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Colección JAQUE MATE

Los maestros
también
se equ1vocan

El libro de la ceguera
ert el ajedrez

Emil Gelenczei

HISPANO EUROPEA
Director de la Colección: Sergio Picatoste

Título de la edición original:


So spielt ihr Schach ...

Edición publicada por acuerdo con Caissa KFT,


(Caissa Chess Books).

©de la traducción: Sergio Picatoste.

Es propiedad
©Dr. Emil Gelenczei.

©de la edición en castellano 2006:


Editorial Hispano Europea, S. A.
Primer de Maig, 21 - Poi. lnd. Gran Via Sud
08908 L'Hospitalet - Barcelona, España
E-mail: hispanoeuropea@hispanoeuropea.com

Ilustración de portada: Parábola de los ciegos,


de Pieter Bruegel el Viejo. Pinacoteca de Capodi­
monte (Italia).

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autoriza­


ción escrita de los titulares del «Copyright», bajo
las sanciones establecidas en las Leyes, la repro­
ducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, comprendidos la repro­
grafía y el tratamiento informático, y la distribución
de ejemplares de ella mediante alquiler o présta­
mo públicos, así como la exportación o importa­
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Depósito Legal: B. 8843-2006.

ISBN: 84-255-1634-X.

Consulte nuestra web:


www.hispanoeuropea.com

IMPRESO EN ESPAÑA PRINTED IN SPAIN


L1MPERGRAF, S. L. · Mogoda, 29-31 (Poi. lnd. Can Salvatella) • 08210 Barbera del Vallés
ÍNDICE

Signos y abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

La ceguera ajedrecística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

1 . La ceguera simple . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

2. La ceguera mutua, regular y contagiosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

3 . Oportunidades perdidas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

4. Abandono prematuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

5. Sacrificio de dama y ganancia de dama. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

6. El caballo victorioso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

7. La doble amenaza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

8. La primera fila débil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

9. La clavada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

1 O. Columnas abiertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85

1 1 . La gran diagonal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

1 2. La celada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

1 3. El final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 07

Índice de jugadores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 25
SIGNOS
Y ABRE VIATURAS

+ jaque
++ jaque doble
# jaque mate
!! jugada brillante
! buena jugada
!? jugada interesante
?! jugada dudosa
? mala jugada
?? error garrafal
(núm.) número de la partida del encuentro
LA CE GUE RA
AJE DRE C ÍSTICA

Es increíble, querido lector, la gran cantidad de errores que cometen otros ajedre­
cistas -a nosotros eso no nos pasa, desde luego- incluso en grandes torneos. Ni si­
quiera son una excepción conocidos maestros internacionales, g randes maestros
prestigiosos y campeones mundiales. Puedo, sin embargo, tranquilizarte, querido lec­
tor: aqu í no se trata solamente de errores, de ninguna de las maneras: todos somos
víctimas de un bacilo hasta ahora desconocido (bacilli scachistica) que, de repente y
con alevosía, ataca a sus confiadas víctimas. Es la ceguera ajedrecística, querido
amigo, una devastadora enfermedad, la amaurosis scachistica perniciosa, que el doc­
tor Tarrasch diagnosticó hace casi un siglo y que, sin embargo, todavía aparece muy
a menudo en nuestros d ías.
Esta enfermedad aparece sin ningún síntoma. Uno está jugando con toda tranqui­
lidad, tiene una posición mag n ífica y, en vez de contentarse con la captura de un peón
indefenso, se le ocurre j ugar de manera bel l ísima para dar mate y descuida la dama,
que, por supuesto, el adversario engulle enseguida.
Esta enfermedad, por fortuna, no aparece más que de manera esporádica, aun­
que se sabe desde hace mucho tiempo que es contagiosa. A aquellos que la tienen
crónica (amaurosis scachistica cronica imprudentis) por regla general, sobre todo si
son j ugadores mayores, ya no se les puede ayudar. Estos j ugadores las más de las
veces no saben nada de su enfermedad , mientras que sus amistades se la silencian
por compasión . En cambio, a los jugadores jóvenes les puede ayudar el tratamiento
correspondiente, que por razones desconocidas se llama entrenamiento.
¿Hay, pues, esperanzas de escapar de esta enfermedad? ¡ Evidentemente! La pre­
vención es aqu í, como en la mayoría de las enfermedades, el mejor remedio. El exa­
men sistemático de los errores cometidos nos enseña a evitarlos en el futuro. No
obstante, hay en ello un pequeño problema: se habla de los errores propios, por más
útil que pueda ser esto, de m uy mala gana, y se intenta olvidarlos cuanto antes. Sin
embargo, hablar de los errores de otros jugadores proporciona una alegría extraordi­
naria (por supuesto, no se trata de alegrarse del mal ajeno).
Todavía hay algo más: u n error solamente es peligroso de verdad cuando el ad­
versario lo aprovecha como es debido. Si no, a veces incluso puede sacarse provecho
de él. La ceguera ajedrecística aparece en contadas ocasiones en su forma más sim­
ple, por ejemplo, que el adversario descuide una pieza. La mayoría de las veces, el
error está oculto y no puede descubrirse más que con esfuerzo. Si se pasa por alto,
nos las vemos con la ceguera ajedrecística mutua. La partida continúa entonces ante
las son risas de los mirones sin que pueda verse cómo acabará. As í pues, festina len­
te, apresú rate despacio, y no dejes pasar la próxima oportun idad.
1

LA CE GUE RA
SIMP LE

Esta ceguera no necesita de m uchas aclaraciones. «No lo he visto » , reza la aba­


tida expl icación del j ugador. Y tal cosa no les ocu rre solamente a los principiantes,
sino también -para aleg ría de muchos- a los g randes maestros. Las equivocacio­
nes pueden ser a veces tan i ncreíbles que son en verdad rid ículas. ¿Y cómo se pro­
ducen semejantes errores? Las más de las veces se aducen los apu ros de tiempo
como causa, pero las más de las veces son errores tan simples que n i siquiera los
cometerían jugadores de mediana fuerza en un torneo de rápidas.
La verdadera causa, sin embargo, es el cansancio mental . Aparece en especial
en torneos que se j uegan en condiciones difíciles. A ello se añade, además, la pre­
sión del torneo, que paraliza el pensamiento lógico: y ya tenemos ah í la ceguera, de
la que el pobre ajedrecista no puede escapar.
Los ejemplos que se presentan aqu í se dan sin excesivos comentarios. Más in­
teresantes son , sin embargo, los nombres de los j ugadores que se equivocaron as í.
N uestros ejemplos deben servi r también de advertencia al j ugador i rreflexivo : que
vea con qué facil idad puede perderse una partida que se tiene ganada.
8 LOS MAE STROS TAMBIÉN S E E Q UIVOCAN

Ejemplo 1 Ejemplo 2
Con los ojos cerrados En lucha por
el título mundial
Un ejemplo clamoroso de ceguera
simple lo muestra el primer diagrama, Chigorin, el genial gran maestro ruso,
llegó a una posición ganada en su en­
W. Paulsen-Tarrasch cuentro con Steinitz.

Chigorin-Steinitz
B

en el que las blancas, en posición mejor,


descuidaron simplemente el caballo con
Las blancas habrían podido asegurar­
1 . tl'id6??. se la victoria con 1 . M. xb7, y las negras
carecen de contrajuego digno de men­
Esta equivocación de Paulsen no su­ ción. En cambio, continuaron con
cedió en un torneo de rápidas, sino en
1 885, en el gran torneo de maestros del 1 . i, b4??.
cuarto congreso de la Federación Ale­
mana de Ajedrez, que tuvo l ugar en Esta inofensiva jugada tampoco plan­
Hambu rgo. tearía grandes problemas a las negras,
Tarrasch explicó este error de bulto de pero las blancas no vieron , además, que
su adversario por el cansancio. En el tor­ después de
neo se jugaban diariamente* ¡ dos parti­
das! Para esto hay también un refrán: 1 . .. ., .l::!. x h2+
Tout comprendre, c'est tout pardonner
(comprenderlo todo, es perdonarlo todo) . se les da mate.
Y se cree sin reservas que el doctor Ta­ Steinitz ganó el encuentro (La Haba­
rrasch, el futuro gran maestro, se mostró na, 1 892) + 1 O -8 =9, es decir, la ceguera
demasiado bien dispuesto a perdonar es­ le costó a Chigorin el título. [Esta fue la úl­
ta equivocación del adversario. tima partida (23ª). (Nota del t.)]

• No todos los días. A lo largo del texto hay erra­


tas, inexactitudes o incluso errores que he co­
rregido directamente. La edición original del libro
es de 1959, y aunque ha habido añadidos pos­
teriores, no siempre se han hecho con la cohe­
rencia deseable. (Nota del t.)
LA CEGUERA SIMPLE 9

Ejemplo 3 Ejemplo 4
El gran maestro dormido ¿ Cuándo está una partida
perdida de manera
El divertido caso que sigue ocurrió en irremediable?
el torneo en memoria de Szén (1 929) ,
que se jugó en Budapest. En la próxima partida, que se jugó en
1 930 en la O l i m piada de Hamburgo y
Brinckmann-Monticell i en la que Marshall , el número 1 del equi­
po estadounidense, ten ía una posición
completamente desesperada, puede ver­
se un ejemplo típico de ceguera, que apa­
reció debido al cansancio.

Marshall-Treybal

El caballo negro acaba de capturar


uno blanco en b3. Brinckmann meditó la
respuesta casi media hora, pero en el ín­
terin debió de haber olvidado que el ad­
versario había tomado el caballo, puesto
que continuó con
Las negras pueden capturar sin más
1 . �xh5??,
la torre de f3, y las blancas no tienen con­
aunque después de 1 . axb3 habría tenido trajuego. Treybal, el destacado maestro
una posición satisfactoria. « ¿Combinación de Checoslovaquia, temió que si jugaba 1 .
errónea o quizás alucinación? » , escribe . . . , �xf3, Marshall hiciera tablas después
Tartakower. Sin embargo, parece tener ra­ de 2. 11 xg7, ,¡¡, xg7 dando jaque continuo
zón Maróczy: « ¡ Ceguera momentánea! en f8 y f6. No vio, sin embargo, que la to­
Pensó que obten ía dos piezas menores rre negra captura con jaque, de modo que
por la torre » . no hay tablas. Así, continuó con

1 . ... , t¿jxa1 1 . ... , j,e4??,


2. t¿ja3, 'ti' e6
3. d5, 'iVg6 después de lo cual las blancas aprove­
4. 'iVxg6, hxg6 charon a la velocidad del rayo la ocasión,
5. l1 xa1 , ... que tardaría en repetirse, y le dieron mate
en dos jugadas mediante
Y solamente en este punto se dieron
cuenta las blancas de que no tienen nin­ 2. �xg7+.
guna pieza de ventaja, sino que han per­
dido la calidad.
« La ola de calor que ha invadido toda
Europa ha hecho del maestro alemán un
gigante dormido» , señaló Tartakower.
10 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O C A N

Ejemplo 5 Ejemplo 6
Matar dos peones ¡Resiste la tentación!
de una jugada
Mross-Teschner
Danielsson-Fuderer Berlín, 1 953
Olimpiada de Helsinki, 1 952

Las blancas han ocupado la séptima


Ciertamente, las blancas no van peor fila sin contemplaciones, pero las negras
de material, pero las piezas negras son todavía no están perdidas. Teschner, sin
un poco más activas. Danielsson intentó sospechar nada malo, tomó el alfil con
cambiar eso al jugar
1 .. , ld xc2??.
. .

1 . i, b4??,
No había calculado más continuación
partiendo de la base de que el peón de d4 que 2. ¡vxf7?, ld g2+ 3. @xf3, ¡vxh3+ ,
ya está bien defendido por el peón de e3. que le favorece. No vio, sin embargo, que
Su adversario, el destacado gran maestro la sencilla
de Yugoslavia, capturó enseguida.
2. ¡ves+
1 . ... , i,xd4!
gana enseguida, puesto que se da mate a
Las negras ganan en todo caso un las negras en dos jugadas después de
peón. (Fuderer ha matado dos peones de
una jugada, como señaló un espectador) . 2 . ... , @g7
3. ld xf7+.
Todavía siguió:
2. h4, i,xe3+
3. \ti h2, i,g1 +
4. \ti h3, � e3

Y las blancas abandonaron. Podrían


haber prevenido todo mal con la sencilla
1 . ¡vb2.
LA CEGUERA SIMPLE 11

Ejemplo 7 Ejemplo 8
¡Un ex campeón mundial Automate en una jugada
también se equivoca!
Sliwa-Malich
Unzicker-Euwe

Esta posición , en la que la situación


Euwe jugó en el encuentro Alemania­ de las negras es desesperada, se originó
Holanda en el torneo de Gotha de 1 957. Las blan­
cas ganan de manera muy sencilla des­
1 . ... , i,xe3+??. pués de 1 . l:1 xc5 ! , seguida de g4 y @ g3.
En vez de esta generosa transacción, Sli­
Creía que después de 2. �xe3 recu­ wa fue demasiado avaro e intentó conser­
peraba el alfil por medio de 2 . . . , l:1 e8.
. var la calidad de ventaja.
Seguramente no vio que luego de
1 . g4??, i,d6+
2. �xe3, l:1 e8
sigue Y mate en la jugada siguiente.
3. i,e5, ¿Necesita esta continuación algún co­
mentario? Es interesante que Sliwa hicie­
y se queda con una pieza menos. ra esta jugada en el mismo torneo en el
que venció a Bronstein.
12 L O S M A E S T R O S TAM B I É N SE EQUIVOCAN

Ejemplo 9 Ejemplo 10
Automate en dos jugadas Cuando el rey
no tiene jugada . . .
Orbaan-lvkov
Wageningen, 1 957 Siempre hay q u e ser prudente cuando
el rey no puede moverse.

Foldi-Flórián
Budapest, 1 958

Las negras han penetrado en la pri­


mera fila con las piezas mayores y ame­
nazan mate. Las blancas, sin embargo,
no tienen por qué abandonar la partida,
puesto que pueden parar el mate con 1 . Las blancas querían apresar un peón
@ h2, pero ¿qué jugó Orbaan? en esta posición ( i ¿o debería decirse me­
jor que querían suicidarse? !) y capturaron
1 . i,g2??, en b7. No es de extrañar que esta jugada
pierda enseguida.
a la que siguió
1 . �xb7??, ...
1 . ... , .l,l h1 +,
Ahora revive el caballo, antaño inac­
y tuvo que abandonar. tivo.

1 . ... , t2\b4! !

Y las blancas abandonaron, pues se


amenaza . . . t2\a2 mate, y la dama está
colgando.
LA CEGUERA SIMPLE 13

Ejemplo 1 1
Cuando e l rey d a mate
a la torre

De Greiff-Cardoso
Portoroz, 1 958

En este torneo de la carrera por el tí­


tulo mundial, ambos participantes suda­
mericanos protagonizaron una enconada
lucha. En este final, la posición blanca es
algo más favorable. Debería bastar acti­
var el caballo y aprovechar la columna
abierta, así como la mejor estructura de
peones. Las blancas, sin embargo, hicie­
ron una jugada suicida.

1 . t¿j d3??, @e7

Y el rey negro «ha dado mate» a la to­


rre enemiga.
2

LA CE GUE RA MUTUA,
RE GU LAR Y CONTAGIOSA

Según los expertos, la ceguera ajedrecística es una enfermedad contagiosa. Esto lo


demuestra el hecho de que aparece varios d ías en el local de juego en varias mesas. La
causa de este fenómeno es tan misteriosa como la propia enfermedad .
Una clase extraordinariamente frecuente de ceguera es la que provoca que ambos
jugadores cometan el mismo error. No pocas veces se encuentra también la que pro­
voca que los errores se cometan en serie. Aqu í debe señalarse que la forma más sua­
ve de esta clase de ceguera es tan frecuente como el constipado, por lo que no se
considera una enfermedad g rave.
Un caso por completo fuera de lo común es aquel en que la ceguera afecta no sola­
mente a ambos jugadores, sino también a los espectadores. Esta clase puede encon­
trarse incluso en las colu mnas de los periódicos. La describió con gran acierto el Dr.
Tarrasch, el destacado médico y gran maestro.
La equivocación que sigue pasó en el torneo de Karlsbad, la transmitieron los pe­
riódicos y aquejó a decenas de miles de ajedrecistas.

Schlechter-Perlis
Karlsbad, 1 91 1

Schlechter ha sacrificado la calidad con 22 .l::!. axb4 para recuperarla con ventaja en
.

la jugada siguiente mediante 23. t¿j xc6+. En sus análisis, Schlechter puso a esta juga­
da un signo de admiración, y así ha pasado esta interesante partida a la prensa mundial:
todas las revistas de ajedrez la han reproducido de esta manera y nadie se ha olvidado
de poner un signo de admiración a la jugada 22 de las blancas.
Asimismo, nadie ha visto que la jugada correcta no es este sacrificio de calidad con
el signo de admiración, sino la sencilla 22. tt:Jxc6+, con la que las blancas ganan la ca­
lidad y un peón; después de eso el adversario puede abandonar con toda tranquilidad.
Que el error no se difundiera todavía más solamente hay que agradecerlo a la circuns­
tancia de que pocos leían la prensa ajedrecística de la época.
Desde entonces se han dado numerosos casos parecidos: piénsese, sobre todo, en
los ejemplos 31 y 32, lo que demuestra ampliamente la teoría de la propagación epidé­
mica de la ceguera ajedrecística, como la describió Tarrasch.
16 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVO CAN

Ejemplo 12 Después de esta jugada, las tablas


La pequeña falta de son inevitables.
lógica de Rubinstein
3. ... , g b2
Kostié -Rubinstein 4. l::i,c 5, @ d6
Karlsbad, 1 91 1 5. .S, c8, @ d7
6. l::i.c 5, @ d6
7. M, c3, d4

Tablas. Y Rubinstein tenía motivos pa­


ra levantarse contento.

Ejemplo 13
Sacrificio de pieza omitido

Patay-Grünfeld
Merano, 1 924

Rubinstein vio una interesante varian­


te de tablas, que creyó introducir con

1 . . . , @e6??.
.

Los comentaristas consideraron


después que esta j ugada es u n error,
pero es mucho más que eso. La cegue­
ra radica muy a menudo en que el juga­
dor está tan obsesionado por su idea
que es «ciego» a todas las demás. Eso
es lo que le pasó también a Rubinstein.
Kostié, por supuesto, aprovechó ense­ Excepto las torres, todas las piezas
g u ida la oportunidad que se le brindaba blancas están en las mejores casillas. Las
y jugó negras deberían haber simplificado con 1 .
.. . , J,xf3. En cambio, el gran maestro
2. t¿j d4+. Grünfeld dio a su adversario la posibilidad
2 . ... , @xe5 de vencer al jugar

Hasta ahora todo va conforme al 1 . ... , M, e8??.


plan, pero Rubinstein no ha visto que el 2. l:!'.ae1 ?, ...
sacrificio de las blancas es funesto para
él, puesto que la partida está i rremedia­ Patay jugó de manera estereotipada y
blemente perdida después de 3. t¿jc6+ ! . no vio el sacrificio corriente 2. tl'ixf7!!, que
Sin embargo, en esta posición interviene habría ganado: 2 . . . , @ xf7 (2 . . . , J,xf3
. .

la ceguera mutua, que todo lo salva, y 3. �xe6, j, d5! 4. t¿j xd8+) 3. t¿j g5+,
Kostié, estim ulado por la posibilidad de � g8 4. 'iVxe6+, � g7 5. �f7+, � h8 6.
vencer a su renombrado adversario, to­ t¿je6, ganando. Las negras habrían per­
mó aqu í el alfil . dido también, no obstante, después de 2.
... , j,xt3 3. 'iVxe6, J,d5! 4. tl'ixd8+, que
3 . tt:Jxc2??, ... es algo mejor.
L A C E G U E R A M U T U A, R E G U LA R Y C O N TA G I O S A 17

Sin embargo, luego de 2 . � ae1 y al­ 5. �c8, d3


gunos errores más, fueron las blancas las 6. � d2, �d8!
que, finalmente, cayeron derrotadas.
De nuevo un sacrificio de dama, que
esta vez, sin embargo, es correcto.
Ejemplo 14
Elegancia suma 7. '@'c3, ¡ybs
8. @h1 , °@'c6
Binder-Koródy
Szolnok, 1 932 Y las blancas abandonaron , puesto
que no puede pararse el peón «C» .

Ejemplo 15
Todo examinado a fondo

El ejemplo que sigue de ceguera mu­


tua, publicado por L. W. Barden, provie­
ne de una partida de la Olimpiada de
Helsinki.

Porath (lsrael)-Donner (Holanda)


Helsinki , 1 952
El maestro Koródy ha llegado a esta
posición mediante una grandiosa combi­
nación. Ahora puede ganar jugando sen­
cillamente 1 . . . . , d4 seguida de . . . , d3. Sin
embargo, no le satisfacía el ganar con
sencillez y continuó con

1 . ... , c2?,

que parecía muy elegante. U na vez he­


cha esta jugada, vio de repente que des­
pués de 2. ¡yxe5, c1 ¡y+ 3. @ h2, tll f 1 +
4. @ g 1 la continuación que había pla­
neado, 4 . . . . , tll g3+, no ganaba por 5. Porath, que era más conocido por el
� e 1 . Por tanto, no le quedaría más re­ nombre de Foerder en la época prebélica,
medio que conformarse con el jaque per­ continuó con la jugada siguiente:
petuo 4 . . . . , tll e 3+. El maestro estaba tan
nervioso por ello que no podía esperar 1 . @d4??, ...
sentado la respuesta del rival, de modo
que se levantó y empezó a ir de acá para Donner pensó durante un cuarto de
allá. Por suerte para él, su ceguera había hora y respondió de esta manera:
sorprendido tanto a Binder que este no se
atrevió a aceptar el sacrificio. 1 . ... , @d7

2. � e1 ?, ¡ygs Después de
3 . .l::te 2, d4
4. �a8+, @f7 2. � a2, � g1
18 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVOCAN

3. l:i,g2, l:(e1 de 2. hxg7, b2 tiene una torre de ventaja,


4. l:(a2, pues las blancas no pueden impedir que
el peón corone.
la partida finalizó en tablas.
Ninguno de ambos adversarios vio,
no obstante, que contra 1 . �d4 gana en­ Ejemplo 17
seguida 1 . . . . , l:i,xe4+ (2. @xe4, il,f5+, Un par de errores
con ganancia de pieza) .
H. Johner-Wilaert
Vevey, 1 955
Ejemplo 16
La idea «ganadora»

Barda-Golombek
Bucarest, 1 953

1 . l:l, h1 ??, l:i,g2+??

Ambos bandos han cometido erro­


res. Solamente después de 1 . il,xc5,
bxc5 pod ían j ugar las blancas 2. l:l. h 1 ,
Las blancas tienen un fuerte ataque, mientras que las negras, por su parte,
pero las negras, en cambio, un peón pa­ habrían podido ganar enseguida con 1 .
sado adelantado. . . . , illd 3+! ! , puesto que luego de 2 . cxd3,
La situación no es sencilla: si juegan l:i,g2+ tienen ventaja de calidad y mejor
1 . l:i. b7, después de 1 . . . , bi. b8, las blan­
. posición. El orden de jugadas, sin em­
cas a lo sumo pueden hacer tablas; p. ej. : bargo, no da igual. ..
2. l:i. xb8, ¡vxb8 3. V/iie 7, V/iif 8.
Aqu í, Barda encontró una continua­ 2. @f1 , ill d 3
ción «ganadora» que habría podido cos­
tarle la partida. Las negras, por desgracia, han inver­
tido el orden de estas dos jugadas. Des­
1 . l:i,g7+??, @ h8?? pués de

Después de esto, las blancas, natural­ 3. ,Mxh3! , 4Jxb2


mente, ganaron, puesto que contra 4. �xg2,

2. g b7! las blancas acabaron ganando la partida.

no sirve 2 . . . . , l:i. b8 a causa de 3. V/iif6+ ! .


Por eso, Golombek abandonó.
Sin embargo, habría podido ganar
con 1 . . . . , ¡vxg7! ! , puesto que después
L A C E G U E R A M U T U A, REGULAR Y C O N TA G I O S A 19

Ejemplo 18 Ejemplo 19
Nerviosismo innecesario Peligroso apresamiento
de peón
V. Menke-Gente
Lüneburg , 1 955 Domino-Sternberg
Berl ín , 1 955

Esta posición ganada se publicó en la


revista Schach. ¿Qué es aquí lo más senci­ Las negras quisieron ganar un peón y
llo? Sin duda, 1 . ... , � g6, después de lo cual mejorar al mismo tiempo su posición y ju­
las blancas ya no tienen defensa alguna. garon
Ahora bien, ¿qué es lo más espectacular?
1 . ... , �xa3?? ,
1 . ... , .l:!, xg2 ! !
a l o q u e siguió
¡ Bravo! Las negras sacrifican l a dama
para recuperarla «con intereses» . 2 . .l:!, d8+??, .l:!. xd8
3. ¡vxd8+, i,f8,
2 . i,xb6, .l:!. g6+?
etc. Ambos jugadores no vieron que las
¡ Erróneo! Las negras habrían reco­ blancas ganan enseguida después de 2.
brado la dama luego de 2 . . . , l:i. g3+ 3.
. . . . , t¿jf6+ ! ! ; p. ej. : 2 . . . . , i,xf6 (contra 2 . . . . ,
.l:!. f3, i,xf3+, quedándose con un final � h8 viene 3 . .l:!,d8+!) 3 . .l:!,d8+, .l:!. xd8
ganado. Quizás retrocedieron instintiva­ 4. ¡vxd8+, �g7 5. exf6 mate.
mente con la torre a g6, pero es igual: lo
que ha pasado ya no puede cambiarse.

3 . .l:!. f3, 0-0


4. a3?, .l:!, c8
5. axb4??, ...

Cuando se tiene una dama de venta­


ja, no puede perderse tiempo. Las blan­
cas habrían podido ganar con 5. t¿j d2.

5 . ... , i,xf3+
6. Vj'xf3, .l:!. c1 +

Y mate en la jugada siguiente.


20 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E EQUIVOCAN

Ejemplo 20 Ejemplo 2 1
Demasiado sencillo Cuando u n gran maestro
para verlo no apunta la partida

Géller-Bronstein En el XXI I I Campeonato de la


Torneo de Candidatos, U RSS, el g ran maestro Averbaj , que se
Á msterdam, 1 956 hallaba en g raves apu ros de tiempo,
dejó de anotar la partida. E l gran maes­
tro Spasski , que ten ía una posición de
ataque muy fuerte, sacrificó u n alfil en
la jugada 38.

Averbaj-Spasski

En esta complicada posición, hallán­


dose en graves apuros de tiempo, ambos
grandes maestros concentraron la aten­
ción en el flanco de dama y no vieron una
ganancia o pérdida de pieza que no sola­
mente deberían ver los candidatos a cam­
peón mundial, sino también los jugadores La dama no puede capturar en h2,
débiles. puesto que las negras tienen una posi­
ción ganada después de 1 . �xh2?,
1 . J;i.ca1 ??, ... �xe3+. Averbaj no encontró la continua­
ción correcta en esta difícil posición y pro­
La respuesta de Bronstein no fue me­ siguió con
nos interesante:
1 . �xh2?.
1 . ... , i,xd3??
La respuesta correcta era 1 . � h 1 !, y
Nadie vio que las negras habrían po­ después de 1 . . . . , �e4+ 2 . �xh2, ga­
dido ganar una pieza con 1 . . . . , .:{Jxf1 . Por nan las blancas, puesto que ya no hay
cierto, la partida acabó en tablas tras 97(!) más jaques.
jugadas.
1 . ... , 'iV b8+
2. �g1 , J;i.xb2
3. �f7+, � h8

Los j ugadores se encuentran ya en


la j ugada 4 1 , pero Averbaj no lo sabe.
Cree estar todavía en apuros de tiempo
y con

4. J;i.f2??,
L A C E G U E R A M U T U A, R E G U L A R Y C O N TA G I O S A 21

comete s u segundo error. Y con los erro­ Sin embargo, su posición era tan di­
res pasa lo mismo que con los ataques de námica que las negras también debían
apoplej ía: pocas veces se sobrevive al tener cuidado después de la jugada si­
segundo. gu iente.

4 . ... , 'lW g3+ 2. g h1 , ...

Y las blancas abandonaron. Ahora se amenaza 3. @ g 1 +, con ma­


te. Las negras pararon esta amenaza me­
diante
Ejemplo 22
La fuerza interior 2 . ... , �b6,

Algunas posiciones son tan dinámi­ a lo que las blancas replicaron


cas y tienen tanta fuerza i nterior que
-con un juego impreciso del adversario­ 3. g4.
uno puede permitirse también incurri r en
errores de bulto. Las negras no quisieron devolver la
pieza, aunque después de 3 . . . . , 'lWe3 ha­
Benkner-Herzog brían tenido todavía buenas posibilidades
Campeonato de Alemania de hacer tablas, sino que capturaron con­
por Equipos, 1 958 fiadamente el peón.

3 . ... , itxg4??
B
Debido a la ceguera mutua, las blan­
cas volvieron a tener ventaja, que esta
vez ya no dilapidaron.

4. @ g3+, ithS
5 . .i::!. xh5+, ...

Las negras abandonaron, puesto que


después de 5 . . . . , �xh5 se les da mate
con 6. 'lWh 1 #. A 5 . . . . , gxh5 sigue 6. 'lWf6
Las blancas tienen una posición estu­ mate.
penda. La mejor jugada es probablemen­
te 1 . 1::1. h 1 , y a 1 . . . . , 'iVb6 sigue 2. g4! .
Sin embargo, e n e l fragor del combate, el
primer jugador efectuó

1. t¿jxf5+??,
elegante (pero mala), y vio horrorizado
que las negras en vez de 1 . . . . , gxf5, a lo
que seguiría 2. 'lWf6+, y mate en la próxi­
ma, podían capturar con el alfil .

1 . ... , itxf5
22 LOS MAESTROS TAMBIÉN SE EQUIVOCAN

Ejemplo 23 6. e4, �e6


Un ejemplo
más de ceguera mutua Según Barcza, el peón de e4 está en­
venenado, puesto que las blancas ganan
Reshevsky, el famoso gran maestro la dama después de 6 . . . . , 'iVxe4 7. i,g7
estadounidense, se ve aqu í acosado por (ahora a 7 . . . . , bi. e8 sigue 8. i, h8) , b6 8.
su adversario, el gran maestro László i,xf8, @xf8 9. 'iVh8, @ e7 1 0. bi. e 1 .
Szabó, en el Torneo de Candidatos de Según Kurt Richter, las negras deben
Zúrich-Neuhausen (1 953) . capturar, en cambio, el peón de e4, des­
pués de lo cual tienen buenas posibilida­
Szabó-Reshevsky des contra i, g7 mediante . . . , tLl e6.
Zúrich , 1 953 ¿ ¡ Quién tiene razón entonces!?

7. i,g7, b6?

Aq u í probablemente era mejor 7 .. . . ,


ll e8, aunque la posición del rey negro
parece muy vulnerable luego de 8. iÍ,h8,
f6 9. i,xf6. Por eso, Reshevsky decidió
sacrificar la calidad. Habría salido del
fuego para caer en las brasas si las blan­
cas hubieran continuado con 8. iÍ,h6, f6
9. �g3, atacando a la vez la torre de b8
y el peón de g6, pero ¿qué pasó en la
partida?
Las blancas acaban de dar jaque con
su última jugada. La continuación correc­ 8. i,xf8??, �xf8
ta de las negras, según el gran maestro
Barcza, habría sido 1 . . . . , � h8, aunque 2. Y en vista de los apu ros de tiempo
�e4 es muy fuerte. Sin embargo, las ne­ mutuos se dejó por tablas.
gras se dirigen ciegamente hacia la perdi­
ción y juegan
Ejemplo 24
1 . .. . , i,xf6??, La fuerza
del jaque intermedio
con lo que el gran maestro Szabó habría
podido finalizar rápidamente la partida Fuderer-Wade
mediante 2. �xg6+, y mate en la jugada Torneo Zonal de Múnich, 1 954
siguiente. En cambio, apurado de tiem­
po, jugó

2. i,xf6??,

después de lo cual todavía q uedaba mu­


cha partida.

2 . , i,xd5
...

3. cxd5, �d6
4. 'iYc3, �xd5
5 .a: fd1 ' 'iVf5
.
L A C E G U E R A M U T U A, R E G U LA R Y C O N TA G I O S A 23

En esta posición no es d ifícil en­ Ejemplo 25


contrar la j ugada q u e gana, 1 . . .. , Suerte desperdiciada
i,c6. E l maestro Wade tam bién la vio,
pero a pesar de e l l o no la j ugó porq u e Bisguier-Smyslov
tuvo m iedo de q u e se l e d i e ra mate Encuentro EUA-U RSS, 1 955
después de 2. M xe6, .l:Ixd4 3 . .l:Ixd4,
.l:Ixd4? 4 . .l:Ie8+, i,e8 5 . 'iVxe8+ .
Conti n u ó , pues, con

1 . ... , i,eS?.

Lástima que viera fantasmas, ya que


luego de 1 . . . . , i,c6 habría ganado, sin
embargo: no ten ía más que i ntercalar dos
jaques: tras 2. 1:i. xe6, c2+! ! 3. @xc2,
'ifc5+ 4. @b1 , .l:Ixd4 5 . .l:Ixd4, .l:Ixd4
6 . .l:Ie8+, i,xe8 7. 'fixe8+, la dama
vuelve a f8, y las negras tienen una torre
de ventaja. 1 . é2J g4??, ...

Es una vieja verdad que las buenas


posiciones no pueden echarse a perder Bisguier hizo esta j ugada para impe­
con una jugada. Las negras siguen estan­ dir . . . , g6, pues pensaba que después
do bien después de 1 . . . . , i, e8. pod ía tomar el peón de h6 sin más. No
vio que quedan dos piezas colgando, de
2. f5, i, h5? las que una se pierde.

Equivocándose por segunda vez. La 1 . ... , g6


continuación correcta era 2 . . . . , e5! 3 . 2. éll x h6+, @ h7
.l:Ixe5 y solamente entonces . . . , i, h5,
con posición ganada. No ver una j ugada así es la forma
más simple de ceguera. Es, sin embargo,
3 . .l:i d3, ... muy notable que también el gran maestro
Smyslov, que ya era subcampeón mun­
Rematando la serie de errores siguió dial, cometa un error parecido algunas ju­
ahora gadas más tarde.

3 . ... , c2+??, 3. 'iYg4, i,xh6


4. 'iVh4, g5
que de ninguna manera era obligada. Las 5. 'iVg4, éll ac5
blancas, por supuesto, no capturaron, si­ 6. h4, 'fj d7??
no que escaparon del ataque mediante
Aunque esta jugada no es un error tan
4. @c1 ! directo como la primera, pierde una pieza.

y acabaron ganando la partida con una 7. 'fj t5+, @gS


bonita combinación.
Con todo, Bisguier pasó por alto la ga­
nancia de pieza y jugó:

8. hxg5?, ...
24 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVOCAN

Según Euwe, las blancas habrían po­ en H ungría)-, pero la rechaza desde el
dido ganar una pieza con 8. i,xc5, principio, puesto que la mayoría de las
tll xc5 9. 'fVxd7, t¿jxd7 1 0. g xd6! . La veces es peligroso tomar el peón « b » .
oportunidad perdida, naturalmente, no S i n duda, la dama negra está m u y mal
volvió a presentarse, y Smyslov ganó la después de 1 7 . . . ., t¿j xd3+ 1 8. ¡vxd3,
partida con gran estilo. �xb2 1 9. 0-0. Las negras no han visto,
sin embargo, que invirtiendo el orden de
8 . ... , i, g7 las jugadas pueden ganar no uno, sino
9. g bd1 , VJif e7 dos peones. 1 7 . . . ., �xb2! 1 8. o-o (1 8.
1 0. g3, g fd8 'iVxb2? no es jugable, por supuesto, a
1 1 . � g2, b6 causa de 1 8 . . . . , t¿j xd3+, que cuesta una
1 2 . .l:l h1 , t¿jf8 pieza a las blancas) 1 8. . . . , �xc2 1 9.
1 3 . .ld. hS, VJij e6 i,xc2, t¿jxc4. Si se intenta evitar esta va­
1 4. l::!, d1 , 'iW xc4 riante con 1 8. l:! c1 , las negras también
1 5. g dh1 , ¡vxc2 continúan en este caso con 1 8 . . . ., ¡vxc2
1 6. ¡vh3, ¡vxe4+ 1 9. i,xc2, i,d7 (naturalmente, no 1 9 . . . . ,
1 7. f3, ¡vc2+ t¿jxd4?? por 2 0 . i,a4+, ganando una
1 8. i, f2, tlJ g6 pieza) 20. i,b1 , g c8, después de lo cual
las negras ganan asimismo otro peón. Co­
Las blancas abandonaron. mo se ha dicho, Rabar debió de haber vis­
to la ganancia de peón, pero a pesar de
ello continuó con
Ejemplo 26
Siempre llueve sobre mojado 1 7 . ... , i,d7?
1 8. 0-0, g c8
A menudo se dice que « las desgra­ 1 9. b4?, ...
cias nunca vienen solas » , siempre llueve
sobre mojado. Las más de las veces, los Aqu í se le presentó de nuevo la oca­
errores en el ajedrez pueden explicarse sión de ganar un peón con la senci lla
por fatiga mental, que aparece mucho 1 9 . . . . , i,b5!, pero jugó
más a menudo en el final.
1 9 . ... , �a6?
Bisguier-Rabar
Gotemburgo, 1 955 y después de

20. a4! , t¿jxd3


21 . bS, �b6
22. �xd3

se quedó de repente con una mala posi­


ción y acabó perdiendo la partida.

Ejemplo 27
«Una jugada para el Zonal»

Así llamó el maestro internacional Szi­


El maestro Rabar debe de haber vis­ lágyi a la jugada que le aseguró la clasifi­
to la ganancia de peón -escribe Asztalos cación para el Zonal. Sin embargo, lo que
en Magyar Sakkélet (Vida ajedrecística precedió a esa jugada es un interesante
L A C E G U E R A M U T U A, R E G U LA R Y C O N TA G I O S A 25

ejemplo de ceguera mutua. En la última realmente poner a salvo el rey. Ganaron


ronda del XII Campeonato de Hungría, la la partida en la jugada 49.
partida Szilágyi-Honfi debía decidi r quién
iba al Zonal , Portisch o Szilágyi . El maes­
tro Honfi era conocido por su juego de Ejemplo 28
ataque y en esta partida también tuvo un Llegar tarde a la boda
peligroso ataque contra la posición del rey
negro. Es muy fastidioso pasar por alto un
mate, pero intentar darlo una jugada más
Honfi-Szilágyi tarde, cuando ya no es posible, da risa
X I I Campeonato de Hungría, 1 956 (por supuesto, solamente a los especta­
dores).

Edelstein-Earl Y aggie
California, 1 957

Las negras querían defender la casilla


a8 (además, el peón debió de saberles
bien), aunque 1 . . . . , .l:i. 3c8 habría sido
mucho mejor, y continuaron con
Las negras pueden dar mate al adver­
1 . . , "iVxd5?? .
. . sario en dos jugadas de manera bastante
fácil (1 . . . . , .l:lxh2+! , y a @ l élJ xh2 sigue
No vieron que el caballo está clavado 2 . . . . , °iVg2 mate). En cambio, j ugaron
y el adversario habría podido ganar con 1 .
i,,x g6+! , fxg6 3 . .i::í,a 7+, @g8 4. f7+. 1 . ... , ]d fS??.
Ahora bien, el rival tampoco lo vio y jugó 2. �xd5, ...

2. i,,e 4??. Y ahora advirtieron la posibilidad per­


2 . ... , �b5+ dida y jugaron a la velocidad del rayo
3. @ g1 , .l:i. ces??
2. ..., .l:i. xh2+??,
Aqu í todavía habría ganado 4.
i,,x g6+! . Esta continuación volvió a pasar después de lo cual las blancas se limita­
inadvertida a las blancas (ni siquiera se ron a capturar con el caballo,
vio en los análisis de la partida, pues a
esta jugada de torre incluso se le había 3. élJxh2,
puesto un signo de admiración) . Siguió
y no fue hasta este momento cuando vie­
4. 'iYxh5+??, @ gS, ron las negras que la dama defiende el
mate en g2.
después de lo cual las negras pudieron
26 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E EQUIVOCAN

Ejemplo 29 Este segu n do e rror les costó la par­


Otra vez el segundo error tida.

Matulovié-lvkov 2. V/!ic7+, @ a7
Encuentro, 1 958 3. 'iVxa5+, � b8
4. idc8+, ...

N ¡ U n maravil loso sacrificio de desvia­


ción!

4 . ... , i,xc8
5. i,c7#

Un mate tan bonito no se ve todos los


d ías.

Ejemplo 30
Las negras tienen aqu í la posibilidad Demasiado fuerte
de finalizar su mag n ífico ataque con un
mate en tres jugadas. Polugaevski-Lútikov
(1 . . . . , 'iVe4+ 2. \t>d2, �xc2+ 3. Campeonato de la U RSS, 1 958
@e1 , t¿j d3 mate) . En cambio, jugaron

1 ... , t¿jxc2+??
.

y se contentaron con recuperar la calidad.

1 . V//ic7??, ...

Demasiado fuerte. La sencilla 1 . �c6


habría sido la continuación correcta, des­
pués de la cual las blancas habrían tenido
Esta posición p roviene d e la misma buenas posibilidades de victoria a causa
partida entre los m i smos adversarios, de los dos peones pasados. Esta jugada
en la que las blancas aprovecharon sin les costó, en cambio; uno de ellos.
piedad el n u evo e rror del rival. Las ne­
g ras pueden parar la amenaza de ma­ 1 . ... , V//ix d5! !
te en c8 mediante la sencil l a 1 . . . . , a6 o
la cu riosa 1 . . . . , � h 3 . E n cam bio, j u ­ Solamente en este punto vieron las
garon blancas asustadas que se les da mate
después de 2. t2ixd5, t¿j d2+ y 3 . . . . ,
1 . ... , a5??. ]de1 #. Estaban tan sorprendidas que en
L A C E G U E R A M U T U A, R E G U L A R Y C O N TA G I O S A 27

vez de defenderse con 2. @ g 1 cometie­ « Una equivocación, pues 2. ¡yh8+, segui­


ron otro error, que esta vez fue, sin em­ da de 3. tl'lxf7+, gana enseguida. Este
bargo, el último. error no tiene nada de sorprendente, en
vista del hecho de que la historia del aje­
2. 'tW c2??, ... drez muestra un sinnúmero de errores
parecidos, y aún peores, cometidos por
Kurt Richter dice que 2 .M. c6? (a fin
. destacados maestros. También en este ca­
de parar la amenaza .. ., ¡vb5+) es igual so debe atribuirse el error a la enorme pre­
de mala a causa de otro sacrificio de da­ sión, así como a los apuros de tiempo.
ma: 2 . . . ., 'iVd1 +! . A la textual siguió, sin Tampoco sorprende que Euwe, que se en­
embargo, contraba en el mismo estado de nervios,
no se diera cuenta del peligro hasta dos ju­
2 . ... , 'tWb5+ gadas más tarde. Lo realmente sorpren­
3. �e2, 'iYb1 +!, dente es que toda una multitud de grandes
maestros espectadores -según informa el
y Pol ugaevski abandonó, puesto que si 4. Neue Leipziger Zeitung (Nuevo periódico
'iVe1 , gana 4 . . . , tl'ld2+.
. de Leipzig) eran Eliskases, Fine, Flohr, Re­
La moraleja de esta partida: también shevsky- fuera víctima de esta clase espe­
cuando el rey está en f1 puede ser útil cial de ceguera, puesto que no vieron
abrir una «ventana» . hasta el día siguiente la continuación co­
rrecta, de la que normalmente se habrían
percatado enseguida incluso en una parti­
Ejemplo 3 1 da rápida. Un caso especial y poco común
La ceguera del campeón de "sugestión masiva"» . Todavía siguió
mundial
2. i, b2?, i,c6?
Alekhine-Euwe 3. a3?,
Encuentro por el Campeonato
Mundial, Róterdam, 1 937 y la partida, que quizás habría podido ser
de importancia decisiva, acabó por fin en
tablas.

Ejemplo 32
Ceguera contagiosa

Lapiken-Reshevsky
Long Beach, 1 955

En la posición del diagrama, las ne­


gras jugaron

1 . ... , 'iVe5?.

No carece de interés citar los estupen­


dos análisis de Géza Nagy publicados en
la revista Magyar Sakkélet del año 1 938:
28 L O S M A E S T R O S TAM B I É N S E E Q U I V O CAN

Las blancas acababan de tomar en gran maestro ni su adversario, pero tam­


g7, y al gran maestro Reshevsky se le poco los espectadores, vieron que las
ocurrió de repente la fatídica idea de dar blancas habrían podido ganar enseguida
un jaque intermedio con la dama. (¿ceguera múltiple debe de ser esto?).
Más tarde, el ajedrecista Karl Burger, de
1 . .. , �e6+??
. Nueva York, cayó en la cuenta de que las
blancas pueden ganar mediante 2. i,c4!!,
Las blancas jugaron con docilidad puesto que 2 , bxc4 no es buena a cau­
. ...

sa de 3. 'iVh6+, con mate, y contra 2 . . . . ,


2. � b1 ??, 'iVxc4+, en cambio, las blancas ganan
la dama por medio de 3. b3 a causa de la
y finalmente perdieron la partida. Ni el misma amenaza de mate.
3

OPORTUNIDADE S
PE RDIDAS

En los casos de ceguera m utua, hay numerosos ejemplos en que, después de los
errores de los que el adversario no se percató, se siguió jugando tranquilamente y sin
consecuencias.
La expresión «oportunidades perdidas» no se refiere a que no se aprovecha ense­
guida el error del rival, sino más bien a que no se hace la jugada decisiva cuando la si­
tuación está madura para ello. Esta forma de ceguera aparece con mucha más
frecuencia que la mera equivocación, pero es mucho más difícil de advertir. Puede de­
cirse, pues, que el camino hacia la derrota está jalonado de oportun idades perdidas. A
veces están tan ocultas que apenas puede hablarse de ceguera. Mejor sería hablar aquí
de jugadas débiles. A menudo tampoco hay transición alguna de la ceguera a una opor­
tunidad perdida, y de ello podría ser un buen ejemplo la partida Averbaj-Bronstein, sobre
la que los teóricos todavía discuten. Sin embargo, en la mayoría de los casos es fácil
mostrar, si bien posteriormente, en qué fase de la partida se dejó escapar la victoria.
La pregunta de por qué un jugador destacado no ve una jugada evidente, que tam­
bién descubre enseguida un jugador mucho más débil, es fácil de contestar. Después de
tres o cuatro horas de lucha difícil con los nervios a flor de piel, cuando el suave tictac
del reloj molesta a los jugadores y la función cerebral flaquea al calcular las variantes,
cuando ya no queda tiempo para sopesar la posición y calcular con detalle, entonces lle­
ga el momento de los errores simples. El propio Euwe dijo sobre uno de esos errores co­
metido en una partida contra Smyslov: « H e olvidado por completo que sencillamente
podía tomar la torre de b8» . S í, eso es: como no ten ía tiempo de calcular la variante una
vez más, dejó pasar la mejor oportunidad. Sin embargo, sin estos errores no habría lu­
cha en el ajedrez. El juego del ajedrez se convertiría más bien en una tarea matemáti­
ca que podría resolver mejor una computadora.
30 L O S MAE S T R O S TAM B I É N S E E Q U I V O CAN

Ejemplo 33 bio, con el rey, viene 4. tb e5+, <tic? 5.


El « farol» VWb8+, @ xb8 6. tb c6+, con posición ga­
nada.
Asztalos-Alekhine Sin embargo, combinaciones así no
Bled, 1 931 son fáciles de ver en la partida. Por eso,
esta partida es un ejemplo excelente de
que en una posición perdida siempre pue­
de encontrarse una jugada que le hace
revivir a uno -si el adversario no encuen­
tra la mejor continuación-.

Ejemplo 34
Mate con una pieza

Zost-Krieger
Konstanz, 1 933

Alekhine tiene aqu í una posición muy


difícil. La torre de h8 está amenazada, y si
. . . , l::(f8, viene ébd4, amenazando ganar
enseguida con tbxe6. Alekhine no tiene
otra elección, intenta engañar al rival:

1 . ... , cxb3

Asztalos cae en el garlito.

2. axb3?, tb c3+
3. @c1 , ...
Las negras calcularon durante largo
De 3. @ b2 resulta jaque perpetuo. rato y vieron que la continuación 1 . . ,
. .

'i}1g5+ 2. l::(g4, �xh5, con la que en


3 . ... , l::(f8 apariencia ganan una pieza, no es buena,
4. l::(d 3, ... puesto que las blancas tienen jaque per­
petuo después de 3. �a8+. Así pues,
A 4. ébd4? segui ría 4 . . . . , 'i}1a6, y se buscaron otro plan y continuaron con
amenaza . . ., 'i}1a1 .
1 . ... , l::(xf4?,
4 . ... , ébdS
al partir de la base de que el rey puede
Y la partida acabó en tablas en la ju­ huir luego de 2. �d5+, @f8 3. �a8+,
gada 52. @e7, mientras que a 2. �a8+ directa
Samisch demostró en sus análisis puede seguir 2 . . . . , �f8 3. 'i}1xf8+, @f8
que 2. 'i}1xh8+ habría ganado intercalan­ 4. @xf4, b4, con final ganado, pero las
do un elegante y sorprendente jaque de blancas jugaron de manera muy distinta.
problema. 2 . . . . , @ e7 3. l::(d ?+ ! ! , y si las
negras toman con la dama, ya no hay 2. �d5+, @f8
amenaza de mate, y puede jugarse tran­ 3. �c5+! , <;;t> g S
quilamente 4. 'i}1xb8. Si toman , en cam- 4. �es+, �ta
O P O RT U N I D A D E S PERDIDAS 31

5. j_f7+ ! ! , @xf7 Ejemplo 36


6. �e6# Divertido baile de damas

Y las blancas dieron un maravilloso Skobeleff-Stympelin


mate con la única pieza que les quedaba. Suecia, 1 936
La continuación correcta en la posición
de partida, con todo, habría sido 1 . . .. ,
�g5+, después de la cual las negras tie­
nen excelentes posibilidades de ganar. Si
2. lI g4, no deben capturar el alfil, sino el
peón. O sea: 1 . . . . , �g5+ 2. l:I. g4, �xf5!,
y las negras tienen posición superior.

Ejemplo 35
Error de juventud

Barcza-Frydman
Múnich, 1 936 Las negras quieren preparar un ata­
que de mate, pero no ven el peligro que
les amenaza.

1 . ... , ,Me4??

El plan del segundo j ugador consiste


en 2 . . . . , .M e7+ y 3 . . . .. �f8#, pero la ju­
gada correcta habría sido 1 . . . , .M h5.
.

2. j,xd5+ ! ! , @xd5
3. �g8+, �e6
4. 'iVa8+, @ c4
5. �a2#
«Aquí -así explica el gran maestro
Barcza un error que cometió de joven­ Si las negras se defienden de 3.
pensé cinco minutos, me decidí por la ino­ 'iVg8+ con 3 . . . . 1d e6, se les da mate
.

cua asimismo después de 4. �g2+, l:i,e4 5.


VJf/a2#.
1 . éll b5?

y la partida acabó en tablas. El gran Ejemplo 37


maestro Maróczy me mostró enfadado al Lo más sencillo suele ser
acabar la partida cómo habría podido ga­ también lo mejor
nar: después de 1 . éll x e6 ! ! , fxe6 2.
j, h7+, @ h8 3. j_xg7+, �xg7 4. �g6+, La mejor posibilidad para no tener
� h 8 5. 'iVxh6, éll f6 6. j, b 1 +, @g8 7. sorpresas consiste en elegir el camino
�g6+, @ h8 8 . .M d4, las negras pueden más sencillo.
abandonar tranquilamente. »
32 LOS MAESTROS TA M B I É N SE EQUIVO CAN

Kretschmer-Laue Hasse-Hering
Eisenach , 1 951 Leipzig, 1 952

Las blancas ya tienen un peón de 1 . ... , �c2?


ventaja y pueden asegurarse otro y tam­
bién la victoria con la sencilla continua­ Las negras no vieron más que a 2.
ción 1 . b:i. xg7! , �xg7 2. �xh5+. Sin b:i. xc2 sigue 2 . . . . , b:i. b1 +, con mate.
embargo, querían un final espectacular.
2. 'iVa3!, .. .
1 . lbf6?, b:i. e1 !
¡ Muy desagradable! Se defiende la to­
Este inesperado contragolpe pilló to­ rre y también se impide 2 . . . . , b:i. b 1 , que
talmente por sorpresa al primer jugador. A fracasa por 3. lb e6+, @ e8 4. �f8+,
2. tt:Jxh7 sigue 2 . . . . , i,g1 +, después de @d7 5. tt:J c5 mate.
lo cual la partida acaba en jaque continuo.
Kretschmer no quiso conformarse con 2 . ... , 'iVe2
ello, sin embargo. 3. tt:J e6+, @g8
4. lbf4, ...
2. h4??, b:i. h1 +! !
3 . @xh1 , �b1 + Así consiguieron las blancas eliminar
4. @ h2, �g1 + la amenaza de mate.
5. @ h3, 'iVh1 # Las negras ten ían, sin embargo, la vic­
toria al alcance de la mano. Después de
1 . . . . , b:i. b1 ! 2. �a3, @ g8, no puede pa­
Ejemplo 38 rarse la amenaza 3 . . . . , �c2; p. ej. : 3. c4,
La jugada «elegante» 'tic2 4. lbd3, �d1 +, con mate en dos ju­
gadas.
Se dice las más de las veces que una
jugada es «elegante» cuando el jugador
no solamente quiere impresionar con ella
al adversario, sino también a los especta­
dores. Sin embargo, las jugadas «elegan­
tes» a menudo entrañan peligro.
O P O RT U N I D A D E S PERDIDAS 33

Ejemplo 39 Ejemplo 4 0
Una tranquila jugada de peón ¡ E s preferible dar el alfil e n vez
de la dama!
Szabó-Golombek
Estocolmo, 1 952 La posición siguiente se originó en la
Olimpiada de 1 952 que tuvo lugar en Hel­
sinki.

Platz-Skold

En la posición del diagrama, las blan­


cas jugaron

1 . Jd af1 ?,
El joven jugador sueco no encontró la
a lo que siguió continuación correcta y jugó

1 . ... , 'iVxd5+. 1 . ... , j,xf1 ??,


2. @ h2, Qje5
3. n 1 f2, n c1 ? pero después de

Aqu í, en cambio, las negras podrían 2. �xf6+


haber obtenido ventaja con 3 . . . ., Qj g6 ! .
tuvo que abandonar la partida, puesto
4. j,xe5, 1:1 h1 + que las blancas ganan la dama tras 2 . . . . ,
5. @g3, ld xe5 @ea 3. 'iVha+, @ e7 4. exd6+. Lo mismo
sucede también si se j uega 3 . . . ., @ d7, a
Y la lucha acabó en tablas en la juga­ la que sigue 4. e6+. La dama negra tam­
da 41 . poco puede huir de su destino mediante
«Lástima» , dice el maestro Asztalos, 2 . . . ., @ta, puesto que se pierde asimis­
que demuestra en sus análisis que las blan­ mo luego de 3. 'iVha+, @ e? 4. exd6+ (o
cas habrían tenido una soberbia posición si 2 . . . . , �d7, 3. e6+).
después de la tranquila jugada de peón 1 . Nadie se dio cuenta, sin embargo, de
g6! : 1 . . . . , fxg6 2. 'iVxh7+!!, @xh7 3. que las negras habrían podido ganar fá­
g h4+, @ga 4. ld ha+, @t7 5. g f1 +, cilmente. 1 . . . ., 'iVxe5 ! ! , y a 2. n fe1 sigue
@e? 6. j,f6+!, @d7 7. ga'iV, ld xga a. 2 . . . ., ld e2 3. 'iVxe5+, ld xe5. Si ahora se
g h7+, @ea 9. ld xb7, y la posición negra toma el alfil de g2, las negras cambian las
ya no puede salvarse; p. ej. : 9 . . . . , n ta 1 0. torres y tienen cinco peones de ventaja
Jd e1 +, Qje5 1 1 . ll e?+, �da 1 2. ld xe5+, que les permiten ganar con facilidad.
g xf6 1 3. ld ea+, y contra 1 3 . . . ., @c7 vie­
ne 1 4. n c1 +, ganando una torre; a 1 3 . . . . ,
@d7 sigue, e n cambio, 1 4. n 1 e7#.
34 LOS MAESTROS TA M B I É N SE EQUIVOCAN

Ejemplo 4 1 21 . cxd3, g6
El momento crítico
Y las negras rechazaron el ataque y
Averbaj-Bronstein ganaron la partida 22 jugadas más tarde.
XIX Campeonato de la U RSS, 1 951

Ejemplo 42
También hay que estar en
guardia cuando todo va bien

La posición siguiente la publicó Kurt


Richter en Schach.

Held-Vik
Halle, 1 952

En varios análisis, se comprobó que


la posición del diagrama representa el
momento crítico de la partida. Después
de 1 8. élJ xg7? ! , las negras, según el
gran maestro Lilienthal , pueden obtener
ventaja con 1 8 . . . . , <;;t> xg7 1 9. 'iVh6+,
@ g8 20. l! xf4, exf4 2 1 . e5, f5! .
En l a partida Ravinski - l livitski , que
se j ugó en la semifinal del XX Campeo­
nato de la U RSS, en Riga, las negras,
en la misma posición , eligieron sin sos­ Las blancas capturan en esta posi­
pechar nada malo la variante recomen­ ción, que tienen ganada, el caballo, que,
dada por Lilienthal , pero no pudieron desde luego, no puede moverse de e8,
parar el mate l uego de 1 8. élJxg7, pues de lo contrario seguiría id h8#. Ha­
�xg7? 1 9. �h6+, <;t g8 20. id xf4, bría sido correcto asegurar primero la dia­
exf4 2 1 . J,f6 ! ! , J,xf6 22. e5, j,d3 23. gonal b8-h2 mediante 1 . élJ g4.
exf6, éll f 2+ 24. <;;t> g 1 , éll h3+ 25. <;;t> f 1 ,
J,c4+ 26. éll e2, J, e2+ 27. @ e 1 ! . As í 1 . .U xe8??, ...
pues, 1 8 . . . . , <;;t> g? no es buena.
En el l i b ro del torneo se recomien­ G rande fue su sorpresa cuando las
da, contra 1 8. éll x g7, 1 8 . . . . , éll cxd3! , negras forzaron las tablas por jaque con­
con e l comentario d e q u e las negras no tinuo con
tienen «problemas de importancia » , pe­
ro este comentario -la variante no se 1 . ... , idh1 +!
anal izó más- no parece ser muy satis­ 2. @xh1 , iVc1 +
factorio. 3. @ h2, 'iYf4+.
En la partida original se jugó, en cam­
bio, de la manera siguiente:

1 8. g3?, J,xg5
1 9. �xg5, f6
20. �h4, éll fxd3
O P O RT U N I D A D E S P E R D I D A S 35

Ejemplo 43 Estas sinceras palabras dan una bue­


¿Cómo se origina un error? na visión de la manera de pensar de un
gran jugador y dicen muy a las claras que
Euwe-Smyslov también los mayores jugadores cometen
Torneo de Candidatos, errores a veces.
Neuhausen, 1 953

Ejemplo 44
Victoria con medios tácticos

La posición del diagrama siguiente se


publicó en Schach.

Pertisch-Pfeiffer
Gaggenau, 1 953

En la posición del diagrama, las blan­


cas jugaron la débil

1 . °iYd2?

y perdieron la partida en la jugada 58. No


vieron que pod ían ganar con 1 . �d6 ! .
¿Cómo s e originan errores así? E s intere­
sante oír al propio Euwe: « Este error re­
quiere una explicación. Al calcular las En la partida sucedió
jugadas, naturalmente tuve en cuenta la
obvia 1 . ¡.fd6 y vi que 1 . . . . , �a6+ no es 1 . �d2+, g5
peligrosa a causa de 2. Vj'xa6, Clixa6 3. 2. °iYd5, Vj'e5+,
Clixb8. Sin embargo, en el ínterin exami­
né también, de manera superficial , la ju­ y acabó en tablas.
gada 3. Clixe5 (en vez de 3. Clixb8), que Sin embargo, las blancas habrían po­
amenaza una horquilla ( ctJ f7+, Clic6); al dido ganar con un sacrificio de torre: 1 .
estudiar con más detalle esta variante, g h7+! ! , �xh7 2 . 'iVb7+, @ h 6 3.
me di cuenta de que no sirve a causa de 'iVg7+, @g5 4. f7! . Las negras dan ja­
3 . . . . , g d2 4. Clic4, Clic2 5. itd5, Clic?. que en e5 en vano, pues las blancas
Estaba tan decepcionado que, sencilla­ cambian las damas y pronto obtienen
mente, olvidé mi idea anterior, 3. Clixb8. otra dama.
Por eso no jugué 1 . 'iVd6 y di - con gran
pesar m ío- un giro completamente distin­
to a la partida. Ejemplo 45
1 . 'iVd6! gana, por supuesto. Si 1 . . . . , El huevo de Colón
.l::i. b6, vienen 2. ¡.f e7 y 3. Clif6. A 1 . . . . ,
.i:t c8 sigue, en cambio, 2. �f6+, @g8 3. La posición siguiente se originó en
ith3!. La continuación 1 . . . , 'iVa6+ 2.
. una partida del Campeonato M u nd ial
Vixa6, Clixa6 3. Clixb8, .l::l. xb8 4 . .l::l. e 1 ! J uvenil del año 1 953 (Copenhague) ju­
sería el mal menor para las negras » . gada entre dos jóvenes gigantes -en
36 L O S MAESTROS TAMBIÉN SE EQUIVOCAN

n uestros d ías ambos son grandes ma­ Ejemplo 46


estros-. La «secreta» desaprovechada

Panno-Olafsson El maestro Honfi menciona un caso


muy interesante en su crónica sobre el
torneo memorial del club de ajedrez Ra­
N kóczy de 1 953.

Gecsei-Szabadi

Las negras jugaron aqu í

1 . ... , M f7??

y siete jugadas más tarde abandonaron la


partida. En esta posición, las neg ras debían
Según análisis de Fleischmann , ha­ hacer la jugada secreta.
brían podido ganar con 1 . . . ., M Xf5 ! ! , a
la que puede seg u i r 2 . gxf5, élJf3+. Ese 1 . ... , @ h6
es el quid: ¡ la dama blanca está clavada!
3. @ h 1 , �xg2+ 4. @xg2, tt:Jxe1 +, y las El maestro Gecsei explicó a su ad­
negras ganan una pieza, puesto que a versario que contra 1 . . . ., @g8 había
5 . @f2 sigue 5 . . . . , i,f6, y no puede to­ planeado 2. i,c2, y el peón « d » está en­
marse el caballo a causa de .. ., i, h4+. venenado a causa de la clavada i,b3.
El huevo de Colón: sencillo, si se conoce Contra 1 . . . ., @ h6, las blancas no ha­
la solución . b ían visto, sin embargo, nada mejor que
dar jaque perpetuo en las casillas g5 y
e5. Szabadi mostró acto seguido su ju­
gada secreta y ambos jugadores acorda­
ron las tablas.
Luego se comprobó que las blancas
habrían podido ganar también después
de 1 . . . ., \t>h6: 2. i,xg6 ! ! , i,xg6 (a 2 . . . . ,
hxg6? sigue 3. 'ii' h 8 mate) 3 . e8� .
i,e4+ (si 3 . . . . , i,xe8, sigue 4. �g5
mate) 4. '1Wxe4, � xe4 5. �f8+, @ h5
6. �f7+, \t>h6 7. 'iYg7+, � h5 8 . 'iYg5
mate.
O P O RT U N ID A D E S P E R D I D A S 37

Ejemplo 47 Ejemplo 48
Supercombinación Mientras hay vida hay
esperanza
Teschner-Sahlmann
Wilhelmsruh, 1 953 Aitken-Torán
Múnich, 1 954

Las blancas acaban de ganar un peón


y pueden vencer muy fáci lmente: no tie­ Después de la última jugada de las
nen más que cambiar las torres y trans­ negras ( . . . , j,d5-e4) se amenaza la hor­
formar el peón de ventaja. Quizás los quilla de peón c7-c5, que las blancas no
malos esp íritus les aconsejaron que to­ pueden impedir, puesto que no pueden
maran otro peón con 1 . j,d5. Después mover ni el alfil ni el caballo. Por eso, Ait­
de 1 . . . , .U. xe5 2 . Ii. xe5, f6 3 . bt e2,
. ken, resignado, jugó
j, c8, 4. j,xb7 parece ser u n mag n ífico
contraataque, puesto que no puede cap­ 1. t¿j d3??, j,xd3
tu rarse el alfil a causa de la horquilla de 2. cxd3, c5!
caballo. Si, en cambio, las negras captu­ 3. j,xc5, t¿jxc5
ran el caballo con la torre, eso les cuesta 4. d4, t¿je4,
otro peón después de 5. j,xc8. ¡ U n plan
estupendo! Así que ¡ adelante! y las negras ganaron con facilidad.
Kurt Richter mostró más tarde que las
1 . j,d5??, .l:I xe5 blancas abandonaron innecesariamente,
2 . .l:I xe5, ... puesto que habrían podido hacer tablas,
aunque la jugada 1 . Ii. b3! no era nada fá­
Sin embargo, en vez de la esperada cil de encontrar. Si sigue entonces la hor­
jugada de peón sucedió: quilla 1 . . . . , c5, el primer jugador puede
lanzar un contraataque: 2 . .Ii. a3, cxd4 3 .
2 . ... , j,c8! .Ii. xa4, dxe3 4. t¿j d3, después de lo cual
puede hacer tablas fácilmente.
De repente, las negras amenazan
tanto . . . , f6 como . . . , t¿jf6. Teschner se
decidió aqu í por

3. t¿j b3, f6,

pero después de esto pierde como m íni­


mo la calidad.
38 L O S M A E S T R O S TAM B I É N SE EQUIVOCAN

Ejemplo 49 Ejemplo 50
Pasó la esperanza de victoria Una posibilidad de victoria
desaprovechada
L. Szabó-Kupper
Olimpiada de Á msterdam , 1 954 Rohr-Schuster
Cannstadt, 1 954

1 . .. . , h6??
En la posición del diagrama, que apa­
Y las esperanzas de victoria se han reció en Schach, sucedió
desvanecido enseguida en el aire. La par­
tida finalizó más tarde en tablas, pero las 1 . ... , �xe4?,
negras habrían podido ganar mediante 1 .
. . . , 1:!. e1 ! ! . Una jugada muy desagrada­ lo que -aunque es una prueba más de la
ble, puesto que no puede capturarse la ceguera- no fue funesto, puesto que las
torre a causa del mate. 2. �xc5 tampoco negras ganaron después de una larga
es buena, puesto que sigue 2 . . . ., 1:!. ff1 ! 3. lucha. Sin embargo, s í fue una mala ju­
�c7+, @ h6, y las blancas ya no tienen gada, puesto que Schuster habría podi­
jaques. Si el primer j ugador se defiende, do forzar la victoria enseguida mediante
en cambio, con 2. h3, las negras sencilla­ 1 . . . ., �e2 ! ! . Que la dama no puede to­
mente ganan la torre de g5 después de 2. marse, es fácil de ver. A 2. 1:!. xf3, sigue
. . . , 1:!, xg 1 + 3. @xg1 , �e3+. 2 . . ., 1:!. xf1 + 3. �xf1 , �h2 mate .
.
O P O RT U N I D A D E S P E R D I D A S 39

Ejemplo 5 1 dos peones para llegar a la posición si­


Miedo a fantasmas guiente.

Fuderer-Medina Petrosián-Keres
Torneo l nterzonal Gotemburgo, 1 955
de Gotemburgo, 1 955

Ahora -como demostró Barcza en


1 . ... , .:2ia6? sus análisis- 1 9 . .i:í. e3! ! gana en todas las
variantes, puesto que la pérdida de la da­
Las negras se asustaron de un fan­ ma es inevitable. A 1 9 . . . . , g6 o 1 9 . . . . ,
tasma y « regalaron» la partida, aunque @f8, 20 . .ilf1 gana la dama. Las blancas
habrían podido ganar mediante 1 . . . . , ganan también después de la mejor conti­
dxe3 ! ! . A 2 . j,e4 (Medina debió de tener nuación de las negras: 1 9 . . . . , .:2ixd4 20.
miedo de esta jugada) sigue 2 . . . . , exf2+ j,xh7+, @f8 21 . .l::!, xc3, .:2i e2+ 22.
3. @xf2, .l:i. e8! 4 . .ilxa8, "iVe3+ 5. @f1 , @ h 1 , .:2ixc3 23. °iVb2, .:2ixb5 24. �xb5,
j,a6+, y todo ha terminado. Después de .l:i. d5 25. �b1 , .l:i. ad8 26. j, c2, con po­
la textual , en cambio, se j ugó sición ganada.
Las negras puede n , no obstante, ju­
2 . .:2i f3, bxc5 gar mejor haciendo 20 . . . . , \ti h8!? en vez
3. 0-0, de 20 . . . . , @f8: si las blancas continúan
ahora exactamente como antes, las ne­
y Fuderer consiguió poner el rey a salvo, gras j uegan , después de 24. �xb5, 24.
de modo que las negras perdieron final­ . . . , @xh7 (en vez de 24 . . . . , .l:i. d5) , con
mente en la jugada 33 una partida que lo que -g racias a las dos torres, así co­
habrían podido ganar en la 1 7. mo a los dos peones pasados y ligados
contra la dama- incluso l levarían las de
ganar. En este caso, las blancas no de­
Ejemplo 52 ben continuar con 21 . .l:i. xc3?, sino con
Se arredró ante las 2 1 . g h5 ! , después de lo cual la dama
complicaciones no puede reti rarse a causa de la amena­
za de mate. Si, en cambio, las negras in­
No pocas veces ocurre esto: un juga­ tentan dejar sitio al rey mediante 2 1 . . . . ,
dor que ha llegado a una posición ganada j,f6, las blancas pueden jugar tranquila­
mediante un sacrificio « regala» la victoria mente 22. .l:i. xc3, .:2i e2+ 23. @f1 ,
en el último momento a causa de fantas­ .:2ixc3 24. �c2, con lo que tienen una
mas que solamente existen en su imagi­ dama por una torre.
nación. Petrosián se arredró, sin embargo,
El gran maestro Petrosián sacrificó ante las complicaciones, puesto que a
40 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O CAN

causa de los apuros de tiempo no pod ía del texto, 1 . j,xe6 habría ganado ense­
calcular todas las variantes, y jugó guida. A 1 . . . . , fxe6 sigue 2. i{J g5, i{J g4 3.
.ld xe6! .
19 . .l:í. b3, VWaS
20 . .l:í. bS, 'iYc3,
Ejemplo 54
después de lo cual la partida acabó en ta­ Cuando el juego «bonito»
blas por repetición de jugadas. no basta

M. Blumenthal-J. Freeman
Ejemplo 53 Houston, 1 956
No encontró la mejor jugada

La posición siguiente, publicada por el


maestro Ki:iberl, proviene de un torneo de
Dresde (1 956) .

Bilek-Pachmann

Las blancas habrían podido ganar de


manera segura con la sencilla 1 . .l:í. g4,
pero quisieron «hacerlo bonito» e intenta­
ron decidir la partida mediante la especta­
cular

1 . .ld xe6?? .
Bilek tenía una posición de ataque pe­
ligrosísima contra el gran maestro Pach­ S i n embargo, n o vieron un jaque inter­
mann, pero no encontró la continuación medio de las negras . . .
más fuerte. Jugó
1 . .. . , j,e4+
1 . f4?,
El alfil no puede tomarse a causa de
y después sucedió: la pérdida de la dama; al mismo tiempo
defiende, sin embargo, el peón de g6
1 . .. ., fS! desde e4, de modo que las negras pue­
2. i{J gS, i{JxgS den simplemente capturar la torre en la
3. hxgS, i{Jf3+ jugada siguiente. En vez de ganar «de
4. @f2, i{Jxe1 manera bonita » , las blancas perdieron
5 . .ld xe7, .ld xe7 «de manera bonita » .
6. j,xfS!, @ g8
7. j,xg6, hxg6
s. VWxgs+, ...

Y jaque continuo. En vez de la jugada


O P O RT U N I D A D E S PERDIDAS 41

Ejemplo 5 5 final n o ofrecería esperanzas a las blan­


Un sueño s e desvanece cas.
en el aire
3 . .. , Cbf7
.

Keres-Filip
Torneo de Candidatos, Aqu í se aplazó la partida, pero Keres
Á msterdam-Leeuwarden, 1 956 ya no pod ía salvarla, aun cuando se de­
fendió todavía durante 50 jugadas. La dis­
puta por el título mundial había acabado,
el sueño se desvaneció en el aire. Lo que
Keres no había visto fue que 1 . 'iVf6!! di­
recta (amenaza 2. n xf7) habría ganado;
p. ej. : 1 . . . . , Cbxe5 2. 'YWxe5, y si 2 . . . ,
.

n e8, decide 3. °iYc7, y contra otras juga­


das gana 3. 'YWxe6+ y 4. n f7.

Ejemplo 56
Una jugada demasiado tarde

El d ramático g i ro q u e se p rodujo en La posición siguiente se originó en el


la ronda 1 7 lo describió Euwe en Der Torneo de Candidatos de Á msterdam
Telegraph de manera vívida. Keres i ba (1 956) después de la j ugada 37 de las
en segundo lugar detrás de S myslov, y negras.
de esta partida dependía que d isputara
el t ítulo m u ndial o no. E n la j u gada 33 Petrosián-Spasski
sacrificó u n peón y, as í, obtuvo ventaja
posicional decisiva en la 37 (véase el
diagrama) . Las complicaciones le ha­
b ían costado mucho tiempo, de modo
que no le quedaba mucho más para las
últimas j ugadas.
Mientras toda la sala, el balcón, la
sala de prensa y los espectadores del
restaurante, en el que también había un
tablero mural, solamente m i raban la ca­
silla f6, el nervioso Keres jugó la neutral

1 . � h2?,
Petrosián continuó con la jugada
y después de la respuesta de Filip,
1 . @h1 ,
1 . ... , n c4 ! ,
en apariencia completamente natural.
todo estaba perdido. Todavía siguió Después de

2. °iYf6, Cbxe5 1 . . . , i,e6


.

3. 'iVxe6+, 2. n d1 , ...

puesto que l uego de 3. 'YWxe5, 'YWf4+ el (ahora esta jugada llega demasiado tarde)
42 L O S M A E S T R O S TAM B I É N S E E Q U IV O CAN

2. ... , i,xg4 cho de que el flanco de dama blanco es­


3. 'if xg4, 'if xg4 tá todavía por desarrollar: 1 . . . ., i,xe6!! 2.
4. hxg4, tlJ g5 dxe6, fxe6 3. °if d1 , .S xf1 + 4. 'ifxf1 , bi. f8
5. @ g2, tbe6, 5. '{4Vd3 (a 5. 'if e2 sigue 5 . . . . , °if e4!),
�f4 6. 'iff3, 'iYe5 7. 'iVd1 , i, e 1 ! 8.
la partida finalizó en tablas en la jugada 71 . @g1 , 'iVd4+ 9. @ h2, bi. f1 , ganando (se­
Las blancas -segú n u n análisis de gún LNN).
Theo Schuster- habrían podido ganar si
en vez de la jugada de rey h ubieran con­
tinuado ensegu ida con 1 . bi. d 1 . Luego
de 1 . bi. d1 ! amenazan 2. bi. xd5 y 3. Ejemplo 5 8
'iYe8+. Contra eso, las negras no tienen Sacrificio prometedor
defensa suficiente. A 1 . . . ., ld xg4+ sigue
2 . 'iYxg4+, con ventaja decisiva. A 1 . . . . , Dries-Perlo
c6 sigue 2 . @ h 1 (aqu í, esta jugada es Bodengraven, 1 957
muy fuerte), 'iYxf7 3 . 'ifxf7+, después
de lo cual las negras -da igual cómo
capturen- tienen la partida perdida (p. B
ej . : 3 . . . ., i,xf7 4. bi, d8+ o 3 . . . ., @xf7 4.
e6+, i,xe6 5 . bi. f1 o 3 . . . ., g xf7 4. e6,
bi. f2 5. e7, tbf6 6. i,h5, ganando) .

Ejemplo 57
Piezas por desarrollar

Nievergelt-Frauenfelder
Campeonato Juvenil de Suiza, 1 956
Después de

1 . �c2?, tbe7,

las blancas no lograron nada y además


perdieron la partida más tarde. Sin em­
bargo, habrían podido transformar su
ventaja posicional mediante un sacrificio:
1 . tbxe6! , fxe6 (a 1 . . . ., i,xe6? sigue 2.
I:!. xc6) 2. j,xg6+, @f8 3. f5, y el ataque
blanco se abre camino.

En la posición del diagrama, las ne­


gras continuaron con la jugada

1 . ... , h5?

y perdieron la partida más tarde. Con la


textual dejaro n , s i n embargo, escapar
la victoria, puesto que podían haber apro­
vechado con un bonito golpe táctico el he-
O P O RT U N I D A D E S PERDIDAS 43

Ejemplo 5 9 Flórián en su análisis-, puesto que tam­


L a partida fantástica del XII bién les impedía llevar la torre de f8 a la
Campeonato de Hungría batalla» . Sin embargo, aquí habría ganado
el soberbio sacrificio de desviación 8 . . . . ,
Kluger-Koberl J:!. g2+! ! ; p. ej. : 9. �xg2, .l::i, xf4+ 1 0. @g3,
tll e2+ 1 1 . @ h2, �xh5+ 1 2. �h3, .U f2
mate o bien 1 1 . ¡uxe2, 'iYgS+ 1 2. @ h3,
1:1. h4 mate. Si rehúsan el sacrificio, las
blancas no tienen defensa suficiente des­
pués de 9. @ h3, .l:í. g6 y 1 0 . . . . , 'iYhS+.

9. �d3?, tll x b3

« La continuación 9 . . . . , 1:1. g2+! 1 0.


@ h3, �xb7 -añade el maestro Flórián­
habría puesto a las blancas ante proble­
mas insolubles a causa de las numerosas
amenazas, puesto que, p. ej. , se amenaza
« P refiero no asustar al lector con las . . . , tll e2, . . . , éll fS, . . . , 1:1. xf4 o . . , 1:1. f5» , pe­
.

complicaciones que han sucedido hasta ro esta partida, de tantas alternancias, aca­
ahora en esta partida» , escribe László bó así en tablas siete jugadas más tarde.
Lindner en su divertida crónica. Sin em­
bargo, la segunda parte de la partida está
asimismo llena de giros completamente Ejemplo 60
inesperados. No hay ningún error tipográ­ A las blancas no les gustaban
fico en la posición del diagrama: el peón las cosas fáciles
de b7 es blanco de verdad y es del maes­
tro internacional Gyula Kluger. Siguió: B. Kühn, de Berl ín, refiere un caso in­
teresante.
1. éll d 5, �c6 Otto-Reckmann
2. b3, l:!. e3 ! ! Berlín, 1 958

Las negras aprovechan l a debilidad de la


gran diagonal. 3. tll x e3, tll x e3+ les da
ventaja de material decisiva.

3. 'iVt1 , 1:1. xb3 ! !


4. @ h3, ...

Si se captura, en cambio, la torre, si-


gue 4 . . . . , tll e3.

4 . ... , l:!. b2!


5. � b3, éll d 4! !
6 . tll x b6, �h6! Las blancas eran mano aquí y después
7. g4, fxg4+ de 1 . 'iYf6+!, �g8 2. t2Jxg6 habrían podido
8. @xg4, �xb6?? ganar fácilmente, pero eso les sabía a poco
y quisieron jugar enseguida a dar mate.
« El peón de b7 debe de haber puesto
nerviosas a las negras -escribe el maestro 1 . éll d7??, ...
44 L O S M A E S T R O S TAM B I É N S E E Q U I V O CAN

Bien es verdad que amenazan 2. de pensar mucho, encontraron, sin em­


�f6+ y 3. �f8 mate, pero primero les to­ bargo, una jugada salvadora.
ca j ugar a las negras, y hacen una jugada
muy desagradable. 1 . ... , �e5

1 . ... , J;d xg5+! ! Siguió

Puesto que aqu í las blancas -muy a 2. �a4??, ¡yes


su pesar- no pueden jugar 2. fxg5 a cau­
sa del mate que se da con 2 . . . . , 'iVh2#, Y en esta difícil situación, Golz sobre­
deben elegir otra continuación. pasó el l ímite de tiempo y perdió la parti­
da. El maestro János Balogh encontró la
2. @h1 , �b7+ respuesta correcta a la primera jugada de
3. c6, ld xh2+ las negras: las blancas habrían podido
ganar con 2. �xd8 ! ! , puesto que el rival
Este segundo sacrificio de torre ya no debe dar la torre después de 2 . . . . , �xa1
puede rechazarse. 3. el+ (3 . . . . , @ e8?? 4. t¿j g7+!). Luego
de 3 . . . . , )d xe7 4. �xe7+, se captura el
4. @xh2, 'iVb2+ alfil de a1 . Lo que en principio era una
5. � h3, 'iVg2+ pieza de ventaja ha pasado ahora a ser
6. � h4, �g3# una pieza menos, y el segundo jugador
puede abandonar sin complejos.

Ejemplo 6 1
Habría debido ganar Ejemplo 62
Motivo recurrente
La posición siguiente se originó en el
Campeonato de Alemania del año 1 958. Muchos jugadores perecen por querer
conservar la ventaja de material a cual­
Golz-Ratsch quier precio. Muy a menudo, el adversario
obtiene un juego de piezas tan bueno que
de por sí ya basta para recuperar el mate­
rial. La posición siguiente es un buen
ejemplo de ello (análisis de Kurt Richter) .

Ritter-Mohring
Campeonato por Equipos
de la ROA, 1 958

Las blancas tienen una pieza menos,


pero con su última jugada, �a5! intentan
inquietar a la dama negra. Esta debe de­
fender el peón de f6 a causa de la amena­
za de mate y por eso no puede abandonar
la casilla d8 (1 . . . . , ld c7 o 1 . . . , ld b6 fra­
.

casan por 2. e7+) . Las negras, después


O P O RT U N I D A D E S PERDIDAS 45

1 . ... , ll:le4! Ejemplo 63


También el adversario tiene
Aqu í, las blancas deberían devolver el derecho a combinar
peón con 2. j,c2, pero continuaron con
A m uchos ajedrecistas les pasa que
2. j,e3??, al atacar no perciben nada más que su
ataque.
puesto que querían defenderlo a toda
costa. Esta jugada es, no obstante, la pe­ Vukéevié-Pantalaev
or continuación. Siguió Sofía, 1 958

2 . ... , ll:lxf2,

y solamente en este punto vieron con cla­


ridad que no pueden capturar el caballo a
causa de 3. . . . , j, h6+.

3. J:!. xd8+, J:!. xd8


4. J:!, e1 , j,d4

Defiende el caballo y amenaza . . . , a5


y . . . , ll:l d3.

5. j,c2, ... En vez de reforzar la presión sobre la


columna «f» con 1 . ¡¡f3 ! , que es tanto
No era buena 5. j,xd4, porque des- una jugada de defensa como de ataque
pués de 5 . . , .l::i, xd4 las negras todavía
. . (p. ej . : 1 . . , .U. h7 2 . .l:!. f1 , con posición
. .

amenazan . . . , a5 y llevan claramente las excelente) , las blancas quisieron ganar


de ganar, pero también después de la enseguida y capturaron el peón de d6.
continuación de la partida fuerza el se­ Demasiado tarde se apercibieron de que
gundo jugador la victoria. así lo pierden todo.

5. .. . , a5! 1. J:!, xd6??, l:í, xh2+ ! !


6. j,xf5+, gxf5 2. �xh2, ¡¡12+
7. j,xf2, j,xf2 3. � h3, J:!, h8+
8. � e2, ... 4. @ g4, ¡¡t4#

¿Todavía pueden salvarse las blan­ Cuando se ataca, se olvida a menudo


cas? ¡ No, de ninguna manera! El motivo que el rival también juega.
del jaque de alfil vuelve.

8 . ... , j, h4
9. ll:l c2, j,g5+
1 o. ll:le3, J:!. d3!

Y las negras ganan.


46 L O S MAE S TR O S TAM B I É N S E EQUIVO CAN

Ejemplo 64 S. � h 1 , �xc4
¡ Quiso demasiado!
Las negras no se aventuran a cam­
Horberg-Witkowski biar las damas. Las blancas no vieron na­
Olimpiada de M únich, 1 958 da mejor y comieron el peón de b7.

6. �xb7, �h4
7. 'iYe4, �xf2
8. �e2, .l:l, g2 !

Así, l a s negras seg u i rán mandando


en la seg unda horizontal también des­
pués de cambiar las damas. Aq u í las
blancas abandonaron l a i n útil resisten­
cia.

Ejemplo 65
Las blancas están mejor y después ¿Por qué no se clasificó
de 1 . �xe5, �xc4 2 . i,xb7 pueden el equipo húngaro
transformar su ventaja posicional tam­ para la final de
bién en ventaja de material . Sin embar­ la Olimpiada?
go, Horberg, el destacado maestro
sueco, quiso demasiado. Su idea era de­ Cardoso (Filipinas)­
fender al m ismo tiempo el peón de c4 y Penrose (Inglaterra)
seguir atacando el peón adversario de Olimpiada de Múnich, 1 958
b6, así como prevenir la amenaza . . . ,
t¿jd4. Por eso jugó

1 . .l:l. xeS??.

Cuesta creer que no viera la sencilla


respuesta negra.

1 . ... , .U. as!

Ahora hay que salvar lo que se pue­


da, y «se decidió» por un sacrificio de da­
ma.

2. l::i, xgS, ... Esta es la partida que llevó al equipo


inglés a la final y al mismo tiempo eliminó
Las negras se contentaron aqu í con al húngaro. Casi todos los jugadores ha­
ganar la calidad, puesto que las blancas brían elegido la sencilla 1 . .U. b8+, me­
todavía habrían tenido algo de contrajue­ diante la cual se gana una pieza y al
go luego de 2 . . . . , bi. xb5 3 . .l:l. xb5. mismo tiempo también la partida. El juga­
dor de Filipinas, que en Portoroz venció a
2 . ... , tt:JxgS Bronstein, eligió, en cambio, en la jugada
3. �d7, t¿j xf3+ 41 (es decir, ¡ pasado el control de tiem­
4. gxf3, ,ld gS+ po!) la jugada
O P O RT U N I D A D E S P E R D I D A S 47

1 . 1:!. xc6??, Bouwmeester-Botvínnik


Wageningen, 1 958
totalmente incomp rensible, a la que si­
guió

1 . ... , � b7
2. !:!. f6?, t¿j gS,

después de lo cual las blancas abando­


naron.
G racias a esta victoria, el equipo in­
glés, que ten ía medio punto de ventaja,
se metió en la final.
¿Qué fue eso? ¿Ceguera? ¿O las
blancas se durmieron y por eso no la vie­
ron? Después de la Olimpiada de M únich,
el campeón mundial también participó en
un pequeño torneo durante sus vacacio­
nes en Holanda. Su adversario, un joven
Ejemplo 66
maestro holandés, ten ía una posición sa­
El mirón siempre ve más
tisfactoria contra él. Ambos bandos acor­
daron las tablas después de
Esta afirmación , por supuesto, dista
mucho de ser verdad , pero a menudo 1 . ... , d4?
ocu rre que el m i rón ve enseguida la ju­
gada ganadora, de la q u e e l j u gador, (esta continuación no da más que tablas)
profundamente concentrado en la parti­
da, no se percata. Esto se debe a q u e 2. exd4, t¿jxd4?
el jugador está s u m i d o en el cálculo de 3. 'iYe3, t¿je6
variantes y por ello está a men udo ab­ 4. !:!. es.
sorto en sus p ropias ideas, mientras
que el m i rón puede observar la posición El gran maestro Flohr descubrió des­
tranq u i lamente desde cierta d istancia. pués del juego que el campeón mundial
Por eso a un observador externo le re­ habría podido ganar mediante una bonita
su lta mucho más fáci l . Puede pensar combinación . Luego de 1 . . . . , !:!. b1 ! ! 2.
las j ugadas con tranquil idad , sin nervios 'iYxb1 , tbxe3+ 3. � g 1 , 'iYxf3, el mate
n i presión. es inevitable.
4

ABANDONO
PRE MATURO

A menudo se queja el ajedrecista de que el adversario todavía no ha abandonado la


partida. « La situación es completamente desesperada -se dice-; no hace más que re­
trasar el abandono» . En los análisis se escribe muy a menudo con fina iron ía sobre par­
tidas que no se abandonan a pesar de la superioridad de uno de los bandos, y a
menudo se hace solamente el lacónico comentario: "Y las negras abandonaron la inútil
lucha en la jugada 39» . Sin embargo, a veces hay ejemplos de que se dan tablas o in­
cluso se abandona en posiciones que habrían podido ganarse.
Tales partidas, aunque son trágicas para el vencido, dejan muy clara una cosa: su­
brayan de manera expresiva los múltiples aspectos del juego del ajedrez. En ajedrez, a
veces también hay esperanza en partidas que están perdidas. A veces puede salvarse
una partida -como puede verse en el ejemplo 73- incluso por medios injustos. Por suer­
te, eso ocurre muy pocas veces, pero también mediante tales ejemplos puede uno ser
más prudente. Asimismo es bastante infrecuente que el adversario ofrezca tablas en po­
sición mejor, quizás en un campeonato por equipos porque tiene una entrada para la fi­
nal de una competición de fútbol por la tarde. Debe examinarse la posición con todo
detalle, sin embargo, antes de aceptar la oferta.
50 L O S MAE S T R O S TAM B I É N SE EQUIVO CAN

Ejemplo 67 Ejemplo 68
El pesimismo del campeón Cómo puede uno asegurarse
mundial la inmortalidad en sentido
negativo
En el torneo de Núremberg (1 896) se
originó la posición siguiente en la partida El caso de Marco es ya un ejemplo
clásico. Esta partida se jugó cerca del ca­
Steinitz-Janowski sino de Mónaco (Montecarlo, 1 902) y tal
vez sea por eso por lo que se asemeja en
su estilo a un juego de azar.

Popiel-Marco

Steinitz, cuyo nivel de j uego ya decli­


naba (tuvo que ceder el título de campe­
ón mundial al joven y enérgico Lasker) ,
no vio defensa alguna contra la amena­
za . . , !';í, b3 en esta posición y abandonó
. Marco abandonó después de pensar
la partida. un poco, puesto que creyó que perd ía el
Luego se comprobó que habría podi­ alfil . No vio, sin embargo, que habría po­
do capturar el alfil tranquilamente (1 . dido ganar en una jugada.
fxe5! ! ) , puesto que tras 1 . . . . , .i:i. b3 el rey
negro no puede escapar del jaque conti­ 1 . ... , i,g1 ! !
nuo a causa de 2 . .l:l. xh6+, @g7 3 .
.l:l. h7+, @f8 (contra 3 . . . . , � g8 viene 4. Las blancas pierden l a dama o l a torre
i,d5+) 4 . .l:l. h8+, @ e7 5 . .l:l. h7+. Si las a causa de la amenaza de mate. Marco,
negras ponen el rey en e6, después de 6. el afable « maestro grueso, amplio y an­
.l:l. h6+, @xe5? sigue un mate de peón cho» de Viena, como se le llamaba a cau­
muy bonito con 7. f4#. sa de su figura, no se tomó en serio esta
derrota, que tuvo que agradecer a un ins­
tante de ceguera. La partida, sin embar­
go, se publicó en la prensa de todo el
mundo y habría asegu rado a este desta­
cado maestro y analista también en este
caso la inmortalidad -si bien negativa-, si
no la hubiera tenido ya de todos modos
por su actividad literaria.
ABANDONO P R E M AT U R O 51

Ejemplo 69 Ejemplo 70
¡Prohibido abandonar! Comedia de errores

Mieses-Forgács Capablanca-Thomas
San Petersburgo, 1 909 Hastings, 1 91 9

El diagrama refleja la posición que se En la posición del diagrama, el gran


produjo después de la j ugada 1 3 de Mie­ Capablanca continuó con
ses. Forgács, destacado maestro húnga­
ro, abandonó la partida luego de pensarlo 1 . 'iYa8?,
mucho, puesto que partió de la base de
que si retiraba el alfil perd ía la dama o la y Thomas abandonó la partida, p uesto
torre tras JÍ,d2. Semejante pesimismo, que pensó que no pod ía defender la to­
sin embargo, no estaba justificado, pues­ rre porq u e el mate es inevitable. Sin
to que las negras -según análisis poste­ embargo, l uego se comprobó que inclu­
riores- habrían podido seguir jugando so pod ía ganar, puesto q u e las negras
tranquilamente: tras 1 . . . . , .a'. xa2 ! ! 2. l! xe8, l! xa8 3 .
l! xf8+, l! xf8 tienen muy buenas pers­
1. ... , JÍ,d6 pectivas en el final de torres .
2. JÍ,d2, ií,xf3! Como colofón de esta comedia de
3. ií,xaS, élJxd4 errores, más tarde se demostró que las
4. 'iVe3?, ... blancas habrían podido ganar la torre me­
diante 1 . l! xe8, 'i:Yxe8 2. 'iVa4 ! ! , puesto
Lo mejor que tienen las blancas es que no puede tomarse la dama a causa
devolver la dama mediante 4. JÍ,xf3, del mate que hay con 3. l! b8+.
élJxb3 5. JÍ,xd5, tll xa5.

4 . .. . , tt:Jxe2+
5. �h1 , l:l, hS!

Y no puede pararse el mate.


52 L O S MAE S T R O S TAM B I É N S E E Q U I V O C A N

Ejemplo 7 1 El maestro Sándor llegó a esta posi­


E l gran maestro l o ve negro ción mediante un sacrificio de torre.
Las negras no encontraron defensa
Flohr-Grob contra la amenaza °iYg8+, seguida de
Encuentro (1 ), Arosa, 1 933 tbf7# (la dama no puede tomarse, claro
está, a causa del mate instantáneo) y por
eso abandonaron la partida. Si hubieran
jugado, en cambio, 1 . . . . , 'iVf2 ! , las blan­
cas habrían tenido que abandonar.

Ejemplo 73
Unas tablas fuera de lo común

Négyessy-Gereben

Las blancas examinaron la posición


durante mucho rato y concluyeron con
amargura que debían abandonar, puesto
que la amenaza de mate . . . , '{Wf1 # sola­
mente puede pararse con 1 . '{We1 , des­
pués de lo cual pierden el alfil de d5. No
vieron, sin embargo, que la sencilla 1 .
� h 1 ! habría podido salvarlo todo, puesto
que a 1 . . . . , °iVf1 + sigue 2. i,g1 , y son las
blancas las que llevan las de ganar gra­
cias tanto a su buena posición como al Jen6 Bán refiere en las páginas de
saludable peón de ventaja que tienen. Magyar Sakkélet el extraordinario inci­
dente que se produjo en el VII Campeo­
nato de H u n gría (1 951 ) . En una partida
Ejemplo 72 conducida magistralmente, Négyessy
También uno puede llegó a una posición ganada, y cuando
jugar a dar mate las negras -en vez de hacer su jugada­
le dieron la mano, la sala prorrumpió en
Sándor-Herendi aplausos. Todos estaban firmemente
Budapest, 1 948 convencidos de que Gereben había
abandonado, puesto que se amenaza
mate en una (i,f8#) , y a cualquier juga­
da de torre las blancas ganan la dama
con l:LJ g6+ y i,f4+, pero no fue así. Ge­
reben había ofrecido tablas, lo que sor­
prendió tanto a Négyessy que las
aceptó. El maestro Bán dice con razón :
«Gereben n o infringió ninguna ley con s u
comportamiento. Y el árbitro no silba
siempre que pasa algo anormal en el te­
rreno de j uego, pero los espectadores,
¡ ¡ esos silban siempre ! ! » .
ABANDONO P R E M AT U R O 53

Ejemplo 74 Ejemplo 75
Ambos jugadores Quien no abre una ventana . . .
olvidaron el ahogado
Wolk-Osswald
Weyer-Bernhard Stuttgart, 1 954
Campeonato Juvenil, Wurzburgo, 1 954

Las blancas jugaron la espectacular


Al ver que el adversario ten ía una po­
sición ganada, las negras se decidieron a 1 .l:!. f5,
.

dar un último jaque para molestarlo un


poquito más. y el adversario abandonó. Las negras no
vieron que la sencilla 1 . . . , .ld e4! ! , que
.

1 . . , u f5+
.. sirve precisamente porque las blancas
han debilitado la columna «e» con su ju­
Sin embargo, después de la respues­ gada de torre, por lo menos gana una to­
ta del rival, que amenazó mate con rre, puesto que contra 2. n xe4 viene 2.
. . . , �a1 +, con mate. Las negras han alla­
2. @ g4, nado también el camino hacia a 1 a la da­
ma con la jugada de torre.
abandonaron con todo el dolor de su co­
razón. Si la hubieran hecho, no obstante,
siendo conscientes de la situación -con Ejemplo 76
idea de tender una celada al rival-, su ju­ ¿Por qué no capturó la dama?
gada habría merecido un signo de admi­
ración, y la del adversario, u n signo de Négyessy-Honfi
interrogación. En vez de abandonar la Budapest, 1 955
partida, las negras habrían podido asegu­
rarse las tablas con 2 . . . , .l:!. xg5+ ! ! , pues­
.

to que 3. i,xg5 da por resultado un


ahogado, mientras que con otras j ugadas
se pierde el alfil.
54 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVO CAN

Las negras, ebrias de victoria, captu­ 1 . @ d8,


raron en a2.
y el gran maestro Najdorf abandonó.
1 . ... , ¡yxa2+ ?? Las negras no se percataron , sin
embargo, de que habrían podido parar
El adversario vio el mate con . , . . la amenaza de mate sencillamente con
l:í. d 1 + y abandonó resignado la partida. 1 . . . , l:í. xg4, después de lo cual habrían
.

« ¿ Por qué no ha capturado la dama? tenido muy buenas posibilidades de vic­


-preguntó un mirón en voz baja- Des­ toria. No obstante, las blancas tampoco
pués de . . . , g d 1 + puede volver a c1 con vieron que la jugada correcta era 1 .
el caballo y parar así el mate» . �g8+, que gana una pieza, puesto que
¡ Esta «solución secundaria» n o l a vio no sirve 1 . . . . , i,t7 a causa del mate
ninguno de los jugadores! que se da con 2. �c8+, @ e7 3. �d8+,
@ e6 4. VJt/d7#.
Es un gran milagro que un jugador tan
Ejemplo 77 experimentado, tenaz y destacado como
El milagro de Mar del Plata el gran maestro Najdorf no viera esto. Sí,
en verdad es un milagro. ¡ Un milagro de
Sanguinetti-Najdorf la ceguera ajedrecística!
Mar del Plata, 1 956

En la posición del diagrama, el maes­


tro Sanguinetti jugó
5

SACRI F ICIO DE DAMA


Y GANANCIA DE DAMA

¡ Sacrificio d e dama! Con esta clase d e sacrificio, del que puede estarse orgulloso
con razón , sueñan todos los ajedrecistas. Es el remate perfecto de largas horas pen­
sando y luchando. ¡Al fin y al cabo el ajedrez es belleza! I ncluso en la voz del jugador
más modesto puede adivinarse cierta alegría (¿y también presunción?) cuando dice:
«He sacrificado la dama y he ganado» . Ahora bien, lo que fastidia muchísimo es com­
probar después de la partida que la victoria estaba muy cerca, «bastaba» sacrificar la
dama; sin embargo, todo volvió a fracasar por la dichosa ceguera. Lo que hay que
aprender es precisamente que deben hacerse sacrificios en el altar de Caissa si quiere
tenerse éxito en el tablero.
Hay que mover la dama en el ajedrez de manera muy cautelosa, puesto que también
es un «apetecible» botín para el adversario. Al hacer un sacrificio de dama debe calcu­
larse todo a fondo, puesto que después se gana enseguida o puede abandonarse la
partida. Quizás por eso moleste tanto no ver una ganancia de dama. No obstante, que­
ridos ajedrecistas, no perdáis la esperanza: cosas así les pasan incluso a los grandes
maestros.
56 L O S M A E S T R O S TAM B I É N S E E Q UIVO CAN

Ejemplo 78 Ejemplo 79
A veces ni siquiera dos damas ¡No todo sacrificio de dama
bastan para ganar es bueno!

Chigorin-Blackburne En una partida que se jugó hace más


Viena, 1 898 de 90 años (1 91 4) en Londres entre Ca­
pablanca, futuro campeón mundial, y Ed­
ward Lasker, futuro destacado maestro y
periodista de ajedrez, se originó tras dura
lucha la posición siguiente:

Capablanca-Ed. Lasker

Ambos j ugadores se contaban entre


los más fuertes y peligrosos de su tiempo.
La posición muestra a las claras que tam­
bién en este juego se fue " ª todas » . El
peligroso peón pasado de las negras, así
como la amenaza de mate, difícilmente
pueden compensar, con todo, la agobian­ Capablanca se decidió por un sacri­
te superioridad material del primer juga­ ficio de dama.
dor. Y sin embargo, un orden de jugadas
erróneo puede echarlo todo a perder. Las 1 . t¿jxg5?, ...
blancas intentaron cambiar las damas
mediante Estaba tan orgulloso de esta jugada
que en sus análisis le puso dos signos
1 . �fd4?? de adm i ración. Escribe sobre ella: «Una
j ugada magistral, que bien podría haber
La idea en sí es absolutamente co­ hecho uno de los ajedrecistas más famo­
rrecta, pero su ejecución, no. Chigorin ha­ sos » . ( i Capablanca era conocido por su
bría podido ganar con facilidad después modestia!) Su adversario le creyó y de­
de 1 . �cd4. Ahora Blackburne puede volvió la dama con
mostrar por qué no en balde lo llamaban
«la muerte negra»: 1 . ... , i,xd1
2. e6, fxe6
1 . ... , �xa5+ 3. i,xe6+, '{Wxe6
2. 1d a2, �e1 + ! ! 4. t¿j xe6.
3. t¿jxe1 , c1 �#
Capablanca añade que después de 2 .

. . . , �c8 las blancas ganan con 3. exf7+,


� h8 4. i,xc6, 1d b8 5. 1d e8.
Se silencia, sin embargo, que las ne­
gras, con la evidente 2 . . . . , '{Wd8, que
ataca el caballo, ganan en todas las va-
SACRIFICIO DE DAMA Y GANANCIA DE DAMA 57

riantes. Speelmann anal izó lo siguiente: Ejemplo 8 1


a) 3. exf7+, @ h8 4. itxc6, 'iVxg5 5. A veces los escolares ven más
itxa8, it h5, y el peón «f» cae. que los analistas
b) 3. exf7+, @ h8 4. lL:ie6, °iVd7 5.
lL:ixf8, M xf8 6. ld xd 1 , lL:i e5, y el orgullo Pilnik llegó a una posición ganada
de las blancas, el peón «f» , se pierde de contra Stoltz en el l nterzonal de Saltsjb­
nuevo. baden.
c) 3. lL:ixf7, 'iVe7 4. M Xd 1 , lL:i e5 5.
itxa8, M xa8, con el mismo final que en Stoltz-Pilnik
las variantes anteriores.
Las negras se quedan con una posi­
ción más segura con dama contra torre y
una pieza menor y pueden ganar fácil­
mente.
Edward Lasker, en cambio, perdió el
final tras tenaz resistencia.

Ejemplo 80
Sacrificio de desviación omitido

Gawlikowski-Simagin
Szawnosdroj, 1 950 La posición es realmente curiosa. Am­
bos bandos se encuentran en apuros de
tiempo. Las blancas no tienen m ucho en­
tre lo que escoger.

1 . @ h4, ...

1 . @ h2?? fracasa, por supuesto, por


1 . . . . , �h5#.
El maestro Asztalos escribe sobre la
posición del diagrama en su crónica del
torneo: « El rey no tiene nada que temer
en h4, puesto que el punto h3 está bajo
control, y las negras no pueden capturar
- En la partida sucedió en c3 sin más (a causa de I:i, xe2+) » . To­
dos estaban de acuerdo con eso hasta
1 . a8°iV+, � h7 que tres meses más tarde un ajedrecista
2. °iVa6?, °iVg2+ de Makó demostró que las negras habrían
3. �e1 , lL:i c2+ podido ganar con una jugada de estudio:
4. @d2, tL:ixe3, 1 . . . . , 'iVc4+ ! ! . La dama no puede tomarse
a causa del mate 2 . . . . , j¿ h3#. Si se juega
y ambos bandos acordaron las tablas. No 2. @ h5, las negras ganan por lo menos la
obstante, las blancas habrían podido ga­ dama después de 2 . . . . , M XC3. Contra
nar si hubieran ejecutado con la dama un 2 . M g4 viene 2 . . . . , M XC3, y las blancas
sacrificio de desviación en la segunda ju­ siguen sin poder tomar la dama a causa
gada: 2. �h8+ ! ! , @xh8 3. � h6+, y el del mate en h3. Por cierto, esta variante
primer jugador puede concluir el ataque ya la mencionó el gran maestro Stahlberg
con éxito. en el libro del torneo, publicado en 1 953.
58 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVO CAN

1. ... , .l:i. e4+?? 2. @ h 1 , ii,, d7+?


2. @ g3, .l:i. e3+ 3. @ g2, ii,, xc6
3. @ h4, .ti. e4+?? 4. 'iVc1 , 'iVxc1
4. @ g3, J:l. g4+ 5. l:t xc1 ,

¡ La jugada 39! Stahlberg dice enfada­ y ambos jugadores acordaron las tablas.
do que las negras podían haber ganado En los apu ros de tiempo, las negras no
ahora por segunda vez. vieron una sencilla y conocida manera
de ganar la dama, que los maestros no
5. @ h2, .l:i. h4+ omiti rían s i q u i e ra en partidas rápidas :
6. @ g3, ... 1 . . . . , ii,, x f3+ 2 . 'iVxf3, bi. h 2 + 3 . @xh2,
'iVxf3.
En esta posición, ya pasado el control
de tiempo, ambos jugadores dejaron este
emocionante juego por tablas. El maestro
Wade, de Nueva Zelanda, refiere en Ejemplo 83
Chess que puso esta posición a sus Lo más sencillo es las más de
alumnos. Para su gran sorpresa, no se las veces también lo mejor
dieron por satisfechos con el empate, si­
no que descubrieron que en esta posición Bobótsov-Pytlakowsky
se esconde un mate muy bonito, que no M iedzydroje, 1 952
vieron ni jugadores ni analistas:

6 . ... , l:t h3+ N


1. @14, n f3+! !
8 . 'iVxf3, 'iYe5#

Ejemplo 82
¡ Una vez más los apuros de
tiempo!

Plater-Sliwa
Miedzyzdroje, 1 952
Ni siquiera puede explicarse por los
apuros de tiempo que las negras, en vez
de la sencilla 1 . . . , .ti. f4, con la que ten­
.

drían la partida ganada sin problemas, eli­


gieran la continuación

1 . ... , 'iVh1 +
2. �e2, �e4+
3. @d1 ,

mucho más complicada. En vista de las


primeras j ugadas, no es de extrañar
que a las negras se les volviera a esca­
En la posición del diagrama, sucedió par la ganancia de dama (3 . . . , .ti. g1 + ! !
.

4 . 'iVxg 1 , � b 1 +) y contin uaran de l a


1 . ... , ii,, h3+? manera siguiente:
SACRIFICIO DE DAMA Y GANANCIA DE DAMA 59

3. ... , �b1 + las negras tienen buenas posibilidades de


4. @e2, l:!, e4+ ganar.
5. @f3, �h1 +
6. �g2, �xg2+
7. l:!, xg2, M XC4 Ejemplo 85
También un mate típico
Y la partida finalizó en tablas.
La posición siguiente proviene de la
Olimpiada de Á msterdam (1 954).
Ejemplo 84
Tres piezas menores Barcza-Penrose
contra la dama

Bisguier-Bernstein
Campeonato de EUA, 1 953

En la partida sucedió

1 . ... , l:!, xd1 ?

Tres piezas menores defendidas 2. �xa8+, @g7,


equ ivalen a una dama, debió de pensar
el maestro i nternacional Bisg u i e r, y pa­ y el juego acabó en tablas. Si las negras
rece haber tenido razón , puesto que hubiesen capturado con la dama en vez
tras la jugada de con la torre, habrían ganado fácilmen­
te: 1 . . . . , �xd 1 ! ! 2 . .S xd 1 ? (es mejor 2.
1 . ... , l:!. f7? 'iVxc6 o 2. �xa8, 'iVxf1 + 3. @xf1 ,
l:!, xa8 4. i,xc6, pero las negras tienen la
del adversario, siguió calidad de ventaja en ambos casos) 2 . . . . ,
l:!. xd1 + 3. i,f1 , i,h3, y el mate es inevi­
2. i,e4, table. [De hecho, puede pararse el mate
por medio de 4. 'iVa6, pero después de
después de la cual las blancas ganaron el los cambios, las negras se quedan con
peón de d2 y luego la partida. una torre de ventaja. (Nota del t.))
Más tarde se comprobó, sin embargo,
que las negras habrían podido ganar me­
diante un sacrificio de dama: 1 . . . . , l:!, xd3
2. @xd3, 'iVxe3+! ! , y la jugada siguiente
de las negras -capturen las blancas con
el rey o el peón- es 3 . . . . , d1 'iV (+) , y el
primer jugador no se queda más que con
la torre y el alfil contra la dama; es decir,
60 L O S MAE STROS TAMBIÉN SE EQUIVO CAN

Ejemplo 86 traerse rápidamente a l a atención d e l ju­


Quien pega primero, gador en el fragor del combate. »
pega dos veces
Poliak-Jólmov
Persitz-Hooper Campeonato de la U RSS
l lford, 1 954 por Equipos, 1 954

En la posición del diagrama, las blan­


En el fragor del combate, las negras cas continuaron con la evidente
olvidaron que la posición de su rey tam­
bién es precaria. En vez de j ugar 1 . . . . , 1 . 'iVe3.
'l¡Wg2+, con la que habrían tenido bue­
nas posibilidades de ganar (2. �xe5 Las negras se defendieron con tenaci­
pierde a causa de 2 . . . . , .l:!. xg5) efectua­ dad y pudieron conseguir las tablas des­
ron enseguida pués de

1 . ... , 1:!. xg5??. 1. ... , f5


2. tll e 5+, c;t>fa
Solamente después de la jugada 3. tll d7+, � f7
4. i,xf5, tll c7.
2. Vi'e6+ ! !
El maestro Poliak no vio, sin embargo,
se percataron de que se habían metido que el sacrificio de desviación 1 . 'l:Wd2 ! !
e n u n a red d e mate. gana enseguida, puesto que a 1 . . . . ,
'l¡Wxd2 sigue 2. 1:!. e?# y contra 1 . . . . , ¡yes
2 . ... , fxe6 gana 2. ¡yxd5+.
3. 1:i. f8#

Un conocido modelo de mate.

Ejemplo 87
Sacrificio de dama
de desviación

« Los sacrificios de dama de desvia­


ción parecen sencillos -escribe Asztalos
en Magyar Sakkélet- pero pueden sus-
SACRIFICIO DE DAMA Y GANANCIA DE DAMA 61

Ejemplo 8 8 Ejemplo 8 9
Oportunidad perdida Cosas así deben verse también
en una partida rápida
La partida que sigue se ha tomado de
la crónica del gran maestro Szabó sobre V. Hunte-Fuchs
el torneo de Buenos Aires. Zwickau, 1 955

Reinhardt-Torán

En la posición del diagrama, las blan­


cas eligieron la insulsa continuación
Las negras acaban de jugar . . . , ii,f7-
g6, que parece muy fuerte, puesto que 1 . �g2
con esta jugada no solamente atacan la
dama, sino también el punto c2. Siguió y ganaron la partida 20 j ugadas más
tarde.
1 . f7??, .i::í, xf7 Habrían podido ganar enseguida, sin
2. fxe5+, .l::í. xe5, embargo -como mostró Kurt Richter en
Schach- mediante un sacrificio típico: 1 .
y las blancas perdieron primero una pie­ �xh7+, @xh7 2. lt.Jxf6+, gxf6 3 .l::í. h4#.
.

za y luego el juego. Esta partida, condu­


cida de manera magistral, no habría
finalizado en derrota blanca si el primer Ejemplo 90
jugador se hubiera decidido por un sacri­ Hay que conocer
ficio de dama. Después de 1 . 'iYe6+ ! ! , los modelos de mate
.l::í, xe6 2. dxe6+, � c6 3 . f5! , habría podi­
do ganar rápidamente g racias a sus Bieri-Fuh rmann
fuertes peones. Einsiedeln , 1 955
«El inexperto Reinhardt -eso dice la
crónica- dejó escapar m uchas victorias
en este torneo. Perdió incluso partidas
que el público ya daba por ganadas . »
62 L O S MAE S T R O S TAM B I É N SE EQUIVO CAN

También esta posición apareció en Ejemplo 92


Schach, y lo más interesante de ella es Ataque fracasado
ver cómo puede perderse una partida en
una jugada en vez de ganarla en una ju­ R. H. Alexander-M. Me. Kenna
gada. Las blancas debieron de asustarse Arizona, 1 956
ante las amenazadoras piezas mayores
de las negras, puesto que se defendieron
con

1 . i,f1 ??,

pero tuvieron que abandonar la partida


después de

1 . ... , l{J g4

a pesar de ello. Lo que no vieron es que


después del sacrificio de dama 1 . �xf6 ! ! ,
las negras pueden abandonar, puesto El ataque negro se quedó en agua de
que tomar la dama fracasa por 2. n h3+, borrajas después de
con mate.
1 . ... , ¡yh4?
2. i,f7+, @d8
Ejemplo 9 1 3. °iVh5! .
Otra vez un mate típico
y otra vez se omite En posiciones de esta clase siempre
acaba imponiéndose la ventaja de mate­
Klein-Lamprecht rial si el ataque no reporta nada. Ese fue
Halle, 1 955 el caso también en esta partida, que las
blancas ganaron más tarde. Sin embargo,
las negras ten ían la posibilidad de ganar
mediante un sacrificio de dama. Si hubie­
ran continuado con 1 . . . . , i,xg2+! , las
blancas habrían perdido la dama luego de
2. @xg2, ¡yh2+ 3. @f3 (contra 3. @f1
gana 3 . . . . , g2+*) 3 . . . . , �h5+.

*[Más directo es 3 . . . . , l:[ xf6+ 4. exf6,


¡yf2#. (Nota del t.)]

Las negras cambiaron dos veces en


g3, y la partida terminó en tablas. Más tar­
de, Karl Neumann, ajedrecista de Kóllme,
se percató de que la tranquila 1 . . . . , n e6!
gana (se amenaza 2 . . . . , i,f4) . La dama
debe defender el punto g3, y tampoco
ayuda 2. l{J e4; p. ej. : 2 . . . . , �h6 3. h3,
¡yxh3+ 4. gxh3, l:i. h2#.
SACRIFICIO DE DAMA Y GANANCIA DE DAMA 63

Ejemplo 93 Ejemplo 94
Salir del fuego El mate ahogado
para caer en las brasas
Es un invitado que no se prodiga mu­
V. Ditt-Kordsachia cho en el tablero, aunque todos lo cono­
Hamburgo, 1 956 cen . Quizás sea precisamente por eso
por lo que todos los j ugadores son muy
cautos con él. Los torneos zonales pare­
cen ser una excepción , pues en ellos
aparece de vez en cuando.

Karaklajié-Pleiffer
Sofía, 1 957

Las blancas efectúan un sacrificio de


dama de desviación.

1. �xg4! , ...

Es evidente que las negras no pue­


den tomar la dama a causa de 2. e6#. Por
eso también ellas intentan ejecutar una Karaklajié, el destacado maestro yu­
maniobra de desviación . goslavo, ten ía fama de jugador de ata­
que. En esta partida hizo caso omiso de
1 . ... , i,e3+? los planes del adversario, que por eso ob­
2. i,xe3, ... tuvo un fuerte ataque. 1 . M. f1 lo habría
parado todo, pero al maestro yugoslavo
Después de haber eliminado la ame­ no le gusta defenderse.
naza de mate con e6, las negras piensan
que llevan las de ganar. 1 . f3??, �c5+!

2 . ... , i,xg4?? Las blancas abandonaron, puesto


que después de 2. @ h 1 se les da mate
Bien es verdad que ganan la dama, según el conocido modelo 2 . . . . , Qjf2+ 3.
pero se les da mate mediante @g1 , Qj h3+ 4. @ h 1 , �g1 + 5. b!. xg 1 ,
ctJf2#.
3. i,h6#.

H. Heemsoth demostró en su análisis


que las negras, en vez de hacer la «com­
binación ganadora » , habrían podido opo­
ner tenaz resistencia con 1 . . . . , .l:!. xf7.
64 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O CAN

Ejemplo 95 Ejemplo 96
Ceguera en vez Tensión olímpica
de sacrificio de dama
Tal-Tringov
Lachmann-Pfeiffer M únich, 1 958
Campeonato de Alemania
por Equipos, 1 958

1 . ... , i, d7??

En esta aguda posición, que se publi­ En el caldeado ambiente de las olim­


có en Schach, las blancas, debido a una piadas, cargado de tensión, se ven a me­
ceguera repentina, continuaron con nudo horquillas de caballo. A ello se
añade, además, el comprensible amilana­
1 . i,f6??, miento ante el temible adversario, de mo­
do que no es de extrañar que el pobre
y las negras ganaron una pieza primero y jugador encuentre la ú nica j ugada que
la partida después con la sencilla pierde enseguida.

1 . ... , °iVh6+. 2. �xd7+! , @xd7


3. l{J c5+, @e7
Análisis posteriores mostraron que las 4. l{Jxe4, f5
blancas habrían podido ganar mediante 5. l{J c5, ...
un bonito sacrificio de dama: 1 . 'iVxe5 ! ! ,
l{Jxe5 2. l{Jf6+, @f7 ( o 2 . . . . , <;t>xg7 3 . Y las negras abandonaron.
l{Jxe8+, @g6 [contra 3 . . . , @f7 gana 4 .
.

l{J d6] 4. l{J c7! , y el peón corona) 3.


l{Jxe8, .l::í. xe7 4. 11 f1 + ! . A las blancas
debió de escapárseles este jaque, pues
ahora el peón «g» ya no se puede parar.
SACRIFICIO DE DAMA Y GANANCIA DE DAMA 65

Ejemplo 97 3 . .:{J b6 mate. Después de su jugada si­


Damas frente a frente guiente, las negras tienen la partida perdi­
da de manera i rremediable.
H. M. Philips-Epp
Nueva York, 1 958 2 . ... , .:{Jd5?
3. �a8+, @d7
4. �xb7+, �ea
5. �xc6+, @f8
6 . .td6+, .:{Je7
7. 'iVxc5, ...

Y las negras abandonaro n ; si h ubie­


ran continuado con 2 . . . . , �e3+ ! ! , las co­
sas no habrían estado tan claras. Las
blancas deben tomar la dama (3. � h 1 ?,
�xf4) , con lo que se elimina su amena­
za de mate. 3 . .txe3, .:{Jxa7 4 . .txc5,
.:{J c6 (si 4 . . . . , @ b8, las negras deben
Las blancas sacrifican una pieza y la capturar el alfil después de 5 . .t d6+)
dama para dar mate. 5 . .:{Jd6+, l:l. xd6 6 . .txd6. La situación
es bastante incierta, puesto que los peo­
1 . �a4!, �xe2 nes blancos del flanco de dama son muy
2. �xa7!!, ... fuertes, pero las negras no tienen otra al­
ternativa a esto. 2 . . . , .:{J d? no sirve, pues­
.

Una jugada muy artera, puesto que to que sigue 3. �a8+, .:{J 6b8 4. 'iVxb8+,
no puede tomarse la dama a causa de .:{Jxb8 5 . .:{J b6 mate.
6

E L CABA L LO
VICTORIOSO

Se ignora cómo se inventó esta singular pieza. El caballo en su forma actual ya se


encuentra, sin embargo, en el j uego del ajedrez de las antiguas I ndia y China. Como
puede saltar por encima de otras piezas, influye a menudo en el transcurso normal de
los acontecimientos de manera desconcertante. A menudo está al frente del ataque, pe­
ro las más de las veces se sacrifica solamente para abrir paso a la dama.
Esta pieza, que modifica a menudo su color y trayectoria ante el ojo mental del aje­
drecista, supone un gran peligro para el jugador agotado, atacado por el microbio de la
ceguera. Ocupa un lugar modesto entre todas las piezas, pero ¡ ay del que se descuide
con él! El caballo se convierte de repente en un corcel mágico, le crecen alas, y una hor­
quilla de las suyas puede decidir la partida enseguida. Eso muestran los ejemplos si­
guientes.
68 L O S MAE S T R O S TAM B I É N SE EQUIVOCAN

Ejemplo 98 1 . ... , ttJ cS??


Un caballo al frente del ataque
y no vio que las blancas pod ían capturar
Europa aprendió a respetar y temer el la torre. Siguió
nombre de Capablanca durante el torneo
de San Sebastián (1 9 1 1 ). El futuro cam­ 2. tLixe8, j,xe8
peón mundial no solamente ganó el tor­ 3. 'iYc3, f6
neo, sino que mostró mucho más nivel 4. ttJxf6+, @ 96
que sus adversarios. Así, también contra 5. tiJ hS, kÍ. g8
el gran maestro Bernstein construyó una 6. f5+, \t> g5
soberbia posición de ataque y demolió fi­ 7. 'iYe3+, @ h4
nalmente la posición enemiga con un sa­ 8. 'iYg3+,
crificio de pieza.
y las negras abandonaron, puesto que se
Capablanca-Bernstein les da mate en la jugada siguiente.

Ejemplo 99
Una vez más no se vio

Catozzi-Benko
Torneo Zonal de Dubl ín, 1 957

1 . tLlfxg7!, ...

Aceptar el sacrificio habría ten ido


consecuencias en verdad funestas : 1 .
. . . , ttJxg7 2 . tLlf6+, @g6 3 . ttJxd7
(amenaza 4. f5+, con mate ) , f6 4. e5, y
la posición negra está en ruinas. Las En la posición del diagrama sucedió
negras habrían podido defenderse sola­
mente con la sencilla 1 . . . ., ki. d8. Si 2 . 1 . ... , e5?,
f5, todavía no puede hacerse 2 . . . . ,
ttJxg7? ? , por supuesto, pues segu i ría las blancas pudieron salvar el peón con
un soberbio mate con 3. tLlf6#, sino que
debe jugarse 2 . . . ., tLlfB. No les resulta 2. j,dS!
fáci l a las blancas encontrar una buena
conti nuación. Bien es verdad que si­ y después de un nuevo error de las ne­
guen teniendo en lo sucesivo u n buen gras acabaron ganando la partida.
ataque, pero las negras pueden com­ El transcu rso de la partida habría si­
pensar esto en cierta manera con su pe­ do completamente d istinto si las negras
ón de ventaja. Bernstein fue víctima de hubieran tomado el peón de c4. Debie­
la ceguera en esta posición , puesto que ron de tener miedo d e la clavada 2.
jugó j,f1 , pero no había auténtico peligro: 1 .
EL CABALLO VICTORI O S O 69

. . . , 'iVxc4 2 . j,f1 , tlJ e5 ! ! , y se recupera Ejemplo 10 1


la dama después de 3 . j,xc4 mediante Horquilla desaprovechada
3 . . . . , éZJf3+.
Ciocaltea-Filip
Bucarest, 1 953
Ejemplo100
Bien visto

Stoltz-Ciocaltea
Bucarest, 1 953

Las blancas creyeron que era imposi­


ble sacar provecho de una horquilla de
caballo, puesto que también su torre está
colgando, y la partida finalizó en tablas
después de
Las blancas ya hab ían cometido u n
error con su última jugada al retirar el 1 . 'li'xd4, j,xd4
caballo de f3 a d2 en vez de cambiarlo. 2. l:!. xf7, 1:1. xb3.
Como el adversario jugó . . . , j,d?, se
encontraron de repente en una situación Sin embargo, habrían podido ganar
muy desag radable. No pueden defender con facilidad mediante 1 . 1:1. g4! ! , bastan­
el cabal lo atacado con b3, porque en­ te sencilla, puesto que las negras pier­
tonces se pierde la calidad después de den la calidad después de 1 . . . . , 'li'e5 (o
. . . , élJ d3+. Contra el enroque corto, las 1 . . . . , 'li'xd 1 2. 1:1. xd 1 ) o incluso una pie­
negras ganan un peón con . . . , j,xa4 se­ za luego de 1 . . . , l:!. e4? 2. 'iVxd4,
.

gu ida de . . . , .l:i. xb2 (esto habría sido, sin 1:1. xd4 3. tlJxf6.
embargo, el mal menor) . El maestro
Stoltz, después de mucho pensar, eligió
la peor continuación,

1 . éZJ c3??,

y luego de

1 . ... , l:!. xb2!

ya tuvo que abandonar. No puede tomar­


se la torre a causa de 2 . . . . , éZJ d3+, y la si­
tuación de las blancas es desesperada de
todos modos.
70 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVOCAN

Ejemplo 102 ejemplo de forma sencilla de horquilla,


Eso lo habría visto que aparece unida a una clavada.
hasta un ciego

Rosetto-Matanovié Golombek-Aitken
Olimpiada de Á msterdam, 1 954 Múnich, 1 954

Que tras 1 . l:r xh5! , gxh5 2. l2Jf5 el Las negras jugaron aqu í
mate es inevitable también lo habría visto
un ciego, pero no el que de repente se vio 1 . ... , f6? ,
aqu í atacado por la ceguera, es decir, el
maestro Rosetto. en la creencia de haberlo defendido todo
suficientemente.
1 . tt:Jxh5, gxh5
2. �xd6, ... 2. tZ:lc6!, U e8
3. tt:J e7+ ! ! , ...
Así, en vez de ganar la partida, acabó
perdiéndola más tarde. Y hasta este punto no comprendieron
que el caballo está clavado en d5, y la da­
ma, desprotegida. La pobre torre de e8
Ejemplo 103 está sobrecargada. Las negras eligieron
Clavada-doble amenaza­ el mal menor.
horquilla de caballo
3 . ... , l:r xe7
Las horquillas de caballo no solamen­ 4. '?j'xc8+, ...
te escapan a la atención de los principian­
tes, sino también a la de los maestros, Las blancas ganaron fácilmente al
sobre todo a la de los que están cansa­ quedarse con mejor posición y un peón
dos. En el próximo diagrama, vemos un más, así como con ventaja de calidad.
7

LA DOB LE AME NA Z A

La doble amenaza, también llamada ataque doble, es un medio táctico muy sencillo
que aparece a menudo, cuya importancia conoce todo jugador ya desde su etapa de
principiante. Por eso, ceguera y doble amenaza aparecen juntas relativamente pocas
veces. Sin embargo, si llegara a darse el caso, puede estarse seguro de que la causa no
fue el jugador, sino la ceguera ajedrecística.
La forma negativa del ataque doble, es decir, que una pieza deba cumplir al mismo
tiempo dos tareas, se ve con m ucha más frecuencia. El siguiente refrán refleja bien lo
que ocurre entonces: quien mucho abarca, poco aprieta. Y cuán peligroso puede ser
abarcar mucho lo muestran dos ejemplos del Torneo l nterzonal de Portoroz.
72 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O CAN

Ejemplo 104 Ejemplo 105


Lo que no vieron los maestros Un viejo motivo en forma nueva

Las piezas desprotegidas significan H. Jonsson-G. Olafssyni


siempre gran peligro, puesto que es fácil Islandia, 1 958
que sean víctimas de ataques dobles. Un
nivel más alto de la combinación es cuan­
do uno mismo provoca esa situación. B

V. W. Schmidt-Castaldi
Hamburgo, 1 955

A las blancas les gustaría mucho de­


sembarazarse de los adelantados peones,
que ejercen una desagradable presión so­
bre su posición. Así pues, jugaron

1 . t¿jxc4??.
Las negras jugaron
Debieron de ver también que después
1 . .. . , l::t c4?, de 1 . . . . , �d5 se origina una doble ame­
naza, pero estaban completamente segu­
y nadie se percató de que hab ían omiti­ ras de que podían pararlo todo con 2. e4.
do la victoria. H. Thiel, destacado juga­ Bien pensado, pero su malévolo adversa­
dor de torneos de Hamburgo, demostró rio continuó con
posteriormente que 1 . . . . , i, a5 ! ! gana
enseguida, puesto que la dama debe de­ 1 . ... , l::t xc4!
fender la torre de b 1 , y por eso se pierde
la calidad . La posición es al mismo tiem­ y luego de
po un buen ejemplo de lo peligrosas que
son las clavadas. 2. l::t xc4, 'iVd5

ganó una pieza primero y la partida des­


pués.
LA DOBLE AMENAZA 73

Ejemplo 106 Cardoso- Matanovié


Una forma negativa Portoroz, 1 958
de ataque doble

Petrosián-Matanovi é
Portoroz, 1 958

Debe añadirse enseguida, sin embar­


go, lo siguiente: nunca hay que dar dos
tareas a una pieza. Cardoso no hizo caso
de esto, y por eso fue tan funesta su pró­
Las negras están claramente peor a xima jugada.
pesar del peón de ventaja, pero después
de su siguiente jugada 1 . t¿j cd5?, ...

1 . ... , �c3? Ahora la torre debe defender tanto f3


como c2. El gran maestro Matanovié
pierden enseguida. I nfringieron la regla aprovecha el error de manera magnífica.
de no dar nunca a la misma pieza -esta
vez la torre de c8- dos tareas (esto es co­ 1 . .. , 'iYxd4
.

mo la forma negativa del ataque doble) . 2. l:r xd4, l:r xc2! !


Después de
Un soberbio sacrificio d e desviación .
2. l:r xa8, Si se juega ahora 3. l:r xc2, las negras
ganan dos peones con 3 . . . . , t2Jxf3+ y 4 .
abandonaron enseguida. . . . , t¿jxd4. Las blancas, desesperadas, in­
Si esta partida se hubiera j ugado en tentaron huir de la trampa.
un campeonato por equipos no habría
provocado gran agitación, ¡ pero se jugó 3. t¿jxe6, fxe6
en un torneo interzonal para determinar 4. t¿j b4, ...
los candidatos al título mundial! ¡ Ceguera
incomprensible! Tampoco esto salva nada.

4 . ... , l:r xf2


Ejemplo
107 5. @xf2, l:r f8
«Toda jugada de peón 6. @92, a5
debilita la posición»
Después de esta jugada, la posición
Esta vieja regla la citó Kurt Richter en blanca se derrumba.
Schach para señalar que el punto f3 ha­
b ía quedado gravemente debilitado me­
diante las jugadas de ataque e4 y g4.
8

LA PRIME RA
F I LA D É BI L

Las primeras filas débiles son un fenómeno frecuente. Se originan las más de las ve­
ces cuando el jugador olvida en el fragor del combate que también su rey puede estar
expuesto a peligros diversos. Los conceptos de primera fila débil y clavada están aqu í
indisolublemente ligados. Entre rey y pieza hay una especie d e clavada inmaterial cuan­
do la pieza encargada de velar por la seguridad de su majestad no puede abandonar su
puesto.
Posiciones de esta clase posibilitan a menudo combinaciones magníficas. En las
partidas de buenos jugadores aparecen pocas veces, ciertamente, puesto que estos ya
conocen los peligros y, en consecuencia, obran con precaución . Sin embargo, en su for­
ma oculta también se les escapan a los maestros una y otra vez.
Junto a la forma normal de primera fila débil, en la que el rey está detrás de una ca­
dena inmóvil de peones, hay también una forma artificial: la que provoca el adversario
-como puede verse en el ejemplo 1 1 6-. Contra esto hay una receta sencilla: debe abrir­
se una «ventana» .
76 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE E Q U IVO CAN

Ejemplo 108 Ejemplo 109


Mate inevitable parado La ceguera del poseedor de la
marca de simultáneas a ciegas
L. Paulsen-Anderssen
Leipzig, 1 877 El maestro estadounidense Pillsbury,
cuyo estilo era una transición a la escue­
la moderna, siempre impresionó a los
N espectadores por su enérgica y vigorosa
manera de jugar, pero en el torneo de
Cambridge Springs también él fue vícti­
ma de la ceguera. Que este destacado
maestro, que tuvo durante mucho tiem­
po la marca de simultáneas a ciegas con
22 partidas, no viera las consecuencias
de su jugada, posiblemente se debiera a
su enfermedad , que ya proyectó aqu í
sus sombras. L a m isma enfermedad
acabó con su carrera ajed recística dos
El campeón mundial Anderssen des­ años más tarde, a la edad de 34 años.
cubrió un mate forzado.
Showalter-Pillsbury
1 . ... , Qj g3+? Cambridge Springs, 1 904
2. hxg3, I:r f6

Aqu í amenaza de verdad 3. l:I h6#,


pero Paulsen, cuyo plan concierne a la
debilitada primera fila negra, encuentra
un magnífico contraataque.

3 . .s. f2! ! , ...

Sencilla, pero sorprendente. La torre


no puede tomarse a causa de 4. 'ii'xa8+.
Todavía siguió:

3 . ... , g5 Las negras pueden ganar fácilmente


4. �f3, g4 con 1 . . . . , 'iVf6 o incluso 1 . . , l:I xf2, pero
. .

5. �e2, l:I af8 no se fijaron en su debilitada primera fila y


6. �d2, l:I h6+ jugaron
7. @g1 ' l:I f5
8. 'iVd4+, ... 1 . .. , �xf2??,
.

Y las negras abandonaron. a lo que se replicó

2. 1:!. e2 ! ,

y abandonaron la partida, puesto que a


2 . . . . , 'iVxe2 sigue 3 . �d8+, con mate,
y con otras conti n uaciones pierden una
torre .
LA PRIMERA FILA DÉBIL 77

Ejemplo 1 10 Ejemplo 1 1 1
Ataque doble inadvertido E l adversario calculó más

Thomas-Vajda Euwe-De Jong


Memorial Szén, Budapest, 1 929 Á msterdam, 1 934

La última j ugada de las blancas Euwe, que en ese año se encontraba


(dxc5? en vez de 'iVxd6) fue un error en su cenit (al año siguiente ganó el título
de bu lto, que las negras habrían podido de campeón mundial contra Alekhine), lle­
aprovechar ganando la calidad, y con vó a cabo una combinación de cinco ju­
ella la partida, mediante la artera 1 . . . . , gadas en una soberbia posición.
élJf4 ! ! , puesto q u e s i 2 . cxd6 , 2 . . . . ,
llJxe2+ recupera la dama con ventaja 1 . élJxf7?, .l:!. xf7
de cal idad. Si las blancas, en cambio, 2. �xf7+, �xf7
no captu ran la dama en la segunda ju­ 3 . .l:!, d8+, �f8
gada, sino que defienden la primera fila 4. �xf7+, @xf7
con 2 . b!. e 1 , también en este caso ga­ 5 . .l:í. xb8, ...
na 2 . . . . , élJ e2+. En vez de ello, Vajda, a
quien d u rante el torneo todavía aguar­ El plan se ha ejecutado. Las blancas
daba m ucho trabajo en su despacho han ganado una calidad y un peón, pero
por las tardes, jugó ¡ ahora son mano las negras!

1 . ... , �xc5, 5 . ... , .l:!. d7!

pasando por alto así una fácil victoria. Y ganan el caballo de b 1 .

2. élJ d2, élJf6


3 . .l:!. ae1 , e6
4. �h4, .l:!. ad8??

Este fue el segundo error.

5. 'if xf6+, ...

Y las negras abandonaron, puesto


que a 5 . . . . , �xf6 sigue 6. éLl e4+, des­
pués de lo cual las blancas se quedan
con una pieza de ventaja.
78 LOS MAE S T R O S TAM B I É N S E EQUIVOCAN

Ejemplo 1 12 Ejemplo 1 1 3
Los dos bandos tenían A veces es mejor abandonar
débil la primera fila una columna abierta

Kurt Richter-Eric Richter Boleslavski-Euwe


Berlín, 1 939 G roninga, 1 946

Kurt Richter, destacado j ugador de Son mano las blancas. Pueden ganar
ataque y varias veces campeón de Ale­ el peón de b5 con 1 .l:i. ab1 e igualar el
.

mania, lleva aqu í las piezas blancas e juego, pero instintivamente tuvieron mie­
intenta aprovechar la debilidad de la pri­ do de quitar la torre de la columna abierta,
mera fila del adversario con una inge­ de modo que continuaron con
niosa jugada.
1 . .l:i. fb1 ??, ...
1 . .l:!, g1 ?! , a6!
No calcularon correctamente, sin em­
Por supuesto, no puede capturarse la bargo, las consecuencias de su jugada.
dama a causa de 2 . .l:i. g8 mate. El ex campeón mundial aprovechó ense­
guida la debilidad de la primera fila y res­
2 . .l:i. g8+??, ... pondió

Las blancas, mientras tanto, han olvi­ 1 . ... , .U. as ! .


dado (ceguera) que también ellas tienen
débil la primera fila. Las blancas no pueden hacer nada
mejor que continuar con
2. ... , �a7 ! !
2. ¡vd1 , .l:i. xa1
Y las blancas pierden l a dama, puesto 3 . .l:i. xa1 , ¡vxc3,
que se amenaza 3 . . . . , ¡ve1 mate.
y las negras ganan con facilidad por me­
dio de sus tres peones pasados.
LA PRIMERA FILA DÉBIL 79

Ejemplo 1 14 que después de 5 . .l:!. xa1 , viene 5 . . . . ,


El rey como pieza de ataque � h3, y el mate no puede evitarse.

El campeón mundial Steinitz fue el pri­


mer ajedrecista que vio en el rey una fuerte Ejemplo 1 15
pieza de ataque en el final, pero muy pocas Así se aprovechan las primeras
veces ocurre que se dé mate al adversario filas débiles
ya antes del final con la ayuda del rey.
Zirngibl-Stahl
Bernardi-Drescher Campeonato de la RDA, 1 955
Fráncfort del Meno, 1 949

Si las blancas juegan 1 . .l:!. d3 no tie­


Probablemente, las blancas pueden nen problemas, pero quisieron ganar e in­
mantener el equilibrio después de 1 . tentaron dar mate al adversario con la
.l:!. 1 d7 a pesar de su inferioridad de ma­ jugada siguiente.
terial, pero quisieron ganar.
1 . �c2??, ...
1 . \t>h1 ?, �xf2
2 . .l:!. g1 +, @ hS No se fijaron en que la posición de su
3. ct:Jg3+, \:ti h4 rey también es muy precaria.

Solamente en este punto compren­ 1 . ... , i,e4!!


dieron que no están cazando al rey ad­
versario, sino que avanza por propia No puede capturarse el alfil a causa
voluntad . Contra la planeada 4. tt'l f5+?? de 2 . . . , .l:!. d1 mate.
.

viene 4 . . . . , @ h3! 5 . .l:!. g3+, 'iVxg3! 6.


hxg3, .l:!. a 1 mate. Las blancas intentaron 2. �c1 , �d7
salvar lo que se pod ía.
Doblar las piezas mayores es aqu í
4 . .l:!. f1 , ... muy fuerte. No puede evitarse el mate o
la pérdida de una pieza.
Sin embargo, las negras pueden refu­
tar con una ingeniosa respuesta también 3. i,d3, . . .
esta jugada.
Las blancas s e resignan a s u destino,
4 . ... , .l:!. a1 ! ! pero 3. h3 tampoco es buena, puesto que
las negras ganan asimismo una pieza
Y las blancas abandonaron, puesto luego de 3 . . . . , 'iYd1 + 4. \:ti h 1 , i,xb1 .
80 L O S M A E S T R O S TAM B I É N S E E Q U I V O CAN

3. ... , J,xd3 que 1 . (o 3. o 5.) VJ1/h8+! gana enseguida.


4. .l:I c7, ¡yd5 La misma situación se había repetido tres
5. .l:I xa7, J, c4 veces, pero las blancas solamente vieron
6. h3, VJ1/d1 + hasta la casilla h7; para todas las demás
estaban «ciegas » .
Y las blancas abandonaron.

Ejemplo 1 17
Ejemplo
1 16 Empate en los apuros
Si hubiera visto una casilla de tiempo
más . . .
K. H. Henning-8. v. Dehn
lvanov-Dimitrov Campeonato de la ciudad de Kiel, 1 959
Sofía, 1 957

Las blancas, en apuros de tiempo mu­


Las blancas han provocado la debili­ tuos, ofrecieron tablas, que el adversario
dad de la primera fila del bando adversa­ aceptó. Sin embargo, en los análisis in­
rio con el caballo. Han visto muy bien que mediatamente posteriores a la partida se
deben ahuyentar a la dama de g6 para comprobó que las negras habrían podido
poder dar mate en h7. ganar con la sorprendente 1 . . . . , ¡ye1 ! ! .
Las blancas ya n o tienen jaques después
1. g d6, g f6 de 2. ¡yxa8+, @f7, y las negras amena­
2. !:!. d8+, .l:!. f8 zan mate incluso en dos direcciones: 3 .
3. g d6, g f6 . . . , t¿jg4+! 4. hxg4, °iVh4# o 3 . . . . , J,g1 +
4. g d8+, g f8 4. � h 1 , J,f2+ 5. � h2, VJ1/g1 #. La única
5. g d6, ... defensa era 3. J,e3, aunque también se
daba mate combinando ambos modelos
Y la partida finalizó en tablas por re­ de mate: 3 . . . . , .:{J g4+! 4. hxg4, VJ1/h4+ 5.
petición de jugadas. @ g 1 , J,xe3+ 6. @f1 , ¡yf2#. Moraleja:
Puede uno imaginarse lo mal que lo cuando ya no se tienen jugadas útiles,
debieron de pasar las negras, pues vieron hay que ofrecer tablas.
9

LA C LAVADA

Debemos las distintas clases de clavadas de piezas a aquellos autores que disfrutan
sobremanera al reproducir y clasificar las clavadas en sus problemas. El jugador de tor­
neos, en cambio, las más de las veces tiene miedo de las clavadas e intenta evitarlas a
toda costa.
Con las clavadas sencillas puede uno, sin embargo, arreglárselas sin g randes difi­
cultades. «Tengo el caballo clavado por el alfil, de modo que no puedo retirarlo porque
entonces pierdo la dama » . Bien, pero ¿qué pasa cuando uno se mete voluntariamente
en una clavada? Eso puede ser ya una clase de ceguera. Nos las vemos con una for­
ma especial de clavada cuando una pieza, por lo demás libre, no puede retirarse a cau­
sa de una amenaza de mate. Tales posiciones están llenas de giros completamente
inesperados.
82 L O S M A E S T R O S TAM B I É N SE E QUIVO CAN

Ejemplo 118 Ejemplo 1 19


Una partida aplazada analizada Apremiado por el tiempo
" ª fondo»
Bronstein-Botvínnik
Gilg-Petrov XIX Campeonato de la U RSS, 1 951
Moravská Ostrava, 1 933

Botvínnik, apremiado por el tiempo,


1 . . , Jla2+??
. . jugó en la 40

Las blancas ten ían una posición pe­ 1. ... , � d8,


nosa. ¡ Esta fue la segunda jugada de las
negras después de la reanudación de la y el adversario pudo seguir luchando. Sin
partida! Apenas puede creerse que en embargo, Botvínnik habría podido ganar
una partida aplazada analizada a fondo enseguida con 1 . . . . , Jl e3! ! , puesto que
aparezcan errores así. Aqu í no puede no puede tomarse el alfil a causa de 2 . . . ,
.

uno invocar la fatiga ni los apuros de tiem­ �d6+, con mate (una clavada condicio­
po. En vez de la jugada efectuada, 1 . . . . , nada) .
Jl b3 habría ganado fácilmente, por su­ Así, los apu ros de tiempo convierten
puesto. en principiantes también a los grandes ju­
gadores.
2. �xa2, . ..

Y solamente en este punto vieron las


negras que la planeada . . . , tll c3+, ga­
nando la dama, no se puede hacer,
puesto que con la j ugada de alfil han
clavado su propio caballo. Tuvieron que
abandonar la partida al cabo de pocas
j ugadas.
L A C L AVA D A 83

Ejemplo 120 Ejemplo 12 1


Las negras se meten El peón «envenenado»
voluntariamente
en la clavada A Canal , maestro de Perú y vence­
dor del torneo de Venecia, le ocu rrió un
Las negras están mejor, pero . . . caso parecido al de la partida Stoltz­
¿ ¡Cuántas veces se leen frases así!? Des­ Lundin: al capturar el peón «envenena­
pués del «pero» sigue muy a menudo un do» de e5 se metió vol untariamente en
error de bulto. Eso es también una clase una clavada.
de ceguera, que se origina al «desconec­
tar» el jugador que está mejor, mientras Dunkelbaum-Canal
que el adversario se esfuerza por escapar Venecia, 1 953
de la derrota que se avecina. El próximo
ejemplo es tanto un error elemental como
un caso instructivo, y hay algo que no de­
be olvidarse: cuando esto le pasa a un ju­
gador tan destacado como el gran maestro
Lundin, de Suecia, ninguna compañ ía de
seguros puede garantizar que no le pase a
cualquier otro.

Stoltz-Lundin
Estocolmo, 1 935

1 . . , �xe5??
..

2. l:!, c8 ! !

Un contraataque mortífero. Si 2 . . . ,
.

.S. xc8, las negras pierden la dama. Si, en


cambio, capturan en d4, viene primero 3.
g xe8+ y luego 4. exd4, después de lo
cual las blancas tienen una torre de ven­
taja.

1 . . , �d4??
. .

Las negras deberían haber retirado el


rey a g8, pero quisieron cambiarlo todo
-ten ían un peón de ventaja- y no vieron
que pierden después de

2. l:!, d1 ,

puesto que la dama no puede retirarse a


causa de la clavada. Contra 2 . . . , �xc3
.

viene primero, por supuesto, 3. l:!, xd7+, y


solamente después recuperan las blan­
cas la dama.
84 L O S M A E S T R O S TAM B I É N SE EQUIVOCAN

Ejemplo 122 Ejemplo 123


Una clavada en potencia Trágica partida
por la gran diagonal
Debe de ser un poco exagerado lo que
En los g randes torneos hay que es­ decían algunos periódicos, a saber: que
forzarse mucho, y quizás también sea el equipo húngaro no se clasificó para la
por eso por lo que se pasan m uchos final de la Olimpiada de M únich ( 1 958) a
nervios. Así se entiende fácilmente que causa de esta derrota. Sin embargo, no
la ceguera y los errores de bulto aparez­ cabe duda de que contribuyó m ucho a
can con frecuencia en estas competicio­ ello, como ha escrito el gran maestro
nes. Barcza.

L. Szabó-Donner Szabó-Cuéllar
Gotemburgo, 1 955

En la posición del diagrama, las blan­


1 . ... , 'iVbS?? cas pueden forzar el cambio de las da­
mas con 1 . t¿j h5 ! , después de lo cual
En apariencia una buena jugada, ganan fácilmente, pero ¿qué jugaron?
puesto que se amenaza la torre de e2 y el
peón de b3 . . . Las negras se olvidan, sin 1. ]d hS??, ...
embargo, de la tensión por la gran diago­
nal . El gran maestro Szabó estaba espe­ Y la sencilla
rándola:
1 . ... , �xf4
2. t¿jxg6+ ! ! , ...
ganó una pieza y con ella la partida.
Y las negras abandonaron, puesto
que después de 2. . . . , hxg6 sigue 3.
�h6+, con mate. Esta jugada era muy
fácil de ver, pero las negras ten ían otros
planes en la cabeza y no se fijaron en el
motivo.
10

CO LUMNAS ABIE RTAS

Quizás resultara útil escribir un libro sobre el tratamiento de posiciones que tienen
columnas abiertas. La cuestión no es tan sencilla como podría pensarse; en nuestros dí­
as, hasta los principiantes saben que ocupar las columnas abiertas siempre procu ra
ventaja, pero no se aprovecha por sí sola. La columna semiabierta, es decir, cuando una
torre ejerce presión sobre un peón adversario, complica la cosa todavía más. Los ejem­
plos presentados aqu í no agotan el tema ni mucho menos; solamente señalan los ras­
gos más frecuentes.
86 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O C A N

Ejemplo 124 Y las blancas abandonaron , puesto


Cuando el médico enferma que las negras ganan la dama después
de 4. @ d3 con 4 . . . , l{Jf2+.
.

Tampoco el D r. Tarrasch , que fue el


primero en diag nosticar la ceguera aje­
d recística, pudo escapar siempre de Ejemplo 125
ella. ¿Qué columna es más fuerte?

Tarrasch-Chigorin Gudmundsson-Tartakower
Encuentro, San Petersburgo, 1 893 Olimpiada de Hamburgo, 1 930

Aunque en la posición del diagrama La columna «e» es de las blancas,


e l adversario ejerce m ucha presión so­ pero las negras presionan , por su parte,
bre la col u m n a « g » y tanto el rey como en la columna «f». Si en esta posición las
la dama de las blancas están mal, Ta­ blancas juegan 1 . �f2 y 2. M e5 no tie­
rrasch habría podido mantener el equili­ nen nada que temer.
brio con 1 . ilg4. Las negras no pueden El maestro islandés G udmundsson
imped i r n i con 1 . . . . , I;r xh4 2. n xh4 ni invirtió, sin embargo, el orden de las ju­
con 1 . . . . , .l:i, hg8 2 . n xh 6 , l;! xh6 3. gadas (ceguera) , lo que Tartakower
n xh6, 'iVxh6, el plan � d3 y ilf5, aprovechó enseguida.
después de lo cual la dama blanca en­
tra e n juego. E n cambio, las blancas 1 . b:!, e5??, l{Jxd4
-segú n Tarrasch en apu ros de tiempo­ 2. 'iVd1 ?, ...
contin uaron con
Enseguida se ve q u e las blancas no
1 . 'iYa4?. tienen posibilidades después de 2.
M xd4, �xe5 , pero deberían haberse
Chigorin decidió el juego a su favor confo rmado con la pérdida del peón y
por medio de un elegante sacrificio. haber jugado 2 . 'iVe3.

1 . ... , M Xh5! 2 . ... , 'iYxe5!


2 . .ld xh5, l{Jxe4
3. 'iYd1 ?, ... Este sacrificio aparente decide la par­
tida.
Esto también es un error, pero la par­
tida está perdida de todos modos. 3. fxe5, ll f1 +
4. @ g2, g 8f2+
3 . ... , 'iYg2+ 5. @ h3, M Xd1
C O L U M N A S A B I E RTA S 87

Y las negras ganaron algunas juga­ Ejemplo 127


das más tarde. Pasó por alto la invasión

D. Byrne-Reshevsky
Ejemplo 126 Encuentro, Nueva York, 1 957
Fracasó

Larsen-Clarke
Torneo Zonal de Wageningen, 1 957

En la posición del diagrama, Byrne


jugó

1 . 'iVb7?
Las blancas intentaron aprovechar su
ventaja, la columna «d» abierta, y ganar y perdió la partida más tarde. Pasó por
un peón. alto, sin embargo, e l golpe táctico 1 .
.l::!. xd7! ! . Las negras no pueden captu­
1. b!, d7+, }d xd7 rar con el caballo a causa del mate en
2 . .l::!, xd7+, � b6 g6, y contra otras j ugadas la penetra­
3 . .l::!, xh7??, ... ción de la torre en la séptima fila será
de importancia decisiva. Esta ceguera
Esta jugada es seductora, pero mala. se explica, segú n Schach por los apu­
Hasta la siguiente jugada de las negras ros de tiempo.
no se dieron cuenta las blancas de que Aquellos que no conocen la g ran pre­
habían caído en una trampa de la que ya sión de los torneos apenas pueden con­
no podían escapar. cebir como a un maestro de primera clase
puede escapársele una ganancia de peón
3 . ... , i,a3! tan sencilla y decisiva. De ah í que tampo­
co sea de extrañar que Reshevsky gana­
Y las blancas abandonaron, puesto ra el encuentro por 7 a 3.
que el mate es inevitable. Este medio
punto (o punto entero) fácilmente habría
podido impedir que Larsen jugara el l nter­
zonal.
11

LA GRAN DIAGONA L

Este enigmático concepto hace referencia a un fenómeno muy prosaico. En el fon­


do, no se trata de otra cosa que de aprovechar de la manera más eficaz posible el ra­
dio de acción de los alfiles. Mientras que las columnas abiertas, como medio táctico, son
las preferidas, sobre todo, de los j ugadores enérgicos, la gran diagonal, con sus carac­
terísticas estratégicas, la emplean con agrado los sutiles técnicos. La peligrosidad de la
gran diagonal, que a menudo se basa en la estrecha cooperación de alfil y torre, radica
en que por ella puede amenazarse inmediatamente al rey. No pocas veces debe abrirse
el camino al alfil mediante sacrificios, pero así se realza todavía más la belleza del jue­
go del ajedrez. Antaño, el gran maestro Janowski era un gran devoto de los alfiles. Hoy
en d ía, su fuerza la conocen todos los jugadores, pero pocos son los que la consideran
importante al valorar la posición.
Como mostrarán los próximos ejemplos, a veces no es nada fácil encontrar el cami­
no hacia el triunfo.
90 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O CAN

Ejemplo 128 «Habría podido pararlo todo con 1 .


El modesto alfil i,f5 ! » , dijo Bruck posteriormente. Sí, pe­
ro el buen ajedrecista ve el peligro de an-
Bruck-Gandolf te mano.
Milán, 1 939

Ejemplo 129
¿ Columna abierta
o gran diagonal?

Ujtelky-Gadalinsky
Torneo de Tres Naciones,
Varsovia, 1 956

La posición parece estar más o me­


nos igualada. Ambos bandos han ocupa­
do una colu m na abierta cada uno y
ambos tienen todavía la pareja de alfiles.
La primera fila de las negras es débil ,
ciertamente, pero l a mala posición del
rey blanco es una debilidad aún mayor.
De momento, nada parece indicar que la
partida se decidirá por las g randes dia­ Ujtelky escribe en sus análisis: « Esta­
gonales. ba por completo fuera de m í a causa de
un error cometido algunas jugadas antes
1 . I:i, xc7??, ... y por eso me pasó inadvertida la posibili­
dad de dar mate a mi adversario. No es
Es también una clase de talento en­ de extrañar que en esta posición eligiera
contrar la peor jugada en el tablero. Aun­ la continuación
que en modo alguno puede reprocharse a
las blancas no haber contado con la sor­ 1 . '{i'xd2??, .U. xd2
prendente reacción de las negras, el cam­ 2. i,xf6,
bio, en todo caso, era infundado.
después de la cual la partida finalizó en
1 . .. ., .u. h6+ tablas 50 jugadas más tarde.
2. �g1 , g h1 +! ! La posición es, sin embargo, un exce­
lente ejemplo de lo importante que es do­
E l bien conocido sacrificio d e desvia­ minar la gran diagonal . Las blancas
ción en forma nueva. habrían podido dar mate al adversario
con el sacrificio de dama 1 . �xf6! ! , gxf6
3. @xh1 , 'iUh3+ 2 . .U. g3+, � h8 3. i,xf6#. El motivo, bien
conocido, alfil-torre » .
El alfil, hasta ahora modesto, obtiene
de repente un papel de protagonista.

4. @g1 , 'iVxg2#
LA GRAN DIAGONAL 91

Ejemplo 130 Ejemplo 13 1


¡ Quien mucho abarca, La fuerza de un
poco aprieta! jaque doble

Burzlaff-Starck Glass-Russel
Oschatz, 1 958 Belfast, 1 958

En esta posición , probablemente ga­ Esta posición es u n interesante


na 1 . . . . , .i:i_ xf2! -según Fuchs, un jugador ejemplo del aprovechamiento de la gran
alemán de categoría maestro- ( Schach, diagonal . La ú nica posibilidad de defen­
1 958) , pero las negras fueron avariciosas sa que ten ían las blancas era cerrarle el
y jugaron a ganar una pieza. paso a la dama con 1 . f3, aunque des­
pués pierden u n peó n . En cambio, su­
1 . ... , j,g8?? cedió

G rande fue su sorpresa al ver que se­ 1. ¡vd3??.


guía un sacrificio de dama -unido a una
amenaza de mate de problema por la Las negras no hallaron aqu í la conti­
gran diagonal-. nuación correcta, 1 . . . . , �g2+ ! ! 2. @xg2,
él'if4+ 3. @g1 , él'i h3 mate, sino que se
2. ¡vxh6+ ! ! , ... contentaron con

Y las negras abandonaron , puesto 1 . ... , él'if4


que después de 2 . . . . , gxh6 3. e6+, @ h7 2. �xe4, él'ixe2+
4. j, e4+ se da mate en la j ugada si­ 3. @h1 , j,xe4+
guiente. Las negras pierden también aun­ 4. f3,
que no tomen la dama; p. ej . : 2 . . . . , j, h?
3. e6! , etc., ganando. que también bastó para ganar, pero no
encontraron precisamente la continuación
más bonita.
92 L O S MAE S T R O S TAM B I É N S E E Q UIVO CAN

Ejemplo 132 Ejemplo 133


La fuerza latente del alfil «Así no se puede jugar»

Wade-Lokvenc Eso dijo el maestro austriaco Dücks­


Olimpiada de Múnich, 1 958 tein de su propio juego.

Darga-Dückstei n
Hastings, 1 958-1 959

La situación de las negras no es lo


que se dice muy halagüeña, pero en vez
de 1 . . . , Ir bd7, que era mejor jugada, hi­
.

cieron la desafortunada Las negras tienen buenas posibilida­


des de victoria en vista del peón pasado
1 . ... , e4??, que está en la col umna " ª " y la calidad
de ventaja. No vieron, sin embargo, la ju­
a la que siguió gada correcta, 1 . . . . , �g6 ! , y continua­
ron , en cambio, con
2. )d xd5! ! , exd5
3. j,, x d5+, 1 . ... , t¿j e6??

y Lokvenc tuvo que abandonar, puesto Acto seguido, el adversario tomó en­
que luego de 3 . . . , @ e8 4. n c8+, <;t>d7
. seguida la iniciativa con
5. j,, x b7 pierde una pieza, y contra 3 . . . ,
.

�f8 4. )d c8+, )d e8 5. Jd xe8+, �xe8 6. 2. t¿jd5!.


j,, x b7 viene lo mismo.
Ahora se amenaza 3. t¿jf6. Según
Kurt Richter, tal vez pudiera salvarse la
partida todavía con 2 . . . ., 'iVc2, pero las
negras jugaron

2 ... , � h8?,
.

a lo que siguió

3. t¿je7!, 'iVxc4.

Aqu í ya no hay salvación. Contra 3 .

. . . , )d d8, 4. t¿jf5 lo aclara todo.

4. °iYh5, ...
LA GRAN DIAGONAL 93

Y las negras abandonaron, puesto Las negras acaban de jugar . . . , d4,


que ya no pueden defender el peón de abriendo la g ran diagonal y m i rando de
h6: Contra 4 . . . . , @ h7 viene 5. °if g6+ y 6. refi lón el punto h 1 . Las blancas, que ya
'iVxh6 mate. tienen peor posición, pod ían seg u i r lu­
En esta partida, se hizo valer, en defi­ chando con 1 . c4. Decidiero n , sin em­
nitiva, la fuerza del alfil, que estaba en se­ bargo, aclarar la situación en el centro
gundo plano. mediante
[La fuerza del alfil que actúa a distan­
cia por la gran diagonal suele pasarse por 1 . cxd4?? .
alto con relativa frecuencia. Un ejemplo
magnífico de lo devastadora que puede Las negras aprovecharon la ocasión
ser cuando se combina con la acción de que se les daba para lucir el espléndido
piezas mayores por la columna «h» abier­ alfil de b7 y jugaron
ta es el siguiente caso de ceguera:
1 . . . ., tll x d4.
Ajanski-Donchev
Varna, 1 978 Las blancas replicaron

2. tll xd4

y abandonaron después de la brutal

2 . . . . , 'iVh 1 + ! ! ,

pues hay mate con 3. J,xh 1 , ll xh 1 #.


(Nota del t.)]
12

LA CE LADA

Como es sabido, la celada es una combinación sin fuerza vinculante, que se basa en
la falta de atención o, mejor dicho, en la ceguera del adversario. En una celada se in­
tenta, p. ej. , sacar provecho del cansancio o de la falta de atención del rival para poder
decidir la partida en favor de uno. Con este fin , sin embargo, es extraordinariamente im­
portante aprovechar la oportunidad en el momento idóneo. Una celada puede ser efica­
císima, por ejemplo, en una mala posición o en un final más o menos perdido, cuando el
jugador, completamente segu ro de la victoria, apenas puede esperar otra cosa que el
adversario le estreche la mano. Es una vieja verdad que en posiciones así suele jugar­
se a la ligera.
Una celada puede ser m uy divertida en todas sus formas incluso para los especta­
dores, aunque no para el jugador afectado. Lo más gracioso es cuando el j ugador cae
en su propia trampa. Nosotros, los espectadores, sentimos por regla general gran ale­
gría por las equivocaciones y «pifias» de los jugadores. Ah í parece confirmarse la vieja
verdad: «el hombre puede soportar con asombrosa entereza los golpes que el destino
asesta a otros» .
96 L O S M A E S T R O S TAM B I É N SE EQUIVO CAN

Ejemplo 134 fuerzan as í 4 .l:t xf5, después de lo cual


.

Celada con autoclavada su torre vuelve a ser libre.

Esta interesante versión de la celada 4 . .i::t xf5, .i::t g2#


con autoclavada se publicó en Schach.
Un remate estético, bonito, casi de
Tavernier-Grodner problema.
Charleville, 1 952

Ejemplo 135
Salvado por una celada

Pachmann-Balanel
Memorial Steinitz, Praga, 1 956

El segundo jugador tiene un peón de


ventaja, y el rey blanco no puede mover­
se, pero la victoria no está todavía asegu­
rada ni mucho menos. Las negras tienden
una astuta celada que se basa en la mala
situación del rey blanco, así como en la
avaricia del adversario. La posición de las negras está en pe­
ligro. Se amenaza .l:t c7 o, contra .. . ,
1 . ... , @96!? �h6, incluso g c8. Balanel, que s e halla
en un gran aprieto, tiende una celada.
Un plan de doble filo, pero los aconte­
cimientos que siguen les dan la razón . 1 . ... , fxg3
2. f4, gxh2+
2. it b1 ??, ... 3. fxg5, .l:t xf1
4. @xh2, h4! !
Las blancas caen en la trampa. De­
bieron de pensar que la jugada de las ne­ « ¡Vaya! Aqu í amenaza . . . , .i:t 8f2 y . . ,
.

gras era un error de bulto. No hay que .ld h 1 , con mate » , debió d e pensar e l gran
creérselo todo del adversario, pues la ma­ maestro Pachmann, y se defendió con
yoría de las veces tampoco es tonto del
todo. Si hubieran contestado 2. itxf7+, 5. it h3??.
seguramente habrían podido hacer tablas
después de 2 . . . ., @xf7 3 . .l:t xg5. Así, sin Su astuto adversario la esperaba:
embargo:
5 . ... , tt:J g4+! !
2 . ... , h4+ 6. itxg4, .i::t st2+
3. @ g4, f5+! 7. @ h3, .i:t h1 #

Una jugada muy bonita. Las negras E n vez d e l a funesta jugada d e alfil,
LA CELADA 97

las blancas habrían ganado fácilmente torre ya no puede capturar con jaque, y si
con 5 . .ilf5 ! , obstruyendo la columna. 2 . . . . , l!b, xb3?? sigue 3 . .ilf8+, @g8 4.

.il h6#. Así pues, la torre no puede mo­


verse, y las blancas ganaron la calidad
Ejemplo 136 después de
¿Quién calculó más?
2 . ... , .ile7
Bronstein-Reshevsky 3 . .ilxa3
Torneo de Candidatos, Zúrich, 1 953
y también la partida algunas jugadas más
tarde.

Ejemplo 137
Oferta de tablas rechazada

Oppermann-Novarra
Berl ín, 1 938

Ambos grandes maestros están en


apuros de tiempo, pero las blancas consi­
guen, todavía antes del control, tender
una celada al adversario con

1 . .il b3,

en la que Reshevsky cae enseguida.

1 . ... , l!b, a3? Las blancas han rehusado la oferta de


tablas del adversario e intentan proseguir
Era una celada psicológica. Reshevs­ el ataque con
ky debió de calcular en la posición del dia­
grama que recuperaba la pieza después 1 . �b1 +.
de 1 . .ilxf2 con 1 . . . . , l:i. a2 y privaba así
al rival de la pareja de alfiles. Una vez pre­ Las negras ven que el adversario ten­
guntaron a Reshevsky cuántas jugadas dría buenas posibilidades de ganar des­
podía pensar de antemano. « Siempre una pués de 1 . . . . , @f7 2. �f5 y por eso le
más que mi adversario" , respondió alta­ tienden una celada.
nero. Esta vez, sin embargo, parece ser
su adversario el que ha combinado una ju­ 1 . ... , l!b, c2!
gada más.
Las blancas caen enseguida en ella.
2 . .il c5 ! ! , ... Siguió

En comparación con la posición en la 2 . .l:':!. d2??,


que el alfil estaba en la segunda fila, esta
situación es completamente distinta. La y luego de
98 L O S MAESTRO S TA M B I E N SE EQUIVO CAN

2 . ... , 'iVxf3+ 5 . 'iVc3 sigue 5 . . . . , �c6 ! , todavía más


3. � h4, � h6! fuerte. Las blancas no ten ían , pues, na­
da mejor que
tuvieron que abandonar, puesto que si
bien es verdad que ganan la torre, no es 4. 'iVc3,
menos cierto que no pueden parar el ma-
te ( . . . , g7-g5#). y Olafsson les tendió una celada con

4 . ... , g d5 ! ! .
Ejemplo
138
A punto de derrumbarse U n a jugada polifacética. Las negras
amenazan mate y atacan al mismo tiem­
Gligorié-Olafsson po el peón adelantado.
Portoroz, 1 958
5. 'iVxc4??, ...

B
Las blancas creen poder capturar fi­
nalmente el peón, puesto que al mismo
tiempo se clava la torre. Vuelven a olvidar,
sin embargo, que su primera fila es muy
débil.

5 . ... , 'iVc6 ! !
6 . 'iVf1 , 'iVc2

Y las blancas abandonaron, puesto


que no tienen defensa contra 7 . . . . , ti. d1 .
La posición del gran maestro Olafs­
son no augura nada bueno. Parece estar
a punto de derrumbarse. Después de la Ejemplo 1 3 9
sencilla 1 . lbxb5 ! , la g ran superioridad Esta vez, Schuster n o s e
blanca es bien patente. El gran maestro equivocó
Gligorié pensó que el caballo de c7 está
bien defendido después de capturar en f6 Wolk-Schuster
gracias al jaque en descubierta, de modo Bad Landau, 1 958
que capturó en f6.

1 . b( xf6?, I:!, xc7 B

¿Tendría razón G ligorié?

2. d6+, ti. c4!


3. � xc4, bxc4

Solamente en este pu nto compren­


dió que no puede captu rar e l peón a
causa del mate por la primera fila. Des­
pués de 4. 'iVxc4+, �g7 5. �d4 (debe
defender la casilla a 1 ) viene 5 . . . . , Las blancas pensaron aqu í 1 O minu­
'iVa4 ! , con mate o pérdida de la torre . A tos, pero a pesar de ello cayeron en la
LA CELADA 99

trampa. No ganaron una pieza, sino que Las blancas han ganado un peón.
perdieron un peón. Eso no es ninguna tragedia de por sí,
nadie se ha muerto por eso. Las negras
1. b4?, cxb4 deberían haberse conformado con la
2. axb4, °iYb6! pérdida del peón y haber puesto en jue­
go el caballo cuanto antes con 1 . . . . ,
La celada continúa. No puede tomar­ t¿j a6, pero s u siguiente jugada dice muy
se el caballo, puesto que sigue 3. a las claras que no habían visto la cela­
'iVxt2+ y 4 . . . . , t¿j e3 mate. da ni por asomo.

3. 0-0, ... 1 . ... , 'iVxb2??

Las blancas debían haber hecho esto Siguió un sacrificio de dama poco fre­
ya en la primera jugada, en vez de 1 . b4?. cuente, pero bien patente.

3 . ... , 'iVxb4 2. 'iVxf8+! ! , <;!/xf8


4. t¿ja2, �c5 3 . .S. c8+, @e7
5 . .S, b1 , b5 4. d6#

Y las negras tienen una posición ex­


celente además de un peón de ventaja. Ejemplo 14 1
El peón de b2
como celada para la dama
Ejemplo 140
El peón de b2 como Se considera desde hace mucho
celada de mate tiempo que el peón de b2 suele estar en­
venenado, y de eso pueden encontrarse
Keres dijo una vez b romeando que numerosos ejemplos en la bibliografía
el peón de b2 n unca puede tomarse ajedrecística. Por eso es tan interesante
con la dama. Puede ser especialmente la posición que sigue, porque aqu í el
peligroso -como mostrará el próxi mo gran maestro Najdorf cae en la vieja ce­
ejemplo- tomarlo en una posición sub­ lada.
desarrollada.
Reshevsky-Najdorf
Moore-Henley Olimpiada de Helsinki , 1 952
Plymouth, 1 958

Las negras capturaron confiadas en


1 . �xc5, ... b2.
1 00 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVOCAN

1 . ... , .,txb2?? Cierra la diagonal al alfil adversario y


2. l::í, xb2 ! ! , �xb2 al mismo tiempo la abre para el propio.
3. tt:Jc3 ! ! , ... Las blancas ya no tienen defensa.

La dama está atrapada. 3 . .,td4, �c4!


4 . .,txg7, �a4
3 . ... , a3
4. g b1 , ... Y el primer jugador abandonó.

Y las negras abandonaron la partida


unas jugadas más tarde. Ejemplo 1 43
Peón fuerte y asedio
a la posición del rey
Ejemplo 142
La última posibilidad Ewald-Diessner
Campeonato por Equipos,
Rosselli-Mikenas Eberswalde-Waren, 1 953
Folkestone, 1 933

Las negras tienen ventaja de material.


Las negras llevan las de perder. No A las blancas se les ocurre una idea sal­
pueden retirar el caballo de b6, que las vadora.
blancas amenazan con capturar, puesto
que entonces viene .,td5, y se pierde la 1 . g f6?!, ...
dama. Contra 1 . . . ., V/ila7 gana 2 . .,td5+,
@h8 3. fxg6. Las negras todavía tienen El signo de admiración indica que la
una posibilidad: intentan tender una cela­ idea era buena, puesto que las blancas
da al adversario. ganaron; el de interrogación, en cam­
bio .. ., pero eso ya lo veremos luego. Las
1 . ... , l::í, c2!? negras consintieron el plan del adversa­
2 . .,txb6??, ... rio, y se les dio mate después de

Cayendo en la trampa. Era correcto 2. 1 . ... , gxf6??


tt:Je4!, V/i/c4 (si no, gana enseguida 3. 2. tt:Jxf6+, @ h8
tt:J g5) 3 . .,txb6, V/i/a4 4. tt:J c3, y ahora 3. l::!, g8+#.
no si rve 4 . . . . , l::!. xc3 a causa de la inter­
media 5 . .,td5+. Sin embargo, si se examina bien la po­
sición no cuesta mucho convencerse de
2 . ... , e4! que las negras habrían podido ganar con
LA CELADA 101

1 . . . . , bi, xb3! ! . Veámoslo: 2. lL:i h6+ (no pueden evitar e l mate o l a pérdida d e la
puede tomarse la dama a causa del mate dama (5 . . . ., � h5 6. g4+). Si Euwe hubie­
que hay con .. . , bi, b1 +) 2 . . . . , @ h8 3. ra elegido la continuación correcta, 1 . . . . ,
tL:ixt7+, 'fVxf7! 4. bi. xf7, bi. b1 + 5. ,a: f1 , l/i'xd4! 2 . bi, af1 , 'iYe5+ 3. � h 1 , bi, c7!,
bi. xf1 + 6. 'fVxf1 , e2! (el peón fuerte) 7. habría podido ganar.
'fVe1 , b4! 8. a4, a5, y 9 . . . . , i.,a6, después
de lo cual las negras ganan fácilmente en
vista de los fuertes peones pasados. Ejemplo 145
La celada del vencedor
de Debrecen
Ejemplo 144
Un día de suerte Vukovié-Kmoch
del «viejo mago » Debrecen, 1 925

Una celada solamente puede ser efi­


caz si el adversario cae en ella. Si no cae,
la posición , ya débil, se vuelve todavía
más débil .
En el próximo ejemplo, las blancas,
en una posición m uy mala, tienden una
celada al adversario.

N imzowitsch-Euwe
Karlsbad, 1 929

B Basta un vistazo a la posición del dia­


grama para convencerse de que el maes­
tro Kmoch -futuro vencedor del torneo­
no está bien. Las blancas han obtenido
mejor posición después de una aguda lu­
cha. Las negras se agarran a un clavo ar­
diendo y tienden una celada.

1 . ... , lL:id7? !

Amenazando coger por sorpresa al


1. lL:ic3?!, . .
. adversario después de 2. i.,xd7/ bi. xd7,
i.,xd7 con 3 . . . ., i.,b5+. Las blancas no
Las negras caen en ella, de modo que presienten peligro alguno, pero por pre­
el signo de admiración de esta jugada es­ caución retroceden con el alfil.
tá plenamente justificado.
2. i.,d3?, . . .

1. ... , .l:t xc3??


2. bi. af1 , e2 Olvidan así unR. regla importante: an­
3. bi. xf7+, ll xf7 tes de retirarse debe uno estar convenci­
4. 'iYxf7+, @ h6 do siempre de que no puede -en vez de
5. �f8+, ... retroceder- aumentar la presión. Aqu í 2.
'fVa7!, p. ej. , habría acabado de concretar
Y las negras abandonaron, ya que no la desagradable clavada del caballo ne-
1 02 L O S MAESTRO S TAM B I É N SE EQUIVO CAN

gro; p. ej . : 2 . . . . , .ld d8? 3. i,xd7, ganan­ Ejemplo 146


do una pieza. O 2 . . . . , i,xb4 3. i,xd7, El último intento
asimismo ganando una pieza. Tampoco
la continuación 2 . . . . , V/;jj x b4 3. i,xd7, La posición siguiente se publicó en
V/¡jj c4+ 4 . .ld d3! , i,xd7 5. V/¡jj xd7, .ld d8 6. Schach.
l2J e5 ! ! , 'iVb4 (o 6 . . . . , 'iVc2+ 7 . .ld d2) 7.
V/;jj c 7, V/;jj b 2+ 8. @f3 promete mucho más Putzi-Berthold
a las negras, puesto que las blancas tie­ Berl ín, 1 955
nen una torre de ventaja. Sin embargo,
después de la desafortunada retirada del
alfil, las negras toman la iniciativa.

2 . ... , i,xb4
3 . .ld c2, l2J c5
4. i,c4, ...

Contra 4 . .ld d 1 , es muy desagradable


la continuación 4. . . . , i,d7 5. V/;jj a 7,
t¿jxd3 6 . .ld xd3, i,b5.

4 . ... , e5!
Las negras van tan mal de material
Ahora se amenaza 5 . . . . , e4 y 6 . . . . , que podrían abandonar la partida tranqui­
i,g4. lamente. En esta posición, dan todavía un
último jaque, pero ¡cuidado! , al mismo
5. V/;jj d 5, i,e6 tiempo es una celada.
6. V/;jj d 1 ' ...
1 . ... , V/¡jj e 3+ ? !
La primera señal de que todo va a de­
rrumbarse. Las blancas se equivocaron d e con­
tinuación al elegir:
6 . ... , e4
7. lL\e5, ... 2. g d3??, ...

A otras jugadas de caballo sigue el Todavía siguió:


mate o la pérdida de la dama.
2. ... , V/;jj c 5+
7 . , i,xc4+
... 3. @a2, V/¡jj xc4+
8. l2Jxc4, 'iVd3+ 4. @a1 , 'iVc1 +
5. @a2, V/;jj b 2#
Y las blancas abandonaron.
Si las blancas se hubieran defendido
con 2. V/¡jj d 3! , la jugada correcta, habrían
eliminado el peligro de mate después de
2 . . . . , V/¡jj c 5+ 3. @ a2, 'iVxa5+ 4. 'iVa3 y
habrían podido ganar fácilmente la parti­
da gracias a su gran ventaja de material.
LA CELADA 103

Ejemplo 147 Ejemplo 1 48


Cuando uno se tiende Un automate con carácter
una celada a sí mismo de estudio

«Automate en tres j u gadas » , dice Szilágyi- Benko


E . Lundin en Tidskríft für Schack (Revista Budapest, 1 957
de ajedrez) en sus comentarios a esta
partida tragicómica.

K. Johansson-J. Merby
Gotemburgo, 1 955

Las neg ras habrían podido asegu rar


su ventaja con 1 . . . , 'iVt6, pero eligie­
.

ron , en cambio, u n automate de estu­


dio.

1 . @ g6?, @ b7 1. ... , .S. t6??


2. lL\fS??, lL\e6 ! ! 2. 'if a8! , @ g7
3. i, h6+ ! ! , @xh6
Planteando dos amenazas, de las que 4. 'iVxf8#
las blancas solamente advierten una y
por eso se «defienden» con la jugada
Ejemplo 149
3. i,f1 ?? Una celada de ahogado

en vez de con las correctas 3. lL\ h4 o 3. Lange-Danielsson


lL\e3. A esto siguió, por supuesto, Helsinki, 1 952

3 . ... , lL\f8#.

Las blancas, que tienen cuatro peo­


nes de ventaja, estaban completamente
1 04 L O S MAE S T R O S TAM B I É N SE EQUIVOCAN

segu ras de la victoria y jugaron confia­ 1 . ... , @e8


das
Las blancas, que estaban agotadas
1 . °iVdS??. por la larga partida, respondieron sin titu­
beos
Con esta jugada, incluso tienden una
primitiva celada al adversario, puesto que 2 . .l::!. e7+.
después de 1 . . . . , ... xh4 gana enseguida
2. 'iVe5+. Las negras habían sacrificado En vez de esto, era mucho mejor 2.
un peón ya varias jugadas antes para lle­ � g8+ y 3. f7! .
gar a esta posición, de modo que jugaron
sin titubeos 2 . ... , �f8
3. I:í, xe5??, ...
1 . ... , I:í, xg3+.
¡ Eso es lo que esperaban las negras!
Las blancas intentaron escapar del
ahogado y efectuaron 3 . ... , g f2+!

2. @f1 , �a1 + Con jaque continuo o ahogado.


3. @e2, I:í, e3+
4. @xe3, �e1 +,
Ejemplo 15 1
con jaque continuo o ahogado si las Para jugar por correspondencia
blancas capturan más tarde la dama con se necesita mucha paciencia
el rey.
H. lgel-W. Freitag
Memorial Dyckhoff, 1 954-1 955
Ejemplo 150
Jugado por cansancio

Donner-Lipiniks
Buenos Aires, 1 955

Las negras estaban enfadadas porque


el adversario todavía no había abandona­
do y capturaron impacientes el peón «f».

1 . ... , 'iVxf4?
La posición de las negras es comple­
tamente desesperada, puesto que el No se fijaron en absoluto en que el ca­
mate parece inevitable, pero a pesar de ballo blanco queda clavado, después de
ello no abandonan, sino que tienden una lo cual el adversario puede salvar la parti­
celada. da por el ahogado.
LA CELADA 1 05

2. l:!, b8+, ... La posición del gran maestro Géller


G ran agitación en torno al rey. Las ne­ es inferior tanto posicional como material­
gras están obligadas a capturar la teme­ mente. Entonces se le ocurre una idea
raria torre. salvadora, y tiende una trampa al adver­
sario.
2 . .. , tll xb8
.

1 . �g4, ...
Y ahogado.
Gurgenidze no sospecha nada malo
en esta jugada, aparentemente natural, y
Ejemplo 152 se prepara para la ofensiva final .
Una celada de tablas
1 . ... , �h8?
Géller-Gurgenidze 2. i,xf6!, exf6
XXV Campeonato de la U RSS, 1 958
No sirven 2 . . . , �xf6?, a causa de 3.
.

�g8 mate, n i 2 . . , @xf6 , a causa de


. .

3. �g6 mate, pero a la textual siguió

3. �d7+,

con jaque continuo.


«Contra grandes maestros como Gé­
ller o Bronstein, la partida no está ganada
ni mucho menos, aunque se tenga gana­
da» , señaló Theo Schuster en Schach
después de. este final.
13

E L F INA L

¿ Final? Semejante cosa no existe en absoluto. Tengo la gran sospecha de que lo in­
ventaron los problemistas, pues -si se me permite la pregunta-, ¿dónde empieza el fi­
nal? Esta pregunta es tan difícil de contestar como la de dónde empieza la cola de la
serpiente. La partida debe considerarse un todo, y quien lo ve de otra manera ya come­
te un error.
Sin embargo, es muy interesante que en el final, en el que, dada la menor cantidad
de piezas, las variantes pueden calcularse con más facilidad, la ceguera aparezca con
tanta frecuencia como en las otras fases de la partida. Bien es verdad que el cansancio
parece ser una causa completamente aceptable de las equivocaciones cometidas en la
fase final de la partida, pero, ¿cómo puede juzgarse una ceguera que ha atacado a todo
un equipo en los análisis de una partida aplazada? Las malas lenguas tal vez dirían:
«simplemente no entienden de finales » . Más cierto sería, no obstante: las epidemias e
infecciones son las verdaderas causas de la aparición de esta clase de ceguera.
1 08 L O S MA E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVOCAN

Ejemplo 153 notar que el tema de este final (torre con­


Solamente el adversario tra peones ligados) ya se conocía desde
encontró la salvación el siglo x1x.

El interesante caso que sigue lo publi­


có Asztalos en 1 9S6 en la revista Magyar
Sakkélet. Ejemplo 154
Un importante jaque
Arulaid-Gurgenidze intermedio
Campeonato de la U RSS
por Equipos, Vorosilovgrado, 1 9SS Friedstein-Lútikov
Campeonato de la U RSS
por Equipos, 1 9S4

Esta posición la analizó el equipo es­


toniano durante toda la noche, y se llegó
a la conclusión de que las blancas ya no Esta posición proviene del Campeo­
pueden emprender nada contra los ade­ nato de la U RSS por Equipos del año
lantados peones. Así pues, Arulaid aban­ 1 9S4. Las blancas no encontraron salva­
donó al d ía siguiente sin reanudar el ción alguna y abandonaron después de
juego. mucho pensar. Friedstein, que estaba
G rande fue su sorpresa cuando el ad­ completamente agotado por la larga parti­
versario, después de las formalidades ha­ da, había estado calculando todo el rato
bituales, le mostró una variante que le nada más que contra 1 . .S. xb3 lo aclara
habría dado el empate: 1 . '\tid6, @es todo 1 . . . . , c2 (2 . .S. b4+, @ dS 3 . .S. bS+,
(después de 1 . . . . , @ es 2. @ e6, @fS 3. @c6 4 . .S. bS, @ e?!). A todas las demás
@f6, el rey negro debe regresar a eS) 2. jugadas sigue 1 . . . . , c2 o 1 . . . . , b2, ganan­
S c1 +, @ b7 3. ld b1 +, � a6 4. @c6, do.
@as s. @es, @a4 6. @ c4, @a3 7. A las negras les sorprendió por com­
� c3, @a2 S . .S. f1 ! ! , y ahora no sirve S. pleto la inesperada decisión del adversa­
... , g2, puesto que la torre captura el peón rio, pues vieron muy bien que las blancas
«f» con jaque. Aqu í, las negras no tienen podrían obtener el empate sencillamente
otra elección (el rey no puede moverse a con el jaque intermedio 1 . .U b4+. Da
causa del mate) que adelantar el peón igual lo que jueguen las negras -1 . . . . ,
« h » . S . . . . , hS 9. @d3, h4 (contra 9 . . . . , @ds, 1 . . . . , @ es o 1 . . . . , '\ti d3-: las blan­
@ b3 viene 1 0 . .S. b1 +, @ a3 1 1 . @ e2) cas pueden capturar el peón con la torre,
1 O . @ e3, h3 1 1 . @f3, g2 1 2. .S. xf2+, y después el peón «C» ya no puede al­
@ b3 1 3 . .S. xg2, con tablas. canzar la casilla de coronación.
La amargura del equipo estoniano fue Asztalos señaló correctamente en sus
todavía mayor cuando un espectador hizo análisis de esta partida: «Aq u í vuelve a
EL FINAL 109

confirmarse la tesis, planteada ya por los Ejemplo 156


viejos maestros, de que antes de cada ju­ También un gato con guantes
gada deben sopesarse a fondo todos los caza ratones a veces
jaques, tanto los propios como los del ad­
versario» . l. O. Driemer-Ciocaltea
Campeonato de Ruman ía, 1 955

Ejemplo 155
Ahogado truncado

Hallstrom-Purdy
Campeonato Mundial Juvenil, 1 955

Las negras vieron que ya no podían


ganar la partida, pero como último truco
-para asombrar al público- continuaron
con la jugada

1 ... , .S, g8??


.

Después de
y ofrecieron al mismo tiempo tablas al ad­
1 . ... , .S. f7+? versario, que las aceptó sin más quebra­
2. @a s @es
, deros de cabeza, puesto que partió de la
3. b6, base de que la partida era realmente ta­
blas después de 2. n xg8, h2.
la partida finalizó en tablas, puesto q u e Sin embargo, ambos jugadores se
3 . . . . , @c6 4. b 7 , .S. xb7 da tablas por equivocaron. Las blancas habrían podido
ahogado. La partida habría acabado asi­ ganar con facilidad después de 3. @ g3 ! ,
mismo en tablas luego de 4 . . . , .S. f8 (en
. @ g 1 4. @ h3+, @ h 1 5. n a8.
vez de 4 . . . . 1:: xb7) 5. @a7, @ c7 6. a6,
. « Fue una clase muy especial de ce­
.S. ds 7. bs� .S. xb8.
• guera la que atacó a ambos maestros al
N . Malpas, el famoso estudioso de los mismo tiempo en una posición bastante
finales, demostró en las columnas de La sencilla» , ha apuntado Kurt Richter.
Nation Beige, sin embargo, que las ne­
gras habrían podido ganar de manera ins­
tructiva: 1 . . . . , .S. f5! 2. @ a6, @ c5 3. b6,
@ c6! 4. b7, @c7, después de lo cual las
blancas ya no pueden llegar a la posición
de ahogado, puesto que a 5. @ a7 sigue
5 . . . . , .S, xa5#.
1 10 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVOCAN

Ejemplo 157 Ejemplo 158


Victoria sencilla Tablas por donde se mire

El final que sigue apareció en Schach. Alster-Clarke


Wageningen, 1 957
Franke-Thiede
Campeonato por Equipos, Halle, 1 957
N

. La partida terminó de la manera si­


guiente:
La partida acabó en tablas luego de
1 . ... , .l:l, a1 +
1 . bi, b7??. 2 . @f2, .l:l, a2+
3. @e3, .l:l, a4
Sin embargo, Kurt Richter demostró 4. @d3, ...
que ! as blancas habrían podido ganar
sencillamente con 1 . .i:;r b1 !. No puede Y las negras abandonaron
tomarse el peón de g7 a causa de 2. Sin embargo, esta partid � no se po­
M g1 + , Y contra las j ugadas de rey las , ga ar e modo alguno. Las negras
d1a � �
blancas pueden forzar el cambio de las no ten 1an mas que mantener la torre en
torres, después de lo cual el peón blanco la columna «a» hasta que el rey blanco
ya no puede pararse. llegara � b6. Entonces le darían jaques
por detras y luego volverían a la colum­
na «a».
'! esto su �edió en un torneo zonal, es
decir, de aspirantes a candidatos al título
.
mundial.
EL FINAL 111

Ejemplo 15 9 Luego de 1 . l:t f6, l:t e3+ 2. @f2,


Final de torres problemático l:t a3 habrían podido darse todavía las
variantes siguientes:
Reshevsky-Géller a) 3 . .l:!, xf5+, @xh4 4 . .ld g5, l:t a2+
Torneo de Candidatos, Zúrich, 1 953 5. @e3, l:t e2+, etc., con ahogado.
b) 3. l:t xf5+, @xh4 4. l:t f8, @ g4! 5.
f5, @g5. Aqu í, las blancas no pueden ha­
B cer valer sus peones pasados a causa de
la pasiva posición del rey y de la torre.
Además, ni 1 . l:t a5, a la que sigue 1 .
. . . , l:t e3+ 2. @f2, .i::!. b3, ni 1 . l:t a3, que
se contesta con 1 . . . . , l:t b4 2 .l:!. f3, l:!. b1 ,
.

son buenas.
Así pues, ¿es realmente imposible
ganar la posición del diagrama? ¡ De nin­
gún modo! 1 . l:!. a8! era la única jugada
correcta. Si 1 . . . . , l:t e3+ 2. @f2, l:t b3,
las blancas pueden jugar tranquilamente
Reshevsky levantó la torre dos veces 3. g3, puesto que ya no hay ahogado, y
de a6 -según cuentan testigos-, la man­ después la torre puede apoyar de manera
tuvo un rato en el aire y entonces ejecutó activa el avance del peón.
la siguiente jugada funesta:

1 . l:t f6?, . .. Ejemplo 160


¿ Cómo se convierte un peón
Después de esta jugada, aparente­ en un peón pasado alejado?
mente fuerte, la partida ya no puede ga­
narse. Este final, sencillo, pero muy instructi­
vo, apareció en Schach.
1 . .. ., l:t e3+
2. @f2, .l:i. a3 Henningen-Lindblom
3. g3, l:t t3+! ! Wageningen, 1 957

Las blancas n o pueden tomar l a torre


a causa del ahogado.

4. @e2, l:t xg3


5. .l:!. xf5+, @xh4
6. @f2, .l::!, a3
7. l:t g5, l:t b3
8. bí g1 , @ h5
9. @e2, l:t a3

Y la partida finalizó en tablas.


Hubo opiniones según las cuales la
jugada mala fue 3. g3. Según Theo La partida terminó de la manera si­
Schuster, un teórico de Stuttgart, las blan­ guiente:
cas, por increíble que pueda parecer, ya
no pueden ganar después de 1 . l:t f6 pe­ 1 . @ c3?, l:t xc7+
se a los peones pasados y ligados. 2. bxc7, @d7
1 12 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE EQUIVOCAN

3. @ c4, @xc7 de ir a c6, puesto que después de 3 . .S. d4


4. @d5, e4 ya no puede pararse el mate en d6. Así
5. fxe4, fxe4 pues, no puede seguir más que 2. . . . ,
6. @xe4, @ d7 @d7, después d e l o cual las blancas ga­
7. @f4, @e7 nan con 3. tI. d4+, @ e6 4. c6! , bxc6 5.
8. @ g5, @f7 \t>c5, a3 6. b7.
9. @f4, @f6

Con tablas. Ejemplo 162


Las blancas habrían podido ganar ¡ El caballo muestra
sencil lamente, sin em bargo, mediante lo que es capaz de hacer!
1 . .S. a?! ! . Con esta jugada convierten el
peón de b6 en un peón pasado alejado y, Bozik-Walther
además, amenazan b7; las negras no Viena, 1 954
pueden emprender nada contra ello.

Ejemplo 1 6 1
Inversión d e jugadas

Portisch-Pogáts
Budapest, 1 957

Las neg ras advirtieron correctamen­


te que 1 . . . ., .i::í. a6? no es buena a cau­
sa de la continuación 2 . tll d5+, @d8 3.
e?+, @xd7 4. e8'if + , @ xe8 5 . tll c7+,
@d7 6. tll xa6 . Estaban firmemente
convencidas, en cambio, de que el ca­
bal lo ya no pod ía detener el peón " ª "
tras el sacrificio de la torre de a8. As í,
En la posición del diagrama, siguió: en vez de 1 . . . ., .i::í. d8 ! , que les habría
asegu rado la victoria, eligieron la conti­
1. b6+??, @ c6 nuación
2. @ b4, .s. b5+
3. @xa4, .S. xc5 1 . ... , a3?,
4. .s. b4, h5
5. gxh5, .S. xh5 más bonita en apariencia. G rande fue su
6. .S. c4+, @xb6 sorpresa cuando el caballo les mostró de
7. @ b3, ,S. xh4 qué era capaz.

Y las blancas abandonaron. 2. t¿jxa8, a2


Si las blancas hubieran invertido el or­ 3. t¿j b6, a1 'iV
den de las dos primeras jugadas, según 4. t¿jcS+, \t>d8
Négyessy habrían podido ganar. 1 . @ b4!, 5. t2J d6!, 'if a2+
.S. a8 2. b6+, y ahora el rey negro no pue- 6. @g1 , ...
EL FINAL 1 13

Y solamente en este punto compren­ @a3, y las blancas capturan el caballo)


dieron las negras que la planeada 6 . . . . , 2. Qjc5+ ! ! , dxc5 3. l:!, a6 mate.
�xe6 no sirve a causa de 7. Qj b7+,
@xd7 8. Qjc5+, ganando la dama. Con­
tra 6 . . . . , �b1 + 7. @ g2, °iVb2+ (para ga­ Ejemplo 1 64
nar el caballo mediante . . . , �b6) viene 8. Todo el mundo
@ h3, y las negras no pueden capturar el puede cometer errores
peón de e6 con jaque. De modo que final­
mente tuvieron que conformarse con las La posición siguiente apareció en
tablas. Schach.
Sneitz-Pastuhoff
Ejemplo
1 63 Finlandia, 1 956
Giro inesperado

Esta posición se originó en el VI Cam­


peonato de Yugoslavia después de una
aguda lucha.

Nedeljkovié-Udovéié
VI Campeonato de Yugoslavia, 1 951

Después de 1 . @ b3, las negras no


habrían tenido nada mejor que hacer ta­
blas repitiendo jugadas mediante 1 . . . . ,
Qj d2+ 2. @a4, Qjc4. Las blancas eligie­
ron, sin embargo, la desafortunada

1 . l:!, h2??,

Las blancas piensan la jugada se­ y la respuesta negra les sorprendió por
creta. Después de mucho reflexionar, completo:
sellan la j ugada y tras las formalidades
habituales se di rigen al adversario y le 1 ... , b3! !
.

dicen: «He j ugado 1 . l:!. g6-g8. C reo


que es innecesario seg u i r; no puede pa­ S e amenaza dar mate enseguida, de
rar la amenaza 2. l:!, a8+ » . El rival res­ modo que 2. axb3 no sirve en absoluto.
ponde fríamente: « Comparto su opinión, Si las blancas intentan , en cambio, parar
es realmente innecesario continuar la el mate con 2. a3, después de 2 . . . . , b2
partida, puesto que mi respuesta a 1 . deben dar la torre por el peón. Por eso
l:!, g8? es 1 . . . . , Qj a3+ ! ! 2 . bxa3, l:!, c3 abandonaron .
mate » .
L a historia e s todavía más trágica al
saber que las blancas habrían podido ga­
nar de verdad con el bonito doble sacrifi­
cio que sigue: 1 . b3+ ! ! , l:!. xb3 (o 1 . . . . ,
1 14 L O S M A E S T R O S TAM B I É N S E E QUIVO CAN

Ejemplo 165 Ejemplo 166


La ex campeona Peones adelantados
mundial se asustó
K. Solmundarson-H. Jonsson
Rudenko-Rootare Islandia, 1 958
Campeonato de la U RSS
por Equipos, 1 955
B

Las negras se han adentrado profun­


damente en la posición adversaria; su to­
Las negras tienen la posición ganada, rre tiene, además, un sólido punto de
pero quisieron -como se observa a me­ apoyo en d3, de modo que las perspecti­
nudo- jugar de manera demasiado bonita vas de las blancas no son muy halagüe­
y continuaron con ñas que digamos. En posiciones así, hay
que defenderse con mucho cuidado, y
1 . ... , b2??. puede sentirse muy feliz el que consigue
2. J,xa2, l! c1 las tablas. Sin embargo, las blancas qui­
sieron vencer e intentaron ganar un peón
Aqu í, la ex campeona mundial, cuyos con la jugada
nervios estaban muy alterados por la lar­
ga lucha, no vio más que ya no podía 1 . M, a4??,
aguantar el punto d 1 y por eso abandonó
la partida. Se le escapó, sin embargo, que pero a eso siguió
este punto no tiene la menor importancia.
Habría podido ganar enseguida con la 1 . . , M, xc3! ,
. .

sencilla 3. g f1 ! .
con l o q u e las negras n o solamente ga­
nan un peón (está claro que no puede to­
marse la torre a causa de 2 . . . . , b2) , sino
también la partida después de

2. M, a1 , M, c2
3. J,c1 , ,tes,

puesto que la posición blanca ya no pue­


de sostenerse. Por eso, las blancas aban­
donaron.
EL FINAL 1 15

Ejemplo 167 Ejemplo 168


« ¿A quién he de amar? » Ceguera mutua corregida

(Balada húngara del siglo x1x) Reshevsky-Boleslavski


Torneo de Candidatos, Zúrich, 1 953
Pomar-Rodríguez
Campeonato de España, 1 956

Ambos bandos estaban muy apura­


dos de tiempo. Reshevsky no encontró la
Las negras podían elegir aqu í qué jugada ganadora y continuó con
pieza tomar. Eligieron mal, y eso les cos­
tó medio punto. 1 . l:\'. dd7??.

1. ... , tll xa1 ? Aqu í habrían ganado 1 . l:t'. d8 y 2.


2. ]d b1 , g d2 .id bb8. Las negras respondieron
3. b7, ]d d8
4. b8�, l:\'. xb8 1 . ... , i,c5??.
5. l:\'. xb8, ...
No vieron que habrían podido dificul­
Y la partida acabó en tablas más tar­ tar en g rado sumo la victoria blanca con
de. En los análisis se sugirió 1 . . . . , tll a5, la j ugada de problema 1 . . . ., .id a7! ! . La
pero tampoco eso reporta nada a las ne­ torre no puede tomarse a causa de 2 . . . . ,
g ras. b 1 � ; a 2. l:t'. xh7 sigue 2 . . . . , b 1 � 3.
Un lector de El Ajedrez Español seña­ l:t'. xb1 , l:t'. xh7, y todavía son las blancas
ló, sin embargo, que las negras ganan si, las que deben esforzarse mucho para
sencillamente, toman la torre: 1 . . . . , tll xc1 poder hacer tablas.
2. b7, tll e2+ 3. @g2, tll f4+ 4. @f3, Contra la jugada del texto, el primer
l:t'. a3+ 5. @xf4, .id b3, después de lo cual jugador halló por fin la continuación co­
las negras ganan el peón «b» y la partida. rrecta e hizo

2. ]d d8+.

Después de

2 . ... , i,f8
3. ]d bb8,

ganó la partida.
1 16 L O S M A E S T R O S TA M B I É N SE E QUIVOCAN

Ejemplo 169 Ejemplo 170


Lo que debe verse Lo que no se vio ni siquiera en
también en unas simultáneas los análisis

El gran maestro G ligorié está en una Kan-Simagin


situación muy difícil en esta partida de XX Campeonato de la U RSS, 1 952
una sesión de simultáneas.

Gligorié-Erny
Münchenstein, 1 959

En la posición del diagrama, las blan­


cas continuaron, en la jugada 35, con

1 . �f2?,
Las blancas cifran sus esperanzas en
la desagradable situación del rey negro y a lo que las negras respondieron
tienden una bonita celada al adversario.
1 . ... , a6
1 . i,d2+!?, .:.
(se amenazaba 2. i, h3+, seg uida de
Aqu í, la jugada correcta es 1 . . . . , 3 .U. d8+, ganando enseguida) . La parti­
.

� h5, después d e l a cual e l rey puede da se dejó por tablas en la jugada 58.
huir de la red de mate, pero las negras no N i los jugadores ni el autor del libro
perciben el peligro y caen en la trampa. del torneo vieron que las blancas habrían
podido aprovechar la amenaza i, h3+
1 . ... , �xh4?? con el orden de jugadas correcto.
2. ,¡¿ h8+, � g4 H . Staudte descubrió varios años más
3. f3# tarde que 1 . l:!, d8+ ! ! gana enseguida,
puesto que a 1 . . , l:!, xd8 sigue 2. i, h3+,
. .

Las blancas retiraron el alfil a d2 para l:!, d7 3. l:!, xd7. Si las negras intentan de­
desclavar el peón de f2. fenderse del mate con 3 . . . . , c6, pierden la
torre después de 4. l:!, d4+.
EL FINAL 1 17

Ejemplo 17 1 influyó de manera negativa en su sub­


En vez de la victoria consciente a la hora de valorar la posi­
apareció el ahogado ción.

Kestler-Pesch Bobekov-Gerenski
Campeonato J uvenil Sofía, 1 958
de Alemania Occidental, 1 956

Las negras tienen ventaja de calidad;


«Tengo la posición totalmente gana­ por eso no quieren conformarse con 1 . . . . ,
da» , debió de pensar el segundo jugador, @g7! , relativamente la mejor, después
que efectuó, de manera un poco altanera, de la cual las blancas pueden hacer ta­
blas por jaque continuo con 2. �b7+. De
1 . ... , l:r e7 modo que jugaron la temeraria

Su jugada encierra verdaderamente 1 . ... , @ g5?,


una fuerte amenaza. Si se retira la dama,
sigue 2 . . . , 'i}'g1 + y 3. �e1 mate.
. a la que siguió
Sin embargo, la respuesta blanca le
desconcertó por completo. Las blancas 2. f4+! , exf4?.
demostraron así con agudeza que 1 . , . . .

l:r e7 fue verdaderamente «demasiado Este fue su segundo error. Era mucho
fuerte » . mejor 2 . . . , @f5.
.

2. ld a8+, @ h7 3. �h4+, @f5


3. l:r h8+!, @xh8 4. g4+, \t>e4
4. �h6+ ! ! , ...
O 4 . . . . , @ e5 5. 'iVe1 +, g e4 6.
Con ahogado, puesto que las negras �a5+, @d4 7. �d5+, ganando la torre.
deben capturar la dama blanca para no
perder la propia. 5. �e1 +, @f3
6. �f2+, @xg4
7. 'i}'xd4, 1Jf¡e7
Ejemplo 1 72 8. @f2, g5
Cuando la ventaja 9. �d1 +, ...
de material no basta
Y las negras abandonaron.
M uchos ajedrecistas han perdido
porque ten ían ventaja de material, lo que
1 18 L O S MAESTRO S TAM B I É N S E E Q UIVO CAN

Ejemplo 1 73 2. ... , tl\ xf7


La cadena de peones 3. 'ifxa5+, @ b7
4. °@'b5+, @ a7
Sahlmann-Rodatz 5. 'iVa4+, @ b6
Hamburgo, 1 953 6. tl\xf7, ...

Las negras no capturan, pues las


B blancas todavía tendrían posibilidades de
ganar mediante 7. °@'b4 y 8. 'iVe7, sino
que juegan -y ese es el quid de su plan-

6 . ... , �g2+.

Las blancas no pueden escapar del


jaque continuo. Como demostró Kurt
Richter en sus análisis, el sacrificio de ca­
ballo era completamente correcto, pero
debía haberse ejecutado con el otro ca­
Las blancas tienen una fuerte cadena ballo, 1 . tl\ gxf7 ! , y las negras no tienen
de peones que ha penetrado en el interior contrajuego, puesto que el caballo de h6
de la posición enemiga. Advirtieron co­ priva a la dama de la casilla g8.
rrectamente que debían hacer saltar la
cadena adversaria para poder ganar la
partida. La ejecución fue, sin embargo, Ejemplo 1 74
peor que la idea.
En vez de victoria, automate
1 . tl\ hxf7?, ...
Batuev-Simagin
Campeonato por Equipos, Riga, 1 954
Esperando que se contestara esta ju­
gada con 1 . . . ., tl\xf7, contra lo que es
muy fuerte 2. 'iYh7. [Parece que el autor
«no ve» el peón negro de a3: 2. 'iYh7, a2!
4. tl\xf7 (4. 'iYxf7+, 'iVxt7 5. tl\xf7, a1 'iY
no tiene objeto) , i,xc3+ 5. @ c2 (e2),
�b8 6. tl\d6+, @ a6, y las blancas pue­
den abandonar. Es posible que haya una
errata en el diagrama y el peón de a3 sea
blanco o no exista; entonces 2. 'iYh7 sí es
muy fuerte. Los comentarios que siguen
parecen indicar que se trata de una errata.
(Nota del t.)]
Las negras jugaron, sin embargo,
En vista del peón de ventaja, las ne­
1 . ... , 'iVg8!, gras jugaron, evidentemente, a ganar, pe­
y el primer jugador ya no puede ganar. En ro la jugada que eligieron,
esta posición, las blancas jugaron
1 . ... , e2??,
2. 'iVb5,
resultó prematura. Siguió:
un último intento de decidi r la partida a su
favor. 2. 'iVg1 +, @ d2
EL FINAL 1 19

3. 'iVc1 +, �d3 ven, cuenta que no entendió de qué iba la


4. 'Jj/c3# cosa y negó dubitativamente con la cabe­
za. «Bueno, si no lo cree -respondieron las
Esta «contravictoria» debe de haber negras- tendré que enseñárselo primero».
hecho reír, según Kurt Richter, incluso a
la víctima. Opinamos, sin embargo, que 2 . ... , 'iVxd7+!
su risa fue, sin duda, un poco amarga.
Aqu í advirtieron las blancas que el rey
negro está ahogado después de 3. @xd?.
Ejemplo 175 Este chiste les costó el segundo puesto,
La posición «ganada» que ocupó su risueño adversario. Sin em­
bargo, después de 1 . 'iVe4+ habrían sido
Schlensker-Scheinhütte ellas las que hubieran reído, pues las ne­
Fráncfort del Meno, 1 942 gras ya no hubieran tenido defensa alguna.

Ejemplo 176
Cuando el caballo
es más fuerte que la dama

Szily-Ozsváth
X Campeonato de H ungría, 1 954

Las blancas han llegado a esta posi­


ción , que tienen ganada, después de un
largo final de damas y prudentes manio­
bras. Ahora solamente deben fijarse en
que el adversario no pueda darles jaque
en e3 ni clavar el peón luego de @ e8 con
. . . , �a4. Este objetivo puede conseguir­
se con 1 . �b3+ o 1 . 'Jj/e4+. « Es igual
con qué jugada -deben de haber pensa­ El rey negro ha tenido que recorrer to­
do-, jugaré do el tablero para poder escapar del ja­
que continuo. Aqu í, en el momento de
1 . 'iVb3+». hacer la jugada secreta, ha encontrado
por fin un refugio, y ahora las negras po­
Siguió drían ocuparse con toda tranquilidad de la
cuestión de cómo hacer valer su peón pa­
1 . ... , c;tia1 ! sado. Después de reflexionar b reve­
2. @e8??, . . . mente, llegaron a la concl usión de que
bien es verdad que después de 1 . . . . , e3
Aquí, las negras, con gran orgullo, en­ 2 . 'Jj/c4+, e2 3. �f4+, �f2 4. 'iVc1 +,
señaron su planilla al adversario, en la que e 1 � tienen otra dama, pero no lo es me­
habían escrito con mayúsculas la palabra nos que las blancas tienen jaque continuo
«TABLAS» . El propio conductor de las por las casillas c1 -c4-f7 y pueden hacer
blancas, por entonces un jugador muy jo- tablas. Por eso jugaron
1 20 L O S MA E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O C A N

1 . ... , 'iVc1 , Una posición de lo más corriente, pe­


ro a pesar de ello . . .
a lo que siguió
1 . ... , d3?? .
2. �f7+ , @e1
3. �xg6, �f4+ Una jugada buena en apariencia, me­
4. @ g1 , �f1 + diante la cual se aleja al rey del centro. En
5. @ h2, �c4 realidad es el error decisivo, sin embargo,
6. �xc6, e3 después del cual la partida ya no puede
7. 'ifd6, salvarse.

y la partida acabó en tablas. 2. @e3, d2


D u rante los análisis posteriores a la 3. @xd2, @e6
partida, se comprobó, no obstante, que 4. @d3, @ xd6
habrían podido ganar con 1 . . . . , e3! a 5. @ d4, ...
pesar de todo: no habrían tenido más
que transformar el peón en caballo en Las blancas ganan la oposición y con
vez de en dama. Por tanto: 2. �c4+, e2 ella también la partida.
3. �f4+, '{i'f2 4 . �c1 + , y aq u í las ne­ Las negras, no obstante, habrían podi­
gras deben ser modestas : 4 . . . . , e 1 tll ! ! do asegurarse el empate con 1 . . . . , @ e6!
5 . �c4+, �e2 6. 'iff4+, tll f 3+ ! ! . Debi­ 2. @e4, @ d7! . Solamente habrían tenido
do a esta jugada de caballo, se terminan que fijarse en que no pueden tomar el pe­
los jaques de las blancas, y después de ón de d6 hasta que el adversario haya
7. 'ti'xf3, 'ifxf3 7 . gxf3, @f2 las negras capturado en d4. Entonces pueden tomar
tienen una posición q u e se gana fácil­ la oposición con . . . , @xd6 y hacer tablas.
mente.
Así, «no solamente se ha visto priva­
do el campeonato de un instructivo final, Ejemplo 178
sino también Ozsváth de medio punto » , También en el final
escribe el maestro Bán en s u s análisis. desempeñan los tiempos
un papel importante

Ejemplo 177 Kluger-Négyessy


Una posición Torneo de BTSB, 1 952
de lo más corriente

Liebentrau-Brückner
Oldenburgo, 1 955

En esta partida, las negras deben


agradecer su derrota a la inversión del or­
den de dos jugadas.
EL FINAL 121

1 . ... , c1 �+? A m uchos maestros l e s ha costado


ya valiosos puntos el buscar siempre be­
Contra esto las blancas ganan con la llas soluciones -en vez de las contin ua­
continuación siguiente, que es forzada: ciones sencil las y seguras-, pero pese a
ello no se les puede hacer reproche al­
2. @xc1 , éll e 2+ guno por tener semejantes aspi raciones.
3. @d2, éll xf4 ¡ Al contrario! El ideal más elevado del
4. \tie3!, g5 j uego del ajedrez consiste en última ins­
5. éll c3+, @ es tancia, claro está, no simplemente en
6. \tie4!, ... ganar, sino en buscar la belleza -aun­
que siempre dentro de los l ím ites de la
Aqu í no es buena 6. éll e4+, puesto lógica-.
que después de 6 . . . . , \ti b4 7. éll x g5,
éll d 5+ 8. 'it e4, éll f 6+, el caballo captura Averbaj-Cardoso
el peón de g4, y el rey, el de a4, con lo que Portoroz, 1 958
la partida ya no puede ganarse. Por tanto:

6 . ... , éll h3
7. @f3, 'it b4
8. éll e 2, ...

Y las neg ras abandonaro n , puesto


q u e contra 8 . . . . , @ xa4 las blancas
fuerzan el cambio de los caballos con 9.
\tig3 y después ganan la partida fácil­
mente .
Si las negras hubiesen invertido el or­
den de sus primeras jugadas, habrían po­
dido hacer tablas: 1 . . . . , éll e2! 2. @xc2, En este sencillo final de peones, las
éll xf4, y aqu í el rey blanco no puede ata­ blancas pueden ganar con facilidad des­
car directamente el caballo. ¿ Es tan im­ pués de 1 . i,xf6, @xf6 2. �f4 gracias al
portante esta diferencia? ¡Y cómo! (va de peón pasado alejado. Averbaj , que ha es­
un tiempo) 3. @d2, \tic5 4. @ e3, éll h3. crito un libro sobre finales, se mete en
Ahora el caballo dispone de la casilla g5, una sencilla trampa de tablas al elegir la
de modo que las blancas ya no pueden espectacular continuación
forzar el cambio de los caballos (según
análisis de Négyessy) . 1 . g7??.

Siguió
Ejemplo
179
La solución más bonita 1 . ... , i,xg7
2. i,xg7, @d6
Esta frase nos recuerda a Capablan­ 3. i,c3, @c5
ca, que después de ganar una partida 4. @f5, b5
contó que también habría podido vencer 5. i,xa5, bxa4
sacrificando la dama. Cuando le pregun­ 6. bxa4,
taron por qué no había elegido la bonita
combinación -la había visto, claro está-, y ya no se puede ganar, porque las blan­
respondió: « ¿ Por qué? He ganado la par­ cas tienen el alfil «malo » , que no puede
tida de todos modos » . controlar la casilla de coronación del peón
122 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O C A N

" ª " · Esta regla se encuentra también en 6. @f1 , @ g5


el libro de finales de Averbaj . 7. @g1 , t¿je1
Este medio punto regalado le costó a 8. jÍlc1 +, @f5
Averbaj el pase a la final. 9. jÍle3, t¿jxf3+
1 0. @f2, @e4

Ejemplo 180 Y Fairhu rst abandonó. Las blancas ,


El mayor error de su vida según análisis de Keres, habrían podido
asegurarse la victoria con 1 . f4, que pre­
El maestro inglés Fairhurst es uno de para la captura del caballo; p. ej . : 1 . . . . ,
los pocos jugadores que pudieron llegar a @f7 2. @ e2, @f6 3. @d2, @f5 (las
una posición ganada contra el gran maes­ blancas ganan también después de 3 . . . . ,
tro Keres. t¿ja3 4. Jlxa3, bxa3 5. @ c2, seguida de
6. b4) 4. @xc2, @g4 5. jÍlc3 ! ! (el primer
Fairhurst-Keres quid del plan blanco) , bxc3 6. b4, @xg3
Hastings, 1 954-1 955 7. f5! ! (el segundo quid). Uno de los peo­
nes blancos llega a la casilla de corona­
ción con jaque. Si las negras eligen, en
cambio, 5 . . . . , @xg3, que es un poco me­
jor, las blancas no tienen por qué apresu­
rarse a sacrificar el alfil , sino que llevan
primero el monarca al flanco de rey con 6.
i,e1 +, @xf4 7. \t> d3, g5 8. @ e2, g4 9.
@f1 y sacrifican el alfil después de 9 . . . . ,
g3. Entonces sigue 1 O. i,xb4 ! , axb4 1 1 .
a5, ganando. Una cosa es segura: la vic­
toria no era fácil aqu í, y no puede repro­
charse al maestro inglés que al final de
una difícil y dura partida, en el fragor del
Sin embargo, tampoco él pudo ga­ combate y falto de tiempo, no viera este
narle. plan, que en modo alguno es evidente.
[Para tener un cuadro clín ico comple­
1 . @e2?, ... to de este caso particular debe señalarse,
sin embargo, que Keres necesitaba ganar
Fairhurst cometió con esta jugada el la partida para compartir el primer premio,
mayor error de su vida ( " the mistake of y la ceguera no se produjo solamente en
his lite» , como lo llamó D. Andrié en sus el tablero, sino también en los análisis del
análisis en Chess) . Siguió: aplazamiento. Ambos jugadores dispusie­
ron de dos horas antes de reanudarse la
1 . ... , g5! partida. A Keres lo ayudó nada menos
2. @ d2?, h4! que el gran maestro Ragozin, que sería
3. gxh4, gxh4 campeón del mundo de ajedrez por co­
4. @e2, ... rrespondencia en el periodo 1 956-1 959.
El bacilo de la ceguera también atacó a
Las blancas deben regresar con el Pachmann, que al ver la posición del dia­
rey; de lo contrario, el peón negro alcanza grama se acercó a Keres y le dijo: « Ha lo­
rápidamente la casilla de coronación. grado usted un final maravilloso » , a lo
que el estoniano replicó que estaba perdi­
4 . ... , @f7 do, indicándole la variante de 6. jÍle1 +.
5. @f2, @ g6 No carece de interés reproduci r sus co-
EL FINAL 1 23

mentarios al respecto, a pesar de ser un Fairh u rst hab ía estudiado toda la varian­
poco extensos, pues arrojan un poco más te concienzudamente hasta llegar a 46 .
de luz sobre las causas de la ceguera: .,tc3 [aq u í 5 . .,t c3! !] y al final llegó a la
« Después que le h ube explicado la va­ conclusión de que las negras ganarían
riante [, Pachmann] tuvo que conceder con 46 . . . . . , @xg3 [aq u í 5 . . . . , @xg3] . Lo
que yo ten ía razón . Con las palabras «Co­ mismo que nos pasó a nosotros en
sas así son incre íbles» me dejó, sacu­ nuestra[s] investigaciones le ocurrió a él:
diendo la cabeza. no había visto, en absoluto, la jugada de­
Este pequeño episodio me dio nuevas cisiva 47 . .,te1 + ! El mutuo análisis al
esperanzas. Incluso al gran maestro Pach­ que nos dedicamos entonces reforzó mi
man[n] se le había pasado por alto la juga­ convencimiento de que la posición de las
da 47 . .,te1 +, y de ello deduje que no era negras no pod ía salvarse. Fai rh u rst se
tan fácil descubrir el movimiento. Además, quedó sentado, m i rando d u rante mucho
mi contrincante llevaba pensando su próxi­ tiempo la posición, incapaz de compren­
ma jugada más de media hora: una señal der cómo pod ía escapársele a uno se­
de que aún no había encontrado un cami­ mejante movimiento, a pesar del estudio
no claro. [ . . . ] a fondo de la posición. [ . . . ]
Mi adversario pensaba y pensaba. Es característico el hecho de que la
Por aquel entonces ya le quedaba poco jugada 47 . .,te1 + escapara a los dos
tiempo y mis esperanzas aumentaban, bandos, no a causa de ser difícil de en­
puesto que, con apuros de tiempo, puede contrar, sino porque j uzgamos que la po­
ocurrir cualquier cosa. Por fin, cuando sición, después de 46 . . . . , @xg3 era tan
Fairhu rst sólo dispon ía de unos diez mi­ simple y clara que no hab ía mucho que
nutos para sus diez jugadas restantes, lle­ examinar después. En este caso particu­
gó su réplica. lar no dispuse de mucho tiempo y descu­
Me apresuré a volver al tablero, e in­ brí la jugada cuando me quedaba muy
cluso antes de sentarme sentí una oleada poco tiempo para pensar. Siempre es di­
de alivio: ¡el peón de las blancas estaba to­ fícil analizar una posición exhaustiva­
davía quieto en f3! Las blancas se habían mente, aunque no sea exageradamente
decidido al final por 42. @ e2? y ahora to­ complicada. Por eso es muy natural que,
do el plan funcionó tal como lo habíamos al reanudarse el juego, uno tropiece a
previsto de antemano. [ . ]
.. menudo con desagradables sorpresas
Tan pronto estuvo la partida termina­ que ponen completamente patas arriba
da me apresuré a reconstru i r la posición el análisis que previamente hemos efec­
y a preguntarle a mi adversario por qué tuado» . KERES, P. : El arte del análisis.
había estado pensando tanto tiempo y, Trad . de Mariano O rta. Martínez Roca,
sin embargo, no había j ugado 42. f4! Re­ Barcelona, 1 972, págs. 33-35. (Col. « Es­
su ltó que la jugada 47 . .,t e 1 + ! [aq u í 6. caques » , núm. 36) . El original está en no­
.,te1 +] no era tan fácil de encontrar. tación descriptiva. (Nota del t.)]
ÍNDICE DE JUGADORE S

(Los números corresponden a los ejem­ Bu rzlaff, 1 30


plos) Byrne, D., 1 27

e
A Canal, 1 21
Aitken, 48, 1 03 Capablanca, 70, 79, 98
[Ajanski (pág. 93)] Cardoso, 1 1 , 65, 1 07, 1 79
Alekhine, 31 , 33 Castaldi, 1 04
Alexander, R. H . , 92 Catozzi, 99
Alster, 1 58 Chigorin, 2, 78, 1 24
Anderssen, 1 08 Ciocaltea, 1 00, 1 01 , 1 56
Arulaid, 1 53 Clarke, 1 26, 1 58
Asztalos, 33 Cuéllar, 1 23
Averbaj , 21 , 41 , 1 79
D
B Danielsson, 5, 1 49
Balanel, 1 35 Darga, 1 33
Barcza, 35, 85 Dehn, B. V. , 1 1 7
Barda, 1 6 Diessner, 1 43
Batuev, 1 74 Dimitrov, 1 1 6
Benkner, 22 Ditt, V. , 93
Benk6, 99, 1 48 Domino, 1 9
Bernardi, 1 1 4 [Donchev (pág. 93}]
Bernhard, 74 Donner, 1 5, 1 22, 1 50
Bernstein, 84, 98 Drescher, 1 1 4
Berthold, 1 46 Driemer, l . O., 1 56
Bieri, 90 Dries, 58
Bilek, 53 Dückstein, 1 33
Binder, 1 4 Dunkelbaum, 1 21
Bisguier, 25, 26, 84
Blackburne, 78 E
Blumenthal, M . , 54 Earl Yaggie, 28
Bobekov, 1 72 Edelstein, 28
Bobótsov, 83 Epp, 97
Boleslavski, 1 1 3, 1 68 Erny, 1 69
Botvínnik, 66, 1 1 9 Euwe, 7, 31 , 43, 1 1 1 , 1 1 3, 1 44
Bouwmeester, 66 Ewald, 1 43
Bozik, 1 62
Brinckmann , 3 F
Bronstein, 20, 41 , 1 1 9, 1 36 Fairhurst, 1 80
Bruck, 1 28 Filip, 55, 1 01
Brückner, 1 77 Flórián, 1 0
1 26 L O S M A E S T R O S TAM B I É N SE EQUIVO CAN

Flohr, 71 lgel, H . , 1 51
Fbldi, 1 0 lvanov, 1 1 6
Forgács, 69 lvkov, 9 , 29
Franke, 1 57
Frauenfelder, 57 J
Freeman, J . , 54 Janowski, 67
Freitag, W. , 1 51 Johansson, K., 1 47
Friedstein, 1 54 Johner, H . , 1 7
Frydman, 35 Jólmov, 87
Fuchs, 89 Jong de, 1 1 1
Fuderer, 5, 24, 5 1 Jonsson, H . , 1 05, 1 66
Fuhrmann, 90
K
G Kan, 1 70
Gadalins ky, 1 29 Karaklajié, 94
Gandolf, 1 28 Keres, 52, 55, 1 80
Gawlikowski, 80 Kestler, 1 71
Gecsei, 46 Klein, 91
Géller, 20, 1 52, 1 59 Kluger, 59, 1 78
Gente, 1 8 Kmoch, 1 45
Gereben, 73 Kbberl, 59
Gerenski, 1 72 Koródy, 1 4
Gilg, 1 1 8 Kordsachia, 93
Glass, 1 31 Kostié, 1 2
Gligorié, 1 38, 1 69 Kretschmer, 37
Golombek, 1 6, 39, 1 03 Krieger, 34
G reiff, de 1 1 Kupper, 49
Golz, 61
G rob, 71 L
Grodner, 1 34 Lachmann, 95
G rünfeld, 1 3 Lamprecht, 9 1
G udmundsson, 1 25 Lange, 1 49
Gurgenidze, 1 52, 1 53 Lapiken, 32
Larsen, 1 26
H Lasker, Ed. , 79
Hallstrom, 1 55 Laue, 37
Hasse, 38 Liebentrau, 1 77
Held, 42 Lindblom , 1 60
Henley, 1 40 Lipiniks, 1 50
Henning, K. H . , 1 1 7 Lokvenc, 1 32
Henningen , 1 60 Lundin, 1 20
Herendi , 72 Lútikov, 30, 1 54
Hering, 38
Herzog, 22 M
Honfi , 27, 76 Malich, 8
Hooper, 86 Marco, 68
Hi:irberg, 64 Marshall, 4
H unte, V. , 89 Matanovié, 1 02, 1 06, 1 07
Matulovié, 29
Me Kenna, 92
ÍNDICE DE JUGADORES 1 27

Medina, 51 Pogáts, 1 61
Menke, V. , 1 8 Poliak, 87
Mieses, 69 Polugaevski, 30
Mikenas, 1 42 Pomar, 1 67
Mohring, 62 Popiel, 68
Monticelli, 3 Porath, 1 5
Moore, 1 40 Portisch, 1 61
Méirby, J . , 1 47 Purdy, 1 55
Mross, 6 Putzi, 1 46
Pytlakowsky, 83
N
Najdorf, 77, 1 41 R
Nedeljkovc, 1 63 Rabar, 26
Négyessy, 73, 76, 1 78 Ratsch, 61
Nievergelt, 57 Reckmann, 60
Nimzowitsch, 1 44 Reinhardt, 88
Novarra, 1 37 Reshevsky, 23, 32, 1 27, 1 36, 1 41 , 1 59,
1 68
o Richter, Eric, 1 1 2
Olafsson, 45, 1 38 Richter, Kurt, 1 1 2
Olafssyni , G . , 1 05 Ritter, 62
Oppermann, 1 37 Rodatz, 1 73
Orbaan, 9 Rohr, 50
Osswald, 75 Rootare, 1 65
Otto, 60 Rodríguez, 1 67
Ozsváth, 1 76 Rosselli, 1 42
Rosetto, 1 02
p Rubinstein, 1 2
Pachmann, 53, 1 35 Rudenko, 1 65
Panno, 45 Russel, 1 31
Pantalaev, 63
Pastuhoff, 1 64 s
Patay, 1 3 Sahlmann, 47, 1 73
Paulsen, L., 1 08 Sándor, 72
Paulsen, W., 1 Sanguinetti, 77
Penrose, 65, 85 Scheinhütte, 1 75
[Perlis (pág. 1 5)] [Schlechter (pág. 1 5)]
Perlo, 58 Schlensker, 1 75
Persitz, 86 Schmidt, V. W. , 1 04
Pertisch, 44 Schuster, 50, 1 39
Pesch, 1 71 Showalter, 1 09
Petrosián, 52, 56, 1 06 Simagin, 80, 1 70, 1 74
Petrov, 1 1 8 Skobeleff, 36
Pfeiffer, 44, 95 Skéild, 40
Philips, H. M . , 97 Sliwa, 8, 82
Pillsbury, 1 09 Smyslov, 25, 43
Pilnik, 81 Sneitz, 1 64
Plater, 82 Solmundarson, K., 1 66
Platz, 40 Spasski, 21 , 56
Pleiffer, 94 Stahl, 1 1 5
1 28 L O S M A E S T R O S TA M B I É N S E E Q U I V O CAN

Starck, 1 30 u
Steinitz, 2, 67 Udovéié, 1 63
Sternberg, 1 9 Ujtelky, 1 29
Stoltz 81 , 1 00, 1 20 Unzicker, 7
Stympelin, 36
Szabadi, 46 V
Szabó, 23, 39, 49, 1 22, 1 23 Vajda, 1 1 0
Szilágyi, 27, 1 48 Vik, 42
Szily, 1 76 Vukovié, 1 45
Vukéevié, 63
T w
Tal , 96 Wade, 24, 1 32
Tarrasch, 1 , 1 24 Walther, 1 62
Tartakower, 1 25 Weyer, 74
Tavernier, 1 34 Wilaert, 1 7
Teschner, 6, 47 Witkowski, 64
Thiede, 1 57 Wolk, 75, 1 39
Thomas, 70, 1 1 O
Torán, 48, 88 z
Treybal, 4 Zirngibl, 1 1 5
Tringov, 96 Zost, 34

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