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roe) W o>) Director coordinador: José Andrés-Gallego Traducci6n de: Jacinto Antolin Disenio de cubierta: José Crespo ANTHONY McFARLANE EL REINO UNIDO Y AMERICA: LA EPOCA COLONIAL Sener eeennrata } niwrsided Neal de © | reuitas de Fiswia y+ © 1992, Anthony McFarlane t © 1992, Fundacién MAPFRE América _BIStlor © 1992, Editorial MAPFRE, S. A. Paseo de Recoletos, 25 - 28004 Madid ISBN: £4-7100-305.8 (rstica) ISBN; 84-7100.306-6 (catone) Depésito legal: M. 20239 1992 @) Inmpreso en os talleres de Mateu Cromo Artes Gris, S.A Carretera de Pinto a Fuenlabrada, s/n., km, 20,800 (Madi) EDITORIAL Impresa en Espaiia-Printed in Spain MAPFRE a FAGULTAD Bipuieiscs INDICE Insmopucctow U Praia paare SURGIMIENTO DEL IMPERIO, 1480-1642 Exrtonacionss inotssas EN ot, ArLANTICO Los descubsimientos europeos Primeros vies ingleses al oeste ‘Aventuras en las Américas en la época isabelina Experimentos coloniales Experimentos ingleses de colonizacién: condiciones y consecuer Priwenas covostas o Expansin ingles a princpios del siglo a: context. Reconocimiento Compass y colonies Virginia los primeros aos Colonizacién en Nueva Inglatera Las Antillas Eqtcrantés ¥ covonos La sgran migracién= Caractersticas generals de la emigracin inglesa hacia las Ameri Nueva Toglatera a "7 8 21 26 36 45 46 48 50 52 37 0 o 7 ° n 8 Indice Indice 9 Virginia y Maryland la colons dea babi de Chespee ne 78 Tonca rr eevee cn 3 LA TRANSFORMACION DEL IMPERIO, 1713-1815, Lis Amb ingles 4 minds go i ° | ‘VIII. GUERRA, SOCIEDAD Y ECONOMIA EN LA AMBRICA BRITANICA, 1713- Stounoa nase Rivaldades impeinasy gues coloiles 26 ‘ 4 La expansion demogrfia mm EXPANSION Y CONSOLIDACION, 1642-1713 a economia atlintica de Gran Bretaha se 217 IV, La ¢9NSt08 DEL IMFERIO seonny 97 El comercio dl Cate ooo oe Reperesiones del Guerra Civ ingles en Amzica, %8 Elbalce dl comune coal 225 Lor mieos nur d a pola colonial aon Colonists exibeto: Ia Gpoca de lor bacaneror tos DK 14 cuss x ara aa ‘Expansi6n inglesa en América del Norte 0 La reorganizacin impetial -nrnrrnrnnr 233 ‘Anelomésia finales del siglo x Co ns Rowen nr 3 Consolidacién y confictos on 120 La ctisis de la autoridad britanica 242 ps El derrocamiento del gobierno britinicd nm 207 Ve Covoas mets 8 CARIBE o ‘ ¢ La ruptura del poder britinico: la Guerra de «Independencia ame- Tersitoros inglesesen el Caribe 126 250 La tevolucidn del azieat umnsnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn 129 ane Independencia y Revolicibn vvnnnnnnnnnnn 283 1a sociedad de plantaién vosnnnrnnnnnnnnnnin IBZ Independencia y Reve La gate plantadore 135 X__Rroncawencion pet. urs 259 Eeclavit co 137 Peta an Gan Brea y los Estados Uids después de Revolucion a9 VIL Las couowtas NoxTEaMenicanss senmnnnnne M7 Reonarizacnes pes ep Nonna . we Regioncsingsns de Nortcaméscn 19 epecasones de la Revolucién en el Cai Ls América putana: region de Nueva Inglaterta svn 151 Gran Bretahay la eaida de Tos Imperos euroamerianos 275 [La Amétca de ls planeaiones: la regién de Chesapeake 155 7 [La América de las plantaciones las Carolinas 182 Eroc 7 [La América poliglota: las colonias mesoatlintiat = 163 APENDICES Frontet se 168 1a esclavitud en América del Nore . 170 Bibiografia women AT 1a sociedad noneamericana: caricter y wayectoria 174 thorce omeAMASTIOO sxe cette 298 VIL. Gonteavo ¥ roves 181 Ioice TOPONDICO enn svn 301 Los cimientos del gobiemo colonial 181 El gobiemo colonial después de la Guerta Civ 185 Rebelin y gobiemo colonial a fines del siglo xv 189 TE gobierno de las colonias 194 La distribucién del poder INTRODUCCION Este libro trata de los ingleses en las Américas durante los tres si- los en los que los europeos crearon poblaciones y construyeron im- petios coloniales en el Nuevo Mundo. Su propésito es proporcionar tuna visidn histrica de conjunto a un lector a quien, interesado por la presencia e influencia de los ingleses en las Américas, no le resulta fa- miliar ni la historia de Inglaterra, ni la de sus