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BIBLIA Y SECTAS
1 VISIÓN HISTÓRICA
1 Divisiones entre los apóstoles: La división existe desde siempre en la Iglesia:
ambiciones de poder en los apóstoles (Mc 10, 35s), fanatismo de grupo (Mc 9, 38-
41), Judas traidor, abandono en la pasión (Mc 14, 50), tensiones entre Pedro y
Pablo (Gál 2, 11s), entre Pablo y Bernabé (He 15, 39s), concilio de Jerusalén (He
15, 1-35). Como exigencia de la necesidad de unión aparece en el contexto de la
última cena la oración de Jesús por la unidad (Jn 17).
2 Divisiones en los primeros siglos: Los primeros siglos (s. I-V) estuvieron
marcados por las herejías sobre la manera de entender a Cristo como Dios y
como hombre: unas niegan la divinidad de Cristo (arrianismo), otras su verdadera
humanidad (monofisismo: una sola naturaleza); sobre el Espíritu Santo; sobre la
Virgen María a la que se le reconoció el título de "Madre de Dios" (Concilio de
Efeso, 431).
4 El cisma de occidente: El segundo gran cisma fue el de Lutero, que dio origen a
las iglesias protestantes, de las que derivan casi todas las sectas actuales (menos
las de origen oriental). La Iglesia adolecía de grandes fallas (sobre todo en la
jerarquía) y surgían por todas partes deseos de reforma. Lutero supo canalizar
esas inquietudes, pedía la celebración de un Concilio y propuso públicamente 95
tesis (reclamos a la iglesia) para que se discutieran (1517). Tuvo mucho éxito. Se
sumó a esto una fuerte corriente nacionalista y toda Europa se dividió en dos. Se
les llamó Protestantes (por su actitud de protesta). A los protestantes alemanes se
les llama luteranos. En Inglaterra Enrique VIII (que no pudo obtener del Papa la
anulación de su primer matrimonio) y luego Isabel I persiguieron a la Iglesia y se
separaron proclamándose jefes espirituales de su iglesia (son los actuales
anglicanos). Surgieron otros reformadores como Zwinglio y Calvino (Los
calvinistas en Suiza). Hoy a todos se les llama Evangélicos. Los principales
puntos de partida de Lutero y los protestantes son los siguientes:
- Nos salva la fe en Jesucristo, que es don de Dios, y no nuestras
obras. Por eso rechazan toda mediación como el culto a los santos, las
indulgencias, los votos religiosos y la mayoría de los Sacramentos.
- La Biblia es la única regla de fe (no la tradición o vida de la Iglesia).
- La Biblia la interpreta cada uno bajo la inspiración directa del
Espíritu Santo. No reconoce Magisterio de la Iglesia para interpretarla.
- Rechazan también la autoridad del Papa y la jerarquía como se
ejerce en la Iglesia católica.
No podemos tratar aquí todos los errores de cada una de las sectas. Nos
limitaremos a responder a las dificultades que se plantean comúnmente.
1. La Biblia:
Todas las iglesias cristianas y las sectas admiten la Biblia como Palabra de Dios.
(Algunas sectas tienen además otros libros que creen inspirados, como el "Libro de
mormón"). La existencia de tantas iglesias cristianas se basa en las diferentes
interpretaciones de la Biblia. Los rasgos principales de la interpretación católica son los
siguientes:
2. La Trinidad Jesucristo:
3. La Iglesia:
Todas las Iglesias y sectas pretenden ser las verdaderas, pero las Sectas lo hacen
atacando a los otros. Hay que descubrir criterios objetivos para buscar la verdad. Los
católicos lo hacemos con respeto a todas las demás iglesias.
