre «La Ciudad de
tivos de ésta: el establecer los «tipos» o Dios». La perspectiva desde la cual és-
imágenes del devenir que pueden consi- tos discurren le viene dada a su autor
derarse sólidamente anclados en la tradi- por la crítica del cristianismo dispersa
ción de la fe, por su enraizamiento en las entonces en la sociedad romana y ex-
«escrituras sagradas» y en la práctica presada por Celso: con la recepción de
aceptada de las Iglesias," Por ejemplo el la fe se han acumulado los problemas
éxodo o salida de Egipto. las «plagas» en la sociedad romana y se ha acelera-
atormentadoras de los malos, el destierro do su decadencia; el cristianismo como
(¡de Babilonial), la exaltación de los hu- fuerza histórica es una amenaza.
mildes (en la figura de David o de Ana, Frente al optimismo oficial de los je-
madre de Sarnuel), la justificación de los rareas cristianos, los cuales en Occidente
injustamente condenados (como la de creen que la cristianización del imperio
José, vendido por sus hermanos y encar- ha sido un bien para el mundo, esta criti-
celado por el faraón), el adelgazamiento ca levanta la cuestión de cómo se articula
de los colectivos portadores del futuro de con el proceso histórico la dinámica de
Dios (eresto de Israel»), etc. Estas imáge- existencia de la Iglesia. Vistas las cosas
nes del devenir señalarían modos com- desde la fe, ¿no es la Iglesia portadora de
probadamente divinos de reconducírse lo las esperanzas del mundo? ¿No debe es-
escandaloso de la historia y de hecho tructurarse la lectura de lo terreno dife-
muchos colectivos creyentes se han ins- renciando 10 dependiente de la institución
pirado constantemente en ellos para dar- eclesial, que siempre induciría efectos
se razón de su lugar en la sociedad y en positivos, de 10 que pervierte o dificulta
la Iglesia y para explanar sus esperanzas: la marcha de esa institución eclesial?

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Agustín no acepta ese enfoque, Anun- las cosas y qué ocurre con la humani-
ciada la fe de Jesús, dos ciudades (o más dad. En la literatura cristiana ha tenido
bien ciudadanías, modos' de convivir en especial repercusión lo elaborado por
sociedad) existirían en la historia: la de Bossuet acerca de ello en su «Discurso
Dios y la terrena (nosotros diríamos «la sobre la Historia Universal». 13
terrenísta»), La primera originada por el Agustín pensaba a partir de unos he-
amor de Dios hasta el desprecio de uno chos y desafíos concretos; para Bossuet
mismo, la segunda originada por el amor el desafío lo constituye el todo de la his-
de uno mismo hasta el desprecio de toria, pues ésta se plantea en su tiempo
Dios. La ciudadanía de Dios no se co- como espectáculo total. Además Agustín
extiende con la pertenencia a la Iglesia pensaba crístológica y eclesialmente,
institucional ni con esta misma, porque Bossuet por una parte piensa desde el
la Iglesia es pecadora a la vez que santifi- Dios de la filosofía, elevado excelsamen-
cada. Sin embargo el poseer esa ciudada- te sobre el mundo, y comprende a Jesús
nía no es una cuestión puramente místi- desde esa idea de Dios en vez de com-
ca e interna: implica un amor a Dios ac- prender a Dios desde Jesús; por otra
tivo en 10 terreno, polarizado hacia la parte toma su pensar eclesial por el
unión en comunidades de fe socialmente pensar razonable de cualquier persona
visibles, sin lo cual se desmiente a sí mis- del mundo. El Dios, pues, de Bossuet es
ma. En orden a leer la marcha de la his- el Dios providente y bueno con todos, y
toria teniendo en cuenta a Dios no es Jesús manifiesta en el tiempo el ser y
acertado el estructurar esa lectura por re- voluntad de Dios -pero ni rompe el
ferencia autoconfiada (o agresiva) a lo tiempo ni lo innova. Un mundo hecho
institucional de la Iglesia, pero sí es me- por ese Dios no puede sino encaminarse
nester estructurar tal lectura en relación al bien y la lectura creyente de la histo-
con el llamamiento desafiante de Jesús a ria lo descubre cuando es posible y 10
un amor activo, potenciado por la fuerza cree por fe cuando no entiende.
de una fe vivida con otros. «Todo va bien», eso es lo que la lectu-
En la concepción creyente de la bue- ra creyente de la historia le hace decir a
na lectura del devenir se incorpora con Bossuet, absorto en la necesidad de re-
esto el convencimiento de que lo ocurri- conocer una teleología oculta en los he-
do con Jesús divide y estructura a la chos. «La mano invisible» de que más
historia. Pero no se extrae de ese con- tarde hablará Adam Smith es aquí la
vencimiento la consecuencia de que lo mano de Dios. La lectura de la historia
bueno de la historia viene de la Iglesia parece con ello refugiarse en un subli-
visible, o de que nada hay en ésta que me no saber. Pero ha comenzado un
dañe a la marcha de la historia. tiempo en que la cultura quiere saber. Y
La Edad Media no produce puntos de como en la física de Newton los plane-
vista nuevos, si es que no contamos en- tas han comenzado a orbital' conforme
tre ellos los reflorecimientos de la apo- a leyes propias, trazadas en el principio
calíptica aparecidos a principios del se- de la creación por un Dios que desde
gundo milenio" Pero a partir del siglo ese inicio deja marchar sólo al mundo,
XVI, con la multiplicación de los cam- también la lectura de la historia va a
bios de la imagen del mundo y los dra- buscar la dinámica interna de un acon-
máticos efectos de un ejercicio recreci- tecer en que el contar con algún inter-
do del poder, va a intensificarse la de- calarse de intervenciones divinas empie-
manda de comprender hacía dónde van za a resultar absurdo.

