Professional Documents
Culture Documents
Henry Roncancio
Escribo estos breves apuntes esperando contribuir a desarrollar una reflexión fructífera
y edificante. Entiendo que el tema de la música en la adoración ha sido candentemente
debatido por muchos exponentes en las iglesias de Cristo en estos tiempos modernos.
Sin embargo, generalmente nuestras discusiones presentan tres problemas
fundamentales.
En primer lugar, hay posturas extremas que generan amargos enfrentamientos. Unos
afirman con vehemencia y absoluta seguridad que la música a capela es sencillamente
un credo más de la doctrina apostólica y punto. ¿Pero cómo se relaciona este credo
con el resto de la teología apostólica? ¿Cuáles son sus posibles implicaciones
teológicas para nosotros hoy? Estas preguntas salen poco a la luz. Lo único que
interesa es definir si la Biblia autoriza usar instrumentos o no en la adoración. Los
argumentos se centran en la perspectiva legal del asunto.
Por otra parte, otros sostienen que cualquier discusión sobre el tema es estéril,
legalista y sin importancia. El asunto de la música, afirman, es trivial e irrelevante. Los
temas verdaderamente teológicos deben versar sobre doctrinas centrales respecto a
Jesús y la salvación. Sólo importa lo que es absolutamente necesario para ir al cielo.
La práctica de la música a capela en la liturgia es sólo una tradición extraña y obsoleta
heredada de los misioneros que primero nos anunciaron el evangelio.
El segundo problema estriba en que las discusiones y los argumentos parten por lo
general de experiencias y posturas recientes de las iglesias. ¿Qué están haciendo y
qué no están haciendo las iglesias hoy día con o sin instrumentos? ¿Cómo se ve hoy la
adoración en las iglesias con o sin instrumentos? ¿Qué efecto tiene la música en el
crecimiento y desarrollo de las iglesias? ¿Qué sentido tiene el uso de los instrumentos
o el canto a capela en el discurso cristiano (evangélico) de nuestros días? ¿Porque
algunas iglesias de Cristo están optando por usar instrumentos? ¿Cuál es la postura
correcta frente a esta tendencia? ¿Cómo se contradicen las posturas de los
exponentes actuales? Estas son las preguntas que usualmente están detrás de
nuestras discusiones.
Tal vez lo primero que conviene observar es que obviamente la música no fue nada
extraña a la vida cotidiana de los primeros cristianos. El hombre es un ser musical y por
consiguiente no nos extraña encontrar en los escritos cristianos hartas alusiones al
tema. Ellos sabían de címbalos o campanillas2 ; de los sonidos claros y distintivos de
flautas, arpas y trompetas3; de los músicos contratados para servicios fúnebres4; de los
jóvenes que tocaban flauta en las plazas5; y hasta de música para bailar.6 Ellos habían
leído de los panderos y otros instrumentos que acompañaron el recibimiento jubiloso de
Saul y David después de que éste matara Goliat7 . También sabían del festejo en torno
al ingreso del arca del pacto a Jerusalén8 y, por supuesto, de la música en el templo9.
Israel, la nación que vio nacer al cristianismo, era un pueblo muy musical que
expresaba su alegría o su tristeza con danzas, canciones e instrumentos.
La iglesia pronto dejó su cuna y siguió el destino al que la había llamado el Maestro
incursionando en tierras gentiles para llevar el evangelio por todo el mundo 10. Allí
también encontraron culturas musicales. Los nuevos convertidos apreciaron también el
arte milenario de la música. Hipólito (c.170–c.236), por ejemplo, en su Refutación a los
herejes, menciona el hecho de que Pitágoras en su investigación de la naturaleza
1 James McKinnon, Music in Early Christian Literature, Cambridge University Press, New York, NY, 1989
2 1 Corintios 13:1
3 1 Corintios 14:7-8, 15:51-52, Apocalípsis 5:8
4 Mateo 9:23
5 Lucas 7:32
6 Lucas 15:25
7 1 Samuel 18
8 2 Samuel 6:4-6, 1 Crónicas 15-16
9 Salmos 150, 2 Crónicas 5:12-14, 7:5-7, Hechos 2:46, 3:1, 5:21, 21:26
10 Hechos 1:8
combinó la astronomía, la geometría y la música. Declaró que Dios es una unidad
(mónada) y que el universo hace melodía y está hecho de armonía11.
