El Producto Interior Bruto (PIB) es la suma de los bienes y servicios finales
producidos en un país durante un año. Los bienes son aquellos objetos y mercancías tangibles fabricados por una economía: coches, casas, alimentos, ropa y un larguísimo etcétera. Los servicios son actividades intangibles que buscan satisfacer las necesidades de los individuos: la labor de un abogado, los seguros, las comunicaciones, el suministro de energía, la sanidad, la educación… El PIB contabiliza sólo los bienes y servicios “finales”, lo que implica que no se añaden los intermedios que contribuyen a la elaboración del producto definitivo. Así, las baterías creadas para la fabricación de un coche no se contabilizan en el PIB, que sólo incluiría al producto final (el coche en cuestión). Además, el PIB es “interior” porque suma los bienes y servicios producidos dentro de un país, sea por los nacionales o por residentes y empresas extranjeras (si un inglés trabaja en España, entra en el PIB español). Por último, mide un plazo de un año, por lo que no se contabilizan, por ejemplo, los productos de segunda mano con varios años de antigüedad vendidos durante ese ejercicio (tales productos ya se contabilizaron en el momento en que se fabricaron). Brevemente, el PIB es un indicador que mide la riqueza que un país genera durante un año. Sin embargo, no sirve para contabilizar su riqueza total, pues no incluye factores como sus recursos naturales, sus infraestructuras, las actividades ilegales… y la economía sumergida, que en algunos países como España tiene una importancia económica considerable. En general, se considera positivo que un país tenga un PIB en crecimiento y negativo que este se contraiga. Se supone que las naciones con un PIB más elevado gozan de un mayor bienestar. Con todo, este indicador no es suficiente para medir el bienestar, y para ello debe ser relacionado con la población. Es el llamado PIB per capita (PIB dividido entre el número de habitantes): según el Banco Mundial, China, Irak, Mongolia y Zimbabwe son algunos de los países con mayor crecimiento de su PIB en los últimos años, pero es evidente que no son los lugares con mayor calidad de vida del mundo. Los países con mayor PIB per capita, por el contrario, son Luxemburgo, Noruega, Qatar y Suiza. En resumen, no es lo mismo que un país con 1.000 millones de habitantes genere un PIB de 1.000 millones de euros a que esa misma riqueza sea creada por una nación con la mitad de ciudadanos. En esta última, los habitantes tendrán un poder adquisitivo mucho mayor. De este modo, aunque el PIB sí es útil para medir la actividad económica de un país durante un determinado periodo de tiempo, no es tan eficaz a la hora de evaluar la calidad de vida de ese país. Por ejemplo, el PIB japonés apenas ha crecido en los últimos 20 años, pero su tasa de desempleo es de apenas el 4%. Otros artículos: Qué es Factoring PGC Este artículo pertenece a la categoría: Economía para todos Gedesco