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Santiago, diecinueve de junio de dos mil dieciocho.

Vistos:
En autos Ruc 1740022400-5 y Rit O-621-2017 seguidos ante el Juzgado de
Letras de Valparaíso, don Marcos Maganza Castro dedujo demanda en
procedimiento de aplicación general solicitando la declaración de existencia de
relación laboral, que el despido fue efectuado sin aducir razones, nulidad del
mismo y el cobro de prestaciones laborales que indica, en contra de la
Municipalidad de Valparaíso, solicitando que en definitiva, se acoja y se le
condene al pago de las prestaciones e indemnizaciones que reclama, con
intereses legales, reajustes y costas.
Por sentencia definitiva de siete de agosto de dos mil diecisiete, se rechazó,
al estimarse, en síntesis, que no se acreditó la existencia de relación laboral entre
las partes, sino una basada en los contratos de honorarios suscritos al alero del
artículo 4° de la Ley N° 18.883.
En contra de la referida sentencia, la parte demandante interpuso recurso
de nulidad alegando la causal del artículo 477 del Código del Trabajo por
infracción de los artículos 1º, 7º, 8º y 162 del código en mención y el artículo 4° de
la Ley N° 18.883, arbitrio que fue rechazado por una sala de la Corte de
Apelaciones de Valparaíso, con fecha dieciocho de octubre de dos mil diecisiete,
decisión contra la cual se dedujo el presente recurso de unificación de
jurisprudencia, solicitando que esta Corte lo acoja y, en consecuencia, la deje sin
efecto, y en la de reemplazo se haga lugar a la demanda en todas sus partes, con
costas.
Se ordenó traer los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que, de conformidad a lo que previenen los artículos 483 y 483-A
del Código del Trabajo, el recurso de unificación de jurisprudencia procede cuando
respecto de la materia de derecho objeto del juicio existen distintas
interpretaciones sostenidas en una o más sentencias firmes emanados de
tribunales superiores de justicia. La presentación respectiva debe ser fundada,
incluir una relación precisa y circunstanciada de los distintos pronunciamientos
respecto del asunto de que se trate, sostenidos en las mencionadas resoluciones
y que haya sido objeto de la sentencia contra de la cual se recurre y, por último, se
debe acompañar copia fidedigna de la o las sentencias que se invocan como
fundamento.

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Segundo: Que la unificación de jurisprudencia pretendida, según se indica
en el libelo recursivo, se plantea respecto al régimen aplicable a los funcionarios
municipales cuando existe una contratación a honorarios que no se ajusta a los
requisitos establecidos en el artículo 4° de la Ley N° 18.883, y, en especial,
cuando concurren indicios evidentes de subordinación y dependencia en la
relación contractual.
El recurrente sostiene que la tesis de la sentencia impugnada es contraria a
lo decidido en los fallos que acompaña para su contraste, correspondiente a los
ingresos de esta Corte números 5.699-15, 11.584-14 y 76.444-16, dictados
respectivamente, con fecha 19 de abril de 2016, 01 de abril de 2015 y 14 de
agosto de 2017, pues frente a antecedentes fácticos similares se aplicó el derecho
en forma distinta, desde que el fallo impugnado afirma que no es posible aplicar
las normas contenidas en el Código del Trabajo en el contexto de la relación que
surge de los contratos a honorarios suscritos conforme el artículo 4º de la Ley Nº
18.883, pues el ordenamiento jurídico lo impide, siendo la normativa supletoria la
contenida en el Código Civil.
Por su parte, las tres sentencias acompañadas para el cotejo corresponden
a demandas deducidas por trabajadores vinculados con una municipalidad o bajo
el sistema de contrato a honorarios regido por el artículo 4º de la Ley Nº 18.883,
que coinciden en la circunstancia de considerar configurado, en el mismo
supuesto, la existencia de una relación de trabajo.
En efecto, en las tres se concluye que corresponde calificar como de
naturaleza laboral y, por lo tanto, sometidas al Código del Trabajo, las
vinculaciones habidas entre una persona natural y un órgano de la Administración
del Estado –en este caso, de una municipalidad–, que se desarrollan fuera del
marco legal que autoriza la contratación a honorarios, conforme el artículo 4° de la
Ley N° 18.883. Se considera que a la luz de los supuestos fácticos establecidos,
de los que surge que la demandante desarrolló una labor bajo vínculo de
subordinación y dependencia, desde que se ejecutaron en dependencias de la
demandada, en horarios y bajo las instrucciones que dispuso, corresponde
encuadrar la situación al alero del artículo 7º del estatuto laboral, por lo que yerran
los jueces de nulidad al calificar la relación contractual como una sujeta al artículo
4° ya señalado.