colonias. En consecuen- cia, intenta delinear las fases principales del establecimiento inglés en cl hemisferio occidental y explicar las diversas maneras en que los in- gleses exploraron y se adentraron en las nuevas tieras, el modo en que explotaron sus recursos, desplazaron a los nativos y crearon formas de ordenamiento social y politico bajo la soberania inglesa. Pensado prin- cipalmente para los lectores hispanos, el libro indica también las simi- litudes, diferencias e interacciones entre la experiencia inglesa y la es- pafiola en ef Nuevo Mundo. Por un lado, situaremos el desarrollo de la América inglesa dentro del contexto de la expansién europea en el hemisferio occidental, y por otro, los modelos de crecimiento social, econdmico ¢ institucional de las colonias angloamericanas y los de las hispanoamericanas. De todos los paises del norte de Europa, fueron los ingleses los que tuvieron mayor impacto sobre la vida americana. A principios del siglo x0x, Alexis de Tocqueville discernia los elementos de un gran po- der fututo en las excolonias inglesas de Norteamérica, «marcadas por la voluntad divina para influir en los destinos de la mitad del globo». Ape- nas un siglo después de su independencia, su prediceién se cumplid. A fines del xix mismo, los Estados Unidos se hablan revelado como una gran potencia industrial, cuya fuerza econdmica se igualaba cada vez més 12 EL Reino Unido y América: a época colonial con el peso de su poder politico y el aleance global de su influencia cultural. La historia de los ingleses en las Américas no «s, sin embargo, simplemente la historia del desarrollo de las colonias que més tarde lle- garian a ser los Estados Unidos, pues, si bien ¢s cierto que las colonias inglesas en Norteamérica parecen de gran importancia en cualquier cré- nica que trate de los ingleses en las Américas, su historia no comprende Ia totalidad de la experiencia inglesa en las Américas ni tampoco fija los limites de la influencia inglesa en el desarrollo de la regién, De hecho, los ingleses se involucraron con las Américas un siglo antes de establecer colonias permanentes en la costa atléntica de Amé- rica del Norte, y su presencia sobrevivié por mucho la pérdida de esas colonias. No sélo crearon colonias en la zona del Caribe que duraron mas que las de América del Norte, sino que, ademés, adquirieron terri torios franceses del Canadé, los cuales permanecieron también bajo la soberania briténica hasta may entrado el siglo xx. Por otro lado, la in- fluencia politica y econémica britinica tuvo un fuerte impacto sobre Latinoamérica; este predominio comenz6 en la época misma det do- minio colonial ibérico, especialmente durante el siglo xvm, cuando Gran Bretaiia empezé a penetrar seriamente en los mercados ibero- americanos, agudizindose tras el hundimiento de los Imperios portu- gués y espafiol, cuando, a lo largo del x1x, Gran Bretafia establecié una especie de simperio informal» en América Latina, basado en la supre- ‘macia comercial y la migracién de capital Este libro, pues, no se restringe simplemente a Ia historia colonial de la América del Norte inglesa durante los siglos xvi y xv, sino que tiene un alcance mis amplio. Se ocupa del papel que desempefiaron los ingleses en las Américas durante todo el periodo en el cual fos eu- topeoteablecieon © incrementaon fos imprioe en Occiente, desde los primeros asentamientos espafioles a principios del siglo xvi, hasta Ia desinteraci del coloniaismo europeo a fines del xe yprincipios del x0x. Asimismo, repasa la experiencia de todas las colonias inglesas en el Caribe, asi como en el continente americano, tanto en Canadé como en los Estados Unidos. A lo largo de todo el libro subyace el interés por presentar la historia de los ingleses en las Américas en un contexto amplio y comparativo, mostrando cémo éste formé parte de tun movimiento mas general de europeos hacia el Nuevo Mundo, al tiempo que busca identificar las caractersticas que diferenciaron la co- lonizacién inglesa