Orígenes en su Carta a Gregorio I, anotó que así como los filósofos «hablan de la
geometría, la gramática, la música, la retórica y la astronomía como ciencias auxiliares
de la filosofía, así también nosotros podemos hablar de la filosofía respecto al
cristianismo»12. Por último, Atanasio (c.296–c.337) en su exquisita apología Oratio
contra gentes dice:
«Así como uno escucha de lejos una lira con sus diversas cuerdas y reflexiona
sobre su armoniosa sinfonía, que no sólo la cuerda baja produce un sonido, ni
sólo la cuerda alta, ni únicamente la cuerda media, sino que todas suenan al
tiempo en una balanceada tensión; y uno concluye de todo esto que la lira no se
toca sola, ni que son muchos los que la tocan, sino que más bien hay un músico
que con su arte combina los sonidos de cada cuerda para hacer una sinfonía
armoniosa –aunque no podamos verlo–; así también, puesto que hay un orden
armonioso en todo el mundo, sin que las cosas de arriba desentonen con las de
abajo, ni las de abajo con las de arriba, sino que están en un completo orden,
concluimos que hay un líder y rey de toda reacción, no muchos, quien ilumina y
mueve todo con su propia luz.» 13
11 McKinnon, #87
12 McKinnon #63
13 McKinnon #107
14 En las Odas de Salomón leemos:
Que no toda música es edificante fue algo obvio para los cristianos en los primeros
años de la iglesia. Debido al contexto particular en el que vivieron, esto fue
probablemente más claro para ellos que para muchas iglesias en tiempos modernos.
Mateo y Marcos, por ejemplo, registran el suceso infame de la muerte de Juan el
Bautista, resultado de la locura desatada en el festejo del cumpleaños del rey
Herodes.17 La prosperidad económica, el deterioro de valores y alejamiento paulatino
de Dios hacen que las gentes se enfoquen en lo agradable y placentero y que
descuiden el desarrollo del espíritu, fundamento verdadero de la salud y de la vida.
Esto no fue un problema sólo de las sociedades gentiles. Los israelitas y los cristianos
podían recordar la voz de alerta del profeta Isaías en su censura contra el relajamiento
de las costumbres del Israel de antaño. Esto trajo como consecuencia la ruina del
pueblo de Dios. Al escribirse el Nuevo Testamento, siete siglos más tarde, los judíos
seguían oprimidos y sin poder alcanzar las promesas divinas. Isaías dijo:
Los escritores post apostólicos también fueron muy conscientes del poder de la música.
Varios de ellos se habían convertido del mundo de banquetes, fiestas y melodías
seductoras interpretadas por bellas mujeres en sus finas arpas y flautas. Es que se
dieron cuenta de que en las culturas paganas la música servía para incitar pasiones y
seducir a la idolatría. De hecho, esta aprehensión no resultó de un tipo de moralismo
extremo en los primeros cristianos. Varios filósofos antiguos habían ya elevado su voz
de alerta sobre el efecto embrutecedor que puede tener la música. Consideraban que
16 McKinnon, #48
No nos extraña pues que en la literatura patrística desde muy temprano aparezca una
vehemente oposición a cualquier tipo de música relacionada con inmoralidad o
idolatría. Tatiano (c.160) expresó su abierta desaprobación de las cantantes licenciosas
y sus extraños movimientos.22 Del mismo modo Clemente de Alejandría (c.150–c. 215)
en su célebre capítulo IV del Pedagogo denunció la intemperancia de las fiestas y
banquetes paganos. Contrastó las borracheras, las trasnochadas necias y la algarabía
de las fiestas paganas con el entretenimiento «racional» de los cristianos. Calificó los
salterios, címbalos, tímpanos y demás de «instrumentos de engaño». Asoció las flautas
(aulos) con «gente supersticiosa obsesionada con la idolatría». Y resumió diciendo: «A
decir verdad estos instrumentos deben prohibirse en cualquier simposio sobrio; no son
aptos para la gente, sino para las bestias, y el componente bestial de la humanidad.»23
Vale destacar los temas de la «racionalidad» Vs. la pasión bruta, el abuso de la música
en la alta sociedad alejandrina, y el cumplimiento «espiritual» de la antigua ley en las
prácticas cristianas. De una u otra manera estos temas aparecen recurrentemente en
las obras de Clemente y en otros escritos patrísticos. Son los argumentos en contra de
la música pagana. Novaciano (c. 258) describe con cierto sarcasmo el arte de los
músicos que tocan diversos instrumentos y concluye que «aún si estas cosas no fueran
consagradas a los ídolos, los cristianos fieles no deberían frecuentarlas ni observarlas,
porque aún si no hubiese nada malo en ellas, tienen en sí mismas una inutilidad tal,
que difícilmente pueden ser aptas para los creyentes.» 25 Tertuliano (c. 160) denunció