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Solicita, en definitiva, que se acoja el arbitrio impetrado, invalidando la
sentencia impugnada, dictándose la pertinente de reemplazo que acoja la
demanda en todas sus partes.
Tercero: Que para unificar la jurisprudencia de los tribunales superiores de
justicia respecto a una determinada materia de derecho relativa a la cuestión
jurídica en torno al cual se desarrolló el juicio, atendida la forma como está
concebido el recurso de que se trata, es necesario aparejar resoluciones firmes
que adopten una diferente línea de reflexión, que resuelva litigios de análoga
naturaleza y sobre la base de supuestos fácticos afines idóneos de compararse.
Cuarto: Que, según se lee, la decisión recurrida rechazó el recurso de
nulidad deducido en contra de la de base que desestimó la demanda, aseverando
que no es jurídicamente posible aplicar las normas del Código del Trabajo a los
contratos a honorarios celebrados en la especie, al tratarse de actos celebrados
para la ejecución de funciones de “organización y producción de los eventos
oficiales de la Municipalidad demandada” en los términos del artículo 4º de la Ley
Nº 18.883, que habilita expresamente para celebrar dicho tipo de convenios
cuando se trate de cometidos específicos, que es el supuesto que la sentencia de
base aceptó, estatuto que excluye la aplicación del Código del Trabajo, incluso
como norma de carácter supletorio.
Añade que las municipalidades, fuera de los específicos casos de
excepción, carecen de facultades para contratar bajo el régimen del Código del
Trabajo, y que hacerlo implicaría una ilegalidad, pero que en caso alguno alteraría
la calificación jurídica del vínculo. Afirma, además, en el motivo décimo quinto del
fallo, que, en todo caso, el hecho de exista habitualidad, subordinación o
dependencia y horario de trabajo, como alega el actor, carece de relevancia para
estos efectos, pues, en el ámbito administrativo, ello no impide configurar un
contrato de honorarios, que, en este caso, conforme lo permite la ley, contempla la
ejecución de cometidos específicos y no sólo de labores accidentales.
Quinto: Que, como se observa, el fallo recurrido lo que en el fondo postula
es la imposibilidad de que un vínculo surgido bajo la formalidad de una prestación
de servicios a honorarios, conforme el artículo 4º de la Ley Nº 18.883 pueda
devenir u ocultar, en los hechos, una relación de naturaleza laboral, pues plantea
que una municipalidad nunca –fuera de los precisos casos establecidos por el
legislador–, puede efectuar una contratación bajo el vigor del Código del Trabajo,
tratándose de una prohibición cuya infracción acarrearía responsabilidades

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administrativas, pero, en caso alguno, la mutación del vínculo contractual, siendo
incluso insignificante, en tal entendido –y como plantea en el ya citado motivo
décimo quinto–, la concurrencia de los indicios reveladores de relación de trabajo.
Así, concluye, que la demandada al carecer de atribución legal para contratar al
actor bajo el sistema laboral común, lo hizo sobre la base de honorarios, conforme
lo indica el artículo 4° de la Ley N° 18.883, caso en el cual no serán aplicables las
disposiciones de tal estatuto sino que las reglas del contrato, excluyéndose la
posibilidad de someterlo al Código del Trabajo, no obstante concurrir elementos
que puedan constatar un vínculo de naturaleza laboral.
Sexto: Que, de este modo, los extremos del recurso son claros en el
sentido de que la unificación solicitada dice relación con la posibilidad de someter
a la vigencia del Código del Trabajo a aquellas personas que, aunque contratadas
bajo el régimen de honorarios, en los hechos, sus labores no se ajustan a los
presupuestos normativos que autorizan dicho tipo de vínculos, concurriendo
indicios de subordinación y dependencia, de modo que se plantean disímiles
interpretaciones sobre el tema propuesto, verificándose la hipótesis establecida en
el artículo 483 del Código del Trabajo, que conduce a que esta Corte emita
pronunciamiento y determine la correcta interpretación a propósito del estatuto
jurídico que rige el vínculo que se forja con una municipalidad, sobre la base de la
celebración continua de sucesivos contratos a honorarios extendidos en el tiempo
y dilucidar si pueden quedar sujetos a las reglas que el Código del Trabajo
consagra, en la medida que los hechos establecidos evidencien los elementos
suficientes para tener por configurada la relación de trabajo.
Séptimo: Que, conforme viene sosteniendo esta Corte, fluye del tenor del
artículo 1° del Código del Trabajo y del artículo 4° de la Ley N° 18.883 que es
palmario que la regla general corresponde a la consideración básica de que el
Código del Trabajo es aplicable a todas las vinculaciones de naturaleza laboral
habidas entre empleadores y trabajadores, entendiendo por tales, aquellas que
reúnan las características que se derivan de la definición de contrato de trabajo
consignada en el artículo 7° del código citado, es decir, aquella relación en la que
concurre la prestación de servicios personales intelectuales o materiales, bajo
dependencia o subordinación y el pago de una remuneración por dicha prestación,
siendo la existencia de la subordinación y dependencia el elemento esencial y
mayormente determinante y caracterizador de una relación de este tipo.