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En el campo profano sabemos que es- gos profano del devenir en una parte, el
to llevó a elaborar una ciencia de la his- lagos supernaturalista del devenir en
toria centrada en conocer las variables de otra. Hemos llegado a comprender que
que internamente debe depender el curso en ambos casos se escondía detrás de
y desenlace del desarrollo de las naciones todas las explicaciones una razón parti-
y de toda la humanidad: de su poder, de dista, legitimadora de algún poder.
su prosperidad, de su cultura y artes, últi- Si en el siglo XIX la discusión eclesiásti-
mamente de su economía. El instrumen- camente viva trató sobre la autoría de los
tal de conceptos y métodos requerido encaminamientos históricos (y por eso
para ello se afina paso a paso. Y viene a las autoridades eclesiásticamente siem-
construirse un lagos del acontecer que pre habrían intentado decir «no 10 pre-
preside sobre los agentes históricos, por tendemos nosotros, es Dios quien 10
él ahora despojados, al parecer para quiere y en su nombre juzgamos»), en el
siempre, de su privilegio de decidir auto- siglo xx alcanza a los cristianos la pro-
crátícamente sobre el mundo. blemática de la totalización de la historia
que había tomado forma fuera de la Igle-
Las orientaciones oficiales de la Iglesia sia a fines del xvm. Primero participan
católica, en la medida en que persisten de ella solamente unos pocos creyentes
en mirar con sobrenaturalismo y volun- progresistas y entre ellos nace una lectu-
tarismo al curso de la historia, parecen ra del devenir del mundo, antropológica-
volverse más anacrónicas que nunca. Y mente fundada, desde la cual se determí-
sin embargo creo que paradójicamente na el significado de Jesús y el modo de
no están sino demasiado penetradas por descifrar y valorar lo aportado por la fe
la cultura de su tiempo. También ellas cristiana. Esa antropología es por su-
miran al devenir del mundo corno nece- puesto, hasta en sus versiones marxistas,
sariamente sujeto a un lagos que se so- un esencialismo humanista englobante
brepone a los intentos humanos. Lo que de todo pensar teórico y práctico. De
precisamente ocurre es que ellas creen conformidad con dicho esencialismo ca-
tener demasiado claro ese logos: lo dan rece de sentido en la historia 10 que no
por expresado en una revelación cristia- implique para toda ella, por decirlo con
na legitimadora, en favor de ellos, de una palabras de Hegel muchas veces recogi-
clarividencia y un poder superiores. Por das por los teólogos, lU1 avance unitario
eso creen poder y deber hablar con una de la razón y de la libertad.
autoridad que pasa por alto lo que no son No es extraño que en este contexto la
sus elevadas ideas: los análisis precarios lectura creyente de la historia haya veni-
de la sociedad y del poder, la aportación do a querer practicarse como «análisis de
de lo que luego se han llamado ciencias la realidad» susceptible de compartirse
humanas, en una palabra: la legitimidad por toda persona honesta. También en
de la autoría humana de la historia. cuanto a esto muchos cristianos han
En una cosa se parecen por tanto los querido pensar y han pensado corno hi-
análisis del acontecer nacidos de la pri- jos de su tiempo. Entre ellos la historia
mera historiografía profana y los ope- profana del mundo es una ÚIÚca historia,
rantes en la oficialidad de la Iglesia du- y por supuesto la única verdadera hísto-
rante el siglo XIX: unos y otros minimi- ria que podría interesar a la teología. «La
zan el peso de las originales aportacío- . separación de una historia de salvación
nes de los agentes humanos en aras de centrada en Cristo del conjunto de la his-
un logos que impera sobre éstos: el 10- toria del mundo y la afirmación de que

