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Teoría de los bienes sociales.

Los bienes que median en las relaciones entre las personas son definidos por Walzer en Las
esferas de la justicia, como aquellas cosas que se conciben, se hacen y distribuyen, entendiendo
por distribuir aquello que se comparte, divide e intercambia (Walzer, 1983, p. 28). Según la
perspectiva de Walzer, antes de producirse los bienes se conciben, antes de llegar a nuestra
mano un bien es antes creado y antes que creado es concebido.

Las personas conciben y crean bienes que luego distribuyen entre sí. En este sentido, Walzer
opina que centra en el primer proceso, basandose en la tesis de que los bienes no aparecen de
una forma inexplicable o "mágica" en nuestras manos, sino que al iniciarse la distribución ya
vienen cargados de significados que imprimen una determinada lógica que guía la actividad y la
conducta de las personas. En este sentido, los bienes tendrían desde mi punto de vista una “vida
propia” de la que se deriva un determinado comportamiento humano.

En el modelo de igualdad compleja de Walzer se hace necesario un estudio o una teoría de


bienes sobre la cual basar el modelo de igualdad compleja. Walzer considera seis proposiciones
que definen a los bienes.

En primer lugar, para Walzer la naturaleza de los bienes es social. Es decir que son el producto
de un proceso de creación. El significado de los bienes es socialmente compartido. No interesa
a Walzer el sentido individual o privado que pueda dar a un determinado bien un individuo
aislado. Este sería el caso de un gusto personal o una opinión personal pero no modifica el
significado social que comparte una comunidad sobre los bienes que producen. De esto
podemos inferir que cambiar el significado de un bien social depende de cambios sociales,
culturales, institucionales, que tienen carácter colectivo. El significado de un bien social puede
variar porque es histórico, o sea que cambian con el contexto histórico. Pero varían además
geográficamente, es decir que un bien social en un lugar geográfico y culturalmente distinto a
otro puede tener y generalmente tiene un significado distinto.

En segundo lugar, a través de la forma en que se conciben, se crean, se poseen y se utilizan los
bienes en el mundo material y moral en el que viven los seres humano se constituyen
identidades concretas. Para Walzer, y esto constituye la tercera característica de los bienes
sociales, un bien social tiene significados diferentes para distintas personas y en diversos
contextos y como consecuencia no es posible formular una lista universal y general de bienes
primarios como propone Rawls.

En cuarto lugar, los significados sociales de los bienes determinan sus movimientos. Por esto
mismo los criterios distributivos no tienen que ser establecidos por una supuesta naturaleza
universal de los bienes. Los criterios de distribución de un bien dependen de su condición
variable. Por esto mismo, y en esto radica la quinta característica, los significados sociales de los
bienes tienen un carácter histórico, de ahí que los criterios de distribución varíen a través del
tiempo.

Por último, se concluye que cada proceso de distribución de bienes constituye una esfera cuya
relación con otras esferas es legítima si se mantienen mutuamente autónomas (Walzer, 1983,
pp. 23- 24). El dinero, por ejemplo, como bien mediador se usa en esferas, como la de la creencia
religiosa, el reconocimiento, o la de la educación, que no Ie corresponden.
En esta concepción sobre los bienes sociales Walzer fundamenta su propuesta distributiva de la
igualdad compleja.

Igualdad compleja.

De la teoría de los bienes sociales se desprende la propuesta de la igualdad compleja de Walzer.


Como se puede inferir, Walzer analiza la justicia distributiva teniendo en cuenta las
particularidades en cada sociedad. Para el autor la justicia es una construcción humana que no
puede ser realizada de una sola manera. Cada sociedad particular establece unos significados a
los bienes sociales. La distribución de los bienes depende de estos significados, de ahí que los
principios de la justicia sean en sí mismos plurales, producto del particularismo histórico y
cultural. La idea fundamental de Walzer es que los modelos de justicia se han definido hasta
ahora con un criterio universal valido para cualquier tipo de relación en cualquier esfera de
acción. Por el contrario, para el modelo de justicia que propone, cada contexto donde tienen
lugar relaciones similares requiere un criterio distributivo distinto, esto constituye un modelo
de igualdad compleja.

