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Cerebro y mente humana

La evolución biológica

La evolución biológica y la creatividad de la imaginación

Por John Eccles

La historia de la evolución del hombre nos informa de cómo se desarrolla


nuestra existencia. Distingo dos modos de evolución: la evolución
biológica y la evolución cultural. Ambas funcionan juntas en un proceso
común.

La evolución biológica es, en esencia, de la que se ocupó Darwin. Los


genotipos heredados determinan los fenotipos, la totalidad del cuerpo y el
cerebro. Su lugar de origen es la formación genotípica del cerebro animal,
que carece de toda capacidad de altruismo. Al respecto, Dawkins y Wilson
pensaron que se podría conseguir en los chimpancés algo semejante a una
conducta altruista. Pero la conducta de los chimpancés se parece poco al
altruismo. La llamo pseudo-altruismo. Los chimpancés no controlan sus
conductas de modo consciente para ayudar a otros.

Otra característica propia del hombre es la disposición para el aprendizaje


lingüístico. Un niño nace con la disposición de aprender un lenguaje y
puede aprender cualquier lenguaje humano. La disposición para el
aprendizaje del cerebro humano se extiende tanto al lenguaje como a la
conducta altruista, a la religión y a la ciencia. Todo lo que hacemos es
aprendido. Por tanto, tenemos que habérnoslas con dos tipos diferentes de
evolución que tienen que separarse rigurosamente: la evolución biológica,
determinada por la masa hereditaria, y la evolución cultural, que nada tiene
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que ver con un suceso hereditario. El lenguaje no se hereda, hay que


aprenderlo. Toda la cultura tiene que ser aprendida.

Para ilustrar esta realidad y sus distintos planos me gusta utilizar, como es
sabido, el modelo de Karl R. Popper de los tres mundos...

MUNDO 1

OBJETOS Y ESTADOS FÍSICOS


1.INORGÁNICO
materia y energía cósmica
2. BIOLÓGICO
Estructura y actividad de todos los seres vivos –cerebro humano–
3. ARTEFACTOS
Sustratos materiales:
 de creación humana
 de instrumentos
 de trabajo
 de máquinas
 de libros
 de obras de arte
 de música

MUNDO 2

ESTADOS DE CONCIENCIA
Saber subjetivo

Experiencia de:
 percepción
 Pensamiento
 Intenciones
 Disposiciones
 Recuerdos
 Sueños
 Imaginaciones creativas

MUNDO 3

SABER EN SENTIDO SUBJETIVO


Herencia cultural codificada en sustratos materiales
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 filosófica
 teológica
 científica
 histórica
 literaria
 artística
 tecnológica
Sistemas teóricos
 científicos
 Problemas
 Argumentos críticos

El mundo 1 abarca todo lo material, todas las cosas del mundo, incluidos
los cerebros. El mundo 2 contiene los estados de conciencia que vivimos,
nuestras percepciones, emociones, pensamientos, sueños: el mundo de la
experiencia consciente. El mundo 3 es el de la cultura. El mundo de la
cultura nace y se crea a través del esfuerzo humano y de la imaginación
creadora. Abarca todo lo que nos distingue como hombres: todas nuestras
lenguas, nuestra cultura, nuestra ciencia, el significado de todas las cosas,
todo lo que se puede proporcionar a través del lenguaje, la música y la
pintura... El mundo 3 es el de la cultura, la técnica, la historia, la teología la
herencia peculiar de la humanidad.

El mundo 3 falta por completo en los animales, también en las formas más
altas de los no-humanos. Hasta los propios chimpancés, nuestros parientes
biológicos más próximos, no dan propiamente ninguna prueba de tenerlo.
Hay modos de conducta que indican un aprendizaje, pero los chimpancés
no pueden aprender ninguna lengua. Lo que pueden aprender, se mueve en
el plano de los sistemas de signos. Pero esto no pertenece al mundo 3. Hay
que presuponer un cierto entendimiento en esta forma más alta de vida
animal, de modo que hay que atribuir una cierta conciencia a estos
animales, pero ningún yo-consciente. El mundo 3 les es, por tanto, extraño.
Piénsese en algún animal cuando se enfrenta a la música, el arte o la poesía.
No tienen ningún acceso. Todo intento de enseñar a un animal una suma
aritmética, aunque sea fácil, fracasa. Esto naturalmente nos sitúa ante la
pregunta: ¿Cómo se originó entonces todo esto, cómo se llega a las
diferencias existentes entre nosotros y los animales?

