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Legislador:
Órgano
del
cual
emanan
las
leyes,
en
Chile
está
representado
por
el
Congreso
Nacional,
compuesto
por
una
Cámara
de
Diputados
(120
diputados)
y
un
Senado
(38
senadores).
Ambos
ejercen
la
representación
de
la
ciudadanía,
concurren
a
la
formación
de
las
leyes
con
el
Presidente
de
la
República
y
fiscalizan
los
actos
del
Gobierno.
Actualmente
se
localiza
en
la
ciudad
de
Valparaíso.
Ley:
De
acuerdo
al
art.
1°
del
Código
Civil
podemos
definirla
como
una
declaración
de
la
voluntad
soberana
que,
manifestada
en
la
forma
prescrita
por
la
Constitución,
manda,
prohíbe
o
permite.
En
definitiva,
norma
de
carácter
general
cuya
violación
trae
consigo
una
sanción
por
parte
del
Estado.
Competencia:
Es
la
facultad
que
tiene
cada
Juez
o
Tribunal
para
conocer
de
los
negocios
que
la
ley
ha
colocado
dentro
de
la
esfera
de
sus
atribuciones
de
manera
específica.
2
3
4
Establece
un
procedimiento
simple
y
breve,
implementa
medidas
de
protección
para
la
víctima,
facilita
la
prueba
y
formula
sanciones
alternativas
para
el
agresor,
tendientes
a
la
recuperación
de
él
y
del
núcleo
familiar.
Importante
es
el
haber
introducido
en
el
ordenamiento
jurídico
el
concepto
de
"violencia
intrafamiliar”,
definiéndola
en
términos
más
restrictivos
que
los
actuales
como
"todo
maltrato
que
afecte
la
salud
física
o
psíquica
de
quien,
aun
siendo
mayor
de
edad,
tenga
respecto
del
ofensor
la
calidad
de
ascendiente,
cónyuge
o
conviviente
o,
siendo
menor
de
edad
o
discapacitado,
tenga
a
su
respecto
la
calidad
de
descendiente,
adoptado,
pupilo,
colateral
consanguíneo
hasta
el
cuarto
grado
inclusive,
o
esté
bajo
el
cuidado
o
dependencia
de
cualquiera
de
los
integrantes
del
grupo
familiar
que
vive
bajo
un
mismo
techo”.
Encomienda
el
conocimiento
de
los
conflictos
originados
por
la
comisión
de
actos
de
violencia
intrafamiliar
al
juez
de
turno
en
lo
civil
y
si
el
hecho
es
constitutivo
de
delito,
el
tribunal
civil
debía
enviar
de
inmediato
el
proceso
al
juzgado
del
crimen
competente
para
conocer
de
éste,
el
que
gozaba
de
potestad
cautelar,
esto
es,
en
caso
de
que
la
gravedad
de
los
hechos
lo
requiriera,
podía,
fundadamente,
decretar
cualquier
medida
precautoria
destinada
a
garantizar
la
seguridad
del
afectado
y
la
tranquila
convivencia,
subsistencia
económica
e
integridad
patrimonial
de
la
familia.
Para
su
cumplimiento,
el
juez
podía
imponer
multas
y
arrestos
y
decretar
el
auxilio
de
la
fuerza
pública,
con
las
facultades
de
descerrajamiento
y
allanamiento.
La
ley
19.325
aporta
en
materia
penal
el
determinar
claramente
la
ilicitud
de
la
conducta
tipificada
como
violencia
intrafamiliar,
que
produce
el
efecto
de
prevención
negativa
(inhibición
por
temor
a
la
sanción)
y
prevención
positiva
(reforzando
la
confianza
de
las
víctimas
en
el
sistema
legal
al
sentirse
protegidas).
A
la
vez
que
incorpora
en
la
ilicitud
la
violencia
psicológica
por
primera
vez
en
nuestra
legislación
adquiriendo
el
Estado
un
compromiso
como
garante
de
los
bienes
jurídicos
protegidos
por
esta
ley:
la
salud
física
y
psicológica
de
las
personas.
