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Portularia

ISSN: 1578-0236
portularia@uhu.es
Universidad de Huelva
España

Rodríguez, María-del-Pilar
LA INTERVENCIÓN SOCIAL COMO OBJETO DE ANÁLISIS CLÍNICO
Portularia, vol. X, núm. 1, 2010, pp. 73-84
Universidad de Huelva
Huelva, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=161015610006

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Biblid [1578-0236 (2010) X-1, 73-84]

LA INTERVENCIÓN SOCIAL COMO OBJETO


DE ANÁLISIS CLÍNICO

SOCIAL INTERVENTION AS THE OBJECT


OF CLINICAL ANALYSIS

María-del-Pilar Rodríguez
Universidad Nacional de Cuyo. Argentina

Resumen Abstract
Identificamos un persistente malestar en numerosos Social workers were detected to feel unease in rela-
profesionales de Trabajo social, malestar asociado a un tion with the inaccuracy and unrelatedness of the theo-
saber teórico poco ajustado y pertinente para la dilucida- retical knowledge that serves as backgound of their
ción de su intervención y a lo que se experimenta como intervention, whose object they consider to be roughly
indefinición del objeto de intervención. Proponemos un defined. We propose a compared and critical analysis
análisis comparado y crítico de dos enfoques teóricos de of two theoretical approaches very likely to account for
alta potencialidad para aproximarse a tal malestar: la Clí- the solution to the above-mentioned unease, namely,
nica Transdisciplinaria de la Intervención Social y la So- Transdisciplinary Clinic of Social Intervention, and Clinic
ciología Clínica. Ambas propuestas privilegian el estudio Sociology. Both disciplines give priority to real interven-
de las intervenciones concretas y analizan la soldada tra- tions and analyze the tight interweaving of objective
ma que conforman los fenómenos sociales objetivos y la social phenomena and subjectivity, providing technical
subjetividad, aportando dispositivos técnicos para tal ta- devices that are fit for the task. However, Transdiscipli-
rea. Sin embargo, la Clínica transdisciplinaria aporta un nary Clinic gives a theoretical framework more pertinent
marco teórico más pertinente para pensar las prácticas when approaching social intervention practices, since it
de intervención social en tanto busca producir conoci- pursues objective knowledge from a clear understanding
miento objetivo desde una más clara comprensión de las of objective social structures and of man as a historical,
estructuras sociales objetivas y del hombre como un ser incomplete, biased, contradictory, not fully apprehensi-
histórico, incompleto, contradictorio, nunca totalmente ble, and not fully symbolic being.
abarcable, nunca totalmente simbolizable.

Palabras claves Keywords


Trabajo social, Investigación, Intervención social, Social Work, Research, Social intervention, Professio-
Formación profesional, Ideología, Psicoanálisis. nal training, Ideology, Psychoanalysis.

Recibido: 2010.03.17. Revisado: 2010.03.25. Aceptado: 2010.05.04. Publicado: 2010.05.11.

Correspondencia: María del Pilar Rodríguez. Domicilio: Las Heras, 437, Godoy Cruz (CP 5501), Mendoza, Argentina.
Tel: 054-261-4221986 o 054-261-5244331. Fax: 054-261-5244001. Mail: prodriguez@mendoza-conicet.gob.ar

Portularia Vol. X, Nº 1, [73-84] issn 1578-0236


DOI:10.5218/prts.2010.0006
María-del-Pilar Rodríguez

Introducción

Trabajo social constituye una realidad compleja, - 33° Congreso Mundial de Escuelas de Trabajo
un entramado de sujetos y relaciones que produce social (Santiago de Chile, 2006): debate entre José
una práctica para nada unívoca. Motiva el presente Paulo Netto (uno de los principales referentes de la
trabajo, el identificar, sin intención de exhaustivi- Corriente Crítica Brasilera) y Saül Karsz (referente
dad, dos fuentes centrales de malestar en numerosos de la Clínica Transdisciplinaria de la intervención
profesionales: una asociada a la insuficiencia de un social)5. Uno de los temas tratados en el debate es la
saber teórico ajustado y pertinente para la dilucida- relación entre análisis estructurales e intervención
ción de su intervención y otra relacionada con lo profesional.
que se experimenta como indefinición en cuanto al - Desde fines de 2009 y en la actualidad se debate
objeto de intervención de la profesión. en Brasil la pertinencia de las intervenciones clínicas
Este persistente malestar propulsa la búsqueda y terapéuticas como incumbencia de los trabajado-
de nuevas propuestas teóricas, búsqueda en la que res sociales, a raíz de una resolución del Consejo Fe-
se inscribe el debate aquí presentado. Esto podrá deral de Servicio Social (CFESS) que las niega6.
comprenderse mejor a través de una breve referen- El Trabajo social argentino es parte activa en tales
cia al Trabajo social en América Latina y el Caribe debates, aunque con cierto retraso respecto a Brasil.
y, particularmente, en Argentina. Han sido preocu- Existe una permanente preocupación por estrechar
paciones históricas en la región: la relación, siem- los nexos entre ‘profesionales de la academia’ y ‘pro-
pre tensa, entre formación y ejercicio profesional; fesionales de terreno’, por jerarquizar la profesión,
la promoción de la sistematización de las prácticas debatir sobre los problemas sociales y la incidencia
profesionales; el problema teórico e ideológico; las de la profesión en ellos y buscar nuevos nexos con
metodologías de intervención; el análisis de políti- las ciencias sociales. Sin embargo, y tal como hemos
cas sociales; el estudio de las manifestaciones de la planteado, persiste cierto malestar en el colectivo
cuestión social, entre otros1 2 3. profesional. En el Encuentro Nacional de FAUATS
En el debate de los últimos años tuvo, sin embar- (Mar del Plata, 2006), por ejemplo, se advertía, en-
go, un lugar central la dimensión ético-política de tre otros factores, que las necesidades de formación
la profesión, desde una perspectiva crítica (Aquín, y ejercicio profesional se debaten en la tensión entre
2006). En el momento de mayor embestida neoli- la formación que se demanda, particularmente por
beral que sufriera la región (década de 1990); pro- los graduados y a menudo ligada a una racionali-
fesionales y académicos brasileros de la denominada dad instrumental y las perspectivas sobre el perfil
‘Corriente Crítica Brasilera’, proponen construir un de profesional que la Federación considera debe for-
proyecto ético- político hegemónico en la profesión4. mar. (Acevedo, P. y otros, 2007).
Sus ideas son recepcionadas en diversos países de la En esta trama de procesos sociales y de debates
región. En el caso de Argentina, su impronta se ad- académicos, se inscribe el análisis que presentamos,
vierte fundamentalmente en los centros académicos comparando dos propuestas que intentan, con dis-
de Paraná, La Plata, Rosario y Ciudad de Córdoba, tintas implicancias y resultados dar cuenta de la in-
pero también en los últimos congresos nacionales tervención social cotidiana, sin desconocer el análi-
promovidos por las organizaciones gremiales. sis estructural del conjunto social. Nos referimos a
Actualmente se registran ciertos cambios. Uno la Clínica transdisciplinaria de la intervención so-
de ellos asociado al momento histórico que vive la cial7 y a la Sociología clínica, ambas propuestas de
región, caracterizado por un ‘fuerte sesgo latino- incipiente recepción en el Trabajo social argentino.
americano’ y por el ‘intento de ruptura con los tiem- Aún con diferencias, las dos se fundan en supues-
pos inmediatamente precedentes’ [neoliberalismo] tos teórico-epistemológicos que corroen las bases de
(Aquín, 2006), lo que se traduce en nuevos interro- una parte importante del ‘sentido común ilustrado’
gantes y debates. El otro, relacionado al reconoci- que sirve de pseudo-fundamento a la intervención
miento de ciertos ‘desbalanceos’ en la ‘discursividad profesional y que, en cierto modo, es fuente del ma-
hegemónica’ en la profesión, que ha alternado entre lestar ya descrito. Buscamos dar respuesta a cuáles
análisis con énfasis en lo estructural y análisis con son las potencialidades y límites de ambos enfoques
énfasis en los problemas específicos del campo. Es- para producir teoría de la práctica de Trabajo social,
tos cambios se han expresado en diversos espacios, pensando ambas propuestas en sus posibilidades de
por ejemplo:

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La intervención social como objeto de análisis clínico

abordar la intervención profesional, constituida ella evitemos no obstante caer en el exceso opues-
misma en objeto de análisis. to. Sostener la emergencia del sujeto, proteger
En el primer apartado presentamos los puntos de el espacio de lo singular, no excluye la exis-
acercamiento entre ambos enfoques, mientras en el tencia de series, de séquitos, de conjuntos: ¡de
segundo señalamos sus diferencias, enfatizando sus lo contrario, cada nueva situación sería tan ra-
implicaciones prácticas. Delimitamos como corpus dicalmente inédita como literalmente incom-
a trabajar los textos que actualmente comienzan a prensible! (Karsz, 2007, p. 159).
circular en nuestra provincia y de los que, por el
Karsz sintetiza el primer principio clínico recu-
momento, se nutre su recepción. Optamos por una
perando la diferencia hegeliana entre particular y
modalidad de presentación de los resultados que
singular y la diferencia que Freud y Lacan estable-
sostiene la argumentación en citas textuales de los
cen entre individuo y sujeto:
autores, lo que permite al lector cotejar la interpre-
tación propuesta con los textos de referencia. Por eso la Clínica transdisciplinaria se dirige a
las ocurrencias cada vez singulares de un uni-
Proximidades teóricas entre la Clínica transdisci- versal (clase social, estructura psíquica, serie
plinaria y la Sociología clínica estadística) que comprende muchas otras ocu-
rrencias, según una lógica que ningún caso
La Clínica transdisciplinaria es una propuesta particular agota pero que cada uno realiza a su
específicamente orientada a Trabajo social, aunque manera, inédita. (Karsz, 2007, p. 161).
puede servir a distintos intervinientes en el ámbito La clínica es también ‘preocupación por lo con-
de las políticas sociales: docentes, psicólogos, médi- creto’, su principal objetivo es aportar a la reflexión
cos, comunicadores sociales, sociólogos, entre otros. y resolución de conflictos reales, de situaciones co-
Saül Karsz, filósofo argentino residente en Francia, tidianas del ejercicio profesional, a sabiendas de que
ha elaborado su propuesta como resultado de una dispone de teorías orientadoras, pero que cada si-
extensa trayectoria dedicada a la realización de clí- tuación tiene rasgos nuevos. Busca dar cuenta de lo
nicas de la intervención desarrollada con diversos concreto, pero sin quedar atrapada en ello; contra
equipos profesionales de Francia, Canadá y España cualquier forma de empirismo, sabe que es necesa-
y, más recientemente, de Argentina, a través de la rio tomar distancia de lo que ‘se cree concreto’ o se
organización Pratiques Sociales, de París. imagina evidente, reconociendo que siempre existe
Al igual que los autores de Sociología clínica, un marco interpretativo desde el cual se considera
Karsz recupera la práctica clínica del supuesto que que algo ‘no requiere explicación’. Al mismo tiem-
la restringe a las prácticas psicoanalíticas, psicoló- po se aleja de posiciones teoricistas, pues entiende
gicas o psiquiátricas. Este pensador la caracteriza que la realidad nunca se limita a las teorías que ela-
en base, entre otros, a dos principios: el privilegio boremos sobre ella, siempre aparecen situaciones
del ‘uno por uno’ y la preocupación por lo concreto. inesperadas, inexplicables en los límites del marco
Respecto al primer principio, señalemos que la clí- analítico que nos servía de base.
nica se ocupa siempre de lo singular, abordando las La transdisciplinariedad, constitutiva de este
características particulares de cada situación. En tal enfoque clínico, responde al esfuerzo de Karsz por
sentido, y en coincidencia con la Sociología clínica, elaborar una propuesta acorde a rasgos de la profe-
constituye un límite al sociologismo, es decir, al tipo sión que considera característicos. El autor define
de explicación que transdisciplinariamente lo que considera el objeto
otorga un papel exhaustivo a las estructuras específico de intervención de los trabajadores so-
sociales, un papel omniexplicativo (…) [En ciales y es transdisciplinariamente como podría lo-
sentido contrario] Se trata de sostener, y a me- grarse una ‘teoría de la práctica’, es decir, una teoría
nudo de defender lo inédito, lo que escapa a que de cuenta de lo que los profesionales realmente
las estadísticas: tal los lapsos y actos fallidos, hacen con su intervención, de los efectos sobre sí
ciertos disfuncionamientos, los síntomas, las mismos, sobre los sujetos e instituciones con los que
invenciones. (Karsz, 2007, p. 159). trabajan.
Lo anterior es difícil de lograr a través de la re-
Inmediatamente, sin embargo, nos advierte sobre lación clásica que Trabajo social mantiene con las
el riesgo contrario: ciencias sociales en general8: aunque busca en ellas
categorías para el análisis y comprensión de la reali-