21 Ibid.
22 Ibid. #30-31
23 Ibid. #51
24 McKinnon, #53
25 Ibid. #92
también la fusión de la religión pagana con el teatro, su pompa y su música..26
Evidentemente los cristianos primitivos, conscientes de lo que estaba en juego, se
opusieron enérgicamente al uso de la música para cultos idólatras, insinuación sexual y
lujo artificioso.27
Tanto escritores del Nuevo Testamento como los padres de la iglesia y los apologistas
(Pablo, Santiago, Clemente, Tertuliano, Justino, Crisóstomo, Orígenes, Ireneo, Basilio)
hicieron numerosas referencias al canto de la iglesia, pero en ningún momento hicieron
alusión al uso de instrumentos musicales para su acompañamiento.28 Según el profesor
de critica Bíblica, Philip S. Esler, «la música eclesiástica cristiana ha sido, por la mayor
parte de su historia temprana, un arte exclusivamente vocal, pero esto fue un asunto de
circunstancias históricas, no el resultado de un edicto eclesiástico.» 29 En otras
palabras, las iglesias, paralela e independientemente de su polémica contra el mal uso
de la música, prefirieron la música a capela para alabar a Dios. La iglesia ortodoxa
griega hasta la fecha conserva esta práctica.
Según el profesor Egon Joseph Wellesz, compositor y musicólogo, el uso inicial del
órgano en la iglesia occidental puede explicarse de la siguiente manera:
26Quentin Faulkner, Wiser Than Despair: The Evolution of Ideas in the Relationship of Music and the
Christian Church, Greenwood Press, Westport CT, 1996, p. 53
27 Ver la denuncia de Arnobio (c. 330) en McKinnon #95
28F. W. Mallox, The Eternal Kingdom, A History Of The Church, Gospel Light Publishing Company,
Delight, Arkansas, 1961, p. 154
29 Philip F. Esler, The Early Christian World - Vol. 2, Routledge, Londres, 2000, p. 777
30Egon Wellesz, A History of Byzantine Music and Hymnography, Clarendon Press, Oxford, 1961, p.
108.
¿Qué impulsó la música a capela en las iglesias primitivas? ¿Qué conceptos se
asociaron desde el principio con el canto? Consideremos a continuación los diversos
temas que se desprenden de la literatura con que contamos.
Esta puede ser quizá la asociación más inmediata y obvia. Frente al ritual del templo
con toda su externalidad31 y al bullicio inútil de los cultos paganos, el canto debió ser
para los primeros cristianos un verdadero oasis de espiritualidad auténtica. ¿Estaría
pensando el apóstol Pablo en los instrumentos del templo cuando dijo: «Si yo hablase
lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena,
o címbalo que retiñe?»32
32 1 Corintios 13:1
34 Hebreos 9:10
35 Hechos 3:19
36 2 Pedro 3:13
«La paciencia y el ánimo vienen de Dios. Le pido a él que les conceda vivir en
armonía unos con otros como quiere Jesucristo. Así, todos a una voz podrán
unirse en alabanza al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.» 39
¿Qué significa «todos a una voz podrán unirse en alabanza»? ¿Se refería el apóstol a la
alabanza por medio del canto? Lo cierto es que la armonía era para los primeros cristianos el
reflejo de su unión con Cristo. Además, por eso mismo, ellos se consideraban partícipes
de la gran comunión y la alabanza cósmica40 . Algunos años después de Pablo,
Clemente de Roma (c. 96) escribía:
«Celso dice que podríamos honrar al gran dios mejor si cantáramos himnos al
Sol y a Atenea. Pero nosotros sabemos que lo cierto es lo contrario. Porque
38 McKinnon, #69
41Consciencia: Conocimiento de los actos y reflexiones propias. Tener conciencia de lo que uno piensa.
