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Un freno a la hepatitis A en Argentina

La estrategia de vacunación infantil con una dosis única redujo drásticamente los casos y
bajó a cero los trasplantes por falla hepática fulminante en niños

Buenos Aires, 1 de agosto de 2018 (OPS/OMS).- “¿Sabés por qué es importante que se
vacune?”, preguntó la enfermera mientras miraba la libreta de vacunación del niño. “Para
cuidar a mi bebé”, respondió Candela. “¡Claro! Y también para ayudar a proteger a los
demás”, añadió la trabajadora de la salud del Hospital de Niños Pedro de Elizalde, de Buenos
Aires.

La charla es la antesala a que el pequeño Valentino de 1 año reciba la vacuna contra la


hepatitis A, que desde que fue incorporada al Calendario Nacional de Vacunación de
Argentina redujo drásticamente el número de casos y disminuyó a cero los trasplantes por
falla hepática fulminante debido a esta enfermedad.

Argentina fue el primer país de las Américas en utilizar una sola dosis contra la hepatitis A
en niños de 1 año, una decisión innovadora reconocida por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) dados los resultados que aún hoy -13 años después de incluirse en el
Calendario- se mantienen. “Entre 2003 y 2004 tuvimos un brote con más de 43.000 casos y,
después de la introducción de la vacuna, en 2005, la circulación viral en el país disminuyó
dramáticamente. Hoy tenemos menos de mil casos por año en total en adultos y niños”,
sostuvo el responsable del Programa de Vacunas del Ministerio de Salud de Argentina,
Cristian Biscayart.

La decisión resultó innovadora porque hasta el momento de la introducción de la vacuna,


los países utilizaban un esquema de dos dosis. “Pero Argentina no contaba con los fondos
para financiar ambas dosis, por lo que decidió incorporar sólo una para hacer frente al brote
y a los numerosos trasplantes hepáticos en niños, derivados por la enfermedad”, recordó la
médica pediatra hepatóloga Margarita Ramonet, ex presidenta de la Sociedad Argentina de
Pediatría (SAP).

“La medida de una dosis nos sorprendió, pero acordamos con el Ministerio que realizaría un
monitoreo de los resultados de la implementación” para verificar la efectividad de la
medida, señaló Ramonet. Los trabajos de seguimiento mostraron resultados inéditos: la
cantidad de casos bajó un 88 por ciento y la hepatitis A dejó de ser la primera causa de
hepatitis fulminante y de trasplante hepático en los niños del país.

“Ahora volvimos a estar en línea con las estadísticas internacionales y, a


partir de la estrategia, se usaron los órganos para las personas que realmente
lo necesitan y no para pacientes con una enfermedad prevenible que no
tienen por qué llegar a esta situación”

Los resultados fueron presentados en 2012 al Grupo de Expertos en Asesoramiento


Estratégico sobre Inmunización de la OMS (SAGE, por sus siglas en inglés), que publicó un
documento de posición en el cual recomienda la integración de esta vacuna a los calendarios
nacionales de vacunación para los niños a partir del año con una dosis única. El respaldo
motivó que países como Colombia y Brasil incorporaran la estrategia.

Sin trasplantes, más ahorros


El escenario también cambió radicalmente en los hospitales pediátricos. Este es el caso del
Garrahan, el principal centro de salud infantil del país. “En aquellos años, vimos que los
casos que derivaban a graves venían creciendo. En el 2004 hubo 25 pacientes con hepatitis
A fulminante y la mayoría fueron trasplantados. Allí fue cuando comenzamos a discutir con
el Gobierno qué se podía hacer y se decidió incorporar la vacuna. A partir de su
implementación, desaparecieron los casos de hepatitis A fulminante en niños que debían ser
trasplantados”, relató el jefe del Servicio de Trasplante Hepático del Hospital Garrahan,
Oscar Imventarza.

“Ahora volvimos a estar en línea con las estadísticas internacionales y, a partir de la


estrategia, se usaron los órganos para las personas que realmente lo necesitan y no para
pacientes con una enfermedad prevenible que no tienen por qué llegar a esta situación”,
añadió el jefe del servicio en relación al efecto causado por la vacuna, la cual es adquirida
por el país a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS),
un mecanismo que ayuda a los países a comprar dosis a menores precios.

El impacto también fue económico -subrayó Ramonet, de la SAP- ya que la eliminación de


trasplantes y la disminución de casos trajo aparejado un importante ahorro para el sistema
de salud. Sólo un trasplante de hígado cuesta unos 40.000 dólares, según establece el trabajo
Impacto de la estrategia de inmunización de monodosis contra la hepatitis A en Argentina,
publicado por la Revista pediátrica de enfermedades infecciosas, perteneciente a la Sociedad
Europea de enfermedades infecciosas pediátricas.

Incrementar las coberturas


Médicos y funcionarios admiten que las coberturas que las vacunas alcanzan en la población
“no son las ideales”, no sólo contra la hepatitis A, sino también en otras aplicaciones del
Calendario. De hecho, expertos de los países de las Américas y de la OPS se reunieron
recientemente en Buenos Aires para analizar una nueva estrategia regional que permita
incrementar las coberturas en las grandes ciudades.

“En el caso de la vacuna contra la hepatitis A, las coberturas lograron prevenir brotes y
detener la transmisión del virus”, por lo que resulta clave mantener altos los niveles de
vacunación en la población, comentó Biscayart, a cargo del Programa de Vacunas de
Argentina, que cuenta con 19 aplicaciones en su Calendario que se dan de forma gratuita en
los centros de salud del país.

A nivel regional, además de Argentina, otros 9 países vacunan contra la hepatitis A (Brasil,
Canadá, Colombia, Chile, Estados Unidos, México, Panamá, Paraguay y Uruguay). Según el
nivel de infección en sus territorios, algunos vacunan en forma rutinaria a la población
infantil y otros a los grupos de riesgo. La OPS alienta a los países a realizar estudios
epidemiológicos y de costo-efectividad para la posible introducción de la vacuna contra la
hepatitis A, en función de sus prioridades de salud pública.

En aquellos centros donde día a día cientos de profesionales de la salud explican a padres y
madres como Candela por qué es importante la vacunación, queda demostrado que la
inmunización es un acto de amor que protege, previene enfermedades y salva vidas.

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