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María-del-Pilar Rodríguez

dad, ninguna de ellas, ni por separado ni articuladas, debe confundirse con los principios clínicos antes
puede proveer una comprensión integral y además presentados (trabajar el ‘caso por caso’ y ‘privilegiar
comprometida de tal realidad. Según sostiene Karsz, lo concreto’), pues la Clínica transdisciplinaria, a di-
debido a la división disciplinar y a la ultraespeciali- ferencia de la Sociología clínica, toma las vivencias,
zación las ciencias sociales separan una realidad que significaciones y prácticas de los actores como dato,
a los trabajadores sociales, más que a otros profesio- pero no como explicación, no como causa.
nales, se les presenta unida (dimensiones múltiples Según explica Vincent De Gaulejac (2008), uno
y variadas: económicas, psíquicas, escolares, sexua- los iniciadores de Sociología clínica en Francia (ha-
les…), haciendo más compleja su interpretación y la cia 1980), la misma se inscribe en el sendero, entre
intervención en ella. Esta tesis no conduce al autor a otros, de la psicosociología, el análisis institucional
pensar que el Trabajo social pueda definirse desde sí y la Psicología social de Enrique Pichon-Rivière.
mismo, desde su práctica, como si tuviese un objeto Existe hoy una red internacional (Québec, Bélgica,
teórico propio, pues es innegable que sus insumos Grecia, Italia, Rusia, México, Brasil, Uruguay y Chi-
siguen siendo sociológicos, psicológicos, etc. le), el Laboratorio de Cambio Social de la Universi-
Se trata, entonces, de una Clínica transdiscipli- dad de París VII y el Instituto de Sociología clínica
naria, una clínica que toma insumos psicológicos y en París. A diferencia de la Clínica transdisciplina-
psicoanalíticos, pero también económicos, políticos, ria, específicamente pensada para Trabajo social, la
sociológicos. El empleo de la clínica como prácti- Sociología clínica se orienta a la investigación social
ca no supone que la dimensión psíquica sea, para en general y tiene como principal interlocutor a la
Karsz, la causa primera y omnicomprensiva de las Sociología clásica, argumentando por qué es inelu-
situaciones que aborda un trabajador social, es una dible asumir el plano subjetivo en el estudio de los
dimensión insoslayable, pero parcial. En cambio, fenómenos sociales.
subyace a esta posición una comprensión de las for- Según Vincent De Gaulejac :
maciones económico- sociales como una realidad
La singularidad de nuestra orientación radica
sobredeterminada por condiciones económicas, po-
principalmente en la introducción del procedi-
líticas y psíquicas (ideológicas), donde ninguna de
miento clínico, que lleva a ponerse a la escucha
las instancias es causa primera y única del conjunto.
de la vivencia, a considerar que la exploración
Este modo de comprender la realidad social se aleja
de la subjetividad, consciente e inconsciente,
de consideraciones idealistas (que dan a las ideo-
es necesaria para el conocimiento de los fenó-
logías el papel explicativo y configurador central)
menos sociales, que el investigador está invo-
tanto como de consideraciones economistas (que
lucrado en sus objetos de investigación y que la
comprenden toda realidad social como expresión de
sociología tiene por objeto la exploración de la
su base económica).
dimensión existencial de las relaciones socia-
La Clínica transdisciplinaria se materializa en en-
les. (2008, p. 12).
cuentros entre el clínico y los equipos profesionales
en los que se analizan situaciones del ejercicio pro- En relación al tema del presente artículo, cabe
fesional concreto, en un triple movimiento en que se afirmar que la Sociología clínica da razones para de-
considera lo concreto (relatos, dudas, ampliación de fender la necesidad de pensar la intervención de los
detalles), se investigan otros modos posibles definir trabajadores sociales, incluyendo en el análisis tanto
la situación (cuestionando los discursos presentes) al investigador como al profesional que interviene.
y se arriba a una rectificación, siempre e inevitable- Lo contrario, es decir, pensar la intervención social
mente parcial, del punto de partida. tomando como foco ‘los problemas de los usuarios’,
La Sociología clínica, por su parte, es una moda- continuando con la sola búsqueda de comporta-
lidad particular fundamentalmente de investigación, mientos regulares que expliquen conjuntos pobla-
aunque su enfoque teórico-epistemológico abre pers- cionales (al estilo de la sociología clásica), empaña
pectivas de análisis productivas para la intervención, la comprensión de la complejidad social, en tanto
al mismo tiempo que brinda dispositivos técnicos. ella se encuentra subjetivamente connotada por el
Desde esta modalidad se comprende que los fenó- investigador, por el trabajador social interviniente y
menos sociales deben abordarse ‘clínicamente’, esto por el usuario del servicio. Encontrarse subjetiva-
es, ‘lo más cerca posible de las vivencias de los acto- mente connotada supone que los participantes cons-
res’, escuchando lo que ellos tienen para decir sobre truyen la situación, la significan y al hacerlo crean
los fenómenos sociales que los involucran. Esto no la realidad misma. Por esto último la Sociología clí-

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La intervención social como objeto de análisis clínico

