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La evolución biológica
Para ilustrar esta realidad y sus distintos planos me gusta utilizar, como es
sabido, el modelo de Karl R. Popper de los tres mundos...
MUNDO 1
MUNDO 2
ESTADOS DE CONCIENCIA
Saber subjetivo
Experiencia de:
percepción
Pensamiento
Intenciones
Disposiciones
Recuerdos
Sueños
Imaginaciones creativas
MUNDO 3
filosófica
teológica
científica
histórica
literaria
artística
tecnológica
Sistemas teóricos
científicos
Problemas
Argumentos críticos
El mundo 1 abarca todo lo material, todas las cosas del mundo, incluidos
los cerebros. El mundo 2 contiene los estados de conciencia que vivimos,
nuestras percepciones, emociones, pensamientos, sueños: el mundo de la
experiencia consciente. El mundo 3 es el de la cultura. El mundo de la
cultura nace y se crea a través del esfuerzo humano y de la imaginación
creadora. Abarca todo lo que nos distingue como hombres: todas nuestras
lenguas, nuestra cultura, nuestra ciencia, el significado de todas las cosas,
todo lo que se puede proporcionar a través del lenguaje, la música y la
pintura... El mundo 3 es el de la cultura, la técnica, la historia, la teología la
herencia peculiar de la humanidad.
El mundo 3 falta por completo en los animales, también en las formas más
altas de los no-humanos. Hasta los propios chimpancés, nuestros parientes
biológicos más próximos, no dan propiamente ninguna prueba de tenerlo.
Hay modos de conducta que indican un aprendizaje, pero los chimpancés
no pueden aprender ninguna lengua. Lo que pueden aprender, se mueve en
el plano de los sistemas de signos. Pero esto no pertenece al mundo 3. Hay
que presuponer un cierto entendimiento en esta forma más alta de vida
animal, de modo que hay que atribuir una cierta conciencia a estos
animales, pero ningún yo-consciente. El mundo 3 les es, por tanto, extraño.
Piénsese en algún animal cuando se enfrenta a la música, el arte o la poesía.
No tienen ningún acceso. Todo intento de enseñar a un animal una suma
aritmética, aunque sea fácil, fracasa. Esto naturalmente nos sitúa ante la
pregunta: ¿Cómo se originó entonces todo esto, cómo se llega a las
diferencias existentes entre nosotros y los animales?
Hacemos un salto temporal [...] Los utensilios del Homo erectus, son ya
obras pulidas: un hacha escamada de piedra volcánica y finas herramientas
con hojas cortantes, para trabajar la piel. [...] El Neandertal equipado con
un gran cerebro semejante al nuestro, tenía como característica armas y
utensilios de trabajo más elegantes. Se habría hecho también instrumentos
de madera, pero no han permanecido fósiles.
Cuando un niño viene a este mundo trae consigo, como carga hereditaria,
su cerebro. En la cadena de los homínidos, la formación del cerebro
preparado para el aprendizaje era resultado del proceso de evolución
biológica del genotipo. Pero no había casi nada que aprender. La evolución
cultural estaba cerca de su punto cero. Ciertamente, el Neandertal tenía un
cerebro más grande que el nuestro. Pero no había nacido en una cultura
rica, como la nuestra. Si usted cogiera un niño neandertal y lo pudiera
introducir en nuestra cultura, probablemente progresaría perfectamente. Por
ejemplo, niños de tribus primitivas de las tierras altas de Nueva Guinea, a
los que se les da la posibilidad de aprender, se crían, por lo menos, como
personas activas de inteligencia normal. Esto es un hecho sorprendente.
Al nacer, como se dijo, el niño está equipado con un cerebro humano. Sus
experiencias con el mundo 2 son rudimentarias. Y el mundo 3 le es un
terreno desconocido. Un embrión humano, aun cuando es hombre en todos
los aspectos, no es todavía una persona desarrollada. El surgimiento y
desarrollo del yo-consciente (mundo 2) en correlación continua con el
mundo 3, el mundo de la cultura. Es un suceso bastante misterioso. [...] El
eje del tiempo de la vida transcurre de abajo hacia arriba
desde la temprana experiencia hasta el completo
desarrollo personal. [...] Por el contrario, los contenidos del mundo
3 reaccionan en el sentido de un aumento o ensanche del yo consciente
(mundo 2).
