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Expediente: 02773-2013-06-AAC
Departamento: Potosí
En revisión la Resolución 02/2013 de 7 de febrero, cursante de fs. 165 a 168, pronunciada dentro de
la acción de amparo constitucional interpuesta por Irene Alba de Ramos contra Freddy Romay
González y Wilfredo Ramos Quispe, Vocales de la Sala Civil y Comercial del Tribunal Departamental
de Justicia de Potosí, y José Soria Miranda, Juez de Partido Mixto, Liquidador y de Sentencia Penal de
la provincias Charcas, Alonso de Ibáñez, Gral. Bilbao Rioja y San Pedro de Buena Vista del mismo
departamento.
Refiere que Delma Pozo de Paniagua, inició en su contra una demanda de nulidad de documento de
propiedad de terreno agrícola “Tisiquira Mocco” ante el Juzgado de Partido Mixto, Liquidador y de
Sentencia Penal de San Pedro de Buena Vista, cuya acción desde su inicio estuvo viciada de nulidad,
porque el tratarse de la nulidad de un documento de propiedad de un fundo rural, la autoridad
competente para conocer el referido proceso era el entonces Juez Agrario, conforme las
atribuciones y competencias asignadas por el art. 39.8 de la Ley del Servicio Nacional de Reforma
Agraria (LSNRA), modificado por el art. 23 de la Ley 3545 de 28 de noviembre de 2006, de
Reconducción de la Reforma Agraria y plenamente concordante con lo estatuido en el art. 152.11 de
la Ley del Órgano Judicial (LOJ), aspecto que debió ser percibido por el Juez codemandado, quién
debió declinar de competencia en la primera actuación.
Señala que en ese entendido, se interpuso la excepción previa de incompetencia, demostrando que
el municipio de Arampampa donde se encuentra el predio “Tisiquira Mocco”, es un fundo rural y su
vocación agraria no ha cambiado; sin embargo de ello, dicha autoridad no se separó del
conocimiento de la causa.
Alega que, al practicarse la citación con la demanda no se respetó las reglas y procedimientos
establecidos por el Código de Procedimiento Civil, toda vez que sin haberse dispuesto por el Juez de
la causa, la forma de la citación y cuál la autoridad que efectúe la misma, la Secretaria del Juzgado de
Partido Mixto, Liquidador y de Sentencia Penal de San Pedro de Buena Vista, libró orden instruida, la
cual ha sido ejecutada por el Intendente del municipio de Arampampa, en inobservancia del art. 113
del Código de Procedimiento Civil (CPC).
Agrega que en el referido proceso, la parte “demandante” también solicitó la notificación por
edictos, desvirtuando de esta manera los fines que tiene esta forma de citación, que es realizada
cuando se desconoce el domicilio del “demandado”, siendo que en el presente caso no es evidente
que los “demandantes” no conozcan su domicilio.
Concluye señalando que estos aspectos se hicieron notar al Juez codemandado, a través de la
formulación de la excepción de incompetencia, y el recurso de reposición bajo alternativa de
apelación; sin embargo, dicha autoridad no valoró adecuadamente el fundamento de derecho, ni la
prueba contribuida, apartándose de los marcos legales de razonabilidad y equidad, y que los Vocales
demandados, ante las irregularidades también denunciadas en el desarrollo del proceso, tampoco
hicieron una adecuada valoración de antecedentes, por lo que emitieron un Auto de Vista que
confirma la Resolución del Juez a quo, sin una debida fundamentación y motivación, omitiéndo
pronunciarse sobre los documentos remitidos en el expediente, de los cuales se evidencia que el
Juez de Partido Mixto, Liquidador y de Sentencia Penal de las provincias Charcas, Alonso de Ibáñez,
Gral. Bilbao Rioja y San Pedro de Buena Vista obró sin competencia y jurisdicción.