nica encuentra inconducentes las investigaciones para intentar ‘constituirse él mismo’.” (De Gaule-
sociologistas, que enfatizan análisis de conjunto y jac, 2003, p. 21) La historia de vida es el dispositi-
postergan o ignoran la construcción subjetiva de los vo técnico privilegiado para lograr analizar la trama
agentes. constituida por la historia social y la historia indivi-
La Sociología clínica no es ni pretende ser una dual. Desde el Laboratorio de Cambio Social se han
nueva disciplina, es una práctica y una forma de elaborado dispositivos técnicos que facilitan, a su
producción de conocimiento que entiende como vez, la realización de historias de vida (por ejemplo
más fructífera la interdisciplina. Mientras la trans- ciertos dispositivos se aplican para reflexionar sobre
disciplina enfatiza que la realidad objetiva y subjeti- trayectoria social y novela familiar, sobre trayectoria
va se encuentran unidas, empapada una en la otra, ideológica, etc).
la interdisciplina refiere a ‘influencia recíproca’ entre En síntesis, hasta aquí hemos señalado dos pun-
‘realidades’ heterogéneas que hay que articular a tra- tos de encuentro importantes entre ambos enfoques.
vés de puentes conceptuales. Para la transdisciplina, El primero es la toma de distancia del empirismo
lo objetivo y lo subjetivo funcionan juntos, no es y del teoricismo. Tanto la Clínica transdisciplinaria
necesario tender puentes, sino analizar el funciona- como la Sociología clínica privilegian lo concreto,
miento conjunto que, de hecho, ya existe. pero niegan que la realidad hable por sí misma, ella
La Sociología clínica, al igual que la Clínica es hablada por los saberes objetivos y subjetivos de
transdisciplinaria, resalta que la realidad social es investigadores, intervinientes y usuarios. Al mismo
compleja, irreductible a una visión sociologista o a tiempo la transdisciplina en una y la interdiscipli-
una subjetivista; en palabras de la filósofa uruguaya na en otra, aunque suponen diferencias, coinciden
Ana María Araujo se trata de “evitar la doble trampa en señalar que ninguna disciplina particular puede
de la vivencia subjetiva de lo social sin un entorno abarcar completamente la realidad.
conceptual y teórico, y de lo social sin la vida, como El segundo punto de encuentro es la toma de
deseo y conflictividad, única e inmanente.” (2003, distancia tanto de posiciones sociologistas como de
p. 9) Si bien el hecho social no se deja reducir a la posiciones subjetivistas asumiendo la relación dia-
conciencia del actor y existen regularidades objeti- léctica entre singular y universal, según la cual todo
vas que sobredeterminan a los sujetos, tampoco es singular es una versión específica del universal (cla-
comprensible sin poner en juego el deseo del sujeto. se social, país, barrio, familia, etc.). Esto implica,
El actor social es comprendido como capaz de sig- según la Clínica transdisciplinaria, la necesidad de
nificar y analizar el hecho social, por ello la escucha atender el ‘uno por uno’, incluyendo en el análisis al
activa y la construcción conjunta de conocimiento interviniente mismo, así como la necesidad de ape-
son técnicas fundamentales de la Sociología clínica. lar a un enfoque transdisciplinario, que reconozca el
Es el descubrimiento de los ‘nudos socio-psíquicos’, carácter sobredeterminado de la realidad social. En
de lo no-dicho, lo que permite avanzar en la com- el caso de la Sociología clínica, se defiende el estar
prensión de la realidad de los sujetos con los que se ‘lo más cerca posible de la vivencia de los actores’ y
trabaja. se otorga centralidad a la técnica historia de vida.
Desde la Sociología clínica, al valorar la subjeti-
vidad, se cuestiona la posición del experto, poseedor Diferencias teóricas e implicancias prácticas
de un saber científico superior a las demás formas de
saberes, aunque sin negar la posibilidad de producir En el presente apartado abordamos dos diferen-
conocimiento objetivo, aunque nunca neutral. Am- cias relevantes entre la Clínica transdisciplinaria y la
bos enfoques comparte que la neutralidad es impo- Sociología clínica, la primera respecto a la compren-
sible dada la incidencia de los compromisos e inte- sión de las determinaciones sociales y la segunda
reses, conscientes e inconscientes del investigador, y respecto a la comprensión del sujeto.
de las condiciones socio-históricas e institucionales Partimos de sostener que, en el caso de los tex-
en que desarrolla la investigación y que le imprimen tos de Sociología clínica trabajados, la comprensión
orientaciones y sentidos particulares. de las determinaciones sociales se desdibuja, pierde
Así, el objeto de la Sociología clínica es “la ar- centralidad. Si bien el enfoque se ubica, en parte,
ticulación entre el análisis de las relaciones estruc- dentro del heterogéneo campo sociológico, los auto-
turales, las contradicciones que ellas producen, res se esfuerzan por justificar la necesidad de incluir
las prácticas concretas de los actores sociales y las la subjetividad en la investigación, hasta el punto de
respuestas personales que cada individuo aporta que, a nuestro juicio, el orden social, lo colectivo,

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las series estadísticas, dejan de tener la presencia ex- lar, que condiciona el proceso mismo, que permite
plicativa que tienen y pierden sentido como objeto determinados objetos de deseo y prohíbe otros, que
de estudio en sí. Igualmente la bibliografía presenta permite ciertas fantasías y no otras, que hace ver la
matices, por momentos contradicciones y ambigüe- realidad de determinada manera, etc. La noción de
dades, entre los textos de la década de 1990 y los ‘inconsciente cultural’ hace referencia a los mitos,
posteriores a 2003 e incluso entre autores (por ejem- las ideologías, las formas compartidas de vivir la
plo, entre Vincent de Gaulejac y Ana María Araujo). sexualidad, el placer y el gusto en una comunidad,
Intentaremos también plasmar tales posiciones. el lenguaje, la formas de ejercer la dominación y la
En el texto de Araujo, ‘Interjuego de lo psíquico servidumbre, etc.
y lo social’, es posible advertir la tendencia plantea- Karsz, en su propuesta de Clínica transdiscipli-
da. En el mismo se encuentran numerosos y válidos naria, aún estando también interesado en justificar
argumentos acerca de por qué las ciencias sociales por qué proponer una instancia clínica y por qué
deben prestar atención al inconsciente, siempre bajo trabajar el Psicoanálisis, no deja de hacer claras refe-
la premisa de “osar transgredir la Norma de un aná- rencias a las condiciones objetivas que constituyen
lisis socio-económico esclerosado o de un psicoaná- la realidad social. Así se desprende, por ejemplo, de
lisis centrado solamente en ‘la Falta’: la sublimación su comprensión de la historia no como contexto,
y la Ley.” (Araujo, A.M., 2003, p. 9). Toma de Enri- detenida a las puertas de la subjetividad, sino como
quez la idea de que las ciencias sociales sin el aporte materia de la intervención.
del Psicoanálisis se limitan a la escena de lo visible;
… las condiciones sociales, lejos de detenerse a
cuando lo reprimido y no dicho puede tener tan-
las puertas de la subjetividad, producen efectos
to o más importancia que lo aparente. Asume que
en la historia económica y política tanto como
no puede reducirse la vida social al Psicoanálisis,
en las configuraciones familiares, en las rela-
pero que defiende que él permite analizar “las mo-
ciones conyugales, en los problemas de maltra-
tivaciones más profundas que gobiernan la vida en
to, de paro, de vivienda, en el centro de las más
sociedad, a todo aquello donde la razón no podrá
íntimas figuras psíquicas, afectivas y sexuales.
jamás tener totalmente razón: es decir, el deseo y el
(Karsz, S., 2007, p.181).
odio del otro; el deseo de crear y de destruir.” (En-
riquez, E., en Araujo, A.M., 2003, p. 14) Lo mismo Encontramos que la propuesta teórica de Karsz
puede observarse en la afirmación según la cual “la asume aportes del marxismo, alejados de cualquier
sociología tiene por objeto la exploración de la di- comprensión economicista o mecanicista, pero que
mensión existencial de las relaciones sociales.” (De hacen de la contradicción y el conflicto en la mate-
Gaulejac,V., 2008, p. 12) rialidad de las relaciones sociales, ejes explicativos
Aún cuando la Sociología clínica plantea su in- de la realidad, elementos ineludibles, necesarios de
tención de identificar lo universal en lo singular, en estudiar e imposibles de eliminar. Esta referencia
textos como los transcriptos, llama la atención la au- teórica no es explicitada en Sociología clínica, lo que
sencia de referencias a una realidad también incons- puede explicar que, por momentos, aparezca la ilu-
ciente, pero del dominio de las ciencias sociales, sión de armonía, de superación permanente de los
como es la lucha de clases o la estructura social que conflictos. Así, por ejemplo, la siguiente afirmación:
organiza, también como una motivación profunda, “No todas las formas de saber son equivalentes. El
como una contradicción insoslayable, la vida social. rigor científico es necesario e ineludible, a condición
Entender que son las motivaciones subjetivas las de que no se respalde en lógicas de poder, de dis-
que gobiernan la vida social es incurrir en una forma tinción social y no favorezca la violencia simbólica
de psicologismo que deja de lado la determinación entre los ‘sabios’ y los ‘ignorantes’.” (De Gaulejac, V.,
social de las mismas9. 2008) Si bien una lectura poco advertida acordaría
En distinto sentido, aportando claridad y nexos fácilmente con esta posición, cabe preguntarse sobre
explicativos, se encuentran las referencias a la no- la posibilidad de escindir saber y poder, cómo evitar
ción de ‘inconsciente cultural’ de Devereux, también la mediación del lenguaje. No es lo mismo advertir
en la bibliografía de Sociología clínica. La misma tales condicionantes que sostener la ilusión de su
supone entender que en el sujeto se pone en juego superación.
el deseo, la internalización de normas, los procesos Karsz, en cambio, asume una explícita posición
de identificación, es con todo ello que se produce la marxista cuando define lo social sin apelar a la vaga
socialización en un espacio socio-cultural particu- y ambigua noción de ‘sociedad’ y emplea la cate-