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Octavo: Que, en el caso de verificarse tales manifestaciones en el contexto
de un vínculo construido sobre la base de sucesivas contrataciones a honorarios
con un municipio, debe tenerse en consideración el tenor del ya referido artículo 1°
del Código del Trabajo.
Tal disposición consagra, además de la ya referida regla general, una
excepción y una contra excepción. En efecto, la excepción a la aplicación del
Código del Trabajo la constituyen los funcionarios de la Administración del Estado,
centralizada y descentralizada, del Congreso Nacional y del Poder Judicial, los
trabajadores de las empresas o instituciones del Estado o de aquéllas en que
tenga aportes, participación o representación, pero esta situación excepcional
tiene cabida únicamente en el evento que dichos funcionarios o trabajadores se
encuentren sometidos por ley a un estatuto especial. Por su parte, la contra
excepción se formula abarcando a todos los trabajadores de las entidades
señaladas, a quienes se vuelve a la regencia del Código del Trabajo, sólo en los
aspectos o materias no regulados en sus respectivos estatutos, siempre que no
fueren contrarias a estos últimos.
Noveno: Que, en otras palabras, se someten al Código del Trabajo y leyes
complementarias los funcionarios de la Administración del Estado que no se
encuentren sometidos por ley a un estatuto especial y, aun contando con dicho
estatuto, si no regula el aspecto o materia de que se trate; en este último caso, en
el evento que no se oponga a su marco jurídico.
Por consiguiente, si se trata de una persona natural que no se encuentra
sometida a un estatuto especial, sea porque no ingresó a prestar servicios en la
forma que dicha normativa especial prevé, o porque tampoco lo hizo en las
condiciones que establece –planta, contrata, suplente-, es claro que el dilema
debe ser resuelto reconduciendo el caso hacia la aplicación del Código del
Trabajo, desde que, en la especie, el artículo 4° de la Ley N° 18.883,
sustrayéndose del marco jurídico estatutario que establece para los funcionarios
que regula, permite contratar sobre la base de honorarios en las condiciones que
describe, las que, en general, se asimilan al arrendamiento de servicios
personales regulado en el Código Civil y que, ausentes, excluyen de su ámbito las
vinculaciones pertinentes, correspondiendo subsumirlas en la normativa del
Código del Trabajo en el evento que se presenten los rasgos característicos de
este tipo de relaciones –prestación de servicios personales, bajo subordinación y
dependencia y a cambio de una remuneración, según ya se dijo-, por cuanto la

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vigencia del Código del Trabajo constituye la regla general en este tipo de
relaciones personales y porque, además, tratándose de un órgano de la
Administración del Estado debe someter su actuar al principio de legalidad
consagrado en los artículos 6 y 7 de la Constitución Política de la República.
Décimo: Que tal calificación no implica, en ningún caso, desconocer la
facultad de la administración para contratar bajo el régimen de honorarios que
consulta el artículo 4° de la Ley N° 18.883, esto es, cuando necesite de
profesionales o técnicos de educación superior o expertos en determinadas
materias y que deban realizar labores accidentales, no habituales, o se trate de la
prestación de servicios para cometidos específicos; razón por la que no se
presenta algún problema de colisión entre las normas del citado código y del
estatuto funcionario aludido, sino sólo de determinación de los presupuestos de
procedencia normativa que subyacen en cada caso, para discernir qué regla es
pertinente, y lo será aquella que se erige en el mencionado artículo 4°, siempre
que el contrato a honorarios sea manifestación de un mecanismo de prestación de
servicios a través del cual la administración municipal pueda contar con la
asesoría de expertos en determinadas materias, cuando necesita llevar a cabo
labores propias y que presentan el carácter de ocasional, específico, puntual y no
habituales.
Undécimo: Que, tales conceptos de “especificidad” y de “ocasión”,
conforme esta Corte ya ha asentado opinión, deben ser comprendidos a la luz de
lo dispuesto en el artículo 1° de la Ley N° 18.883, según el cual, para el
cumplimiento de sus funciones propias, cada municipalidad cuenta con una
dotación permanente y otra transitoria, conformada por los funcionarios de planta y
a contrata, respectivamente, y, además, aquélla compuesta por quienes sirven
labores en calidad de contratados a honorarios, modalidad de prestación de
servicios particulares que no confiere al que los desarrolla la calidad de funcionario
público, asistiéndole sólo los derechos establecidos en el respectivo contrato,
resultando que lo trascendente para lo discutido, es qué debe entenderse por
“labores accidentales y no habituales de la municipalidad”, siendo tales las que, no
obstante ser particulares de dicho ente, son ocasionales, esto es, circunstanciales,
accidentales y distintas de las que realiza el personal de planta o a contrata; en
tanto que cometidos específicos, hipótesis regulada en el inciso segundo del
artículo 4° de la citada ley, lo constituyen las labores puntuales, es decir, aquéllas
que están claramente determinadas en el tiempo y perfectamente individualizadas,