Es interesante la relación entre la concordia y la consciencia. Donde no se toma consciencia clara del
evangelio no hay concordia.
42 McKinnon, #20
decimos (legomen) 43 himnos a un Dios que es sobre todo y a la unigénita
Palabra, quien también es Dios. Cantamos a Dios y a su unigénito como lo
hacen el sol, las estrellas y todas las huestes espirituales.44 Porque todos forman
un coro sagrado y cantan himnos al Dios de todo y a su Unigénito, junto con
aquellos humanos que son justos.» 45
Por su parte, también Atanasio (c. 296-373) relaciona el canto de la iglesia con la
expresión de su unidad y armonía. El dice:
43Efesios 5:19 –«hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales...». Vale observar los
verbos «decir» y «hablar» relacionados con los salmos y los himnos de iglesia.
44El apóstol Pablo había hablado ya de la misión de Jesús como el cumplimiento del propósito divino
para la unificación del cosmos. Efesios 1:10, Colosenses 1:15-20 (posiblemente un canto primitivo). Ver
también Salmos 148.
45 McKinnon, # 66
46 McKinnon, #70
47Probablemente encontramos eco de las palabras de Pablo: «llénense del Espíritu Santo. Anímense
entre ustedes con salmos, himnos y cantos de alabanza. Canten de corazón melodías al
Señor.» (Efesios 5:18-29)
48 O con «consciencia» diría quizá Clemente de Roma.
49 1 Corintios 14:15
Al leer las citas anteriores es difícil no darse cuenta del inmenso valor que los primeros
cristianos le atribuyeron a las palabras que cantaban. Canto y palabra iban de la mano.
Cantando expresaban lo que era más valioso para ellos y fortalecían su compromiso
unos con otros, y con la misión de paz cósmica que habían recibido de Cristo. Unidad,
armonía, concordia, eran aspectos de gran alcance para los «padres de la iglesia». En
Clemente, por ejemplo, estar unido a Cristo es ser puro y libre del pecado que nos
separa de Dios. Es haber nacido de nuevo a una vida de justicia y de paz eterna con
Dios. Es servir a Dios con todo el ser en el mundo que él creó. Es cambiar la vida
terrenal por la celestial. Es superar el dualismo con la completa armonía de cuerpo,
alma y espíritu sometidos a Dios en su creación.53
51 Ibid. #131
52 Ibid. #184
53 E. F. Osborn, The Philosophy of Clement of Alexandria, University Press, Cambridge, England, 1957,
p. 47-49
54 Ibid.
también con el entendimiento, y cantaré no sólo con el espíritu sino también con el
entendimiento.» 55
Muy en consonancia con esta afirmación Atanasio (c. 296-337) también declaró:
«...recitar salmos con melodía no es por el deseo de un sonido placentero sino la
manifestación de la armonía de los pensamientos57 del alma.»58
«Toquen trompeta cuando llegue la luna nueva. Así como Israel en tiempos
pasados tomó trompetas físicas y las tocó en la luna nueva... así también el
nuevo pueblo, tocando la trompeta del evangelio59, cuyo sonido ha ido por el
mundo entero, es llamado una vez más a tocar la trompeta en la luna nueva,
esto es la renovación de la mente, confesando y dando testimonio que ha sido
rescatado del Egipto figurativo, es decir, del poder de las tinieblas.» 60
56 McKinnon, #134
57El canto es una forma de recibir y comunicar la palabra de Dios que forma y transforma nuestra mente
(Colosenses 3:16-17, Efesios 4:23, Romanos 12:1-2
58 McKinnon, #100
En su célebre metáfora del jardín, Clemente insistía en que aquel que conoce al Señor
debe ser primero transplantado del otro lugar. No se puede ser cristiano y seguir
plantado en algún jardín del mundo. Hay que ser arrancado de raíz y plantado
61 La finalidad de los tiempos. I Corintios 10:11 (τὰ τέλη τῶν αἰώνων). Ver también Gálatas 4:4, Marcos
1:14-15, Hechos 1:6-8, Hebreos 1:1-2)
62 En las Odas de Salomón, por ejemplo, leemos:
65Theodoret de Ciro, cuenta la historia de una respetable viuda de Antioquía, Julia, quien junto con otras
mujeres retaba al idólatra Emperador Julian, cantando Salmos alusivos a la idolatría, McKinnon, #225
«juntamente con Cristo».66 Hay que dejar atrás «la vieja manera de vivir, abandonar las
opiniones impías, y convertirse a la verdad». 67
Por esta razón, seguramente desde el comienzo, tanto los apóstoles como los
escritores post apostólicos relacionaron el canto y la alabanza con la Palabra.
