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Para el estudio y control de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, existen
varias clasificaciones de los factores de riesgo, estos se han dividido según grupos en función
de los efectos para la salud e integridad de los trabajadores. No importa que clasificación se
asuma siempre y cuando exista la lógica en su organización y se encuentre todos. Un resumen
de los factores de riesgo se ilustra a continuación.
Ruido
Vibraciones
Temperaturas
Iluminación
FÍSICOS Radiaciones ionizantes (Rayos X)
Radiaciones no ionizantes (Soldadura)
Falta de ventilación
Electricidad
Incendios y Explosiones
Gases
Vapores
Aerosoles sólidos (Polvo y humos)
Humos metálicos
QUÍMICOS Polvo orgánico e inorgánico
Aerosoles líquidos (Niebla, neblina)
Material particulado
Líquidos químicos
Virus
Bacterias
BIOLÓGICOS Hongos
Parásitos
ERGONÓMICOS Posturas inadecuadas
Sobre-esfuerzo físico
Diseño del puesto de trabajo
Trabajo monótono
PSICOSOCIALES Trabajo bajo presión
Jornada laboral extensa
Alta tensión
ELÉCTRICOS Baja tensión
Electricidad estática
Mecanismos en movimiento
Proyección de partículas ( esmeril, sierra,
MECÁNICOS pulidora)
Herramientas manuales
Superficies de trabajo
Sistemas de almacenamiento
Organización del área
LOCATIVOS Estructuras
Instalaciones
Espacio de trabajo
1. Ruido.
Lesiones resultantes pueden ser fisiológicas como la rotura del tímpano, la sordera
temporal o definitiva, la aceleración del ritmo respiratorio, el aumento del ritmo cardíaco. La
hipoacusia y la sordera profesional.
Las lesiones psicológicas que puede ocasionar el ruido e influir decisivamente en la
producción de otros accidentes, son: agresividad, ansiedad, disminución de atención, pérdida
de la memoria, disminución en la velocidad de respuesta.
Solo la hipoacusia y sordera profesional se encuadran como enfermedad profesional, las
demás lesiones se consideran como accidentes de trabajo.
2. Las vibraciones.
Los primeros efectos de las vibraciones los sufre la parte del cuerpo en contacto con la
máquina o equipo cuya transmisión puede llegar, en algunos casos, hasta las articulaciones
vertebrales.
Las lesiones resultantes más frecuentes producen déficit del aparato circulatorio que
acolchonan los dedos de la mano, destacando los siguientes síntomas: enrojecimiento de
manos y muñecas, hinchazones, dolores en las articulaciones, lumbalgias, pinchamientos
discales, deformaciones óseas, náuseas, úlceras y hemorroides.
3. La temperatura.
El cuerpo humano tiene una temperatura en torno a los 37 grados centígrados, pero
puede verse alterada según sea su ambiente térmico en el trabajo. A veces la transpiración de
la piel se dificulta por la humedad del ambiente, o hay trabajos que no requieren esfuerzos
físicos y, sin embargo, generan oscilaciones en la temperatura del cuerpo. Se habla de
condiciones termo higrométricas al definir todos aquellos elementos que se incluyen en la
sensación de confort térmico.
Los efectos que produce se relacionan con las condiciones termos higrométricos existentes
en el trabajo porque el cuerpo se ve sometido a la elevación de la temperatura, se producen
en él efectos fisiológicos directos y trastornos de conducta que generan fatiga y pueden ser
fuentes de accidentes. Cuando es el frío el que provoca un descenso en la temperatura interna
del cuerpo, éste desencadena una serie de síntomas cuya acción comienza a ser crítica si
alcanza los 32°C.
Las lesiones resultantes desde el punto de vista fisiológico es que pueden provocar:
resfriados, deshidrataciones, afecciones abdominales. El llamado estrés térmico, puede
provocar: pérdida de conciencia; fiebre; lesiones cerebrales. El «golpe de frío» provoca:
pérdida progresiva de conciencia; edema pulmonar; paradas cardíacas; hipotermias. Todas
estas afecciones se encuadran normalmente como accidentes de trabajo.
Las reacciones del cuerpo a una exposición prolongada de calor excesivo incluyen:
calambres, agotamiento y golpes de calor (shock térmico). La reacción del cuerpo a una
exposición prolongada de frío excesivo es la congelación, la falta de circulación disminuye la
vitalidad de los tejidos. Si estas lesiones no son tratadas a tiempo y en buena forma, pueden
quedar con incapacidades permanentes.