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y que, excepcionalmente -en caso alguno de un modo continuo-, pueden consistir
en funciones propias y habituales del ente municipal.
Duodécimo: Que, conforme se establece en la sentencia del mérito, el
actor ingresó a prestar servicios profesionales en su calidad de relacionador
público para la prestación de servicios personales “para cumplir funciones en la
organización y producción de los eventos oficiales de la municipalidad”, a cargo de
todas las ceremonias oficiales y su protocolo, con obligación de asistencia y
horario.
Decimotercero: Que tales funciones, en los términos generales en que se
proponen, esto es, servicios de organización y producción de eventos, claramente
no corresponden a prestaciones “específicas” u “ocasionales”, por lo que no puede
dárseles el carácter de relaciones contractuales amparadas por la hipótesis
excepcional del inciso segundo del artículo 4° de la Ley N°18.883, máxime si se
establecen elementos propios de una relación laboral, como los señalados en el
motivo anterior, que configuran una relación que debe sujetarse a las
disposiciones del Código del Trabajo, por alejarse del ámbito propio de su
regulación estatutaria y que encuentra cobertura en la contra excepción del
artículo 1° de dicho estatuto, de modo tal, que los hechos establecidos,
contrariamente de lo que opina la sentencia recurrida, configuran una relación
laboral, evidenciándose un yerro en su calificación.
Decimocuarto: Que, en ese contexto, si una persona se incorpora a la
dotación de una municipalidad bajo la modalidad contemplada en el artículo 4° de
la Ley N° 18.883, pero en la práctica presta servicios que revelan un vínculo de
aquellos regulados por el Código del Trabajo, se debe colegir que se trata de una
relación de orden laboral. Lo anterior, porque dicho ordenamiento es la regla
general en dicho ámbito, y, además, porque una conclusión en sentido contrario
significaría admitir que, no obstante concurrir todos los elementos de un contrato
laboral, el trabajador quedaría excluido de la protección que la ley garantiza.
Decimoquinto: Que, en consecuencia, la acertada interpretación del
artículo 1° y 7° del Código del Trabajo en relación con el artículo 4° de la Ley N°
18.883, está dada por la vigencia de dicho código para las personas naturales
contratadas por la Administración del Estado, en la especie una municipalidad,
que aun habiendo suscrito contratos de prestación de servicios a honorarios –por
permitírselo el estatuto especial que regula al ente público–, prestan servicios en
las condiciones previstas por el legislador laboral; en otros términos, corresponde

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calificar como vinculaciones laborales, sometidas al Código del Trabajo, las
relaciones habidas entre aquéllos en la medida que dichas vinculaciones se
desarrollen fuera del marco legal que establece –para el caso- el artículo 4° de la
Ley N° 18.883, que autoriza la contratación sobre la base de honorarios ajustada a
las condiciones que dicha norma describe, y se conformen a las exigencias
establecidas por el legislador laboral para los efectos de entenderlas reguladas por
la codificación correspondiente.
Por lo tanto, la interpretación que se aviene con las reglas y principios
invocados, en lo específico, la contiene la vertida en los fallos que en que se
apoya el recurso de unificación de jurisprudencia.
Decimosexto: Que en relación a la aseveración que formula la sentencia
impugnada, relativa a que el impedimento legal que afecta a las municipalidades
de efectuar contrataciones bajo el régimen del Código del Trabajo, impediría de
manera absoluta que un contrato celebrado bajo el estatuto del artículo 4° de la
Ley N° 18.883 devenga en uno de naturaleza laboral, aunque se constate no
cumplir sus requisitos y la concurrencia de los elementos propios de la relación
laboral, debe indicarse que, según ya se señaló recientemente por esta Corte en
los autos Nº 35.737-17 y 37.776-17, de 18 de diciembre y 4 de abril último,
respectivamente, que el principio de primacía de la realidad corresponde a una
exigencia fundamental del Derecho del Trabajo, que debe servir como criterio
interpretativo de la decisión judicial, que contiene el mandato de atender, por
sobre las formalidades, la manera efectiva en que se desarrolla una determinada
vinculación de prestación de servicios personales, lo que significa que la
determinación de su naturaleza debe realizarse conforme como se constata en la
práctica.
Ello implica, además, que el ejercicio de calificación de los hechos
constatados debe ser efectuada desde la perspectiva del trabajador, entendiendo,
desde la naturaleza tutelar propia de esta disciplina, que a éste le interesa como
se desarrolló su vinculación de manera concreta, siéndole indiferente la fórmula
contractual o fundamento jurídico que la sustenta, ya que, sólo de ese modo, se
cumple la finalidad del derecho laboral, que busca balancear el desequilibrio
propio de sus relaciones, donde el empleador se ubica en una posición
privilegiada que le permite decidir y dirigir, entre otros factores, las formalidades de
la contratación.

