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cuerpo y alma, que es de Dios muy amada y referida en las sa~radas escrip-

Magestad es más sublime, que todo lo que contienen estos tres mundos, v
turas, la qua! hallaras, en disponiendote a servirle con alegria de tu cora-
en correspondencia destos tres mundos, nos encomendó su inmensa sabi-
¡;on, imprimiendo en el su Divino amor y temor, de que se seguirán todas
dur{~ tres P_receptos,para que nos sirviessen como de despertadores, a essa
las mas virtudes, como ramas que salen deste celestial arbol" 9".
cons1deracwn, dandonos motivo a deponer de todo quanto el mundo tiene,
emplea.donas solamete en obedecerle, amarle, y temerle, estos son, la Cir-
Toda mundanidad debe disolverse ante la dimensión extática del amor cuncicion, el Cicith, y los. Tephilim; el de los Tephilim .es simbo/o de las
dei. Inmerso en una perspectiva en la que parecen paradójicamente inteligencias separadas de la materia, y por esso manda la ley se pusiessen
sólo en apariencia- resonar las fórmulas más estrictas de la mística cri:• en la cabe<;_a_sobre el celebro, y en el bra¡;o enfrente del cora<,:011,
por que
tiana (las de un Tomás de Kempis 99 , por ejemplo, hablando de la necesi- todo es espmtual, y de donde mana la vida del hombre; el Cicith significa
dad y hermosura del estar sometido), Abraham Pereyra parece empeñar- el mundo spherico que cubre todo lo contenido en el inférior, v la Circunci-
se voluntarioso, en la más rigurosa supresión de las formas perversas del cion, vl~ra de los grandes misterios que encierra, significa tw;1bien el ser, y
a~or: sus variantes espirituales. Porque amor no es, desde luego, eróti- compos1cwn desde mundo, y por que el hombre es parte del, está este pre-
cepto sellado en su carne, de donde se infiere que el hombre t¡ amando a
ca, bien claro está,
Dios, obsen 1are su divina Ley, es símbolo de todos los mundos, estando
coronado con los Tephilim, embuelto con el Cicith v sellado con la Circüci-
"por que el amor de Dios es tan delicado, que no consiente otro ningun cion" io 4 •

amor que no sea tan puro como el, deves poner en esto mucho estudio y
vigilancia, por que es tan sutil este amor del mundo, que se mezcla y entre- Ascenso, pues, tipificado por los rituales y aun las revestiduras, hacia una
mete, debaxo de titulo espiritual, penetrando como domestico y amigo, sien-
do estraño y inimigo del alma" 100 .
divinidad fuertemente antropomorfizada, cuyo primer atributo es el del
poder infinito que inspira el infinito temor, único modo de relación que al
alma humana le es dado mantener con Él ("/o que después deste Sancto
Pero tampoco es amor conocimiento, como tratará _blasfemato~i~mente amor se requiere es temor, el qua/ procede del mismo amor" 1º5 ); y, a la in-
de erigirlo el pulidor de lentes: llamar al amor de Dios amor de1 mtellec-
versa del joven Espinosa del Breve Tratado, que afirma cómo el conoci-
tualis es quizás la forma más radical de cometer el acto de impiedad su-
mi_ento de Dios "nos enseña a no temer tampoco a Dios" 105 bis, es el amor
premo, la más imperdonable de las fórmulas blasfemas que conoce la
det, para Pereyra, la forma más elevada del temor desmesurado que liga
tradición rabínica: "pronunciar el nombre de Dios con sus letras" 101 • al hombre con el Ser Supremo.
Conviene, por eso, no llamarse a engaño por la proximidad de las fórm~- "Este temor es guarda de la ínnocencia, y por esto conviene que este muv
las, y menos aún por la apariencia, explícita y engañosamente neoplatom- arraigado en nuestra alma; segun lo que pidia el Propheta David, quand;
zante de los textos. Lo que, metafóricamente, designa Abraham Pereyra dizia: «Erizase de tu pavor mi carne, porque tusjuizios temi»: de modo
como los tres grados de "conoscimiento del Criador" 1º2 , difícilmente podría que no se contentava el Santo Rey, tener el temor de Dios arraygado en su
ser entendido como una simple gradación intelectual ascendente. El mo- alma; sino que quería tambien que le traspasasse las entrañas, para que
delo es más propiamente cabalístico que platónico 103 , en la medida mis- este grande dolor, le sirviesse de perpetua memoria, y despertador, para no
ma en que la operación noética última, definí toria de los modelos riguro- hazer cosa com que offendiesse los ojos de quien assi temia; por lo que
dizimos con mucha razon, que el temor del Sefwr arroja el peccado, y acres-
samente platonizantes, vese aquí sustituida por una dinámica del someti- cienta días; por que naturalmente, lo que se tema, y respeta mucho, es el
miento progresivo a la Santidad del Nombre Divino, a través de la explí- rezelo mayor de dessassonarla" 106 •
cita mediación del Texto Sagrado y de las liturgias eclesiales que le son
propias, que más haría pensar en el ecléctico hermetismo renacentista Temor supremo que, a lo largo de la cadena mediadora de los temores
que en la limpia demarcación del libro VI de l.a República: munda.namente cotidianos, va gestándose:

"Tres cosas son las cosas que encaminan al hombre al conoscirniento de su


"Dize el Sabio Bienaventurado el hombre que anda siempre temeroso,
Criador, por cuyo medio conseguirá este divino amor y temor de que trata-
como si mas claro dixera á todo tiempo deves andar apercebido con el temor
mos, y se distinguen en tres grados vno mas supremo que otro, estas son el
Dívino, no viviendo jamás descuidado, por que andando tan cercado de
mundo Angelico, el spherico, y el inferior; pues por las excelencias de cada
peligros en esta miserable vida, el que quiere ser bienaventurado deve andar
vno, y la perfeccion de sus criaturas se conosce la grandeza de quien los
siempre temeroso, mirando que assiste en este pielago de desdichas ... assi
formó, en cuya significazion dizimos, tres vezes, Sancto, Sancto, Sa~~to,
de improviso sin quererlo ni procurarlo nadie, viene la tentacion v el traha-
A. Sebaoth, mostrando en la palabra Sancto, ó separado, que su Divina
xo, y deshaz.e y convierte en nada, las riquezas, honras y favores del mundo,
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