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Al hablar de las políticas educativas propias de nuestro país, podemos pensar una infinidad de
cosas que pueden estar mal y todo aquello que deberíamos cambiar. Acá no pretendo dar una
solución a los problemas educativos, sino más que todo, una crítica y un comentario sobre lo que
está pasando, y sobre lo que considero debemos volver a tener en cuenta, a nivel educativo. Divido
este trabajo en tres momentos: primero, los procesos políticos como generadores de contenido,
donde se comenta el proceso político en el que está inmersa la educación y del cual no puede
posibilidad. Esto con el fin de plasmar una opinión, sobre el proceso educativo en el cual todos
estamos inmersos.
de la esfera política en la cual el hombre y la mujer se mueven. Ya desde los griegos (referente
pues se busca educar buenos ciudadanos a través del ejemplo y la imitación de los grandes héroes
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Estudiante de la Licenciatura en Filosofía y lengua castellana de la Universidad Santo Tomás, inscrito a la Maestría
en filosofía latinoamericana por medio de la modalidad de Opción de Grado.
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De esta manera, vemos que los griegos lograron establecer una forma clara en su pensamiento
educativo, a saber: «tres son las características del pensamiento educativo: la búsqueda de una
y la búsqueda de una pedagogía adecuada» (Chinchilla, 1996, pág. 91). Así pues, vemos la manera
en la cual se construye el sistema educativo de la sofística griega, y podemos ver que lo que se
manifiesta el sentido comunitario de todas nuestras acciones, por lo cual, la educación no va a ser
la excepción. Y a lo largo de la historia nos vamos a encontrar con esta influencia política a nivel
educativo en todas las épocas y civilizaciones. De esta forma, encontramos en la Edad Media, el
imperativo religioso que domina la educación y la limita bajo sus reglas de comprensión,
llegándose a pensar que hay unas cosas que deben ser pensadas, mientras que hay otras que, por
faltar a Dios, no deben ser jamás pensadas. Y así el transcurso de la historia nos mete en la Europa
donde se buscan concepciones certeras de la realidad y las ciencias exactas alcanzan su auge,
Pero lo más relevante de este asunto es la manera en la cual la política se mezcla con el contenido
educativo, haciendo de este una extensión suya. Se educa en los ideales políticos que se tengan.
De esta manera, se busca satisfacer cierta clase de valores que se suponen fundamentales dentro
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se necesite. Es decir, que la educación se transforma constantemente según quienes dirijan la
política.
política de la sociedad, claro ejemplo son las dos constituciones que se han tenido, la de 1886 y la
de 1991, cada una de las constituciones tiene un tinte característico. En la de 1886, en el artículo
41 se nos platea lo siguiente: «La educación pública será organizada y dirigida en concordancia
con la Religión católica» (Constitución política de Colombia, 1886). De esta forma, vemos cómo
la política, en este caso religiosa, está ligada netamente a la educación: se enseña lo que la iglesia
católica considere. Claro que esto en la historia no es nuevo, como ya lo mencioné antes, sin
embargo, si es un concepto que debemos tener muy en cuenta en la historia de las políticas
Este proceso educativo se ve fortalecido por las políticas del Concilio Vaticano II, y los congresos
ecuménicos que tiene la iglesia en el Siglo XX, donde se manifiesta lo siguiente: «Todos los
cristianos, en cuanto han sido regenerados por el agua y el Espíritu Santo han sido constituidos
nuevas criaturas, y se llaman y son hijos de Dios, tienen derecho a la educación cristiana» (Pablo
VI, 1965). De esta forma, la escuela tradicional colombiana se centra en los valores de la iglesia y
se vuelve una extensión de ella, guiados por la biblia y las creencias. De resto se manifiesta en la
constitución que se respetará todo culto diferente, mientras respete la moral cristiana. Algo diría
Los griegos tuvieron la gran ventaja de no contar con los perniciosos auspicios de la Santísima
Trinidad y del Espíritu Santo. Carecieron de un texto sagrado como la Biblia o el Corán, o algo por
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el estilo. No había con relación a qué ser hereje, ni existía una casta sacerdotal que funcionara como
No en vano, en nuestra sociedad actual, rezago de esa tradición cristiana, aún los valores se
justifican por la biblia, y los derechos y estatutos de la sociedad se justifican en la misma. A pesar,
Es gracias a esto, que vemos en la educación un camino hacia la santidad que busca la iglesia,
basados en un modelo de hombre, y de mujer, especificado en la sagrada escritura, pero qué, siendo
insuficiente, olvida las necesidades propias de los ciudadanos que está educando.