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Por ello, no puede ser indiferente para la judicatura que un contrato de
prestación de servicios personales con una municipalidad, aunque formalmente
responda a la facultad del artículo 4° de la Ley Nº 18.883, en la práctica manifieste
elementos propios de una relación laboral, pues la protección que implica el
reconocimiento de tal categoría jurídica se extiende de manera amplia –según lo
reflexionado anteriormente–, a todo tipo de trabajadores, incluyendo a aquellos
que aunque vinculados conforme tal precepto, en la práctica sus servicios no se
encuadran en los presupuestos legales que autorizan el régimen de contratación a
honorarios.
Pues bien, al contrario de lo expresado en el fallo impugnado, el error o
ilegalidad en que incurre un ente público, como una municipalidad, al utilizar
indebidamente la facultad del artículo 4° de la ley N° 18.883, no puede extender
sus efectos viciados en perjuicio del trabajador, pues la responsabilidad
administrativa que procede en dichos casos debe circunscribirse a su autor, pero
no a terceros de buena fe, en cuanto no son responsables del acto viciado.
Decimoséptimo: Que, por los motivos que han sido desarrollados,
determinada la correcta doctrina en la materia de derecho objeto del juicio y
siendo procedente el recurso de unificación de jurisprudencia deducido por el
demandante, corresponde la invalidación del fallo impugnado, y hacerse cargo del
recurso de nulidad que dedujo la parte demandada.
Dado lo latamente expuesto, y conforme la correcta interpretación sobre la
materia de derecho, se concluye la infracción de los artículos 1° y 7° del Código
del Trabajo, como del 4º de la ley Nº 18.883, en que se funda la causal alegada.
Décimo octavo: Que sin embargo, en relación a la denuncia de infracción
del artículo 162 del Código del Trabajo, no es posible arribar a la misma
conclusión, desde que tal reproche debe entenderse vinculado a la decisión de
desestimar su pretensión de declaración de la denominada “nulidad de despido”, y
su consecuente sanción que contempla el inciso séptimo de la norma referida.
En efecto, conforme se viene sosteniendo por esta Corte, si bien la punición
que contempla el inciso séptimo del artículo 162 del Código del Trabajo es
plenamente procedente cuando es la sentencia del grado la que reconoce la
existencia de la relación laboral, atendida su evidente naturaleza declarativa, ello
no es así en el caso específico en que el demandado corresponda a un organismo
público que se vinculó con el trabajador afincado en una norma estatutaria, pues,
tratándose, en su origen, de contratos a honorarios celebrados por órganos de la

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Administración del Estado –entendida en los términos del artículo 1° de la ley
18.575–, concurre un elemento que autoriza a diferenciar la aplicación de la
referida institución, cual es que fueron suscritos al amparo de un estatuto legal
determinado –en la especie, conforme el artículo 4° de la Ley N° 18.883–, que, en
principio, les otorga una presunción de legalidad, lo que permite entender que no
se encuentran típicamente en la hipótesis para la que se previó la figura de la
nulidad del despido.
En efecto, la aplicación de esta sanción en dichas situaciones se
desnaturaliza, por cuanto los órganos del Estado no cuentan con la capacidad de
convalidar libremente el despido en la oportunidad que estimen del caso, desde
que, para ello, requieren, por regla general, de un pronunciamiento judicial
condenatorio, lo que grava en forma desigual al ente público, convirtiéndose en
una alternativa indemnizatoria adicional para el trabajador, que incluso puede
llegar a sustituir las indemnizaciones propias del despido.
De este modo, no procede aplicar la nulidad del despido cuando la relación
laboral se establece con un órgano de la Administración del Estado y ha devenido
a partir de una vinculación amparada en un determinado estatuto legal propio de
dicho sector, lo que en caso alguno no altera la obligación de enterar las
cotizaciones previsionales adeudadas, por el período en que se reconoció la
existencia de la relación laboral.
Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y en conformidad,
además, con lo preceptuado en los artículos 483 y siguientes del Código del
Trabajo, se acoge el recurso de unificación de jurisprudencia interpuesto por
la parte demandante contra la sentencia de dieciocho de octubre de dos mil
diecisiete, dictada por la Corte de Apelaciones de Valparaíso, que rechazó el de
nulidad deducido en contra de la de base de siete de agosto de dos mil diecisiete,
por la causal del artículo 477 del Código del Trabajo, sólo en relación a los
artículos 1° y 7° del Estatuto Laboral en relación al artículo 4° de la Ley N° 18.883,
y, en consecuencia, se lo acoge y se declara que la sentencia de base es nula,
debiendo dictarse acto seguido y sin nueva vista, pero separadamente, la
respectiva de reemplazo.
Se previene que la ministra señora Chevesich no comparte el planteamiento
expuesto en la motivación décimo octava, por cuanto considera procedente la
aplicación de la denominada sanción de nulidad en el caso que la relación laboral
sea establecida en la sentencia de instancia, la cual, por su naturaleza declarativa,