I.1.3. Petitorio
Los codemandados, Freddy Romay Gonzales y Wilfredo Ramos Quispe, Vocales de la Sala Civil y
Comercial del Tribunal Departamental de Justicia de Potosí, presentaron informe escrito cursante de
fs. 138 a 139 vta., en el que puntualizaron: 1) Se elevaron los antecedentes a esta instancia a raíz que
en el proceso referido, se interpuso recurso de reposición con alternativa de apelación, por haberse
rechazado los memoriales de 21 de marzo y 9 de mayo de 2012, referentes a la interposición de una
excepción de incompetencia, la misma que fue planteada fuera del término previsto en el art. 337
del CPC; 2) De conformidad a los puntos resueltos por el Juez inferior y que fueron objeto de
apelación, luego de una exhaustiva revisión de antecedentes, las excepciones que se plantean en
una demanda, cumplen con una actividad de defensa del demandado y se halla encaminada a
obtener la desestimación de la demanda y que frente a estos derechos y garantías, tomando en
cuenta que las normas procesales son de orden público y por tanto de cumplimiento obligatorio, se
hizo referencia a dichos plazos y el modo de plantear las excepciones; 3) Las excepciones previas
contenidas en el art. 336 incs. 1) y 6) del CPC, pueden ser promovidas en conformidad con el art. 337
del mismo compilado legal, en el plazo fatal de cinco días computables desde la citación con la
demanda o reconvención, de igual manera el demandado a tiempo de contestar a la demanda
puede oponer las excepciones perentorias contenidas en el art. 336 incs. 7) y 11) del Código citado;
4) La demanda ordinaria de nulidad de documento de venta protocolizada se admitió a través de la
Resolución de 7 de febrero de 2012, citando a la demandada -ahora accionante-, mediante orden
instruida el 8 de marzo de 2012, a horas 8:00, por memorial de “fs. 9 y 10” de 22 de marzo de 2012,
a horas 16:20, respondiendo a la demanda, interponiendo la excepción previa de incompetencia por
razón de materia, prevista en el art. 336 inc. 1) del CPC, en estos antecedentes, se evidencia que la
accionante, planteó la excepción previa de incompetencia por razón de materia a los catorce días de
su citación, fuera del plazo legal establecido por el art. 337 del adjetivo Civil, en estos antecedentes
el “A quo”, al haber rechazado dicha excepción ha obrado en forma correcta, por lo que se confirmó
el Auto de 14 de mayo de 2012; 5) Las excepciones previas no definen el fondo del proceso y
solamente corrigen aspectos de procedimiento, excepto las excepciones perentorias que deben ser
debidamente probadas mediante documento fehaciente o sentencia firme; 6) Del art. 17.II y III de la
LOJ, que concuerda con el art. 236 del CPC, se interpreta que este Tribunal de apelación no podía
anular obrados por algún defecto procesal si no fue observada o reclamada por la parte afectada,
por consiguiente las nulidades solamente proceden cuando la parte agraviada reclama
oportunamente sobre este hecho, aspectos que en el presente caso no se ha dado, habiéndose
limitado este Tribunal al pronunciamiento sobre puntos apelados, por lo que no cometió ninguna
vulneración de los derechos de la parte accionante; y, 7) Solicitan se deniegue la tutela por no
encuadrarse dentro de la subsidiariedad prevista por el art. 76 del la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), toda vez que el proceso continua en trámite para dilucidar cuestiones de fondo;
es decir, no existe un fallo firme para la procedencia de esta acción, por no agotarse todos los
medios de defensa, por lo que se ha dilucidado sólo con respecto a la excepción planteada y no una
cuestión de fondo, como la nulidad de la citación.
José Soria Miranda, Juez de Partido Mixto, Liquidador y de Sentencia Penal de la provincias Charcas,
Alonso de Ibáñez, Gral. Bilbao Rioja y San Pedro de Buena Vista del departamento de Potosí,
presentó informe escrito cursante de fs. 136 a 137, y complementario de fs. 140 a 141, en el que
señaló: i) La accionante, constituida como demandada en el proceso de nulidad de documento, ha
sido citada con la demanda de 8 de marzo de 2012, a horas 8:00, según la orden instruida devuelta y
adjunta a “fs. 43 a 46” de obrados, puesto que conforme al cómputo de plazos, la excepción previa
de incompetencia, ha sido presentada fuera de los cinco días, establecidos por el art. 336 inc. 1) del
CPC; es decir, a los catorce días de su citación con la demanda; ii) Mediante Auto de 14 de mayo de
2012, se rechazó la excepción opuesta por memoriales de 21 de marzo y 9 de mayo del referido año,
con costas; iii) Notificada, la accionante, con dicha Resolución, interpuso el recurso de reposición
contra la mencionada providencia, bajo alternativa de apelación; iv) Por Auto de 18 de mayo de
2012, se concede la apelación en el efecto devolutivo, y en consecuencia la Sala Civil y Comercial del
Tribunal Departamental de Justicia de Potosí, emitió el Auto de Vista 132/2012 de 16 de julio,
confirmando totalmente el Auto de 14 de mayo de 2012; v) Se ha tramitado de manera correcta el
proceso y por tratarse de la nulidad de documento que no afecta al derecho propietario, en este
caso la propiedad rústica y rural, corresponde a la justicia ordinaria y no a la jurisdicción agraria el
conocimiento de la presente causa; y, vi) El Auto Supremo 135 de 18 de julio de 2006, menciona:
“Que si bien la Ley Nº 1715 reconocida como Ley INRA crea la judicatura agraria con jurisdicción y
competencia para la resolución de los conflictos emergentes de la posesión y derecho de propiedad
agrarios, no es menos evidente que en la sublite, no está en litigio, ni el discusión el Titulo agrario,
tampoco se esta concediendo ningún derecho de propiedad agraria, de lo que se trata es de
dilucidar sobre la validez de un documento de transferencia que es un instituto propio del derecho
civil…” (sic).
