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MINISTERIO DE SANIDAD Y RESTAURACIÓN “LA ROCA”

Ministerio Juvenil ROCA JOVEN


Sábado 14 de Diciembre de 2013

Propósito. Compañerismo. Mostrar que áreas se deben considerar y atender (de manera
práctica) para desarrollar la unidad y la comunión entre los jóvenes de la iglesia. Además se
buscará llevar a la práctica estos principio considerando cuán importante es cada uno para la
completa comunión.
Tema. Los lazos que nos unen. (Principio unificador)
Desarrollo.
a) Contexto.
Como nota llamativa y a la vez el contexto en que desarrollamos este tema, tenemos la
experiencia de los primeros discípulos (luego de que Jesucristo ascendió al Padre y encargó a sus
discípulos la labor de la iglesia). En el libro de los hechos encontramos las vivencias (más que
hábitos) como resultados de practicar los principios bíblicos dados por Jesucristo.
Hechos 2.42-47.
En esta porción de las Escrituras encontramos de forma llamativa los términos que expresan la
unidad que se practicaba y vivían los discípulos, estos son: comunión (v. 42) lo que entendemos
por compañerismo, participación, interacción, contribución; juntos (v 44 y 46) para nuestro
entender, los discípulos hacían o estaban en lo mismo; unánimes (v. 46) que tiene como sinónimo
acuerdo o común, y esto se entiendo como tener la misma pasión o ímpetu para algo.
El testimonio de la forma cómo vivían los primeros discípulos nos da las pautas de cómo vivir hoy,
de poder llevar a la práctica (en nuestra realidad) estos principios espirituales los cuáles Dios nos
demanda aplicar.

b) Los lazos que nos unen. Son los llamados vínculos y estos son una especie de lazo conjunto (no
que une unos cuantos, sino a todos), cómo si un cordón se extendiere por todo lado donde nos
encontremos pero al final nos está uniendo.
Para trabajar de forma más consciente la comunión, buscar estar juntos y sentir la misma pasión
y motivación, es necesario ocuparnos de dos áreas principales;
1. Amor. Colosenses 3.14. Lo cual se entiende no sólo por un sentimiento que
experimentamos (aunque ése sentimiento es importante) sino como la acción que sigue
el ejemplo de Jesucristo, quien nos dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis
unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (Juan 13.34),
esto resulta de un acto de esfuerzo y negación para agradar a Dios y buscar el bien del
grupo.

2. Paz. Efesios 4.3. Por paz aquí no debemos interpretar como quietud y ningún pleito o
discusión, sino como nuestras acciones que (sean cuales fueren) buscan preservar y
cuidar la unión, son actos que nos unen. Pues está escrito: “Así que, sigamos lo que
contribuye a la paz y a la mutua edificación.” (Ro. 14.9)

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