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La intervención social como objeto de análisis clínico

goría ‘formación económico- social’, que asume el neutralidad de la intervención social (lo que no
interjuego de condiciones económicas, políticas y implica renunciar a la indispensable objetividad).
psíquicas (ideológicas). Inmediatamente aclara que El autor sostiene que lo propio de Trabajo social es
si bien lo económico es una instancia decisiva, no lo resignificar su objeto, es decir, los ‘problemas’ que
explica todo: aborda, desde una dominante ideológica. Las ideo-
logías permiten que los ‘problemas’ sean tales, que
En efecto, cumplen un papel activo las ideas
se consideren significativos al punto de dar lugar a
que las personas tienen en su mente y que rea-
intervenciones sociales. Y define:
lizan o que esquivan en su cuerpo, sus resig-
naciones y rebeliones, los ideales por los que Ideologías: conjunto de normas, valores, mo-
luchan, los principios por los que se compro- delizaciones, ideales, realizados en ritos y ri-
meten o que en cambio traicionan (…) juegan tuales, en gestos y actitudes, en pensamientos
un rol indispensable para que prosiga la pro- y afectos, en configuraciones institucionales,
ducción y, más allá, para la perpetuación o para en prácticas materiales. Son discursos tanto
la transformación de la formación económico- como prácticas, maneras de hablar y maneras
social. (Karsz, S., 2004, p. 37). de callar. Las ideologías son actos, las ideolo-
gías están actuadas… Ideológico quiere decir
También la noción de inconsciente cultural que
imperiosamente no neutro… (Karsz, S., 2007,
Araujo toma de Devereux señala una diferencia teó-
p. 50).
rica importante con la Clínica transdisciplinaria,
en la que se toma la categoría de ‘ideología’ en su Las ideologías son modos de entender y practicar
tradición crítica. Analicemos esta diferencia. Dice la sexualidad, la familia, la educación, las relaciones
Araujo: entre hombres y mujeres y en toda intervención se
ponen en juego opciones en una u otra dirección,
Aproximémonos entonces al concepto de ‘in-
de ahí la imposible neutralidad y de ahí la tarea de
consciente cultural’ de Devereux, quien desde
la clínica de ayudar a identificar los criterios, con-
un doble posicionamiento, desde una doble
ciente o inconscientemente, puestos en actos en los
formación –antropológica y psicológica- marca
servicios sociales y las intervenciones profesionales.
la importancia de lo cultural, como construc-
Trabajar sobre las ideologías es trabajar sobre aque-
ción de un basamento mítico-simbólico, en el
llo que le da sentido a la gente, lo que le aporta senti-
que las pulsiones de los seres humanos están
do para vivir y para morir11. Tal tarea de elucidación
inmersas ineludiblemente. Conformando su
debe fundarse en conocimiento objetivo, es decir,
entorno y su ontología, ya que son su génesis y
en conocimiento producido, consensuado y, funda-
su devenir. (2003, p. 11).
mentalmente, rectificable. Conocimiento que no es
En esta concepción la cultura aparece como un sinónimo de verdad, conocimiento que tampoco se
magma de significados compartidos en el que los su- cree neutral, pero que cumple con condiciones de
jetos, inevitablemente, se inscriben, están inmersos. objetividad.
No se realiza ningún señalamiento, ninguna distin- La noción de ideología así entendida permite
ción al interior de tal inconsciente cultural. En cam- una concepción no subjetivista, no psicologista, del
bio, la tradición crítica de las ideologías iniciada por concepto de inconsciente, asumiendo las orientacio-
Marx, alejada de la clásica noción de ‘falsa concien- nes ideológicas que se ponen en juego en la práctica
cia’10 y de la constreñida equiparación entre ideolo- psicoanalítica misma, mostrándola también en su
gía e ideología política, muestra que en todo con- no neutralidad, en su carácter reproductivo, en su
junto de significaciones compartidas existen luchas ser expresión de la lucha de clases. Pero en senti-
entre distintas posiciones, ocultamientos, intereses do inverso y alejándose de posiciones sociologistas,
particulares disfrazados de loables rótulos universa- el autor señala que las ideologías son conscientes e
listas, invisibilizaciones, opciones entre un modo de inconscientes y que no es posible entender ningún
vida que inevitablemente barre con otro, etc. Cabe, comportamiento humano sin apelar a los aportes del
entonces, analizar críticamente tales significaciones psicoanálisis, específicamente de Lacan. Es que ideo-
para visualizar lo no dicho, lo oculto tras lo eviden- logía e inconsciente hacen nudo, funcionan siempre
te. juntos, no hay nada que articular entre ellos, pues
Analicemos cómo Karsz ubica la lógica de la están siempre ya articulados.
ideología, en el centro mismo de la Clínica trans-
disciplinaria y señala, a partir de ella, la imposible

