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Aplicaciones a la Ingeniería

Ingeniería civil e Ingeniería Geológica


Sistemas antisísmicos: El amortiguador de masa

en la vida diaria usamos el concepto de energía para referirnos a nuestro


estado físico o mental. Cuando nos sentimos con energía, emprendemos
las tareas con ímpetu y entusiasmo; cuando carecemos de ella, sentimos
cansancio y decimos que “nuestra pila está baja”. En este caso, la energía
de nuestro organismo tiene su origen en nuestra alimentación y
respiración.
Más que intentar definir la energía, es importante entender cómo se
comporta ésta en diversas situaciones, algunas de ellas comunes, y cómo
se transforma de un tipo a otro. La energía adopta muchas formas, entre
las que se incluye la energía cinética, asociada al movimiento; la energía
potencial, relacionada con la posición; la energía térmica, asociada al
movimiento de las moléculas y átomos de un cuerpo o sustancia; y la
energía química, que se obtiene a partir de reacciones químicas.
Para entender mejor la transformación de la energía, analicemos varios
ejemplos y situaciones, muchas de ellas presentes en nuestra vida diaria.

Imaginemos a una persona que toma un arco y una flecha con el propósito
de lanzarla contra un blanco. Coloca la flecha sobre la cuerda y jala ésta
una cierta distancia a fin de tensar el arco. Al soltar la cuerda, la energía
potencial de la cuerda se convierte en energía cinética de la flecha. Cuando
la flecha llega al blanco, lo penetra. Una parte de la energía cinética es la
responsable de separar las moléculas del blanco penetrado por la flecha y
otra parte se convierte en energía calorífica.

Si se conecta un foco a un contacto eléctrico, la energía eléctrica que llega


a nuestra casa hará que el foco se encienda y nos proporcione energía
luminosa para alumbrarnos y energía térmica para calentarnos. Esta
última la podemos sentir si aproximamos una mano al foco. En este
sencillo ejemplo, la energía se ha transformado de energía eléctrica en
energía luminosa y energía térmica.
La gasolina que usan los automóviles es un combustible que guarda una
cantidad importante de energía química, la cual se liberará cuando entre
en contacto con un objeto incandescente como una chispa o una flama,
reaccionando con el oxígeno del aire. En el caso de los automóviles, la
energía se libera a través de una pequeña explosión controlada dentro de
los pistones del motor que, al expandirse, pone el motor en marcha y hace
que el automóvil se mueva. En este caso, la energía química se transforma
en energía calorífica, y ésta, en energía cinética.
El Sol, que es la estrella más cercana a nuestro planeta, envía
continuamente hacia la Tierra energía de diferentes tipos, entre los que
destacan la luz y el calor. Por cierto, sin estas formas de energía, la vida,
como la conocemos, sería imposible en la Tierra. El Sol genera esa energía
por una conversión energética llamada fusión nuclear que se lleva a cabo
en su interior, donde se dan muy altas presiones y temperaturas muy
elevadas. Esto hace que se fundan los núcleos de átomos de hidrógeno y
se conviertan en núcleos de helio, proceso que se llama fusión
termonuclear y en la cual se transforman pequeñas cantidades de masa en
extraordinarias cantidades de energía. Una pequeña parte de esa energía
producida dentro del Sol llega a la Tierra como energía luminosa y energía
calorífica, entre otros tipos. Parte de la energía calorífica sirve para
evaporar el agua superficial de los mares y océanos. El vapor de agua
asciende a importantes alturas y tiempo después se precipita, por la
gravedad, en forma de lluvia que sirve para llenar las presas. Por su
posición elevada, el agua contenida en estos embalses, al dejarla caer,
impulsa grandes turbinas que generan energía eléctrica. Esta energía viaja
por las líneas de transmisión hasta los hogares, donde se usa para el
alumbrado y para hacer funcionar una gran cantidad de
electrodomésticos.
En la clase, se puede formular la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las
transformaciones de energía que se identifican en la situación anterior?
Otro sencillo ejemplo de la transformación de la energía es la que ocurre
al conectar una secadora de pelo a un contacto de energía eléctrica. Al
encender la secadora, la energía eléctrica se convierte en energía
mecánica que hace girar un pequeño motor dentro de la secadora, otra
parte de la energía eléctrica sirve para calentar una pequeña resistencia y
generar energía térmica, y finalmente la secadora emite un sonido al estar
funcionando, que es otra forma de la energía.

