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JAZMÍN
ADLER
Dol: 10.26807/cav.v0i04.93

Estética de la ruina: la potencia de los vestigios


en el arte contemporáneo
The Aesthetics of Ruins: the power of vestiges in
contemporary art
Jazmín Adler

ISSN (imp): 1390-4825 Fecha de recepción: 08/03/18


ISSN (e): 2477-9199 Fecha de aceptación: 05/05/18

Resumen:
El presente artículo analiza los modos en que di-
ferentes obras contemporáneas, asiduamente, dis- Abstract:
curren sobre la figura de la ruina desde un punto This article analyses the ways in which different
de vista material y conceptual. Luego de revisar contemporary artworks usually tackle the subject
el atractivo ejercido por los vestigios en distintos of ruins from a material and conceptual point of
períodos de la historia del arte, el trabajo focaliza view. After studying the interest in vestiges throu-
en una serie de proyectos realizados en las últimas ghout the art history, the paper focuses on some
décadas, con el objetivo de dilucidar las distin- projects created in the last decades, in order to elu-
tas configuraciones adoptadas por la ruina en el cidate different expressions of ruins in contempo-
arte contemporáneo. El artículo concluye que la rary art. The article concludes by stating that the
potencia de los vestigios en las prácticas artísticas power of vestiges in the artistic practices of our days
de nuestros tiempos radica en su capacidad para lies in its capacity to substitute the epistemological
sustituir el paradigma epistemológico de base on- paradigm based on ontological categories –inheri-
tológica, heredado de la modernidad, por otro que ted from Modernity– with another paradigm that
considere a la historia como campo de tensiones. may consider the history as a tension field.

Palabras clave: Key Words:


Arte, contemporaneidad, estética, ruinas Aesthetics, art, contemporaneity, ruins

Biografía del autora:


Jazmín Adler. Buenos Aires, Argentina, 1985. Es becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas, doctoranda en Teoría Comparada de las Artes en la Universidad Nacional de Tres
de Febrero (UNTREF) y licenciada en Artes por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es docente en la
Licenciatura en Artes Electrónicas (UNTREF), en la Maestría en Tecnología y Estética de las Artes Elec-
trónicas (UNTREF) y en la Maestría en Diseño Interactivo (FADU-UBA). Integra el colectivo Ludión:
exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas (Facultad de Ciencias Sociales, UBA). En
los últimos años ha curado muestras en museos, galerías y ferias de arte contemporáneo.

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LAS RUINAS EN Según Huyssen (2011 [2006], p. 53), cierta promesa


de autenticidad se vuelve presente solo como
LA HISTORIA DEL ARTE ausencia: es el presente imaginado de un pasado
que únicamente puede ser asido en su declive. En
Desde la emergencia del arte contemporáneo, lugar de defender la idea de que la ruina encarna la
numerosos artistas se han visto convocados por autenticidad de un pasado memorable –tesis que es
la noción de ruina. Algunos proyectos artísticos sostenida con frecuencia al considerar la atracción
hacen alusión a los vestigios desde un punto de ejercida por las ruinas en tiempos de la pos-Ilustra-
vista material y ubican en el centro de la escena ción–, el teórico y crítico alemán advierte que la
restos físicos devenidos de sucesos diversos. En ruina es el producto de la modernidad en sí, antes
otros casos, la referencia a la ruina redunda en que una vía de acceso hacia la pureza de un origen.
obras conceptuales, cuya reflexión sobre los escom- La autenticidad de la ruina irrumpe solamente si la
bros funciona como punto de partida para desenca- abordamos “estética y políticamente como una clave
denar procesos deconstructivos tendientes a barajar arquitectónica de las dudas temporales y espaciales
otras realidades posibles. Ambas alternativas fueron que la modernidad siempre albergó sobre sí misma”
concebidas por Brian Dillon (2011), al compilar (Huyssen, 2011 [2006], p. 54, trad. propia). Este
un conjunto de prácticas estéticas surgidas en el argumento conduce a Huyssen a fundamentar que
siglo XXI que ante el atentado del World Trade un imaginario de ruinas es central para postular una
Center, las guerras de Afganistán e Irak y las re- teoría sobre la modernidad que logre trascender el
cientes crisis económicas, desarrollaron todo un optimismo iluminista y pueda también admitir su
imaginario referido a la catástrofe y la destrucción: lado oscuro: “la pesadilla de la Ilustración de que
imágenes de arquitecturas modernas semiderruidas, toda historia podría finalmente ser superada por
enormes construcciones de la Guerra Fría caídas en la naturaleza” (Huyssen, 2011 [2006], p. 54, trad.
desuso y territorios diezmados por desastres na- propia). En este punto resuenan las reflexiones de
turales. Sin embargo, el autor reconoce que estos Georg Simmel (2011 [1911]), quien en su ensayo
trabajos –entre otros, los de Gerard Byrne, Cyprien titulado La ruina ya sugería que en los vestigios se
Gaillard y Ângela Ferreira– se enlazan con una desequilibra la ecuación exacta entre la voluntad
estética de la ruina surgida en los años sesenta, pero del espíritu y la necesidad de la naturaleza, caracte-
que podría inclusive remontarse al Renacimiento, rística de la arquitectura. En la ruina, manifiestaba
cuando comienza a gestarse una modernidad que se Simmel, las fuerzas de la naturaleza priman sobre la
concibe a sí misma en relación con los remanentes obra humana, de manera que el equilibrio entre na-
del pasado (Dillon, 2011, p. 12). turaleza y espíritu se quiebra en favor de la primera.
Un poco más tarde, el Romanticismo convirtió a La riqueza de la figura de la ruina para elaborar
la ruina en un topos recurrente. Los vestigios de un pensamiento que asuma tiempos y significa-
arquitecturas antiguas y medievales son represen- dos divergentes fue estudiada por Antonio Colinas
tados en entornos naturales descontextualizados. (Colinas en Marcos, 2013), reconocido escritor
Constituyen restos de un pasado arrasado que español y aficionado a la arqueología. En su obra,
evidencian la decepción hacia las promesas ilus- las ruinas proporcionan información acerca del
tradas no cumplidas, al mismo tiempo que ad- pasado y también albergan espacios para reflexio-
vierten fuerzas superiores a la acción humana y, nar sobre el presente y el futuro. Dillon (2011)
por tanto, recuerdan la caducidad de la vida. Las coincide en este aspecto; para él, las ruinas no solo
ruinas agencian una de las representaciones de constituyen sitios de luto sino que también con-
lo sublime y su actitud paradójica hacia los pro- densan un potencial fértil dada su naturaleza frag-
gresos de la técnica. Para el artista romántico, las mentaria. La falta de completitud de los vestigios
ruinas implican un símbolo de la decadencia de es una invitación a realizar la temporalidad aún
la razón como contrapunto de la utopía revolu- inexplorada, restos que evocan la posibilidad de
cionaria, pero asimismo insinúan la posibilidad existencia de nuevas cronologías que nos dejan a la
de inaugurar un nuevo espacio y tiempo estéticos, “deriva del tiempo”:
donde el espíritu nostálgico con respecto al ocaso
de aquello que fue convive con la expectativa de La ruina, no obstante su estado de deca-
renovación artística. dencia, de alguna manera nos sobrevive.
Y la mirada cultural hacia las ruinas es una

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manera de liberarnos de cronologías puntua- Siguiendo con Colinas, aunque la ruina es el lugar
les, ubicándonos a la deriva del tiempo. Las en el que el tiempo ha pasado, asimismo es un sitio
ruinas forman parte de la larga historia del para meditar y renacer (Aroca Iniesta, 2017: 324).
fragmento pero la ruina es un fragmento con Esta idea fue sintetizada en los versos de “Freud en
futuro; vivirá más que nosotros pese a que Pompeya”: “El hombre que socava los espíritus /
nos recuerda la falta de completitud y perfec- en la ciudad desierta escruta el Tiempo / Está vivo
ción. (Dillon, 2011, p. 11, trad. propia) y no ve la apoteosis / de la Vida en las luces de las
ruinas / No ve que aún queda savia en los jardines
En 2013, Colinas fue convocado por la Funda- / alimentados de ecos, de abandono/ No sabe que
ción Cerezales Antonio y Cinia con el objetivo de la Parca siembra vida (…)” (Colinas, 1979: s/p). A
reflexionar sobre el concepto de ruina, en el marco diferencia de la piedra del muro que, al imponer un
de la muestra Declaración de ruina1. Aunque la límite, cierra y divide, la piedra de la ruina, “nunca
Real Academia Española considera solo cinco de- suele cerrar el horizonte, no angustia al que con-
finiciones de ruina, todas ellas vinculadas con la templa porque va acompañada de otros elementos
causa, el acto y el efecto de la destrucción –“acción que la fertilizan: columnas, nubes, árboles, plantas,
de caer o destruirse algo”, “pérdida grande de los lejanías” (Colinas, 2008 [1989], p. 228).
bienes de fortuna”, “destrozo, perdición, decaden-
cia y caimiento de una persona, familia, comuni- La ruina supone un espacio para la contempla-
dad o Estado”, “causa de la ruina física o moral de ción y la reflexión, en un “tiempo puro”, diría
una persona, familia, comunidad o Estado, “restos Marc Augé (2003), que no es el tiempo del que
de uno o más edificios arruinados”–, la obra de nos informan los manuales, sino “un tiempo sin
Colinas no asocia el concepto con lo mortuorio y historia del que únicamente puede tomar con-
lo caduco, un nexo que desde el campo artístico ciencia el individuo y del que puede obtener una
fue plasmado en numerosas obras románticas. El fugaz intuición gracias al espectáculo en ruinas”
escritor entiende a las ruinas como “signos de vida (Augé, 2003, p. 47); un espacio-tiempo otro que
trascendida, de experiencia asumida” (Colinas, demarca un punto de extemporaneidad, enten-
1990, p. 35), que guardan un significado polié- diendo a lo extemporáneo en su acepción habitual
drico, debido a que el universo semántico que como lo impropio del tiempo en que se hace o
despliegan no se reduce a una única definición. sucede, pero también admitiendo el carácter in-
Más aun, la noción puede dar cabida a significa- oportuno del espacio en que esto se produce.
dos aparentemente contrapuestos, en tanto expre-
sión de carencia pero también símbolo fértil: RUINAS MATERIALES Y
[la ruina] es aquel espacio objetivo, arrasado CONCEPTUALES: CUATRO
por la Historia, sí, pero en el que, sin ESTUDIOS DE CASO
embargo, el ser humano aún puede sentir y
pensar con objetividad, sin interferencias de En una dirección similar a la de Colinas, Gordon
otros mensajes. En consecuencia, las ruinas Matta-Clark se vio cautivado por las ruinas, en su
son una lección del pasado, un espacio para caso, urbanas. En los building cuts (cortes de edifi-
reflexionar en el presente y un signo para cios), diversas construcciones olvidadas, recónditas,
desentrañar el futuro. En definitiva, un marginales o en vías de demolición, fueron los es-
espacio, por ejemplo, de ruinas arqueológi- cenarios y soportes de la denominada “anarquitec-
cas es un espacio vivo. (Colinas, 2013: s/p) tura”. Esta práctica consistió en realizar cortes en
los edificios, con la intención de revelar las capas de
información allí superpuestas y, ensayando la labor
arqueológica, crear resquicios para acceder al pasado.
1 La muestra estuvo conformada por obras de distin- Su primer proyecto de anarquitectura fue Splitting
tos artistas internacionales que abordan el tema de la
(1974), en Nueva Jersey, una casa perteneciente
ruina desde medios, disciplinas y perspectivas concep-
al matrimonio Solomon que debía ser destruida
tuales diversas, como Philipp Frölich, Bleda y Rosa,
Biel Capllonch, Pepo Salazar, Luis Úrculo y Gordon
debido a un proyecto de renovación urbana. El
Matta-Clark. La exposición se llevó a cabo entre el 3 artista cortó la vivienda en dos mitades. Los rayos
de marzo y el 19 de mayo de 2013. de sol ingresaban a la casa, produciendo un juego

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de luces y sombras que reaparecería en otros de sus los escenarios de las transgresiones, eran solo
proyectos. Por otra parte, el corte –casi quirúrgico– el principio. (Russi Kirshner, 1993, p. 62)
de una residencia de clase media estadounidense
entrañaba un gesto político, en tanto proponía un Los “proyectiles mentales” identificados por la
cuestionamiento del sistema de clases a través de la curadora como los explosivos conceptuales que
acción material y concreta de la cesura. El registro dinamitan los edificios de Matta-Clark, convir-
del proyecto fue recopilado en un libro integrado tiéndolos en obras anarquitectónicas, también
por imágenes en blanco y negro de las distintas fases permiten concebir a la ruina como un espacio
de la obra. Las fotografías se encuentran acompa- para el pensamiento. Desde este punto de vista,
ñadas por textos que explicitan las diferentes etapas la ruina no es considerada como el mero vestigio
del proceso y se disponen una junto a otra confor- de una acción performática destructiva, sino que
mando un montaje que procura reconstruir la con- toda la obra está orientada hacia la producción de
fusión espacial suscitada por el recorrido físico del la ruina en una “dialéctica negativa del deshacer”:
espacio dividido. En este sentido, el libro no solo
implica la documentación de una obra efímera, A medida que deshacían capas cosméticas,
sino que también puede ser leído como una suma las substracciones de Matta-Clark revelaban
de vestigios tendientes a remedar el carácter frag- capas de información, historias de construc-
mentario de la acción. ción y de estratificación. En lugar de la con-
tención y el cierre arquitectónicos habituales,
Un año más tarde, el artista subiría la apuesta. En éstas permitían una abertura, un despliegue;
Conical Intersect, realizada en 1975, en el marco de para poder hacer, estos gestos deconstruc-
la IX Bienal de París, Matta-Clark operó cortes en tivos invocaban una dialéctica negativa del
dos edificios adyacentes del siglo XVIII que serían deshacer. Matta-Clark imprimía significado
ulteriormente derruidos, de manera que el público, en la creación misma de la ruina –en el linde
desde la calle, podía observar hacia el interior de entre ambos, y el linde metafórica y literal-
las construcciones. El aspecto escenográfico que mente, era uno de sus intereses centrales.
ya se vislumbraba en la obra francesa resurgió, por (Russi Kirshner, 1993, p. 57)
ejemplo, en Circus – The Caribbean Orange (1978),
ideada por invitación del Museo de Arte Contem- Si los proyectos de Matta-Clark focalizan en
poráneo de Chicago, institución que había adqui- la propia producción material y conceptual de
rido una casa de tres pisos que sería anexada a sus la ruina, otras obras contemporáneas elaboran
instalaciones. En esta ocasión, el artista ejecutó archivos y colecciones de vestigios a partir de toda
capas de cortes circulares que horadaban los pisos y clase de objetos encontrados. Entre ellas, identifi-
se prolongaban de un nivel hacia otro. camos la instalación Hydragrammas (1978-1993),
de la artista brasileña Sonia Andrade. La propuesta
Si toda arquitectura posee memoria, para Mat- consiste en un inventario de más de cien objetos
ta-Clark, el corte constituye la fisura que permite diversos, construidos a partir de la reutilización
que aquella aflore. Judith Russi Kirshner reparó de distintos materiales que Andrade fue atesoran-
en este aspecto de su obra: do. Por ejemplo, un lápiz de madera gastado es
presentado sobre dos ganchos en forma de cruz
Él fue un artista integracional, un entrecur- que apenas lo elevan de la mesa de exposición;
zamiento continuo, ni conceptual ni mini- un bloque de mármol se encuentra perforado por
malista. Formado como arquitecto, dedicó un clavo doblado; un caracol blanco tornasolado
su carrera a la deconstrucción de la arqui- encierra un guante de plástico, dejando solo la
tectura y a la presentación, más que a la pre- sección de los dedos al descubierto; una mínima
servación, de la memoria cultural en capas esfera negra encastra en uno de los tres orificios que
de extracciones. Identificada alegóricamen- perforan la superficie de un fragmento de madera
te con la condición de abandono, su obra veteada. Son todas formas sencillas y esta simpleza
depende, esencialmente, de vacíos, cavida- por momentos contrasta con las asociaciones ines-
des dinámicas, cráteres desiertos, museos y peradas de los elementos que componen a cada
ruinas, formados por proyectiles mentales objeto. Hortência Abreu (2016, p. 350) describió
que se abren camino cavando a través de al trabajo de Andrade como un intento de trans-
masonería y memoria (…) Pero los edificios, formación de la realidad, trocando fragmentos del

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mundo en minúsculas piezas de existencia. Los construida en Occidente entre las nociones de
vestigios de los objetos que alguna vez fueron son progreso y modernidad.
convertidos en piezas únicas y, de esta manera,
tienden a encubrir su condición de ruina. A las ruinas arquitectónicas (Matta-Clark), ob-
jetuales (Andrade) y modernas (Puig y Padilla
Una operación arqueológica inversa a la implica- Domene) señaladas en los párrafos precedentes,
da en la instalación brasileña fue aquella encau- podría añadirse una cuarta acepción, asociada a
zada por Iván Puig y Andrés Padilla Domene en los desastres naturales pero también vinculada
SEFT-1 (Sonda de Exploración Ferroviaria)2. Entre con una dimensión cultural en un sentido amplio.
2006 y 2011, los artistas mexicanos trabajaron en Este fue precisamente el foco de la decimotercera
este proyecto de arte e investigación sobre espacios edición de la Bienal de Artes Mediales, organizada
ferroviarios en desuso, a partir de la construcción en Santiago de Chile, en 20174. El eje curatorial
de un vehículo provisto de ruedas que le permi- que articuló el evento fue titulado “Temblor”, de-
tían desplazarse por tierra y del sistema Hi-Rail nominación que hacía referencia a la permanen-
para posibilitar su trayecto por los rieles de las te amenaza de los terremotos en una geografía
vías. Diseñado sobre una estructura de camioneta como la chilena, aunque asimismo aludía, en un
revestida en aluminio, el vehículo recorría loca- sentido metafórico, a los sismos artísticos, polí-
ciones abandonadas con posterioridad al proceso ticos, sociales y económicos, los cuales, despoja-
de privatización de los ferrocarriles en la década dos de una connotación necesariamente negativa,
del noventa, no solo en México sino también en pueden configurar otros modos de habitar la
otros países latinoamericanos. Además de transi- contemporaneidad. Entre las diversas obras exhi-
tar las vías mexicanas, SEFT-1 emprendió trave- bidas, se presentó Diastrofismos5, una instalación
sías por el territorio ecuatoriano, a través de las audiovisual electroacústica realizada por Thomas
cuales los artistas tomaron fotografías del paisaje, Sánchez Lengeling (México), Nicole L´Huillier
grabaron videos de las expediciones, realizaron en- (Chile) y Yasushi Sakai (Japón). El nombre del
trevistas a los habitantes de los pueblos que fueron proyecto remite a las alteraciones de la corteza te-
conociendo en el camino y subieron los materia- rrestre provocadas por las fuerzas tectónicas. Los
les recabados en la página web del proyecto3, que artistas trabajaron con escombros del edificio Alto
funcionaba como bitácora del viaje. Un mapa Río en Santiago de Chile, destruido durante el te-
mostraba la ubicación del vehículo y los registros rremoto que castigó a la ciudad el 27 de febrero
realizados en cada uno de los sitios visitados. Otra de 2010. Alineados en el suelo de la sala de ex-
parte del proyecto comprendió un “muestrario hibición, los vestigios eran percutidos por unos
lunar”, conformado por restos de maquinaria fe- dispositivos e iban generando distintos patrones
rroviaria, desechos tecnológicos, fragmentos de sonoros de acuerdo a las densidades de los bloques
durmientes, trozos de vidrio y elementos de la na- que golpeaban. Cada uno de los patrones rítmicos
turaleza. Shaday Larios (2011, p. 114) calificó a era convertido en un píxel que iba poco a poco
esta colección como un “archivero de escombros”, componiendo una imagen. Esta última, era vi-
donde confluyen “rumores colectivos y densida- sualizada en una pantalla dispuesta en uno de los
des imaginarias” (Larios, 2011, p. 108). A dife- extremos de la fila de escombros. Pero la imagen
rencia del trabajo de Andrade, aquí la naturaleza nunca se llegaba a ver con claridad, una caracte-
del vestigio no es disimulada. Muy por el con- rística que profundizaba la noción de ruina sobre
trario, la intención del proyecto era visibilizar las la cual discurría la obra, ideada como “un retrato
ruinas del programa modernizador en los territo- sonoro o como la recuperación de las voces de los
rios de la región –designadas por los artistas como escombros” (L´Huillier, 2017, s/p).
“ruinas modernas” (Padilla Domene y Puig, 2011,
p. 65)–, las cuales nos exhortan a reconsiderar
tanto el ritmo lineal del progreso, como la alianza
4 El director de la Bienal de Artes Mediales es Enrique
Rivera. El equipo curatorial estuvo integrado por
Carolina Gainza, Valentina Montero, Mariagracia
2 Documentación del proyecto disponible en: http:// Muscatello, Pedro Donoso y Sebastián Riffo.
www.seft1.com
5 Documentación de la obra disponible en: http://ni-
3 http://www.seft1.net colelhuillier.com/portfolio/diastrofismos

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ESPACIOS DE instante, está efectuada” (Deleuze, 2008 [1980-


81], p. 94). El filósofo holandés no se pregunta
POTENCIA RUINOSOS por la esencia en términos de lo que es, sino que
identifica a la esencia con los grados de potencia de
Todas las obras que hemos recuperado podrían ser un cuerpo. La potencia constituye la esencia, pero,
pensadas como exponentes de las “prácticas de la según explica Deleuze (2008 [1980-81], p. 72), la
no pertenencia” que, según Florencia Garramu- esencia en Spinoza nunca es la esencia del hombre
ño (2015), encarnan una apuesta contemporánea –de un cuerpo cualquiera–, sino de una singulari-
hacia la inespecificidad del arte a través de la ex- dad: lo que cada uno puede. La moral basada en la
pansión de medios, soportes, operaciones y mate- idea clásica de esencia como potencialidad que no
riales. De acuerdo con la autora, obras visuales y está realizada (esencia en potencia), es reemplazada
literarias como las de Nuno Ramos, Luiz Ruffato, por una ética que se pregunta por lo que un cuerpo
Carlito Azevedo, Tamara Kamenszain, Clarice puede. La potencia no es entonces una cantidad
Lispector y Jorge Macchi atestiguan la desapro- absoluta, sino una relación entre cantidades y cua-
piación de la especificidad de un arte determinado lidades, una cantidad de pasaje entre dos polos de
y de la idea del arte en tanto práctica específica existencia (Deleuze, 2008 [1980-81]. p, 97).
(Garramuño, 2015, p. 26):
Las teorías filosóficas, políticas y estéticas que en la
Si propongo nombrar el efecto de esa apuesta contemporaneidad revisitan la noción de potencia,
por lo inespecífico como la elaboración frecuentemente abrevan en los postulados spinozia-
de prácticas de la no pertenencia más que nos, entre ellas, la de Giorgio Agamben. En sus
como nuevos modos –plurales y cambiantes, reflexiones acerca de una nueva comunidad que
fluidos o contingentes– de la pertenencia, es implique una alternativa a la política sustentada en la
porque me parece que en ese movimiento de excepción de la nuda vida6, retoma el modo en que
despojamiento, de desnudamiento, de inven- Spinoza piensa a la esencia, pero también la doctrina
ción de lo común e impersonal e inespecí- de filósofos medievales para quienes la transición de
fico –aunque único– que ellas realizan, nos potencia al acto es una “serie infinita de oscilaciones
están proponiendo otros modos de organizar modales” (Agamben, 1996, p. 18). Así como para
nuestros relatos y, por qué no, quizás ofre- Spinoza lo común no es la esencia de la cosa singular,
ciéndonos imágenes que puedan inspirarnos Agamben sostiene que es posible fundar una co-
para pensar también nuestras comunidades. munidad “inesencial” donde las singularidades no
(Garramuño, 2015, p. 42) están unidas por su esencia (pertenencia identitaria
u otra representación similar), sino dispersas en su
En la inespecificidad del arte conviven “heteroge- existencia (Agamben, 1996, p. 18). La “compene-
neidades en conflicto” (Garramuño, 2015, p. 161). tración recíproca” del acto y la potencia referida por
De manera semejante, en un paisaje ruinoso los Agamben, al analizar el pasaje de lo común al propio
restos aún en pie se confunden con los fragmentos y de lo propio a lo común, marca el surgimiento de
de la arquitectura demolida, dando lugar a nuevas un nuevo tipo de ser, el “ser cualsea”7:
configuraciones. Siguiendo la noción de ruina fértil
propuesta por Dillon (2011) y Colinas (1990,
2008 [1989], 2013), de esa forma pueden fundar
6 Laura Quintana Porras (2006: s/p) lo expone en
productivos espacios de potencia.
estos términos: “la política occidental se basa en la
idea de una nuda vida que es incluida por exclusión en
Diversos filósofos han discurrido sobre el concepto la vida política –en esa medida, la política occidental
de potencia. Aquí nos limitamos a sintetizar solo puede considerarse desde el inicio como biopolítica–,
algunas perspectivas teóricas, en particular aquellas y la política moderna puede entenderse como un de-
que se asocian con nuestro objeto de estudio en sarrollo extremo de ese fundamento biopolítico origi-
tanto enfatizan el aspecto paradójico en que se nario, en el que se difuminan fronteras que antes se
inscribe la noción. Mientras que la concepción demarcaban tajantemente.”
aristotélica piensa al ser en potencia, Spinoza (2011
[1677]) refiere a la “potencia de obrar”. En este 7 La categoría proviene del adjetivo latino quodli-
caso, se trata de una potencia que siempre se en- bet. Agamben no se basa en la traducción "el ser, no
cuentra en acto, es decir, que “toda potencia, a cada importa cual". Considera más adecuado interpretarlo
como "el ser tal que, sea cualsea, importa".

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INDEX #05

El paso de potencia al acto, de la lengua a la coincidencias y divisiones factuales (…) sólo


palabra, del común al propio, se realiza cada podemos comunicar con otros a través de
vez en dos sentidos según una línea de des- lo que en nosotros, como en los demás ha
tellos alternos en la que naturaleza común y permanecido en potencia, y toda comuni-
singularidad, potencia y acto se cambian los cación (…) es sobre todo comunicación no
papeles y se compenetran recíprocamente. de un común sino de una comunicabilidad.
El ser que se genera sobre esta línea es el ser (Agamben, 2001, p. 18-19)
cualsea y la manera en que pasa del común
al propio y de lo propio a lo común se llama Las teorías señaladas ya no conciben a la potencia
uso, o ethos. (Agamben, 1996, p. 19) como el contrario de otro estado aún no efectua-
do o realizado en un sistema de opuestos binarios
Más adelante califica la figura cualsea como singu- como en el pensamiento metafísico. Para Spinoza
laridad pura, finita, que no se encuentra determi- todos los cuerpos pueden en acto, aunque cada uno
nada por un concepto pero tampoco es totalmen- pueda cosas diferentes en grados distintos cada vez.
te indeterminada, porque se establece en relación Para Agamben, el ser cualsea –el “ser que viene”
a una idea, “a la totalidad de sus posibilidades” dice el filósofo italiano (Agamben, 1996, p. 9)–
(Agamben, 1996, p. 43). Por lo pronto, podría ser se ubica entre lo individual y lo universal, “entre
precisada como “una singularidad más un espacio la inefabilidad del individuo y la inteligibilidad
vacío”, definición que, según el filósofo, acerca a la del universal”, en un movimiento recíproco entre
noción de “exterioridad pura o pura exposición”: acto y potencia. Situado en este umbral, el rostro
“Cualsea es, en este sentido, el suceso de un afuera”. cualsea indiferencia lo común de lo propio en una
Pero el afuera, el umbral, no es un espacio diferen- exterioridad singular, sin “individualizarse de una
ciado, sino que es la puerta, el propio límite. En faz genérica ni universalizarse de los rasgos singu-
palabras de Agamben (1996, p. 44): “(…) la expe- lares” (Agamben, 1996, p. 18). Aquello que une a
riencia del límite mismo, el ser-dentro de un afuera”. los hombres en comunidad es la experiencia de los
límites del lenguaje, antes que la “común prisión
La noción de potencia asociada al pensamiento en el lenguaje significante” (Agamben, 2007, p.
aparece asimismo en “Forma-de-vida”, un texto en 40-41). La potencia del pensamiento radica justa-
el que Agamben desarrolla una concepción de vida mente en la experimentación de los umbrales.
que no puede ser escindida como nuda vida, una
vida que no admite ser separada de su forma y en Precisamente, las prácticas inespecíficas comprendi-
ella se juega el vivir mismo: “(…) la vida humana en das por diversas expresiones del arte contemporáneo
que los modos, actos y procesos singulares del vivir como aquellas que hemos analizado se encuentran
no son nunca simplemente hechos, sino siempre situadas en los umbrales –metodológicos, disciplina-
y sobre todo posibilidad de vivir, siempre y sobre rios, taxonómicos– y la figura de la ruina encarna en
todo potencia” (Agamben, 2001, p.14). Agamben sí misma un umbral: los vestigios no son solamente
alude al hombre como “ser de potencia, que puede el final de aquello que fue y hoy se encuentra arrui-
hacer y no hacer, triunfar o fracasar, perderse o en- nado; simultáneamente son el comienzo de morfolo-
contrarse”, por lo cual la vida humana no es referida gías sin precedentes que fundan espacios de potencia
como esencia que haya que actualizar (Quintana ruinosos. Pensar es, en definitiva, atravesar la expe-
Porras, 2006: s/p). Aquí el pensamiento desempe- riencia de la pura potencia de pensar en cada pen-
ña un papel central, en tanto supone el nexo que samiento (Agamben, 2001). Y la pura potencia del
“constituye las formas de vida en un contexto in- pensar “es una potencia que puede no pensar, que
separable, en forma-de-vida” y habilita así una vida puede no pasar al acto” (Agamben, 2007, p. 459).
de la potencia. Pero en el acto de pensar no se agota
la potencia, de modo contrario no existiría posibi- CONSIDERACIONES
lidad de comunidad:
FINALES
(…) entre seres que fueran ya siempre en
acto, que fueran ya siempre esta o aquella La potencia de las ruinas en el arte contemporá-
cosa, esta o aquella identidad y en ellas neo no solo deviene de su aptitud para cuestionar
hubieran agotado enteramente su potencia, el sentido evolucionista, lineal y cronológico del
no podría haber comunidad alguna, sino sólo relato histórico. Más aun, resulta de la capacidad

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Jazmín Adler

para sustituir un paradigma epistemológico de base rado.files.wordpress.com/2012/12/agam-


ontológica por otro que considere a la historia como ben-que-es-lo-contemporaneo.pdf
campo de tensiones. Dicha sustitución requiere de Agamben, G. (2007). La potencia del pensamien-
una de-escisión ética, a partir del corte y la separa- to: ensayos y conferencias. Buenos Aires:
ción con respecto a idearios estéticos heredados de Adriana Hildago.
la modernidad y aún en gran medida vigentes. Si el Agamben, G. (2005). El autor como gesto. En: Pro-
paradigma ontológico se basa en esencias metafísi- fanaciones. Buenos Aires: Adriana Hidalgo.
cas y la ilusión de un ser unificado, la condición de Agamben, G. (2001). Forma-de-vida. En Medios
la ética implica la escisión: en el campo de tensiones sin fin. Notas sobre la política. Valencia,
se juega un sujeto escindido. En lugar de perseguir España: Pre-textos.
la resolución de antagonismos y procurar encasi- Agamben, G. (1996). La comunidad que viene.
llar a las obras en taxonomías cerradas, el margen, Valencia: Pre-Textos.
límite o umbral en que se desenvuelven las prác- Aroca Iniesta, F. (2017). Entrevista a Antonio Colinas
ticas artísticas contemporáneas permite mantener en el café Dominicos, enfrente del convento
una distancia crítica donde su potencia no se agota de San Esteban. En Revue d’études ibériques et
en el acto como realidad efectuada. ibéro-américaines, 11, p. 323-331.
Augé, M. (2003). El tiempo en ruinas. Barcelona,
Aquellos umbrales que unen y separan los territo- España: Gedisa.
rios conocidos adoptan las dos actitudes simultáneas Colinas, A. (2008). El sentido primero de la palabra
de pertenencia y exclusión con respecto al propio poética [1989]. Madrid, España: Siruela.
tiempo que, según Agamben (2009), definen la con- Colinas, A. (1990). El arte de escribir: mi experien-
dición de ser contemporánea: pertenecer al tiempo cia personal. Ánthropos: Revista de documen-
pero también estar desfasados con respecto a él. De tación científica de la cultura. 105, p. 35.
allí que la inactualidad de la ruina pueda transfor- Colinas, A. (1979). Freud en Pompeya. En Astro-
marse en espacio de potencia y que toda “ciencia de labio. Madrid: Visor.
las ruinas” (Agamben, 2008) sea contemporánea. Deleuze, G. (2008). En medio de Spinoza [1980-
81]. Buenos Aires: Cactus.
Finalmente, el cambio de paradigma permitiría Dillon, B. (ed.) (2011). Ruins. Cambridge, Reino
incluso repensar la vigencia de la categorías que Unido: The MIT Press.
acuñamos. Casi cuarenta años después de que Garramuño, F. (2015). Mundos en común: ensayos
Rosalind Krauss (2002 [1979]) se topara con fo- sobre la inespecificidad del arte. Buenos
tografías que documentaban espejos ubicados en Aires: Fondo de Cultura Económica.
habitaciones comunes, líneas dibujadas en mitad Huyssen, A. (2006) Nostalgia for Ruins. En Dillon,
del desierto estadounidense y pasillos con televi- Brian (ed.) (2011) Ruins. Cambridge: The
sores, asegurando que “una serie de cosas bastante MIT Press.
sorprendentes han recibido el nombre de escultu- Krauss, R. (2002). La escultura en el campo ex-
ras”, hoy lo llamativo no es, como en la década del pandido [1979]. En Foster, H. (coord.). La
setenta, que el concepto de escultura pueda dar posmodernidad. Barcelona: Kairós.
cabida a cualquier tipo de producción, sino que Larios, S. (2011). Muestrario Lunar. En Padilla
sigamos aplanando las particularidades de pro- Domene, A. y Puig, I. SEFT-1. Sonda de
yectos diversos estandarizándolos bajo el mismo Exploración Ferroviaria Tripulada. Ciudad
adjetivo de “contemporáneo”. de México: Conaculta.
L´Huillier, N. (2017). Diastrofismos. Recupera-
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