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Por memorial presentado el 16 de enero de 2012, Delma Pozo de Paniagua, demandó
nulidad de documento de venta protocolizado contra Marcelino Ramos e Irene Alba de Ramos (fs. 3
a 5), dicha demanda es admitida por decreto de 7 de febrero de 2012 (fs. 6 vta.), y notificada a la
ahora accionante, el 8 de marzo de 2012, conforme formulario de citaciones y notificaciones (fs. 23).
II.3. A través del Auto de 14 de mayo de 2012, el Juez ahora demandado, rechazó la excepción de
incompetencia planteada por la accionante, por haber presentado la misma fuera del término
previsto por el art. 337 del CPC, fuera de los cinco días de su citación con la demanda (fs. 27 vta.).
II.4. Irene Alba de Ramos, interpuso recurso de reposición con alternativa de apelación a través
de memorial presentado el 17 de mayo de 2012, contra el Auto de 14 de mayo del mismo año, bajo
los siguientes argumentos: 1) La nulidad de obrados en razón a una citación defectuosa con la
demanda, toda vez que se ha librado una orden instruida, sin que la autoridad, haya dispuesto en la
admisión de la demanda, así como el haberse expedido edictos, cuando la “demandante” del
proceso civil, tenía conocimiento de su domicilio; y, 2) La excepción de incompetencia planeada
contra el Juez codemandado, fue rechazada por extemporánea, sin haber tomado en cuenta los
plazos de acuerdo a la distancia conforme previne el art. 146 del CPC, además de que dicha
Resolución no está debidamente motivada ni fundada (fs. 28 a 29 vta.).
II.5. El Juez codemandado, por Auto de 18 de mayo de 2012, declaró sin lugar a la reposición
planteada por la accionante y dispuso la concesión del recurso de apelación ante el superior en
grado (fs. 30 a 31).
II.6. Por Auto de Vista 132/2012 de 16 de julio, los Vocales de la Sala Civil y Comercial del
Tribunal Departamental de Justicia de Potosí -ahora demandados-, confirmaron el Auto de 14 de
mayo de 2012, bajo los siguientes argumentos: “Teniendo en cuenta que la demandada Irene Alba
de Ramos, fue citada a horas 8:00 del día 8 de marzo de 2012, presentó su excepción previa de
incompetencia por razón de materia a horas 16:20 del día 22 de marzo de 2012; es decir, a los
catorce días de su citación, la misma que se halla presentada fuera del plazo legal prevista en el art.
337 del C.P.C., toda vez que esta excepción por tratarse de una excepción previa, debería haber sido
planteada dentro del plazo fatal de cinco días computables desde su citación, el mismo que aún
ampliándose el plazo de la distancia previsto por el art. 146 del C.P.C., se halla fuera del plazo legal
para oponer su excepción; en consecuencia este derecho para la demandada ha precluido, siendo de
aplicación el principio de preclusión; más aún si la demandada a tiempo de responder a la demanda
plantea su excepción previa de incompetencia…” (sic) (fs. 32 a 33 vta.).
La acción de amparo constitucional está prevista por el art. 128 de la CPE, misma que establece: “La
Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los
servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.