Cada bien social, a partir de los significados socialmente compartidos, pertenece a una esfera
que se desarrolla de acuerdo a criterios distributivos particulares. Walzer considera que es
necesario mantener la autonomía de cada esfera evitando, de esta manera, la tiranía de los
bienes dominantes producto de la invasión de su lógica de distribución en otras esferas que se
rigen por otros criterios en función del significado del bien social de que se trate.

El modelo de igualdad compleja de Walzer se presenta en contraposición a lo que denomina


modelo de igualdad simple. La igualdad simple exige igualar en cantidad, o equiparar las
posiciones de los agentes otorgando cantidades iguales de determinado bien. En este sentido
su enemigo a combatir es el monopolio. La igualdad compleja por el contrario admite
desigualdades al interior de las esferas y en este sentido no considera necesario evitar los
monopolios sino evitar que un bien de una esfera se vuelva predominante, es decir que la
acumulación de ese bien permita extender su lógica de distribución hacia otros bienes sociales.
La idea de que distintos bienes deben distribuirse de modo diferente conforme a su significado
implica un rechazo a la posibilidad de que pueda permitirse lo que Walzer llama conversiones
entre las diferentes esferas de bienes. Así, por ejemplo, se señala como inaceptable que el
dinero, que encuentra sentido dentro de la esfera del mercado, ocupe un papel significativo en
el modo en que se distribuyen honores; como no resulta aceptable que la situación familiar de
un individuo influya en el modo como se distribuyen los puestos de trabajo. Para seguir con el
ejemplo del dinero, podemos decir que lo que le interesa destacar a Walzer no es la distribución
desigual de la riqueza, sino el hecho de que el dinero sea capaz de brindarle, a quien lo posee,
un acceso privilegiado a bienes tales como la salud, la educación u otros bienes. Esto, según
Walzer, nos revela que un cierto bien se ha convertido en bien dominante, lo que tiraniza sobre
los demás bienes. Por lo tanto, existe esta tiranía cuando no se respetan los principios internos
de cada esfera distributiva, como propone en su modelo de igualdad compleja.

La igualdad simple es por definición endémica, esto quiere decir que es un modelo distributivo
altamente inestable, porque al devaluar el bien dominante (en la medida en que todos poseen
una porción por igual) abre paso a la dominación de otro bien que es el poder político porque
para distribuir con la lógica de la igualdad simple hace falta un nivel de intervencionismo estatal
para mantener un control altamente centralizado sobre los patrones de distribución. Cuando los
significados son distintos las distribuciones deben ser autónomas, por lo que todo bien social o
conjunto de bienes sociales constituye, según el autor, una esfera distributiva dentro de la cual
sólo ciertos criterios y disposiciones son apropiados. “El dinero es inapropiado en la esfera de
las investiduras eclesiásticas y la piedad no debería constituir ventaja alguna en el mercado”
(Walzer, 1983, pp. 7-21 a 10-23).

Walzer parte de la premisa de que estas relaciones obligan a las personas a conducirse dentro
de una esfera orientada por lógicas externas a la misma o, siguiendo la definición basada en
Pascal que Walzer utiliza a actuar de una forma no autónoma puesto que una persona deseara
obtener un bien por unos medios que pertenecen a otra esfera. (Walzer, 1983 p. 31) Desde este
punto de vista, el principio normativo que modela la propuesta de igualdad compleja de Walzer
es: “Ningún bien social x ha de ser distribuido entre hombres y mujeres que posean algún otro
bien Y simplemente porque poseen Y sin tomar en cuenta el significado de x” (Walzer, 1983,
p.33).

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