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aquella es la historia verdadera y esencial da en cuyo interior parecen carecer de


no es sino un absurdo para el pensar, sentido las cuestiones últimas que sobre
tanto antiguo como reciente.s" el acontecer se plantea la teología.
Pero no todos sacan las mismas con- El debate entre modernidad y postmo-
clusiones de este convencimiento. Han demidad se introduce con esto en la re-
surgido desde luego muchas refonnula- flexión religiosa. Y en verdad fuerza a és-
ciones del llamamiento cristiano a par- ta a una opción dificil. Porque la concep-
ticipar en lo que se considera movi- ción del avance unitario de la historia no
miento único de la historia profana y sólo ha sido tan central en los últimos
sagrada, leído con una lectura que se siglos de la cultura europea que su os-
recubre más o menos con la lectura curecimiento y crisis se experimentan
progresista de la historia15 y oficialmen- como un oscurec:inüento de las razones
te la Iglesia católica habría adoptado últimas del vivir; es que además esa crisis
esta línea en el Concilio Vaticano 11. pone en cuestión la unidad de la razón
Pero un sector significativo de teólogos humana en lo ético-práctico primero,
ha mantenido que, dado que la historia pero por ello mismo también la validez
es lo que es, profana de parte a parte y de toda pretensión de universalidad Así
carente de contenidos investigables sólo el cristianismo en cuanto religión univer-
con instrumentos conceptuales revela- sal queda también puesto en cuestión.
dos, todo intento de lectura teológica de Baste con señalar el problema, dado
la historia es una mitologízación que que en el espacio de esta nota no cabe
debe resolverse con una explanación entrar a discutirlo.'? Él exige una nueva
verdaderamente teológica de la histori- reflexión sobre las totalízacíones de la
cidad. Suele pensarse en Bultmann lectura de la historia hechas por la teolo-
cuando se recuerdan estas ideas, aun- gía, y sobre la validez última de las lectu-
que ellas han penetrado entre los pro- ras de los hechos que ella puede ofrecer.
testantes hasta círculos poco bultman- Pero otro frente de problemas, menos
nianos y no son del todo ajenas, a mi
concienciado hasta el momento, se re-
parecer, a los enfoques del último Von
abre también hoy: el de la autoría de la
Balthasar.v'
historia, que a mi entender no estuvo
bien planteado, y mucho menos resuel-
3. Cuestiones y problemas de hoy to, en la época en que surgió. Este pro-
blema viene a imponerse por otro com-
Quizás el mayor desafío con que se en- ponente de la crisis de la modernidad,
frenta hoy la teología de la historia es la en el fondo inseparable del de la crisis
crisis que en el saber profano roe a la de la totalización de la historia: el des-
denominación misma de historia uni- fondamiento del sujeto humano. Desle-
versal. Ésta se ha convertido para mu- gitimado éste al quedar a merced de la
chos en una fórmula retórica vacía por fragmentación de sus perspectivas, ellas
pérdida total de la confianza en los cri- son un supremo legos múltiple que rige
terios con que hasta hace poco se venía la actuación humana en el devenir del
interpretando lo que significaba «avan- mundo. La historia es un sueño anár-
ce universal de la razón y la libertad». quico que nos sueña.
Pero como al mismo tiempo el interés Frente a ello es preciso reconstruir un
por la historia no ha decaído ni renun- pensar nuevo sobre la libertad, contan-
ciado al rigor de su empeño científico, do con que ésta sólo desde un suelo de
lo que queda es una historia fragmenta- contingencia puede afirmarse como res-

