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CULTURA Sábado 11 de agosto del 2018

ARCHIVO HISTÓRICO EL COMERCIO

El músico y decimista Nicomedes Santa Cruz conversa con el novelista Ciro Alegría durante la presentación de la obra “Los bufones” en la Asociación de Artistas Aficionados, a inicios de los años 60.

Las denuncias
Distinto es el caso de don Ri-
cardo Palma, de ancestros ma-
ternos negros, quien abordó
la condición afroperuana en

se hacen
gran parte de su obra, especial-
mente en sus “Tradiciones pe-
ruanas” (1872). Aunque siem-
pre en el papel del esclavo al
que la colonia relegó, Palma

por escrito
nunca dibujó sus personajes
como seres sumisos, más bien
se enfocó en sus estrategias pa-
ra desafiar el destino.

—También el clasismo—
En las décadas del veinte y del
treinta del siglo pasado, los in-
digenistas fueron dejando los
El racismo en la literatura peruana enfoques paternalistas para
intentar retratos más reales.
Desde “Aves sin nido”, de Clorinda Matto, hasta “Contarlo Gran muestra de este esfuer-
zo es “El tungsteno” (1931)
todo”, de Jeremías Gamboa: nuestra tradición literaria de César Vallejo. La novela em-
siempre denunció la discriminación en nuestra sociedad. pieza con la imagen vívida del
progreso en el pueblo de Colca Clorinda Matto de Turner, autora de la precursora “Aves sin nido”.
gracias al esplendor minero.
BALDOMERO PESTANA A esta riqueza el poeta contra- más a un rubio de Filadelfia”.
pone la inocencia de los indios Así inicia Julio Ramón Ribe-
soras, para quienes lo gratuito yro “Alienación”, tragicómico
es esencial y el trabajo es solo relato que nos habla de la pér-
un juego. Por ello, el mundo dida de la identidad y el coti-
occidental y sus élites intelec- diano racismo de las clases me-
tuales los desprecian. dias limeñas. No son pocos los
“El tungsteno” fue escrita cuentos en los que el narrador
en una época marcada por el limeño despliega el mapa de la
“darwinismo social”, ideología exclusión en nuestra ciudad,
que planteaba la existencia de donde “cholos” o “zambos”
razas superiores e inferiores. contaminan con su presen-
Un exponente de este discurso cia el espacio de los “pitucos”.
pseudocientífico fue Clemente “De inga y mandinga” es un Crítica parecida es la de Mario
Palma, hijo del célebre tradi- esfuerzo periodístico de El Vargas Llosa en “La ciudad y
cionalista, quien presentaba a Comercio para combatir el los perros” y “Conversación en
los indios como una raza dege- racismo desde la evidencia La Catedral”, donde el racismo
nerada, inepta para el progre- científica de la biología se activa ante la llegada de los
so, que desaparecería ante el genética. La campaña, que inmigrantes a la capital.
cuenta con el auspicio de la
empuje de la civilización. Así, “¿Por qué no vendemos es-
Fundación BBVA, abonará a
Vallejo da cuenta de cómo en el te país tan inmenso y horroro-
favor del mejor conocimiento
Perúelracismoyelclasismoson del ADN propio de la
so y nos compramos un país
fenómenos que van de la mano. peruanidad, fusión étnica chiquitito al lado de París?”,
Ciro Alegría y José María y cultural que debemos se pregunta la antipática Te-
Arguedas, desde la idealiza- celebrar. re en las páginas de “No me
Julio Ramón Ribeyro denunció en sus ficciones la cultura racista en la Lima de mediados de siglo XX. ción el primero y la empatía esperen en abril”, de Alfredo
más profunda el segundo, for- Bryce Echenique, quien des-
Desde sus

C
de una sociedad moderna y cuento “La venganza del cón- maron parte del segundo in- de sus primeros cuentos supo
ENRIQUE PLANAS
occidental. Sin embargo, los dor”, publicado el mismo año digenismo, corriente que des- dar cuenta de cómo el racismo
creadores supieron dar una por Ventura García Calderón, cribió al indígena ya no desde orígenes, la infecta nuestra sociedad. De-
erca de cumplir visión crítica de esta realidad quien condena a los terrate- fuera, sino desde el interior de novela peruana nuncias parecidas aparecen
200 años como
república inde-
escindida. Desde el realismo
o el costumbrismo, nuestros
nientes andinos que hacen del
látigo la expresión de su poder.
su cultura. A ello se le suma un
dato clave: entender que el ha representado en las ficciones posteriores de
autores como Alonso Cueto y
pendiente, no escritores siempre se sintie- En gran parte de estas ficcio- drama indígena está estrecha- a pueblos Jaime Bayly, en las que el des-
son pocos los ron llamados a intervenir en su nes estamos frente al conflic- mente vinculado a la propie- andinos, precio del blanco hacia el mes-
prejuicios arraigados en el Pe-
rú desde la Colonia. Quizás el
sociedad a partir de discursos
moralizantes o de denuncia.
to entre el blanco explotador,
frente al otro, esclavizado y hu-
dad de la tierra, entonces en
manos del poder gamonalista amazónicos y tizo alcanza una brutalidad
extrema. Triste e inolvidable
más resistente sea el discurso El racismo que aparece milde. Más allá de las buenas y terrateniente. Por su parte, afroperuanos resulta este diálogo en “No se
racista, enfermedad del alma
que sostiene aún las jerarquías
inexorable en nuestra convi-
vencia es el tema central de
intenciones, la visión paterna-
lista de un autor hace pasar su
autor fundamental en el em-
poderamiento de la identidad
separados de lo digas a nadie”: “Aprende de
tu padre, Joaquín. Si quieres
de poder en nuestro país. Prue- “Aves sin nido” (1889) de Clo- racismo inconsciente. Léase, afroperuana será Nicomedes una sociedad salir adelante en el Perú, tienes
ba de ello es que ya entrado el rinda Matto de Turner, quien porejemplo,elfinalde“Elamor Santa Cruz, folclorista, músi- moderna y que saber putear a los cholos”.
siglo XX, a nadie escandalizaba
que un intelectual como José
denunció la subordinación in-
dígena por parte de una aristo-
dedonRodrigo”,cuentodentro
de “Tempestad en los Andes”
co y decimista, quien desde el
escenario o desde los medios
occidental. Así, desde sus primeras fic-
ciones, la tradición literaria se
de la Riva Agüero considera- cracia tiránica formada, como (1927), libro del indigenista supo estudiar, revivir y difun- ha enfrentado al racismo desde
ra a indígenas y afroperuanos señala la autora en el prólogo Luis E. Valcárcel, cuando el se- dir la cultura negra peruana la denuncia, aunque menos se
“razas inferiores” en su ensayo de su novela, por curas, gober- ñor terrateniente ha logrado más allá de nuestras fronteras. ha escrito sobre cómo el conflic-
“Carácter de la literatura del nadores, caciques y alcaldes. casarse con la campesina indí- to racial puede encontrarse en
Perú independiente” (1905). También la denuncia está gena de la que se ha enamora- —Racismo en la ciudad— el interior del mismo narrador,
Desde sus orígenes, la no- clara en “Matalaché” (1928), do: “Cuando el caballero llegó “A pesar de ser zambo y de lla- escindido de él mismo. En ese
vela peruana ha representado trágica historia de amor entre a la estancia nupcial, La Raza marse López, quería parecerse sentido,unanovelacomo“Con-
a pueblos andinos, amazóni- un esclavo mulato y la hija de dignificada lloró con lágrimas cada vez menos a un zague- tarlo todo” de Jeremías Gam-
cos y afroperuanos separados un hacendado piurano, o en el de gozo el avatar”. ro de Alianza Lima y cada vez boa resulta un aporte germinal.

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