A su vez, el art. 129.I de la CPE, refiere que esta acción tutelar “…se interpondrá por la persona que
se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de
acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro
medio o recurso legal para la protección inmediata…”.
La SCP 0002/2012 de 13 de marzo, con relación a esta acción ha referido: “…el amparo
constitucional boliviano en su dimensión procesal, se encuentra concebido como una acción que
otorga a la persona la facultad de activar la justicia constitucional en defensa de sus derechos
fundamentales y garantías constitucionales.
El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que no incide
en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y
eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales, y dada su
configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso constitucional, de carácter
autónomo e independiente con partes procesales diferentes a las del proceso ordinario o por lo
menos con una postura procesal distinta, con un objeto específico y diferente, cual es la protección y
restitución de derechos fundamentales con una causa distinta a la proveniente del proceso
ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos fundamentales a raíz de actos y
omisiones ilegales o indebidos con un régimen jurídico procesal propio.
Asimismo, la referida Sentencia Constitucional ha establecido: “…para que este Tribunal pueda
cumplir con esta tarea, es necesario que la parte procesal, que se considera agraviada con los
resultados de la valoración efectuada dentro de un proceso judicial o administrativo, invocando la
lesión a sus derechos fundamentales, exprese de manera adecuada y precisa en los fundamentos
jurídicos que sustenten su posición (recurso de amparo), lo siguiente:
Por un parte, que pruebas (señalando concretamente) fueron valoradas apartándose de los marcos
legales de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; o, cuales no fueron recibidas, o
habiéndolo sido, no fueron producidas o compulsadas; para ello, será preciso, que la prueba no
admitida o no practicada, se haya solicitado en la forma y momento legalmente establecidos,
solicitud, que en todo caso, no faculta para exigir la admisión de todas las pruebas que puedan
proponer las partes en el proceso, sino que atribuye únicamente el derecho a la recepción y práctica
de aquellas que sean pertinentes, correspondiendo a los órganos judiciales ordinarios, el examen
sobre la legalidad y pertinencia de las pruebas solicitadas, debiendo motivar razonablemente la
denegación de las pruebas propuestas. Por supuesto, una vez admitidas y practicadas las pruebas
propuestas declaradas pertinentes, a los órganos judiciales, les compete también su valoración
conforme a las reglas de la lógica y de la sana crítica, según lo alegado y probado.
Asimismo, es imprescindible también, que el recurrente señale en qué medida, en lo conducente,
dicha valoración cuestionada de irrazonable de inequitativa o que no llegó a practicarse, no obstante
haber sido oportunamente solicitada, tiene incidencia en la Resolución final; por cuanto, no toda
irregularidad u omisión procesal en materia de prueba (referida a su admisión, a su práctica, a su
valoración, etc.) causa por sí misma indefensión material constitucionalmente relevante,
correspondiendo a la parte recurrente, demostrar la incidencia en la Resolución final a dictarse, es
decir, que la Resolución final del proceso hubiera podido ser distinta de haberse practicado la
prueba omitida, o si se hubiese practicado correctamente la admitida, o si se hubiera valorado
razonablemente la compulsada; puesto que resulta insuficiente, para la viabilidad del recurso de
amparo, la mera relación de hechos; porque sólo en la medida en que el recurrente exprese
adecuada y suficientemente sus fundamentos jurídicos, la jurisdicción constitucional podrá realizar
la labor de contrastación, que amerita este tema de revisión excepcional de la labor de la valoración
de la prueba realizada por la jurisdicción ordinaria…” (las negrillas son nuestras).
Este entendimiento ha sido reiterado, por la jurisprudencia constitucional así, la SCP 0165/2012 de
14 de mayo, también señala: “Ahora bien, como en toda regla, existen excepciones en las que el
Tribunal Constitucional puede ingresar a realizar una valoración probatoria, para lo que se han
establecido sub reglas a ser tomadas en cuenta, a saber: cuando en dicha valoración: 'a) Exista un
apartamiento flagrante de los principios de razonabilidad, proporcionalidad y objetividad; ó b) La
autoridad jurisdiccional o administrativa, incurra en una conducta omisiva, que se traduzca en dos
aspectos concretos a saber: i) No recibir los medios probatorios ofrecidos, ii) No compulsar los
medios probatorios producidos (…), el incumplimiento de los parámetros establecidos supra,
generaría que el órgano contralor de constitucional adquiera una disfunción tal que lo convertiría en
una instancia casacional, situación que no podría ser tolerada en un Estado Constitucional' (SC
0871/2010-R de 10 de agosto)”.