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pensable, y sólo de modo precario. últi- ría humana y significado de la historia,


mamente, a este propósito, se está re- aunque con un sentido rigurosamente
calcando en teología la importancia que nuevo.
tendría, para la comprensión del seño- Hoy desde luego la aportación de Bos-
río de Dios, el reconocimiento de las ve- suet no nos valdría, pues recurrir a la
tas de contingencia entreveradas en el providencia oculta significa renunciar a
devenir mecánico del mundo, según la saber y entender, lo cual suprime a la
actual imagen dentífico-física de la ma- teología de la historia en vez de enrique-
teria; pero apenas se ha entrado en el cerla. Quizás, a los que algo trabajamos
análisis creyente de lo que eso implica en ella, la tarea que más a mano se nos
desde el punto de vista de la fe." En mi ofrece es retomar los temas donde los
opinión es el análisis de los factores de dejó «La Ciudad de Dios», de San Agus-
contingencia diseminados en el curso tín, pero preguntándonos por la autoría
onírico de la historia el que puede seña- de los hechos del mundo y por 10 frag-
larnos un espacio donde hablar de auto- mentado que está su encadenamiento.

NOTAS

1. Ver artículo de O. Plóger y E. Dinkler respec- 10. Es lo que se ha llamado «milenarismo». So-
tivamente sobre el concepto de historia en el Anti- bre el sentido y la difusión que él tuvo en los prin-
guo y en el Nuevo Testamento. el Real Lexikon für cipios del cristianismo ver A.J. Visser «A Bird's eye.
Geschichte und Gegenwan, t. Il, ed. 3, col. 1.473- View of Ancíent Chri.stían Eschatology», Numen, t4
1.482. (1967), 4-22.
2. Una excelente investigación sobre el trasfondo 11. Ver artículo «Typos in der Schrift», en Lexi-
histórico-religioso de la comprensión del «jesed» o kon [ur Theologie und Kirche, tomo lO, col. 422 seco
gracia en que creían los cristianos primitivos está 12. Diversas alusiones de E. Bloch y la novela El
incluida por E. Schíllebeeckx al principio de su nombre de la rosa han relanzado el interés por la
obra Cristo y los cristianos, traducida en Cristian- lectura de la historia que hicieron Joachím de Fiare
dad, Madrid, 1982, y diversos grupos posteriormente muy relacionados
3, Gen 18,3, 17·19. con los franciscanos, Esa lectura habría alimentado
4. Ver Ex 33, 18-23 con 34, 5-9, la ideología de sectores sociales marginados. empe-
5. Ver el 136, que recitaban los judíos después fiados en distintas formas de subversión.
de las ceremonias de la Pascua hasta la época 13. Todavía el afio 1940 se reeditó en castellano
evangélica y que probablemente recitó Jesús mis- el «Discurso...» de Bossuet en Barcelona, Cervan-
mo según Mc 14, 26. tes, Es curioso que en 1589 el jesuita Pedro de ID·
6. Lucas pone bajo el signo de ese «beneplácito vadeneyra, que había escrito un discurso-arenga
divino> la aparición de Jesús en 2, 14; el mismo para los participantes en la expedición de la Arma-
Lucas en 10,21-22 YMateo en 11,25-27 hacen en- da Invencible, publique un Tratado de la tribulación
trar en éxtasis a Jesús con el reconocimiento de en cuya segunda parte trata de explicar los «desas-
que el «bjesed» o bondad de Dios elige sobre todo a tres» históricos de los buenos católicos en sus lu-
los pobres, etc. chas con los herejes. Hace desde luego una rudi-
7. Ver por ejemplo el mismo salmo 136 antes ci- mentaria teología de la historia que se pregunta
tado. más bien por lo que él en la historia no comprende
8. Lucas alude a cómo es tarea obvia para quien como progreso; por los sufrímíentos y los absurdos;
piensa desde la fe el rastrear esa sabiduría en las el individuo desempeña por supuesto un papel muo
apariencias contradictorias del proceder austero de cho más importante que en Bossuet.
Juan Bautista y el abierto y relajado de Jesús (cap. 14, W. Kreck, Die Zukun{t des Gekommenen,
7, 28-35). Ver también Pablo a los Romanos 11. Munich, Kaíser Verlag, 1966, p. 31.
33-36, sobre el rechazo del pueblo judío, 15. Entre ellas incluiría diversos trabajos de
9, Los Evangelios insisten mucho en lo primero, Rahner, Pannenberg y Schillebeeckx, Me he ocupa-
mediante la parábolas del trigo y la cizaña o, por do de ello en mi ESCfltolog(a I, Madrid, Publicacio-
ejemplo. la del hijo prodigo. Ello lleva consigo la nes de la Universidad Comillas, 1989, p. 128-130.
salvaguarda de los inocentes, que está muy logra- Una revisión más amplia de la teología de la histo-
damente expresada en el cap. 4 del libro de Jonás. ria hasta los afias sesenta puede consultarse en W,