Siguiendo este camino de la política como rectora de los procesos educativos en Colombia, en el
año 1991, surge la reforma a la constitución política, con fuertes cambios de estructura. Ya no se
concibe a Colombia como un estado católico, sino laico, y a nivel educativo se manifiesta lo
siguiente: «En los establecimientos del Estado ninguna persona podrá ser obligada a recibir
educación religiosa» (Corte Constitucional de Colombia, 2016). Ya con esta nueva perspectiva, se
da paso a un nivel más universal del conocimiento, donde se permite la intervención del que piensa
Con esto la educación adquiere un sentido más general y las políticas educativas empiezan a
comprenderse de tal manera, de una forma general. Hoy en día contamos con políticas que buscan
la inmersión total de todos los niños, niñas y jóvenes a la educación, por medio de la gratuidad de
embargo, vemos en Colombia cómo, al igual que en el resto del mundo, se tiene a perder el sentido
que educa para el trabajo, donde se busca que el estudiante sea productivo y útil a la sociedad,
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estableciendo así una educación en sentido utilitarista, que busca que una persona contribuya en
Husserl, plantea la fenomenología, entendiendo que para comprender una cosa (fenómeno) hay
que ir a la cosa misma. Por lo cual, siguiendo esta línea fenomenológica, aunque no en un sentido
estricto metodológico, debemos decir que, para comprender la realidad educativa, hay que ir a la
Más allá de hablar de lo que produce Colombia a nivel educativo, quiero hablar de un problema
general que tenemos, y este es la falta de identidad. La mayoría de nuestros procesos son pensados
de manera universal, cuando, deberían ser pensados de manera particular, en un espacio y tiempo
determinado.
Desde finales del siglo XV, llegan de Europa a América los conquistadores con ideales
rompen tradiciones, credos, ritos y mitologías sin importar nada, y políticamente, se impone el
credo, la política y las reglas que desde ese momento se iban a manejar. De entrada, políticamente,
la educación tiene un tinte de otro color. Con el paso del tiempo, la política española inculca los
ideales europeos en la civilización colombiana, lo que genera una pérdida de identidad y hace que
se sigan ideales que no se podían comprender a cabalidad, debido a que, no era la realidad que
vivían, pues ciertamente, el diario vivir del colombiano era completamente diferente al del
europeo.
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De esta manera, se educó para cumplir las necesidades europeas en una tierra que le es ajena a
Europa. Lo más interesante del caso, es que seis siglos después seguimos pensando la educación,
sin mirar las necesidades propias de los habitantes que van a ser educados, y nos encontramos con
olvidando que la historia, la geografía, la política y las condiciones de vida de otros países son
Se maneja siempre el discurso de la imitación. Diría Estanislao Zuleta que «todas las artes tienen
una parte que es imitable» (Zuleta, 2016, pág. 40). En la analogía del arte con la educación, plantea
Zuleta, que todo tiene algo que se puede imitar de los grandes ejemplos de la humanidad, en ese
sentido, podemos justificar la necesidad de imitar los grandes ejemplos de otros países en sus
sistemas educativos que se demuestran que han dado resultados positivos en el mejoramiento de
los niveles educativos. Con esto se puede pensar que la educación que necesita Colombia es la
que se plantea en Finlandia, o en Japón, o en Estados Unidos, sin embargo, el arte no puede ser
solo imitación, sino que necesita ser un reflejo personal del artista. En ese sentido dice Zuleta:
«Hay otra parte que es la manera como el artista expresa su vivencia personal del mundo, su
interpretación y su pensamiento. Es su manera propia de llevar un mensaje. Todo ello hace parte
de lo inimitable» (2016, pág. 40) De esta forma, vemos la necesidad no solo de imitar, sino de
generar algo propio a nivel educativo, pues no es igual como se comprende la educación en
Por este motivo, debemos generar un pensamiento autónomo en torno a la educación: pensar
nuestra propia realidad, para, desde ella misma, elaborar nuestros propios procesos de pensamiento
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que nos permitan llevar a cabo una educación que se interese por lo relevante de nuestro país: la
diferencia.