En ese contexto, la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, determinó que: «…la garantía del debido
proceso, comprende entre uno de sus elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo
que significa, que toda autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución
resolviendo una situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su
decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos, si la problemática
lo exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea y
comprenda la misma, pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la forma,
dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas
sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está regida por los principios
y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad,
dando al administrado el pleno convencimiento de que no había otra forma de resolver los hechos
juzgados sino de la forma en que se decidió»'.
De igual forma, la SCP 0099/2012 de 23 de abril, con relación al fundamentación de las resoluciones,
señala: '(…) cabe señalar que la motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y
citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo, pudiendo ser concisa, pero clara y
satisfacer todos los puntos demandados, debiéndose expresar las convicciones determinativas que
justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se tendrán por
fielmente cumplidas; (…). Así la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, entre otras'.
(…)
La SCP 0425/2012 de 22 de junio, también ha establecido, en cuanto a los elementos del debido
proceso y su triple dimensión, lo siguiente: «Tal cual lo ha sostenido el Tribunal Constitucional
Plurinacional, el debido proceso en su triple dimensión, principio-derecho-garantía, es inherente a la
sustanciación de cualquier proceso de carácter judicial o administrativo, debiendo concurrir y ser
parte esencial de la tramitación (…).
En cuanto a los elementos del debido proceso, el tratadista Juan Francisco Linares, citado por Ticona
Póstigo, señala que éstos son: 'a) Intervención de un Juez independiente, responsable y competente;
b) Hacerse un emplazamiento valido; c) Derecho a ser oído o derecho a audiencia; d) Tener
oportunidad probatoria; e) La fundamentación del fallo; y, f) El control constitucional del proceso y
la doble instancia»'.
De igual forma SCP 2222/2012 con relación a la seguridad jurídica señala: “(…) No obstante, al
presente, y en vigencia de la Constitución Política del Estado promulgada el 7 de febrero de 2009, la
seguridad jurídica, no se encuentra consagrada como derecho fundamental, sino como un principio
que sustenta la potestad de impartir justicia emanada del pueblo (art. 178 de la CPE); y por otro
lado, como un principio articulador de la economía plural en el modelo económico boliviano (art.
306.III de la CPE) (…).
(…)
Del análisis del presente caso, se evidencia que, contra la accionante y Marcelino Ramos, se inició
proceso civil de nulidad de documento de venta protocolizada ante el Juez de Partido Mixto,
Liquidador y de Sentencia Penal de las provincias Charcas, Alonso de Ibáñez, Gral. Bilbao Rioja y San
Pedro de Buena Vista, y que si bien ha sido notificada por orden instruida, conforme lo manifestado
por la propia accionante el 8 de marzo de 2012, la misma mediante memorial de 22 de marzo de
2012, respondió a la demanda y planteó excepción de incompetencia por razón de materia de
conformidad al art. 336 inc. 1) del CPC, sin haber observado o reclamado con relación a los defectos
de la citación con la demanda, consintiendo dichos actos, y no habiéndose providenciado dicho
memorial; por memorial de 9 de mayo del mencionado año, la accionante, solicitó se providencie el
memorial de 22 de marzo de 2012, y además alegó la existencia de errores procedimentales
concernientes a la notificación con la demanda, por lo que solicitó la nulidad de obrados hasta el
vicio más antiguo.
Bajo estos antecedentes, el Juez codemandado rechazó la excepción de incompetencia, por Auto de
14 de mayo del 2012, considerando que la misma fue interpuesta fuera del término previsto por el
art. 337 del CPC, fuera de los cinco días de su citación con la demanda; sin embargo, la accionante a
través de la presente acción denuncia, que dicha autoridad, no ha valorado adecuadamente el
fundamento de derecho, ni la prueba contribuida, por lo que se hubiera apartado de los marcos
legales de razonabilidad; empero, con respecto a esta alegación corresponde señalar que conforme
se ha evidenciado en el Auto mencionado, el Juez rechazó la excepción de incompetencia por
haberse planteado la misma fuera del término previsto por el art. 337 del CPC, argumentando que
ha sido notificada con la demanda la accionante, el 8 de marzo de 2012, y la excepción fue planteada
el 22 de marzo del señalado año; es decir, después de los cinco días establecidos por el referido art.
