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LOS ORIGENES
DE LA
TOMO II
POR
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DB LA ACADEMIA FRANCESA
K E V O IjtJ G IÓ K ·
TOMO I
L .A . X X j &. K . G ì TX X A .
TRADUCCIÓN POR
L U I ® 33E 3 T E R A M
Profesor en el Ateneo de Madrid,
L A ESPAÑ A- M ODERNA
C a l l e d e F o m e n t o , M í a . 7.
AS DE HISTORIA
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L IB E O P B IM E B O
L a a ja a r q u ía e s p o n t á n e a ,
CAPITULO PRIMERO
Los comienzos de la anarquía,—I. Primera cansa, la penuria.
Mala cosecha. Invierno de 1788 á 1789. Carestía y mala cali-
. dad del pan. En provincias. En París.—IL Segunda causa,
la esperanza. Desdoblamiento y relajación de los poderes
administrativos. Informaciones de las.asambleas locales. El
pueblo adquiere conciencia de su estado. Convocatoria de
los Estados generales. Nace la esperanza. Coincidencia de las
primeras asambleas y de las primeras revueltas.—III. Las
provincias durante los seis primeros meses de 1789. Efectos
del hambre.—IV. Intervención de los vagabundos y ladro
nes.—V. Efecto de las novedades políticas.—YI. La primera
jaquería (1) en Provenza. Represión débil ó nula. ·
II
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VI ' '
VII
VIII
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Claro es que en adelante ya no hay seguridad para
nadie: ni la nueva milicia, ni las nuevas autoridades
bastan para hacer que se respete la ley. «No se atre
vían—dice Bailly—á resistir al pueblo que, ocho dias
antes, tomara la Bastilla.» En vano, después de los
dos últimos asesinatos, Bailly y Lafayette, indig
nados, amenazan con retirarse; les obligan á conti
nuar; su protección, tal como es, es la única que
queda, y si la guardia nacional no impide todos los
asesinatos, á lo menos impide algunos. Sa vive como
se puede, bajo la espera continua de nuevos golpes de
mano populares. P ara todo hombre impürcial—es
cribe Malouet—el Terror data del 14 de Julio. El 17,
antes de marchar á París, el rey comunica y toma
sus disposiciones en previsión de un asesinato. Del
16 al 18, veinte personajes de primer rango, entre
otros la mayoría de aquellos cuyas cabezas ha puesto
á precio el Palais Boyal, salen de Francia; conde de
Artois, mariscal de Boglie, príncipes de Condé, de
Conti, de Lámbese, de Vandemont, condesa de Poli-
gnac, duquesas de Polignac y de Guishe. Al día si
guiente de los dos asesinatos, Crosue, Docnerc, Su-
reau, los miembros más celosos y más valiosos del
comité de subsistencias, se ocultan ó huyen. La vís
pera de los dos asesinatos, ante una amenaza de in
surrección, los notarios de París tienen que adelantar
45.000 francos prometidos á los obreros del barrio de
San Antonio, y él Tesoro público, casi vacío, tiene que
sufrir una sangría de 30.000 libras diarias para dis
minuir el precio del pan. Personas y bienes, grandes
y pequeños, particulares y funcionarios, el gobierno
64 LOS ORÍGENES DE LA FRANCIA
5
CAPITULO III
I.