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reconoce una situación fáctica cuyos efectos se extienden hasta su inicio, cuando
en los hechos comenzó el vínculo de trabajo, y no desde su mero reconocimiento,
todo ello, sin importar la naturaleza o estatuto de la persona o entidad demandada.
Acordada con el voto en contra del ministro señor Blanco, quien fue de
opinión de rechazar el recurso de unificación, en razón de los siguientes
fundamentos:
1° Que el recurso de unificación, conforme se anota en los artículos 483 y
483 A del Código del Trabajo, tiene como exigencia básica de procedencia la
constatación de existencia de posturas doctrinales disímiles sobre la materia del
juicio entre la sentencia impugnada y otra emanada de algún tribunal superior de
la República, a fin de establecer la recta doctrina, como resultado de un ejercicio
comparativo que realiza el tribunal que conoce del recurso de unificación. Para tal
menester, es imprescindible que entre el fallo de cotejo y el impugnado exista una
coincidencia fáctica mínima que garantice la posibilidad concreta de realizar la
labor de homologación que el presente arbitrio busca.
2º Que, para efectos del análisis del recurso, debe señalarse que la
sentencia impugnada decidió el rechazo del recurso de nulidad deducido contra la
de base que desestimó la demanda, en atención a dos argumentos a saber, en
primer lugar, porque la decisión de base concluyó que la contratación del actor se
celebró dentro de los márgenes que permite el artículo 4° de la Ley N° 18.883, al
concluir que su objeto dice relación con un cometido específico; y, en segundo
lugar, por estimar que, en todo caso, las municipalidades se encuentran
impedidas, en general, de celebrar contratos regidos por el Código del Trabajo, y
que en el evento que se produjera una situación en la cual se verifiquen elementos
de laboralidad, no obstante tratarse de una relación jurídica sustentada en la
norma estatutaria referida, dicho acto sería nulo, y estaría sujeto a dichas
consecuencias, pero en caso alguno significaría la alteración de la calificación
jurídica a la de contrato de trabajo.
3° Que, de este modo, como se advierte, la materia de derecho planteada
no coincide con el dictamen contenido en el fallo recurrido, pues primeramente, no
se cuestiona el criterio interpretativo que sostiene el recurrente relativo a la
procedencia de calificar como laboral el vínculo de un trabajador contratado a
honorarios por las municipalidades cuya prestación de servicios no se acomoda a
los criterios que establece el artículo 4º de la Ley Nº 18.883, sino que se afirma la
existencia de dicha facultad, pero que en el caso concreto se concluyó que el tipo

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de labores desempeñadas por el demandante no se prestaron bajo los supuestos
fácticos que permitan concluir que la relación sea de naturaleza laboral, sino que
se satisface la normativa administrativa señalada, desde que fluye de los hechos
establecidos por el sentenciador del grado, que los servicios prestados por el
recurrente, corresponden a cometidos específicos; misma línea jurisprudencial que
se sostiene en los fallos de contraste, por lo que en la especie se cuestiona la
calificación jurídica arribada en la sentencia de reemplazo, cuestión no controlable
por esta vía –no, por lo menos, de la manera en que se desarrolla el recurso–, lo
que constituye un tropiezo insalvable para el presente arbitrio, que
irremisiblemente lleva a su descarte.
Regístrese.
N° 42.711-2017.
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los
Ministros señores Hugo Dolmestch U., Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana
Chevesich R., Andrea Muñoz S., y el abogado integrante señor Antonio Barra R.
Santiago, diecinueve de junio de dos mil dieciocho.