Hay que tener claro que pretender una educación igual para todos es una utopía, esto, porque no a
todas las personas les interesan las mismas cosas que a las demás, y además de eso, las necesidades
no tienden a ser las mismas. Es interesante ver cómo esta diferencia educativa que a veces
pensamos que solamente se ve a nivel macro, es decir, a Colombia frente a otros países, se da a
nivel interno de una manera tan fuerte: no son las mismas necesidades de un campesino que de un
Sin embargo, la educación en esa falta de identidad sigue cayendo en el error de evaluar a todos
por igual, como si todos tuvieran, como requisito, que saber las mismas cosas. Y aparecen pruebas
como las Saber (antiguas ICFES), que buscan generar una medición general del nivel educativo
de todo el país, sin embargo, no se tiene en cuenta que los recursos, accesibilidad y geografía en
el país no es homogéneo, por lo cual, hay personas que tienen el colegio a dos cuadras, mientras
que encontramos municipios donde la escuela se encuentra a 20 kilómetros. Todos estos son
factores que deberían ser tenidos en cuenta, para generar estrategias educativas que permitan el
De la misma forma, a nivel macro, encontramos pruebas de medición internacional, como las
pruebas Pisa, que buscan establecer parámetros únicos a nivel educativo, donde todos los países
se juzgan por igual, sin tener en cuenta aquello que los diferencia (lo que no es imitable), pero que
al final, no dan cuenta de la realidad como tal de cada país, sino que se mira es qué tan atrasado
está en comparación con los países europeos, teniendo en cuenta que ni el sentir, ni el pensar, ni
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Se enseñan cosas que no son relevantes para los estudiantes «lo que se enseña no tiene muchas
veces relación alguna con el pensamiento del estudiante; en otros términos, no se lo respeta, ni se
«Va mucho más allá, ya que establece un marco de lectura inteligible y proporciona al mismo
tiempo pistas y nuevas orientaciones» (UNESCO, 2011, pág. 11). Es decir, nos brinda nuevas
maneras para comprender el mundo que nos rodea. De la misma manera, La Unesco ve la
necesidad de la educación en filosofía con miras a «la toma de conciencia de los problemas
el futuro de la condición humana», o sea, que es una necesidad fundamental, para la comprensión,
De la misma manera, la Unesco plantea la necesidad de la filosofía dentro de la vida educativa del
ser humano en un sentido ético, manifestando que, a partir de la reflexión de sí mismo, el hombre
tiene a pulirse más como ser humano, en una escala de valores determinados, pues se ve como una
«Disciplina clave de las ciencias humanas, la filosofía se encuentra en el cruce de caminos del
devenir de los individuos. Porque más allá de un saber, se trata de un «saber ser» (UNESCO, 2011,
pág. 13). Con este valor ético, se vuelve a lo considerado por Aristóteles, manifestando la
necesidad de ser seres políticos, que busquen el bien para todos y no el bien particular, esto
entendido, en este caso, como buscar la mejor forma de actuar frente a la realidad, pretendiendo
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siempre el bien común y no el bien particular, por eso la Unesco habla de la filosofía como
¿Y cuál va a ser el lugar de la filosofía? Pues la escuela «Siempre que sea el lugar donde se
desarrolla un pensamiento libre, crítico e independiente» (UNESCO, 2011, pág. 14). Y diremos
va a ser radical, cuando manifiesta que lo que se pretende es que se fortalezca la educación de la
filosofía donde ya está implementada, pero, sobre todo, implementarla en los lugares donde
todavía carecen de ella. Y esta necesidad, es planteada muchos siglos antes por Kant, cuando
incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor
para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu
crítico autónomo que se nos propone, se compara con el de Kant, en el siglo de la ilustración,
donde se pretendía dejar a un lado esa pereza intelectual y cultivar el conocimiento de forma
no como una materia aislada, sino como un eje transversal de toda la educación, donde sea esta la
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La filosofía encuentra en su enseñanza el ámbito en el que puede desempeñar un papel a la vez
esencial y, sin lugar a duda, arriesgado. Esencial, en la medida en que la enseñanza de la filosofía
sigue siendo uno de los elementos clave de la formación para juzgar, criticar, cuestionar y discernir.