de sus contrapartes espafiola, francesa y holandesa. Introduccién B Para identificar los rasgos distintivos de la presencia inglesa en las “Américas, examinaremos su desarrollo en las tres principales etapas del proceso durante ef cual los europeos sc adentraron y establecieron bn el Nuevo Mundo. La primera fase, durante el siglo xvt y principios del xvu, de reconocimiento y establecimiento, fue cuando los europeos Ssimilaron gradualmente los contomos del mundo americano, y pusie- ton los cimientos de sus imperios americanos. Esta fase, que se extien- Ue desde el final del siglo xv hasta principios del siglo xvut, ha sido tratada en la primera seccién de este libro, Un capitulo introductorio se centra en las primeras exploraciones inglesas y en el surgimiento de proyectos coloniales en el siglo xv; los capitlos que le siguen exami- Fan la fandacién de las primeras colonias inglesas permanentes a prin- Cipios del xv1, mostrando cémo se establecieron las nuevas sociedades, como crecieron y se desarrollaron con la primera gran ola de migray Cién trasatlintica inglesa, y cémo los primeros colonos interactuaron con las tierras y la gente que encontraron en el Nuevo Mundo. En la segunda seccién examinamos la actividad inglesa duran- te una segunda fase de expansién a finales del siglo xvi y comienzos del xvim, cuando Inglaterra promovi el crecimiento de su imperio te- rritorial y luché compitiendo con las potencias europeas por el control ‘exclusiva de los mercados y territorios més lucrativos y productivos. Un capitulo preliminar esboza la expansién del Imperio tras la Guerra Givil inglesa, mostrando cémo, a pesar de su retraso en llegar a las ‘Américas, Inglaterra se constituyé, hacia finales del siglo xvu, en una potencia colonial. Los capitulos siguientes exploran el caricter de las principales colonias del Caribe y de Norteamérica conforme éstas se Ucsartollaron durante el siglo que siguié a la Guerra Civil, mostran- do los factores distintivos de sus economias y sociedades, ¢ indicando la indole del orden gubernativo y politico que surgié bajo el dominio inglés. Por dikimo, la tercera seccién delinea fos procesos de crecimiento, conflicto y realineacién que afectaron Ia vida del Imperio americano ide Gran Bretafia en el siglo xvm y 2 principios del xx. A partir de laqui, sucesivos capitulos intentan mostrar cémo el Imperio angloame- Ficano se desarroll6 en el contexto de una competicién imperialista, y por qué, habiendo logrado su cabal extensién en 1763, suffi entonces tina parcial desintegracién a causa de la Revolucién americana de In- dlependencia, Por esta épaca la influencia britinica en las Américas se 4 El Reino Unido y América: la época colonial isi hacia su tercera etapa: el dominio industrial. Si la independen- cia de los Estados Unidos hitié el orgullo y prestigio britinicos, esto no disminuyé su fuerza econdmica, ya que, sin necesidad de un im- perio formal, la continuidad de las relaciones con los ripidamente de- sarrollados Estados Unidos, ni con las repuiblicas independientes de La- tinoamérica permitié a los britinicos encontrar un vasto espacio para su expansiOn econémica en el hemisferio occidental. Asi, las partes que concluyen el libro consideran la forma en que los intereses y afanes americanos de Gran Bretafa evolucionaron y se alteraron durante el largo periodo de guerra y revolucién de fin de siglo, hasta que, a me- diados del siglo 21x, el interés en el dominio colonial se desvanecié, y las energias imperialists briténicas se volvieron a otra parte, hacia un segundo y mas duradero imperio, en la India y el lejano Oriente. PRIMERA PARTE. SURGIMIENTO DEL IMPERIO, 1480-1642 EXPLORACIONES INGLESAS EN EL ATLANTICO ‘A finales de la Edad Media, Inglaterra era un remanso econdmico ¥ politico separado de las més grandes concentraciones de riqueza y poder de Europa. Estas permanecieron alejadas, al sur, en el Mediterti- zneo, donde las ciudades-estado se habian hecho ricas como intermedia rias del comercio