La formación del hombre

Esta cuestión nos remite a la evolución de los homínidos [...]. Hace


aproximadamente nueve millones de años vivían nuestros, así llamados,
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antepasados hominoides en los árboles, como hoy hacen los chimpancés.


Después se produjo la separación en la línea de la evolución: por un lado
los grandes monos, los póngidos, y, por otro, los hombres. Probablemente
comienza aquí el desarrollo de los homínidos, y la historia del hombre, del
Homo sapiens, y de sus precedesores, el Australapitecus, el Homo habilis,
el Homo erectus y el Neandertalis. Todos estos parientes nuestros más
próximos se han extinguido. Nosotros somos los únicos homínidos todavía
vivientes. También han sobrevivido diferentes monos: chimpancés, gorilas,
etc.[...]

Sólo los homínidos emprendieron desde sus antepasados el camino hacia


un desarrollo cultural. Esto es todo lo que sabemos. Pero hay una cierta
explicación sobre nuestro origen, este increíble suceso ocurrido hace
aproximadamente nueve millones de años: cómo un par de hominoides
bajó de los árboles y comenzó a vivir en el suelo y desarrollarse durante
algunos millones de años como Homo sapiens.

Hacemos un salto temporal [...] Los utensilios del Homo erectus, son ya
obras pulidas: un hacha escamada de piedra volcánica y finas herramientas
con hojas cortantes, para trabajar la piel. [...] El Neandertal equipado con
un gran cerebro semejante al nuestro, tenía como característica armas y
utensilios de trabajo más elegantes. Se habría hecho también instrumentos
de madera, pero no han permanecido fósiles.

Esta cultura de la piedra duró en sus muchos periodos varios millones de


años. Un proceso de enorme lentitud, si tenemos en cuenta la marcha del
desarrollo de las innovaciones técnicas de hoy: automóviles, aviones.
También si en la edad de piedra el desarrollo avanza un millón de veces
mas lento, estos homínidos tendrían cerebros con capacidad inteligente. Lo
que no tenían eran las posibilidades de mediación de la cultura, como las
tenemos nosotros.

La aceleración de nuestro mundo se debe también, en esencia, a los signos


del lenguaje de imágenes, a la escritura y a los signos numéricos. Las
sociedades primitivas avanzaban muy lentamente sin escritura. Y todavía
hoy ocurre así, como lo muestra el estudio de las correspondientes
poblaciones indígenas de África o de las tierras altas de Nueva Guinea,
cuya situación de desarrollo primitivo se corresponde con cerebros
equivalentes a los nuestros. Antes de que se inventara la escritura,
ciertamente se codificaría en la memoria humana también el mundo 3 de la
literatura y de la historia. El descubrimiento de los sumerios de que la
lengua puede ser codificada en un material duradero, como los caracteres
en tablillas de barro, es el arranque embrionario del mundo moderno, con
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sus múltiples maneras de codificación material de los pensamientos, que


integran la totalidad del mundo 3. Aquí subyace uno de los peligros de
nuestra sociedad: ser sorprendidos por nuestro medio.

Despliegue de la persona y de la cultura

Cuando un niño viene a este mundo trae consigo, como carga hereditaria,
su cerebro. En la cadena de los homínidos, la formación del cerebro
preparado para el aprendizaje era resultado del proceso de evolución
biológica del genotipo. Pero no había casi nada que aprender. La evolución
cultural estaba cerca de su punto cero. Ciertamente, el Neandertal tenía un
cerebro más grande que el nuestro. Pero no había nacido en una cultura
rica, como la nuestra. Si usted cogiera un niño neandertal y lo pudiera
introducir en nuestra cultura, probablemente progresaría perfectamente. Por
ejemplo, niños de tribus primitivas de las tierras altas de Nueva Guinea, a
los que se les da la posibilidad de aprender, se crían, por lo menos, como
personas activas de inteligencia normal. Esto es un hecho sorprendente.

Todos nosotros deberíamos estar también muy agradecidos por haber


nacido en una cultura rica y por ser regalados desde la niñez con un
lenguaje y todas nuestras restantes posibilidades de aprendizaje. Algunos
-también en Alemania- hoy creen que la cultura puede hacer el mal. Esas
personas, que se denominan New Age, quieren, por lo visto, algo distinto: a
saber, el vacío y toda clase de irracionalidad. Mis recientes encuentros con
ellos en Hannover realmente me han enriquecido. No obstante es una gran
oportunidad que podamos crecer en cada uno de los aspectos de nuestra
cultura.