enseñanza está ligada a la manera en la cual se ejerce la educación. Zuleta, pasa a la historia como
manifestando que «la educación, tal como ella existe en la actualidad, reprime el pensamiento,
transmite datos, conocimientos, saberes y resultados de procesos que otros pensaron» (Zuleta,
2016, pág. 19), es decir, se crean máquinas repetidoras, pero se limita la capacidad intelectual del
camello, donde lo único que hace es obedecer y seguir órdenes, sin el deseo de poner en duda lo
nos debe ayudar la filosofía, a salir de esa educación que repleta la cabeza de los estudiantes como
si estuvieran vacíos, manteniendo siempre viva la concepción medieval del alumno: ese ser sin
luz, que necesita, que alguien le dé la luz, mas no que le ayude a encontrarla por sus propios
medios.
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Entiendo por filosofía la posibilidad de pensar las cosas, de hacer preguntas, de ver contradicciones.
Asumo el concepto de filosofía en un sentido muy amplio, en el sentido griego de amor por la
sabiduría. Es un filósofo el hombre que quiere saber (Zuleta, 2016, pág. 23)
Deberíamos darnos a la tarea de volver a esa concepción, donde la filosofía es la que abre mundo
y universos en el pensamiento y se le permite pensar todo aquello que hoy se le reprime, y sobre
todo, darle un lugar privilegiado al estudiante; siguiendo lo que decíamos al comienzo, una
educación que piense en su necesidades y deseos, ya que «una enseñanza debe partir de los
ejemplos que el niño conoce a través de su experiencia para mostrarle que lo que a él “le parece”
La filosofía es algo aún por descubrir para muchos niños, el problema educativo radica en que la
forma en la que se le enseña no llena las expectativas del niño, y no es capaz de llamar su atención.
¡Qué diferente sería la educación donde se motivara el pensar de una forma diferente! Sin embargo
con tristeza vemos que, políticamente, se le tiene miedo a lo diferente, pues rompe con lo
establecido, sin embargo nuestra labor como maestros debería ser siempre esa, hacer que nuestros
estudiantes rompan los límites de su imaginación y se den el gusto de pensar e imaginar en lo que
a ellos les apasiona, y no dejar perder esa imagen tan bonita de los griegos, donde se educa para la
Referencias
Chinchilla, K. (1996). La paideia griega a través de la sofística. Kañiña. Revista de Artes y letras,
XX, 91 - 100.
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Corte Constitucional de Colombia. (2016). Constitución Política 1991. Obtenido de Constitución
Política 1991:
http://www.corteconstitucional.gov.co/inicio/Constitucion%20politica%20de%20Colomb
ia.pdf
http://americo.usal.es/oir/legislatina/normasyreglamentos/constituciones/colombia1886.p
df
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_decl_19651028_gravissimum-educationis_sp.html
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