suntuario entre el Oriente y el norte de Europa; y al norte, en las ciudades alemanas, en las que la Liga Hansedtica contro- laba los flujos mas ricos del comercio de productos provenientes de los ‘mares, minas, bosques y granjas del norte. Durante el siglo xv, sin em- bargo, el centro de gravedad econémico de Europa se aparté de estas bases tradicionales. Después del afio 1500, los modelos de comercio ‘medievales fueron susttuidos, cada vez més, por las nuevas ratas ma- ritimas, abiertas a raiz de los viajes de descubrimiento efectuados por Portugal y Espafia durante la ultima parte del siglo xv. Desde Lisboa y Sevilla, estas rutas se extendian por el océano Atlintico hasta Africa, Asia y las Américas desde donde traian a Europa los recursos que transformaron su economia en los siglos siguientes. La primera consecuencia que este cambio produjo fue enriquecer alos paises que controlaban los nuevos circuitos comerciales. Tanto Espafia como Portugal observaron un aumento sin precedentes de su peso econémico y politico dentro de Europa, mientras sus descubri- mientos los condujeron a la formacién de grandes imperios en Ulera- mar. Al final del siglo xv1, la balanza que cambié de Italia a la Penin- sula Tbética se habia desplazado una vez més hacia el noroeste de Eu- ropa, donde Francia, Holanda e Inglaterra emergieron gradualmente ‘como niicleo de la economiz mundial que habia tomado forma en tor- no a las rutas maritimas de Asia y las Américas. A largo plazo, pues, el 18 El Reino Unido y América: la época colonial desarrollo de Inglaterra y su ascenso al poder dentro de Europa estu- vieron indisolublemente ligados al proceso més amplio de transforma- cién econémica europea puesto en movimiento por los viajes ibéricos de exploracién. Inglaterra fue, en este sentido, el mero receptor de un legado econémico y politico originado por Espafia y Portugal. Seria in- justo, sin embargo, ver a Inglaterra tan slo como un patdsito, pues los ingleses, como los franceses y los italianos, jugaron su propio papel en |i ampliacién de los horizontes del mundo europeo a través de la ex: ploracién ocednica. Para comprender ese papel, hemos de considerar primero el contexto en que tales exploraciones se originaron y se de sarrollaron a finales de la Edad Media, Los DEscusRiMiENT0s EUROPEOS En las tltimas décadas del siglo xv, Inglaterra era uno de los va rios frentes abiertos para la realizacién de viajes y exploraciones en el Alintico, aunque de ninguna manera el mis importante. Mucho més significativas fueron las actividades de los reinos ibéricos de Portugal y Castilla, si bien los portugueses serian los verdaderos pioneros de la exploracién maritima. Después de que Portugal conquistara Ceuta a los moros en 1415, los marinos, portugueses comenzaron a recorter am- plias zonas de la costa de Aftica occidental, con dos propésitos en mente. Uno, econémico, centrado en la preocupacién por encontrar las fuentes del oro y las especias que habian sido llevadas a los puertos de Africa del Norte por las caravanas que por tierra se internaban en los dominios del Islam. Reforzando el deseo de ganancias estaban los ‘motives politicos y religiosos, derivados de las tradiciones de cruzada contra el Islam y encerrados en el mito de un reino cristiano perdido, conocido como tierra de Preste Juan. Situada, segin se creia, en algain lugar por detris de la gran esfera de influencia iskimica que se extendia desde Marnuecos hasta el mar Negro, el reino de Preste Juan afadia a la posibilidad de abrir un segundo frente en la lucha contra los moros dl atractivo de los contactos con las nuevas tierras y las nuevas riquezas de Aftica Inspirados por estos propésitos, los exploradores portugueses se movieron en dos direcciones afines. Una conducia a las islas del Atlin- tico: Madeira, donde los colonos portugueses se establecieron aproxi= Exploraciones inglesas en el Atléntico Aeon pet wonre 9 Maps 1. EI mundo de los descubrimientos 20 EI Reino Unido y Amézica: la época