Empecemos leyendo dos textos bíblicos muy citados. Estos son un ejemplo de cómo la
literatura en los primeros siglos de la iglesia elude la mención de instrumentos
musicales en los contextos de adoración cristiana y asocia el canto con la
comunicación de la Palabra.
No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del
Espíritu. Hablen68 entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales;
canten y alaben69 al Señor con el corazón, y den siempre gracias por todo al
Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.70
66 Romanos 6:5
67Clemente Citado por E. F. Osborn, The Philosophy of Clement of Alexandria, University Press,
Cambridge, England, 1957, p. 158
68 gr. λαλοῦντες
69 gr. ψάλλοντες – alaben con salmos, canten salmos. ψάλλω (psallo) se traduce en otros contextos
como «cantar», pero obviamente aquí esta traducción daría lugar a una repetición indeseable. Por eso
se ha traducido como «alabar» o «hacer melodía». Psallo es sencillamente cantar, como ᾄδω (ado), y
ὑµνέω (hymneo).
70 Efesios 5:18-18 (RVC)
71διδάσκοντες –Basilio (c. 330-379) decía: «e nuestros cantos aprendemos lo que es provechoso...»
McKinnon, #132
72 νουθετοῦντες –Las palabras de Eusebio de Cesarea (c. 260-340) seguramente hacen eco de esta
verdad: «La Palabra de Dios, toda sabiduría y toda armonía aplicando toda clase de remedios a los
hombres afligidos por toda clase de vicios toma su sabiduría y su naturaleza humana en sus manos
como si fuera un instrumento musical y con él toca odas y versos para seres racionales, no bestias sin
inteligencia, y así, con el medicamento de su doctrina inspirada, cura toda clase de salvajes, griegos no
menos que bárbaros, de sus pasiones salvajes y de la bestialidad de su alma.» Ibib. #216
73 Colosenses 3:16 (RVC)
Los cristianos primitivos se dedicaron a comunicar constantemente la Palabra de Dios.
La misma existencia de sus comunidades se debió a dicha Palabra. Había un mensaje
y era necesario expresarlo, proclamarlo y aprenderlo. La unidad y el progreso de la
iglesia dependía de eso. Como había sucedido antes, si la gente no escuchaba la
Palabra, perdían la orientación y estaban condenados a repetir la historia catastrófica
del viejo Israel en el desierto74. Los antiguos discípulos vivían admirados y agradecidos
por la Palabra que les fue dada75 . Un contemporáneo de Justino (c. 100-165) lo
expresaba así:
“Ni por naturaleza ni por entendimiento humano es posible que los hombres
conozcan cosas tan grandes y divinas76, sólo por el don que descendió a su
tiempo desde arriba sobre aquellos santos hombres, para quienes no fue
necesario ningún artificio verbal, ni saber decir las cosas de manera
contenciosa o querellosa, sino presentarse a sí mismo puros para la obra del
Espíritu Santo, para que la Divinidad misma, bajando del cielo como pluma y
usando estos hombres justos como instrumentos, como la cítara o la lira, nos
revelara el conocimiento de estas cosas divinas y celestiales. Así que, como
viniendo de una misma boca y de una misma lengua, en conformidad y
armonía (symponos) unos con otros, nos han enseñado acerca de Dios, la
creación del mundo, y la formación del hombre...» 77
78 Clemente interpretó el uso el uso de instrumentos en el Antiguo Testamento alegóricamente, como era
usual en su contexto alejandrino. De este modo captó el sentir y la práctica de la iglesia primitiva con su
música vocal. En Stromata escribió: «La cítara, usada alegóricamente por el salmista, sería según su
primer sentido El Señor y en su segundo sentido aquellos que continuamente tocan (chrouontes) sus
almas bajo la dirección musical del Señor. Y si se dice que los salvos que son la cítara, es porque se les
oye dar honor musicalmente mediante la inspiración de la Palabra y el conocimiento de Dios, a medida