III
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vn
En efecto, ha^ ya una clase proscrita, y la han
puesto nombre: los aristócratas. Aplicado primero á
los nobles y prelados, que en los Estados generales
se negaban á la reunión de los tres órdenes, el nom
bre se ha extendido á todos aquellos á quienes sus
títulos, sus cargos, sus alianzas, su género de vida,
distinguen de la multitud. Lo que les recomendaba al
respeto los designa á la malquerencia, y el pueblo,
que aunque soportaba los derechos de aquéllos, no
sentía odio hacia sus personas, aprende á considerar
los como á enemigos. Cada uno de ellos, en su tierra,
responde de los malos designios que se atribuyen á
sus semejantes de Versalles, y, por el falso rumor de
un complot en el centro, los campesinos les colocan
entre los conspiradores. Así se prepara la Jaqüería
rural, y los exaltados que han soplado el fuego en
París, soplan también el fuego en provincias. «Si
99 LOS ORÍGENES DE LA FRANCIA_______ _
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XIX
IV
VI
CAPÍTULO PRIMERO
a
133 LOS ORÍGENES D E LA EBANOTA
a
bles preciosos, rompen á porfía cuanto les cae á
mano». «Lo que hubiera requerido un año de medita
ciones—dice un extranjero competente—fué propuesto,
«
discutido y votado por aclamación general. La aboli
m ción de los derechos feudales, de los diezmos, de los ;
privilegios de las provincias, tres artículos que por
m3 si solos abarcaban todo un sistema de jurisprudencia
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ffil
y de política, fueron despachados con diez ó doce,
otros en menos tiempo del que se necesita en el Par
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lamento de Inglaterra para la primera lectura de un ilifftl
Mll de alguna importancia.» «Así son nuestros fran lili
lilli
ceses-d ecía Mirabeau,—están un mes discutiendo so
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bre una cuestión de unas sílabas, y en una noche echan
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por tierra todo el antiguo orden de la monarquía.» A
decir verdad, son mujeres nerviosas, y de uno á otro
extremo de la revolución, su sobrexcitación irá cre
ciendo. VTT
-A ;
No solamente están exaltados, sino que tienen ne
cesidad de exaltación, y como el bebedor, que una
rí?
vez caliente busca los licores fuertes, diriase que se
SpEi afanan por arrojar de sus cerebros los últimos restos
*1 de sangre fría y de buen sentido. G-ustan del énfasis,
de la retórica á grande orquesta, de los trozos de elo
cuencia declamatoria y sentimental: tal es el estilo de
casi todos sus discursos, y en esto su afición es tanta,
que.no les bastan sus propias arengas. Habiendo pro
nunciado Lalley y Necker en el Ayuntamiento «unos
discursos enternecedores y sublimes», la Asamblea
quiere que se los repitan: ella es el corazón de Fran
cia, y conviene que experimente las grandes emocio
S nes de todos los franceses. Que este corazón lata siem
pre y lo más fuerte posible, tal es su oficio, y día por
día le proporcionan sacudidas. Casi todas las sesiones ¿-V-
II
mr.i empiezan por la lectura de mensajes admirativos, ó
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CAPITULO II
III
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194 LOS ORÍGENES D E LA FRANGIA
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olvida ésta que no es aquélla una persona natural, si
la exige su persona civil, si la declara capacitada
para heredar, adquirir y vender, si se convierte en
un propietario protegido y respetado, es por una
merced del Estado, que le presta sus tribunales y sus
gendarmes, y que, á cambio de este servicio, puede
justamente imponerle condiciones, entre otras, la obli
gación de ser útil, de seguir siendo útil, ó por lo me
nos de no llegar á ser perniciosa. Tal era la regla
bajo el antiguo régimen, y sobre todo desde hacía un
cuarto de siglo, gradualmente, eficazmente, el go :ia®l
1S ¡
bierno realizaba la reforma. No solamente, en 1749, llillÉlfii
prohibió á la Iglesia que recibiese ningún inmueble, §111!