Al nacer, como se dijo, el niño está equipado con un cerebro humano. Sus
experiencias con el mundo 2 son rudimentarias. Y el mundo 3 le es un
terreno desconocido. Un embrión humano, aun cuando es hombre en todos
los aspectos, no es todavía una persona desarrollada. El surgimiento y
desarrollo del yo-consciente (mundo 2) en correlación continua con el
mundo 3, el mundo de la cultura. Es un suceso bastante misterioso. [...] El
eje del tiempo de la vida transcurre de abajo hacia arriba
desde la temprana experiencia hasta el completo
desarrollo personal. [...] Por el contrario, los contenidos del mundo
3 reaccionan en el sentido de un aumento o ensanche del yo consciente
(mundo 2).
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[...] Cuanto
más grande es la apropiación de cultura en el
espíritu humano, tanto más alta es la ganancia-a través
del enriquecimiento mutuo en el yo consciente en el
mundo 2. Espíritu y cultura se ayudan mutuamente.
Nuestra madurez depende del mundo cultural en el que
estamos inmersos, y de cómo hemos aprovechado
nuestras posibilidades para desarrollar nuestras
aptitudes cerebrales.
Un ejemplo negativo es el caso trágico de una muchacha de Los Ángeles.
Su nombre es Genie. El padre de la niña, que es un psicótico, la tuvo
encerrada en una pequeña buhardilla, protegida de todo influjo del mundo 3
y de todo contacto lingüístico, con un suministro mínimo desde los 20
meses hasta la edad de 13 años y 8 meses. Entonces se descubrió el caso.
Genie no podía hablar ni entender lengua alguna porque nunca la había
oído. No sabía nada. [...]

La Dra. Susan Curtiss cuidó de la muchacha con completa abnegación, y


ella, casi con 15 años, está subiendo la escalera lentamente, escalón a
escalón. La interrupción completa de toda actividad lingüística le ha
perjudicado el hemisferio cerebral izquierdo de modo permanente. Pero el
hemisferio derecho garantiza cierta capacidad lingüística, aunque
difícilmente sobrecargable. A pesar de su ingreso extremadamente
retrasado en el mundo 3 de la cultura, Genie ha desarrollado una
personalidad con el yo-consciente, con sus emociones y con notables
habilidades manuales y de percepción visual.

Resumamos: para el desarrollo de la


persona se requiere el acceso al mundo
3. Incluso cuando la naturalaza
determina al cerebro mediante la
instrucción genética, para el desarrollo
de la persona se requiere la protección
del ambiente cultural (mundo 3).
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El lenguaje

Ahora nos referiremos a un ámbito cultural especialmente importante, el


lenguaje. De entre todas las creaciones culturales del desarrollo de los
homínidos, el lenguaje es el descubrimiento más importante. Se realizó
bastante pronto. Ya el Homo habilis hablaba. No obstante hay que
diferenciar distintos planos en el lenguaje o comunicación vocal. [...]

La función inferior del lenguaje es la expresiva. En ella se incluyen


también los animales. Es típico de éstos el grito y el bramido-también en
nosotros, como lo demuestran las personas de la New Age en Hannover-.
Después viene la función sígnica. Hacemos señales. Nos comunicamos
entre nosotros mediante señales; los animales hacen señales, y nos hacen
señales. En la mayoría de los animales hay un sistema de señales, como,
por ejemplo, sucede como expresión en algunas danzas. Ustedes le dicen a
su perro: “¡tráelo...!”. Él entiende la señal, pero no la palabra. No se trata
de una comprensión lingüística.

El plano próximo al más alto es la función descriptiva del lenguaje. Ustedes


utilizan el lenguaje para describir lo que ven. Para la descripción utilizan
signos simbólicos, en la que la mediación es codificada. En el Paleolítico
los cazadores describían un animal y su paradero. Para ayudarse
mutuamente, tenía que describirse dónde había que encontrar los frutos y
las nueces. Luego iban las mujeres y los recogían.

En las sociedades primitivas se hacían continuamente descripciones


aprovechando las formas más sencillas de palabras y signos. Me adhiero a
la suposición de Popper de que este plano lingüístico fue inventado por los
niños, que llegaban a las ideas para utilizar palabras en lugar de cosas y
acciones. Como culminación existe finalmente la función argumentativa, el
plano más alto del lenguaje, en el que la racionalidad y la argumentación se
valoran según el punto de vista de validez o invalidez.