colonial madamente en 1419; las Azores, alrededor de 1439, y las isl de Cabo Verde hacia 1456-1460, dando a Portugal un punto de ventaja en el ‘Atlintico desde donde podria, por un lado, experimentar con la colo- nizacién ultramarina, y por otto, conducir mis viajes de exploracién. La ‘otra direccidn importante apuntaba directamente al su, a lo largo de la costa de Aftica occidental, en busca de oro, metcancias del tx6pico y, tras la toma de las islas atlnticas, de esclavos para el cultivo del aziicar producido alli, En 1434, el primer descubrimiento sensacional se pro- duciria al doblar el cabo Bojador, al que los marineros consideraron por mucho tiempo el limite del mundo navegable. Hacia 1482, el comercio de oro y esclavos con la costa de Guinea y Senegambia habia tlegado a ser tan estable que el rey Joio TT ordené la construccién de un fuerte en E] Mina que actuara como su centro y plaza fuerte, mientras los te- cursos derivados del comercio habian animado a los portugueses a lan- zarse todavia més al sur en una biisqueda mis sistematica del reino mi tico del Preste Juan y, progresivamente, hacia la ruta que les Hevara al legendario comercio de Asia. En 1488 se realizé el segundo gran avance, ‘cuando Bartolomé Dias doblé el cabo de Homos, mostrando el camino hhacia el Oriente, triunfalmente ampliado por el famoso viaje de Vasco de Gama a la India en 1497-1499, ‘Aunque pioneros incuestionables de la exploracién oceénica, los portugueses no estuvieron solos en su bisqueda por el Atlintico. Sus vvecinos de Espaiia también se mantuvieron en actividad desde fines del siglo x1. En 1475, Espaiia luchd con éxito contra Portugal por la po- sesién de las islas Canarias y, tras la colonizacién de las islas més gran- des en la década de 1490, aseguré el escalén desde el que pudieran avanzar més adentro del «Mar Océano. Asimismo, el afin de Espaiia por encontrar una ruta hacia el Oriente se intensified durante los iti- ‘mos aiios del siglo xv, de tal forma que cuando Colén persuadié a la Corona espafiola de patrocinar un viaje hacia el occidente con el fin de alcanzar las costas de Asia, recibié una complaciente acogida. Des- pués de que sus planes hubieran sido rechazados por Portugal, Francia y posiblemente Inglaterra, Colén recibié de Fernando e Isabel la san- ‘in y apoyo que necesitaba para emprender su primer viaje. Su sub- secuente desembarcé en el Caribe en 1492 convirtié entonces a Espaiia fen una de las mayores fuerzas de la exploracién trasatlintica, a la par de Portugal. Asi que, a fines del siglo xv los centros de exploracién atlintica del sur de Europa habfan producido valiosos resultados. La Exploraciones inglsas en el Atlético a ruta maritima oriental que rodeaba Africa en su camino a Asia, senté las bases para el surgimiento de un dilatado Imperio portugués nacido de la mar. Mientras tanto, la rata hacia el oeste, que en altima instan- cia también habia sido pensada como una via que condujera al en- cuentro de Asia, permitid a Espatia establecer las bases con las que, al cabo de unas cuantas décadas, iba a construir un vasto imperio terri torial en las Américas. Comparados con estos logros, Inglaterra sdlo desempeié un papel secundario en la expansién del horizonte del ‘mundo europeo. Pero si la contribucién inglesa fue escasa, resultd, no cobstante, lo suficientemente interesante y fructifera como pata merecer ser considerada como un elemento significativo en el patrén de la ex- pansién transoceénica europea, PRIMENOS VIAIES INGLESES AL OESTE Los primeros viajes de descubrimiento que se recuerdan hechos por Inglaterra, tuvieron lugar en 1480 y 1481, cuando barcos salidos de Bristol navegaron mds all de la costa oeste a Irlanda en busca de Ia legendaria «isla de Brasil. Afios més tarde, un corresponsal inglés csctibia a Colin para contarle del exitoso viaje de Juan Caboto desde Bristol a América en 1497; mencionaba que Caboto habia visitado de nuevo una tierra que los hombres de Bristol habian encontrado «en otros