HUGO ENRIQUE DOLMESTCH URRA RICARDO LUIS HERNAN BLANCO


MINISTRO HERRERA
Fecha: 19/06/2018 14:30:22 MINISTRO
Fecha: 19/06/2018 14:30:23

GLORIA ANA CHEVESICH RUIZ ANDREA MARIA MERCEDES MUÑOZ


MINISTRA SANCHEZ
Fecha: 19/06/2018 14:30:23 MINISTRA
Fecha: 19/06/2018 14:30:24

ANTONIO BARRA ROJAS


ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 19/06/2018 14:30:25

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En Santiago, a diecinueve de junio de dos mil dieciocho, se incluyó en el
Estado Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
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Santiago, diecinueve de junio de dos mil dieciocho.
En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 483 Código del Trabajo, se
dicta la sentencia de reemplazo que sigue en unificación de jurisprudencia.
Vistos:
Se reproduce la sentencia de base, con excepción de los considerandos
séptimo en adelante, que se suprimen, salvo los literales a) y d) del motivo
séptimo, que se mantienen, conforme se expresará a continuación. Asimismo, se
reproducen los motivos sexto, séptimo, octavo y décimo octavo de la sentencia de
unificación que antecede.
Y se tiene, en su lugar, y, además, presente:
Primero: Que es un hecho probado que el actor prestó servicios para la
demandada en labores genéricas relativas a su profesión de relacionador público,
descritas como “funciones en la organización y producción de los eventos oficiales
de la Municipalidad”, mediante sucesivos contratos suscritos conforme al artículo
4º de la Ley Nº 18.883.
Asimismo, se acreditó que en el devenir de dicho vínculo se proporcionó
una contraprestación mensual de dinero, contra entrega de una boleta de
honorarios y un informe mensual, en jornada completa, con sistema de control y
registro de asistencia y horario, y supervigilancia de la jefatura.
Por lo demás, así quedó establecido en la sentencia de base en aquello no
invalidado por la de unificación de jurisprudencia.
Segundo: Que, por otro lado, con el mérito de la prueba rendida, en
especial de los siete contratos a honorarios suscritos por las partes aparejados por
el actor; el testimonio de Verónica Barra Ibaceta y Víctor Fuentes Tassara; y,
especialmente, con el mérito de las boletas de honorarios e informe de gestión
municipal mensual exhibidos por la parte demandada a instancias del recurrente,
queda establecido que el vínculo se inició con fecha 20 de agosto de 2012,
conforme se pactó en el contrato suscrito con el día 17 de agosto de ese año, que
se prolongó sin solución de continuidad hasta el 31 de diciembre de 2016,
comunicándosele, por medio de misiva del día 29 de ese mes y año, que no se
renovaría su contratación a honorarios.
En efecto, no obstante evidenciarse del cotejo de los contratos ciertos
lapsos excluidos de eficacia contractual, puesto que eran suscritos por períodos
inferiores a un año de duración que provocaban pausas en su vigencia (como
sucede, por ejemplo, entre el 31 de octubre de 2013 y el 01 de enero de 2014, o

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entre el 30 de septiembre de 2014 y el 01 de julio de 2015), los mencionados
testigos están contestes en la circunstancia de que la vinculación entre las partes
se extendió consecutivamente durante el tiempo señalado. Así lo afirma, Verónica
Barra, quien manifestó haber sido jefa del demandante ininterrumpidamente hasta
el 5 de diciembre de 2016. En el mismo aspecto, especial valor se le debe otorgar
al testimonio de Carlos Fischer, presentado por la parte demandada, quien indicó
que el actor mantuvo una relación de servicios a honorario que se extendió en
sucesivos contratos hasta el 31 de diciembre de 2016, lo que se ve refrendado con
las boletas de honorarios exhibidas en la audiencia de juicio, ocasión en que se
dejó constancia que abarcan todo el periodo de la relación, desde agosto de 2012
a diciembre de 2016.
Con el mérito de dicha documentación, también es posible establecer que
su última remuneración mensual, ascendía a la suma de $1.597.252.
Asimismo, con lo expuesto en la carta de fecha 29 de diciembre de 2016, se
prueba que la parte demandada manifestó al actor su voluntad de no continuar
con el vínculo existente, sin señalar razones que justifiquen tal decisión.
Tercero: Que, como se observa, más allá de lo planteado en los
instrumentos escritos, en especial de los contratos celebrados por las partes, los
respectivos decretos administrativos que los autorizan y demás documentación
aparejada, fluye que en los hechos, esto es, en el devenir material y concreto en
que se desarrolló la vinculación referida, se configuró una relación de naturaleza
laboral, al concurrir en la práctica los indicios que dan cuenta de dicho enlace,
conforme el artículo 7º del Código del Trabajo.
Cuarto: Que, el caso, debe ser analizado a la luz de los principios que
informan el ordenamiento jurídico laboral, entre ellos, el de primacía de la realidad.
Tal postulado es entendido, conforme lo plantea la doctrina, como aquel axioma
que, en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de
documentos o acuerdos, ordena dar preferencia a lo primero, es decir, a lo que
sucede en el terreno de los hechos, perspectiva desde la cual es innegable que
los hechos establecidos conducen a concluir la existencia de un vínculo de
naturaleza laboral entre las partes, sin que pueda ser derrotada tal conclusión con
el mérito de las formalidades en que se expresó y consolidó, en la apariencia
institucional, el vínculo examinado, todo ello, conforme lo expresado en los
motivos pertinentes del fallo de unificación.

