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INICIAL
DOCUMENTO DE APOYO
REGIÓN IV QUILMES
2016
Presentación
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Este material pretende reflexionar sobre situaciones de enseñanza sobre las prácticas, que
los niños realizan de escritura por sí mismos, partiendo de la siguiente problemática
“Realizan prácticas de escritura por sí mismos? o en realidad realizan copias sin
sentido?”.
Siendo un grupo de Directivos y Equipos de conducción de Jardines de Infantes del Distrito
de Quilmes que analizamos situaciones observadas en la práctica diaria, socializamos
conceptos del área curricular y elaboramos el presente documento.
* Las propuestas se centran generalmente en escrituras por parte del docente en donde el
alumno copia, (Situación que provee escrituras perfectamente convencionales).
*Se ofrecen pocas posibilidades a los niños que tomen el lápiz para realizar escrituras por sí
mismo. (Situación que no habilita ni permite “escribir”).
*La dinámica empleada frecuentemente es el grupo total, con escasa participación del
docente-preceptor como par pedagógico. (Situación que desfavorece la interacción con
otros).
* Se utilizan como única fuente de información los nombres propios, que a veces no se
encuentran visibles al alcance de los niños. (Situación que no ofrece la valiosa fuente de
información que representa el nombre propio para los niños).
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Para comenzar hablemos de Prácticas del Lenguaje en el Nivel Inicial
Los niños llegan al jardín con saberes, lenguas, modismos y diferentes experiencias
con el lenguaje. Permitir que ellos tomen la palabra, sean reconocidos como miembros de
su comunidad de origen y se constituyan en participantes activos de la cultura escrita es
considerarlos como sujeto de derecho en contextos sociales y culturales.
Para que todos aprendan se debe pensar el objeto de enseñanza de la lengua oral
y escrita en prácticas sociales y los contenidos de la enseñanza son los quehaceres del
hablante, del lector y del escritor. Para formar a los alumnos como ciudadanos de la cultura
escrita y usuarios de la palabra, se debe crear las condiciones didácticas para lograrlo. Se
trata de organizar la sala de manera que la lectura y la escritura, el habla y la escucha sean
prácticas habituales como lo son fuera del Jardín. Una sala en la que el docente le lea
sistemáticamente a los niños, propicie el intercambio de opiniones y las conversaciones
entre los niños y se tome el tiempo para la escucha atenta; proponga la exploración de
textos (que están a disposición de los niños o que él elige con determinados propósitos
didácticos); estimule la escritura y las revisiones de lo escrito; escriba lo que los niños le
dictan. En síntesis, instalar la sala y el Jardín como comunidades donde circula -en los
sucesos mismos de la vida cotidiana escolar- la cultura del diálogo y la cultura escrita para
que los niños se integren a ella participando. Las propuestas o modalidades didácticas que
se desarrollen en el jardín privilegiando la continuidad de las mismas, tendrán el mismo
sentido que en la vida cotidiana.
Toda práctica se adquiere en la práctica. Respetar e incluir la diversidad posibilita el
enriquecimiento.
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énfasis en lo preparatorio y en la necesidad de fragmentación y graduación de las unidades
grafo-fónicas. Escribir por sí mismo significaba realizar ejercicios de copia repetitiva.
La escritura era concebida como mera codificación que reduce la actividad de escribir
a dejar huellas gráficas de los sonidos. La segmentación y la identificación de fonemas y
letras era requisito previo a la enseñanza de la lectura y la escritura.
La lengua escrita no puede reducirse al conjunto de elementos gráficos y sus
variantes tipográficas. La lengua escrita es una construcción histórica, un objeto social.
La escritura se constituye en objeto de estudio específico de historiadores, lingüistas,
sociólogos, antropólogos y psicolingüistas quienes contribuyeron a concebir la adquisición
del sistema de escritura como un proceso conceptual por medio del cual, los niños por
aproximaciones sucesivas, intentan comprender qué es lo que la escritura representa y
cómo lo representa.
La concepción de la escritura como sistema de representación del lenguaje interactúa
en una relación de ida y vuelta entre oralidad y escritura, para la cual el término dialéctica es
el que mejor le conviene, según Emilia Ferreiro.