ya por donación, ya por testamento, ya por cambio,
sin patentes del rey registradas en el Parlamento;
no solamente, en 1764, abolió la orden de los Jesuítas, ■V-Í
cerró sus colegios y vendió sus bienes, sino que, desde
1766, una comisión permanente podaba todas las ra .331 -m
mas muertas ó moribundas del árbol eclesiástico. Re *>
formas de las constituciones primitivas, prohibición
■M
de que hubiera más de dos conventos en París y más
de uno en las otras ciudades, modificación de la edad
para hacer los votos, que se fija en veintiún afios para ---i
los varones y diez y ocho para las hembras, un mí
%
nimo de religiosos obligatorio para'.cada casa, varia
ble de quince á nueve, según los casos; supresión de
la casa si no alcanza esa cifra, ó prohibición de reci
bir novicios: gracias á estás medidas, rigurosamente
i
ejecutadas, al cabo de doce afios, «los Gramontinos,
los Serviías, los Celestinos, la antigua orden de San
Benito, la del Espíritu Santo de Montpellier, las de
Santa Brígida, de Santa Cruz de la Bretonería, de San
Bufo, de San Antonio», es decir, nueve congregacio
nes completas, desaparecieron. Al cabo de veinte afios
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párrocos, otro 34, otro 86, tal prior nueve, cuál abade» }
sa 20; cinco municipios nombraban á su pastor; abadías, "r"
prioratos, canonicatos estaban á manos delrey. Hoy en
ana diócesis él obispo nombra á todos los párrocos y
coadjutores, y puede destituir á 9 de cada 10; en estar; Ví.
misma diócesis, de 1850 á 1860, apenas si se ha nom- ";
brado á un solo funcionario laico sin el beneplácito .
la mediación del cardenal arzobispo. Para comprén» I
POR K. TAINK 218
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sino escépticos, deístas, indiferentes, gentes del club, .
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miembros de la administración, que van á la iglesia
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atreve una vez á servirse de su veto, se califica de -1-'v--r=sr-
acto de rebelión; rebelión de un funcionario contra su
superior, que es la Asamblea; rebelión de un súbdito
contra su soberano, que es el pueblo. En .este caso su
destitución es de derecho: la Asamblea no tiene más
que pronunciarla, el pueblo no tiene más que ejecu
tarla y la Constitución conduce á una revolución. Se
mejante mecanismo se destruye por su propio juego.
Con arreglo á la teoría filosófica han querido separar
las dos ruedas del gobierno; para esto ha sido preciso
aislarlas. Con arreglo ai dogma popular se ha queri
do subordinar la rueda activa y amortiguar todos sus
efectos; para esto ha sido preciso romper sus articula
ciones y colocarla en el aire con objeto de que gire
como un juguete ó como un obstáculo. Infaliblemente
POE EL TÁ1NE 229
V.
) se acabará por romperla, á titulo de obstáculo, des
pués de haberla estropeado como juguete.
II
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CAPITULO PRIMERO
288 lo s oRioaasras b s ¡ l a f r a n g ía
II
III
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282 LOS ORÍGENES DE LA FRANCIA ~ ;
II
el) Literalmente: esto irá , esto irá, estribillo del canto re- :
volucionario,
; POR H. TA1.N® ' 315
III
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332 LOS ORÍGENES DE LA FRANCIA
IV
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III
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Supongamos que para no dar pábulo á las sospe
chas, se resignan á no tener armas, á do constituir
agrupaciones, á no acudir á los comicios, á encerrar
se en sus casas, á confinarse estrechamente en el
circulo inofensivo de la vida privada. Se verán en ella
perseguidos por la misma desconfianza y la misma
animosidad. En Cahors, en donde el municipio acaba,
á pesar de la ley, de expulsar á los Cartujos, quienes,
con permiso de la misma ley, optaban por la residen
cia y la vida común, dos religiosos, antes de mar
char, regalan á M. de Beaumont, su vecino y amigo,
cuatro perales enanos y unas cebollas en flor, proce
dentes del jardín de la comunidad. Por esto, el muni
cipio decreta que «el nombrado Luis de Beaumont,
antes conde, es culpable de haber secuestrado los bie
nes nacionales, temeraria y maliciosamente®, le con
dena á 300 libras de multa, ordena «que los cuatro
perales arrancados de la que fué Cartuja* sean lleva
dos mañana miércoles ante la puerta del citado Beau
mont, para que permanezcan allí cuatro dias conse
cutivos, custodiados día y noche por dos centinelas, á
expensas del dicho Beaumont, sobre los cuales árbo
les se colocará un cartel con esta inscripción: Luís de
Beaumont, secuestrador de bienes nacionales. Y la
presente sentencia será impresa en número de 1.000
ejemplares, leída, publicada á costa del repetido Beau
mont, para enviarse en todo el departamento del Lot,
á los distritos y municipios de que se compone, así
como á todas las Sociedades de Amigos de la Consti
tución y de la Libertad». En cada línea de esta invec-
________________ POR H. TAINE________ _______ 877
VI
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... :í
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386 LOS ORÍGENES DE LA FRANCIA
mi
esta clase de fiestas, Sobre esta fondo de groseros ape
titos han germinado ambiciones legitimas ó naturales/
Desde hace una veintena de años, muchos soldados
saben leer y se creen con capacidad de ser oficiales.