que son tocados para fe por la Palabra». McKinnon, #59
79 Ibid, #45 –Ver 1 Timoteo 3:16 muy seguramente un canto de la iglesia apostólica.
Mediante el canto uno se presenta a sí mismo como sacrificio agradable a Dios
Los cristianos hicieron una completa relectura del Antiguo Testamento. Jesús, su
mensaje y sus eventos proyectaron frescura y nueva luz sobre las antiguas Escrituras
hebreas. Súbitamente la historia de sus páginas dio un giro inesperado. Las promesas
y las expectativas se cumplieron. El problema que planteó al principio la historia de
Génesis se resolvió. Pero el cumplimiento que se reveló en los sucesos de Jesús fue
radicalmente novedoso. El rey apreció literalmente montado en asno 80, triunfó
literalmente mediante la humillación y el sacrificio,81 y propuso salvación para todas las
naciones82. Los moldes de interpretación antiguos tuvieron que romperse y una nueva
visión empezó a gestarse.
Las instituciones y ordenanzas cultuales del Antiguo Testamento aparecieron como una
sombra de lo verdadero, una prefigura de la realidad.83 Había llegado el momento en
que los lugares y elementos físicos y simbólicos, característicos del viejo pacto, dieran
lugar al espíritu y la verdad.84 El templo ahora es la congregación de cristianos.85 El
verdadero sacrificio expiatorio fue sido ofrecido por Cristo mismo en el calvario, con su
propia sangre, una vez y para siempre.86 Las ofrendas de olor fragante a Dios ya no
son víctimas quemadas, sino vidas consagradas a Dios.87 Dios reemplazó la vieja casta
sacerdotal88 por un nuevo sacerdocio real,89 presidido por un nuevo Sumo Sacerdote,
«según el orden de Melquisedec»90, Cristo Jesús. Los cristianos ahora, como nuevo
sacerdocio, ofrecemos «siempre a Dios, por medio de él (Jesucristo), sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.91
80 Mateo 21:1-11
81 Filipenses 2:5-11
82 Mateo 28:18-20
83 Hebreos 9:8-10
84 Juan 4:24
85 1 Corintios 3:16
86 Hebreos 10:8-15
87 Romanos 12:1
88 Hebreos 7:1-28
89 1 Pedro 1:9, Apocalípsis 1:6
90 Hebreos 7:15-17
91 Hebreos 13:15
¿Cuál es ese «fruto de labios» que vino a reemplazar los antiguos sacrificios y ofrendas
materiales? ¿Es acaso el canto armónico de la iglesia, reflejo de su unidad en Cristo y
su consagración integral a Dios? ¿Qué mejor manera de expresar la transición de lo
externo y perecedero a lo espiritual y permanente que la música a capela? Justino
Martir (c. 100-165) en su Aplología I escribió:
92 McKinnon, #24 –Tertuliano habla de traer «salmos e himnos al altar de Dios». McKinnon, #79
93Además de otros ejemplos citados y de varios más no incluidos aquí, vale destacar el comentario de
Pseudo-Orígenes en su obra Selecta in Psalmos. «Los instrumentos del Antiguo Testamento no son
aptos para nosotros, si los hemos de entender espiritualmente. Figurativamente el cuerpo puede
considerarse una cítara y el alma un salterio, unidos musicalmente en un hombre sabio quien
apropiadamente emplea los miembros del cuerpo y los poderes del alma como cuerdas. Dulcemente
canta aquel que canta con la mente, expresando canciones espirituales, cantando en el corazón a Dios.»