En el plano lingüístico descriptivo valen las categorías de verdadero y


falso. Son cualidades de la descripción.

En las señales no se miente apenas. Los animales mienten efectivamente


poco. La mentira es una particularidad verdaderamente humana que
consiste en describir cosas o sucesos falsos.
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La historia del lenguaje desde el Homo habilis tiene un significado nada


despreciable para el desarrollo de los homínidos. El lenguaje hizo posible
un extraordinario progreso.

Lenguaje y cerebro

En la corteza cerebral humana se pueden delimitar áreas que tienen que ver
con el lenguaje. Wernicke, un estudiante de medicina alemán de 22 años, en
1870 descubrió el centro del lenguaje denominado por él “wenickiano”.

Pacientes que tienen una lesión cerebral en esta región hablaban


ciertamente con fluidez, pero sin sentido. Tenían perturbada la semántica.
Por tanto, se trata de un centro cerebral del que depende la semántica. En
1852, el francés Broca descubrió otro centro del lenguaje para la sintaxis.
Pacientes lesionados en esta zona entendían el lenguaje, pero por si mismos
no podían hablar. No conseguían combinar palabras con una construcción
correcta. Después hay todavía un área del lenguaje que tiene que ver con su
inicio, cuando se intenta decir algo. Con esto se prueba ya con hechos que
existe un área motora suplementaria (Supplementary motor area. SMA).
Luego continúa su camino hacia los otros centros mencionados. Las
terminaciones lingüísticas en el sistema nervioso central son complicadas y
los centros lingüísticos interesados están estrechamente enlazados unos con
otros. La capacidad lingüística se hace presente en la marcha de la
evolución de los homínidos con el gran crecimiento del cerebro.

El mayor aumento es especialmente patente en la región prefrontal, el área


más importante del cerebro. Su superficie es seis veces mayor que la
superficie del área correspondiente en el chimpancé. Este gran crecimiento
del cerebro es necesario debido a las especiales dotaciones del Cortex para
el lenguaje, el pensamiento, la representación, los procesos creativos, etc.
Pero hay aquí todavía algunas zonas en blanco en el panorama de
investigación. Poca gente trabaja en ello. Los estudios fundamentales
proceden de Brodman en Alemania, el cual divide el cortex en regiones
estructurales especificas. Mauss le sigue.

Un dilema del evolucionismo

De todas formas, uno de los problemas reales en la conexión con el


desarrollo cerebral de los homínidos es la pregunta: ¿Cómo se ha llegado a
este gran cerebro? En la selva animal de África, en donde principalmente
acontece esto, no eran necesarios para la supervivencia cerebros con todas
las capacidades que nosotros tenemos. Pero entonces, ¿cómo se originan?
¿Por qué debía allí tener el cerebro todas las aptitudes propias de un
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matemático instruido o de un músico hábil? ¿Por qué se desarrolló con


disposición de aprendizaje para todas las cosas admirables en las que
pensamos: los grandes artistas de todos los tiempos, los pintores y
escultores, o la imaginación creadora que nos encontramos en todos los
géneros literarios, por nombrar esto solamente?

Esto es precisamente lo que ha sucedido, y lo que requiere una explicación.


Porque el cerebro allí originado dispone no sólo de la capacidad de
lenguaje, sino también de todas aquellas otras capacidades. Parece como si
la formación del cerebro transcendiera la situación histórica de la
supervivencia en las primitivas circunstancias de la sabana africana.
Sostengo que la cuestión está abierta a un misterio, y estoy convencido, por
lo que a mí se refiere, de que la evolución de los homínidos sigue aquí un
plan y un proyecto divinos. Y hasta aquí no hemos hablado todavía del yo-
consciente, que aparece en algún punto del tiempo y nos proporciona el
conocimiento de que cada uno de nosotros es un yo singular.

Representación interna y pensamiento silencioso

Quisiera mencionar también mi tema especifico: la imaginación creadora.


Cuando nuestra mente no es instada por impresiones externas, nos adviene
frecuentemente alguna imagen que surge en nuestra representación. Una
imagen suscita otras imágenes, y éstas de nuevo otras. Todos conocemos
este suceso corriente del sueño diario. Estas imágenes pueden ser, para un
espíritu inteligente, de belleza extraordinaria, de gran armonía y fino
sentido. Estas imágenes se expresan por medio de algún lenguaje -palabras,
música o lenguaje de imágenes-, luego podemos tener una obra de arte ante
nosotros. De esta forma la imaginación creadora proporciona visión e
inteligencia; es una de las capacidades más profundamente humanas. En un
nivel menos elevado puede ilustrarse lo que es la imaginación por los
motivos de los juegos infantiles o por los sueños de deseos de los adultos.