tiempos» ', Esto ha convencido a algunos historiadores de que el viaje desde Bristol a «Brasil», hecho en 1481, casi dos décadas antes de la Mlegada de Caboto en 1497 y més de una década antes del desem- bbarco de Colén en el sur en 1492, fue el primer contacto europeo con las Américas desde el tiempo de los vikingos. Sin embargo, por fasci- nnante que esto parezca, el argumento en favor del descubrimiento in- slés de América resulta poco convincente, pues se basa en una serie de suposiciones ¢ inferencias que, aun siendo légicas, carecen del apoyo de toda evidencia documental directa. Después de todo, no es cier to que la isla de Brasil que pretendidamente habia sido encontrada ‘en 1481 fuera un cabo de la costa de Norteamérica, ni es absolutamen- te claro que la referencia a un viaje sen otros tiempos» aludiera al viaje " Ba espafol en el orginal (N. del T) 2 EL Reino Unido y América: la época colonial de 1481, Es por tanto més seguro suponer que los ingleses participaron en la exploracién de América después de Colén, aprovechando el co nnocimiento que espigaron de los marineros ibéticos ¢ italianos. Los in- gleses que tuvieron contactos con Lisboa y Andalucia debieron de es- tar enterados de los viajes oceénicos emprendidos desde los puertos itugueses y espafoles, y posiblemente estuvieran interesados en pre- eta cmp amare ens lates septentionales, Lo que si es ‘ert, sin embargo, es que cuando tuvo lugar el primer viaje totalmen te realizado por Inglaterra, revelando fa existencia de Norteamérica al mundo europeo, fue bajo el mando de un italiano, autorizado por la Corona ingles En 1496, Juan Caboto, un ciudadano veneciano de posible origen genovés,vivia en Bristol y difundia la nocién, comin entre los geogris fos y marineros formados de su tiempo, de que Asia era accesible para los barcos que navegaran hacia el Occidente desde Europa. Esta fue, claro esti, la misma idea que habia inspirado a Colén, pero, dado que éste no habia encontrado la tierra del «gran Khan» ni las ricas islas de las especias, habia razén todavia para los viajes que pudieran lograr ese propésito. Caboto, por tanto, bused y obtuvo de Enrique VII (1485 1509) una patente que le autorizaba a navegar en el Atléntico en busca de tieras no visitadas por los cristianos, para establecer comercio 0 do iinio sobre ellas. Después de un fracasado primer intento en 1497, Caboto llevé un barco pequeio con una tripulacién de 18 hombres a través del Atlintico y desembarcé en Terranova”. Aunque la expe cién no encontré ningin nativo ni intent6 penetrar tierra adentro, Ca- oto estaba convencido de que ésta era una tierra desconocida para Europa, asi que dejé muestras de posesin inglesa y sefiorio cristiano. Fusugado pore éxito, persadié al rey de que habia estado en la ex tension norte de la costa de Asia y de que, bordeando la costa hacia cl sur y hacia ef occidente con una expedicién mejor equipada, encon- twaria la China y el Japén. El rey proporcioné a Caboto el debido apo- yo econémico para otro viaje en 1498, que no obtuvo los resultados previstos. Juan Caboto jamas regres6 a Inglaterra, suponiéndose que perecid en el mar. Ne fon land> en inglés (N. del). Exploraciones inglesas en el Atléntico B Tras este revés, Enrique VII no volvié a dar ninguna ayuda sus- tancial para nuevas exploraciones en ultramar. Después de un intento bastante insignificante de la monarquia inglesa por emular las proezas de sus semejantes espafioles y portugueses, la iniciativa se dejé en ma- nos de individuos particulares y recursos privados. Sin embargo, si el rey no era lo suficientemente optimista como para apoyar cualquier continuacién de los empefios de Caboto, algunos de sus silbditos to- davia tenian la esperanza de que los viajes al Occidente pudieran pro- ducir ganancias. Una vez més, el puerto de Bristol jugaria un papel capital, gracias a una serie de viajes realizados cada aio, entre 1501 y 1505, algunos unidos a colonizadores portugueses de las Azores envia- dos en busca de Terranova ® Tales empresas trajeron a su regreso alk ‘gunos artefactos nativos, ejemplares de la fauna americana ¢ incluso gente indigena, traida al parecer para satisfacer la curiosidad de los in- gleses. También es posible que culminaran en 1508 con una extensa expedicién al sur, alo largo de la costa de Norteaméria, hecha por el hijo de Juan Caboto, Sebastiin. Sin embargo, aunque Sebastiin Ca- boto sieinpre animé la historia de este viaje, no es cierto que realmen- te tuviera lugar. Lo que si es claro es que los resultados de todos los viajes hechos desde 1480 fueron insuficientes para encender la imagi- nacién del monarca 0 de sus comerciantes. Los exploradores habian fracasado en su intento de establecer algiin tipo de comercio o desviar Ia atencién de los comerciantes londinenses de sus tratos con Europa, y, aunque el interés inglés por encontrar nuevas tietas y pasos hacia el este no desaparecié del todo, el fracaso en descubrie tierra ricas com- parables a los descubrimientos ibéricos desalenté el espiritu de explo- racién, Fue tal vez ésta la razén por la que Sebastién Caboto dejé el servicio de Enrique VIII para entrar al de Espaiia, como piloto de la Casa de Contratacién de Sevilla EL interés inglés por encontrar una ruta trasatléntica hacia el este no fue reencendido hasta muy avanzado el reinado de Enrique VIIL (1509-1547). En 1527, John Rut llevé a cabo lo que probablemente fue el primer reconocimiento completo norte-sur de la costa este de Nor- teamérica, a la que siguid, en 1536, una curiosa aventura encabezada » Como sefsimos anterionments, Ia rein Hamada por los ingleser Newfound land se conoce en expafl como Terranova; em coasecuenca, heron preterido dat Is smismatraducion ala expresin sare found land del original (N. del.) au I Reino Unido y América: la ipoca colonial por Richard Hore, un gentilhombre de Londres. Hore reunié a un gru po de amigos, aparentemente tan s6lo para ver algo del Nuevo Mun- do, y los llevé en un viaje a Terranova que culminé en un trigico fra- caso. Después de las dificultades que encontraron en el mat, los hhambrientos sobrevivientes terminaron por comerse unos a otros antes de que lograran capturar un barco francés y proveerse de suficientes suministros para regresar a Inglaterra. Después de este patético episodio, la exploracidn inglesa suftié una nueva recaida. Las pesquerias de bacalao de Terranova fueron cada vez is frecuentadas por buques pesqueros ingleses, junto con un mimero creciente de pescadores portugueses y franceses. No obstante, las ex- pectativas mas amplias de un comercio con el este o de nuevas ticrras para conquistar habian sido temporalmente borradas. En 1533, el sue- fio de una ruta directa al este revivi6 brevemente con el viaje empren- dido por Willoughby y Chancellor en busca de un paso por el noroes- te hacia el Oriente, a través de Nonuega y Rusia. Su bisqueda fracas, pero el viaje tuvo una significacién a largo plazo. No s6lo revivié el interés por la navegacidn oceénica, sino que también abrié el comercio con Rusia, que daria asimismo a los comerciantes ingleses la experien- cia de organizar un comercio de larga distancia 2 través de una socie- dad anénima, Més ain, la compafiia moscovita a la que se le concedi6 ‘el monopolio para explotar este comercio llegé a convertirse en protec- tota de los estudios geogrificos y en patrocinadora de la empresa du- rante los siguientes siglos. Esto parece un hecho insignificante cuando se le compara con la cxpansién de las colonias y el comercio ultramarinos hechos por Es- patia y Portugal durante la primera mitad del siglo xvi. En 1519, los «spafioles habian avanzado desde sus colonias en el Caribe hasta Me- soamérica, donde Cortés conquisté una gran civilizacién amerindia, y, veinte aos después de que Balboa cruzara el istmo de Panamé para dlescubrir el Pacifico en 1513, Francisco Pizarro siguié hacia el sue has- ta alcanzar el corazén de las tierras andinas de América del Sur. Mien- tras, Portugal habia ganado la