- El Credo apostólico (mitad del s. II) dice de la Iglesia que es una pues tiene
un único Pastor o cabeza. Toda división va contra Cristo mismo. Es santa porque
vive y ofrece los dones santos de la Palabra de Dios, su gracia y salvación. Pero a
la vez es humana y cuenta con gente pecadora. Es católica (=universal) porque
está llamada a ser la Iglesia de todos los pueblos y razas (Mt 28, 19-20). Y es
apostólica porque está fundada sobre los apóstoles (Ef 2,20) y conecta con ellos
desde los orígenes. Desconocer ese origen es no ser verdadera iglesia de Cristo.
No vale argumentar con los pecados de la Iglesia para separarse de ella y de su
tradición apostólica.
- Todas las Iglesias y sectas coinciden en rechazar la Jerarquía (Papa,
Obispos) de la Iglesia católica. Ellas tienen sus propias jerarquías. Jesús fundó su
Iglesia sobre Pedro (piedra) y le dio autoridad en la Iglesia (llaves) y poder de
decisión (atar y desatar) (Mt 16, 18-19). Después de la resurrección Jesús da a
Pedro el encargo de "apacentar el rebaño" (Jn 21, 16-17). Pedro tiene relevancia
en el NT, muere mártir en Roma, y sus sucesores están al frente de la Iglesia
hasta el Papa actual. Esta es la tradición viva de la Iglesia. Los Obispos son
sucesores de los apóstoles. Ya en el NT aparecen como responsables de
comunidades y el rito por el que se comunica el poder sagrado es la "imposición
de manos"(He 20, 28; 1Tim 4, 14; 5, 22; 2Tim 1,6; Tit 1, 5). Los sacerdotes son
colaboradores de los obispos (LG c. III). Esta Jerarquía la tiene la Iglesia católica
desde los tiempos apostólicos.
4. Sacramentos:
6. Las imágenes:
7. ¿Sábado o domingo?
Muchas sectas celebran el sábado como el día sagrado. Los ortodoxos, protestantes y
católicos celebran el domingo. En el AT se celebra el sábado. Cristo lo relativiza, cura a
los enfermos en sábado y afirma que toda ley, por divina que sea, debe estar al servicio
del hombre "El sábado ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado" (Mc
2,27). Los cristianos celebran "el primer día de la semana" (el que sigue al sábado)
porque en ese día resucitó Cristo y lo llamaron "día del Señor" (en latín dies dominica).
Pablo preside una celebración eucarística en Tróade el domingo (He 20, 7-12). Y la
colecta que hace para Jerusalén se hace en las comunidades cristianas el domingo (1Cor
16, 1-4). La Didajé (un documento de fines del s. I) atestigua que el día de guardar para
los cristianos es el domingo. Y es fácil entenderlo. Los cristianos tenemos una nueva fe
(en Jesucristo), nuevo lugar de culto (la casa y luego la iglesia), unos nuevos signos
(los sacramentos) y nuevo día sagrado (el domingo). Volver al sábado significa
quedarse encerrados en el A.T. sin pasar al N.T.
Algunas sectas, llevadas de la interpretación literal de la Biblia, afirman que María tuvo
otros hijos, pues se habla de los "hermanos de Jesús" (Mc 3, 31; 6,3 y paral.) y a
Santiago se le llama "hermano del Señor" (Gál 1, 19). Pero nunca se dice que sean hijos
de María. En el mundo semítico se llama "hermanos" a los parientes o miembros de
una misma familia (Gén 13,8; Lev 10,4), de una misma tribu (2Sam 19,13) o de un
mismo pueblo (Deut 25,3; Jue 1,3). En hebreo no hay un término propio para "primo" y se
usa "hermano" (Ver Gén 14, 14-16; 29, 10 y 12). Lot es sobrino de Abraham pero se le
llama "hermano".
El texto de Mc 6,3 que cita 4 "hermanos de Jesús", atribuye a otra madre distinta a
dos de ellos, Santiago y José (Mc 15,40: la María que se cita no es la Madre de Jesús
pues de ella no habla Marcos). Es otra María que aparece en Juan como "hermana de su
madre y mujer de Cleofás" (Jn 19, 25). Ahí mismo Jesús encomienda a su madre a Juan,
lo que no haría si tuviera otros hijos. Y la tradición desde los primeros siglos afirma que
María no tuvo otros hijos sino que fue siempre Virgen.