Se
consagran
a
partir
de
esta
ley
modernas
tendencias
en
derecho
penal,
procesal
y
criminología,
por
ejemplo:
concepción
de
los
derechos
humanos,
fin
de
todo
tipo
de
discriminación
y
prevención
de
la
violencia;
protección
de
bienes
jurídicos
ligados
directamente
a
la
persona
y
a
su
vida
cotidiana;
remplazo
de
las
penas
cortas
privativas
de
libertad
e
instauración
de
procedimientos
breves;
asignación
de
gran
importancia
a
la
víctima;
consagración
del
poder
cautelar
5
general
de
los
jueces;
consagración
de
mecanismos
de
protección
eficaces
de
las
víctimas
y
sus
familias,
a
través
de
las
medidas
cautelares;
consagra
un
concepto
amplio
familia,
que
incorpora
las
uniones
de
hecho,
reconocido
mundialmente;
facilita
el
acceso
a
la
justicia
de
las
víctimas
con
la
instauración
de
un
procedimiento
sencillo
(breve,
sumario,
concentrado,
oral
y
no
ritual);
se
hace
eco
de
la
realidad
del
problema
al
habilitar
como
testigos
a
los
familiares
y
dependientes,
que
son
generalmente
los
únicos
que
tienen
conocimiento
de
la
situación
de
violencia;
el
establecimiento
de
la
multa
en
base
a
ingresos
diarios
la
hace
una
sanción
económica
real
y
no
una
medida
irrelevante.
A
pesar
de
las
buenas
intenciones
legislativas,
el
sistema
jurídico
resultaba
ineficaz
e
inoperante,
carente
de
respuestas
integrales
y
oportunas
ante
el
problema
de
la
violencia
en
la
familia.
Es
por
ello
que
se
origina
moción
de
las
Diputadas
señoras
María
Antonieta
Saa
y
Adriana
Muñoz,
a
fin
de
dar
curso
al
estudio
de
una
modificación
legal
a
3
años
de
la
entrada
en
vigencia
de
la
ley
19.325,
por
detectarse
falencias
de
diversa
índole,
en
lo
que
respecta
al
aspecto
penal
se
sostiene
la
falta
de
recursos
económicos
y
humanos
bien
preparados
para
una
eficiente
implementación
en
el
Poder
Judicial
y
en
las
otras
instancias
que
deben
intervenir;
falta
de
mecanismos
de
control
del
cumplimiento
de
las
medidas
precautorias
y
de
las
sanciones,
lo
cual
implica
una
gran
impunidad
para
los
agresores
y
desprotección
para
las
víctimas
la
no
consagración
de
un
mecanismo
de
ratificación
de
las
causas
en
un
mismo
juzgado
que,
teniendo
presente
el
ciclo
y
la
escalada
de
la
violencia,
implica
a
las
víctimas
repetir
sus
historias
muchas
veces,
desorientación,
aplicación
de
criterios
diversos,
etc.,
todo
lo
cual
redunda
en
intervenciones
ineficaces
y
lentas
y
su
consecuente
desprotección;
el
tipo
a
su
vez
incurre
en
una
omisión
al
excluir
a
algunos
familiares
que
ejercen
esta
violencia
en
el
hogar
como
los
yernos,
hermanos
mayores
de
edad,
ex
cónyuges,
ex
convivientes
y
quienes
hayan
procreado
un
hijo
sin
mediar
convivencia;
llamó
la
atención
además
el
hecho
de
que
los
jueces
del
crimen
no
hacen
uso
de
las
medidas
precautorias,
y
al
aplicarlas
lo
hacen
con
criterios
totalmente
distintos,
concediéndolas
sin
atender
al
peligro
de
cada
caso
y
de
manera
retardada,
por
desconocimiento
de
los
riesgos
que
implica
la
violencia
intrafamiliar
y
falta
de
elementos
para
evaluar
dicho
riesgo,
prevaleciendo
más
bien
otros
factores
que
nada
tienen
que
ver
con
los
objetivos
y
esencia
de
estas
medidas;
respecto
a
las
terapias
como
sanción
en
un
porcentaje
importante
resultaron
ineficaces.
En
la
mayoría
de
los
casos
en
que
se
obliga
a
los
condenados
a
asistir
no
comparecen
o
abandonan
la
terapia
luego
de
la
primera
sesión;
la
ley
tampoco
contempla
mecanismos
de
seguimiento
de
las
sanciones,
lo
cual
fue
generando
sensación
de
impunidad
y
desprotección,
un
descrédito
muy
fuerte
del
Poder
Judicial
y
una
6
desconfianza
de
las
víctimas
para
recurrir
nuevamente
a
la
justicia;
no
se
establecen,
en
ella,
claramente
las
obligaciones
de
la
policía.