carrera al este. En 1513, los barcos por- tugueses circannavegaron Africa y a través del océano Indico Hegaron a las islas especieras del archipiélago de las Molucas, y en 1519 Maga lanes se embarcd en el viaje trasatlintico y transpacifico que finalmen- te revel6 la enorme distancia de la ruta occidental de Europa hacia Asia, Los portugueses también habjan empezado a establecer una efec- Exploraciones inglesas en el Allimtco 25 tiva presencia colonial en Brasil, la cual habfa sido reclamada para Por tugal por Cabral en 1500, En esta carrera por el nuevo comercio y el nuevo territorio, Inglaterra habia sido dejada muy atrés. Cuando en 1558 comenzé el reinado de Isabel I, Inglaterra no habia encontrado nil un comercio que promocionar, ni tieras consideradas dignas de co- lonizacién en las regiones de América del Norte en las que sus mari- nos habian sido pioneros. Cualquier ambicién que los ingleses hubie- ran podido abrigar alguna vez respecto a extender el comercio y la colonizacién a ultramar habia sido completamente ensombrecida por las hazafas de las monarquias ibéricas, @or qué Inglaterra habia logrado un progreso tan pequeiio al se- guir el ejemplo de Espafia y Portugal en las Américas? Las razones no son muy dificiles de encontrar. Los viajes ingleses habian sido siempre esporidicos, y sin un apoyo consistente por parte del gobiemo. Y aun- que Inglaterra lleg6 a estar regida por una monarquia mas fuerte y més cstable a finales del siglo xy, siguié siendo un pais pobre cuyos comer ciantes se interesaban més por el comercio con Europa que por la ex; ploracién y desarrollo de nuevas rutas comerciales 0 colonias en el o¢s- te. Esto no significa que la economia inglesa se estancara; al contrario, los viejos nexos comerciales con Europa se fueron transformando du- zante los reinados de los primeros Tudores, y como la exportacién de telas reemplazara cada vex mas al comercio de la lana en bruto, que habia sido la punta de lanza del comercio inglés en ultramar, los co- merciantes ingleses intentaron ampliar sus mercados. Sin embargo, esta reorientacién del comercio inglés alejé por s{ misma la atencién del Atlintico. El nuevo comercio conducta hacia destinos més provecho- sos en Francia, los Paises Bajos y la Peninsula Ibérica, y los comercian- tes de los puertos de la costa este inglesa, sobre todo los cada vez més poderosos comerciantes londinenses, estuvieron demasiado ocupados aprovechando estas salidas como para preocuparse de perseguir metas inciertas en el oeste, Ademés, durante el reinado de Enrique VII, el interés en los proyectos para la expansiGn ultramarina recibié poce atencién por parte de una monarquta profundamente comprometida con las maquinaciones politicas indispensables para sostener su politica exterior en Europa, para apoyar su desafio al papado, y para resolver los problemas politicos que implicaba su Reforma de la Iglesia de In- slater, 26 EI Reino Unido y América: la época colonial A pesar de lo poco que Inglaterra logeé en ultramar durante la primera mitad del siglo xv, estaba siendo atraida hacia un mundo eu- ropeo en el que tanto fa vida politica como la econémica estaban sien- do transformadas por la liberacién de las nuevas energias ideologicas y comerciales. En estas cambiantes condiciones, la actividad inglesa en las Américas se desplaz6 gradualmente a un nuevo plano. Primero, los comerciantes ingleses intentaron aprovecharse del floreciente comercio de las potencias ibérias, actuando como parisitos del trifico comercial de Espaiia y Portugal; luego, cuando Inglaterra se vio arrastrada a un conflicto con Espafa, los aventureros ingleses se convistieron en pre- adores del Imperio americano de Espafia, saqueando los embarques coloniales y las poblaciones: finalmente, en cuanto la experiencia en el Nuevo Mundo se amplié, algunos ingleses inflayentes intentaron per suadir a su gobierno de la necesidad de que Inglaterra creara su propio impetio clo

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