Quien se haya subido a un columpio o a una montaña rusa, habrá


experimentado las conversiones de energía potencial en energía cinética
y viceversa. Para ilustrar esta conversión, consideremos el vaivén de un
columpio.

Cuando éste se encuentra a su máxima altura (posición A), la energía


potencial, asociada a la altura, es máxima, y en ese instante la velocidad
del columpio es cero, por lo que la energía cinética es nula. En la medida
que el columpio desciende, la energía potencial disminuye y la energía
cinética aumenta. Cuando pasa por la posición de equilibrio (posición B),
la energía potencial es mínima y la energía cinética es máxima. Al ir
subiendo en el extremo contrario, la energía cinética va disminuyendo y la
energía potencial aumentando hasta llegar a la posición con máxima
altura, en donde la energía potencial es máxima y cero la energía cinética
(posición C). A partir de esta posición, el columpio empieza a descender
para repetir esta conversión. La descripción muestra claramente la
transformación de la energía potencial en cinética y viceversa. Por cierto,
la energía mecánica se define como la suma de la energía potencial más la
energía cinética.
Ahora bien, de acuerdo con nuestra experiencia, ¿acaso esta
transformación de la energía se mantiene constante al paso del tiempo?
La respuesta es no, ya que si se deja de empujar al columpio, su vaivén se
va atenuando hasta que el columpio queda en reposo. ¿Por qué? Porque al
moverse el columpio, existe una fricción, que se traduce en energía
térmica, entre los lazos o cadenas del columpio con la estructura que lo
sostiene, además de existir otra fricción del columpio y de nuestro cuerpo
con el aire, que produce un ligero aumento en la temperatura de éste.
¿Qué ocurre cuando nos subimos a una montaña rusa? Inicialmente, con
la ayuda de un motor, se elevan los carros de la misma hasta alcanzar una
máxima altura y, por lo tanto, una cantidad importante de energía
potencial. A partir de este punto se deja que la fuerza de la gravedad que
nuestro planeta ejerce sobre todos los cuerpos que estamos sobre o cerca
de su superficie, se encargue de jalar hacia abajo los carros de la montaña
con una energía cinética suficiente para que puedan subir y bajar en varios
tramos del recorrido, de modo que es necesario un mecanismo para que
se frenen los carros. En este recorrido podemos experimentar en forma
continua los cambios de energía cinética y potencial. También en este caso
se generan pequeñas cantidades de energía térmica en las vías de la
montaña y en el aire, debido a la fricción de las ruedas del carro con las
vías y a la fricción de los carros de la montaña y de nuestro cuerpo con el
aire.
En los ejemplos anteriores, se destaca cómo la energía se va
transformando, ¿pero qué ocurre con la magnitud de la energía?,
¿disminuye, crece o se mantiene constante? En la mayoría de los casos,
pareciera que la energía va disminuyendo hasta “apagarse” como el caso
del columpio, del arco y la flecha, y la secadora de pelo. Sin embargo, hay
que destacar que existen formas de la energía que producen efectos no
visibles, como las ondas sonoras y las ondas infrarrojas, entre otras.
En 1843, el físico inglés James Prescott Joule (1818-1889) realizó un
experimento crucial donde la energía potencial gravitatoria de un par de
pesos que caen por efecto de la gravedad provocan el movimiento de una
rueda con paletas que rotan dentro de un recipiente cerrado con agua en
su interior. La fricción de las paletas con el agua provoca el incremento de
la temperatura del agua. Joule encontró que la energía mecánica se
convierte en energía térmica; es más, pudo precisar el equivalente
mecánico del calor, ya que determinó que para aumentar 1 ºC la
temperatura de 1 gramo de agua, se requieren 4.15 joules.
Figura 2. James Prescott Joule y el experimento que realizó en 1843
sobre la convesión de energía mecánica en energía térmica

Este experimento contribuyó al establecimiento de uno de los principios


más importantes de la física. A partir de él y de diversos estudios sobre la
transformación de la energía a lo largo de muchos años, se pudo concretar
una de las grandes generalizaciones de la física: la ley de la conservación
de la energía, que establece:

La energía no se puede crear ni destruir; se puede transformar de una


forma a otra, pero la cantidad total de energía nunca cambia, se
mantiene constante.
En las situaciones antes descritas, debemos considerar la presencia de
la atmósfera que, aunque no la veamos, forma parte de nuestro sistema y
en muchos casos es receptora de la energía en forma de calor, vibraciones
o radiación.

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