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María-del-Pilar Rodríguez

Pasemos a la segunda diferencia central entre la ¿Cómo definir el objeto de la sociología de los
Sociología clínica y la Clínica transdisciplinaria: la relatos de vida? Se trata, de hecho, y siempre
comprensión del sujeto. En este sentido, considera- en la línea de M. Mauss (1930), de captar la
mos que, aunque ambos enfoques, comparten una ‘personalidad total’ a través del relato que un
comprensión compleja del sujeto, una comprensión sujeto elabora sobre su propia vida (…) Tene-
sobredeterminada del mismo, la Clínica transdisci- mos, pues, aquí un ‘objeto complejo’, es decir,
plinaria tensa más, se aferra más, a la comprensión, un objeto con múltiples facetas, interdisci-
tan marxista como lacaniana, de la existencia de plinario, polimorfo, multidimensional, cuya
lo ‘real’. Es decir, enfatiza, reconoce, la imposibili- construcción no puede efectuarse más que en
dad de lograr un conocimiento total, completo de el cruce de diversos campos teóricos. (De Gau-
la realidad. Lo real es ese plus no simbolizable, no lejac, V., 1999, p. 1).
pensable, que reaparece como fenómeno social in-
Esa ilusión de alcanzar un conocimiento total
esperado o en los síntomas, los lapsus, los sueños
parece sostener la propuesta en cuanto a la posición
y que nos recuerda que no podemos entender todo,
interdisciplinaria, como si sumando los aportes de
abarcar todo, que siempre hay un resto.
cada disciplina pudiese lograrse esa ‘personalidad
Analicemos esto en la Sociología clínica, enfoque
total’. De ahí la frecuencia del interrogante en torno
que sostiene que el deseo constituye a los sujetos
a “¿cómo pensar las relaciones entre el sujeto social
y los marca con el conflicto entre ‘el reconocimien-
(el de la sociología) y el sujeto de deseo (el del psi-
to de su deseo y el deseo de reconocimiento’. Este
coanálisis)?” (De Gaulejac, V., 2003: 16).
último sólo se alcanza con otro, porque el ser hu-
Karsz, en cambio, explicita
mano se completa en la interacción con otro, se for-
ma en ella, se reconoce a sí mismo por lo que el …la clínica, sin embargo, jamás agota la situa-
otro reconoce de él. El actor social es comprendido ción de la que se ocupa. No logra acabar con lo
como capaz de significar y analizar el hecho social, real. (…) Porque lo real, como enuncia Jacques
por ello la escucha activa y la construcción conjunta Lacan, sólo puede ‘decirse a medias’, de forma
de conocimiento son técnicas fundamentales de la incompleta, imperfecta y fragmentaria, pues
Sociología clínica. Es el descubrimiento de los ‘nu- como estableció Karl Marx lo real es lo que re-
dos socio-psíquicos’, de lo no-dicho, lo que permite siste, lo que persiste, lo que contraría a toda re-
avanzar en la comprensión de la realidad de los su- presentación, por erudita que ésta sea. (2007,
jetos con los que se trabaja. p. 169).
Tanto la noción de sujeto autónomo como la de Esta diferencia en torno a la comprensión de lo
actor social capaz de significar y analizar el hecho real y la realidad12, puesta en juego para comprender
social que lo atraviesa, son ideas que Karsz retrasa, al sujeto, se entrelaza con otra diferencia entre am-
posterga. No las niega, pero muestra que el juego de bos enfoques. Mientras la Sociología clínica refiere
determinaciones objetivas y subjetivas es tal, que la ‘al ser humano’ y a ‘una’ ética de lo humano, Kar-
posibilidad de libertad y autonomía del sujeto deben sz cuestiona esas nociones, toma distancia de ellas
ser prudentemente señaladas, son relativas, están debido a sus consecuencias prácticas, a sus efectos.
históricamente circunscriptas. Analicemos los textos que grafican esta diferencia.
La siguiente cita de Bertaux (1977) trabajada por Dice Enriquez, en el marco de la Sociología clí-
De Gaulejac (2003) se acerca más a la propuesta de nica:
Karsz, pues expresa
toda aproximación en las ciencias humanas,
paradójicamente, el espacio de libertad, de ma- que no cede al prestigio de la ‘intelectualidad’
niobra, no nace de una relativa debilidad de pero sí al de la espiritualidad, pone en escena
las determinaciones estructurales, sino de su a un teórico investigador- práctico que se com-
acumulación contradictoria en un punto, en porta a la vez como homo sapiens (…) y como
un lugar determinado. (De Gaulejac , V., 2003, homo demens (…) (2003, p. 33) La psicoso-
p. 21) ciología y la Sociología clínica nos ayudarán,
Sin embargo, el mismo De Gaulejac ha sostenido entonces, a vivir no en la sumisión sino en la
la ilusión de alcanzar un conocimiento completo del autonomía, a auto-organizarnos, a superarnos.
sujeto, cuando expresa (2003, p. 35)

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La intervención social como objeto de análisis clínico

Esta cita da cuenta de una posición humanista, cada sujeto hasta liberarlo de las determinaciones
donde hay un sujeto actor, un objetivo, un senti- de la ideología y del inconsciente y encontrar así su
do atribuido a la acción de ese sujeto y al conjunto subjetividad, ese ‘algo’ que lo hace un ser humano
social. Autonomía, auto-organización y superación igual a los otros, su esencia. En la posición de Karsz,
aparecen resaltados, constituyen valores que el au- tal posibilidad no existe, el sujeto es el nudo de las
tor supone compartidos con el lector y posibles para ideologías y el inconsciente. No hay posibilidad de
la humanidad. Veamos otro ejemplo en el mismo distinguir, de ubicar las ideologías fuera de la subje-
sentido: tividad, ‘en lo social’. Desde esta concepción de su-
jeto “…las ideologías están asimismo presentes en
Frente a ella [la lógica individualista del Bien-
el fondo de los gozos y las angustias de cada cual,
estar] queda la posible construcción de líneas
en la manera que tiene cada persona de someterse,
abiertas, casi invisibles, de una Ética que atra-
rebelarse, aislarse o asociarse a otras. La subjetivi-
viese e impregne las nuevas interacciones de la
dad se excava en el granito de tal o cual configura-
vida cotidiana. (…) una Ética donde lo esencial
ción ideológica”. (Karsz, S., 2007, p. 148). Al mismo
apunte al ser humano en su totalidad. Al ser
tiempo, reiteramos, la ideología no explica todo, es
humano capaz de establecer vínculos fuertes,
igualmente significativa la lógica del inconsciente.
afectivos, solidarios con los otros seres huma-
Entender en estos términos al sujeto, pensarlo como
nos. (Araujo, A.M., 2003, p. 62)
socio-deseante, permitirá reconocer sus determina-
En esta cita, Araujo refiere a ‘una’ ética, lo que ciones ideológicas e inconscientes, a la vez que per-
supone ‘un’ ser humano, una ética que es, además, mitirá también saber que tal conocimiento es siem-
capaz de dar fundamento al ser humano en su tota- pre parcial, incompleto, que la transparencia total es
lidad. Totalidad que ya hemos puesto entre comillas inalcanzable.
a partir de la noción lacaniana de real. Pero además Esta posición, sin embargo, no nos deja inmó-
una ética que puede enunciar valores y disvalores viles, impasibles frente a una totalidad que se des-
aplicables a toda situación. envuelve más allá de los sujetos, no niega al sujeto,
En un sentido sustancialmente distinto, Karsz sino que lo retrasa, lo posterga, lo espera con mayor
llama la atención acerca de la noción de ‘persona’ y paciencia, con menos presupuestos.
de ‘humano’, expresando que En síntesis, las diferencias que encontramos en-
todo enunciado a propósito del hombre y de lo tre la Sociología clínica y la Clínica transdisciplina-
humano obedece a un movimiento estructural- ria se agrupan en torno a una comprensión diferente
mente tautológico. El término ‘humano’ cons- de las determinaciones sociales y del sujeto. Las pri-
tituye una consigna, un proyecto, un ideal, el meras porque dan un lugar de importancia distinto a
deber-ser que los hombres de carne y hueso no la teoría marxista y las segundas porque no trabajan
han realizado todavía. (…)¿Cómo hacerlo sin de igual modo la noción lacaniana de real y porque
adherirse a ciertas ideologías contraviniendo se inscriben en distintos lugares en el debate sobre
otras, a ciertas posiciones oponiéndose a otras? el humanismo.
(…) Interrogaciones arriesgadas, que hacen os-
cilar al humanismo entre la generosidad de sus Discusión
propósitos y la vacuidad de sus proposiciones.
(2007, p. 118). Hemos intentado mostrar la riqueza de dos enfo-
ques teóricos pertinentes para investigar la interven-
Asimismo, Karsz toma distancia de ‘la Ética’
ción social misma, enfoques que mantienen entre sí
como fundamento, como si existiera una sola ética
diversos puntos de convergencia. Uno de sus prin-
que establezca, válidamente, los valores a respetar
cipales aportes lo constituye, a nuestro entender, el
o a infringir, las conductas a mantener o a evitar;
ofrecer un marco teórico-epistemológico desde el
una ética a la que acudir para tener una referencia
cual pensar la realidad social, en su complejidad y
segura. En su lugar entiende la ética como posición,
en la soldada trama que conforman los fenómenos
debiendo ser analizada cada situación, indefectible-
sociales, objetivos, y la subjetividad. Sin embargo,
mente singular.
esto no los diferencia de otros enfoques, como la
La propuesta de Karsz se posiciona en el sen-
Psicología Social, el Socioanálisis, entre otros. Es
tido de un sujeto, humano, pero sin persona, ‘sin
su segundo aporte lo que nos mueve a continuar
resonancias humanistas’. Según tales resonancias
profundizando en ellos. La Sociología clínica apor-
es posible rasgar las diversas ‘capas’ que recubren a

