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LA OBRA DEL ESPIRITU.

OBJETIVO.- Abrirnos a los carismas con lo que el E.S. enriquece a la iglesia


CRECE LA EXPECTATIVA
Es así que estaremos en ese momento esperando confiadamente que el Señor haga todas esas cosas y muchas más, pues su
“fuerza actúa en nosotros y puede realizar mucho más de lo que pedimos o imaginamos” (Ef 3, 20). Así es la obra de
Dios en nosotros.
Debemos recordar, sin embargo, que desde nuestro bautizo hemos recibido el Espíritu Santo, y aunque hasta hoy no hayamos
servido a Dios como corresponde, no significa que no tengamos los dones y carismas con los que nos bendijo en dicha ocasión.
Precisamente, la efusión del Espíritu Santo despierta y renueva todas las gracias que recibimos de Dios y nos capacita para el
servicio a la comunidad.
Los carismas
Significa: gracia, don gratuito: una gracia don gratuito, es el espíritu Santo que Dios nos regala
El Espíritu Santo nos da todo lo que necesitamos para crecer y perseverar en esta nueva vida. Asimismo, nos capacita para el
servicio de la comunidad a la cual pertenecemos. Mediante los Carisma
“Estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán en nuevas lenguas; tomarán
con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y
quedarán sanos” (Mc 16, 17—18).
Nuestra mejor disponibilidad para recibirlos es esperarlos con fe, confianza y sed ardiente, en oración
“Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo. Primera
Carta a los Corintios (12, 4—11): Hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. La manifestación
del Espíritu que a cada uno se le da es para provecho común. A uno se le da, por el Espíritu, palabra de sabiduría; a otro,
palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, el don de la fe, por el Espíritu; a otro, el don de hacer curaciones, por
el único Espíritu; a otro, poder de hacer milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal
espíritu; a otro, hablar en lenguas, a otro, interpretar lo que se dijo en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu,
que da a cada uno como quiere”.
• LA PALABRA DE SABIDURÍA:
Es un carisma que nos proporciona en un momento dado los conocimientos necesarios para defender la fe, para dar testimonio
del Señor, para solucionar un problema difícil, o para ver la manera de realizar un plan que el Señor nos ha mostrado individual
o comunitariamente. Dicho conocimiento debe ser expresado verbalmente.
Un caso bíblico es cuando Salomón resolvió una disputa entre dos mujeres que peleaban por un mismo niño (Cf. 1 Re 3, 16 -
28). Jesús también manifestó este don cuando respondió a la tentación del demonio en el desierto (Cf. Mt 4, 1—10; Lc 4, 3—
12); o cuando dio una directiva práctica al joven rico de cómo entrar en el reino de los cielos (Cf. Lc 18, 22; Mc 12, 15 - 17).
Asimismo en las primeras comunidades, los apóstoles
LA PALABRA DE CIENCIA O DE CONOCIMIENTO
Es una revelación sobrenatural de situaciones, hechos, sucesos pasados, presentes o futuros que no son conocidos por medios
humanos y que Dios lo revela a nuestra inteligencia.
Tenemos el caso del profeta Natán quien descubre el pecado de David y conoce también que ha sido perdonado (Cf. 2 5am
12); Jesús supo que un poder había salido de él cuando la mujer tocó su manto (Cf. Mc 5, 28 - 32),
EL DON DE FE:
Esta clase de fe es aquella que Cristo concede a algunos como don gratuito (no consiste solamente en una fe dogmática) capaz
de realizar obras que superan toda posibilidad humana.
Así tenemos que Jesús se admiró de la fe del centurión: “Basta que tú digas una palabra y mi sirviente se sanará”
EL DON DE CURACIONES (Don de Sanación):
Jesús pasó curando la mayor parte de su tiempo a las personas enfermas (corporal, psicológica, moral y espiritualmente). Éste
era uno de los signos que acompañaban su predicación. El Señor puede comunicar este don a cualquier creyente, y no
únicamente a personas “especiales”, como muchos piensan.
Tenemos por ejemplo el milagro de la multiplicación de los panes (Cf. Mc 6, 34); la resurrección de Lázaro (Cf. Jn 11, 1);
cuando Jesús camina sobre las aguas (Cf. Mc 6,47—53);
LA PALABRA DE PROFECÍA:
Es uno de los medios que Dios usa para manifestamos su voluntad, pues a través de este don Dios comunica al hombre sus
propios pensamientos para dar un mensaje a una persona, a un grupo de individuos o a la comunidad.
La palabra de profecía sirve para alentar, reconfortar, corregir, prevenir, mostrar una mala conducta, anunciar el perdón y
mostrar nuevos caminos.
Un caso bíblico de este don son las palabras de Simeón a la Virgen María, cuando el niño Jesús fue presentado en el Templo.
EL DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS:
El don de discernimiento de espíritus nos permite reconocer o identificar el origen y la inclinación que mueve a una persona a
actuar en una situación concreta; es decir, si esta persona está actuando motivada por el Espíritu Santo, por su propio espíritu
humano o por el espíritu del mal.
‘No apaguéis el Espíritu..., pero examinadlo todo y retened lo bueno’ (1 Tes. 5, 19—20)
Jesús se sirve de este don para reprender a Pedro luego de anunciar su pasión
Algunos fariseos prueban a Jesús preguntándole sobre el impuesto para el César
EL DON DE LENGUAS:
El Espíritu Santo es capaz de hablar por y dentro de nosotros en un lenguaje que la mente consciente no puede comprender: la
glosolalia (Cf. Hch 2, 3-4; Rm 8, 26), que es el hablar en lenguas.
La oración en lenguas, por medio del cual la persona ora a Dios pronunciando sonidos que no entiende en un lenguaje que
no conoce, simplemente dejándose guiar por el Espíritu, pues es el Espíritu de Dios quien ora dentro de nosotros.
Canto en lenguas.- que es cuando la oración en lenguas adquiere una musicalidad y ritmo muy especial.
Mensaje en lenguas, que es un discurso en lenguas y es para toda la comunidad. Para ello, el Espíritu Santo previamente ha
inspirado al silencio para escucharla.
• EL DON DE INTERPRETACIÓN DE LENGUAS:
Si alguien pronuncia un mensaje en lenguas se necesita una interpretación. Quien tiene este carisma, comprende el sentido de
quien habla en lenguas y por una inspiración distinta del Espíritu da lo sustancial del mensaje.
Así pues, sigamos el consejo de Pablo quien nos dice: “... si se interesan por los dones espirituales, ansíen los que edifican la
Iglesia. Así no les faltará nada” (1 Co 14, 12).
LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
Pero la obra del Espíritu no queda allí. Cuando él actúa en nosotros, brotan en nuestro ser diversas manifestaciones con que
nos enriquece aún más. Son los Frutos de la obra del Espíritu.
Un árbol bueno siempre da frutos buenos: “Planten ustedes un árbol bueno, y su fruto será bueno; planten un árbol dañado, y
su fruto será malo. Porque el árbol se conoce por sus frutos” (Mt 12, 33).
Conozcamos, entonces, cada uno de estos frutos, y examinemos si se están manifestando en nuestras vidas.
Primera Carta a los Corintios (12, 4—11):
• CARIDAD (amor):
El amor es servicial, se da sin condiciones y se debe mostrar en todas nuestras acciones y reacciones.
Teniendo en nosotros el Amor de Dios, es más fácil amar a nuestros hermanos, incluso a nuestros enemigos. Del amor brotan
todas las otras manifestaciones del Espíritu Santo
ALEGRÍA:
Es un gozo que brota de una fuente íntima y profunda, no es una respuesta emocional a algo.
El nos quiere alegres, pues esta es la característica del cristiano. Alegría que no sólo se manifiesta cuando estamos bien, sino
también en medio de las dificultades y pruebas.
• PAZ:
Es permanecer serenamente y en calma interior. Es tener orden en relación a Dios, a nosotros mismos y a los demás, Esta paz
no es como la que da este mundo.
 COMPRENSIÓN DE LOS DEMÁS:
La persona que es comprensiva es la que soporta a los demás, se domina a sí mismo con paciencia constante, se pone en el
lugar del otro, siendo paciente ante las flaquezas de su prójimo (Cf. Tt 3, 2; 1 Co 13, 4—5)
• GENEROSIDAD:
Es saber ver las necesidades de otros y responder a ellas en forma calurosa y amable, sin sentirse por eso “necesario”. La
persona generosa es aquella que da o se da con amor, sin esperar nada a cambio.
• BONDAD:
Ser bondadoso es actuar con el hermano como Jesús actuaría; es sacar del corazón las cosas buenas con las que Dios nos ha
bendecido (Cf. Lc 6, 45).
• FIDELIDAD:
Quien es fiel es alguien en quien se puede confiar, que sabe guardar los secretos y cumple sus compromisos. La persona que
es fiel fundamenta la confianza en la comunidad. La falta de fidelidad y lealtad crea desconfianza y divide la comunidad.
• MANSEDUMBRE:
No es pasividad, es más bien fortaleza, pero bajo control. Mansedumbre significa suavidad, moderación; es lo contrario a la
altanería y la arrogancia. Con mansedumbre es que se debe amonestar a los hermanos de la comunidad.
DOMINIO DE SÍ MISMO (Templanza):
Es nuestra fortaleza interior. Significa ejercitar el poder o autoridad sobre los deseos de la carne poniéndolos bajo el dominio
de Jesús. Es tomar una decisión tranquila siendo guiado por su Espíritu (Cf. Ef 4, 26; Stg 1, 19.26).
Conclusión del tema
 Los carismas son aquellas “herramientas” que el Señor nos da para así servir a nuestros hermanos; es, por tanto, nuestra
responsabilidad desarrollarlos, hacerlos madurar y emplearlos para provecho de nuestra Iglesia
• El Señor quiere obrar en nosotros, para así edificamos a nosotros mismos y edificar la Iglesia, que es su Cuerpo.
• Tenemos que desarrollar los carismas que el Señor nos ha regalado, poniéndolos al servicio de nuestros hermanos.
• Mediante la manifestación en nosotros de los Frutos del Espíritu Santo, daremos testimonio de llevar una auténtica vida
cristiana.
REFLEXIÓN "Una noche un Viejo Cacique Indio le contó a su nieto la historia de una batalla que se libra dentro de nosotros.
Le dijo: "Mi querido nieto, hay una batalla entre dos lobos dentro de cada uno de nosotros. Uno es Malvado. Es ira,
envidia, odio, celos, codicia, egoísmo, orgullo, agresividad, superioridad, resentimiento, la avaricia, la mentira, la culpa, la
injusticia. El otro es Bueno. Es alegría, paz, amor, la bondad, la gratitud, la sencillez, serenidad, la humildad, misericordia,
esperanza, solidaridad, simpatía, generosidad, verdad, compasión y fe". El nieto pensó acerca de eso durante un minuto y le
preguntó a su abuelo: "¿Y cuál lobo gana?". El Viejo Indio simplemente le respondió: "El que tú alimentas" Nos quejamos
de cómo el mundo se esta comportando y no vemos dentro de nosotros
Job7;1

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