Además, varios de los alistados·—una cuarta parte
de ellos—son jóvenes de familias acomodadas á quie
nes les ha llevado al ejército un capricho ó una cala
verada. Ahóganse en este pasadizo estrecho, bajo, ne
gro, cerrado, en donde los privilegiados les cierran
toda salida, y atropellarán á sus jefes para avanzar.
He aquí los descontentos, los razonadores, los arenga-
dores de muchedumbres, y prontamente se establece
la alianza entre estos políticos de cuartel y los poli
ticos de plazuela. Salidos del mismo punto, van al
mismo fin, por el mismo camino, y el trabajo de ima
ginación, que ha ensombrecido al gobierno á los ojos
del pueblo, ensombrece á los oficíales á los ojos délos
soldados.
El Tesoro está exhausto y hay atrasos en la solda
da. Las ciudades, abrumadas, no pueden entregar lo
que debieran como contribución de guerra, y en Or
leans, ante la penuria del municipio, los suizos de
Chateauvieux han tenido que imponerse una retención
de un sueldo al día para tener sueldo en invierno. Los
granos escasean, las harinas están estropeadas y el
pan de munición, que era malo, es ahora peor. La ad
ministración, corroída por abusos antiguos, encuén
trase perturbada por el desorden nuevo, y ios solda
dos sufren las consecuencias. Se creen robados, se
quejan al principio con moderación y son atendidas
sus justificadas reclamaciones. No tardan en exigir
cuentas y se las presentan. En Estrasburgo, mediante
una investigación realizada ante Kellermann y un
emisario de la Asamblea nacional, pruébase que no se
POK H . TAISE 387
VII
i
POE H. TAINE 395
VIII
(1) Literalmente, p e g a - d u r o .
POS H, TAINE 401
IX
LIBRO PRIMERO
L· & a n a r q u í a © s p a n a t a me l a ·
CAPITULO PRIMERO
CAPÍTULO II
P&gs.
CAPITULO III
I. La anarquía del 24 de Julio al 6 de Octubre de 1789.
Destrucción del gobierno. A quién pertenece el poder
efectivo.—IL Las provincias. Destrucción de las anti
guas autoridades. Insuficiencia de las nuevas autori
dades»—I ÍL Disposiciones del pueblo. El hambre.—
IY, El pánico. El armamento universal. Atentados
contra las personas y Jas propiedades públicas.—Y, En
Estrasburgo, En Cherfturgo. En Maubenge. En Rouen.
En Besancon. En Troyes.—VL No se pagan los im
puestos.. Devastación de bosques. El nuevo derecho de
caza.—VIL Atentados contra las personas y las pro
piedades particulares. Los aristócratas denunciados al
pueblo como enemigos de él. Efecto de las noticias de
París. Influencia de los procuradores de aldea. Violen
cias aisladas. Jaquería general en el Este. Guerra á los
castillos, á las propiedades feudales y á la propiedad.
Preparativos de otras jaquerías.................................. .. 68
CAPITULO IY
LIBRO SEGUNDO
ILa. A sam blea constUitty&iite y mi obra.
CAPITOLO PRIMERO
Tags.
CAPITULO II
Págs.
CAPITULO III
LIBRO TERCERO
La. Cong&Hueión a p lic a d a .
CAPITULO PRIMERO ■
Fágs.
CAPITULO II
P % I.
CAPITULO III