Todos
estos
inconvenientes
llevan
finalmente
a
que
el
1º
de
octubre
de
2005
con
la
publicación
de
la
nueva
ley
20.066,
se
derogue
totalmente
la
ley
19.325
en
comento,
recogiendo
ahora
la
“violencia
intrafamiliar”
como:
"todo
maltrato
que
afecte
la
vida
o
la
integridad
física
o
psíquica
de
quien
tenga
o
haya
tenido
la
calidad
de
cónyuge
del
ofensor
o
una
relación
de
convivencia
con
él;
o
sea
pariente
por
consanguinidad
o
por
afinidad
en
toda
la
línea
recta
o
en
la
colateral
hasta
el
tercer
grado
inclusive,
del
ofensor
o
de
su
cónyuge
o
de
su
actual
conviviente.
También
habrá
violencia
intrafamiliar
cuando
la
conducta
referida
en
el
inciso
precedente
ocurra
entre
los
padres
de
un
hijo
común,
o
recaiga
sobre
persona
menor
de
edad
o
discapacitada
que
se
encuentre
bajo
el
cuidado
o
dependencia
de
cualquiera
de
los
integrantes
del
grupo
familiar".
La
nueva
legislación
penal
sobre
violencia
intrafamiliar
persigue
ampliar
la
punibilidad
de
las
formas
de
violencia
que
se
presentan
en
el
ámbito
que
la
Ley
N°
20.066
define
como
"intrafamiliar",
fundamentalmente
a
través
de
la
creación
del
tipo
de
maltrato
habitual,
que
se
extiende,
como
se
ha
visto,
a
las
vías
de
hecho
y
a
formas
de
maltrato
psíquico
que
anteriormente
eran
atípicas
y
eleva
la
penalidad
de
conductas
que
ya
eran
típicas.
El
contexto
intrafamiliar
lo
determina
las
relaciones
entre
el
autor
y
la
víctima
o
ciertas
características
que
suponen
una
mayor
indefensión
de
esta
última,
en
la
medida
en
que
la
víctima
además
se
encuentre
vinculada
a
lo
que
la
ley
denomina
"grupo
familiar"
del
autor.
De
esta
forma,
la
Ley
N°
20.066
(2005)
de
violencia
intrafamiliar
constituye
un
avance
respecto
de
la
ley
19.325
(1995)
que
calificaba
esta
violencia
como
una
falta
y
aceptaba
la
conciliación
como
un
mecanismo
para
resolver
el
problema
entre
las
partes.
La
ley
actual
aumenta
los
mecanismos
de
protección
de
las
víctimas
y
las
penas
y
otorga
poder
de
actuación
de
SERNAM
en
juicios
por
delitos
de
violencia
intrafamiliar
a
solicitud
de
las
víctimas;
incorpora
la
intervención
con
hombres
imputados
por
VIF
y
la
necesidad
de
desarrollar
planes
de
prevención
hacia
distintos
grupos
de
la
población.
Trae
aparejadas
esta
reforma
modificaciones
tanto
en
el
Código
Penal
como
en
la
Ley
18.216
que
establece
medidas
alternativas
al
cumplimiento
de
penas
privativas
o
restrictivas
de
libertad,
que
veremos
en
la
unidad
respectiva.
7
Por
su
parte,
en
la
legislación
comparada,
en
España
la
modificación
legal
aparece
como
un
problema
que
afecta
principalmente
a
las
mujeres
(91%),
se
ha
reconocido
derechamente
la
violencia
de
género.
Se
ha
tomado
mayor
conciencia
de
la
mujer
respecto
de
sus
derechos
y
su
papel
de
pareja
en
la
familia
y
la
sociedad,
unido
a
mayor
sensibilización
social
frente
al
tema,
similar
a
lo
que
actualmente
sucede
en
Chile.
El
Código
Penal
español
siempre
ha
castigado
la
violencia,
iniciándose
el
proceso
legislativo
con
la
introducción
en
1989
del
delito
de
violencia
doméstica
y
culmina
en
el
2004
con
la
promulgación
de
Medidas
de
Protección
Integral
contra
la
Violencia
de
Género,
último
tema
aún
no
desarrollado
en
Chile
y
más
bien
se
ha
recogido
parcialmente
en
el
delito
del
femicidio
por
ley
20.480
de
18
de
diciembre
de
2010.