4. Iluminación.
Tiene como principal finalidad el facilitar la visualización, de modo que el trabajo se pueda
realizar en condiciones aceptables de eficacia, comodidad y seguridad. La intensidad, calidad y
distribución de la iluminación natural y artificial en los establecimientos, deben ser adecuadas
al tipo de trabajo. La iluminación posee un efecto definido sobre el bienestar físico, la actitud
mental, la producción y la fatiga del trabajador. Siempre que sea posible se empleará
iluminación natural. El ojo humano se adapta fácilmente a unas deficientes condiciones de
iluminación, pero si las mismas persisten durante algún tiempo comienzan a aparecer
molestias físicas. Por el contrario, el exceso de luz le puede ocasionar lesiones.
La manifestación más inmediata de un terminal de luz mal ubicada es la presencia de
reflejos en la pantalla y los consiguientes deslumbramientos y fatiga visual.
Las lesiones más corrientes son las oculares: irritación de ojos, cansancio o fatiga
visual. También pueden darse lesiones no oculares como: dolor de cabeza, neuralgias.
Generalmente estas dolencias se tratan como enfermedades comunes pero, probado su origen
laboral, se pueden considerar como accidentes de trabajo.
1. Radiaciones.
Son una forma de transmisión de energía. Hay distintos tipos de radiaciones, según el
origen de las mismas pueden ser naturales o artificiales. Naturales, por ejemplo, las
radiaciones del sol, y artificiales: los rayos X, las ondas de radio, los microondas, la luz artificial,
radiaciones electromagnéticas.
Dosis radiactiva. Se llama así a la cantidad de radiaciones que recibe una persona.
Suele estar expresado en las siguientes unidades: Roentgen (R), como unidad de exposición a
la radiación. Rem como una unidad de dosis equivalente. La cantidad de radiación por unidad
de tiempo se denomina “tasa”.
5. La falta de Ventilación.
6. Electricidad.
Cuando el cuerpo humano entra en contacto con la electricidad, los efectos dependen de
la cantidad de corriente que se trate y de la resistencia que ofrezca cada individuo y su
entorno.
Pueden producirse dos tipos de contactos con la electricidad: el contacto directo, es decir,
cuando se toca una parte activa de una instalación con corriente eléctrica. El contacto
indirecto: se produce cuando se entra en contacto con masas puestas en tensión, es decir, con
las partes metálicas de las máquinas u otros equipos de trabajo sobre las que circula corriente
de defecto.
Las lesiones resultantes son quemaduras, asfixia, paros cardíacos, conmoción e incluso la
muerte. También se pueden producir lesiones secundarias al producirse la sacudida, como
caídas al vacío, o golpes que pueden provocar traumatismos. Estas lesiones se encuadran
como accidentes de trabajo.
7. Incendios y Explosiones.
Las explosiones pueden ser causadas tanto por explosivos comerciales, como por la
concentración de ciertos vapores, gases y polvos en el aire que entran en contacto con fuentes
de ignición tales como una llama, un equipo de transmisión de energía en mal estado, una
instalación eléctrica inadecuada, un cigarrillo encendido o, incluso, por la electricidad estática.
Los químicos son sustancias orgánicas, inorgánicas, naturales o sintéticas que pueden
presentarse en diversos estados físicos en el ambiente de trabajo, con efectos irritantes,
corrosivos, asfixiantes o tóxicos y en cantidades que tengan probabilidades de lesionar la salud
de las personas que entran en contacto con ellas.
Polvos
SÓLIDOS
Humos
AEROSOLES
Neblinas
LÍQUIDOS
Nieblas
Aerosoles sólidos: los aerosoles sólidos se clasifican en polvos y humos. Con cierta
arbitrariedad se puede estipular un diámetro límite que distingue un grupo de otro, así:
Polvos: son partículas sólidas finas que se forman por acción mecánica de
disgregación, en operaciones de espolvoreo, perforación, trituración, explosiones,
cortado, choque, molienda o pulido. Los tamaños de las partículas de polvo son
amplios y pueden oscilar entre 0,1 y 100 micras, siendo las más importantes
aquellas menores a 10 micras Las partículas de mayor tamaño (>10 micras),
sedimentan por acción de la gravedad, pero las de menor diámetro se mantienen
en el aire por acción de corrientes de aire mecánicas y térmicas, y no sedimentan,
excepto bajo fuerzas electrostáticas. Se ha calculado que una partícula del tamaño
de una micra, se tarda 177 minutos en descender un metro.