9. Alimentos prohibidos:
Otro caso en que las sectas no leen toda la Biblia, sino que se quedan en el AT. El AT
prohibe algunos alimentos (Lev 11, 1-23; Deut 14, 3-21). Y prohibe comer carne con
sangre, porque se creía que la sangre era el alma (Lev 19, 26; Deut 12,23). Por eso es
impuro todo animal que no se ha desangrado bien. Aquí se basan los Testigos de Jehová
para negarse a las transfusiones de sangre. Es otro caso en que la mentalidad judía
estaba equivocada, saber humano. La Palabra de Dios nos exige respetar la vida, sobre
todo la vida humana. Pero no es mensaje revelado que no podamos comer sangre de
animales.
Sobre los alimentos habló claramente Jesús al afirmar que no mancha al hombre
lo que él come sino las malas intenciones que nacen en su corazón. Y Marcos agrega:
"Así Jesús declaraba que todos los alimentos son puros" (Mc 7, 20). Pablo luchará por
desterrar esa costumbre de los alimentos prohibidos y resume: "El reino de Dios no es
cuestión de comida o bebida, sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo" (Rom 14,
17). La prohibición de alimentos no tiene valor alguno (Col 2, 16-17. 20-23) y todo
alimento es bueno (1Tim 4, 3-6).
Lo mismo hay que decir de las bebidas y otras cosas (licor, vino, cocacola, café,
té, tabaco...) que prohiben los Testigos de Jehová y los Mormones en nombre de la Biblia.
Jesús bebía vino (Mt 11, 19), Pablo aconseja a Timoteo que tome un poco de vino para
sus molestias de estómago (1Tim 5, 23). La cocacola ni existía en tiempos de la Biblia. La
Biblia no prohibe esas cosas sino el abuso (borracheras, vicios).
10. Los diezmos:
Varias sectas obligan a su gente a pagar el 10% de sus ingresos en nombre de la Biblia.
Este es otro tema propio del AT. En el NT ya no existe, pero sí la colaboración o colecta
de acuerdo a las posibilidades y generosidad de cada uno. Pablo mismo manda hacer
colecta para la comunidad madre de Jerusalén que es pobre y se entrega (He 11, 29-30;
24,17; Rom 15, 26-28; 1Cor 16, 1-3; 2Cor 8-9).
Muchas sectas están obsesionadas con el fin del mundo y su fecha. Cualquier catástrofe
les sirve de ocasión para indicar su cercanía. Y más ahora con el fin del milenio. Lo
mismo sucedió al fin del año 1.000. Es otro caso en que toman versículos sueltos de la
Biblia sin tener en cuenta su conjunto. En tiempos de Jesús y después de su resurrección
se esperaba un pronto fin del mundo y así lo atestigua Pablo en 1Tes. 4, 13-18 (su
primera carta). Pero con el pasar del tiempo fueron comprendiendo que el final no estaba
tan cerca. Los textos que hablan en los evangelios sobre el final del mundo son del
género apocalíptico: quieren expresar que la última palabra sobre el mundo la tiene el
juicio de Dios y que no hay que tomar esos textos al pie de la letra. Tratan de invitar a
vivir siempre preparados. Además en ellos está mezclado lo que Jesús dijo sobre la
destrucción de Jerusalén ("no pasará esta generación ante de que esto suceda") y lo que
se refiere al fin del mundo. Y sobre éste se afirma claramente que "nadie sabe ni el día
ni la hora" (Mc 13, 32 y paral.). Los múltiples fracasos que las sectas han tenido
anunciando fechas del fin deberían hacerles en esto más prudentes para no caer en el
ridículo. Más seriedad y mejor estudio de la Biblia es lo que se necesita
Otra diferencia con las sectas es el sentido de la muerte. Para ellas el difunto
permanece como dormido en espera de la venida de Cristo. Para los católicos con la
muerte la persona humana recibe retribución o castigo. Cristo le dijo al buen ladrón: "En
verdad te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc 23, 43), que los evangélicos
acomodan cambiando la puntuación: "En verdad te digo hoy: estarás conmigo en el
paraíso", lo cual es absurdo. Otros textos hablan del destino del alma después de la
muerte (2Cor 5,8; Fil 1, 23; Hebr 9, 27; 12, 23). Y Pablo siente el dilema: seguir viviendo o
estar con Cristo. La Biblia admite una purificación después de la muerte para los no
perfectos (2Mac 12, 46; 1Cor 3, 15; 1Pe 1, 7). Es el estado que la Iglesia llama
Purgatorio.