¿Hay en el cerebro -se podría preguntar- algo semejante a lo que hemos


visto en el lenguaje, es decir, un centro de localización de la imaginación
creadora, y, por tanto, también, en la medida en que se necesite, para la
capacidad de escribir una poesía, establecer alguna nueva teoría
matemática, pintar un cuadro singular, o para formular nuevos
pensamientos en términos filosóficos o científicos?.

Mediante técnicas de investigación con isótopos radioactivos se logra


comprobar que distintos tipos de representaciones internas ocasionan
aumento de actividad en el polo frontal del cerebro.
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[...]En este trabajo mental se incluyen también otras de las tareas


relacionadas que afectan específicamente al área cerebral en actividad; por
ejemplo, el centro del lenguaje y de la visión. No hay una investigación de
representaciones abstractas, que tienen sentido para la imaginación
científica. Pero la suposición, de que con esto la corteza cerebral frontal
domina aún más, parece justificada.

Creatividad científica

Jacques Monod sostiene la idea de que el juego de la imaginación en la


investigación científica, del tipo que sea, sería como la de los juegos
infantiles, que siguen reglas estrictas y bien establecidas. Para llegar a una
innovación científica se requiere una creatividad específica, que tiene que
cumplir una serie completa de exigencias elementales. Yo recibo mucha
literatura científica sobre el cerebro y el problema mente/cerebro. A la
mayor parte de los trabajos les falta precisamente esto. Se trata de una
pseudociencia.

La creatividad científica es especialmente adecuada para aclarar la


propiedad de la imaginación creadora. Si recogemos la apreciación de
Popper de que cada descubrimiento científico se desarrolla desde una
situación del problema (o bien, porque encuentra una suposición científica
valiosa, o bien porque se produce a partir de una nueva concepción),
entonces el punto de partida es un tormento: una situación problemática
reconocida como insatisfactoria. Para un científico un problema concreto,
estudiado y delimitado en su investigación, puede convertirse en un reto
real. Por propia experiencia puedo decir que un problema puede captarnos
de tal modo que se adueñe de nosotros. Según Popper tal compromiso debe
conducirnos a una intuición de la que se participa personalmente. Uno se
embarca de tal modo que al final se experimenta a sí mismo como parte del
problema. Esto puede disfrutarse como una aventura, pero por otro lado nos
pone inquietos, incluso durante el sueño. Uno nota esto porque su mujer
está muy preocupada por usted, porque no puede pensar en ninguna otra
cosa.

Por regla general, cuando un problema científico nos insta así, se estudian
todas las publicaciones del caso, para familiarizarnos con la situación de
ese problema, y también todos los ensayos de posibles soluciones, del
modo más completo que podemos. Entonces, se practica a menudo, lo que
llamamos la simulación subjetiva. Uno se identifica con el objeto de la
pregunta, con el electrón, el ión, el átomo, etc. Uno mismo se hace parte del
problema, y surgen rápidamente nuevas concepciones de esta imaginación
viva, que de ningún modo será siempre consciente.
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El inconsciente también trabaja para nosotros durante el sueño. Esto es un


resultado de la simulación que sucede cuando nosotros mismos nos
hacemos parte del problema. Entonces sometemos la nueva concepción a
un proceso de revisión crítico-científica. En estas experiencias sucesivas
del pensamiento, son rechazados muchos razonamientos creativos y
reflexiones conectadas con ellos. En esto consiste la gracia de un juego
científico; uno va aprendiendo poco a poco acerca del objeto y se está más
seguro de la dignidad o debilidad del intento de solución tanto propio como
ajeno.

Para este fenómeno, la palabra “serendipty” (facultad de hacer


descubrimientos felices por accidente) me parece un nombre acertado, con
el que se puede euriquecer algo la imaginación y el léxico. No busque una
traducción. No hay ninguna. Horace Walpole acuñó la palabra en 1754. Se
remonta a un cuento de hadas de Sri Lanka, antiguamente Ceilán: Los tres
príncipes de Serendip (el nombre antiguo de Sri Lanka). Walpole escribió:
“como las tres Altezas viajaron, el azar o su atención les hizo descubrir
cosas continuamente, después de no haber buscado absolutamente nada”.
La palabra es, por tanto, muy apropiada para describir lo que sucede con
los descubrimientos científicos.