• Humos: la palabra humo se utiliza en español para designar dos tipos diferentes de
partículas.
Fume. Son partículas metálicas de humos que se originan en procesos de
combustión, sublimación y condensación, así como las que se forman por
oxidación de vapores metálicos. Su tamaño está por lo regular entre 0,2 y
0,5 micras. Transformándose por simple agregación, en partículas de
tamaño lo suficientemente grandes, tienen más tendencia que los polvos a
sedimentar. Como ejemplos típicos se pueden mencionar los fluoruros, los
óxidos de plomo, mercurio y zinc.
Hollín. Son las partículas formadas por la combustión de materiales
orgánicos, como: El humo del tabaco, carbón de hojas secas, leña,
derivados del petróleo, entre otros.
Niebla conocida también como rocíos, se forma por góticas líquidas producidas por
ruptura mecánica, impacto, burbujeo, nebulización o pulverización. Ejemplos: la aplicación de
plaguicidas por aspersión o la aplicación de pinturas con pistolas. Su tamaño varía de 2 a 60
micras y pueden ser observadas a simple vista.
Los efectos que producen y las lesiones resultantes están en relación con los productos
químicos que resultan tóxicos, por composición, propiedades, condiciones de exposición o
utilización o los factores inmunológicos de las personas, pueden provocar distintos efectos en
el organismos, tales como: corrosivos, irritantes, neumoconióticos: que alteran los pulmones,
asfixiantes: alteran la respiración al desplazar el oxígeno al aire, anestésicos y narcóticos:
alteran el sistema nervioso
Los factores de riesgo ergonómico dependen de las cargas de trabajo que a su vez
depende de otros factores como: cantidad, peso excesivo, características personales, mayor o
menor esfuerzo físico o intelectual, duración de la jornada, ritmos de trabajo, confort del
puesto de trabajo.
Los efectos que produce se relacionan con la posición de pie y sin desplazarse, se
sobrecargan los músculos de las piernas, espalda y hombros, dando lugar a determinadas
lesiones y a un estado general de fatiga física.
Carga Estática: riesgo generado principalmente por posturas prolongadas ya sea de pie
(bipedestación), sentado (sedente) u otros.
Son aquellas condiciones que se encuentran presentes en una situación laboral y que
están directamente relacionadas con la organización, el contenido del trabajo y la realización
de las tareas, y que afectan el bienestar o a la salud (física, psíquica y social) del trabajador,
como al desarrollo del trabajo.
Ante una determinada condición psicosocial laboral adversa, no todos los trabajadores
desarrollarán las mismas reacciones. Ciertas características propias de cada trabajador
determinarán la magnitud y la naturaleza tanto de sus reacciones como de las consecuencias
que sufrirá.
El cuerpo humano es conductor: esto lo prueba el hecho de que al aplicar una tensión
entre dos de sus puntos, circulará una corriente. La resistencia que opone el cuerpo humano al
paso de dicha corriente varía de acuerdo al sexo, la constitución, los puntos de contacto (piel
callosa, delgada, etc.), el estado de la capa cutánea (piel seca, sudorosa, húmeda, etc.) y el
estado de ánimo. La resistencia del cuerpo humano depende de tres aspectos: resistencia de la
piel a la entrada de la corriente, Resistencia opuesta por los tejidos y órganos, resistencia de la
piel a la salida de la corriente y varía según las personas y la humedad de la piel.
Por lo general en alta tensión se producen arcos eléctricos en los puntos de contacto
ocasionando graves quemaduras superficiales.
PROTECCIÓN PERSONAL.
Al igual que con cualquier otro riesgo, lo ideal consiste en controlar el ruido en la
fuente donde se produce. Sin embargo cuando no es posible, generalmente por cuestiones
económicas, se recurre a los medios de protección auditiva.
Para cerrar el conducto auditivo e impedir la entrada al oído externo del ruido
transmitido por vía aérea se recurre a los equipos de protección auditiva, los cuales reducen el
nivel de presión acústica a fin de no producir daño en el individuo expuesto. Actúan bien
cerrando el conducto auditivo o tapando las orejas. Existen dos tipos de protectores acústicos:
· Protectores auditivos externos (orejeras y cascos).
· Protectores auditivos internos (tapones y válvulas).