La
reforma
española
reconoce
un
nuevo
bien
jurídico
como
es
la
integridad
moral
de
la
persona
expandiéndose
este
delito
diversificando
las
conductas
castigadas,
ampliando
el
círculo
de
sujetos
pasivos
(víctimas)
y
agravando
las
penas.
En
1999
se
introduce
la
violencia
psíquica.
Destaca
el
2003
la
Orden
de
Protección
integral
a
la
víctima,
reuniendo
tres
tipos
de
violencia
como
son
la
doméstica,
de
género
y
asistencial.
Bajo
la
concepción
de
peligro
futuro
se
sustenta
la
mayor
severidad
de
las
penas
que
más
que
carácter
de
penas
constituyen
verdaderas
mediadas
de
seguridad.
En
Argentina,
la
ley
N°
24.417,
de
Protección
contra
la
Violencia
Familiar,
de
7
de
diciembre
de
1994,
tiene
carácter
especial
y
la
competencia
en
la
materia
recae
sobre
el
juez
de
asuntos
de
la
familia.
Los
tipos
de
violencia
que
regula
comprenden
tanto
la
física
como
la
psicológica.
En
Bolivia,
la
ley
N°
1.674,
de
Protección
contra
la
Violencia
Familiar
o
Doméstica,
de
15
de
diciembre
de
1995,
es
de
carácter
especial
y
la
competencia
en
la
materia
recae
sobre
el
juez
de
instrucción
de
familia.
En
las
comunidades
indígenas
y
campesinas,
son
competentes
las
autoridades
comunitarias
y
naturales,
de
acuerdo
con
la
costumbre.
Los
tipos
de
violencia
que
regula
comprenden
la
física,
la
psicológica,
la
moral
y
la
sexual.
La
ley
para
la
prevención,
atención
y
sanción
de
la
violencia
familiar
en
el
Estado
de
México
es
una
ley
de
tipo
administrativo
que
privilegia
la
protección
de
las
personas
contra
la
violencia
y
no
asume
competencia
de
tipo
penal.
De
lo
que
se
trata
es
de
evitar
llegar,
en
la
medida
de
lo
posible
y
dependiendo
de
las
circunstancias,
ante
el
Ministerio
Público.
Pretende
fomentar
la
cultura
de
la
8
prevención
y
la
denuncia
de
la
violencia
intrafamiliar.
La
ley
establece
un
trabajo
amplio
y
en
todos
los
ámbitos
del
gobierno
estatal,
ya
que
obliga
a
acciones
coordinadas
entre
sus
distintas
dependencias.
Existe,
además,
un
decreto
de
1997,
que
reforma,
adiciona
y
deroga
diversas
disposiciones
del
Código
Civil,
del
Código
Penal
y
del
Código
de
Procedimientos
Penales
para
el
Distrito
Federal.
La
competencia
recae
sobre
los
jueces
de
lo
familiar.
Trata
la
violencia
familiar
y
sexual
a
través
de
procedimientos
penales
cuyo
seguimiento
recae
en
el
Ministerio
Público.
En
Colombia
la
reforma
llega
con
la
Ley
Orgánica
sobre
Medidas
de
Protección
Integral
contra
la
Violencia
de
Género
en
el
2003,
que
eleva
a
la
categoría
de
delito
infracciones
que
al
no
ser
habituales
no
eran
consideradas
más
que
faltas
y
plasma
la
idea
de
que
estos
malos
tratos
habituales
son
atentados
contra
la
integridad
moral
de
las
personas
más
que
afectaciones
a
la
salud
o
integridad
física.
Las
reformas
sobre
el
tema
en
este
país
se
generan
entre
el
período
que
va
de
1989
a
2003
incrementando
las
penas
y
ampliando
los
presupuestos
de
intervención
penal,
las
conductas
giran
en
torno
a
los
malos
tratos,
lesiones
o
ciertas
amenazas.
Material
de
apoyo,
lectura
optativa:
- Unidad
1:
Guía
de
educación
cívica
que
contiene
la
página
de
la
Biblioteca
del
Congreso
Nacional
www.bcn.cl
- Unidad
2:
En
los
límites
del
Derecho
Penal
frente
a
la
Violencia
Doméstica
y
de
Género.
Carolina
Bolea
Bardon.
2007.
Revista
Electrónica
de
Ciencia
Penal
y
Criminología.