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[...] Cuanto
más grande es la apropiación de cultura en el
espíritu humano, tanto más alta es la ganancia-a través
del enriquecimiento mutuo en el yo consciente en el
mundo 2. Espíritu y cultura se ayudan mutuamente.
Nuestra madurez depende del mundo cultural en el que
estamos inmersos, y de cómo hemos aprovechado
nuestras posibilidades para desarrollar nuestras
aptitudes cerebrales.
Un ejemplo negativo es el caso trágico de una muchacha de Los Ángeles.
Su nombre es Genie. El padre de la niña, que es un psicótico, la tuvo
encerrada en una pequeña buhardilla, protegida de todo influjo del mundo 3
y de todo contacto lingüístico, con un suministro mínimo desde los 20
meses hasta la edad de 13 años y 8 meses. Entonces se descubrió el caso.
Genie no podía hablar ni entender lengua alguna porque nunca la había
oído. No sabía nada. [...]
El lenguaje
Lenguaje y cerebro
En la corteza cerebral humana se pueden delimitar áreas que tienen que ver
con el lenguaje. Wernicke, un estudiante de medicina alemán de 22 años, en
1870 descubrió el centro del lenguaje denominado por él “wenickiano”.
Creatividad científica
Por regla general, cuando un problema científico nos insta así, se estudian
todas las publicaciones del caso, para familiarizarnos con la situación de
ese problema, y también todos los ensayos de posibles soluciones, del
modo más completo que podemos. Entonces, se practica a menudo, lo que
llamamos la simulación subjetiva. Uno se identifica con el objeto de la
pregunta, con el electrón, el ión, el átomo, etc. Uno mismo se hace parte del
problema, y surgen rápidamente nuevas concepciones de esta imaginación
viva, que de ningún modo será siempre consciente.
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El modo en que se alcanzan las buenas ideas científicas es, sin embargo,
una cuestión importante. Popper piensa que, para solucionar el problema,
recogemos todos los pensamientos que se nos ocurre, y rechazamos
algunos que no resisten a la crítica. Esto sería un tipo de selección natural
semejante a la de la evolución biológica. Por tanto, un buen pensamiento
con posibilidades de supervivencia es relativamente frecuente. Mi propia
experiencia en la búsqueda de una nueva buena idea es la siguiente: hago
trabajar a tope la cabeza sobre lo que uno sabe del problema y me ejercito
en el examen crítico de los intentos de solución conocidos. Entonces espero
el resultado de la tensión mental creada. Paseo quizás, como a menudo
hacía Einstein. O bien oigo música. A este estado se le llama tiempo de
incubación. No lucho con mi mente en tensión, sino que espero que me
venga una buena idea creativa. Y esto sucede en verdad. A veces comienza
a dibujarse el problema y la idea. Está claro que gran parte de este proceso
creativo transcurre en el subconsciente. Pero cuando de repente aparece esa
buena idea, entonces uno se encuentra en la máxima concentración mental,
que puede durar mucho tiempo, como cuenta la historia acerca de una
especie de trance que tuvo Isaac Newton en su habitación de Trinity
College.
Inteligencia e imaginación
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El problema mente/cerebro
Esto hace a cada uno de nosotros un individuo singular. Y esto está mas allá
de toda explicación científico-natural. De aquí que sólo podemos concluir
finalmente que en cualquier caso somos un milagro. Cada uno de nosotros
es un milagro de la existencia, y no podemos explicar cómo fuimos
introducidos en ella, cómo y dónde nacimos, lo que somos; cómo yo soy
“yo” y tú eres “tú” en el mundo de la formación filogenética y luego
ontogenética de nuestro cerebro.
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