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Quinto: Que, entonces, conforme a lo razonado en los considerandos
anteriores se yergue como conclusión irredargüible la existencia de una relación
de naturaleza laboral entre las partes, por lo tanto, regida por el código del ramo.
De este modo, y entrando al mérito de la demanda planteada y sobre la
base de la calificación jurídica desarrollada anteriormente, aparece que la
demandada no demostró la justificación del despido del cual fue objeto el
trabajador, quien fue desvinculado sin expresión de causal.
Si bien, con lo expresado debe concluirse que, no obstante asentirse de
forma tácita la mora previsional al haberse controvertido por la parte demandada
la naturaleza laboral del vínculo, no procede el castigo que contempla el inciso
séptimo del artículo 162 del Código del Trabajo, pues conforme se aseveró en la
sentencia de unificación, al ampararse la contratación a honorarios en una fórmula
contemplada por la ley, que aunque en los hechos no fue tal, sino una laboral,
opera a favor de la parte demandada una razón que la exime de las
consecuencias propias de esa vinculación establecida, ya que el basamento legal
en el cual se celebraron los sucesivos contratos, les otorgaban una presunción de
legalidad, debiendo considerarse, además, que en el contexto que se desarrolla el
proceso, tal punición se desnaturaliza, por cuanto las municipalidades no cuentan
con la capacidad de convalidar libremente el despido en la oportunidad que
estimen del caso, desde que para ello requieren de un pronunciamiento
condenatorio.
Sexto: Que, de esta manera, deberá acogerse la demanda, salvo en lo
relativo a la sanción de la nulidad del despido, declarándose la existencia de la
relación laboral, y el carácter de injustificado del despido, que deviene de su
petición de que “se declare que el demandado me ha despedido verbalmente, sin
aducir razones”, por lo cual, deberán concederse las indemnizaciones
consecuentes. Lo mismo sucede con la pretensión de pago de las cotizaciones
previsionales y descuentos por seguro de cesantía. Sin embargo, tampoco se dará
lugar a lo peticionado relativo al pago de conceptos vinculados con feriado legal y
proporcional, por cuanto, teniendo derecho reconocido expresamente en los
contratos suscritos entre las partes a disfrutar de feriado, no se acreditó adeudarse
monto alguno por dicho concepto.
Por estas consideraciones y, visto además, lo dispuesto en los artículos 1,
7, 8, 425 y siguientes y 459 del Código del Trabajo, se declara que:

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I.- Se acoge la demanda interpuesta contra la Municipalidad de Valparaíso,
en cuanto se declara la existencia de una relación laboral entre las partes, que se
prolongó entre el 20 de agosto de 2012 y el 31 de diciembre de 2016,
declarándose injustificado el despido de que fue objeto el actor.
En consecuencia, se condena a la demandada a pagar la suma de
$1.597.252.- por concepto de indemnización sustitutiva del aviso previo; el monto
de $6.389.008.- por concepto de indemnización por cuatro años de servicios; la
suma de $3.194.504.- por concepto de recargo legal sobre la indemnización
citada en la letra anterior, en mérito de la letra b) del artículo 168 del Código del
Trabajo, más las cotizaciones previsionales, de salud y seguro de cesantía, por
todo el período trabajado, debiendo oficiarse a las entidades pertinentes para los
fines a que haya lugar.
II.- Se rechaza, en lo demás, la demanda.
III.- Las sumas señaladas deberán pagarse con los reajustes e intereses
que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo.
IV.- Cada parte soportará sus costas.-.
Acordada con el voto en contra del ministro señor Blanco, quien fue de
opinión de desechar la demanda, conforme los argumentos que expuso en la
disidencia de la sentencia de unificación
Acordada con el voto en contra de la ministra señora Chevesich, en lo
relativo a la procedencia de la sanción de la nulidad del despido consagrada en el
artículo 162 del Código del Trabajo, quien, conforme se manifestó en su
prevención de la sentencia de unificación, la estima procedente.
Regístrese y devuélvase.
N°42.711-17.
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los
Ministros señores Hugo Dolmestch U., Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana
Chevesich R., Andrea Muñoz S., y el abogado integrante señor Antonio Barra R.
Santiago, diecinueve de junio de dos mil dieciocho.

HUGO ENRIQUE DOLMESTCH URRA RICARDO LUIS HERNAN BLANCO


MINISTRO HERRERA
Fecha: 19/06/2018 14:30:26 MINISTRO
Fecha: 19/06/2018 14:30:27

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GLORIA ANA CHEVESICH RUIZ ANDREA MARIA MERCEDES MUÑOZ
MINISTRA SANCHEZ
Fecha: 19/06/2018 14:30:27 MINISTRA
Fecha: 19/06/2018 14:30:28

ANTONIO BARRA ROJAS


ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 19/06/2018 14:30:29

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En Santiago, a diecinueve de junio de dos mil dieciocho, se incluyó en el
Estado Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
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