El modo en que se alcanzan las buenas ideas científicas es, sin embargo,
una cuestión importante. Popper piensa que, para solucionar el problema,
recogemos todos los pensamientos que se nos ocurre, y rechazamos
algunos que no resisten a la crítica. Esto sería un tipo de selección natural
semejante a la de la evolución biológica. Por tanto, un buen pensamiento
con posibilidades de supervivencia es relativamente frecuente. Mi propia
experiencia en la búsqueda de una nueva buena idea es la siguiente: hago
trabajar a tope la cabeza sobre lo que uno sabe del problema y me ejercito
en el examen crítico de los intentos de solución conocidos. Entonces espero
el resultado de la tensión mental creada. Paseo quizás, como a menudo
hacía Einstein. O bien oigo música. A este estado se le llama tiempo de
incubación. No lucho con mi mente en tensión, sino que espero que me
venga una buena idea creativa. Y esto sucede en verdad. A veces comienza
a dibujarse el problema y la idea. Está claro que gran parte de este proceso
creativo transcurre en el subconsciente. Pero cuando de repente aparece esa
buena idea, entonces uno se encuentra en la máxima concentración mental,
que puede durar mucho tiempo, como cuenta la historia acerca de una
especie de trance que tuvo Isaac Newton en su habitación de Trinity
College.

Inteligencia e imaginación
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Es importante distinguir rigurosamente dos propiedades mentales


fundamentales: la inteligencia y la imaginación. Los juicios sobre la
inteligencia de otro nos son a todos familiares. Para ello empleamos
criterios como la rápida facilidad de comprensión, profundidad de
intelección, claridad de expresión, el nivel de intereses intelectuales y ante
todo, la inteligencia. Esto puede medirse con los tests. Se supone que es
una función unidimensional, y le asignamos un cociente de inteligencia
(IQ). La imaginación es un fenómeno mental mucho más sutil. No conozco
ningún test capaz de juzgarla. Sin embargo, la imaginación creadora es una
propiedad del cerebro de inestimable significado. No puede aprenderse. Es
un don, del que sólo podemos estar extremadamente agradecidos.

El problema mente/cerebro

Nos hemos movido aquí en la frontera entre el mundo de la mente y el


mundo del cerebro.[...]

Entre el mundo 2 de la mente y el mundo 1 del cerebro hay un límite de


contacto. [...] Hay una actividad en la estructura del cerebro, como una
impresión de luz, de color, de sonido, de gusto, que entra en el campo de la
experiencia. Mientras sabemos sólo un poco de esto, permanece como un
suceso misterioso. Determinadas áreas cerebrales están en acción, y
experimentan mentalmente un bello color rojo. En nuestro cerebro no hay
nada rojo. Hay una actividad en un área determinada, pero nada más. Algo
parecido puede decirse de nuestros pensamientos, sentimientos, recuerdos,
sueños, etc., de actividad del cerebro [...]: se correlacionan precisamente
con las actividades mentales correspondientes, con las que nos ocupamos
por tanto con el mundo 2. Dicho de otro modo: estas actividades mentales
están en relación con el cerebro, actúan en él, y, por tanto, en el mundo 1. Y
hay una línea fronteriza en medio de ellos, en la que ambas se tocan, y por
encima de la cual se alcanzan unas en otras.

Esto hace a cada uno de nosotros un individuo singular. Y esto está mas allá
de toda explicación científico-natural. De aquí que sólo podemos concluir
finalmente que en cualquier caso somos un milagro. Cada uno de nosotros
es un milagro de la existencia, y no podemos explicar cómo fuimos
introducidos en ella, cómo y dónde nacimos, lo que somos; cómo yo soy
“yo” y tú eres “tú” en el mundo de la formación filogenética y luego
ontogenética de nuestro cerebro.

Finalmente ha surgido además la cultura que tenemos. Porque cada uno de


nosotros tiene su propia cultura y al mismo tiempo una suficiente
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comprensión de la cultura. Que esto yo lo transmita y el oyente o el lector


se enteren de ello, no es una mera casualidad. Cada uno de nosotros
participa, con su pensamiento, su imaginación y sus preocupaciones, en los
grandes problemas sociales y humanos que nos rodean. Todo esto es parte
de esta vida prodigiosa que se nos ha enviado, y de la que creo que tiene un
origen divino.

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Publicado en el nº 2 de la revista Atlántida

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