El proceso de adquisición debe entenderse como un complejo pasaje de
reconstrucción de un dominio a otro (oralidad-escritura) vinculado con el nivel de adquisición
del sistema de escritura en los niños a partir de los problemas que la misma escritura les
plantea.
Desde una concepción de enseñanza que abandona la condición de comunicar
primero las letras para luego producir textos, los alumnos acceden a las prácticas de la
cultura escrita al mismo tiempo que comprenden el sistema de escritura.
Los niños aprenden a escribir escribiendo en el marco de situaciones relevantes
desde la práctica social y con sentido para ellos, no en ejercicios preparatorios (orales o
gráficos) ni en ejercicios de copia repetitiva con graduación de letras. En propuestas
escolares escriben por sí mismos individualmente, en pareja o en pequeños grupos; otras
dictan un texto al docente o a un compañero; a veces copian con sentido pues saben de
qué trata el texto, para quién y para qué lo hacen.
Los docentes enseñan prácticas de escritor en diversas situaciones didácticas en la
que los niños promuevan la interacción con otros poniendo a prueba sus ideas, las revisan,
reformulan y avanzan con creciente autonomía.
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Construcción de formas de diferenciación (control progresivo de las variaciones
sobre los ejes cualitativos y cuantitativos).
Fonetización de la escritura (se indica con un período silábico y culmina en el
período alfabético).
Desde el inicio de la escolaridad, los niños están autorizados a escribir por sí mismos
en propuestas de escritura que promueven la interacción con otros como condición para
aprender. En el marco de estas interacciones ponen a prueba sus ideas, las revisan, las
reformulan y así avanzan con creciente autonomía. Esta condición de enseñanza implica
proponer diferentes situaciones de escritura por sí mismos a lo largo del año y a lo largo del
nivel, con diversas formas de agrupamiento que brinden a los niños distintas posibilidades
de interacción como las que se mencionan a continuación:
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intervenciones del docente –tipo de texto seleccionado, consigna, formas de agrupamiento–
; así como con el producto final que da sentido a la escritura.
Atendiendo a la visualización de los procesos, es necesario considerar la
documentación de situaciones de escritura por sí mismos en un período determinado
(bimestral, trimestral o mensual), en tanto permite recopilar las huellas de continuidad en la
enseñanza y los aprendizajes. Se trata de documentar diversidad de situaciones en las
cuales los niños se enfrentan una y otra vez con los mismos contenidos en diferentes
situaciones. Sostener con continuidad la documentación no significa realizar un seguimiento
a un maestro en particular para ejercer control sobre sus acciones de enseñanza sino hacer
visibles los avances de la enseñanza y el aprendizaje a lo largo de un período determinado.
Poner en relación diferentes formas de registro considerando la potencialidad de cada
uno de los instrumentos para recabar información acerca de aspectos que se pretenden
documentar, registro textual de las intervenciones del docente y de los niños, producciones
de los niños, observación y toma de notas de lo observado, registro fotográfico de
situaciones y producciones, filmación de situaciones, entre otros–. El valor de contar con
diferentes formas de registro reside en la posibilidad de realizar una lectura ajustada y
complejizar la interpretación para tomar decisiones didácticas apropiadas.
A modo de cierre
Los niños avanzan en el proceso de apropiarse del lenguaje escrito y del sistema de
escritura y lo hacen con más profundidad cuando el docente acompaña con sus
intervenciones. Ese proceso no será parejo para todos y tampoco se espera que egresen
del nivel inicial escribiendo alfabéticamente. Sí es deseable que las secciones del Jardín de
Infantes se conviertan en espacios en el que los niños ejerzan prácticas sociales con el
lenguaje escrito mientras reflexionan y reconstruyen la alfabeticidad del sistema.
Bibliografía
Lerner, D.; Castedo,M. ; Cuter, M. E. y otros. Diseño Curricular para la Escuela Primaria.
Primer Ciclo. Prácticas del lenguaje, Capitulo: “Práctica de la escritura” (pp. 385-415).
Buenos Aires. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaría de Educación. Dirección
de Currícula. (2004)
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Jardín de Infantes n° 944 Equipo de Conducción Directora Carla Otegui. Vicedirectora
Liliana Bisio
Jardín de Infantes n° 965 Equipo de Conducción Directora Andrea Carta. Vicedirectora Ana
Rizzi
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