337 del CPC, el cual establece: “Las excepciones previas deberán plantearse todas juntas dentro de
cinco días fatales desde la citación con la demanda y antes de la contestación”; este hecho es
evidenciado también por este Tribunal.
De igual forma, siendo que la accionante, a través de esta acción denuncia la existencia de omisión
valorativa de las pruebas que aportó en el proceso, corresponde aclarar que este Tribunal con
respecto a mencionada valoración de la prueba, ha establecido que la misma, constituye una
facultad privativa de los órganos jurisdiccionales ordinarios, por lo que no puede pronunciarse sobre
cuestiones que son de exclusiva competencia de los jueces y tribunales ordinarios, y menos
atribuirse dicha facultad; más aún, cuando no se han dado los supuestos señalados por la
jurisprudencia constitucional conforme se ha referido en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional. Por lo mencionado, no se evidencia la vulneración de los
derechos alegados por la accionante, por parte de esta autoridad demandada.
Con relación a la actuación de los Vocales de la Sala Civil y Comercial del Tribunal Departamental de
Justicia de Potosí -autoridades ahora demandadas-, se evidencia que la accionante, interpuso
recurso de reposición bajo alternativa de apelación contra el Auto de 14 de mayo de 2012, a través
de memorial de 17 de mayo de 2012, en la que reclamó la nulidad de obrados en razón a una
citación defectuosa con la demanda y el rechazo a la excepción de incompetencia por extemporánea
y que concedida la misma, ante estas autoridades, se emitió el Auto de Vista 132/2012 de 16 de
julio, confirmando el Auto de 14 de mayo de 2012, bajo el argumento de haberse interpuesto la
excepción previa, fuera del plazo previsto por el art. 337 del CPC, y que tratándose de una excepción
previa, la misma debería haber sido planteada dentro el plazo de cinco días computables desde su
citación, evidenciándose de estos extremos que en la Resolución 132/2012, no existe
pronunciamiento con relación a la valoración de antecedentes y de la prueba remitida precisamente
por no haberse ingresado al fondo de la problemática planteada, ante el extemporáneo
planteamiento de la referida excepción por parte de la accionante, por lo que en estos antecedentes
y más aún tomando en cuenta lo referido en el Fundamento Jurídico III.2 del presente fallo, no
corresponde a este Tribunal realizar la valoración de la prueba o documentos alegados por la
accionante.
Por otra parte con relación a la falta de fundamentación y motivación de la Resolución emitida por
las autoridades demandadas, se tiene de los argumentos de la Resolución que emitieron, se han
pronunciado con relación a la excepción de incompetencia planteada por la accionante; empero, no
existe pronunciamiento con referencia a la nulidad de la citación alegada por Irene Alba de Ramos,
aspecto que denota la falta de fundamentación y motivación en la referida Resolución; toda vez que,
al confirmar el Auto de 14 de mayo de 2012, y emitir el Auto de Vista 132/2012, no han expresado
los motivos o razones, por las cuales, no se pronunciaron con relación a la nulidad de citación
reclamada por la accionante, siendo que este aspecto fue precisamente uno de los impugnados; si
bien, se fundamentó y motivó con relación al rechazo de la excepción de incompetencia, exponiendo
las razones y citando las disposiciones legales que apoyan la decisión que han tomado las
mencionadas autoridades, conforme se ha explicado en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, no se han expresado los motivos y razones por las cuales, ni
pronunciado con relación al reclamo sobre la nulidad de la citación con la demanda incoada por la
accionante, más aún cuando se debió considerar que la motivación no implica la exposición
ampulosa de consideraciones y citas legales, sino, exige una estructura de forma y fondo, pudiendo
ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiéndose expresar las
convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su decisión a efectos de que las normas
del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas.
En este entendido, se evidencia que los Vocales de la Sala Civil y Comercial, al emitir una Resolución
no fundamentada ni motivada, han vulnerado el debido proceso, en su elemento de la motivación y
fundamentación de las resoluciones y no así con relación al derecho a la defensa, ni la tutela judicial
efectiva, toda vez que la accionante asumió plenamente su defensa, realizando los distintos actos
procesales, como la contestación a la demanda, el planteamiento de excepciones, así como la
interposición de los correspondientes recursos ordinarios que establece la ley.
POR TANTO