Los Testigos de Jehová y Mormones admiten dos muertes y dos Resurrecciones.
Los muertos esperan en la tumba en estado como de sueño. Con la venida de Cristo
resucitarán. Luego se establece un reino de mil años (milenarismo) y al final habrá una
segunda resurrección sólo para los salvados definitivos (144.000, los testigos) y los malos
serán aniquilados. Otro caso típico de interpretación literal de la Biblia sin tener en cuenta
el género literario. Vamos por partes.
El Apocalipsis (en el que se basan) es un libro totalmente simbólico. No habla
tanto del fin sino de la tensión que sufre la Iglesia a fines del s. I contra el Imperio romano
y el triunfo final de Cristo y los suyos. Y lo hace en clave. La gran prostituta, la Babilonia
criminal, la Bestia de siete cabezas y diez cuernos (Apoc 13, 1) es la Roma del s. I y no la
de hoy (Roma tiene siete colinas). Es infantil aplicar al Papa el número 666 se la bestia
(Apoc 13, 18). Es otro número simbólico que indica maldad (la perfección es 7 y 6 es 7
menos 1 o sea la maldad por triplicado, la máxima maldad). Los 144.000 salvados son
también un número simbólico (al que eran muy aficionados los judíos) y resulta de
multiplicar 12 (las tribus de Israel) por 12.000 y quiere expresar que la salvación llega a
toda la humanidad como se dice a continuación en el mismo capítulo (pero que no lo
leen: Apoc 7).
El Apocalipsis habla de una "segunda muerte" (2, 11; 20, 14; 21, 8), pero no es
una muerte física sino lo que podríamos llamar una muerte moral, la condenación
definitiva. Y que la muerte fí sica sucede una sola vez se afirma claramente en la Biblia:
"Los hombres mueren una sola vez y después viene para ellos el juicio" (Hebr 9,27). Y
hay una sola resurrección: "Los que hicieron el bien saldrán y resucitarán para la vida,
pero los que obraron el mal para una resurrección de condena" (Jn 5, 29)
Los Testigos vuelven loco a cualquiera con la batalla de Harmaguedón (Apoc 16,
16) y dicen que es la batalla de Cristo contra los malos en el fin del mundo. Harmaguedón
significa "monte de Meguidó" y es el lugar de la derrota del rey Josías (2Re 23, 29s); para
la Biblia es símbolo del desastre (cfr. Zac 12, 11-12). No es un lugar real donde va a
acontecer la lucha de Cristo contra los malos. Es un símbolo. No habrá tal batalla, sino
que el mal será juzgado y condenado.
El reino de mil años (Apoc 20) es otro símbolo. Es suposición vieja
(milenarismo) que muchos han querido identificar como una especie de paraíso terrenal
de mil años antes del cielo. Este reino representa la fase terrestre del Reino de Dios
desde la resurrección de Cristo (para otros desde la caída de Roma) hasta la segunda
venida de Cristo. La primera resurrección se refiere al bautismo (ver Rom 6, 1-11; Jn 5,
25-28). Esos mil años no se pueden tomar al pie de la letra, designan un largo período de
tiempo.
13. Reencarnación: