CapiTuLo 1
Los problemas conceptuales
de un sistema democratico en crisis
1.1 LA DEMOCRACIA COMO UN PRODUCTO SOCIOPOLITICO
U@ué ex Ia democracia, qué podemos esperar de ella y cémo
protegerla? ea una discusion de mucha actualidad.
En este capitulo introduciremos el tema que nos ocupa con una
doble preocupacién: por una parte dar una diseusin acerea de si es
necesario que la democracia tenga unas bases sociales y/o posibilite
que el ciudadano cuente con ciertas condiciones que le permitan
realizar sus preferencias y, par otra parte, a través de cudles medios
puede lograrlo, Nos concentraremos, entonces, en el concepto de
democracia tal como se hia perfilado en la contraversia histérica que
se ha dado entre los te¢ricos instrumentalistas y los teéricos estruc-
turalistas de la misma. Los primeros consideran a la democracia,
como un mecanismo eleccionaris y los segundos Ja perciben como una
derivacién de las condiciones sociolégicas.
En efecto, es controversial la relacién entre democracia y moder-
nizacién. Bl andlisis del establecimiento, consolidacisn y crisix de un
sistema politico democrético, ha Hevado a los investigadores en
diversas direcciones explicativas que hasta ahora no han arrojado
una teorfa eoncluyente al respecto, si os que ello e8 posible. Si bien
puede observarse en la experiencia internacional una estrecha aso-
ciacién entre Ia modernizacién social y la posibilidad de lograr un
sistema democratico estable, también es dable sostener que una
23sociedad moderna no es ni necesaria ni suficiente para que exista un
orden democratico’. En realidad el resultado polidrquico obedece a un
entrecruzamiento de factores ~muchos de los cuales son contingen-
tes—y ninguno por si solo capaz de sostener a la demoeracia. Como ha
sefialado Dahl en un esfuerzo integrador, son necesarios un grado
importante de modernizacién social, de erecimiento econémico cons
tante que genere un nivel de vida consistente, una dindmica pluralis-
ta fundada en la autonomia grupal y unas ereencias favorables al
crecimiento de una cultura civiea
En ese sentido, el debate se ha orientado hacia dos grandes
aspectos. Por una parte, los que ponen el acento en los condiciona-
mientos ambientales del sistema, cuya formulacién més conacida cs
@) enfoque de los prerrequisitos sociales que exige un orden democré-
tico para su estabilidad; por otra parte, los que enfatizan la preponde-
rancia de la dinémica intorna misma del sistema politico: la de-
mocracia como mecanismo para escoger los gobernantes y el pay
los actores como generadores de estabilidado inestabilidad, Ia impor-
tancia de unas reglas de juego aceptadas por los actores mas impor-
tantes y Jas relaciones que se dan entre ellos. Junto a éstos y a partir
de los afios setenta, se popularizé un enfoque centrado on el rendi-
‘mientoo dexompenio det sistema politico (political performance). Este
enfoque colocé como centro del anailisis, el tema de la capacidad de
respuesta y eficiencia operativa del sistoma dejando de lado las
preocupaciones por los requisitos sociales y por la dinimica interna
del sistema politico. Ello dio lugar a las corrientes preocupadas por la
“sobrecarga” e ingobernabilidad de! sistema, que se dio a conocer
inicialmente como “crisis de la democracia”.
Mientras la primera corriente da prioridad a los fundamentos
sociales, econdmicos, culturales y al nivel de modernizacién, como la
fuente del cambio politico hacia la democracia; la segunda, se contra
en los determinantes politicos de la dinamica y del cambio del
sistema, es decir, en la dinémica de apoyos y demandas que influyen
al mismo. Ambas corrientes, no obstante reconocer mutuamente la
importancia de los supuestos contrarios, hacen énfasis en lo que es
central a cada perspectiva en ol tratamiento del origen y estabilidad
de la democracia®
LL Veaso Robert A. Dabl, La Democracia y sus Criteos, Buence Aires, Paidés, 1981,
pp. 309-804
2 Podemos refialnr come expresiones lela primera corrente In ya mencionsda
teoria de los prerrequisitos sociales, a teoria de Ia moderniaacién ¥ la teria dela,
24Nuestra preocupacién en este trabajo es que en términos del
ensamblaje historico de un sistema democratico, hay que buscar los
componentes especificos que contribuyen a su configuracién y entre
ellos se encuentran en una tensién permanente, como caras de la
misma moneda los politicos y los sociales. De manera que hay la
necesidad de colocar ambas dimensiones dei asunto en un enfoque
integrado.
En ese sentido, partimos del supuesto de que la democracia es, en
primera instancia, un producto politico. Su dinémica basiea se orga-
niza a partir cle ciertos requisitos de poder que configuran un patrén
de manejo y resolucién de conflictos, relativamente determinado,
Estos requisitos van desde la posibilidad de cambiar fos gobernantes,
periddica y constitucionalmente, hasta la posibilidad ée intervenir en
la toma de decisiones por parte de los diversos intereses existentes en
la sociedad. La politologta ha descubierto algunas de las exigencias
que le dan un espacio propio a la democracia y le otorgan autonomia
al sistema politico en relacién a los diversos entornos con los euales
interactia permanentemente
Sin embargo, como ha insistido la sociologia politica, hay muchos
peligros en un andlisis del orden politico desconectade del resto del
sistema social, debido al papel integrador que el poder politico ejerce
legitimidad, Como expresiones de la segunda corriente pueden eonsiderarse
‘etfoque de ia relacones de los actores, las reglas de juego y Ia tora econdimica
de Ia democracia. Como expresiin de la tercera corriente se puede sedalar ls
teoria de la sobrecarga dedemandasoenfoquede a iagobernabilidad, Véase pars
1a primera perspectiva: SM. Lipset, “Algunos requisitos sociales de la democra:
ia: Desarrollo Beordmico y Legitimidad Politiea” (1950), en G. Almond y otros,
Dies textos Basicns de Ciencia Politica, Barcelona, Ariel, 1992, pp. 113-180 y Bi
Hombre Polttico, Buenos Aires, ReiToenes, 1988. Ed. original: 1959. Para Ia
sogunda porspectiva, viase Rabort A. Dahl, A Preface to Democratic Theory
(Chicago, University of Chicago Prose, 1958. Para una visién actoral de la demo.
cracia y su "quiobra’, Juan Linz, The Breakdown of Democratic Regimes,
Baltimore, Johns Hopkins University Pross, 1978. ara el trcer enfoque: Michel
Crosier ytroe, The Crisis of Democracy, New York, Trilateral Commision, 1975;
David Held, Models o/Democracy, Stanford, Stanferd University Press, 1957, esp.
cap. 7. Un estudio comparative del desempeno politia de treinta democracias eg
cl de: G. Bingham Powell, dr. Contemporary Democracies, Cambridge, Harvard
University Press, 1982. Para una rovisién de la literatura sobre el tema del
Acsompeso poitice, vénse, Manuel Aleintara Séer, Gobernabilidad, crisis y
cambio, Mexico, D.F, Fondo de Cultura Beonémica, 1985. Para una revisio de
las teoria sociolépicas y econdmicas de ln democracia, Brian Barry, Los sociale:
80, Tos eoonemistasy la demceracia, Buenos Aires, Amorrorty, 1974
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