McKinnon, #68. Ver también #187
94 Romanos 2: 28-29
95 McKinnon, #206
Así incluso en los Oráculos Sibilinos96 leemos:
«El permitió estos instrumentos por esta razón: por su debilidad, y porque
quiso atemperarlos en amor y armonía, elevando su entendimiento
96 Los Oráculos Sibilinos son una colección de 15 libros compuestos por judíos y cristianos entre los
siglos II y V. Mediante un artificio literario los escritores ponen en boca de Sibila, reconocida profetiza de
la antigüedad, diversos oráculos para refutar el paganismo.
97 McKinnon, 39-40
98 http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Crisóstomo
99 McKinnon, #173
mediante el gusto para aquello que se acumula en su beneficio y para
dirigirlos a un gran celo por medio de este atractivo.» 100
«Mucho tiempo atrás los levitas emplearon estos instrumentos al cantar himnos
a Dios en su santo templo, no porque Dios se deleitara con el sonido, sino
porque aceptó la intención de ellos.» 101
«Su vida es una fiesta sagrada. Sus sacrificios son oraciones y alabanza.
Conversa con Las Escrituras antes del banquete, con salmos e himnos en los
banquetes y antes de dormir, y de nuevo ora durante la noche. Así se une al
coro sagrado...» 102
El canto a Dios no es sólo un ritual «de capilla». Es una forma de vida, soporte de alma
en la tribulación, expresión de gratitud en la alegría y vínculo que une y fortifica tanto la
iglesia como la familia. Desde el principio los cristianos alabaron a Dios.103 Pablo y
Silas se fortalecieron en la cárcel orando y cantando.104 Y Santiago nos exhorta a
cantar cuantas veces estemos alegres.105 Tertuliano (c. 170-215) habla también del
esposo y la esposa cristianos que cantan entre ellos salmos e himnos y que «se
animan el uno al otro para ver quien canta mejor al Señor. Viendo esto, Cristo se
regocija y les manda paz. Cuando dos se reúnen, Él también está presente, y donde Él
está, no puede estar el mal.»106
«...a medida que se mete el sol en la tarde, pasemos lo que resta del día
con alegría y no dejemos que se pase la hora sin el toque de gracia
celestial. Que se escuche un salmo en el banquete sobrio y mientras
tengan memoria y voz cantora, retengan esta costumbre. Atenderán mejor
a sus amigos, proveyéndonos un recital espiritual (spiritialis auditio) con
dulces versos religiosos.» 108
CONCLUSIÓN
Al leer estas cuantas citas del extenso acervo de literatura cristiana durante los
primeros siglos de cristianismo, varios temas se nos presentan teológicamente
retadores. En primer lugar notamos que la teología cristiana no está reñida con
el arte. Hay que descubrir permanentemente, en cada tiempo y cultura, el arte
musical como una expresión de la multiforme gracia de Dios. Hay que reconocer
diversos talentos en nuestras comunidades y promover la excelencia de nuestra
música. Pero en ese proceso hay que ser cautelosos para no caer en dos
tremendos hoyos.
Otro gran acierto en los primeros siglos de la iglesia fue la insistencia en que su
música fuera signo de su armonía. Frente a las muchas divisiones de la
cristiandad hoy, ¿cómo puede la iglesia captar de nuevo ese sentido? ¿Cómo
puede la iglesia misma ser signo de paz cósmica y expresarlo musicalmente?
¿Cómo puede el mensaje de nuestra canción hoy generar vínculos de unión y
compromiso? ¿Qué le ha sucedido al contenido de nuestras canciones que no
promueven unidad? ¿Cómo puede nuestra música actualmente ser portadora de
la Palabra verdadera en medio del pluralismo que caracteriza nuestro mundo?
¿Cómo comunicar esa verdad dentro y fuera de la iglesia?
Espero que estas cortas líneas nos sirvan de punto de partida para una
consideración más amplia, integral y profunda del tema de la música en la
iglesia. Le pido a Dios que no únicamente enriquezcamos nuestro discurso, sino
que la riqueza espiritual del contenido bíblico y de su alcance en el desarrollo de
la iglesia primitiva se refleje también en la práctica de nuestra música.