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NOTAS Y DISCUSIONES

Kasper, «Grundlinien eíner Theologie del' Geschí- crisis de la idea de historia universal, es actualmen-
chte», TheolQuanalSchrifi, 144 (1964), 129·169. te objeto de activa reflexión teológica. Me he ocu-
16. Sobre todo en De ¿'llltegration-Aspects a'WM pado de ello en EscatologÚl I, op. cii., p. 137-163.
Théologie de L'Histoire, Brujas, Desclée de Brouwer, 18. Puede consultarse sobre el tema a W. Pannen-
1970, por ejemplo, p. 185. berg, «The Doctrine of Creation and Modern Scien-
17. Cómo podría fundarse en la fe cristiana una ce" Zygon, 23 (1988), 3-21 Y a R.J. Russell, «Contín-
esperanza de alcance universal. en el contexto de gency in Physícsand Cosmology-, ibtd. 23-43.

La reconstrucción estética de la historia


del trabajador
(Un diálogo casi posible entre Jünger y Weiss)

JOSÉ LUIS MOLINUEVO


Universidad de Salamanca

Se exponen dos modalidades de reconstruc- sible desde las actuales experiencias narrati-
ción estética de la historia, entretejidas con los vas como experiencias históricas. Su prolon-
avatares de un programa romántico para el gación (no realizada aquí) mostraría algunos
que la libertad sólo es posible en la belleza y la límites de las estéticas contemporáneas de la
tarea del Arte consiste en la edificación de una resistencia, los supuestos de esos discursos
nueva sociedad ético-política. El diálogo entre históricos, así como el ethos que subyace a la
ambos autores, de talantes tan diversos, es po- vacilante pérdida de la nonnatividad ética.

Pero ¿acaso no debiera yo hacer de la li- 1. El quiebro de la quiebra de un


bertad que me concedéis un uso mejor que programa romántico
el de encaminar vuestra atención hacia el
campo de las bellas artes? ¿No es por lo me-
nos extemporáneo andar ahora buscando un El envite estético de Schiller es la in-
código del mundo estético, cuando los asun-
tos del mundo moral ofrecen un interés mu-
vitación a salir de una perplejidad histó-
cho más próximo y el espíritu filosófico de rica en un diálogo instaurador del espa-
investigación es requerido tan insistente- cio de juego social que modere la em-
mente por los acontecimiento a ocuparse en bestida. El diálogo requiere una clarifi-
la obra de arte más perfecta que cabe: el es- cación previa de los interlocutores inte-
tablecimiento de una verdadera libertad po- resados que posibilite los niveles del
lítica? [...) Si resisto a la tentación y ante- mismo. Lo que le preocupa a Schíller es
pongo la belleza a la libertad, creo que pue- la solución del enigma de su tiempo: es-
do hallar disculpa, no sólo en mi afición tarnos en una época ilustrada, y, sin
personal, sino en los principios que justifi- embargo, seguimos en la barbarie polí-
can esa preferencia. Espero persuadiros de
tica y moral Una época cuya realidad
que esa materia no es tan ajena a las necesi-
dades como al gusto del siglo; y aún más: es la contradicción de sus ideales es una
que para resolver en la experiencia el proble- época enferma. ¿Más dosis de cultura?
ma político, se precisa tomar el camino de" Schiller todavía confía en que los «ma-
lo estético, porque a la libertad se llega por nantiales de cultura» lleguen a limpiar
la belleza.' la «podredumbre política». Pero ¿qué es

182 ¡SEGORíA 14 (1991)

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