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María-del-Pilar Rodríguez

ta una serie de dispositivos técnicos, teóricamente ser instrumentos suyos. Se trata de retrasar el diag-
fundados y producto de una extensa experiencia en nóstico, rótulo que indica lo que hemos ‘entendido’
investigación social de un importante número de de la situación, se trata de retrasar el juicio, lo que
expertos. Esto constituye un insumo que facilita la consideramos que está mal y el hacia dónde dirigir-
tarea de investigadores y profesionales de Trabajo se, se trata de postergar, de postular otros enfoques
social. La Clínica transdisciplinaria ofrece, específi- posibles, de volver atrás sobre lo ya entendido, bus-
camente, un modo de comprender a Trabajo social, cando comprender el modo en que fue construido.
una teoría pertinente y de alta potencialidad para Se trata de estar advertidos del engaño de ciertas evi-
pensar la intervención e ir formulando una teoría de dencias, de que lo singular nunca es total y solamen-
la práctica, una teoría de lo que realmente se hace en te lo universal, de que lo universal puede también
los servicios sociales, una teoría que favorezca gra- ser ideológico. En fin, se trata de soportar la propia
dualmente mejores grados de prudencia, un estar angustia de estar frente a otro sujeto, con el abismo
más advertidos, más al corriente de lo que ‘inadver- que ello implica.
tidamente’ hacemos. Sospechar de la ‘persona’, sospechar de lo ‘hu-
A la vez que presentamos los puntos de contacto mano’, es sospechar de toda idea de esencia, de pre-
hemos señalado diferencias teóricas importantes, a existencia, de integración, de causa única y primera,
partir de las cuales consideramos que la propuesta de saber absoluto. Se trata de correrse un poco, de
de Clínica transdisciplinaria constituye un marco a poco, del lugar de detentores de “toda esa dulzu-
teórico complejo y rico, más coherente, más acota- ra insistente e implacable de quienes están defini-
do, más refinado. Esto no implica que haya que dejar tivamente seguros de saber lo que es bueno para el
de lado la Sociología clínica, cuyos aportes hemos ya otro.” (Karsz, S., 2007, p. 128).
mostrado, pero consideramos que sus investigacio-
nes y la aplicación de sus técnicas ganarían riqueza Referencias
y lograrían más altos niveles de comprensión desde
un marco teórico como el propuesto por Karsz. Aquín, N. (2006). Trabajo social en America Latina:
Sintetizamos, en breves puntos, los principales balance, desafíos y perspectivas. Rev. Katálysis
aspectos de la teoría propuesta por Karsz para Tra- [online]. Vol.9, n.2 [cited  2010-04-27], pp. 137-
bajo social: El Trabajo social es una práctica trans- 138. Disponible en: http://www.periodicos.ufsc.
disciplinaria que enfrenta al unísono una realidad br/index.php/katalysis/article/viewFile/1684/;
compleja, sobredeterminada sobre la cual las cien- Acevedo, P., Garma, M. E., Peralta, M.I. (Comisión
cias sociales aportan categorías explicativas, pero Directiva) (2007). Documento N°2 de debate.
siempre de modo parcial, fragmentado. Por esto, FAUATS. Inédito.
Trabajo social requiere apelar a un enfoque transdis- Karsz, S. (2007). Problematizar el Trabajo social. Defi-
ciplinario para pensar su intervención. Tal enfoque nición, figuras, clínica. España: GEDISA.
comprende que la realidad social es la expresión del De Gaulejac, V. (2008). Las fuentes de la vergüenza.
anudamiento de las ideologías y el inconsciente y Buenos Aires: Marmol-Izquierdo Editores.
nos habla de un ser humano histórico, incompleto, Araujo, A. M. (2003). Interjuego de lo psíquico y lo
clivado, contradictorio, nunca totalmente abarcable, social. Eros y Thanatos. En: BARCELÓ, J. Socio-
nunca totalmente simbolizable. Se trata de la impo- logía clínica (1). Documentos de sociología e his-
sibilidad de una comprensión total, acabada, inte- toria social de Uruguay. Montevideo: Facultad de
gral de los sujetos con quienes se trabaja tanto como Psicología Universidad de la República.
del profesional mismo, quien puede en el mejor de De Gaulejac, V. (2003). El sujeto entre el inconsciente
los casos ‘conocerse un poco más’, pero nunca por y los determinismos sociales. En: Barceló, J. Socio-
completo y para siempre. logía clínica (1). Documentos de sociología e his-
Esta posición teórica no supone evitar los diag- toria social de Uruguay. Montevideo: Facultad de
nósticos o ignorar la necesidad del juicio ético, trata Psicología Universidad de la República.
más bien de advertir que el diagnóstico y los juicios Enriquez, E. (2003). Ponencia presentada en el 1ª
no son neutrales y que a menudo aparecen prematu- Encuentro de Sociología clínica en Uruguay. En:
ra e inadvertidamente en la intervención social, ob- Barceló, J. Sociología clínica (1). Documentos de
turando las posibilidades de pensar otros enfoques sociología e historia social de Uruguay. Montevi-
desde los cuales interpretar las situaciones con las deo: Facultad de Psicología Universidad de la Re-
que se trabaja, gobernando al profesional en lugar de pública.

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La intervención social como objeto de análisis clínico

De Gaulejac, V. (1999). Historias de vida y Sociología que ninguna da cuenta del objeto de Trabajo social
clínica. En Proposiciones N°29, marzo. porque él es, en sí mismo, transdisciplinario.
Araujo, A. M. (2003). Desde el lado oscuro de la ex- 9 Aunque los límites del presente artículo no nos per-
celencia empresarial, hacia una posible utopía de miten abordar el tema, cabe mencionar que el mis-
la vida. En: BARCELÓ, J. Sociología clínica (1). mo De Gaulejac (2003) llama la atención sobre el
Documentos de sociología e historia social de Uru- riesgo de la ‘ideología del sujeto’.
guay. Montevideo: Facultad de Psicología Univer- 10 La noción de ideología como falsa conciencia apare-
sidad de la República. ce en ciertos textos de Marx, fundamentalmente en
La ideología alemana, y ha sido leída por el marxis-
Notas mo vulgar como ‘la’ teoría marxista de la ideología.
11 La diferencia entre nociones como ‘inconsciente cul-
1 Es posible conocer estos debates a través de las pro- tural’ o ‘representaciones sociales’ e ‘ideología’ puede
ducciones bibliográficas de trabajadores sociales, advertirse, por ejemplo, si pensamos en una inter-
en general relacionados a los centros de formación, vención profesional en un caso de ‘embarazo adoles-
y de los documentos de las organizaciones que los cente’. Esta enunciación supone ciertos parámetros
nuclean, lo cual supone ciertos límites en cuanto a compartidos: una adolescente es una persona en
su representatividad, debido a la distancia existente crecimiento, con derecho a estudiar, recrearse, parti-
entre ‘académicos’ y ‘profesionales de terreno’. cipar en actividades de su edad, elegir entre posibles
2 Cfr. N. Alayón (Org.) (2005) Trabajo social Lati- proyectos de vida, etc.; ser madre implica estar al
noamericano. A 40 años de la Reconceptualización. cuidado de otra persona, asumir la responsabilidad
Buenos Aires: Espacio; http://www.ts.ucr.ac.cr/alaets. de sostener afectiva y materialmente a un niño; ser
htm madre puede implicar un obstáculo para el desarro-
3 Algunas organizaciones: Federación Argentina de llo de la adolescente; ser adolescente puede implicar
Asociaciones Profesionales de Servicio Social (FA- un mal ejercicio de la maternidad. Estas prenociones
APSS), Federación Argentina de Unidades Académi- pueden ser reconocidas desde las primeras categorías
cas de Trabajo social (FAUATS), Asociación Latinoa- enunciadas, pero sólo la noción de ideología abre las
mericana de Enseñanza e Investigación en Trabajo puertas para pensar, por ejemplo, que tal idea de
social (ALAEITS). madre es parte de una noción esencialista, que pien-
4 Contra los principios neoliberales, se promueve “la sa en un ideal de madre inexistente, pues las madres
clara caracterización de un proyecto profesional pro- realmente existentes, adolescentes o adultas, asumen
gresista, fundado en principios y valores tales como: la sus responsabilidades con contradicciones, en unos
Libertad, la Democracia sustantiva y la Ciudadanía, momentos mejor que en otros, en unos momentos
los Derechos Humanos, Civiles, Políticos y Sociales, con mayor felicidad que en otros. La construcción
la Justicia Social, las Políticas Sociales universales, ‘madre’ oculta e invisibiliza las contradicciones de
no-contributivas, de calidad y constitutivas de dere- ese vínculo. Visto de este modo, nada indica a priori
cho de ciudadanía…” (Montaño, 2003, p. 29) Cfr. que, en el caso concreto que se aborda, ‘esta’ adoles-
E. Borgianni, Y. Guerra y C. Montaño (orgs) (2003) cente particular vaya a ser ‘peor’ madre que otras, o
Servicio Social Crítico. Hacia la construcción del más ‘infeliz’ que otras (aún cuando las estadísticas
nuevo proyecto ético-político profesional. Sao Paulo: digan lo contrario). La noción de ideología permite
Cortez. también advertir que la idea de madre en cuestión
5 Cfr. Netto, J P (2008). El orden social contemporá- sea absolutamente significativa para la política so-
neo como desafío central. Trabajo social, 74, 57- 61; cial, la institución y el profesional interviniente, que
Karsz, S (2008). Marxismo, Psicoanálisis y Trabajo se trate de algo que da sentido y que está, afectiva e
social. Comentario a la ponencia central de José Pau- inconscientemente, sostenido, permitiendo además
lo Netto. Trabajo social, 74, 31- 46. la reproducción de un modo homogeneizante y con-
6 Cfr. Resolución 569/2010 de CFESS y http://prati- trolador de vivir la maternidad.
casterapeuticas.blogspot.com 12 La diferencia entre asumir como posible un ‘conoci-
7 En adelante nos referimos a este enfoque como Clí- miento integral’ de los sujetos con que trabajamos,
nica transdisciplinaria. conocimiento que se logra ‘interdisciplinariamen-
8 Sin desconocer la existencia de diversas corrientes te’ y asumir la existencia de ‘lo real’ como aquello
al interior de las ciencias sociales, algunas de ellas imposible de conocer, como aquello que retorna en
muy heterogéneas entre sí, lo que Karsz sostiene en un síntoma, en lo inesperado, puede ejemplificar-

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María-del-Pilar Rodríguez

se del siguiente modo: un equipo interdisciplinario


que durante cinco años ha trabajado con un joven
albergado en alguna institución estatal puede decir
que ‘verdaderamente lo conoce’, han estado durante
cinco años cotidianamente con él y han reflexionado
atendiendo aspectos sociales, psicológicos y médi-
cos. Sin embargo, inesperadamente, un día el joven
se fuga. Esto, que para nada es un caso aislado, se-
ñala la imposibilidad de abarcar totalmente lo real,
postulado que puede implicar intervenciones dife-
rentes, menos convencidas de saber todo lo que el
sujeto va a sentir, vivir, pensar y hacer y, por ende,
menos implacables.

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