Tapones: son protectores auditivos que se introducen en el canal externo del oído. Su
poder de atenuación es menor que el de las orejeras y deben ajustar perfectamente en el
canal auditivo externo, por lo que se suministra en varias tallas o tamaños o en material
deformable y por consiguiente adaptable al oído, algodón, cera u otros materiales o de válvula.
Casco antirruido: son protectores auditivos que cubren parte de la cabeza además del
pabellón externo del oído. Su empleo en la industria es muy escaso siendo su principal
aplicación en aviación.
PROTECCIÓN RESPIRATORIA.
Las dos clasificaciones principales son los dispositivos purificadores de aire y los
dispositivos de suministro de aire. Los dispositivos purificadores de aire son más baratos,
menos complicados de operar y la mejor alternativa, si son capaces de manejar el ambiente
contaminante al que el usuario estará expuesto. Pero algunos contaminantes simplemente no
bajan a niveles seguros mediante dispositivos purificadores y es necesario un dispositivo de
suministro de aire. Otra consideración importante es la deficiencia de oxígeno.
Cuarto de máscara
El cuarto de máscara, algunas veces llamada media máscara tipo B, tiene todo
el aspecto de la media máscara, excepto que la barbilla no va dentro. El
cuarto de máscara es mejor que la máscara para polvo, pero también está
aprobada sólo para los polvos no más tóxicos que el plomo.
Media máscara
La media máscara, que se muestra en la figura 11.3, se ajusta por debajo de
la barbilla y hasta el puente de la nariz. Esta máscara debe tener cuatro
puntos de suspensión, dos a cada lado de la máscara, conectados con hules o
elásticos alrededor de la cabeza.
Mascara completa
De hecho, la máscara para gas también es completa, pero por lo general el
nombre de máscara completa se refiere a aquella en la cual la cámara del
filtro se ajusta directamente en el área de la barbilla. Los filtros pueden ser
cartuchos dobles o bien pequeños cartuchos sencillos.
Mascara de gas
La máscara para gas está diseñada para cartuchos de filtro demasiado grandes o
pesados para colgarlos directamente de la barbilla. El cartucho está suspendido
de su propio arnés y por lo común está conectado a la máscara facial mediante
un tubo de respiración corrugado y flexible.
PROTECCIÓN DE EXTREMIDADES.
En general, estos elementos de protección podemos considerarlos incluidos en dos
grandes grupos:
· Elementos de protección de manos y brazos.
· Elementos de protección de pies y piernas.
PROTECCIÓN INTEGRAL
Se entiende por protección integral la constituida por elementos destinados a proteger
al individuo frente a riesgos que actúan sobre todo el cuerpo (trajes ignífugos, arneses
anticaídas, ropa de protección, dispositivos anticaídas, chalecos salvavidas, etc.).
Ropa de protección
Son aquellas prendas cuya misión es la de proteger al trabajador frente a riesgos
específicos concretos.
Dentro de este grupo podemos incluir:
· Ropa especial contra agresivos químicos.
· Ropa especial contra agresivos térmicos (frío o calor).
· Ropa especial contra radiaciones.
· Prendas de señalización.
Ropa especial contra agresivos químicos: se utilizan en aquellos lugares en los que
existan riesgos de salpicaduras, vapores, etc. de líquidos agresivos. Deberán ser impermeables
y carecer en lo posible de bolsillos o compartimentos donde el líquido pueda penetrar o
almacenarse. Su sistema de cierre deberá ser hermético y deberán ajustar en puños, tobillos y
cuello.
Ropa especial contra agresivos térmicos: en este grupo deben considerarse incluidos
los trajes contra el frío y los trajes contra el calor.
o Ropa especial contra el calor: Se utilizan generalmente fabricadas en cuero,
tejidos aluminizados, etc.
o Ropa especial contra el frío: deberán ser utilizadas por las personas que se
encuentren realizando un trabajo a la intemperie en lugares de temperaturas
extremas o en cámaras frigoríficas. Generalmente suelen confeccionarse a
base de tejidos acolchados con materiales aislantes.
Ropa especial contra radiaciones: en este grupo podemos considerar incluidos los
trajes a base de plomo, confeccionados con fibras textiles y plomo, utilizados en laboratorios u
otros trabajos en los que exista riesgo de exposición a rayos X o radiaciones gamma y los trajes
de uso único, utilizados en los lugares donde exista peligro de radiación nuclear o de alta
contaminación.